Colombia Artesanal

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COLOMBIA ARTESANAL Disputas por una colombianidad desde la producción artesanal Requisito parcial para optar al título de Magister en Estudios Culturales MAESTRÍA EN ESTUDIOS CULTURALES FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA 2011 DANIEL RAMÍREZ EDUARDO RESTREPO Director

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COLOMBIA ARTESANAL Disputas por una colombianidad desde la produccin artesanal

Requisito parcial para optar al ttulo de Magister en Estudios Culturales MAESTRA EN ESTUDIOS CULTURALES FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA 2011 DANIEL RAMREZ EDUARDO RESTREPO Director Yo, Daniel Sebastin Ramrez Prez, declaro que este trabajo de grado, elaborado como requisitoparcialparaobtenerelttulodeMaestraenEstudiosCulturalesenlaFacultad deCienciasSocialesdelaUniversidadJaverianaesdemienteraautoraexceptoen donde se indique lo contrario. Este documento no ha sido sometido para su calificacin en ninguna otra institucin acadmica. Daniel Sebastin Ramrez Prez 24 de mayo de 2011 Agradecimientos Eltrabajoinvestigacin,comoobstinacin,nololograunoslo;siempresedebetenera alguienqueestallparaalentar,divergir,digerirydecepcionar.Esas,comodebo agradecer a Verny por la paciencia respecto de y el auspicio de un proyecto biogrfico del que muchos padres se aterraran; a Eduardo Restrepo, por el apoyo y las sugerencias sobre la tesis, pero tambin por mostrarme que a pesar de la maestra, el proyecto de los estudios culturalesimportaeimportapolticamente.Igualmentedeboagradecerloscomentarios, siempretardamenteentendidos,deAxelRoja,MarianaSaavedra,JulioAriasySonia Serna y de forma ms amplia, pero no menos importante, a los participantes del proyecto de Identidades regionales en los mrgenes de la nacin por los espacios y valiosos aportes en la discusin. AGladysSalazardeArtesanasdeColombiaS.A.,porelapoyoenelcentrode documentacinyporelentusiasmorespectodeunainvestigacinquenoseredujeraal diseo.AColcienciasporelapoyoeconmicoparaunaodetrabajo;aCorferias, ArtesanasdeColombia,FarexyOrigenColombiaporelapoyologsticoenlasferias.A los artesanos y artesanas con los que converse. Finalmente,peronomenosimportante,aJuana;porsoportartresaosdeconversaciones monotemticas y por los desplantes suscitados cuando la obstinacin me absorba. Tabla de contenidos Introduccin...i La Historia de la produccin artesanal..1 Precauciones......2 La artesana y la prehispanidad..7 Los gremios decimonnicos y la actualizacin de la historia artesanal ...25 Produccin de la produccin artesanal35 Sin mesianismo no hay artesana 35 Popularizacin de la artesana: nacionalizacin48 Popularizacin de la artesana: masificacin56 la verdad artesanal65 Mercancas con identidad 83 Los escenarios de la articulacin: Colombia artesanal..90 El pas hecho a mano.....91 Slo a un colombiano se le ocurre.....107 Eres Colombia, ests donde ests..112 Consideraciones finales ..117 Neonativismo corporativo..117 Produccin de la distincin ...121 Referencias bibliogrficas Anexos Imgenes Tabla Mapas i Introduccin LasartesanasenColombia,pormuchotiempo,estuvieronrelegadasenelinventariode objetos de la nacin, incluso hubo un tiempo en el que ni siquiera fueron tenidas en cuenta comoobjetosdignosdetalconsideracin;devaluadoslosproductos,menospreciadoslos oficios y rezagados los productores en el marco de la produccin industrial y artstica resultaba, hasta hace muy poco, imposible pensarles como soportes para la narracin de la nacin. Una cuestin que hoy podra parecer extraa toda vez que la cotidianidad nacional haempezadoacargarse,desdeelmbitoestatalyempresarial,coneventosenlosquese nosrecuerdaque,comocolombianos,debemosreconocernosenunaproduccinartesanal que tiene sus races en un remoto pasado prehispnico que, no obstante, ha sido actualizado desde las capacidades laborales y creativas de su pueblo. Hubo, entonces, un quiebre o, por lo menos, un forma distinta de pensar a la nacin y a la produccin artesanal. Con la Constitucin de 1991 nos hemos acostumbrado a pensar que la nacinsimplementesehizomsampliayqueellopermitidarcabidaasujetos,objetos, historias, lugares, etc. que antes haban estado por fuera o al margen de la narrativa oficial. Desdeestaptica,loquehabraocurridoenlosltimossieteaosseraunalgica consecuenciadelaaperturadelanacindonde,ahoras,laproduccinartesanalsera nacionaly,entonces,esaexaltacinrecientenoseranadadistintodeunareconciliacin lgica con unrasgo delque nos habamos olvidado. Sin embargo, otra forma de pensar la cuestin es atendiendo y entendiendo la especificidad y densidad del cambio, una cuestin que supone hacer objetos extraaos a la nacin y a la produccin artesanal y sobre todo a su relacin; este ejercicio posibilita ver que el cambio constitucional es un cambio en la nacin ensmismanosloensuandamiajejurdico-polticoy,alavez,quelaproduccin artesanalnoesuninmutableyplenamenteconstituidoqueentraengrosarlosobjetos nacionales.Estaltimaperspectiva,adems,permiteentendercmolainsercindela produccinartesanalenelinventariodeloquepesaycuentacomocolombianonoinicia con la Constitucin del 91; pero tampoco en los albores de la historia. ii Ahora bien, si la realidad es una construccin social e histricamente determinada como sedesprendedelaltimapostura,elcambioalquealudonoessimplementeuna transformacin en la forma cmo se consideraban la nacin y la produccin artesanal; ms bien es una forma distinta de producir cada uno de estos artefactos. Aqu, entonces,ya no setratadeanalizarvariacionesenlasformascomosepercibenoseimaginanestas constanteshistricas;elasunto,msbien,esdepoderentenderlaarbitraria,azarosay violentaespecificidaddelonacionalenlaproduccinartesanalydeloartesanalenla nacin. Se trata, entonces, de analizar una relacin que emerge de una no relacin, de asir una articulacin. En este sentido, el primer y principal asunto de esta tesis, es el rastreo de la emergencia de unodelosregmenesdecolombianidad(Castro-GmezyRestrepo2008)desdeelque enlaprimeradcadadelsigloXXIsenoshaempezadoareclamaryproducircomo colombianos.Recordandoquecomorgimen,Colombiaartesanalesunarregloinestable de relaciones de fuerza entre muchos posibles y de existencia simultnea desde donde se determina y rige lo que pesa y cuenta como colombiano; quiz, como rgimen, no sea el msimportante,perosesunodesdeelquelaidentidadnacionalsehaempezadoa consolidardesdelasprcticasdeconsumoque,porsubanalidad(Billig1998),parecieran nodesplegarmecanismosdeproduccindelonacional,sinosimplementereclamary reproducirunrepertorioexistente.Elejemplomsclarodeestosepuedeencontrarenla proliferacindecomercializadorasdeproductosartesanalesentrelasqueestaSalvarte, de los hermanos Uribe Moreno y, entre muchas, las campaa desplegada por la marca de cerveza Club Colombia que inici en abril de 2011.1 Pero,elrastreodeesergimen,suponeeldesprendimiento,oporlomenosel distanciamiento,deciertascertezasconlasquenoshemosacostumbradoapensarla nacin, la identidad nacionaly la produccinartesanal. En cuento a la nacin; adems del llamadoquehaceBenedictAnderson([1983]1993)paraentenderlanacincomoun

1 Aunque esta campaa apareci cuando culminaba el proceso de escritura del texto, vale la pena mencionarlo ytenerlopresenteporqueesunacampaaqueoperadesdeelmbitoprivado,ubicaalasartesanascomo objetos susceptibles de ser tenidos en cuenta como parte de la identidad nacional y, entre otras cosas, porque esalgoquenosproduceorgullo,unoqueseestperdiendoyquemereceserrescatado;noenvano,la campaa se denomina orgullo perdido (Cf. www.orgulloperdidoclubcolombia.com).iii artefacto de la modernidad, es decir, como una forma de comunidad que no es connatural a lahumanidadnihasidoconstanteenlahistoria;tambinesnecesarioentenderqueesa formadeagregacinyaquundistanciamientorespectodelmisoAndersonno necesariamente est soportada en un sentimiento de fraternidad o camaradera posibilitado por la igualdad que se le supone a los sujetos nacionales el imaginarse en un mismo tiempo ylugar.Lanacinmsbien,comolohanmostradoBhabha([1994]2002),Chatterjee ([2007]2008)yAlonso([1994]2004)entreotros,esunaformadenosotrosquerequiere tantodemecanismosparaproducirhomogeneidadenelquiennacional,ascomode mecanismos que generen diferencias en trminos de desigualdades y jerarquas. Enesteordendeideas,laidentidadnacionalnoesunaesenciaquenosvinculaconun territorio, un idioma, una religin, unas personas y unos objetos, etc.; ms bien, sta esuna construccin,yportantoelfrutodeunarduotrabajodeidentificacin,selecciny posicionamientodetodoellocomoalgonacionaly,porlotanto,elreconocimientoy exhibicin de ese conjunto como algo que ratifica nuestra pertenencia a la nacin depende de una serie de ejercicios de poder que nos ubica frente a ellos y nos llama a reconocerlos como parte de nuestraestructura de sentimientos como lo plantea Alonso ([1994] 2004) siguiendo a Raymond Williams. Siestoesas,entonceslaproduccinartesanalengeneral,perolaartesanaenparticular, nosonsimplesrasgosdeunanacinquehastahacepoconosehabadadocuentadesu importancia;eseposicionamientodelaproduccinartesanalcomounreferenteidentitario delanacinrespondemsbienaunaformatotalmentedistintadeproduccindeesa produccin.Esanuevaformapuedeobservarseenlaidentificacinyclasificacindelas personas que pueden y las que no identificarse y representarse como artesanos, en los objetosqueencarnanyledancuerpoalacategoraartesanalylosqueno-,enfin,en todos los espacios, las prcticas, los conocimientos que, entre otros, determinan tanto lo que esartesanalcomoloqueesposiblehacerconello.Esdecir,esatransformacinenla produccin artesanal puede observarse en lo quelas delimitaciones, en trminos de lo que puede hacerse y decirse en nombre y con las artesanas, dejan por fuera. iv As, lo que por mucho tiempo fueycon lo que la nuevaproduccin entra en disputa claramenteidentificablecomoartesana,empiezaaquedarporfueradeloquesesupone sea esto; quedando, entonces, dentro de categoras que el saber experto y el sentido comn ha posicionado como jerrquicamente inferiores. Lo que ha ocurrido con las manualidades es muy esclarecedor en este sentido. AprincipiosdelasegundamitaddelsigloXXestabaclaroqueelarteeraunaprcticay una expresin que encarnaba un exquisito gusto esttico que, adems, empezaba a dar paso alaexperimentacinconmirasaunatransformacindelcanon(Cf.Giraldo2007);no habapie,entonces,paraconfundirelarteconlasmanualidades,queeranelaboraciones manuales con algn valor esttico juzgado desde el arte realizadas por profesionales en reasconalgunaformacinartsticacomolosarquitectoso,almenos,porpersonasque acababan de llegar del exterior y traan en sus manos la vanguardia artstica del mundo con laquehacanobjetosdecorativos.Sinembargo,noresultabaigualmentesencillo diferenciar estos objetos de aquellos que los campesinos elaboraban de forma annima, que tambineranproducidosmanualmenteyquesedenominabanartesanas.Unasugerente solucin a este dilema deriv de la aplicacin de la misma lgica clasificatoria entre lo alto y lo bajo de la esttica, y que puso a las manualidades en el mismo registro de las artesanas porque eran elaboraciones de colombianos pero que se diferenciaba de las del pueblo, porque stas las hacin personas cultas, es decir, que eran artesanas cultas (Cf. Mora de Jaramillo [1968] 1969). Sin embargo, ante la posibilidad de la corrupcin de estas expresiones estticas del pueblo solamentecampesinosprovenientedesuinsercinenelmercadocomobienesde consumo,rpidamenteseconvirtieronenobjetossusceptiblesdeunconocimientoexperto que deba procurar conservarlas o potenciarlas econmicamente sin atentar contra lo que se supona las hacia popularesla tradicin; con este proceso las artesanas empiezaron a diferenciarse de las manualidades que, entonces, fueron vistas como una importacin o por lo menos como una expresin no propia de la nacin. El proceso es mucho ms largoy lo describoconmayordetalleenelsegundocaptulo,peroloquesesciertoesqueconla construccindelaproduccinartesanalcomounobjetosusceptibledeconocimientoe v intervencinexperta,lasmanualidadespasanaserapenasunaocupacinparacubrirel tiempo libre de poblaciones que difcilmente pueden encarnar al quien de la nacin: adultos mayores, presos, amas de casa, nios, etc. Loquequieroponerdemanifiestoesqueapesarqueeltrminoartesananospermita movernoshastaeliniciodelahistoria,comosuelehacerse,difcilmenteesetrmino guardarunaidentidadconaquelquehoydelimitayespecificaciertascosasqueparecan impensableshacealgntiempo;perolaapuestaesmayor,porquejustamentela imposibilidaddeidentidadnosalejadelasuntolingsticodelaconnotacin,quesupone un significante vaco que se llena de formas distintas conforme nos movernos en el tiempo yelespacio,yentoncesnospermiteubicarnosenunplanodeemergencias,derealidades nuevasque,adems,nosonslolingsticasporqueestnancladasamaterialidadestan contundentes como museos, talleres, libros, etc. Es slo desde esta perspectiva que se hace posiblepensarenlaproduccinartesanalcomounartefactoqueemergeenlasegunda mitad del siglo XX y no, como nos hemos acostumbrado a pensar, antes o en la llegada de losespaolesaloquehoyesColombia.Tambin,aquesposibleentenderquesu emergencia est anclada a relaciones de fuerzas que desbordan la circunscripcin nacional y tiene mucho que deberle al reordenamiento de las relaciones internacionales de poder de lasegundapostguerra.Elmovimientoquehago,ademsmepermiteobservarquela produccinartesanalhasidoencarnadapordistintossujetosalolargodeestoscasi cincuentaaosdehistoriayqueaesossujetosseleshasupuestounoovariosproductos como connaturales: iniciando con loscampesinos del altiplanoy lacermica, pasando por los indgenas y su cultura material, hasta llegar a los indgenas del costa atlntica con los tejidosylacestera;peroloimportante,deestemovimientoesquemepermitevercmo cadaunodeesosproductores,consusproductosyrespectivosconsumidoressonfrutode configuracionesinestables,yportantoabiertasadisputa,quedesbordansiesquetal cosaesposibleloexclusivamentepertenecientealaproduccinartesanalentrminos econmicos, polticos, ideolgicos y sociales entre otros. Todoestoesloquequierodecircuandoplanteoquehahabidounasdisputasporla construccin de una colombianidad de un rgimen- desde la produccin artesanal.vi Ahora,loparadjicoesquesibienenlosltimossieteaoslaproduccinartesanalha proliferado y los escenarios para el consumo de los productos se han multiplicado, tambin hahabidounareduccinocerramientoparalosobjetos,laspersonasylasprcticasque puedenencarnanloartesanalentrminosdeproduccin,circulacinyconsumo.Estoes, queamayorvisibilidaddelasartesanasdentrodelmercadonacionaleinternacional, tambin es mayor la vigilancia sobre lo que pesa y cuenta como artesanal. Estaparadoja,suscitaotraconlaquesecompletaelpanoramadelproblemade investigacin.Alavezquelaproduccinartesanalseconsolidacomounreferente identitariodelanacinyquesenosconvocaareconocernuestranacionalidadenel consumodelosproductosysusproductorescomoespectculo,loquesuponeuna menorsolemnidadrespectodelabandera,elhimno,elmapayelescudo-parala reproduccindelaidentidad,haresultadoindisociabledelaexhibicindecapitales econmicos para adquirir los productos y culturales para apreciar la diversidad de la que dan cuanta los objetos que estn distribuidos de forma desigual en la sociedad. Sonestaparadojaslasquesuscitaronlapreguntasobrelaformacmo,desdemltiples disputas,laproduccinartesanalsearticulaalaidentidadnacional?,unapreguntaque ameritaba la resolucin de otras dos, cmo surge la produccin artesanal en Colombia? y cul es esa colombianidad a la que lo artesanal se articula? Como deca en un principio, lo que me interesa es la articulacin, la construccin de una relacin entre dos objetos que no tenanrelacin.Cuandohablodearticulacinlohagopartiendodeunaconstruccin discursivadelmundo;unaconstruccinque,comoadvierteHall([1996]2003),es contingenteyporlotantomodificable.Enestesentidocuandomepreguntoporla emergenciadelaproduccinartesanalenColombia,nolohagoparaencontrarcomos lo hace lo que he identificado como el dominio de lo artesanal (Ver. primer captulo) al primerpobladorque,enelterritorioactualdelanacin,manualmenteelaborunobjeto; ms bien, lo hago para encontrar las relaciones de fuerza que en un momento determinado producenunrecortesobrelasmultiplicidadesparahacerentrar,enundominioespecifico decosas,asujetos,prcticas,objetos,etc.SiguientoaFoucault(1982,1993b,1999ay 1999b)loquehagoesunagenealogaunapreguntaporlaemergenciaynoporel vii origenquemepermitaentenderlaformacmociertossujetos,ciertastcnicas,ciertos objetos,empiezanaserconsideradoscomopartedeloartesanal;esdecir,loquebusqu con el trabajo de archivo documental y visual-, las observaciones en los eventos feriales ylasconversacionesconartesanos,pblicoypersonaladministrativoenesasferiasfue encontrar la emergencia, el despliegue y dispersin de lo que denomin como dominio de lo artesanal.Estedominioesunafinarelacinentreloquesepuedehacerconyloquese puede decir sobre la produccin artesanal en el registro del saber experto y en el del sentido comn; relacin que ha ubicado los orgenes de esta produccin en los albores de la historia de Colombia, que ha puesto como saberes especializados y autorizados a los socilogos, los economistas,losantroplogosylosdiseadoresdondeelloshansidopartedela consolidacindeesarelacin,yque,enlosltimossieteaos,hadadopieparala consolidacin de un nuevo rgimen de colombianidad. Ese dominio, que se puede ver en sus mltiples especificidadesy densidades a la largo de los tres captulos, fue rescatado entre una serie de borramientos, yuxtaposiciones y arreglos rechinantemente armnicos que ubiqu en cuatro espacios distintos. El primero, de carcter documental, que est constituido por informes, diagnsticos, carpetas de diseo, programas detelevisinydocumentalesdeArtesanasdeColombiaS.A.yelMuseodeArtesy TradicionesPopulares;enesteespaciotambinatendalaspublicacionesinstitucionales quefueronproducidasdesdeladcadadelsesentamomentoenelqueemergeeste dominioantroplogos,socilogosydiseadores.Elsegundo,portrabajosacadmicos desarrolladosenmodalidadesdelibros,folletos,artculos,tesisymonografas,desdela sociologa,laantropologaylahistoriografa;endondelosautoresnotenanrelacin directaconlaArtesanasdeColombiaoelMuseodeArtesyTradicionesPopulares.El tercero,desdeeventosferialesrealizadosenBogot(FeriadelasColonias2009y Expoartesanas 2009), Medelln (Expoartesano 2009) y Cartagena (Farex, Origen Colombia y la Feria Cultural y Artesanal del Caribe 2010), en los que atendi a la escenificacin de las ferias,tantocomoalasdinmicasdecompradelosvisitantes.Enesteltimoespacio realicalgunasentrevistasaartesanosypersonaladministrativoy,unnmeroingentede conversacionesconvisitantes,quetenancomofinentenderlaformacmoseestaba poniendo en circulacin y consumiendo esta ltima forma deproduccin de la produccin viii artesanal.Uncuartoespacio,loconstituyenlasrevistasdeAvianca(Apuntesdeabordo, Apuntesdeabordo/Inflaghtnotes,Elmundoalvuelo/inflightnotes,Elmundoalvueloy Aviancaenrevista)publicadasdesde1969hastael2009yalgunasguastursticasquese publicarondesde1936hastael2009;conlasquepretendentenderlarelacinentre artesanas y turismo. Desdeestosespaciosbusqurecuperarladensidadyespecificidadhistricadela produccinartesanalencuantoa:instituciones,tantodelordenestatalcomodelprivado; conocimientos autorizados; objetos legtimos y poblaciones marcadas o desmarcadas como artesanalesqueensusmltiplesdisputasporentrarosalirdelacategora,produjeron recientementeelrgimendecolombianidadalquehealudido.Eltrabajo,entonces,seve reflejado y distribuido en tres captulos que no responden a una continuidad temporal sino a problemas concretos. En el primero La Historia de la produccin artesanal pongo de manifiestodosoperaciones,desdeelconocimientoexpertoynoexperto,quelograron ubicar a la produccin artesanal como una obviedad cotidiana y hacer que la historia de sta seaindiscernibledeladelanacin.Estasoperacioneshansidodescritascomoel presentismohistricohacerquelahistoriaencajedentrodelascategorasdeanlisis conlasquecontamosenlaactualidadyelcontinuismooetapismoverlahistoria comoundesarrollounidireccionalquetranscurreentrealgnpuntodeorigennicoyun destinosimilarque,muestralasdiferenciascomoetapasdeunamismalneatemporal. Estasoperaciones,noobstante,noestncircunscritasaloartesanal,msbiendesdeellas noshemosacostumbradoapensarunacantidaddecuestionescontradictoriasque, finalmente, terminan armnicamente posicionadas como partes de una unidad mayor. Loqueintentoenestecaptuloesmostrarcmolanacionalizacindelaproduccin artesanal requiere de su ubicacin en una temporalidad similar a la de la nacin. Hago esto para marcar el presentismo histrico y el continuismo como dos prcticas de las que es necesariodesprenderseparapermitirnosentenderlaparticularidaddelaproduccin artesanaly,as,loextraaqueresultasuarticulacindentrodeunrgimende colombianidad.Esaprcticalaubicoenlosdiscursosexpertosdelaantropologayla arqueologa,paraelprimercasoy,delahistoriografadelosmovimientosobrerosen ix Colombiaparaelsegundo;esadistincin,porsupuesto,essloanalticapueslas operacionesnoslosedesarrollandesdeestoscamposdeconocimiento;perotampocose les puede suponer una correspondencia de uno a uno entre el presentismo y la antropologa y la arqueologa, como tampoco entre el continuismo y la historiografa. EnelsegundocaptuloProduccindelaproduccinartesanalexpongocmodesde mediadosdeladcadadelsesentaemergeesedominiodeloartesanalcomoefectodela corrupcin de las tradiciones populares que, se supona, haba surgido con el despliegue de las estrategias desarrollistas, en la figura de los Cuerpos de Paz(Peace Corps Volunteers) en las zonas rurales. Desde all avanzo en el tiempo conforme las modificaciones y ajustes enelcamposevansuscitando;esall,entonces,dondemuestrocmolaproduccin artesanalseacentacomouncampoindisociabledelosdiseadores,cmolosobjetos asciendendesdelacallehastalapasarelaycmo,eneseproceso,losobjetossehacen menos literales y ms abstractos, menos artesanales y ms artsticos. Finalmente,eneltercercaptuloLosescenariosdelaarticulacin:Colombia artesanal traigo a colacin los lugares desde los que se hizo predominantemente visible la articulacin de la produccin artesanal y la identidad nacional, posibilitado la emergencia de un nuevo rgimen de colombianidad. Esos lugares desde donde se hace ms palpable el rgimenquenosinterpelasonelConcursoNacionaldeBelleza,unacampaapublicitaria de Bancolombia y una serie de eventos feriales y de modas realizados a lo largo y ancho del pas. La tesis termina considerando dos asuntos fundamentales a la hora de entender el rgimen decolombiniadadquehaemergido.Elprimero,laestabilizacinyestetizacindela diferenciacomocondicindeposibilidadparahacerquelasartesanasseanproducidas comoexpresionesculturalesdelanacin.Elsegundo,lasprcticasdedistincinqueel consumodelasartesanasparecenayudaraacentuar.Doscuestionesponenevidencialas formas violentas como Colombia ha llegado a constituirse en un pas hecho a mano o en un pas artesanal. 1 Nacionalizacin de la produccin artesanal En este captulo muestro dos operaciones desde las que nos hemos acostumbrado a pensar quelahistoriadelaproduccinartesanalenColombiaesindiscernibledeaquelladela nacin;incluso,enalgunoscasos,queleprecede.Estoesotraformadeplantearqueesa relacin a la que cada vez ms nos acostumbramos, no es natural y por lo tanto su aparente insociabilidadeselfrutodeunarduotrabajodearticulacin;unaprcticaqueestablece relaciones entre relaciones previas o entre no relaciones. Inicielcaptuloprecisandooprecaviendolasparticularidadesdeestaprcticay posteriormentemuestrocmodesdelaexperticiaantropolgica,arqueolgicae historiogrfica pero no slo desde estas disciplinas la arbitrariedad de la relacin se ha logradoborrarparahacerlaeterna,naturalytansimple,quelaartesanapuedaserun referentedeidentidadnacionaloquelaidentidadnacionalpuedaestarencarnadaenla artesana.Estoltimolohagomostrando,enlafiguradelaantropologaylaarqueologa principalmente,laformacmoseconstruyeunahistoriaconlascategorasdeanlisisdel presente:presentismohistrico;unaprcticaqueimposibilitalaemergenciade singularidades porque siempre busca constantes. Ahora,dadoqueesarelacinentreproduccinartesanaleidentidadnacionalnopuede quedarse simplemente anclada en el pasado, nos hemos acostumbrado a realizar un segundo ejercicio desde el que nos permitimos actualizar el estado de esas relaciones naturalizadas. Estasegundaoperacineselcontinuismoquetrabajodesdelahistoriografadelos movimientos obreros en Colombia, con el que las rupturas y discontinuidades se omiten enelmomentoenquelassingularidadesseubicanenunanicalneatemporalque simplemente se segmenta por etapas de dan cuenta de variaciones. 2 Precauciones Antesdeiniciardeboestablecervariasprecaucionesdeordenterico-metodolgico,pues considerqueesprecisoponerenlimpioalgunasdelascaractersticasquesuponela articulacin como un tipo especfico de relacin. Contrariaalasimaginesmecnicasdelensamble,engraneoacople,conlasque habitualmentepensamoslasrelacionesentredosomselementosyconlasquedamos cuenta de formas en las que estos se ubican junto a otros, se suman o complementan sin perdersuscaractersticasparaunaproducirunefectofinaldemayormagnitud;aquella delaarticulacinesmscercanaalageologa,porcuantosuponelaconsolidacinde terrenos que son producto de sedimentaciones, cambiosy formas azarosas de relacin. No envanoGrossberg(2009:29)planteaquelaprcticaanalticadelosestudiosculturales est determinada por la posibilidad de trazar las lneas, mapear las conexiones e identificar las diferencias de fuerza que operan y posibilitan la prctica transformativa o el trabajo de hacer, deshacer y rehacer relaciones y contextos, de establecer nuevas relaciones a partir de viejas relaciones o de no relaciones que producen la realidad. Como lo argumentan Laclau y Mouffe ([1984] 2004) la articulacin es una prctica que se realizadesdequeexistelaposibilidaddeaccindesarticular,articularyreaticularen un complejo discursivo.2 Lo que hace entendible que el ejercicio articulador no opere sobre entidadesplenamenteconstituidaseinmutables,comotambin,quetalejerciciosea

2 Varios autores, entre ellos Laclau y Mouffe, han sealado las dificultades que se desprenden de la arraigada antinomia entre lo real y lo imaginario o discursivo, pues ello se sostiene, como lo argumenta Hall (2010a), en unaconcepcinreferencialdellenguajerespectodelamaterialidaddelmundo;dondelafuncinlas representaciones es reflejar lo quematerialy efectivamente ocurreen laexterioridad del pensamiento. Estos autores,quehansidorotuladoscomoparticipesdelgirodiscursivo,porelcontrariohansostenidoquelo discursivoesunaprcticaqueproducealmundomismo;esdecir,queellenguajenoesreferencialsino constructivo.Laclauy Mouffeejemplifican con precisiny simpleza elasunto:Unterremoto o lacadade un ladrillo son hechos perfectamente existentes en el sentido de que ocurren aqu y ahora, independientemente de mi voluntad. Pero el hecho de que su especificidad como objetos se construya en trminos de fenmenos naturales o de expresin de la ira de Dios depende de la estructuracin de un campo discursivo. Lo que no seniegaeslaexistencia,externaalpensamiento[],sinolaafirmacindequeellospuedanconstituirse como objetos al margen de toda condicin discursiva emergente (Laclau y Mouffe [1984] 2004: 146-147).3 contingente,arbitrarioy,portanto,deefectosinesperados.Adems,loscomplejos discursivosdifcilmentesearticulancomototalidadounidadesestables;laarticulacinse ejerce sobre elementos posicionados diferencialmente dentro de las formaciones discursivas momentoseselconceptoqueutilizanLaclauyMouffey,entalsentido,son susceptibles no slo de ser desarticulados, articulados y re-articulados dentro de novedosas orecurrentesdiscursos,sinotambindetransformarsuidentidadhistricamente condicionada por el efecto que genera su insercin dentro de un terreno en el que se hayan sedimentados otros elementos discursivos. Las precauciones planteadas sobre la articulacin, permiten poner sobre la mesa un asunto lgido: no es todo lo artesanal y menos un nico rgimen de colombianidad lo que est en articulacin.Hayquedecirqueloartesanalesundominiocompuestopormltiples relaciones,oficios,tcnicasyexperticiasquenoentrancompletamentedentrodela articulacin y, por lo tanto, slo algunos de esos elementos son susceptibles de articulacin dentrodelrgimen.Entalsentidoellectorvaaencontraralolargodeltextoquelas artesanasdelasquesehablaenestatesissontodasaquellasquedeunauotraforma fueronposicionadascomotalesdesdeelconocimientoexpertoydesdelasprcticasde consumo: hamacas, sombreros, jarrones, mochilas, etc.; esto no implica que se desconozcan otras posibilidades para lo artesanal como en efecto las hay, ms bien lo que hice fue identificar y moverme entre los objetos, los sujetos y las prcticas que, dentro de ese campo de disputas queconstituyeeldominio,hanempezado a triunfar como nicas posibilidades para representar y pensar lo artesanal. Eso significa que cuando digo que hay unos objetos, unas personas y unas tcnicas que son ms artesanales que otras, o que la misma artesana, no lo hago a ttulo de mi juicio axiolgico que de todas formas est determinado por los modosdeoperacindeldominio,entreotrascosassinoparaponerdemanifiestolas formasenqueeldominiodesdeloqueFoucault(1982)haidentificadocomoelrgimen de prcticas que determinan lo que puede hacersey lo que puede decirsey saberse sobre algo.Enestesentido,ellectorseencontrarconmuypocasalusionesoreferenciasa tcnicascomoelmacram,alostrabajosencobreyaluminioo,entreotrasmuchas 4 posibilidades,alosviajerosquerecorrenelsurdelcontinentevendiendolosobjetosque ellos mismos elaboran. Para dejar clara la cuestin, no es un asunto de gusto, es un asunto derelacionesdepoderquehanposicionadodiferencialmenteaciertosobjetos,ciertas personasytcnicascomomsartesanalesqueotras;justamenteesahdondeeltrabajo genealgicotienesentido,paradesestabilizaresanaturalidadyunicidadconlaqueeste reciente arreglo se nos presenta. Por otra parte, la identidad nacional configurada como rgimen de colombianidad tampoco es un monolito transhistrico que entra en articulacin sin mutar sus componentes. Estos dosaspectossonfundamentalesenestaargumentacin,puescomosederivadelo planteadoporLaclauyMouffe([1984]2004]laarticulacinameritarecortessobrela multiplicidad y, a la vez, puntos de sutura para sostener los elementos que antes no estaban en relacin y, desde all, generar el efecto de unidad que naturaliza la forma arbitraria como est construida la cotidianidad. Conestoenmente,lanocindenacinadquiereunsentidomsamplio,puestoquela construccindeesenosotrosqueaparececulturalmentelimitado,particulary autocontenidoessoloposibledesdeunosrecortes,unasmarcacionesentreeladentro idnticoylaalteridadexterna.Pero,lacuestindelosrecortesnoseagotaconla marcacin topogrfica,ya que este nosotros homogneo que constituye y es constitutivo delanacin,esenrealidad,unaextensacartografademarcaciones,estratificacionesy jeraquizacionespoblacionalesquehacenposibleslacontencin,regulaciny normalizacin de las poblaciones que habitan el territorio nacionalizado (Arias 2008: 20). De manera que la nacin deja de ser una simple forma deadscripcin social, para ser una construccindiscursivaquearticuladistintoselementosparanarrarse,ydesdedondelos sujetosinterpeladoscomonacionalesoubicadosalmargendeesaconstruccinrecordandoquelaformacindelanacinydesuidentidadimplicalaconstruccin simultnea del nosotros y el ellos, son repartidos en geografas que se estructuran por una mayoromenorcercanaconlaformacomolanacinsenarra.Pero,siconstruccin 5 discursiva, si prctica articulatoria, esa distribucin de los sujetos que la narrativa nacional constituyenoesnuncaestableymenosinmutable.Estoentoncespermitevercmola nacinenelXIXseconstituypreponderantementedesdelablancuraperonoslo desdeall,nohayqueolvidarlomasculino,catlicoylapropiedadprivada(Castro-Gmez en Arias 2008: 22) y, en el siglo XXI, ello aunque no desaparece, ha sido articulado detalformadentrodelanarrativamulticulturalypluritnicadelanacin,queparece inexistente. Desdeestaperspectiva,laidentidadnacionalnoesunconjuntoderasgosprovistosy desprendidosdelaesenciaquejustificatodaslasprcticas,procesos,narrativasy fenmenosdelossujetosnacionales;deningunaformaentoncesidentidadnacionales equiparable con carcter nacional, porque como argumenta Arias (2008) la construccin discursivadeestamodalidaddenosotrosestinextricablementeligadoatecnologasde regulacinygestinpoblacional. Estoponesobrelamesaquelosrasgosquelaidentidad nacional engloba, no estn fuera de ejercicios de poder. No existe entonces, una relacin de exterioridadentrelaidentidadnacionalylosmecanismoslosindividuossonconstituidos ensujetosnacionales;ymenosunaentrelossujetosnacionalesylasnormalizacionesque esa construccin discursiva propicia. No resulta en vano, entonces el llamado que Hall hace sobre la identidadcomo una sutura, una sobredeterminacin o unafalta,pero nunca como unatotalidad3yque,refierealosdiscursosyprcticasqueintentaninterpelarnos, hablarnos o ponernos en nuestro lugar como sujetos sociales de discursos particulares y, [a suvez,a]losprocesosqueproducensubjetividades,quenosconstruyencomosujetos susceptibles de decirse ([1996] 2003: 20).

3()laidentidado,mejor,siseprefieredestacarelprocesodesujecinalasprcticasdiscursivas,yla polticadeexclusinquetodasesassujecionesparecenentraar[porqueantesqueunatotalidadidentitaria hay identificacin, y sta] es en definitiva condicional y se afinca en la contingencia. Una vez consolidada, no cancelaladiferencia.Lafusintotalquesugierees,enrealidadunafantasadeincorporacin().La identificacines,entonces,unprocesodearticulacin,unasutura,unasobredeterminacinynouna subsuncin.Siemprehaydemasiadaodemasiadopoca:unasobredeterminacinounafalta,peronunca una proporcin adecuada, una totalidad (Hall [1996] 2003: 15). 6 De esta forma, la identidad nacional resulta ser una fina trama de procesos de subjetivacin ysujecin,quecomodispositivodepodertienedoscaras;unaqueconstituyelaunidad homogneayotralaqueespecificayarticulacomodistanteaquelloque noresuenaensu narrativa.Resultaevidenteentonces,quelaidentidadnacionalnoestantounacollagede formas diferentes de adscribirse a la colectividad, si se quiere, no es una construccin de lo mismo diferente; ella ms bien es un dispositivo mediante el cual se posiciona a los sujetos enunentramadoderelacionesdiscursivasydepoder,yquedeterminaporgradosde adhesinaesasposicioneselquinlegtimodelanacin.Esdecir,quelaidentidad nacionaleselmecanismomedianteelcuallossujetossenacionalizanparasu normalizacinyregulacin.Unacuestinque,enlaarticulacinquenosocupa,est movilizadaporlaconstruccindelasartesanascomoreferentesidentitariosdelanacin que nos llaman a reconocernos como Colombianos desde su consumo; pero,graciasa que esa prctica requiere que los consumidores exhibamos cierto capital econmicoycultural, termina restringiendo las posibilidades de encarnar ese quin de la nacin. Laarticulacinentreloartesanalylacolombianidad,entonces,noeslasumatoriadelas artesanas al conjunto de referentes de la identidad nacional, sino ms bien la produccin de unrgimendecolombianidadquedeterminanqueobjetos,quepersonasyqueprcticas encarnan la construccin nacional. Castro-Gmez y Restrepo puntualizan la cuestin: 1)antesqueunacolombianidadensingularyhomognea,serequierepensaren regmenesdecolombianidadenplural,comocamposdeluchaentredistintas posiciones histricamente localizadas; 2) cada uno de estos regmenes es el resultado deunpermanenteeinestableprocesodearticulacinpoltica;3)adems,enun momentodeterminado,puedenidentificarseciertasarticulacioneshegemnicasde dichosregmenesquedefinenlascondiciones deposibilidadparalasubalternizacin dedeterminadasalteridades;4)estaarticulacioneshegemnicasnohandejadode apelar (aunque diferencialmente) a la modernidad/colonialidad del sistema capitalista, inclusoensuformacinmsreciente(elposfordismo)producidaennombredel multiculturalismo. (Castro-Gmez y Restrepo 2008:11-12) Demaneraquecomosedeca,msqueunasumatoriadeloartesanalylaidentidad nacional, lo que hay entre manos es la produccin misma de un rgimen de colombianidad 7 queconstituyesujetossusceptiblesdeidentificarseconellayreproducirlapormediodel discurso ideolgico. Hall(2010a)planteaquelaideologaproduceentantoqueprcticaarticulatoriatres efectos:laeternalizacin,quedescribelaformacomoseborralaparticularidadyel espesor de lasrelaciones que son histricamenteespecficas.La naturalizacin, que trata los productos de un desarrollo histrico especfico como si fueran universalmente vlidos, como si no surgieran a travs de procesos histricos, sino, por as decirlo, de la Naturaleza misma y; lo que en su argumento ms le ha costado a la teora marxista post-marxista, el hacerfuncionarlapartecomosisetrataradelatotalidaddelaquehaceparte,la metonimia.Paraefectosdelargumento,estotienetotalrelevanciapuestoqueUnpas hechoamanocomosehapresentadoelDesfileentrajeartesanaldelConcurso Nacional de Belleza en donde se hace indisociable la produccin artesanal de la historia misma de la nacin, bajo el discurso de la cultura; no es otra cosa que el borramiento de las especificidadeshistricasycondicionesmaterialesdelaproduccinartesanaly,alavez, de los proyectos nacionales. Una operacin que constituye como natural una narracin de la nacin desde la figura de los artesanosy, tambin, que hace que ese orgullo nacional estencarnadoenexperticiasquedesbordanlapersonadelartesano,comoenelcasode los diseadores. Porello,rescatarlaazarosa,singularybelicosaparticularidadhistricadelaarticulacin noescuestindeunllanotrabajoanaltico;es,sobretodo,unaapuestapolticaque, tomandoprestadaspalabrasdeEscobar,buscaprepararnosenlatareadeverloque culturalmente hemos aprendido a ignorar (Escobar [1996] 2004: 218). La artesana y la prehispanidad Hedichoquelaproduccinartesanal,antesdeserunaentidadplenamenteconstituiday una presencia obvia en la cotidianidad nacional, es el producto de un dominio que as la ha 8 posicionado. Ese dominio de lo artesanal est constituido por prcticas de conocimiento e intervencinque,determinanloquepesaycuentacomoartesanoyartesanaenloque Foucaultidentificacomolosregmenesdeveridiccin,losusceptibledeserdichoen trminos de verdad;y que,a su vez, estncodificadas, delimitadas poryrestringidas al conjunto de acciones aceptables como vlidas regmenes de jurisdiccin, lo susceptible de hacerse (Foucault 1982, 1999a, 1999b)4. En una palabra, la produccin artesanal es el fruto de un rgimen discursivo constituido por el juego de relaciones de poder que rigen a losenunciadosyalasprcticasdeenunciacinydeaccin,aunquesobradecirlo, rgimen para el que Foucaultespecific una economa poltica de la verdad: Estcentradaenlaformadeldiscursocientficoyenlasinstitucionesquelo producen; estsometidaa unaconstante incitacin econmica y poltica(necesidad de verdad tanto para la produccin econmica como para el poder poltico), es objeto bajoformasdiversasdeunainmensadifusinyconsumo(circulaenaparatosde educacinodeinformacincuyaextensinesrelativamenteampliaenelcuerpo social pese a ciertas limitaciones estrictas); es producida y transmitida bajo el control no exclusivo pero s dominante de algunos grandes aparatos polticos o econmicos (universidad, ejercito, escritura, medios de comunicacin); en fin, es el ncleo de la cuestindetodoundebatepolticoydetodaunenfrentamientosocial(luchas ideolgicas) (Foucault 1993b: 187-188). Al dominio de lo artesanal como rgimen discursivo es, entonces, a lo que tcticamente se oponelagenealogaquedesarrollenestatesis.Unaoposicinquehagoencontradela coherenciafuncionalineludibledentrodelosjuegosdeverdaddeestedominioyque, entreotrascosas,ubicaelorigendelaproduccinartesanalenlaproduccindeobjetos prehispnicos y encuentra una actualizacin en los oficios decimonnicos para, finalmente, ubicarlos como presencias incuestionables en nuestra cotidianidad. Varios estudiosos de la produccin artesanal en Colombia arguyen que la artesana resurgi enladcadadelsesentadelsigloXX(Cf.Herrera1992,MoradeJaramillo[1966], Quiones2003,eIbez1999)comoresultadodelfomentoypromocinaestesector por parte del Estado colombiano. Ese resurgimiento supone un antes y un despus para la

4 Para una sntesis del planteamiento de Foucault al respecto Cf. Restrepo (2008) 9 produccinartesanalenColombia,dondeladcadadelsesentaeselpuntodivisorio. Dentrodeldominiodeloartesanal,eseantesestaninmemorialcomolaproduccinde objetosprehispnicolosea;as,elorigendeestaproduccinsehaencontradoentrelos taironas,losmuiscas,lospanches,losguanes,entreotros.ManuelZapataOlivella,por ejemplo,enunartculopublicadoenlaRevistaColombianadeFolclorenelqueintenta conectar la historia de la artesana con aquella del mestizaje tritnico, ubicaba la produccin de tejidos en el pasado inmemorial para luego mostrar su estado ms reciente: Los Toles y Urabaes, que formaron parte de la cultura caribe, dieron fundamento a una industria de tejidos que se encuentra en pleno auge en los pueblos de San Jacinto yMorroa(SabanasdeBolvar).Hoyseempleantintesmodernosyalgodn elaboradoindustrialmente.Laprimitivaconfeccindehamacasymochilasseha generalizadoaladecobertoresparacojinesdeautomviles,sillasdebicicleta, sobrecamas y otras aplicaciones (Zapata Olivella 1963:148). Enestemismoregistrodelahistoriainmemorialhayquieneshansidomsosadosyhan puesto a la produccin artesanal en los inicios de la humanidad. Neve Herrera (1992: 21n), unaantroplogoquetrabajpormsdetreintaaosparaArtesanasdeColombiayque desde sus trabajos all se constituy en autoridad, destaca, en el libro ineludible dentro del dominioArtesanaorganizacinsocialdesuproduccin,questatieneraces milenarias en este pas y que es parte integral de la historia social del planeta; por otra parte,ClaudioMaloGonzlez,actualdirectordelCentroInteramericanodeArtesanasy ArtesPopulares(CIDAP)5,planteenunensayopublicadoenlarevistadelcentroque ahora preside que:

Elhomohabilisfueelquedioelpasotrascendentalenelprocesoevolutivovital parasuperaralhomnido.Elanimaladquierecaractersticasdefinitivamente humanas cuando fabrica sistemticamente utensilios, transmite a su descendencia las

5 El CIDAP es un rgano fomentado por la Organizacin de Estados Americanos (OEA) para la promocin de las artesanas y las artes populares de Iberoamrica. Este centro se constituy oficialmente en mayo de 1975, unadcadadespusqueladelegacinmexicanaparticipanteenelVcongresolatinoamericanode indigenistas,elevaralasugerenciaantela OEA, las Naciones Unidasy laUnesco. Estecentrohaprocurado por un mejor aprovechamiento de los recursos folklricos de los Estados Miembros en la diversidad de sus manifestacionesyposibilidades,comoafirmacindelanacionalidad,comoinstrumentoquefacilitela integracinregional,comoelementodepromocintursticaycomofactordeproduccinalserviciodela pequea industria artesanal (Martnez Espinosa 1984:9n-12n). 10 habilidades y destrezas para su fabricacin y uso apropiado. En este contexto, no se exagerasiseafirmaqueelhombreestrenasuhominidadcomoartesano(Malo Gonzlez 1982: 16). Lointeresantedeesteregistroo,deesteefectodeverdadparacontinuarconlaconceptualizacinfoucaultiana,esqueconesaubicacinhistricaenelpasado prehispnico,laproduccinartesanalsenacionaliza.ManuelHernndezBenavides6

identific con suma precisin la operacin desde la que las artesanas, los artesanos y a los oficios artesanales entran en el inventario de objetos nacionales: Esparauncolombianodehoymotivodeasombro,causadeprofundahumildadel darsecuentadelaformidableculturarepresentadaenestaspiezas [artesanales] que existanenlatierraqueluegovinoallamarseAmrica,omsprecisamenteenel sector de ella que hoy llamamos y sentimos COLOMBIA. EnestaColombiaexisteuntrabajo,elquemejorexpresaymsrepresentael trabajo del indgena precolombiano, por su relacin con la naturaleza, con el medio ambiente y con una destreza para manejar estos elementos, tales como barro, fibras vegetales,madera,minerales,piedra.Esteeseltrabajoartesanal.(Hernndez Benavides en Herrera 1976: VI. nfasis agregado) VernicaMonteroFayad(2002:24),enunatesisdeantropologa,elaboravariospuntos sobrelasformascmodesdelatradicinsehacedelasartesanasreferentesdela identidad nacional, en tanto que la La tradicin, aparece como legado del pasado en el que se encuentran los orgenes de lo que somos y cmo somos. El asunto, dice ella, es que la tradicin es una categora interpretativa ms que una descriptiva,y en tal sentido, eso que sepiensadistintoydistantedelacontemporaneidad,elpasado,noesnadadistintoauna invencin producto de una lectura temporal que busca desprenderse de: 1) lo natural, en tanto que se evoca la naturaleza como algo que se ha controlado y que se ha ordenado; de donde,porextensin,lasreferenciasalhombreenntimarelacinconlanaturalezason simplementeunpuntodecomparacinparadecircmohemosavanzado,cmohemos mejoradoconrespectoalosprimitivos!,unaconcepcinqueellaubicaentreelsiglo XVIII y la primera mitad del XIX (2002: 29-31). 2) La barbarie, a finales del siglo XIX la monumentalidad del pasado prehispnico empez a ser valorado positivamente slo en los

6Subgerentedelreadefomentoenladcadadelsetenta,posteriormentefueprofesordeliteraturadela Universidad de los Andes. Agradezco a Neve Herrera por esta informacin. 11 casosdeaquellosgruposubicadosenclimasfros;pero,paradjicamente,esavaloracin positivadelosprimerospobladoresnosehacaextensivaalosindgenasentonces contemporneos,quienesfueroncatalogadoscomodegeneradosobrbaros.Conun procesodelargoalientoyconlaemergenciadelaarqueologaydelaantropologa colombiana,esavaloracinnegativadelosindgenascontemporneosempezaserre-configuradaparaequipararlosconlospobladoresprehispnicos;unaconstruccinque, parafinalesdeladcadadelcuarenta,detodasformasnodejabademarcarloindgena como una otredad (2002: 31- 39). En este orden de ideas, no parece extrao la forma como Hernndez Benavidez contina el prlogo: Losindgenasdehoyconsutrabajocontinansiendotestigosactivosypruebas vivasdeestacultura.Laartesanasepresentaanuestrosojosconelmismovalor, nosquieredecirlomismoquelapiezaprecolombina:sertilalasnecesidadesde una comunidad, de un pueblo, de una nacin. Estautilidadnoessloservirsedealgoparasatisfacerunanecesidadfsica,es tambin ir establecido un caudal de comunicacin, desde sus manos y su sensibilidad hasta nosotros []7 (Hernndez Benavides 1976: VII). ComoloenunciaMonteroFayad,estanaturalizacinyestabilizacindelaproduccin artesanal en el tiempoyespacionacional, tiene como condicin de posibilidad la dcada delcuarentaconelsurgimientodelaarqueologaylaantropologaenColombia.Pero como ella misma lo resalta, no se puede pasar por alto el hecho que sta es una novedosa formadepensarelpasadodelanaciny,menos,quesuconsolidacinfueunproceso inestable y de largo aliento.

7 Este tipo de construcciones son tan fuertes en trminos de veridiccin y jurisdiccin dentro del dominio que, pormuchotiempo,losdocumentosproducidospordistintosprofesionalesparaArtesanasdeColombia tendrn que identificar el ancestro prehispnico del oficio que se prctica en algn lugar. Pero esto, adems es tanfuertequeinclusopermiteperiodizarlahistoriadelaproduccinenconcordanciaconeltiempodela nacin(Cf.Ibez1999)odelahumanidad(Cf.Herrera1973y1993);posibilitandoseparacindeun periodo indgena y uno medieval, respectivamente. 12 SantiagoCastro-Gmezplanteaquelablancurafuelapiedraangularparalaconstruccin de las subjetividades sociales. Esa blancura, plantea, estaba ligada a una limpieza de sangre queadiferenciadelanoblezaespaolanoresidaenlaconfesincatlica,sinoenla puridad del linaje y la capacidad para demostrar una ascendencia hispana; en esta lgica los indiosfueronsiemprecaracterizados,encomparacinconlablancura,comoinferiores (2005:70-78). Esto que Castro-Gmez describe para finales del siglo XVIII y principios del XIX;Arias(2007)loencuentra,conalgunosmatices,afinalesdelsigloXIXenlos procesos de constitucin de la nacin. Arias retoma los planteamientos de Mignolo para referir cmo la doble conciencia criolla esamanifestacindelacolonialidaddelpoderqueubicabajerrquicamentealaslites criollascomoinferioresrespectodelanoblezaeuropea,perosuperioresfrenteaindios, negros y mestizos soport los procesos de consolidacin de la nacin en un pensamiento racializado que naturalizaba las diferencias poblacionales y las jerarquizaba (2007:xviii) 8. Deestaformalainvencindelanacindecimonnicapasporundobleproceso discursivo,lalitetenaqueconstituirsecomotalparay,alavez,serreconocidoscomo talesentrelosgruposdominados.Eseprimerprocesoameritabaquelossemejantes transnacionalestambinlosreconocieran,demaneraqueLalitesepresentabaas mismacomocivilizada,criollaehispanodescendiente,unatriadaquelepermitay justificaba el gobierno sobre los otros [es decir sobre el pueblo nacional](2007: 17 27) Noobstanteestepueblonacionaldebasercreado,guiadoymoldeadosegnlos principiosdelalite,peroellodentrodeunajerarquaquepermitieraladiferenciacin entre unos y otros. En esta tarea emprendida en la segunda mitad del siglo XIX, los estudios decostumbresseranfundamentalesparaorganizarladiferenciayhacerlaaceptable creandoasaunquesinolvidarlasjerarquasyladiferenciacinelunodemuchosal que alude Bhabha (1994] 2002) cuando se refiere a la nocin de pueblo en Anderson, pues

8Ariaspuntualizaqueracialismoesunaconstruccindiscursivasobrelaquelasdiferenciashumanasson explicadas y naturalizadas sobre la nocin de raza, la continuidad entre lo fsico y lo moral en cada raza y una jerarquizacin desde la que se organizan esas diferencias humanas (2007: xiiin). 13 ladiferenciaseorganizarenunaestrategiatemporalqueprocuradejarlaatrsconel ascensodelacivilizacin.Otraestrategiasurgiconlosestudiossobreelfolclorque intentaban depurar las herencias culturales mediante una adscripcin hispnica. Con ello, se pretendaelmestizajedeseado,concernienteaunprocesodeblanqueamientoquese referaalageneracindenuevaspoblacionesentornoalosvaloresracializadoscomo blancos: la laboriosidad, la ilustracin, la civilizacin, el vigor y la moralidad (Arias 2007: 42-49). De esta forma la diferencia era aceptable en cuanto no implicara cambios fsicos y morales,cuestinquedeterminabalamarginalidadparanegros,zambos,mulatose indios dentro de la consolidacin de la nacin. Esta forma de caracterizar a los actores de lanacin,laliteyelpueblo,tambinestableciunageografadelanacinysus mrgenes;laliteentoncesserurbanayelpuebloidealnonegros,indios,mulatos, etc. ser rural; pero ello adems estar marcado y jerarquizado por el clima determinando el ideal de la civilizacin en las tierras altas y fras del altiplano y un descenso al infierno en las bajas y calientes, cada una de ellas con un tipo poblacional neogranadino especfico. 9 Demaneraqueesaformadepensarelorigendelanacinenunmundoprehispnicoes extraaparaelsigloXIX,puesdentrodelanarracinnacionallosindiosaligualque negros, mulatos, etc. no tenan cabida ni en el pasado ni el presente del ideal de pueblo colombiano.Ahora,lascosasparaestamarginalidaddelanacinnocambiarnmucho dentro de la primera mitad del siglo XX, pues como lo deja ver Castro-Gmez (2008), an en la celebracin del centenario, con la Exposicin conmemorativa, donde a pesar de que se exaltabaladisposicinparaeltrabajodetodoslosnacionalesuntrabajoquenose considerabaunfinensmismosinoelmedioparafinessuperiores(2008:234),los indiosynegrosseguansiendopococentralesparalanarrativanacionalyaquese considerabanincapacesdeprogresoymovimiento(2008:236);doscualidades fundamentales a la hora de medir la civilizacin y de alcanzar la anhelada modernidad.

9 Los tipos, a diferencia de las razas, suponan un tronco comn: el pueblo. Los tipos entonces se convirtieron en la estrategia mediante la cual se poda dar cuenta de la diferencia y a la vez hacerla aceptable. Esta vez ya no desde la blancura sino desde los productos de su medio fsico y sus actividades econmicas; es decir la diferencia aceptable en trminos de su participacin en la vida laboriosa de la nacin (Arias 2007: 82). 14 Elcambio,entonces,comoloindicaBotero(2006),estligadoalaemergenciadela antropologaylaarqueologaenColombiacuyodesplieguellegaraamodificarhastala formacmoseexhibanlosobjetosprehispnicoscermica,orfebrera,maderay lticosylosetnolgicosensumayoraconformadoporarmasenelMuseo Nacional.Ahora,stenoesuncambiosbito,puescomolohaceverLangebaek (2008:105),estascienciassurgenenmediodeladiscusinsobreladegeneracindela razay,enespecial,sobreelorigenindgenadesta;unadiscusinenlaquehastael hroedelaantropologacolombiana,elfrancsPaulRivet,tuvosupartecuando simultneamente plante que deba existir una igualdad de razas, pero que de todas formas habaquebuscarlaintegracindelosindgenasalanacinpormediodeunaeducacin europea. Enmediodeestasdiscusiones,claramenteatravesadasporlacolonialidadquedescriben Castro-Gmez(2005)yArias(2007),estascienciasdelhombrenopodanpermitirseel reclamodecualquiertipodeprehispanidad;puescomosehadicho,elhorizontede civilizacinymodernidadestabaenEuropa,demaneraquelaprehispanidadexaltadapor estosnuevossaberesfuepredominantementemonumentalyestuvoinextricablemente ligadaaunaestatuarialticaquepermitieraestablecercomparacionesysimilitudesconel imperioincaicooinclusoconelazteca.Estaconstruccinfueloquepermiticentrarla atencinenlosmuiscas,taironasyespecialmenteentrelaculturadeSanAgustny Tierradentro (Echavarri Muoz 1999: 105). Dentro de esta lgica, por ejemplo, los objetos rescatadossonimportantesporsuantigedadyexhibidoscomocuriosidadesenelMuseo Nacional o como se llam entre 1938 y 1949, el Museo Arqueolgico y Etnolgico, siendo GregorioHernndezdeAlbaunafigurapredominante.Sinembargo,conlallegadade Rivetalpasyconsufeenlaciencia,laprcticaarqueolgicayconellolaformade clasificaryanalizarlosmaterialesrecogidosenexcavacionesvarasustancialmente. Echavarri Muoz muestra el cambio con un contraste entre Hernndez de Alba y Rivet: 15 La arqueologa realizada por Hernndez de Alba hasta entonces, principalmente por la percepcindelaculturamaterialcomodocumentosquedebanserregistrados, clasificados e investigados como un medio para conocer las culturas estudiadas y sus relaciones.Lamiradacientfica[deRivet]sobrelosrestosarqueolgicosdetermin que se diera mayor valor a stos, asocindolos a los grandes procesos de evolucin y difusindelassociedadeseinterpretndoloscomoevidenciasdeldesarrollo tecnolgico de aquellos pueblos (1999: 108). Sin embargo, esta concepcin sobre la arqueologa en general y sobre la cultura material enparticularnoiraencontradelclimismoylostipos(Arias2007)conlosquese construy un territorio nacional en el siglo XIX; por el contrario, lo fortalecera. Cuestin conlaque,porejemplo,losespososReichelDolmatofftendranquelidiardentrodel InstitutoEtnolgicodelMagdalena(Pineda1999:33)y,engeneral,laprctica antropolgica y arqueolgica hasta bien entrada la dcada del noventa. Hasta este punto he descrito cmo la nacin se juega narrativamente en esa liminalidad de laquehablaBhabha([1994]2002)yqueaquesobservable,segnlatendencia,enel ancestroibricooenelprehispnico;pero,tambin,enlaformacmolanacindebe exaltar las virtudes de su presente, uno que como lo plantea Bhabha no es independiente de laformacomosenarraeltiempopedaggico,sinoqueestentrelounoylootro10.A travsdeesto,heindicadoqueesepasadoprehispnicoeslapuertadeentradaparala nacionalizacin de la produccin artesanal y que, con ello, el dominio de lo artesanal logra que la historia de la artesana se haga indisociable de aquella de la nacin. Ahorabien,yeselpuntoquequieroresaltar,eseredescubrimientodelpasado prehispnico colombiano para usar la expresin de Botero (2006) o la manipulacin del pasado para usar la de Echavarri Muoz (1999)11, no es simultneo al proceso de

10Esclaroqueellonosepuedepensarcomounasucesindondelaperspectivamsrecienteremplaza completamente a la anterior, tal perspectiva negara cualquier prctica articulatoria. 11 Slo uso estas expresiones para englobar el argumento que he esbozado, pero me distancio de ellas en tanto que parecen sugerir que hay un pasado que se ha recuperado del olvido, en el caso de Botero; o bien que hay una suerte de corrupcin que se ejerce sobre ste para ordenarlo a conveniencia del Estado y de la necesidad decrearunsentidodenacinenelqueungruesodelapoblacinsereconociera,comoenelcasode EchavarriMuoz.Mipostura,estmsdelladodeMonteroFayad(2002),quienplanteaqueenelactode representarelpasadostesecrea;sinembargo,tambindeellamedistanciopuesponeenlafigurade Artesanas de Colombia aquello que Echavarri en el Estado en general. 16 nacionalizacindelasartesanasqueslosedahastacomienzosdelasegundamitaddel siglo XX cuando en medio de las estrategias desarrollistas, la falta empleo y la migracin delcampohacialasciudadesciertastcnicasdeproduccinseconcibencomoobstculo paraelcrecimientoeconmicoysehaceunaintervencinsobreellasparapotenciarlas econmicamentedesdelaproduccin,circulacinyconsumoperoestolotratarcon mayordetalleenelsegundocaptulo.Demaneraqueloqueestaformadeconstruirel pasadodelanacinserunadelascondicionesdeposibilidadparalaemergenciadela produccin artesanal en Colombia. Lo que quiero resaltar es que a pesar de la diferencia entre uno y otro evento, estos parecen colapsarenunaunidadquelahistoriografa,laarqueologaylaantropologa,como saberesautorizados,hancontribuidoaestablecerycorroborar.Hayqueagregarqueel efectodeverdadquesehaproducidohacequetodareferenciaalasartesanasoala produccin artesanal en general tenga que hacer un necesario y hasta solemne detenimiento en ese origen prehispnico de objetos, tcnicas u oficios que se tratan como artesanales; los ejemplos de estos abundan en las mltiples reconstrucciones histricas que se hacen sobre la produccin artesanal en general Herrera (1973 y 1993), Ibaez (1999) o, sobre oficios u objetosenparticular:MoradeJaramillo([1966]1974),HormazayFernndez(1994),y Hormaza y Balczar (1997).

Sinembargo,unpuntoquesehaomitidohastaestemomento,ponedemanifiestoque dentro de ese resurgimiento, hay unas relaciones diferenciales que hacen que cierto tipo de objetos, tcnicas, oficios e incluso personas aparezcan ms, o menos, cercanas a aquello que se precisa como artesana; es pues, el asunto de la diferencia en la nacin propiciando yencarnandolaproduccinartesanal.Todavezqueelpensamientoracializadosobreel queseerigilanacinpusoelacentoenlospueblosdetierrasaltasyclimasfros,enel dominio de lo artesanal se establecer una visibilidad sobre la produccin que tendr como punto ms notorio el altiplano con la cermica y los textiles la relacin con lo muisca ha deserevidente;enrelacindescendenteestPastoconlatallayornamentacinen 17 madera hay que recordar el trnsito hacia el Per durante la colonia; posteriormente la costa atlntica, especficamente con los textiles de San Jacinto y la ambivalente produccin Wayu12 y, en un ltimo escao toda la cestera de lo que en algn momento constituy los territorios nacionales. La orfebrera, por su parte, tiene una ubicacin ms compleja porque eloro,comolopermiteverunodelosprimerosartculospublicadosenlarevistadela aerolnea Avianca Apuntes de abordo13, es difcilmente ubicablecomopropio de un lugardeterminado,distintoaloqueocurreconotrosobjetosquesecatalogancomo artesanales: Los cronistas de la Conquista dejaron consignados en sus relatos y diarios de viaje su admiracin y asombro ante estas manifestaciones artsticas [producto de la industria orfebre],elaboradas conavanzadastcnicasmetalrgicasyconunrefinadosentido esttico.Loshallazgosarqueolgicosverificadosendistintaspartesdelpasdesde hacemsdeunsigloylosquesiguenrealizandoentiemposmodernos,han confirmado plenamente estas relaciones [...] (Duque Gmez 1978: 25). Porlopronto,sinproblematizarestageografizacindelaproduccinartesanaldepartamentosoregionesalasqueselessuponeunoovariosobjetosyoficioscomo inherentes.Loabordoenelsiguientecaptulo,esevidentequelosobjetosartesanales porantonomasiasernaquellosdelaalfareraylosquedifcilmentepuedenentenderse comotalessernlosdelacestera;cuestinqueinclusosesostendrenelsigloXXI.En este orden de ideas, noes gratuito que uno de los primeros estudios holsticosubicacin geogrfica,datoshistricos,formasdeproduccin,productos,organizacinsocial,etc. sobrelaproduccinartesanalenColombialorealiceunaantroplogaYolandaMorade

12 Dentro de esta geografa, la produccin artesanal Wayu aparece y desaparece como de tipo indgena. En el captulo dos ahondar sobre esto. 13 Debo decir que escog esta revista para analizar la relacin entre artesana y turismo, ya que al ser Avianca laprimeraaerolneacomercialdelpas,permitirauntrabajodearchivodelargoaliento.Sinembargo,la lecturadecasitodassusedicionesdesdela1,publicadaen1969,hastala65bajoelttuloApuntesde abordo; desde la 66, hasta la 151 bajo el ttuloEl mundo al vuelo/Inflaight Notes; desde la 152, hasta la 262 comoEl mundo al vuelo;y su renovacin quevadesdela1 hasta la57, publicadas entreel2005 y el2009 bajo el nombre Avianca en revista, memostr que esta revista, adems de las reseas tursticas y notas de entretenimiento, es en s una suerte de enciclopedia sobre la colombianidad, en trminos de lo que nacionales e incluso visitantes extranjeros deben hacer y saber sobre Colombia. Seccionesdedicadas a las tendencias de moda que indican qu se debe comprar, dnde hacerlo y cmo usar los atuendos; as como las reseas sobre los logros respecto de los que se debe sentir orgullo industriales e, incluso, las descripciones sobre bailes, msicas y narrativas folclricas dan cuenta de ello. 18 JaramilloyquestehayasidorealizadoenelMunicipiodeRquiraconelavaldel InstitutoColombianodeAntropologaparaelMuseoArqueolgicoCasadelMarqusde San Jorge. Esteestudioserealizen1966,peroslofuepublicadohasta1974,elmismoaoque ArtesanasdeColombiapublicunestudiosobrelaproduccinartesanalentodoel DepartamentodeBoyac(Cf.Solano1974);14enaquellapublicacin,laautoraponede manifiestoqueelleitmotivdelamonografaquepresentaeselproblemadelcambio culturalytecnolgicoporqueUnacomunidadtradicionalcomosta,sometidaenlos ltimosaosauncontactoculturaltanintensoatravsdelturismoyelcomerciodesus productosartesanalesescentrodepreocupacindelamodernaantropologa(Morade Jaramillo([1966]1974:7).Paraentenderesecambioloprimeroquehaceesubicarla produccinartesanaldeRquiraenunorigenprecolombino([1966]1974:17)para despusrastrear,medianteevidenciasarqueolgicasycrnicas,loscambiosqueesta cermicahabasufridoy,desdeall,aventurarsobrefuturoscambiosderivadosdela construccindeunCentrodeDesarrolloArtesanalquehabarealizadoArtesanasde Colombia. Transformaciones que a su juicio estaban mediadas por un cambio sustancial en laformadepercibirlaartesana,dondesepasabadeobjetosexclusivamenteutilitariosa objetosparaladecoracindeinteriores;unacuestinquesercentraldentrodeldominio de lo artesanal.15 Mehedetenidoenesteestudioporvariasrazones.Porquemuestraculfue,enun principio,unodelossaberesautorizadosparahablardelaproduccinartesanalen Colombia y la forma en que ste tena que hacerlo. Tambin porque esto deja ver cmo las otras artesanas, esas que estn en los mrgenes de lageografizacinartesanal, slo sern

14Estomsqueundatocuriosoesmuestradeldesplieguedeldominio,puesparalasegundamitaddela dcada del setenta, se empezaran a desarrollar diagnsticos para saber el estado de las artesanas en cada uno de los departamentos de Colombia; el libro de Solano fue proclamado como el inicio oficial de esta tarea. 15 Esta discusin tendr lugar en escenarios dismiles como la revista del CIDAP o el ensayo de Octavio Paz titulado El uso y la contemplacin, donde la discusin se salvara desde la clebre frmula: las artesanas son bellas porque son tiles y son tiles porque son bellas. 19 objeto de estudio hasta finalizar la dcada del setenta. Pero sobre todo, me he detenido aqu porque,apesardequeMoradeJaramilloubicalaproduccinalfareradeRquraenun origen precolombiano, tambin cuestiona los alcances de esto. Una cuestin que, dentro de la literatura existente publicaciones, tesis y monografas, slo encontr desarrollada enMonteroFayad(2002)yenSalazar(2006);aunquesinquesusdiscusiones problematizaran radicalmente la relacin entre artesana y prehispanidad. MoradeJaramilloindicaquelaproduccincermicaenRquiratieneorgenes precolombinos, pero cuestiona dos elementos dentro de las narrativas que se han esgrimido al respecto. Por un lado, el origen mtico oficio enseado por Bochica que algunos autores boyacenses suponen; lo que ella, segn sus pesquisas bibliogrficas, niega toda vez quedentrodelamitologamuiscasloapareceelhilaryeltejercomooficiosenseados por este hroe. Por otra parte, cuestiona el carcter indgena de esta prctica como s se da en Schica o Tinjacy, sugiere que la alfarera aparece, como es conocida en 1963, hasta el periodo colonial: CuandoelfuertemestizajeocurridoenlaprovinciadeTunjadeterminuna sustitucindelapoblacinindgenadelareginporlanuevapoblacinmestiza []. La cermica de Rquira, como muchas de las artesanas populares colombianas [] refleja esta mezcla [indgena e hispnica]. Por eso ya no podemos decir, a pesar dequesabemosquevienedesdetiemposprecolombinos,queesindgena.No debemosolvidarquelatcnicadecoccinenhornos[]fu[sic]introducidapor losconquistadores,lomismoquelatcnicadelesmalte,alparecerinvencinde ceramistas musulmanes [] (Mora de Jaramillo [1966] 1974:19-20). Esta antroploga, entonces, cuestiona el origen mtico precolombino de la cermica como manifestacin artesanal propia de indgenasy ms bien la ubica en un punto donde pueda resonarconlanarrativanacional;que,cmoheindicado,exaltabaelpasadodelos primeros pobladores, pero segua marcando como otredad a los indgenas contemporneos de ese entonces. El argumento de Mora de Jaramillo est amparado as en esos procesos de blanqueamientoalosqueserefiereArias(2007)aludiendoalmestizajedeseado. NegarlealacermicadeRquirasucarcterindgenapermitihacerdeestosobjetos aquellos de la nacin; sin embargo, ello tena que cargar con el lastre de la contundencia 20 de los hallazgos arqueolgicos y las crnicas que daban cuenta de un origen precolombino, de manera que para blanquer la artesana de Rquira nada mejor que la figura del mestizaje y su cambio en el tiempo. As la cermica de Rquira no sera potestad de los indgenasentindasemarginalparalanacinsinoabsolutamentepartedelahistoriadelpueblo nacional. LaposturadeMoradeJaramillosepresentaconmayorclaridadenunaconferenciaque dio en el marco de la Primera Reunin de Jefes Departamentales de Divulgacin Cultural, convocadaporelMinisteriodeEducacinNacionalyCelebradaenBogotenmarzode 1968, donde al ubicar la produccin artesanal como una expresin del arte popular dej por fuera los objetos de lacultura material indgenao material etnogrfico. Cito en extenso por la importancia de estas precisiones: Escomprensiblequesequieranmostrarlosproductosdelosindgenasdecada territorio [en las exposiciones de artesana que en 1967 la Asociacin Colombiana de PromocinArtesanalorganizenBogot].Sonnuestrosvecinosycompatriotas; algunos los consideran nuestros hermanos menores. Pero no debemos confundir. Las cosas elaboradas por indgenasmarginales,por nuestrosindgenasprimitivosen elsentidodequetodavanohansidoniestncivilizadossonproductosdeuna culturadiferente.Quienesloshanproducidoposeendiferentereligin,moral, conceptodelmundo,habitaciones,vestidos,comidas,costumbres.Tienentambin diferentestcnicas.Piensenenlastcnicasdecaza.Comparenunaflechaconun rifle con teleobjetivo []. Los Motilones y los Guahibos o los Noanam del Choc, por ejemplo, son extraos a nuestra cultura. Tan as que sus productos que entre ellos son funcionales y hacen parte de su cultura en el sentido ms prctico (armas para la guerra y la caza; balayes paralaelaboracinymanejodelcasabe,figurashumanasdemaderaparauna ceremoniamgicadecuracin),entrenosotrossonsloelementosdecorativos[] quienesloselaborannopertenecenalacapapopularnuestra,urbanaoruralyno estnsiguiendoensutrabajolasnormasdenuestratradicincultural,estos productos no pueden ser considerados como arte popular o folclrico, ya que uno de los elementosdel folclor esla tradicin cultural. Algunosde sus objetospodrn ser consideradoscomoarte;perocomoarteprimitivo[citaaPhillipLewis],que servirocasionalmentedeinspiracin aartistas [] o alosartesanos cultos,yms raramente a las artes populares []. Pararesumir,laculturamaterial: armas,canastera,cermica,tejidos,etc.16.,delos indgenas marginales, lo que se llama material etnogrfico [cita a Paulo Carvalho

16Coneltiempo,estoobjetosqueMoradeJaramillodejaporfueradeladefinicindeartesana,sernlos objetos artesanales por antonomasia, una breve observacin de los eventos feriales, los catlogos de productos 21 Neto]oarteprimitivonopuedeserconsideradacomoartesananiartepopular, puesnoestdentrodelaslneasdenuestratradicincriollaomestiza,niesun producto de la cultura correspondiente (Mora de Jaramillo [1968] 1969: 10-11). Lneasseguidas,aclaraqueunproductoindgenapodraserconsideradocomoartesana siempre y cuando estas poblaciones entren en contacto con nuestra cultura y que hayanadoptadonuestrastcnicasdefabricacino[]hayancontribuidoconlas suyas a conformar y desarrollar algunas de nuestras actividades []. As, cuando cada uno de estos grupos marginales se incorpore en mayor o menor grado a la cultura de la nacin, sus tcnicas se incorporarnalapoblacin blancao mestizay se convertirn en artes populares (Mora de Jaramillo [1968] 1969: 12). Esteargumentoponeenevidenciaquelaconstruccindelpasadoprehispnicodela nacinpermitenacionalizarlasartesanas,peroeseprocesosloesposibleparaaquellas, que como lo deja ver esta antroploga pueden blanquear en el sentido de Arias (2007) la narrativa nacional. Habadichoqueelpuntoquemeinteresabaresaltareraeldesnivelentrelaconstruccin delpasadoprehispnicoylaemergenciadelaproduccinartesanalenColombia,un desnivel que dentro de dominio de lo artesanal parece haberse borrado al punto que hoy es impensableartesanasinprehispanidad.Ahorabien,conloselementospuestossobrela mesa,hadeserevidentequesqueremosrealizarlatareadeprepararnosenloque culturalmentehemosaprendidoaignorar(Escobar[1996]2004:218)nosepuede colapsarlaespecificidaddelaartesanaenlainmemorialprehispanidadsobrelaquese soporta la narrativa pedaggica de la nacin; el argumento, ahora, es simple y tiene que ver con las evidencias que dentro del dominio de lo artesanal se han utilizado para establecer laconexin,lascrnicasylaarqueologa.PabloSolano,porejemplo,usaaLucas FernndezdePiedrahitaparamostrarqueenelsigloXVII,Rquiraysusalrededores, fueron documentados comopueblo de olleros y cita: Pueblo de olleros lo llamaron los conquistadores,porqueentodaslasvillasylugaresalcontornodeTinjachaba primorosos artfices de barro, tan atentos al oficio, que ni la entrada de los espaoles pudo

y expositores de Artesanas de Colombia y de los distintos informes que reposan en el CENDAR, e incluso de los reinados y algunos campaas publicitarias as lo permiten ver. 22 distraerlos (Fernndez de Piedrahita citado en Solano 1974: 1. nfasis agregado). Mora de Jaramillo tambin acude a este cronista pero clarifica que en su referencia no hay detalles delosobjetosolosoficios([1966]1974:18).CieloQuionesyGloriaBarrera,acudena Fray Pedro Simn paramostrar que enel mismo siglo XVIIla tcnica de barniz de pasto existayfuerelatadaporestecronista,tambinacudenaldiariodeDonManuel SantiestebanparamostrarunacontinuidaddeloficioamediadosdelsigloXVIIIycitan: Hacen en esta ciudad [Pasto] muchascuriosas piezas de una madera que llaman palo de rosa []. A estas piezas les dan una hermosa vista, sirvindose para ello de ciertos rboles que en las montaas deSibundoy que llaman barniz [] (QuionesyBarrera 2006:67); los ejemplo abundan, pero con estos creo que es suficiente. Al principio del captulo anunci que la vinculacin de la produccin artesanal a la historia delanacinpasabaporunasoperacionesquepermitanborrarlaespecificidaddelas artesanasydelanacin.Elusodeestascrnicascomoevidenciadelaexistencia inmemorialdelaproduccinartesanalesmuestradelosefectosdeesasoperaciones. FernndezdePiedrahitahabladeollerosyartficesdebarrosimilarreferenciase encuentraenlasNoticiashistorialesdeFrayPedroSimn(1882);porsuparte, Santiestebanhacereferenciaaunascuriosaspiezas,peroningunodelostreshace referencia a los objetos como piezas artesanales o incluso a aquellos que los elaboran como artesanos.Esteasuntonodebeentendersecomounadesafortunadaseleccindecitaso incluso como un problema de lectura sobre losautores referenciados;el problema, que es constitutivo del dominio de lo artesanal, radica en lo que Restrepo, siguiendo a Stoking, ha descritocomoelpresentismohistrico,laimposicindeunascategorasdeanlisisy supuestospropiosdeunoshorizontesdehistoricidadsobreotrosobturandoposibilidades de comprensin de sus singularidades e inconmensurabilidades (2008: 116). Es decir, y en este caso, pretender que eso artesanal que emerge en la segunda mitad del siglo XX que asociamos ahora asociamos con ciertos indgenas y ciertos objetos sea una constante que puedeextrapolarsehastalosalboresdelaprehispanidad;unaoperacinquehasido posibilitada por la contundencia de los hallazgos arqueolgicos que permiten equiparar una 23 vasijadebarroproducidacomoartesanaaunaollaproducidaporindiosylaquese puedecorroborarconlascrnicasrecordandoqueslohastaladcadadelcuarentala prehispanidad entra a soportar la narrativa pedaggica de la nacin.17 Ahorabien,cuandounosedetieneenlasNoticiashistorialesdeFrayPedroSimnseda cuentaqueenningunaparteapareceeltrminoartesanaoartesanoy,porelcontrario, aqueldeoficioyoficialabundaenloscincotomos.Sinembargo,nosepuedeestablecer unarelacindeunoaunoysuperponeroficioporartesanayoficialporartesano,pues para la poca eran oficiales tanto el militar adelantado, como el cura o, incluso, el pintor y el bordador. En una referencia a la SantaF del siglo XVII, Fray Pedro, describe con jbilo lasiglesias,colegiosyconventosqueencuentraenestelugar,aligualquesudistinguida gente: hombreseminentesenpoesayenmsicadeinstrumentos,yquienloshagayla compongan;infinidaddeoficialesdetodoslosoficios;muchosplaterosdeoroy plata,bordadores,pintores,entalladores,ensambladores,armeros,espaderos, doradores, pavonadores y todos los oficios convenientes Repblica tan ilustre (). Esgentemuylucidaensuvestir,ashombrescomomujeres().Tieneensu comarcadeveinticincotreintamilindiostributarios,contodolocualyotras muchasmuchascosasquepudiramosdecirdeestaciudadsilabrevedadnodiera licencia, es de las mejores y ms ilustres repblicas de estas Indias, pues despus de lasciudadesdeLimayMxico,ningunaotrareconoceventajas,niaunigualdad (Simn 1882b: 286) Me parece evidente que oficio se puede leer como todo saber hacer y que, a diferencia de lo que se conocer como produccin artesanal, no necesariamente pasa por un proceso detransformacindeunamateriaprimaenunobjetoterminado;deigualformahade serlo, que los oficios son de hombres ilustres no mujeres y menos de indios. Unargumentosimilarrespectodelosoficiossepuededesarrollarenrelacinaesa tendencia que veen la produccin decimonnica de objetos el antecesorde la produccin artesanalcolombiana;peroestolodejoparaelltimoapartedeestecaptulo.Porlo

17UnacrticasimilarharRennVegaCantor(1990)respectodeloshistoriadoresqueseocupandel artesanado decimonnico; de esto me ocupare en la ltima parte de este captulo. 24 pronto,debocerrarestableciendodosprecaucionessobreelargumentoqueacabde desarrollar:laprimera,noesunacuestindesemntica.Loquehesealadocomouna construccinanacrnicadentrodelossaberesconstitutivosyconstituyentesdeldominio deloartesanal,nopuedeentendersecomounasuntodetrminosmsomenosprecisos para dar cuenta de un fenmeno que tiene independencia de la forma cmo lo pensamos; es decir,lacuestinnoseresuelvesisesustituyeartesanoporoficialyartesanaporoficio. Plantear la cuestin como un asunto de sustitucin elimina, de tajo, el mapa de relaciones de poder que he intentado establecer y, con ello, la especificidad histrica de la produccin artesanal nuevamente se perdera. Por el contrario, lo que he intentado hacer es romper con lassistematizacionesformalesylascoherenciasfuncionalesquehacendelaproduccin artesanal una constante histrica inmemorial; lo he hecho porque la apuesta de esta tesis es justamente rescatar la singularidad de eso que hoy se llama el sector artesanal. La segunda precaucin, tiene que ver con el distanciamiento que planteaba respecto de las consideracionesdeEchavarriMuoz(1999)yMonteroFayad(2002),quienessibien reconocenquelaconstruccindelpasadoprehispnicodelanacinfueunanovedosa formaparapensarstaalfinalizarelsegundocuartodelsigloXX,tambinlovinculana unaestrategiaenlaquelosgruposdominantesoelestado,respectivamente,noshacen creerciertasnarracionesquenosonciertasporajustarseenteramenteasusproyectos;y con ello le restan potencia a sus argumentos por el reduccionismo de clase que supone. De estaformahayquedecir,yalllaprecaucin,quetantolainvencindelpasado prehispnicodelanacincomolasposibilidadesquegeneraparaubicaralaproduccin artesanal como una constante nacional, no son falacias. Alprincipiodelcaptulo,conHall,aludaalasoperacionesdesdelasquelaideologa trabajalaeternalizacin,lanaturalizacinylametonimia,elasuntoomitidoenese punto,eslafuncinquestacumpledentroenlasociedad.SegnAlthusser(1970),la ideologaeselsistemadeideasmedianteelqueloshombresrepresentansurelacincon sus condiciones de existencia; afirmacin que acompaa de cinco precauciones recuento 25 slotresporquelasotrasdosyalashabatratadoconHallenloqueldenominala eternalizacin y la naturalizacin: 1) las representaciones o ideas que los hombres tienen respectodesusrelacionesdeexistencianoemergendeunsujetoautnomoe independienteaesasrelaciones,porlotantolasideasqueloshombrestienensobresus relaciones no son de su entera autora. 2) esas representaciones tampoco son pura ilusin o falsedad, puesto que estn ancladas en la materialidad del mundo a travs de instituciones y prcticas Althusser distingue dos tipos de aparatos, los ideolgicos como la escuela y los represivos como el ejrcito. Y 3) ese sistema de ideas es tanto ilusin como alusin, loquequieredecirquenohayungrupodepersonasqueserenanapensarsobrecmo hacerparadesviaralrestodelossereshumanosdelarealidaddesuscondicionesde existencia, de igualforma que ese sistema de representaciones desde losque los hombres se posicionan en el mundo es slo una parte de este. Hall(2010ay1985),porsuparte,lereconoceaAlthusserlasconsideracionessobrela materialidad de las ideas; sin embargo, le critica el determinismo econmicopor aquello que la totalidad social est determinada en ltima instancia por la economa, al igual que el determinismo de clase donde las ideas dominantes son las de las clases dominantes, dos posturas que tanto Echavarri Muoz (1999) como Montero Fayad (2002), entre otros, parecencompartir.LapropuestadeHallparaafrontarestosdeterminismosderivadeuna lecturadeGramscisobrelahegemona,dedondeextraeporlomenosdosprecauciones: una, ninguna concepcin ideolgica puede volverse materialmente efectiva a no ser que y hasta que pueda ser articulada al campo de fuerzas polticas y sociales y a la lucha entre las diferentes fuerzas que estn en juego (2010a:149); de donde se deriva que no hay ninguna garanta para suponer que una clase piense desde el lugar que ocupa, ms bien la cuestin es de tendencia. La otra, Las ideas solo se vuelven efectivas si es que, al final, se conectan conunaconstelacinparticulardefuerzassociales.Enesesentido,laluchaideolgicaes unapartedelaluchasocialgeneralporeldominioyelliderazgo:enunapalabra,porla hegemona;laqueasuveznosepuedepensarcomolaescaladadeunaclaseenteraal 26 poder,sino[como]elprocesoporelcualseconstruyeunbloquehistricodefuerzas sociales y se asegura su ascendencia (2010a:150-151). En este orden de ideas, no puede pensarse que la tradicin que se le supone a la artesana yquesesoportaenlainmemorialidaddelanacinesunailusinquelosgrupos dominantes o incluso el Estado, en la figura de Artesanas de Colombia, nos ha hecho creer paraalejarnosdeunarealidadqueestmsallodetrsdeesosdiscursos.La prehispanidaddelanacinascomolatradicionalidadqueseleendilgaalasartesanas tienenmaterialidadesconcretasmuseos,libros,expertos,feriaseinclusoalosmismos artesanosdesdelasqueesimposiblenegarlaefectividaddeestosdiscursossobrela formacomopensamosynosrelacionamosconlacolombianidad.Justamenteporsu efectividad y por la forma cmo parece que no hay otra forma de entablar esa relacin, es queesnecesariorescatarlaazarosaybelicosahistoricidaddelrgimenqueahoranos convoca a ser colombianos de una determinada forma y no de otra. Cabe decir, que por ello es que la prctica intelectual importa e importa en trminos polticos, porque lo que est en juegoparafraseandoaFoucault(1993b)sonrelacionesdepodernorelacionesde sentido;dealllaimportanciadelaapuestagenealgicadentrodelasluchasporla hegemona.Porcambiarlaformacmosesuponequeseamoscolombianosdesdeel entendimiento, no de lo que somos, sino de cmo hemos llegado a serlo. Los gremios decimonnicos y la actualizacin de la historia artesanal Si con el material etnogrfico y la evidencia arqueolgica la artesana encuentra la puerta deentradaparasunacionalizacin,conlosgremiosdecimonnicosencuentrael mecanismoparainstalarsecomounapresenciairrefutabledentrodelacotidianidad.Ala vez,porestava,esepasadoprehispnicosepondrenresonanciaentrminosde mejoramiento con el ancestro ibrico o incluso europeo. Sielpasadoprehispnicodelasartesanasestsoportadoenlaexperticiadelos antroplogos, folclorlogos y arquelogos, la actualizacin de ese pasado estar en el de la 27 historiografa,especficamenteenaquellaquesepreguntaporlaemergenciadelos trabajadoresindustrialesenColombiaydesuconstitucincomomovimientoobrero. Comoenelapartadoanteriordondenoseniegaquelosprimerospobladoreshayan producido objetos, en este es igualmente innegablela produccin material de bienes entre lossiglosXVIIIyXIX;peroasmismo,loquesecuestiona,esqueesaproduccinsea equiparableconaquellaconlaquehoynosencontramosenferias,almacenesymuseos, entre otros. Elargumentoesgrimidodesdeestahistoriografa(Cf.Sowell[1992]2006,VegaCantor 1990, Mayor Mora [1977] 2003, Kalmanovitz 1975, Nieto Arteta 1975y GaviriaLivano 2002 entre otros), aunque con distintas posturas y nfasis, es que los gremios que se haban constituidoporoficiosenlaNuevaGranadasevieronafectadosporlaadopcindel librecambioamediadosdelsigloXIXdondesepermitalaimportacindedistintos bienesqueentraranacompetirconlaproduccinnacionalllevndolosafortalecerlas organizacionesSociedadesDemocrticasquehabanconstituidomediandoladcada deltreintaparabuscarpolticamentelainstauracindeunproteccionismoestatalparalos bienesqueproducan.Aquellamedida,consideradacomocontrariaalosinteresesdel pueblo, hizo que los miembros de las sociedadesdemocrticas apoyaran al partido liberal en la candidatura de Jos HilarioLpez, a quien se le supona la instauracin de medidas proteccionistas; pero quien finalmente los decepcionara. Con esa decepcin los miembros deestassociedadessealiaran,entonces,conelsectormsconservadordelpartidolos draconianosyapoyaranlacandidaturadeJosMaraObando,quienporsuafn dictatorialseraderrocadoporelGeneralJosMaraMeloconelapoyodeestas sociedades.ConMelo,esassociedadesdemocrticasdesaparecenoseeclipsany, posteriormente, dan forma a organizaciones tales como las uniones de obreros y el mismo partido obrero. Paraalgunosdeestosautoreslosoficiosagremiadossonloselantecesoresdelaactual produccin artesanal (Cf. Gaviria Livano 2002 y Mayor Mora [1977] 2003); sin embargo, 28 para otros, esa lnea evolutiva no es tan fcil de establecer. Este es el caso, por ejemplo, de Sowellquienllamalaatencinsobreladificultaddediscernirclaramenteentrelas categorasdeartesano,industrialuobreroqueseutilizabanafinalesdelsigloXIXy principiosdelXX([1992]2006:215);sinembargo,quienhallevadolacuestinauna crticamsprofundaesVegaCantor,quesinpreocuparseporelpresentismohistrico del trabajo historiogrfico para este periodo, previene sobre los problemas de transponer y descontextualizar categoras para entender procesos disimiles: El problema para analizar la historia de los artesanos est relacionada con la misma conceptualizacinempleadaparasuestudio[],lascategorasanalticasson histricasyconcretas,loqueimplica,paraelcasoquenosocupa[liberalismo econmicoyartesanadoenColombia],quenosepuedepensarenlautilizacin mecnicaydeductivadelanocindeartesanoempleadaparaelestudiodela sociedad precapitalista de Europa occidental []. AmediadosdelsigloXIX,tcnica,productiva,socialyculturalmenteelartesano neogranadinoestabamuydistantedesucongnereeuropeo,quesiglosatrsse constituy en vehculo de transicin del feudalismo al capitalismo []. Lasanterioresdiferenciashistricas,juntoconlasdistincionesconceptualesque existenentrenocionestandiversascomoartesano,obrero,clasetrabajadorao pueblo, no parecenhaber sido observadaspor loshistoriadoresquesehanocupado deltema.Estaconfusinpuedehaberseoriginadoenlamismaterminologaque usabanlosartesanosparaautodeterminarse,oqueutilizabanotrossectoresdela sociedad para referirse a ellos (Vega Cantor 1990: 49-50). EsclaroqueaVegaCantorlepreocupantrabajosenlosqueselepidealartesanado decimonnico una historicidad similar a la ocurrida en Europa; pero, adems, le molesta el nfasisqueestoshistoriadoreshanpuestoenBogotcomoelcentrodelaparticipacin poltica de las sociedades democrticas estableciendo as una equivalencia insalvable entre estetipodeorganizacinylosartesanos,cuestinqueseextrapolparatodoelpassin miramientosaunacomposicinmsheterognea,dondeinclusohubointegrantesqueno fabricabannada,perohacanpartedeellasporladefensadeungobiernoliberal,como ocurri en el Cauca (Vega Cantor 1990: 59-60). EstosasuntossobrelosquellamalaatencinVegaCantoreinclusolasprevencionesde Sowellsobrelautilizacinindistintadecategoras,parecenomitirsedeplanodentrodel dominiodeloartesanal;dondelaexistenciadeestosgremiosartesanalesdecimonnicos 29 permiteratificarquelaproduccinartesanalhaexistidoenColombiasiempre,con variacionescomolomuestranlasinnovacionesenoficiosyformadeorganizacin pero al final, una constante dentro de la historia nacional. Martha Bautista (1975:8) en una tesis de sociologa, entre muchas otras,al enfrentarse al problema de la escases de fuentes quepermitandarcuentadelastransformacionesdelaproduccinartesanalenColombia, seaventuraasugerirqueesaausenciadefuentessedebeaqueestesectorhastala dcadadelsesentanohabasidotomadoencuentacomoproductordeldesarrollo econmicodelpas.Ella,interesadaenentendersielartesanadoserabsorbidoporla industria,procedeasituarhistricamentelaproduccinartesanal;paraello,iniciaconel obraje en el siglo XVI para lo que s encuentra fuentes que lo sustentan, luego, pasa al sigloXIXdondenarralaconformacindelassociedadesdemocrticasparaloque tambin encuentra fuentes y de all se enfrenta a una ausencia de fuentes que den cuenta deloqueocurreconlaproduccinartesanalenlaprimeramitaddelsigloXX.La explicacinqueestasocilogabrindaparaentenderesaausenciadefuentesesquelos artesanos fueron absorbidos por la naciente industria nacional y por ello no fueron objetos dignos de ocupacin para los historiadores. Antes que desacreditar los trabajos realizados dentro y para el dominio, lo que me interesa sealar en este acpite, como en el anterior, son los olvidos y anacronismos sobre los que selehadadoformaalaproduccinartesanalenColombia.Tressonloselementosque quieroponerfrenteaesasistematizacinformalquehahechodelasartesanasuna presenciaobvianaturaldentrodelacotidianidad.Elprimero,esladiferenciaque,en trminosdepluralidad,existeentrelosoficiosdecimonnicosyaquellosquehoyledan forma a la produccin artesanal. El segundo, derivado del primero y sobre el que ya haba dadoalgunaspuntadasenelapartadoanterior,ladiferenciaentreartesanayoficio.Por ltimo,laimposibilidadhistricadeentenderalosindgenasdeeseentoncescomo artesanos, ello por no hablar de negros, zambos y dems. 30 MayorMora([1997]2006:49)rastreandolacuotaquedebanpagarlosartesanoso artistas18 en Medelln para la celebracin del Octavario de la concepcin en 1818, indica la existenciadenueveoficios:sastrera,zapatera,albailera,carpintera,herrera,platera, talabartera, pintura y tejera de tejas. Sowell para no excederme en ejemplos trae a colacin un censo ocupacional realizado en el barrio Las Nieves el barrio de artesanos en Bogoten1851,ensteseindicaqueallsedesarrollanactividadesdezapatera, sastrera, ebanistera, herrera y que, posteriormente, en 1881 se agreg a estos oficios el de la albailera. Claro est, estos no eran los nicos oficios, tambin aparecen los alfareros, los tejedores de telasysombreros,loscalgrafos,losescultores,entreotros;inclusoQuionesyBarrera ilustranlaexistenciadeltrabajoenbarnizdepastoconungrabadodelsigloXIX (2006:70). Pero independientemente de si estos son, o no, todos los oficios; s debe quedar claroqueaquellosoficiosquehoysonconsideradoscomoartesanalescestera,tejedura, alfarerayjoyera,entreotros,tendencialmentenomuestranrelevanciadentrodelas ocupaciones que se identificaron como artesanales. Aqu,entroenelsegundopunto,ladiferenciaentreartesanasyartesyoficios.Enel apartado anterior haba dicho, siguiendo a Fray Pedro Simn, que en el siglo XVII pareca entendersecomounsaberhacerquenonecesariamenteimplicabalatransformacinde materiasprimasenobjetosterminados;unacuestinqueesdefinitivamentedistintadela artesana.Ahorabien,alpareceraliniciarelltimocuartodelsigloXVIIIestacuestin cambiaraespecificandoparaesesaberhacerunacualidaddetransformacin,dearte, entendida como capacidad productiva19. Un indicador de ello es la Instruccin de gremios engeneralparatodoslosartfices aprobadaporelExcelentsimoSeorVirreyFlorez,

18 En nota al pie clarifica: Cabe anotar que el trmino artesano nunca se emplea en los documentos; s los de artistas, oficiales y oficiales de artes (Mayor Mora [1997] 2003:51n). Este no es el nico caso, como se habr de recordar Sowell ([1992] 2006) y Vega Cantor (1990) sealan la dificultad de precisarqu es y qu no artesana y artesano; por qu entonces ejercer tal violencia sobre la especificidad de las categoras?19 Esta es una cuestin que amerita una investigacin particular. Segn conversacin sostenida con Ana Cielo Quionesel19demayode2010,ella,juntoaAlbertoMayorMora,preparanunlibroenelquesetratala diferencia entre artesana y artes y oficios. 31 sobre la que se soporta la explicacin de Mayor Mora ([1997] 2003) sobre la organizacin delosgremiosqueseprodujoconposterioridadalainstauracindelasreformas borbnicas.Enestainstruccin,herederadelosplanteamientosdeCampomanes20se establecaen131reglaslaformacmolosgremiosdebanserconstituidos,laformaen queellosservirancomoescenariodeenseanzay,laformaenquecadaunodelos practicantesdeunoficiomaestro,oficialyaprendizdebaconducirseensteyenla sociedady,asuvez,dondeseestipulabaquelosproductosdeberanserelaborados asegurandolacalidaddelosmismosenlamateriaprima,elprocesodeelaboracinyla durabilidad del producto elaborado. Con esto en mente, no parece extrao, que el mismo Mayor Mora al recuperar la lista de oficiosdelosaportanteseneloctavariohagalasalvedadqueenlalistaseindicaque estaspersonassonartistas,oficialesuoficialesdeartes.Estaperspectiva,parece confirmarsecuandosesiguealpropioCampomanes,quienenlaintroduccinaDiscurso sobre la educacin popular de los artesanos y su fomento dice, siguiendo a Plinio, que: ElAutordelanaturaleza[Dios]dotlosirracionales[animales]deunnatu