Charles Spurgeon _ Pecados Secretos_ sermón 116 _ Tabernáculo Metropolitano

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    El Plpito de la Capilla New ParkStreet

    Pecados Secretos.

    NO. 116

    Un sermn predicado la maana del Domingo 8de Febrero, 1857

    por Charles Haddon Spurgeon

    En el Music Hall, Royal Surrey Gardens, Londres.

    "Lbrame de los que me son ocultos." Salmo 19: 12."Absulveme de los que me son ocultos." Biblia de las

    Amricas.

    Sermones

    La justicia propia surge en parte del orgullo, pero principalmente de laignorancia de la ley de Dios. Debido a que los hombres conocen muy poco onada del terrible carcter de la ley divina, se imaginan justosinsensatamente. No estn conscientes de la profunda espiritualidad, de larigurosa severidad de la ley, pues de lo contrario tendran nocionesdiferentes y de mayor sabidura. Si supieran cun estrictamente la ley juzgalos pensamientos, cmo se involucra con cada emocin del hombre interior,no habra ninguna criatura bajo el cielo de Dios, que se atreviera aconsiderarse justa delante de Dios, en virtud de sus propias obras ypensamientos. Basta que la ley sea revelada a un hombre, basta que sepacun estricta es la ley y cun infinitamente justa, para que su justicia propiase marchite hasta convertirse en nada. Su justicia propia ser un harapoinmundo a sus ojos, cuando antes la consideraba un vistoso abrigo.

    David, habiendo visto la ley de Dios, y habindola alabado en este Salmo quehemos ledo aqu el da de hoy, al reflexionar en su excelencia, fue conducidoa formular esta pregunta: "Quin podr entender sus propios errores?" Yluego ofrece esta oracin, "Absulveme de los que me son ocultos."

    En el Concilio Lateranense de la Iglesia de Roma (1), se aprob un decretoque establece que todo creyente verdadero debe confesar anualmente suspecados, todos sus pecados, a un sacerdote, y se agreg a ese decreto ladeclaracin que no hay esperanza de perdn si no se cumple con el decreto.

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    Qu podra igualar el disparate de un decreto como ese? Acaso suponanque los hombres pueden decir sus pecados tan fcilmente como puedencontar sus dedos? Vamos, si pudiramos recibir el perdn de todos nuestrospecados, diciendo cada pecado que hemos cometido en una hora, ningunode nosotros podra entrar al cielo, puesto que, adems de los pecados quenos son conocidos y que podemos ser capaces de confesar, hay un vastoconjunto de pecados que son tan verdaderos pecados como los que podemosobservar, pero que estn escondidos y pasan desapercibidos delante denuestros ojos. Oh!, si tuvisemos ojos como los de Dios, tendramos unaopinin propia muy diferente. Los pecados que vemos y confesamos, soncomo las pequeas muestras que el granjero trae al mercado, tomadas delgranero que est repleto en su casa. No tenemos sino unos cuantos pecadosque podemos observar y detectar, comparados con todos aquellos que estnescondidos de nosotros y que tampoco son vistos por nuestros semejantes.

    No dudo que sea una verdad aplicable a todos los que estamos aqu, que encada hora de nuestra existencia en la que desarrollamos una actividad,cometemos decenas de miles de impiedades por las cuales la conciencianunca nos ha remordido, porque nunca las hemos visto como cosas malas,en virtud de que no hemos estudiado las leyes de Dios como deberamoshacerlo.

    Ahora, tenemos que aceptar que pecado es pecado, ya sea que lo veamos ono. Un pecado, aunque sea desapercibido, es un pecado tan real como siadvirtiramos que es pecado, aunque no es un pecado tan grave a los ojos deDios como si lo hubiramos cometido deliberadamente, en vista que carecedel agravante de la intencin. Todos los que conocemos nuestros pecados,ofrezcamos esta oracin despus de cada una de nuestras confesiones:"Seor, he confesado todos los pecados que me son conocidos, pero deboagregar un etctera despus de ellos, diciendo: 'Absulveme de los que meson ocultos.'"

    Sin embargo, esa no ser la esencia de mi sermn de hoy. Mi objetivo es unacierta clase de hombres que tienen pecados no desconocidos para ellos, peroque los mantienen en secreto delante de sus semejantes. Cada vez y cuandolevantamos una hermosa piedra colocada sobre el verde csped de la iglesiaprofesante, bordeada por la espesura de una bondad aparente, y paranuestro asombro, encontramos debajo de ella todo tipo de insectosinmundos y reptiles aborrecibles, y en nuestro disgusto frente a tantahipocresa, exclamamos: "todos los hombres son unos mentirosos; no haynadie en quien podamos depositar nuestra confianza." No sera justo aplicarese calificativo a todos; pero realmente, los descubrimientos que se hacensobre la insinceridad de nuestros semejantes, son suficientes para que los

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    despreciemos, pues pueden ir muy lejos en cuanto a las apariencias, y sinembargo albergan muy poca pureza de corazn. A ustedes, seores, quepecan en secreto, pero que hacen profesin de fe; a ustedes que quebrantanlos pactos de Dios en la oscuridad, pero que se ponen mscaras de bondadcuando estn en la luz; a ustedes, seores, que cierran las puertas y cometenimpiedades en secreto; a ustedes voy a predicar esta maana. Oh, que Diosse agrade en hablarles tambin, y los conduzca a decir esta oracin:"Absulveme de los que me son ocultos."

    Me esforzar por exhortar a todos los hipcritas, pidindoles queabandonen, que renuncien, que detesten, que odien, que aborrezcan todossus pecados secretos. Y, primero, me voy a esforzar para mostrar lainsensatez de los pecados secretos; en segundo lugar, la miseria de lospecados secretos; en tercer lugar, la culpa de los pecados secretos; en cuartolugar, el peligro de los pecados secretos; y luego intentar aplicar algunaspalabras a manera de remedio, para que todos nosotros recibamos la graciade evitar los pecados secretos.

    I. Primero, entonces, LA INSENSATEZ DE LOS PECADOS SECRETOS.

    Hipcrita, eres hermoso cuando se te ve; tu conducta exterior es recta,afable, liberal, generosa y cristiana; pero te entregas a algn pecado que elojo del hombre no ha detectado todava. Tal vez es la borrachera en privado.T denigras al borracho cuando se tambalea por las calles; pero t puedesentregarte a la borrachera en privado. Puede ser cualquier otro apetito ovicio; no me corresponde especificar cul es en este momento. Pero,hipcrita, te decimos que eres un necio cuando piensas en albergar unpecado secreto. Eres un necio por una razn especial, que tu pecado no es unpecado secreto; es conocido, y ser revelado un da; tal vez, muy pronto. Tupecado no es un secreto; el ojo de Dios lo ha visto; t has pecado delante deSu rostro. T has cerrado la puerta, has corrido las cortinas, y te has ocultadodel ojo del sol, pero el ojo de Dios traspasa la oscuridad; la sombra que terodeaba era tan clara como la luz del medioda de verano para el ojo de Aquelque ve todas las cosas. Acaso no sabes, oh hombre, que "todas las cosasestn desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que rendircuentas"?

    Cuando el sacerdote hunda su cuchillo en las entraas de su vctima,descubra el corazn y el hgado, y todo lo que estaba contenido dentro. Aseres t, oh hombre, visto por Dios, cortado en dos mitades por elTodopoderoso. No tienes ninguna cmara secreta donde te puedas esconder.No tienes ningn stano oscuro donde puedas encubrir tu alma. Cavaprofundo, ay, tan profundo hasta llegar al infierno, pero no podrs encontrar

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    suficiente tierra sobre el globo terrqueo para cubrir tu pecado; su pudierasreunir montaas sobre la tumba de ese pecado, esas montaas contaran elsecreto de quin est bajo sus entraas. Si pudieras arrojar tu pecado al mar,mil olas susurrantes contaran el secreto. No es posible que lo escondas deDios. Tu pecado est fotografiado en el alto cielo. El acto, cuando fuecometido, fue fotografiado en el cielo y all permanecer, y un da t sersrevelado al ojo curioso de todos los hombres, como un hipcrita y un falso,que cometiste el pecado en un supuesto secreto, aunque eras observado porJehov que todo lo ve.

    Oh, cun insensatos son los hombres cuando piensan que pueden hacer algoen secreto. Este mundo es semejante a esas colmenas de cristal, dentro delas cuales trabajan las abejas: las podemos observar, y vemos todas lasoperaciones de esas criaturitas. As, Dios mira desde arriba y lo ve todo.Nuestros ojos son dbiles. No podemos ver en la oscuridad. Pero Su ojo,como un orbe de fuego, traspasa las tinieblas. l lee los pensamientos delhombre y ve sus actos, cuando cree que est muy escondido.

    Oh, este pensamiento bastara para refrenarnos de todo pecado, siverdaderamente lo aplicramos a nosotros: "T eres Dios que ve!" Ladrn,detente! Deja eso que te has robado. Dios te ve! Ningn ojo de deteccin enla tierra te ha descubierto, pero los ojos de Dios te estn mirando ahora atravs de las nubes. Blasfemo! Aquellas personas que te preocupan nooyeron tu juramente, pero Dios s lo escuch; penetr en los odos del SeorDios de los ejrcitos. Ah!, t, que llevas una vida inmunda, y sin embargopareces un comerciante respetable que muestra a los hombres un carcterafable y bueno. Tus vicios son todos conocidos y estn escritos en el libro deDios. l guarda un diario de todos tus actos. Y qu pensars en aquel dacuando una muchedumbre est reunida, comparada con la cual, estainmensa multitud no es sino una gota en un balde, y Dios lea la historia de tuvida secreta, y los hombres y los ngeles la escuchen. Estoy seguro que nohay nadie a quien le guste que se lean todos sus secretos, en especial,nuestros secretos pensamientos.

    Si yo eligiera de entre esta congregacin al hombre ms santo, y le pidieraque pasara al frente y le dijera: "bien, seor, yo conozco todos suspensamientos, y estoy a punto de contarlos," estoy seguro que me ofrecerael soborno ms grande que pudiera conseguir, para que yo ocultara al menosalgunos de ellos. "Cuente," me dira, "mis acciones; de ellas no meavergenzo; pero no cuente mis pensamientos ni mis imaginaciones: deellos siempre estar avergonzado delante de Dios." Cun grande, entonces,pecador, ser tu vergenza cuando tus lascivias secretas, tus transgresionesprivadas, tus crmenes ocultos sean anunciados desde el trono de Dios, y

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    publicados por Su propia boca, y con una voz ms fuerte que mil truenossean predicados a los odos del mundo congregado. Cul no ser tu terror yconfusin entonces, cuando todas las obras que has hecho sean publicadas ala faz del sol, a los odos de toda la humanidad. Oh, renuncia a la insensataesperanza de sigilo, pues tu pecado ha sido registrado en este da, y serpublicado un da en todas las paredes del cielo.

    II. A continuacin, veamos LA MISERIA DE LOS PECADOS SECRETOS.

    De todos los pecadores, el hombre que hace una profesin de religin, y sinembargo vive en la iniquidad, es el ms miserable. Un impo descarado, quetoma un vaso en su mano y dice: "soy un borracho, y no me avergenzo deserlo," ser indeciblemente miserable en los mundos venideros, peroaunque sea breve, tiene su hora de placer. Un hombre que maldice y dicejuramentos, y afirma: "Esa es mi costumbre, soy un blasfemo," y hace unaprofesin de ello, tiene, al menos, algo de paz en su alma; pero el hombreque camina con el ministro de Dios, que est unido a la Iglesia de Dios, quesale delante del pueblo de Dios y se une a l, y luego vive en pecado, cunmiserable debe ser su existencia! Vamos, tiene una existencia peor que elratn que est en su escondrijo de la sala, y corre a escondidas para recogerlas migajas, y luego regresa velozmente a su agujero. Tales hombres debenapresurarse a salir para pecar de vez en cuando; y oh, cun temerosos estnde ser descubiertos! Un da, tal vez, se muestra su carcter, pero conmaravillosa astucia se las arreglan para esconderlo y disimularlo; pero alsiguiente da otra cosa vuelve a suceder, y viven en constante temor,diciendo mentira tras mentira, tratando de que la ltima mentira seaconvincente, agregando engao tras engao, para que los dems no losdescubran.

    "Oh, es una enmaraada tela la que tejemos,Cuando una vez nos aventuramos a engaar."

    Si voy a ser un impo, llevar la vida de un pecador fanfarrn, que pecadelante de la faz del da; pero, si peco, no voy a actuar como un hipcrita y uncobarde. No voy a profesar ser de Dios, mientras gasto mi vida para el diablo.Esa forma de engaar al diablo es algo de lo que todo pecador honestodeber avergonzarse. Dir: "Ahora, si en verdad sirvo a mi seor, le servirde una forma declarada, no fingir al respecto; si hago una profesin, lacumplir; pero si no la hago, si vivo en pecado, no voy a disimularlo pormedio de hipocresa y engao." Algo que ha desjarretado a la iglesia y que hapartido su vigor en dos, ha sido la hipocresa ms infame. Oh!, en cuntoslugares hay hombres a quienes podramos alabar hasta los propios cielos, sicreyramos en sus palabras, pero que arrojaramos al abismo ms profundo

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    si pudiramos ver sus acciones secretas. Que Dios perdone a cualquiera queest actuando as!

    Yo casi dira que difcilmente podra perdonarle. Yo puedo perdonar alhombre que se entrega al desenfreno abiertamente, y no profesa ser mejor.Pero al hombre que adula, y habla con engao, y simula, y ruega, y luegovive en pecado, a ese hombre lo odio, no puedo soportarlo, lo aborrezco contoda mi alma. Si se volviera de sus caminos, lo amara, pero en su hipocresa,es para m la ms aborrecible de todas las criaturas.

    Dice un cuento que la rana en verdad lleva un joya en su cabeza, pero estehombre no tiene ninguna, sino que carga con la inmundicia mientras simulaestar enamorado de la justicia. Una simple profesin, seores, no es ms queostentacin maquillada para ir al infierno; es como los penachos en lacarroza fnebre y los jaeces que llevan los negros caballos que arrastran a loshombres a sus tumbas. Cudense, por sobre todas las cosas, de unaprofesin hecha con cera que no resiste los rayos del sol; eviten una vida quenecesita dos caras; debe ser una cosa o la otra. Si te decides a servir aSatans, no pretendas servir a Dios; y si sirves a Dios, srvele de todocorazn. "Ninguno puede servir a dos seores;" no lo intenten, no seempeen en hacerlo, pues ninguna vida ser ms miserable que esa. Porsobre todas las cosas, eviten cometer actos que sea preciso esconder.

    Hay un singular poema escrito por Hood, llamado "El Sueo de EugenioAram," una poesa sumamente notable en verdad, que ilustra el punto sobreel que estoy reflexionando. Aram ha asesinado a un hombre y ha tirado sucuerpo al ro: "una lenta corriente, negra como tinta, profunda en extremo."Al da siguiente visita la escena de su culpa:

    "Y busc la negra poza maldita,Con una desordenada mirada recelosa;Y vio al muerto en el lecho del ro,Pues el infiel curso estaba seco."

    Luego cubri el cadver con montones de hojas, pero un viento violentocubri el bosque dejando el secreto a la intemperie y bajo el sol:

    "Entonces ca rostro en tierra,Y por primera vez comenc a llorar,Pues entonces supe que mi secreto era unoQue la tierra rehusaba guardar,En suelo o mar, aunque estuviera A diez mil brazas de profundidad."

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    l profetiza que ser descubierto en notas quejumbrosas. Enterr a suvctima en una cueva y la cubri con piedras, pero cuando los aoscompletaron su cansada ronda, el hecho macabro fue descubierto y elasesino fue ejecutado.

    La culpa es un "chambeln ceudo," aun cuando sus dedos no estn teidosde sangre. Los pecados secretos traen ojos afiebrados y noches de insomnio,hasta que los hombres apagan sus conciencias, y se tornan realmentemaduros para la fosa. La hipocresa es un juego difcil de jugar, pues se tratade un engaador ante muchos observadores; y ciertamente es unintercambio miserable, que conducir al fin, como su certero clmax, a unatremenda bancarrota. Ah!, ustedes que han pecado sin ser descubiertos,"estn seguros que su pecado los encontrar;" y consideren que puedeencontrarlos antes de que pase mucho tiempo. El pecado, como el asesinato,ser descubierto; los hombres cuentan sus historias inclusive en sus sueos.Dios ha compungido de tal manera algunas veces a los hombres en susconciencias, que han sido obligados a pasar al frente y confesar la historia.

    Pecador secreto! Si quieres el gusto anticipado de la condenacin en latierra, contina con tus pecados secretos, pues nadie es ms miserable que elque peca secretamente pero trata de preservar su imagen. Aquel ciervo,perseguido por sabuesos sangrientos, con las fauces abiertas, es mucho msfeliz que el hombre que es perseguido por sus pecados. Aquel pjaro,atrapado en la red del cazador, y luchando por escapar, es mucho ms felizque aquel que se ha tejido a su alrededor una red de engao, y se esfuerzapor escapar de ella da con da haciendo que los trabajos sean ms difciles yla red se haga ms fuerte. Oh, la miseria de los pecados secretos! En verdad,uno puede orar, "Lbrame de los que me son ocultos."

    III. Y ahora, a continuacin, la culpa, LA SOLEMNE CULPA DEL PECADOSECRETO.

    Ahora, Juan, t crees que no hay nada malo en una cosa hasta que alguien lavea, no es cierto? Sientes que es un gran pecado que tu jefe te descubrarobando del cajn donde guarda su dinero, pero que no es pecado si no tedescubre, ningn pecado. Y usted, seor, se imagina que es un pecado gravehacer trampas en el negocio, si es descubierto y llevado a la corte; pero hacerfraudes sin ser descubierto nunca, eso est muy bien: no diga nada alrespecto, seor Spurgeon, se trata de negocios; usted no debe inmiscuirse enlos negocios; los fraudes que no son descubiertos, no deben representarningn problema para usted. La medida comn del pecado es su notoriedad.Pero yo no creo en eso. Un pecado es un pecado, ya sea que se cometa en

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    privado o delante del ancho mundo.

    Es muy singular cmo los hombres miden la culpa. Un obrero del ferrocarrilpone una seal equivocada y hay un accidente; el hombre es juzgado y esseveramente censurado. El da anterior tambin haba puesto la sealequivocada, pero no hubo ningn accidente, y por tanto nadie lo acus porsu descuido. Pero era exactamente lo mismo, accidente o no accidente; elaccidente no gener la culpa, sino el acto; no fue su notoriedad y ni siquierasu consecuencia. Era su responsabilidad haber tenido cuidado. Y era tanculpable la primera vez como lo fue en la segunda instancia, pues expusonegligentemente vidas humanas. No midan el pecado por lo que otraspersonas digan de l; sino mdanlo por lo que Dios dice de l, y lo que lesdigan sus propias conciencias.

    Ahora, yo sostengo que el pecado secreto, en todo caso, es el peor de lospecados, porque el pecado secreto implica que el hombre que lo comete tieneanidado al atesmo en su corazn. Se preguntarn cmo puede ser eso. Yorespondo que podr ser un cristiano que profesa, pero le dir en su cara quees un ateo prctico, si se esfuerza por mantener una profesin respetabledelante del hombre, y luego transgrede en secreto. Dganme, acaso no es unateo el que dice que hay un Dios, pero al mismo tiempo le da msimportancia al hombre que a Dios? Acaso no es la propia esencia delatesmo, no es una negacin de la divinidad del Altsimo, cuando loshombres valoran con ligereza a Dios y dan ms importancia al ojo de lacriatura que a la observacin de su Creador? Hay personas que por nada delmundo diran una mala palabra en presencia de su ministro, pero lo puedenhacer cuando saben que Dios los est viendo. Esos son ateos. Hay algunosque no haran trampas en los negocios por nada del mundo si supieran queseran descubiertos, pero pueden hacerlo mientras Dios est con ellos; estoes, valoran ms el ojo del hombre que el ojo de Dios; y piensan que es peorser condenados por el hombre, que ser condenados por Dios. Llmenlocomo quieran, su nombre correcto es atesmo prctico. Es deshonrar a Dios;es destronarle; es ponerlo por debajo de Sus propias criaturas; y qu es esosino negarle Su divinidad?

    Hermanos, les imploro que no incurran en la terrible culpa de los pecadossecretos. Ningn hombre puede pecar poco en secreto, pues en verdadengendrar ms pecados. Nadie puede ser un hipcrita y sin embargo teneruna culpa moderada. Ir de mal en peor, y continuar as, hasta que cuandosu culpa sea publicada, ser descubierto como el peor y ms endurecido delos hombres. Atribuyan mucha importancia a la culpa del pecado secreto.Ah, si pudiera, ahora predicara como Rowland Hill lo haca, haciendo sentira ciertas personas que les estaba predicando en lo personal, y que temblaran!

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    Se dice que cuando l predicaba, no haba ningn hombre junto a la ventana,o en medio de la multitud, o sentado en algn lugar alto, que no dijera:"vaya, me est predicando a m; me est hablando acerca de mis pecadossecretos." Y cuando proclamaba la omnisciencia de Dios, se dice que loshombres se inclinaban a pensar que estaban viendo a Dios presentecorporalmente en medio de ellos, mirndolos. Y cuando terminaba elsermn, escuchaban una voz que susurraba a sus odos, "Se ocultaralguno, dice Jehov, en escondrijos que yo no lo vea? No lleno yo, diceJehov, el cielo y la tierra?"

    Yo quisiera poder hacer lo mismo. Hacer que cada hombre se mirara, ydescubriera su pecado secreto. Vamos, lector, cul es? Scalo a la luz delda; tal vez se muera bajo la luz del sol. A estas cosas no les gusta serdescubiertas. Dile ahora a tu propia conciencia cul es. Mralo a la cara;confisalo delante de Dios, y que l te d gracia para hacer desaparecer esepecado y cualquier otro, y volverte a l con pleno propsito de corazn! Yagrego esto: que tu culpa es culpa, sea descubierta o no, y si acaso hayalguna diferencia, es una culpa mayor, porque ha sido secreta. Dios noslibre de la culpa del pecado secreto! "Absulveme de los que me son ocultos."

    IV. Y miren, a continuacin, EL PELIGRO DEL PECADO SECRETO. Unpeligro es que un hombre no puede cometer un pecadito en secreto sin que,con el tiempo, se convierta en un pecado pblico. Si cometes un pecado, escomo cuando se derrite el glaciar inferior en los Alpes; los otros lo seguirn.Amontonas hoy una piedra sobre el majano, al da siguiente echas otra, y assucesivamente, hasta que el montn, erigido piedra sobre piedra, seconvierte en una pirmide.

    Vean al insecto del coral en su trabajo. Ustedes no pueden decretar dondeconcluir su trabajo. No edificar su roca exactamente tan alta como laquieran ustedes, sino que no se detendr hasta que no est cubierta de algas,y luego hasta que las algas se decompongan; y luego habr tierra sobre ella, yfinalmente una isla ser construida por estas diminutas criaturas.

    El pecado no puede ser contenido por el freno y la brida. "Pero yo slo voy atomarme un traguito de ven en cuando, slo voy a estar intoxicado una vez ala semana o algo as. Nadie lo ver; me ir directamente a la cama." Prontoestars borracho en las calles. "nicamente voy a leer un libro lascivo y lovoy a esconder debajo del sof cuando entre alguien." Todava lo mantienesen tu biblioteca, amigo. "Slo me reno con esos amigos ocasionalmente."Luego te reunirs todos los das, tal es su carcter embrujador; no puedesevitarlo. Es igual que le pidas al len que te permita meter tu cabeza en susfauces. T no puedes controlar sus mandbulas: tampoco puedes regular el

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    pecado. Un vez que te adentras en l, no puedes decir cundo sersdestruido. Podrs ser un individuo tan afortunado que, como Van Amburgh,metas y saques tu cabeza muchsimas veces; pero puedes estar seguro queuno de estos das ser una aventura costosa.

    Adems, puedes empearte en esconder tu hbito depravado, pero saldr ala luz, no puedes evitarlo. T guardas tu pequeo pecado favorito en casa;pero fjate bien en esto, cuando la puerta est abierta de par en par, el perrosaldr a la calle. Cbrelo en tu pecho, pon sobre l pliegue tras pliegue dehipocresa para mantenerlo secreto, pero el desdichado estar cantandoalgn da cuando ests en compaa de otros; no puedes mantener quieto alpjaro del mal. Tu pecado deambular lejos; y lo que es peor, no te importaruno de esto das. El hombre que se entrega al pecado en privado,gradualmente vuelve su frente tan dura como el bronce. La primera vez quepec, las gotas de sudor brotaban de su frente al recordar lo que habahecho; la segunda vez, ya no haba sudor caliente en su frente, slo unacierta agitacin del msculo; la tercera vez, haba un aspecto solapado yfurtivo, pero no haba agitacin; la siguiente vez, pec un poco ms; ygradualmente se volvi el atrevido blasfemo de su Dios, que lleg aexclamar: "Quin soy yo para que tema a Jehov, y quin es l para que lesirva?"

    Los hombres van de lo malo a lo peor. Echa tu barca a la corriente, yseguramente ir a donde la corriente la arrastre. Colcate en el remolino, ysers como una paja en el viento: irs adonde sople el viento, no te puedescontrolar. El globo puede remontarse, pero no puede controlar su curso; iren la direccin que sople el viento. Si t te montas una vez en el pecado, nohay forma de detenerte. Ten cuidado. Si no quieres convertirte en el peor delos individuos, cudate de los pecaditos, porque ellos, apilndose unos sobreotros, pueden al fin lanzarte desde la cima y destruir tu alma para siempre.Hay un gran peligro en los pecados secretos.

    Pero yo tengo aqu algunos verdaderos cristianos que consienten pecadossecretos. Afirman que no es sino un pecadito, y por lo tanto pueden pasarlopor alto. Queridos hermanos, les hablo a ustedes ahora, y me hablo a mmismo, cuando digo esto: destruyamos todos nuestros pequeos pecadossecretos. Son llamados pequeos y si lo son, recordemos que son las zorras,inclusive las zorras pequeas, las que destruyen nuestros viedos, puesnuestros viedos tienen tiernos retoos. Cuidmonos de nuestros pequeospecados. Un pecadito, como una piedrita en el zapato, har que el viajero queva al cielo camine con mucha dificultad. Los pecaditos, como ladronzuelos,pueden abrir la puerta a los ms grandes que estn afuera.

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    Cristianos, recuerden que los pequeos pecados deterioran su comunincon Cristo. Los pecaditos, como la manchitas en la seda, pueden daar lafina textura de la comunin. Los pecados pequeos, como las pequeasirregularidades de una maquinaria, pueden daar todo el tejido de sureligin. Una mosca muerta arruina todo el tarro de ungento. Ese cardopuede llenar todo un continente de cizaa nociva.

    Hermanos, matemos nuestros pecados tan pronto los descubramos. Alguiendijo: "El corazn est lleno de pjaros inmundos. Es su jaula." "Ah, " dijootro telogo, "pero no debes hacer una apologa de eso, pues laresponsabilidad del cristiano es torcerles el cuello." Y as es. Si hay cosasmalas, nuestra responsabilidad es matarlas. Los cristianos no deben tolerarpecados secretos. No debemos albergar traidores; es alta traicin en contradel Rey del Cielo. Arrastrmoslos a la luz, y ofrezcmoslos sobre el altar,renunciando a nuestro pecados secretos ms queridos, siguiendo la voluntady el mandamiento de Dios. Hay un gran peligro en el pequeo pecadosecreto; por tanto evitmoslo, no pasemos cerca de l, volvmonos de l yhuyamos de l, y que Dios les d gracia para dominarlo!

    V. Y ahora, para concluir, voy a exhortar con todo mi poder a algunos deustedes a quienes Dios ha compungido en sus conciencias. He venido asuplicarles, hasta las lgrimas si fuera posible, que renuncien a sus pecadossecretos. Tengo a uno aqu por quien bendigo a Dios; le amo, aunque no leconozco. Casi est persuadido de ser un cristiano; claudica entre dosopiniones, tiene la intencin de servir a Dios, se esfuerza por abandonar elpecado, pero encuentra que es una lucha difcil, y por lo pronto no sabe quser de l. Me dirijo a l con todo mi amor: amigo mo, conservars tupecado y te irs al infierno, o dejars tu pecado e irs al cielo? Esta es lasolemne alternativa: la presento a todos los pecadores que han despertado;que Dios elija por ustedes, de otra manera tiemblo al pensar cul alternativapodrn elegir. Los placeres de esta vida son tan intoxicantes, sus gozosentrampan de tal manera, que si no recordara que Dios es el que en nosotrosproduce as el querer como el hacer, no tendra esperanza en ustedes. Peroconfo que Dios decidir el asunto.

    Permtanme poner la alternativa delante de ustedes: por un lado est eljbilo de una hora, una breve vida de dicha, aunque ser una pobre, pobredicha; por otro lado, hay vida eterna y gloria perpetua. De un lado, hay unafelicidad transitoria, y despus sobrecogedora afliccin; en este caso, hayslida paz y gozo eterno, y despus bienaventuranza sobreabundante. Notemo ser considerado un arminiano cuando digo, como dijo Elas: "Hastacundo claudicaris vosotros entre dos pensamientos? Si Jehov es Dios,seguidle; y si Baal, id en pos de l." Pero, ahora, hagan voluntariamente su

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    eleccin; y que Dios les ayude a hacerla! No digan que van a adoptar lareligin sin tomar en cuenta primero su costo; recuerden, est su lujuria a laque deben renunciar, su placer que deben abandonar; pueden hacerlo porCristo? Pueden? Yo s que no pueden, a menos que la gracia de Dios lesayude para hacer esa eleccin. Pero pueden decir: "s, con la ayuda de Dios,yo renuncio a todos los juguetes llamativos de la tierra, a sus pompas, boatosy frusleras?

    "Todo esto no puede nunca satisfacer,Denme a Cristo, o muero."

    Pecador, nunca te arrepentirs de esa eleccin, si Dios te ayuda a tomarla;encontrars la felicidad aqu, y sers tres veces feliz por toda la eternidad.

    "Pero," dir alguien, "seor, yo tengo la intencin de ser religioso, pero noestoy de acuerdo con su rigurosidad." Yo no pido eso; yo espero, sinembargo, que des el beneplcito a la rigurosidad de Dios, y la rigurosidad deDios es diez mil veces ms grande que la ma. Podrs decir que soy puritanoen mi predicacin; Dios ser puritano cuando juzgue en aquel gran da.Puedo ser percibido como severo, pero nunca podr ser tan severo como loser Dios. Yo puedo pasar la grada de dientes filosos en tu conciencia, peroDios pasar gradas de fuego eterno en todo tu ser un da. Yo podr hablarcosas que truenan! Dios no las dir sino que las lanzar de Sus manos.Recuerden que los hombres se pueden rer del infierno, y decir que noexiste; pero deben rechazar sus Biblias antes de creer esa mentira. Lasconciencias de los hombres les dicen que:

    "Hay un terrible infierno,Y dolores eternos;Donde los pecadores con diablos deben morar,En tinieblas, fuego y cadenas."

    Seores, conservarn sus pecados secretos y merecern el fuego eterno porellos? Recuerden que no hay opcin, o renuncian a todos ellos, o de locontrario no pueden ser hijos de Dios. No se pueden alcanzar ambas cosas;no puede ser Dios y el mundo, no puede ser Cristo y el diablo; debe ser uno uotro. Oh!, que Dios les d gracia para renunciar a todos los pecados; puescunto valen? Son sus engaadores ahora, y sern sus torturadores parasiempre. Oh!, que sus ojos estuviesen abiertos para ver la podredumbre, elvaco y el embuste de la iniquidad. Oh!, que Dios los vuelva a l. Oh!, queDios les d la gracia para atravesar el Rubicn (2) del arrepentimiento enesta misma hora; para que digan: "a partir de ahora es guerra a muerte conmis pecados; no voy a mantener voluntariamente ninguno de ellos, sino que

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    fuera con ellos, fuera con ellos; cananeos, hititas, jebuseos, todos sernechados fuera."

    "El dolo ms amado que he conocido,Cualquiera que haya sido;Aydame a derribarlo del trono,Y adorarte solamente a Ti."

    "Pero, oh!, seor, no puedo hacerlo; sera como sacarme los ojos." Ay,escucha lo que dice Cristo: "mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, queteniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego." "Pero sera comocortarme un brazo." Ay, mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que serechado en el fuego eterno. Oh!, cuando el pecador venga delante de Dios alfinal, piensan que hablar como lo hace ahora? Dios revelar sus pecadossecretos: el pecador no dir entonces: "Seor, consideraba a mis pecadossecretos tan dulces, que no poda renunciar a ellos." Me imagino cundiferente ser entonces. "Seor," me dicen ahora, "usted es demasiadoestricto;" dirn eso mismo cuando los ojos del Todopoderoso estnmirndolos airadamente? Ustedes me dicen ahora: "seor, usted esdemasiado preciso;" le dirn eso al Dios Todopoderoso en Su cara? "Seor,tengo la intencin de conservar tal y tal pecado." Pueden decirlo en eltribunal de Dios al fin? No se atrevern a hacerlo en aquel momento.

    Ah!, cuando Cristo venga una segunda vez, habr un cambio sorprendenteen la manera en que hablan los hombres. Me parece verle; all est sentadoen Su trono. Vamos, Caifs, ven a condenarle ahora! Judas, ven y bsaleahora! Hombre, cul es tu problema ahora? Le tienes miedo? Vamos,Barrabs, sal; ve si te prefieren ahora en lugar de Cristo. Blasfemo, ahora estu momento; has sido un hombre valeroso; maldcelo en Su cara ahora.Ahora, borracho, camina tambaleante hacia l. Vamos, infiel; dile ahora queno hay Cristo: ahora que el mundo est encendido con Su rayo y la tierra essacudida con el trueno hasta que sus slidos pilares se doblegan: dile a Diosahora que no hay Dios; rete ahora de la Biblia; brlate ahora del ministro.Vamos, caballeros, cul es el problema que tienen? Qu, no puedenhacerlo? Ah, all los tienen; han huido a los montes y a las rocas: "y decan alos montes y a las peas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro deaquel que est sentado sobre el trono." Ah!, dnde estn ahora susjactancias, sus alardes, y sus glorias? Ay!, ay!, ay de ustedes en aquelterrible da de maravillas.

    Pecador secreto, qu ser entonces de ti? Sal de este lugar sin tu mscara;sal para examinarte, sal para doblar tu rodilla, sal para llorar, sal para orar.Que Dios te d gracia para creer! Y, oh, cun placentero es el pensamiento

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    que hoy los pecadores han huido para refugiarse en Cristo, y los hombreshan nacido de nuevo para Jess!

    Hermanos, antes de concluir, repito las palabras que han causado tantapolmica: es ahora o nunca, es volverse o perderse (turn or burn). Lo digosolemnemente a los ojos de Dios; si no fuera la verdad de Dios, yo debo darcuentas por ello en el gran da de rendir cuentas. Sus conciencias les dicenque es verdad. Llvenselo a casa, y brlense de m si quieren; hoy estoylimpio de su sangre: si alguien no busca a Dios, sino que vive en pecado, yoser limpio de su sangre en aquel da cuando demande sus almas de manodel atalaya; oh, que Dios les conceda que queden limpios de una manerabendita!

    Cuando baj las escaleras de este plpito el domingo pasado o tal vez hacedos domingos, un amigo me dijo unas palabras que han permanecido en mimente desde entonces: "seor, hay nueve mil personas hoy que no tendrnexcusa en el da del juicio." Eso es vlido para ustedes tambin hoy. Si soncondenados, no ser por falta de predicacin a ustedes, ni tampoco ser porfalta de oracin por ustedes. Dios sabe que si mi corazn pudiera partirse porsus almas, lo hara, porque Dios me es testigo de cmo los amo a todosustedes con el entraable amor de Jesucristo.

    Oh, que l toque sus corazones y los lleve a l! Pues la muerte es algosolemne, la condenacin es algo terrible, estar sin Cristo es algo espantoso,estar muerto en el pecado es algo pavoroso. Que Dios los gue a ver estascosas como son, y los salve, por Su misericordia! "El que creyere y fuerebautizado, ser salvo."

    "Seor, escudria mi alma, prueba cadapensamiento;Aunque mi propio corazn no me acuseDe caminar con un falso disfraz,Ruego el juicio de Tus ojos.

    La perversidad secreta se oculta adentro?Cedo ante algn pecado desconocido?Oh, vuelve mis pasos cuando me extrave, Y condceme en Tu perfecto camino."

    Notas del traductor:

    (1) Se refiere al decreto del IV Concilio de Letrn del ao 1215.

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    (2) La expresin pasar el Rubicn significa tomar una decisin grave yaceptar sus consecuencias.

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