Pauch - Mientras El Mundo Se Derrumba

8/15/2019 Pauch - Mientras El Mundo Se Derrumba

1/184

Mientras el mundo sederrumba

Story: Mientras el mundo se derrumba

Storylink: https://www.fanfiction.net/s/5966510/1/Category: TwilightGenre: Romance/FantasyAuthor: PauchAuthorlink: https://www.fanfiction.net/u/1910224/Last updated: 04/22/2016Words: 41552Rating: MStatus: CompleteContent: Chapter 1 to 23 of 23 chaptersSource: FanFiction.net

Summary: La exitosa novela de Bella esta a punto de convertirseen película. Pero algunas elecciones de elenco pueden complicar susueño. Y para colmo,la realidad amenaza con mezclarse

peligrosamente con la ficción. AH.

https://www.fanfiction.net/u/1910224/https://www.fanfiction.net/s/5966510/1/https://www.fanfiction.net/u/1910224/https://www.fanfiction.net/s/5966510/1/


2/184

*Chapter 1*: Prólogo

Prólogo: Noel y Azrael

En ese momento algo se disparó en mi cabeza y al mirarlo a los ojosya no vi a la misma persona que esperaba ver.

De repente, él ya no era él.

Y yo, ya no era yo.

De alguna manera algo había cambiado.

Mirando a la profundidad de sus ojos caramelo, del color exacto quesiempre debieron ser, ya no lo estaba mirando a él, sino a la criaturaque acaba de salvar mi vida. Al semi-ángel que había llegado paradesafiar todo lo que hasta ese momento había creído que era cierto.Al que me había inmerso en un mundo donde la muerte y el peligro

me rondaban a cada momento, pero que, sin embargo, me habíahecho sentir viva de nuevo.

El modo en que sus ojos me observaban era recio y casi hambriento,como si yo fuera un plato apetecible para un hombre al borde de lainanición. El deseo de su expresión mezclado con la máscara deacero de sus facciones hizo que me temblaran las piernas y elcorazón se me encogiera en el pecho.

De pronto, lo vi como lo que era realmente: un ser magnífico, poderoso y avasallante. La descripción misma de la belleza. Frentea mí, pero a la vez tan enorme y tan lejano.

En ese momento, y por primera vez, Noel y Azrael se miraron a los


3/184

ojos de verdad.

Esta es mi primera fanfiction en castellano. Y espero que ladisfruten.

Se que algunos estarán pensando en qué tiene que ver esto conBella y Edward. Para descubrirlo los invito a leer el capítulo 1.

Y para motivarlos a seguir adelanta les cuento que estoyescribiendo el capítulo final de esta historia mientras subo el

prólogo!

Por favor, reviews!


4/184

*Chapter 2*: Capítulo 1: La peor sorpresa

Capítulo 1: La peor sorpresa

Siempre odié las fiestas.

Las fiestas que yo prefiero son esas que no reúnen más gente queaquella que amo y que se preocupa por mi: mi padre, mi madre, sunuevo marido Phil, mi hermano Emmet, su novia Rosalie, mi mejor amiga Alice y su novio Jasper.

adie más.

o es un capricho heredado de mi reciente fama. Siempre fui así. Eslo que soy. No me gusta la aglomeración de gente cuando no tienerazón de ser, ni la gente que se acerca porque cree que puedeobtener algo de mí.

Y esta fiesta representaba todo lo que siempre deteste.Que mal augurio entonces que fuera una fiesta en mi honor.

o es que no me gustara Peter. Todo lo contrario: lo considero unverdadero genio. Probablemente el mejor director de cine de sugeneración, y sin duda uno de los que dejará su huella en la historiadel séptimo arte. Y sobre todo lo demás, una excelente persona.

Por eso no pude negarme cuando quiso dar una fiesta en mi honor.Peter estaba tan entusiasmado con filmar esta película y festejar quefuéramos a hacerlo, que no encontré la fuerza en mi corazón paranegarle esa alegría.


5/184

Durante la fiesta, lo veía pasar a mi lado cada tanto sonriendo felizcon una copa en la mano, mientras charla de grupo en grupo congente del estudio, con actores y periodistas. Quería que el proyectofuera un éxito. El mayor de la historia del cine. Y ambos sabíamos

que moviendo las cartas correctamente teníamos grandes perspectivas de lograrlo.

Casi desde su primera edición, mi libro había sido un completoéxito, en todos los idiomas y en todos los países en donde se habíaeditado. Los fans alrededor del mundo amaban mi historia y, por defecto, me idolatraban. No es que me interesase ese tipo de afecto, pero el hecho de saber que algo que cree con mi propia imaginación

fuera capaz de tocar a tanta gente era algo que definitivamente mealimentaba el ego.

Concebí ese libro como a un hijo largamente buscado y soñado. Loacuné en mi seno durante mucho más tiempo que cualquier embarazo normal, adorándolo, formándolo y alimentándolo, hastaque encontró su camino a la luz.

A pesar de todo el empeño, dedicación y afecto puesto en crearlo,aún hoy me cuesta trabajo creer que es una obra de mi autoría.Cuando releo los pasajes y me encuentro con esos personajes con loque conviví tanto tiempo, me parece que estoy leyendo el libro deun extraño. No me reconozco en las palabras ni en las alegorías, pero sí en cada detalle de mis criaturas y de sus desventuras, encada sentimiento y en cada sensación que vibra en sus venas. De

alguna manera es mío, pero también es como si me hubiera poseído.Y darle vida fue uno de los placeres más grandes de mi vida.

Por eso cuando Peter me contactó y me dijo que quería que laadaptación de mi libro fuera su próxima película, me entusiasmétanto como él. Era un honor que él quisiera trabajar conmigo.


6/184

Además, me propuso que justos armáramos el guión y que yoestuviera involucrada en la mayor cantidad de aspectos posible.Peter consideraba que yo era el alma detrás esta historia y que, por ende, nadie mejor que yo podía dar cuenta de cada detalle que esta

película debía tener.o creo que hubiera aceptado de ninguna otra manera. Amo a esta

historia y a sus personajes demasiado como para dejar que alguienlos manipule y los altere de manera que dejen de ser ellos mismos.En mi corazón y en mi mente, ellos tienen una vida propia, respiranun aire que no es el mismo que el mío y sienten de manera única einexplicable. En mi fuero interno sé que yo soy la única capaz de

comprenderlos en su plenitud. Y, por lo tanto, la única realmentecapaz de asegurar que les estábamos dando vida de la forma que semerecían.

Tardamos casi tres meses en finalizar el proyecto, tras largasornadas e interminables noches de sentarnos codo a codo frente ala computadora. El resultado final me dejó más que satisfecha. Creo

que fuimos capaces de adaptar mi libro de una manera que no perdiera ni su esencia ni su razón de ser. Los fans alrededor delmundo no iban a estar decepcionados con este libreto, al contrariode lo que muchas veces ocurre cuando un gran libro es llevado a la pantalla grande.

Cuando el estudio aprobó el guión y el presupuesto, nos pusimosdefinitivamente en carrera. Por eso Peter quiso dar esa fiesta. Según

él, era tanto para festejar que estábamos comenzando como paraagasajarme a mi, su musa inspiradora y compañera de ruta. Leestaba tan agradecida por la seriedad con que había tomado el darlevida a mi libro que no hubiera podido negarme jamás.

Por lo tanto, toleré entrar en esa fiesta, que se parecía bastante a mi


7/184

infierno personal, con el vestido azul entallado y los tacos altos queAlice me obligó a usar. Debo reconocer que el vestido era preciosoy que se ajustaba a mi delgada figura como una segunda piel.

Los zapatos, en cambio, eran otra historia. Siempre que Alice meobliga a subirme a ellos siento que estoy caminando por un precipicio, y que de un momento a otro voy a perder el equilibrio yromperme el cuello en la caída. En esa ocasión, no era diferente.

ero es por Peter , me recordaba como si fuera un mantra mientrastrataba de mantener el equilibrio. Y por nuestra película.

Y sonreí con una sonrisa ensayada de rouge que Alice también meobligó a usar.

o me gustaba la gente que me rodeaba. No conocía a nadie, ysinceramente no tenía interés en cambiar esa situación. Lo que veíamientras miraba alrededor era un conjunto de personas que seesforzaban por ganar algún tipo de atención, con atuendos ymaquillaje demasiado recargados.

Era una suerte que nadie me reconociera. Es bastante normal que,aunque todos sepan mi nombre, no conozcan mi cara. Nos pasa a lamayoría de los escritores, sobre todo a los recientemente célebres.

Hasta ese momento del evento, esta condición había logrado que pasase por la fiesta totalmente desapercibida. Pero tenía claro que

en cuanto alguien me reconociera mi temporaria calma se iría alinfierno. En cuanto alguien diera la voz de que yo era la agasajadade este circo todos querrían un pedazo de mí. Era, muy a mi pesar,la estrella de esa producción de mala muerte.

La mayoría de los presentes provenían del estudio para el cualestábamos trabajando, y muchos de ellos estaban acompañados por


8/184

óvenes mujeres que tenían todo el aspecto de ser aspirantes aactriz. No quería ni siquiera imaginar lo que eso me significaría unavez que me reconocieran. Sobre todo cuando todo el mundo sabíaque un par de días después tendrían lugar las audiciones para la

película. Podía conjeturar que muchas de las caras que ahora nisiquiera me dirigían una segunda mirada al pasar a mi ladocambiarían de actitud tan pronto supieran que yo era una de las quedecidiría su posibilidad de ser estrellas.

De pronto ví del otro lado de la habitación a una chica de cabellocastaño rojizo y ojos marrones que me miraba intensamente. Ledevolví la mirada, pero ella ni siquiera pestañeó ante mi intento de

intimidarla. De golpe su rostro se iluminó en reconocimiento. Sabequién soy. La pesadilla comenzará en cualquier segundo.

Observé como le indica al caballero de traje que la secundaba y auna mujer morena para que mirasen hacia mi lado. Y enseguida lostres comenzaron a abrirse paso entre el gentío.

espira Bella, respira. Ya sabías que esto iba a ocurrir. Piensa eneter y en nuestra película. Piensa en tu historia y en tus fans.

iensa en lo orgullosos que están tus familiares y amigos.

Las dos muchachas y el hombre que las acompañaba ya estaban amitad del salón. El pánico empezó a correrme por la venas.

o sirvo para este tipo de cosas. No soy del tipo sociable y no me

gustan las relaciones públicas. Tendría que haber convencido alice de que viniera conmigo, aunque ella me dijo que tenía que

asistir sola y aprender a lidiar con esto. Estuve de acuerdo en ese

momento en que era lo mejor. Ahora ya no lo creo. Tendría que

haber improvisado algún gesto de súplica. Alice sabría cómo

manejar esta situación. Oh Dios, ya casi están a mi lado. No, no,


9/184

no, no. Concentración Bella, puedes hacerlo.

En ese momento la puerta principal se abrió casi como un estrépitoy un haz de flashes inundaron el salón. De entre un harem de personajes de todo tipo y color entró un hombre alto, de cabello broncíneo y tez pálida. Vestido elegantemente, ingresó al lugar comosi le perteneciera. Y todas las miradas se volvieron hacia él. Inclusolas de las dos mujeres y el hombre que medio segundo antes sedirigían a mi encuentro.

Un gran alivio me inundó al ver que de golpe toda la atención secentraba alrededor de él. Era como si su presencia hubiera

iluminado el lugar y nadie pudiera ver otra cosa.

Lo reconocí al instante. ¿Cómo no hacerlo? Era probablemente unode los rostros más célebres del momento. La estrella más brillantedel firmamento del cine del último año. Y sin duda, la nuevafantasía de la mitad de la población femenina del planeta.

Yo me encontraba en la otra mitad.

Mientras todos se arremolinaban a su alrededor al son de gritos deapareamiento femenino, aproveché la oportunidad paraescabullirme. Le dí una última mirada al recién llegado, más quenada por compasión que por otra cosa. No parecía miserable comoyo me imaginaba que sería en su lugar. Me pregunté si sería unasonrisa largamente ensayada o si realmente podía disfrutar de esa

excesiva atención. Es una estrella de cine, me recordé. El ego es el órgano dominante de este tipo de criaturas.

Me encaminé al bar entre la multitud alborotada y miré de nuevohacia la embotellada entrada, preguntándome cuánto tiempo lagente era capaz de sostener el nivel de excitación suscitada por su


10/184

llegada. En ese momento, él levantó la mirada y me encontró entretoda la muchedumbre. Tenía los ojos más verdes que yo hubieravisto jamás. De pronto, me pareció que todo a mi alrededor se teñíade verde con la intensidad de la luz que desprendían. Pero fue sólo

un breve instante.Bajé la mirada y me encaminé a la barra del bar.

"Un jugo de naranja, por favor" le dije al camarero.

o tomo alcohol habitualmente y obviamente este no era un buenmomento para comenzar. Aunque en mi subconsciente me dijera

que algo de alcohol en las venas seguramente alivianaría estahorrible experiencia.

¿Cuánto tiempo podría tardar la pelirroja y sus secuaces en retornar su atención hacia mí y rastrearme por el salón? Podía escabullirmeal baño, pero no había manera de ocultarme para siempre. En algún punto de la noche supuse que Peter iba a querer presentarme atodos. La noche recién comenzaba y lamentablemente iba a ser muylarga para mí.

El camarero puso el vaso anaranjado frente a mi y me sonrió,viendo seguramente el pesar en mi semblante.

"Un Cuba Libre" dijo una voz masculina y aterciopelada a mi lado.i siquiera me molesté en levantar la mirada. Excepto por la

familiar voz rasposa y grave de Peter, no había ninguna otra que meinteresara reconocer esa noche.

"¿Jugo de naranja?" preguntó la misma voz, e hice un esfuerzo parareprimir el disgusto que me causó que se estuviera dirigiendo a mi.Mascullé un poco entre dientes recordándome que tenía que ser amable con los invitados. Cualquiera podría ser potencialmente


11/184

importante para Peter y nuestra película, y no podía arruinarlo todocon mi carácter huraño.

A regañadientes levanté la mirada y forcé una sonrisa. Dos ojosintensamente verdes me miraron.

"Si" respondí. "No me gusta el alcohol"

"Una saludable elección de vida" me contestó, sonriendo de costadocon sus perfectos dientes blancos.

De repente me pareció imposible que alguien así existiera de

verdad. Reconocer que era hermoso sería casi una obviedad. Por algo el sujeto era la fantasía de casi toda mujer que respirara y pensara coherentemente.

Pero yo nunca me he caracterizado por ser muy coherente. Por lotanto, me sentí inmune a sus encantos. Su belleza me resultódemasiado obvia. Era casi un grito en medio del silencio delespacio. No había nada de sutil en la perfecta disposición de sus

rasgos y en la profundidad de sus ojos.

"Soy Edward Cullen" me dijo extendiendo su mano.

Me pareció un sujeto agradable cuando menos. Y de nuevo sentí esa punzada de compasión pensando en lo horrible de ser constantemente mirado, admirado y examinado, las veinticuatro

horas del día, todos los días de la semana."Soy Bella Swan" le respondí estrechándole la mano con firmeza.

o hice alusión al hecho de haberlo reconocido. De todos modos, éllo sabía. No había nadie en el mundo que pudiera obviar laevidencia de que este hombre ocupaba casi todas las portadas de


12/184

revistas del mundo, alcanzando otra tanta cantidad de atención en latelevisión y el mundo digital.

De repente, su mirada y su rostro se tornaron inquisitivos.

"¿Bella Swan?" preguntó. "¿La escritora?".

Asentí con la cabeza y le sostuve la mirada tratando de nosonrojarme. Tenía que ser capaz de dominar el pánico que me corríade golpe por las venas. Y además, de pronto, no quería que él meviera como la frágil y tímida criatura que usualmente soy. Queríaque viera a la mujer que realmente me considero ser: fuerte,

decidida y segura.

"¡Es un gusto conocerte finalmente!" dijo. La sonrisa se le ensanchóhasta ocuparle todo el rostro marmóreo y los ojos le brillaron de unmodo casi peligroso. De repente, volví a ver todo verde a míalrededor. Y detrás de la sonrisa me pareció percibir a la personaque realmente era y ya no a la estrella de cine ensayada. Otra veztuve la extraña percepción de que era un sujeto agradable, al menoscuando la máscara dejaba entrever al hombre de verdad.

"Gracias" le respondí. "Es un gusto conocerte también". No me pareció tan difícil ser amable esta vez.

"Me alegro de haberte encontrado, aunque me hubiera gustado quenos presentaran formalmente" continuó mirándome a los ojos. Me

pareció extraño lo serio de su modo de dirigirse a mi.

"Quería expresarte la increíble alegría que me da trabajar en este proyecto. Me sentí muy honrado cuando me llamaron del estudio"dijo con una sonrisa.

Me quedé helada. "¿Cuando te llamaron del estudio?" atiné a


13/184

expresar.

"Si, cuando me llamaron para tomar el papel en la película de Peter.Tenía grandes deseos de trabajar con él y he escuchado cosasfantásticas sobre tu libro".

Un grito agónico se me atoró en la garganta. Traté de no jadear mientras recobraba la calma. Era conciente de que Edward memiraba. Supuse que era visible que me estaba ahogando. Tranquila

ella, me dije a mí misma. Tal vez no es tan grave como piensas.

"Perdón" balbucee. "¿Te llamaron para un papel en la película?"

Asintió, mirándome confundido.

"¿Qué papel?" mi pregunta fue casi un susurro.

"El del protagonista" dijo articulando las palabras lentamente, comosi supiera que me iban a infligir un gran dolor.

El aire se hizo pesado, denso e irrespirable. Con una mano mesostuve de la barra del bar para no perder el equilibrio. No podíarespirar correctamente. A esta altura, seguramente Edward se habíadado cuenta de que estaba al borde del ataque de pánico, porque posó su mano en mi brazo y murmuró:

"¿Estás bien?".

"No" articulé. "No puede ser"

Pareció confundido. "¿Qué cosa no puede ser?"

"No puedes ser el protagonista de mi película. Yo lo sabría" Teníaque aferrarme de cualquier argumento para mantener algún vestigio


14/184

de cordura.

"Lo siento. Pensé que lo sabías. No lo habría dicho de esa manera sihubiera previsto tu reacción". Me miró con ojos tristes. Por unsegundo me pareció que lo había herido con mi comentario. Micerebro recibió entonces la suficiente cantidad de oxígeno como para que me diera cuenta de que estaba siendo extremadamentemaleducada con él.

"Perdón Edward, no quise ser descortés" le confesé. "No tengonada personal contra ti. Seguramente tienes un gran talento, pero laverdad es que el papel principal no es para ti".

"¿Por qué?" me preguntó.

"Simplemente porque no te pareces a él en nada. Y cuando digonada, lo digo en todo el sentido de la palabra. No puedo negar queeres un hombre muy apuesto. Pero sencillamente no eres él" le fuilo más sincera que pude.

Asintió con la cabeza tristemente. "Lo lamento"

"¿Por qué lo lamentas?" le consulté.

"Firmé contrato esta misma tarde. Asumí que el estudio o Peter yate lo habrían comentado". Sus ojos eran más verdes que nuncacuando se clavaron en los míos, pero esta vez a mi alrededor todo

era rojo."Voy a matar a Peter" murmuré entre dientes.

"¿Estás bien?" me llegó desde la espalda la voz grave del aludido.Seguramente Peter me había visto semi inclinada sobre la barramientras Edward me sostenía del brazo.


15/184

"No" respondí girando para enfrentarlo. "¿Cuándo planeabasdecirme que Edward Cullen había firmado contrato para ser nuestro protagonista?".

El rostro de Peter se desfiguró en lo que asumí era una mueca deterror. No esperaba tener que lidiar conmigo tan pronto. Miró aEdward como acusándolo de haberlo puesto en este atolladero.

"¿Mañana?" Su respuesta fue dubitativa.

"¿Mañana?" No reconocí mi propia voz teñida por la ira. "¡Esto esinaceptable! ¡No lo voy a permitir de ninguna manera!"

"Bella, no hay mucho que podamos hacer…" Comenzó a decir Peter.

"¡No, no, no y no!" reclamé como una chiquilla indignada. "Meniego a dejar que el estudio arruine la película".

"Vamos, Bella, no puede ser tan grave" dijo Edward a mi lado.

"Creo que podemos trabajar en esto y sacarlo adelante"

Lo miré de lleno por primera vez desde que entrara. Miré al rostro pálido y perfecto del hombre que estaba a mi lado, al verde brillantede sus ojos y al rojo vibrante de sus labios perfectos. Deslicé lamirada hacia su cuerpo delgado y esbelto delineado bajo el traje queusaba. Su belleza clásica y etérea se me antojó como una cachetada

en el rostro. No había nada en él que me trajera a la memoria unsolo rasgo de mi protagonista.

Quise decirle algo mordaz en respuesta, pero me mordí la lengua.Edward Cullen no tenía la culpa. No era responsable de que elestudio lo hubiera contratado sin decirme. Y tampoco era su pecadoel no ser físicamente apto ante mis ojos. De nuevo la respiración se


16/184

me hacía imposible.

"Lo siento" murmuré. "Necesito respirar". Y tambaleándome salí por la puerta trasera hacia el jardín.

Me acerqué a un banco del parque y me desplomé sin miramientosni preocupaciones por la elegancia del gesto. Tomé grandes bocanadas de aire fresco con la esperanza de que se me despejara elcerebro y las cosas parecieran diferentes. Pero nada cambió con un par de inspiraciones: ni mi bronca ni la sensación de que íbamos aarruinarlo todo.

Sentí que alguien se sentaba a mi lado y levanté la cabeza para ver los ojos verdes de Edward Cullen.

"Lo siento" me dijo suavemente.

"No, yo lo siento. Recién te conozco. No tengo derecho a ser descortés contigo. No es tu culpa" le respondí.

"Pero sigues creyendo que no tengo que hacer el papel" No era una pregunta.

"Sigo creyendo que no eres el adecuado de ninguna manera, sinimportar el increíble talento que tengas" aseguré mirándolo a losojos.

"¿Crees que mi talento no será suficiente para que pueda captar el papel? Puedo hacerlo. Sé que puedo. Y quiero. Dame unaoportunidad" Me susurró. Leí la esperanza en sus ojos. La máscarade estrella de cine se había evaporado.

"Quiero que entiendas algo Edward" le contesté. "Este es mi libro.Esta historia y estos personajes son mi creación. No tengo forma de


17/184

explicarte lo importante que es para un escritor el cuidar de su obra.Es casi como cuidar de un hijo, de una parte de sí mismo".

Tenía ahora toda su atención. Sus ojos verdes se fijaron en los míosmientras esperaba que terminara de explicarle.

"Y tu no eres el correcto para este papel. No puedes darle vida. Hayuna razón para que yo lo haya descripto en el libro hasta el mínimodetalle de sus cabellos o de su piel. Así es como lo veo y así lo venlos fans".

Levantándome del asiento sin mucho preámbulo me dispuse a

marcharme.

"Lo siento" le dije antes de evadirme por la puerta trasera hacia elmundo real. "Pero nunca podrás ser todo lo que Azrael requiere".

Espero sus comentarios para seguir adelante!

Gracias!


18/184

*Chapter 3*: Chapter 2: Entre la espada y la

pared

Capítulo 2: Entre la espada y la pared

Que Edward Cullen fuera a interpretar a mi Azrael era un potencialdesastre.

o, no estaba exagerando.

Eso era exactamente lo que sentía esa noche y lo que me impedíaconciliar el sueño.

Sabía perfectamente que Peter iba a estar enojado mañana. Y queseguramente Edward Cullen no me contaría entre sus amistades.Pero no me importaba

o había nada que pudiera ayudarme a digerir la ira, la decepción y

la creciente impotencia que dominaba mi pecho.

De nuevo, me sentí una marginada y una incomprendida. ¿Era tancomplicado entender lo que esta historia significaba para mi? ¿Y loimportante que era que su versión cinematográfica fuera fiel ysincera a lo que yo había concebido?

Supuse que si. Pero eso no significaba que iba a rendirme.Al otro día, me presenté al estudio en la tarde, de acuerdo a la citaque Peter y yo habíamos establecido. No estaba contento de verme.De hecho, me saludó con un seco "Bella" y me indicó con la cabezaque me sentara. Peter jamás había sido tan frío conmigo.


19/184

"Hola Peter" contesté como si nada hubiera sucedido.

Me miró durante lo que me pareció una hora, aunque tal vez fueratan sólo un minuto. Nunca lo había visto arrugar el ceño durantetanto tiempo. Estaba empezando a creer que jamás hablaría cuandosu voz rasposa me llegó a los oídos.

"Lo que hiciste ayer, Bella, fue lo más descortés que he visto enmuchos años. Y creeme, conviviendo con estrellas, he visto muchascosas"

Era una frase fuerte con la que comenzar una charla. Pero yo había

venido preparada para este tipo de oración introductoria y tenía miarsenal preparado.

"Tan descortés como ocultarme que contrataron un actor para hacer de mi protagonista sin consultarme" rematé indignada.

Peter suspiró y enterró la cabeza entre las manos en un gesto detotal exasperación. O tal vez fuera cansancio.

"Bella, el estudio me avisó de la contratación ayer a la tarde,cuando Edward ya estaba citado para firmar el contrato. No hubonada que pudiera hacer. Me quejé y planteé mis argumentos. Peronada funcionó" me dijo con un hilo de voz. No estaba muy segurade creerle, por lo que aguardé en silencio.

"Esta es mi película también. Una por la que apuesto mucho. Y a mitampoco me gusta que me impongan condiciones o actores con losque trabajar. Pero el estudio fue claro: o es con Edward Cullen o la película no se hace" insistió Peter.

Solté un gritito ahogado. ¿Era eso un ultimátum?


20/184

"A decir verdad Bella, nos podría haber ido mucho peor" continuóPeter. Lo miré sin entender. "Podría habernos tocado un galancitonovato sin ninguna cualidad. Al menos Edward es un actor talentoso. He visto varios de sus trabajos".

"Estoy de acuerdo en eso, Peter. No es algo personal contra él. Perotu y yo sabemos que Edward no tiene el aspecto físico que buscamos. De hecho, es justamente el estereotipo contrario" dije.Peter asintió levemente.

"Y es un gran actor, pero no tiene el porte ni el carácter de Azrael.unca podrá darle la esencia necesaria. No hay nada oscuro en

Edward Cullen. Es justamente todo lo opuesto" continué.

"Lo sé, Bella" me contestó.

"Entonces, ¿por qué? ¿Qué está pensando el estudio al traerlo?" mequejé.

"Está pensando en que las salas se llenarán con su sola presencia en

la película" me respondió.

"¡No me interesa que los espectadores vayan a ver la película por una cara bonita!" exclamé exasperada.

"Lo sé, Bella. Te juro que lo sé. Pero el estudio fue claro. ConEdward o nada. Y yo quiero hacer esta película" me dijo mirándome

seriamente a los ojos. "Y la quiero hacer contigo. ¿Tu que quieres?".os miramos a los ojos durante un tiempo interminable. Finalmente,

suspiré y dije:

"Quiero hacer esta película. Y también quiero que sea contigo".


21/184

"Estamos de acuerdo en esto entonces" sonrió Peter. "Tendremosque esforzarnos un poco más, eso es todo. Y lo primero quenecesito, es que hagas un trabajo especial".

"¿Un trabajo especial? ¿Qué trabajo?" pregunté intrigada.

"Necesito que entrenes intensivamente a Edward para que captecompletamente el papel de Azrael" me dijo.

"No se si pueda hacerlo. No soy entrenadora de actores. No se nadade actuación" le respondí.

"Lo que Edward necesita no son clases de actuación. Le sobratalento. Lo que él necesita es imbuirse de la esencia de esta historiay de este personaje. Y nadie conoce esa esencia más que tu" meindicó Peter.

o pude negar que estaba en lo cierto. Y de algún modo, queríahacerlo. Si no tenía más opción que trabajar con Edward Cullen, almenos trataría de sacar lo mejor de él. Iba a hacer todo lo posible

por convertirlo en alguna versión de Azrael. Aunque no fuera lamejor versión o la que yo hubiera querido.

Justo en ese momento la secretaria de Peter nos anunció queEdward había llegado. Unos segundos más tarde estábamos los tressentados en la oficina. Pude adivinar por el modo en que evitabamis ojos que Edward no estaba muy feliz de verme.

"Bella y yo hemos estado conversando sobre la situación, Edward"dijo Peter ceremoniosamente. "Y hemos acordado que todostenemos que trabajar juntos por el bien de esta película".

"Estoy de acuerdo" respondió Edward y giró para mirarme a losojos por primera vez desde que entrara. "Espero no decepcionarte,


22/184

Bella. Sé que no me quieres para el papel, pero realmente quierohacerlo. Y creo que puedo. Estoy dispuesto a dar todo de mi".

o pude evitar darle una pequeña sonrisa. No era que él no meagradara, era solo que no era el adecuado. No importaba cuantotrabajáramos en ello.

"¡Perfecto!" festejó Peter. "Edward, quiero que pases la mayor cantidad del tiempo posible con Bella para que te instruya en este papel. Nadie mejor que ella conoce las motivaciones y vaivenes deeste personaje"

Ambos asentimos.

"Mañana son las audiciones. Nuestro objetivo ahora es encontrar ala protagonista perfecta" continuó Peter. "No se trata solo dealguien que tenga el talento actoral o el aspecto físico solicitado.

ecesitamos que haya química, que al verlos juntos en escena nosepamos diferenciar la línea en donde la realidad se separa de laficción"

"Quiero que comiencen a trabajar hoy mismo para poder estar listos para mañana" siguió Peter, levantándose de su asiento y caminandohacia nosotros. Se paró entre Edward y yo, y pasó sus brazos sobrenuestros hombros sonriendo. "Confío en ustedes y en lo que podemos lograr juntos. Vamos a encontrar a la perfecta Noelmañana"

Ambos asentimos nuevamente.


23/184

*Chapter 4*: Chapter 3: Mi limitada vision

Capítulo 3: Mi limitada visión

Edward y yo caminamos fuera de las oficinas hacia elestacionamiento. Íbamos particularmente silenciosos, ambosmascullando nuestros propios pensamientos. Teníamos por delantemucho tiempo de trabajo y mucho tiempo compartiendo juntos. Noestaba segura de que eso fuera a funcionar demasiado bien,considerando mi decepción por su participación y la suya frente a

mi reacción."Deberíamos ir a mi hotel" dije para romper la tensión. "Tengo todomi material ahí"

"De acuerdo" me contestó sin mirarme. "¿Cuál es tu hotel?"

"Copahue Star" respondí.

"El mío también" dijo sin mucho entusiasmo. "El estudio debehabernos reservado a ambos"

Siguió caminando con la mirada fija en sus pasos. Tenía la espaldaencorvada como quien lleva un gran peso, la cabeza hundida entrelos hombros y las manos en los bolsillos de su pantalón. Por primeravez desde que lo conocí, Edward se veía real: joven, inseguro e

intranquilo. De repente, ya no era una rutilante estrella de cinecapaz de captar la atención de un salón repleto de gente, sino unchico normal.

Me detuve en seco y no pude evitar murmurar: "Lo lamento"


24/184

Se giró y me miró a los ojos con sorpresa.

"Lo lamento" le volví a decir. "Todo lo que tu querías era trabajar en esta película con Peter y ahora estás atascado conmigo. Sé queno te gusto…".

Edward abrió la boca para hablar, pero lo detuve levantando mismanos. "No digas nada. Me porté horrible contigo y es solo naturalque yo no te guste. Pero espero que puedas perdonarme. Y que podamos trabajar juntos en este proyecto como personas civilizadas.Y…"

Antes de que pudiera agregar nada más, Edward puso un dedo sobremis labios para callarme. Luego tomó mis manos entre las suyas ymeneando la cabeza me dijo: "No, no, no. Bella, nunca dije que nome gustaras"

"Pero me he portado tan mal contigo que pensé que…" balbucee.

"Bella, has sido un poco descortés, es cierto. Pero eso no implica

que no me gustes. Lo único que hace es hacerme sentir presionado einseguro. Porque realmente quiero hacer esto bien por ti. Quieroque me veas en escena y estés orgullosa de que sea yo. Realmentequiero ser tu Azrael" me dijo mirándome a los ojos.

De pronto me pareció que estábamos muy cerca el uno del otro, yque de alguna manera sus ojos verdes casi podían penetrar hasta mi

alma.

"Ayúdame a lograrlo, ¿quieres?" me dijo suavemente, apretando un poco mis manos entre las suyas.

Le sonreí y asentí. Realmente quería hacerlo. Aunque sintiera queno era el correcto, quería que lo fuera. Porque Edward realmente


25/184

quería ser Azrael y se merecía que yo le diera una oportunidad.

"¿Estás en tu auto?" preguntó Edward, dejando mis manos caer naturalmente a mis lados. "Porque yo dejé el mío en el hotel.¿Puedes llevarme?"

"Claro" respondí y nos encaminamos hacia el estacionamiento sindecir otra palabra.

El viaje hacia el hotel estuvo colmado de silencio y pensamientos.Mirándolo de reojo sin que lo notara, pude ver que mirabadistraídamente hacia fuera, sus cejas contraídas en un gesto de

preocupación. Supuse que nuestras mentes estaban de algunamanera en sintonía. Teníamos mucho que perder si esto no salía bien,

Su voz musical rompió el silencio del automóvil. "¿Puedo pedirtealgo?".

Asentí y giré mis ojos hacia los suyos. Podía leer una plegaria en sus

facciones.

"¿Podríamos ingresar por la puerta trasera del hotel? ¿La que estáen el garage?" me pidió.

"Si, claro" respondí un poco confundida. Debe haber leído laexpresión de mi rostro.

"Hay periodistas y fans en la puerta principal. No quiero que mevean" susurró.

Por un momento me detuve a pensar en lo incómodo que debía ser sentirse asediado y observado durante todas las horas del día,durante todos los días del año. Sentí un dejo de compasión


26/184

estrujando mi pecho al verlo sentado en el asiento de mi auto, frágily vulnerable, exhausto y cansado de la presión de ser EdwardCullen todo el tiempo.

"Vamos a mi habitación" le dije cuando llegamos a los ascensoresdesde la puerta del garage, sin pasar por el lobby del hotel.

En algún momento había pensado en decirle que trabajáramos en laconfitería del hotel, pero ahora eso ya no me parecía una buenaidea. Ese lugar también estaría lleno de gente. Gente que posiblemente quisiera algún trozo de él. Quise regalarle un poco detranquilidad a su vida, aunque fuera solo un momento.

"Quedémonos aquí, ¿te parece bien?" dije cuando llegamos a micuarto, señalándole para que se sentara en mi cama.

Pareció gratamente sorprendido durante unos segundos, y luego seacomodó elegantemente sobre mi colchón.

Tomé mi computadora y mis cuadernos, y los desparramé sobre la

cama.

"Antes de que empecemos quiero saber algo" dijo Edwardsolemnemente, mirándome a los ojos. "Quiero saber cómo es él.Cuéntame"

Había tal determinación en su mirada que no pude menos que

complacerlo. Asintiendo lentamente, tomé mi libro del montón de papeles y busqué la cita que conocía casi de memoria.

" Miré a sus ojos caramelo, fríos como el hielo, cualquier emociónerradicada de la profundidad de sus pupilas. Su delicada forma de

laurel y el contraste de sus negras pestañas contra el topacio claro

eran sólo un grito gélido en un silencio absoluto. Demasiado


27/184

bellos para ser humanos.

l viento alborotaba sus cabellos oscuros, tan negros que casi eran

azules en la helada luz de la luna.

Su piel aceitunada era impoluta. No había un solo defecto en latersura de sus mejillas o en la perfecta explanada de su pecho.

iré al fuerte perfil de su nariz aguileña, y a la línea recta de sus

inos labios, contraídos en una mueca de total indiferencia.

Como si no pudiera detener el escrutinio de mis ojos, mi mirada se

osó en las marcadas líneas de su pecho y sus brazos, y de repente se me antojó enorme y gigantesco.

irándome desde su elevada estatura, como si yo fuera una niña,

lo vi como un dios escapado de una pintura renacentista. Tan

imposiblemente masculino y bello que todas las fibras de mi

cuerpo se tensaron en un estrépito. Pero tan inalcanzable como

cualquier hombre que vive en una obra de arte".

Cerré el libro y levanté la mirada. Edward me miraba intensamente,el desasosiego evidente en sus ojos.

"Tenías razón" me dijo. "No me parezco en nada a él"

Bajó la mirada y vi sus dedos juguetear nerviosamente con las

hilachas del acolchado de mi cama. Algo dentro de mi hizo queestirara mi mano y tomara la suya entre las mías.

"Trabajemos para tratar de reparar eso" le sonreí cuando me mirónuevamente a los ojos.

Sin darle tiempo a replicar, tomé unos papeles de entre el desorden


28/184

y le pregunté: "¿Qué tanto sabes de este personaje y de la historia?"

"No mucho" respondió. "Solo lo que pude leer en las pocas escenasdel guión que me enviaron. Ni siquiera estaba completo".

o era un buen comienzo, pero no iba a dejar que eso medesalentara.

"De acuerdo" dije con resolución. "Vamos desde el principio"

Dejé de lado mis papeles y me senté frente a él, obligándolo a clavar su atención en mi.

"Azrael es una especie de ángel, un semi dios, que obedece lasórdenes de un amo. Lo ha hecho durante toda su existencia, la cualsolo podemos imaginar que implica milenios de vagar por la tierra.

o tiene emociones ni grandes cuestionamientos. Es un ser muy poderoso que hace lo que su amo le indica. Esa es su razón de ser:cumplir con las órdenes que le dan. Nunca ha conocido otra cosa".

"Un día su amo le pide que encuentre a una muchacha, unamuchacha que posee un gran poder, el cual puede literalmentecambiar el modo en que el mundo ha vivido hasta ese momento. Eldeber de Azrael es protegerla frente a las fuerzas que buscan acabar con su vida, hasta que llegue el momento en que las puertas entrelos mundos se abran y pueda llevarla con su amo".

"Pero mientras la protege, la perspectiva de Azrael comienza asufrir alteraciones y todo en lo que ha creído hasta ese momento seve alterado. Nunca ha pasado demasiado tiempo con los humanos nise ha hecho planteos sobre ellos. Pero obligado ahora a pasar todosu tiempo con Noel, Azrael no va a poder evitar tener que repensar su propia vida cuando ella le haga notar ciertas cosas"


29/184

oté que Edward me miraba expectante, esperando que continuara.

"Para ser Azrael necesito que te conectes con tu lado más oscuro"le dije de pronto. "Necesito que dejes de lado al Edward tierno ysensible que siempre has sido. Este papel supone que saques arelucir lo peor de ti, lo más terrible y más profundo. Tienes queconectarte con algo completamente nuevo"

El resto de la noche se nos fue contemplando mis notas, releyendo pasajes cada tanto, discutiendo posibles aspectos y motivaciones desu personaje, mientras comíamos lo que habíamos ordenado que nostrajeran al cuarto.

Hice una pausa para ir baño y Edward me sonrió por encima de uncuaderno que estaba leyendo con evidente concentración. Cerré la puerta detrás de mi y me contemplé en el espejo. Mi imagencorriente me miró desde la superficie reflejante, con ojos cansadosde poco sueño y el cabello castaño alborotado como una tormentaen mi cabeza.

Reí ante la dulce ironía de pensar que por el último par de horasesta criatura ordinaria había compartido la habitación con uno delos hombres más deseados del mundo. Y sin embargo, había sidohasta aquí una experiencia sencilla y agradable. Lejos de las luces,los flashes y las sonrisas forzadas, Edward Cullen había probado ser una persona simple y austera, sin grandes despliegues de divismo nila más mínima aprehensión al trabajo duro.

Me sonreí a mí misma en el espejo, ajustando mi enmarañadocabello chocolate en una coleta y salí del baño. Y entonces medetuve en seco.

Desparramado sobre mi acolchado dorado y los suaves cojines de


30/184

mi cama, Edward dormía plácidamente. El cuaderno que hacía un par de minutos sostenía ante sus ojos, se había caído sobre su pechoaún atrapado entre sus dedos ahora laxos. Los ojos cerrados y las pestañas apenas batiendo como mariposas, mientras su pecho se

alzaba y descendía en la rítmica sinfonía del sueño.Durante un par de segundos contemplé la opción de despertarlo para que no perdiera el hilo de su trabajo. Pero en enseguida se meocurrió que debía estar tan o más agotado de lo que yo estaba. Yademás verlo dormir tan plácidamente, ajeno a todo lo que searremolinaba a su alrededor cada vez que volvía a ser él mismo, medisuadió de intentar sacudirlo. En ese momento y en ese mismo

espacio pensé que tal vez si fuera capaz de ofrecerle un refugio y un poco de paz a su alma, aunque fuera solo por un instante.

Casi una hora después lo sentí moverse y giré a tiempo para ver como sus párpados dejaban lugar al verde esmeralda de sus ojos. Sedesperezó sin ninguna elegancia, evidentemente olvidando dónde ycon quién se encontraba, porque en cuanto su mirada se posó en mi

pude ver el color rosado que adquirían sus mejillas y el gestocontrariado de su rostro.

"¡Lo siento, Bella!" me dijo levantándose de la cama y caminandohacia el escritorio donde yo estaba trabajando. Se sentó a mi lado enel piso, su espalda apoyada contra la pata de la mesa junto a mis piernas. Pasó ausentemente su mano delicada por su cabello broncíneo. "¿Por qué no me despertaste? ¿Cuánto tiempo estuve

dormido?" me preguntó mortificado.

"Una hora aproximadamente. No quise despertarte cuandodescasabas tan apaciblemente. Se nota que no es algo que hagasmuy seguido" le respondí con una sonrisa. Verlo sentado a mis piescon la vulnerabilidad a flor de piel me pareció una de las imágenes


31/184

más tiernas que había visto. Tuve el impulso de componer algún personaje basado en él, en lo dulce y delicado de su aspecto y desus gestos, tan distinto a todo lo que siempre consideré atractivo deun hombre. Mi visión de la masculinidad se me antojó de pronto

demasiado acotada.Edward miró a sus piernas desplegadas en el piso y lo vi sonreír."¿Qué estás haciendo?" me preguntó.

"Estoy trabajando en mi nueva novela" le respondí.

"¿Estabas escribiendo?" quiso saber.

"No todavía. Aún estoy terminando de componer los personajes.Darles vida es un asunto un tanto complicado" le dije.

"Cuéntame cómo trabajas" quiso saber, levantando los ojos paramirarme. El sonrojo y la vergüenza parecieron haber dejado surostro.

"Primero, la historia debe venir a mi. Generalmente viene de golpeen el momento menos pensado y de manera abrupta, y es apenas un borrón en mi mente. Por lo que debo trabajarla rápidamente para no perderla" le conté. "Después vienen los personajes. Tengo que pensar cómo se verán, cuál será su historia y cómo será su personalidad. Y darles nombres, lo cual puede ser tan difícil comonombrar a un hijo propio".

Me incliné sobre mis piernas, apoyando los codos en las rodillas ydejando caer las manos, para poder mirarlo más directamente.

"Solo entonces, cuando tengo todo relativamente planificado,comienzo a escribir" le dije, y solté un suspiro.


32/184

"Tu también te ves cansada" comentó Edward de pronto, y lo viextender su mano para tocar las manchas de cansancio bajo misojos. Pero se detuvo antes de que su piel entrara en contacto con lamía y dejó deslizar su mano nuevamente a su regazo.

"¿Quieres que continuemos?" me susurró. "¿Hay algo más quedebería saber?".

"No" le dije segura. "Estás agotado y yo también. Y no creo quenada de lo que podamos ver ahora pueda servirnos mañana. Ve adescansar".

Me sonrió y se levantó del suelo, mirandome desde su altura. Vistodesde esta perspectiva pude ver que era realmente alto y esbelto,delgado lo justo sin que su cuerpo dejara de ser atractivo.

"Bien" me dijo, inseguro acerca de marcharse o no. "¿Nos veremosmañana?"

"Claro" le sonreí y lo observé encaminarse hacia la puerta.

Estaba casi saliendo cuando algo me vino a la cabeza. "Edward…"lo llamé. Giró para mirarme con una extraña luz en los ojos.

"Una cosa más" le dije. "Mañana cuando hagas las audiciones, másallá del aspecto de la actuación, necesito que realmente te enfoquesen encontrar a tu Noel. Quiero que haya magia y química en el aire.

Lo que más me importa en este punto no es tanto como se vea ella osi sabe las líneas, sino que sientas en tu cuerpo que es ella. QueAzrael sienta que encontró a Noel".

Me miró muy serio durante unos segundos y luego asintió. Peroantes de marcharse me preguntó: "¿Cómo se vería Noel?".


33/184

"Cabello castaño apenas ondulado, ojos chocolate, figura delgada yestatura media. No es demasiado linda, sino más bien corriente. Ytiene la piel pálida y la mirada cansada" le dije.

Lo vi sonreír de costado durante un breve instante. "Buenas noches,Bella" me susurró antes de salir por la puerta.

"Buenas noches" le respondí y me pregunté si su sonrisa significabaque había notado quién había inspirado el personaje de Noel.

Escenas muuuuy buenas por venir, quédense por ahí ycuéntenme qué les pareció!


34/184

*Chapter 5*: Chapter 4: La peor pesadilla

de un escri

Capítulo 4: La pesadilla de un escritor

La mañana siguiente llegué al estudio justo en horario. Dormí hastatarde y tomé una ducha caliente muy larga antes de salir de micuarto, ofreciéndole a mi cuerpo la posibilidad de recuperar, almenos mínimamente, la energía de la que carecía últimamente. El proceso de hacer esta película estaba resultando agotador.

Encontré a Peter junto a la mesa de catering, ante la entrada del pequeño estudio que íbamos a usar para la audición. Me uní a élsaludándolo amablemente, mientras tomaba una medialuna de lamesa y me servía un café para tratar de despertarme por completo.

"¿Cómo te encuentras hoy?" me preguntó Peter divertido, notandoel cansancio en mi mirada. "¿Cómo fue ayer?".

Lo miré con exasperación. "Estoy bien, aunque cansada. Y ayer estuvo bien, gracias por preguntar".

Giré sobre mis talones y me encaminé a la puerta del estudio. Sentíque Peter me seguía riéndose por lo bajo.

unca había estado en una audición para una película, por lo que nosabía qué iba encontrarme al otro lado de ese portón. La habitaciónera mucho más grande de lo que yo esperaba. Había gran cantidadde sillas a los costados del pasillo que se abría desde la puerta comosi fuera una sala de auditorios. Al frente, pude ver un espacioabierto totalmente blanco rodeado por dos cámaras y varios juegos


35/184

de luces.

El estudio estaba lleno de gente. Entre las sillas ubicadas hacia elfrente varias muchachas conversaban animadamente, mientras otrasreleían con aspecto nervioso las hojas que seguramente contenían elguión. Algunas de ellas me resultaron familiares por haberlasidentificado en los currículums que había recibido del estudio. Eranlas que había marcado en mi mente como mejores candidatas, almenos a nivel físico. El talento y, más importante aún, la químicaestaban por verse.

Varias de las muchachas alzaron la vista al verme ingresar, algunas

nerviosas y otras visiblemente excitadas. Todas parecían saber quiénera yo, lo que me resultó un tanto incómodo. Pero mantuve lacabeza firme y caminé hacia el escritorio ubicado al frente delespacio de filmación, en donde apoyé mi café y mi bolso.

Peter se acomodó en el asiento a mi lado. No había más sillas quelas nuestras.

"¿No viene ningún representante del estudio?" le consulté.

"No" me respondió Peter con una sonrisa. "Los convencí de que nosdejaran hacer este trabajo. Vamos a filmar la audición y cuandohayamos elegido a la candidata, haremos una presentación frente auna comisión del estudio. ¿Te parece bien?"

"Me parece excelente" le contesté sonriendo.

Miré a mi alrededor chequeando a los presentes: varias chicas,algunos asistentes técnicos y los camarógrafos. No había señales deEdward por ningún lado.

"¿Edward no llegó aún?" le pregunté a Peter. Considerando lo


36/184

cansado que había estado la noche anterior no era difícil imaginar que fuera a llegar tarde.

"Si, claro" respondió el director como si fuera algo obvio. "Está enla sala de maquillaje arreglándose o algo por el estilo"

Hice una mueca de desagrado. Obviamente Edward había retornadoa su otro yo: la estrella de cine con su divismo. Sentí una punzadade dolor en el pecho al pensar que el chico sencillo y agradable dela noche anterior podía ser hoy una persona completamente distinta.

o había terminado de concluir ese pensamiento, cuando escuché la

puerta del estudio abrirse a mis espaldas y supe inmediatamente queEdward Cullen había ingresado al recinto por el creciente nivel deltono de los murmullos y por algún que otro grito ahogado. Cerré losojos exasperada, pensando en qué largo iba a ser el día si estaschicas iban a reaccionar así ante el mínimo batir de pestañas deEdward. ¿Cómo iban a poder actuar junto a él si chillaban histéricascon solo verlo entrar?

Estaba sumida en mis indignados pensamientos cuando una vozsedosa dijo a mi espalda: "Buenos días, Bella". Giré para saludarlo yentonces el aire se me hizo denso en la garganta. Supe que tenía lamirada perpleja y la mandíbula desencajada mientras lo observaba, pero no pude evitar hacerlo. Frente a mi estaba Edward, pero no erael mismo Edward de la noche anterior.

El Edward que estaba ahora parado frente a mi ya no tenía elcabello bronce que yo podía recordar, sino de un color azabacheque enmarcaba su rostro de un modo supernatural. El contraste dela oscuridad de su pelo con la palidez mortal de su piel, le daban asus facciones un aspecto más rígido y delineado, logrando enconjunto que su apariencia perfecta de siempre pareciera ahora una


37/184

belleza fuera de este mundo.

Y en lugar del farol verde de sus ojos, me encontré con dos pupilasde caramelo líquido mirándome con cierta picardía, encuadradas en pestañas delineadas y severas, mientras sus labios, ahora más rojosque nunca, me sonreían de manera altanera.

Levanté una mano tímidamente y apoyé el pulgar junto al contornode sus ojos, moviéndola luego lentamente hasta tomar un mechónde suave cabello negro entre mis dedos. Solo cuando la textura dócilde su pelo me acarició la mano me di cuenta del modo íntimo enque lo estaba tocando.

Bajé la mirada rápidamente, junto con mi mano, y sentí que mismejillas se tornaban rojo sangre. Edward solo rió.

"Es increíble lo que pueden hacer en maquillaje y vestuario,¿verdad?" comentó.

Por primera vez desvié los ojos de su rostro y observé lo que vestía.

Llevaba puesta una camisa blanca de material suave y fiel, abiertalo suficiente como para mostrar un vestigio de su blanco pecho, yun par de sencillos pantalones negros. No era el vestuario que yohabía diseñado para Azrael, pero aún así era lo suficientementenatural y atemporal como para ser adecuado.

Le sonreí suavemente. Solo Edward podía conseguir cambiar su

aspecto de un modo tan drástico y conseguir ser todavía másdeslumbrante.

"Gracias" le dije sin pensarlo. En realidad, era exactamente lo quequería expresarle, aunque sonara tonto. En el fondo yo sabía queeste cambio lo estaba haciendo por mi, para que yo pudiera mirarloy sentir que de alguna manera estaba mirando a Azrael.


38/184

"No hay problema" contestó con una sonrisa. "¿Podemos empezar?" preguntó visiblemente ansioso.

"Por favor" le dije.

Las audiciones de la mañana fueron lo que yo resumiría si tuvieraque pensar en la peor de mis pesadillas. Mientras la mayoría erancompletamente desastrosas, las otras eran apenas tolerables.

El grueso de las actrices solo estaban buscando una oportunidad deestar al lado de Edward, y sus interpretaciones eran casi hilarantes

cuando lo miraban con ojos desorbitados y piernas gelatinosas.Algunas estuvieron mejor, mostrando un poco más de decoro yalgún mérito actoral, pero aún sin lograr convencernos.

Para el descanso del mediodía, Peter lucía sencillamente extenuadomientras el desasosiego era la emoción predominante en el rostro deEdward. Yo, por mi parte, estaba casi en estado vegetativo.

Si para Edward era intolerable tener que actuar una y otra vez lamisma escena sin ninguna motivación de parte de su compañera, y para Peter era insufrible seguir escuchando el mismo recitado sinsentido, para mi era como si estuvieran destrozándome el corazón.Ver una de las escenas claves de mi historia y de mis personajes ser descuartizada una y otra vez era como si una daga se hubiera

clavado en mi corazón y la estuvieran constantemente removiendo.Volvimos al estudio después de un almuerzo liviano que transcurrióen un silencio agotado. Ni Peter ni Edward ni yo intercambiamos palabras mientras comíamos, sumidos en una extenuación colectiva.

Las primeras dos audiciones después del mediodía fueron más de lo


39/184

mismo. Poco talento y poca química. No había manera de quecaptaran el nudo del momento. Y a esta altura hasta Edward, quevenía interpretando su personaje de manera relativamenteconvincente, comenzaba a flaquear en su actuación.

Sin embargo, fue sin duda la audición que siguió la que acabó deestrujar la delgada calma que manteníamos.

"¡Corte!" gritó Peter antes de que hubieran llegado siquiera a lamitad de su diálogo. "Por favor…" murmuró por lo bajo de maneraque solo yo pude oírlo. Vi que la joven actriz nos mirabaconfundida, mientras Edward desplegaba un gesto de evidente

exasperación en su rostro.

"¡No, no, no!" dije meneando la cabeza. Miré a Peter a los ojos pidiendo su permiso. No quería pasar por encima de su rol dedirector. Asintió cansado y escondió los ojos en sus manos mientrasyo me paraba y me dirigía hacia el frente.

"¡Eso fue completamente horroroso!" exclamé cuando estuve parada frente a Edward y la chica. Pude ver la sorpresa escrita ensus rostros. Hasta ese momento yo apenas si había emitido uncomentario.

Giré para incluir a las chicas que aún no habían audicionado o a lasque se había quedado curioseando. "No he visto todavía unainterpretación digna de esta escena. Nadie está captando la esencia

y la relevancia de esta circunstancia" aseguré.

Me volví hacia Edward y la actriz, y volví a hablarles a ellos. "Estees un momento crucial en la historia de estos personajes. Es elcomienzo de algo distinto. Hasta este momento Azrael ha sido conella como una máquina, protegiéndola porque es su deber y su


40/184

misión, pero nada más. Y Noel se ha dejado manejar por él debidoal temor que siente de perder la vida. Este es el momento en quetodo va a cambiar. El momento en que se van a empezar a mirar deotra manera".

Miré a los agobiados ojos de la chica. "Noel tiene miedo y estáinsegura, pero es una mujer independiente y desafiante. Al ver aAzrael siente que está viendo a la máxima expresión de la belleza. Ycuando hablo de belleza no hablo de la humana, sino de la bellezacomo concepto general. No hay, a sus ojos, nada más hermoso queAzrael. Pero su perfección es gélida, helada, inhumana. Es como unrobot o una estatua, que la manipula a su antojo. Ella se siente

incómoda e intimidada junto a él. Y a la vez que le teme, siente unainmensa compasión por el hecho de que él no es capaz de sentir nada, de que ha vagado solo por el mundo durante miles de años sinconocer otra cosa que el deber ante su amo".

La agarré de los brazos como si quisiera hacerla entrar en razón,casi poseída por lo que estaba diciendo. "Cuando Azrael te mira en

esta escena por primera vez con algo distinto en los ojos queindiferencia, todos esos sentimientos se mezclan en ti. El deseo, elmiedo y la compasión. Todo eso debe decir tu rostro, tu cara y tuvoz. Lo más oscuro y lo más puro debe mezclarse perfectamentecuando le devuelvas la mirada. Y al final del diálogo el control estuyo. Ya no eres un objeto que protege, sino una mujer plena".

"Y tu" dije mirando a Edward a los ojos, que pareció contrariado al

ver que él también debía sufrir ante mi. "Azrael es oscuro, primitivoy despiadado. Cruel, si lo prefieres. Hasta aquí ha sido un villano sinsentimientos y sin consideraciones. Pero aquí es cuando empieza amirarla de otra manera. El deseo que sientes por Noel es más fuerteque nada que haya existido. Es antiguo y poderoso. Es adictivo y primordial. Te hace mirarla como si fueras una fiera a punto de


41/184

devorarla"

"Necesito que seas oscuro, posesivo y brutal. Feroz en tu deseo ylóbrego en tus gestos. Es esa crueldad lo que ella más teme y másdesea. Tienes que abrazar tu propia oscuridad y tu inhumanidad para ser Azrael" murmuré casi solo para Edward.

"Bella" escuché la voz de Peter a mi espalda y eso me regresó deltrance. De pronto me sentí acalorada y sonrojada, dándome cuentade que casi había atacado a Edward y a la chica como si fuera unafiera.

"Tengo una idea excelente" continuó Peter.

Lo miré expectante. A esta altura estaba dispuesta a aceptar cualquier idea que pudiera ayudarnos a encontrar a Noel y aterminar con este día de pesadilla.

"Creo que tu tienes que hacer la escena con Edward" dijo Peter conresolución.

Hasta yo pude sentir como se distorsionaban mis facciones ante elterror. "¿Qué? ¡No, de ninguna manera!" exclamé horrorizada.

"Creo que es una idea fantástica" dijo Edward a mis espaldas y pude percibir la sonrisa en su voz.

"¡No, no, no!" volví a decir meneando la cabeza."Piénsalo, Bella" meditó Peter. "Nadie mejor que tu para entender lo que Noel siente en esta escena".

"¡Pero yo no sé nada de actuación!" solté horrorizada.


42/184

"No importa" me aseguró Peter. "Es solo a modo demostrativo, paraque el resto de las actrices y Edward puedan captar lo que les estásindicando".

Me quedé un momento paralizada, las palabras atascadas en mi boca. Entonces sentí una mano que me acariciaba el brazo mientrasuna voz dulce me susurraba al oído: "Vamos Bella, será excelente.Yo puedo ayudarte"

Me giré para mirar a los ojos ahora topacio de Edward, una sonrisa plasmada en su rostro. Volví la cabeza para mirar los ojosesperanzados a Peter. Derrotada, y a la vez espantada, asentí con la

cabeza sin emitir un sonido.

"De acuerdo" dijo Edward moviéndome hacia el centro de la luz delestudio, indicándole a la actriz que se marchara a un asiento. Bajé lacabeza y cerré los ojos presa del pánico, mientras escuchaba ladulce voz de Edward dando indicaciones.

"Por favor, apaguen la luz general y dejen solo la luz puntual sobrenosotros. Será más fácil para ella concentrarse si no puede ver anadie más que a mi. Y silencio también por favor. Empiecen a rodar que nosotros comenzaremos con la escena a nuestro tiempo"

Edward me tomó en sus brazos y me apretó sobre su pecho como laescena indicaba. Entonces murmuró en mi oído: "Estoy contigo.Podemos hacerlo juntos. Confía en mi. Soy Azrael y tu eres Noel".

Suspiré pesadamente. "Cuando estés lista, dímelo".

Me quedé helada durante un instante, aspirando el aroma de su pielcomo si la exquisitez de su perfume natural fuera suficiente paracalmarme. Nunca había actuado. No tenía idea de como hacerlo.Pero quería mostrarles. Quería que supieran cómo se suponía que


43/184

esta escena tenía que ser.

"Lista" le susurré a Edward escondida entre su pecho.

Entonces lo sentí aspirar en mi cabello, justo como la escena

indicaba al comienzo. Y luego su cuerpo se tensó junto al mío, talcomo la escena indicaba también. Lo que me extrañó, y memaravilló a la vez, fue que no sentí que estuviera actuando. Sentíque realmente estaba oliendo mi pelo con intensidad, como si no pudiera tener suficiente de mi aroma, y que su rigidez era unareacción demasiado natural.

Siguiendo la línea de mi personaje, y mi propia curiosidad, alcé misojos desde su pecho para mirarlo.

En ese momento algo se disparó en mi cabeza y al mirarlo a los ojosya no vi a la misma persona que esperaba ver.

De repente, él ya no era él.

Y yo, ya no era yo.

De alguna manera algo había cambiado.

Mirando a la profundidad de sus ojos caramelo, del color exacto quesiempre debieron ser, ya no lo estaba mirando a él, sino a la criaturaque acaba de salvar mi vida. Al semi-ángel que había llegado para

desafiar todo lo que hasta ese momento había creído que era cierto.Al que me había inmerso en un mundo donde la muerte y el peligrome rondaban a cada momento, pero que, sin embargo, me habíahecho sentir viva de nuevo.

El modo en que sus ojos me observaban era recio y casi hambriento,como si yo fuera un plato apetecible para un hombre al borde de la


44/184

inanición. El deseo de su expresión mezclado con la máscara deacero de sus facciones hizo que me temblaran las piernas y elcorazón se me encogiera en el pecho.

De pronto, lo vi como lo que era realmente: un ser magnífico, poderoso y avasallante. La descripción misma de la belleza. Frentea mí, pero a la vez tan enorme y tan lejano.

En ese momento, y por primera vez, Noel y Azrael se miraron a losojos de verdad.

Amo este capítulo…Pero el próximo mucho más!

Por favor, reviews!


45/184

*Chapter 6*: Chapter 5: La fruta prohibida

Capítulo 5: La fruta prohibida

Azrael nunca había mirado a Noel de esa manera. Ella no podíarecordar un momento durante el cual sus ojos se hubieran fijado enella durante más que un segundo. Ni jamás había visto nada en ellosexcepto la más absoluta y glacial indiferencia.

Pero ahora, mientras ella seguía presa de sus brazos y de su pecho, pudo ver algo diferente en sus pupilas: brillaban con un destellooscuro e inquietante. Noel se sintió a la vez excitada y mortificada.

Había algo primitivo en el modo en que Azrael la observaba, susfacciones por primera vez mostrando el vestigio de algunasensación. Noel sintió un viento frío que le corría por la espalda ytiritó contra el duro pecho de Azrael, sin conseguir que su atenciónse disipara de su rostro.

Azrael se separó de ella, dejándola que se sostuviera por sus propiosmedios, y comenzó a girar a su alrededor como un animal salvajeinspeccionando una presa. Noel sintió que todo el cabello de sucuerpo se erizaba ante el examen, sin poder definir si era el temor que la embargaba o la ansiedad que le provocaba verlo por primeravez como un ser vivo.

Finalmente, Azrael se paró frente a ella y la miró detenidamente, posando sus ojos misteriosamente en el cabello castaño que le caíacomo una cascada sobre los hombros hasta cubrirle uno de los pechos. Azrael extendió una mano para tomarlo, pero se detuvo uninstante para preguntar: "¿Puedo?". Su voz áspera y grave le causóun nuevo escalofrío, mientras observaba que él no movía los ojos de


46/184

su objetivo.

oel simplemente asintió, incapaz de articular palabras.

Azrael enredó sus largos y delgados dedos entre sus cabellos y los

alzó, inclinando su cabeza sobre el pecho de Noel, hasta que surostro se hundió en el mechón que sostenía. Aspirando lenta y profundamente, ella lo oyó emitir un mitigado suspiro y luego unaespecie de gemido de placer ahogado.

Finalmente, Azrael levantó la cabeza y volvió a mirarla a los ojosempañados por un ansia casi asesina.

"¿Sabes cómo nació la historia bíblica de la fruta prohibida del árbolde la vida?" preguntó, dejando vagar sus ojos por la piel pálida desus hombros, descendiendo lentamente por la curva de su cuello, para finalmente ascender a su boca.

oel lo vio lamerse los labios en un gesto hambriento, que le pareció tan humano que parecía ridículo en el rostro de Azrael.

"No…" murmuró atemorizada de lo que seguiría. Azrael aúnsostenía su mechón entre los dedos, enredándolo y desenredándolocon cuidada precisión.

"Hace miles de años, tan lejos en el pasado que la raza humana no puede recordarlo, había en el mundo una fruta que merecía el

nombre de prohibida. Comer de ella implicaba encontrarse frente afrente con un gran poder" dijo Azrael lentamente, mirandofijamente el cabello castaño en su mano.

Al ver que no continuaba, Noel encontró el coraje para preguntar:"¿Y cuál era su poder?".


47/184

Azrael levantó sus ojos hacia ella con tanta velocidad que Noel casitrastabilló. Hundió sus pupilas caramelo en las suyas durante uninstante antes de hablar.

"La fruta era extremadamente poderosa. Y cualquier ser mágico quecomiera de ella sufriría inconmensurables consecuencias sobre su propio poderío". Los ojos de Azrael volvieron un segundo al cabellode Noel, para luego retornar con la misma fiereza de antes a sus ojoschocolate. "La fruta realzaba la propia tendencia natural de lacriatura que la saboreara. Intensificaba su don original, por asídecirlo".

Azrael notó la confusión y la duda en los ojos pequeños de Noel. "Site destacabas por tu fuerza, la fruta te hacía imposiblemente fuerte.Si tu predisposición era hacia la velocidad, la fruta te volvíainverosímilmente veloz".

Azrael desvió su atención nuevamente hacia la curva del cuello dela mujer, allí donde el cabello que él sostenía le acariciaba la piel.

"¿Tú la comiste?" escuchó Azrael la tenue voz de Noel."Si" contestó sin mirarla.

oel tragó saliva y juntó toda su fuerza de voluntad para volver a preguntar: "¿Qué efecto tuvo en ti?".

Azrael alzó nuevamente la mirada. Encontró en los ojos de la mujer

más curiosidad que ninguna otra cosa. No supo decidir si eso era bueno o malo.

"Siempre fui extremadamente sensible a los pensamientos ysentimientos de las criaturas que me rodean" dijo finalmente con suvoz insondable. "La fruta intensificó mi empatía. Puedo captar yentender en profundidad lo que otros sienten y piensan, aunque no


48/184

pueda comprenderlo o compartirlo. Eso ha permitido que casi todami existencia pueda manipular a los otros para que hagan lo que yodeseo sin demasiado esfuerzo".

Bajó la mirada a los labios temblorosos de la mujer. "Te hemanipulado a ti" dijo Azrael sin muchos pretextos.

oel suspiró con resignación. "Lo sé" susurró ella en un murmulloapenas audible.

Los ojos de Azrael se dispararon hacia los de ella y Noel notó quesus pupilas se dilataban durante lo que duró apenas un pestañeo.

Después, la fiereza y la calma volvieron a dominarlas. Aún así fuesuficiente como para que ella lo notara.

"Pero hay un precio que pagar por haber probado la fruta prohibida" dijo Azrael con firmeza, tensando un poco los dedosentre los cabellos de ella. "Ningún gran poder es dado sinconsecuencias".

oel le sostuvo la mirada esta vez. Realmente quería saber. "¿Quéconsecuencia es esa?".

"La desesperación absoluta" respondió él con dureza. "La fruta esintoxicantemente adictiva. Su sabor se impregna en tu boca de talforma que nada que puedas probar después de ella es capaz desaciar el ansia que te provoca la necesidad de volver a morderla. Y

su aroma se embebe en tu olfato, de tal manera que no hay perfumeen el mundo que pueda evitar la nostalgia que sientes cuando dejasde percibir su olor".

Los ojos de Noel eran dos esferas deslumbradas de terror.

"La adicción que provoca es más que la que cualquier criatura


49/184

puede soportar. El hambre que genera no puede ser saciada por otroalimento ni por ningún otro poder. Hoy la fruta está extinta. Yquienes tuvieron la desgracia de probarla, han muertoirremediablemente, presas del delirio y la locura que conducen a un

fin autoinducido, solo con el propósito de remediar la sedinsatisfecha de volver a saborearla".

La voz apesadumbrada de Noel era apenas un hilo en el silencioabsoluto que los rodeaba. "Pero tu estás aquí…"

"El único" respondió Azrael mirándola a los ojos.

"¿Por qué?" quiso saber ella.

"Tal vez por que soy más poderoso que los otros, en magia y envoluntad" dijo Azrael, otra vez su mirada vuelta a su mano y alcabello castaño entre sus dedos. "Tal vez porque tengo motivacionesulteriores más allá de mis propios deseos que me impiden poner mis propios antojos sobre ellos".

Sus dedos delgados, pero fuertes, se dejaron enrollar en las hebraschocolate del pelo de Noel, acariciando su extensión de arriba haciaabajo varias veces, sus ojos hipnotizados por el deslizar de su piel enla dócil textura de sus mechones.

"Pero todo mi poder no es suficiente para aplacar la maldición que pesa sobre quienes prueban la fruta prohibida" dijo de golpe

mirándola con intensidad nueva. "Desde que la he probado, no ha pasado un solo día, o quizá un solo momento, en que no fantaseecon volver a saborearla, aún cuando se que eso es imposible.Imagino, sin esperanza, que sostengo la fruta entre mis manos, suaroma apacible llenando mis fosas nasales, hasta que mis dientesresquebrajan la superficie aterciopelada de su forma y su dulce jugo


50/184

me corre por la barbilla, mientras las sensaciones me saturan lossentidos y el poder más increíble me corre por las venas hasta elcorazón".

Azrael se irguió frente a Noel cuan alto era, mirándola desde sualtura con la mirada casi desorbitada de un hombre al borde de lalocura, mientras su puño se cerraba estrujando su cabello.

"Pero siempre he sabido que era imposible. Que la fruta estabaextinta. Que nunca volvería a saborearla o a olerla nuevamente"Azrael calló un segundo. "Hasta hoy" agregó con una voz que casi parecía quebrarse.

Los ojos de Noel le mostraron lo confundida y atemorizada que seencontraba la mujer.

"Tu cabello huele exactamente como recuerdo que la fruta olía" ledijo Azrael con ferocidad. Deslizando su mano por el mechón de pelo que sostenía como si fuera algo delicado y efímero, Azraeldeslizó su rostro hacia sus dedos y hundió su nariz en las hebras quesostenía, aspirando profundamente. Cuando se enderezónuevamente, Noel vio que tenía los ojos cerrados en un gesto de placer absoluto y reverencial. Y cuando sus ojos topacio seabrieron, Noel notó que estaban casi negros de deseo.

En ese momento, mientras los ojos de Azrael eran dagas clavándoseen todas las partes de su piel expuestas a la vista, Noel sintió una

sensación cálida y melosa que le inundó el cuerpo, tomandoresidencia en su piel, en sus articulaciones y en su mente agarrotadade terror.

Azrael sintió el cambio. Casi pudo señalar con un dedo el precisoinstante en que la sintió transformarse frente a él. Algo


51/184

imperceptible se puso en marcha en su interior y, de repente, supoque no estaba mirando a la misma mujer.

Por primera vez la vio como lo que realmente era: un ser majestuoso, sensual y subyugante. Ya no vio a la niña frágil ydelicada que debía proteger a cualquier costo. De repente Noel le pareció enorme e intimidante, y pecaminosamente hermosa.

En toda su existencia jamás Azrael había experimentado la punzadade ardorosa sed que ahora le agarrotaba la garganta al sentir laforma en que la piel de Noel llamaba a su propia piel, el aroma de lamujer y la fantasía del tacto abarrotando todos sus sentidos.

En la mirada desafiante de los ojos chocolate de Noel, Azrael vioalgo que, por primera vez desde que la conocía, había sido capaz deapaciguar el temor que haya siempre le había prodigado. Como unvelo ocultando cualquier otra emoción, el deseo se dibujaba en las pupilas de la mujer. Deseo, lujuria y arrolladora sensualidadcombinadas con el aroma de lo más ardorosamente placentero que

él hubiera probado jamás. Era una combinación excitante,inquietante y nueva.

De pronto, todo era nuevo. El modo en que su cuerpo respondía alde ella, la manera en que su mente se tensaba y aflojaba al son delas emociones de Noel y la forma desafiante de los ojos que lomiraban sin casi asomo de terror o inquietud. Nunca antes Azraelhabía mirado a una mujer como a una verdadera mujer.

"Hazlo" le dijo ella con voz suave, pero entera.

Azrael se sintió perplejo y desorientado, como nunca antes.

"¿Qué cosa?" preguntó intrigado.


52/184

"Sé lo que te estás preguntando. No necesito tu don para saberlo"respondió Noel. "Te preguntas si tengo su sabor, de la mismamanera que tengo su aroma. Deseas saber si es eso lo que me haceespecial. Si es por ello que todos me buscan".

Azrael se quedó duro, el mechón del cabello de ella aún enrolladoen sus paralizados dedos.

"Hazlo" lo instó nuevamente. "Pruébame. Saboréame. Tienes mi permiso"

Azrael la miró a los ojos intensamente durante un minuto. Dos.

Varios más.

Finalmente, ella sintió que la mano delgada y huesuda de Azrael sedeslizaba delicadamente desde el cabello sobre su hombro hastatomar sus dedos entre los suyos. Sin despegar los ojos de los de

oel, como si temiera que ella se desvaneciera de golpe, levantó lamano de la mujer hasta que estuvo a solo milímetros de su boca.

Entonces, cerrando los ojos caramelo, Azrael hundió su nariz en la palma de su mano y aspiró hondo, llenando sus pulmones del aromafascinante y tortuoso. Finalmente ubicó su boca sobre su muñeca, ydeslizó suavemente la lengua sobre ella, haciendo que el cuerpo de

oel temblara ante la humedad de su boca.

Azrael se relamió fascinado.

Sin previo aviso, Azrael soltó su mano y buscó su cuello. Estemovimiento lo trajo tan cerca de ella, que Noel tensó su cuerpoalarmada. Pero Azrael pareció no notarlo, mientras hundía su rostroen el hueco de su garganta, para luego arrastrar su helada lenguasobre toda su extensión, finalmente acariciando y mordiendosuavemente el lóbulo de su oreja.


53/184

oel sintió que todos los hilos de su cuerpo se tensaban ante lacombinada sensación del calor de su deseo y la frialdad de sucontacto.

Azrael levantó entonces los ojos hacia el rostro de Noel, y esta pudover que tenía la mirada clavada en su boca, como si estuvierahipnotizado.

"Me pregunto si…" lo oyó murmurar fascinado. Y sin darle tiempoa razonar, Azrael llevó su nariz hasta la entrada de su boca.Apabullada, Noel entreabrió los labios, un dulce y contenido suspiro

escapando de su boca para depositarse en el rostro ahora muycercano de Azrael.

Azrael gimió casi en éxtasis total, alejándose apenas lo suficientecomo para mirarla a los ojos y que ella pudiera discernir lo cercaque estaba él de sucumbir a sus necesidades y llamados más primitivos, esos que había negado por años. Y Noel sabía que desuceder ella no haría nada para impedirlo.

Con la mirada nuevamente clavada en sus labios, Azrael descendiólentamente sobre ella, llevando su boca hasta apenas estar a unmilímetro de la de ella. Su cuerpo y su mente lo reclamaban. Sucordura pendía de un hilo que estaba indefectiblemente atado a la boca de esta mujer. Saborearla sería llegar al éxtasis absoluto, almáximo placer concebible para una criatura como él. Para Azrael la

boca de Noel era una invitación a todo lo prohibido y repudiable, pero también a lo más fabulosamente placentero y deseado.

Sin embargo, cuando Noel comenzaba a cerrar los ojos sintiéndosevictoriosa, Azrael tomó unos pasos atrás y se alejó de ella, dejandoel contacto flotando entre ellos como un fantasma herido.


54/184

"No" dijo Azrael, meneando la cabeza como tratando de regresar deun intenso sueño. "He prometido protegerte de todos. Incluso de mi.Y no hay en este mundo criatura más peligrosa que yo en estemomento"

Azrael pasó sus brazos por debajo de las rodillas y los brazos deoel, y la levantó como a una niña. Noel no protestó, sabiéndose

prisionera de su fuerza, e incapaz aún de pronunciar palabra que lasacara del shock de la experiencia. Azrael tomó su silencio como unsigno de cansancio y comenzó a caminar. Pero ella lo detuvo.

"Alto" le dijo con firmeza. Azrael bajó la cabeza para mirarla a los

ojos. Entonces Noel se llevó el dedo índice a la boca y lo deslizó por su lengua, impregnándolo del sabor de su boca. Luego alzó la manoe introdujo su dedo entre los labios de Azrael.

Pensó que Azrael iba a dejarla caer cuando lo vio cerrar los ojosapabullado, tirando la cabeza hacia atrás en un gesto de éxtasis,mientras su piernas temblaban debajo de ambos. Pero nunca la

soltó.Iluminándola con ardientes pupilas caramelo, Azrael volvió la vistahacia ella y dejó que Noel se percatara de todas las sensaciones quese deslizaban por el fondo: deseo, lujuria, satisfacción, ansia. Susojos eran un mar de emociones.

"Entonces, es verdad" escuchó que Noel decía entre sus brazos.

Azrael la miró durante un instante sin comprender. "¿Es mi sabor tan fascinante como el de la fruta prohibida?"

Azrael la miró durante unos instantes sin hablar, ponderando sussentimientos y las posibles alternativas de respuesta. Finalmente,optó por mantener su estilo directo y franco.


55/184

"Y mucho más…" respondió y se alejó entre las sombrascargándola.

Sin duda, uno de mis capítulo preferidos…Qué opinan ustedes?

Gracias por sus comentarios. No puedo ni comenzar aexplicarles como me emociona y me llena de alegría saber queles gusta!


56/184

*Chapter 7*: Chapter 6: Aplausos

Capítulo 6: Aplausos

En el preciso instante en que dejamos el haz de luz, algo en micabeza se activó y me encontré a mi misma en los brazos deEdward, suavemente presionada contra su pecho.

Supongo que él debió sentir lo mismo, porque lentamente medepositó en el suelo, aunque no me liberó completamente de suabrazo. Apoyada en su pecho, pude sentir el batir rítmico de surespiración. A nuestro alrededor el silencio era tan absoluto como laoscuridad que nos rodeaba.

"¿Qué ocurre?" me atreví a susurrar en su pecho. Temía quelevantar la voz distorsionara algún instante cósmico en que nosencontráramos inmersos.

"No lo sé" murmuró Edward en mi oído. "Averigüémoslo".Tomando mi mano se dirigió nuevamente hacia la única luz en laoscuridad.

os paramos en el medio del haz, vueltos hacia donde suponíamosque estaba la gente. El silencio era casi apabullante. Edwardsostenía mi mano mientras ponía su cuerpo protectoramente frenteal mío. Usando la otra mano como visera, intentó ver algo en mediode la penumbra sin éxito.

"¿Hola?" lo escuché decir dubitativamente.

Entonces escuchamos un aplauso, tímido al principio, perodefinitivamente ahí. Y lentamente otros se fueron uniendo hasta que


57/184

el silencio se llenó del batir de palmas. La luz del estudio seencendió entonces y nos encontramos frente a una audiencia queaplaudía de pie, mirándonos con todo tipo de emociones en los ojos.

Edward y yo nos encontramos completamente paralizados, mientrasél sostenía mi mano con aprehensión. Anonadados, ninguno de losdos percibió el momento en que Peter se levantó de su asiento ycruzó el espacio del estudio para abrazarnos a ambos.

"¡Eso fue maravilloso!" exclamó excitado. "¡Increíble!".

Peter se separó de nosotros para mirarnos a los ojos a ambos. Pude

notar que Edward estaba tan aturdido como yo, manteniendo mimano en la suya como si fuera el único anclaje a la realidad. Pero sucompostura retornó antes que la mía.

"Gracias" sonrió a nuestro director. Y paseó una mirada agradecidaa la gente que aplaudía, antes de volver sus ojos a los míos yregalarme una sonrisa. Yo le sonreí tímidamente, tratando deregresar de algún modo del trance en el que me encontraba.

Peter decidió dar por terminada la jornada y contactar a las actricesque no habían audicionado aún para fijar una nueva fecha.Finalmente, todos pudimos retirarnos a descansar.

Cuando llegué a mi habitación me dirigí como un autómata a laducha. Mi cuerpo reclamaba un baño, tanto como mi mente la

claridad que trae el agua. Todavía me sentía aturdida y desorientada por los eventos de esa tarde.

Casi toda mi vida adulta había estado de alguna manera atada a estahistoria, a sus personajes y sus vicisitudes tanto como a las palabrasy metáforas que poblaron mi escritura. No podía recordar momentoen mi juventud o mi posterior adultez que no estuviera teñido por el


58/184


59/184

cuadraban con el rol. Sin embargo ahora no podía pensar en Azraelsin ver a Edward.

De alguna manera, Edward era Azrael, y ya nunca más podríaimaginar o pensar en otra persona cuando pensara en él. En sólo uninstante todo lo que había delineado e imaginado por años se habíafundido en nada cuando Edward se había parado frente a mi con susojos caramelo y la ferocidad de su mirada mezclada con la asperezade su voz me habían mostrado al Azrael que toda la vida temí amar.

Dejando que esos pensamientos me inundaran, dejé la ducha y medirigí a la cama. Pero no sin antes hacerme a mí misma una

promesa: buscar a Edward y no sólo disculparme, sino tambiénrogarle que fuera el Azrael de mi película.

Dejenme su opinión por favor!


60/184

*Chapter 8*: Chapter 7: La propuesta

Capítulo 7: La propuesta

A la mañana siguiente me sorprendió encontrar a Edward en laoficina de Peter. Era usual que Peter y yo nos reuniéramos en las primeras horas del día, pero era ciertamente inusual que hubieraalguien más presente.

Por un instante me sentí molesta, pero enseguida hice un esfuerzo por evitar ese sentimiento y sonreí a ambos hombres. Aún le debíauna disculpa a Edward, y no iba a permitir que ningún evento ocircunstancia se entrometiera en mi decisión.

"Hola Bella" saludó alegremente Peter. "Siéntate. Edward y yohemos estado conversando un poco y me gustaría ponerte al tanto".

Respiré hondo para borrar la exasperación que me producía la

sensación de exclusión generada por el hecho de que una reuniónhubiera tenido lugar sin mi presencia. Antes que nada, tenía algoque decir.

"Antes de que me pongan al tanto de lo que han hablado" dijeirguiéndome en mi asiento y utilizando la plenitud de mi voz. "Hayalgo que quisiera decir".

Peter cerró la boca y su expresión se tornó más seria de lo habitual.Ignorándolo, giré para mirar directamente a los ojos de Edwardsentado a mi lado.

"Lo siento" traté de ser lo más sincera posible. "No hay excusas para mi comportamiento previo. Pero soy lo suficientemente


61/184

honesta y justa como para reconocer mis propios errores yaceptarlos".

Edward pareció confuso y pude preveer que intentaba decir algo, por lo que lo corté antes de que tuviera la oportunidad de comenzar.

"Me equivoqué contigo. Estaba segura de que no podrías con el papel, ya fuera por tu apariencia física o por tu personalidad. Peroestaba confundida. Muy confundida, si me permites decirlo"

Edward permaneció estupefacto. Sus seño fruncido era el únicoíndice de alguna emoción en su rostro marmóreo.

"Tu eres Azrael. Sólo tú. Nadie más sería capaz de personificarlo.Lo que hiciste ayer fue sublime. Hiciste que mi cuerpo se tensara alverte actuar. Por primera vez en mi vida, sentí que estaba frente aAzrael". Lo miré a los ojos con expresión suplicante. "Por favor, dique serás mi Azrael"

Edward se mantuvo tieso un instante, pero luego pareció volver en

sí y lo vi removerse i

Pauch - Mientras El Mundo Se Derrumba

Documents

Transcript of Pauch - Mientras El Mundo Se Derrumba