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COORDINACIÓN DE CORREDORES Y RECURSOS BIOLÓGICOS
Consultoría: Evaluación de especies clave de mastofauna mayor como indicadoras de la salud del ecosistema en Marqués de Comillas, región Selva Lacandona, Chiapas
Consultor: Carlos Erik Muench Spitzer
Contrato: CBM-M/UTRCH/2A/015/2006
Unidad Técnica: Región Chiapas
Tipo de reporte: Informe Final Incluye Resumen Ejecutivo
Fecha: Abril 2007
Evaluación de especies clave de mastofauna mayor como indicadoras de la salud del ecosistema en Marqués de Comillas, región Selva Lacandona,
Chiapas. RESUMEN EJECUTIVO
El Corredor Biológico Mesoamericano - México (CBM-M) tiene como
objetivo central contribuir a la conservación y uso sustentable de la biodiversidad
en la región de interés. Este objetivo considera de manera explícita los tres
ámbitos que conforman el concepto integral de sustentabilidad: conservación del
medio ambiente, viabilidad económica y desarrollo socio-cultural. El trazo que
delimita el área de trabajo de esta iniciativa, plantea de forma implícita el objetivo
de mantenimiento de la conectividad del paisaje para la biota de la región
mesoamericana.
Para evaluar el cumplimiento de sus objetivos, el CBM-M plantea como uno
de los indicadores clave de sustentabilidad ambiental el estado de las poblaciones
de especies indicadoras específicas. Para el mantenimiento de la conectividad del
paisaje, las especies indicadoras recomendadas (Soulé 1991) son aquellas que
muestran una mayor sensibilidad a la fragmentación de su hábitat: vertebrados de
gran tamaño corporal, amplios requerimientos de espacio y densidades
poblacionales bajas. Para la biota mesoamericana, las especies que mejor
representan este conjunto de características pertenecen al grupo de los
mamíferos. Por estas razones, es importante instrumentar actividades de
monitoreo de este grupo biológico en el área considerada por el CBM-M.
Esta consultoría instrumentó, a manera de experiencia piloto, un modelo de
monitoreo participativo de mamíferos mayores en dos comunidades del municipio
de Marqués de Comillas, Chiapas: Reforma Agraria y San Isidro. El modelo
promovido facilita la participación de las comunidades locales, al dirigir los
esfuerzos a un grupo de especies clave y utilizar métodos automatizados de
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captura de los datos. Promueve, además, la apropiación por parte de las
comunidades locales, fortaleciendo sus capacidades de planeación territorial.
La capacitación para el monitoreo participativo se realizó mediante talleres
participativos en las dos comunidades seleccionadas y sesiones de capacitación
con los individuos designados por la comunidad. En los talleres se explicó a las
comunidades locales el concepto del monitoreo, su importancia y su utilidad en la
planeación del desarrollo. Se elaboraron mapas campesinos del territorio de la
comunidad, especificando las actividades económicas y las prácticas de manejo
involucradas en cada segmento territorial, información de gran utilidad para
analizar posibles cambios en la dinámica poblacional de los mamíferos en función
de las actividades humanas. Las sesiones de capacitación se centraron en
técnicas básicas de muestreo de fauna y registro de la información mediante el
Cyber-tracker, además de el uso de los materiales de apoyo elaborados (guías de
identificación de huellas, formatos de registro y mapas).
Aún cuando existe un interés generalizado de los pobladores locales por la
fauna silvestre, la apropiación del sistema de monitoreo participativo por parte de
las comunidades depende de la existencia de incentivos para los participantes. El
caso de Reforma Agraria ejemplifica que es factible acoplar el ecoturismo con el
monitoreo comunitario, con el incentivo de generar un mayor interés del público en
este destino ecoturístico. Sin embargo, es necesario explorar otras opciones para
incentivar el monitoreo de fauna, tales como la generación de programas de
empleo temporal o el establecimiento de unidades de manejo para la conservación
y aprovechamiento sustentable de la vida silvestre (UMA´s).
Para consolidar el monitoreo participativo, se necesita capacitar a los
participante en el análisis de la información y la interpretación de los resultados, lo
que permitirá que las comunidades perciban su utilidad en el contexto de un
proceso de planeación territorial y participativa del desarrollo. Es recomendable
extender el sistema de monitoreo participativo a otras comunidades cercanas, de
2
manera que se tienda a un manejo integrado del paisaje en toda la región,
estableciendo políticas congruentes en comunidades aledañas.
El diseño de muestreo utilizado por la presente consultoría para evaluar el
estado de la comunidad de mamíferos mayores, consideró de manera explícita la
estructura espacial del paisaje en las comunidades piloto, partiendo de un análisis
de la conectividad estructural del área estudiada. Los corredores de vegetación
nativa, áreas esenciales para mantener el flujo de genes e individuos a través del
paisaje, son áreas de muestreo prioritarias. La presente consultaría realizó un
muestreo intensivo de mamíferos en las áreas seleccionadas, usando dos
métodos: trampeo fotográfico y búsqueda de rastros, señales u observaciones
directas en trayectos en línea.
El presente estudio registró la presencia en Marqués de Comillas de 24
especies de mamíferos, entre las que se encuentran las cinco especies focales,
seleccionadas para servir como indicadores de conectividad para mamíferos con
diferentes hábitos de uso del espacio. El diseño espacial del muestreo logró
confirmar la utilización de los corredores por algunas de estas especies, como el
jaguar y el mono araña, indicando que necesitan de los corredores remanentes
para acceder a recursos esenciales para su supervivencia y mantenerse con los
niveles poblacionales actuales. Estos elementos del paisaje pueden ser
importantes para especies de menos demandantes de espacio, como el ocelote,
manteniendo la conectividad genética entre subpoblaciones y favoreciendo la
persistencia regional. Es probable que la población de tapires en la región se
encuentre fuertemente amenazada, por lo que para esta especie puede ser crucial
el mantenimiento de vías dispersión para evitar su extinción local.
También se registró la presencia en Marqués de Comillas de otros
mamíferos amenazados. El tigrillo, altamente dependiente de hábitat conservados,
y el grisón, que ocurre en densidades naturalmente bajas, fueron fotografiados en
uno de los corredores. La persistencia de estas especies, así como la
3
comparación de la riqueza de especies estimada en este trabajo con las
calculadas para la Reserva de la Biosfera de Montes Azules, permite aseverar que
la comunidad de mamíferos mayores en la región mantiene un buen nivel de
conservación. Sin embargo, no encontramos signos de presencia de pecarí de
labios blancos en el área de estudio. Esta especie es el herbívoro de mayores
requerimientos espaciales en la Selva Lacandona, debido a su tamaño corporal y
estructura social, y es probable que esté extinta en Marqués de Comillas.
Las especies que presentan mayor abundancia son el tepezcuintle, el
temazate y el pecarí de collar. Los datos sugieren que las poblaciones de estas
especies se mantienen en buen estado en el área de estudio, a pesar de ser
especies preferidas para la cacería. Esto sugiere que es posible realizar un
manejo extractivo adecuado, calculando las tasas de cosecha con datos
provenientes de un monitoreo comunitario, y estableciendo así un sistema de
autorregulación de la cacería.
Los resultados del muestreo de mamíferos mayores constituyen una línea
base, de manera que la información recabada en muestreos futuros permita
detectar cambios en el sistema e identificar acciones pertinentes para mitigar o
facilitar estos cambios.
El método utilizado permite obtener información útil en periodos de tiempo
cortos, de manera que los resultados que se presentan permiten la elaboración de
recomendaciones de manejo para el área estudiada. La replicación de este
método en otras áreas del CBM-M, y la acumulación de información derivada del
monitoreo sostenido en el tiempo, permitirán elaborar planes y programas de
conservación cada vez más robustos.
Para extender de manera eficiente el monitoreo de mamíferos a otras
áreas, los resultados de esta consultoría indican que el trampeo fotográfico
focalizado en los conectores es sumamente eficiente. Por ello, esta consultoría
4
sugiere realizar una nueva identificación de corredores con información geográfica
reciente y de alta resolución espacial, y un trampeo fotográfico en las áreas
identificadas, como una estrategia de evaluación de la biodiversidad de bajo costo.
La replicación de este modelo de monitoreo de mamíferos generará
información de manera constante sobre el estado del ecosistema, permitiendo
evaluar el cumplimiento de los objetivos del CBM-M y la efectividad de las
acciones de conservación emprendidas, así como el impacto de los procesos
sociales y naturales que amenazan la biodiversidad de la región.
Los resultados obtenidos por la presente consultoría permiten formular
recomendaciones tendientes a realizar un manejo integrado del paisaje en la
región de Marqués de Comillas, que permita la coexistencia del desarrollo
socioeconómico y la conservación de la biodiversidad. A continuación se enlistan
algunas de estas recomendaciones:
-Gestionar la canalización de los recursos disponibles para evitar la
deforestación, hacia las áreas identificadas como corredores. Promover el manejo
productivo de estas áreas, manteniendo la cobertura vegetal y generando
beneficios económicos para los propietarios del recurso.
-Utilizar programas de reforestación para reestablecer corredores donde
sea posible. La reforestación de riveras y otros elementos lineales del paisaje,
como linderos entre predios, límites ejidales y caminos, ayudan al
reestablecimiento de la conectividad ecológica, siempre que estas actividades
consideren la perspectiva de paisaje en su planeación y ejecución.
-Realizar actividades de restauración ecológica basadas en el manejo de
acahuales en sitios estratégicos para mejorar la conectividad en Marqués de
Comillas y entre esta región y la Reserva de la Biosfera de Montes Azules.
-Mitigar el impacto de las obras de infraestructura carretera sobre la
conectividad ecológica, mediante el establecimiento de pasos inferiores para la
fauna terrestre y cableado sobre la carretera para la fauna arborícola.
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Corredor Biológico Mesoamericano – México
CONABIO
Evaluación de especies clave de mastofauna mayor como indicadoras de la salud del ecosistema en Marqués de
Comillas, región Selva Lacandona, Chiapas. No. Contrato: CBM-M/UTRCH/2A/015/2006
Informe final.
2008
Consultor: M. en C. Carlos Erik Muench Spitzer. Dirección: Privada Ciprés 4, Colonia Los Alcanfores, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. C. P. 29246 tel. 967-6787896 cel. 967-1192625 e-mail: [email protected]
CONTENIDO Introducción…………………………………………………………………….….….2 Antecedentes. ……………………………………………………………….…….….6 Conectividad del paisaje y conservación de fauna………………….………….................6
Los mamíferos mayores como indicadores de la salud de los ecosistemas…...............7
Especies focales del monitoreo.......................................................................................8
Características físicas de la región Selva Lacandona.……………...................……...…10
Área de ejecución del proyecto.………………………………….…....................……......14
Monitoreo participativo de mamíferos mayores............................................21 Talleres participativos.....................................................................................................21
Formatos de monitoreo..................................................................................................23
Sesiones de capacitación...............................................................................................26
Propuestas para impulsar el monitoreo comunitario......................................................26
Evaluación de la mastofauna mayor……..….…………………….………….….29 Estructura del paisaje en el área de estudio...................................................................29
Métodos y diseño del muestreo...............………………….………………...........…….....33
Resultados del muestreo de mamíferos.....………………………..……………................39
Discusión e interpretación de los resultados.………………………….………..................47
Recomendaciones..........................................................................................................50
Propuestas para un proyecto interinstitucional de monitoreo.........................................53
Literatura citada………………………………………………….…………..……....56 ANEXO 1. Memoria del taller para la construcción de un sistema de monitoreo
participativo en el Ejido San Isidro, Marqués de Comillas, Chiapas. Formato oficial para
registrar eventos y lista de asistentes.
ANEXO 2. Memoria del taller para la construcción de un sistema de monitoreo
participativo en el Ejido Reforma Agraria, Marqués de Comillas, Chiapas. Formato oficial
para registrar eventos y lista de asistentes.
ANEXO 3. Imágenes de las especies de mamíferos capturadas por trampeo fotográfico. Anexo Electrónico. Ubicación de trampas cámara (Cobertura geográfica en formato .shp).
Capturas fotográficas (151 imágenes). Registros de los trayectos en línea (Base de
datos en Excel y cobertura geográfica en formato .shp). Guía de identificación de
huellas y mapas de los ejidos.
1
Introducción.
El Corredor Biológico Mesoamericano - México (CBM-M) tiene como
objetivo central contribuir a la conservación y uso sustentable de la biodiversidad
en la región de interés. Este objetivo considera de manera explícita los tres
ámbitos que conforman el concepto integral de sustentabilidad: conservación del
medio ambiente, viabilidad económica y desarrollo socio-cultural. Estos tres
ámbitos deben ser considerados en las iniciativas promovidas por el CBM-M. En
particular, las actividades relacionadas con la conservación de la biodiversidad
deben desarrollarse con la participación activa de las poblaciones humanas
locales, proporcionando herramientas para la planeación del desarrollo y
procurando la permanencia en el tiempo de éstas actividades al término del
proyecto.
El CBM-M focaliza sus esfuerzos de conservación y manejo sustentable en
áreas que conectan a las áreas naturales protegidas del sureste de México. Así, el
trazo que delimita el área de trabajo de esta iniciativa, plantea de forma implícita el
objetivo de mantenimiento de la conectividad del paisaje para la biota de la región
mesoamericana.
Para evaluar el cumplimiento de sus objetivos, el CBM-M plantea como uno
de los indicadores clave de sustentabilidad ambiental el estado de las poblaciones
de especies indicadoras específicas. Para el caso concreto del mantenimiento de
la conectividad del paisaje, las especies indicadoras recomendadas (Soulé 1991)
son aquellas que muestran una mayor sensibilidad a la fragmentación de su
hábitat. Estas especies suelen ser los vertebrados de mayor tamaño corporal, con
amplios requerimientos de espacio y densidades poblacionales bajas. Para la
biota mesoamericana, las especies que mejor representan este conjunto de
características pertenecen al grupo de los mamíferos. Por estas razones, es
necesario instrumentar actividades de monitoreo de este grupo biológico en el
área considerada por el CBM-M.
2
El monitoreo de las poblaciones de mamíferos genera información de
manera constante sobre el estado del ecosistema, permitiendo evaluar el
cumplimiento de los objetivos del CBM-M y la efectividad de las acciones de
conservación emprendidas, así como el impacto de los procesos sociales y
naturales que amenazan la biodiversidad de la región. Usando una perspectiva
sistémica, el análisis de la información recabada permitirá detectar cambios en el
sistema e identificar acciones pertinentes para mitigar o facilitar estos cambios. En
otras palabras, el monitoreo nos ayuda a saber si el manejo que realizamos es o
no el adecuado para las condiciones actuales del sistema, permitiendo un
esquema de manejo adaptativo.
Para cumplir cabalmente con su función, el sistema de monitoreo a
instrumentar debe considerar de manera explícita la estructura espacial del paisaje
monitoreado (Fahrig y Merriam 1994). Al identificar los elementos del paisaje
importantes en la determinación de los patrones de distribución de la fauna nativa,
el monitoreo permite emitir recomendaciones de manejo más focalizadas y
eficientes. Es necesario, además, seleccionar las especies indicadoras a
monitorear a partir de criterios ecológicos robustos que permitan lograr una
claridad sobre el significado de la información recabada, es decir, qué es lo que se
está midiendo a través de la población monitoreada (ver Lambeck 1997). Además,
el monitoreo biológico debe ir acompañado de una caracterización general de las
actividades económicas realizadas en las áreas de interés, para que sea posible
vincular el estado de las poblaciones con los posibles factores de perturbación
humana. Finalmente, el sistema de monitoreo a implementar debe permitir el
análisis multiescalar de la información, de modo que las acciones de conservación
requeridas puedan aplicarse a una escala pertinente.
Esta consultoría instrumentó, a manera de experiencia piloto, un modelo de
monitoreo participativo de mamíferos mayores en dos comunidades del municipio
de Marqués de Comillas, Chiapas: Reforma Agraria y San Isidro.
3
El modelo promovido facilita la participación de las comunidades locales, al
dirigir los esfuerzos a un grupo de especies clave y utilizar métodos automatizados
de captura de los datos. Promueve, además, la apropiación por parte de las
comunidades locales, fortaleciendo sus capacidades de planeación territorial
mediante 1) la capacitación en métodos de monitoreo biológico y análisis de la
información, y 2) la caracterización socioambiental de las áreas monitoreadas.
La capacitación para el monitoreo participativo se realizó mediante talleres
participativos en las dos comunidades seleccionadas y sesiones de capacitación
con los individuos designados por la comunidad. En los talleres se explicó a las
comunidades locales el concepto del monitoreo, su importancia y su utilidad en la
planeación del desarrollo. Se elaboraron mapas campesinos del territorio de la
comunidad, especificando las actividades económicas y las prácticas de manejo
involucradas en cada segmento territorial, obteniendo información de gran utilidad
para analizar los posibles cambios en la dinámica poblacional de los mamíferos en
función de elementos vinculados a las actividades humanas. Las sesiones de
capacitación se centraron en técnicas básicas de muestreo de fauna y registro de
la información mediante el Cyber-tracker, además de el uso de los materiales de
apoyo elaborados (guías de identificación de huellas, formatos de registro y
mapas).
El diseño de muestreo utilizado consideró de manera explícita la estructura
espacial del paisaje en las comunidades piloto, partiendo de un análisis de la
conectividad estructural del área estudiada. Un estudio previo (Muench 2006),
realizado a partir de información cartográfica escala 1:250,000, identifica 28
puntos clave en el mantenimiento de la conectividad de la vegetación remanente
en la región de Marqués de Comillas.
La presente consultoría se llevó a cabo considerando la estructura de
parches y corredores caracterizada en el estudio citado. Los corredores de
vegetación nativa, áreas esenciales para mantener el flujo de genes e individuos a
4
través del paisaje, son áreas de muestreo prioritarias, sin que esto signifique
ignorar otros elementos del paisaje como los parches y la matriz antropogénica.
La presente consultaría realizó un muestreo intensivo de fauna en las áreas
seleccionadas. En estos sitios, se utilizaron métodos estandarizados para realizar
observaciones de mamíferos no voladores mediante trampas-cámara (cámaras
automáticas que se disparan al detectar movimiento en su campo visual mediante
sensores infrarrojos), y búsquedas de rastros, señales u observaciones directas en
trayectos en línea.
De esta manera , se estableció el uso de los corredores y las unidades de
paisaje adyacentes por individuos de un grupo de especies focales, seleccionadas
para servir como indicadores de conectividad para mamíferos con diferentes
hábitos de uso del espacio. Además, se colectó información sobre otros
mamíferos terrestres, que pueden ayudar a evaluar el estado de la comunidad y
validar la selección de las especies focales.
Los resultados del muestreo de mamíferos mayores que se presentan en
este informe constituyen una línea base, de manera que la información recabada
en muestreos futuros permita detectar cambios en el sistema e identificar acciones
pertinentes para mitigar o facilitar estos cambios. El método utilizado permite
obtener información útil en periodos de tiempo cortos, de manera que los
resultados que se presentan permiten la elaboración de recomendaciones de
manejo para el área estudiada. La replicación de este método en otras áreas del
CBM-M, y la acumulación de información derivada del monitoreo sostenido en el
tiempo, permitirán elaborar planes y programas de conservación cada vez más
robustos.
5
Antecedentes.
Conectividad del paisaje y conservación de fauna.
La acelerada tasa de deforestación registrada en los bosques tropicales
mesoamericanos representa una gran amenaza para la fauna silvestre, mediante
la pérdida de hábitat y el aislamiento entre parches remanentes (Harris 1984,
Wilcox y Murphy 1985). Por ello, el mantenimiento de la conectividad de hábitat se
considera una actividad prioritaria para la conservación de las especies animales
(Fahrig y Merriam 1994).
Los corredores de vida silvestre, o corredores biológicos, son una
herramienta de conservación útil en paisajes fragmentados, y se definen como
elementos lineales del paisaje que conectan dos o más parches de hábitat que
han estado conectados en tiempo histórico y funcionan como un conducto para
animales (Soulé y Gilpin 1991). El aumento en el intercambio de individuos entre
parches puede aumentar la persistencia de las poblaciones a nivel local y regional
(Fahrig y Merriam 1994). Los corredores aumentan la abundancia y la riqueza de
especies en los parches que conectan, reducen la probabilidad de extinción local y
permiten la recolonización de parches de hábitat favorable donde la especie ha
desaparecido (Brown y Kodric-Brown 1977).
El término de conectividad es utilizado desde una perspectiva puramente
geográfica o estructural como una medida de continuidad de los elementos de un
paisaje (Forman y Godron 1986). Sin embargo, un elemento del paisaje puede
constituir un parche de hábitat para una especie y una barrera para otra. El
concepto funcional de conectividad del paisaje se refiere a la interacción de los
atributos de la especie y la estructura del paisaje en la determinación del
movimiento de los organismos entre parches de hábitat (Merriam 1984). Este
concepto considera explícitamente las respuestas conductuales de las especies a
los elementos del paisaje.
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Para el mantenimiento de la conectividad del paisaje mediante corredores
biológicos, los esfuerzos deben dirigirse especialmente a las especies que son
más afectadas por el proceso de fragmentación del paisaje (Soulé 1991). En este
sentido, es necesario evaluar la funcionalidad de corredores particulares para
especies focales determinadas, que sean indicadoras de conectividad a escala
regional, debido a sus grandes requerimientos espaciales (Beier y Noss 1998). De
esta forma, el monitoreo constante de la fauna mayor es una actividad central para
el manejo de los corredores biológicos.
Los mamíferos mayores como indicadores de la salud de los ecosistemas.
Muchas especies de mamíferos de gran tamaño corporal cumplen una
función muy significativa en el mantenimiento de los procesos ecológicos y la
dinámica del paisaje. Estas especies se denominan especies “clave”, pues su
presencia influye fuertemente en la estructura de las comunidades bióticas en la
que ocurren (Ehrlich y Ehrlich 1981). Esta gran influencia se ejerce a través de
procesos ecológicos diversos, como la regulación de las cadenas tróficas, el
control de la disponibilidad de recursos clave o la modificación del flujo de agua y
nutrientes en el paisaje (Baskin 1998). La pérdida de una de estas especies puede
significar una degradación irreversible del ecosistema, por lo que su conservación
es una actividad prioritaria.
Los mamíferos mayores pueden funcionar como especies “sombrilla”, pues
su protección beneficia a un número mayor de especies que enfrentan presiones
similares pero son menos sensibles a la perturbación. La capacidad de una
especie para actuar como especie “sombrilla” está relacionada con una serie de
características biológicas (tiempos generacionales largos, tasas de crecimiento
poblacional intrínseco naturalmente bajas, amplios requerimientos espaciales, alta
especificidad de hábitat) que la hacen particularmente sensible a los cambios
antropogénicos en ambientes naturales (Tracy y Brussard 1994). Así, es posible
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seleccionar especies particularmente sensibles a un proceso particular y
representar a un número mayor de especies que enfrentan una presión común
(Lambeck 1997). Esta idea, relacionada con el concepto de especies “sombrilla”,
permite contar con indicadores claros para cada proceso susceptible de afectar a
la biodiversidad de la región. Así, puede dirigirse el manejo hacia las especies
seleccionadas y proteger a la mayoría de la biota de la región manejada. El
monitoreo de especies indicadoras y de su hábitat es una herramienta de gran
utilidad para la conservación de la biodiversidad.
Los carnívoros son un grupo taxonómico útil para determinar el nivel de
salud del ecosistema. Por sus características socio-ecológicas, necesitan vastas
áreas y un número adecuado de presas para su supervivencia. La desaparición de
los carnívoros tiene un efecto particularmente perjudicial para el ecosistema, pues
su función ecológica de regulación de las cadenas tróficas es muy importante para
evitar el desarrollo de algunas especies plaga. Los grandes herbívoros, por otro
lado, juegan un papel crucial en la estructura y distribución espacial de las
comunidades vegetales, mediante procesos como la dispersión y depredación de
semillas. Estas especies suelen enfrentar fuertes presiones de cacería, por lo que
es necesario un manejo basado en información ecológica confiable. Las especies
del orden de los primates son también animales claves representativos del
bienestar de la vida silvestre. Considerados como especies muy selectivas (que
necesitan condiciones específicas para sobrevivir), son particularmente sensibles
a la degradación del medio forestal.
Especies focales del monitoreo.
La selección de las especies focales del monitoreo se realizó considerando
algunos atributos de historia de vida de las especies que determinan sus hábitos
de utilización del espacio. Estos atributos son el tamaño del ámbito hogareño, el
gremio trófico, la estructura social y la especificidad de hábitat. Las especies
seleccionadas son mamíferos terrestres de gran tamaño corporal, enlistadas en
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alguna categoría de riesgo de la norma oficial mexicana NOM -059 – ECOL - 2001
(SEMARNAT 2002) y de la lista roja de la IUCN (IUCN 2004), y con distribución
verificada en la Selva Lacandona (March y Aranda 1992).
El jaguar (Panthera onca), es el carnívoro con mayores requerimientos
espaciales y tamaño corporal en la región. El tamaño del ámbito hogareño de este
mamífero varía entre los 15 y los 180 kilómetros cuadrados, en diferentes
ambientes (Schaller y Crawshaw 1980; Rabinowitz y Nottingham 1986; Ceballos et
al. 2005). Esta especie es fuertemente territorial, con el territorio de un macho
superpuesto al de varias hembras, quienes tienen ámbitos hogareños menores.
Los amplios requerimientos espaciales de este felino lo convierten en un buen
indicador para el presente proyecto de monitoreo, además de que es una especie
clave por su rol ecológico como el mayor depredador de Mesoamérica.
Además del jaguar, deben considerarse otros carnívoros con distribución
simpátrica, que pueden presentar cierto nivel de competencia interespecífica por la
disponibilidad de presas. El puma (Puma concolor) es también un depredador de
grandes requerimientos espaciales, que presenta una mayor plasticidad ecológica
que el jaguar, lo que puede determinar diferencias importantes en la utilización del
espacio. En contraste, el ocelote (Leopardus pardalis) presenta ámbitos
hogareños menores, pero una alta especificidad de hábitat, por lo que es posible
que se encuentre restringido a parches de vegetación bien conservada.
El tapir (Tapirus bairdii) es el mamífero terrestre de mayor tamaño corporal
en Mesoamérica, por lo que también requiere grandes áreas de hábitat (200 ha
aproximadamente). Es una especie de gran importancia ecológica, pues cumple
con una función importante en la estructura y dinámica de los bosques tropicales
en que habita por medio de los procesos de herbivoría y dispersión de semillas
(Brooks et al. 1997; Olmos 1997). El tapir es un mamífero que ocurre en
densidades naturalmente bajas debido a las necesidades impuestas por su gran
tamaño corporal y la estructura social que presenta, con hábitos solitarios y
9
territoriales. Eisenberg (1989) determina un periodo intergenésico mínimo de 17
meses para la especie, lo que resulta en una tasa de reclutamiento
particularmente baja entre los mamíferos. El tapir tiene un gran potencial para
funcionar como especie indicadora en un plan de monitoreo, pues además de ser
un organismo altamente sensible a la perturbación humana (Carrillo et. al 2000), el
monitoreo de esta especie se facilita gracias a la notoriedad y fácil identificación
de los rastros de presencia que deja a su paso (huellas, excretas, signos de
ramoneo, echaderos).
El mono araña (Ateles geoffroyi), es un mamífero de tamaño corporal
menor, pero su estructura social y sus hábitos frugívoros específicos determinan
que también tenga grandes requerimientos espaciales (500 ha aproximadamente).
Este primate juega un papel importante en la dispersión de semillas de muchas
especies de árboles, por lo que también puede considerarse como una especie
clave. El mono araña es un organismo arborícola, por lo que es especialmente
sensible a la degradación y fragmentación del medio forestal.
Características físicas de la región Selva Lacandona.
Ubicación geográfica e importancia.
La región de la Selva Lacandona, ubicada al noreste del estado de Chiapas,
entre los 16º y 17º de latitud Norte y los 90º30´ y 91º30´ de longitud Oeste (Castillo
y Narave 1992), corresponde a la subprovincia fisiográfica de las Montañas del
Oriente de Chiapas (Mullerried 1951). Esta subprovincia está limitada al este por
los ríos Usumacinta y Salinas, al sur por la frontera con Guatemala, al norte por
las Montañas del Norte de Chiapas y en el oeste por la altiplanicie de Chiapas.
La Selva Lacandona es el mayor reducto de bosque tropical perennifolio en
Norteamérica. Además de la alta diversidad biológica típica de los ecosistemas
tropicales, la región presenta un desarrollo agropecuario creciente y una compleja
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problemática socioambiental, por lo que ha sido identificada como un área
prioritaria para la conservación en México (Arriaga et al. 2000). La importancia de
la zona no se restringe a la diversidad faunística y florística que alberga. Entre
otros factores que contribuyen a la importancia estratégica del área sobresalen un
gran potencial en cuanto a producción de energía, tanto hidroeléctrica como de
combustibles fósiles, además de incalculables servicios ambientales tales como la
regulación hidrológica de la cuenca más caudalosa del país, y el control del ciclo y
monto de las lluvias en otras regiones del estado.
Relieve e hidrología.
Las montañas del oriente de Chiapas corren en dirección noroeste-sureste,
descendiendo desde los 1500 msnm en la meseta del Ocotal hasta unos 200
msnm en el río Lacantún. La composición caliza de estas formaciones determina
los paisajes cársticos en las serranías así como las tonalidades azulosas de los
cuerpos de agua. Además de las serranías, se encuentran en el área planicies con
lomeríos de menor inclinación formados de areniscas y lutitas, y finalmente una
menor extensión de planicies de origen aluvial limitada a los márgenes de los ríos
Lacantún y Salinas.
El complejo sistema hidrológico presente en la Selva Lacandona forma
parte de la región hidrológica Usumacinta-Grijalva. La red fluvial y la disposición
de los patrones de drenaje obedecen al sentido noroeste-sureste de los sistemas
montañosos, siendo las cuencas de mayor importancia las de los ríos Lacantún,
Salinas y Usumacinta. La cuenca del río Lacantún es de especial importancia por
ser la que representa una mayor superficie (1,252,600 ha). Entre los principales
afluentes de esta cuenca se encuentran los ríos Jataté, Perlas, Santo Domingo,
Ixcan, Chajul, Miranda, Tzendales, San Pedro y Lacanjá (INE-SEMARNAP 2000).
Además de los ríos existen corrientes subterráneas que, al formar oquedades
cársticas, alimentan varias lagunas, siendo las de mayor extensión la laguna de
Miramar (7,906 ha) y la de Lacanjá (1,030 ha).
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Clima.
El clima predominante en la Selva Lacandona es cálido húmedo (Am(l´)g”)
(García y Lugo 1992). A nivel regional, la temperatura media anual varía entre los
24 y los 26°C, con dos máximas anuales, una en mayo y otra en agosto. En
general la oscilación en las temperaturas medias mensuales es menor a 5°C. De
junio a noviembre la zona recibe la influencia de los vientos alisios, que provocan
ondas tropicales, tormentas y huracanes provenientes del Golfo de México y del
Mar Caribe. Estos vientos aportan el 80% de la precipitación que cae en el área.
Los vientos contralisios ejercen su influencia entre diciembre y mayo, provocando
dos tipos de fenómenos climáticos: las “suradas”, vientos cálidos y secos, y los
“nortes”, vientos fríos y moderadamente húmedos, que aportan un 15% de la
precipitación total (INE-SEMARNAP 2000). La precipitación media anual es
superior a los 2500 mm con estaciones secas de noviembre a diciembre y de
febrero a mayo (García y Lugo 1992).
Vegetación.
La vegetación dominante de la Selva Lacandona corresponde a la descrita
como bosque tropical perennifolio en la clasificación Rzedowski (1978). A nivel
regional ocurren otros tipos de vegetación como el bosque de pino-encino y el
bosque mesófilo de montaña. Sin embargo, en el área considerada por el presente
proyecto, las asociaciones vegetales mejor representadas son la selva alta
perennifolia de canshán, y la selva mediana perennifolia de canacoite, intercalados
con comunidades vegetales de distribución menor como el bosque ripario, los
palmares y el jimbal.
La selva alta perennifolia se caracteriza porque los árboles del estrato
superior miden más de 30 metros de alto, con troncos rectos y ramificaciones en el
extremo superior, frecuentemente con contrafuertes. En este tipo de vegetación
12
son frecuentes los bejucos o plantas trepadoras leñosas, las epifitas, como
bromeliáceas, aráceas y orquídeas, y las plantas estranguladoras o matapalos.
Entre las especies vegetales dominantes en la selva alta de esta región se
encuentran: Terminalia amazonia (canshán), Manilkara zapota (chicozapote),
Guatteria anomala (zopo), Dalium guianense (guapaque), Swietenia macrophylla
(caoba), Ceiba pentandra (ceiba), Vatairea lundellii (amargoso) y Schizolobium
parahybum (plumillo). En zonas con relieve accidentado se vuelven dominantes
Pithecellobium arboreum, Brosimum alicastrum y Bursera simaruba. En la
vegetación secundaria de la selva alta suelen ocurrir, entre otras, Cecropia
obtusifolia y Ochroma piramidale (Pennington y Sarukhán 1998).
La selva mediana perennifolia de canacoite, o canacoital, se presenta en
zonas bajas con suelos arcillosos y sujetos a inundaciones periódicas. La
comunidad alcanza una altura de hasta 25 metros, y su característica fisonómica
más importante es la presencia de las raíces zancudas de la especie dominante,
Bravaisia integerrima (canacoite). Ocurren también especies de selva alta como
Ceiba pentandra, Vatairea lundellii, Tabebuia rosea y Diospyros digyna. Es común
encontrar parches densos de la palma arborescente Bactris baculifera (Pennington
y Sarukhán 1998).
El bosque ripario se distribuye en las vegas de los ríos, con suelos limosos
y generalmente profundos. La composición de especies está influenciada por las
asociaciones colindantes, con elementos dominantes típicos de este tipo de
vegetación como Ficus glabrata (amate de río), Salix chilensis (sauce), Inga sp.
(guatope), y Scheelea liebmanni (corozo). En las vegas de los ríos existen también
parches discontinuos dominados por Bambusa longifolia, conocidos como
jimbales. Esta comunidad es especialmente densa y casi monoespecífica, con
presencia marginal de algunos elementos arbóreos de la selva alta perennifolia y
el bosque ripario (INE-SEMARNAP 2000).
13
Fauna.
La diversidad faunística de la Selva Lacandona es enorme, y muchos
grupos animales permanecen poco conocidos. Este es el caso de los
invertebrados, para los que se estima que las especies enlistadas constituyen un
3% de la riqueza potencial de la zona (INE-SEMARNAP 2000). Se han registrado
39 especies de peces (Lazcano-Barrero y Vogt 1992) y se sospecha una alta
incidencia de endemismos para este grupo. La herpertofauna conocida está
constituida por 23 especies de anfibios y 54 de reptiles (Lazcano-Barrero et al.
1992). González-García (1992) reporta 341 especies de aves, lo que constituye un
87% del potencial estimado por este autor.
En la Selva Lacandona se encuentran representados todos los órdenes de
mamíferos terrestres y 27 de las 33 familias mexicanas (Medellín 1994). Con 112
especies verificadas, lo que representa un 25% de la mastofauna de México, la
Selva Lacandona es la región con mayor riqueza para este grupo en México. El
número de especies reportado podría aumentar con la realización de más
estudios, de manera que el número de mamíferos con presencia potencial se
estima alrededor de las 142 especies (March et al. 1996). Entre las especies con
presencia verificada se encuentran 17 mamíferos endémicos de Mesoamérica, y
muchas especies que se encuentran en peligro de extinción para México (INE-
SEMARNAP 2000).
Área de ejecución del proyecto.
La subregión Marqués de Comillas, que incluye a los municipios de
Marqués de Comillas y Benemérito de las Américas, está delimitada por los ríos
Lacantún y Salinas y por la frontera con Guatemala. La subregión tiene una
superficie de 197,266 ha, y presenta un relieve plano con lomeríos hacia el
suroeste. A diferencia del resto de la Selva Lacandona, la población de Marqués
de Comillas es en su mayoría de origen mestizo. La colonización del área data de
14
la década de los setenta, cuando el gobierno mexicano apoyó la creación de
nuevos centros de población ejidal en esta zona, promoviendo la inmigración
desde otras regiones del estado y otros estados de la república.
La población actual del municipio de Marqués de Comillas es de 8,538
habitantes, 4,377 hombres y 4,161 mujeres, asentados en 27 localidades. La
mayoría de los habitantes se encuentran en los rangos de edad de 5 a 9 años
(1,339 hab.), de 10 a 14 años (1,421 hab.), y de 15 a 19 años (997 hab.). Las
lenguas indígenas mejor representadas en el municipio son el tzeltal (1,356
hablantes), el tzotzil (654 hablantes), el chol (533 hablantes), el zoque (184
hablantes), el chinanteco (141 hablantes), y el kekchi (124 hablantes). El alto
grado de marginación prevaleciente en el municipio se refleja en el acceso a
algunos servicios básicos: 81.5% de la población no cuenta con agua entubada, y
sólo 0.5% de la población tiene acceso a servicios de salud del estado o
particulares (INEGI 2005).
La historia de uso del suelo en Marqués de Comillas está fuertemente
ligada a las políticas gubernamentales. Durante la década de 1975-1985, el
gobierno otorgó apoyos institucionales para fomentar la ganadería, provocando un
acelerado proceso de cambio de uso del suelo, consistente en el desmonte de
vastas áreas de selva para dedicarlas a ganadería extensiva. Este proceso
continúa en la actualidad, sobre todo en los ejidos ribereños. La producción de
chile es actualmente una actividad económica importante, que también ha sido
apoyada por programas gubernamentales. En menor escala, existen otros cultivos
comerciales como la piña, y áreas con plantaciones prácticamente abandonadas
de cacao y hule. Sin embargo, la producción agrícola comercial que se ha
promovido requiere de fuertes inversiones económicas, por lo que el patrón de
cultivos está dominado por las milpas manejadas con un sistema tradicional de
roza, tumba y quema (Muench 1997).
15
El sistema piloto de monitoreo promovido por la presente consultoría se
desarrolló en dos comunidades del municipio de Marqués de Comillas: Reforma
Agraria y San Isidro. Estas comunidades colindan entre sí, y se encuentran en el
extremo oeste del municipio, entre los 16°13´28´´ y 16°17´22´´ de latitud norte, y
los 90°44´33´´ y 90°52´19´´ de longitud oeste. Las vías de comunicación en la
zona son caminos de terracería, aunque recientemente se ha pavimentado la
carretera ribereña que constituye el acceso a la comunidad de Reforma Agraria.
Figura 1. Ubicación de las comunidades de estudio.
Para la caracterización del área de estudio, se integró un sistema de
información geográfica que incluye tanto información referente al entorno físico
(tipos de cobertura vegetal, formas del relieve, tipos de suelo, sustrato geológico,
hidrología superficial, clima), como la infraestructura humana (centros de
población, vías de comunicación carretera) y la división política regional (límites
municipales y dotaciones ejidales) del área de estudio.
16
La información utilizada por la presente consultoría para la integración del
SIG proviene de diferentes fuentes, incluyendo la compilación realizada por el
Centro GEO en el marco del monitoreo regional del Corredor Biológico
Mesoamericano. La información sobre cobertura vegetal procede de una
rodalización de fotografías aéreas del INEGI, tomadas en marzo de 2002. El
trabajo de rodalización fue realizado por Elva Domínguez y Emilio Roldán,
integrantes del equipo técnico que ejecuta la presente consultoría. Las
caracterización de la cobertura vegetal enfatiza la presencia y la densidad de la
cobertura arbórea, distinguiendo selvas, acahuales y coberturas de origen
agropecuario (pastizales y parcelas agrícolas).
Figura 2. Mapa de cobertura vegetal de las comunidades de estudio.
17
La cercanía de las comunidades de estudio determina un gran parecido en
cuanto a las características generales del medio físico en que habitan. Los
factores importantes que varían en el paisaje estudiado, además de la cobertura
vegetal, son el relieve, el sustrato geológico y el tipo de suelo. En esta zona de la
Selva Lacandona existe una fuerte asociación entre estos factores. En el territorio
de las comunidades de estudio se distinguen llanuras de depósito de material
aluvial y áreas de lomeríos, con material geológico de origen anterior al depositado
en las llanuras.
Figura 3. Mapa de geología y relieve de las comunidades de estudio.
Los suelos dominantes en las áreas de llanura corresponden al tipo de
gleysoles húmicos, mientras que en las zonas de lomerío se encuentra este tipo
de suelo alternando con acrisoles y vertisoles.
18
Figura 4. Mapa de tipos de suelo de las comunidades de estudio.
No obstante el parecido en el medio físico en que habitan, las comunidades
estudiadas son contrastantes en cuanto a sus características sociales,
económicas y culturales.
Reforma agraria es una comunidad de origen Chinanteco, con 40
ejidatarios. Cuenta con un desarrollo ecoturístico en funcionamiento desde 1997
(Las Guacamayas), que ha recibido apoyo del sector turístico estatal y federal.
Cuenta con una reserva ejidal de más de 1200 ha, de propiedad comunal, y recibe
pago por servicios ambientales por su conservación desde 2006. Tiene también
una gran extensión de terrenos de origen aluvial dedicada a la agricultura
comercial, principalmente de chile, y una amplia superficie de pastizal dedicada a
la ganadería. Las actividades económicas principales se desarrollan de acuerdo a
19
políticas territoriales definidas y aceptadas por la mayoría de la comunidad, si bien
estas políticas son más bien tácitas y persiste el interés de algunos miembros de
la comunidad por ampliar el área dedicada a la ganadería a costa de la reserva
ejidal y otras áreas forestales remanentes.
San Isidro, por otro lado, es una comunidad de origen étnico diverso
(Tzotzil, Tseltal y Chol), con 62 ejidatarios. Cuenta también con una reserva ejidal
de propiedad comunal con más de 800 ha de extensión. En esta comunidad se
desarrolla actualmente un proyecto ecoturístico que aprovecha la existencia de
una zona de manantiales de aguas termales en la reserva ejidal. En este sitio se
desarrollan otros proyectos del sector ambiental, como el establecimiento de una
unidad de producción de germoplasma forestal, que permitirá el aprovechamiento
de los rodales de Caoba (Swietenia macrophylla) remanentes en el ejido. Sin
embargo, en la comunidad no existe una estructura organizativa consolidada para
asegurar el éxito y la permanencia de este tipo de proyectos. La zona de parcelas,
en la parte central de la dotación ejidal, refleja que el tipo de manejo del territorio
dominante en este ejido está basado en el sistema tradicional de roza, tumba y
quema típico en la región lacandona, ya que está constituida por un mosaico de
pastizales, milpas y acahuales de diferentes edades. Aún cuando la cobertura
dominante en esta área es el pastizal, la producción ganadera es incipiente, con
pocas cabezas de ganado y amplias áreas de pastizal ocioso. Este tipo de manejo
tiende todavía en la actualidad a ampliar la frontera agropecuaria hacia zonas de
selva madura.
20
Monitoreo participativo de mamíferos mayores.
La instrumentación del sistema de monitoreo participativo, en su calidad de
proceso social y organizativo, es una meta compleja que esta consultoría ha
perseguido mediante diferentes actividades, más allá de la simple transferencia de
capacidades técnicas. Estas actividades incluyen la realización de talleres
participativos y sesiones de capacitación con miembros de las comunidades
seleccionadas, además de la preparación de materiales de apoyo para el
monitoreo de fauna.
Talleres participativos.
En los talleres realizados se sentaron las bases para la instrumentación de
un programa de monitoreo participativo de mamíferos. En ellos se expuso a los
asistentes el concepto del monitoreo, su importancia y su utilidad en la planeación
del desarrollo.
Durante los talleres se realizó una caracterización socio-ambiental del
territorio a monitorear. Esta caracterización incluye información sobre las
actividades económicas y las prácticas de manejo involucradas en cada segmento
territorial, además de las características físicas y biológicas del territorio de
acuerdo al conocimiento de la población local. La información se obtuvo mediante
dinámicas y herramientas basados en métodos participativos, como la realización
de mapas campesinos. Esta caracterización permitirá vincular el estado de las
poblaciones de mamíferos con los posibles factores de perturbación humana, a fin
de que el monitoreo biológico constituya una herramienta útil de planeación para el
manejo. Durante estas actividades, se propiciaron reflexiones grupales acerca de
la importancia del patrón espacial del muestreo en la información a recabar con el
monitoreo.
21
Para afirmar que el modelo de monitoreo es participativo, no basta que la
participación social se limite a la fase de ejecución, es necesario que las
comunidades participen en todas las fases del proyecto, desde la planeación y el
diseño del programa de monitoreo a instrumentar. Por ello, los talleres realizados
incluyen una sesión de planeación del monitoreo, en la que se define el trazo de
los trayectos a recorrer durante los conteos y la temporalidad del muestreo, de
acuerdo a las necesidades e intereses de la comunidad. En estas sesiones se
seleccionan otras especies a monitorear, además de las cinco especies focales
del estudio.
Durante los talleres, se explicó a los asistentes el funcionamiento del
Cybertracker y los formatos de monitoreo como método de captura de datos y
manejo de la información, y se evaluaron de manera grupal los formatos de
monitoreo elaborados por la presente consultoría. Al final del taller se distribuyeron
copias de los formatos de monitoreo entre los individuos interesados o designados
por el resto de la comunidad, para ser utilizados de acuerdo al plan de trabajo
establecido colectivamente.
Los resultados del taller realizado en el ejido San Isidro los días 11 y 12 de
marzo de 2007, se presentan en forma de memorias en el anexo 1, junto con una
relación de los asistentes al taller.
En el caso del ejido Reforma Agraria, se realizó una versión más corta del
taller, a solicitud expresa de las autoridades ejidales. Esta decisión se tomó
considerando que las partes del taller dirigidas a generar reflexiones sobre la
planeación territorial del desarrollo eran prescindibles, dado que el ejido está más
avanzado en el proceso de establecer políticas territoriales congruentes con la
conservación de la biodiversidad. Las necesidades de esta comunidad en el
proceso mencionado, van más en el sentido de sustentar estas políticas en
información científica robusta, por lo que el trabajo se centró en la implementación
del monitoreo participativo.
22
Los resultados del taller de Reforma Agraria, llevado a cabo el 11 de mayo
de 2007, se presentan en forma de memorias en el anexo 2, junto con una
relación de los asistentes al taller.
En los términos de referencia de la presente consultoría se plantea la
realización de encuestas con los pobladores locales, para recabar información
básica de la comunidad y documentar su conocimiento de los mamíferos silvestres
de la región y el aprovechamiento que realizan sobre esta fauna. Sin embargo, en
el campo de manejo de fauna silvestre, la utilización de encuestas puede arrojar
resultados engañosos, dado que el aprovechamiento no regulado de la fauna
constituye una actividad ilegal.
Dado que la encuesta es una herramienta poco amigable para recabar este
tipo de información, esta consultoría recurrió al uso de dinámicas participativas
durante los talleres para cumplir con este objetivo. Las memorias de los talleres
realizados presentan información sobre distribución y uso de la fauna local
recabada mediante diferentes dinámicas con la población local. El nivel de detalle
de esta información, en cuanto a la distribución y los patrones de preferencia y uso
de la fauna, así como la correspondencia de esta información con las unidades de
paisaje caracterizadas, no serían fácilmente alcanzados mediante la aplicación de
encuestas.
Formatos de monitoreo.
El monitoreo participativo de fauna requiere de un método sencillo de
captura y manejo de los datos, que sea accesible para los participantes y no
requiera del equipo de cómputo necesario para el manejo del Cybertracker.
Por ello, la presente consultoría diseñó formatos en papel que permiten
registrar la información esencial para el monitoreo de mamíferos y colectarla para
23
su posterior captura en la base de datos. Esta información incluye la especie
observada, el lugar y la hora del registro, el número de individuos, la distancia
perpendicular del animal al trayecto de muestreo, el tipo de rastro (en caso de que
no se trate de una observación directa) y la cobertura vegetal presente en el sitio
del registro.
La información vertida en los formatos permite estimar el esfuerzo de
muestreo involucrado en el monitoreo participativo, pues se registra el trayecto
recorrido, la fecha y el nombre del observador, de manera que sea posible estimar
la distancia recorrida por los usuarios durante los muestreos.
Los formatos diseñados son de fácil manejo incluso para usuarios
analfabetas, pues se basan en la interpretación de imágenes sencillas. Cabe
mencionar que durante la evaluación de estos formatos en los talleres se
comprobó que las imágenes utilizadas (por ejemplo las de tipo de rastro y
cobertura vegetal) son interpretadas fácilmente por los pobladores locales, incluso
sin explicación previa. En general, los formatos fueron bien recibidos por los
pobladores locales, y los comentarios recibidos para su mejoramiento se refieren a
cambios más bien marginales.
Además de los formatos de registro, la presente consultoría diseñó otros
materiales de apoyo para ser entregados a los responsables del monitoreo. Estos
materiales consisten en una guía de campo simplificada para la identificación de
rastros de mamíferos y mapas del territorio de cada ejido. (Anexo electrónico).
24
1 2 3 4 5 6 7 8 9
1 2 3 4 5 6 7 8 9 0
1 2 3 4 5 6 7 8 9
1 2 3 4 5 6 7 8 9 0
Lugar:
Hora:
Observador: Trayecto: Distancia recorrida: Fecha:
Figura 5. Formato de registro de datos para el monitoreo participativo de
mamíferos.
25
Sesiones de capacitación.
Los individuos designados por la comunidad durante los talleres nos
acompañaron en algunos de los recorridos realizados por la presente consultoría
para la evaluación de las poblaciones de las especies focales. Estos recorridos
sirvieron como sesiones de capacitación en campo para el uso del cybertracker y
los formatos de registro como método automatizado de captura de datos para el
monitoreo de fauna.
Propuestas para impulsar el monitoreo comunitario.
Es importante mencionar que las diferencias socioeconómicas entre las dos
comunidades en las que se ejecutó la presente consultoría han determinado
diferencias en el avance logrado.
En Reforma Agraria, la existencia de un desarrollo ecoturístico en auge y la
estructura organizativa que la maneja (Sociedad Cooperativa Ara macao), facilita
la institucionalización del monitoreo participativo. En efecto, desde las reuniones
preeliminares con las autoridades ejidales de Reforma Agraria y con la directiva de
la Sociedad Cooperativa, se tomó la decisión de que el monitoreo de fauna debe
ser responsabilidad de los guías que trabajan para el centro ecoturístico.
Aún cuando existe un interés generalizado de los pobladores locales por los
temas relacionados con la fauna silvestre, la apropiación del sistema de monitoreo
participativo por parte de las comunidades depende de la existencia de incentivos
para los participantes. Estos incentivos, que en el caso de Reforma Agraria están
determinados por generar un mayor interés del público en este destino
ecoturístico, pueden ser de diferente naturaleza de acuerdo a las características e
intereses de la comunidad. En San Isidro se está desarrollando un proyecto de
desarrollo ecoturístico, por lo que es posible que en un futuro próximo existan las
condiciones para acoplar el ecoturismo con el monitoreo comunitario. Sin
26
embargo, es necesario explorar otras opciones para incentivar el monitoreo de
fauna, tales como la generación de programas de empleo temporal, la inclusión de
la reserva ejidal en programas de pago por servicios ambientales o el
establecimiento de unidades de manejo para la conservación y aprovechamiento
sustentable de la vida silvestre (UMA´s).
También es importante, para el éxito del presente proyecto, que el proceso
de capacitación y organización social continúe en una siguiente fase. La
capacitación debe incluir otras técnicas de monitoreo utilizadas por la presente
consultoría, tales como las cámaras trampa y la preparación de moldes de yeso de
las huellas encontradas. Estos materiales (fotografías y moldes) serán de utilidad
para los desarrollos ecoturísticos como un atractivo más para los visitantes.
Finalmente, para lograr la total independencia de los sistemas de monitoreo
participativo, es necesaria una capacitación para el análisis básico de la
información y la interpretación de los resultados. El objetivo de estas actividades
es consolidar el monitoreo participativo de mamíferos mayores, para lo que se
requiere que las comunidades perciban su utilidad en el contexto de un proceso de
planeación territorial y participativa del desarrollo.
Es recomendable extender el sistema de monitoreo participativo a otras
comunidades cercanas, de manera que se tienda a un manejo integrado del
paisaje en toda la región de Marqués de Comillas, estableciendo políticas
congruentes en comunidades aledañas.
Para lograr el objetivo antes mencionado, es necesario establecer vínculos
de colaboración más cercanos con otros actores que promueven el uso
sustentable de los recursos naturales en el área de trabajo. Entre estos actores
pueden mencionarse el proyecto de Desarrollo Social Integrado y Sostenible
(PRODESIS), que impulsa iniciativas de ecoturismo y producción de germoplasma
forestal en San Isidro, y el Centro Interdisciplinario de Biodiversidad y Ambiente
27
A.C. (CEIBA), que proyecta el reestablecimiento y restauración de corredores
riparios en los ejidos ribereños del municipio de Marqués de Comillas. Es factible
lograr sinergias positivas entre las diferentes iniciativas con una coordinación
efectiva, papel que puede desempeñar exitosamente el Corredor Biológico
Mesoamericano - México.
28
Evaluación de la mastofauna mayor Estructura del paisaje en el área de estudio.
La conservación de las especies amenazadas por la pérdida y
fragmentación de su hábitat necesita considerar la relación que existe entre su
distribución y la estructura espacial del paisaje (Fahrig y Merriam 1994).
El monitoreo realizado toma en cuenta la estructura del paisaje en la zona
de estudio. Para lograrlo, el patrón espacial del muestreo fue diseñado con base
en un análisis espacial de la conectividad estructural del territorio a monitorear.
De acuerdo a un estudio previo (Muench 2006), la región de Marqués de
Comillas mantiene un alto porcentaje de superficie cubierta por vegetación nativa.
Este estudio identifica 28 puntos clave en el mantenimiento de la conectividad
estructural de la vegetación nativa remanente en la región (Figura 6).
La identificación de estos vínculos paisajísticos toma en cuenta los
requerimientos espaciales del tapir mesoamericano (Tapirus bairdii), el mamífero
de mayor tamaño corporal presente en la región. Sin embargo, estas áreas
podrían estar funcionando como corredores de vida silvestre para otros mamíferos
terrestres nativos de la selva Lacandona, con requerimientos espaciales,
necesidades de hábitat y sensibilidad a la perturbación similares o menos
demandantes que el tapir.
29
Figura 6. Estructura de parches y corredores en la región de Marqués de
Comillas, Chiapas. Modificado de Muench (2006).
De acuerdo a la estructura de parches y corredores descrita en el estudio
citado, el área de ejecución de la presente consultoría (el territorio de los ejidos de
Reforma Agraria y San Isidro) consta de dos macizos forestales principales (Figura
7). El mayor de ellos, de unas 3,400 ha, se ubica en la parte central del área de
estudio, y está constituido por la reserva ejidal de Reforma Agraria y el área
contigua en San Isidro, que se extiende al sur a lo largo del límite con el ejido de
Adolfo López Mateos. Este parche se conecta mediante tres corredores de
vegetación con otros tantos parches ubicados fuera del área de estudio: un parche
grande al sur, de más de 8,000 ha, y dos parches menores al norte de poco más
de 700 ha cada uno. En el extremo este del área de estudio se encuentra el otro
macizo forestal importante, que es compartido por los ejidos de San Isidro y La
Victoria, y se encuentra aislado del parche central, según se percibe a la escala de
análisis utilizada (1:250,000).
30
Figura 7. Principales corredores de vegetación que mantienen la
conectividad del paisaje en el área de estudio .
De los tres corredores presentes en el área de estudio, uno ha perdido la
continuidad vegetal, debido a obras de infraestructura realizadas recientemente en
la región: el tendido eléctrico y la pavimentación de la carretera ribereña (Figura
8). En los otros dos corredores es evidente el avance de la frontera agropecuaria,
y en la actualidad es posible encontrar desmontes recientes, trabajaderos con
milpa y acahuales jóvenes dentro de la superficie original del corredor (Figura 9).
Los dos corredores remanentes pueden ser esenciales para mantener el flujo de
genes e individuos a través del paisaje, y por lo tanto son áreas prioritarias para el
monitoreo de mamíferos, sin que esto signifique ignorar otros elementos del
paisaje como los parches y la matriz antropogénica.
31
Figura 8. Carretera ribereña al norte de Reforma Agraria. La reciente ampliación y
pavimentación de esta vía reduce la conectividad entre Marqués de Comillas y Montes Azules.
Figura 9. Desmonte en el corredor ubicado al sur del área de estudio.
32
Además de los corredores antes descritos, en el área existen otros vínculos
paisajísticos que no pueden detectarse a escala gruesa. Para complementar la
caracterización del paisaje en el área de estudio, se realizó una clasificación visual
de la cobertura vegetal mediante la rodalización de fotografías aéreas de INEGI,
tomadas en marzo de 2002. La clasificación generada se validó en el campo,
determinando el tipo de vegetación o uso de suelo existente en las áreas visitadas.
En el mapa generado (ver figura 7), se identificaron diez nuevos vínculos en el
paisaje, demasiado delgados para ser identificados con la escala de análisis
inicial. Debido a esa característica, son conectores especialmente frágiles, de
manera que todos han perdido la continuidad vegetal en al menos un punto, y
algunos han desaparecido completamente. Éstas áreas, sin embargo, son buenos
candidatos para fortalecer la conectividad del paisaje mediante programas de
restauración ecológica.
Métodos y diseño del muestreo.
Trampeo fotográfico.
El trampeo fotográfico es una herramienta con gran potencial para el
estudio de la fauna silvestre (Karanth y Nichols 2000). Esta herramienta se
populariza rápidamente, dadas las ventajas que representa en términos de
requerimientos de personal y capacitación respecto a otras técnicas de muestreo
de fauna. La posibilidad de identificación individual de los animales fotografiados
permite producir estimaciones robustas de abundancia y densidad poblacional. Su
uso sostenido en el tiempo permitirá estimar otros parámetros poblacionales, tales
como tasas de supervivencia y reclutamiento, de gran utilidad para un manejo
efectivo de la fauna silvestre.
Los protocolos más ampliamente utilizados para el estudio de fauna mayor
mediante trampeo fotográfico, están diseñados para obtener información sobre el
estado poblacional de una especie particular. En ellos se utiliza un diseño
33
sistemático, con las estaciones de muestreo ubicadas en una retícula en el área a
muestrear. La distancia entre las trampas se establece considerando el ámbito
hogareño de la especie focal.
A diferencia de muchos estudios que utilizan este enfoque, el presente
trabajo pretende evaluar el estado de la comunidad de mamíferos mayores en un
paisaje fuertemente modelado por las actividades humanas. El diseño del
muestreo utilizado enfatiza el funcionamiento del paisaje, y no la ecología de una
especie en particular. Por ello, las estaciones de muestreo fueron ubicadas en
puntos estratégicos, de acuerdo a la estructura del paisaje descrita en el apartado
anterior. El trampeo fotográfico se realizó en el parche de vegetación ubicado al
centro del área de estudio, y en los dos corredores que aún mantienen la
conectividad de este parche con otros macizos forestales de Marqués de Comillas
(Figura 10).
Figura 10. Ubicación general de las estaciones de muestreo fotográfico.
34
En el interior del parche, coloqué seis cámaras trampa, dispuestas en dos
líneas paralelas que cruzan el parche de Este a Oeste (Figura 11). La distancia
entre estas líneas es de aproximadamente 500 metros, y las tres trampas de cada
línea se separan entre sí un kilómetro. La mitad de las trampas se colocaron en
lechos de arroyos, y la otra mitad en puntos alejados de cuerpos de agua.
Figura 11. Ubicación de las estaciones de muestreo en el parche central del área
de estudio.
En cada uno de los dos corredores muestreados, se establecieron seis
estaciones de muestreo, con una cámara trampa cada una. Dos estaciones de
muestreo se ubicaron dentro del área definida como corredor; dos dentro de los
parches de hábitat conectados por el corredor, a una distancia aproximada de un
kilómetro del borde del corredor, y dos más dentro de la matriz perturbada a
ambos lados del corredor (Figuras 12 y 13). En la matriz y el corredor, una trampa
se colocó en el lecho de un arroyo, y la otra lejos de cuerpos de agua. Sin
embargo, para maximizar la posibilidad de captura de las especies focales, las
cámaras ubicadas en los parches conectados fueron ubicadas en arroyos.
35
Figura 12. Ubicación de las estaciones de muestreo en el corredor sur.
Figura 13. Ubicación de las estaciones de muestreo en el corredor norte.
36
En los tres sistemas de muestreo, la ubicación precisa de cada trampa se
estableció tratando de maximizar el éxito de captura, al colocarlas en sitios con
signos de presencia de fauna mayor. Las trampas cámara estuvieron activas
durante 60 días entre marzo y mayo de 2007, y fueron revisadas cada 15 días
para comprobar su funcionamiento y reemplazar la película o las baterías en caso
necesario.
El diseño utilizado pretende comprobar la efectividad de los corredores
muestreados como vía de movimiento de la fauna entre parches de hábitat, con la
posibilidad de registrar eventos de tránsito particulares. Además, el muestreo
incluye los ambientes antropogénicos que constituyen la matriz, para determinar si
el corredor es indispensable para permitir el movimiento, o si las especies son
capaces de utilizar éstas áreas.
De esta manera, la información generada por el trampeo fotográfico se
refiere a segmentos territoriales que coinciden con elementos definidos a partir del
modelo parche-corredor-matriz de la ecología del paisaje. Al contar con
información sobre el estado de la biodiversidad en estos puntos clave, se enfatiza
el mantenimiento de la conectividad funcional del paisaje como un objetivo central
del manejo del ecosistema. Así, el monitoreo permitirá dirigir acciones de
conservación hacia segmentos territoriales definidos, asegurando el impacto de
estas acciones a escala regional.
Trayectos lineales.
Además del trampeo fotográfico, realizamos un muestreo de mamíferos
mayores mediante conteo de rastros e individuos en 5 trayectos lineales de entre 3
y 7 kilómetros de longitud, establecidos para representar los distintos elementos
del paisaje en el área de estudio (Figura 14).
37
Figura 14. Ubicación de los trayectos establecidos en el área de estudio.
Cada trayecto se recorrió de 6 a 9 veces entre marzo y mayo del 2007,
acumulando un esfuerzo de muestreo de 140 kilómetros. Además, se realizaron
varios recorridos exploratorios en diferentes zonas en el área de estudio, en los
que también se realizaron conteos de fauna.
Los recorridos se realizaron a una velocidad menor a 2 Km/hr, registrando
la distancia perpendicular de cada individuo observado hacia el centro del
sendero. En el caso de grupos de individuos, se estimó el punto central entre los
individuos observados para calcular la distancia perpendicular al trayecto. Se
registró el número de individuos observados, así como su categoría de edad y
sexo cuando esto fue posible. Las huellas encontradas fueron borradas tras su
registro en cada recorrido, para evitar conteos repetidos. Todos los rastros u
observaciones directas encontrados fueron georreferenciados y capturados
directamente en una base de datos diseñada para el presente estudio con el
programa de cómputo Cybertracker.
38
Resultados del muestreo de mamíferos. Trampeo fotográfico.
Durante 60 días de trampeo fotográfico en 18 estaciones de muestreo, se
acumuló un esfuerzo de muestreo total de 878 días trampa efectivos, descontando
el tiempo correspondiente a dos cámaras descompuestas, así como los periodos
en los que alguna cámara estuvo sin película. Se obtuvieron más de 300
fotografías, correspondientes a 151 capturas, considerando varias fotografías
consecutivas de la misma especie, separadas entre sí por menos de una hora,
como una sola captura. De las 151 capturas totales, 106 corresponden a
mamíferos, 42 a aves, y en 3 es imposible identificar la especie.
Con el trampeo fotográfico, se registraron 14 especies de mamíferos, 7 de
las cuales se encuentran listadas en alguna categoría de riesgo de acuerdo a la
Norma Oficial Mexicana NOM-059-ECOL-2001 (SEMARNAT 2002). Estas
especies y el número de capturas de cada una se presentan en el cuadro 1.
Cuadro 1. Especies de mamíferos fotografiadas durante el estudio. Las categorías de riesgo listadas son: P - En peligro de extinción; A - Amenazada; Pr - Sujeta a
protección especial. Familia Especie Nombre común Número de
capturas Categoría
NOM Didelphidae Didelphis sp. Tlacuache común 3 Dasypodidae Dasypus novemcinctus Armadillo 5 Myrmecophagidae Tamandua mexicana Oso hormiguero 2 P Sciuridae Sciurus sp. Ardilla 1 Cuniculidae Cuniculus paca Tepezcuintle 29
Herpailurus yagoaroundi Jaguarundi 1 A Leopardus wiedii Tigrillo 1 P
Felidae
Panthera onca Jaguar 5 P Mustelidae Galictis vittata Grisón 1 A Memphitidae Conepatus semistriatus Zorrillo 2 Pr Procyonidae Nasua narica Coatí 5 Atelidae Ateles geoffroyi Mono araña 6 P Tayassuidae Pecari tajacu Pecarí de collar 19 Cervidae Mazama americana Temazate 26
39
Las 14 especies registradas constituyen sólo una muestra de la riqueza
total de mamíferos medianos y grandes presente en el área de estudio. Para
estimar esta riqueza total, usé dos métodos distintos, utilizando el programa
EstimateS (disponible en http://viceroy.eeb.uconn.edu/estimates) para realizar los
cálculos. Primero, calculé la curva de acumulación de especies esperada para
todo el conjunto de datos (Figura 15), utilizando el método propuesto por Colwell,
Mao y Chang (2004). La extrapolación de esta curva, utilizando una función de
Michaelis-Menten, alcanza una asíntota alrededor de las 20 especies, lo que
constituye una primera estimación de la riqueza total.
0
2
4
6
8
10
12
14
16
18
20
0 20 40 60 80 100
Número de individuos
Núm
ero
de e
spec
ies
120
Figura 15. Curva de acumulación de especies esperada, con intervalos de
confianza de 95%.
Este método es útil para realizar comparaciones entre sitios con diferentes
tamaños de muestra, pero la riqueza estimada varía de acuerdo a la función
utilizada para ajustarse a los datos (Chao 2005). Por ello, se han diseñado
métodos no paramétricos para la estimación de riqueza de especies, que estiman
la riqueza mínima de la comunidad biológica a partir de: (1)- la abundancia de
cada especie en la muestra, o de (2)- la ocurrencia de especies en un conjunto de
muestras.
40
El conjunto de datos producido por el trampeo fotográfico puede tratarse
como una sola muestra de especies con distintas abundancias, o como un
conjunto de muestras (los registros de cada cámara), con ocurrencia de distintas
especies en cada una. En el primer caso, el estimador Chao 1 (Chao 1984)
predice un valor de 18 especies como la riqueza mínima. La predicción de la
riqueza mínima con el estimador Chao 2, basado en datos de presencia –
ausencia, asciende a 26 especies.
Colwell y Coddington (1994) demuestran que el estimador Chao 2 es el
más robusto prediciendo la riqueza con un bajo número de muestras, como es el
caso para nuestro conjunto de datos, mientras que métodos similares tienden a
subestimar la riqueza en esas condiciones. Así, podemos asumir que la riqueza
real de la comunidad de mamíferos medianos y grandes de hábitos terrestres en el
área de estudio es cercana a las 26 especies.
Como puede observarse en el cuadro 2, el número de especies
fotografiadas en el corredor sur (12 especies) es considerablemente mayor que en
los otros dos sistemas de muestreo (5 especies en cada uno), a pesar de tener un
esfuerzo de muestreo ligeramente menor. De los tres sistemas de muestreo
establecidos, el correspondiente a este corredor registró no sólo una mayor
riqueza, si no el mayor éxito de captura, tanto en términos de capturas totales
como en tasas de captura globales (número de capturas / días trampa).
Las tasas de captura de cada cámara y la tasa de captura promedio por
sistema de muestreo se presentan en el cuadro 2, junto con el esfuerzo de
muestreo desglosado. En este cuadro se reportan dos valores para la tasa de
captura promedio de los dos corredores muestreados: el primero considerando
todas las cámaras del sistema, y uno más alto en el que la cámara colocada en
pastizal abierto no es considerada en el promedio, dado que estas cámaras
presentan los éxitos de captura más bajos de cada sistema de muestreo.
41
Cuadro 2. Esfuerzo de muestreo y tasas de captura por cámara trampa y sistema de muestreo. Los números entre paréntesis son el promedio de capturas y
especies por cámara para cada sistema. Cámara Días
trampa Número de capturas
Número de especies
Capturas / días trampa
1 38 1 1 0.0263 2 62 6 5 0.0968 3 61 19 5 0.3115 4 43 3 2 0.0698 5 2 1 1 0.5000 6 60 5 3 0.0833 19 19 7 3 0.3684
Corredor Sur 285 42 (6) 12 (2.8) 0.2080 / 0.2383 7 60 4 1 0.0667 9 59 6 4 0.1017 10 59 11 4 0.1864 11 58 9 5 0.1552 12 58 1 1 0.0172
Parche 294 31 (6.2) 5 (3) 0.1054 13 58 2 1 0.0345 14 56 12 4 0.2143 15 16 0 0 0.0000 16 57 9 2 0.1579 17 56 1 1 0.0179 18 56 9 2 0.1607
Corredor Norte 299 33 (5.5) 5 (1.6) 0.0975 / 0.1170 Total 878 106 14 0.1369 / 0.1535
Para permitir una comparación más robusta entre los sistemas de
muestreo, calculé curvas de acumulación de especies esperadas para cada uno
(Figura 16).
Mediante la interpolación de las curvas de acumulación calculadas, puede
verse que la correspondiente al corredor sur registra 10 especies para un tamaño
de muestra igual a la muestra más pequeña (la correspondiente al parche, con 31
individuos), mientras que las otras dos curvas registran 5 especies en este punto.
La extrapolación de las curvas mediante funciones de Michaelis-Menten, produce
estimaciones de 8.42 especies en el corredor norte, 6.35 especies en el parche y
25.6 especies en el corredor sur.
42
0
2
4
6
8
10
12
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45
Número de individuos
Espe
cies
acu
mul
adas
Corredor norteCorredor surParche
Figura 16. Curvas de acumulación de especies esperadas para cada sistema de
muestreo.
Finalmente, calculé la tasa de captura de cada especie, como el número de
capturas en 1000 días trampa: IAR = (capturas / días trampa) X 1000. Esta tasa
puede utilizarse como un índice de abundancia relativa, pues se correlaciona con
la densidad de las poblaciones (Carbone et al. 2001). Esta correlación es
particular a cada especie, dado que depende de su probabilidad de captura, que a
su vez varía de acuerdo a la masa corporal y los hábitos de cada especie. Por lo
tanto, sólo pueden realizarse comparaciones válidas entre especies similares en
cuanto a estas características. La principal utilidad de estos índices en un
programa de monitoreo es registrar su variación a lo largo del tiempo, como un
indicador del estado real de las poblaciones.
Los índices de abundancia relativa por especie se presentan en el cuadro 3,
con un índice para cada sistema de muestreo y un índice global para el área de
estudio. Como puede verse en el cuadro, las especies con mayores tasas de
captura son el tepezcuintle (Cuniculus paca), el venado temazate (Mazama
americana) y el pecarí de collar (Pecari tajacu). Estas tres especies son las únicas
que fueron fotografiadas en los tres sistemas de muestreo.
43
Cuadro 3. Índices de abundancia relativa de los mamíferos fotografiados. Corredor
Sur Parche
Corredor
Norte Global
Especie n IAR n IAR n IAR n IAR
Didelphis sp. 3 10.53 0 0 3 3.42 Dasypus novemcinctus 1 3.51 4 13.61 0 5 5.69 Tamandua mexicana 2 7.02 0 0 2 2.28 Sciurus sp. 1 3.51 0 0 1 1.14 Cuniculus paca 5 17.54 6 20.41 18 60.20 29 33.03 Herpailurus yagoaroundi 0 0 1 3.34 1 1.14 Leopardus wiedii 1 3.51 0 0 1 1.14 Panthera onca 5 17.54 0 0 5 5.69 Galictis vittata 1 3.51 0 0 1 1.14 Conepatus semistriatus 0 2 6.80 0 2 2.28 Nasua narica 4 14.04 0 1 3.34 5 5.69 Ateles geoffroyi 6 21.05 0 0 6 6.83 Pecari tajacu 2 7.02 7 23.81 10 33.44 19 21.64 Mazama americana 11 38.60 12 40.82 3 10.03 26 29.61
Trayectos lineales.
Durante los 140 kilómetros de trayectos en línea recorridos, se registraron
un total de 91 observaciones directas y 141 rastros de mamíferos medianos y
grandes, pertenecientes a 16 especies distintas.
De las 91 observaciones directas registradas, 81 pertenecen a las dos
especies de primates silvestres de la región: el mono araña (Ateles geoffroyi, 44
observaciones) y el mono aullador (Alouatta pigra, 37 observaciones). El resto de
las observaciones fueron de ardillas (Sciurus sp., tres observaciones), venado cola
blanca (Odocoileus virginianus, dos observaciones), venado temazate (Mazama
americana, dos observaciones), pecarí de collar (Pecari tajacu, dos
observaciones), y coatí (Nasua narica, una observación). Además de estas
especies, observadas durante los trayectos, observamos individuos de otros
mamíferos nativos durante los traslados en la carretera ribereña o en los centros
de población: zorra gris (Urocyon cinereoargenteus), jaguarundi (Herpailurus
yagoaroundi), tlacuache cuatro ojos (Philander opossum), tlacuache dorado
(Caluromys derbianus) y tepezcuintle (Cuniculus paca).
44
Estas observaciones directas constituyen datos robustos de presencia de
las especies en el área de estudio. Sin embargo, con el esfuerzo de muestreo
acumulado obtuvimos pocas observaciones directas en los trayectos, y sólo para
el caso de las dos especies de primates la información es útil para estimar la
densidad de las poblaciones.
Los registros indirectos de presencia mediante búsqueda de huellas y otros
rastros arrojan una mayor cantidad de datos. Con este método, registramos la
presencia de 14 especies, algunas de las cuales no fueron registradas con el
trampeo fotográfico ni mediante observaciones directas. Entre estas especies
destacan: el tapir (Tapirus bairdii), el ocelote (Leopardus pardalis), el puma (Puma
concolor) y el armadillo de cola desnuda (Cabassous centralis). Para contar con
evidencias verificables de la presencia de estas especies, obtuvimos moldes de
yeso de las huellas encontradas. Con este conjunto de datos, se obtuvo un índice
de abundancia relativa para cada especie registrada, calculado como el número
de registros por cada 100 km recorridos. Estos índices son útiles para realizar
comparaciones a lo largo del tiempo, y servirán como línea base para los datos
que se obtengan con el monitoreo comunitario. Los índices de abundancia relativa
calculados con este método se presentan en el cuadro 4.
Cuadro 4. Índices de abundancia calculados a partir de rastros. Familia Especie Nombre común Registros IAR (n/100km)
Dasypus novemcinctus
Armadillo común
6 4.2857 Dasypodidae Cabassous centralis Armadillo cola desnuda 1 0.7143 Cuniculidae Cuniculus paca Tepezcuintle 10 7.1429
Leopardus pardalis Ocelote 12 8.5714 Leopardus wiedii Tigrillo 2 1.4286 Puma concolor Puma 1 0.7143
Felidae Panthera onca Jaguar 15 10.7143 Procyonidae Procyon lotor Mapache 12 8.5714
Ateles geoffroyi Mono araña 1 0.7143 Atelidae Alouatta pigra Mono aullador 1 0.7143 Tayassuidae Pecari tajacu Pecarí de collar 23 16.4286
Odocoileus virginianus Venado cola blanca 37 26.4286 Cervidae Mazama americana Temazate 16 11.4286 Tapiridae Tapirus bairdii Tapir 4 2.8571
45
Cuadro 5. Especies de mamíferos registradas por método de muestreo. Familia Especie Nombre común Trampeo
fotográfico Rastros Observación
directa en trayectos
Observación directa fuera de trayectos
Didelphidae Didelphis sp. Tlacuache común X Philander opossum Tlacuache cuatro ojos X Caluromys derbianus Tlacuache dorado X Dasypodidae Dasypus novemcinctus Armadillo común X X Cabassous centralis Armadillo cola desnuda X Myrmecophagidae Tamandua mexicana Oso hormiguero X Sciuridae Sciurus sp. Ardilla X X Cuniculidae Cuniculus paca Tepezcuintle X X XFelidae Herpailurus yagoaroundi Jaguarundi X X Leopardus pardalis Ocelote X Leopardus wiedii Tigrillo X X Puma concolor Puma X Panthera onca Jaguar X X Canidae Urocyon cinereoargenteus Zorra gris X Mustelidae Galictis vittata Grisón X Memphitidae Conepatus semistriatus Zorrillo X Procyonidae Procyon lotor Mapache X Nasua narica Coatí X X Atelidae Ateles geoffroyi Mono araña X X X X Alouatta pigra Mono aullador X X Tayassuidae Pecari tajacu Pecarí de collar X X XCervidae Odocoileus virginianus Venado cola blanca X X Mazama americana Temazate X X XTapiridae Tapirus bairdii Tapir X
46
Discusión e interpretación de los resultados.
En el cuadro 5 se presenta un listado de todas las especies de mamíferos
registradas durante el presente estudio (24 especies), especificando el método de
muestreo que produjo el registro. Esta matriz permite comparar la efectividad de
cada uno de los métodos de acuerdo a los hábitos y afinidades ecológicas de las
especies. Así, puede verse que las observaciones “casuales”, realizadas
principalmente en recorridos carreteros, corresponden a especies de gran
plasticidad ecológica, resistentes a transformaciones drásticas del hábitat
(jaguarundi, tlacuache cuatro ojos), mientras que las observaciones directas en
trayectos son de especies abundantes y no particularmente elusivos, como los
monos y algunos grandes herbívoros. Los rastros y las capturas fotográficas, por
otro lado, permiten contar con datos de un mayor número de especies, y son
métodos efectivos para el monitoreo de las especies de mayor interés para la
conservación: especies poco abundantes, de amplios requerimientos espaciales o
con una alta especificidad de hábitat, muy sensibles a la perturbación humana.
Con estos métodos fue posible confirmar la presencia en el área de estudio
de las cinco especies focales de este estudio, seleccionadas por sus
requerimientos espaciales y hábitos de utilización del espacio. El diseño espacial
del muestreo logró confirmar la utilización de los corredores identificados por
algunas de estas especies.
En el caso del jaguar, generamos evidencias del uso de un corredor como
vía de movimiento entre parches de hábitat, al fotografiar a la especie en los dos
parches conectados y registrar sus huellas a todo lo largo del corredor. Las otras
dos especies de felinos focales, también presentes en el área, parecen usar el
corredor con menor frecuencia. El puma, más resistente a la perturbación, puede
usar otras vías de movimiento entre los parches, cruzando discontinuidades en el
hábitat o usando conectores finos. Es posible que en el paisaje modificado de
Marqués de Comillas las dos especies de felinos mayores utilicen el espacio de
47
manera distinta para reducir la competencia por presas, lo que explicaría los bajos
valores de abundancia registrados para el puma en el área muestreada. El
ocelote, por otro lado, presentó altos valores de abundancia, y la ocurrencia de
rastros fue mayor hacia el centro del parche. El ocelote tiene ámbitos hogareños
más pequeños que los otros dos felinos focales, y el parche muestreado puede
albergar algunos individuos residentes. Es posible que, para esta especie, el papel
principal de los corredores sea mantener la conectividad genética entre
subpoblaciones y la persistencia regional mediante la dispersión de individuos, y
no el acceso a recursos esenciales dentro del ámbito hogareño de cada individuo,
como en el caso del jaguar.
La presencia del tapir en el área de estudio fue confirmada por el hallazgo
de huellas y excretas recientes. Uno de estos registros ocurrió en el centro del
parche muestreado, y otros tres cerca de los bordes en los dos parches grandes
presentes en el área de estudio. No encontramos evidencia de utilización de los
corredores por esta especie durante el periodo de muestreo, a pesar de que las
condiciones del hábitat en estos puntos son aptas para su presencia. Esto puede
estar relacionado con cambios estacionales de utilización del espacio por el tapir,
o con características conductuales de la especie, que tiende a evitar sitios con
presencia humana frecuente, como es el caso para los corredores muestreados.
La frecuencia de encuentro de rastros en el área de estudio es mucho menor que
las calculadas para la Reserva de la Biósfera Montes Azules (ver Naranjo 2002).
Es probable que la población de tapires en Marqués de Comillas se encuentre
fuertemente amenazada, dadas las bajas tasas de reclutamiento de la especie,
que la hacen particularmente sensible a la cacería. Sin vías de dispersión como
los corredores que aún existen en la región, es probable una extinción local de la
especie en Marqués de Comillas.
El mono araña fue registrado por los dos métodos de muestreo utilizados, e
incluso en observaciones fuera de los trayectos. Los índices de abundancia
calculados mediante la frecuencia de rastros y la tasa fotográfica arrojan valores
48
bajos, dados los hábitos arborícolas de la especie, por lo que el muestreo por
observación directa es más apto para su monitoreo. Esta especie fue la más
frecuentemente registrada (44 observaciones), por lo que puede afirmarse que
aún es abundante en la región. Esta especie fue observada utilizando los
corredores, e incluso cruzando la carretera rivereña en un punto donde hasta hace
poco existía un corredor. Estas observaciones sugieren que la especie necesita de
los corredores remanentes para mantenerse con los niveles poblacionales
actuales.
Con el muestreo realizado se registró la presencia en Marqués de Comillas
de otros mamíferos amenazados. El tigrillo, altamente dependiente de hábitat
conservados, y el grisón, que ocurre en densidades naturalmente bajas y cuya
ocurrencia en la Selva Lacandona no estaba confirmada hasta el año 2000, fueron
fotografiados en uno de los corredores. La persistencia de estas especies, además
de las especies focales del monitoreo, permite aseverar que la comunidad de
mamíferos mayores en la región mantiene un buen nivel de conservación. Esta
aseveración se fortalece al comparar las estimaciones de riqueza de especies
producidas en este trabajo mediante fototrampeo con las generadas con el mismo
método dentro de la Reserva de la Biosfera de Montes Azules: Azuara (2005)
reporta una riqueza esperada de 21 especies para la temporada de secas,
mediante extrapolación de la curva de acumulación de especies, un método que
con los datos del presente estudio genera un estimado de 20 especies.
No se encontraron signos de presencia de pecarí de labios blancos en el
área de estudio. Esta especie es el herbívoro de mayores requerimientos
espaciales en la Selva Lacandona, debido a su tamaño corporal y estructura
social, y está probablemente extinta en Marqués de Comillas, con quizás algún
grupo remanente en los parches de mayor superficie hacia el centro de la región.
El mantenimiento de la conectividad del paisaje, mediante la protección y
reestablecimiento de corredores, es necesaria para evitar otras extinciones locales
en la región.
49
Las especies que presentan mayor abundancia, de acuerdo a los datos del
trampeo fotográfico, son el tepezcuintle, el temazate y el pecarí de collar (cuadro
3). Estas tres especies fueron registradas con los distintos métodos de muestreo
empleados (cuadro 5). Además, en algunas de las fotocapturas de estas especies
aparecen hembras con crías. Estas evidencias sugieren que las poblaciones de
estas especies se mantienen en buen estado en el área de estudio, a pesar de ser
especies preferidas para la cacería de subsistencia en la región (Guerra 2001).
Estas especies constituyen un recurso alimenticio importante para algunas
comunidades de la zona. Su persistencia con poblaciones aparentemente
saludables en un área con cacería, sugiere que es posible realizar un manejo
extractivo adecuado, calculando las tasas de cosecha con datos provenientes de
un monitoreo comunitario, y estableciendo así un sistema de autorregulación de la
cacería. El aprovechamiento cinegético de este recurso puede representar
ingresos económicos para las comunidades locales, mediante el establecimiento
de unidades de manejo y aprovechamiento de la vida silvestre (UMA´s). Incluso
puede pensarse en actividades de cacería fotográfica, estableciendo sinergias con
los desarrollos ecoturísticos que se han promovido en la zona.
Recomendaciones.
Los resultados obtenidos por la presente consultoría permiten formular
algunas recomendaciones, tendientes a realizar un manejo integrado del paisaje
en la región de Marqués de Comillas, que permita la coexistencia del desarrollo
socioeconómico y la conservación de la biodiversidad.
Primero, es necesario reconocer que este tipo de manejo integrado del
paisaje requiere, como insumo principal, de información técnica de calidad, entre
la que destaca la información geográfica a la que tiene acceso el Corredor
Biológico Mesoamericano – México (CBM-M). Los resultados de la presente
consultoría soportan fuertemente la importancia de los corredores identificados
con el método de Muench (2006) en el mantenimiento de la conectividad del
50
paisaje en la región de estudio. Por ello, se recomienda realizar un nuevo ejercicio
de identificación de corredores con el método mencionado, utilizando información
geográfica reciente y de alta resolución espacial (escala geográfica pequeña).
Este ejercicio constituye una actualización necesaria de la información con que
actualmente contamos, dadas las altas tasas de deforestación registradas en
Marqués de Comillas en los últimos cinco años, que han modificado la estructura
de parches y corredores en la región. Además, la utilización de información
geográfica de mayor resolución espacial permitirá identificar conectores finos,
tales como cortinas de viento o arroyos con vegetación remanente, los cuales, de
acuerdo a los resultados obtenidos, son conductos útiles para algunas especies
como el pecarí de collar y el tepezcuintle. La información producida por el análisis
sugerido es de vital importancia para una correcta priorización de sitios de
importancia para la conservación, que ayude a dirigir los recursos económicos y
humanos disponibles a las áreas más importantes para el mantenimiento de la
conectividad del paisaje, donde tendrán un mayor impacto sobre el funcionamiento
del ecosistema.
El CBMM debe gestionar la canalización de los recursos disponibles para
evitar la deforestación, en esquemas de pago por servicios ambientales, hacia las
áreas identificadas como corredores, de manera que estos fondos limitados se
ejerzan con la mayor eficiencia posible, y considerando la perspectiva de paisaje
como instrumento de planeación. Este mecanismo de pago por conservación de
biodiversidad es ideal para promover la protección de los corredores, pero deben
estudiarse también opciones de manejo productivo de estas áreas, que
mantengan la cobertura vegetal y representen un beneficio económico para los
propietarios del recurso. Aún cuando sería recomendable evitar la presencia
humana en los corredores, tan importantes para el tránsito de la fauna, no deben
descartarse opciones productivas que eviten la deforestación en estas áreas.
El reestablecimiento de corredores de dimensiones similares a los
estudiados en este trabajo es una idea ambiciosa en el presente, considerando las
51
condiciones sociales prevalecientes en Marqués de Comillas. Sin embargo,
existen proyectos de restauración ecológica de arroyos en algunos ejidos de la
rivera del río Lacantún. La reforestación de riveras y otros elementos lineales del
paisaje, como linderos entre predios, límites ejidales y caminos, es sin duda una
estrategia promisoria para el reestablecimiento de la conectividad ecológica,
siempre que estas actividades consideren la perspectiva de paisaje en su
planeación y ejecución. Además, es posible realizar actividades de restauración
ecológica basadas en el manejo de acahuales en sitios estratégicos para mejorar
la conectividad en Marqués de Comillas y entre esta región y la Reserva de la
Biosfera de Montes Azules. En particular, la información del presente estudio
permite recomendar este tipo de actividades en las áreas desmontadas dentro los
corredores estudiados, así como en tres sitios específicos en Reforma Agraria,
que presentan un mosaico de acahuales de distintas edades y conectan la reserva
ejidal con Montes azules. Además, es recomendable realizar acciones de
mitigación del impacto de las obras de infraestructura carretera sobre la
conectividad ecológica, tales como el establecimiento de pasos inferiores para la
fauna terrestre y cableado sobre la carretera para la fauna arborícola.
El muestreo realizado por la presente consultoría arroja información local
sobre la comunidad de mamíferos terrestres medianos y grandes en el área de
estudio. Esta información es útil como indicador del estado de la biodiversidad en
las áreas muestreadas, sin embargo, para caracterizar el estado de la
biodiversidad en Marqués de Comillas es ampliamente recomendable realizar
muestreos distribuidos en toda la región. Para cumplir con este propósito, los
resultados de esta consultoría indican que el trampeo fotográfico focalizado en los
conectores es sumamente eficiente, maximizando el éxito de captura por cada día
de trampeo. De esta manera, la identificación actualizada de conectores antes
sugerida cumpliría además el propósito de sustentar el diseño de muestreo
necesario para tener una perspectiva más realista del estado de la biodiversidad
en la región. De acuerdo a la identificación de corredores utilizada en este estudio,
bastaría con muestrear en 28 sitios específicos, con unos 300 días trampa en
52
cada uno, para contar con mapas de distribución detallados de las especies
focales en Marqués de Comillas.
Este procedimiento de identificación de corredores y posterior trampeo
fotográfico en las áreas identificadas puede replicarse en otras regiones dentro del
área de acción del CBM-M, como una estrategia de evaluación de la biodiversidad
de bajo costo.
Propuestas para un proyecto interinstitucional de monitoreo.
El modelo de monitoreo descrito en el apartado anterior, y ejemplificado por
el trabajo de esta consultoría, puede constituir una base fundamental para un
proyecto interinstitucional de monitoreo, funcionando como un indicador ambiental
clave vinculado a factores sociales relevantes.
Para elaborar una propuesta de monitoreo interinstitucional para el área del
CBM-M, esta consultoría participó en una serie de talleres sobre integración de
monitoreos ecológicos organizados por esta institución. En estos talleres, fue
posible establecer vínculos con diversas instituciones involucradas en el tema de
manejo de la biodiversidad. Estas instituciones incluyen al Secretaría de medio
ambiente y vivienda (SEMAVI) del Gobierno del Estado de Chiapas, que realiza un
proyecto de monitoreo biológico en áreas naturales protegidas del Estado, y a la
Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), responsable de la
administración de las reservas incluidas en el área del CBM-M. La participación de
estas instituciones en un proyecto de monitoreo interinstitucional es necesaria,
dada su responsabilidad oficial y experiencia. Además, es importante que el
monitoreo a realizar en el área del CBM-M considere a las áreas protegidas como
parte integral del sistema ecológico a estudiar.
También es importante la participación de centros de investigación que
trabajan en la zona, como El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), La
53
Universiidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Centro de Investigación
en Geografía y Geomática “Ing. Jorge L. Tamayo” A. C. (Centro Geo). Diversos
grupos de investigación de la UNAM y ECOSUR realizan investigaciones
relevantes para el monitoreo proyectado, incluso realizando trampeo fotográfico de
mamíferos. Por otro lado, el Centro Geo puede desempeñar la importante función
de producir y distribuir información geográfica relevante a los participantes en el
proyecto de monitoreo. En este sentido, el modelo de monitoreo promovido por
esta consultoría puede servir para, en colaboración con dicho centro de
investigación, elaborar mapas de distribución de los mamíferos que se distribuyen
en el área del CBM-M. De emprenderse este esfuerzo, sería recomendable
considerar los diferentes grados y patrones de fragmentación existentes en el
sureste mexicano (caracterizados en el sistema de monitoreo remoto diseñado por
Centro GEO para el CBM-M) en el diseño de muestreo, de manera que el
producto final permita, además, una mayor comprensión de la problemática de
conectividad ecológica, y la realización de extrapolaciones bien sustentadas sobre
el estado de la biodiversidad en el sureste mexicano y en toda Mesoamérica.
Además, para contar con un proyecto de monitoreo interinstitucional
eficiente es importante compatibilizar, en diseño y formato, las bases de datos
obtenidas a diferentes escalas, función en la que el Centro Geo también puede
jugar un papel importante. La integración transescalar de los diferentes proyectos
debe basarse en un modelo jerárquico, de manera que cada tema incluido en el
monitoreo pueda analizarse a la escala pertinente. Así, el monitoreo a diversas
escalas y de diferentes temas (ecológicos, sociales, geográficos), se integrará en
un solo producto, facilitando su interpretación y potenciando su valor como
herramienta de toma de decisiones.
Es importante la vinculación del proyecto de monitoreo con los actores que
promueven el uso sustentable de los recursos naturales en el área de trabajo. Esto
causará sinergias positivas entre las diferentes iniciativas, y facilitará la ejecución
de las recomendaciones derivadas del monitoreo.
54
Entre los actores importantes presentes en el área de estudio, se
encuentran el Centro Interdisciplinario de Biodiversidad y Ambiente A.C. (CEIBA),
que trabaja en el reestablecimiento y restauración de corredores riparios en
Marqués de Comillas, y la Agencia de Desarrollo Rural (ADR) para Marqués de
Comillas, que promueve actividades de uso sustentable de los recursos en esta
zona. Las actividades de esta ADR deben incorporar una visión territorial en los
procesos de planeación, considerando la información generada por el proyecto de
monitoreo. De esta manera, la planeación ambiental espacialmente explícita
tendrá una injerencia cada vez más fuerte en la ejecución de los programas de
desarrollo de otros sectores públicos que moldean fuertemente el paisaje rural,
principalmente el sector agrario.
Con la información producida por el monitoreo, las instancias responsables
podrán canalizar los recursos disponibles para evitar la deforestación hacia las
áreas claves, de manera que estos fondos se ejerzan con la mayor eficiencia
posible, y promover opciones de manejo productivo de estas áreas, que
mantengan la cobertura vegetal y representen un beneficio económico para los
propietarios de los recursos.
En este sentido, también es importante dar continuidad a los procesos
iniciados por otros actores, como el proyecto de Desarrollo Social Integrado y
Sostenible (PRODESIS), que impulsó iniciativas de ecoturismo y producción de
germoplasma forestal en las comunidades focales de la presente consultoría.
Finalmente, debe promoverse la vinculación directa del proyecto de
monitoreo con los usuarios de los recursos. Además de contribuir, mediante la
generación de información, con los proyectos de uso sustentable de los recursos
promovidos por las diferentes instancias, el proyecto de monitoreo debe procurar
en forma directa la ejecución de las recomendaciones que elabore. Para ello, es
posible valerse de ejercicios de planeación territorial participativa, y otros métodos
que fortalezcan las capacidades de gestión de la población local.
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