Comité Histórico Leyes de Reforma - México, 1861...glaterra, España, y Francia se ponen de...

Comité HistóricoLeyes de Reforma - México, 1861

Boletín de Comité

Sophia Lugo, DirectoraTábata Amaral de Pontes, Directora de Comités en Español

Contenidos

1. Bienvenidos a HACIA XXI..............................................32. De parte de su Directora...................................................43. Introducción........................................................................54. Glosario..............................................................................335. Citas y Fuentes...................................................................34

XXI2 | Comité Histórico: Boletín

XX

XXI

Mesa de Directores

Julián Atehortúa MuñozPresidente

Hilary J. Higgins MolinaresVice Presidenta

Constanza Vidal Bustaman-teDirectora de Reclutamiento

Délany D. Sisirucá PérezDirectora de Negocios

Sarah Lan FellayDirectora de Comités en Inglés

Tábata C. Amaral de PontesDirectora de Comités en Español

Elaine ChengDirectora de Finanzas

Sylvia A. Percovich TuestaDirectora Administrativa

Martín S. Molina HernándezDirector de Desarrollo

Mesa de AsesoresJorge I. Domínguez, PhDVice Rector de Asuntos InternacionalesUniversidad de Harvard

Steven Levitsky, PhDProfesor de GobiernoUniversidad de Harvard

Estimados delegados,

¡Les doy la más cálida bienvenida a la vigésima primera cumbre de HACIA Democracy! Ust-edes están a punto de participar en uno de los simulacros de la Organización de Estados Americanos más espectaculares y prestigiosos del mundo. Será una experiencia inolvidable para todos.

Los comités en español de HACIA Democracy 2015 representan el dinamismo de los acon-tecimientos actuales de la región, al tiempo que discuten los acontecimientos que llevaron a América Latina a donde está hoy. Mientras que el Comité Histórico y el Gabinete Ejecutivo nos desafían a reproducir el éxito de Benito Juárez en México y a evitar el fracaso de Salvador Allende en Chile, los otros comités nos invitan a reflexionar sobre los problemas más urgentes de la región.

La Cumbre de las Américas buscará encontrar una solución a la mala utilización de los recur-sos naturales en América Latina, como también al problema de la trata de personas. A la vez, en UNASUR, los delegados tendrán que reflexionar sobre el papel político de la organización y sobre la expansión del polémico Banco del Sur. En el Consejo de Seguridad de la ONU, ustedes tendrán que luchar por la paz en Sudán y decidir si Hezbolá representa una amenaza para la región. Por último, la Corte Interamericana de Derechos Humanos discutirá dos de los grandes problemas sociales de la región: el desplazamiento de las familias brasileñas durante el Mundial, y la creciente presencia de vendedores ambulantes en las principales ciudades de América Latina.

Este boletín debe ser el punto de partida en su preparación sustantiva. Les proporcionará conocimiento académico en sus temas, y orientación a los recursos que pueden utilizar para continuar su investigación y aprendizaje. Además, sus Directores y Directores Junior han de-sarrollado otros materiales sustantivos de alta calidad, como trabajos de actualización y planes de crisis.

Espero sinceramente que aprovechen al máximo HACIA Democracy para aprender más acer-ca de América Latina y del mundo, y para formar amistades duraderas con las increíbles perso-nas con las cuales compartirán esta experiencia. Que esta conferencia se vuelva un importante paso en sus formaciones como líderes en sus países y en el mundo.

¡Nos vemos en México!

Les saluda atentamente,Tábata Amaral de PontesDirectora de Comités en Español, HACIA Democracy [email protected]


Bienvenidosa HACIA XXI

Mesa de Directores

Julián Atehortúa MuñozPresidente

Hilary J. Higgins MolinaresVice Presidente

Constanza Vidal Bustaman-teDirectora de Reclutamiento

Délany D. Sisirucá PérezDirectora de Negocios

Sarah Lan FellayDirectora de Comités en Inglés

Tábata C. Amaral de PontesDirectora de Comités en Español

Elaine ChengDirectora de Finanzas

Sylvia A. Percovich TuestaDirectora Administrativa

Martín S. Molina HernándezDirector de Desarrollo

Mesa de AsesoresJorge I. Domínguez, PhDVice Rector de Asuntos InternacionalesUniversidad de Harvard

Steven Levitsky, PhD

Queridos Delegados:

¡Bienvenidos al Comité Histórico Leyes de Reforma – México, 1861! Este gabinete ejecutivo deberá lidiar con la reforma al estado jurídico, estatal y constitucional y la transición a la vida laica en Latinoamérica, y simultáneamente defenderse contra fuerzas conservadoras mexicanas y también invasores europeos que han tomado la capital del país. Ojalá puedan encontrar una buena solución a los conflictos que han sido unos de los más importantes en la historia de México, ya que esto afectará la trayectoria de su futuro entero.

Me llamo Sophia Lugo, y tendré el placer de ser su directora. He vivido la mayoría de mi vida en El Paso, Texas, pero, siendo doble ciudadana de México y Estados Unidos, me siento muy orgullosa de mis raíces en ambos países. Estudio Biología e Historia de Ciencias en la Uni-versidad de Harvard, pero también me encanta informarme sobre las relaciones internaciona-les, asuntos de salud pública, y la política, siendo miembro de varios programas del Instituto Político, el Consejo de Relaciones Internacionales, y la Asociación de Debate Parlamentario en Harvard. También participo en el equipo de Modelo Naciones Unidas para mi universidad, y he dirigido en comité de crisis para nuestras conferencias.

Espero que estén tan emocionados como yo por discutir este evento que fue (y sigue siendo) tan importante para los valores de México y de todo Latinoamérica, ya que es prácticamente una extensión de los esfuerzos previos de Simón Bolívar por lograr la autonomía de las na-ciones latinoamericanas. Además, establecer el significado de la igualdad, la democracia, y el deber del gobierno de proteger el interés común son temas que seguirán siendo sumamente importantes durante toda la historia.

Quedo a su disposición.Mis más sinceros saludos,Sophia LugoDirectora, Comité Histórico


De parte desu Directora

XXI5 | Gabinete Ejecutivo: Boletín

Introducción


Este comité de crisis simulará el gobierno liberal del Presidente Benito Juárez durante los años después de la guerra civil de la Reforma y la segunda intervención francesa. Objetivos comunes entre delegados serán lograr movimientos militares exitosos contra fuerzas europe-as (con el apoyo de la Iglesia y los conservadores) y alcanzar negociaciones con los Estados Unidos.

Aunque la Guerra de la Reforma terminó hace mucho tiempo, la sociedad mexicana sigue di-vidida entre facciones liberales y conservadoras. Esta división existe debido a la Constitución de 1857 y las nuevas leyes de la reforma, las cuales establecen la separación de la Iglesia y el Estado e intentan promover la igualdad entre los ciudadanos de todas las clases sociales. Las leyes (incluyendo las de “Nacionalización de los Bienes Eclesiásticos,” “Matrimonio Civil,” “Estado Civil de las Personas,” y “Libertad de Cultos”) dictaban cambios sustanciales en la política, economía, y cultura de México, que anteriormente había estado controlado por la Iglesia. Aunque los liberales han logrado ganar la guerra y establecer su gobierno federal con su líder Benito Juárez, los conservadores recientemente despojados del poder no están conformes con estos cambios. Juárez y su gobierno deberán buscar alguna manera de hacer cumplir las nuevas leyes y cambios drásticos a nivel nacional, disminuir la influencia de la Iglesia en instituciones públicas, y detener las fuerzas conservadores que permanecen con fuerza en el país.

Recién salido de la Guerra Civil de La Reforma, México está inundado en deudas extranjeras e inestabilidad económica, lo que obliga al Presidente Juárez a tomar la difícil decisión de suspender la paga de deudas extranjeras por dos años. Como resultado, los acreedores In-glaterra, España, y Francia se ponen de acuerdo para ir juntos a México a reclamar el pago de la deuda. El Presidente Juárez se ve imposibilitado de pagar dada la crisis. La Iglesia y los conservadores deciden que la mejor solución es traer un gobierno extranjero para restaurar la confianza en los acreedores y sus privilegios. Aunque los ingleses y los españoles se regresan a sus países cuando reconocen las verdaderas intenciones de Napoleón III de conquistar a México y expandir su imperio, Francia y sus fuerzas militares organizadas y reconocidas por todo el mundo seguirán amenazando la soberanía de un México empobrecido.

Los Estados Unidos, quienes habían reconocido el gobierno de Juárez desde 1859, parecen dispuestos a soportar los esfuerzos de Benito Juárez y los liberales sin intervenir directa-mente en los asuntos entre otros poderes extranjeros y México. Los Estados Unidos están actualmente involucrados en su propia guerra civil, y no están dispuestos a arriesgar que países europeos les ofrezcan ayuda a los Estados de la Confederación (estados que quisieron separarse de EEUU). El gobierno de Juárez deberá buscar negociaciones y apoyo con su vecino del Norte.

Historia del comité


Historia y poderes del comité

Para concretar el establecimiento de la nueva nación Mexicana al momento de que el pueb-lo mexicano ganara su independencia de España, Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero presentaron el Plan de Iguala, documento que declaraba la propuesta base de gobierno para un México autónomo1. Este plan, que fue promulgado en 1821, también fue llamado el Plan de las Tres Garantías, ya que se basa en tres principios fundamentales: primeramente, una declaración formal de independencia de la Corona Española; la adopción del catolicismo como religión nacional; y, a resultado del espíritu ardiente de los revolucionarios, la procla-mación de un estado igualitario en sus derechos, protección ante la ley, y otros aspectos de la vida diaria, sin discriminación por etnicidad ni clase social2. La forma de gobierno sería una monarquía constitucional, con una Junta de Gobierno intermediaria hasta que se pueda encontrar un príncipe europeo quien tome la Corona del supuesto Imperio Mexicano3. Al fin de la Guerra de Independencia, con el conocimiento oficial de la independencia de Méx-ico de bajo del Tratado de Córdoba, el Plan de Iguala se pudo poner en efecto, con Agustín I siendo emperador.

En 1823, Antonio López de Santa Anna y Guadalupe Victoria llevaron a cabo un golpe de estado exitoso y establecieron, de acuerdo con el Plan de Veracruz que declaraba la necesi-dad de la reunión de un congreso4, el primer gobierno republicano de México. Sin embargo, el Congreso que fue formado para decidir la forma de gobierno estaba intensamente divi-dido entre la facción centralista y la facción federalista5. Los centralistas creían en un gobi-erno central fuerte que dirigiera a toda las diferentes regiones del país. De acuerdo a ellos, esto haría posible la distribución justa de recursos a lo largo del país, la estabilidad y unidad común, hasta en las provincias que todavía eran incapaces de tener autoridad propia6. Del lado opuesto, los federalistas querían un gobierno federal que organizara al ejército, mane-jara las relaciones internacionales y estableciera la moneda nacional, dejándole la autoridad

Imagen 1: Las divisiones del imperio mexicano en el tiempo de Agustín de Iturbide.


de las demás instituciones a los múltiples gobiernos estatales debido al conocimiento íntimo entre esos gobernadores y sus entidades jurídicas7. En respuesta a varias peticiones a favor de lo segundo, la cámara de diputados declaró en 1824 que México sería una república rep-resentativa popular federal8.

En 1854, una revolución liberal bajo el liderazgo de Juan Álvarez, Ignacio Comonfort y Flor-encio Villarreal fue llevada a cabo con los decretos del Plan de Ayutla9. Este Plan promul-gado por los susodichos insurgentes declaraba que, a razón de la represión de los derechos individuales del pueblo común mexicano, perdida de territorio (en el Tratado de Guadalupe Hidalgo y la guerra contra los Estados Unidos), abandono de paisanos al régimen extranjero por parte del presidente actual Santa Anna, cuyo gobierno conservador se había transforma-do en dictadura10, y por la necesidad de un gobierno que represente la voluntad del pueblo y no de un solo gobernador, Santa Anna y todos los funcionarios relacionados con su gobi-erno tendrían que ser destituidos del poder para poder formar una república representativa popular con Presidente y Congreso11. Con la victoria del subsiguiente golpe de estado y exilio de Santa Anna, nació la época reformatoria liberal de México.

Asumiendo la presidencia interina, Juan Álvarez Benítez empezó a realizar los decretos del Plan de Ayutla para convocar un Congreso Constituyente Extraordinario12, pero una falta de unidad en el pensamiento persistía en esta cámara legislativa. Desde su primer sesión en 1856, se asignó otro Presidente, Ignacio Comonfort, bajo su mando se formaron tres par-tidos con diferencias fundamentales y sin compromiso: los liberales, los moderados, y los conservadores13.

Durante el gobierno provisional de Álvarez fue promulgada la primera de las leyes prerre-formistas características de la ideología liberal insurgente. En 1855, la Ley Juárez (o “Ley de administración de justicia y orgánica de los tribunales de la Nación, del Distrito y Territorios Federales”) llevando el nombre de su creador el ministro de Justicia Benito Juárez, fue hecha para suprimir privilegios militares y eclesiásticos y crear la Suprema Corte de México y el Tribunal Superior del Distrito Federal14. Esta ley fue causa del movimiento revolucionario encabezado por Manuel Doblado, que no tuvo éxito15. También el arzobispo de Puebla re-prochó la ley y el gobierno del subsiguiente Presidente Comonfort, hasta que Doblado y Co-monfort tuvieron que sitiar la ciudad de Puebla y exiliar al arzobispo16. Aún con la polémica en torno a la ley, esta fue aprobada para integrarse a la Constitución de 185717.

La segunda ley prerreformista, la Ley Lerdo (o “Ley sobre desamortización de fincas rústicas y urbanas que administren como propietarias las corporaciones civiles y eclesiásticas de la República”), fue de manera parecida nombrada por el ministro de Hacienda en tiempos del Presidente Comonfort, Miguel Lerdo de Tejada, en 185618. Esta ley le dio el derecho al gobi-erno federal de vender propiedades inmuebles de corporaciones civiles y eclesiásticas (con la excepción de aquellos en uso directamente relacionados con la función de tal corporación) a individuos privados. Su intención principal fue de generar fondos públicos urgentemente necesitados, y también fue mencionada en la Constitución19.

La tercera, la Ley Iglesias de 1857, escrita por el ministro de Justicia, Negocios Eclesiásticos e Instrucción Pública José María Iglesias Inzurruaga, suprimió el cobro a los pobres por servicios eclesiásticos (por ejemplo, bautizos, casamientos y entierros)20. Estas tres leyes, aún moderadas en comparación a las que vendrían, pretendían obviamente controlar y limitar el poder que podría ejercitar la Iglesia Católica.

Finalmente, en febrero de 1857, la Constitución Política de la República de México fue jurada con ideología liberal similar, estableciendo “una república representativa, democrática, fed-eral”. Esta nueva Constitución federal consistía de muchas de las disposiciones de la Consti-


tución Federal anterior (1824)21, más el establecimiento de un mecanismo para la transición de poder para poner fin al establecimiento del poder informal e incesante, conocido como el caudillismo22. También afirmaba que la República de México sería un estado laico23. Sus secciones establecen lo siguiente: los derechos humanos, los requisitos para la ciudadanía mexicana y sus deberes, las obligaciones del extranjero, la forma del gobierno, la confor-mación de los estados, la división de poderes, la formación de las leyes, las responsabilidades de funcionarios públicos, la soberanía de la Constitución y otras prevenciones.

Sin embargo, la Constitución de 1857 solo logró la desconformidad de cada partido del Congreso24 y del pueblo mexicano, especialmente cuando el Papa Pío IX amenazó con ex-comunión a todos los que juraran por este documento subversivo a la Iglesia25. Sin embargo los diputados, para evitar la admisión de un gobierno inestable e inconsecuente y la pérdida de sus trabajos, fueron obligados a jurar por del documento26. La inquietud que surgió por todo el país mayormente católico resultó en otro golpe de estado por parte de Félix Zuloaga, quien con el Plan de Tacubaya logró disolver el Congreso responsable por la Constitución de 1857 y desplazar a Comonfort, quien asimismo estuvo de acuerdo con las afirmaciones del Plan de Tacubaya que decía que la voluntad de la gente era más importante para sostener a la Constitución que el mandato de las autoridades27. Zuloaga también tomó esta oportunidad para declararse en 1858 el nuevo presidente de México, sin ningún apoyo constitucional28. Sin embargo los representantes de los gobiernos estatales de Michoacán, Jalisco, Zacatecas, Aguascalientes, y Veracruz, quienes optaron por reconocer la vigencia de la Constitución, se reunieron en el estado de Guanajuato (con la excepción de Veracruz a razón de su asolación geográfica) donde reconocieron el ascenso del presidente de la Suprema Corte de la Justicia de la Nación de ese entonces, Benito Juárez García29, como nuevo presidente en acuerdo con la Constitución Política de la República Mexicana de 1857, sección II, artículo 79. En-contrando asiento para su gobierno en Veracruz, el gobierno constitucional se preparó a defender su orden en la consecuente Guerra de la Reforma (1857-1860).

Durante la guerra, el gobierno de Benito Juárez aclaró sus intenciones con la promulgación de las Leyes de la Reforma. Estas consistían de la “Ley de la Nacionalización de los Bienes Eclesiásticos,” que además de darle el derecho al gobierno de apropiarse de titulares y bienes materiales poseídos por la Iglesia prohibía el apoyo del Estado de cualquier religión; la “Ley de Matrimonio Civil”, requiriendo la expresión de unión matrimonial ante una autoridad civil para obtener validez; la “Ley Orgánica del Registro Civil o Ley sobre el Estado Civil de las Personas”, estableciendo un registro nacional que contenga el “nacimiento, adopción, arrogación, reconocimiento, matrimonio y fallecimiento” de todos residentes mexicanos; y la “Ley sobre Libertad de Cultos”, que afirmó la independencia religiosa como derecho huma-

Imagen 2: La Constitución de 1857 estableció una forma de go-bierno federal, en la que cada estado tenía poderes únicos y auto-ridad sobre sus asuntos internos.

XXI9 |Comité Histórico: Boletín

no pero declaró el divorcio absoluto entre los asuntos del Estado y los de cualquier religión30. Además prohibió el gobierno Juarista la intervención y administración oficial de autoridades de la Iglesia en cementerios, camposantos, días festivos, hospitales, y establecimientos de beneficencia31. La guerra terminó con el triunfo del gobierno juarista y los liberales, pero la polarización de la sociedad continuaba, hasta en el Congreso Constituyente en gran parte antijuarista32.

El origen de la legitimación del gobierno de Juárez ha sido, desde el principio, las dichas Leyes Prerreformistas, Leyes de la Reforma y la Constitución Política de la República de México de 1857. Estos documentos no pueden ser violados, aunque debido a los pocos años que han sido reconocidos podrían ser modificados de acuerdo con sus propias concesiones. Todos en ese comité ejecutivo son igualmente responsables por la reconstrucción de un país constantemente al punto del fracaso y la bancarrota. Sus poderes serán delineados por sus oficios, y tendrán la misma potencia que los poderes asignados al Presidente Benito Juárez, cuya opinión e intención son nulas de valor sin el respaldo de su consejo. De acuerdo con la ley constituyente, el Presidente de la Unión, los diputados al Congreso Federal, y las Legis-laturas de los Estados comparten el derecho de la iniciativa y formación de las leyes (Título III, Sección I, Artículo 65). Ninguna persona puede poseer más de una división de poder, cuales vienen siendo el legislativo, ejecutivo, y judicial (Título III, Artículo 50). Cada estado es soberano respecto a sus asuntos interiores mientras no violen las leyes constitucionales y necesariamente federales, y la soberanía nacional tiene su origen en el pueblo (Título III, Artículos 39-41). Para poder reformar la Constitución, se requiere el voto de dos tercios del congreso y una mayoría de las legislaturas de los Estados (Título VII, Artículo 127).

En medio de la instabilidad que hasta ahora no ha podido encontrar remedio, el gobierno de Juárez deberá encontrar una manera de mantener el poder sobre un pueblo dividido y encontrar soluciones legislativas que podrán ganarse la confianza de su gente. Dos principios fundamentales, en este caso en gran medida opuestas, deben de ser críticamente evaluadas: la adopción de una tradición recientemente surgida en países como Estados Unidos, Inglaterra, y Prusia33, en la que la religión no debe de ser reglada por el estado; y la voluntad del pueblo como el mandato del gobierno. Tendrán que encontrar una manera de estimular la economía nacional, cumplir con los documentos a los que les prestaron juramento o encontrar una forma de compromiso entre los diferentes partidos, y definitivamente evitar el éxito de otro golpe de estado.

Poderes del comité

Imagen 3: El Presidente Benito Juárez era una de las fig-uras más importantes en el movimiento liberal del siglo XIX en México.


El problema encontexto

La instituición católica


El Catolicismo ha tomado gran parte en la formación de instituciones mexicanas, así como en los otros países hispanoamericanos, desde la conquista de las civilizaciones indígenas por potencias ibéricas, o en el caso de México, españolas. Fue usada muchas veces para formar la base de sistemas sociales, políticos, y hasta económicos, al igual que la sociedad hispano-americana ha logrado en parte moldear la religión en forma única.

Creación del sistema de castas

La ideología cristiana, con la gran influencia de líderes de la iglesia como Francisco de Vito-ria en el siglo XVI, fue usada para integrar un sistema social basado en raza (percibida por tono de piel), estatus económico y privilegio social, con el argumento de que las personas indígenas eran de un nivel más bajo de inteligencia y de moral por haber estado siempre aislados del cristianismo y rodeados por hábitos pecaminosos34 . Por esta razón la sociedad en México fue desde el principio de la colonización dividida entre la República Indígena y la República Española; restricciones de contacto entre los dos grupos fueron establecidos con el pretexto de proteger de exposición a prácticas pecaminosas de parte de la sociedad española, mientras que la iglesia intentaba evangelizar a los indígenas para que se pudieran integrar a la civilización35.

Imagen 4: El sistema de castas de México co-lonial discriminaba en el estatus de las perso-nas a base de la raza de sus padres.


Sin embargo, estas restricciones no pudieron inhibir la creación de otro grupo social, las castas, a resultado de relaciones entre españoles de “pureza de sangre” e indígenas o es-clavas africanas, lo cual complicó el sistema social y legal en las colonias españolas36. Esta organización social estratificada de base genética fue creada para establecer las leyes que gobernarían las relaciones sociales entre personas de “sangre manchada” (a diferencia de las tres clasificaciones de sangre: blancos/españoles, indígenas, y negros), como un esfuerzo por parte del Imperio Español por mantener la limpieza de la raza española37. Entre las castas más comunes se encuentran los mestizos (hijos de español e indígena), los castizos (hijos de mestizo y española), los zambos (hijo de africano e indígena), mulatos/pardos (hijos de español y africana), los moriscos (hijos de mulato y española), los coyotes (hijos de mestizos e indígena), y los chinos (hijos de mulato e indígena)38. Movilidad entre los varios niveles sociales y sus distintos privilegios era casi imposible hasta la introducción al final del siglo XVIII de una gracia comprable para obtener clasificación “blanca”39.

De este modo, la Iglesia Católica, por promover enormemente la legitimación del reinado español sobre la población indígena, se convirtió en la institución económica y social más poderosa de la Nueva España. A causa de la separación de grupos sociales el catolicismo en México también adquirió su propia identidad; ya que sus enseñanzas tuvieron que ser intro-ducidas a los indios por medio del lenguaje indígena y se integraron las prácticas espirituales en las tradiciones indígenas40.

Imagen 5: La sociedad colonial en Nuevo España estaba estratificada por la pure-za de sangre, con los mas “puros” disfrutando más derechos.


Unidades de control: la encomienda y la hacienda

Para hacer concreta la dominación española sobre el pueblo indígena y asegurar la integración de órdenes eclesiásticas, la corona española introdujo en 1523 el sistema de encomienda en la Nueva España, en donde un súbdito español, el encomendero, fue entregado un grupo de indígenas, quienes eran obligados a pagar tributo al encomendero como forma de pago por el beneficio de ser integrados a la civilización española41. En efecto, el encomendero tenía la responsabilidad de evangelizar, educar, y proteger a su grupo de indígenas, mientras que ellos trabajaban en la encomienda y le pagaban al encomendero con una gran porción de los metales o alimentos que cosechaban. El encomendero vivía en la ciudad y se le entre-gaba este tributo por el jefe de la comunidad42. De esta forma, las comunidades indígenas y españolas se mantuvieron separadas pero aun así se conformaban de estar subordinados a la Iglesia y a la Corona.

Aunque los indígenas fueran reconocidos como seres humanos libres y no esclavos por las Leyes de Burgos (también conocidas como las Ordenanzas para el tratamiento de los indios), las cuales fueron aplicadas a las encomiendas para limitar abusos, no había forma oficial de garantizar su cumplimiento.43 Muchos indígenas fueron expuestos a condiciones intolerables de trabajo y salarios injustos.

Luego, en el siglo XVII, la decadencia del sistema de la encomienda resultó en la adapta-ción de un modelo de latifundio llamado la hacienda. La hacienda también era una forma de organización agropecuaria y últimamente social. Este rancho grande tenía al mando a su propietario, el hacendado, y a su círculo de confianza, quienes se beneficiaban de la mayoría de lo que fuese cosechado por los peones (los cuales trabajaban la tierra du su patrón), los vaqueros, y los campesinos (quienes trabajaban en fincas agrícolas pequeñas y donaban una porción de su cosecha al hacendado)44. Había trabajadores permanentes y temporales, con la mayoría siendo indígenas y personas de sangre mixta. Como en el sistema de encomienda, los hacendados podrían vivir en la cuidad y pagarle a un administrador quien se quedara en la hacienda45. Cada hacienda era principalmente independiente, produciendo pocos bienes de exportación, dando resultado a varias microeconomías con sistema de trueque a lo largo del país46. Usando este sistema, la iglesia Católica se pudo apropiar de muchas riquezas e

Imagen 6: La organización común de la encomienda.


influencia por adquirir tierras para haciendas y dar préstamos principalmente a hacendados españoles, en especial a los Jesuitas, y así mantener intereses con la clase latifundista (la clase alta)47. Esto empezó a antagonizar a las multitudes contra la Iglesia Católica, provocando que las haciendas pertenecientes a la Iglesia fueran objetivos comunes durante épocas de insurrección.

Las Reformas Borbónicas

A partir del siglo XVIII, cuando la dinastía de Habsburgo fue remplazada por la Casa de Borbón en España, se llevaron a cabo varias reformas administrativas, financieras, comer-ciales, militares y culturales en el Virreinato de Nueva España. Estas reformas intentaban responder a la corrupción presente en el sistema de hacienda y los administradores colonia-les, nivelar el poder de la aristocracia y la Iglesia contra la Corona, centralizar las colonias y fortalecer la presencia militar en caso de enfrentamiento de otros poderes europeos surgen-tes48. Entre ellas se encuentran la expulsión de los jesuitas de todo el Imperio Español (vistas como amenazas a la centralización de poder de la Corona) y la introducción de un sistema de registro de operaciones para mantener la contabilidad y eficiencia de la colección de im-puestos49. Aunque lograron incrementar las ganancias de España con respecto a sus colonias y centralizar el control del Imperio Español, las reformas resultaron en descontento popular hacia el rey debido a empobrecimiento general y en sugerencias de independencia por parte de autoridades eclesiásticas insultadas50.

Además de pleitos ideológicos que de por sí ya dividían al pueblo y a la política de México, la instabilidad continua facilitaba el estallido de conflictos armados y organizados contra otros países y entre partidos y grupos mexicanos opuestos.

Guerra de los Pasteles (1838-1839)

Conflictos armados en tiempos de guerra también afectaron a los extranjeros con negocios en México. Durante un convenio llamado Declaraciones Provisionales, el embajador barón Deffaudis de Francia, quien estaba discutiendo el estatus de relaciones diplomáticas futuras entre su país y México, le presentó al gobierno mexicano una serie de reclamaciones de ciu-dadanos franceses pidiendo la compensación por daños causados a sus negocios, una cifra de 600 mil pesos, incluyendo 60 mil reclamados por un pastelero de Tacubaya; y también pidió reconocimiento de privilegios especiales a los franceses comerciantes en México51. Sin embargo, el Presidente Anastasio Bustamante se negó a pagar, por lo que el embajador

Conflictos

Imagen 7: Los trabajadores de las encomiendas y ha-ciendas sufrían de muchos abusos y explotación.


francés se fue a casa. Cuando regresó Deffaudis a México, su gobierno lo había mandado acompañado de diez barcos de guerra, amenaza ante los requerimientos de las reclamaciones no cumplidas52. Como Bustamante se rehusó a cambiar de decisión, los puertos del Golfo fueron bloqueados y naves mercantes mexicanas embargadas por ocho meses, empezando la Guerra de los Pasteles53. Pero el Presidente no quiso cambiar de opinión, declarando que un gobierno no tiene responsabilidad de pagar por daños incurridos en tiempos de guerra, por lo que Francia bombardeó San Juan de Ulúa y Veracruz54. Después de otras varias batallas, Gran Bretaña mandó su propia fuerza naval a ayudar a negociar la paz, ya que el bloqueo también estaba afectando negativamente a mercados europeos55. Por fin llegaron los dos países bélicos a un acuerdo: México pagaría la suma de 600 mil pesos por daños anteriores, sin comprometerse a cumplir con tales reclamaciones en el futuro, y Francia por su parte levantó el bloqueo de los puertos y suspendió el embargo de las naves mercantes56.

Revolución de Texas

En 1821, empezaron a llegar muchos inmigrantes de los Estados Unidos a establecer comu-nidades en la región conocida como Texas debajo del liderazgo de empresarios, hombres a quienes el gobierno mexicano les había dado permiso de colonizar ciertos estrechos de terreno con el acuerdo que sus habitantes adoptarían la nacionalidad mexicana y observarían las leyes mexicanas, incluyendo (en ese entonces) el catolicismo como religión del estado y la prohibición de la esclavitud. Esto fue hecho como extensión de una iniciativa de la Corona Española, que estaba intentando reforzar su reivindicación del terreno poco poblado con incrementar la población antes de que pioneros estadounidenses se establecieran ahí.57

Desde el principio, las autoridades mexicanas notaron que los inmigrantes protestantes no querían cumplir su parte del trato, y el gobierno empezó a implementar ciertas medidas para controlar las actividades de las colonias tejanas.58 En ese entonces, Texas era parte del estado Coahuila y Texas, y así compartía la cámara legislativa con la región de Coahuila, aunque su representación ahí era mínima. Aunque al principio los texanos hispanos y anglo-sajones parecían estar solamente buscando hacerse en estado independiente y regresar a la forma de gobierno republicano establecido por la constitución, violada por políticos como Santa

Imagen 8: La Guerra de los Pasteles entre Francia y México.

XXI15 | Comité Histórico Gabinete Ejecutivo:

Anna, por fin declararon su independencia en 1836, comenzando la Revolución de Texas. 59 La guerra terminó en la Batalla de San Jacinto con un ataque sorpresa por parte las fuerzas texanas del General Sam Houston, quienes también lograron capturar a Santa Anna y for-zarlo a firmar dos tratados (los Tratados de Velasco): uno que reconocía la independencia de Texas, cesaba hostilidades, y liberaba prisioneros y propiedades confiscadas; y el otro en donde Santa Anna prometía hacer que el gobierno mexicano cumpliera con todas las provi-siones del primero, en cambio de su propia libertad. 60

Guerra de Estados Unidos a México/ Guerra del 47

Después de que Texas declarara su independencia de México, quisieron incorporarse a los Estados Unidos, pero en ese entonces congresistas del norte se opusieron a dejar entrar a otro estado donde fuera aceptada la esclavitud, debido a las divisiones que se estaban for-mando ya entre los estados con esclavos del sur y los abolicionistas del norte61. En el Tratado de Velasco, Santa Anna siendo prisionero de los texanos se comprometió a convencer al con-greso mexicano de reconocer le secesión de Texas, ya que ellos eran los únicos que podían tomar esa decisión. Sin embargo, el gobierno mexicano rechazó las decisiones de Santa Anna por parte de México durante su cautiverio, y Texas no obtuvo el reconocimiento oficial como nación independiente del gobierno de México62. Adelantándose a la reacción de Estados Unidos, prometieron defender con fuerza militar sus fronteras (o, es decir, las de Texas) ante intervención estadounidense63.

Por lo tanto, políticos estadounidenses continuaron a extender su propaganda del “Destino Manifiesto”, la creencia que Dios había concedido, por el bien común, la expansión de Esta-dos Unidos hacia el oeste. Esta también fue una parte esencial de la plataforma política del Presidente James K. Polk, quien decía que Texas le pertenecía desde el principio a Estados Unidos y que era hora de “re-anexarla”64. Comenzó con procedimientos para la anexión de Texas en 1844, seguido con intentos de comprarle a México la región de California y Nuevo México65. Cuando sus ofertas fueron rechazadas, mandó sus tropas a la zona entre el Río Grande y el Río Nueces siendo esta parte del estado mexicano de Coahuila, por lo que Méx-

Imagen 9: Quejas contra el gobierno centralista de Antonio López de Santa Anna fueron unas de las motivaciones primarias detrás de la revolución de Texas.


ico también mandó una caballería en 1846 para defender su territorio. A pesar de incurrir inicialmente con bajas, las fuerzas estadounidenses de Zachary Taylor obtuvieron la victoria en las primeras batallas de Palo Alto y Resaca de la Palma. Aún más, esta escaramuza fue el pretexto que estaba buscando el Presidente Polk para declarar la guerra contra México.

Aunque México nunca declaró la guerra por su lado, las batallas y pérdidas continuaron, hasta que le tuvieron que pedir ayuda a Santa Anna, quien se encontraba en exilio en Cuba. Santa Anna logró liberarse del exilio prometiéndole al Presidente Polk de terminar la guerra de una manera favorable para los Estados Unidos, pero cuando regresó, hizo lo opuesto. Santa Anna luego asumió de nuevo la presidencia, pero sus esfuerzos no fueron suficientes para ponerle alto al avance del enemigo, quien venía mucho mejor armado y organizado. Mientras que el conflicto armado persistía en el norte, donde la falta de población mexicana agilizaba la derrota66, fuerzas adicionales americanas lideradas por el General Winfield Scott llegaron al puerto de Veracruz en una campaña para capturar a la ciudad del mexicano67. El ejército mexicano sufrió muchas derrotas trágicas, como en la famosa Batalla de Chapulte-pec, en la que cadetes jóvenes del Colegio Militar se sacrificaron por defender a su país, a pesar de haberles dado la orden de encontrar refugio68. El General Scott tomó el control de la capital en septiembre de 184769. Aunque en algunas ciudades invadidas, los generales es-tadounidenses intentaron respetar los derechos, las leyes y la propiedad de sus habitantes, en otras, especialmente en Veracruz y Monterrey, se sufrieron muchas muertes civiles y militares en los bombardeos70. Con la renuncia de Santa Anna, los Estados Unidos se aseguró de su victoria, y esperaron que el gobierno mexicano se reorganizara para poder hacer acuerdos legítimos71.

Finalmente, en febrero de 1848, los Estados Unidos y México firmaron el Tratado de Gua-dalupe Hidalgo, en el que México dio reconocimiento oficial a la anexión estadounidense de Texas y al Río Grande como la frontera entre los dos países, y vendió el territorio arriba del Río Grande, incluyendo lo que era Alta California, Nuevo México y Chihuahua72, por 15 millones de dólares más el pago de reclamaciones de daños anteriores contra México73. Con este acto, México perdió cerca de un tercio de su territorio, dejando atrás unos 75,000 residentes de cultura y patria mexicana74.

Aunque en algunas ciudades invadidas, los generales estadounidenses intentaron respetar los derechos, las leyes y la propiedad de sus habitantes, en otras, especialmente en Veracruz y Monterrey, se sufrieron muchas muertes civiles y militares en los bombardeos75.

Imagen 10: Los estadounidenses tomaron control de la capital de México en 1847 al final de la Guerra del ’47.


México se encontró de nuevo con pérdidas financieras enormes, estatus político caótico después de los siete presidentes que sirvieron entre 1846 y 184876. La desgracia de haber cedido territorios capaces de crear ingresos; haber perdido por un tiempo la jurisdicción de la capital y otras ciudades a comandantes extranjeros77; minas y ranchos se encontraron abandonados y el progreso en estos sectores nuevamente retrasado, ya que los responsables de su mantenimiento fueron reclutados para la guerra78; el comercio interno y externo se encontraba interrumpido por causa de bloqueos navales y vías de transporte ocupados79; los mexicanos sufrían de la pérdida de sus familiares y amigos: todos estos factores provocaron que se formara una tradición de desconfianza con el país vecino del norte80.

Imagen 11: Campañas liberales y avances conservadores y liberales en la Guerra de la Reforma. Aunque los liberales contaban con una mayoría de gente y geografía, los con-servadores tenían el apoyo de las instituciones más poderosas del país, la Iglesia Católica y el ejército.


La Guerra de Reforma o Guerra de los Tres Años

(La primera parte de esta sección servirá de recapitulación de eventos que incitaron el con-flicto armado conocido como la Guerra de la Reforma.)

Después de 1821 dos grupos eran los protagonistas en la vida política de México: los libe-rales que creían que el mejor sistema de gobierno era el federalismo, separando los poderes de la Iglesia y Estado además de limitar el poder militar; y los conservadores que creían en el centralismo liderado al estilo monarquía europea con privilegios especiales para la Iglesia y el ejército. 81 Estando los liberales al mando del gobierno, entre 1855 y 1857, promulgaron las primeras leyes de Reforma las cuales pasaban la autoridad de los tribunales de la Iglesia a los tribunales de la ley civil (Ley de Juárez); la desamortización de los bienes eclesiásticos (Ley Lerdo); los matrimonios, nacimientos y defunciones pasaron a ser registrados por el poder civil, a la Iglesia se le limitó el cobro por servicios eclesiásticos (Ley Iglesias) y se despojó de privilegios a los militares. 82 Estos cambios hicieron que los conservadores entraran en guerra en contra de los liberales.

El estallido provocó el Plan de Tacubaya, redactado por Félix Zuloaga, en el que se exigía que se revocara la Constitución de 1857.83 Comonfort, presidente liberal quien aceptó el plan, exigió que él siguiera como Presidente y que se declarara un Congreso extraordinario que promulgara otra Constitución. Benito Juárez Presidente de la Suprema Corte de Justicia se negó a cumplir y huyó a Veracruz estableciendo allí un gobierno liberal (1858-1861), paralelo al gobierno conservador existente en la Ciudad de México bajo la presidencia de Zuloaga.84

Los liberales tenían un ejército con poca experiencia por lo que sufrieron varias derrotas al principio, pero eso no detuvo al Presidente Benito Juárez que seguía redactando leyes en las que quitaba totalmente la influencia y poder de la Iglesia en los asuntos del Estado, entre ellas declarando la libertad de culto. Estos cambios le agradaron al gobierno estadounidense quien reconoció al gobierno liberal y puso a las órdenes de Juárez grandes recursos materiales y económicos facilitando su triunfo en contra de los conservadores.

A principios de l861 con la derrota del General Miramón, los liberales pudieron volver a es-tablecerse en la Ciudad de México. Aunque los conservadores siguieron con guerra de guer-rillas esperanzados de que con la ayuda de algún país europeo podrían instaurar un gobierno monárquico, pues ellos creían que el país no estaba preparado para gobernarse asimismo. Juárez se declaró presidente interino en la Ciudad de México y estableció una nueva Con-stitución y cada estado redactó su constitución concordando con la constitución nacional.85

Depresión económica en

el siglo XIX


Situación actual


Además de un estado social caótico y explosivo, el gobierno juarista había heredado una economía en bancarrota e inactiva. La infraestructura caída parecía estar sin remedio. Desde la guerra de Independencia, la minería, la agricultura y la industria habían sufrido grandes pérdidas. Con la excepción del sector de mercado existente en la capital y otras cuantas ci-udades grandes, la gran mayoría del país se mantiene con una economía de subsistencia86. Desafortunadamente, los conflictos constantes militares de México solían ocurrir en las re-giones con mayor producción agrícola y minera87, siempre tratando de dañar los recursos del enemigo y empobreciendo a la nación al final.

Pérdidas agrícolas

Sin dinero para mejoramientos de cultivo e irrigación, con climas extremos de calor en las costas y frío en las montañas, y lluvia insuficiente o destructora, sólo el 13% del territorio mexicano se mantiene como tierra agrícola88. Con la destrucción y despoblación de centros urbanos, cultivos de pueblos indígenas perdieron su lugar en el mercado, tierras de pequeños propietarios fueron víctimas de actos de vandalismo, y hasta los grandes hacendados cayeron en bancarrota89. Consiguientemente muchos terrenos anteriormente agrícolas y sus sistemas de riego cayeron en desuso90. Mulas criadas para el transporte de estos bienes se redujeron en millones antes de la guerra emancipadora a mediados del siglo XIX, haciendo aún más cara la exportación de productos agrícolas en cantidades grandes que valieran la pena el costo91.

Minas abandonadas

Desde su época colonial y hasta después de ganar su independencia, la plata era la export-ación principal de México92. Sin embargo, los ingresos producidos para el gobierno mexica-no llegaron a bajar a 11 millones de pesos en promedio en los años después de la Indepen-dencia, en comparación a los 25 millones de pesos recaudados en los últimos años de Nueva España, aunque el precio de la plata se mantenía relativamente estable93. El problema más bien estaba en que mucha maquinaria minera fue destruida durante la guerra, o por caer en desuso se fue deteriorando94. Muchas minas con pozos y túneles profundos fueron también inundadas95. Los mineros también usaban un proceso para separar la plata que necesitaba mercurio. España, donde se encontraba una de las fuentes más importantes de mercurio y que antes se lo vendía a sus colonias al precio, paró de proveerlo a México durante épocas de relaciones diplomáticas interrumpidas96. En el mercado su escasez lo hacía de por sí muy caro, y por eso, desde ese entonces, subió bastante el precio de la producción de la plata97. Ganancias de las minas en producción tuvieron que ser usadas para pagar deudas externas antes de poder ser reinvertidas98. Aunque grupos accionistas mineros si lograron atraer in-versiones significativas inglesas para financiar parte de la recuperación de sus minas de plata, no pudieron evitar la bancarrota unas décadas después99.

XXI20 | Gabinete Ejecutivo: Boletín XXI20 | Comité Histórico: Boletín

Vías de transporte e inseguridad ubicua

Caminos coloniales se volvieron peligrosos con la falta de sistema de seguridad y la abun-dancia de bandidos, incluyendo a muchos ex soldados sin trabajo100. Para evitar sufrir la misma fortuna que las mulas y vagones llevando plata a la Casa de Moneda de México las cuales fueron frecuentemente asaltadas, los españoles y la clase alta mandaban su dinero al extranjero o lo iban escondiendo101. Transporte y rutas de comunicación también se encon-traban con dificultades debido a las regiones de sierra, desfiladeros, cañones, tierras volcáni-cas, y ríos innavegables que caracterizan a la geografía de México102. También se necesitaba mucho apoyo financiero para mantener las rutas de comunicación tras desastres naturales inevitables, incluyendo a los terremotos, erupciones volcánicas e inundaciones relativamente comunes en muchas regiones103.

Pérdida de inversiones

Antes de su emancipación, el sistema financiero de Nueva España dependía de préstamos particulares y de la Iglesia, pero después de la debilitación de la Iglesia y pérdida de confianza en el gobierno, a lo único que se le tenía confianza era a la inversión extranjera104. Tras el abandono de haciendas habían entrado unas cuantas inversiones europeas, pero estas fueron nuevamente abandonadas debido a pérdidas continuas105.

Redes comerciales interrumpidas

Por pedir su independencia, México tuvo que sacrificar sus redes internacionales de comer-cio proveídas por el Imperio español, del cual llegaban hasta partes de Canadá, Alaska, Cuba, las Filipinas, Puerto Rico, la Florida, tierras al este del Río Mississippi, y Alabama106. Incapac-itados de obtener materias primas para las empresas industriales, como la producción textil, y teniendo que encontrar sus propios clientes para los productos terminados107, la industria de México sigue sufriendo y en aprietos.La moneda mexicana

Cuando México se independizó, el primer gobierno republicano implementó monedas de

Imagen 12: La minería era uno de los sectores productivos más importantes de México.


oro y de plata con denominaciones de escudos y reales, como la monedas españoles de la época, pero con diseños diferentes108. Existían también monedas de cobro en circulación que tuvieron que ser acuñadas por necesidad durante la guerra las cuales podían ser intercambia-das por el valor indicado en la moneda109. Billetes bancarios habían sido introducidos durante el imperio de Agustín de Iturbide otra vez en 1823 pero no lograron obtener la confianza de la gente110. El Presidente Ignacio Comonfort intentó cambiar por decreto el sistema mone-tario al sistema decimal, cambio otra vez ratificado por el Presidente Benito Juárez en 1861, pero por la situación inestable política la nueva moneda no se ha logrado acuñar111.

Reemplazando los partidos federalistas y centralistas que dominaban la política mexicana hasta la guerra con los Estados Unidos, se formaron los partidos liberales y conservadores alrededor de 1849112. El partido conservador, encabezado por Lucas Alamán, advertía que no se podían sacrificar “los valores, las tradiciones y las costumbres que con los siglos habían lle-gado a formar el carácter del país.113” Creían que la separación de la Iglesia, siendo un aspecto cultural que unía a la mayoría de los mexicanos de toda clase social, de la vida pública era un cambio tan drástico que el progreso sería imposible, y que el Estado servía para endorsar las reglas sociales cristianas114. Para ellos, las clases sociales eran tan naturales como inevitables, y deberían ser respetadas como tal sin tomar ventaja de los menos favorecidos por herencia, talento y capacidades, y por el bien común deberían de tomar cargo las personas de clase superior con un sistema de gobierno oligárquico y centralizado115.

En nombre de la modernización y el progreso, los liberales eran el partido de la secularización y la democracia. Promovían la igualdad del hombre en la ley y la necesidad de participación de todas clases sociales en la formación del gobierno116. Usando el ejemplo de Estados Uni-dos, advocaban el capitalismo y la desaparición de monopolios, que requería la transferencia de “bienes de manos muertas” (estatus de propiedades de la Iglesia fuera del comercio) a manos privadas117. Adoptaron muchas de las plataformas políticas del partido federalista anterior, por ejemplo, la autonomía de cada estado con respecto a asuntos internos, debido a la variedad de necesidades de cada región118. Aunque muchos de ellos eran católicos y por igual respetaban creencias eclesiásticas, creían que la separación de la Iglesia y Estado era el cambio esencial para la modernización119.

Relación con los Estados Unidos

En los 1830s y 40s en los Estados Unidos, la creencia en la doctrina del “destino manifies-to,” la cuál decía que la expansión de los Estados Unidos era inevitable y justificada por la necesidad de democratizar y liberar a toda nación americana, tomó fuerza a lo largo del país. Surgía de una época intensamente nacionalista, donde el país había ganado mucho territorio en el oeste debido a acuerdos con Gran Bretaña sobre fronteras, pioneros mudándose a las nuevas fronteras del oeste, la anexión de Texas, y el Tratado de Guadalupe Hidalgo, entre otros eventos. Al principio del siglo XIX, también hubo un gran movimiento evangélico que causó una enorme cantidad de conversiones al protestantismo en Estados Unidos. Muchos pastores predicaban que era el deber de los norteamericanos protestantes de difundir sus principios democráticos y cristianos a través del Nuevo Mundo. El gobierno de los Estados Unidos también buscaba obtener terrenos, puertos y recursos naturales de territorios ady-acentes para mejorar su economía120.

Esta actitud ya existía cuando el Presidente estadounidense James Monroe promulgó la Doc-trina Monroe en 1823, en la que advertía que los Estados Unidos no toleraría la intervención de cualquier poder europeo en los asuntos del hemisferio americano ni la colonización de América por parte de Europa, y por lo tanto Estados Unidos tampoco se involucraría en los asuntos políticos europeos. Esta doctrina fue declarada sin consejo alguno de los otros países americanos, quienes en estos años acababan o estaban en el proceso de ganar sus in-

Liberales yConservadores

Actoresinternaciona-

les


dependencias, mayormente del imperio español, ni tampoco fue afirmado por ningún poder europeo. Los Estados Unidos pretendió que podría usar su fuerza militar y económica para poder hacer cumplir con esta declaración, y como resultado fue usada para justificar su in-tervención unilateral en Latinoamérica121. Cuando el Presidente John Tyler usó la Doctrina para justificar la anexión de Texas en 1842, los países latinoamericanos perdieron confianza en los intereses estadounidenses122. Sin embargo, esta doctrina ayudó a los nuevos países lati-noamericanos a establecer su soberanía y evitar ser reapropiados por los poderes imperiales de Francia, Gran Bretaña, Rusia, y España123.

Durante la Guerra de la Reforma, varios factores hicieron que los Estados Unidos se alineara y reconociera al gobierno liberal de Juárez. Un factor principal fue el interés de Estados Uni-dos en obtener ventajas en comercio124. Después de negociaciones falladas con el gobierno conservador mexicano de Miramón, quien no quiso por ninguna manera acceder la venta de Baja California ni de vías de tránsito, los Estados Unidos dirigieron su enfoque al gobierno liberal de Juárez, mandando al nuevo embajador estadounidense Robert McLane a abrir negociaciones con el Ministro Extranjero liberal Melchor Ocampo125. En este entonces, los norteamericanos también habían recibido informaciones de que el gobierno conservador de Miramón estaba siendo apoyado (o por lo menos, reconocido) por Francia y Gran Bretaña, actualidad que violaba la Doctrina Monroe126. El gobierno conservador también ya había firmado el Tratado Mon-Almonte con España, reestableciendo relaciones con España y pi-diendo un préstamo que sería pagado después del triunfo de los conservadores127.

Cuando McLane notó la posibilidad de trabajar con Ocampo en conseguir vías de tránsito y posesión de Baja California, de inmediato obtuvo permiso para reconocer oficialmente al gobierno liberal de Juárez128. En 1859, McLane y Ocampo firmaron el “Tratado de Tránsito y Comercio entre la República Mexicana y los Estados Unidos de América,” también cono-cido como el “Tratado McLane-Ocampo.” Este acuerdo le vendía a Estados Unidos por la cantidad de cuatro millones de dólares el derecho de tránsito por tiempo indeterminado por el Istmo de Tehuantepec, el uso de los puertos al este y oeste del Istmo, y tránsito por el norte de México desde Camargo hasta Mazatlán y desde Nogales hasta Guaymas. El gobierno mexicano endorsaría estos acuerdos con su fuerza militar y construiría almacenamientos en los puertos del istmo. También se esperaba que los países se ayudaran en mantener la seguri-dad y orden en estas rutas de tránsito si eso fuese pedido por el gobierno legítimo de la otra nación129. Aunque este tratado nunca fue ratificado por el Senado de los Estados Unidos, por consecuencia confirmó el reconocimiento estadounidense del gobierno liberal de Juárez como el legítimo de México130. Otro factor también fue que las tradiciones de tolerancia en religión y secularismo de los Estados Unidos se alineaban con las reformas en respecto a relaciones de Estado e Iglesia del gobierno liberal131.

Aunque el gobierno de Juárez ha podido contar con apoyo estadounidense en años recientes, los Estados Unidos se encuentra desde comienzos del año de 1861 al principio de su propia guerra civil. Las diferencias entre el sur de Estados Unidos, donde la economía se basaba en plantaciones de productos agrícolas como el algodón, y el norte del país, donde existía una sociedad industrial, habían dividido a la nación norteamericana132. Los estados del norte también no estaban de acuerdo con la explotación general de personas de sangre africana por los estados del sur133, cuyas plantaciones dependían de la labor de sus esclavos. Por lo tanto, el gobierno federal de Estados Unidos, liderados por el Presidente Abraham Lincoln desde el Norte, está presentemente muy involucrado en asuntos domésticos y suspende completa-mente sus aspiraciones imperialistas para enfocarse en preservar la unión de los estados de su país. Sin embargo, tiene la preocupación de que los confederados del sur logren adquirir la ayuda de potencias europeas aristocráticas, especialmente Francia y Gran Bretaña, a quien les favorecía la división del país norteamericano134. Lincoln tendrá que usar mucha precaución para no enfadar a países extranjeros. Por lo tanto, tendrá que encontrar otra fuente de materia


prima para sus fábricas, y para los confederados será importante encontrar vías alternativas de comercio y transporte de bienes.

Intereses europeos (Gran Bretaña, Francia, y España)

Con el exilio de Napoleón I y después de que Gran Bretaña, Rusia, Prusia, Austria y Fran-cia convocaron el Congreso de Viena para la reorganización fronteriza de Europa lo que ayudaría a prevenir el imperialismo y promover el balance de poder entre países europeos, la revolución industrial y revoluciones políticas liberales o nacionalistas empezaron a contagiar a los gobiernos europeos aristocráticos135. En Francia, la dinastía borbónica fue derrocada y en su lugar se estableció la Segunda República Francesa. La nueva constitución autorizó el sufragio masculino universal. Así fue que los campesinos mayormente conservadores vo-taron en 1848 por el sobrino de Napoleón I, Louis-Napoleón, para presidente de la nueva república francesa. Louis-Napoleón era un hombre quien había sido exiliado varias veces y soñaba con convertir a Francia en el estado que fue durante el imperio de Napoleón I136. Antes de que se acabara su primer término como presidente, y apoyado por su popularidad, Louis-Napoleón se declaró dictador de Francia en 1851. En 1852, se declaró emperador del nuevamente formado Segundo Imperio Francés y se nombró Napoleón III. No obstante, se ocupó mucho en mantener su popularidad y el apoyo de cada clase social restaurando la grandeza y reputación francesa herida por el Congreso de Viena. En 1854, Francia se alió con Gran Bretaña para prevenir la expansión de Rusia en la Guerra de Crimea. La victoria aseguró una alianza valiosa entre Gran Bretaña y Francia que hizo surgir la influencia fran-cesa137.

Después de estas victorias iniciales, Napoleón III se enfocó en su próxima meta: influencia global. En este entonces, México se encontraba con una deuda externa de 2.860.762 pesos con Francia; 9.480.986 pesos con España; y 69.994.542 pesos con Inglaterra138. Estas deudas tenían múltiples fuentes, empezando con la deuda adquirida por el Virreinato Español a la Corona Española, reconocida por el Emperador mexicano Agustín de Iturbide a cambio de reconocimiento externo oficial, y aumentado por múltiples gobiernos ineficientes y gasta-dores, préstamos recurrentes en años de desesperación, pagos de intereses suspendidos, y préstamos del gobierno conservador durante la Guerra de la Reforma139. Además se hizo obvia la inestabilidad de México tras varios golpes de estado y guerra civil constante en el país. Pronto vendría también el pretexto decisivo de Napoleón III por extender su imperio

Imagen 13: Europa en el Siglo XIX estaba experimentando con la industri-alización y buscando mercados para materias primarias.


al continente americano.

Las relaciones diplomáticas entre España y México tampoco se miran amigables. En 1856, varios españoles de las haciendas del español Pío Bermejillo fueron víctimas de asesinato, y el presidente interino anterior Juan Álvarez fue sugerido culpable. Este evento deshizo relaciones diplomáticas entre España y México, y especialmente con el gobierno liberal140. Durante la Guerra de Reforma, el gobierno conservador, tras los esfuerzos de su represen-tante en Francia Juan Almonte y el embajador español en Francia Alejandro Mon usó esto para negociar el Tratado de Almonte-Mon, donde México se compromete a castigar a los responsables de esta tragedia y reconocer deudas externas retrasadas a cambio de recono-cimiento, relación diplomática y apoyo financiero de parte de España141. Aunque fue rat-ificado por los dos países este tratado nunca entró en vigor142. Aumentando la decepción del gobierno español por el triunfo del partido liberal, el embajador español recientemente apuntado por el gobierno conservador fue expulsado debido a su constante apoyo para este partido opuesto143. La administración de Juárez intentó reiniciar relaciones favorables con España con poco éxito144.

Finalmente, la decisión del Presidente Juárez de suspender pagos de la deuda externa por dos años, aprobada por el Congreso Constituyente en 1861, dañó definitivamente las relaciones diplomáticas entre México y sus acreedores principales europeos (Francia, España e Inglater-ra)145. El gobierno de Juárez se vio obligado a tomar la única opción para salvar la economía fracasada y en bancarrota y no quiso dar la impresión que negaban esta deuda, pero los daños resultantes a las relaciones diplomáticas con estos países fueron inevitables146.

En octubre de 1861, Francia, España e Inglaterra firmaron el Tratado de Londres, en el que se comprometían a mandar fuerzas militares marinas y terrestres para recaudar sus deudas respectivas poniéndose de acuerdo para actuar en conjunto. Sin embargo, cada país esconde motivos adicionales; Inglaterra busca expandir su imperio en América, aprovechándose de mercados y recursos nuevos o dominios vulnerables. A España, sin colonias y necesitada de desarrollo industrial, le favorece la existencia de un gobierno conservador en México que fuera amigable a su intervención. Y para Francia, la posibilidad de colonizar ricas regiones mineras en territorio mexicano, establecer una monarquía y prevenir la expansión estadoun-idense le parecen irresistibles para Napoleón III147.

En diciembre de 1861, la armada española aterriza en el puerto de Veracruz. Los otros dos aliados vienen en camino.


Discusión de bloques


El siguiente análisis servirá para presentar los actores y grupos principales de este comité, y para llamar atención a ciertas consideraciones importantes. Al leer esto, cada delegado de-berá pensar en cuales bloques cae su personaje, y cuales alianzas y enemigos se podrían for-mar con el tiempo. No obstante hay otros factores y grupos importantes en los que deberá pensar cada delegado no incluidos en esta porción del boletín.

Como ha sido insinuado en el resto de este boletín, la Iglesia Católica será uno de los actores más importantes de la crisis. Aunque hay muchos políticos que están en contra del poder que ha podido amasar esta institución, la realidad es que la Iglesia sigue teniendo poder psicológi-co y espiritual muy fuerte sobre la población mexicana. La amenaza de excomunión suele ser un castigo muy convincente para una gente piadosa, que prefiere en muchos casos estar en falta con la ley humana que con la ley divina. El intento de transición a la vida pública laica lleva entonces consecuencias severas, una de ellas siendo ganarse al Papa de enemigo y per-der el soporte de la gente, fortaleciendo al mismo tiempo los lazos de relación entre los dos. Sin embargo, la separación de Iglesia y estado también lleva muchos beneficios para un gobi-erno joven: el gobierno liberaría el plazo para establecerse como la autoridad suprema en el país, la libertad de cultos permitiría la modernización por medio de la libertad como visto en los países más avanzados, y el país gozaría de más autonomía en asuntos internos, ya que una Iglesia con sede en el otro lado del mundo (el Vaticano) no podría dirigir los asuntos políticos de México. Adicionalmente, en transferir propiedades y bienes de la Iglesia a manos privadas, se puede generar el movimiento de mucho dinero y agregarle fondos muy necesitados a las cuentas del gobierno para poder arrancar la economía que es en gran parte responsable de la crisis inminente. En fin, los argumentos no tienen tanto que ver con el bien o mal de la institución; en realidad, la Iglesia ha sido una de las únicas instituciones que le ha podido dar un punto de estabilidad a la economía y fuente de recursos en los peores tiempos a la gente; delegados deberán examinar cual debería ser la relación entre estado e Iglesia relacionado a motivaciones políticas y económicas.

Relaciones con los Estados Unidos también deberán de ser hechas con mucho cuidado. En la historia reciente, aunque los Estados Unidos si ofreció ayudar a los liberales en la Guerra de Reforma, ha habido muchos eventos que han fomentado desconfianza entre los vecinos norteamericanos, como la anexación de Texas, periódicos racistas contra los mexicanos, y la Guerra del ’47. A pesar de esto, la permanencia de la ideología liberal también sería favorable a los Estados Unidos, cuyas leyes y constitución han sido modelos primarios para la for-mación del partido liberal en México. Sin embargo, los Estados Unidos y parte de la ideología liberal estadounidense también se encuentra en guerra civil, que podría hacer que la esper-anza de apoyo del norte sea inútil. Esto viene siendo porque el Presidente Lincoln, sabiendo que la crisis de México es una que ha creado relaciones difíciles entre ese país y otros países europeos, más probable no querrá incitar a cualquier país europeo de unirse a la causa de los estados del Sur contra los que está combatiendo. Al mismo tiempo, los líderes de los estados del Sur estadounidense reconocen que México está en contra de una de las instituciones por la que están peleando ellos mismos – la esclavitud – aunque les hacen mucha falta rutas de transporte y comercio que les podría ofrecer una alianza con México.

En lo que concierne a los poderes europeos, la mayoría parece estar más bien interesada

Consid-eraciones

importantes

Bloques de interés


en ventajas de comercio que les podría ofrecer México que en conquista, con la excepción de Francia, que ha demostrado ambiciones imperialistas en el extranjero. Aunque México les podría ofrecer estas ventajas en sus mercados en cambio por ayuda si la crisis resulta en conflicto directo, la novedad y volatilidad que han caracterizado a la situación política y económica desde su independencia podrían ahuyentar a motivos de inversión en ese país. Sin embargo, a los conservadores si les conviene más aliarse con fuerzas francesas para establecer la forma monárquica de gobierno que han querido desde el reinado de Agustín de Iturbide. Como la gente ya ha perdido mucho la confianza en el gobierno mexicano, a lo mejor podrán creer en un gobierno extranjero con experiencia y resultados grandiosos y hasta democráticos como el francés.

Cuando se presente la posibilidad de aliarse con otra potencia mundial, que sea europea o norteamericana, delegados de los partidos conservadores y liberales deberán de pensar en lo que eso significa para la idea de la soberanía mexicana. Quizás los conservadores consigan el apoyo político y militar francés, y los liberales el apoyo norteamericano para combatir a las fuerzas suplementarias francesas. En este caso, los dos lados serán responsables por dis-minuir la imagen de México como país autónomo, por lo que han peleado y sufrido muchos compatriotas en la historia corta de México.

El comité está dividido por facciones de diferentes ideologías e intereses políticos. Sin em-bargo, la historia reciente del país y sus líderes han sido prueba de que no es nada inusual cambiar de repente de ideología. Muchos políticos se encuentran formando alianzas con los que parecen ser los próximos victoriosos, o encabezando sus propios movimientos organi-zados, muchas veces sin tener en cuenta sus alianzas pasadas. No obstante, estos cambios radicales de opinión llevan el peligro de perder el respeto de la gente y de otros miembros de grupos ideológicos.

Entre los grupos ideológicos establecidos se encuentran principalmente los conservadores y los liberales. Los dos están compuestos mayormente de criollos, con algunos mestizos.148 Aunque el director de este comité sea el líder de las fuerzas liberales, la carga del comité será encontrar la mejor manera de servirle al pueblo mexicano. Como cuerpo democrático,

Imagen 14: La Constitución de 1857 y las Leyes de la Reforma fueron escritas de acuerdo con la ideología liberal.


cada delegado tiene el derecho de no estar de acuerdo con Benito Juárez (tal como los otros miembros del comité). De hecho, después de la Guerra de la Reforma, queda mucho resen-timiento anti-juarista en el Congreso Constituyente149.

En términos de las soluciones propuestas por cada facción, los conservadores, quienes creen que las leyes y partes de la Constitución que imponen el estado laico y disminuyen los po-deres de la Iglesia y el ejército van contra la estabilidad de la sociedad mexicana, estarían más satisfechos con reformar las leyes para no interrumpir las tradiciones y la cultura que han sido imbuidas en la sociedad por estas instituciones, promoviendo que estos aspectos comunes más obvios e importantes para las comunidades frágiles del día. Esta ideología nat-uralmente hace más fácil que estas instituciones apoyen a los conservadores, y que, en caso de conflicto, proveen recursos financieros, materiales y humanos. En otras palabras, los con-servadores cuentan con el apoyo de una de las instituciones más ricas, poderosas, e insultadas que se encuentran en el país, y con la fuerza de un ejército organizado.

Además, como los conservadores no se encuentran en poder al momento, y consideran-do que Benito Juárez firmemente tiene la intención de hacer cumplir las provisiones de la Constitución de 1857, las leyes prerreformistas, y las Leyes de Reforma, estos tendrán que encontrar una manera rápida de desviarlo. Esto quedará quizás en convencer a la gente que regresar a un sistema monárquico comparativamente próspero como los de la época colonial sería la mejor opción, o que el gobierno mexicano ha sido tan inestable que se requiere ayuda extranjera para poder organizarse. Generalmente tampoco están de acuerdo con poderes distintos y fuertes de los estados ni con la forma republicana de gobierno.

Del otro lado, los liberales están a favor de la modernización, y, usando ejemplos como la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y el Ciudadano desde la Revolución Francesa, por la igualdad entre todo ciudadano. Aunque algunos de ellos son católicos, pi-ensan que separar los asuntos de la Iglesia y el estado es esencial no sólo para promover igualdad y controlar el poder de una institución que había estado legada con los abusos de la Corona, pero también para poder estimular la economía con transferir propiedades a manos privadas, ofrecer la libertad de cultos, y establecer el poder del gobierno sin la influencia de la Iglesia. Desean una forma de gobierno federal, donde los estados comparten el poder con el gobierno nacional y hasta tienen el derecho de manejar sus asuntos internos; con democracia y un congreso representativo de la voluntad de la gente, donde ciudadanos podrían transmitir sus voces tras representantes por los que han votado; y sin la amenaza de líderes autocráticos y dictadores que abusen fácilmente de su poder. Los liberales más radicales también creen que la fuerza militar para poder instaurar los principios de tal sistema está justificada, aunque el impacto inicial de un cambio social tan grande solicite inconformidad entre partes de la población. Ellos creen que la ley debe de ser obedecida al pie de la letra, y cualquier cambio a la Constitución o reforma siguiente no podrá por ningún motivo contradecir a las leyes previas.

Sin embargo, algunos liberales más moderados quienes creen, como el presidente anterior Comonfort, que la voluntad de la gente es más valiosa que el texto de la Constitución, y esta Constitución, como sus antecedentes, parece todavía no haberse ganado el apoyo de la gente mexicana. Si no es así, fallan en apoyar el aspecto más esencial de la Constitución: la forma de gobierno en sí, siendo una república representativa, democrática, y federal. Para estos delegados, queda la opción de tratar de reformar la Constitución usando los mecanismos dictados en sí misma y con eso enseñar que el gobierno respeta la validad de los documentos que ha promulgado; o, como la Constitución todavía es nueva y realmente no existe ninguna tradición fija de respetar sus estatutos, este podría ser el tiempo más oportuno para empezar de nuevo con otra Constitución que no provoque el distanciamiento de tantas personas. Para ellos, la situación actual sirve de evidencia que aunque el gobierno ha de respetar a las leyes


y a la Constitución, esta Constitución en particular no ha podido pasar la prueba inicial de permanencia para sostener a un gobierno, y no se puede esperar que dure así por el resto de la historia de México, mucho menos que cree una tradición política estable y próspera. Los delegados deberán leer la Constitución críticamente, buscando cuales partes han sido exito-sas y cuáles podrían ser reemplazadas.


Declaraciones de posición


Durante todas las sesiones de este comité, los delegados deberán de adoptar las creencias y perspectiva del miembro de comité que se les haya asignado, aunque el mismo esté en contra de sus creencias y perspectivas personales. Esto es una parte muy importante de la experi-encia que esta conferencia trata de crear: poder ver al mundo con ojos diferentes y entender situaciones históricas con más sensibilidad a las condiciones de aquel tiempo. Será entonces muy importante poder reconocer y utilizar de la forma más creativa y efectiva las motiva-ciones y poderes del personaje para crear soluciones a las crisis que se le presenten, teniendo siempre en cuenta la meta general para la sesión.

Al escribir este papel, es muy importante procurar no solamente reiterar la información que se encuentra en este boletín, sino también incluir un análisis profundo de la posición del per-sonaje usando sus experiencias, conocimientos, poderes, afiliaciones, y lealtades. Por ejemplo, cada delegado deberá pensar críticamente en las siguientes preguntas: ¿Al final de esta sesión, cuál sería la situación más conveniente para mi personaje y su partido? ¿Qué ha hecho mi personaje hasta este punto de la historia para distinguirlo de los otros miembros del comité? ¿Cuáles son las instituciones y relaciones cerca de las que está mi personaje en mejor posición para mejorarlas, refinarlas, o construirlas de nuevo? ¿Cuáles son los valores políticos menos negociables personales y de mi partido? ¿Cuáles son los otros miembros de este comité con los que podría formar alianzas, y hasta qué punto es que estoy de acuerdo con sus políticas? ¿Hasta qué punto estoy de acuerdo con la política de Benito Juárez? ¿Cuáles son los puntos de ventaja que podría usar para convencer a los otros delegados de mis planes y soluciones?

Por supuesto, se recomienda ir más allá del alcance de estas preguntas en el documento de posición en la medida que el delegado considere necesario para estar preparado.


Recomendaciones de investigación


Tras varias décadas de independencia, la joven nación de México no ha podida encontrar la estabilidad política ni social por la que se han sacrificado miles de compatriotas. Entre cada crisis han surgido varios partidos y líderes políticos que han ofrecido soluciones diferentes, las cuales han fallado en gran parte. En esta época donde el mundo está evaluando la posib-ilidad de una sociedad latinoamericana autónoma, México tiene que encontrar la manera de demostrar que la soberanía a manos mexicanas es posible, sin darles oportunidad a poderes europeos y/o estadounidenses de aprovecharse de la situación.

En este plazo de tiempo formativo, también son sumamente importantes las tradiciones políticas y sociales que van dejando los líderes de la nación. ¿Cuáles serán los valores políticos establecidos por las acciones de este comité: gobierno grande o pequeño, libertad de cultos o comunidad por medio de religión obligatoria, o autonomía o soberanía compartidas con poderes extranjeros? ¿Lograrán crear un medio ambiente de seguridad en sus tierras, ganarse la confianza de su gente y respeto internacional, y sentar las bases para una economía estable y una tradición política continua y fuerte? Si este gobierno no logra funcionar, podría ser la gota que colma el vaso. Cualesquiera que sean las decisiones que decidan tomar, el cargo de este comité es últimamente no dejar que los esfuerzos de sus ancestros se hayan hecho en vano.

Si aún les queda alguna duda en cómo abordar este reto, por favor no tengan ningún per-juicio en ponerse en contacto conmigo. Estaré disponible por e-mail en la dirección [email protected]. Para material suplementario, les recomiendo el libro La otra his-toria de México: Juárez y Maximiliano por Armando Fuentes Aguirre, que describe en forma de novela la humanidad de los líderes de esta época y de sus actos. La Universidad Nacional Autónoma de México también tiene mucha información sobre las constituciones de México, en su sitio de internet “Museo de las Constituciones.” Una recomendación general sería de buscar cinematografía sobre el período de reforma para entender mejor las condiciones de la época. Los recursos disponibles sobre este evento, uno de los más conocidos de la historia mexicana, parecen inagotables, y la preparación e información son unas de las características más importantes de un buen delegado.


Reglas especiales de procedimiento


Al comienzo de cada sesión, los delegados deberán cantar la primera parte del nuevo himno nacional. Falta de memorización puede hacer que delegados queden bajo sospecha.

Himno nacional (parte del coro) por Francisco González Bocanegra de San Luis Potosí:

“Mexicanos, al grito de Guerrael acero aprestad y el bridón,

y retiemble en sus centros la tierra al sonoro rugir del cañón.”

Sin embargo, como este himno fue dado a conocer durante el gobierno de Antonio López de Santa Anna, quien no es muy popular con este gobierno, cualquier delegado tiene el derecho, al comienzo de cada sesión, de proponer su propio himno para inaugurar la sesión. Cada sesión comenzará presentado nuevas propuestas. El mejor himno se escogerá por votación mayoritaria.

Imagen 15: El Himno Nacional mexicano original.


Glosario


Castas (sistema de): Un grupo social estático y de base genética, a los que se pertenece debi-do a la condición hereditaria o de nacimiento de cada individuo, con el fin de establecer dis-criminaciones en el status de las personas, sobre las cuales reside un determinado orden de estratificación social (http://www.ideal.es/jaen/v/20120616/jaen/castas-20120616.html)

Caudillismo: Sistema de gobierno autoritario de honda tradición en América Latina que aparece, generalmente, en momentos de crisis (Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L)

Culto: Devoción que se siente por algo o alguien y que en muchas ocasiones puede desembo-car en el recurrente homenaje que se puede practicar en su nombre (Definición ABC: http://www.definicionabc.com/social/culto.php#ixzz3FUSGFbj9)Libertad de cultos: Un derecho que reconoce la libertad que ostentan los seres humanos de poder decidir libremente, sin que nadie se los imponga, la religión que quieren creer y practicar, o de decidir de no creer en nada, por ejemplo (Definición ABC: http://www.defi-nicionabc.com/social/culto.php#ixzz3FUSOcXEV)

Encomienda (sistema de): Institución por la que, durante la colonización española de Améri-ca, se concedía a una persona el beneficio de los trabajos de un grupo de indígenas a cambio de adoctrinarlos en la fe cristiana y protegerlos (Diccionario Manual de la Lengua Española Vox. © 2007 Larousse Editorial, S.L.)

Golpe de estado: Una acción violenta llevada a cabo por fuerzas militares o rebeldes que busca quedarse con el gobierno de un Estado y, de esta manera, supone la sustitución de las autoridades existentes y el cambio de mando de las instituciones estatales por imposición (http://definicion.de/golpe-de-estado/#ixzz3FTY7XWbo)

Hacienda: Finca que está dedicada a la agricultura (Diccionario Manual de la Lengua Españo-la Vox. © 2007 Larousse Editorial, S.L.)

Laico: Independiente de cualquier organización o confesión religiosa (Diccionario de la Real Academia Española)

Latifundio: Propiedad agraria de gran extensión que pertenece a una sola persona y que se caracteriza por la mala explotación de sus recursos (Diccionario Manual de la Lengua Es-pañola Vox. © 2007 Larousse Editorial, S.L.)

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