Constructivismo 2

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Algunas apuntes sobre constructivismo

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Constructivismo

Prof. Dr. José Rodríguez de RiveraDpto. Ciencias Empresariales. Universidad de Alcalá

Introducción

En general, el "constructivismo" designa una corriente filosófica cuyo planteamiento de los problemas epistemológicos se configura en torno al concepto de la à constructividad.

En el ámbito de las artes plásticas, el "constructivismo" designa un estilo peculiar de obras de arte estrictamente sometidas a las reglas de la geometría. Por ejemplo, en la escuela rusa fundada en 1915 por Tatlin, en las composiciones de P. Mondrian, en la Bauhaus de Dessau etc.

En el ámbito de la filosofía del idealismo alemán y otras tendencias influidas por aquel, el concepto de la "construcción" se refiere a la construcción de un sistema total filosófico de acuerdo a ciertos principios ('genéticos', 'dialécticos', 'triádicos' etc.).

En el ámbito de la teoría de la ciencia, el término 'constructivismo' designó primero los planteamientos de fundamentación de la matemática (después de la "crisis de los fundamentos").

El contexto en que surgió el concepto es el de la discusión sobre las bases de la matemática, sobre todo a partir del análisis de las antinomias de la teoría de conjuntos. El centro de interés fue pues la fundamentación de la matemática, pero, en contraposición a los intentos del formalismo de Hilbert o del logicismo de Frege o Russell, Brouwer y Heyting), siguiendo en parte el planteamiento del Semi-intuicionismo (Borel, Lebesque) formulan como tesis central la idea de una constitución constructiva del observador matemático. Esta concepción, frecuentemente formulada como "operacionalismo" fue aplicada a la geometría (Dingler) y a la Física (Dingler, Bridgman).

Luego pasó a designar ciertas tendencias en la filosofía de la ciencia que se centran en el problema de la "constitución constructiva de los objetos (en cuanto conocidos)" y/o en el problema de la "fundamentación constructiva".

El constructivismo de la Escuela de Erlangen - Su evolución

En la corriente de filosofía de la ciencia de la Escuela de Erlangen (y en parte, en la de Constanza) se ha desarrollado una teoría de la ciencia "constructivista" con una metódica y orientación dialógica.

La escuela surgió de la colaboración entre Kamlah y Lorenzen en la Universidad de Erlangen.

Kamlah había comenzado distanciándose de Heidegger y buscando una orientación del trabajo filosófico en la Filosofía Analítica, sobre todo en su atención a la dimensión lógica, pero con la intención de clarificar los temas de la filosofía práctica en la línea de una antropología filosófica.

Para poder dar mayor precisión a su concepción, Kamlah recurrió a la crítica del lenguaje, y este fue también el motivo de crear una segunda cátedra para la que llamó a Lorenzen.

Lorenzen había trabajado sobre el principio de incompletud de Gödel y sus consecuencias para la fundamentación de la lógica y matemática y buscó nuevos marcos de referencia para observar desde otro ángulo estas aporías de los sistemas formalizados. De Dilthey tomó entonces la concepción de lo irrebasable de la Vida (por más que reflexionemos sobre ella, lo haremos siempre desde dentro de

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la vida) - una idea semejante a la de Wittgenstein cuando también habla de lo irrebasable de la praxis en que se maneja el lenguaje. Pero Lorenzen no interpreta este precondicionamiento del saber en el sentido relativista o escéptico, sino considera que la Filosofía bien puede entenderse como crítica precisamente de esas pre-opiniones.

En su cooperación, Kamlah y Lorenzen publicaron sus "Propedéutica Lógica" en 1967, que sirvió de "programa" a su línea de trabajo.

Durante la década de los sesenta trabajaron en el desarrollo de una "lógica dialógica", en la semiótica y en la filosofía del lenguaje.

J. Mittelstrass investigaba los fundamentos de la filosofía en el lenguaje, P.Janich se ocupaba de la metateoría de las ciencias naturales, C. Thiel de la metateoría de las ciencias formales y O. Schwemmer de la ética y filosofía social (la concepción de Steinmann sobre la Etica Económica tiene como base teórica a la obra de Schwemmer)..

Durante los años setenta se amplió el campo de trabajo. Kambartel estudió los fundamentos de la matemática, la lógica, la filosofía práctica y la economia. Gethmann trabajó la filosofía del lenguaje, la lógica y la ética..

El mantenimiento de esta línea común de trabajo dio lugar a que a principio de la década de los setenta se acuñara la denominación de "Escuela de Erlangen" aunque algunos representantes de esta dirección estaban en Aquisgran, Hamburgo, Constanza, Marburgo o Saarbrücken (posteriormente se denominó el grupo "escuela de Erlangen y Constanza").

Principal interlocutor de esta escuela fue inicialmente el "Empirismo Lógico" y sus continuadores de la Filosofía Analítica.

Pero la orientación de la Escuela rechaza el reduccionismo metodológico (según el cual, toda proposición con sentido debe ser retrotraible a las proposiciones elementales - protocolo - del lenguaje fisicalista). En esta misma orientación se rechaza el postulado neopositivista de que sólo tienen sentido las proposiciones reducibles a la experiencia.

Durante los años setenta y ochenta se mantuvo una discusión con el Racionalismo Crítico de la escuela de Popper, y con la Pragmática transcendental de Apel y Habermas.

Al trilema de Münchhausen formulado en el Racionalismo Crítico (por H. Albert) oponen los de Erlangen su comprensión pragmática de lo que es "fundamentar" (un saber, unos enunciados teóricos).

Para ello utilizan el concepto del "proto-lenguaje" en que a partir de planteamientos orientados a la consecución de ciertos objetivos, que son los puntos de partida de todo pensar, se pasa luego a otros enunciados (de reflexiòn inicial sobre la posición pragmatica y donde se elaboran nuevos conocimientos). Pero con esta interpretaciòn pragmática de la idea del fundamento se opone la Escuela de Erlangen a la concepción de K.O. Apel sobre una "última fundamentación". Al mismo tiempo que se somete a crítica el alcance y contenido de la pretensión de llegar a una fundamentación última también se critica la falta de claridad y la referencia acrítica a ciertas presuposiciones en la argumentación de Apel. Sin embargo, el proyecto de una "pragmática universal" de Habermas parede coincidir en gran parte con el programa de Erlangen.

La concepción del Constructivismo de Erlangen ha sido expuesta en numerosos textos universitarios y su programa ha sido aplicado también al estudio de las llamadas ciencias de la

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cultura o sociedad. En estos trabajos la atención se centra en temas como los de la racionalidad teleológica (relación medios-fin), la estructura de la argumentación, el principio de la transsubjetividad, el principio racional, la necesidad de la crítica, la intepretación de la cultura y la crítica de la cultura.

A diferncia de otras direcciones más recientes de la Teoría de la Ciencia, el Constructivismo de Erlangen considera posible fundamentar juicios de valor y proposiciones morales, pero no a un nivel abstracto o teórico puro, sino sólo en cuanto tales juicios de valor, o normas morales, forman parte integral de saberes prácticos (en su conexión al Lebenswelt). Aquí hay que advertir que a este respecto no existe una posición unificada entre los distintos representantes de la Escuela.

Rasgos fundamentales de la posición del constructivismo de Erlangen

Este planteamiento extiende la interpretación "constructivista" al conjunto de todas las ciencias. Se formularon así una serie de criterios constructivistas. Con estos criterios se quiere garantizar la relación del conocimiento científico a la praxis (como pedían los semi-intuicionistas) y la libertad de toda presuposición (como exigía el intuicionismo). Según esos criterios:

Una teoría es "constructivista" si, y sólo sí:

Sirve a una finalidad racional (que se haya mostrado está justificada).Se configura o construye en un lenguaje (teórico) y de forma metódica de acuerdo a esa finalidad.La segunda exigencia implica haber definido previamente los medios de lenguaje "adecuados" fijando el modo en que es posible realizar la à fundamentación - o la à falsación - de las proposiciones del cuerpo teórico.

Si se toman en serio estas exigencias resulta por sí solo el:

Criterio de la ausencia de presuposiciones:

En una teoría no se puede presuponer más que la definición de la finalidad de la construcción teórica. Todo medio probatorio que intentara ir más allá requeriría la correspondiente "re-interpretación" de las proposiciones de la teoría (es decir, exigiría volver a definir todos los significados en el nuevo horizonte).

Puede considerarse que una de las aportaciones básicas de Wittgenstein a la filosofía moderna tras el à giro lingüístico (Rorty) consistió precisamente en haber formulado la idea de que una teoría de la ciencia en la que se renuncia a confesarse seguidor de tal o tal "cosmovisión" (Weltanschauung) sólo puede realizarse clarificando sus prioridades (ante otras posibles posiciones).

En el planteamiento constructivista, este postulado no sólo tiene vigencia para las teorías constructivas, sino también para toda concepción teórica en que se pretenda una "interpretabilidad" fundamentada: lo afirmado en ella dependerá tanto del lenguaje como del método con que se justifican sus proposiciones.

Cuando se agota el ámbito de lo posible mediante construcciones en una teoría, una ampliación del campo teórico exigirá nuevas construcciones con presuposiciones no fundamentadas en la anterior teoría.

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Para comprender con mayor precisión la posición epistemológica de este constructivismo hay que explicar cuáles son las categorías o conceptos clave que, por así decirlo, enmarcan el entramado conceptual de la teoría.

El problema de la fundamentación última y el Lebenswelt

En una significativa proximidad a las ideas del Wittgenstein-II sobre las formas de vida, los juegos de lenguaje, la inserción de toda comprensión de la realidad articulada verbalmente en la praxis o acción humana, tambièn el constructivismo toma como punto de partida para su (re-)construcción de las formulaciones de las teorìas, es decir, de los lenguajes teóricos, la idea de que todo saber científico a fin de cuentas surge como destilado de las competencias humanas para la accion, es decir, del "Lebenswelt" (lifeworld: mundo de la vida) de los problemas y relaciones cotidianas (mundo pre-científico).

La interpretación constructivista (a nivel de meta-teoría) de este concepto del Lebenswelt, original de la fenomenología de Husserl, podria ayudar a precisar el todavía confuso concepto y uso del término "culturas corporativas", que como nota Alvesson se utiliza más como simple metáfora heurística para penetrar en una dimensión antes cerrada a los enfoques más racionalistas y positivistas sobre la organización, que como concepto cientìfico operacionalizable. Precisamente por poseer también ese carácter "fundamentante" del Lebenswelt, una "cultura" escapa a toda observación científica, se sitúa en el dominio de las presuposiciones fácticas (no teóricas) en que se configuran luego creencias, rituales, etc. del sistema social considerado. Por eso sería necesario, si se quiere un mìnimo de rigor científico, aplicar esta conceptualización constructivista (u otra alternativa de interpretación metateórica) al estudio del tema de las culturas corporativas.

Según el constructivismo de Erlangen hay que replantear el problema de la fundamentación o del punto de partida de los saberes científicos o teóricos. No se cree pues que una ciencia deba buscar un principio absoluto libre de presuposiciones. Necesariamente, el mundo de la vida es algo irrebasable mientras sigamos viviendo, tenemos que referirnos a todos esos modos de acción que ya la praxis social ha mostrado son eficientes (eso es precisamente lo que caracteriza toda "competencia práctica", el haberse mostrado eficaz en su misma realización).

En este punto hay que referirse a la idea husserliana de la Crisis de los saberes en la Modernidad precisamente por haberse desarraigado del Lebenswelt, del mundo de la vida. El programa constructivista supone una re-construcción de las ciencias precisamente a partir de su enraizamiento en tal mundo de la vida.

Ese hacer en el Lebenswelt es al mismo tiempo un quehacer sólo posible en la comunicación interpersonal (sin ella ni habría posibilidades de coordinar acciones, no habría nunca co-operación - que ciertamente se facilita cuando además existe una actitud psicológica de cooperación).

El trabajo de "fundamentación" no es pues concebido aquí como un retrotraer ciertos enunciados o afirmaciones a otros de orden superior de los que se deducirían de una u otra forma, sino sólo consiste en la (re-)construcción de esas competencias básicas que posibilitan la acción (que en este enfoque es constitutivamente "social" y por ello ni necesita diferenciar entre acción individual y social).

El topógrafo, el marino, el mecánico de precisiòn dominan vocabularios especiales y acciones que siguen ciertas reglas, pero sin explicitar verbalmente tales directrices. Trabajan con compencias adquiridas sobre todo de forma práctica, no teórica (ver: problema del conocimiento implícito, según Polanyi y en la teoria del management del conocimiento).

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En este programa se define como modo de observación sobre ese Lebeswelt el que tiene en cuenta los siguientes puntos críticos:

Negación de la circularidad de la fundamentación lógica, pero afirmación del enraizamiento de los saberes científicos en el Lebenswelt: Lo que queremos fundamentar, por ejemplo, en contenido de las ciencias, no puede ser tomado como el punto de partida adecuado a su propia fundamentación. Por ejemplo, la categoria del evolucionismo (la ventana de la evolución - como punto de observación desde el que observar los fenómenos biológicos) no puede ser la base apropiada para construir, en inferencias desde esos enunciados de la "ventana", una ciencia sobre la evolución. Como pedía Husserl, todos los contenidos de la ciencia deberán ser objeto de una epojé (ponerlos entre parèntesis) mientras se analiza esa ciencia. Pero es claro que esto no niega que - no al nivel de análisis, sino al de la facticidad - los contenidos y modos de acción de la ciencia sean ya, ellos mismos, parte del moderno Lebenswelt.La posición del constructivismo sistémico de Luhmann que, sin embargo, afirma la radical circularidad de todo saber sobre un àmbito del quehacer y ser humanos no contradice realmente el criterio expuesto. Luhmann se refiere precisamente a ese no-negar que "fácticamente" tales saberes son ya parte del Lebenswelt, y considera que, precisamente por serlo, toda fundamentaciòn de esos saberes tendrá necesariamente que apoyarse ella misma en la realidad que esos saberes producen constantemente; pero esa base no es la de una forma de inferencia lógica, sino se configura en la meta-observacion reflexiva sobre los modos de observación práctica - y eficaz - en que se realizan tales saberes. El tema de la fundamentacion última recibe así un tratamiento muy distinto, sólo comprensible en el contexto de la visión del sistema como Autopoiesis.

Lo puramente ocasional, lo que no puede ser observado bajo el "modus" de haber mostrado su valor en el Lebenswelt, tampoco podrá ser tomado como punto de partida. Como puntos de partida fiables sólo pueden ser tomados en consideración aquellos modos de acción que hayan llegado a configurarse como puntos locales de recursividad de otras acciones (que revierten a ellos, por haberse mostrado como válidos para la vida). Y junto a su valor de recurrencia práctica debemos asumir tienen también un valor para poder servir de punto de partida a la observación (no sólo praxis, también observación o contemplación teòrica).Los puntos de partida metódicos sólo tienen relevancia en lo que respecta a su capacidad para satisfacer las necesidades de suministrar una base metódica, pero no tienen otra importancia añadida.Los puntos de partida metódicos elegidos no son únicos, no son algo exclusivo; màs bien hay que contar con la disponibilidad de otros posibles puntos de partida desde los que concluir a una base en el Lebenswelt. Esto es, será posible siempre encontrar distintas formas para retrotraer a la base del Lebenswelt otras pretensiones de validez cognitiva u operativa.Dada su funcionalidad metódica, los puntos de partida metódicos son criticables y nunca podrán tener el carácter de una "fundamentación última".Respecto a este grupo de problemas de la fundamentación última podemos constatar que continúa viva la discusión y la crítica de esta posición, no sólo en referencia al citado trilema de Münchhausen, sino también respecto a otras presuposiciones de la epistemología constructivista de esta escuela. Por ejemplo en J. Friedmann (1951): Kritik konstruktivistischer Vernunft.

Problemas "técnicos" del constructivismo de Erlangen

Junto a los problemas "filosóficos" citados hay que tener en cuenta los problemas más bien de orden "técnico" que se plantean al construir un lenguaje "teórico" (ver: lenguaje observacional vs. lenguaje teórico). Por ejemplo este problema se plantea en referencia al uso del procedimiento o técnica de la "abstracción". Se ha criticado, desde el Neopositivismo Lógico, a la filosofía tradicional el haber construido así "entidades abstractas" (el primero habría sido Platón con su

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concepción de las Ideas). Pero también en la "reconstrucción" lógica de contenidos teóricos, y similares enunciados, parece imposible prescindir de tales abstracciones. El problema se encuentra indisolublemente unido al de otra técnica o procedimiento de la actividad teórica: el de la "individuación"; es decir, al problema de cómo hablar de las cosas singulares. Un tema que desde la discusión medieval entre esencialistas (como la dirección de Tomás de Aquino y su escuela) y nominalistas no ha podido llegar a ser totalmente clarificado.

Referencias:

Kamlah, W. & Lorenzen, P. (1967): Logische Propädeutik. Vorschule des vernünftigen Redens. Mannheim.