CRISTOLOGÍA I - Resumen Para Exámen, Forma Definitiva

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buen resumen de Cristologí, primera parte del tratado. Sagrada Escritura y concilios.

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CRISTOLOGA I

INTRODUCCIN

1. La cristologa en el conjunto de la teologaJesucristo es el objeto central de la fe de la Iglesia, objeto de la Cristologa (tratado sobre Cristo).La Cristologa es el estudio a la luz de la fe de lo que esta misma fe ensea sobre la persona y enseanzas de Jesucristo. Es el centro del quehacer teolgico. Y es el centro porque l nos revela al Padre: es primero en el orden lgico, pero segundo en el orden de la revelacin. Las dems verdades cristianas reciben de Cristo su fundamento y su fundacin.Por eso, la fe en Cristo es la vida de la Iglesia y de cada cristiano: la identidad del cristiano es la identificacin con Cristo.El cristianismo es una novedad entre las religiones porque se sigue a un hombre que se confiesa el Mesas, el Hijo de Dios, Redentor y Salvador.Puesto que la dogmtica catlica es cristocntrica, la cristologa ocupa lugar central en el conjunto de la dogmtica.Por fin, la Cristologa busca saber quin es Cristo.

2. Punto de partida de la cristologa: Jess nico mediador (1 Tim 2, 5). La mediacin de Cristo, clave de articulacin de la unidad y diversidad en la cristologaLa cristologa parte del hecho de Cristo es el Mediador entre Dios y los hombres. En 1Tim 2, 5 leemos: Porque uno solo es Dios y uno solo tambin es el mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo hombre. Esta verdad es clave para comprender la cristologa y, por tanto, est en su fundamento. Cuando decimos que Jess es el mediador entre Dios y los hombres, decimos a la vez que es Dios y hombre. La persona de Jess hace chocar dos realidades distintas: Dios y el hombre. En l, la conjuncin y, que normalmente es conjuntiva (es decir, une dos cosas), hace que la divinidad y la humanidad se aparten, porque se convergen dos puntos extremos de la realidad. Pero, como afirma San Pablo, solo uno es el mediador y, por tanto, slo en Jesucristo se unen estas dos realidades. l no es un mediador ms como los mediadores del Antiguo Testamento, sino que es el mediador: Jess no cumple la funcin de mediador, sino que es l mismo Mediador. El ser de Jess es ser mediador.Por eso podemos afirmar que Cristo es esencialmente paradjico porque en l coexisten dos realidades distintas, contrarias. En la persona de Jess hay, por tanto, una relacin (la divinidad y la humanidad se relacionan), una tensin (son dos realidades distintas que se chocan) y una identificacin (se unen armnicamente).

3. La relacin de la historia y de la fe en cristologaEn Rm 10, 9-11 leemos: Porque si confiesas con tu boca: Jess es Seor, y crees en tu corazn que Dios le resucit de entre los muertos, te salvars. Porque con el corazn se cree para alcanzar la justicia, y con la boca se confiesa la fe para la salvacin. Ya que la Escritura dice: Todo el que cree en l no quedar confundido. Este pasaje expresa 3 realidades: a) Jess = historiab) Seor = confesin de la fec) no quedar confundido = teologaEn la teologa se unen la fe y la historia porque a travs de ella se puede explicar porque Jess es el Seor, se puede dar razones para la fe.Hay que estudiar la historia de Jess por la cual nos asegura que la fe en Cristo es creble. Su historia es clave para la teologa. Es cierto que la historia no da la fe pero puede hacerla imposible pues puede probar cosas contradictorias a la fe. Por ejemplo: si se prueba que Cristo no tena conciencia de ser el Hijo de Dios, la fe se me hace imposible porque si l no tiene conciencia de s mismo yo tampoco puedo creer en su divinidad. La historia no da la fe pero es necesaria. Una fe que no se fundamenta en la historia no es cristiana. La creencia en Jess no depende solamente de la fe, pero no es independiente de ella: no existe un conocimiento histrico neutro. No es una ciencia exacta ni asptica.

Los presupuestos histricosLos evangelios hay que leerlos con sobriedad: sabemos lo que nos dice el evangelio. Debemos atenernos a lo que dice y no a lo que nuestra imaginacin nos lleva a pensar. La aplicacin de los mtodos histrico-crtico debe ser rigurosa: la fe no teme a las ciencias. En el encuentro con los mtodos la fe muestra su razonabilidad. El mtodo histrico-crtico es necesario pues sin l el cristianismo es una mera religin (Ratzinger). Pero el mtodo tiene sus limitaciones: a) debe investigar el pasado y dejar la palabra en el pasado, es decir, lo que no est atestiguado ser apenas una hiptesis;b) no puede estudiar la Biblia, es decir, el conjunto de todos los libros. El mtodo estudia cada libro. La Biblia debe ser leda en su conjunto, desde la totalidad: esta es la exgesis cannica. Tambin se debe considerar la Tradicin y la analoga de la fe. Al Jess histrico y real se conoce leyendo los evangelios. 4. Datos histricos fundamentales de la vida y predicacin de Jess 1) El nombre Jess quiere decir Dios salva. Es el nombre que le da el ngel;2) Su nacimiento tuvo lugar en tiempos de Herodes (6-4 a.C.). No sabemos con precisin la fecha; 3) Sabemos los nombres de sus padres y sabemos que no tuvo hermanos, pues en el episodio de la anunciacin queda clara la decisin de Mara de no tener relaciones conyugales (cmo pasar eso si no conozco varn? Lc 1, 34);4) Juan Bautista hizo su aparicin del 27 a 28 d.C.; 5) Cuando comenz su ministerio Jess tena unos 30 aos y lo desarroll entre el 28 y el 30 d.C. Muri el 14 o 15 de nisn. Su vida pblica dur muy poco: slo hizo un viaje a Jerusaln. Se desarroll en ciudades hebreas evitando ciudades helensticas; 6) Respecto a su carcter Jess es hebreo y slo le comprendemos a partir de la tradicin hebrea. No form parte de ningn partido poltico-religioso. Era un judo normal que estaba siempre con la gente sencilla, amigo de publicanos y pecadores. Se relacion de manera singular con las mujeres. No perteneca a la comunidad de Qumrn. En definitiva, proviene del hebrasmo comn. 7) Sobre la crucifixin, Jess fue acusado de blasfemia pero no se le aplicaron la pena de un blasfemo (lapidacin) sino que fue crucificado por los romanos con colaboracin de los sacerdotes judos. Esta pena era reservada a los esclavos y no romanos. Los discpulos de Jess experimentaron una grave crisis con su crucifixin, pero luego despus reaparecieron en Jerusaln para formar la primera comunidad.

Obs.: La resurreccin de Jess es histrica pero no es como los dems hechos histricos porque su resurreccin es gloriosa, no es como la de Lzaro. El cuerpo que aparece despus de la resurreccin es un cuerpo glorioso. Por eso es tambin meta-histrica.

5. La confesin de fe: Jess y Cristo; Seor y SalvadorSon claras confesiones cristolgicas: 1Cor 8, 6: no hay ms que un solo Dios, el Padre, de quien todo procede y para quin somos todos nosotros, y un solo Seor, Jesucristo, por quien son todas las cosas, y nosotros tambin por l; Rom 10, 9-10: Porque si confiesas con tu boca: Jess es Seor, y crees en tu corazn que Dios le resucit de entre los muertos, te salvars. Porque con el corazn se cree para alcanzar la justicia, y con la boca se confiesa la fe para la salvacin;1Cor 12, 3: Por eso os declaro que nadie que hable en el Espritu de Dios dice: Anatema Jess!, y nadie puede decir Seor Jess!, sino por el Espritu Santo; 1Tm 2, 5: Porque uno solo es Dios y uno solo tambin es el mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo hombre. Jo 4, 42: nosotros mismos hemos odo que ste es en verdad el Salvador del mundo; Hch 5, 31: A ste lo exalt Dios a su derecha, como Prncipe y Salvador, para otorgar a Israel la conversin y el perdn de los pecados; 2Pe 3, 18: Creced en la gracia y en el conocimiento de nuestro Seor y Salvador Jesucristo. La cristologa desarrolla estas confesiones de fe.

6. Fuentes de la cristologaLa cristologa bebe de las mismas fuentes de la teologa. En primer lugar encontramos a Cristo en la historia en el mundo que remite al plan de salvacin de Dios. El Cristo que est en la historia pertenece a Dios. Accedemos a Cristo hoy en la Iglesia y en ella est Cristo en la Palabra, en las personas que dan testimonio, en la Liturgia. La Iglesia es fuente de conocimiento de la fe en Cristo. A finales del s. XIX algunos acusaron la Iglesia de haber contaminado los evangelios con la filosofa, de haber corrompido la pureza del evangelios (helenizacin). Esto es resultado de no aceptar el auxilio de la razn (protestantismo). Por lo tanto, la cristologa cuenta tambin con el auxilio de la razn para un conocimiento ms perfecto de la persona de Jess.

7. Cristologa y soteriologaLa cristologa es el tratado de Cristo (quin es), la soteriologa, el tratado del Salvador (qu hace Cristo). En algunos momentos de la historia la cristologa y la soteriologa fueron tratadas separadamente lo que no era bueno. En realidad, no existe el ser de Cristo por un lado y sus acciones por otro. No se puede hablar del ser de Cristo sin hablar de su accin salvadora y viceversa.En la Edad Media lo que ms llamaba atencin era la realidad metafsica de Cristo y quedaba perdida la accin salvadora. Eso provoc una reaccin protestante pues ya no les importaba tanto quin es Cristo sino quin es Cristo para m. Para ellos interesaba ms la soteriologa. Eso, al final, es un gran error. Es cierto que el pro me es importante pero slo eso carece de fundamento. Es decir, el pro me es resultado de la fe, de una relacin personal con Cristo en la cual el hombre tambin acta. El hombre sabe quin es Cristo por eso cree en l. Por tanto, la cristologa y la soteriologa van ntimamente unidas ya que una depende directamente de la otra. Son el anverso y el reverso de la misma moneda.

8. Las cristologas con adjetivo: fundamental-dogmtica, ontolgica-funcional, desde arriba-desde abajoCristologa fundamental: es la que estudia la historia de Jess, la continuidad entre el Jess histrico y el Cristo de la fe. Es premisa indispensable para la elaboracin de la cristologa dogmtica. Garantiza la fundamentacin histrico-crtica del acontecimiento Cristo y ofrece una primera aportacin reveladora para conocer la autoconciencia de Jess. Hace uso del mtodo histrico-crtico.Cristologa dogmtica: es la que busca la coherencia intrnseca entre el dato bblico y la tradicin de la Iglesia. Se realiza en tres momentos: a) Fundante en la Sagrada Escritura;b) Normante de la tradicin eclesial;c) Sinttico de la sistematizacin actual del dato de fe. Cristologa ontolgica es la que se explica sobre conceptos racionales o metafsicos, mientras que la funcional explica la accin de Cristo. Aqu tambin se debe evitar la separacin.La desde arriba parte de la Encarnacin (el Padre que enva a su Hijo al encuentro del hombre). La desde abajo parte del Hombre Jess y qu realiz l en su vida terrena. Las dos perspectivas son necesarias.

9. Estructura del curso: Jess mediador y Seor (1 parte); Cristo, mediador y salvador (2 parte)El Mediador viene de arriba pero implica al hombre y a su destino. No es un encargo porque es Mediador por su propio ser. Toda la existencia de Jess es mediadora: Cristo no salva slo en la cruz sino en todos sus actos. De ah procede la unicidad del Mediador. El quin es Jess se explica por el para qu.

PRIMERA PARTEJess, Mediador y Seor

I. El testimonio de la Sagrada Escritura

1. Antiguo Testamento y el misterio de CristoEntre el A.T y el N.T hay una profunda relacin e interaccin. El AT es una preparacin al acontecimiento de Cristo que lleva a la plenitud la revelacin. Sin embargo, la comprensin de este cumplimiento no es unvoca dentro del NT. Existen unos modelos de interpretacin:a) Primer modelo: interpreta el cumplimiento como continuidad en la identidad. Jess toma la Ley y se la aplica. En ese modelo no siempre se aprecia la novedad y el progreso realizado por Jess. Se subraya ms bien una continuidad en la identidad entre la fe cristiana y la obediencia juda;b) Segundo modelo: es el de la promesa-cumplimiento. Jess se convierte en el principio de relectura del AT que se considera la sombra del NT. Subraya la originalidad propia de la revelacin cristiana en detrimento de la veterotestamentaria que se considera anuncio de Cristo. Acenta la nueva comprensin cristiana;c) Tercer modelo: es el de tronco-injerto. Afirma el fundamental humus judo del cristianismo (Jess = Hijo de David, Nuevo Moiss);d) Cuarto modelo: es el del olvido, de la ruptura neta con el AT, que se considera totalmente separado con el acontecimiento Cristo. Ms que su preparacin, es su anttesis. Jess representa la novedad absoluta.En definitiva, podemos afirmar que son indudables las races veterotestamentarias del acontecimiento Cristo. Respecto a los modelos anteriormente explicados, no se puede explicitar la relacin entre el A y el NT a partir de uno solamente. Excluyendo evidentemente el cuarto modelo, la relacin AT x NT gira en torno a la tensin y complementariedad de los tres modelos.Se recuerda adems que, segn los criterios de historicidad, la continuidad y la discontinuidad van unidas. Sabemos que para entender a Cristo hay que entender el Antiguo Testamento. Y una cosa es cierta: Jess est situado en el Antiguo Testamento. Es un hebreo, un piadoso israelita. As, el AT es elemento fundamental de la revelacin progresiva de Dios. Concretamente el AT nos da los antecedentes, el desarrollo de la revelacin. Cristo no lo podramos entender sin el Antiguo Testamento. El AT naturalmente no da noticias de Jess pero s da el marco para la novedad de Cristo. Gracias al AT podemos establecer la continuidad, la discontinuidad y la novedad.

2. Jess intrprete de la EscrituraEl recurso al AT en la cristologa est justificado por el hecho de que Jess mismo lo hizo. El pasaje de Lc 4, 21 nos presenta a Jess como exegeta de la Escritura: hoy mismo se ha cumplido esta Escritura que acabis de or. Esta encuentra en l su cumplimiento. En el relato de Lc no est el pasaje de la Ley. Jess se encuentra con el pasaje de Isaas, es decir, con la lectura proftica, y l la interpreta y actualiza refirindola a s mismo. La Ley ya no es la base de la actualizacin proftica. La lectura proftica queda atrada ahora por otro polo: la persona de Jess. Jess es el punto de convergencia y de cumplimiento de la Escritura. Con eso est abriendo paso al sentido propio de la Escritura: se puede hacer una lectura cristolgica del AT.Existe, as, una Escritura precedente, una realidad antigua cuando comparada con la realidad nueva de Jesucristo. Por eso, es exegticamente correcto afirmar que Jess mismo recurri a la Escritura para interpretar su persona y su obra. El Nuevo est escondido en Antiguo y el Antiguo tiene su explicacin en el Nuevo. Tambin en el Evangelio de Juan 5, 39 queda claro el papel de Jess como intrprete de la Escritura: Vosotros escudriis las Escrituras creyendo tener en ellas la vida eterna; pues bien, ellas dan testimonio de m. Una caracterstica importante de la interpretacin que da Jess a la Escritura es la superacin de los esquemas veterotestamentarios a travs de su novedad: el mesas poltico se convierte en el mesas espiritual y trascendente; el siervo de Yahv es el Hijo obediente que se ofrece voluntariamente a la pasin redentora; el Hijo del hombre glorioso de Daniel se convierte en el Hijo del hombre que sufre y resucita; la mltiple tradicin de la Sabidura se convierte en l en la Sabidura en persona. Segn las Escrituras: cuando San Pablo lo dice en la 1Cor 15, 3s, atestigua la interpretacin del acontecimiento Cristo a la luz del AT.

3. Relectura cristolgica del Antiguo TestamentoPara hacer una correcta relectura cristolgica del AT hay que excluir:a) Una comprensin exclusivamente davdica que vincule inmediatamente la salvacin cristiana a la historia de Israel;b) Una ingenua interpretacin espiritualizada (hay que fundamentarse en el sentido literal e histrico);c) Una interpretacin cristolgica literal e inmediata del AT.La economa veterotestamentaria tiene solo una funcin preparatoria de la venida de Cristo. La continuidad entre los dos Testamentos se fundamenta en dos principios:a) Que Dios es autor de ambos Testamentos de manera que el Antiguo encubriera el Nuevo y el Nuevo descubriera el Antiguo;b) Que aunque Cristo estableci la nueva Alianza con su Sangre, el AT alcanza y muestra su plenitud de sentido en el NT y a su vez lo iluminan y lo explican.El sujeto englobante de esta unidad-dualidad es el acontecimiento Cristo y la comunidad eclesial. La Iglesia, apoyada en la confesin del misterio pascual de Cristo que anuncia, celebra y vive en el Espritu, es el sujeto en el cual se da la unidad y la dualidad del AT y NT, la unidad en la pluralidad de cristologas neotestamentarias y de los dogmas a lo largo de la historia. As, vemos que el recurso al AT no es solo posible, sino que es necesario para una recta interpretacin del acontecimiento Cristo. Una cristologa de orientacin histrico-salvfica no puede dejar de considerar el AT como una premisa indispensable para acceder a la sublimidad del conocimiento de Jesucristo.

4. Prefiguraciones del Antiguo Testamento: las mediacionesPodemos recoger las principales corrientes con significado cristolgico en el AT en torno al concepto de mediacin que corresponde de modo pleno a Cristo, llamado explcitamente mediador (cfr. 1 Tim 2, 5-6; Heb 8, 6; 9, 15; 12, 24). La mediacin nos sirve como elemento en torno al cual ordenar las diversas realizaciones parciales de mediadores en figuras del pueblo suscitadas por la intervencin de Dios. Todos los mediadores veterotestamentarios representan aspectos que confluirn en Jess, verdadero Dios y verdadero hombre, y nico salvador.

4.1. El mediador real: tradicin davdica; ciclo del EmmanuelEn Lucas, el ngel de la anunciacin presenta a Jess con estas expresiones: Ser grande y ser llamado Hijo del Altsimo; el Seor Dios le dar el trono de David su Padre y reinar para siempre en la casa de Jacob y su reino no tendr fin (Lc l, 32 s). Jesucristo es presentado con los rasgos de un personaje real, hijo de David e hijo de Dios. Esta calificacin remite a una lnea mesinica veterotestamentaria que ve en la figura del rey el mediador de la salvacin entre Dios y su pueblo. La raz histrica de la espera mesinica que atribuye al rey davdico la tarea de conducir la historia a su cumplimiento, con la ayuda de Dios, es la llamada promesa davdica, referida en 2 Sam 7, 8-16. El profeta Natn anuncia al rey David la voluntad de Dios: () Cuando hayas llegado al trmino de tu vida y descanses con tus padres, establecer despus de ti un descendiente tuyo, un hijo de tus entraas, y consolidar su reino. l edificar un templo en mi honor y yo consolidar su trono real para siempre. Yo ser para l un padre y l ser para m un hijo (...). Tu casa y tu reino durarn por siempre en mi presencia y tu trono durar por siempre (2 Sam 7,8-16). El contenido central de la promesa se refiere a la proteccin divina sobre la casa de David y su reino, que tendr estabilidad perpetua. El favor de Dios - cuyas relaciones con la descendencia davdica sern como las que tiene un padre con su hijo - no se retirar jams de la casa de David. Este pacto prolonga el pacto del Sina. David recoge y prolonga la promesa hecha a los patriarcas. Hay una estrecha relacin entre las dos promesas, ya que la promesa davdica garantiza a Israel la posesin de la propia tierra, de la propia casa.En el mismo perodo, bajo el reinado de Salomn (971-931 a.C.), el escritor yahvista relee la historia de Israel desde la creacin hasta la posesin de la tierra prometida (texto J del Pentateuco), con el fin de enraizar el reino davdico en la tradicin anterior, ofrecindole tambin una clave de legitimacin teolgica. Son cuatro las orientaciones histricas que se leen en clave davdica. a) El protoevangelio (Gen 3,15): es el punto de partida de esta relectura yahvista. La serpiente ser derrotada. La descendencia de la mujer le aplastar la cabeza. En relacin a toda la comunidad, el tema expresa la promesa de la victoria sobre el enemigo. b) La vocacin de Abrahn (Gen 12 -3): constituye el punto de partida de la historia de Israel: El Seor dijo Abrahn: "Sal de tu tierra () har de ti un gran pueblo, te bendecir.". Israel, que es portador de esta promesa, lo va a realizar en la historia con el rey davdico y con su descendencia. c) La bendicin de Jacob (Gen 49,8-12): contiene la promesa hecha a la casa de Jud: A t, Jud, te alabarn tus hermanos; pondrs la mano sobre la cerviz de tus enemigos [...] No se apartar de Jud el cetro ni el bastn de mando de sus rodillas, hasta que le traigan tributos y le rindan homenaje los pueblos. El acento sobre el futuro dominador es una referencia a David, que recoger la promesa de Jud y la llevar a cumplimiento en su descendencia. d) Los orculos de Balaam (Num 24,15-19): Balam, un adivino de las orillas del Eufrates, que reconoce a Yahv como Dios suyo (Nm 22,18) y bendice a Israel (Nm 23,11-12.25-26; 24,10), habla as: Una estrella sale de Jacob y un cetro surge de Israel, destroza los templos () Uno de Jacob dominar a sus enemigos y har perecer a los acampados en Anar (Nm 24,17-19). La estrella parece referirse aqu a la monarqua davdica y al futuro Mesas de la descendencia davdica, que reducir a los enemigos y a los adversarios de Israel. En el AT se puede trazar una lnea que comienza en el zer (semilla, descendencia) de la mujer (Gen 3,15), pasa por la semilla de Abrahn (Gen 12,7), llega a la semilla de David (7 Sam 7, 12) y desemboca definitivamente en Jess (cf. Gal 3,19), hijo de Jos, de David, de Jud, de Jacob, le Isaac, de Abrahn (cf. genealoga de Jess en Lc 3,23-38).

Los salmos reales: la interpretacin real puede volver a encontrarse en los llamados salmos reales, que siguen la huella de la tradicin davdica. En estos salmos se nos habla de un rey davdico concreto (y contemporneo al salmista). Su ambiente vital parece ser la ceremonia litrgica de la entronizacin real o su conmemoracin anual. Los elementos esenciales de este rito son: a) la uncin del rey; b) su entronizacin y coronacin; c) la entrega del cetro con el decreto de legitimacin (que sealaba los deberes y derechos del rey en cuanto hijo de Yahv y cabeza del pueblo); d) la lectura de la promesa davdica, que se hace as contempornea al nuevo rey (cf. Sal 89; 132; 72; 20). Una sntesis de esta teologa davdico-real se encuentra en el Salmo 21, que expresa la gloria del rey y su intimidad con el Dios que lo sostiene en la victoria contra los enemigos; una figura de mesas revestido de manera asombrosa del kabod divino: Tu victoria ha engrandecido su fama, lo has vestido de honor y majestad (Sal 21,6).

El ciclo del Enmanuel en Isaas: comienza a aflorar la superacin de la expectativa histrica, que casi siempre queda decepcionada. En Is 7, 10-17: se percibe la voluntad de Dios de continuar siendo fiel a la promesa davdica. Ahora bien, Dios interrumpe la lnea de los reyes comenzando de nuevo. En Is 9,1-6: "Un nio nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. Lleva a hombros el principado y es su nombre: Maravilla de Consejero, Dios guerrero, Padre perpetuo, Prncipe de la paz; para dilatar el principado con una paz sin lmites, sobre el trono de David y sobre su reino. Para sostenerlo y consolidarlo con la justicia y el derecho, desde ahora y por siempre (Is 9,5-6). La liberacin se pone en relacin con el nacimiento de un rey davdico justo. En Is 11, 1-9: Poema mesinico cantado por Isaas al futuro rey ideal: Brotar un renuevo del tronco de Jes, y de su raz florecer un vstago. Sobre l.".

4.2. El mediador sacerdotal: mesianismo sacerdotal; sacerdocio realEn el AT puede encontrarse una corriente mesinica sacerdotal que, paralela a la lnea real, desembocar en un mediador escatolgico.

a) La bendicin de Moiss a Lev. La bendicin de Jacob (Gen 49,8-12) haba reconocido a Jud y a su casa una preeminencia real en Israel; de igual manera la bendicin de Moiss ve en Lev y en sus descendientes los detentores no exclusivos del sacerdocio del pueblo elegido (Dt 33,8-11). A Lev, hombre fiel (v.8), y a sus hijos, que guardan tu alianza (v.9), se les atribuyen tres funciones: la transmisin del orculo divino; la tradicin y la interpretacin de la ley y de las observancias ligadas a ella (sobre todo las cultuales conservadas en los diferentes santuarios); el servicio al altar. El salmo 110, de entronizacin regia, presenta la elevacin del rey a la derecha de Yahv: Orculo del Seor a mi Seor: Sintate a mi a mi derecha, y har de tus enemigos estrado de tus pies" (v.1).

b) El sacerdote, mediador de la salvacin. En los textos postexlicos el sacerdote aparece como el verdadero mediador de salvacin. En Jer 33 17-18 (texto postexlico) se establece una comparacin entre las promesas a David y las del sacerdocio. As como David no quedar privado de un descendiente que se siente sobre el trono de la casa de Israel, tampoco a los sacerdotes levitas les faltar nunca quien est delante de m (= del Seor) para ofrecer holocaustos, para quemar el incienso de la ofrenda y cumplir los sacrificios todos los das. Pero, despus del final misterioso de Zorobabel y la desaparicin de la monarqua, el sacerdocio comienza a absorber tambin las funciones reales. El sumo sacerdote se convierte en el nico autntico representante del pueblo. As como la realeza estaba ligada a la familia davdica de la tribu de Jud, el sacerdocio est ligado a la familia sadoquita de la tribu de Lev.En el siglo V la tradicin sacerdotal P, redactada, probablemente durante el destierro, relee el Pentateuco en clave sacerdotal como haba hecho en el siglo X el escritor yahvista en clave real davdica. La tradicin P es la de los sacerdotes del templo de Jerusaln. Esta tradicin absolutiza el ministerio sacerdotal como nica mediacin salvfica, centrada sobre el culto sacrificial. La persona del sumo sacerdote est particularmente subrayada porque l es el que hace la ofrenda diaria (Ex 29,38-42) y el que preside la liturgia anual de la expiacin (Lev 16). No se puede dejar de sealar que esta corriente mesinica sacerdotal atraviesa el AT a la bsqueda de personajes histricos concretos que puedan expresarla al mximo. Decepcionada la verificacin histrica, se proyecta hacia el Mesas sacerdotal futuro. En definitiva, hacia el cumplimiento en Jesucristo, que, siendo Hijo de David, es tambin sacerdote eterno segn el rito de Melquisedec (cfr. Heb 5,10).

4.3. El mediador proftico: el Siervo de Yahv El profeta es el que habla con claridad en lugar de otro, es decir el que habla en nombre de Dios a los hombres. El profeta ha sido llamado por Dios para cumplir una misin que exige una disponibilidad total. Son hombres profundamente insertos en la historia, a la que interpretan y en la que anuncian acciones de Dios en relacin con la fidelidad del pueblo a la Alianza.La funcin proftica es histricamente anterior a la real y a la sacerdotal. Se trata de una funcin carismtica constitutiva de Israel, pues expresa su naturaleza y su misin, radicada como est en una particularsima relacin de dilogo con Dios. La figura del profeta est dibujada en el captulo 18 del Deuteronomio por el mismo Moiss, que amonesta al pueblo para que no se dirija a quien ejerce la adivinanza, el sortilegio o la magia, como hacen los paganos (Dt 18,11-13). El conocimiento de la voluntad de Dios ser manifestado al pueblo mediante un profeta semejante a Moiss y suscitado por Dios (Dt 18,15). A ste, el Seor le pondr en la boca sus palabras y l anunciar lo que le ordene Yahv (Dt 18,18). El profeta es el que manifiesta la voluntad de Dios y no la suya: Cuando el profeta hable en nombre del Seor y la cosa no suceda o suceder, esa palabra no la ha dicho el Seor sino que la ha dicho el profeta por presuncin (Dt 18, 22). La vocacin de profeta es carismtica: el profeta es llamado de manera personal e inmediata por Dios, aunque en los profetas de la corte y ligados al culto hay una cierta institucionalizacin.Moiss es el prototipo de profeta, cuya funcin tiene dos movimientos esenciales. Uno descendente, de manifestacin de la voluntad de Dios al pueblo. El otro ascendente, de intercesin por el pueblo ante Dios. La lnea del profetismo mesinico pasa por Josu, a travs de los Jueces hasta Samuel, Elas, Jeremas y a travs del ebed Yahv, a Jess.Los rasgos profticos descritos permiten entender que el profetismo es una de las formas como es recibida la figura y la misin de Jess. Se habla de l como un profeta (Mt 21, 45), e incluso como el profeta (Jn 7, 40) refirindose con ello al cumplimiento de Dt 18, 15-18. De hecho Jess se comport y habl con el mismo estilo de los profetas: interpretaba las Escrituras (Cf. Lc 4, 16-30), hizo profecas (Mt 13, 1-2; 23, 37; Lc 11, 49; 23, 28, etc.), realiz gestos profticos (Mt 21, 18: la maldicin de la higuera; Jn 8, 1-11: escribir en el suelo mientras acusan a la mujer adltera, etc.); anuncia su pasin, etc.Con todos estos datos se explica que la primera impresin que Jess caus en sus oyentes fuera la de ser un profeta. Al mismo tiempo se aprecia en seguida que el ttulo de profeta es insuficiente: Jess era ms que un profeta, ms que Jons (Mt 12, 41), ms que Salomn, ms que el templo (Mt 12, 42.16). En relacin con los profetas, a Jess se le puede aplicar el ttulo de profeta slo anlogamente. La discontinuidad con los profetas era demasiado evidente, tanto por la autoridad con la que obraba como por sus relaciones con Dios. Jess hablaba y actuaba siempre en primera persona, lo cual es impensable en un profeta. Se haca necesario pasar del ttulo de profeta a los de Cristo e Hijo de Dios, que expresaban mejor la novedad y la originalidad de su identidad.

Los cnticos del Siervo de Yahv (Is 40-45) Los poemas del Siervo de Yahv constituyen el culmen de la corriente proftica de mediacin salvfica que atraviesa todo el AT. Representan un original tema exegtico y teolgico. El contexto es el que sigue a la destruccin de Jerusaln y del templo, con la desaparicin definitiva de la monarqua y la desaparicin temporal del sacerdocio. La figura del Siervo de Yahv tendr un papel importante en la interpretacin cristolgica neotestamentaria. La misin y, sobre todo, la pasin de Jess sern comprendidas a la luz del ebed Yahv de Isaas. Los exegetas distinguen cuatro cnticos. a) Is 42,1-7: presentacin del Siervo y el orculo dirigido a l, relativo a su misin; b) Is 49,1-6: el discurso del Siervo con la vocacin de parte de Dios, su respuesta a la llamada y su misin universal;c) Is 50,4-9: lamentacin del Siervo por sus persecuciones y sufrimientos. d) Is 52,13-53,12: es el ms largo y complejo, pero tambin el ms importante. Podemos subdividirlo en cuatro partes:i) Is 52,13-15: Dios habla del xito y de la exaltacin de su Siervo; ii) Is 53,1-6: todo el pueblo se expresa con una especie de salmo penitencial ante los sufrimientos del Siervo; iii) Is 53,7-10: es el profeta quien habla de los sufrimientos del Siervo; iv) Is 53,11-12: es Dios quien habla de su siervo.Al problema de la identidad y de la misin del Siervo de Yahv, el NT ha dado ya la respuesta definitiva, releyendo el misterio pascual de Jesucristo a la luz de estos cnticos. La profeca se refera en primer lugar a las circunstancias concretas de la misin del profeta. Por eso el profeta tena actualidad, y sus oyentes la captaban. Las sucesivas relecturas proyectaran el texto hacia un futuro indeterminado para salvaguardar su valor, ms all de un presente que no haba agotado el significado, porque no lo haba cumplido enteramente. Hay por ello un paso de la lectura histrica a la lectura escatolgica. Lectura histrica y escatolgica no se oponen, sino que la primera abre a la segunda.La misin del Siervo de Yahv. El Siervo es presentado como un profeta. La funcin universal del Siervo es el anuncio de la palabra (dabar) y la enseanza (torah). Su actitud tiene mucho en comn con la de los dems profetas: paciencia, resignacin, mansedumbre, confianza en Dios. El cuarto cntico dibuja tambin el significado soteriolgico de la pasin y muerte del Siervo. Su sufrimiento es sobre todo querido por Dios, como parte integrante de su misin (Is 53,10).En estos cnticos no podemos dejar de sealar que hay una descripcin ante litteram de la pasin, muerte, sepultura y resurreccin de Jesucristo, inocente, entregado a la muerte en medio de sufrimientos atroces, y resucitado despus por Dios para ser causa de salvacin universal de toda la humanidad. Hasta los detalles coinciden de manera singular. Por eso, el Siervo de Yahv es la figura que mejor ha concentrado en s el prototipo del mediador salvfico definitivo. Su misin de salvacin, dirigida en primer lugar a Israel, se ampla y llega a todos los pueblos. Se realiza en dos momentos: con la obediencia y el sufrimiento en vida; con la victoria y exaltacin despus de la muerte. 4.4. El mediador celeste: Sabidura de Dios, ngel de Yahv, Hijo del hombreLos mediadores real, sacerdotal y proftico responden a una mediacin que podemos llamar ascendente. Existe tambin en la Escritura una corriente descendente de mediacin salvfica. Se trata de mediadores celestes, trascendentes, que traspasan toda barrera de espacio y tiempo. Nos referimos aqu al "ngel de Yahv", a la Sabidura y al Hijo del Hombre.

a) El ngel de Yahv.: suelen distinguirse tres grupos de referencias a esta antigua categora veterotestamentaria. i) En un primer grupo, el ngel de Yahv no parece distinguirse sustancialmente del mismo Yahv: es el Seor trascendente que acta personalmente en la historia del hombre y del pueblo elegido;ii) En un segundo grupo, el ngel acta en nombre de Dios y es distinto de l. El llamado ngel del xodo es un representante estrecho de Dios que acompaa al pueblo en su peregrinacin y que acta en nombre de Dios;iii) En un tercer grupo se habla de "un" ngel de Yahv que, frecuentemente tiene un nombre muy concreto: Miguel (Dan 10,13.21; 12,1), Rafael (Tob 3,17). Apariciones de Yahv a Abrahn junto a la encina de Mambr (Gen 18, 1-4; estos hombres son llamados despus "ngeles": Gen 19, 1).

b) La Sabidura de Dios: la Sabidura est en Dios, de Dios, con Dios. En el AT la Sabidura es de Dios. Slo Dios tiene la plenitud de la Sabidura. La Sabidura es un reflejo de la luz perenne, un espejo sin mancha de la actividad de Dios y una imagen de su bondad (Sab 7,26). Se la puede considerar como un alter-ego de Dios: Los que la veneran dan culto al Santo, y el Seor ama a los que la aman (Eclo 4,14). La Sabidura estuvo presente en la creacin del mundo (Sap 9, 9; cfr tambin Prov 3,19-20; 8,28-29; Job 28,25-27). En Prov 8, 22-31 hay un verdadero cntico a la Sabidura creadora. En el mundo monotesta de la Biblia, la Sabidura no es una diosa-esposa, sino una hija de Dios, creada por l antes que ninguna de sus obras (v.22). La Sabidura es la sabidura misma de Dios, vista como una personificacin de esta cualidad de Yahv, bien subrayada y distinta de las dems cualidades. Se trata, en cualquier caso, de una realidad que ha ocupado un primer plano a la hora de descifrar el acontecimiento Cristo en el NT: qu sabidura es esta que le ha sido dada? (Mc 6,2); de dnde le viene a ste esta sabidura? (Mt 13,54); predicamos a Cristo potencia de Dios y sabidura de Dios (1 Co 1, 24; 1,30).

c) El Hijo del hombre (Dan 7,13-14): el Hijo del hombre es el que anuncia con su aparicin una fusin de todos los dinamismos salvficos presentes en el AT. En su persona se cumplen las aspiraciones de la promesa davdica y la certeza del origen divino, del apoyo y del ineludible cumplimiento para todos los hombres y para el cosmos de esta promesa en la historia y en la eternidad. * Significa solamente hombre* En Daniel parece tomar un significado particular, designando a un hombre que supera la condicin humanaEn sentido colectivo los ngeles, o a los israelitasPersonaje transcendente y celeste, con una actividad escatolgica.5. El Cristo del Nuevo TestamentoCristo es centro y clave del NT. No Jess-hombre y Cristo-Dios, sino Jess, el Cristo, el Mediador. Pero, se puede decir que hay una cristologa del NT? Estrictamente no. Lo que tenemos son testimonios diversos sobre una misma realidad de Cristo. Por eso se puede hablar de cristologa del NT para expresar la imagen de Jess tal como es mostrada en los escritos del NT. Esta cristologa es nica y normativa. Por eso la fe cristolgica de la Iglesia es la cristologa del NT leda en la Tradicin de la Iglesia.

5.1. Lectura unitaria del Nuevo Testamento: secuencia de acontecimientos. Lectura histrico-crticaHablar de Jesucristo en la Escritura es hablar de la entera Sagrada Escritura. No slo porque es el objeto de todos los escritos del Nuevo Testamento, sino porque, como l mismo afirma, las Escrituras dan testimonio de m (Jn 5,39). En efecto, toda la revelacin del Antiguo Testamento contenida en las Escrituras de Israel se dirige a Cristo que la comprende y la expresa con su vida. Por eso, en su vida terrena, entendi los diversos acontecimientos que se presentaban ante l como un cumplimiento de las Escrituras de Israel, ya sea respecto de su misin, ya sea respecto de su pasin. Tras la resurreccin, abri la mente de sus discpulos y les interpret en todas las Escrituras lo que se refera a l (Lc 24,27). Los discpulos, que a lo largo de la vida terrena de Jess no entendieron muchos de los gestos del Maestro, los comprendieron tras la resurreccin a la luz de las Escrituras de Israel. Por eso, la predicacin apostlica es la proclamacin del misterio de Jess desde las Escrituras: Porque os transmit en primer lugar lo mismo que yo recib: que Cristo muri por nuestros pecados, segn las Escrituras; que fue sepultado y que resucit al tercer da, segn las Escrituras; y que se apareci a Cefas, y despus a los doce (1 Co 15,3-5). Con esto, como ya advirti Orgenes, Jess autentific las Escrituras inspiradas que as se convirtieron en Evangelio.Precisamente porque toda la Escritura es Evangelio, resulta difcil, si no imposible, condensar su contenido cristolgico en unos pocos prrafos. Adems, narrar significa elegir, y privilegiar un punto de vista supone necesariamente dejar de lado otros. De todas formas, en toda argumentacin coherente, unas cosas son fundamento de otras y dirigen la arquitectura de la cuestin. En la consideracin de Jesucristo, el punto de partida debe ser la investigacin histrica de Jess de Nazaret, de sus hechos y de sus palabras. Y esto, porque la pregunta por la historia no tiene un inters meramente histrico, como memoria del pasado, sino tambin soteriolgico: sin acontecimiento no hay salvacin, o, cuando menos, sta queda reducida a la idea, o a la necesidad, de salvacin. Es evidente por eso que la pregunta sobre la historia lleva aneja otra sobre el sentido. Dicho de otra forma, el dato histrico sobre Jess lleva aparejado un contenido cristolgico, que, a su vez, no puede separarse del soteriolgico: todas las afirmaciones sobre Cristo tienen un significado salvador, y todas las afirmaciones soteriolgicas tienen su fundamento en la cristologa. La entera proclamacin cristiana est penetrada de este hecho y el Nuevo Testamento es el primer testigo de ello, tambin cuanto invoca textos del Antiguo.

5.2. El gnero literario evangelioLos Evangelios son memoria histrica de Jess, a la vez que una explicacin su identidad de Jess. Sin embargo, en el inters de cada uno de los evangelistas no est nicamente en la presentacin de Cristo y de su obra, sino en su continuidad en la Iglesia, en las consecuencias que eso tiene en la vida de los hombres, etc. La exgesis suele atender a dos lugares para resumir la doctrina de los autores inspirados: los ttulos que se le dan a Jess los ttulos se entienden como un resumen conceptual de su ser y misin y el desarrollo narrativo del evangelio

5.3. Cristologa de los escritos del Nuevo Testamentoa) Sinpticos: fuente Q (tradicin comn a Mt y Lc)No es posible conocer con exactitud la extensin de la fuente Q. Parece que Lc ha conservado mejor que Mt el orden original de los materiales contenidos en Q. Los textos con valor cristolgico son los siguientes:Bautizar con fuego (Lc 3,16; Mt 3,11): El que viene es usado por Juan Bautista. El Mesas es el que viene, el que con su aparicin comienza la era salvfica. En Ap 1, 4.8; 4, 8 se hace explcita la revelacin del nombre divino hecha a Moiss: El que es, el que era y el que viene.Si tu eres el Hijo de Dios (Lc 4,3.9; Mt 4,3.6). Las tentaciones: en las dos primeras el ttulo Hijo de Dios presuponen una concepcin helenstica del hijo de Dios, y su objeto poda ser el de descartar una falsa concepcin del hijo de Dios. Por qu me llamis Seor, Seor? (Lc 6,46; Mt 7,21s.) . A la luz de Mt 24, 24, el Kyrios de Mt 7, 21-23 parece tener un significado que se aproxima al del Hijo del hombre futuro. Se confirma tambin que Jess era llamado Maran(a) (Seor) durante su vida pblica.Juan Bautista y Jess (Lc 7, 18-35; Mt 11, 2-19). Juan ve su misin en la tarea de preparar a Israel para el juicio divino que realizar pronto El que viene, o El ms poderoso.Seguir al Hijo del Hombre (Lc 9,58; Mt 8,20). Sentido terreno del Hijo del hombre, y tambin sentido escatolgico (ver despus).Cristologa de superioridad: Jons y Salomn (Lc 11, 29-32; Mt 12, 39-41). Los sinpticos no slo muestran a Jess que cumple las profecas, sino tambin una cristologa de superioridad: Jess no slo es el cumplimiento de las promesas y prefiguraciones, sino que las supera. El Hijo del hombre futuro (Lc12,8; Mt 10,32). Al hablar del Hijo del hombre en tercera persona, Jess no distingue entre dos personajes inversos, sino entre su estado presente y el status exultationis. Jess es el Hijo del hombre (sufriente), pero ser elevado al rango de Hijo del hombre (glorioso).

Los puntos fundamentales de la cristologa de la fuente Q son: 1) el principal ttulo que se da a Jess es el de Hijo del Hombre, aunque tambin aparecen Hijo de Dios y El que viene; 2) la lnea sapiencial - vinculada a la tradicin apocalptica - determina la presentacin de la persecucin y de la muerte de Jess; 3) la figura de Jess aparece ligada a la del Bautista: muy relacionados, pero El que viene es superior al Bautista (Mt 3, 11).

La cristologa central es la del Hijo del hombre. De los tres grupos en los que se suele dividir los logia sobre el Hijo del hombre, dos estn claramente presentes en la fuente Q: los que tienen carcter escatolgico (el Hijo del hombre que viene); y menos y ms discutidos son los se refieren a la pasin y muerte. La comunidad haba identificado al Hijo del hombre con el Jess histrico apoyados en la tradicin de los logia de Jess. Adems del sentido escatolgico, Hijo del hombre se utiliza tambin para indicar la actividad terrena de Jess (Lc 9, 58; Mt 8, 20), y la actividad taumatrgica y evangelizadora que lo cualifica como el Mesas esperado segn la profeca de Is 61, 1 (Lc 7, 1-10; Mt 8, 5-13).Adems de Hijo del hombre a Jess se le llama Hijo e Hijo de Dios en pocos textos, pero muy importantes: Hijo de Dios en el bautismo (Mt 3, 17), tentaciones (Mt 4, 3.6). En Q es probablemente todava un ttulo mesinico. Ms importante es el ttulo Hijo al comienzo del himno del jbilo (Mt 11, 25-27) en el que la relacin Padre-Hijo es nica y a Jess le viene dado todo del Padre; los hombres slo pueden llegar al Padre a travs del Hijo.Finalmente, Jess viene presentado como Mensajero de sabidura, en el cuadro de la tradicin sapiencial-deutoronomista de la persecucin de los profetas y de los sabios. En el logion sobre Jerusalen, Jess dice no me veris ms. (Mt 23, 39). Lo decisivo es que el rechazado es tambin el juez que viene.En conclusin, la fuente Q presenta ya una interpretacin de la figura de Jess muy precisa: es el Hijo que revela al Padre; es la va de la salvacin y de la paz; es el profeta escatolgico perseguido y rechazado por su pueblo; pero es sobre todo el Hijo del hombre, pobre, en compaa de los publicanos y de los pecadores, pero que posea el poder salvfico del Padre y la autoridad del Juez escatolgico, y como tal era esperado, aunque no se conoca el tiempo preciso de su venida.

Evangelio de Marcos: Es el primer evangelio escrito, y el que ha inventado el nuevo gnero literario evangelio (Mc 1, 1.14-15), etc). Mc utiliza tambin tradiciones precedentes y ofrece una particular visin teolgica de Cristo, Hijo de Dios (1,1). Los destinatarios del evangelio de Mc pertenecan al ambiente helenstico.Texto paradigmtico: Mc 8, 27 9, 13. Ah se utilizan los ttulos Cristo (9, 29), Hijo del hombre (8, 31. 38; 9,9), e Hijo de Dios (8, 38; 9, 7), que es el ms subrayado por Marcos. El ttulo Cristo, utilizado tambin como nombre propio, parece haber perdido el sentido fuerte que tena en ambiente judaico. Jess es Mesas e Hijo de David (10, 47) pero es ms que un descendiente de David y un restaurador del reino. Hijo del hombre segundo ttulo en importancia- se relaciona con el juicio futuro, pero tambin con la obra terrena de Jess y sobre todo con la pasin-muerte-resurreccin.

El secreto mesinico. Se ha hecho clsica esta expresin a partir de Wrede, pero se debe hablar mejor del misterio del Hijo de Dios, porque el ttulo Cristo es el que menos subraya Marcos. El texto fundamental es el de 8, 27-9, 13. Los discpulos no deben contar la transfiguracin de la que han sido testigos hasta despus de la resurreccin. El acento est puesto en el centro de atraccin de todo el evangelio: la pasin-muerte y resurreccin. El silencio es ms bien estupor ante el misterio, que no todos comprenden. Lo anterior se aprecia en el caso de las parbolas: Jess dice que a los discpulos se les ha entregado el misterio, pero a los dems se les habla en parbolas. Por qu las parbolas son un misterio para los de fuera? Porque:1) las parbolas elegidas se refieren todas al reino y contienen una cristologa implcita, en cuanto la potencia del reino est presente en la obra salvfica de Jess, por lo que slo comprende quien se abre a la comprensin de Jess; 2) en Marcos, la parbola sirve no slo para argumentar, sino tambin para revelar de forma oculta, en imgenes, la presencia de la salvacin que da Jess. El mandato del silencio tiene por ello la funcin de esconder el misterio de Jess y su ser verdadero a quienes no estn abiertos a la comprensin. Adems puede referirse al escndalo de la cruz y al peligro de que la proclamacin mesinica se entendiera de forma poltica. Est relacionado en todo caso con la fe.El centro de la cristologa de Marcos es la muerteresurreccin. La vida de Jess aparece desde el principio como un camino hacia la muerte. La pasin es el coronamiento de su obra salvfica, y es interpretada desde el principio como redencin para muchos (10, 45). La pasin es descrita con acentos fuertes, para presentarla como un acontecimiento de salvacin escatolgica, mientras que la resurreccin slo es anunciada. El evangelio concluye con el silencio ante el misterio de la resurreccin.San Marcos recoge una idea sencilla pero muy profunda. Para el segundo evangelista es central el misterio de Jess, Dios y hombre verdadero, que debe ser descubierto por los hombres. Jess es el Cristo y el Hijo de Dios, tal como lo seala el evangelista al comienzo de su relato. Que es Hijo de Dios lo declara el Padre, pero son los hombres quienes deben descubrirlo y confesarlo. Es ciertamente el Cristo, pero tambin esto deben descubrirlo los hombres a la luz de sus palabras y sus gestos, porque Jess realiza la obra del ungido no con las acciones aparatosas que se esperaban del Mesas, sino con su pasin y su cruz (Mc 8,31). En ese sentido, el segundo evangelista describe a lo vivo los sentimientos de Jess como hombre verdadero que se compadece (Mc 1,41), se entristece (Mc 6,6), mira con cario (Mc 10,2), o airado (Mc 3,5), se enfada (Mc 10,13), se aflige y siente angustia (Mc 14,36), etc. Estas condiciones verdaderamente humanas de Jess, como el escndalo de la cruz, pueden quizs velar a los hombres su conocimiento del misterio de Jesucristo verdadero Dios y verdadero hombre, pero al discpulo que le sigue y observa sus obras se le revela (Mc 4,11). Este misterio ser patente cuando el Hijo del Hombre, sufriente, rechazado y llevado a la muerte (Mc 8,31; 9,31; 10,33-34), venga en la gloria (Mc 8,38; 13,26; 14,62).El Jess descrito por Marcos es el Hijo de Dios, salvador escatolgico y juez futuro como Hijo del hombre. Sigue el camino de la cruz y muere, ofreciendo la salvacin definitiva e indicando as el camino que debe seguir tambin el discpulo. El centro, por tanto, es la muerte-resurreccin de la persona misteriosa de Jess, cuyo significado salvfico se muestra solamente a quien se le concede la gracia de abrirse al misterio y de vivirlo.

Evangelio de Mateo: La cristologa de Mateo es ms compleja que la de Marcos y se caracteriza por el aspecto comunitario. Es el nico que trae la palabra iglesia, y en l, la comunidad cristiana se distingue ya claramente de la sinagoga. Mateo llama claramente a Jess Hijo de Dios, en oposicin al judasmo farisaico (21, 53; 22, 7). En el centro de su evangelio se halla el misterio del Hijo de Dios Seor viviente de la, y en la comunidad. Es el Mesas; como se lee al principio del evangelio: Genealoga de Jess Cristo, hijo de David, hijo de Abrahan. Cristo es siempre ttulo mesinico, y corresponde a Hijo de David. A Cristo aade, Hijo de Dios viviente, y a Hijo de David aade Seor (15, 22; 20, 30). Tambin aplica a Jess el ttulo de rey, el ms subrayado por los Sinpticos, aunque no en sentido poltico como se ve por la cita de Zac 9, 9, cuando Jess entra triunfalmente en Jerusaln (21, 5).Mateo expone una serie de citas-cumplimiento, que servan para la predicacin misionera mostrando que la Escritura se cumple en Jess. Jess, por eso, es el verdadero Israel, obediente a Dios. Por su cumplimiento de la voluntad del Padre es el Hijo amado del Padre, y en l el Padre encuentra su beneplcito (3, 17; 11, 25-27).La obediencia de Jess al Padre es un elemento esencial de la cristologa mateana. Por el otro lado, Jess es tambin el Mesas que recibe del Padre el poder del reino. Jess muestra clara conciencia de una misin recibida del Padre y a diferencia de otros rabbi, tiene poder.El reino del Hijo y del Padre. Mateo habla del misterio del reino y del misterio del Hijo. Ambos estn estrechamente vinculados. El texto fundamental es 11, 25-27, que se debe leer sobre el trasfondo de Dan 7, 13-14. En cuanto a la frmula ms cercana a la divinidad es la del bautismo de Jess, y la frmula trinitaria de 28, 19. En ambiente judo era imposible llamar a Jess Thes, ya que Dios indicaba slo al Padre.El reino del Hijo es prcticamente la Iglesia, que tiene la misin de llevar el reino de Dios al mundo inaugurado por Jess (28, 18-20). En cambio, el reino del Padre (13, 43) es el reino futuro, escatolgico, que se realizar solamente en la parusa. La escatologa comienza ya en la muerte-resurreccin de Jess, como lo muestra la doble referencia al terremoto (27, 51; 28, 2). San Mateo presenta una cristologa compleja, fruto de la reflexin del autor inspirado cuando considera a Jess y a su obra a la luz de los textos del Antiguo Testamento. Presenta a Jesucristo en sus condiciones divina y humana: es el Cristo y es el Hijo de Dios (Mt 16,16-17). Jess es el Enmanuel, Dios con nosotros, que est presente en la tierra y en la Iglesia. Ms en concreto, es el Hijo de Dios, que conoce y revela al Padre, y que con l y el Espritu Santo conforma la Trinidad de personas (Mt 4,16-17; 28,19). Pero, al mismo tiempo, es hombre verdadero, Hijo de David, hijo de Abrahn (Mt 1,1). Al ser Hijo de David, con l se cumplen las promesas de Dios al rey de un descendiente que afirme el reino de Dios para siempre. Al ser hijo de Abrahn, se cumple en l la promesa de Dios al patriarca: en tu descendencia sern bendecidos todos los pueblos de la tierra (Gn 22,18). Ahora bien, Jess realiza esta obra de salvacin, para Israel, y para todos los pueblos, como Hijo de Dios (Mt 1,21). La obra de salvacin que Dios haba encargado a su hijo, Israel, en el Antiguo Testamento, la realiza Jess. Por eso, el primer evangelista se complace en sealar cmo en Jess se cumplen las profecas del Antiguo Testamento, quizs de un modo inesperado para sus congneres, pero claro y determinado en el plan de Dios. Sin embargo, en este complejo de atribuciones de Jess, es importante no perder de vista el horizonte del primer evangelista: Jess no es hijo de Dios por la suma de profecas que cumple, sino que cumple las obras de salvacin porque es Hijo de Dios.Mateo pone en el centro de su evangelio el misterio del Hijo de Dios viviente y del reino. En cuanto Hijo de Dios, Jess es Mesas, que es obediente al Padre de modo perfecto, que recibe de l plenos poderes sobre el reino, que como Hijo del hombre vendr a juzgar a los hombres y como Seor viviente sigue estando presente en la comunidad para animarla a llevar al mundo el reino de Dios: de su voluntad y de su salvacin. No se dice qu es el Hijo de Dios en sentido ontolgico. Pero la perspectiva soteriolgica y la ontolgica estn unidas de forma dinmica. Es claro que tiene una relacin especial con el Padre, as como que preexiste al mundo en cuanto sabidura personal, como se ve en la frmula bautismal en la que se le pone en el mismo nivel que el Padre y que el Espritu Santo. Slo le falta la palabra para decir que es Dios. No da, sin embargo ese paso (p.115).

Evangelio de Lucas y Hechos: Entre los Sinpticos, Lucas es el ms existencial y el ms histrico, y eso se aprecia en su cristologa. Aunque el aspecto escatolgico no es tan fuerte como en Mc, no est ausente en Lc. La historia de Jess depende de su lugar en la historia de la salvacin; en ella Jess ocupa el lugar de un nuevo comienzo. As se ve ya en la Anunciacin y en la genealoga que llega hasta Adn. Jess es el nuevo Adn, el hombre nuevo, modelo de todo hombre.En cuanto a los ttulos hay que distinguir los comunes con los otros evangelistas y los propios de Lc. Entre los primeros, se debe citar el de Cristo, que en Act es a veces un nombre (2, 38; 3, 20). Adquiere una fuerza especial cuando Cristo va unido a Seor (kyrios): 1, 43; 7, 13. 19; Act 2, 36. Aparece tambin Hijo de Dios (1, 35; Act 9, 20), Hijo del Altsimo. La concepcin virginal subraya el ser Hijo de Dios en el sentido opuesto a toda adopcin o evolucin histrica de esa filiacin: plena humanidad de Jess y filiacin divina nica y original. Desde la concepcin, es Hijo de Dios; Seor y Cristo lo fue a partir de la resurreccin (Act 2, 36: Sepa pues certsimamente toda la casa de Israel que a este Jess a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Seor y Cristo).Pero la especificidad de la cristologa lucana aparece mejor en los ttulos que le son propios: Salvador (2, 11; Act 5, 31); Benefactor (Act 10, 38), y arkhegs (Jefe: Act 3, 15; 5,31). Estos ttulos estn ligados a concepciones helensticas debidamente corregidas- ya que los destinatarios de Lc viven en un ambiente helenstico. Jess cura enfermedades, se dirige a los pobres (evangelio para los pobres: 4, 18, etc); manifiesta la misericordia de Dios (15: tres parbolas). Si el hombre se abandona al amor de Dios que se revela en Jess, el hombre es salvado, se ve liberado de las preocupaciones, de la angustia (12, 22-31). Pero Jess es al mismo tiempo Jefe, Gua, Iniciador, modelo de vida para todo hombre. El viaje que narra Lc (9, 51-19, 27) es modelo del camino de la vida. De hecho, Lc llama camino (ods: 20, 21 in veritate viam Dei doces; Act 9, 2: quos invenisset huius viae viros ac mulieres, vinctos perduceret in Ierusalem) a la forma de vida centrada en Jess. Ese viaje lleva a Jess a Jerusaln, ciudad de la eleccin divina, de gozo, pero tambin lugar donde Jess es rechazado y donde entregar su vida. Su muerte en Jerusaln es un hecho salvfico.La vida del cristiano debe seguir el ejemplo de Cristo: la antropologa tiene su ejemplar en la cristologa. El camino de Jess hacia la cruz termina en la resurreccin y en la ascensin, y as debe ser la vida del cristiano. Pero Jess no es slo el modelo, sino que da tambin la fuerza del Espritu Santo - primer don del Seor resucitado y prueba de que Jess es Cristo-Seor - para seguirlo. Con el Espritu llegan los ltimos das (Act 2, 17).Lucas se interroga sobre el lugar y el significado de las acciones de Cristo en la historia de los hombres. En este sentido es muy importante el Evangelio de la infancia, del que se ha dicho que es el ltimo captulo del Antiguo Testamento y el primero del Nuevo: del Israel fiel a Dios, del pueblo elegido, surge la salvacin para todas las naciones. Pero este plan divino va todava ms all, y la genealoga de Jess se remonta hasta Adn que, dice Lucas, viene de Dios (Lc 3,38). El paralelismo es fcil de establecer: Dios cre a Adn del barro de la tierra insuflado por el Espritu, y crea al hombre nuevo, Jesucristo, con el descenso del Espritu sobre Santa Mara, modelo de los hombres que son fieles a Dios. Jess es, pues, el nuevo comienzo. Precisamente por eso, las acciones de Jess son determinantes para la nueva situacin de los hombres. La historia de Jess en la tierra es un decidido caminar hacia Jerusaln (Lc 9,51), que es donde culmina la salvacin porque all muere y all tiene lugar su xodo (Lc 9,31) su Ascensin a los cielos que es el estado final hacia el que camina. La Ascensin es el final de su vida terrestre (Lc 24,51-53), el paso del Resucitado a la gloria (Hch 1,6-11), desde donde enva al Espritu Santo. Como en los dems evangelios, Jesucristo aparece calificado con los ttulos que le son propios y que le definen: es Hijo de Dios (1,35; Hch 9,20; etc.), es el Seor (103 veces se usa el ttulo en el Evangelio y 107 en Hechos), es el Cristo (2,22.26; 3,15; etc.; Hch 2,36; 4,26; etc.), el Salvador (Lc 2,11; Hch 5,31; etc.), el Santo y Justo (3,14) etc. Pero, en la lgica del hombre nuevo, apuntada arriba, Jess es el principio, el archegos (Hch 5,31; cf. 3,15), de la nueva criatura. En ese sentido, para el cristiano es modelo de misericordia (Lc 15,1-32) que debe imitar la misericordia de Dios (Lc 6,36), de oracin continua, de pobreza, etc.La cristologa de Lc es muy viva y actual. Tiene un carcter antropolgico-ejemplarstico y personal. El cristiano no es llamado a per-seguir un ideal, sino a seguir a la persona de Jess cada da, en su vida y en su caminar. Pero Jess es Salvador y Gua en cuanto es el Seor resucitado, en cuanto Hijo de Dios, en cuanto tiene una relacin nica con Dios desde el comienzo de su vida terrena. El misterio de Cristo es percibido de manera concreta y vital. No se habla de su preexistencia, sino slo de su unin singular y nica como Hijo con el Padre (10, 21-22). Jess, particularmente en Lc, es el icono del Padre: de un Padre infinita e inesperadamente misericordioso (p. 121).

Cristologa paulina. La tarea de resumir la doctrina se hace ms difcil todava en el caso de San Pablo. Tambin l conoce la vida terrena de Jess. Quizs el texto que puede resumir lo enseado por Pablo sea Flp 2,5-11. All parece reproducir un himno que ha recibido de la proclamacin apostlica, con el que anima a los cristianos a sentir (Flp 2,5) en Cristo. De Jesucristo se proclama su preexistencia y su vaciamiento voluntario siendo de condicin divina (), se anonad a s mismo tomando la forma de siervo, su historia humana mostrndose igual que los dems hombres se humill a s mismo hacindose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz, y su exaltacin: Dios lo exalt y le otorg el nombre que est sobre todo nombre; para que al nombre de Jess toda rodilla se doble () y toda lengua confiese: Jesucristo es el Seor!.Jesucristo es el Hijo de Dios, el Seor hasta 275 veces le denomina as , Dios (Rm 9,5; Tt 2,13), preexistente (Col 1,15-17), pero al llegar la plenitud de los tiempos, envi Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, para redimir a los que estaban bajo la Ley, a fin de que recibisemos la adopcin de hijos (Ga 4,4-5). Con la encarnacin, Jesucristo cumpli las promesas de Dios a su pueblo, y con su obra, sobre todo con su muerte y resurreccin, venci en su propia carne a todos los elementos que esclavizaban a la criatura humana: el pecado, la carne, la muerte, la Ley (Rm 8,8; Col 1,22; etc.). Por eso es el Salvador, pero no slo de Israel, sino de todo hombre, ya sea judo, ya sea gentil (Rm 3,22-23). Jesucristo es el representante y la cabeza de la humanidad, el nuevo Adn, ya que si por ste todos los hombre estamos condenados a morir, por Jesucristo todos somos introducidos en una vida nueva (Rm 5,14; 1 Co 15,20.22; 2 Co 5,14; Col 1,18). ste es el misterio de Dios, Jesucristo, que se puede contemplar desde este punto de vista antropolgico, pero tambin desde una dimensin csmica en la que Jesucristo es contemplado como causa ejemplar, creador y cohesin del universo, como autor de la reconciliacin universal y primicia de los resucitados (Col 15.20).Pablo contempla el misterio de Cristo en relacin con la justificacin del hombre y la vida cristiana. Cuenta en su haber con el kerigma, los himnos de la Iglesia primitiva, y utiliza la apocalptica juda y el AT. Aparece con fuerza el influjo de su vocacin-conversin. En sus escritos hay adems un influjo de la terminologa helenstica.Aunque no hay una verdadera y propia evolucin en la cristologa de Pablo, se pueden distinguir, con Cerfaux, tres etapas:1) Cartas a Tesalonicenses y 1 Co 15. En el centro de 1 y 2 Tes est la resurreccin de Jess y la parusa. Se presenta a Jess en orden a la escatologa. La resurreccin de Jess fue realizada por el Padre en orden a nuestra salvacin. La salvacin futura, la parusa ser el signo de nuestra resurreccin con Cristo, porque la resurreccin es el primer acto de la parusa. Al situar en el centro la resurreccin, - que hace al reino no slo futuro, sino presente - aparece en un segundo lugar Cristo segn la carne. Por eso los milagros de Jess no entran en la sntesis teolgica, y poco la enseanza. La muerte salvfica de Jess aparece solamente una vez, y de pasada (1Tes 5, 10: Nuestro Seor Jesucristo que muri por nosotros para que, ya velemos, ya durmamos, vivamos con l).2) Las grandes cartas paulinas (Gal, Ro, 1 y 2 Cor). La eficacia actual, salvfica, de la muerte-resurreccin de Jess lleva al mundo un nuevo principio, una nueva criatura (Gal 6, 15; 2 Cor 5, 17), la justicia de Dios, su gracia presente en Cristo. El punto de partida es la contraposicin entre el mensaje cristiano, por un lado, y el judasmo y helenismo por otra (Ro 1; 1 Cor, 1). La obra de Cristo es una nueva economa, diversa y opuesta a la de la ley, y a un nivel totalmente distinto de otros movimientos religiosos sincretistas. El cristianismo consiste en aceptar la eficacia salvfica de Cristo. Si hay una sabidura, es la de Dios que nos da su Espritu y que tiene por objeto a Cristo crucificado y los bienes futuros que recibimos de l.3) La cartas de la cautividad. Aqu se encuentra la sntesis ms completa de la cristologa, en la que quedan recogidos todos los materiales de las etapas precedentes. Cristologa explcita que pasa del inters por Cristo en orden a la escatologa futura (1 etapa) y a la soteriologa (2 etapa), a meditar sobre la persona misma de Jess en el cuadro general de la historia de la salvacin. El centro catalizador es el concepto de misterio en sentido cristolgico: el misterio de Cristo (Ef 3, 4). La revelacin es la nica fuente para conocer el misterio de Cristo.El misterio de Cristo se define por su relacin con el cosmos. Cristo unifica el mundo ya en sentido antropolgico, en cuanto une a judos y paganos en un solo cuerpo, o en sentido csmico, sometiendo las potencias enemigas que lo disgregan, y realizando as la unidad en Dios (1 Cor 15, 27-29; Col 2, 14-15). Esta obra de Cristo que representa el retorno a la unidad de origen permite penetrar en el misterio de la persona de Jess, imagen del Dios invisible y Primognito de la creacin (Col 1, 15). Nos referimos brevemente a los himnos de Filipenses y Colosenses.

El himno cristolgico de Fil 2,6-11. Es uno de los pasajes ms fascinantes de toda la literatura cristiana y ofrece la visin teolgica ms amplia del acontecimiento Cristo en toda su complejidad. Se trata de un himno pre-paulino, que sirve a san Pablo como base para recomendar el recto sentir a la comunidad de los Filipenses. El contenido cristolgico del himno presenta cuatro fases que forman otras tantas dimensiones del acontecimiento Cristo:a) La preexistencia y la expoliacin voluntaria. Tened en vosotros los sentimientos que tuvo Cristo Jess, el cual no consider un tesoro codicioso ser igual a Dios; sino que se despoj (eknosen) a s mismo (Fil 2 ,5-7a). Aqu se afirma que Cristo subsiste en la forma o en la condicin divina y que, encontrndose en esta condicin, se despoj a s mismo. Esta knosis indica tanto la encarnacin (cf. v.7b) como el modo como sta ha sido querida y realizada por el Hijo (cf. v.8). b) La condicin humana de Cristo caracterizada por su obediencia absoluta: tom la condicin de esclavo hacindose semejante a los hombres. Y as, actuando como un hombre cualquiera, se rebaj hasta someterse incluso a la muerte y una muerte de cruz (Fil 2 ,7b-9). La afirmacin relativa a Cristo, hecho (ghenmenos) semejante a los hombres, subraya tanto la realidad de la encarnacin como la modalidad de su realizacin. c) La exaltacin de Cristo y su triunfo sobre el universo: Por eso, Dios lo levant sobre todo y le concedi el "Nombre- sobre-todo-nombre", de modo que al nombre de Jess toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: "Jesucristo es Seor", para gloria de Dios Padre (Fil 2, 9-11). Siendo la exaltacin de Cristo no una actitud, sino una condicin ontolgica, sta da cumplimiento adecuado a la knosis ontolgica y existencial de la encarnacin y de la pasin-muerte. El himno puede considerarse como un testimonio antiqusimo de cristologa completa, puesto que hace referencia a las tres condiciones de Cristo, antes, durante y despus de la encarnacin. Este himno estuvo en la base de la doctrina patrstica del intercambio: el Hijo de Dios, sin perder sus prerrogativas divinas, se hace lo que somos nosotros, para que nosotros podamos llegar a ser lo que es l.

La cristologa csmica de Col 1 15-20. En este grandioso himno, primognito (prottokos) no indica la primera de una larga serie de criaturas, sino el unignito Hijo de Dios, en cuanto Sabidura (cf. 1 Cor 1, 24) redentora y por tanto tambin creadora (cf. 1 Cor 8,6) del hombre y del cosmos. Adems de creador y causa ejemplar (Col 1,16), Cristo es presentado como cohesin del cosmos (Col 1, 17), como cabeza de la Iglesia y primicia de los resucitados (Col 1, 18), como autor le la redencin y de la reconciliacin universal a travs de la sangre de su cruz (Col 1, 20).

Ttulos cristolgicos. a) Cristo: en Act Pablo proclama: Jess es el Cristo (9, 20-22). El ttulo Cristo se une a las profesiones de fe;b) Seor: ha pasado a Pablo de la comunidad primitiva y evoca el maranath (1 Cor 16, 22). El ttulo es objeto de fe y significa la soberana de Cristo resucitado (connotacin de la parusa). Pero significa tambin la dignidad divina de Jess, como se aprecia en las citas del AT aplicadas al Seor Jess. Jess es Seor expresa la confesin cristolgica fundamental, en la que se unen el acontecimiento y el misterio de Cristo: Fil 2, 11: y toda lengua proclame: Jesucristo es Seor para gloria de Dios Padre; 1 Co 12, 3: Nadie puede decir Jess es Seor sino en el Espritu Santo; Ro 10, 9: Si confesares con tu boca que Jess es el Seor y creyeres en tu corazn que Dios lo resucit de entre los muertos, sers salvo).c) Hijo de Dios: expresa la relacin de Jess con el Padre. La resurreccin y exaltacin de Jess manifiesta su condicin de Hijo de Dios. Pablo no parece haber atribuido a Jess el ttulo de Dios (Thes) porque lo reserva (O Thes) al Padre para evitar que si se le aplica a Jess pueda dar la impresin de una segunda divinidad. Jess posee la divinidad, pero en dependencia del Padre: plantea con ello el problema de la cristologa, que es la coherencia de la fe en la divinidad de Jess y al mismo tiempo su dependencia del Padre (cfr 1 Cor 8, 6).

Conclusin: Para Pablo, Jesucristo es prexistente en forma de Dios en el Padre. A travs de l ha venido a ser la creacin y tambin la redencin, y a travs de l todo debe volver al Padre (129-130)

Carta a los Hebreos. La carta a los Hebreos cuenta con una cristologa propia, ligada a la tradicin. Los ttulos que ms aparecen en ella son los de Cristo y Seor - que se convierten en nombres -, y los de Hijo e Hijo de Dios. Jess es llamado claramente Dios aunque sea a travs de una cita del AT. Tema clave es el del sacerdocio de Cristo. En cuanto Sacerdote, Jess llega a ser tambin Mediador de la nueva Alianza (8, 16; 9, 15; 12, 24). Lo mismo que en Pablo Jess se muestra como fin y cumplimiento del rgimen de la Ley, as el Hijo de Dios, como Sacerdote y Mediador de la nueva alianza, es fin y cumplimiento del sacerdocio y del culto de la antigua.

Cristologa joanea: San Juan, en el evangelio, y tambin en sus otros escritos, es probablemente quien presenta una cristologa ms alta y profunda. Juan presenta a Jesucristo a la luz de la resurreccin, pero no lo desvincula de las acciones del Jess terreno. Por eso, al referir la historia de Jess, recoge ttulos que pueden parecer humildes hijo de Jos, raz y linaje de David, rabb, hombre, y tambin otros que podran malinterpretarse, como profeta, rey, o Mesas. Sin embargo, los ttulos ms importantes son los que expresan su singularidad: en su ser el Hijo de Dios, el Unignito, el Hijo del Hombre, el Salvador, el Seor, el Logos de Dios, Principio y Fin , y en su funcin: pan de vida, vid verdadera, luz del mundo, puerta, pastor, camino, verdad y vida, Cordero de Dios. La verdad sobre Jesucristo se concentra en las frases del prlogo del evangelio (Jn 1,1-18). Jess es el Logos, el Verbo eterno de Dios, y, por tanto, preexistente, que es consustancial al Padre, y por quien fueron creadas todas las cosas. Pero este Verbo de Dios se hizo carne (Jn 1,14), y la encarnacin est unida a su misin por la que es fuente de luz y de vida para los hombres. Finalmente, el Verbo de Dios encarnado es tambin el revelador: A Dios nadie lo ha visto jams; el Dios Unignito, el que est en el seno del Padre, l mismo lo dio a conocer (Jn 1,18). El evangelio entero es como un desarrollo de accin de estas tres cualidades de Jesucristo preexistencia, envo y salvacin, revelacin slo que la mayor parte de las veces subrayando la dimensin ascendente: Jess es el Camino, la Verdad y la Vida; nadie va al Padre si no es a travs de m (Jn 14,6).Los ttulos responden a varios modelos. Los tres modelos ms importantes son: 1) mesinico; 2) el de la venida del cielo, y retorno al cielo (al Padre), centrado en Hijo del hombre; 3) el propiamente jonico de la preexistencia activa en la gloria, la aparicin de la gloria terrena centrada en lgos/sarx (Prlogo). Relacin cristocentrismo-teocentrismo, planteado por el subrayado, tambin en Jn, de la constante y total obediencia filial (junto a la unidad con el Padre). Como en Pablo, el cristocentrismo es ledo a la luz del teocentrismo: el Hijo revela al Padre y conduce al hombre al Padre con quien es una sola cosa, y as lo revela porque quien me ha visto a m ha visto al padre (14, 9).El misterio de la persona de Jess se revela en la gloria terrena del Hijo Unignito, experimentada por los apstoles en los signos (2, 11). Juan relata siete signos (de los que solamente dos o tres tienen paralelos en los Sinpticos), algunos de ellos muy espectaculares. Con ellos, Jess revela su gloria, es decir, su funcin salvfica respecto al hombre: esposo de la las bodas mesinicas, luz del mundo, pan de vida, vida, responden a las grandes expectativas del hombre: la verdad, la vida, el amor. El gran signo, sin embargo, es el del paso del Hijo al Padre mediante la muerte-resurreccin. El ser alzado en la cruz, se presenta como un triunfo paradjico de Jess, una exaltacin del Hijo del hombre que recoge a todos en unidad, y es al mismo tiempo la exaltacin del Hijo de Dios a la gloria para enviar el Espritu Santo (7, 38-39). La misin salvfica de Jess se prolonga en las palabras y en las obras de los discpulos.

La cristologa del prlogo joaneo (Jn 1,1-18). La reflexin de san Juan representa el culmen de la inteligencia de Cristo en el NT, porque une armnicamente cristologa y soteriologa, eternidad e historia, Jess histrico y Cristo pascual. Si en el prlogo (Jn 1, 1-18) el movimiento es desde arriba hacia abajo, en el resto del evangelio el movimiento es desde abajo hacia arriba (Jn 1, 19-20,31). Mientras en el prlogo desde el Verbo que es Dios se llega a su encarnacin, en el resto del evangelio se sube de Jess de Nazaret a la confesin de su divinidad. En los dos primeros versculos En el principio exista el Verbo (ho lgos), y el Verbo estaba junto a Dios y el Verbo era Dios. l Verbo estaba en el principio junto a Dios (v.1-2) tenemos cuatro proposiciones que con el mismo ritmo y con el mismo verbo (erat) expresan el ser eterno del Logos, su particularsima cercana ontolgica junto a Dios, su divinidad y su preexistencia. En esta realidad desde arriba est el fundamento de la autoridad absoluta de Jess en la tierra. El tercer versculo expresa de dos maneras, afirmativa y negativamente, el concepto de la accin creadora del Verbo: Todo fue creado por medio de l, y nada de lo que existe ha sido hecho sin l (v.3; cf. tambin v. 10). Todo se refiere a toda la obra ad extra de Dios, y, por tanto, no slo a la creacin, sino tambin a la historia de la salvacin. En los versculos 13-14 se afirma la encarnacin del Verbo. Juan hace dos afirmaciones: la encarnacin del Verbo (v.l4) y su concepcin virginal. De acuerdo con la lectura en singular, el cual del v.l3 presenta en primer lugar las modalidades de la encarnacin del Verbo: el cual ha sido engendrado no de sangre, ni de amor carnal, ni de voluntad humana, sino de Dios (v.l3). En segundo lugar, el evangelista reafirma la realidad de la encarnacin: Y el Verbo se hizo carne y habit entre nosotros" (v.14) ste es el punto culminante del prlogo. El Logos que ya exista, ahora deviene. Mientras antes estaba con Dios, ahora es tambin hombre. Si antes slo poda ser contemplado por medio de una manifestacin suya (creacin, pueblo elegido y sus mediadores), ahora es contemplado personalmente. En los versculos 15-17, el Verbo se identifica expresamente con Jesucristo (v. 17), histricamente prenunciado por Juan Bautista: ste es aquel de quien dije (v.l5). Hay por tanto una continuidad e identidad personal, adems de funcional, entre el Verbo eterno y el Jess histrico. Adems, precisamente porque viene de Dios, el Verbo encarnado, es decir, Jesucristo, puede ser el nico verdadero revelador del misterio de Dios: A Dios nadie lo ha visto nunca; el Hijo nico que est en el seno del Padre es quien nos lo ha revelado (v.18). En este prlogo hay una sntesis cristolgica inspirada. El Verbo est junto a Dios; l mismo es Dios; es creador; se hace verdadero hombre para dar al hombre el poder de llegar a ser hijo de Dios; es el nico revelador de Dios. El Verbo es Jesucristo, Hijo unignito del Padre (v. 17-18).El modelo cristolgico ms complexivo en Juan incluye los siguientes elementos: preexistencia, encarnacin-misin, revelacin y espacio abierto a la misin universal para llevar a todos los hombres a la fe en Jess, y por tanto a la vida; unidad final del nico rebao y del nico pastor que corresponde a la unidad de origen en la creacin.

ConclusinConstantes en las diversas tradiciones cristolgicas: 1) los ttulos: Mesas, Seor, Hijo de Dios se usan desde el principio y permanecen. Nuestro Seor Jesucristo y Jess Cristo aparecen como nombres propios. A partir de los ttulos se desarrolla la fe en la preexistencia y en la divinidad de Jess. El ttulo Hijo del hombre tiene importancia sobre todo para el aspecto escatolgico de Cristo, en relacin a la historia y a su cumplimiento, en tanto que la cristologa del Hijo abre la va a la cristologa ontolgica de la preexistencia y de la encarnacin. 2) el evento central de la cristologa del NT es la muerte-resurreccin-glorificacin de la persona de Cristo, a partir de la cual es enviado el ES. La realidad terrena de Jess es una condicin necesaria. 3) Hay un vnculo estrecho entre cristologa y soteriologa.La toma de conciencia de la divinidad de Jess y de su importancia en orden a la salvacin, al mundo y a la historia, fue progresiva bajo la accin del ES. El desarrollo progresivo no significa una evolucin cualitativa, sino explicitacin de un acontecimiento demasiado grande para comprenderlo de un golpe en toda su misteriosa profundidad, como es el hecho de Cristo en el conjunto de su vida terrena y de glorificacin-elevacin.

6. Cristo, centro de todo el Nuevo TestamentoEl NT no gira en torno a una idea o a un conjunto de ideas, sino a la persona misma de Jess. l es el origen y fundamento del NT, siendo el punto de partida de la cristologa. Pero Jess debe ser considerado no solo desde el acontecimiento pascual, sino desde su Encarnacin hasta su Ascensin. Lo que se quiere subrayar aqu es el hecho de que tambin la actividad prepascual de Jess es importante. Es cierto que el acontecimiento pascual constituye la verdadera clave de lectura de la persona y de la obra de Cristo, pero esta persona y esta obra se haban manifestado cumplidamente en su vivencia histrica. El Jess prepascual tiene un intrnseco y esencial significado cristolgico y soteriolgico. El nacimiento y toda su existencia son acontecimientos salvficos plenarios junto con la pascua. Por tanto, la historia prepascual de Jess aporta una dimensin insustituible. El NT, ms que un desmentido de la cristologa prepascual, contiene los acontecimientos ms significativos de la misma: el bautismo, las obras de poder, la intimidad con el Padre, la pasin y la muerte.

6.1. Cristologa implcitaPor todo lo anterior, puede hablarse legtimamente de una cristologa prepascual o implcita. Implcita no en el sentido de que en Jess falten indicios claros del reconocimiento cristolgico, sino en el sentido de que tales indicios no estn todava adecuadamente explicados o tematizados en los discpulos. Le falta la iluminacin de la pascua, que fijar definitivamente el significado del acontecimiento Cristo. Por eso, se debera hablar no tanto de una cristologa implcita, sino de una cristologa abierta. sta sera la cristologa prepascual, es decir, la fe incipiente de los discpulos que tiene ya los elementos fundamentales en que apoyarse y, por eso, queda abierta a su plenitud en la resurreccin. , que es el acontecimiento decisivo que ilumina todo el acontecimiento Cristo.En conclusin, podemos hablar legtimamente de una cristologa ya antes de la pascua, puesto que Jess ha planteado a sus discpulos una decisin de fe respecto a su persona. Esta cristologa prespascual est contenida en toda realidad global expresada en su autoconciencia, su predicacin y sus obras, realidades todas que reivindican una autoridad divina. Esta cristologa permanece abierta a la iluminacin de la resurreccin, que ser el culmen del desvelamiento de la figura de Jess.

6.2. Ttulos cristolgicosAlgunos ttulos cristolgicos prepascuales nos ayudan a entender la identidad de Jess:a) Mesas: ya sabemos que este ttulo tena unas cuantas interpretaciones entre el pueblo judo (jefe revolucionario, maestro de la ley, mesas sacerdotal). Pero, parece que prevaleca el convencimiento de que el mesas tena que ser tambin un liberador poltico. Este ttulo nunca ha estado en boca de Jess, sino que siempre le viene aplicado desde fuera. Solamente una vez parece aceptarlo explcitamente: en el dialogo con la samaritana (Jn 4, 25: Le respondi la mujer: o s que ha de venir el Mesas (es decir, el Cristo): cuando venga, nos lo anunciar todo. Le dijo Jess: Soy yo, el que te habla). Tambin la confesin de Pedro en Cesarea (Mc 8, 27-33). Jess no rechaz el ttulo, pero no lo acepta en su significado corriente de liberador poltico. Para Jess el mesas es el salvador que tiene que sufrir, ser matado y, al tercer da resucitar. l es el Mesas no como lo entiende el pueblo, sino segn el querer de Dios. Tambin al sumo sacerdote que le pregunta: Eres t el Cristo, el Hijo de Dios bendito? Jess le respondi: Lo soy. Este episodio es histricamente importante porque se inserta en el contexto del proceso realizado a Jess precisamente por su declarad mesianidad, que no es la de un vencedor poltico, sino ms bien del siervo sufriente.b) Hijo del Hombre: es un ttulo muy utilizado por Jess y manifiesta una manera de hablar caracterstica del Jess histrico. Hay tres series de dichos en los sinpticos conectados con este ttulo:i) Primera serie: contiene dichos que se refieren a la vida terrena del Hijo del Hombre (el poder de perdonar los pecados en Mc 2, 10; o la infraccin del precepto del sbado en Mc 2, 27);ii) Segunda serie: dichos concernientes a la pasin (Mc 8, 31; 9, 31; 10, 33). Lo vinculan a la tradicin veterotestamentaria del Siervo de Yahv. Jess se presenta como el justo sufriente que salvar el mundo mediante su pasin y exaltacin;iii) Tercera serie: hacen referencia al Hijo del Hombre que vendr sobre las nubes con gran poder y gloria (Mc 13, 26; 8, 38). Jess alude a su dimensin divina trascendente. Este ttulo misterioso de hecho contiene una profunda carga cristolgica, fundada en ltima instancia precisamente en el Jess histrico, que manifest un extraordinario poder espiritual en la tierra, llev al cumplimiento su obra redentora a travs de su pasin, muerte y resurreccin y prenunci su venida en la gloria. Por este motivo, la expresin se hace ttulo cristolgico con una implcita alusin a Dan 7, 13-14: Y he aqu que en las nubes del cielo vena como un Hijo de hombre [] A l se le dio imperio, honor y reino, y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron. Su imperio es un imperio eterno, que nunca pasar y su reino no ser destruido jams.c) Hijo (de Dios): Jess mismo se dirige a Dios llamndole Padre mo (Mc 14, 36; Mt 11, 25). Se lo ha atribuido en el himno de jbilo de Mt 11, 27 para expresar su profunda intimidad con el Padre. Tambin en el pasaje de la ignorancia de Jess: Ni siquiera el Hijo, solo el Padre (Mc 13, 32). El apelativo Hijo manifiesta la conciencia de Jess de estar totalmente referido al Padre en una cercana y obediencia filial absoluta. De por s, Hijo de Dios era un ttulo que en el AT indicaba solamente un hombre con especial vocacin de eleccin y adopcin por parte de Dios, de quien era Hijo predilecto. En Jess este ttulo no indica adopcin, sino la relacin ntima (ontolgica) del Hijo en relacin con su Padre. Por eso, Hijo de Dios, de ttulo humano y funcional, se convierte en indicacin ontolgica de la divinidad de Jess. 6.3. Autoridad de JessLa predicacin es la caracterstica ms relevante de la actividad prepascual de Jess. l mismo se present como maestro: Jess ha hablado y ha actuado como un maestro de su poca, aclarando dudas jurdicas, cuestiones doctrinales y reuniendo en torno a s a sus discpulos. Este trmino tambin ha sido utilizado de manera absoluta como sinnimo de Jess, el maestro. Jess es el maestro y tambin despus de su muerte tiene autoridad duradera. Otra caracterstica original de Jess es su autoridad: mientras que los escribas eran los intrpretes de las tradiciones de los padres, Jess enseaba con una autoridad que pertenece solo a Dios.La muchedumbre lo reconoci adems como un profeta. Sin embargo, Jess se considera superior a los profetas: no se presenta como uno de tantos profetas, sino que da un salto cualitativo absoluto. l es el profeta ltimo, definitivo, superior a los dems. El profeta que manifiesta la palabra y la voluntad de Dios.

6.4. Reino de Dios El contenido esencial de la predicacin de Jess es el reino, como realidad opuesta a todo lo presente y terrenos y, por tanto, es solamente don de Dios. El hombre no puede acelerar su venida, sino que debe esperar con paciencia y confiadamente. La causa de la predicacin de Jess es el anuncio del reino de Dios y su venida a la tierra. Son rasgos principales del reino de Dios:a) Distinto de este mundo: el reino no se refiere a un territorio particular, sino a la verdadera soberana de Dios sobre la humanidad. El reino actuar donde y cuando se cumpla la voluntad de Dios, se santifique su nombre, haya abundancia de bienes materiales y espirituales, se realice la liberacin del mal. Se trata de un reino que realiza la totalidad de los bienes mesinicos. Es un reino de futuro absoluto y liberado de la humanidad entera en Dios. Visibiliza la utopa de la felicidad absoluta, de la vida y del gozo definitivo;b) Est cerca: la realidad del reino es sumamente misteriosa. Jess proclama que este reino est ya cerca, y que incluso ha llegado. Tambin mediante las parbolas Jess subraya la presencia del reino en la realidad cotidiana y concreta;c) Es realidad escatolgica: el reino es una realidad ltima, que pondr fin a la historia y que se realiza ms all de la historia. Su cumplimiento est marcado por la parusa del Hijo, que vendr en su reino. La realidad del reino es compleja: el reino est ya presente en el tiempo, pero todava no realizado plenamente en cuanto a la humanidad;d) Es don exclusivo de Dios: el hombre no puede autodonrselo. Por eso es reino de Dios;e) Tiene carcter soteriolgico: es oferta salvfica para el hombre. Se manifiesta como superacin y destruccin del mal fsico y moral, del pecado, del dolor y de la muerte. Es la recreacin del hombre y de la naturaleza;f) Tiene una dimensin cristolgica: el reino es la realizacin de la espera mesinica en la persona y la obra de Jess. Se identifica con la persona misma de Jess y con su presencia. Es decir, Jess se autodefine como el reino de Dios. Su presencia es presencia del Reino. Su doctrina, sus acciones, su comportamiento constituyen la irrupcin del reino de Dios en la tierra. El reino de Dios es, por tanto, un don ofrecido por el padre en Jess y que comienza a dar sus frutos en la historia, aunque su cumplimiento definitivo llegar en la parusa. Por parte del hombre supone conversin y acogida radical de sus exigencias. El reino se realiza en la proximidad absoluta a Jess, suya persona es ya cumplimiento del reino. Inaugurada por Jess, la venida del reino ser despus prolongada en la Iglesia.

6.5. Milagrosa) Su historicidad: el milagro es un elemento decisivo en la cristologa prepascual. Son llamados ms bien signos, gestos de potencia, obras. Pedro, en el discurso de Pentecosts, subraya este aspecto inseparable del Jess histrico: Jess de Nazaret, hombre acreditado por Dios en medio de vosotros con signos y prodigios (Hch 2, 22). La investigacin exegtica contempornea parece confirmar el origen prepascual no solo del hecho de Jess taumaturgo, sino tambin del significado dado a sus milagros. La tradicin evanglica nos ha trasmitido el fracaso de Jess taumaturgo en la ciudad de Corozan, Betsaida y Cafarnam (Mt 11, 21-24; Lc 10, 13-15). La trasmisin de este fracaso de Jess por la primitiva comunidad cristiana, que ya tena una fe muy fuerte en Jess, sera incomprensible si no correspondiera a la realidad histrica del hecho. La investigacin histrica actual reafirma sobre todo la autenticidad global de los milagros de Jess, que ocupan mucho espacio en su existencia y en su apostolado. Sin los milagros no se explicara ni el entusiasmo de la muchedumbre, ni el odio de los enemigos en sus enfrentamientos. Los sinpticos tienen largas listas de milagros. Incluso la primera parte del evangelio de Juan es normalmente llamada libro de los signos. Los milagros van estrechamente ligados a la predicacin del reino y a la aclaracin del misterio de Jess (cfr. Mt 11, 5). La mayor parte de los milagros de Jess tuvieron carcter pblico con testigos, que pudieron controlar su veracidad. Para fundamentar histricamente la autenticidad de los milagros de Jess, se han utilizado tres principales criterios: i) Mltiple fuente: verifica la autenticidad mediante el testimonio de varias fuentes independientes entre s y en distintos gneros literarios;ii) Discontinuidad: subraya la actitud original de Jess al realizar los milagros en su nombre y con autoridad, de manera distinta a los profetas y a los apstoles;iii) Continuidad: tanto externa (sintona perfecta entre el relato y el ambiente externo) como interna (conexin ntima de los milagros con el anuncio del reino.b) Realidad y significado de los milagros de Jess: los milagros hay que considerarlos primeramente como un poderoso sostenimiento y reforzamiento de la naturaleza por parte de Dios. Mediante el milagro, es decir, mediante la intervencin divina, la naturaleza es potenciada de tal manera que es restituida a la integridad que le es propia: revive, se cura, recupera su equilibrio psicolgico, es sustrada del poder del maligno.Adems, el milagro es un reforzamiento intrnseco de la naturaleza. Por tanto, es un acontecimiento profundamente segn la naturaleza del hombre, que es naturaleza creada para la vida, la felicidad, para la integridad fsica y psquica. En la Escritura los trminos ms usados para referirse a los milagros son: actos de potencia, signos, obras. La terminologa bblica seala que Jess no fue un simple realizado de prodigios. Los milagros adquieren su significado solamente en relacin con su predicacin, con su misin y con su explicacin del misterio de su persona. Sintetizando el gran valor significativo de los milagros de Jess, podemos decir que son signos de:i) la potencia de Dios;ii) la llegada del reino mesinico;iii) la misin divina y la gloria de Cristo;iv) la economa sacramental;v) la trasformacin del mundo en los ltimos tiempos. Son, adems, verdadera y propia revelacin trinitaria.Tienen tambin una cudruple funcin: comunicadora y reveladora del mensaje de salvacin, de testimonio de la realidad de Jess y de liberacin y promocin del hombre y del cosmos.Se debe subrayar que los milagros son signos de la irrupcin estrepitosa del reino de Dios en la tierra en la persona de Jess, que destruye el reino demonaco. Los milagros restituyen al hombre su integridad fsica, espiritual, psquica, anticipando de manera parcial, pero realsima, el futuro de la humanidad y del cosmos en Dios. Si desde el punto de vista de la humanidad los milagros son signos, desde el punto de vista de Jess son las obras del Hijo, y se conectan estrechamente con la conciencia que tiene de su filiacin divina.

6.6. La resurreccin de JessLa pascua irradia la luz definitiva sobre la comprensin de Jess por parte de los discpulos. El