Comunistas cubanos y españoles ... - Fiesta del PCE 2017 · Para Mundo Obrero Número 309....

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Para Mundo Obrero Número 309. Septiembre del 2017 EDICIÓN ESPECIAL Separados por el Atlántico y a miles de kilómetros de distancia, los revo- lucionarios españoles y cubanos com- parten una historia común de lucha, constancia y apego a los principios. No ha habido causa justa, ya sea en la península o el Caribe, que no haya unido a unos y otros. Sangre cubana se derramó en los campos de batalla contra las fuerzas fascistas de Franco; mientras muchos exiliados republicanos no dudaron dos veces antes de dar su apoyo a los rebeldes que combatían en la Sierra Maestra. Desde el triunfo Revolucionario de 1959, Cuba siempre ha contado con la solidaridad y el respaldo de sus camaradas españoles. La Isla, asimismo, ha servido de inspiración y ejemplo para todos aquellos que creen en la posibilidad de sociedades más justas en el Viejo Continente. Cada aniversario del Partido Co- munista de España es una nueva marca en el almanaque que se suma a casi un siglo de resistencia y pro- gresos. Aun en las más difíciles con- diciones, los comunistas españoles no bajaron las banderas marxistas y anticapitalistas. Resulta también una oportuni- dad de recapitular lo vivido, sope- sar el momento histórico y proyec- tar el trabajo hacia un futuro de victorias. Granma se une en esta ocasión a la fiesta de los comunistas españoles y traslada, desde la Isla, el más ca- luroso saludo de los revolucionarios cubanos. 03 PCE-CUBA Del Ebro a la Sierra Maestra, una lucha común CUBA EN EL 2030: Sin renunciar jamás al socialismo 02 04 Fidel Castro con Dolores Ibárruri, La Pasionaria, en su visita a Cuba en 1963. FOTO: ARCHIVO DE GRANMA Comunistas cubanos y españoles: unidos por la historia órgano oficial del comité central del partido comunista de cuba

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Para Mundo ObreroNúmero 309. Septiembre del 2017

órgano oficial del comité central del partido comunista de cuba

EDICIÓN ESPECIAL

Separados por el Atlántico y a miles de kilómetros de distancia, los revo-lucionarios españoles y cubanos com-parten una historia común de lucha, constancia y apego a los principios.

No ha habido causa justa, ya sea en la península o el Caribe, que no haya unido a unos y otros. Sangre cubana se derramó en los campos de batalla contra las fuerzas fascistas de

Franco; mientras muchos exiliados republicanos no dudaron dos veces antes de dar su apoyo a los rebeldes que combatían en la Sierra Maestra.

Desde el triunfo Revolucionario de 1959, Cuba siempre ha contado con la solidaridad y el respaldo de sus camaradas españoles. La Isla, asimismo, ha servido de inspiración y ejemplo para todos aquellos que

creen en la posibilidad de sociedades más justas en el Viejo Continente.

Cada aniversario del Partido Co-munista de España es una nueva marca en el almanaque que se suma a casi un siglo de resistencia y pro-gresos. Aun en las más difíciles con-diciones, los comunistas españoles no bajaron las banderas marxistas y anticapitalistas.

Resulta también una oportuni-dad de recapitular lo vivido, sope-sar el momento histórico y proyec-tar el trabajo hacia un futuro de victorias. Granma se une en esta ocasión a

la fiesta de los comunistas españoles y traslada, desde la Isla, el más ca-luroso saludo de los revolucionarios cubanos.

03PCE-CUBA

Del Ebro a la Sierra Maestra, una lucha común

CUBA EN EL 2030:

Sin renunciar jamás al socialismo

02 04

Fidel Castro con Dolores Ibárruri, La Pasionaria, en su visita a Cuba en 1963. FOTO: ARCHIVO DE GRANMA

Comunistas cubanos y españoles: unidos por la historia

órgano oficial del comité central del partido comunista de cuba

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Cuba y España están unidas por el lenguaje, la cultura y la historia. El pasado de dominación y guerra que se remonta a la colonia fue sustituido desde el siglo xx por luchas comunes a favor de una sociedad más justa.

Desde los cubanos que pelearon en la Guerra Civil del lado republicano, hasta los comunistas españoles que asesoraron a los rebeldes antes y des-pués del triunfo de 1959, la búsqueda de un cambio social y transformacio-nes de calado en el sistema capitalista han unido a nuestros pueblos.

Los lazos entre el Partido Comunis-ta de España (pce) y la Revolución son herederos de esa larga tradición y han superado la prueba del tiempo en las más difíciles condiciones.

Los comunistas españoles jamás abandonaron a Cuba y la Revolución jamás los olvidó.

DE LA GUERRA CIVIL A LA SIERRA MAESTRA Más de 1 400 cubanos lucharon por

la república durante la Guerra Civil Española, en una historia de heroís-mo de la cual quedan muchas cosas por contar.

En relación con el tamaño de su po-blación, el aporte cubano fue el mayor de las 54 naciones que estuvieron re-presentadas en la antesala de la lucha contra el fascismo en tierras ibéricas.

El grupo mayor de antillanos sa-lió de La Habana organizado por el Partido Comunista de Cuba. Desde Estados Unidos partieron «la Centu-ria Guiteras» y el «Club Julio Antonio Mella», que alcanzarían notoriedad en el transcurso de la guerra.

Una historiografía, no tan conoci-da como se debiera, recoge presencia cubana en casi todos los choques deci-sivos. Combatieron en ciudades, mon-tañas y llanuras en defensa del pueblo de España y contra el fascismo.

Quizá el más conocido de todos los voluntarios es Pablo de la Torriente Brau, quien cayó en la denominada «Batalla de la Niebla», después de ocupar el cargo de Comisario político en la 10ª Brigada Mixta.

Pablo viajó desde Nueva York como corresponsal de guerra pero terminó involucrado directamente en el con-flicto. Antes de partir, escribió a su familia: «Me voy a España, a la revo-lución española. A ver un pueblo en lucha. A conocer héroes...».

Sin dudas, Dolores Ibárruri Gómez, La Pasionaria, se contaba entre los hé-roes y heroínas a cuyo encuentro fue Pablo. A esta vasca universal, símbolo de las luchas de izquierda, no le tem-blaba la voz para gritar «no pasarán» ante las falanges.

Pero el triunfo fascista llevó a La Pa-sionaria, su seudónimo periodístico, al exilio. No sin antes colaborar en el traslado a salvo de un gran número de españoles que huían del encarce-lamiento, las persecuciones, fusila-mientos y las vejaciones del régimen de Franco.

En la Unión Soviética recibió de la

Universidad de Moscú el doctorado Honoris Causa, la Orden de Lenin y el Premio Internacional de la Paz.

Después de la muerte de José Díaz en 1942, asumió en el Partido el cargo de Secretaria General que tuvo hasta 1960. Durante su estancia en Mos-cú fue invitada oficialmente a visitar Cuba, lo que se concretó el 5 de diciem-bre de 1963.

Al pie de la escalerilla del avión en el aeropuerto internacional José Martí, la esperó el Comandante en Jefe Fi-del Castro Ruz, quien siempre profesó gran admiración por la revolucionaria española.

Siguiendo la línea que va del Ebro a la Sierra Maestra, decenas de republi-canos españoles se vincularon a la lu-cha insurreccional cubana.

Varios intelectuales de formación marxista relacionados con la Univer-sidad de Oriente influyeron en la for-mación de los líderes revolucionarios y sirvieron de asesores en los frentes de guerra. Entre ellos se cuentan José Luis Galbe, Juan Chabás y el «profe-sor» Montiel.

LA REVOLUCIÓN SE HIZO EN CUBA Después del triunfo revolucionario

de 1959, varios españoles que tenían experiencia en la confrontación anti-fascista ayudaron a formar los cuadros de las nuevas Fuerzas Armadas que re-pelerían la invasión yanqui en Girón; mientras otros intelectuales ayudaban a la creación de las primeras cátedras marxistas de la Revolución.

Poco después del triunfo guerrillero, Santiago Carrillo asume en España la secretaría general del Partido Comu-nista abriendo un nuevo capítulo en la historia del movimiento.

Carrillo mantuvo una relación perso-nal con Fidel y, a pesar de las presiones y los vaivenes de la política internacional, nunca dejó de apoyar a la Revolución.

Tras regresar de un viaje a la isla en 1960, en el que pudo conversar per-sonalmente con los líderes revolucio-narios, el secretario general del pce escribió:

«La revolución antimperialista y popular de Cuba es una vigorosa rea-lidad. Un pueblo firmemente unido, consciente, dispuesto a todos los sacri-ficios necesarios a tal fin, construye su nueva vida tras haber roto el yugo del imperialismo norteamericano y haber vencido a las fuerzas reaccionarias que le oprimían. Vengo firmemente con-vencido de que el pueblo cubano no se dejará arrebatar la libertad conquista-da, y de que su Revolución es una de las grandes conquistas de la Humani-dad, que todos los hombres progresis-tas debemos apoyar sin vacilaciones.

«Durante mi visita a Cuba he teni-do la satisfacción de conocer al gran dirigente de ese pueblo, el coman-dante Fidel Castro, y de conversar ampliamente con él. Es un hombre joven, generoso, heroico y al mismo tiempo un positivo talento político, un guía, un educador de muchedumbres. Comprende a su pueblo y está pro-fundamente compenetrado con él. Es

un jefe revolucionario con ideas muy claras. Junto a él trabajan hombres de gran valor, como su hermano Raúl, Ernesto Guevara, Dorticós, Núñez Ji-ménez, Augusto Martínez, Raúl Roa, Aragonés y otros cuyos nombres son bien conocidos fuera de las fronteras de Cuba.

«Fidel Castro es un hombre apasio-nado de la libertad y un amigo sincero y fiel del pueblo español».

El Partido Comunista Español y su liderazgo se mantendrían al lado de la Revolución Cubana durante las dé-cadas siguientes en las que España en particular y el comunismo europeo en general pasaron por distintas coyun-turas políticas y sociales.

La legalización del partido después del fin del franquismo y el regreso de la militancia a tierras ibéricas abrió nuevas posibilidades de contactos.

Pero el tiempo realmente fue corto antes de que el mundo centrara su atención en el desenlace de la Guerra Fría.

LO QUE NUNCA DEBIÓ OCURRIR: LA CAÍDA DEL CAMPO SOCIALISTA

Los acontecimientos en Europa del Este a comienzos de la década de 1990 del siglo pasado fueron un cataclismo para el movimiento comunista a nivel internacional.

La pérdida de los «referentes» del socialismo real y la celebración capi-talista del «fin de la historia» llenaron de incertidumbre a una parte de la militancia a lo largo del orbe.

Algunos años antes, un Fidel precla-ro, alertaba al pueblo cubano sobre las consecuencias del desenlace soviético:

«Si mañana o cualquier día nos despertáramos con la noticia de que se ha creado una gran contienda civil en la urss, o incluso si nos despertá-ramos con la noticia de que la urss se desintegró, cosa que esperamos que no ocurra jamás, Cuba y la Revo-lución Cubana seguirían luchando y seguirían resistiendo».

Muchos contaban los días para la caída del gobierno cubano en las nuevas circunstancias. Sin embargo, a pesar de la arremetida del bloqueo norteamericano y sus redoblados esfuerzos de vencer por hambre y desesperación al pueblo cubano, las palabras de Fidel resultaron premo-nitorias.

Cuba se mantuvo contra todos los vientos como un referente socialista tras la caída del muro de Berlín y su resistencia haría posible la oleada de cambios que se sucedieron en América Latina a partir del triunfo chavista en Venezuela a finales del siglo pasado.

En España tampoco faltaron las voces que llamaban a la disolución del Partido y a abandonar las ideas marxistas.

Pero el pce supo mantener las ban-deras y leer el «momento histórico», como llamaba Fidel.

En gran medida la figura de Julio Anguita fue clave para lograr sortear las aguas turbulentas que sobrevi-nieron tras el descalabro socialista y

Del Ebro a la Sierra Maestra, una lucha comúnsergio alejandro gómez

pce-cuba

Fidel Castro y Julio Anguita en 1996. FOTO: JUVENAL BALÁN

«Vengo firmemente convencido de que el pueblo cubano no se dejará arrebatar la libertad conquistada, y de que su Revolución es una de las grandes conquistas de la Humanidad...». Santiago Carrillo

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enrumbar el partido en la nueva co-yuntura.

Anguita visitó Cuba en 1996, poco tiempo después de la firma de la Ley Helms-Burton que codificó y recrude-ció el bloqueo norteamericano.

Se encontró con Fidel en el Palacio de la Revolución, en el mismo lugar donde en 1988 había sostenido una larga conversación de cinco horas con el Comandante.

El visitante ratificó su disposición a denunciar el bloqueo en todos los escenarios a su alcance a pesar de la postura pro yanqui y sumisa del go-bierno de turno en España. Aznar fue una pieza clave en la llamada Posición Común Europea, la misma que se mantendría hasta entrado el siglo xxi.

UN NUEVO SIGLO, NUEVAS ESPERANZAS

El nuevo siglo, en América Latina y Europa, abrió un capítulo de convul-siones económicas y sociales, pero al mismo tiempo de novedosas búsque-das en la superación del status quo capitalista.

Tras la victoria de Hugo Chávez en las elecciones de 1998 en Venezuela y su resistencia ante el golpe de Estado orquestado por la derecha en el 2002, gobiernos progresistas llegaron al po-der en varios países de América Lati-na.

Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Brasil, Argentina y Uruguay se sumaban, con características propias, a un nuevo bloque progresista en la región.

Las experiencias latinoamerica-nas, en especial las más profundas transformaciones en Venezuela y Bo-livia, llevaron a la palestra pública el concepto de socialismo del siglo xxi como opción ante el desastre neoli-beral.

Al otro lado del Atlántico, la falsa bonanza que trajo la desregulación financiera y las burbujas inmobilia-rias desataron una de las peores crisis económicas desde la Segunda Guerra Mundial.

España estuvo entre los países más afectados y el descontento social se con-virtió en un protagonista político en el país, encarnando distintas formas.

En noviembre del año 2009, en plena crisis, el pce celebra su xviii Congreso en el que sale electo José Luis Centella como secretario gene-ral. Poco tiempo antes Cayo Lara ha-bía sumido el liderazgo de Izquierda Unida.

Para entonces, el partido acumula-ba más de 90 años de luchas y estaba llamado a cambios profundos.

La crisis conllevaba demandas pe-rentorias como el empleo, el derecho a la vivienda y a los servicios sociales. Pero la distancia que hay entre el des-contento público y la conciencia nece-saria para emprender transformacio-nes de calado, solo se puede transitar con una organización política.

Ese fue el reto que se propuso el pce: estar al lado del pueblo en sus demandas contra una clase políti-ca desacreditada y la injusticia –en

momentos en que se desahuciaban personas para rescatar bancos–, pero sin perder el horizonte de un progra-ma político más abarcador.

«El pce es un instrumento para or-ganizar a los afectados por la crisis, para darles a los trabajadores un ins-trumento de lucha», le dijo Centella a Granma durante una entrevista en el 2012.

En su última visita a nuestro país, en abril del 2017, abogó por la unidad de las fuerzas progresistas españolas.

«Estamos convencidos de que so-lamente a partir de la unión de las fuerzas de izquierda y de progreso se

puede combatir a un capitalismo cada vez más injusto y antisocial. Es por esta razón que mi partido ha apostado por una política de convergencia, un espa-cio donde varias fuerzas puedan convi-vir respetando siempre cada ideología y perfil», le dijo a nuestro diario.

Centella, a pocos días de la asun-ción de la toma de posesión de Do-nald Trump en Washington, avizoró la agresividad de la nueva administra-ción: «El pce está siendo muy solida-rio con el proceso bolivariano porque entendemos que en estos momentos desde Venezuela se está intentando debilitar a América Latina».

Dolores Ibárruri, Che Guevara, Raúl Castro, Blas Roca, Carlos Rafael Rodríguez y Raúl Roa, entre otros compañeros cubanos y españoles, mientras escuchaban a Fidel, en La Habana, durante la visita de La

Pasionaria en 1963. FOTO DEL ARCHIVO DEL PCE

El Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, General de Ejército Raúl Castro Ruz, junto al secretario

general del Partido Comunista de España, José Luis Centella y el segundo secretario del PCC, José Ramón

Machado Ventura, durante un encuentro en La Habana. FOTO: ARCHIVO DE MUNDO OBRERO

«El socialismo no es estático, es algo vivo y dinámico que tiene que ir recreándose. No son las mismas condiciones que en el siglo xx», aseguró Centella en entrevista con Granma al referirse a la actualización del modelo económico y social cubano.

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4SEPTIEMBRE 2017www.granma.cu

Granma@Granma_DigitalDiario GranmaDiario Granma

El futuro de Cuba desvela a muchos. Los enemigos esperan que esta época de cambios en el modelo socioeconó-mico y de «transición generacional» se convierta en el añorado final de la Re-volución. Los amigos miran con aten-ción hacia la Isla, mientras no descan-san en su lucha por el fin del bloqueo y la devolución del territorio que ocupa ilegalmente la base naval estadouni-dense en Guantánamo.

Desde dentro, también el futuro roba el sueño, o más bien estimula la capacidad de soñar y trabajar, porque la Revolución, hoy más que nunca, es efervescencia, transformación, reto y consenso.

La confrontación ideológica es ciertamente más intensa y las condi-ciones del mundo actual son tremen-damente adversas para los procesos de transformación social a favor de las minorías. Pero aun en medio de todo eso y a pesar de que la construc-ción del socialismo es un viaje hacia lo ignoto –como dijera el Primer Se-cretario del Partido Comunista de Cuba (pcc), General de Ejército Raúl Castro Ruz–, Cuba ha trazado cuida-dosamente su camino.

Para ello ha aprovechado la sabidu-ría acumulada en tantos años de con-sultas populares, de diálogo, y desde el 6to. Congreso del Partido Comunista (abril 2011) y la Primera Conferencia Nacional (enero 2012), viene estructu-rando la guía para continuar confor-mando un país próspero y sostenible, dentro de las claves del socialismo.

En ese propósito un gran aporte lo hacen los documentos rectores ema-nados del 7mo. Congreso del pcc, es-pecialmente la Conceptualización del Modelo Económico de Desarrollo So-cialista y Social Cubano y el Plan Na-cional de Desarrollo Económico y So-cial hasta el 2030: Visión de la Nación, Ejes y Sectores Estratégicos.

El documento de la Conceptualiza-ción define y sustenta las pautas esen-ciales que fundamentan los objetivos de la necesaria actualización del mo-delo. Porque a no dudarlo, es necesaria.

Aun cuando algunos se empeñen en minimizar los logros de la Revolu-ción Cubana, son internacionalmente reconocidos sus resultados en el as-pecto social, especialmente en lo que respecta a salud, educación, acceso a la cultura, el deporte, seguridad social, defensa de los derechos de la mujer y desarrollo de la ciencia y su puesta al servicio de la comunidad mundial, por solo mencionar algunos. No quiere de-cir esto que todo sea perfecto, hay mu-cho por hacer todavía para alcanzar «toda la justicia» que soñaron Fidel y Martí, dos pilares sobre los que se sos-tiene el ideario del proceso iniciado en 1959. Sin embargo, donde tiene lugar

hoy la principal batalla ideológica es en el terreno de la economía.

Raúl lo advertía en el 9no. Congre-so de la Unión de Jóvenes Comunis-tas: «La batalla económica constituye hoy, más que nunca, la tarea principal y el centro del trabajo ideológico de los cuadros, porque de ella depende la sostenibilidad y preservación de nues-tro sistema social».

Lograr una economía que satisfaga las necesidades del pueblo, que pue-da ser próspera, sostenible y permita armonizar los proyectos individuales de vida con los proyectos colectivos y sociales, es esencial para la preserva-ción del socialismo cubano. Mucho más ante la permanencia del bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos, y los recursos que se invierten cada día más para presentar la superioridad del capitalismo frente al socialismo en esta área, y vender el sueño americano como la solución a todas las dificultades.

No se trata entonces de fortalecer la economía a cualquier costo. La actua-lización del modelo económico y social cubano de desarrollo socialista busca garantizar la irreversibilidad y conti-nuidad de nuestro socialismo.

La Conceptualización es, en ese ca-mino, no una pauta acabada y estática, sino más bien un patrón activo y per-fectible, en el cual el control popular como expresión de la participación democrática del pueblo en el gobier-no, contribuirá decisivamente a que se concreten las metas trazadas.

Esta búsqueda de la participación ha sido evidente desde el inicio del proceso, en el cual se involucraron los 971 delegados y 3 617 invitados al 7mo. Congreso del pcc y, tras las sesiones del mismo, más de un millón 600 000 cu-banos y los miembros del Parlamento y el Comité Central del Partido.

En la Conceptualización se definen las esencias bajo las cuales se impulsa el desarrollo socioeconómico del país,

conforme a las aspiraciones y particu-laridades actuales de nuestro proceso revolucionario.

Dentro de esos principios que guían el avance hacia la materialización ple-na de la visión de la nación: indepen-diente, soberana, socialista, democrá-tica, próspera y sostenible; hay cuatro que es preciso resaltar.

El primero es que el ser humano es el objetivo principal y el sujeto protagónico de todo cuanto se realiza, ratificando una de las raíces de la Re-volución: su humanismo.

El segundo es el papel dirigente del Partido en todo lo que se hace. Esto es medular, en tanto el Partido agrupa la vanguardia revolucionaria. Al Partido y su militancia corresponde velar por-que la actualización no se convierta en una fórmula dictada desde oficinas por tecnócratas que no son capaces de ir a la base, de palpitar con las masas.

Esa misión se comparte con el pue-blo, en tanto la democracia socialista, fundamentada en la activa participa-ción de los ciudadanos, es otro de los principios de la Conceptualización.

El cuarto principio es que la propie-dad socialista de todo el pueblo sobre los medios fundamentales de produc-ción continúa y continuará siendo la forma de propiedad principal.

Ciertamente el reconocimiento de la propiedad privada, la pequeña em-presa y la ampliación del trabajo por cuenta propia significan un reto en la búsqueda de un balance social, donde la regulación de la concentración de la propiedad y la riqueza material y fi-nanciera en personas naturales o jurí-dicas no estatales, definen.

Sin embargo, en las circunstancias actuales es preciso buscar ese equili-brio, fortalecer a la empresa estatal so-cialista y regular, hasta lograr un «ade-cuado funcionamiento del mercado».

Del mismo modo, la inversión ex-tranjera, en cualquiera de sus modali-dades, debe realizarse sobre las bases

de la preservación del patrimonio na-cional, el medio ambiente, la sobera-nía, la independencia y haciendo uso racional de los recursos.

El proceso de actualización se desa-rrolla en un contexto de envejecimien-to de la población que impone nume-rosos retos desde los puntos de vista económico y social.

Por otro lado, se vuelve imperativo re-solver distorsiones como la unificación de la moneda y el doble cambio, así como la pirámide invertida del salario y que el trabajo se convierta en la fuente principal de prosperidad y bienestar.

La solución de algunos de estos asun-tos no son cuestiones que se logran de la noche a la mañana, dependen del es-tablecimiento de políticas adecuadas y de su sostenimiento en el tiempo. En tal sentido, el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030: Vi-sión de la Nación, Ejes y Sectores Es-tratégicos constituye un instrumento de proyección a mediano y largo plazos que facilitará la conducción estratégica de la economía, y asimismo resolver los desequilibrios estructurales e insu-ficiencias de esta a partir de enfoques sistémicos, integrales y sostenibles.

Contiene seis ejes estratégicos, que son el núcleo de la propuesta de desa-rrollo económico y social. Así se señalan el gobierno socialista eficaz, eficiente y de integración social; la transformación productiva e inserción internacional; la infraestructura; el potencial humano, ciencia, tecnología e innovación; los re-cursos naturales y medio ambiente; y el desarrollo humano, equidad y justicia social como los pilares del mismo.

Vale resaltar que en todo este proce-so de transformaciones, y los análisis derivados del camino ya andado des-de el 2011, existen aspectos que han quedado claramente definidos como esenciales. Tal es el caso del marco ins-titucional, el cual requiere ser claro y efectivo para poder permitir el desa-rrollo de una estructura económica heterogénea.

De igual forma, destaca el papel de los órganos de poder del Estado, los cuales tienen una responsabilidad crucial en la formulación, implementación, se-guimiento y evaluación de las políticas públicas; a la vez que es preciso perfec-cionar los mecanismos de acceso de la ciudadanía a la información de la ad-ministración pública, para favorecer el control popular y la transparencia.

«La visión de la nación tiene implí-cita la necesidad de diseñar un enfo-que de desarrollo capaz de enfrentar y solucionar, de forma integral y bajo la conducción del Partido, las principales dificultades que presenta la sociedad cubana en los ámbitos político, ideoló-gico, ético, moral, jurídico, institucio-nal, social, económico, demográfico, cultural, tecnológico y ambiental».

De eso se trata, de construir entre todos una Cuba que hacia el 2030 muestre índices favorables en el des-empeño económico y que continúe en el camino de la defensa de los humil-des de todo el mundo, sin renunciar jamás al socialismo.

Cuba en el 2030: sin renunciar jamás al socialismo

karina marrón gonzález

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En el proceso de análisis y construcción de los documentos del 7mo. Congreso del pcc participaron los 971 delegados y 3 617 invitados al cónclave y, tras las sesiones del mismo, más de un millón 600 000 cubanos y los miembros del Parlamento y el Comité Central del Partido.