CAPÍTULO I Geografía e Historia de Ciudad Guayana · En la parte este del Estado Bolívar está...

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CAPÍTULO I Geografía e Historia de Ciudad Guayana Ciudad Guayana fue fundada en 1961 a la derecha del río Orinoco y en la desembocadura del Caroní. Para comprender los elementos políticos, sociales, económicos, culturales y educativos de la ciudad actual es necesario ubicar su realidad en un contexto espacio-temporal. Indudablemente el entorno territorial y los antecedentes históricos guardan alguna relación con el presente y futuro de las variantes del desarrollo de la localidad. Lo local está inserto en un medio geográfico comarcal estatal, regional con unas características físicas, hidrológicas, edafológicas y poblacionales, a su vez inmerso en un proceso histórico que marca características, tendencias, interrelaciones de lo que puede ocurrir en el futuro. El pasado, presente y futuro forman un continuo vital activo y determinante. Lo local hace referencia a un lugar, a una ciudad, a una comarca pero es consustancial a las mismas su entorno o su contexto geográfico e histórico. Por ello hay que contextualizar el desarrollo local en sus coordenadas espacio temporales. Por razones geográficas e históricas hay que ubicar a Ciudad Guayana a veces en su entorno administrativo más inmediato como es el Estado Bolívar y en otras ocasiones en un contexto geográfico más extenso como es la Región Guayana, el Escudo Guayanés, la provincia de Guayana. Este capítulo responderá a las siguientes preguntas ¿En qué territorio está situada Ciudad Guayana? ¿Qué características geográficas y poblacionales tiene la Región? ¿Quiénes habitaban este vasto territorio antes de la llegada de los españoles? ¿Qué procesos poblacionales y socioeconómicos se dieron en la Región de Guayana desde el siglo XVI hasta la mitad del siglo XX? ¿Qué variables tienen líneas de continuidad en el tiempo? ¿Qué se puede aprender del pasado?

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CAPÍTULO I

Geografía e Historia de Ciudad Guayana

Ciudad Guayana fue fundada en 1961 a la derecha del río Orinoco y en la

desembocadura del Caroní. Para comprender los elementos políticos, sociales,

económicos, culturales y educativos de la ciudad actual es necesario ubicar su

realidad en un contexto espacio-temporal. Indudablemente el entorno territorial y los

antecedentes históricos guardan alguna relación con el presente y futuro de las

variantes del desarrollo de la localidad. Lo local está inserto en un medio geográfico

comarcal estatal, regional con unas características físicas, hidrológicas, edafológicas

y poblacionales, a su vez inmerso en un proceso histórico que marca características,

tendencias, interrelaciones de lo que puede ocurrir en el futuro. El pasado, presente y

futuro forman un continuo vital activo y determinante. Lo local hace referencia a un

lugar, a una ciudad, a una comarca pero es consustancial a las mismas su entorno o su

contexto geográfico e histórico. Por ello hay que contextualizar el desarrollo local en

sus coordenadas espacio temporales.

Por razones geográficas e históricas hay que ubicar a Ciudad Guayana a veces en

su entorno administrativo más inmediato como es el Estado Bolívar y en otras

ocasiones en un contexto geográfico más extenso como es la Región Guayana, el

Escudo Guayanés, la provincia de Guayana.

Este capítulo responderá a las siguientes preguntas ¿En qué territorio está situada

Ciudad Guayana? ¿Qué características geográficas y poblacionales tiene la Región?

¿Quiénes habitaban este vasto territorio antes de la llegada de los españoles? ¿Qué

procesos poblacionales y socioeconómicos se dieron en la Región de Guayana desde

el siglo XVI hasta la mitad del siglo XX? ¿Qué variables tienen líneas de continuidad

en el tiempo? ¿Qué se puede aprender del pasado?

José M. Fernández

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Para responder a estos interrogantes se han utilizado investigaciones de economistas

que han estudiado la historia económica de América Latina como Gunder Frank y los

profesores Ciro Cardoso y Pérez Brignoli e historiadores de la Región Guayana o del

Estado Bolívar como Luis Ugalde, Américo Fernández, Hildelisa Cabello y algunas

enciclopedias. Lo que se presenta a continuación es una síntesis de la geografía,

historia poblacional y economía de la región seleccionando aquellos aspectos que

pueden dar más luz sobre el desarrollo actual.

Geografía de la Región Guayana

La Región Guayana comprende los estados Amazonas, Delta Amacuro y Bolívar

que ocupan más del 50% del territorio venezolano. El estado Bolívar tiene una

superficie de 240.528 Km2. El estado Amazonas 177.617 Km

2 y el Delta Amacuro

40.200 Kms2.

Si a este extenso territorio se añaden los 150.000 Kms2. de la Zona en

reclamación del Esequibo, lo que se llama el Escudo Guayanés venezolano

comprende una extensión de 608.345 Kms2. Está situado al Sur de Venezuela y

colinda con Guyana al Este, con Brasil al Sur; con Colombia al Oeste y los estados

Monagas, Anzoátegui y Guárico al Norte.

El límite por el oeste y norte está marcado por el cauce del río Orinoco. Este río

nace en los limites de Venezuela con Brasil, recoge las aguas de la Selva Amazónica

y de las Sabanas Colombianas con su principal afluente el Meta y recorta el Macizo

Guayanés hasta adentrarse en el Atlántico, no sin antes haber recibido prácticamente

todas las aguas de los Andes y los Llanos Venezolanos para convertirse en el tercer

río más caudaloso de América. Tiene una longitud de 2060 Kms. Su cuenca es de

984.000 Kms2

de los cuales el 60% corresponde a Venezuela y el resto a Colombia.

La importancia de este río es fundamental para comprender el proceso de desarrollo

de Guayana, dadas las características de ser un canal navegable que se adentra a

través de sus afluentes hasta los lugares más profundos de estas dos naciones. Por el

margen derecho, el Orinoco tiene una serie de afluentes que nacen en las cordilleras

que limitan al sur con Brasil, abren cauces en forma paralela a través del Escudo

José M. Fernández

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Guayanés y desembocan casi perpendicularmente en el gran río. Los más importantes

son el Cuchivero, el Caura y el Caroní con gran capacidad de agua y potencial de

energía hidroeléctrica. En la parte este del Estado Bolívar está la cuenca de los ríos

Yuruari y Cuyuní que desembocan en el Atlántico por medio del Esequivo.

Desde el punto de vista físico, Guayana presenta un relieve muy diverso con

mesetas, llanuras, valles, cordilleras. Las alturas del territorio van desde los 100

metros en las llanuras cercanas al Orinoco hasta los 2.800 metros en los tepuiyes más

altos. El Escudo Guayanés, la región más antigua del país, está limitado al Este por

una sucesión de serranías que conforman la Cordillera Imataca. Esta formación

contiene rocas de alto contenido de hierro y manganeso. La zona geológica Pastora

situada al sur de Imataca, contiene rocas volcánicas, graníticas y sedimentarias. En

esta área se encuentran importantes yacimientos de oro y cobre. La formación

Roraima que contiene los tepuiyes de la Gran Sabana y marca la línea divisoria con

Brasil por medio de la Sierra de Parima. Esta zona está conformada por areniscas y

rocas sedimentarias. En el oeste del Estado se encuentra la zona Cuchivero cuyas

rocas son ígneas y contienen diamantes. Entre todas estas formaciones existen áreas

con relieve de sabanas, tierras planas y valles.

La vegetación en el Estado Bolívar está determinada por su ubicación en la franja

intertropical, influenciada por otros factores como relieve, tipos de suelos, clima. La

mayor parte de la Región Guayana está cubierta de bosques, alto y medio sobretodo

en las cuencas de los ríos. En Guayana se asienta el 70% de los bosques del país.

También hay extensiones importantes de arbustos y herbáceos propios para la

ganadería extensiva. Se identifican tres áreas con terreno fértil para la agricultura: la

zona de El Palmar al este, la Región de la Paragua, y la Región de Guarataro.

Las riquezas naturales de la región Guayana son pues sus ríos donde se encuentran

el 80% del agua dulce de Venezuela, la biodiversidad de sus selvas, sus riquezas

minerales de tierra: oro, diamante, hierro, bauxita, grafito, cuarzo, manganeso;

riqueza paisajística y su posición estratégica para Venezuela que la vincula con Brasil

y con el Atlántico.

José M. Fernández

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Ciudad Guayana y su Relación con el Pasado Histórico de la Región

Para investigar el desarrollo de Ciudad Guayana, es necesario acudir a la historia

de la región en la que está inmersa y ubicarla en un contexto temporal.¿Qué ocurrió

en este territorio antes que se fundara la actual ciudad? ¿Tendrá alguna relación con

el pasado? Se deben contextualizar los procesos ocurridos con anterioridad en la

región pues debe existir un hilo conductor, algunos condicionantes socio-geográficos

que impriman características especiales al devenir histórico de la población aquí

asentada.

Este capítulo mostrará una síntesis de la historia socioeconómica de la Región de

Guayana, sus formas de producción propia, su relación con el país y con las naciones

que dominaban la economía en el pasado. Se presentarán las teorías y hechos más

significativos con base a las investigaciones históricas ya realizadas que puedan

reflejar la vocación histórica de la ciudad asentada en el margen derecho del Orinoco

y que tuvo por nombres Santo Tomás de la Guayana, que además estuvo asentada en

seis ocasiones diferentes entre la actual Ciudad Guayana y las proximidades de los

Castillos de Guayana.

En el año 1989, el entonces presidente de la Corporación Venezolana de Guayana

(CVG), Ing. Leopoldo Sucre Figarella, construyó un parque en el lugar donde años

antes se había colocado la primera piedra de la fundación de Ciudad Guayana. En ese

entonces se generó una discusión entre los historiadores sobre si tal parque debía

llamarse “La Fundación” o “Las Fundaciones”, aludiendo a las 6 veces en que la

ciudad fue fundada y desaparecida en diferentes lugares de la geografía guayanesa

con el mismo nombre. La discusión no es estéril, pues crea una línea de sucesión

entre la actual y moderna Ciudad Guayana con el pasado de la región y posiblemente

con su vocación histórica más profunda.

El acta de fundación de Ciudad Guayana reza así:

José M. Fernández

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Acta de la fundación de Santo Tomé de la Guayana: Hoy domingo 2 de julio

de 1961 con asistencia en este lugar de los ciudadanos Presidente de la

República, Presidente y Vicepresidente del Congreso Nacional, Presidente de

la Corte Suprema de Justicia, Comisionado Presidencial para el Desarrollo

de Guayana, Gobernador del Estado Bolívar y del Presidente de la Asamblea

Legislativa del Estado Bolívar, el Excelentísimo y Reverendísimo Monseñor

Dr. Juan José Bernal, arzobispo de Ciudad Bolívar, impartió la bendición al

sitio donde fue colocado un ejemplar de la presente acta de Santo Tomé de

Guayana de la que se levantaron cinco ejemplares más... habiéndose

asentado igualmente en el primer folio del libro de la ciudad de Santo Tomé

de Guayana abierto en esta misma fecha en fe de lo cual suscriben las actas

respectivas.

Sobre el acta esculpida en una placa de cobre, está colocada una piedra en forma

de cubo en la que está esculpida la siguiente leyenda: “Santo Tomé de Guayana, julio

2 de 1961”. Sobre un muro de piedras situado cerca del monumento principal, en

letras mayúsculas de acero, está colocada la siguiente leyenda: “CIUDAD

GUAYANA 1595, 1598, 1632,1638, 1684, 1764, 1961” indicando los años de las

diferentes fundaciones de la ciudad.

¿Por qué, al crear una ciudad nueva y planificada según los modelos más

progresistas del siglo XX, haya que conectar lo más singular de la ciudad como es su

nombre, con un pasado histórico de otras poblaciones actualmente desaparecidas,

ubicadas en el margen derecho del Orinoco? Con Ciudad Guayana ocurrió lo mismo

que sucede en las familias, en las que el primogénito lleva el nombre del padre, del

abuelo o de uno de sus ancestros. De alguna manera se desean perpetuar las virtudes,

características y los genes de los antepasados. Una ciudad nueva, si quiere tener

futuro necesita tener historia, raíces, tradición, fuerza telúrica.

La primera población que fundaron los españoles en toda la región de Guayana

(año 1595) estuvo situada “a dos leguas de la confluencia del Caroní con el Orinoco

donde actualmente crece la séptima fundación de Santo Tomé de Guayana”

(Franceschi, 2003, p. 379) Tres años más tarde la población es trasladada cerca de

los Castillos de Guayana. “Era una aldea fortificada, pobre, víctima del aislamiento”.

(Franceschi, 2003, p.379). A raíz de un ataque de los holandeses deben trasladar el

José M. Fernández

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asentamiento al Caño Usupamo y le llaman Santo Tomé de Usupamo (Año 1632). De

nuevo es saqueada y quemada por los holandeses y se reubican los sobrevivientes al

lugar donde hoy están las empresas de Guayana. Le ponen por nombre Santo Tomás

del Santísimo Sacramento. (Año 1638). En 1684 se moviliza la población a otro lugar

del Orinoco hasta que por recomendación de expedicionarios se traslada la capital a

Angostura del Orinoco y se le nombra Santo Tomás de la Nueva Guayana (año 1764)

Esta población pronto comenzó a llamarse Angostura hasta que en 1846 se le cambió

el nombre por Ciudad Bolívar. De los asentamientos anteriores no existen ni las

ruinas.

Como se ha expresado anteriormente es necesario contextualizar la realidad local

en un entorno geográfico interactuando con un proceso histórico.

Población Aborigen de Guayana

Se conoce muy poco de los pobladores de la Región Guayana antes de la llegada

de Cristóbal Colón a América. Contrariamente a lo que ocurre con las civilizaciones

mayas, aztecas e incas que dejaron muestras fehacientes de culturas y organizaciones

sociales avanzadas, las tribus del oriente y sur venezolano apenas legaron para el

futuro algunos dibujos tallados en las piedras y en las cuevas (los petroglifos),

flechas de jaspe y restos de cerámica. Los historiadores del Estado Bolívar (Hildelisa

Cabello, Américo Fernández) que han investigado exhaustivamente las fuentes

primarias, señalan que los pobladores del Escudo Guayanés eran de la etnia Caribe

que llegó unos siglos antes que los españoles y dominó a los que existían

anteriormente. Este pueblo está representado por los pemones (habitantes de La Gran

Sabana), los Kariñas (que viven en las sabanas de los márgenes del Orinoco), los

Panare y Mayopo (situados en las zonas bajas del río Caura y del Cuchivero) y los

Makiritares (en el Alto Caura y Alto Orinoco). Sin embargo, estos autores no dan

cifras ni aproximaciones de cuál pudo ser la población de Guayana a la llegada de los

españoles.

José M. Fernández

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El historiador Céspedes del Castillo (1994) se atreve a dar cifras de la población

indígena de toda América Latina hacia 1492 y asigna a Venezuela una población de

350.000 habitantes con un posible error menor al 20%. Eduardo Ortiz (1997), citando

a Cunill Grau afirma que la población de Venezuela antes de la conquista pudo estar

poblada por medio millón de indígenas. ¿Cuántos de estos vivirían en Guayana? Es

difícil aventurarlo pero sabiendo que este indígena era cazador y recolector

fundamentalmente habitaría con preferencia cerca de las riberas de los ríos sobretodo

del Orinoco, rico en fauna y con tierras fértiles para sembrar yuca, batata y maíz.

Hoy, el Estado Bolívar es la tercera dependencia del país por la cantidad de

población indígena, ya que la mayor parte de su extensión es habitada por diferentes

etnias, más o menos aculturizadas pero en la que no viven criollos. Según Mansutti

las etnias indígenas del Estado Bolívar son 19, distribuidas en 333 asentamientos con

un promedio de 100 personas por poblado. Más de la mitad de la población indígena

es de la etnia Pemón habitante de la Gran Sabana, siguiéndole en población los

Kariñas en las riberas del Orinoco, los Panares en las sabanas del Cuchivero y los

Yecuanas en la cuenca del río Caura. Todavía existen comunidades indígenas que han

tenido contactos mínimos con otra civilización que no sea la suya, como los

yanomami.

Desde el inicio del registro de la población en la región Guayana se ha distinguido

entre población criolla e indígena de tal manera que se siguen haciendo dos censos

diferentes.

Según los censos general e indígena del año 2001 la población del estado Bolívar

por municipios es la siguiente:

José M. Fernández

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Cuadro 1. Población Indígena del Estado Bolívar.

Municipio Población

Total

(hab.)

Población

indígena

(hab.)

Población

No

indígena

(hab.)

Relación

indígenas

a

población

x 100

Extensión

(Km2)

hab./Km2

Caroní 697.962 1.675 696.287 0,2 1.612 432,9

Cedeño 70.770 8.712 62.058 12,3 46.016 1,5

El Callao 19.039 317 18.722 1,6 2.236 8,5

Gran

Sabana

26.359 17.205 9.154 65,2 32.088 0,8

Heres 317.335 3.636 313.699 1,1 5.851 54,2

Piar 96.985 755 96.230 0,7 15.899 6,1

Raúl Leoni 37.222 5.604 31.618 15 54.386 0,6

Roscio 20.329 53 20.276 0,2 6.182 3,2

Sifontes 34.764 6.275 28.499 18 24.392 1,4

Sucre 20.168 6.103 14.065 30,2 46.163 0,4

P. Chien 13.164 26 13.138 0,1 2.275 5,7

Total 1.354.097 50.361 1.303.736 3,7 237.100 5,7

Fuente: INE 2001.

Como se observa en el cuadro anterior la etnia indígena es mayoritaria en el

municipio Gran Sabana y tiene cierta importancia en Sucre, Sifontes, Raúl Leoni y

Cedeño. Si se suma la extensión de estos municipios, superior a 200.000 Kms2

y se

descuenta la población criolla que vive en sus poblaciones capitales, se puede

apreciar que más del 80% del estado Bolívar está habitado únicamente por unos

50.000 indígenas aproximadamente. Considerando la población total del Estado

Bolívar, ésta se concentra en un 85%, en tres ciudades, Ciudad Guayana, Ciudad

Bolívar y Upata que están situadas en el límite nororiental del estado y ocupan apenas

un 3 % del territorio.

Las poblaciones indígenas existentes en las cuencas altas de los ríos Paragua,

Caura y Erebato, al sur del Estado Bolívar y en la frontera con Brasil, muy aisladas de

la población criolla, dan una idea de cómo era la vida de los habitantes de la región de

Guayana antes de la conquista. Los indígenas viven en churuatas, que son viviendas

construidas con palos y palmas, que adoptan formas cónicas, rectangulares, o en

semicírculo. Son cazadores y recolectores, tienen una agricultura básica de conuco

José M. Fernández

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rotativo en el que cosechan yuca, batata, maíz, topocho. Las mujeres se encargan del

cultivo agrícola, los hombres de la caza y de la pesca. Habitan en poblaciones

regularmente pequeñas y su organización social está regida por relaciones de

parentesco. El sistema económico es de subsistencia y de adaptación al medio

selvático o de sabana en que viven creando un ecosistema con el mismo.

Teorías sobre la Historia Latinoamericana

El proceso histórico de la llegada de los europeos (primero los españoles, luego,

portugueses, ingleses, franceses, alemanes, holandeses) a América, ha sido

denominado de diferentes maneras, de acuerdo a las teorías que sustentan dichos

conceptos: “Descubrimiento”, “Conquista”, “Encuentro de dos mundos”,

“Genocidio” “Colonización”, “Resistencia indígena”. Algunos teóricos ven en dicho

proceso una expansión en el desarrollo socioeconómico mercantilista, precapitalista o

capitalista de Europa y lo interpretan según las necesidades y cambios ocurridos en

la metrópoli. Otros estudian la realidad americana desde sus estructuras internas, sus

formas de relaciones y producción sin tomar en cuenta el entorno internacional.

Aunque cada una de estas teorías tiene determinados basamentos históricos, muestran

visiones parciales, casi siempre determinados por ideologías, de procesos históricos

muy complejos.

Según Gunder Frank (1970), representante de los teóricos del Neocolonialismo, la

conquista de América por parte de los europeos colocó a esta vasta región en una

posición de creciente dependencia económica con respecto a un sistema mundial

único del capitalismo. Esta relación de dependencia ha formado y transformado las

estructuras económicas y de clases de las naciones americanas de acuerdo con las

necesidades de la metrópoli. Se ha creado una burguesía colonial que depende y se

nutre de la burguesía internacional pero que en su país, apoyada sobre la influencia en

los organismos de poder del estado, en función de sus intereses genera relaciones de

subdesarrollo en lo político social y económico. Gunder Frank (1970) distingue ocho

etapas en el desarrollo económico de América Latina:

José M. Fernández

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1. Estructura colonial: es la implantación de una economía de exportación

ultraexplotativa y dependiente con respecto a la metrópoli que restringe el

mercado y la producción interna, que una burguesía dependiente genera con

sus políticas de subdesarrollo. De esta forma se crea una economía de puerto,

que promueve la producción y exportación de materia prima que requiere el

desarrollo del Capitalismo, mientras que por otra importa los productos

elaborados necesarios para la expansión del comercio internacional.

2. La estructura agraria de los países se desarrolla y transforma en determinados

momentos de la historia de acuerdo a las fluctuaciones de la demanda exterior

tanto en la producción como en los precios.

3. Los movimientos independentistas responden a los intereses de las burguesías

nacionales que controlan la comercialización y exportación de materias

primas que desean aumentar su poder e independencia de los poderes políticos

pero que fortalecen sus nexos de dependencia con el comercio internacional

dominante.

4. Esta política de dependencia con el capitalismo internacional se acentúa luego

que en las guerras civiles de muchos países es derrotada la burguesía

nacionalista productora por la burguesía comercial dependiente de la

metrópoli.

5. Las reformas liberales de los países en la segunda mitad del siglo XIX acentuó

la dependencia del capitalismo mundial.

6. El imperialismo volvió a transformar la estructura de clases afianzando un

lumpenburguesía y el consecuente subdesarrollo.

7. La crisis ocurrida en los países capitalistas en las dos guerras mundiales y en

la depresión de 1929 hizo que variara sustancialmente la demanda de materia

prima lo que condujo a las burguesías nacionales a promover la industria

propia.

8. El Neoimperialismo crea una neodependencia en los países creando otro tipo

de conexión entre el capitalismo internacional y el nacional.

José M. Fernández

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Ciro Cardoso y Héctor Pérez Brignoli (1979) estiman como burdo el esquema de

Gunder Frank (1970) y resumen los planteamientos de Inmanuel Wallerstein y de

Fernando Novais. Según el primero, a finales del siglo XV y principios del XVI

surgió un nuevo sistema económico, puesto que ya en ese entonces se constituyó una

economía mundial europea. Se trata de una estructura superior a la de los estados y

caracterizada por la relación de sus lazos económicos. A este sistema lo denomina

único, dominante y capitalista, ya que contiene en su seno diferentes formas de

producción (feudalismo, esclavitud, servidumbre, trabajo libre, según el lugar en que

operan) y todas dirigidas por una clase dominante.

Novais define el antiguo sistema colonial, como un sistema del Capitalismo

Mercantil, que no es otra cosa que el conjunto de relaciones entre la metrópoli y la

colonia con la finalidad de acumular y extraer el máximo de beneficios de las

provincias de ultramar a través del monopolio comercial generador de sobre

ganancias. La burguesía comercial metropolitana podía apropiarse del sobre producto

de las economías coloniales debido a que su monopolio le permitía vender lo más

caro posible las mercancías europeas y comprar lo más barato posible las materias

primas de la colonia. Estas sobre ganancias estaban destinadas a crear el capitalismo

industrial.

Estas teorías pudieran contener parte de la verdad, pero son demasiado simples

para dar explicaciones de procesos históricos complejos y diferentes, según las

colonias y las circunstancias particulares de cada una en su momento histórico.

Pareciera que se formula primero la teoría y a continuación se trata de explicar la

realidad en base a esta concepción señalando los casos en que esta se confirma de

forma fehaciente.

Los procesos históricos latinoamericanos no pueden encajonarse en una teoría

única. Existen particularidades que determinan sustanciales diferencias según se trate

de las distintas potencias colonizadoras, según el grado de vinculación al mercado

mundial, según los tipos de producción, y según las formas de utilización de la mano

de obra.

José M. Fernández

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Como afirman Cardoso y Brignoli (1979):

La colonización de América Latina fue sin duda en último análisis, una

consecuencia de la expansión comercial y marítima europea, un aspecto del

gran proceso de constitución del mercado mundial. Dicha colonización, y los

procesos de descubrimiento y conquista no hubieran podido ocurrir sin la

asociación entre intereses privados de diversos tipos ( de comerciantes,

aventureros en busca de riqueza y posición, nobles con altos puestos

burocráticos) e intereses públicos ( las monarquías nacionales, a cuyo aparato

con frecuencia se asociaba la Iglesia).Tal vinculación tenía diversas razones:

la necesidad de movilizar recursos muy cuantiosos para financiar

expediciones, la necesidad de defender las colonias. La inexistencia en

principio de empresas mercantiles fuertes creó la necesidad de mantener

monopolios. Las relaciones entre la metrópoli y la colonia estuvieron regidas

por el sistema exclusivo o pacto colonial. (p. 171).

La conquista y colonización de la región de Guayana tuvo características que la

diferencian de otras regiones, incluso del resto de Venezuela. Esta historia está

condicionada por la existencia del río Orinoco que se convierte en tránsito y en medio

de intercambios permanentes de hombres y mercancías de una basta región: desde

Santa Fe de Bogotá, los Llanos Colombianos y Venezolanos, la cuenca del río Negro,

toda la región de las Guayanas incluidas las hoy día naciones independientes y

Colonias, hasta Trinidad, Islas del Caribe, Europa y Norteamérica. Cuando en

América, se crean los Virreinatos de México y Perú, en Guayana los conquistadores

peleaban con indígenas, holandeses e ingleses. Mientras se explotan las minas de

oro, plata en Potosí, Huancavelica, Santa Fe de Bogotá, y México; en Guayana se

genera un “proceso civilizador” del indígena mediante un sistema de producción

agropecuaria y artesanal autosuficiente en las Misiones del Caroní, de forma

semejante a las Misiones del Uruguay.

Cuando durante largos períodos del siglo XIX, Venezuela se desangra en luchas

intestinas entre conservadores y liberales, centralistas y federales, Ciudad Bolívar y

su interland se aprovechan de su situación privilegiada para crear un nudo mercantil

importante entre los Llanos venezolanos y colombianos y las metrópolis europeas.

José M. Fernández

61

Etapa de la Conquista de Guayana

El Delta del Orinoco fue la primera tierra firme de América que pisó Cristóbal

Colón, y le causó tal impresión el encuentro del agua dulce con la salada que escribió

lo siguiente según Fernández (1994):

Grandes indicios son de estos del Paraíso Terrenal, porque sitio es conforme a

la opinión de santos teólogos, y asimismo las señales son muy conformes que

yo jamás leí ni oí que tanta cantidad de agua dulce fuese así vecina con la

salada; y de ello ayuda la suavísima temperancia; y si de allí el paraíso no

sale, parece aún mayor maravilla porque no creo que sepa en el mundo de río

grande y tan fondo. (p.21)

La conquista de los territorios de la cuenca del Orinoco fue sin embargo, difícil,

lenta, llena de peligros y codiciada tanto por españoles, como con ingleses,

holandeses, franceses y portugueses, que escenificaban en estas regiones las mismas

guerras que ocurrían en Europa. Desde muy pronto, los conquistadores crearon la

Leyenda de una ciudad Manoa, internada en la selva, “cada vez más ignota y remota

como el maravilloso país de Los Omeguas que rutilaba con luces amarillas a la

distancia porque el oro cubría el lecho de los ríos y de sus lagos como arena.”

(Fernández, 1994, p.28). Posiblemente crearon esta fantasía al contemplar los

cochanos (pepitas de oro) de oro pendientes del cuello de los indígenas. Pero no fue

sino hasta la segunda mitad del siglo XIX que se descubrieron las vetas de oro. A lo

largo del siglo XVI, la Corona concedió diferentes capitulaciones para que

conquistaran y poblaran una Región que se extendía entre el Amazonas, el Orinoco y

el Meta a la que llamaban Provincia Dorada.

La primera expedición de Diego de Ordaz partió de España en 1530, se apertrechó

en la Península de Paria (Este de Costas de Venezuela) con trescientos cincuenta

hombres armados, instrumentos de pesca y herramientas de construcción, 23

caballos, dos barcos grandes la nao capitana, un galeón de fabricación portuguesa,

ocho navíos pequeños y remos, cuatro indios traductores, un religioso y un cirujano.

José M. Fernández

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(Hildelisa Cabello, 1996, p. 63). Encontró un poblado indígena Aruacay (en el Delta

del Orinoco) de 400 bohíos grandes. La alimentación de estos pobladores estaba

basada en el cultivo de la yuca y la pesca. “Los hombres fabricaban redes, hamacas y

nasas. Las mujeres se dedicaban a las actividades agrícolas” (Cabello, 1996, p. 85).

Esta expedición llegó hasta lo que hoy es Puerto Ayacucho pero los ataques de la

población, las enfermedades, el hambre, hicieron que la misma se devolviera hasta

Paria. Otras expediciones hicieron lo mismo hasta bien entrado el siglo.

Cuando se crea la Audiencia de Santa Fe de Bogotá, el Adelantado Jiménez de

Quesada organiza una expedición al país de los Omeguas desde Bogotá, pero muere

al iniciar el viaje. Antonio de Berrío será quien asuma la encomienda de tomar

posesión de la Provincia Dorado y realiza tres viajes, siempre partiendo de Colombia,

hasta que por fin en 1595 logra fundar una ciudad al margen derecho del Orinoco y

cerca de la desembocadura del Caroní con 30 hombres y 10 soldados, trasladándola

tres años mas tarde hacia el Orinoco abajo. Antes de construir este poblado había

fundado la ciudad de S. José de Oruña en Trinidad, isla que consideraría clave para

la posesión del Orinoco y la defensa del virreinato de Nueva Granada.

A pesar de la importancia estratégica del control del río Orinoco, la Corona

española no dio suficientes recursos y hombres para el poblamiento de Guayana ya

fuera porque tenía frentes más importantes que cuidar, porque ya el imperio iba en

declive o porque no se consiguieron las tan soñadas minas de oro. Los asentamientos

por las orillas del río y sus territorios, eran difíciles, transitorios y peligrosos debido a

la resistencia de las tribus Caribes, a las incursiones que realizaron los ingleses y

holandeses que en muchas ocasiones tomaron y quemaron las poblaciones de

españoles. Para ello se asociaban con los caribes a los que cambiaban armas europeas

por esclavos de otras tribus. Sin embargo nunca se perdió la posesión del río Orinoco

a pesar de que las potencias europeas enemigas de España sobretodo Inglaterra se

empeñaron en crear una colonia en esta región. En el siglo XVII, prevaleció la idea de

construir fortificaciones y castillos, para dotarlos de soldados y cañones. Todavía

permanece en pie y bien conservados los Castillos de Guayana, 40 Km. al este de

Ciudad Guayana.

José M. Fernández

63

Los holandeses, que conformaron un imperio comercial en el siglo XVII, basado

en un sistema bancario crediticio, en la actividad de empresas privadas como la

Compañía de las Indias Occidentales, y en una flota numerosa, tomaron posesión de

la región Atlántica de la Guayana que les fue cedida por España por los tratados de

paz de Westfalia (Año 1648). En 1814, Holanda cedería parte de este territorio a

Inglaterra. La presencia de estas colonias al este de Guayana generó inconvenientes y

amenazas a la estabilidad y soberanía de la región de forma que durante el siglo

XVIII y XIX las incursiones por el Esequivo y las bocas del Orinoco fueron

constantes. En 1804 España cedió la isla de Trinidad a los ingleses que la habían

conquistado unos años antes. En 1899 un tribunal internacional firma un laudo

arbitral mediante el cual reconoce una extensión de 150.000 Kms2 al este del río

Esequibo para la Guayana inglesa. El gobierno de Venezuela ha mantenido

permanentemente el reclamo sobre este basto territorio. Actualmente vive en Ciudad

Guayana una comunidad guyanesa superior a los 30.000 habitantes y existe un

comercio legal e ilegal muy activo con la nación vecina.

Después de dos siglos desde la llegada de Colón al Orinoco era muy poco lo que

se había avanzado en cuanto al dominio de la extensa provincia de El Dorado. Según

un memorial de 1715 en toda la inmensidad de Guayana sólo viven entre el Fuerte y

la población de Santo tomé de Guayana 23 hombres civilizados (españoles) en medio

de una tierra inculta y dilatada, llena de bosques y poblada de indios montaraces

(Ugalde, 1994, p.40). La causa principal de los muchos intentos fracasados consistía

en que las expediciones sucesivas no lograban crear una producción sustentable para

su mantenimiento, dependiendo de la caza y de la pesca, y de las esporádicas ayudas

que les llegaban desde la metrópoli.

José M. Fernández

64

Las Misiones de Guayana

El poblamiento de parte de la extensa Región de Guayana se iniciaría en realidad

con el esfuerzo y persistencia de las instituciones religiosas, deseosas de evangelizar a

los indígenas y poner dichas tierras al servicio de los reyes de España. Por real

acuerdo de Concordia del año 1734, correspondió a los Jesuitas promover la doctrina

católica entre los indígenas en las riberas de los ríos Meta y parte alta y media del río

Orinoco, a los franciscanos, la cuenca del río Caura y a los capuchinos toda la región

del Caroní, el Cuyuní y el parte oriental del Orinoco. Los Capuchinos envían una

primera y segunda expedición iniciado ya el siglo XVIII, pero fracasan en el intento

de establecerse permanentemente debido a las enfermedades, a la falta de alimentos y

a que no lograban atraer a los indígenas. La tercera misión de 6 capuchinos llega a

Guayana en 1724. Logra fundar dos poblados que en poco tiempo alcanzan los 600

habitantes entre españoles e indígenas. Solicitan más misioneros, soldados y canarios

para poblar estas tierras.

Los misioneros con la mente puesta en evangelizar y “civilizar” a los indígenas

obtienen de la Corona española licencia para fundar poblados únicamente formados

por naturales y dirigidos por un misionero, sin mezclarlos con españoles, para buscar

la forma más directa de atraerlos y no ahuyentarlos. Pero los misioneros también

solicitan al rey de España funde villas pobladas con españoles y soldados para

garantizar la seguridad de las misiones. El mandato que inician los misioneros del

Caroní consiste en fundar pueblos con un fraile e indígenas pacificados a los que dan

protección, catequesis y enseñanza en el cultivo de la agricultura y la producción

pecuaria.

La estrategia fundamental que consolidará la presencia de los misioneros y asentará

a los indígenas en poblados consiste en crear una hacienda que produzca provisiones

para alimentar a la población de forma permanente. Fray Tomás de Santa Eugenia fue

a Barcelona (Venezuela) y los misioneros de Píritu le entregaron 100 reses que con

mucha dificultad pudo trasladar a Guayana. Los frailes seleccionaron un terreno

(Divina Pastora) y asignaron un fraile e indígenas para el cuido y crecimiento del

José M. Fernández

65

rebaño. Durante años se propusieron no sacrificar reses sino una vez al año por la

fiesta de fundación de cada misión. El crecimiento del rebaño de ganado fue grande,

de tal forma que los informes señalan que al final del siglo había aproximadamente

200.000 cabezas de ganado vacuno y 80.000 de ganado caballar. (Cabello, 1996, p.

187) Este rico hato sirvió para mantener a los indígenas de los poblados, a los

españoles y tropas de Guayana, para las expediciones y aun para regalar. De la

matanza de las reses sacaban cueros para la venta, arreos para el ganado, muebles,

sebo, manteca. En 1818, el rebaño sirvió para mantener y alimentar el ejército de los

patriotas.

Cada poblado indígena cuidaba también un rebaño más reducido y la agricultura

para el autoabastecimiento. Cultivaban yuca, maíz, arroz, plátanos, caña dulce,

algodón, cacao, tabaco. Las misiones tenían una caja común administrada por un

fraile procurador que recogía todos los fondos de los poblados producto de las ventas

y las limosnas. Tal caja común servía para formar nuevas misiones, mejorar las

existentes, incorporar tecnologías, utensilios y bienes que no producían. Las tierras,

por cédula real eran del común de los indígenas pero los misioneros con total espíritu

paternalista administraban todos los bienes, de tal forma que cuando éstos fueron

asesinados, los poblados fundados por ellos cayeron en la máxima pobreza y falta de

producción.

Los misioneros se preocuparon por el autoabastecimiento de alimentos, prendas

de vestir, arreos de labranza y de trabajo para toda la población, no sólo la indígena

sino de los españoles, soldados y tropas. Por ello implantaron en su territorio

tecnologías traídas de Cataluña y las enseñaron a los indígenas. Estos aprendieron los

oficios de carpintería, herrería, zapatería, curtido y tejido “según el P. Fidel las

piezas están más bien tejidas con más fortaleza y finas que las de Cataluña” (Ugalde,

1994, p.177). En la misión del Caroní se producían petacas y rejos de cuero, jabón y

velas, miel y aguardiente, carbón vegetal, queso y manteca, cuerdas y lana, tejidos y

telares forjas para construir arados, carretas, aperos de labranza clavos, rejas.

(Briceño, 1993, p. 41)

José M. Fernández

66

Entre 1724 y 1778 (fecha en que se les prohibió crear más misiones), fundaron 53

poblados (Cabello, 1996, p.139). En 1816 se mantenían 29 de ellos con una población

total de 21.246 habitantes la mayoría indígenas (Solo dos poblaciones de indígenas y

españoles con 2.092 habitantes). (Ugalde, 1994, p. 267).

Estancamiento y Desaparición de las Misiones

A medida que la actividad misionera comienza a dar sus frutos con el

asentamiento de poblaciones, se reactiva la preocupación de la Corona por estas

tierras. En 1762 se crea la Comandancia de Guayana dependiente del Virreinato de

Santa Fe. En 1766 Manuel Centurión, joven emprendedor y con autoridad, es

nombrado Comandante General de Guayana. Se plantea tres objetivos fundamentales:

Defensa del Orinoco frente a las incursiones extranjeras, poblamiento mixto de indios

y españoles en Guayana, y control del contrabando y desarrollo comercial. En la

estrategia por lograr esos objetivos chocará con la opinión y formas de actuar de los

misioneros.

Traslada la ciudad de Santo Tomé de cerca del Delta a la parte más angosta del

Orinoco (800 varas de ancho pues, el río se abre paso entre dos peñas) y a más de 300

Kms. de la desembocadura. Funda la ciudad sobre la roca de la derecha con un

entorno geográfico inservible para la agricultura y ganadería, construye fuertes,

hospital, iglesias y más de “200 casas particulares de piedra, tapia y teja” (Bermúdez,

1993, p 31). Simultáneamente, y contra la oposición de los misioneros, ordena el

traslado de todas las misiones con sus habitantes y su ganado ubicadas en el bajo

Orinoco al margen izquierdo del Caroní y la aniquilación de toda agricultura en esa

región con la idea de que los holandeses, ingleses y franceses que incursionaban en el

río no tuvieran cómo abastecerse.

La preocupación de Centurión por controlar el contrabando indica que el comercio

de mercancías desde el interior de Venezuela y Colombia con la metrópoli era alto.

Tal actividad estaba dominada por los comerciantes holandeses e ingleses que

operaban desde las Islas de las Antillas y de las Guayanas. El contrabando era

José M. Fernández

67

consecuencia de la imposición que existía de embarcar los productos de las

provincias interiores de Venezuela y Colombia por los puertos del lago de Maracaibo

y del Caribe teniendo que atravesar la cordillera o los Llanos sin caminos ni puentes,

con a los impuestos y precios que imponía el monopolio de la Compañía

Guipuzcoana (operó en Venezuela entre 1730 y 1785) sobre todo el comercio entre

Venezuela y la metrópoli. Pero también se sumaron a este comercio los españoles y

misioneros de toda la cuenca del Orinoco que no tenían otra forma prácticamente de

adquirir los bienes indispensables y de obtener dinero para tal fin. Los productos de

exportación eran fundamentalmente tabaco de Barinas, cueros, ganado, mulas y

cacao.

A finales del siglo XVIII se va definiendo el espacio fluvial del Orinoco y sus

afluentes como vía expedita para el comercio interno y con el exterior. A esto

contribuyen una serie de situaciones históricas: 1- Avance del proceso de

poblamiento de los espacios de los Llanos y de Guayana. 2.- Fundación las ciudades

de Santo Tomé de Nueva Guayana en Angostura y de San Fernando en el río Apure

así como de poblados de españoles y fuertes a lo largo de los ríos (Puerto Nutrias,

Caicara, Cabruta, La Urbana, Moitaco, Borbón). 3.- Creación de las provincias de

Barinas y Guayana. 4.- Legalización del comercio entre las provincias y con España.

5.- Consolidación de la ganadería en el Llano y en el Caroní.

Simultáneamente con el crecimiento del comercio fluvial y la importancia que

comienza a tomar Angostura, se estanca el crecimiento de las poblaciones misioneras.

El gobernador de Guayana prohíbe crear más poblados misioneros. La última

fundación será la de Tumeremo cerca del río Cuyuní en 1788. Entre esta fecha y

1816, apenas crece la población de los asentamientos misioneros. Se fortalece el

poder civil y eclesiástico y entra en competencia con el misionero. En 1762 se crea la

Comandancia de Guayana que pasa a depender de la Capitanía General de Caracas en

1777.

En 1790 se crea la diócesis de Ciudad Bolívar. En 1817 las misiones quedan

liquidadas pasando a depender del poder civil y eclesiástico. “Las misiones habían

logrado un sistema de subsistencia sedentaria para los indios sumamente notable pero

José M. Fernández

68

no era generador de un dinamismo interno expansivo” (Ugalde, 1994, p. 276).

Seguramente no estaba en la mente de los misioneros comercializar sus productos

para otra cosa que no fuera la subsistencia de las poblaciones indígenas. Los

misioneros sienten que después de tanto esfuerzo es poco lo que han logrado con la

“civilización” de los indios, al mismo tiempo que se quejan del trato y paga que

reciben de los españoles cuando acuden a trabajar a Upata y Angostura, ciudades que

crecen en desmedro de las poblaciones indígenas.

En 1811 las provincias de Venezuela menos la de Guayana declaran la

independencia de España. En 1814 se pierde la República. En 1817 el ejército patriota

conquista la provincia de Guayana instalándose durante un tiempo en Angostura ya

que cuenta con una ciudad formada y con producción suficiente para alimentar a la

tropa. En 1819 se realiza el Congreso de Angostura, con representantes de todas las

provincias de Venezuela y proclaman la Nueva constitución. Según Fernández (1994)

en Carta de Simón Bolívar al General Manuel Piar expresa, que de esta ciudad de

Guayana partirá el ejército patriota:

Fijará irrevocablemente el destino de Guayana, Barinas y aun el de Nueva

Granada. El Orinoco será siempre nuestro y nada podrá obstruir este canal por

donde recibiremos de fuera y trasladaremos a lo interior, elementos para hacer

la guerra, mientras los españoles no abandonen el injusto proyecto de

someternos (p. 95).

En esta cita se muestra la importancia estratégica que tenía el río Orinoco para el

Libertador. Los elementos para hacer la guerra a los que hace referencia son los

apoyos en oficiales y armas de los ingleses a los que pagará con ganado y

concesiones de las Misiones.

Una vez liquidadas las Misiones el deterioro de las mismas fue violento. En 1829

solo quedan 5.000 de los 20.000 indios que habitaban los pueblos. Los demás habían

huido o habían sido enviados a la guerra. El ganado se había reducido a 50.000

cabezas y el ejército seguía reclamando más apoyo material. Simultáneamente se

José M. Fernández

69

entrega en concesión a dos ingleses Hamilton y Princeps en atención a sus servicios

prestados, parte de los pueblos misioneros. Estos venden el ganado y los bienes.

En esos años, en Guayana no había condiciones para desarrollar una

economía y lo que hizo fue liquidar la que había para pagar deudas de

guerra, para alimentar la tropa incluso enviando carne salada a Apure. Parte

de la riqueza se fue en robo y contrabando (Ugalde, 1994, p.321).

Según Cardoso y Brignoli (1979), ningún país de Latinoamérica como Venezuela

sufrió una destrucción tan violenta en la economía por la guerra de la independencia,

no sólo en la agricultura de la costa sino en la ganadería de los Llanos y de Guayana.

En el siglo XIX se enseñoreó la política liberal en Venezuela. Se consolidó el

latifundio, se vendieron baldíos del gobierno y tierras realengas. Los ingresos del

Estado dependen de los precios internacionales del café, cacao, cueros y azúcar.

Cuando éstos caen en 1842-1844 se crea una gran crisis debido a la dependencia de

capital usurario. Los esclavos se consideraban más como garantía del préstamo que

como mano de obra ya que esta alcanzaba el 17 % del peonaje de las haciendas. Las

guerras civiles son casi permanentes entre 1844 y 1870 año en que se instaura el

gobierno liberal de Guzmán Blanco. Las luchas son crueles entre conservadores y

liberales, luego entre centralistas y federales. Estas últimas dejaron un saldo de más

de 300.000 muertos. Las tierras y los bienes se consideraban trofeos de guerra.

Guayana no participó en estas luchas fratricidas por lo que el transporte por el río y el

comercio sufrían menos las imposiciones de uno y otro bando.

El Comercio por el Río Orinoco

A partir de la Independencia, Angostura se perfila como la ciudad y puerto más

importante de todo el interior de la República. Por su situación geográfica, situada en

una colina, al lado de la parte más angosta del río, conformada con casas fuertes de

piedra y teja, rodeada de tierras y lagunas inservibles para la agricultura y ganadería,

la actual Ciudad Bolívar descubre su vocación comercial. Durante el siglo XIX y

José M. Fernández

70

hasta las primeras décadas del siglo XX, las comunicaciones y el traslado de

mercancías eran mucho más fáciles y rápidos por río y por mar que por tierra. El río

Orinoco con sus múltiples afluentes, la mayor parte navegables, son excelentes vías

de comunicación que conectan los Llanos colombianos desde Villavicencio cerca de

Bogotá, los Llanos venezolanos de las provincias de Barinas, Apure, Portuguesa y el

piedemonte andino, Guárico, Cumaná y Barcelona con toda la región de Guayana y el

Delta y hacia el mar con las islas del Caribe, Europa y América.

Todas las expediciones, informes para los diferentes gobiernos, documentos de

investigadores y exploradores señalan que Guayana es una región con tantos recursos

naturales y tierras tan fértiles que podría ser la más rica de América, siempre y

cuando se poblara de gente civilizada. En diferentes épocas se elaboran proyectos

para que inmigren a estas tierras canarios, ingleses, irlandeses, gente venida de

Bogotá, Margarita, Barcelona. Pero la realidad es que este territorio ha sufrido hasta

el día de hoy una ausencia de población capaz de poner a producir tanta riqueza.

En 1832 la población de toda la región Guayana desde el Atabapo cerca del río

Negro hasta el Delta del Orinoco era sólo de 13.292 habitantes sumando la capital, las

villas y los poblados. Esta situación no varió mucho hasta 1850. El informe de Level

en 1847 afirma que en 30 años que han transcurrido después de liberada Guayana, ha

desaparecido esta provincia (Cabello, 1996, p 247). El mismo informe revela que

muchos poblados han sido abandonados, las iglesias y casas destruidas, y los que

todavía tienen algunos habitantes viven en la mayor pobreza.

Mientras esto ocurría en el interior de Guayana, su capital, convertida en centro

comercial vivía en la abundancia. Según Cabello (p.252) a mediados del siglo XIX,

Ciudad Bolívar (Angostura cambió de nombre en 1846) era el puerto más importante

del país. Según el informe de Level citado por Ugalde (1994):

Ciudad Bolívar pueblo de comerciantes, sujetos adinerados y propietarios

urbanos, y con un vecindario que por lo general está desahogadamente

mantenido de las ganancias que irradia el comercio no tiene porqué cuidarse

mucho de la procedencia de los frutos ... Cuéntase con una seguridad

afianzada en la naturaleza, en la posición del lugar de que allí han de venir

forzosamente los productos de la parte tributaria del Orinoco de las provincias

José M. Fernández

71

de Cumaná, Barcelona y Caracas, todos los del Apure y casi la totalidad de los

de Barinas.... Se hallará excusable que en Ciudad Bolívar interese más una

noticia de Barinas que de cualquiera de los cantones de Guayana (Ugalde,

p.324)

Otro informe de Michelena afirma:

Excepto los productos de la industria exterior, que puedan llegar allí para

cambiarse por los productos agrícolas, nada produce Angostura. Todo le viene

de afuera, pudiéndose decir con propiedad que el resto de las provincias de

Venezuela, con su esmerada industria, sostiene a la de Guayana, como a su

factoría que es (Ugalde, 1994, 326).

En Ciudad Bolívar se instalan comerciantes alemanes, ingleses, franceses,

antillanos, italianos, conformando una comunidad cosmopolita “con clubes,

periódicos (en alemán e inglés), capillas protestantes, construcciones, imprenta,

teatro” (Ugalde, 1994, p. 340). Existían rutas del interior del Orinoco que llegaban

hasta El Baúl, Barinas, El Amparo, Orocué. Ruta costanera que hacía escala en

Carúpano, Porlamar y La Guaira. La marítima que hacía la ruta de Trinidad, Antillas,

Nueva York y Europa. Rumbo al interior del Orinoco circulan con regularidad,

lanchas, balandras, curiaras. Para la ruta costanera goletas; vapores y buques para

trayectos más largos. A medida que avanza el siglo XIX se establecerán compañías

con itinerarios establecidos, como Vapores del Orinoco. En Ciudad Bolívar se

instalan las casas comerciales que concentran y negocian todos los productos de

importación y exportación, que además representan firmas europeas antillanas o

norteamericanas. Entre estas firmas están: Perfetti, Winnen-Winter, Krohn, Pedrique

y Machado, Dalla Costa, Salom, Wulff, Laveaux, Blohm Krohn, Perizo Palazzi,

Dalton, Battistini, Hamhm y Schoch.

El comercio de Ciudad Bolívar pasa por tres períodos fundamentales según cuáles

sean los productos de exportación que generan más divisas. El primero de ellos entre

1830 y 1870, dominan los productos agropecuarios tradicionales: cacao, café, cueros

de res y de venado, tabaco en rama, algodón, añil, bálsamo de copaiba.

José M. Fernández

72

La producción ganadera se extendía por todos los Llanos venezolanos y

colombianos, la forma más fácil de exportar tanto los cueros como las reses y los

animales de carga era por el Orinoco, de tal manera que el puerto de Ciudad Bolívar

ocupaba entre el 30 y el 60 % de las exportaciones del país. Los cueros eran

destinados a EEUU, a Europa y los semovientes a Trinidad e islas del Caribe. Este

comercio tuvo su pico máximo en la década de 1850 y fue decayendo poco a poco

pero se mantuvo hasta finales del siglo.

El tabaco fue otro producto muy demandado por Europa, se producía muy bueno

en Barinas lo cual le generó grandes riquezas. La casi totalidad de las hojas de tabaco

salía de Ciudad Bolívar hacia los puertos de Bremen y Hamburgo. Su mayor

producción se dio hasta 1860 época en que decayó, porque no pudo aumentar la

oferta y países como Cuba y Brasil ocuparon ese mercado. Los otros productos arriba

señalados completaban el paquete exportador hacia Europa, Las Antillas, y EEUU.

Etapa del Oro

Un nuevo material vendrá a resolver la crisis de exportaciones tradicionales del

comercio de Ciudad Bolívar. Lo que los conquistadores, aventureros, piratas y

expedicionarios buscaron con tanto ahínco durante tres siglos vino a descubrirse a

mediados del siglo XIX. En 1849 circuló la noticia en Ciudad Bolívar que en la

cuenca del Yuruari, a 200 Kms al sureste de la misma, se habían descubierto vetas de

oro y que la región podría considerarse una segunda California. En un informe al

Cónsul de Francia, Dalla Costa afirmaba que “Guayana podía glorificarse de poseer

el filón más rico del mundo entero: el conocido bajo el nombre de El Callao”

(Briceño, 1993, p.173) Las primeras noticias provocaron una inmigración de

trinitarios, martiniqueños, ingleses, franceses. Primero extraían el oro en forma

rudimentaria, pero en 1870 se habían instalado en la región del Yuruari 12 compañías

extranjeras y venezolanas que con técnicas modernas extrajeron buena cantidad del

mineral, sobretodo en los últimos 30 años del siglo XIX. Todo este oro salía por la

José M. Fernández

73

aduana de Ciudad Bolívar. El año de mayor exportación fue en 1884. En la última

década del siglo comienza a decaer la producción por no ser rentables las minas.

Explotación de los Productos de la Fauna y de la Flora

Cuando comienza a declinar la exportación oro, otros productos tanto de los

Llanos como de la selva guayanesa son demandados por los países dominantes.

El caucho es un látex que se extrae de algunos árboles de las selvas tropicales (el

caucho y el balatá) y que a través de un proceso de vulcanización comenzó a

utilizarse en la naciente industria de bicicletas, carruajes y luego automóviles. El

caucho se explotó masivamente en la cuenca del Amazonas (la época de oro de

Manaos), y también en Monagas, la cuenca del Yuruari y el Orinoco. En 1860 se

explota de manera individual hasta que en 1896 se conforman empresas que extraerán

el látex de forma masiva y lo exportarán hasta Europa. Esta producción alcanzó en 24

años la cantidad de 29.000 toneladas de látex. Su producción comenzó a declinar

hacia 1920.

Por otro lado, la sarrapia es un árbol que crece en los bosques de Guayana.

Produce una almendra que fue utilizada para fines medicinales y perfumería. Su

extracción, comercialización y exportación a los mercados alemán y norteamericano

fue monopolizado por casas comerciales de Ciudad Bolívar. La mayor producción se

dio entre los años 1874 y las dos primeras décadas del siglo XX.

La pluma de garza es otro artículo que fue altamente demandado por Europa entre

los años 1880 y 1929 donde era utilizado para adornos en las prendas de vestir

femeninas y militares. Las garzas tenían su hábitat en los llanos de Apure por lo que

se vuelve a intensificar el comercio entre esta región y Ciudad Bolívar. La

exportación de plumas de garza entre las fechas antes indicadas fue superior a los

50.000 Kgs, lo que da una idea de la persecución y matanza de estas aves. Este

comercio fue prohibido por fin en Europa y EEUU.

Durante todo el siglo XIX y primera mitad del XX, también se exportaron otros

productos que se extraían de la fauna y flora llanera y guayanesa aunque no tuvieran

José M. Fernández

74

la importancia comercial de los productos antes señalados. El monje benedictino

Iñigo Abad señala en un informe levantado a raíz de una visita a las misiones de

Guayana en 1773, que la riqueza de El Dorado está en el gran potencial económico de

la selva:

Todas estas tierras son feraces y de muy buena calidad; están pobladas de

árboles útiles: el cacao silvestre, la canela, la cascarilla, el pucherí, el acote,

el bejuco de vainilla y el de clavo, además de las resinas, aromas, flores,

hojas y raíces de grande aprecio para la medicina y el comercio, sin

detenerme a referir las admirables resinas y maderas de excelente calidad y

virtud, como el anime, el algarrobo, otuba, currucay, mara, pepita de toda

especie, árbol de aceite y otras producciones particulares de la tierra de que

no se tiene noticia (Ugalde, 1994, p.211).

Se comercializó durante años bálsamo de copaiba, algodón, añil, y además cueros

de venado, de caimán, de jaguares y se utilizaron millones de huevos de tortuga para

vender su aceite. Esta explotación totalmente descontrolada y que únicamente atendía

a la demanda europea y ansias de riqueza de los comerciantes produjo un daño

ecológico a la región, de tal forma que muchas especies animales y de árboles

desaparecieron de estas regiones.

A partir de la tercera década del siglo XX la actividad comercial de Ciudad

Bolívar comienza a decaer. Los países desarrollados logran obtener sustitutos

sintéticos del caucho y de la sarrapia, las empresas mineras comienzan a quebrar, la

pluma de garza es prohibida. Venezuela es primera proveedora mundial de petróleo y

comienzan a surgir transportes (vehículos, avionetas) más rápidos que los vapores.

Esta decadencia dura hasta la década de 1950. Un nuevo mineral viene a salvar en

estos años la decaída actividad del oro. La búsqueda del diamante surge como una

actividad que anima a los bolivarenses a internarse en las selvas y ríos de Guayana.

Pero el verdadero cambio económico de la región Guayana se operará a partir de la

década de 1950 cuando el gobierno venezolano decida explotar la capacidad

hidroeléctrica del río Caroní e instalar una Siderúrgica para aprovechar las reservas

de mineral de hierro existentes en Guayana recientemente descubiertas. Pero esa

historia corresponde al próximo capítulo.

José M. Fernández

75

Conclusiones sobre la Historia Económica de Guayana

Para concluir esta síntesis histórica conviene hacer algunas reflexiones sobre el

desarrollo socioeconómico de la Región Guayana y visualizar qué procesos han

ocurrido recurrentemente, cuáles han sido los aciertos y limitaciones de los diferentes

sectores productivos y qué lecciones pueden aportar para el desarrollo humano

sustentable de cara al futuro. Se resumirán a continuación diferentes etapas del

proceso socioeconómico de Guayana:

Primera etapa: Mediante la bula de Alejandro VI se otorgó a los españoles la

autoridad para dominar las tierras de Venezuela quienes deben asegurar el control

militar del Río Orinoco, su salida al mar y todo su recorrido, pues éste suponía una

vía excepcional para ingresar tierra adentro, en donde se hallaban grandes riquezas

minerales, amplias llanuras que auguraban una agricultura y ganadería importante

para la metrópoli. Diego de Ordaz, Antonio de Berrío y otros conquistadores y

expedicionarios realizan hasta seis intentos por consolidar en tierra firme y a las

orillas del río Orinoco, una población con sus fuertes, que pudiera mantener en el

tiempo el dominio del extenso territorio de Guayana cuyos límites llegaban al

Amazonas, al Meta y al Guaviare y su navegación frente al avance de ingleses,

portugueses y holandeses.

Más de dos siglos y medio duró esta etapa hasta que logra consolidarse la ciudad

en el lugar de Angostura en 1764. Todavía existen hoy día grandes extensiones de

Guayana inexploradas, otras que resurgieron en algún momento quedaron reducidas a

una mínima actividad, como algunos poblados del corredor fluvial Apure-Orinoco o

desaparecieron. Se puede decir que se los tragó la selva.

Segunda etapa: Fue fundamental para Guayana la acción misionera de los jesuitas,

franciscanos y Capuchinos Catalanes iniciada a finales del siglo XVI y que

culminaría trágicamente con la guerra de la Independencia en los inicios del XIX.

Fundan más de 50 poblaciones en las orillas del Orinoco, Caroní y en las Cuencas del

Yuruari y Cuyuní hasta llegar a Tumeremo, que sería el pueblo mas avanzado hacia el

José M. Fernández

76

Esequivo. El período de las misiones catalanas entre 1725 y 1816 fue de mucha

prosperidad, ya que mediante un sistema de poblamiento y producción se conjugaron

el asentamiento de los indígenas en poblados que crecen alrededor de la iglesia y bajo

el control de los Frailes, la creación de pueblos comunales y la relación entre los

diferentes poblados que atendían a criterios comunes dirigidos por la misión mayor

de Caroní. Su principal actividad productiva fue la ganadería acompañada de

agricultura e industria artesanal orientadas en función del autoabastecimiento de las

poblaciones indígenas y españolas que habitaban Guayana. A finales del siglo XVIII,

esta región era la más rica de toda Venezuela. Este modelo productivo autárquico,

que limitó las relaciones productivas y comerciales con el exterior al máximo, que se

basó en unas relaciones paternalistas, dependiendo la producción del criterio y

administración de los frailes, dejó de crecer cuando no hubo más misiones que

fundar, o mas indios a los que atraer, desplomándose cuando desapareció la dirección

de los frailes.

Tercera etapa: La Actividad comercial de Ciudad Bolívar, a finales del siglo XVIII

se definió el espacio fluvial del Orinoco que dominó la actividad económica de la

región Guayana en el siglo XIX y buena parte del XX con su puerto en Ciudad

Bolívar. El Río Orinoco llegó a ser la ruta principal de comercio de tabaco, ganado y

pieles entre los Llanos, Guayana, y la Metrópoli.

Algunos años antes de la independencia de Guayana, se conjugan una serie de

situaciones históricas que definen el espacio fluvial del Río Orinoco haciendo de él la

ruta principal que une los estados llaneros y de Guayana, que permite que sea la

principal vía de comercio de Venezuela. Estas situaciones históricas son:

1. Avance del poblamiento del Llano y Guayana (San Fernando, Angostura), que

permiten un mayor control de los Ríos Apure y Orinoco.

2. Adopción de medidas y políticas administrativas que responden a medidas de

afirmación del dominio Español.

3. Consolidación de la actividad ganadera en el Llano y en las misiones del

Caroní.

José M. Fernández

77

Con la guerra de la Independencia, el cierre de las misiones y el nacimiento de la

nueva República, se reduce al mínimo la producción en el estado Bolívar

dependiendo la subsistencia de los pocos pobladores, más de los recursos externos

que de la producción interna. Sin embargo, Ciudad Bolívar sigue siendo uno de los

puertos más importantes de la nueva República de Venezuela en la exportación e

importación de productos, entre el interior de la República los Llanos y las costas

venezolanas, islas del Caribe, Europa y Estados Unidos. Durante el siglo XIX se

forma en la Ciudad del Orinoco, una burguesía mercantil que dominará la mayor

parte y a veces la totalidad de productos de exportación que salían del interior de la

República y Guayana para las naciones dominantes.

Se pueden distinguir varios períodos en esta era del mercantilismo guayanés. El

primer período corresponde a la exportación de productos agrícolas tradicionales. La

economía ganadera y agrícola de Guayana casi desaparece no así la de los Llanos.

Ciudad Bolívar en esta época es el puerto principal de la República, en la exportación

de ganado, cueros, algodón, añil, bálsamo de copaiba. También las importaciones de

productos europeos entran por Ciudad Bolívar ya que los comerciantes angostureños

son representantes de casas matrices de las metrópolis dominantes, Inglaterra,

Alemania y Estados Unidos. La vinculación con Europa no sólo es comercial sino

cultural, de parentesco y de usos y costumbres.

Un segundo período tiene que ver con la minería, esta vez en el interior de la

Guayana pero las casas comerciales y prestamistas siguen estando en Ciudad Bolívar.

A mediados del siglo XIX se descubren las minas de oro en la cuenca del río Yuruari

pero es partir de 1870 que se asientan en la región de El Callao hasta quince

compañías norteamericanas y alemanas en Caratal, El Perú, Chile (en el interior de la

región guayanesa) y la extracción de oro viene a ser una actividad económica

fundamental en Guayana que da origen a una población de inmigrantes caribeños y

trinitarios que fundan la población de El Callao creando una cultura propia y

particular. Es la comercialización del oro la que reactivó las poblaciones de

Guasipati, Upata y el Puerto de Tablas de San Félix. Las empresas mineras

José M. Fernández

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comenzaron a perder interés por la extracción del oro a principio del siglo XX. Esta

actividad no se reactivaría sino a partir de 1980. Cuando la actividad del oro comenzó

a decaer surgieron las “bullas” del diamante extendidas por la Gran Sabana, la

Paragua, Heres y Cedeño. Durante los años 1940 y 50 esta actividad superó en

exportaciones al oro.

Un tercer período surge a partir del 1860 cuando aparecen otras actividades

económicas relacionadas con las necesidades de la Metrópoli y las potencialidades de

la Región Guayana y sus selvas. La naciente industrialización originaba en los países

europeos y EEUU una demanda de caucho proveniente de los árboles de las selvas

tropicales, pero sobretodo del Amazonas. Se inicia la explotación del caucho y balatá,

cuyos árboles son comunes en las selvas del Yuruani y del Orinoco. Ciudad Bolívar

vuelve a ser la cuidad comercial que acoge a familias europeas ansiosas por buscar

una vida mejor en América y se expande la extracción y exportación del caucho y

balatá, particularmente en las dos primeras décadas del Siglo XX. Simultáneamente

se extrae y comercializa la sarrapia, resina utilizada como materia prima en farmacias

y la pluma de garza utilizada en la moda de vestir. Estas actividades tuvieron su

máximo esplendor en los inicios del siglo XX. El actual casco histórico de Ciudad

Bolívar, con sus casas señoriales y sus monumentos es testigo mudo de la riqueza de

la ciudad en el siglo XIX y primera mitad del XX.

Hacia el año 1945 la actividad de la extensa Región de Guayana y su capital

habían decaído totalmente. La última compañía minera había quebrado, el caucho,

balatá y la sarrapia ya no se exportaban pues la industria había conseguido productos

sustitutivos. La venta de plumas de garza y pieles habían sido prohibidas. Todo lo que

quedaba en la extensa región de Guayana eran actividades marginales e individuales

relacionadas con los sectores productivos antes señalados.

Esta etapa de la historia de Guayana es netamente mercantilista. En Ciudad

Bolívar se asientan un conjunto de comerciantes que compran en donde estén los

productos que son demandados por las metrópolis Inglaterra, Alemania, Estados

Unidos. No importa de dónde venga el producto o cómo se obtenga. Sólo interesa

atender los requerimientos del comercio internacional. Se podía pasar de vender

José M. Fernández

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cueros, hojas de tabaco, algodón, mulas, a vender oro, caucho, sarrapia, plumas de

garza, pieles de animales salvajes. No interesaba el procesamiento de los mismos

antes de exportarlos. Tampoco importaba si los productos venían de los Llanos

venezolanos, de los colombianos o de Guayana En la Región Guayana no se dio un

proceso de producción agrícola como en otras regiones. La explotación se basaba en

los recursos naturales existentes en la zona sin importar si eran renovables o no. Los

modos de obtención eran desde el pillaje y el cuatrerismo, la explotación de los

indios, el sistema de pago de productos por víveres, el destajo y en muy pocas

ocasiones el de obreros. La voracidad mercantil llegaba a tales extremos que en las

dos últimas décadas del siglo XIX se conformaron empresas, en las que participaban

como socios los presidentes de la República, a las que concedían todos los bienes que

hallaran útiles para exportar en grandes extensiones de Guayana y Delta Amacuro.

Estas empresas vendían sus acciones en los mercados de Londres, París y Nueva

York. Por falta de cumplimiento en los contratos, litigios entre compañías y poco

entusiasmo en la compra de acciones, tales proyectos fracasaron.

Pero, ¿qué enseñanzas deja el proceso histórico de Guayana?

1. Desde que Cristóbal Colón pasó la barra del río Orinoco que mezcla el agua

del río con la del mar y soñó haber llegado al paraíso terrenal, la visión

mágica de Guayana ha sido una constante histórica de conquistadores,

expedicionarios, buscadores de fortuna, investigadores, comisiones de

inspección. La riqueza de Guayana sigue siendo un mito, un paradigma.

Primero fue el mito de El Dorado que popularizó Sir Walter Raleigh en su

diario de viajes El descubrimiento del Grande, Rico y Bello Imperio de

Guayana, que motivó las expediciones y los intentos de conquista de Guayana

de los españoles durante dos siglos y el acoso de holandeses e ingleses.

Los viajeros que conocieron el florecimiento de las misiones indígenas (la

expedición de límites en 1756 y la visita de Fray Iñigo Abad en 1773), relatan que la

riqueza de Guayana está en la fertilidad de sus tierras y en la riqueza natural de sus

selvas por la diversidad de productos para la medicina y el comercio.

José M. Fernández

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Manuel Centurión gobernador de Guayana (1766-1776), comprende que la gran

riqueza de Guayana está en sus posibilidades comerciales por las ventajas que dan el

río Orinoco y sus afluentes para exportar las materias primas producidas en el

interland de las Provincias de Venezuela y Santa Fe. Miguel Marmión gobernador de

Guayana entre 1776 y 1780 refleja en un informe la riqueza, agrícola, maderera y

comercial de Guayana. Humbolt y Depons (1801-1804) vuelven a resaltar las

riquezas del “país más hermoso de la tierra, donde la vegetación tiene todo cuanto

puede contribuir a su esplendor” (Ugalde, 1994, p.288). Cuando se descubren las

vetas de oro en la región del Yuruari se difunde la noticia por Europa de que se han

descubierto unas minas de oro mejores que las de California.

El mito de “El Dorado Guayanés” se afianzó en la población venezolana con el

descubrimiento del mineral de hierro, diamante, bauxita y las inmensas posibilidades

de energía hidroeléctrica de los ríos de Guayana. Hoy día todavía el mito está más

vivo que nunca.

2. Todos los exploradores e investigadores entendían que para aprovechar estas

inmensas riquezas en función de la economía de los países de la metrópoli

había que poblar la extensa Región de Guayana. Había que habitarla en

cantidad y en calidad. En toda la Provincia El Dorado existían algunas

decenas de miles de indígenas dispersos y con una organización rudimentaria

en comunidades pequeñas.

Los únicos que de alguna manera creyeron en el potencial de los indígenas fueron

los misioneros. Eso sí, había que civilizarlos, evangelizarlos y hacerlos súbditos del

rey. A pesar del desprecio que los gobernantes de la Ilustrada Angostura tuvieron por

los indígenas, estos fueron los que alimentaban las villas de los españoles y los que

construyeron como mano de obra las edificaciones de los pueblos. Los frailes

insistían, que había que mantener en un sistema protegido a los indígenas sin

mezclarlos con los españoles, mientras que los gobernadores de la Ilustración

imponían un sistema de poblamiento mixto de inmigrantes canarios, criollos e indios.

Depons (inicios del XIX) propone traer esclavos para hacer una agricultura tan

floreciente como la de Haití o República Dominicana. También menciona otra fuente

José M. Fernández

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de mano de obra: “Las islas Canarias, cuya juventud tiene un gran atractivo para

América, puede suministrar además a Tierra Firme hombres útiles y laboriosos”

(Ugalde, 1994, p.297). A principios del XIX hubo otro plan para entregar parte de la

Región del Caroní y el Delta a colonos irlandeses que formarían en esta región una

casi nueva república “La Nueva Erín” con leyes y autoridades propias. Menos mal

que dicha propuesta no se realizó. A finales del siglo XIX, Guzmán Blanco hizo

intentos por atraer inmigración europea pero esta prefería acudir a lugares con más

oportunidades económicas como Estados Unidos, Argentina, Chile. La inmigración

italiana, española, portuguesa y luego suramericana llegó a Venezuela cuando los

ingresos petroleros comenzaron a ser tan cuantiosos, que reactivaron la construcción

de infraestructuras y la inversión del Estado en las Empresas de Guayana.

Para tener una idea adecuada de qué economía se está hablando en Guayana basta

tener una relación de los habitantes de esta extensa región.

Cuadro 2. Habitantes de la Región Guayana

Año Habitantes

1788 24.395 (Se encontraban los

indios de las misiones

1830 13.294

1873 34.053

1891 55.935

1941 94.522

1951 127.436

Fuente: Elaborado por el autor con datos de Cabello, Franchesqi y Ugalde.

Como puede observarse el territorio de Guayana aparece vacío durante mucho

tiempo. Actualmente prescindiendo del triángulo de Ciudad Guayana, Ciudad

Bolívar, Upata, el resto del Estado tiene una población insignificante y algunos

municipios extensos tienen una densidad de población inferior a un habitante por

KM2.

En el gobierno de Caldera 1969-1973, hubo un programa para poblar el Sur y

en el actual plan de gobierno, dentro de lo que llaman el equilibrio territorial, está el

José M. Fernández

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poblar el eje Orinoco-Apure cuyos poblados ribereños quedaron vacíos cuando dejó

de funcionar el comercio por los ríos.

3. En la historia económica de Guayana se han observado varias etapas y

diferentes períodos dependiendo de la actividad predominante en un

determinado número de años. Pero las diversas actividades productivas no

fueron sustentables en el tiempo, ni los pobladores se prepararon para los

cambios. Todo dependía del exterior o de potencias externas, ya fueran los

conquistadores, los misioneros o los comerciantes de Ciudad Bolívar. Cuando

se descubría un nuevo producto que fuera apetecible por las naciones europeas

o norteamericana, decaía la actividad anterior.

La etapa de los conquistadores duró mas de 200 años no tiene significado

importante desde el punto de vista económico. Los españoles sólo buscaban oro y

plata, pero no lo consiguieron en Guayana.

En las Misiones del Caroní tuvo su nacimiento, desarrollo y estancamiento un

modo de producción de autoabastecimiento para la población habitante de esas

tierras. Dependía de lo mínimo de productos del exterior. La actividad básica fue la

ganadería que fue complementada con la agricultura y la industria artesanal. Esta

producía la casi totalidad de los productos que requería la población. El modo de

producción era comunitario, dirigido y administrado por los frailes, lo que engendró

suficientes recursos para todos los habitantes de la región. Cuando se prohibió a los

misioneros fundar nuevos poblados la producción se estancó ya que no estaba en ellos

ni en los indígenas la política de comercialización y acumulación. Después de la

Independencia, las tierras y bienes pasaron a manos de la Nación, los indios se

dispersaron mientras que los bienes fueron dados en concesión, o robados. Toda una

región rica y próspera cayó en el abandono y en la miseria. Las poblaciones indígenas

no fueron preparadas administrar sus recursos y tomar sus decisiones.

En el siglo XIX, predominó en Guayana la actividad comercial. La economía

guayanesa se circunscribió al puerto de Ciudad Bolívar y a las casas comerciales que

hicieron de correaje entre las metrópolis y los productos que estas requerían y existían

en los Llanos, selvas o minas de Guayana. En un primer período se exportaron bienes

José M. Fernández

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agrícolas tradicionales que producían las provincias del interior. Las tierras de

Guayana eran casi improductivas. En un segundo período el elemento de exportación

fue el oro de la cuenca del Yuruari que activó la economía del interior de Guayana y

atrajo buen número de inmigrantes, y en un período posterior la extracción de la

selva, de caucho, balatá y sarrapia, que hizo ricos a unos cuantos comerciantes de

Ciudad Bolívar y explotó a los purgüeros, obreros a destajo indígenas que vivían en

malas condiciones en las selvas. Cuando estos productos dejaron de interesar a la

metrópoli o se acabaron, terminó la actividad comercial.

Hacia mediados del siglo XX Venezuela comienza a perfilarse como una nación

importante exportadora de un recurso cada vez más necesario para el desarrollo

mundial: el petróleo. El país cambia su perfil de desarrollo y sustituye un modelo

basado en exportación de café, cacao, cueros, para convertirse en un país exportador

de petróleo. Venezuela pasa de ser una nación rural a una nación urbana, de una

economía exportadora de productos agrícolas a exportar el Oro Negro. Se dice que

Venezuela nace al siglo XX a la muerte de Gómez en 1935. Un ministro del General

Isaías Medina, el escritor Uslar Pietri lanza la consigna; “Hay que sembrar el

Petróleo". El naciente desarrollo industrial del país necesita electricidad, hierro y

aluminio, y el gobierno centralista de Caracas tiende de nuevo sus ojos hacia

Guayana. Aquí nace el desarrollo industrial más importante del país.

4. Esta situación de dependencia de la metrópoli trajo como consecuencia el

establecimiento en Ciudad Bolívar de una burguesía mercantil acomodada y

una población del interior empobrecida. No hubo intentos por poner a

producir los recursos de Guayana. La extracción de muchos productos de la

selva y la matanza de animales silvestres para quitarles las plumas o las pieles

creó un daño importante en la conservación de muchas especies.

5. De lo anteriormente expuesto se puede afirmar que Guayana ha tenido en

diferentes períodos de su historia vocaciones económicas diversas y

complementarias, de acuerdo a su población, en ganadería y agricultura, en

comercio con el exterior e interior de la república, en minería, en

aprovechamiento de productos de la selva y en industria. E incluso se puede

José M. Fernández

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decir en exploraciones e investigación dadas todas las incursiones que

expediciones del mundo han venido a estudiar esta región. ¿No se pueden

conjugar todas estas actividades en un plan para el desarrollo sustentable y

humano de la población?