Corredores Biologicos Jaime Garcia
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Documento de consultoría para el proyecto
AMAZONIA POSIBLE Y SOSTENIBLE
“Corredores biológicos en la Amazonia colombiana: Estado actual, amenazas y conectividad”
Jaime Ricardo García Márquez
Un proyecto
Co financiado por
Mayo 2012
Bogotá, Colombia
Introducción
El desarrollo de actividades productivas en Colombia ha generado la destrucción y cambio de las coberturas
vegetales naturales (Ruiz et al. 2007). Esta creciente intervención humana sobre los ecosistemas ha ido
fragmentando el hábitat de diferentes especies, lo que puede, con el tiempo, derivar en una pérdida de
biodiversidad. Asimismo, la transformación del hábitat y de los ecosistemas ha generado homogeneización en
la composición de especies, fragmentación de paisajes, degradación del suelo y pérdida de la funcionalidad del
ecosistema (Fahrig 2003).
Dada esta acelerada degradación y transformación de los ecosistemas, se han implementado diferentes
estrategias que permitan el mantenimiento y restauración de su conectividad. Esta conectividad entendida
como el movimiento de organismos o procesos, en donde mayor movimiento representa mayor conectividad
(Crooks y Sanjayan 2006). La conservación de la conectividad consiste en la protección, conservación y
rehabilitación de las conexiones naturales entre los hábitats dentro de los ecosistemas a nivel de paisaje. El
término "paisaje" como se usa en este contexto significa "un área, tal como la percibe la población, cuyo
carácter es el resultado de la acción y la interacción de factores naturales y / o humanos" (Council of Europe,
2000). La importancia del mantenimiento de esta conectividad ha sido resaltada por diferentes estudios los
cuales han propuesto que el aislamiento de las poblaciones incrementa el riesgo de extinción (den Boer 1981;
Dunham et al. 1999), aumento de la endogamia a través de la reducción del flujo génico (Cushman et al. 2012),
disminución de la variabilidad genética (Ellstrand & Elam 1993).
Se han diseñado e implementado diferentes estrategias que permiten el mantenimiento de la conectividad en
un paisaje. Todas estas estrategias parten de evaluar cuál es la configuración del paisaje que permite una mejor
movilidad de individuos, especies y procesos ecológicos. Dentro de estas estrategias los corredores biológicos
se han constituido en una de las principales medidas para la conservación de la biodiversidad. El concepto de
corredor ha sido exitoso como medida de manejo y ha tenido el apoyo de los planificadores y manejadores de
recursos y políticos; según Bennett (2003), es una solución convincente y aplicable a diferentes escalas.
¿Que son los corredores biológicos?
El concepto de corredor fue inicialmente usado por el biogeógrafo y paleontólogo G. G. Simpson en 1936 para
explicar la dispersión de las especies entre los continentes. Preston en 1962 recomendó establecer corredores
entre reservas, con el fin de incrementar el tamaño de poblaciones animales aisladas. En los 70´s se
incrementan recomendaciones orientadas a fortalecer la conectividad entre hábitat fragmentados.
Los corredores se han definido como espacios sub-regionales, biológicos y estratégicamente definidos,
seleccionados como unas unidades de planificación e implementación de acciones de conservación a gran
escala. Su objetivo es mantener la conectividad entre superficies naturales, mediante la creación, ampliación y
consolidación de áreas protegidas, la recuperación de zonas degradadas y la promoción de sistemas
productivos amigables con la biodiversidad. No obstante los corredores han tenido diversas definiciones en las
que podemos encontrar:
1. Corredor (Merriam 1984): parche angosto y continuo de vegetación que facilita el movimiento entre
parches de hábitat, previniendo el aislamiento de poblaciones.
2. Corredor (Saunders y Hobbs 1991): rasgo lineal de vegetación que difiere de la vegetación
circundante y concreta al menos dos fragmentos que estaban conectados históricamente.
3. Corredor de Paisaje (Barrett y Hobbs 1991): franja de tierra o vegetación que difiere del paisaje
circundante. Se pueden encontrar corredores de disturbio, de plantación, de regeneración.
4. Corredor ecológico:
corredor de dispersión de fauna (Smith 1993): elemento lineal del paisaje, existente y natural o
nativo y restaurado, que conecta dos o más bloques de hábitat y funciona como ruta de
dispersión para la fauna y flora nativa.
Corredor de biodiversidad (Conservación Internacional 2003): mosaico de usos de tierra que
conectan fragmentos de bosque natural a lo largo del paisaje. Es una unidad de planeamiento
regional en vez de un mecanismo de zonificación. Incluye áreas protegidas existentes, nuevas,
reservas privadas etc.
5. Corredor de conservación y desarrollo sostenible: estrategia de conservación que vincula o conecta
áreas protegidas mediante un mosaico de usos de bajo impacto (Conservacion Internacional 2003).
Adicionalmente la UICN en 2005 clasificó los corredores según el objetivo con el que fueran propuestos. De esta
forma los corredores pueden ser (Figura 1):
Corredores Biológicos: los cuales buscan mantener el flujo genético, hay una conexión física entre
parches, énfasis en la conservación de pocas especies.
Corredores ecológicos: Tiene en cuenta aspectos asociados a la ecología del paisaje y busca la
restauración de funciones ecológicas.
Corredor de conservación: incorporan la planeación birregional y se constituye en un espacio de
territorio seleccionado biológica y estratégicamente como una unidad para planificación e
implementación de acciones de conservación.
Las áreas concebidas como corredores en la amazonía colombiana pueden catalogarse dentro de las categorías
de corredores biológicos y corredores ecológicos. Su función principal es la conservación de la biodiversidad
mediante la declaración de áreas protegidas, lo que permite un flujo de genes (movimiento, migración de
poblaciones) y el mantenimiento de la conectividad ecosistémica. No existen para la amazonía colombiana
corredores establecidos que se articulen a los planes de ordenamiento territorial, que involucren a los actores
sociales en su creación y mantenimiento ni a desarrollar sistemas productivos sostenibles con la finalidad de
crear corredores de tipo sostenible o de conservación.
El establecimiento de corredores de conservación o de desarrollo sostenible en la amazonía colombiana
involucraría la suma y el esfuerzo de diferentes actividades de conservación y de uso sostenible dadas la
variedad de actores, de ecosistemas y de formas de uso del territorio. En este caso, un corredor se conformaría
por la integración de micro-proyectos enfocados a las necesidades particulares del territorio a nivel local.
¿Cuál es el papel de la región amazónica como corredor biológico?
Se debe considerar que la región amazónica es de gran importancia para dar continuidad en el Noreste con el
complejo andino colombiano y venezolano hasta el Tapón del Darién, en conexión con Centroamérica. Hacia el
Oeste, se enlaza con el piedemonte andino-amazónico y al sur con el Pantanal sudamericano y la sabana
brasileña. Por ello la selva amazónica constituye una extensión de vida que da continuidad a las diversas biotas
suramericanas y centroamericanas, conectando, tal como lo han subrayado varios autores, prácticamente la
totalidad de los ecosistemas mundiales en conjunto con el Corredor Biológico Mesoamericano y el Corredor
Biológico Andino.
La Amazonia se extiende por ocho países sudamericanos: Brasil, Bolivia, Ecuador, Colombia, Guyana, Perú,
Surinam, y Venezuela (así como la Guyana Francesa), con una superficie total de aproximadamente 7,5 millones
de kilómetros cuadrados. De ese total, Brasil posee el 63 por ciento (o 4 millones de kilómetros cuadrados)
(Garcia 2011). El restante 37 por ciento (2.4 millones de kilómetros cuadrados) se reparten entre Perú (10 por
Figura 1: Clasificación de los diferentes tipos de corredores según la UICN (International Union for
Conservation of Nature)
ciento), Colombia (7 por ciento), Bolivia (6 por ciento), Venezuela (6 por ciento), Guyana (3 por ciento), Surinam
(2 por ciento), Ecuador (1,5 por ciento), y la Guayana Francesa (1,5 por ciento). Es una de las áreas con mayor
biodiversidad en el mundo debido a la presencia de muchos taxones, incluyendo plantas, insectos, anfibios,
pájaros y mamíferos (Steege et al. 2003; Pimm & Jenkins 2005). La región mantiene grandes extensiones de
selva tropical húmeda virgen y mantiene las condiciones climáticas estables ante el cambio climático (Killeen et
al. 2007).
La importancia de esta región como un megacorredor biológico radica en diferentes aspectos. En primer lugar,
en la región amazónica, por su conectividad y buena conservación, se encuentra la mayor concentración
mundial en diversidad de géneros y especies terrestres (Killeen 2007). Por ejemplo, gracias a que la Amazonia
colombiana está relativamente bien conservada, el país es considerado como megadiverso: posee el 10% de la
biodiversidad mundial en tan solo el 0,7% de la superficie terrestre. Se estima que en el territorio nacional
existen entre 45.000 y 55.000 especies de plantas, 1.762 de aves, 583 de anfibios, 506 de reptiles y 454 de
mamíferos (Ruiz et al. 2007); los peces aún son poco conocidos, sin embargo, algunos autores reportan
aproximadamente 2.900 especies. Aunque no existen estudios concretos que permitan cuantificar realmente la
diversidad de la Amazonia colombiana, Morales (1979) calculó que, con relación al total nacional, en esta
región se encuentra el 70% de mamíferos (Aprox. 317 especies), 35% de aves (Aprox. 616 especies), 51% de
reptiles (Cerca de 258 especies), 40% de anfibios (Aprox. 233 especies) y 70 % de peces continentales. Estas
cifras pueden subestimar la diversidad faunística de la Amazonia colombiana, ya que estudios posteriores han
arrojado estimaciones mayores. Respecto a la flora, se estima que esta región alberga más de 25.000 especies.
Segundo, el Amazonas y sus afluentes forman el sistema fluvial más grande del mundo, con cuencas
hidrográficas que abarcan más de seis millones de kilómetros cuadrados (Neill et al, 2006). La continuidad de
las fuentes hídricas y de la calidad del agua que transportan es el principal promotor del mantenimiento y
conservación de muchas especies de peces endémicos para la región amazónica que hacen uso de estas vías
fluviales para su migración y uso de los diferentes hábitat en sus diferentes estadíos de vida. El sistema total del
río, que se encuentra en siete países, es de 3300 km de largo. Alrededor del 15% de toda el agua dulce en la
tierra transportada por los ríos a los océanos pasa a través del río Amazonas (Neill et al. 2006; D'Almeida et al.
2007). Este volumen de agua es igual al volumen conjunto de los siguientes seis ríos más grandes del planeta
(Pekárova et al. 2003; Neill et al. 2006). A pesar de la aparición masiva de la corriente principal del Amazonas, la
mayor parte del agua entra en el sistema a través de pequeñas cuencas (Neill et al., 2006). Asimismo, las selvas
tropicales de la amazonía son fundamentales para la regulación hídrica y de la humedad mesoclimática. La
función reguladora del ciclo del agua de los bosques tropicales implica una importancia mundial, ya que son un
elemento estabilizador del agua y el clima. El Amazonas contiene el 60% del agua potable del mundo. La
temperatura y la humedad son controladas por la cobertura vegetal, y contribuyen significativamente a la
generación de lluvia. La evapotranspiración que viene de la selva amazónica es el responsable de la producción
de más de la mitad de la lluvia que cae en la zona (UNEP 2004).
Tercero, la conservación y remanencia de la región amazónica como corredor biológico es clave a nivel regional
y global por el stock de servicios ecosistémicos allí presentes y de vital importancia para la humanidad (Verwij
et al. 2009). Por ejemplo, dado el tamaño de la región amazónica, los ciclos hidrológicos y energéticos que se
llevan a cabo en su interior hacen que esta región juegue un papel importante en la regulación del clima a
distintas escalas. Cerca de 1350 a 1570 mm de lluvia, que corresponden a 63-73% de la precipitación anual, se
evapora o transpira en la Amazonía (Costa & Foley, 1999; Marengo & Nobre, 2001; Malhi et al. 2008).
Adicionalmente, la cobertura vegetal determina en parte el albedo (fracción de radiación que es reflejada), el
ciclo de agua, el almacenamiento de CO2. Se estima que más del 70% de la cobertura forestal del paisaje del
Amazonas puede ser necesario para mantener el régimen forestal dependiente de las lluvias (Silva Dias et al.,
2002, Soares Filho 2006). Los bosques tropicales juegan un papel importante en el balance de carbono del
mundo. La cuenca del Amazonas tiene un papel importante en el intercambio mundial de carbono, ya que
almacena grandes cantidades de carbono en la biomasa, tanto por encima del suelo y en el suelo. La vegetación
de selva amazónica en Brasil, por sí sola contiene 70 Pg de carbono (C), que es entre 10% y 15% de todo el
carbono terrestre (Keller et al, 1997; Houghton et al 2001).
Corredores intra-amazónicos: iniciativas de conservación y mantenimiento de la conectividad
Dado la gran cantidad de amenazas a la que se encuentra sometida la amazonía actualmente y la importancia
del mantenimiento de la conectividad andino-amazónica, para Colombia se han generado diversas estrategias
de conservación en las que se pueden encontrar:
1. El corredor biológico Serranía de Los Churumbelos - Cueva de Los Guácharos, que conecta las áreas
protegidas ya declaradas (Parques Nacionales Naturales Puracé, Alto Fragua-Indi-Wasi, Cueva de los
Guácharos y Complejo Volcánico Doña Juana), y el sector correspondiente a Serranía de Minas
(Proyecto Conservación de los Paramos y Bosques Montanos del Macizo Colombiano) (CITA). Estos
parques y zonas protegidas forman un corredor de selvas naturales en un gradiente altitudinal que
abarca desde la Amazonia hasta el bosque alto andino (300 – 2.500 msnm). Se ubican en jurisdicción de
los deparmentos de Cauca (87.653 ha equivalentes al 95% del área protegida), Caquetá (1.500 ha),
Putumayo (4.330 ha) y Huila (3.706 ha). Su estratégica ubicación hacia el extremo sur oriental del
Macizo Colombiano, le confiere importancia no sólo hídrica (por englobar la parte alta de la cuenca del
río Caquetá), sino que biológicamente se convierte en el punto de encuentro entre la cordillera Central,
la cordillera Oriental, la Amazonía, el valle del Magdalena y la vertiente oriental de los Andes,
constituyéndose en corredor de selvas naturales. Otros factores que hacen de este corredor un área de
especial significancia en el ámbito nacional e internacional, son los niveles de riqueza específica, las
especies amenazadas y los endemismos -especies pertenecientes únicamente a un ecosistema-
registrados dentro de los diferentes grupos de flora y fauna que integran estas áreas protegidas.
2. El área de manejo especial de La Macarena –AMEN– esta área de Manejo Especial de La Macarena fue
reglamentada mediante decreto 1989 de 1989 y está ubicada en el departamento del Meta. Está
formada por cuatro Parques Nacionales Naturales (Tinigua, Sierra de la Macarena, Cordillera de los
Picachos y una parte del Parque Sumapaz), dos distritos de manejo integrado de los recursos naturales
(Zonas de preservación y recuperación para la preservación y zonas de producción y recuperación para
la producción). Su extensión se calcula en 3.500.000 ha aproximadamente. El área configura un
corredor biológico entre el sistema andino y el complejo Amazónico- Orinocense, por lo que se
considera una zona estratégica desde el punto de vista ambiental (MMA et al, 2004).
3. El Parque Nacional Natural Río Puré se ubica cerca de los corregimientos de Tarapacá y La Pedrera, en
el área entre los ríos Caquetá y Putumayo. El ecosistema del área es considerado estratégico para la
seguridad ecológica del país, por cuanto contribuye a la consolidación de un corredor biológico que
conecta las áreas de zonas protegidas existentes en el noroeste amazónico de Colombia, Brasil y
Venezuela. Adicionalmente, da continuidad a diferentes unidades de paisaje, presentándose
complementariedad entre los distritos biogeográficos representativos de esta región amazónica,
permitiendo simultáneamente la protección de las llanuras de inundación y los humedales temporales
asociados de la cuenca del río Puré y, favoreciendo el equilibrio dinámico necesario para el
mantenimiento y regulación de procesos y servicios ecológicos de la región. Al interior del parque,
habita el pueblo Aroje, Yurí o Caraballo, una de las dos etnias que vive en aislamiento voluntario, razón
por la cual se creó dicha área para su protección.
A nivel regional también han surgido diferentes iniciativas que han buscado mantener la conectividad de la
Amazonía a través de diferentes corredores. En este documento se han identificado diferentes iniciativas de
conservación como corredores biológicos transfronterizos:
EL programa corredor de gestión tradicional de las áreas protegidas de La Paya (Colombia), Cuyabeno
(Ecuador) y Gueppi (Perú): El objetivo de esta iniciativa es la consolidación del corredor de gestión PNN
La Paya (Colombia), ZR Gueppí (Perú) y RPF Cuyabeno (Ecuador) como modelo de conservación y de
desarrollo sostenible regional, en el marco de la cooperación y fortalecimiento de las relaciones en la
zona de frontera.
Conservación Del Biocorredor Amboró-Madidi: corredor con alta diversidad biológica presente entre
Áreas Protegidas como Madidi (La Paz) y Amboró (Santa Cruz). Se convirtió en el antecedente para la
ejecución de un análisis de Sistemas de Protección ya iniciado anteriormente en la publicación por
Araujo & P.L. Ibisch, 2000. En este análisis se realizó una descripción de las Áreas Protegidas Nacionales
dentro de un capítulo denominado "El Humano en el Corredor Amboró-Madidi".
Corredor Biológico MANU TAMBOPATA MAT: conectará el Parque Nacional Bahuaja Sonene; la Reserva
Nacional de Tambopata; la Concesión para Conservación Los Amigos; El Parque Nacional del Manu y la
Reserva para Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario – PIAV, otorgada por el estado peruano. El
MAT, además de garantizar los procesos naturales de un área determinada servirá para el desarrollo
sostenible de los pobladores de las áreas involucradas, quienes podrán desarrollar actividades ligadas al
manejo de los bosques como a la agroforestería, acuicultura, ecoturismo, reforestación y otras
compatibles con el uso de bosque que forman hoy nuevos modelos económicos ambientales y
socialmente responsables con productos y servicios con cada vez más demanda en mercados
nacionales e internacionales. El objetivo de este corredor es Manejar el bosque sosteniblemente para
el desarrollo de las poblaciones involucradas; preservar la conectividad biológica y los servicios
ambientales entre Parque Nacional Bahuaja Sonene; la Reserva Nacional de Tambopata; la Concesión
para Conservación Los Amigos; El Parque Nacional del Manu y la Reserva para Pueblos Indígenas en
Aislamiento Voluntario – PIAV.
El corredor de conservación Abiseo-Cóndor-Kutukú (CCACK) comprende las regiones peruanas de San
Martín, Amazonas y Cajamarca, así como las provincias ecuatorianas de Zamora-Chinchipe y Morona
Santiago. El Corredor de Conservación Abiseo-Cóndor-Kutukú es una estrategia regional para lograr la
conservación y el uso sostenible de varios ecosistemas importantes de dos regiones prioritarias para la
conservación en el ámbito global: el hotspot Andes Tropicales en las estribaciones orientales y la Gran
Área Silvestre Amazonía en las tierras bajas andinos amazónicos. El CCACK se extiende desde el el
Parque Nacional Sangay en Ecuador hasta el Parque Nacional Cordillera Azul en Perú en una extensión
aproximada de 13 millones de hectáreas.
Conectividad biológica entre la región andina y amazónica
En Colombia en particular, la amazonía se conecta espacialmente con el piedemonte caqueteño y
putumayense, el cual comprende ecosistemas de bosques sub-andinos, diferentes agroecosistemas y planicies
sedimentarias ligeramente onduladas. Representa una zona de especial importancia biológica y cultural, la cual
se destaca por los servicios ecosistémicos que presta a toda la región, especialmente la provisión de agua, el
control de procesos de sedimentación en las partes bajas, como corredor biológico entre las partes altas y la
llanura y la provisión de alimentos, materias primas y recursos genéticos. De ahí surge la necesidad de
conservar y mantener la conectividad en esta zona. Actualmente, el área presenta serias amenazas por la
extracción de carbón vegetal, minería de oro, calizas y petróleo, así como la ampliación de la frontera agrícola
que ha llevado a un alto nivel de fragmentación territorial.
La conectividad espacial entre las montañas de los Andes y la región amazónica en general a existido por más
de 10 millones de años (McClain & Naiman, 2008). A raíz de esta larga relación el funcionamiento de los
procesos naturales y los servicios ambientales de provisión que existen en la zona han moldeado y definido las
condiciones actuales de los ecosistemas allí presentes. Por ejemplo, los Andes proveen a las fuentes hídricas en
el amazonas los sedimentos, nutrientes y material orgánico que hacen de esta región una de las más
productivas del planeta. (Dunne et al 1998). Afectaciones significativas a esta estabilidad y a la conectividad
entre las regiones pueden concluir en impactos severos e impredecibles (McClain & Naiman, 2008). Algunos
bosques de la región Andes-Amazonas han sido catalogados como unos de los más ricos en especies a nivel
mundial (Hoorn et al 2010). También se han documentado grandes valores de riqueza para otros grupos de
organismos que han sido estudiados con detalle (anfibios, aves, mamiferos) (Bass et al 2010). Un caso especial
para esta región son los peces. Existen varias especies de peces que poseen un valor ecológico y económico
muy importante cuyo hábitat depende de la conexión entre los Andes y la Amazonía. Varias especies depositan
sus huevos únicamente en ríos bañados por tributarios de los Andes. Algunos migran de las zonas bajas hasta el
piedemonte a desobar (Pringle et al 2010). Cualquier afectación a la conectividad o continuidad de estos ríos
(pérdida de cobertura boscosa, construcción de hidroelétricas) puede tener consecuencias graves para la
viabilidad poblacional de estas especies de peces.
Los problemas en el piedemonte no son exclusivamente ambientales pero también sociales. La región también
tiene una la larga historia de poblamiento humano. La zona del Alto Sibundoy ha sido tradicionalmente espacio
de movilidad y supervivencia del pueblo indígena Inga y del pueblo Kamëntsá, los indígenas Cofanes han sido
los ocupantes ancestrales de las zonas bajas y los Quillacingas y Sucumbíos ocuparon la zona de transición y
establecieron el puente entre los grupos de montaña y aquellos que históricamente han ocupado las selvas a lo
largo de las vegas del río PutumayoAdemás de los pueblos ancestrales, varios pueblos indígenas han migrado al
piedemonte por diversas razones, entre ellas el desplazamiento forzado y la expansión de cultivos ilícitos. Es el
caso de los Nasa y Yanacona del Cauca, los Awa de Nariño y los Embera – Chamí del Valle del Cauca. Además,
indígenas Pastos y Quillacingas de Nariño están dispersos por todo el Putumayo como unidades familiares o
pequeños grupos (http://www.wwf.org.co).
El papel de los PNN como corredores biológicos
Aunque los parques nacionales naturales (PNN) oficialmente declarados juegan un papel importante como
corredores biológicos a nivel local, por si solos no pueden considerarse conformando una estrategia de
conectividad ecosistémica a la escala regional, es decir, para la región amazónica en general. Aunque su
localización está estratégicamente definida para la conservación de ecosistemas representativos de la amazonía
y amazonía-andes, las distancias entre ellos son en ocasiones muy grandes para pensar en la posibilidad de flujo
de genes de poblaciones específicas o mucho menos en procesos de dispersión que permitan el intercambio de
especies y poblaciones entre los parques. De hecho, los PNN ocupan sólo el 14% del total del territorio de la
amazonía colombiana.
Sin embargo, si se suma a ese porcentaje el total del territorio amazónico ocupado por resguardos indígenas,
esto es alrededor del 46% del territorio amazónico (descartando el porcentaje de sobrelape entre PNN y
resguardos indígenas), entonces se estaría hablando de un porcentaje del 60% como áreas de manejo especial
de la amazonía colombiana, lo que sin duda conforma un corredor biológico importante para mantener una
buena representatividad de la diversidad ecosistémica y cultural. En adición, existen 8.500.000 hectáreas que
hacen parte de la Zona de Reserva Forestal de la Amazonia, no superpuestas con Áreas Protegidas ni
Resguardos Indígenas, para las cuales es necesario implementar planes de manejo que permitan la
conservación, preservación y restauración de sus ecosistemas. Esto equivaldría a un total aproximado del 80%
del territorio amazónico colombiano con algún grado de protección y obligaciones de conservación.
Compromisos a nivel nacional e internacional
A nivel nacional:
1. Convenio de cooperación inter-institucional celebrado entre la Unidad Administrativa Especial del
Sistema de Parques Nacionales Naturales (UAESPNN); Corpoamazonia; municipios de San José del
Fragua, Belén de los Andaquíes (Caquetá), Santa Rosa (Cauca), Mocoa (Putumayo) y la Gobernación del
Cauca. Posteriormente ingresaron a ser parte del convenio el departamento de Putumayo, el municipio
de Piamonte Cauca y la Corporación Autónoma Regional del Cauca (CRC). El objetivo de dicho convenio
fue aunar esfuerzos para la consolidación del corredor biológico Serranía de los Churumbelos – Cueva
de los Guácharos a través de la constitución de una unidad de gestión que ejecute los proyectos
concertados socialmente por las instituciones parte del convenio, teniendo en cuenta como punto de
partida la propuesta interinstitucional de ordenación del corredor biológico y los acuerdos previos
realizados con organizaciones sociales e instituciones.
2. Planes de ordenamiento y manejo de cuencas hidrográficas (POMCAS)
Figura 2. Mapa de parques naturales nacionales y resguardos indígenas en la Amazonía colombiana:
FUENTE. www.tremarctoscolombia.org
La Ley 99 de 1993 en su Artículo 31, numeral 18, estableció como función de las Corporaciones
Autónomas Regionales y de Desarrollo Sostenible “Ordenar y establecer las normas y directrices para el
manejo de las cuencas hidrográficas ubicadas dentro del área de su jurisdicción, conforme a las
disposiciones superiores y a las políticas nacionales”.
En términos del ordenamiento legal del territorio, las tres piezas maestras son los resguardos indígenas,
las áreas del Sistema de Parques Nacionales Naturales y la Reserva Forestal de la Amazonia.
Adicionalmente, los POMCAS se convierten en una estrategia para la conservación de la amazonia a
través de los instrumentos de ordenamiento territorial. Es de resaltar que dos terceras partes del
territorio se encuentran protegidas bajo alguno de estos sistemas de protección, territorios que están
excluidos de actividades comerciales y económicas en general. Con algunas diferencias, constituyen las
bases territoriales de su conservación y sostenibilidad ambiental, cultural y económica.
Cuando una cuenca entra en ordenación se puede priorizar su estado como corredor de conservación
siguiendo la norma de mantener las rondas fluviales de los cauces principales que conforman dicha
cuenca. Por este motivo esta herramienta de planificación es de vital importancia para la conformación
de corredores en la amazonía Colombiana. La figura 7 muestra un ejemplo de esto mediante la
propuesta hipotética de corredores biológicos siguiendo las rondas de cauces principales en la región).
3. WWF (Proyecto Andes-Amazonas)
Gracias al apoyo financiero de la Fundación MacArthur, la Unión Europea, la agencia británica de
cooperación internacional (DFID) y WWF UK, la WWF Colombia ha colaborado en los procesos de
designación legal y acciones colectivas para la creación de dos nuevos parques nacionales y un
santuario de flora que cubren un total de 173,242 ha. Además, WWF Colombia ha apoyado el trabajo
de la Asociación Red Colombiana de Reservas Naturales de la Sociedad Civil (RESNATUR) y la Asociación
para el desarrollo Campesino (ADC) para incrementar la conectividad de ecosistemas fragmentados en
el valle del Sibundoy y alrededor del sitio Ramsar de La Cocha.
http://www.wwf.org.co/about_us/piedemonte_andino_amazonico/
A nivel Internacional:
1. Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), como mecanismo de cooperación con el
que cuenta el país a nivel regional para adelantar procesos políticos orientados hacia el desarrollo del
territorio amazónico. Por medio del compromiso adquirido por los ocho países miembros de este
tratado, se han firmado e implementado varios proyectos que incluyen en sus objetivos la conservación
de los ecosistemas amazónicos y por ende la promoción y establecimiento de áreas que sirven como
corredores biológicos. Algunos de ellos son (Tomado de “http://www.otca.info/portal/projetos-
programas.php?p=agd”):
◦ Monitoreo de la Deforestación, Aprovechamiento Forestal y Cambios de Uso del Suelo en el Bosque
Panamazónico: tiene por objetivo apoyar a los Países Miembros de la Organización del Tratado de
Cooperación Amazónica (OTCA) en el mejoramiento de la gobernanza en temas relativos a la
deforestación y al uso de la tierra en la región amazónica, ofreciendo en tiempo real informaciones
sobre la extensión y la calidad de la cobertura forestal.
◦ Programa Regional Amazonia – PRA: El programa se encuentra en su segunda fase de ejecución y
opera respondiendo a la necesidad de fortalecer la cooperación para el manejo sostenible de los
recursos naturales de la región amazónica. Sus acciones contemplan cinco áreas temáticas:
bosques, biocomercio, turismo sostenible/sustentable, asuntos indígenas y fortalecimiento
institucional.
◦ Conservación y Desarrollo Sostenible del Corredor de Gestión entre las Áreas Protegidas La Paya
(Colombia), Güeppi (Perú) y Cuyabeno (Ecuador) – Proyecto Trinacional: Este proyecto fue
implementado para contribuir con la consolidación del Corredor de Gestión La Paya-Güeppi-
Cuyabeno, como modelo de conservación y de desarrollo sostenible regional de áreas protegidas,
por medio de la gerencia conjunta y del manejo coordenado entre Colombia, Perú y Ecuador. El
proyecto también prevé el desarrollo de procesos de planificación conjunta, que incluye planes
específicos de manejo de recursos y de ordenamiento del uso de las zonas de amortiguamiento.
Está en proceso de implementación.
2. La "Red Latinoamericana de Cooperación Técnica en Parques Nacionales, otras Áreas Protegidas, Flora y
Fauna Silvestres" (REDPARQUES) fue creada en 1983, en cumplimiento a los principios planteados
durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cooperación Técnica entre Países en Desarrollo
(Buenos Aires, 1978), y ratificados durante las XV y XVI Conferencias Regionales de la FAO, Montevideo,
1978 y la Habana, 1980, respectivamente. Su creación se debió a la necesidad de progresar en el
manejo de las áreas protegidas en América Latina y el Caribe y a la voluntad de los países de compartir
experiencias y conocimientos acerca del patrimonio natural y cultural de nuestra región.
La REDPARQUES es una alianza de carácter técnico conformada por las instituciones públicas
encargadas de la administración y manejo de las áreas protegidas, por instituciones privadas y por
especialistas de 19 países de América Latina, con el propósito de contribuir a la conservación de la
diversidad biológica de la región, y al desarrollo de los sistemas nacionales de áreas protegidas, a partir
del intercambio de experiencias y del fortalecimiento mutuo. (Fuente:
http://www.parquesnacionales.gov.co/PNN/portel/libreria/php/decide.php?patron=01.0627)
3. Estrategia Regional de Biodiversidad (ERB) (Secretaria General de la Comunidad Andina, 2005) para los
países del trópico desarrollado por la Comunidad Andina. La Estrategia Regional constituye un
ambicioso y a la vez prometedor instrumento para el desarrollo de una plataforma de diálogo y para la
acción comunitaria en materia de biodiversidad. Su viabilidad y resultados dependerán esencialmente
del respaldo y participación que pueda lograr de las poblaciones de los Países Miembros y, de manera
muy especial, de la forma como se articule en acciones prácticas la voluntad política de los Estados
Miembros. También está llamado a desempeñar un papel central el concurso de la comunidad
internacional con su apoyo técnico y financiero. En ese sentido, la Comunidad Andina, en aplicación de
la ERB, tiene el gran reto de poner en marcha un conjunto de programas y proyectos estratégicos de
carácter subregional para la conservación y uso sostenible de la biodiversidad, convirtiendo a la misma
en un instrumento para el desarrollo social y económico de los Países Miembros. Tales acciones
incluyen, por ejemplo, el establecimiento y consolidación de los denominados corredores biológicos, el
manejo de ecosistemas transfronterizos, el desarrollo de biotecnología como herramienta para agregar
valor a los recursos genéticos nativos de la subregión, la creación de “mercados verdes” aprovechando
el potencial común, el establecimiento de regulaciones comunes en áreas críticas y la negociación
internacional en la materia a partir de posiciones subregionales, con el doble beneficio del mayor peso
específico que proporciona una política comunitaria y la posibilidad de asumir posiciones proactivas en
promoción del interés de los Países Andinos
4. El Convenio sobre Diversidad Biológica -CDB, de junio de 1992, ratificado por el Congreso colombiano
mediante Ley 165 de 1994, el cual tiene como objetivo “la conservación de la diversidad biológica, la
utilización sostenible de sus componentes y la participación justa y equitativa en los beneficios que se
deriven de la utilización de los recursos genéticos, mediante, entre otras cosas, un acceso adecuado a
esos recursos y una transferencia apropiada de las tecnologías pertinentes, teniendo en cuenta todos
los derechos sobre esos recursos y a esas tecnologías, así como mediante una financiación apropiada”.
Este Convenio
consagra el derecho de las comunidades indígenas y locales a que se les respete y proteja su
conocimiento tradicional, incluyendo las prácticas de uso sostenible de la biodiversidad. En desarrollo
del Convenio se formuló en 1998 la Política Nacional de Biodiversidad, que junto con la Política para el
Desarrollo del Ecoturismo (Ministerio de Desarrollo Económico – Ministerio del Medio Ambiente, 2003)
busca contribuir al desarrollo regional ambientalmente sostenible, ambas relevantes y
complementarias para la gestión ambiental en la Amazonia.
5. Otros compromisos internacionales suscritos por Colombia, que deben ser considerados para el diseño
de estrategias en la Amazonía Colombiana son: (i) El Protocolo de Kyoto de la Convención Marco de las
Naciones Unidas sobre Cambio Climático, ratificado por el Congreso 2. Artículo 1, numeral 1 de la Ley
99 de 1993. Documento del Convenio de Diversidad Biológica colombiano mediante la Ley 629 de 2001,
el cual tiene por objetivo reducir las emisiones de los principales gases provocadores del calentamiento
global en el lapso que va desde el año 2008 al 2012; (ii) La Declaración del Milenio, que declara
“Reafirmamos nuestro apoyo a los principios del desarrollo sostenible, incluidos los enunciados en el
Programa 21, convenidos en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el
Desarrollo, (iii) La Convención Internacional sobre Comercio de Especies amenazadas de Fauna y Flora
Silvestres – Cites, ratificada por Colombia mediante Ley 17 de 1981, con el propósito de proteger las
especies de fauna y flora amenazadas, mediante la vigilancia y control de su comercio internacional, y
(iv) El Convenio Internacional de las Maderas Tropicales – ITTO, ratificado por Colombia según Ley 47 de
1989, mediante el cual se crea un marco de cooperación entre países productores y países
consumidores de maderas tropicales.
Finalmente, el Conpes 2545 de agosto de 1991, aprobó una política para el desarrollo y la conservación
de la Amazonia, cuyo propósito era atender los principales problemas y carencias de las poblaciones
urbanas y rurales de la región. Los lineamientos de este documento guiaron las intervenciones del
gobierno nacional en la región durante varios años. Esta ha sido hasta la fecha, la única política
oficialmente adoptada por el gobierno de Colombia dirigida de manera específica al desarrollo
económico de la región. En adición, en el año 2005 se publica Visión Colombia Segundo centenario
2019, documento de referencia para la planificación a largo plazo
del país, uno de cuyos objetivos es promover una economía que garantice un mayor nivel de bienestar,
que implica entre otras, asegurar una estrategia de desarrollo sostenible. Este objetivo y la estrategia
relacionada, son de gran importancia para la Amazonia Colombiana, región en la que debido a razones
ambientales, sociales, culturales, jurídicos e internacionales, el desarrollo debe guardar parámetros de
sostenibilidad.
6. Paralelamente, todos los países amazónicos son miembros de la Conferencia de las Naciones Unidas
sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD). En ese marco se ha discutido la promoción comercial sur – sur,
pero por ahora con pocos resultados prácticos. Los países amazónicos son también miembros del
“Grupo de los 77”, que actualmente incluye a más de 130 países en desarrollo (más China, como
asociado), donde esa misma diversidad le ha impedido ir más allá de declaraciones genéricas.
Simultáneamente los países amazónicos han suscrito o ratificado los acuerdos multilaterales
ambientales más importantes, tales como los convenios sobre cambio climático, conservación de la
diversidad biológica, comercio internacional sobre fauna y flora, o la protección de humedales. Bajo el
amparo de estos acuerdos internacionales se han tomado varias medidas ambientales importantes,
aunque esos esfuerzos todavía no logran imponerse sobre los convenios comerciales, los que persisten
como las fuerzas estructurales más importantes.
7. Los países amazónicos participan en varios acuerdos y negociaciones regionales en América del Sur. En
primer lugar se debe mencionar que todos son miembros del Tratado de Cooperación Amazónica (TCA),
un acuerdo internacional específico para la región. El tratado se firmó en 1978 con el propósito de
coordinar esfuerzos para proteger la cuenca y promover su desarrollo. El acuerdo tiene varias
particularidades. En primer lugar, vincula países para coordinar acciones sobre una región definida
ecológicamente. En segundo lugar, incorporó a Guyana y Surinam, dos naciones que usualmente
aparecen asociadas a las iniciativas caribeñas, y que bajo este tratado refuerzan sus vínculos
sudamericanos. En tercer lugar, si bien el convenio se firmó mucho antes de la eclosión de la temática
ambiental a gran escala, expresa un fuerte compromiso con la conservación de la riqueza ecológica
amazónica.
En el tratado se apuesta al uso “racional” de los ríos y la fauna, promover la cooperación científica, la
integración física, asegurar la preservación de las riquezas ecológicas, y otras medidas similares. Pero se
advierte que esos usos están exclusivamente bajo la soberanía nacional, agregándose que “tanto el
desarrollo socio-económico como la preservación del
8. Desde el punto de vista de los grandes bloques comerciales, la Amazonia aparece dividida entre el
MERCOSUR, la Comunidad Andina (CAN) y la Comunidad del Caribe (CARICOM). Tanto la CAN como el
MERCOSUR han dado pasos importantes en la integración pero en los dos casos hay serias tensiones.
En el acuerdo andino no se ha logrado aprobar un arancel externo común, las posturas comerciales son
divergentes, y Venezuela ha abandonado el grupo. Entretanto, el MERCOSUR acordó un arancel externo
común, pero tiene una larga lista de excepciones, convirtiéndolo en una unión aduanera imperfecta. La
CAN ha dado pasos importantes en mejorar la libre circulación de personas, y posee iniciativas
regionales en lucha contra la pobreza y biodiversidad. El MERCOSUR ha tenido mucho éxito en
mantener el flujo comercial intra-bloque, ha avanzado más en las conexiones físicas y en varias
iniciativas políticas, pero se mantienen los conflictos comerciales intermitentes que le impiden dar el
paso hacia un efectivo “mercado común”. Actualmente Venezuela está en proceso de adhesión plena a
este bloque. También existe una cierta superposición entre los dos esquemas, dados los acuerdos de
complementación económica entre varios países, y entre los dos bloques. Surinam y Guyana “miran”
especialmente hacia el Caribe antes que hacia la Amazonia; como miembros del CARICOM se han
vinculado en forma privilegiada con los demás estados del Caribe, antes que con sus vecinos
continentales
Riesgos y amenazas ambientales para el mantenimiento de corredores en el Amazonas
La Amazonía hoy en día se encuentra sujeta a diferentes amenazas en donde la pérdida de hábitat se aproxima
a uno por ciento de su superficie al año. Las tasas de pérdida de biodiversidad, debido a la explotación
comercial de millones de animales silvestres al año, está amenazando gravemente la función ecológica. Dentro
de las amenazas existentes en esta región se encuentran el avance de la frontera agrícola, el desarrollo de la
expansión de hidrocarburos, la extracción maderera y las represas (Painter et al. 2008). A la vista de estas
amenazas, el Amazonas ha sido foco de atención para su conservación en los últimos años. El establecimiento
de corredores de conservación a gran escala y de alto perfil, además de los esfuerzos de eco-regiones de
planificación, se están llevando a cabo junto con el trabajo de acompañamiento en la arena política.
Se ha identificado que la mayor amenaza para la conservación de la región amazónica es el cambio en uso de la
tierra debido a la expansión de la frontera agrícola (Killeen 2007). Debido a la disponibilidad de tierra barata, la
agricultura se está expandiendo rápidamente en la Amazonía. La ganadería y el cultivo de la soja son dos
factores importantes que impulsan la deforestación de la Amazonía (Painter et al. 2008). Los pastos para la
ganadería son el uso predominante de la tierra reemplazando a los bosques. Para el año 2007, el Instituto de
investigaciones Científicas SINCHI (2010) estimó un total de 41.790 km2 de áreas deforestadas que
corresponden a 8.6% del territorio amazónico. La mayor proporción de áreas deforestadas corresponden al
piedemonte en el departamento del Caquetá (Figura 3).
La extracción de madera de valor comercial es una de las presiones más claras en el proceso de deforestación
en la Amazonía. Si bien en algunos casos no implica una tala total, siempre impacta sobre la selva, reduce el
número de especies, incrementa el riesgo de incendios, y fundamentalmente, abre nuevas rutas de acceso
(Martino 2007). La extracción de madera de los bosques naturales juega un papel económico relativamente
menor pero creciente en la mayoría de la región amazónica. Bolivia, Perú y algunos otros países han introducido
sistemas de concesión forestal que se están expandiendo el acceso a los recursos madereros del Amazonas,
mientras que otros (como Brasil y Colombia) están considerando o están en proceso de hacerlo (OIMT, 2006).
Las exportaciones de maderas tropicales han aumentado considerablemente. En Brasil, la mayoría de la madera
se utiliza todavía en el país, pero el 36% se exportó en el 2004 en comparación con sólo el 14% en 1998. Tanto
Asner et al. (2005) y Nepstad et al. (1999) muestran que grandes áreas se ven afectadas por la tala selectiva.
Nepstad y colaboradores en 1999 estima que de 10.000 a 15.000 km2 están dañados por la tala cada año.
Asner y colaboradores en 2005 encontraron que un área aún mayor, entre 12.000 y 20.000 km2, fue afectada
por la tala entre 1999 y 2002. Algunos de estos bosques se convierten en tierras agrícolas y pastizales, mientras
que otras áreas siguen siendo bosques.
Algunos proyectos de tipo regional colaborar con la destrucción y fragmentación de corredores biológicos. Es el
caso de IIRSA (Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana). En esta iniciativa
participan 12 países cuyo objetivo es promover el desarrollo de la infraestructura de transporte, energía y
comunicaciones bajo una visión regional (http://www.iirsa.org). El Plan incluye 335 proyectos relacionados con
infraestructura de transporte, energía y telecomunicaciones. En la iniciativa se identificaron 10 "Ejes de
integración y Desarrollo" (EIDs) en la región, siendo uno de ellos el Eje del Amazonas (Colombia, Ecuador, Perú,
Brasil). Para la región amazónica colombiana se tienen contemplados varios proyectos, algunos en su fase de
elaboración y otros en ejecución (Figura 4).
Figura 3: Áreas deforestadas para la región amazónica colombiana. Fuente, Instituto de
Investigaciones científicas SINCHI
El cultivo de la coca y la lucha contra esta forma de cultivos ilícitos es un factor impulsor de la deforestación en
el Perú, Bolivia y Colombia (Dávalos, 2011). El Departamento de Estado (1999) afirmó que, durante un período
de dos décadas, los cultivos ilícitos han conducido a la destrucción de al menos 2,4 millones de hectáreas de
selva tropical. El crecimiento de los cultivos ilícitos fue el responsable de la mitad de la superficie total
deforestada en Colombia en 1998. En el Perú, el cultivo de coca es responsable de 24% de la deforestación que
ocurre en la Amazonía peruana. Más recientemente, el cultivo de variedades de ilícitos como la coca y la
amapola está planteando una amenaza significativa, sobre todo a la vertiente oriental de los Andes (incluyendo
en el Perú y Bolivia).
Dada la riqueza de la región amazónica en reservas de petróleo y gas, muchas de las cuales están aun sin
explotar, la exploración petrolera en la Amazonía ha aumentado considerablemente (Figura 5). En las últimas
tres décadas se han visto numerosos proyectos de gran magnitud tales como varios de los proyectos petroleros
que se encuentran en la Amazonía Central Ecuatoriana, el proyecto de gas Urucú en el Brasil y el proyecto de
gas Camisea en el Perú (Finer et al. 2003). La explotación de petróleo y gas en la Amazonía oriental ha causado
Figura 4: Ejemplo de algunos proyectos contemplados en IIRSA para Colombia (www.iirsa.org)
ya significativos impactos ambientales y sociales (Rosenfeld et al. 2001). Los impactos directos incluyen la
deforestación debido a la presencia de vías de acceso, plataformas de perforación y oleoductos; y
contaminación debido a derrames de petróleo y descarga de agua contaminada. Los efectos indirectos surgen
del fácil acceso a los remotos bosques primarios por medio de las nuevas carreteras construidas para el acceso
a los campos petroleros y rutas de oleoductos, causando de esta manera un incremento de la tala de árboles,
cacería y deforestación debido a los asentamientos humanos (Conservation International 2003)
La minería es otra de las actividades que ha incrementado considerablemente en los últimos años y una de las
principales amenazas a la estabilidad de los ecosistemas y la biodiversidad. Las zonas con mayor impacto de la
minería, son el Escudo Guayanés (por extracción principalmente de oro), en las montañas
Andinas de Bolivia y Perú, en el piedemonte colombiano y en la región limítrofe entre Colombia, Venezuela y
Brasil (principalmente por la explotación de coltan) (Geoamazonia, 2009). Son ya conocidos los efectos
negativos por contaminación de químicos en la extracción del oro. El agua es contaminada por el uso de
mercurio y cianuro, los cuales tienen efectos bioacumulativos que redundan en las cadenas tróficas. En
Figura 5: Distribución de los campos de explotación en la Amazonia Colombiana. FUENTE.
www.tremarctoscolombia.org
Colombia, con la entrada en vigencia del nuevo Código de Minas en el 2001, comenzó un auge de minería a
gran escala (Idárraga et al, 2010) (Figura 6)
Figura 6. Mapa de solicitudes y títulos mineros vigentes para la región Amazónica. FUENTE: Ministerio de Minas y Energía. 2011. Presentación Amazonas 2030.
Por último, los recursos hidrológicos de la Amazonía son enormes provocando que al menos tres de las
instalaciones hidroeléctricas más grandes del mundo se encuentren en esta zona. Existen además diversos
proyectos de generación de energía hidroeléctrica en la Amazonía. Entre ellos se encuentra avanzada la fase
pre-construcción de las represas hidroeléctricas sobre el río Madeira, muy cerca de la frontera con Bolivia. Se
estima que estas turbinas hidroeléctricas generaran unos 6.500 MW, la mitad de lo generado por Itaipu. Ya se
ha alertado por parte de organizaciones ambientalistas y de derechos humanos acerca de los impactos sociales
y ambientales de estas represas, que incluye la desaparición de un área importante de selva por el lago de
inundación (Killeen 2007).
Como ejemplo específico para la Amazonía colombiana, existe la actual construcción de una central
hidroeléctrica sobre el río Vaupés, en el raudal de Santa Cruz. Su objetivo es suplir de energía a la ciudad de
Mitú. Durante su construcción se han presentado un sin fin de problemas tanto técnicos como ambientales.
Ejemplo de este último tiene que ver con las voladuras necesarias para la obra, las cuales son subacuáticas y
eliminan poblaciones de peces. Las compensaciones acordadas con las comunidades incluyeron la adecuación
de estanques piscícolas. También se les compensó con la construcción de malocas, arreglos de caminos y un
puente (www.gaiaamazonas.org).
Corredores biológicos potenciales: riesgos y posibilidades
El área con la mayor amenaza de destrucción de ecosistemas es la del piedemonte Andes-Amazonas. Allí se
encuentran adyacentes varios parques nacionales naturales conformando un corredor biológico que permite la
conectividad de la variedad de ecosistemas en esta región. Sin embargo, este corredor está rodeada por los
principales centros urbanos de la zona la cual ha tenido un proceso largo y constante de migración e
intervención humana. Como consecuencia, la expansión de la frontera agraria y el incremento de la ganadería
han sido fenómenos que amenazan la estabilidad natural de la región. Sumado a esto está el hecho del
incremento exponencial de solicitudes mineras lo cual implica una amenaza potencial enorme para la
continuidad y la conservación de los ecosistemas y los relictos de vegetación natural aún existentes.
A continuación se hace una descripción y discusión de las áreas que potencialmente pueden servir de
corredores biológicos incluyendo su descripción geográfica, viabilidad, amenazas y responsables de su
conformación y manejo:
Corredor Orito, Guineo Mocoa
El corredor de conservación propuesto entre Orito, río guineo y Mocoa en el putumayo sería un corredor
transversal que une el piedemonte del Putumayo Colombiano con la región de Cuyabeno en el Ecuador y
formando un eje con el PNN serranía de los Churumbelos (Figura 7A). Está región ha tenido una migración
importante de personas en los últimos 20 años y también sostiene importante actividad petrolera. El
mantenimiento de corredores de conservación a través de estos cuerpos de agua puede permitir un flujo
genético entre las estribaciones de los Andes hacia la llanura Amazónica. El responsable de la conformación de
estos corredores podría estar a cargo de la corporación regional de la Amazonía con apoyo del gobierno de
Finlandia quien ya está financiando esquemas de trabajo en la zona a través de conservación internacional,
Colombia.
Corredor Churumbelos – Caquetá
Este corredor uniría el PNN Serranía de los Churumbelos con la cuenca baja del río Mocoa y la cuenca alta del
río Caquetá (Figura 7B). Este corredor sería un punto de expansión del área protegida en la cual se deben
buscar mecanismos de financiamiento, estudios de viabilidad predial y acuerdos de conservación con las
comunidades locales. Teniendo en cuenta que los municipios de Villagarzon y puerto Guzmán están
directamente beneficiados por la creación de este corredor, se puede buscar un esquema de compensaciones
ambientales combinado con un sistema de pago por servicios Ecosistémicos hídricos por los pobladores de
estos municipios. Esta zona representa una alta amenaza a la conectividad ecosistémica por el crecimiento de
la frontera agrícola. En este corredor los principales actores serían Parques nacionales y los gobiernos locales
de Villagarzón y puerto Guzmán, así como CORPOAMAZONÍA. Existen esfuerzos cerca a esta área por parte del
gobierno de Finlandia y de las ONG´s conservación Internacional y WWF.
Río Fragua – Curillo – Solano
Este corredor sería el eje principal de conservación hacia la llanura amazónica con la unión potencial de unir
por medio de corredores al PNN serranía de los Churumbelos y el área de influencia del PNN la Paya (Figura 7C).
En la parte más occidental une la vertiente del río Fragua con el río Caquetá. Constituye un corredor fluvial
importante e influye directamente a 3 resguardos indígenas. Hasta este punto se tiene influencia de la red vial
en Colombia (así sea por carreteras de 5to orden) y es el punto de confluencia con el río Orteguaza, que tiene el
potencial de unir la vertiente Caquetá a la vertiente Putumayo. En este corredor los principales actores serían
los gobiernos locales Puerto Guzmán y Solano, así como CORPOAMAZONÍA.
Florencia, Puerto Milan – Solano
Este corredor es quizás uno de los más amenazados, constituye el punto de encuentro entre la parte central del
piedemonte amazónico Colombiano y los parques nacionales de la planicie amazónica y el piedemonte andino
y es la que actualmente carece de cualquier categoría de protección y que presenta una mayor migración neta
de personas a la zona y movimiento de la frontera agropecuaria (Figura 7D). Incluye los centros poblados de
Florencia, santo Domingo, Venecia, Puerto Arango, El fuerte militar de Larandia, Milán, san Antonio de
Getucha, Mandalay y Solano. Actualmente esta zona muestra una baja conectividad entre los parches
remanentes de bosque, se debe implementar una estrategia de preservación de los parches actuales y la
creación de proyectos MDL que puedan llegar a una reconexión entre los principales fragmentos remanentes.
Los principales actores en este corredor serían CORPOAMAZONÍA y los municipios. Existen esfuerzos cerca a
esta área por parte del gobierno de Finlandia a través de la ONG Conservación Internacional.
Confluencia Caquetá Orteguaza – Puerto Leguizamo – provincia Sucumbios:
Este corredor es el punto principal de unión entre el PNN la Paya, con la provincia de Sucumbios en Ecuador, la
población de Puerto Leguízamo y el municipio de Solano (Figura 7E). De manera efectiva uniría los corredores
anteriormente mencionados con la planicie Amazónica y así mismo sería un punto de contacto para 8
resguardos indígenas. Las principales acciones en este punto consistirían en la ampliación del PNN la Paya, y el
punto de confluencia La tagua – puerto Leguizamo. Es un área bien conservada pero comienza a evidenciarse
una fragmentación cerca a los ríos. El principal actor debe ser PNN, seguido por CORPOAMAZONIA y el
municipio de Puerto Leguizamo.
Río Caguán – Cartagena del Chairá
Este corredor es fundamental para unir la vertiente norte de la Amazonía con la sur, dado que es de los pocos
ríos que fluyen directamente en sentido Norte Sur, y atraviesa una de las zonas con mayores conflictos de orden
público, áreas de cultivos ilícitos y frontera activa de deforestación (Figura 7F). También permitiría en principio
unir el macizo de la Macarena con las llanuras amazónicas del sur del país. Hasta este punto llegan influencia
de la red vial de Colombia aunque sea en periodos secos, y existe la posibilidad que estos caminos se expandan
hacia el sur siguiendo esta arteria fluvial. Es necesario que CORPOAMAZONÍA declare esta cuenca en
ordenación y que el EOT de Cartagena del Chairá adopte medidas para la creación de este corredor.
Cartagena del Chairá – ampliación Chiribiquete – La Macarena:
Este corredor sería el eje de unión entre los corredores del sur y los parques nacionales naturales de la
Macarena y Chiribiquete (Figura 7G). Sigue el curso del río Caguán hacia el norte y se une a través de distintos
ríos menores a las áreas de influencia de la RNN Nukak. Atraviesa una zona con grandes conflictos de orden
público, áreas de cultivos ilícitos y frontera activa de deforestación. La ventaja de esta zona es que no cuenta
con poblaciones permanentes. El principal actor debe ser PNN, seguido por CORPOAMAZONIA y la CDA.
Corredor Uribe – La Macarena
Este último corredor uniría el parque nacional natural de la macarena con el punto de unión en Cartagena del
Chairá, es de fácil ejecución dado que la mayor parte de su área se encuentra dentro de áreas protegidas del
nivel nacional o regional y se debe trabajar en mayor proporción en el saneamiento predial de los parques
(Figura 7H). Los principales actores son la CDA y CORMACARENA.
El área oriental del Amazonas, aunque compuesta mayormente por resguardos indígenas y parques naturales
conformando un corredor biológico por su conectividad y estatus de manejo, posee una amenaza potencial por
la cantidad en incremento de solicitudes mineras, especialmente en el departamento del Vaupés. Esto ha dado
lugar a conflictos de interés entre empresas mineras y comunidades indígenas como ocurre actualmente en el
parque Yaigojé Apaporis. Este parque, considerado como corredor biológico clave que conecta los ecosistemas
selváticos de Colombia y Brasil y de gran diversidad cultural, está en grave amenaza por proyectos de minería
de oro. De hecho, está inconclusa la decisión de si el parque fue declarado legalmente o no. De no ser así, la
minera canadiense Cosigo resources podría empezar el proceso de exploración a quien le fueron concedidos
títulos mineros en el área del parque (http://www.gaiaamazonas.org).
Figura 7. Corredores potenciales en la región Andes-Amazonas
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