(Ciencia Ficción) El Umbral Cósmico

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Ficción

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  • Integran UMBRAL CSMICO sietenarraciones de otros tantosescritores, todos ellos figurasdestacadas en el campo de laanticipacin.

    Estos relatos van desde la pica deficcin La peonza del tiempohasta la ms sofisticada anticipacinmecanicista El cilindro del viverode abedules o la densidadhumana de El milagro de lospeces. UMBRAL CSMICOplantea diversas posibilidades derenovacin de un gnero quepareca estancado ltimamente por

  • falta de aquella audaciaexperimental que marc de formapositiva sus orgenes. Lo maravillosoverosmil, la imaginacin y el lirismocentran estas narraciones, tanalejadas del mecanicismo aspticocomo de la temtica mesinica yapocalptica que intent renovar elgnero desde esquemasseudosociolgicos apriorsticos y deuna desoladora simplicidad.

    Una intriga convincente, una rigurosaconstruccin y la aperturadeslumbrante a la fantasa, crean latensin lrica que tantos lectoresechaban de menos en las ltimas

  • manifestaciones de la narrativa deanticipacin.

  • AA.VV.

    Umbral csmicoAntologas Ciencia Ficcin Caralt

    - 6

    ePub r1.0

  • Hechadelluvia & dekisi 09.07.14

  • Ttulo original: Stellar 1AA.VV., 1976Traduccin: Antonio Prometeo Moya

    Editor digital: Hechadelluvia & dekisiePub base r1.1

  • ndice

    EL CILINDRO DEL VIVERODE ABEDULES, The Birch ClumpCylinder (1974), de Clifford D.Simak.

    REINCIDENCIASOSPECHOSA, SingularitiesMake Me Nervous (1974), deLarry Niven.

    ENTRE DOS GALAXIAS,Schwartz Between the Galaxies(1974), de Robert Silverberg.

    EL MILAGRO DE LOSPECES, A Miracle of Small Fishes

  • (1974), de Alan Dean Foster.LA PEONZA DEL TIEMPO,

    The Whirligig of Time (1974), deVernor Vinge.

    MR. HAMADRADA, Mr.Hamadryad (1974), de R. A.Lafferty.

    TWIG, Twig (1974), de GordonR. Dickson.

  • INTRODUCCIN

    POR QU ESTAANTOLOGA?

    Si usted, al frecuentar las libreras,ha hojeado sin demasiadoconvencimiento algunos volmenes deciencia-ficcin, usted mejor que nadiees la persona indicada para convenircon nosotros en que el gnero necesita

  • una nueva y original antologa derelatos, de la misma manera que laConstelacin de Hrcules precisa unnuevo astro.

    Pues bien, he aqu el astro deseado.Por qu? Usted mismo, sin ayuda de

    ningn informe, puede responder lapregunta. Cunto tiempo ha transcurridodesde que usted ley el ltimo volumende prestigiosos relatos del viejo estilo,con los que indudablemente no pudomenos que gozar? Sin lugar a dudas,esos volmenes son fciles de encontraren el mercado, con el aliciente de quejams defraudan. Pero cuntos de ellosconstituyen realmente una novedad?

  • Recuerda usted la primera vez quedecidi afrontar el gnero y se encontrcon aquel relato que lo convirti en unadicto para toda la vida? Quin, sialguno hay, escribe hoy una ciencia-ficcin especialmente relatos capazde parangonar aquel impacto? Y, deexistir esos relatos, dnde se publican?

    Naturalmente, no consideramos unerror hacer ciencia-ficcin conprofundos problemas sociales. De hechonecesitamos esta clase de ciencia-ficcin, como tambin necesitamos lastentativas experimentales y otrasbsquedas artsticas que tanfrecuentemente vemos en revistas y

  • antologas modernas. Acaso tambinnecesitemos de esos mesinicos yapocalpticos mensajes de destruccin yamenaza que suelen tomarse prestadosde la gran literatura oficial. Pero, sobretodo, la ciencia-ficcin debe ofreceralgo ms que simples mensajes deviolencia con hinchada y a menudoapologtica prosa.

    Somos del parecer que la ciencia-ficcin debera convertirse nuevamenteen elemento de placer, con ese sentidode lo maravilloso y lo inverosmil que,de hecho, es lo que siempre nos hatentado en el gnero. Justamente lo quelos acadmicos de segunda fila

  • autocalificados como crticoscomenzaron por censurar, alegando que,puesto que las historias no eran sinomero pasatiempo, no podan ser buenas.

    Sin embargo, hay que decir que sinhistorias honestamente entretenidas nohabra el necesario equilibrio.

    Para compensar semejante desajustede valores ha sido creado este volumen,primero de una serie. A fin de no caer enlos tpicos y refritos al uso, nos pusimosen contacto con los mejores escritores yagentes literarios del gnero,preguntndoles cules eran, a su parecer,las historias ms acordes con nuestrospropsitos. A continuacin

  • reproducimos algunos prrafos de lacarta que enviamos:

    En primer lugar, queremos relatos,historias. Es decir, nada de piezasmediocres sin intriga, nada deesquematismos de tebeo, nada depsicologa decimonnica, nada dedivagaciones absurdas para chiflados demoda o insatisfechos que buscanconsuelo en las paparruchasperiodsticas. Semejantes malabarismos,a nuestro juicio, deben ciertamenteensayarse, continuarse un poco y sobre todo acabarse de una vez.Queremos escritores que resuelvan losproblemas que plantean en sus historias

  • y no nos dejen con un palmo de naricesso pretexto de la moda y el gran arte.Conocemos infinidad de relatos quejuegan a la bohemia vanguardistasuspendiendo, por ejemplo, el hilo delargumento en pleno nudo sin formular elmenor asomo de conclusin. Si un autorno sabe desarrollar un mundo o una ideao ninguna de las dos cosas,entonces no es para nosotros.

    Buscamos personajes capaces deconvencer y preocupar a los lectores.No nos interesan los que desaparecen enla penltima pgina slo porque el autorno ha sabido desprenderse de ellos en laprimera. Por el contrario, buscamos

  • relatos que entretengan al lector y queobtengan de ste el reconocimiento deuna genuina satisfaccin, con o sin finalfeliz. Si los lectores realmente gozan (yno slo admiran) con el relato,habremos ganado todos. Si nuestroscorrespondientes escritores y crticosgozan tambin, todo ir sobre ruedas.Aunque los lectores quienesquieraque sean son para nosotros loprimero.

    Pues bien; como respuesta a estallamada de adhesin muchos escritoresrespondieron con entusiasmo. Losrelatos comenzaron a surgir. Algunosfueron devueltos, otros necesitaron

  • algunas leves reformas. Pero, aparteestos gajes internos, el volumen quepresentamos corresponde perfectamentea la ida que tenamos al principio.

    He aqu, pues, la primera antologafruto de nuestras preocupaciones. A susalud, lector. Esperamos que le sientebien.

    Respecto a una segunda antologa

    JUDY-LYNN DEL REYNew York City, mayo de 1974.

  • CLIFFORD D. SIMAK

    EL CILINDRO DELVIVERO DEABEDULES

    The Birch Clump Cylinder

  • IMientras Bronson conduca el autopor la amplia curva que dibuja lacarretera frente a Cramden Hall,comenz a apoderarse de m lasensacin de que algo haba cambiadoen el lugar del que tanto tiempo meausentara. No obstante, no tard muchoen advertir la causa.

    La sfora ha desaparecido dije.Fue barrida por un fuerte viento

    hace algunos aos dijo Bronson.Ocurri una noche; poca cosa, sin

  • embargo.Aparte de este detalle nada haba

    fuera de lugar. Coon Creek no parecahaber experimentado el paso del tiempo.Permaneca erguido como una pesadamole, algo desvencijada y buscando lahumildad de los que pretenden pasardesapercibidos.

    Fue una suerte sigui Bronson. Nunca encaj del todo en elconjunto. Era un poco extravagante parami gusto.

    El vehculo lleg hasta la columnatadel prtico y se detuvo.

    El viejo Prather te espera dijoBronson. Entra t mientras aparco y

  • traslado tu equipaje.Gracias por el paseo dije.

    Ha pasado mucho tiempo, Bronson.Quince aos, tal vez veinte.

    Ninguno de nosotros volver a serjoven. T nunca volviste por aqu.

    No, no lo hice.El vehculo comenz a moverse y,

    mientras sala de mi campo de visin,advert que haba sufrido unaequivocacin. La sfora no habadesaparecido; por el contrario, todavapermaneca all. Extendida como unaparra a la luz del crepsculo,exactamente como haba sobrevivido enmi recuerdo, se ergua en el parque

  • delimitado por el arco de la carretera;un pino se levantaba en el punto quecorresponda con el ms cerrado de lacurva; al otro extremo corra undesparramado tejo.

    Charles dijo una voz a miespalda, me alegro de verlo, Charles.

    Me volv y contempl al viejoPrather que descenda los peldaoshacia m.

    Fui rpidamente a su encuentro yambos permanecimos all por unosmomentos, mirndonos el uno al otro ala luz agonizante del ocaso. No habacambiado demasiado: un poco msviejo, tal vez, algo ms decado en su

  • conjunto, pero el mismo aspecto rgidoque conservaba desde que abandonara elejrcito. De su cuerpo se desprenda elhabitual olor a polvo de tiza; estaba tanimponente como siempre y sin embargo,pens al mirarlo, con un algo de la en ldesusada amabilidad que sin duda leconfera la madurez.

    Esto est como de costumbre dije. Excepto la sfora.

    S, el diablo se llev aquella cosatan cargante respondi. Sudesaparicin nos quit un peso deencima, puede usted creerme.

    Ascendimos juntos la escalera.Ha sido un detalle por su parte el

  • haber venido dijo. Mientras lolocalizbamos no estbamos del todoseguros de su venida. Comprndalo, portelfono no poda especificar lasrazones.

    Estaba ansioso por venir dije. No deseaba otra cosa. Al menosdesde que fui expulsado del Centro deInvestigaciones sobre el Tiempo.

    Pero de eso hace ya dos aos. Yusted no fue expulsado.

    No dos aos, sino tres aclary, hablando en plata, fui echado apuntapis.

    La cena, creo, estar ya lista dijo; hemos preparado una cena a

  • propsito. El viejo EmilEst Emil todava aqu?El viejo Prather ri entre dientes.Mantenemos esto dijo entre

    Bronson, Emil y yo. A veces suben hastaaqu algunos jvenes, pero an no estnpreparados. Nos hemos vuelto un tantoexcntricos y hasta un pocoquisquillosos, dira. Emil sobre todo.Est ms insoportable que nunca ydispuesto a soltarnos la bronca sitardamos en sentarnos a la mesa o si nocomemos lo bastante. Se ha tomado lode la cocina con sentido crtico.

    Cruzamos la puerta y penetramos enel vestbulo.

  • Ahora dije supongo que yaestoy en disposicin de que se me aclarela triquiuela de la sfora.

    La vio usted, eh? pregunt conuna mueca cmplice.

    Claro que la vi. Despus decontarme Bronson la bonita historia deque haba sido barrida por el viento. Sies una broma de recibimiento sloporque he trabajado en el Centro de

    No es ninguna broma ataj.Es una de las razones por las que estusted aqu. Hablaremos de ello mstarde; ahora debemos ir a cenar o Emilcomenzar a tramar alguna venganza.Le dije por el camino que un par de

  • condiscpulos suyos cenarn connosotros? Leonard Asbury es uno deellos. Lo recordar usted, naturalmente.

    Dr. Prather dije, durantetodos estos aos he luchado por noacordarme de l. Era un tipo bastantemal educado. Y cul es el otro alumnoque ha merecido el privilegio de serconvocado a este asunto de la sfora?

    Sin manifestar la menor vacilacin,dijo:

    Mary Holland.La chica que le destrozaba los

    tmpanos, eh? Le va a usted el asunto.No se dedicaba a la msica?

    Charles dijo, est usted

  • confundiendo mi papel y el objeto deeste Instituto si cree que esa mujer meamargaba con su msica. El mundopodra enfermar si se permitiera el lujode prescindir de la msica que tandulcemente compone Mary Holland.

    De modo que nos hemos reunidoaqu un famoso matemtico, una mujerque compone como los ngeles y unharapiento investigador del tiempo.Cuando se haya completado el equipocon otras perlas semejantes, usted podrdescansar en paz.

    Sus ojos chispearon alegremente.Vamos a cenar dijo o Emil

    descargar su clera sobre nosotros.

  • II

    La comida fue buena, sencilla yabundante: entremeses, ensalada,costillas de primera calidad y patatascocidas, todo ello regado con un vinoque no era de los peores.

    El viejo Prather hizo lo posible pormantener una charla intrascendente ybanal. El tipo saba ser un buenanfitrin, eso haba que admitirlo. Elresto de nosotros habl poco, tal vezhubo alguna tentativa de cambiarimpresiones entre viejos conocidos,

  • demasiado tiempo separados, radiantesde alegra por haberse encontrado.

    Observ a los otros dos y no mepas por alto el hecho de que meobservaban a su vez. Poda imaginar, sinexcesivo margen de error, que ambos seestaban preguntando por qu el viejoPrather nos haba convocado; ste era undetalle por el que no poda culparlospor lo pronto.

    Llegu a la conclusin de queLeonard Asbury segua siendo unmamarracho. Su liso y negro cabello sele aplastaba al asqueroso crneo,mientras el rostro exhiba una expresindura y astuta. Cuando hablaba apenas

  • mova los labios. El tiempo no habaaumentado el inmenso amor que sentapor el grandsimo cabrn.

    Mary estaba ms o menos comosiempre. Haba sido una bonita chica,incluso llegamos a concertar alguna queotra cita: nada serio, sin embargo,solamente citas. Pero ahora su bellezahaba evolucionado hacia el aspectohabitual de la matrona y me ola que trassu austero y contenido rostro anidaba nopoca vaciedad.

    Haba algo de impreciso en ambos.Me encontraba inquieto y lament habervenido.

    Y ahora dijo el viejo Prather

  • vayamos al grano. Pues supongo quetodos ustedes sospechan la existencia dealgo. Ese algo es ms bien un asunto querequiere no poca urgencia.

    Se sec los labios con su servilleta yluego la arroj sobre la mesa.

    Creo prosigui que Charlestiene ya una ligera idea del asunto.Cuando vena hacia aqu fue espectadorde un suceso que ustedeslamentablemente se perdieron.

    Leonard y Mary se miraron.Permanec mudo ya que era el show delviejo Prather y no el mo; por lo menosse mereca continuarlo hasta el final.

    Es bastante probable continu

  • que, sin saber cmo, nos hayamosconvertido en propietarios nada menosque de una mquina del tiempo.

    Durante unos minutos nadie dijonada. Luego, echndose hacia delante,Leonard pregunt:

    Quiere usted decir que alguien deaqu ha inventado?

    Nada de eso, y lo siento mucho exclam Prather, pero yo jamsinsinu nada parecido. Una mquina deltiempo ha cado en el vivero deabedules, justo sobre el pequeoestanque que hay detrs de loslaboratorios.

    Cado?

  • Bueno, tal vez no haya cado.Quiz el trmino correcto sea aparecido.Limpy, el jardinero, la encontr. Es untipo simpln. Intuyo que no se acordarnustedes de l. De hecho, est aqu desdehace pocos aos.

    Quiere usted decir que el objetosurgi de pronto?

    Justo, exacto, eso es lo que hequerido decir. Pueden ustedes verlo all,en el lugar que les he indicado aunqueno siempre puede verse con demasiadaclaridad, a veces aparece borroso por labruma. A menudo brotan objetos a sualrededor y luego desaparecen: algo ascomo desviaciones dentro y fuera del

  • tiempo, suponemos. Han ocurridoalgunos extraos fenmenos en elcampus. La sfora, por ejemplo.

    Volvindose hacia m, aadi:El cachivache parece tenerle

    gusto a la sfora.Leonard, con apenas oculta

    repugnancia, dijo:Charles es aqu nuestro experto.

    Es nada menos que todo un investigadordel tiempo.

    No respond y por largo rato nadiepronunci palabra. El silencio lleg aser algo embarazoso. De modo que elviejo Prather intent deshacer elembarazo:

  • Debo decirles que cada uno deustedes est aqu por una razn especial.Nos encontramos frente a un problemaque deben resolver todos y cada uno deustedes. Espero que colaboren.

    Pero, Dr. Prather dijo Mary,s poco menos que nada sobre el asunto.Jams me he ocupado del tiempo sino deuna manera abstracta. No soycompetente en el terreno cientfico. Mivida entera la he dedicado a la msica.No creo que mi especialidad tenga nadaque ver con esto.

    Justamente lo contrario de lo queyo pienso replic el viejo Prather yjustamente la razn por la que se

  • encuentra aqu. Necesitamos un almadestacada, exenta de prejuicioscientficos, un alma virgen, si se mepermite la expresin, para enfrentarla aeste fenmeno. Necesitamos laestructura de pensamiento quecaracteriza a los seres como usted, quejams ha pensado en el tiempo excepto,segn muy bien ha dicho usted misma,de manera abstracta. Leonard y Charles,por el contrario, estn demasiadocargados de prejuicios sobre la materia.

    Le estoy muy agradecida,obviamente contest Mary, por laoportunidad que me ha ofrecido de veniraqu y, como es natural, estoy sumamente

  • intrigada por lo que usted ha llamadofenmeno. Pero en la actualidad,como debe usted suponer, mantengorespecto del tiempo concepciones tanprimarias y burdas que no veo la formaen que pueda ser til.

    All sentado, escuchndola, mesorprend a m mismo dndole la razn.Por una vez, el viejo Prather habaquedado escocido. Su razn paraintegrar a Mary en el equipo me parecaun absurdo.

    Y yo debo aadir asimismo argument Leonard que no hetrabajado con el tiempo en particular.Naturalmente, en matemticas (es decir,

  • en algunos campos de la matemtica) eltiempo es tomado como un factor yobviamente estoy bastante familiarizadocon ello. Pero mis contactos no pasaronde tangenciales y creo que usted deberasaber

    El viejo Prather alz una mano y locontuvo:

    No tan rpido dijo. Pareceque ustedes se complacen en presentardificultades. Se volvi hacia m.Ahora le toca a usted. Hasta ahora no hadicho esta boca es ma.

    Quiz dije porque no tenganada que decir.

    El hecho es insisti que usted

  • estuvo en el Centro de Investigacionessobre el Tiempo. Y yo estoy muyinteresado en el motivo de esta reunin.Si no tiene nada que alegar, al menospodra decirnos algo que no desbarrasedel asunto. Siento una especialcuriosidad por saber por qu abandonusted el Centro.

    Yo no abandon nada. Por elcontrario, estaba la mar deentusiasmado. Lo que ocurri fue que mepusieron de patitas en la calle. Ustedsabe el meollo del asunto que setramaba all. La premisa, y es una slidapremisa, es que si queremosaventurarnos a travs del sistema solar y

  • esperamos alcanzar tambin lasestrellas, debiramos preocuparnos porconocer un poco ms los conceptos queahora mantenemos respecto del tiempo yel espacio.

    O hablar sobre un escndalo apunt Leonard. Mi informador medijo que

    Ignoro si lleg a ser un escndaloo no, pero hasta donde me concierne nofue sino borrn y cuenta nueva. Comoustedes pueden comprobar, pienso entrminos de segregacin entre tiempo yespacio, considerando ambos comoentidades separadas. Y, maldita sea,cuando uno piensa en ellos lo hace

  • siempre por separado. Pero la ciencianos ha hablado tanto del continuumtempo-espacial que ha llegado a ser undogma de fe. Dirase incluso que si unosepara ambas nociones el universoentero se ha de partir por la mitad: de talmanera los cientficos se hanpreocupado por atar setenta veces sieteesos conceptos. Lo que los cientficosataren en el laboratorio no ser desatadoen la calle. Pero si uno ha estadotrabajando con el tiempo, lo ha hechoslo con el tiempo y no con el tiempoms otro factor. De modo que o uno sededica al tiempo o no se dedica a nada.

    Eso suena demasiado filosfico

  • para m dijo el viejo Prather.Aqu, en Coon Creek le dije,

    usted y algunos otros nos ensearon aconsiderar el enfoque filosfico.Recuerdo que usted nos deca: Hay quepensar con claridad y rectitud y enviar ala puta mierda los subterfugios.

    El viejo Prather tosi con estridentey fingida tos.

    Dudo mucho que lo dijera en esostrminos.

    Por supuesto que no lo hizo as.Slo he hecho una traslacin. Suspalabras fueron mucho ms gentiles yacordes con las convenciones. Pero noes tan filosfico como parece: se trata

  • tan slo del ms elemental sentidocomn, justamente lo que usted nosimbua. Si uno no ha trabajado hastaahora con nada, debe conocer primeroaquello con lo que va a trabajar o, almenos, alguna teora que lo aproxime.Claro que la teora puede estarequivocada.

    Y sa fue la razn por la quefuiste apaleado dijo Leonard.

    Exacto. sa fue la razn por laque fui apaleado Un criterio utpico, medijeron. Al parecer, no poda ir por elmundo de aquella manera.

    Mientras hablaba, el viejo Prather sehaba levantado de la mesa y puesto a

  • caminar hacia un apolillado aparador.Tom un libro de un cajn, regres,entreg el libro a Leonard y se sent denuevo.

    Leonard lo abri y estuvohojendolo. Repentinamente se detuvo,fijndose especialmente en una pgina.

    Alz la mirada, desconcertado.Dnde lo ha conseguido?

    pregunt.Usted recordar que antes habl

    de objetos que aparecan en torno a lamquina del tiempo respondi Prather. Que aparecan y desaparecan

    Qu clase de objetos? pregunt Mary.

  • De, ninguna clase especial. Losobjetos ms corrientes que pueda haber.Un palo de bisbol. Una rueda debicicleta. Cajas, botellas, todo tipo detrastos. Y siempre alrededor delartefacto. Al principio los dejbamosestar. Tenamos demasiado miedo paraacercarnos y posiblemente enredarnoscon los efectos temporales. Nadie sabaqu hacer.

    Sin embargo apunt Leonard,alguien trajo este libro.

    Fue Limpy aclar Prather. Esbastante corto de entendederas. Pero poralguna razn anda escamado con loslibros. No es que haya ledo muchos, y

  • se menos todava.No debera creerlo murmur

    Leonard. Entonces vio que yo loobservaba intensamente. De acuerdo,Charles dijo, te lo dir. Se trata deun libro de matemticas.

    Y, aparentemente al menos, de unanueva clase de matemticas. Deboestudiarlo, sin embargo.

    Matemticas del futuro? pregunt.

    Aproximadamente dos siglos en elfuturo dijo el viejo Prather, sihemos de creer la fecha del colofn.

    Hay alguna razn para nocreerlo?

  • Ni mucho menos, todo locontrario exclam el viejo Prather,entusiasmado.

    Hay algo dije que todava nohemos mencionado. Las dimensiones ycaractersticas de la mquina.

    Si usted cree que fue diseadapara contener un cuerpo humano, seequivoca por completo. No es losuficiente grande. Su forma es cilndricay su longitud tal vez no alcance los trespies. Est hecha con una especie demetal qu s yo. Hay un enrejado encada extremo y no presenta signo algunode poseer maquinaria. No se parece ennada a lo que uno haba pensado

  • siempre que deba ser una mquina deltiempo, vaya, pero no podemosdespreciar el hecho de que acta comotal. Es incuestionable que los objetosaparecen y desaparecen. Y tambin losespejismos deben convencernos. Lasfora, por ejemplo, la sfora querealmente fue barrida por el viento surgey se marcha ms pronto que un vistazo.Luego hay gente, gente que caminaalrededor de la mquina, gente extraaque aparece momentneamente paradesaparecer a continuacin. Yocasionales estructuras, como fantasmasde ciudades, no del todo en el presente,pero tampoco en el futuro; como una

  • intuicin, un relmpago, un vislumbre.Dado que no hay nada como ello en elpresente, debe proceder del futuro. Y lohe llamado espejismo a falta de otrotrmino mejor. Como el bote en elestanque. Es demasiado pequeo paraeso. Como ustedes recordarn es apenasuna charca.

    Ha tomado usted precaucionespara que nadie penetre en el campo deaccin de la mquina?

    Hemos instalado una cercaalrededor. De hecho puede ocurrir quealgn caminante perdido venga hastaaqu.

    Pero ustedes saben muy bien que

  • raramente tenemos esa clase de visitas.Lo primero que haremos maana,despus del desayuno, ser ir a ver elartefacto.

    Por qu no ahora? preguntLeonard.

    No hay inconveniente, pero nocreo que podamos ver mucho. No hayiluminacin en esa parte. No obstante, siusted lo desea

    Leonard hizo un gesto deasentimiento.

    Madrugaremos maana dijo.Otra cosa que pueden haberse

    preguntado ustedes continu el viejoPrather es cmo diablos apareci la

  • mquina. Como les dije antes, laencontr el jardinero. Primero habl deuna cada, luego me correg y dijesimplemente que haba llegado. Larectificacin no es, sin embargo,demasiado precisa. El lugar presentairrefutables evidencias de una cada: porejemplo, algunas ramas rotas en elabedular pueden indicarnosperfectamente que el objeto pas porentre los rboles.

    Usted insiste en hablar de cadadijo Mary. Pero desde dnde?

    No estamos seguros del todo, perotenemos al menos una hiptesis. Haceunas cuantas noches ocurri algo al

  • oeste de aqu. Un avin se estrell en lasmontaas. Es una comarca salvaje comoustedes recordarn. Algunas personascontemplaron la cada. Una expedicinfue enviada al lugar y el asunto fue queall no se encontr ningn avin. Losperidicos sugirieron la posibilidad deun meteorito. Pero estaba claro que losque subieron en expedicin habanguardado el secreto. Hice algunasdiscretas encuestas entre mis amigos deWashington y averig que sesospechaba fuera una nave espacial. Nouna de nuestras naves. De todas lasnuestras poda darse razn. De modoque no tena ms remedio que ser una

  • nave aliengena.Y usted supone que la mquina del

    tiempo cay de la nave aliengena dijo Leonard, que se desprendi y

    Pero apunt Mary, para ququerra transportar una nave aliengenauna mquina del tiempo?

    No una mquina del tiempo dije, sino un dispositivo temprico. Unsistema de conduccin que utiliza eltiempo como fuente de energa.

    III

  • Como no poda pegar ojo, sal a darun paseo. La luna acababa de aparecersobre las colinas del este y su argentadaluz apenas dispersaba las tinieblas.

    No poda dormir. Haba cerrado losojos y haba intentado encarecidamenteentregarme al sueo, pero siempreacababa por abrirlos y clavarlos en eltecho; tampoco se trataba realmente deltecho, sino de la espesa cortina deoscuridad que haba en medio.

    Un dispositivo a base de tiempo, medije a m mismo. El tiempo usado comoenerga. Entonces, siempre haba estadoen lo cierto! Si lo que se haba

  • desprendido de la nave y yaca ahorasobre el embalse del abedular erarealmente un motor, entonces yo habaestado siempre en lo cierto mientras quelos otros se haban enfangado en elerror. Y, ms an, si el tiempo poda serusado como energa, el universo estabaabierto para nosotros; no slo lasestrellas ms cercanas, no slo elcircuito de la galaxia, sino el universoentero, todo cuanto existe. Pues si eltiempo pudiera ser manipulado yusarlo como fuente de energa no es otracosa que arribar a su dominio lasdistancias espaciales se convertiran enuna nulidad, dejaran de tenerse en

  • cuenta y el hombre podra ir adondedeseara.

    Alc los ojos y mir las estrellas.Dese gritarles: Ahora estis en nuestropoder pues habis dejado de serinaccesibles. Vuestra distancia haperdido sentido para nosotros. Vuestradistancia, o la ms inconmensurabledistancia a que se encuentren las mslejanas de vuestras hermanas, incluso lade aquellas que todava no han arrojadosu resplandor sobre nosotros, noimpedirn nuestro acercamiento en losucesivo. Ni las estrellas nodescubiertas, ni las que escapan altelescopio ms potente se muestran

  • ahora fuera de nuestro alcance.Esto dese gritarles, pero no lo hice.

    Por lo comn no se entretiene unodeclamando ante las estrellas. Unaestrella es demasiado impersonal comopara suscitar el deseo de dirigirse a ella.

    Descend a la carretera y luego segupor un sendero que tuerce colina arribahacia el observatorio; mir a miizquierda y pens: me encuentro justo unpoco por encima del vivero de abedulesque rodea el estanque. Intentando divisarel cilindro, consider por milsima vezsi poda ser realmente lo que habapensado que era.

    Mientras doblaba una de las curvas

  • del serpenteante camino, un hombreapareci silenciosamente del esconditeque tal vez haba tomado. Me detuveintrigado por tan repentina presencia,pensando que a tales horas de la nocheno poda haber nadie por aquellosparajes.

    Charles Spencer dijo el hombre. Es usted Charles Spencer?

    Eso dicen contest. Su rostroestaba en la sombra y nada poda hacerpor evitarlo.

    Debo disculparme dijo porinterrumpir su paseo. Pens que no habanadie por aqu. Usted seguramente no merecuerda. Soy Kirby Winthrop.

  • Indagu en mi memoria y un nombresurgi de ella.

    Claro que me acuerdo de usted dije. Usted iba un ao o dos pordetrs de m. Ms de una vez me hepreguntado por su paradero. Todoesto no era ms que una mentira, puesjams, ni por pienso, me haba acordadode l.

    Me qued aqu dijo el otro.Hay algo en este lugar que se mete en lasvenas. Me dediqu a la enseanza.Aunque ms bien a la investigacin. Leha contado el viejo Prather lo de lamquina del tiempo?

    No slo a m, tambin a algunos

  • otros le dije. Qu sabe usted sobreello?

    Nada, en realidad. Est fuera demi competencia. Lo mo es laciberntica. Por eso estoy aqu. A vecesvengo a la colina, cuando todo esttranquilo, para meditar.

    Siempre que he tomado contactocon la ciberntica le dije, heacabado considerndome como unimbcil.

    Es un vasto campo. Yo trabajo conla inteligencia.

    Es obvio.Con mquinas inteligentes, quiero

    decir aclar.

  • Pueden las mquinas serinteligentes?

    Al menos, prefiero creerlo as.Hacemos progresos, eh?Tengo una teora sobre el objeto

    de mi trabajo dijo.Supongo que debe ser excelente

    dije. Le deseo toda clase de xitos.Me dio la sensacin de que estaba

    vido de soltar la lengua, ahora quehaba encontrado a alguien a quiencontar sus historias, sobre todo si esealguien no lo haba soportado antes.Pero yo no tena el menor deseo degozar de su compaa.

    Creo que debo marcharme dije

  • . Comienza a hacer fro y quizs ahorame encuentre en condiciones dereemprender la bsqueda del sueoperdido.

    Me volv para marcharme, pero suvoz me interrumpi.

    Quera preguntarle algo, Charley.A cunta gente le ha comentado usted sueducacin en Coon Creek?

    La pregunta me sorprendi, de modoque me volv hacia l.

    Es una pregunta divertida, Kirby.Puede ser dijo, pero

    responda a cunta gente.La menos posible le dije. Dud

    un momento, esperando que siguiera

  • hablando, pero como no lo hizo agregu: Ha sido un placer verlo, Kirby. Reanud mi camino en direccin al patiodel Instituto.

    Pero su voz an reson a misespaldas, de suerte que me vi obligado adetenerme de nuevo.

    "Hay algo ms dijo el tipo.Qu sabe usted de la historia de CoonCreek?

    Ni una palabra. No suelo sercurioso.

    Yo lo fui dijo y tuve quecontenerme. Sabe usted que en estecentro no hay invertido ni un real delerario pblico? Y que en toda su

  • historia jams ha sido pedida unasubvencin? Al menos hasta dondellegaron mis pesquisas no haba lamenor huella de subvencin alguna.

    Creo que hay un fondo monetariodije que cotiza desde los aosochenta. Lo abri un tipo llamadoCramden. Cramden Hall recibi sunombre de l.

    Correcta la ltima observacin dijo Winthrop, slo que jams existinadie llamado Cramden. Alguiendeposit el dinero con ese nombre, perojams existi ningn Cramden. Jamsexisti nadie que se llamara as.

    Quin puso el dinero, pues?

  • Lo ignoro dijo.Bien argument, no creo que

    para nosotros represente muchadiferencia. Coon Creek est aqu y esoes todo lo que nos interesa.

    Me puse en camino nuevamente yesta vez el tipo me dej marchar.

    Me alegro de haberle visto, le habadicho, pero maldito si me alegraba uncarajo. Intent recordar al tipo: unnombre surgido del pasado, tan slo unnombre desprovisto de rostro. Elhombre haba permanecido todo el ratode espaldas a la luna sin que pudieradistinguir sus facciones.

    Luego, toda la chchara sobre si yo

  • acostumbraba a hablar sobre CoonCreek y sobre quin subvencionaba elcolegio. Qu se propona el tipo y porqu se estaba entrometiendo? Encualquier caso, me dije, no es asuntomo. No haba venido aqu parapreocuparme por esas cosas.

    Alcanc otra vez la carretera.Cuando ya estaba al pie de las escalerasque conducen a Cramden Hall, me volvy contempl la curva que formaba elcamino encerrando el parque que, parami gusto, sobrepasaba lo cursi.

    Coon Creek, pens. S, s, el mismoCoon Creek. Un lugar cuyo nombrenadie pronunciara a causa de su

  • malsonancia; pero ocurre que la gentesiempre le pregunta a uno dnde haestado y qu clase de estudios harecibido; entonces hay que callarse si noquiere encontrarse con que el otro leresponde que jams ha odo un nombretan desagradable.

    De modo que no puede mencionarseporque nadie lo ha odo y, ms an,porque cualquiera podra decirle a unoque nadie en su sano juicio habra ido aun colegio con un nombre tan jodido. Nitampoco poda uno decir que es elcolegio quien selecciona a losestudiantes en vez de lo contrario; quese dedica a seleccionar cerebros de la

  • misma manera que los dems colegiosseleccionan muchachotes para completarsu equipo de ftbol.

    Cerebros no era la palabra exacta,toda vez que algunos de los reclutadosy yo entre ellos no descollbamosprecisamente como empollones. Msbien se trataba de una habilidadespecial, no del todo definida, paraafrontar problemas concernientes a unafilosofa tan poco concreta comoexcesivamente conocida, obviamente,por cierta clase de individuos, quejustamente no eran los escogidos pararealizar sus estudios en Coon Creek.Cmo encontraban el alumnado

  • permanece oscuro para m y sobre lacuestin de quin estara detrs de tododebo decir tres cuartos de lo mismo. Elgobierno, haba pensado yo siempre,pero estaba muy lejos de poderafirmarlo con seguridad. El proceso deseleccin segua los mismos secretosprocedimientos que si se tratara delgobierno. Sin embargo, si lo queWinthrop me haba dicho era cierto, nose trataba del gobierno ni nada que se lepareciera.

    No todos salimos tan perfectos comohubiera sido de esperar. Yo, porejemplo. Y Mary, bueno, quiz Marytampoco. Durante el tiempo que pas en

  • el Instituto, record, manifest tal interspor la economa que llev de calle alviejo Prather y quiz a algunos ms;pero, de pronto, se volc sobre lamsica, que deba ser lo ltimo quepoda ocurrrsele a cualquiera queestuviese all. Leonard fue otro caso,uno de los de mayor xito, por cierto,convirtindose en un brillantematemtico capaz de conducir a laciencia ms all de sus posibilidadeslgicas y alcanzando tal dominio de lamateria que lleg a crersele capaz noslo de comprender el mecanismo deluniverso entero sino tambin sus msocultos propsitos.

  • Todava estuve un rato contemplandola carretera y el terreno que abarcaba sucurva, esperando supongo que lasfora apareciera de nuevo; pero noocurri as y comenc a subir laescalera.

    IV

    La mquina del tiempo, segn elviejo Prather la haba denominado,estaba incrustada entre dos troncos de

  • abedul. Haba una especie de brumaparpadeante a su alrededor, pero no lobastante como para no verla con ciertaclaridad. Su entorno estabacompletamente libre de despojostempricos, y slo alcanzamos a ver unapelota de tenis y una bota vieja, nadams. Mientras la contemplbamos, labota desapareci.

    Hicimos una investigacinpreliminar dijo el viejo Pratherantes que llegaran ustedes. Trajimos unacmara fotogrfica con soporte y,acercndola todo lo que pudimos,logramos fotografiar todos los puntos desu superficie, es decir, todos

  • exceptuando aquellos que permanecenocultos. No sucedi la cosa sinincidentes. La primera cmara laperdimos. Fue propulsada dentro deltiempo y acaso aparezca cuando ustedesconsigan desmontar este trasto. Noperdimos la segunda cmara ydescubrimos a cambio una cosa. Mediohundido en el suelo y oculto tras untronco encontramos lo que pareca seruna especie de mando.

    El viejo Prather abri la carpeta quellevaba bajo el brazo y todos nosacercamos para mirar. Un par defotografas mostraban lo que, en efecto,pareca ser un control: un parche

  • circular adosado al metal del cilindro,aunque nada ms. No se vea la menorinscripcin, aunque pareca tener trespequeas hendeduras en el borde. Lashendeduras podan haber sidoarticuladas como una forma demecanismo controlador, pero all nadahaba que lo indicara as.

    Nada ms? pregunt Leonard.Slo un par de araazos sobre la

    superficie dijo Prather. Encontr lasfotografas y nos las alarg. Uno acada extremo.

    Pueden servir para determinar laposicin dije del lugar de la navedonde fue montado el aparato. Si es que

  • se trata de un motor e iba en una nave.Las seales corresponderan a loslugares por los que permaneca sujeto.

    Pareces estar asquerosamenteseguro de lo que dices dijo Leonardcon una mueca de desagrado.

    Es slo una idea repliqu.A m me parece que va a ser

    necesaria ms gente que nosotros tres dijo Leonard de nuevo. Charley esaqu el nico que sabe algo sobre eltiempo y

    Todo cuanto puedo aportar aduje se encuentra nica yexclusivamente en el campo de lahiptesis. No tengo la menor idea de

  • cmo un trasto como se ha podidovenir a parar aqu. No podemos ir msall por ese lado. Si es un motor detiempo, cuanto yo sea capaz de sugerires ocioso y salta a la vista; pero todavaignoramos al respecto lo que puedehacer una unidad de fuerza temporal.Quiz no sea demasiado poderosa, perocon toda seguridad ese poder acta conintervalos. Y en vez de estar perdiendoel tiempo con el asunto y haciendocualquier cosa que pueda devolverle supleno poder

    El viejo Prather movi la cabezagravemente.

    Podramos correr ese riesgo

  • dijo, siempre que el asunto se quedaraen familia. Sera muy espinosocompartirlo con alguien ms, sobre todocon el gobierno. Pues si recurrimos aalguien, ese alguien no ser otro que elgobierno.

    Podramos trabajar mejor connuestra mquina dijo Mary silogrramos sacarla del abedular. Por lomenos la tendramos a nuestradisposicin toda entera y no slo una desus partes.

    Ya pensamos en eso dijo elviejo Prather, pero tenamos miedo atocarla. Naturalmente, podramosarrancarla de aqu, pero

  • Opino dijo Leonard que nodeberamos tocarla por lo pronto. Aun lamenor sacudida podra afectar sumecanismo. Es terrible tener quetrabajar en la ignorancia y ocurreprecisamente que no sabemos lo quetenemos entre las manos. Si pudiramosdesconectarla pero no tengo nipuetera idea de cmo puededesconectarse. Ese control en forma decrculo, si es que se trata de un control.Pero qu hacer para que surja efecto?

    Usted dijo que Limpy trajo ellibro dijo Mary al viejo Prather.Cmo se las compuso? Alarg lamano y lo cogi?

  • Llevaba una azada contestPrather. La utiliz como gancho.

    Quiz alguien de los laboratoriosdijo Leonard puedaproporcionarnos algo con lo quemanipular el crculo. Podramosextender alguna herramienta hasta lastres hendeduras y manipular sobre ellas.

    Eso est bien pensado dijepero sabras la forma de hacer girar eldisco?

    Pero era absurdo preocuparse por laforma de hacer girar el disco. En eltaller del laboratorio nos dieron unaherramienta acorde con las dimensionesque dedujimos de las fotografas. Sin

  • embargo, nos equivocamos la primeravez. A la segunda intentona acertamos,pero no pudimos trabajar. Laherramienta resbalaba sobre lashendeduras. El metal pareca estardotado de una cualidad aceitosa. Nohaba forma de encontrar un asidero.Estuvimos hasta la noche rebuscandotrastos hasta dar con alguno que sirvierapara nuestros fines. Pero ni nosotros niel personal del taller tuvimos suerte.

    Durante la cena intentamos llegar aun acuerdo. No en lo concerniente apoder o no desconectar el aparato, sino,por ejemplo, en qu diablos bamos ahacer con l una vez desconectado.

  • Cmo narices podamos investigar unamquina del tiempo? Suponiendo quetuviramos suerte, lo que ya era muchosuponer, tal vez llegramos adesmontarla y a fotografiar y calibrarpor separado las diversas piezas. Peroaunque consiguiramos semejanteddiva de la fortuna y, ms an,obtuviramos de ella el don de podervolver a juntar todo lo separado, todavanos faltara llegar a entender elfuncionamiento del conjunto. Auncuando furamos capaces dedesmontarlo pieza a pieza, aun cuandoexaminramos cada componente ycomprendiramos la relacin entre las

  • partes y el todo, lo principal, al cabo,seguira escapndosenos.

    La cuestin ms importante era,segn convinimos, el peligro, tal vez ungrave peligro, que podra entraar eldesarmar la maquinaria. Cualquiera quefuese, el cilindro metlico constaba deun factor que no era del todocomprendido. Por muchas cabalas quehiciramos siempre topbamos con esefactor, que no era otro que el tiempo o loque a falta de otro nombre tenamos quecalificar como tiempo. Y nadie,absolutamente nadie, saba la clase detiempo que poda ser.

    Lo que necesitamos dijo

  • Leonard es algo capaz de contenertiempo, algo capaz de aislarlo.

    Justo dije, de eso se trata.Algo que amortige el factor tiempomientras trabajamos, de manera que nocorramos el riesgo de ser trasladadoshasta el perodo Carbonfero o hacia elmomento de la muerte trmica deluniverso.

    No creo que sea tan potente esetrasto objet el viejo Prather.

    Probablemente no, al menos porahora replic Leonard. Charleypiensa que funciona en ralent, ms an,que apenas funciona. Pero si el artefactoes exactamente lo que suponemos, tiene

  • poder suficiente como para mover unanave espacial durante muchos aos-luz.

    El amortiguador debera ser algoinmaterial dije. Algo que noformara parte del universo material.Cualquier cosa que tenga masa esafectada por el tiempo, luego lo quenecesitamos es aquello que sea inmune atal efecto.

    La luz, tal vez sugiri Mary.Rayos lser

    O el tiempo afecta a la luz dijoLeonard sacudiendo la cabeza o la luztiene establecido su propio parmetrotemporal. Lo nico que tiene esvelocidad y aunque no lo parezca se

  • mantiene siempre material. La luz puedeser atrada por cualquier fuerte campomagntico. Lo que necesitamos es algoal margen del tiempo, algoindependiente de l.

    Muy bien, tal vez el pensamientoentonces replic Mary. La mente.El pensamiento teleptico puededirigirse al aparato y establecer con lalgn tipo de relacin.

    Eso se ajusta a nuestros deseos convino el viejo Prather, pero nosencontramos a mil aos de comprendersu funcionamiento. Ignoramos porcompleto lo que la mente pueda ser. Nosabemos nada de su actuacin y sus

  • formas. No somos telpatas.Bueno repuso Mary, a m me

    parece lo mejor. Por lo pronto ya hesugerido un par de ideas, aunque no muybuenas. Qu dice el resto?

    Voto por la brujera dije.Vayamos a frica o al Caribe yprocurmonos un buen hechicero.

    Haba intentado al menos sergracioso, pero no parecieron tomrselocomo yo. Los tres, sentados, me mirabancomo bhos cargados de solemnidad.

    Y algn tipo de resonancia? coment Leonard.

    Conozco un poco la materia dijo Mary, pero no servira. Ests

  • hablando de una clase de msica y noolvides que yo s msica. El tiempo esuna parte de la msica. La msica estbasada en el tiempo.

    Leonard arrug el entrecejo.Apostara a que nos equivocamos

    nos dijo, y no creo que haga faltapensarlo demasiado. Se me estocurriendo algo acerca de los tomos.Posiblemente no existe el tiempo en laestructura atmica. Algunosinvestigadores han aventurado estateora. Si pudiramos alinear tomos yalcanzramos a introducirlos en formade escalera Agit la cabeza. No,no servira. No hay en este mundo nada

  • capaz de lograrlo, y aun si lo hubieraestoy seguro de que no servira.

    Un fuerte campo magntico dijoel viejo Prather. Envolver el artefactoen un campo magntico.

    No est mal dije. Esoservira de cebo. El campo desviara yse llenara de tiempo. Pero, aparte delhecho de que no podemos construir uncampo como se

    Y aunque pudiramos agregMary no podramos trabajar dentrodel campo. El asunto es controlar eltiempo para poder investigar elartefacto.

    Lo nico que puede sernos til es

  • la muerte suger. La muerte esatemporal.

    Puedes decirme lo que es lamuerte? solt Leonard.

    No dije mientras le sonreacndidamente.

    Eres un jodido listo de la vida dijo con sorna. Siempre lo fuiste.

    Vamos, vamos exclam el viejoPrather, asustado. Tomemos ms vino.An queda un culo en la botella.

    Por qu no nos dejamos estar deniadas? apunt Mary. A mis odosla muerte suena tan bien como a losodos de cualquiera.

    Me inclin ante ella con la seriedad

  • de un payaso y me respondi poniendocara de boba. El viejo Prather comenza saltar alrededor de la mesa como uncanguro mientras escanciaba el vino.

    Espero dijo que los chicosdel taller puedan traernos algo con loque dar vueltas al dial de control.

    En caso contrario dijo Mary loharemos nosotros con la mano. Hemospensado alguna vez que la mano humanaes ms eficaz que la herramienta msprecisa?

    Lo jodido es puntualizLeonard que por ms perfecta quellegue a ser una herramienta siempreencuentra el punto en que se vuelve

  • incompetente.Pero no podemos hacerlo con la

    mano protest el viejo Prather. Estel efecto temprico.

    Sobre las cosas pequeas dijoMary. Sobre libros, pelotas de tenis ybotas. Nunca sobre cosas vivas. Nuncanada con la masa de un cuerpo humano.

    V

    Lo intentamos. Finalmente tuvimos

  • que intentarlo.Las herramientas del taller

    durmieron su ocio y nosotros, as desencillo, no podamos abandonar lamquina del tiempo en el vivero deabedules. Todava funcionaba. Mientrasla contemplbamos aparecieron ydesaparecieron un reloj de pulsera, unmugriento libro de apuntes y un viejosombrero de fieltro. Luego, vimos elbote sobre el estanque que nada saba debotes.

    He pasado la noche con el textode matemticas dijo Leonard,esperando poder encontrar cualquiercosa capaz de ayudarnos. Ha sido intil.

  • Conceptos nuevos e intrincados,naturalmente, pero nada que pueda seraplicado al tiempo.

    Podramos construir una fuertebarrera alrededor del artilugio propuso el viejo Prather y dejarloaqu hasta que sepamos qu hacer conl.

    Absurdo dictamin Mary.Para qu queremos una barrera? Lo quenos hace falta es entrar en el cerco queella delimitara

    No dijo Leonard, no creo quedebamos hacerlo. No sabemos

    Sabemos dijo Mary que elcacharro puede mover objetos

  • pequeos. Nada de gran tamao. Nadaanimado. Ni una sola cosa viva. Ni unconejo o una ardilla. Ni siquiera unratn.

    Quiz no haya ratones por aqu dijo el viejo Prather.

    Disparates replic ella.Siempre hay ratones en un lugar as.

    La sfora dijo Leonard. Seencuentra a bastante distancia de aqu yno podemos decir que sea un objetopequeo.

    Pero s inanimado dijo Mary.Creo que usted habl de

    espejismos dije al viejo Prather.Espejismos de gente y edificios.

  • S repuso, pero meramentesombras. Siluetas tan slo.

    Diantre, yo no s qu pensar! dije. Quiz Mary est en lo cierto.Quiz no surta efecto con los seresvivos.

    Siempre sera un riesgo coment Leonard.

    Leonard dijo Mary, en esoest tu error. He estado todo este tiempopreguntndome en qu estaras fallando.Ahora creo saberlo. T nunca tearriesgas, no es cierto?

    Jams contest Leonard. Esabsurdo arriesgarse. Eso slo lo hacenlos primos.

  • Naturalmente exclam Mary.Un computador en vez de cerebro. Unascuantas ecuaciones matemticas puedenresumir tu vida. Eres diferente del restode nosotros. Yo s me arriesgo; Charleyvamos a apostar

    De acuerdo acept. Dejemosde discutir. Yo har el trabajo. Dijisteque los dedos eran ms eficaces que lamejor herramienta, de modo quedescubrmoslo. Todo cuanto tenis quedecirme es hacia dnde tendr que girar.

    Mary me cogi del brazo.No, t no dijo. Yo lo he

    propuesto y yo lo intentar.Por qu no los dos? sugiri

  • Leonard con desdn, sin poder evitar sunatural grosera. O por qu no os lojugis a los chinos?

    Es una buena idea replic Mary, pero no para aplicarla a nosotrosdos, sino a los tres que componemos elequipo.

    El viejo Prather haba permanecidocallado, pero inquieto, dando vueltas anuestro alrededor, hasta que creyoportuno opinar.

    Pienso que estn todos ustedescomo una cabra. Jugrselo a los chinos,cmo no! No lo apruebo bajo ningnconcepto. Es decir, no lo acepto bajo lascondiciones expresadas. Nos lo

  • jugaremos a los chinos, s, pero no entretres sino entre cuatro.

    Su vida no puede perderse dije. Si ocurriera que nosotros tresquedramos atrapados en el circuito detiempo, tendra que quedar algn aedoque cantara nuestra epopeya. Y ustedsabe explicar las cosas como nadie. Loha estado haciendo durante aos.

    Evidentemente era una locura. Sihubiramos dispuesto de un par desegundos para serenarnos no lohabramos hecho. Pero estbamosinmersos en un mar de agitacin y todosnos lo habamos tomado con lamegalomana suficiente como para no

  • poder echarnos atrs. Leonard hubierapodido de no haber quedado atrapado enlas redes de un cretino orgullo. Si lhubiera dicho: no sigo adelante, lacosa se habra terminado. Pero si lohubiera hecho no habra quedado libredel estigma de la cobarda.

    No nos lo jugamos a los chinos.Cogimos tres pedazos de papel y sobreellos pusimos sendos nmeros: 1, 2 y 3.

    Mary obtuvo el 1, Leonard el 2 y yoqued con el 3.

    Bueno, ya est hecho dijo Mary. Yo ser la primera en intentarlo. Locual es justo, pues fue idea ma.

    A la mierda con eso dije.

  • Dime exactamente cmo vas a girar eldisco, si es que puede girarse.

    Charles dijo Mary con voz quequera camelarme, debo insistir enmis derechos de ciudadana americanadespus de haberme amargado lajuventud con tus discursos chovinistas?

    Por Cristo crucificado! exclam Leonard. Djala que vayade una vez! Est ms segura que todosnosotros.

    Sigo sin aprobar la decisin seentrometi el viejo Prather, de nuevocon sus pejigueras, aunque elprocedimiento haya sido totalmentedemocrtico. Opto por lavarme las

  • manos. Me desentiendo del asunto.Mejor nos la pone dije.Lo girar en el sentido de las

    agujas del reloj explic Mary.Despus de todo, es lo usual

    No corras tanto dijo Leonard, se trata de una convencin humana

    Antes de que pudiera detenerla, seintrodujo en el abedular, lleg alcilindro y se inclin sobre el supuestodisco de control. Fascinado, mirboquiabierto durante un intenso segundocmo sus dedos lo tanteaban ycomenzaban a girarlo. Vi perfectamenteque el disco se mova. De manera quetena razn despus de todo, pens: los

  • dedos son ms eficaces que la mejorherramienta.

    Pero, en cambio, mientras elpensamiento se formulaba en mi cabezaMary desapareci y en torno al cilindro,surgi repentinamente un chorro devariados objetos fuera del tiempo,introducidos en el presente desde elpasado y el futuro y una vez tamizadospor nuestra contemporaneidadarrojados al futuro o al pasado,siguiendo la direccin de su movimientoinicial. Haba un transistor, una camisade hippy, una mochila, un par de libretasescolares para nios, unas gafas, unbolso de mujer y, alabado sea Dios, un

  • conejo.Lo ha girado en sentido

    equivocado! grit. No lo haamortiguado, sino todo lo contrario.

    Leonard dio un paso adelante, sedetuvo, dio otro corto paso. Esper unossegundos y, al advertir que ya noavanzaba ms, lo apart con un brazomientras me zambulla en la zona. Unavez en el abedular llegu al cilindro ytante el disco; sent una pequeadescarga mientras mi cerebro repeta: dederecha a izquierda, de derecha aizquierda, de derecha a izquierda

    No me recuerdo a m mismo girandoel disco, pero de repente todos los

  • despojos sincrnicos que haban estadozumbando sobre y en torno a mis piesdejaron de estar all, incluso el cilindrodej de estar all.

    Lentamente retroced y abandon elvivero.

    Qu le ha pasado al cachivache?pregunt. Y mientras haca la preguntame volv para recibir la respuesta demis compaeros. Pero no haba tampococompaeros.

    Estaba solo y nada curado deespanto. Todas las cosas presentaban elaspecto que antes tuvieran. El da eratodava un da radiante, el abedularpareca el mismo de siempre y la charca

  • no ofreca ninguna diferencia aunques la ofreca: ahora, varado en la orilla,se vea un bote de remos.

    Tembl ante la visin y me pusergido para contener los escalofros. Mientendimiento captaba las cosas conreluctancia y me ordenaba luchar contracualquier eventualidad.

    Haba hecho el trabajo?, mepregunt. Lo haba hecho yo del todo oLeonard, andando tras mis pasos, lohaba completado? Pero entonces pensque sin duda lo haba realizado yo solopuesto que ni Leonard ni el viejo Pratherme haban seguido.

    Habra logrado hacer desaparecer

  • el cilindro? A qu distancia? Dndeestaba Mary? Y qu pasaba con el botede remos? Todas estas preguntas me lasformulaba estrilmente.

    Ech a andar por la cuesta haciaCramden Hall, y mientras lo hacamiraba a mi alrededor intentandodescubrir algn cambio. Pero si algunohaba tan pequeo deba ser que noconsegu descubrirlo. Record que CoonCreek no experimentaba cambio algunocon el paso de los aos. Permanecaerguido como una pesada mole, algodesvencijada y buscando la humildad delos que pretenden pasar desapercibidos.Mostraba una protectora capa de

  • pintura.Haba unos cuantos estudiantes por

    all. Mientras bajaba hacia el senderoque lleva hasta la curva de la carretera,me di de manos a boca con uno de ellos;no llam su atencin, sin embargo. Ibacargado con un montn de libros ypareca tener prisa.

    Ascend por los escaloneslevantados ante el edificio y meintroduje en la penumbra silenciosa delvestbulo. No haba nadie all, peroalcanc a or el ruido de unos pasosbajando por una escalera que estabafuera de mi campo de visin.

    Permanec all, pero sintindome

  • como un extrao que no tuviera derechoa estar en aquel lugar. Justo en elvestbulo se encontraba el despacho delviejo Prather. l tendra la respuesta y,debiera o no permanecer all, pens queel viejo Prather era el ms indicado paradarme la respuesta que necesitaba.

    Pero haba tal frialdad en el lugarque la cosa empez a no gustarme, unafrialdad que, ahora que los distantespasos haban cesado, vino acompaadadel silencio.

    Estaba a punto de marcharme, perodecid entrar y, mientras me dirigahacia la puerta del despacho, un hombresali por ella. Atraves el vestbulo

  • hacia m, en tanto yo permanecaclavado, sin saber qu hacer, sinsiquiera desear marcharme, casiexigiendo que el hombre que caminabahacia m no me viera, aunque tena lacompleta seguridad de que esto eraimposible.

    Era el desplazamiento en el tiempo,pens, una sensacin de notarsedesplazado en el tiempo. Era algo queen el Centro de Investigaciones sobre elTiempo habamos calificado comoinercia ucrnica. Si un hombre puedemoverse en el tiempo, debe sentirsedesplazado? Sentira un encuadretemporal distinto? Adverta ese hombre

  • el paso del tiempo? Era la continuareferencia temporal un factor inherenteal entorno humano?

    La luz del vestbulo era dbil y elrostro del hombre que se me acercabaera de lo ms ordinario, casi unestereotipo, una de esas caras que unove cotidianamente multiplicadas, con tanescasos rasgos peculiares que uno nopuede acordarse de ellas,convirtindose en un patrn comn.

    El hombre disminuy el pasomientras se me aproximaba. Entonceshabl.

    Hay algo en que pueda ayudarlo?dijo. Busca usted a alguien?

  • A Prather dije.Un cambio repentino se dibuj sobre

    su rostro, un cambio que lo mismoentraaba miedo que asombro. Se mequed mirando fijamente.

    Charley? dijo interrogndome. Es usted Charley Spencer?

    El mismo contest. Y elviejo Prather?

    El viejo Prather est muerto replic.

    Quin es usted?Debera recordarme. Soy Kirby

    Winthrop. He ocupado el lugar dePrather.

    Rpido trabajo coment. Lo

  • vi a usted justo la otra noche.Hace quince aos dijo Kirby.

    Nuestro encuentro en la colina delObservatorio fue hace quince aos.

    Me estremec ligeramente aunqueestaba preparado para esto. Realmenteno haba pensado en ello, no me habapermitido a m mismo pensar sobre elasunto. Si tuve alguna reaccin creo quefue de alivio al comprobar que no habasido de cien aos el traslado.

    Qu hay respecto de Mary? pregunt. Ha emergido ya?

    Creo que debera tomar un tragoofreci Kirby. Y creo que yotambin lo necesito. Vayamos a beber

  • algo.Me tom del brazo y juntos

    caminamos hacia la habitacin queKirby haba dejado.

    Atienda todas las llamadas dijoa la telefonista del antedespacho. Noestoy para nadie. Se hizo a un lado yentramos en la oficina.

    Casi me llev en brazos hasta uncmodo y profundo silln situado en unaesquina, y luego fue hasta el pequeobar que haba bajo las ventanas.

    Qu prefiere?Escocs, si tiene, por favor.Volvi con los vasos, me alarg uno

    y se sent en un silln frente a m.

  • Ahora podemos hablar dijo.Pero hagamos antes un pequeo brindis.Sabe?, todos estos aos he estadoesperndolo. No ha sido una sorpresaverlo emerger, naturalmente, si es quedeba emerger alguna vez.

    Eso es lo que yo tema dije.S, quiz haya algo de eso

    tambin. Pero no demasiado. Un pocoaturdido, pero

    Kirby dej la frase flotando en elaire. Beb un sorbo de mi vaso.

    Le he preguntado por Mary.Ella no podr venir aqu dijo

    moviendo la cabeza. Tom un caminodiferente.

  • Se refiere usted al pasado?Eso mismo. Hablaremos de ello

    ms tarde.He visto que el artefacto ha

    desaparecido. Lo desconect?Usted consigui desconectarlo.Me preguntaba si tal vez Leonard

    o el viejo PratherLeonard es un caso archivado. Y

    en cuanto al viejo Prather bueno,usted ya lo sabe. El viejo Prather nuncatuvo parte en el asunto. Siempre fueextrao a todo. Slo un espectador. Erasu forma de vivir, su funcin en la vida.Siempre haba gente que haca las cosaspor l

  • Ya veo. De modo que usted logrsacarlo de all. Dnde est ahora?

    Sacarlo? Se refiere al motor?Eso mismo.Justo en este momento se

    encuentra en la planta de Astrofsica.No recuerdoEs nueva dijo. El primer

    edificio nuevo en el campus desde hacecincuenta aos. Eso y el aeropuertoespacial.

    Casi salt del silln para dejarmecaer luego.

    Un aeropuerto espacialCharley dijo Kirby, hemos

    conseguido llegar hasta la constelacin

  • del Centauro y la del Cisne.Hemos?Nosotros. Aqu. El Instituto Coon

    Creek.Luego funcion!Puede estar seguro de que

    funcion.Las estrellas murmur. Dios

    mo, hemos viajado hasta las estrellas!Sabe?, la noche en que nosencontramos en la colina yo dese gritara las estrellas, decirles que ya no habaobstculos entre ellas y nosotros. Quhan descubierto ustedes?

    En Centauro nada. Slo las tresestrellas. Interesante, naturalmente, pero

  • sin planetas. Ni siquiera residuosespaciales. Un sistema planetario nuncaformado, jams posible. El Cisne tieneplanetas, doce concretamente, pero enninguno puede aterrizarse. Algunos songigantescas masas de metano, otros estnen proceso de formacin, uno es unaacumulacin de cenizas calcinadasdemasiado cerca del sol.

    Entonces hay planetas.Claro, y millones, billones de

    sistemas solares. Al menos es lo quepensamos.

    Usted habla de nosotros. Qu hayacerca de los dems? Y el gobierno?

    Charley dijo, usted parece no

  • comprender. Nosotros somos los nicosque estamos en el ajo. Nadie ms.

    PeroLo s. Ellos lo han intentado. Pero

    nosotros decidimos que no. Recuerdeque somos una institucin privada. Ni uncntimo del Estado

    Coon Creek dije, mediorindome ante lo ridculo que resultabapensarlo, el viejo y bueno CoonCreek ensayando la autonoma.

    Hemos instalado un sistema deseguridad dijo Kirby con delectacin. Toda clase de detectores alrededordel lugar. Creo que hay suficientes.

    Usted dijo que el motor est aqu.

  • Lo que significa que ustedes puedenconstruir otros.

    No es problema. Hemos hechodiagramas, hemos calibrado suscomponentes, lo hemos fotografiado. Lohemos recorrido hasta el ms pequeotomo. Evidentemente podemosconstruir cientos como l, pero hayalgo

    S?Ignoramos lo que lo hace

    funcionar. No poseemos el dato msimportante.

    Leonard?Leonard est muerto. Se suicid.

    Aunque no creo que si estuviera vivo

  • Hay algo ms dije. Ustedesno se hubieran arriesgado estpidamentecon el artefacto si no hubieran sabido lamanera de amortiguar el efectotemprico. El viejo Prather y nosotrostres estuvimos rompindonos loscuernos con eso

    Con la inteligencia dijo Kirby.Qu quiere decir con

    inteligencia?Recuerde la noche en que

    estuvimos hablando. Yo le dije a ustedque estaba construyendo

    Una mquina inteligente! grit. Es eso lo que quiere decir?

    S, eso es lo que quiero decir. Una

  • mquina inteligente. Y casi lo habalogrado la noche en que hablamos.

    Luego Mary iba por buen caminodije. Aquella noche, durante lacena, ella dijo pensamiento.Transmisin del pensamientodirigindose al artefacto. Tena que seruna cosa inmaterial. Estuvimos dndolevueltas sin conseguir nada. Perosabamos tena que haber unneutralizador.

    Guard silencio, intentando poner enorden mis ideas.

    El gobierno sospecha dije dednde consiguieron ustedes el artefacto.Al parecer cay de una nave espacial.

  • Era, en efecto, una nave espacialdijo Kirby. Los del gobiernoconsiguieron bastantes pruebas paraconjeturar cmo estaba construida.Recogieron tambin alguna materiaorgnica, pero no tanto como parahacerse una idea de sus tripulantes.Naturalmente que sospechan quetenemos el artefacto, aunque no estn deltodo seguros de que exista. Nuncaadmitimos haber encontrado cosaalguna.

    Deben haber sabido, inclusodesde el comienzo, que pasaba algunacosa rara apunt. Mary y yodesaparecimos. Esto implica tener que

  • dar explicaciones. No por m,naturalmente, pero Mary era bastanteclebre.

    Me siento avergonzado de tenerque explicrselo dijo Kirby, que dehecho daba muestras de avergonzarse.Pero en su tiempo hicimos creer queustedes dos se fugaron juntos como dosenamorados.

    Mary no le habra dado lasgracias por el detalle dije.

    Despus de todo dijodefendindose, ustedes tuvieronalguna que otra cita cuando eranestudiantes.

    Hay algo que usted no me ha

  • explicado. Usted dijo que Mary fuelanzada al pasado. Cmo lo sabe?

    Durante un rato permaneci mudo,luego contest con una pregunta.

    Recuerda la noche en quehablamos en la colina?

    S dije agitando la cabezacansadamente. Hablamos sobre sumquina inteligente.

    Y sobre algo ms. Le dije quejams haba existido ningn hombrellamado Cramden, que la subvencin delInstituto proceda de algn otro, peroque estaba demostrada la inexistencia deningn Cramden.

    Y qu tiene que ver con esto?

  • Se trata de algo que el viejoPrather record. Me cont algo sobre loque usted propuso poco antes de lasdesapariciones, algo as como coger lapaja ms corta, jugrselo a los chinos onumerar papelitos. Leonard no queraparticipar. Desconectar el dispositivo dela manera que usted propona era, segnl, un riesgo intil. Y Mary argumentque evidentemente era un riesgo y queestaba dispuesta a arriesgarse.

    Se detuvo y me mir. Mov lacabeza.

    No lo consegu dije. Es esolo que intenta decirme?

    Djeme. Ms tarde se supo que

  • ella haba apostado, s, pero a un juegomucho ms complicado. Haba invertidotoda una fortuna en la bolsa. Nadie supode esto hasta ms tarde. Lo hizo a lachita callando.

    Aguarde un momento dije.Ella estaba interesada en economa.Sigui varios cursos y realiz bastanteslecturas. Economa y msica. Yosiempre me he preguntado por qu fueescogida por el Instituto

    Est claro. Muchas veces, a lacada de la noche, me he estadopreguntando eso mismo y cada vez measustaba ms y ms al ir acercndome ala verdad. Puede usted imaginarse la de

  • trucos que alguien como Mary, con subagaje cultural, podra hacer si resultabalanzada cien aos al pasado? Seconocera el meollo a la perfeccin,sabra qu comprar, dnde invertir,cundo retirar. No al detalle,naturalmente, pero con su conocimientode historia de la economa

    Est usted conjeturando o tienepruebas?

    Algunas pruebas dijo. Nodemasiadas. Unas pocas. Suficientespara un hombre con intuicin.

    De modo que la pequea MaryHolland es lanzada al pasado, hecha unfardo, y se pone a financiar el Instituto

  • Coon CreekMucho ms que eso aadi

    Kirby. Usted sabe que hay unasubvencin bsica desde que se levantel Instituto. Pero luego, haceaproximadamente quince aos, ms omenos la fecha en que comenz el asuntodel motor de tiempo, fue abierta unacuenta suplementaria en un banco deNueva York. Esta vez hubo un nombre,el de una tal Genevieve Lansing. Por loque pude descubrir, la cuenta estabaabierta para hacerse efectiva en elfuturo, es decir, nuestro presente; y laimpositora era una seora de carcterexcntrico, con cierta fama de pianista

  • aunque jams haba tocado en pblico.Y la causa de que fuera consideradaexcntrica era que, en un tiempo en quenadie poda pensar en ello, ella estabafirmemente convencida de que algn dael hombre viajara a las estrellas.

    Nos mantuvimos callados duranteunos momentos. Kirby se levant y trajouna botella del bar para volver a llenarnuestros vasos.

    Ella lo saba dije, estirndomeen el silln. Ella saba que ustedesnecesitaban una subvencinsuplementaria para posibilitar laconstruccin de una nave espacial y uncosmodromo.

  • En eso hemos empleado el dinerodijo. La nave tiene el nombre deGenevieve Lansing. Estuve a punto debautizarla Mary Holland, pero no meatrev.

    Acab la bebida y puse el vasosobre la mesa.

    Quisiera saber, Kirby, si ustedestendran inconveniente en que mequedara aqu uno o dos das. Hasta quepueda caminar por mi propio pie. No mesiento con fuerzas para hacerlo ahora.

    No le dejaramos marchar enningn caso dijo Kirby. Nopodemos dejarle regresar. Recuerde queusted y Mary Holland se fugaron hace

  • quince aos.Pero yo no puedo permanecer

    aqu. Tomar un nombre diferente si esnecesario. Como ya hace tiempo queocurri la fuga, no creo que nadie mereconozca.

    Charley dijo. Usted nopermanecera ocioso en este lugar. Haytrabajo para usted. Usted tal vez sea elnico hombre vivo capaz de hacer eltrabajo que le aguarda.

    No comprendoLe dije que estbamos

    construyendo un propulsor a base detiempo, un motor de tiempo. Sabemosque sirve para ir a las estrellas. Pero no

  • conocemos el principio bsico de sufuncionamiento. Es una situacinintolerable. La tarea est a medio hacer,an hay cosas que faltan.

    Me levant de la silla lentamente.Coon Creek dije. Atado

    eternamente a Creek.Kirby me alarg la mano.Charley dijo, nos alegramos

    de tenerlo en su propia casa.Y all, estrechndole la mano,

    record que no era necesariopermanecer eternamente en Coon Creek.Uno de estos das partira hacia lasestrellas.

  • LARRY NIVEN

    REINCIDENCIASOSPECHOSA

    Singularities make me nervous.

  • De vuelta a casa. Los vastosespacios interestelares me han devueltoal que fuera mi primitivo punto departida, la cspide de Rands Needle.Trescientos pisos de cristalerasrelampagueando en el crepsculo. Eltaxi me lleva rpidamente hacia loslares domsticos.

    De vuelta a casa. Debera sentirme agusto y sosegado. Sin embargo, no esas.

    Un ancho tramo de escalones denegro mrmol me conducen hasta elvestbulo. Saludo al portero antes de quel advierta mi presencia.

    Hola, Emilio

  • Sonre.Buenos das, mister Cox.

    Aguarda mientras utilizo mi llave (l notiene ninguna, siquiera de seguridad), yluego cierro el ascensor a mis espaldas.No ha notado nada extrao.

    Llego a mi apartamento y guardo millave. Tendr l alguna visita? Eso esuna estupidez. Yo no tuve ninguna visitaaquella noche.

    Doce pisos. Estoy plantado frente ala mirilla de la puerta. Llamo al timbre.

    Quin es? pregunta una vozque conozco muy bien.

    Puede usted verme?S.

  • Sonro. Mi rostro se mantieneinclume. Mi tono de voz no pierde uncierto deje de ligereza.

    Entonces diga usted quin soy yo.Estoy intentndolo.No te canses en discernir

    imgenes gemelas, George.Soy t.Seguro que s.Se muestra escptico. Pero no me

    ofendo.Soy t insisto. Y he

    conseguido una llave de mi propioapartamento. Puedo probarla?

    Adelante.Abro la puerta y entro. El impacto

  • que me produce el reconocer lo quepudiera haber sido una duda me golpeaen la boca del estmago. Mesas, sillas,el almohadn de recuerdo, el sillnfavorito. El cuadro original de EddieJones. La botella de brandy en el bar.Veintisis aos en el espacio, la mayorparte de los mismos en estado dehibernacin, y sin embargo heme aqu.Estoy en casa.

    Todo est en su sitio, incluso elinquilino, George Cox, de pie a misespaldas, sin tomrselo demasiado abroma. Est empuando una navajaautomtica cuya hoja semeja una daga deplata.

  • Puedo decirte dnde conseguisteeso digo.

    Tambin pueden hacerlo muchosamigos mos est intranquilo.

    No esperaba que esto fuera fcil.George, recuerdas cuando tenasdieciocho aos ms o menos? Ibas haciaCal Tech. Una noche te encontrabas tansolo, tan jodidamente solo, que llamastea una chica que slo conocas porhaberla visto una vez en una de lasreuniones de cumpleaos de Glenda.Una chica rolliza y de buenas carnes,recuerdas? La llamaste y bueno,luego te enfrentaste a sus padres.Estabas tan nervioso y avergonzado

  • queCllate. De acuerdo, puedo

    recordar todo eso. Cmo se llamaba latipa?

    No puedo recordarlo y se lo digoas.

    Diste en el blanco otra vez dice.

    Perfecto. Recuerdas aquellapuesta de sol en Kansas, cuando el cieloentero pareci dividirse por la mitad enel curso de una tormenta? Un rayo cruzel cielo y t intentaste seguir sutrayectoria, hacia el este, sumergida enel horizonte

    S, s, s. Pero es increble. Nunca

  • cre que pudiera ocurrir dos veces aquelfenmeno. Sin embargo, se quedapensativo. Luego pliega el cuchillo y loguarda en un cajn. Eres yo. Qu teparece beber algo para celebrarlo.

    Qu te parece a ti? Uncombinado?

    Voy a prepararlo dice.Lo dejo ir. No quiero inmiscuirme en

    su terreno privado. Va a la coctelera apreparar un Navy Grogs, algo especial.Dice que es una ocasin nica. Norecuerdo ese detalle la noche en que fuil. Corto algunas pajitas mientras lprepara el combinado y me dirige algunaque otra cortante mirada. Nadie en el

  • mundo poda saber aquello.Eres yo dice cuando estamos

    sentados en sendos sillones saboreandola bebida. Y cmo?

    El agujero negro. Bauerhaus 4.Vaya sin duda lo estaba

    esperando. De modo que era eso. Creque no lo haban conseguido.

    Pudieron.Sorbe la bebida y espera.Agujeros negros digo. Las

    estrellas llamadas raras porque hanconcentrado toda su radiacin en unpunto. Fueron consideradas por la teorageneral de la relatividad desde hacecien aos o ms. El primer agujero

  • negro apareci en 1972, en el Cisne,rodeando un hinchado y gigantesco solamarillo. Bauerhaus 4 es, sin embargo,bastante ms reducido.

    Sacude la cabeza. Lo haba odoantes, por su propia cuenta, un par desemanas atrs, cuando el doctor KurtBauerhaus daba una de sus conferenciasen el Centro de Enseanza deAstrofsica Superior.

    Sin embargo aado, nisiquiera el doctor Bauerhaus quierehablar enteramente de lo que ocurre enel radio Swartzchild de un agujeronegro. Las estrellas raras tienen la virtudde conmocionar a gente como

  • Bauerhaus.El viaje en el tiempo es lo que

    causa esa conmocin.No opino lo mismo. Olvida el

    viaje en el tiempo y sus particularidadesy cntrate en el agujero negro. Una masatan enorme que cuando se desploma lohace concentrndose en un punto tanslo. Y todo ello en un parpadeo.Puedes crertelo?

    En las ecuaciones s grue.Es lo que dice Bauerhaus. La teora dela relatividad opera justamente sobre lospresupuestos en el papel, de manera queslo sigue el rastro de lo que ya ha sidoprobado.

  • Eso estara muy bien aplicado aun agujero en otro universo, o incluso enalguna remota parte del nuestro. Y esose encuentra tambin en los clculos alrespecto. Lo cierto es que en torno alagujero negro hay una cierta forma derotacin que te devuelve al punto departida sin necesidad de que te hayasacercado a la estrella rara.Evidentemente todo esto suena a ingenuohasta que llega el da en que adviertesen persona cuanto ha sido tema decharlas y conferencias. Me refiero aexperimentar la presencia del puntoexacto, el punto localizado en elespacio-tiempo.

  • Salud dice alzando el vaso.Salud replico alzando el mo.

    Pues bien. He regresado a una fecha decalendario que se sita por delante de lafecha en que emprend el viaje. Muchosastrofsicos preferiran creer que elagujero se encuentra ms bien en lateora que fuera de ella. Las raras losponen nerviosos.

    Los viajes en el tiempo me ponennervioso a m.

    Puedes comprobarlo por ti mismo,no obstante. Golpeo mi pecho.Como puedes ver nada me ha ocurrido.

    No parece estar nervioso. Ambosestamos ms bien bajo la relajante

  • influencia de la bebida. Y an debepasar un largo rato antes de quecomprobemos el efecto de la fra, oscuray dulce cualidad del Navy Grog.

    Bueno dice, t sabes que yoslo veo la posibilidad de rodear elpunto. Y lanzar las sondas.

    Lo s. Pero el autopiloto delUlysses est hecho para enviar una delas sondas en el curso de unacircunvalacin a travs del radioSwartzchild de la estrella y hacer queregrese a su punto de partida. Y t y elUlysses tomaris justamente ese caminoen lugar de la sonda. No puedesquedarte sin saberlo desde ahora. No

  • puedo dejarte en la ignorancia.Regresars aproximadamente veintisisaos en el tiempo, devolvindote a laLuna durante los primeros seis meses deese perodo.

    A la Luna? preguntaremovindose en la silla. Por qu noa la rbita de la Tierra?

    An no. Yo tuve que ocultar elUlysses en la otra cara de la Luna.Desde all tom un vehculo desalvamento y busqu un crter adecuado.All lo enterr. Volv a Miami en unvehculo para turistas. Dentro de un aovolver a la Luna, recoger el Ulysses yvolver a casita para ser aclamado por

  • la masa.Seis meses despus del despegue.

    Eso les har creer que fuiste a travs delradio Swartzchild. Bauerhaus 4 est aonce aos luz.

    Bien, puedes tomar tu propiadecisin respecto de

    respecto de la mierda. T eresyo, y t has decidido ya.

    Me ha llevado un ao adaptar mimente. Pero mralo as. La N.A.S.A. estpreparada para saber que puedes usar unagujero negro de esta manera. Ellacostea el viaje. Y con eso, qu puedenhacerme?

    Claro

  • De otro modo, estara condenadoa mantenerme oculto durante veintisisaos.

    Perfecto concede. Perfecto,Ge George. Tembl al pronunciarsu propio nombre. Cul es el meollode todo esto?

    Sin embargo, s que l lo haimaginado ya.

    Acciones. Afortunadamente hasestado comprando y vendiendoacciones, no muchas, las suficientes parapreocuparte y enterarte de cmo anda elmercado. He memorizado las alzas y lasbajas de la bolsa en los prximos seismeses. En seis meses seremos

  • millonarios. Luego cogeremos unmontn de peridicos y t te ocuparsde lo mismo.

    Para qu? pregunta con unamueca. Si ya tendremos la pasta.

    Puedo esperar alguna jugada de tuparte digo con cierta incomodidad.

    Cabecea lentamente. Yo estoytranquilo ahora. Pero de los dos yo soyel nico vulnerable. Si combinamosnuestros intereses y nuestrasoperaciones, puede ocurrir que elMecangrafo del Tiempo opte poralterar un poco el borrador, con lo quedesaparecer convirtindome en polvo,en humo, en nada. O no? En estos

  • asuntos las paradojas estn a la ordendel da y cuanto especulemos no pasarde mera conjetura.

    Volv de la Luna con un nombresupuesto: C. Cretemaster. Como C.Cretemaster alquil un apartamento alotro extremo del dimetro que podatrazarse entre el George Cox ms joveny yo. Si lo frecuento demasiado metransformar en un micrfono secreto.

    Y, sin embargo, era lo que ocurraconmigo cuando yo era l. Yo tema queel George Cox ms viejo intentaraasumir mi vida. Y aunque ya lo ha hechono lo hizo entonces. Su existencia me

  • aprisionaba ms que los barrotes de unacelda. Y era lo inevitable, pues no tenaopcin. All donde los caminos de lavida se bifurcan, yo no tengo msremedio que girar ese camino; todas lassalidas restantes me estn vedadas. Eslo que le est ocurriendo a l ahora. Yyo estoy fuera de su camino.

    Es ms, yo an lo estoy atravesando.Ahora soy el George Cox ms viejo, loque impide cualquier tipo de ayuda. Mivida est planeada hasta en el msinsignificante detalle. Mi libre voluntadmi ilusin de poseer un librealbedro no regresar a misfacultades hasta que el Ulysses

  • desaparezca entre las estrellas. Pero noespero a tal acontecimiento. Raramentetenemos contacto durante los siguientescinco meses. l, junto con Frank Curey yYoki Lee, se mantiene ocupado con laspruebas y el aprendizaje astronutico.Yo vivo de su salario, lo que escojonudo para ambos porque el valor desus acciones sube sin cesar. Yo meencargo de las manipulaciones, ennuestro comn nombre. l no tienetiempo.

    Todo es como jugar al poker con lafacultad de leer las cartas. Y, de veras,no me siento culpable, todo lo ms unpoco alegre. Sin embargo, durante la

  • ltima operacin llegue a preguntarmepor qu el dinero no aumentaba a mayorvelocidad. Ahora que manejo el asuntohe llegado a saberlo. Hay un lmite parala rapidez con que puedes mover eldinero, aun cuando sepas exactamentednde va a parar. La masa monetariaest regulada social mente.

    Me siento triste por Yoki y Frankme dice. Trabajan tanesforzadamente como yo, y todo paranada.

    Tmalo como una predestinacinle respondo. Aunque deseaba poderdarle una respuesta mejor. Recordaba lomucho que se desilusionaran y lo

  • bravamente que intentaran ocultarlo.Los tres tardan an dos meses en

    prepararse con el Ulysses. El viaje estya listo; slo queda el entrenamiento delos pilotos. Puedo ver la oscuridad de lanoche cruzada por una astilla de luz quese desliza lentamente entre las estrellas.Y comienzo a recordar:

    Dejo atrs los planetas y la zona delos cometas conocidos. Meses enterosempleados en los detalles mselementales, como la depuracin deloxgeno, el ajuste de los controles deseguridad y la comprobacin delperfecto funcionamiento de losaccesorios automticos. Finalmente, el

  • inmenso lienzo del cosmos se extiendeante m exhibiendo sus colores prximosa la locura. Luego, la hibernacin.Despierto a mitad de trayecto, posedopor el miedo de que la ruta de lasestrellas haya cambiado, enfrentndomea los fantsticos chisporroteos yrelmpagos del espacio que rodean lanave. sta surca ocanos de rojo oleajepara abordar puertos de azules ycrdenas ensenadas. Luego regreso alnicho del fro sueo.

    Despierto nuevamente descubriendoque las estrellas han vuelto a suapariencia cotidiana. Uso el Indicadorde Masa para intentar localizar

  • Bauerhaus 4. Est aqu. Miro y vuelvo amirar por el telescopio y nada veo.

    Tomo las sondas indicadas. Dentrode la ergosfera, la regin elptica deltorbellino que circunda el radioSwartzchild. El tamao de la ergosferame indicar cuntas estrellas estnafectadas por el torbellino de absorcindel agujero negro, es decir, lasdimensiones completas de la rara.

    La primera sonda gira en torno alagujero negro cientos de veces unsegundo antes de desaparecer. Lasegunda sigue el mismo camino,incendindose antes de penetrar en elradio Swartzchild, disparndose luego a

  • una velocidad poco menor que la de laluz.

    Todava me recuerdo preparando ellanzamiento de la tercera sonda. Lasonda fue lanzada.

    Comet realmente aquella locura?Mierda, realmente la comet.Recuerdo que las estrellas se

    oscurecan en las proximidades delPunto hueco. En un momento una estrellase situ a mis espaldas y en una rfagade segundo se convirti en un suspiro deluz. No hubo la menor colisin mientrasatravesaba el radio Swartzchild, tanslo un aumento de la fuerza calricay de algn modo supe que haba

  • abandonado el universo.Libre al fin. Libre del George Cox

    ms viejo.Estaba seguro.Hemos estado manejando pasta de

    la buena durante cinco meses le digocuando regresa, tanto que hemossobrepasado el milln. Cmo te sientaser millonario?

    Bastante bien contesta mientrassonre triunfalmente a travs del montnde libros que le rodea. Sin embargo, susonrisa parece un tanto forzada al volverla cabeza hacia m.

    Perfecto, chico. Ahora, a tutrabajo. Le pongo delante todo un

  • fardo de peridicos. A memorizar laquincalla burstil.

    De todas las compaas?No, slo las que estn en alza y el

    momento preciso de producirse.Encuntralas, selalas y comienza ametrtelas en la cabeza.

    Grue, tal como yo hiciera una vez.T tienes ms tiempo libre que yo

    dice.No hemos discutido ya bastante

    ese punto? Estoy viviendo una pesadillapensando que si nos saltamos el ordennatural de las cosas desaparecer comola luz de una bombilla que se funde. Porfavor, no hars esto por el mejor amigo

  • que jams podrs tener?Cogi los peridicos.Lo pierdo de vista durante una

    semana.Una tarde contesto al telfono que

    suena. Es l. Por la pantalla puedo verque sus ojos arden y su rostro estplido. Antes de que pueda yopronunciar la menor palabra, se meadelanta con no evitada precipitacin.

    Han escogido a Frank!Qu? Una mierda para ellos. Me

    escogieron a m.Pero han escogido a Frank!

    George, qu haremos?Su voz se desvanece en un murmullo.

  • Se introduce en mi cabeza como unacantinela pegadiza. La habitacintambin comienza a desvanecerse entreun sordo zumbido. Mis rodillas tiemblany caigo al suelo. Quiero gritar, pero nopuedo.

    Tengo fro. Aprecio un cosquilleobajo mi mandbula. La toco con mispropias manos y compruebo que lamandbula est all, que es real. Sinduda me he desmayado.

    El otro George chilla al otro ladodel telfono: George! George!, demodo que consigo incorporarme losuficiente como para exhibir mi rostroen la cmara.

  • Tranquilzate le digo. Enseguida me recuperar.

    Esta vez estamos sentados. Nosdedicamos a pasear inconexamente porla habitacin sin tener en cuenta lo queel otro dice o hace, como en unamediocre comedia sobre el hastocontemporneo.

    Podemos olvidarlo dice.Repartamos el dinero. Ignoremos laparadoja.

    Casualmente es algo que no puedoolvidar. George, mtete de una vez en lacabeza que la paradoja soy yo. Si estavez no ocurre como tiene que ocurrir,

  • desaparezco. Tenemos que hacer algo.Por ejemplo? Tal vez robar la

    nave?Pues mira, esoSi yo robo el Ulysses te formarn

    consejo de guerra. A ti!Nanai. Ni me vern el pelo si eso

    ocurre.Entonces, cmo narices podras

    retirar el dinero impuesto a mi nombre?Condenacin. Est en lo cierto.

    Todos los esfuerzos, todas lasprecauciones tomadas, se convertirn alcabo en agua de borrajas.

    Quiz no sospechen de m dijedetenindome a mitad de una larga

  • zancada.Vete por ah. Se nos ha visto la

    cara demasiado.Vete t por ah ahora. Alguien

    puede haberme suplantado. Yo tengo unacoartada.

    Una coartada? exclamcomenzando a rer. Escucha, voy apreparar unos tragos. Todo esto carecede sentido para un hombre sereno.

    Un mes de espera. Un mes haciendoplanes. se era el clculo. Pero noresult as; los sinvergenzasadelantaron la fecha del despegue un parde semanas. Cuando hay dinero por

  • medio uno comienza a perder la fe en laconsistencia del universo al enterarse detales alteraciones. Por las noches temodormirme. Cada maana es una sorpresallena de arrobo. An estoy aqu.

    Deseo hablar con Bauerhaus.Caeramos sobre l despus de su

    charla. Pequeo, rechoncho, flemtico,se dedica a prodigar largas conferenciassobre cosmologa en general. El granempuje que puede o no haber dadocomienzo al universo, y de paso habersembrado algunos agujeros negros mspequeos que un tomo y ms pesadosque el mayor asteroide la posibilidadde que el universo mismo contenga

  • alguno de esos agujeros negrosagujeros blancos que vomitan materia dela nada

    Sin embargo, habla claro respecto auno de los temas.

    Caballeros, debemos reconocerque no sabemos lo que ocurre en elinterior del radio Swartzchild de unagujero negro. No sabemos lo queocurre con la materia que se aproxima alpunto exacto. Posiblemente sea detenidapor una fuerza ms potente que todas lascosas conocidas.

    Y qu pasa con lo que atraviesa elrea del agujero negro? El carcamalsonre como si le gastaran una broma.

  • Esperamos encontrar un agujeroterico. Nosotros postulamos una Ley deCensura Csmica que nos habla sobreello, demostrando que nada que caiga enun agujero negro puede salir de l. Deno ser as, obtendramos agujeros negroscon tal ndice de rotacin que nopermitira la existencia del radioSwartzchild alrededor de la rara. Y unarara desnuda atraera demasiadasmiradas. Las matemticas se muestranaqu inconsistentes, como si quisiramosdividir cero por cero. Si el carcamalpudiera verme ahora, si nos viera aambos, de seguro que los raros seramosnosotros. Pero no podemos arriesgarnos

  • a ser vistos juntos. El George Cox msjoven contina su entrenamiento. Losperiodistas preguntan a Yoki y al Georgems joven sobre la necesidad devehculos apropiados para recorrer losmundos semejantes a la tierra que hallenen el espacio. El otro George juega a labolsa y espera.

    Frank Curey haba estado tantotiempo como yo en el espacio,preparndose para el vuelo del Ulysses,lo que an no haba sucedido. Apenasmide cinco pies de estatura, sucomplexin es musculosa y la cuadraturade sus hocicos lo asemeja al perro. Su

  • peso es menor que el mo o el de Yoki.Y esto es proporcional a la cantidad dealiment y oxgeno que debermantenerlo vivo durante el ao y medioque tiene que pasar fuera.

    No haba razn alguna en todo elCentro para que tuvieran que preferirloa m; an me lo pregunto. Cul es ladiferencia esta vez? Que el George msjoven se ha dedicado con mayor ahncoa la bolsa que al entrenamiento? Que harefrenado su entusiasmo al enterarse ami costa de lo que luego va a ocurrir?

    Ya es demasiado tarde. Algo gordova a pasar. Yo soy escogido para pilotarla nave de transporte y para ayudar a

  • Frank en las ltimas pruebas con elUlysses.

    Frank y yo caminamos juntos haciael lugar de lanzamiento. Los vigilantesnos dejan paso sin el menor comentario.El campo de lanzamiento est iluminadocon luces artificiales bajo un cielooscuramente agrisado.

    Frank est nervioso, agitado. Hablademasiado. Se le contraen los msculosy a menudo hace muecas.

    Veintisis aos dice. Qupuede ocurrir en veintisis aos? Podisdescubrir la frmula de la vida eternamientras tanto. O convertiros en unadictadura mundial. O conseguir la

  • teleportacin de materia. O viajes avelocidades mayores que la luz.

    Podemos conseguir lo mismo quet si la sonda tercera da resultado.

    S. Claro. Si la sonda terceraregresa a travs del tiempo yo dejarpero no veo muy clara la aplicacin queeso pueda tener en un viaje espacial,George. A fin de cuentas no hay tantosagujeros negros. Bromas aparte, George,qu crees que encontrar cuandoregrese?

    A ti mismo, desgraciado, pienso. Lotengo en la punta de la lengua, pero melo trago.

    Me encontrars a m, esperndote

  • en el campo de aterrizaje. Siempre queno te vayas demasiado lejos.

    Descuida dice riendo.Mantendrs intacta la pureza de

    tu cuerpo, perdido en la soledad delcosmos? No retroceder tu cerebro?

    Oh, vamos.Casi hemos alcanzado el hangar. La

    nave se destaca ante nosotros,resplandeciente, no demasiado ancha,mostrando a un costado la escala quecomunica con la cabina de mando deproa. Mientras caminamos no hago msque hablar conmigo mismo. Estoy tannervioso como Frank. Afortunadamentehay dos puertas. De no ser as, hubiera

  • estado del todo convencido de nuestradetencin por los guardias de seguridad.El otro ya estar dentro, evidentemente,despus de haber pasado sin que se lepresentara el menor obstculo. O se hadeterminado a no hacerlo.

    Frank est a punto de adentrarse enla rampa cuando el otro George Cox sedesliza como una sombra a sus espaldas.Empua una pesada llave inglesa.

    Antes de que alcance a Frank, steconsigue apartarse e incrusta su puo enel vientre de George, luego cruza elgolpe con un buen derechazo que lanza aGeorge contra el suelo. Entonces Frankve su cara y se queda helado.

  • Yo no tengo ninguna llave inglesa.Rpidamente, le suelto un golpe en elcuello con el filo de la mano. Frank girasobre s, los ojos fuera de las rbitas; sedobla y acabo mi faena con otrasacudida en la nuca. Se desploma.

    Tomo su pulso. No se ha detenido.El corazn de George Cox an late,

    pero es el nico signo de vida quemanifiesta. No necesito tomar mi propiopulso; est zumbndome en los odos. Elotro George Cox puede necesitar unhospital. No est en forma para pilotaruna nave interestelar. Entonces?

    El Ulysses, gigantesco, se desplaza

  • por el espacio. Ningn sonido llegahasta m, ni siquiera el producido por elregenerador de aire o el destilador dehidrgeno para el combustible. Ya noestoy nervioso.

    Mientras que las consideracionesmorales pueden hacer de m un amableobjeto de iracundia, las razones por lasque he procedido a escogerme a mmismo son muy simples. He secuestradoel Ulysses porque no tengo la menoresperanza de regresar. Seguir el caminoprimi