Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

download Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

of 244

Transcript of Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    1/244

    SEGUNDA EDICIn (2.0)

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    2/244

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    3/244

    BAJAR DE LA CRUZ A LOS POBRES:Cristologa de la Liberacin

    ComisinTeolgica Internacionalde la

    ASOCIACIN ECUMNICA DE TELOGOS/AS DEL TERCER MUNDO

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    4/244

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    5/244

    BAJAR DE LA CRUZ A LOS POBRESCristologa de la Liberacin

    Jos Mara VIGIL (organizador)Comisin Teolgica Internacional

    de laAsociacin Ecumnica de Telogos/as del Tercer Mundo

    ASETT / EATWOT

    Segunda edicin(Versin 2.01)

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    6/244

    Primera edicin digital en castellano (versin 1.0): 15 de abril de 2007Segunda edicin digital en castellano (versin 2.0): 1 de mayo de 2007

    ISBN - 978-9962-00-209-3Jos Mara VIGIL (organizador),Comisin Teolgica Internacional de laASETT, Asociacin Ecumnica de Telogos/as del Tercer Mundo(EATWOT, Ecumenical Association of Third World Theologians).

    Prlogo de Leonardo BOFFEplogo de Jon SOBRINOPortada y pster de Maximino CEREZO BARREDO

    Este libro digital pertenece a la Comisin Teolgica Internacional de laASETT-EATWOT, que lo pone a disposicin pblica gratuitamente, y da

    permiso y recomienda compartirlo, imprimirlo y difundirlo no lucrativamen-te.Este libro ha sido realizado en dos formatos: uno pensado para ser ledo enpantalla, que puede tambin ser impreso en baja resolucin; y otro con reso-lucin superior, para imprenta profesional (por impresin digital o inclusooffset). Ambos archivos estn disponibles en:http://www.eatwot.org/TheologicalCommissiono tambin

    http://www.servicioskoinonia.org/LibrosDigitales

    Un pster de 45 x 65 cm con el dibujo de la portada de este libro puede serrecogido tambin all. Tambin en portugus, ingls e italiano.

    Un servicio de laComisin Teolgica Internacional de la ASETT, AsociacinEcumnica de Telogos/as del Tercer Mundo

    (EATWOT, Ecumenical Association of Third World Theologians).

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    7/244

    NDICE

    Prlogo, Bajar de la cruz a los pobres, Leonardo BOFF . . . . . . . . . . . . 1 1

    Presentacin, Jos Mara VIGIL. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 3

    Presentacin de la segunda edicin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 6

    Preguntas a la CDF. Siguiendo la Notificacin sobre Jon Sobrino.Tissa BALASURIYA, Colombo, Sri Lanka. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17

    Jess de Nazaret, Orix de la Compasin.Marcelo BARROS, Gois, Brasil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

    Cristologa a partir del Nazareno.Leonardo BOFF, Petrpolis, Brasil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29

    Primaca de los pobres en la misin de Jess y de la Iglesia.Tefilo CABESTRERO, Guatemala, Guatemala . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35

    Jess, los pobres y la teologa.Oscar CAMPANA, Buenos Aires, Argentina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43

    Los pobres, la Iglesia y la Teologa.Vctor CODINA, Santa Cruz, Bolivia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53

    Reflexiones sobre la Notificacin enviada a Sobrino.Jos COMBLIN, Joo Pessoa, Brasil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    8/244

    Cristologa y espiritualidad que nos nutren.CONFER de Nicaragua, Managua . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69

    El Jess de la Historia y los Cristos de la fe y la esperanzaLee CORMIE, Toronto, Canad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73

    Anlisis de la Notificatio desde una mirada bblica.Eduardo DE LA SERNA, Quilmes, Argentina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83

    Jesucristo como chakana. Cristologa andina de la Liberacin.

    Jos ESTERMANN, La Paz, Bolivia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93Jesucristo Liberador: Cristologa en Amrica Latina y el Caribe.

    Benedicto FERRARO, Campinas SP, Brasil. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103

    Visin global de Jesucristo y reflexiones sobre el uso de la Biblia.Eduardo FRADES, Caracas, Venezuela . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113

    La apostolicidad de la opcin por los pobres.Luis Arturo GARCA DVALOS, Mxico DF, Mxico.. . . . . . . . . . . . . 121

    Cristologias plurais.Ivone GEBARA, Camaragibe, Pernambuco, Brasil. . . . . . . . . . . . . . . . . . 129

    Los Evangelios y las frmulas de los conclios antiguos: texto y contexto.Eduardo HOORNAERT, Salvador BA, Brasil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135

    Provocacin cristolgica.Diego IRARRZAVAL, Santiago, Chile . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 141

    Una Cristologa liberadora es una cristologa pluralista, y con garra!Paul KNITTER, Nueva York, Estados Unidos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145

    A redescoberta do Reino na teologia.Joo Bautista LIBNIO, Belo Horizonte, Brasil. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149

    Un tal Jess.Jos Ignacio y Mara LPEZ VIGIL, Managua - Lima. . . . . . . . . . . . . . 157

    Um ensino novo, dado com autoridade.Carlos MESTERS, So Paulo, Brasil. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163

    La Notificacin a Jon Sobrino.Ronaldo MUOZ, Santiago, Chile. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169

    El mtodo hermenutico bajo sospecha.Alberto PARRA, Bogot, Colombia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 173

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    9/244

    El Seor de los Milagros.Ricardo RENSHAW, Montreal, Canad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 183

    Una Iglesia de Notificaciones.Jean RICHARD . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 189

    En qu Jess cree la Iglesia?Pablo RICHARD, San Jos, Costa Rica.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 197

    Entre elegas y herejasLuis RIVERA PAGN, Princeton, New Jersey, Estados Unidos. . . . . . 203

    Jess, constituido Hijo de Dios por la Resurreccin (Rm 1,4).Jos SNCHEZ SNCHEZ, Ciudad Guzmn, Jalisco, Mxico. . . . . . . 209

    Los Cristos ocultados. Cristologa(s) desde los excluidos.Stefan SILBER, Potos, Bolivia / Wrzburg, Alemania . . . . . . . . . . . . . . 217

    La centralidad del Reino de Dios en la cristologa de la liberacin.Ezequiel SILVA, Buenos Aires, Argentina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 225

    Consideraes prvias a uma resposta que precisa ser construda.

    Afonso Maria Ligrio SOARES, So Paulo, Brasil . . . . . . . . . . . . . . . . . . 237

    Teologa del martirio.Jos SOLS, Barcelona, Espaa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 247

    Para uma Igreja versus populum.Pablo SUESS, So Paulo, Brasil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 253

    O que est por trs da Notificao de Jon Sobrino.Jung Mo SUNG, So Paulo, Brasil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 261

    O privilgio e o perigo do lugar teolgico dos pobres na Igreja.Luiz Carlos SUSIN, Porto Alegre, Brasil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 267

    O desafio de uma cristologia em chave pluralista.Faustino TEIXEIRA, Juiz de Fora MG, Brasil.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 273

    Consideraciones sobre la Notificacin.Pedro TRIGO., Caracas, Venezuela . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 281

    Cristologas contingentes.Jos Mara VIGIL, Panam, Panam . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 287

    Eplogo,Jon SOBRINO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 291

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    10/244

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    11/244

    11

    Prlogo

    Bajar de la cruz a los pobres:cristologa de la liberacin

    Hermano que es ayudado por el hermano, es como una ciudadinexpugnable (Prov 18,19): sa es la experiencia que nosotros los te-logos y telogas queremos transmitir a nuestro hermano Jon Sobrino,sometido a una penosa tribulacin por causa de su fe reflexionada ymeditada, que es lo que se llama teologa. Que l, con nuestro apoyode hermanos y hermanas, se sienta fuerte como una fortaleza.

    Un flaco ms otro flaco, no son dos flacos, sino un fuerte, porquela solidaridad genera fuerza y crea la solidez de la fraternidad. Aunqueindividualmente flacos, somos muchos a su lado, constituyendo lafuerza del sacramentum fraternitatis, el sacramento de la fraternidad.Expresamos nuestra fraternidad, haciendo lo que Jon Sobrino siemprehizo con seriedad y compasin: pensar la fe en Cristo en el contexto delos pueblos crucificados. Eso ha sido siempre, eso es, y, sobre todo, esoesta determinada a seguir siendo, nuestra cristologa de la liberacin,la que todos nosotros escribimos, hacemos y vivimos: s, una teologamilitante, que lucha por bajar de la cruz a los pobres, sin pretendidasneutralidades ni hipcritas equidistancias.

    Todos los trabajos que componen este libro digital aprovechan laocasin propicia dada por la notificacin vaticana sobre algunos puntosde su cristologa, para llevar ms hacia adelante lo que, a nuestro juicio,l ha escrito, por su parte, de forma tan pertinente, ortodoxa y ortoprc-tica, sobre el significado de la fe en Jesucristo a partir de la humanidad

    humillada de millones de hermanos y hermanas de nuestras sociedadesperifricas. Jon Sobrino nos ha enseado cmo las Iglesias pueden unirfuerzas en la resurreccin de estos crucificados.

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    12/244

    12

    Tenemos conciencia de la limitacin de nuestros trabajos. Nadason ante la riqueza que es Cristo. Cllese, recjase, pues, el Absoluto,deca Kierkegaard refirindose a Cristo. Pero si, a pesar de ello, habla-

    mos, no lo hacemos sobre Cristo como un objeto desafiante, sino a par-tir de Cristo como Aquel que es nuestro Libertador y nuestra Esperanzade que todava hay salvacin para el mundo, especialmente para losignorados marginados de nuestras sociedades.

    Hacemos nuestras las palabras de San Juan de la Cruz, el msticoardiente: Hay mucho que profundizar en Cristo siendo l cual abun-dante mina con muchas cavidades llenas de ricas vetas, y por ms quese cave, nunca se llega a trmino ni se acaba de agotar; al contrario, seva hallando en cada cavidad nuevos filones y nuevas riquezas, aqu yall, conforme testimonia San Pablo cuando dice del mismo Cristo: enCristo estn escondidos todos los tesoros de sabidura y ciencia (Col2,3).

    Pascua de 2007

    Leonardo BOFF

    Petrpolis, Brasil

    Prlogo

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    13/244

    13ASETT

    Presentacin

    Desde el primer momento, la Comisin Teolgica Internacionalde la ASETT crey oportuno prestar este servicio de coordinacin a lostelogos/as interesados por hacer llegar su palabra a la opinin pbli-ca, con ocasin de la preocupacin suscitada en no pocos ambientes acausa de la Notificacin vaticana sobre dos obras de nuestro hermanoy compaero Jon Sobrino. La problemtica que entraba en juego y lateologa que resultaba sacudida, no era la de un telogo individual, sinoel pensamiento, la teologa y la fe de muchos telogos/as, y de much-simos ms cristianos y cristianas -millones, dira pocos das despus

    Casaldliga, refirindose a los que acompaamos a Sobrino-, quecompartimos quehacer, misin y esperanza en todo el mundo, desde laperspectiva de los pobres. Era por eso necesario que alguien tomara lainiciativa y creara una plataforma para expresarnos juntos/as y con vozpotente.

    Nos propusimos ante todo agilidad: superar de una vez la pro-verbial lentitud de nuestras reacciones ante los acontecimientos quenos reclaman una palabra. Deberamos salir a la calle al mes exacto dela publicacin de la Notificacin, como una comunidad teolgica queadems de estar viva, y despierta, sabe moverse al ritmo acelerado delos nuevos tiempos.

    Decidimos dirigirnos esta vez a la opinin pblica, al hombre ya la mujer de la calle, que necesitan una palabra rpida y a tiempo,antes de que la incesante actualidad desplace con nuevas preocupacio-nes los temas importantes. Y debamos hacerlo, pues, con una palabra

    para la calle, sin complicaciones ni tecnicismos, sin el perfeccionismoparalizante de quien busca limar todas las aristas en las que se puedenenganchar las sedas sutiles de los censores.

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    14/244

    14 Presentacin

    La urgencia y el deber de expresarnos no era slo la solidaridadpara con un compaero, sino la responsabilidad de quien siente cues-tionada pblicamente la teologa a la que ha consagrado su vida y en la

    que ha expresa y vive su fe. Se trataba de la cristologa de la liberacin,una rama al fin y al cabo de la ya veterana y perseguida teologa de laliberacin. Un telogo/a responsable, no puede callarse, o mirar paraotro lado, cuando un nuevo cuestionamiento se hace a su teologa -y asu fe, de la que aqulla no puede ser separada-.

    Ofrecimos, entonces, estas pginas a todo telogo/a que quisieraservirse de ellas para decir su palabra. Les pedimos simplemente que seacomodaran, en la medida de lo posible, a estos criterios, olvidndosepor una vez tanto de la Academia como de la Inquisicin.

    El resultado lo tiene el lector/a en su pantalla, o eventualmenteen sus manos: ha puesto manos a la obra un conjunto de ms de 40personas de diferentes lugares de la geografa del Tercer Mundo espiri-tual, se cuya alianza se lleva en el corazn, con independencia del lugardonde se more. Son textos con enfoques libres, diferentes, creativos. Entodo caso, prcticamente todos van ms all de la Notificacin, con laque nadie considera necesario entablar polmica, y, sencillamente, dantestimonio de lo que creen y de lo que piensan, sin mirar atrs, dando

    pasos ms bien hacia adelante, confirmando su quehacer trabajo teo-lgico.

    Desde ya, anunciamos una palabra mayor, ms detenida, y esa s,elaborada con especial preocupacin teolgica, de cara a la Academia yde cara a la comunidad mundial teolgica: nos proponemos realizar unaConsulta sobre Cristologa de la Liberacin, como un nuevo servicio ala comunidad teolgica. La coyuntura actual creemos que lo justifica.

    Agradecemos las comunicaciones de felicitacin y apoyo quehemos recibido por parte de tantas personas que han han expresado susatisfaccin por que alguien tomase la iniciativa y prestara este servicio.Comprendemos tambin a las personas que no han podido colaborarpor haber coincidido esta iniciativa con un perodo muy cargado en susagendas; otra vez ser.

    Por lo dems, esta vez estamos intentando probar un nuevo

    mtodo de llegar al pblico, mediante un libro digital, libre y gratuito,que puede ser regalado y enviado por cualquiera mediante el correoelectrnico, y que tambin podr ser impreso en papel mediante el pro-

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    15/244

    15

    cedimiento que suele llamarse impresin digital -en algunos lugaresdocutec-, que permite imprimir comercialmente libros en cantidadesmnimas (hasta 20, 10, 5 ejemplares), a un costo igual que el de un libro

    normal impreso en offset. De esta forma creemos estar poniendo estaobra, como verdadero libro de papel tambin, al alcance de los gruposms pequeos y ms alejados de la red de editoriales y libreras, en todoslos lugares del planeta a donde llega la red (internet), sin ms condicinque la de que encuentren a su alcance un servicio de impresin digital.Nos parece una novedad digna de ser celebrada.

    Dnde recoger este libro, ya sea como libro digital, o como ori-ginales de plena resolucin para imprimirlo por el citado mtodo de

    impresin digital, est indicado ms arriba, en la pgina 6.Nos sentimos muy felices por haber podido prestar este servicio.

    Ha sido un placer y un honor, y estamos dispuestos a continuar pres-tndolo en el futuro.

    Desde el ciberespacio, a 15 de abril de 2007.

    Jos Mara VIGIL

    Coordinador de la Comisin Teolgica Internacionalde la ASETT / EATWOT

    Presentacin

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    16/244

    16

    Presentacin de la segunda edicin

    Fue el da primero de abril de 2007 cuando convocamos a lostelogos/as a ponerse a escribir para participar en este libro. Quincedas ms tarde, el 15 de abril, cuando se cumplan treinta das exactosde la publicacin de la Notificacin, el libro estaba ya en el ciberespaciodisposicin pblica. Fue, pues, realizado en slo quince das.

    Y quince das despus de su publicacin telemtica, contamosms de cinco mil visitas que lo han recogido y tomado para sus com-putadores u ordenadores, y se nos han reportado numerosos grupose individuos que nos han informado sobre su impresin de la obra enpapel, por impresin digital.

    Las varias incorporaciones a estas pginas de algunos telogosrezagados, y la incorporacin sobre todo de Jon Sobrino con su eplo-go ad hoc, ameritan que consideremos sta como una segunda edicindigital, la versin 2.0, que ser ya definitiva.

    Agradecemos a todos la acogida entusiasta, y el inters teolgicosuscitado. Nos alegra ver que somos millones los que compartimoseste carisma y esta pasin, expresin viva del seguimiento de Jess, quesin duda hoy sigue implicando bajar de la cruz a los pobres.

    Quedamos a disposicin de la comunidad teolgica, para servir.

    30 de abril de 2007.

    Jos Mara VIGIL

    Comisin Teolgica Internacional de la ASETT/EATWOT

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    17/244

    17

    Preguntas a la Congregacinpara la Doctrina de la Fe

    Siguiendo la Notificacin sobre Jon Sobrino

    La Congregacin para la Doctrina de la Fe (CDF) ha publicadouna Notificacin sobre las obras teolgicas de Jon Sobrino sj, de ElSalvador. Es la primera accin mayor del cardenal William Levada,

    de EEUU, como Prefecto de la CDF, en sucesin del Cardenal JosRatzinger. La Notificacin advierte a los catlicos sobre posibles erro-res respecto a varios dogmas de la doctrina catlica.

    La CDF tiene los objetivos de salvaguardar la fe, as como pro-mover el desarrollo teolgico. La Notificacin trata ms de asuntos decristologa, incluida la personalidad de Jesucristo y su papel en la salva-cin humana. Es crtica a los escritos de Jon Sobrino, insistiendo en quealgunas de sus opiniones son errneas en referencia a la enseanza de la

    Iglesia catlica. Sin comentarlas directamente, nos gustara llamar bre-vemente la atencin sobre algunas cuestiones relacionadas, respecto ala teologa dogmtica tradicional de la Iglesia, que son problemticas ennuestro contexto asitico, y, en cierta forma, tambin en otros lugares.Ello podra traer tal vez alguna luz (o ms problemas) al dilogo que seest produciendo con esta ocasin.

    La enseanza dogmtica de la Iglesia en relacin a Jesucristo ysu papel como redentor nico y universal de la raza humana, dependede la premisa de que toda la raza humana est en pecado original y nopuede redimirse a s misma frente a su efecto, que es el merecimiento dela condena eterna. Sera slo la gracia de Dios merecida para nosotrospor Jesucristo, la que puede producir la reconciliacin de Dios con los

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    18/244

    18 Tissa Balasuriya

    humanos, personalmente y como colectividad. Aparte de eso, es doc-trina definida que la participacin en la Iglesia es esencial para la salva-cin, debido al pecado original (cf XXVI Concilio de Cartagena 418;

    Segundo Concilio de Orange 529; Concilio General de Florencia 1442;Concilio de Trento: Decreto sobre el pecado original, 1546).En este sentido se puede hacer algunos cuestionamientos rele-

    vantes a la CDF:1) De naturaleza cientfica respecto al monogenismo y al presu-

    puesto subsiguiente de que toda la humanidad proviene de dos prime-ros padres: Adn y Eva.

    2) Sobre las fuentes de la revelacin divina y su interpretacin

    exegtica, incluso aunque se tome la descripcin del Gnesis como unaverdad histrica y literal.3) Uno deseara hacer una pregunta general a la DCF para aclarar

    la doctrina catlica. Cmo podemos proponer como doctrina cristianaque todos aquellos que no son miembros de la Iglesia estn destinados ala condenacin eterna? No era sta la doctrina de la Iglesia hace apenasunas dcadas? Y es conciliable esa doctrina con la enseanza de Jessde que Dios es amor? No es esa doctrina inaceptable para aquellos que

    no tienen fe cristiana?4) No dio esa doctrina y pensamiento una direccin equivoca-da a la Iglesia y la hizo intolerante hacia otras religiones? No ha sidosolamente con el Vaticano II cuando la Iglesia ha aceptado la libertadde las religiones, aceptando a las otras creencias tambin como posiblescaminos para la salvacin? En esta perspectiva, la Iglesia ha mirado a lamayor parte de los asiticos como fuera de la salvacin. No podra sersta la razn por la que el cristianismo es aceptado slo por cerca del2% de la poblacin de Asia (excluyendo Filipinas)?

    5) La Notificacin se refiere varias veces a la preocupacin de laIglesia por los pobres, especialmente por parte de miembros santos quese comprometen en actos de misericordia. Pero el tema sobre el queSobrino llama la atencin es otro: la justicia social. No ha estado engeneral la Iglesia del lado de los opresores durante los siglos de colonia-lismo y esclavitud, y no est hoy de parte de la dominacin masculina?

    6) La Notificacin critica la afirmacin de Sobrino:

    Los pobres cuestionan dentro de la comunidad la fe cristolgicay le ofrecen su direccin fundamental (...); la Iglesia de los pobres es (...)el lugar eclesial de la cristologa, por ser una realidad configurada por

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    19/244

    19Preguntas a la Congregacin para la Doctrina de la Fe

    los pobres (...). El lugar social, es pues, el ms decisivo para la fe, el msdecisivo para configurar el modo de pensar cristolgico y el que exige yfacilita la ruptura epistemolgica

    La Notificacin, al criticar esta visin, presenta la fe de la Iglesiacomo la norma primera para evaluar las obras teolgicas:...slo la fe de la Iglesia; en ella encuentra la justa colocacin

    epistemolgica cualquier otro lugar teolgico. El lugar eclesial de lacristologa no puede ser la Iglesia de los pobres sino la fe apostlicatransmitida por la Iglesia a todas las generaciones.

    Una pregunta que nos planteamos especialmente en la reginasitica es la siguiente: cmo puede la enseanza tradicional exclusi-

    vista de la Iglesia (en relacin a las otras religiones y a la salvacin) sercompatibilizada con el amor universal y la voluntad salvfica de Dios?Pero sta ha sido precisamente la estrecha visin mantenida por laIglesia a lo largo de muchos siglos, hasta los cambios del Vaticano II(1962-1965).

    La Notificacin de la CDF afirma que Jess, como hombre-Dios,disfrut de la visin beatfica de Dios desde su concepcin en el vientrede la Madre de Dios. Cmo podra la Iglesia, que recibe la revelacin

    de un Jess que todo lo conoce, proponer doctrinas profundamenteequivocadas, como la de que fuera de la Iglesia no hay salvacin?Cmo una doctrina eclesistica tan inaceptable puede ser el cuadroepistemolgico concreto para discernir la fe de la Iglesia?

    El papa Juan Pablo II pidi perdn, en ms de 100 ocasiones,por las injusticias cometidas, incluso con violencia, por hijos e hijas dela Iglesia, contra otras personas, perseguiendo lo que ellos pensabanque sera la verdad. Se dio cuenta de que la doctrina eclesial contribuymucho a desentendimientos y conflictos como las Cruzadas y las inva-siones coloniales. Invit a una purificacin de la memoria y a la aperturahacia otras religiones, como en las jornadas de oracin de Ass.

    Tal vez las respuestas de la CDF a estas preguntas podran ayudara los lectores de Jon Sobrino a evaluar sus indagaciones teolgicas eneste contexto, y ayudaran tambin a la CDF a definir su papel histricoen el siglo XXI, en medio de una generalizada secularizacin, princi-palmente en Occidente y en nuestras culturas multi-religiosas. Una res-puesta pblica a esas preguntas podra ser de mucha ayuda para muchos,incluso para telogos que, como Jon Sobrino, estudian la relacin entrelas relaciones interreligiosas y la justicia social. En esto, la CDF puedehacer una aportacin positiva a la purificacin de la teologa cristiana y

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    20/244

    20 Tissa Balasuriya

    a la armona interreligiosa y la justicia en el mundo. Podramos invitar ala CDF a contribuir al desarrollo de la teologa de una manera que noaliene a las personas de buena voluntad de la Iglesia, e invitar a todos

    a construir el Reino en la tierra, de acuerdo a las posibilidades de cadaquien.

    Tissa BALASURIYA

    Colombo, Sri Lanka

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    21/244

    21

    Jess de Nazaret, Orix de la CompasinElementos para una cristologa afro-brasilea

    A pesar del riguroso y prolongado invierno eclesistico y de losfundamentalismos, expresados en notificaciones el Vaticano, as comoen snodos confesionales que decidieron romper con organismos ecu-mnicos, vivimos, en Amrica Latina, un momento nuevo de revaloriza-cin de las religiones afroamericanas y amerindias. Para stas, la personade Jesucristo era respetada y temida, pero desde lejos. El dilogo concristianos de cultura afro que intentan acercarse a Jess, y su experiencia

    de fe de la tradicin de sus ancestros afro, ha cambiado esta situacin.Tanto las comunidades de religiones autctonas, como los grupos cris-tianos de cultura afro, comienzan a rinterpretar la fe, transmitida porel cristianismo impuesto por los colonizadores. Eso cambia la formacomo el candombl y la Umbanda comienzan a mirar a Jesucristo, ascomo la expresin de fe de las mismas comunidades cristianas popula-res que se insertan ms profundamente en el conjunto de la poblacinde matriz africana y conviven de forma mucho ms justa con las creen-cias y rituales autctonos.

    Aqu, me propongo hablar de elementos cristolgicos latentes enlas diversas devociones del catolicismo popular. Tambin abordar unaevolucin existente actualmente en la forma como las comunidadesdel Candombl ven a Jess, pero me detendr ms en la expresin defe de las comunidades de matriz africana que pertenecen a las Iglesiascristianas.

    1. Una mirada sobre el Catolicismo actual y popular

    Los colonizadores trajeron de Europa un cristianismo profunda-mente sincrtico, resultado de una sntesis entre experiencia religiosaantigua de los griegos, romanos y brbaros, con la tradicin judeocris-

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    22/244

    22

    tiana. Los antiguos concilios que definieron la fe cristolgica vigenteen el cristianismo, ms all de los intereses polticos del momento, sesituaron dentro de este esfuerzo por expresar la fe para los nuevos pue-

    blos que entraban en la Iglesia. Hoy, una primera constatacin necesariaes que la fe cristiana, vivida por las comunidades catlicas y evanglicas,ya no se expresa exactamente con la misma formulacin consagrada porlos concilios antiguos.

    Brasil es uno de los pocos pases del mundo en el que la doctrinaesprita conserva mucha vitalidad. Dentro de este conjunto de culturas yexpresiones teolgicas, trminos como Hijo de Dios y encarnacindenotan significados diversos de lo que la tradicin eclesistica les hadado. Hijo de Dios, s, pero una madre de santo me pregunt: por qunico? El budismo tibetano dice que el Dalai Lama es la encarnacindel Buda de la compasin, y no tengo dificultad en creer eso. Dios tienetantas formas de manifestarse... Pero, por qu decir que slo Jess esHijo de Dios?. Del mismo modo, cuando, en las capas ms populares,se habla de encarnacin, fcilmente las personas entienden eso comouna especie de primera reencarnacin. Nada, pues, que ver con eldogma cristiano expresado en los concilios antiguos de la Iglesia.

    Esta realidad del cristianismo popular no es, en s, totalmente

    diferente tampoco del catolicismo oficial. El modo mismo como -muchas veces- papas, obispos y pastores se expresan sobre Jess, mez-cla elementos de Nicea y Calcedonia con mitos que han sido incons-cientemente absorbidos en el cristianismo popular. Todos los catlicoscomienzan sus oraciones diciendo: en el nombre del Padre, del Hijoy del Espritu Santo, y las Iglesias antiguas continan haciendo lasoraciones litrgicas al Padre, por el Hijo en la unidad del Espritu. Sinembargo, esta teologa litrgica parece poco absorbida por la prctica

    devocional. Cualquier examen, aunque sea rpido o superficial, de loshimnarios catlicos y evanglicos usados en nuestras dicesis y parro-quias, mostrar no solamente una especie de monismo cristolgico (unCristo Dios tomado en s mismo, en el cual lo humano ha entrado ape-nas como revestimiento transitorio), sino, lo que es peor: una religincuyo Dios es un Cristo sin referencia directa y vivencial al Padre.

    Incluso las oraciones e himnos oficiales de la Liturgia contienenexpresiones dudosas y poco ortodoxas. Veamos esta prez el oficio de la

    tarde del sbado santo en la actual Liturgia de las Horas: Oh Dios deluniverso, que dominas todos los confines de la tierra y has querido serencerrado en un sepulcro; libra del infierno al gnero humano y dale lagloria de la inmortalidad.

    Marcelo Barros

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    23/244

    23

    Al orar esta prez, alguien puede acordarse de Moltmann y de sutesis sobre El Dios crucificado, segn la cual el Padre est en la cruzcon Jess. Pero estas preces litrgicas no estn dirigidas al Padre. Estn

    todas destinadas a Jess.Un conocimiento mayor y ms crtico de la historia, como eldesafo del pluralismo cultural y religioso nos proporcionan razonesteolgicas y pastorales para cuestionar las expresiones cristolgicasde los concilios antiguos, ya diferentes de la fe expresada en el NuevoTestamento, que, en s, ya es diversa de la forma como el movimientode Jess propona la fe en el primer momento. Por otra parte, la mayorade nuestras comunidades religiosas, incluso las no populares, conservanuna expresin de fe sobre Jess que ni llega a ser sta de los concilios.Es todava ms mtica, menos humanizada y menos capaz de dialogarcon otras expresiones de fe.

    Por eso, se hace cada vez ms urgente y esencial el trabajo dereencontrar otras formas de creer y hablar de Jess. Incluso con lasambigedades inherentes al tema, me propongo profundizar algunoselementos cristolgicos que me parecen propios, o al menos ms carac-tersticos de muchas personas y hasta de comunidades que viven la fecristiana a partir de las culturas afrobrasileas.

    2. Una espiritualidad popular de alianza

    Muchas veces, en la teologa y en la pastoral, el catolicismo popu-lar, en sus diversas formas, ha sido acusado de supersticin, y hasta decierta idolatra. En tiempos de cruzada por un cristocentrismo dogm-tico, no deja de ser interesante observar que muchos grupos, apoyadosdirectamente por Roma y por la mayora de la jerarqua eclesistica, cen-tran mucho ms su fe en la devocin mariana y en el culto a los santos

    que en el culto a Jess.En las ltimas dcadas percibimos que, al actuar as los fieles del

    catolicismo ms popular rehacen la espiritualidad de la alianza propues-ta por la fe bblica. Como, en la versin de la fe que han recibido, Diosles pareca distante y separado de la vida, profundizaron una alianza deintimidad con las manifestaciones divinas que les parecan ms prxi-mas. Los santos y santas de la devocin popular se volvieron mani-festaciones de Dios, igual que en la cultura bblica se habla de la Tor

    (palabra), de la Shekin (Tienda), de la Hokm (Sabidura), de la Gloriae incluso del ngel del Seor.

    Jess de Nazaret, Orix de la Compasin

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    24/244

    24

    Este tipo de versin religiosa de la fe cristiana existe en las msdiversas capas del catolicismo popular, de matriz griega, indgena oincluso de tradicin europea. En cierta forma, est presente en algunas

    devociones en Europa y Amrica del Norte. Sin embargo, en AmricaLatina, esta teologa popular deriva de las culturas afro e indgenas. Enla fe Ioruba y en la religin venida de Angola, como en muchas comu-nidades indgenas, la relacin de intimidad con Dios se da a travs de lasmanifestaciones divinas en la naturaleza (el Candombl habla de Orixs,y la tradicin angolana de Iqueces).

    La persona, consagrada a este o a aquel orix, tiene una relacintan ntima con l, que lo recibe y es por l transformado/a. El Senhordo Bonfim en Salvador (Bahia, Brasil) o el Bom Jesus da Lapa o Jesusde Pirapora son santos como cualesquiera otros. Pero, como santos, sonmanifestaciones del amor divino. Protegen a sus devotos y los acompa-an en sus vidas.

    Desde que, a partir de las dcadas ms recientes, las religiones afroson valoradas y no necesitan ya ocultarse o disfrazarse, las personas tie-nen ms libertad de adorar a los orixs en s mismos, sin necesitar echarmano del sincretismo segn el cual se deca que Iemanj era NuestraSeora... Con esta libertad, muchos fieles de los orixs han dividido las

    aguas y han dejado de ser Iglesia. Pero, muchos, y muchos de los quehonran a los orixs quisieran seguir siendo devotos de Jesucristo. Entodo caso, este Jess es recibido y credo a partir de una cultura religiosapropia y original. La historia contada en los Evangelios y la predicacintradicional de los padres y pastores son escuchadas e incluso incorpora-das. Jess es hijo de Mara virgen, sufri por nosotros, fue crucificadopara salvarnos... son datos conocidos, pero son comprendidos a partirde una cosmovisin propia. En este contexto de condenaciones y de

    debates cristolgicos, es bueno que conozcamos mejor estas cristolo-gas populares, principalmente en la relacin entre Jess y los Orixs.

    3. Jess y Kanambe

    Cuando estuve en Kenya, en enero de 2007, procur conoceralguna expresin actual de las religiones africanas antiguas y ver en quello me ayudaba a comprender mejor las tradiciones afro-brasileas. Mellevaron a unos 100 km. de Nairobi, para conocer una aldea tradicional

    del pueblo Kamba. All conoc a una seora mayor, sacerdotisa de latradicin de Kanambe, la diosa del agua. Despus de haber escuchadocmo ella expresaba su fe en la religin tradicional, me espant cuandome dijeron que, all todos eran cristianos, incluso lo era aquella sacer-

    Marcelo Barros

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    25/244

    25

    dotisa que, muchas veces, en las misas, es llamada por el sacerdote parabendecir al pueblo. Pregunt, entonces, cmo ella formulaba la relacinentre la religin tradicional y la fe cristiana. Espantada ella, a su vez,

    por mi pregunta, la anciana respondi con palabras y expresiones que,para m, fueron sorprendentes. Anot todo lo que ella dijo e intenttraducir su respuesta as: No hay ninguna dificultad en vincular a Jessy a Kanambe. Jesucristo nos revela a Dios presente en la historia, en losacontecimientos de la vida y en las personas, y nos ayuda a descubrir queKanambe manifiesta a Dios presente en la naturaleza, en la tierra y en elagua. No entran en conflicto los dos rdenes, y hasta se interpenetran.Jess es como una especie de plenitud de la fe en Kanambe, pero no lamedida que la vaca o la sustituye por una especie de cultura cristiana

    occidentalizada; al contrario, la valoriza y le da densidad histrica.Es claro que esta expresin de fe de aquella cristiana africana

    nunca sera aceptada por una cristologa para la que Jess es nico, yque, como todos los colonizadores, substituye lo que haba antes, pro-ponindose a s misma como la referencia exclusiva de fe. De hecho, laanciana me cont la dificultad que tiene en valorizar la cultura tradicio-nal (ni la llaman religin) de su pueblo cuando llegan al local algunosgrupos neopentecostales que exigen el abandono incluso de las ropas,

    las costumbres, las msicas y las danzas culturales del pueblo.El dilogo con aquella sacerdotisa africana me ayud a com-

    prender mejor la sabidura del sincretismo afrobrasileo. ste tuvo unaevolucin o proceso que podemos resumir en tres fases.

    4. Del Senhor do Bonfim al Orix Jess de Nazaret

    La mirada a Cristo, vivida por los descendientes de los esclavos,ha tenido una evolucin compleja con al menos tres etapas o niveles:

    1 . Tributo al Senhor do Bonfim

    En tiempos idos, devociones a Jess como Senhor do Bomfim,Bom Jesus da Lapa y otras, representaban una especie de tributo que elnegro debera pagar al dios blanco, que no era amigo del esclavo o de sudescendiente, y que debera ser adulado y cortejado para que no casti-gara, ya que era un dios fuerte que protega al seor blanco. Son de estetiempo promesas que exigan sacrificios y dolores, como subir cuestasde rodillas, humillarse en pblico, no comer ciertos das sagrados, nobeber agua, y cosas as.

    Jess de Nazaret, Orix de la Compasin

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    26/244

    26

    2 . El sincretismo con Orixs tradicionales

    Al acabarse oficialmente la esclavitud, ningn pas indemniz alos antiguos esclavos ni cuid de cmo este pueblo podra sobrevivir,

    abandonado a su propia suerte. A partir de este tiempo, las comunida-des negras comenzaron lentamente reapropiarse de sus smbolos y desu religin propia. Para los que eran cristianos eso provoc cierta evo-lucin en la cristologa. No necesitaban ya mirar al Senhor do Bomfimo al Bom Jesus da Lapa como dioses del capataz blanco. No dejaron deser blancos y de representar smbolos siempre ligados al colonizador.Pero ahora podan ser realmente reapropiados por las comunidades decultura afro. Para limpiarlos de las ropas esclavistas, los fieles negros

    y sus descendientes, inconscientemente, los vincularon a Oxal o aXang. Muchos hicieron eso, no por ignorancia o porque los confun-diesen con orixs, sino porque necesitaban esta identificacin (comopara los latinoamericanos comprometidos con la revolucin, la figuramisma del Che Guevara se parece a la de Jesucristo). Es la cristologadel sincretismo de confusin o de reapropiacin.

    3 . El orix Jess de Nazaret

    En los aos ms recientes hemos pasado a otro nivel de la cristo-loga afrobrasilea. Desde los tiempos de despus del concilio VaticanoII mucha gente de comunidades afro participa en grupos bblicos ycomunidades eclesiales de base. En estos ambientes, se aprende a valo-rizar al Jess histrico. El contacto con los Evangelios permite un cono-cimiento mayor de Jess de Nazaret en su historicidad humana. Esteconocimiento ha pasado a las comuidades e incluso a elementos delculto y da la fe comn. Por otra parte, as como Xang, Ogum, Oxaly Oxossi fueron antepasados, reyes o prncipes de los antiguos reinosIoruba y se volvieron orixs y fueron asociados al fuego, al hierro, a latierra y a la selva virgen, as tambin las comunidades negras pasan aver a Jesucristo como alguien que vivi en todo la existencia humanay, a partir de su muerte, fue asumido por Dios y se volvi divino. Escomo un Orix. Es un hombre que, por haber vivido de forma justay santa, fue divinizado, como toda persona humana est llamada a serdivinizada.

    5. La originalidad de Jess de NazaretExpresar en conceptos la propia fe es difcil, pero pretender

    expresar cmo creen los otros es prcticamente imposible sin el ries-

    Marcelo Barros

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    27/244

    27

    go de ser injusto y reductivo. En el caso de las culturas afrobrasileastodava es ms complejo, a causa de la diversidad de expresiones yculturas, y por el hecho de que son tradiciones orales. Sea como fuere,

    todas estas formas de vivir la fe se formaron en dilogo con, o inclusoestando insertas en la tradicin cristiana popular, y con la exigencia derelacionarse con la persona y la misin de Jesucristo.

    Hay de todo. Se puede concluir una cristologa propia de ladevocin Seor muerto, otra cristologa del Jess mtico de las narra-ciones orales que, en medio del pueblo, forman una especie de nuevosevangelios apcrifos, llenos de historias que las personas cuentan sobrecuando Jess y san Pedro andaban por el mundo. Casi todos los san-tuarios populares nacen de relatos fantsticos vinculados a aparicionesde imgenes o milagros extraordinarios. La mayora de ellos son santua-rios dedicados a Nuestra Seora, que, en Amrica Latina, sustituye elculto a la Madre Tierra o a la diosa de la fecundidad. Pero en Brasil hayalgunos dedicados a Jess (Bom Jesus de Pirapora, Bom Jesus da Lapay otros. Todos se refieren a un Jess humano y compasivo (Bom Jesus)retratado en su pasin, como la figura de la solidaridad.

    Por el hecho de ser expresiones de fe vividas por una mayora depersonas pobres y sufridoras, la figura de Jess siempre aparece como

    el Cristo sufridor y humillado. La Cruz recibe una explicacin de soli-daridad: dio la vida por nosotros (se entreg a los enemigos en lugarde los discpulos), ms que por una justificacin de carcter sacrificial(se ofreci al Padre o muri por nuestros pecados).

    Estos tipos de expresin de fe vienen de personas no ligadas a lacultura occidental. Su intento de sntesis cristolgica, cuando tiene lugar,no es para legitimar poderes jerrquicos o de dominacin de personassobre otras personas (hay cristologas oficiales que s fueron pensadas

    para eso, y disfrazan ese hecho). Por todo ello, son cristologas a partirde abajo, y vinculadas a la vida de quien sufre. Son cristologas narra-tivas y fragmentadas que, por no ser de carcter dogmtico (cuentanhistorias, no afirman dogmas), no se avergenzan de ser incompletas. Alcontrario de cualquier tendencia hacia un cristocentrismo exclusivista,Jess es considerado el Cristo (el ungido de Dios), pero no est aisladode sus hermanos y hermanas. Ni de las fuerzas de la naturaleza que sonsacramentos divinos, ni de los personajes que, como Jess, son para el

    pueblo Cristos o consagrados. Del caminar liberador estas comunidadesaprenden a valorar que la persona misma y la misin de Jess puedenser resumidas en su propia palabra: He venido par que todos tenganvida y vida en abundancia (Jn 10,10).

    Jess de Nazaret, Orix de la compasin

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    28/244

    28

    En 1996, en Bogot, el 2o Encuentro Continental de la Asambleadel Pueblo de Dios propuso profundizar en una espiritualidad macroe-cumnica. Se trataba de releer la propia fe de modo que nos una a

    todas las creencias, y no que divida. En definitiva, no era esta la pro-puesta pastoral del papa Juan XXIII? El documento conclusivo del2o Encuentro de aquella asamblea dice: Reconocemos la vida comoexpresin mxima del amor de Dios para todos los seres, y defendemosla vida de nuestros pueblos y de la naturaleza que nos cerca! Ante dela mundializacin de los dolos de la muerte que el sistema socioeco-nmico del mundo preconiza, proclamamos la mundializacin de esasseales de la divinidad como don de la Vida y presencia creadora en eluniverso. Confesado bajo mil nombres, revelndose a nosotros con mil

    rostros, a travs sobre todo de las religiones indgenas afroamerindias,como tambin de la fe cristiana de nuestros pueblos latinoamericanos,el misterio divino es siempre mayor que todas nuestras confesiones, yms bello que nuestras imgenes, y nico en los ms diversos encuen-tros y en las ms diferentes formas de manifestacin.

    Como pertenecientes a su familia, el amor divino nos quiere vivosy libres, plurales y unidos, felices, en este momento, en esta casa comnde la Pachamama, y bajo el techo luminoso del sol, la luna y las estre-

    llas. Inspirados por el Espritu Divino, decimos no al fatalismo de unsupuesto final de la historia, y luchamos contra toda forma de exclusin,prepotencia, miedo y muerte.

    Esta afirmacin puede ser leda como resumen de una cristologamacroecumnica, en el sentido de que reconoce en la persona y en lamisin de Jesucristo este tipo de testimonio. Como dice Leonardo Boff:Es preciso armarse de coraje para un nuevo y sorprendente ensayode encarnacin de la fe cristiana. Es preciso que Cristo hable nuestras

    lenguas, se revista de nuestro color, sea celebrado con nuestras danzasy alabado en nuestro cuerpo, realidades con las que el pueblo negroenriqueci a la nacin brasilea.

    Marcelo BARROS

    Monje benedictino de la comunidad de Gois,asesor de las CEBS y del MST.

    Gois, Brasil.

    Marcelo Barros

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    29/244

    29

    Cristologa a partir del Nazareno

    Necesitamos colocar en una perspectiva correcta la reflexinsobre la encarnacin del Hijo de Dios; de lo contrario nos encontra-remos inmediatamente con un callejn in salida, sin posibilidad de unaresolucin correcta.

    1. Encarnacin como trmino y no como comienzo de la cristologa

    La encarnacin es el punto de llegada, no el punto de partida. Esla culminacin de todo el proceso cristolgico que comienza bien abajo,con la pregunta que ya las masas, llenas de admiracin y la perplejidad,planteaban: quin es ste?, quin es ste al que hasta los vientos y elmar le obedecen? (Mt 8,27; Mc 4,41; Lc 8,25). La base de todo es elimpacto que el Jess histrico produjo: su palabra con fuerza, su gestaliberadora, su libertad frente a la Ley, su autoridad soberana, y despussu muerte vergonzosa y su resurreccin gloriosa. Tales hechos, especial-mente la resurreccin, radicalizaron la pregunta que todos, incluidos losApstoles y los discpulos, se planteaban: en definitiva, quin es el Jessque conocimos y que omos y vimos con nuestros ojos, y que tocamoscon nuestras manos (1 Jn 1,1)?

    Los ms de 50 ttulos atribuidos a Jess, desde los ms sencillos,como maestro, profeta, bueno... hasta los ms sublimes, como Hijo deDavid, Hijo del Hombre, Hijo de Dios, Salvador y Dios... dan cuentade la perplejidad y de las interrogaciones suscitadas en las comunidades.

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    30/244

    30

    En un espacio de tiempo de 40-50 aos tras su muerte y resurreccin,Jess atrajo hacia s todos los ttulos de honra y de gloria humanosy divinos que circulaban por el Imperio Romano. A este proceso de

    comprensin lo llamamos cristologa, ayer y hoy, un proceso todavainacabado, pues no terminamos de entender cabalmente la realidad delNazareno vivo, muerto y resucitado.

    Me gusta aplicar a Jess el nombre de Nazareno, no para determi-nar el lugar geogrfico de su casa, sino para indicar una sutil intencinteolgica presente ya en el evangelio de Juan. Para Juan Nazaret era unlugar considerado despreciable (Jn 1, 45-46; 6,42), tierra donde viven,segn el prejuicio de la poca, ignorantes que no conocen la ley (Jn7,4), los oscuros y annimos que no llaman la atencin a nadie. Decirque Jess es Nazareno, como ha sido mostrado por F. F. Brndle (JessNazareno, por que?, en Cahiers de Josphologie 39, 1991, 34-41), significaque Jess es del mundo de los pobres y marginados, vive la situacinde carne en cuyo medio l toma origen. Adems, al principio, losprimeros cristianos eran llamados nazarenos, nombre que fue aban-donado cuando, en Antioqua, hacia el ao 43, los magistrados roma-nos que consideraban a los seguidores de Jess miembros de una sectajudaica, comenzaron a llamarlos cristianos (cf. Hch 11,26,28). Hacer

    cristologa a partir del Nazareno es hacer cristologa no slo a partir delhombre sin ms, sino a partir de un determinado hombre marcado porla pobreza y por la discriminacin social, el Jess histrico.

    Sabemos que los tres grupos culturales de cristianos, -el pales-tinense, el judeo-cristiano de la dispora, y el cristiano helenista- con-tribuyeron con sus respectivos ttulos de exaltacin para descifrar lamisteriosidad que rodeaba la trayectoria del Nazareno. Todo culmincuando los cristianos helenistas, osadamente, afirmaron que Jess es el

    Salvador, el Hijo Unignito, la Cabeza del Cosmos y de la Iglesia, y Diosmismo. Ningn ttulo de grandeza consegua agotar la riqueza de Jess.Slo llamndolo Dios. En el fondo pensaron: humano as comoJess, slo Dios mismo.

    Importa destacar: tales ttulos de altura y hasta de divinidad noapuntan a fundamentar la soberana, la libertad y la autoridad de Jess,mostradas en su vida terrestre. Al contrario, quieren explicar y dar lasrazones de la autoridad de la libertad y de la soberana. No son los ttulos

    los que le conferan esta autoridad. Fue su autoridad la que dio origena los ttulos. Ninguno de ellos consegua traducir la inconmensurableriqueza humana de Jess, de la cual el evangelista Juan da testimonio:ni el mundo entero podra contener los libros que se deberan escribir

    Leonardo Boff

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    31/244

    31

    sobre l (Jn 21,25). Por tanto, slamente utilizando nombres divinos yatribuyendo a Jess la divinidad misma, se pudo dar una repuesta ade-cuada a la pregunta del hombre de Nazaret: y vosotros, quin decs

    que soy yo? (Mt 16, 15).2. Cmo combinar Dios y hombre en el nazareno?

    Llamar Dios a un hombre como Jess crea un inmenso problemapara el pensamiento. Qu significa entonces Dios? Qu es ese hom-bre para que se pueda decir que es Dios? Qu quiere decir la uninde ambos de Dios y del hombre- en un ser histrico, nacido bajo elemperador romano Augusto en la inmensa romanae pacis maiestas,

    en la inmensa majestad de la paz romana, crecido en Nazaret y crucifi-cado en Jerusaln, hermano nuestro, Jess, el Nazareno?Tomando la afirmacin el hombre Jess es Dios en su sentido

    directo y raso, constituye una paradoja y hasta un escndalo para judosy para toda las personas religiosas para las cuales Dios excede infinita-mente al hombre, pues habita en una luz inaccesible (1Tm 6,16).

    Por otro lado, la fe de la comunidad originaria testimoni: lo quesea Dios, nosotros los cristianos lo encontramos vivido y concretizado

    en un hombre, Jess de Nazaret, en su vida, en su prctica, en su muertey en su resurreccin. Complementariamente, lo que sea el ser humano,en su radicalidad y en su verdadera humanidad, lo aprendemos medi-tando la vida humana de Jess, el Nazareno.

    No es por tanto, a travs de un anlisis abstracto de lo que seaDios y de lo que sea ser hombre, como nosotros entendemos quines Jess Hombre-Dios. Pero fue conviviendo, viendo, siguiendo suspasos y descifrando a Jess como hemos llegado a conocer a Dios y alhombre.

    El Dios que en Jess se revela es humano. El hombre que enJess se revela es divino. En eso reside la singularidad de la experienciacristiana de Dios y del ser humano. Ser humano y Dios estn tan nti-mamente implicados, que no podemos ya hablar del ser humano sinhablar de Dios, y no podemos ya hablar de Dios sin hablar tambin delser humano.

    Resumiendo, podemos decir: cuanto ms ser humano era Jess,ms Dios se revelaba en l. Cuanto ms Dios se relacionaba con Jess,ms se humanizaba en l.

    Cmo se han de entender semejantes afirmaciones, que siempreson verdaderas paradojas, y una difcil unin de opuestos? Al hablar

    Cristologa a partir del Nazareno

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    32/244

    32

    de Jesucristo, debemos pensar siempre, conjunta y simultneamente,en Dios y en el ser humano. La unidad de ambos en Jess es de talorden, que ni Dios ni el hombre pierden nada de su esencia y realidad.

    He ah la tesis central, afirmada en forma de dogma, por el Conciliode Calcedonia (451): uno y el mismo Jesucristo... es verdaderamenteDios y verdaderamente ser humano... subsistiendo en dos naturalezas,de forma inconfundible, inmutable, indivisible e inseparable... concur-rriendo ambas para formar una sola persona o subsistencia.

    Esta frmula no explica cmo Dios y el ser humano concurrenpara formar uno y el mismoJesucristo; simplemente asegura los criterios quedeben estar presentes en cualquier tipo de explicacin: deben mantenersimultneamente la humanidad completa y la divinidad verdadera deJess, sin comprometer su unidad fundamental.

    El mismo Concilio, para expresar tal verdad, utiliz el modelocultural vigente griego, utilizando las palabras naturalezaypersona. EnJess estn las dos naturalezas, la humana y la divina, cargadas y sopor-tadas por la nica persona del Hijo eterno, responsable de la unidad elnico y mismo Jesucristo. Cmo se d, sin embargo, esa unidad de lasnaturalezas a travs de la Persona divina, es una cuestin que los padresconciliares dejaron abierta.

    3. El Nazareno: el hombre que es Dios y el Dios que es hombre

    Esa apertura convoca la creatividad de los telogos. Cada gene-racin intentar insertar a Jess, Dios-Ser humano, dentro del contextode la vida para hacer ah la experiencia de la salvacin que trajo no apartir de afuera, sino a partir de su propia humanidad. Es, por tanto, desu humanidad desde donde conviene partir. No de una humanidad yacategorializada y definida previamente. Sino de la humanidad tal como

    fue vivida por Jess.De su vida aprendemos y de su boca escuchamos que la existen-

    cia tiene que ser pro-existencia, en pro de los otros y del Gran Otro(Dios). Pues, Jess, vivi este modo de ser tan radicalmente, que en lse revel el novsimo Adn (1Cor 15,45). Era absolutamente abiertoa todos, no discriminaba a nadie, al punto de decir: si alguien viene am, no lo echar fuera (Jn 6,37).

    Si era liberal frente a la ley, era exigente respecto al amor incon-dicional. Particularmente con el Gan Otro, Dios, cultiv una relacinde extrema intimidad, llamndolo Abba, Papato (Mc 14,36; Rm 8,15;Gl 4,6). Consecuentemente, l mismo se senta Hijo (Mt 1,27 par; Mc

    Leonardo Boff

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    33/244

    33

    12,6 par.; 13,52 par). Esta relacin no comporta ningn resquicio deun eventual complejo de Edipo mal realizado: es una relacin difana ytransparente. Suplica, s, al Padre, que lo libere del dolor y de la muerte

    (Mc 14,36 par; Jn 11, 41-42) pero, incluso ah, quiere realizar no suvoluntad sino la voluntad del Padre (Mc 14,36). Su ltima palabra es deentrega serena: Padre, en sus manos entrego mi espritu (Lc 23,46).

    l se entiende totalmente a partir del Padre, hasta el punto deque dice: Yo y el Padre somos una misma cosa (Jn 10,30). Por elhecho de haberse abierto y entregado totalmente al Padre, no poseaaquello que el Concilio de Calcedonia ense: la faltaba la hipstasis,la persona, la subsistencia el permanecer en s y para s mismo. Estaba

    completamente vaco de s mismo para poder estar repleto del Otro. Serealiz totalmente en el otro, no siendo nada para s, siendo todo paralos otros y para Dios. Esa falta de personalidad -en el sentido antiguo-no constitua una falta, sino que era la singularidad de Jess. No era unaimperfeccin, sino la mxima perfeccin.

    El quedarse vaco significa crear espacio interior para ser pleni-ficado por el otro. Es saliendo de s como el ser humano se construyems profundamente para s y queda en s; es dando como recibe y posee

    su ser. Por esta razn, Jess es el ecce homo: porque su radical humanidadfue conquistada, no por la autrquica afirmacin de s mismo, mas porla entrega irrestricta de su ser a los otros y al Gran Otro: yo doy mivida por las ovejas (Jn 10, 15).

    Cuando ms estaba Jess en Dios, ms Dios estaba en Jess.Cuanto ms el hombre-Jess estaba en Dios, ms se divinizaba. Cuantoms Dios estaba en Jess, ms se humanizaba. Ahora bien, el hombre-Jess estaba de tal forma en Dios, que se identific con l. Dios se hizo

    hombre para que el hombre se hiciese Dios.Si alguien acepta en la fe que Jess fue aquel bendito ser humano(benedictus homo) que de tal forma pudo relacionarse con Dios quelleg hasta sentirse su Hijo y sentirse uno con l; si alguien acepta enla fe que Dios de tal forma puede vaciarse de S mismo (Cf. Fl 2,7)para plenificar la total apertura de Jess, hasta el punto de volverse lmismo ser humano, entonces esa persona acepta y profesa aquello quelos Padres de la fe ensearon en el Concilio de Calcedonia: la unicidadinconfundible e inmutable, indivisible e inseparable de Dios y del serhumano en un nico y mismo Jesucristo, permaneciendo Dios siempreDios, y el ser humano radicalmente ser humano. Esa persona profesa laencarnacin del Hijo de Dios en nuestra carne caliente y mortal (Jn 1,14).

    Cristologa a partir del Nazareno

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    34/244

    34

    La encarnacin no debe ser pensada slo a la luz del Nazareno, ensu modo de ser srquico, participante de las limitaciones de la humanacondicin, sino que debe ser contemplada a la luz de la Resurreccin,

    cuando se revel, en su total patencia y transparencia, lo que se escondaen Jess de Nazaret: la universal y mxima apertura para toda la realidadcsmica, humana y divina, hasta el punto de que Pablo pudiera decir:Cristo es todo en todas las cosas (Col 3,11).

    Si Jess es verdaderamente nuestro hermano, en todo igual anosotros, menos en el pecado segn las Escrituras y el Concilio deCalcedonia, entonces, las afirmaciones que se hicieron sobre l valen,de alguna manera, para cada uno de nosotros. Todos participamos desu encarnacin. Ah realizamos la encarnacin diminuta de la quehablan los Padres, o como dice bellamente el Concilio Vaticano II:por su encarnacin, el Hijo de Dios se uni de algn modo a todo serhumano (Gaudium et Spes22).

    Leonardo BOFF

    Petrpolis, Brasil

    Leonardo Boff

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    35/244

    35

    Primaca de los pobresen la misin de Jess y de la Iglesia

    Influencias del Concilio Vaticano IIen el Magisterio Episcopalde Medelln, Puebla y Santo Domingo

    Las Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano

    La tradicin eclesial latinoamericana de las Conferencias Generalesdel Episcopado, se inici, como es sabido, con la I Conferencia convoca-da por Po XII que se celebr en Rio de Janeiro en 1955. Fruto de aque-lla Conferencia fue la creacin del Consejo Episcopal Latinoamericano,CELAM, instrumento de la colegialidad episcopal latinoamericanaanterior al Concilio Vaticano II.

    Desde entonces el CELAM ha organizado otras tres ConferenciasGenerales: Medelln, inaugurada por Pablo VI en 1968; y Puebla

    (1979) y Santo Domingo (1992) inauguradas por Juan Pablo II. Yva a celebrarse la V Conferencia General, Aparecida, que inaugurarBenedicto XVI el 13 de mayo de este ao 2007.

    Las Conferencias Generales de Medelln, Puebla y SantoDomingo, fueron preparadas por el CELAM en comunin con Roma,bajo diferentes frmulas de trabajo conjunto entre el CELAM y laPontificia Comisin para Amrica Latina, CAL. Cada una de esasConferencias fue convocada e inaugurada por los sucesivos Papas, quie-

    nes luego en la Curia Romana examinaban y aprobaban los Documentosfinales, que tienen por tanto autoridad de Magisterio Episcopal para lasIglesias de Amrica Latina.

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    36/244

    36

    Entre Roma y Medelln: la Iglesiaante la transformacin de Amrica Latina,a la luz del Vaticano II

    Como indica el tema general de la II Conferencia, celebrada enMedelln del 26 de agosto al 6 de septiembre de 1968, el Magisteriode los Obispos latinoamericanos aplicaba a las Iglesias particulares deAmrica Latina el Concilio Vaticano II, para evangelizar a los pueblosdel continente en sus procesos de transformacin.

    La directiva del CELAM en pleno y los 600 obispos latinoameri-canos que fueron miembros del Concilio, recibieron en Roma durantelas cuatro etapas conciliares (de 1962 a 1965) muchas de las luces con

    que discernieron en Medelln los signos de los tiempos que vivan lasIglesias y los pueblos de Amrica Latina.En el otoo europeo de 1965, cuando el Concilio se acercaba a su

    clausura, Don Manuel Larran, obispo de Talca (Chile) que fue reelegidopresidente del CELAM en Roma mismo, confiaba a los compaeros yamigos su sentir y sus preocupaciones con estas palabras : Lo que hemosvivido es impresionante, pero, si en Amrica Latina no estamos muy atentos anuestros propios signos de los tiempos, el Concilio pasar al lado de nuestra Iglesia,y quin sabe lo que vendr despus1.

    Sealaba el presidente del CELAM, dos factores muy determi-nantes en la inspiracin de la II Conferencia General del EpiscopadoLatinoamericano: lo que hemos vivido(en Roma durante el Vaticano II)yla atencin a nuestros signos de los tiempos en Amrica Latina.

    Hay que tomar muy en serio el hecho de que los directivos delCELAM y cuantos obispos latinoamericanos participaron en el Concilio,vivieronuna experiencia eclesial y espiritual que les marc profunda-

    mente. En aquellos cuatro aos, dentro y fuera del aula conciliar (enlas 168 Congregaciones Generales de las 10 Sesiones del Concilio, y ensus celebraciones y oraciones, lecturas, consultas, dilogos, encuentrosy foros) Roma fue un hervidero de luces prendidas en la experienciaespiritual vivida como un Pentecosts.

    Entre los puntos de luz que impresionaron ms a los obisposlatinoamericanos, han destacado ellos la insistencia con que, dentroy fuera del aula conciliar, se hablaba de laIglesia de los pobresy de laeminente dignidad de los pobres en la Iglesia. Les asombraba or hablar enEuropa de la Iglesia de los pobres cuando, al comenzar los aos 60, enLatinoamrica no se hablaba de ella (pero exista) y an no haba nacidola teologa de la liberacin.

    Tefilo Cabestrero

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    37/244

    37

    El 11 de septiembre de 1962, cuando hacan maletas para viajar aRoma los obispos latinoamericanos, oyeron al Papa Juan XXIII hablarpor la radio de algunos puntos luminososen vistas al Concilio. Y, en el

    contexto de que la Iglesia siente el deber de hacer honor a sus respon-sabilidades frente a las exigencias y necesidades actuales de los pueblos,le oyeron decir: Otro punto luminoso: Frente a los pases subdesarrollados, laIglesia se presenta tal como es, y quiere ser la Iglesia de todos, pero, particularmente,la Iglesia de los pobres.2

    Ese punto luminosode Juan XXIII suscit comentarios y desa-rrollos dentro y fuera del aula conciliar, llegando a inspirar un Forosobre la Iglesia de los pobres, en cuyas sesiones romanas a lo largo de lascuatro etapas del Concilio participaron obispos, cardenales, peritos ytelogos, con asidua presencia latinoamericana. De ese Foro brotarauno de los signos eclesiales ms histricos del Vaticano II, que luegoresearemos.

    La resonancia de mayor impacto en el aula conciliar sobre laIglesia de los pobres, fue la intervencin del cardenal arzobispo deBolonia (Italia) Gicomo Lercaro, cuando el Concilio buscaba an surumbo al final de su agitada primera sesin, exactamente el da 6 dediciembre de 1962.

    En su extensa intervencin, el cardenal Lercaro reclam que alConcilio le faltaba un principio vivificador y unificantede todos sus temas.Y propuso uno con estas tres dimensiones: el Misterio de Cristo en lospobres, la eminente dignidad de los pobres en el Reino de Dios y en la Iglesia, y elanuncio del evangelio a los pobres. Lo razon teologal, eclesial e histrica-mente, y dijo: Esta es la hora de los pobres, de los millones de pobres que estnpor toda la tierra: esta es la hora delMisterio de la Iglesia madre de los pobres, estaes la hora del Misterio de Cristo en el pobre.

    Y pidi al Concilio, que el centro articulador de todas las temticasfuese el Misterio de Cristo en los pobres de la tierra y el Misterio de la Iglesiamadre de los pobres. Reclam prioridad para formular la doctrina evanglicasobre la eminente dignidad de los pobres en el Reino de Dios y en la Iglesia, ypidi que el Concilio estableciera el primado eclesial de la evangelizacin delos pobres.3

    El excelente cronista del Concilio que fue Jos Luis MartnDescalzo, calific la intervencin del cardenal Lercaro como el gran

    momento de la sesin de hoy: se poda cortar el silencio con un cuchillo,me comentaba uno de los asistentes; y al concluir, la asamblea estall enuno de los ms vivos aplausos que ha conocido el Concilio4.

    Primaca de los pobres en la misin de Jess y de la Iglesia

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    38/244

    38

    Pero, aunque el Concilio Vaticano II invitaba a la Iglesia-Pueblode Diosungida toda ella con la uncin mesinica de Jess y urgida porla caridad pastoral, a volver los ojos a Jess y abrazar su estilo(como pidi

    Pablo VI) para ir con su Espritu al mundo humanono a dominarlo, sino

    a escucharlo, acogerlo y servirle, el mundo humano del Concilio era sobretodo el mundo moderno centroeuropeo que viva buscando su estadode bienestar.

    En cambio en los pueblos de Amrica Latina, los procesos detoma de conciencia generalizada de la injusticia, dependencia, miseriay opresin, hacan imposible no escuchar el clamor de los millones deempobrecidos que irrumpan en la sociedad y en la Iglesia reclamandosalir de su estado de malvivir. Este era el segundo factor que haraque los puntos luminososvividos en el Concilio Vaticano II, iluminaranen Medelln la irrupcin histrica de los pobres como un apremiodel Espritu a las Iglesias del continente. Ir al mundo humano enesos pueblos, a evangelizarlo con el Espritu de Jess, era entrar en elsubmundo de las mayoras y minoras pobres como Iglesia madre de lospobres.

    Un preanuncio de eso hubo en Roma, cuando, tres aos despusdel reclamo del cardenal Lercaro, impact como un eco del mismo en

    la ltima sesin conciliar, el gesto de un grupo annimo de obisposque se comprometieron a ser servidores de los pobres en sus dicesis.Renunciaron a todo ttulo de grandeza y poder, a privilegios y favores,y a riquezas en vivienda, bienes y cuentas bancarias personales; y seobligaron a promover la justicia, la solidariad y el servicio a los pobres.La mayora eran obispos de Iglesias del Tercer Mundo; varios latinoa-mericanos junto a Don Helder Cmara, miembro de la directiva delCELAM, que fue de los inspiradores de ese grupo fraguado en el Foro

    de la Iglesia de los pobres.5

    Pablo VI y el CELAM, de Roma a Medelln

    La directiva del CELAM y el episcopado latinoamericano en elConcilio, tuvieron en el Papa Pablo VI acogida e inspiracin. En suprimer discurso al abrir la segunda sesin del Concilio, afirm el nuevoPapa:

    La Iglesia, abierta al mundo humano, mira con especial inters a los pobres,

    a los necesitados, a los afligidos, a los hambrientos, a los enfermos, a los encarcelados;mira a toda la humanidad que sufre y llora; sta le pertenece por derecho evanglico,y Nos nos complacemos en repetir a cuantos la integran: Vengan a m todos los quesufren (Mt 11, 28). 6

    Tefilo Cabestrero

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    39/244

    39

    Ms incisivo an fue para los obispos latinoamericanos la exhor-tacin de Pablo VI a la asamblea conciliar, cuando regres a Romadespus de su histrico discurso ante la ONU sobre la paz del 5 de

    octubre de 1965:La paz

    , dijo a los obispos,debe tener por fundamento la

    justicia, hagmonos, pues, abogados de la justicia porque el mundo tiene una grannecesidad de justicia y Cristo quiere que estemos sedientos de justicia. Y la justicia esprogresiva: cuanto ms progrese la sociedad ms se despierta en ella la conciencia delo imperfecta que es su estructuracin, porque salen ms a la luz las desigualdadesestridentes e implorantes que afligen a la humanidad. No son esas desigualdadesentre los ciudadanos y entre las naciones la mayor amenaza para la paz? Es precisoque nos preocupemos de la situacin de los pueblos en vas de desarrollo. Digmosloms claro: nuestro amor para con los pobres del mundo, cuyo nmero es in contable,

    tiene que ser ms solcito, ms eficaz, ms generoso (...). Al testimonio de la palabra,permtanos el Seor aadir ahora el testimonio de la accin.

    Dos afirmaciones de Pablo VI en su alocucin al clausurar elConcilio el 7 de diciembre de 1965, resonaran en las dos siguientesConferencias Generales del Episcopado Latinoamericano: Quizs nuncacomo durante este Concilio se haba sentido la Iglesia tan impulsada a acercarse a lahumanidad que le rodea, para comprenderla, servirla y evangelizarla en sus mismasrpidas transformaciones. YEn el rostro de cada ser humano, sobre todo si se ha

    hecho transparente por sus lgrimas y dolores, podemos y debemos reconocer el rostrode Cristo (Mt 25,40)7.

    Y hay que resear, finalmente, que, con motivo el dcimo ani-versario de la creacin del CELAM, el 24 de noviembre de 1965 (dossemanas antes de la clausura del Vaticano II) Pablo VI reuni a ladirectiva y equipos del CELAM y a todos los obispos latinoamericanosque participaban en el Concilio. Y les exhort a asumir como Iglesia enLatinoamrica, el desafo de una sociedad en movimiento, sujeta a cambios

    rpidos y profundos, donde defender lo que existe ya no bastaporque la masade la poblacin cobra conciencia cada vez mayor de sus difciles condiciones de vida, ycultiva un deseoirrefrenable y bien justificado de cambios satisfactorios.

    En esa exhortacin, se lament el Papa por quienespermanecencerrados al soplo renovador de los tiempos, y se muestran faltos de sensibilidad huma-na y de una visin crtica de los problemas que se agitan a su alrededor. Dijo alos obispos que la fe del pueblo latinoamericano debe alcanzar mayor madurez,y les anim a orientar la evangelizacin a transformar las parroquias en

    verdaderas y autnticas comunidades eclesiales en las que nadie se sienta extrao yde las que todos sean parte integrante, y a pasar a la accin social: La splicadolorosa de tantos que viven en condiciones indignas de seres humanos, no puedendejar de afectarnos, venerables hermanos, y no pueden dejarnos inactivos, ya que no

    Primaca de los pobres en la misin de Jess y de la Iglesia

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    40/244

    40

    puede ni debe quedar desoda e insatisfecha. Debemos asumir un compromiso solem-ne a fin de que la Iglesia, movida e inspirada siempre por la caridad de Cristo quecierra la va a soluciones de desorden y violencia, tome sus responsabilidades para laconsecucin de un sano orden de justicia social para todos

    .8

    Ya estaban los obispos latinoamericanos asomndose al hori-zonte de Medelln. Y es oportuno traer a ese horizonte romano deMedelln, un dato final de la Crnica de Medellncon que el Dr. HernnParada document el antes, el durante y el despus de la II ConferenciaGeneral: Los Documentos elaborados (en la Conferencia de Medelln)fueron entregados a Mons. Samor, quien vol con ellos a Roma,donde fueron entregados a Pablo VI. Y una vez que las CongregacionesRomanas comprobaron la ortodoxia de los Documentos, emitieronsus opiniones por escrito. Entonces el Papa dio su aprobacin. Y elmismo da de la aprobacin papal (24 de octubre de 1968) Pablo VIrecibi a Mons. Pironio y le manifest el agrado con que haba aprobado losDocumentos de Medelln, agregndole que dichos Documentos constituyenun verdadero monumento histrico. Y el Papa confi al Secretario Generaldel CELAM, que la Iglesia de Amrica Latina ha llegado a un grado de madu-rez y a un equilibrio extraordinario, que la hacen capaz de asumir plenamente supropia responsabilidad.9

    Hay que decir que el cronista no oculta que Roma transmiti alCELAM tres deseos: aclarar ms la expresin violencia institucionali-zada; que al exhortar en la solidaridad con los pobres a hacer nuestrossus problemas y sus luchas (Pobreza de laIglesia10) eso de las luchaspodra sonar a marxismo; y, en general, que al diagnosticar los malesdel Continente, se indiquen las eventuales soluciones.

    Lo que recupera el Magisterio Episcopal Latinoamericano

    De lospuntos luminososde Juan XXIII, de Pablo VI y del CardenalLercaro, que iluminaron la experiencia eclesial y espiritual del ConcilioVaticano II en Roma, se ven pocas huellas en los Documentos conci-liares10. Pero su luz se extiende por los Documentos de Medelln, dePuebla, e incluso por los de Santo Domingo aunque con menor inten-sidad.

    Esos puntos luminosos se concentran en bastantes pginas de losDocumentos de Medelln, sobre todo en Pobreza de la Iglesia, Pazy

    Promocin humana.En el Documento de Puebla, dan luz y fuerza proftica a la

    Visin socio-cultural de la realidad de Amrica Latinayde la realidad ecle-

    Tefilo Cabestrero

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    41/244

    41

    sial;acentuadamente en los nmeros 24-50, con los rostros latinoame-ricanos que son rasgos sufrientes del rostro de Cristo, y hasta el 149;y sobre todo a la Opcin preferencial por los pobres(1.134-1.165).

    Y en el Documento de Santo Domingo, se ven en Los nuevossignos de los tiempos en el campo de la promocin humana; sobre todo empo-brecimiento y solidaridad, con los nuevos rostros sufrientes (178-181).Tambin en los desafos de las culturas indgenas, afroamericanas y mestizas(228-262); y en las Lneas pastorales prioritarias, de manera particular enUna promocin humana integral de los pueblos latinoamericanos y caribeosyUna evangelizacin inculturada(296-301).

    Quien lee en sintona de fe con el Evangelio de Jesucristo

    los Documentos de esas Conferencias Generales del episcopadoLatinoamericano, ve en ellos la primaca de los pobres en la misinde Jess y de la Iglesia. Lo que el cardenal Lercaro llam el Misteriode Cristo y de la Iglesia en los pobres o la eminente dignidad de lospobres en el Reino de Dios y en la Iglesia. El punto luminoso que JuanXXXIII present diciendo que en los pueblos subdesarrollados, laIglesia de todos ha de ser particularmente Iglesia de los pobres. Algosin lo cual, la Tradicin eclesial dejara de ser la Tradicin de la Iglesiade Jesucristo.

    Tefilo CABESTRERO

    Guatemala, Guatemala.

    Notas

    1 G. Gutirrez, La recepcin del Vaticano II en Latinoamrica, en G. Alberigo-J. P. Jossua, La recepcindel Vaticano II, Madrid (1987) 227, nota 27.

    2 Un comentario de Gustavo Gutirrez a esepunto luminoso de Juan XXIII, en Alberigo-Jossua, op.cit. 221-225.

    3 G. Lercaro, intervencin en la Congregacin General del 6 de noviembre de 1962:Acta SynodaliaSacrosancti Concilii Ecumenici Vaticani IIVol I, Periodus Prima, Pars IV, 327-330. Traduccinespaola, T. Cabestrero En Medelln la semilla del Vaticano II dio el ciento por uno, RevistaLatinoamericana de Teologa 46, Enero-Abril 1999, pp. 65-67.

    4 J. L. Martn Descalzo, Un periodista en el Concilio I, Madrid (1964) 326-327.5 Martn Descalzo reseaba as ese gesto en su crnica del 30 de noviembre de 1965: El documento renefirmas episcopales y s que ayer sobrepasaba el centenar. Es un documento significativo y quiero reco-gerlo en estas crnicas porque estoy seguro de que permanecer como uno de los smbolos de este

    Primaca de los pobres en la misin de Jess y de la Iglesia

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    42/244

    42

    Concilio Vaticano II y de su espritu; Un periodista en el Concilio IV, Madrid (1966) 490-493.6 Pablo VI en la apertura de la segunda sesin del Concilio Vaticano II, en Concilio Vaticano II, BAC

    252, Madrid (1966) 773.7 Alocucin de Pablo VI en la clausura del Concilio Vaticano II, op. cit., 490-493.

    8 Pablo VI, Exhortacin Apostlica al Episcopado de Amrica Latina en Roma, en op. cit., 851-862.9 H. Parada, Crnica de Medelln, Bogot (1975) 237-238.10 Tres alusiones puntuales significativas se ven en LG 8; AG 3; PO 6.

    Tefilo Cabestrero

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    43/244

    43

    Jess, los pobres y la teologa

    IToda teologa es expresin de una praxis y de una espiritualidad,

    es decir, de una forma de ser cristiano y de seguir a Jess. Los momen-tos segundo y primero de los que ya hace mucho tiempo hablabaGustavo Gutirrez. Aunque a esta altura de los acontecimientos parez-ca una perogrullada, esta simple constatacin es uno de los grandesaportes de la teologa de la liberacin a toda teologa, una de aquellasafirmaciones que hacen de dicha teologa una maestra de la sospecha(P. Ricoeur), intolerable, an, para una parte importante de la inteligen-tzia teolgica, habite sta en Roma o en San Salvador, en Tubinga o en

    Buenos Aires.La historia de la recepcin del Concilio Vaticano II en AmricaLatina es inseparable del camino que las comunidades cristianas denuestro continente fueron haciendo, primero hacia los pobres, luegojunto a los pobres, finalmente desde los pobres. Y no podra relatarsede otra manera ni por otros caminos a la teologa que como consecuen-cia de dicha recepcin el Espritu alumbr entre nosotros. La opcinpor los pobres con todas sus implicancias, fruto maduro e inaudito del

    Concilio en Amrica Latina, da cuenta de ello.Lejos de quienes siempre quisieron ver en dicha opcin uncircunstancial desvo de la autntica fe cristiana perpetrado por loshorizontalistas de siempre, lo que los cristianos en Amrica Latinaexpresan en ella es la recuperacin de una dimensin esencial delEvangelio de Jess, olvidada muchas veces, pero leda entre lneas en lavida de aquellos creyentes, que nunca faltaron, que supieron expresar laradicalidad del Evangelio en los ms dismiles momentos de la historia.Por tenue que fuera en muchas circunstancias, la llama de esta antorchafue pasando de generacin en generacin (eso es la tradicin!) a lo largodel tiempo Y as fue que un da Juan XXIII invit a los cristianos asacudir de la sede de Pedro el polvo imperial de Constantino, a volver

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    44/244

    44

    a las fuentes y a hacer de la Iglesia la Iglesia de los pobres. En nuestrocontinente muchos se lo tomaron en serio. Y lo siguen haciendo.

    De toda esta perspectiva, se tiene experiencia o se carece de

    ella. Y si la situacin es esta ltima, lo que a uno le queda es abrirse ala autenticidad de la experiencia de otros o negarla tozuda, y a vecesridculamente. Creo que vale la pena un ejemplo de esta ltima actitud.En la Instruccin sobre algunos aspectos de la teologa de la libera-cin (1984), la Congregacin para la Doctrina de la fe afirma/acusa:Recordemos que la opcin preferencial definida en Puebla es doble:por los pobres y por los jvenes. Es significativo que la opcin por lajuventud se haya mantenido totalmente en silencio (VI, 6). Slo dosbreves comentarios. Uno apunta a lo conceptual: dos opciones, unacentrada en el dolor ocasionado por el ser humano y sus estructuras, yotra centrada en una franja etaria, no pueden tener la misma densidadteolgico-pastoral. El otro comentario es de ndole prctica: en AmricaLatina la inmensa mayora de los pobres son jvenes y la inmensa mayo-ra de los jvenes son pobres. Aquella distincin de Puebla, es muchasveces inverificable en la realidad. Pero como en Roma slo se evalanconceptos, las mayores barbaridades terminan dicindose sin sonrojar-se...

    En las siguientes lneas slo busco narrar algunas intuicionesque nos hablan de los pobres como lugar teolgico, desde la fe en el tes-timonio evanglico que nos ofrece a la relacin de Jess con los pobrescomo el lugar hermenutico y normativo para el pensar cristiano dela recepcin del Dios del reino y de la vida en abundancia.

    IISi en el siglo XX la teologa ha recuperado la centralidad de la

    teologa del reino para la cristologa, en Amrica Latina la teologa dela liberacin ha redescubierto la centralidad de los pobres para la teolo-ga del reino. Podramos hablar, entonces, del pauperocentrismo de lateologa del reino, y por lo tanto de la cristologa.

    Resulta elocuente la abundancia de palabras de Jess referidas alos pobres en los inicios de su ministerio: el reino de Dios que llega esbuena nueva para ellos, a ellos es anunciado, a ellos pertenece. Es comosi Jess necesitara definir el territorio socio-histrico de su misin.

    Le presentaron el libro del profeta Isaas y, abrindolo, encontrel pasaje donde estaba escrito: El Espritu del Seor est sobre m,porque me ha consagrado por la uncin. l me ha enviado a llevar la

    Oscar Campana

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    45/244

    45

    buena nueva a los pobres, a anunciar la liberacin a los cautivos y lavista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un aode gracia del Seor. (...) Todos en la sinagoga tenan los ojos fijos en

    l. Entonces comenz a decirles: Hoy se ha cumplido este pasaje de laEscritura que acaban de or (Lc 4,17-21).Jess proclama en la sinagoga de su pueblo las palabras mesini-

    cas de Isaas 61, con su clara referencia a Levtico 25: el ao del jubileo.El jubileo estableca la libertad de los esclavos y que cada cincuentaaos la tierra volviera a su reparto original, como si cada generacinde israelitas debiera pasar por la experiencia de volver a recibir la tierracomo don de Dios. Este ideal planteado por la Ley y no verificadoen la historia pasa, en Isaas, a formar parte de la esperanza mesinica:ser en los tiempos del mesas cuando aquellas palabras se cumplan. Yun sbado cualquiera, en Nazaret, Jess dice que es con l con quien secumple ese pasaje de la Escritura. Han llegado los tiempos del mesas,Dios manifiesta su misericordia con los pobres, lo nuevo y definitivose ha hecho presente en la historia! Los oyentes de Jess entendieronmuy bien de lo que hablaba: no es casual que este pasaje concluya con lanarracin del primer intento por asesinar a Jess (ver Lc 4, 28-30)... ElDios que se manifiesta en favor de los pobres sacude el orden vigente.

    Jess comienza a ser un tropiezo. Pero l sigue adelante:Felices ustedes, los pobres, porque el reino de Dios les pertenece!

    Felices ustedes, los que ahora tienen hambre, porque sern saciados!Felices ustedes, los que ahora lloran, porque reirn! Felices ustedes,cuando las personas los odien, los excluyan, los insulten y los proscri-ban, considerndolos infames a causa del Hijo del hombre! Algrensey llnense de gozo en ese da, porque la recompensa de ustedes sergrande en el cielo! (Lc 6,20-23)

    Con cunto romanticismo son ledas en ocasiones las bien-aventuranzas, dejando de percibir, as, todo el escndalo y alteracinde los valores que en ellas se encuentran! Jess proclama dichosos yfelices a los que la sociedad de su poca de toda poca! consideradesdichados e infelices: los pobres, los hambrientos y sedientos, los quelloran, los perseguidos y calumniados, los afligidos. Los que no cuentan.Los que no suman ni restan ms que para las estadsticas. De ellos es elreino de Dios. Ese el motivo de la dicha y la felicidad. Por eso el evan-

    gelio es novedad. La llegada del reino desconcierta a sus propiosdestinatarios. Jess confirma una vez ms que Dios est donde menosse los espera, sobre todo donde menos lo espera los establishmentreligioso-cultuales que en la historia han pretendido convertirse en las

    Jess, los pobres y la teologa

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    46/244

    46

    mediaciones exclusivas con el nico y verdadero Dios. Como lo enten-di el cura Brochero en el siglo XIX, perdido entre los paisanos de lassierras cordobesas: Dios es como los piojos: est con los pobres.

    Las bienaventuranzas muestran el punto de vista de Dios. Slodesde ah puede verse que el reino est llegando. Dios no mira a losseres humanos desde el pinculo del Templo ni desde la preceptivalegal. Dios los mira desde el margen e invita a los que esperan en l abuscar en otra parte.

    Las bienaventuranzas no admiten fciles moralizaciones; no cons-tituyen, tampoco, una tica de la debilidad como acusaba Nietzsche.La felicidad de los bienaventurados no radica en la pobreza, el hambre,

    el dolor o la persecucin: radica en que Dios est con los que padecentodo ello. Lo que quiere decir, que su suerte no es tal como castigo porsus pecados ni como fatal predestinacin divina, sino como consecuen-cia de causas sociohistricas que pueden ser revertidas porque depen-den de la accin de otros seres humanos. Dios se corre, as, del lugar degarante del orden vigente.

    Siempre me he preguntado por qu la pobreza constituye elprinceps analogatum del dolor humano, el smbolo supremo y privi-legiado de las ms variadas formas del sufrimiento. Y es que si hay unpadecimiento que depende pura y exclusivamente de la accin del serhumano y de sus estructuras, que no puede ser atribuido a la finitud nial fatalismo en ninguna de sus formas, se es la pobreza. Y esto, muchoms en un mundo que ha llegado a niveles de desarrollo que podrandesterrarla en absoluto. La pobreza no minimiza ni desmerece ningunaotra manifestacin del dolor, pero las hace a todas ms gravosas.

    Lo que hace de los pobres depositarios del reino es su mismasituacin de pobreza, y no otra cosa. Frente al abandono y la injusticia

    cometida por los seres humanos, Dios se hace presente y cercano consu reino. La predileccin de Jess por los pobres est en la lnea delAntiguo Testamento, aunque en l parece radicalizarse: mientras queen las otras bienaventuranzas el don del reino de Dios se proyecta alfuturo, en el caso de los pobres se habla del presente: el reino de Diosles pertenece (Lc 6,20), a ellos les pertenece el reino de los Cielos(Mt 5,3). Mateo agrega en este presente a los perseguidos por practicarla justicia! (5,10). Dios, en Jess, mira la historia desde el lugar de los

    desheredados e invita a quienes lo escuchan a convertirse, a cambiar deptica.

    Oscar Campana

  • 7/31/2019 Comision Teologica Internacional - Cristologia de La Liberacion

    47/244

    47

    IIIPor eso Jess insiste ante la pregunta de los discpulos de Juan

    Bautista sobre su identidad. Juan, en la crcel, oyendo hablar de la acti-

    vidad de Jess, aparentemente desconcertado, le manda a preguntar:Eres t el que ha de venir o debemos esperar a otro? Jessles respondi: Vayan a contar a Juan lo que ustedes oyen y ven: losciegos ven y los paralticos caminan; los leprosos son purificados y lossordos oyen; los muertos resucitan y la buena nueva es anunciada a lospobres. Y feliz aquel para quien yo no ser ocasin de escndalo! (Mt11,2-6).

    La respuesta de Jess hace referencia a los signos que acom-

    paan su misin. Una mirada desatenta o desinformada catalogaraesos signos en dos categoras: milagros/prodigios (los referidos a losciegos, paralticos, leprosos, sordos y muertos) y anuncio/predicacin(el referido a los pobres). Desde una profunda perspectiva bblica, dichadistincin no sera la ms apropiada. Lo que Jess les responde a losdiscpulos del Bautista es que lo indito e inaudito en la historia de losseres humanos est aconteciendo ahora y con l. De all que el anunciode la buena nueva a los pobres est a la misma altura que signos comola resurreccin de los muertos. Es ms, en el increscendo que el textopropone, el anuncio a los pobres corona la lista de prodigios a los queJess se refiere. Tanto o ms milagroso que resucitar a los muertos esdecir a los pobres que Dios les da su reino!

    En la Iglesia de Roma, los dicasterios curiales le preguntan a lasjuntas mdicas si tal o cual curacin ha sido milagro o no... Parece queDios se ha revelado no en las palabras y los gestos del Nazareno, all enla Palestina del siglo I, sino en los apologistas antimodernos del XIX.No estara de ms, acompaados de uno o dos (ver Mt 18,16), recordar-

    les a esos hermanos que el nico milagro que nos fue dado continuar enla historia es el anuncio de la buena nueva a los pobres. En las ltimasdcadas, muchas comunidades cristianas de Amrica Latina y la teo-loga que las aco