Brecha de Misiles - Charles Stross

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Novela.

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  • BRECHA DE MISILES

    Charles Stross

    *Premio Locus

    De Novela Corta 2007*

  • Ttulo Original: Missile Gap

    Charles Stross 2006

    Traduccin: Ral Gonzlvez

    Primera Edicin Digital: 2015

    Grupo AJEC - Ficcionbooks

    ISBN: 978-84-15156-39-0

  • NDICE

    1. Amenaza de bombardeo

    2. El viaje

    3. Arriesgarse a ir

    4. Comit de proceso

    5. Carne de can

    6. Diario del Capitn

    7. Discografa

    8. Carrera y oposiciones

    9. En la playa

    10. Hemos estado aqu antes

    11. El bote de recoleccin

    12. De camino a casa

    13. La ltima cena

    14. Pronstico reservado

    15. Rushmore

    16. Error antrpico

    17. S iempre es Primero de Octubre

  • 1. Amenaza de bombardeo

    Gregor est alimentando a las palomas cuando la alarma comienza a sonar.

    Al principio no le presta ninguna atencin a un hombre vestido con traje oscuro, delgado, de unos cuarenta y tantos aos, hombros encorvados y piel muy blanca.En ese momento los pjaros acaparan toda su atencin. Gregor permanece de pie junto a un sendero de asfalto rodeado por hierba hmeda, que parece haber sidorociada con polvo de hormign, y busca el ltimo puado de migas de pan duro en el bolsillo exterior de su gabardina. Las palomas de ciudad, sucias, tiznadas de hollny con patas malformadas, empujan a las palomas torcaces de cuello blanco, picotean y se abalanzan sobre ellas por los pedazos de pan. Gregor no sonre. Lo que para les un puado de pan, constituye un asunto de vital importancia para los pjaros, una cuestin de supervivencia. Gregor medita acerca de esa lucha aviar por lasupervivencia y su analoga con la condicin humana. Todo es cuestin de recursos limitados y de una ubicacin crucial; de la intervencin de agentes, situados ms alldel entendimiento propio de sus cerebros de ave, que les brindan manjares por los que pelearse. Entonces las sirenas antiareas comienzan a sonar.

    Las palomas se dispersan por las copas de los rboles con un estrpito de alas. Gregor se endereza y mira a su alrededor. Ni se trata de una nica sirena ni de unensayo de ataque areo. Un polica montando en bicicleta pedalea por el sendero en direccin a l, agitando una mano en su direccin.

    Eh, usted, pngase a cubierto!

    Gregor se gira y le entrega su identificacin personal.

    Dnde est el refugio ms cercano?

    El agente de polica seala en direccin a unos aseos pblicos ubicados a unos treinta metros.

    En ese stano de all. Si no consigue adentrarse en l, tendr que cobijarse tras el muro oriental y si le pilla al descubierto, agchese y resguardese en el punto msbajo que vea a su alcance. Ahora mrchese!

    El polica vuelve a subirse en su bicicleta boneshaker y se aleja por el camino antes de que Gregor logre articular una respuesta. Con una sacudida de cabeza,camina hacia los aseos pblicos hasta internarse en ellos.

    Es la maana de un da laborable a comienzos de primavera, y el guarda de los aseos parece tomarse la urgencia como un comentario personal sobre la limpieza dela porcelana de sus sanitarios. Salta de arriba abajo con inquietud y empuja a Gregor escalera de caracol abajo hasta el refugio, como si fuera un gnomo bajito ataviadocon un uniforme azul que abastece su despensa.

    Tres minutos! grita el gnomo. Agrrese fuerte en tres minutos!

    Hoy en da hay tanta gente que lleva uniformes en Londres, medita Gregor, que es casi como si creyeran que si desempean correctamente su papel en tiempos deguerra, lo inefable se ajustar a sus expectativas de un enemigo humanamente comprensible.

    Un estrpito doble rasga el aire sobre el parque y resuena hasta llegar al hueco de la escalera. Ser la salida de aviones interceptores de la RAF o de la USAF desdela gran base de cazas situada cerca de Hanworth. Gregor echa un vistazo a su alrededor. Ve a un par de jardineros zafios, sentados en los bancos de madera en el interiordel tnel de hormign del refugio y a un sujeto vestido con traje, uno de esos tipos con mala fama que trabaja en el centro financiero de Londres. Est apoyado contra lapared y juguetea malhumorado con un cigarrillo mientras lanza una mirada de odio hacia las seales de PROHIBIDO FUMAR.

    Menudo fastidio, eh? dice gruendo mientras mira en direccin a l. Una leve sonrisa se dibuja en el rostro de Gregor, quien responde no sabra decirle conun acento hngaro que traiciona su estatus de refugiado. (Otro estruendo snico sacude los urinarios e indica as el paso de ms cazas). El hombre de negocios de malacara debe ser su contacto, Goldsmith. Le echa un vistazo al contador del refugio. El indicador del dial gira lentamente en seal de la ausencia de radn y lluvia radiactiva.Es momento de entablar una conversacin trivial, una especie de acicalamiento de primates verbal:

    Sucede a menudo?

    El empresario bravucn se relaja y re para sus adentros. Habr etiquetado a Gregor como a un visitante de tierras lejanas, seguramente de los nuevos dominios dela OTAN en el extranjero donde han acomodado a la ltima oleada de refugiados expulsados por los comunistas. Al fijarse en la copia de The Telegraph en posesin deGregor, as como del estampado a rayas de su corbata, el hombre de negocios se habr dado cuenta de que Gregor supone algo ms para l.

    Usted debera saberlo, ha tardado lo suyo en llegar aqu. Viene a menudo para visitar la primera lnea del frente?

    Estoy aqu con ustedes en este bnker exclama Gregor encogindose de hombros. En una superficie circular no existe primera lnea. Con cautela, se sientaen el banco frente al empresario. Un cigarrillo?

    Si no le importa. El hombre de negocios toma prestada la pitillera de Gregor con un gesto triunfal. Una vez aceptado ese simblico ofrecimiento de paz, ambospermanecen sentados en silencio durante varios minutos, a la espera de descubrir si se trata de la llamada a escena para la Cuarta Guerra Mundial o solamente de suavance.

  • Una nota distinta se propaga hasta el hueco de la escalera, es el tono gorjeador que indica va libre. Los bombarderos soviticos han vuelto a casa despus dehaberle hecho cosquillas de nuevo a la cola achaparrada del len desgreado. El gnomo de los aseos corre hacia el hueco de la escalera agitando los brazos hacia elloscomo si fuera un molino:

    Est prohibido fumar en el bnker nuclear! grita. Fuera de aqu! Largo, he dicho!

    Gregor regresa a Regents Park para terminar de deshacerse de las migas de pan duro y llevar el contenido de su pitillera de vuelta a la oficina. El empresario an nolo sabe, pero va a ser arrestado y su camarilla de ingleses nacionalistas/neutralistas recluida. Mientras tanto, Gregor ser llamado de nuevo a Washington DC. Esta es sultima visita, al menos en conexin con esta misin en particular. Se avecinan tiempos difciles para las palomas torcaces.

  • 2. El viaje

    Es una noche sin luna y el remolino teido de rojo de la Va Lctea yace bajo el horizonte. Hay demasiada oscuridad para leer el peridico, pues la nica iluminacincon la que se cuenta es la luz deslumbradora de los pinchazos blancos y rojizos de Lucifer.

    Maddy es lo suficientemente mayor como para recordar una poca en la que la noche era distinta, la oscuridad acechaba el paraso y la Va Lctea era un jirnhilado y marchito esparcido por medio cielo. Una poca en la que las ominosas esferas soviticas emitan pitidos y canturreaban a su paso por el horizonte que sedoblaba, cuando pi dominaba la geometra, la astronoma tena sentido y los hombres serios con gafas de concha y acento alemn pensaban en ir a la Luna. Dos deoctubre de 1962, ese el da en que todo cambi, el momento en que la vida dej de tener sentido. (Por supuesto haba perdido todo sentido por primera vez unos dasantes, cuando los U2 sobrevolaron los emplazamientos de misiles en Cuba, pero haba diferencias entre la locura de una poltica arriesgada lase los golpes en lamesa de Naciones Unidas que Kruschev dio con su zapato al grito de os enterraremos! y la posterior ensoacin de una Tierra plana, la destruccin de la Historiay la inmersin total en esta pesadilla de geografa revisionista).

    Pero volvamos al aqu y ahora, Maddy se encuentra sentada en la cubierta de un transatlntico en su viaje de alguna parte a ninguna, enfadada porque Bob estemborrachndose con los muchachos de la cubierta F, gastndose de nuevo la preciada subvencin que les fue concedida. Hay demasiada oscuridad para leer la hojainformativa diaria del barco (titulares borrosos mimeografiados, procedentes de un mundo que ya empieza a desvanecerse con el despertar del barco). Pasarn al menosdos semanas hasta la prxima recalada (que acontecer en un depsito de reabastecimiento en algn punto de lo que los topgrafos de la Administracin NacionalOcenica y Atmosfrica denominaban, en una muestra de ingenio sin precedentes, el Ocano Profundo) y Maddy est aburrida como una ostra.

    Cuando se apuntaron para conseguir los billetes de embarque a fin de emigrar, Bob haba bromeado: Un viaje de seis meses? Despus de unas vacaciones as nosalegraremos de volver a trabajar!. Pero, de alguna manera, la absoluta enormidad de la situacin no cal hasta la cuarta semana sin vista a tierra. En esas cuatro semanasatravesaron lentamente una extensin de ocano superior al Pacfico y solamente se detuvieron en dos ocasiones a repostar de barcazas herrumbrosas. Sin embargo, solollevaban recorrida una sexta parte del viaje hasta el continente F204, Nueva Iowa, inmersos como la mayor de las incongruencias en el ocano que sustituy loshorizontes del mundo el 2 de octubre de 1962. Dos semanas despus cruzaron Los Radiadores, que se abren paso desde las profundidades ocenicas hasta laestratosfera, aletas negras tan altas como el Everest que peinan con sus dedos las corrientes acuosas. Ms all de ellos, el calor tropical del Pacfico daba paso al frosubrtico del Ocano Profundo. Al navegar entre ellos, el barco quedaba reducido a las proporciones de una cucaracha que avanzaba lentamente por un can situadoentre rascacielos. Maddy le haba dedicado una mirada a estos guardianes del ocano interplanetario, se haba estremecido y retirado despus a su estrecho camarote, enel que haba permanecido durante los dos das que tardaron en rebasar los bloques y navegar fuera de ellos.

    Hasta que Maddy le rega, Bob no dej de hablar sobre el hecho de que los cientficos de la ANOA seguan tratando an de comprender de qu materiales estabancompuestos los bloques. Bob pareca no entender que representaban los barrotes de una celda. Lo que l vea como un canal navegable tan ancho como el Canal de laMancha y una puerta hacia el futuro, Maddy lo interpretaba como un indicio de que su vida pasada haba llegado a su fin.

    Ojal su padre y Bob no hubieran discutido. Ojal su madre no hubiera intentado discutir con ella sobre Bob. Apoyada en la barandilla, Maddy suspira y uninstante despus se lleva un susto tremendo cuando un hombre desconocido se aclara la garganta detrs de ella.

    Disculpe, no pretenda importunarla.

    No pasa nada contesta Maddy tratando de ocultar su irritacin. Ya iba a abandonar la cubierta.

    Lstima, hace una noche preciosa afirma el desconocido, que se gira y sita un maletn sobre la barandilla para manipular los pestillos. No hay ni una nube ala vista, perfecto para observar las estrellas. Maddy se fija en l. Tiene pelo corto, una ligera panza y el rostro preocupado de un hombre de treinta y tantos. Absortoen algo parecido al trpode de un fotgrafo, el desconocido no mira hacia atrs.

    Es un telescopio? le pregunta ella a la vez que observa el aparato cilndrico y achaparrado contenido en el estuche.

    S. Se produce una pausa incmoda. Me llamo John Martin. Y usted?

    Maddy Holbright. Algo en su actitud insegura hace que se sienta a gusto. Va usted tambin a los asentamientos? No le haba visto por aqu.

    John endereza el trpode, tensa las juntas de las patas y las atornilla hasta que quedan fijas.

    No soy un colono, sino un investigador. Dispongo de cinco aos, con todos los gastos pagados, para investigar un nuevo continente. Con cuidado, levanta elcuerpo del telescopio y lo coloca sobre la plataforma. Despus, procede a apretar los tornillos. Se supone que tengo que apuntar al cielo con este artilugio y realizarobservaciones regulares. En realidad soy entomlogo, pero hay tantas cosas que hacer que supongo que quieren que me convierta en un facttum.

    As que le hacen cargar con un telescopio, no? Creo que nunca he conocido a un entomlogo.

    Un cazador de bichos con telescopio es algo bastante inesperado confiesa John mostrndose de acuerdo con ella.

    Intrigada, Maddy lo observa mientras atornilla el visor en su sitio, despus saca un cuaderno de notas y anota algo.

    A qu est mirando?

  • Hay una buena vista de S-Doradus desde aqu dice mientras se encoge de hombros. Ya sabes, Lucifer y sus dos pequeos ngeles.

    Maddy echa un vistazo al violento alfiler de luz, pero retira los ojos antes de que pueda quemarle. Es una estrella, pero brilla lo suficiente como para ahuyentar las

    sombras hasta una distancia de medio ao luz.

    Los discos?

    S saca el cuerpo de una cmara de su bolsa, una Bronica rechoncha y vieja, de antes de que los soviticos se tragaran toda Alemania y Suiza. Con cuidado laenrosca sobre el visor del telescopio. El Instituto quiere que tome una serie de fotografas de ellos, nada glamuroso, tan slo lo mejor que este reflector de ochopulgadas pueda hacer, a lo largo de seis meses, as que acoto la posicin del barco en el mapa. Hay un telescopio ms grande en la bodega para cuando llegue, y hablansobre enviar un astrnomo de verdad uno de estos das, pro mientras tanto quieren fotografas de noventa y cinco mil kilmetros a travs del disco. Para el paralaje, demodo que puedan descubrir cmo de rpido se mueven los discos.

    Los discos parecan abstracciones distantes para ella, pero el entusiasmo de John era difcil de ignorar. Crees que sern como eh... aqu? ella no dicecomo en la Tierra, todo el mundo sabe que esto ya no es la Tierra. No del modo en que sola serlo.

    Quiz se entretiene durante un minuto con un carrete de fotos. Hay oxgeno en sus atmsferas, sabemos eso. Y son lo suficientemente grandes. Pero aunqueestn a un ao luz ms cerca que las estrellas, sigue siendo demasiado lejos para los telescopios.

    O los cohetes lunares dice ella ligeramente melanclica. O los sputniks.

    Si esas cosas siguieran funcionando. La pelcula est dentro, John inclina el telescopio y lo dirige hacia el primero de los discos, a un par de grados de Lucifer(los discos son invisibles al ojo desnudo; l usa el telescopio para ver la luz reflejada de ellos). Te acuerdas de la Luna? pregunta mirndola.

    Maddy se encoge de hombros.

    Slo era una nia cuando ocurri, pero vi la Luna, algunas noches. Y durante el da tambin.

    No como los nios de hoy en da. Diles que solamos vivir en una gran esfera rodante, y te mirarn como si estuvieras loco.

    Qu es lo que creen que les dir las velocidades de los discos? pregunta ella.

    Si tienen tanta masa como este; de qu podran estar hechos. Qu podran decirnos acerca de quines los hayan construido se encoge de hombros. No mepreguntes, slo soy un cazador de insectos. Estos asuntos son mucho ms grandes que los bichos. Se re quedamente. Hay todo un mundo nuevo all afuera.

    Ella asiente con seriedad y entonces lo ve realmente por primera vez.

    S, supongo que lo es.

  • 3. Arriesgarse a ir

    Dgame camarada coronel, qu sinti en realidad?

    El camarada coronel se re incmodo. Tiene cuarenta y tres aos y conserva su aspecto delgado y aniado, aunque lleva consigo una melancola silenciosa como sifuera su nube de tormenta particular.

    Estaba muy ocupado todo el tiempo, dice mientras se encoje de hombros en un gesto de autodesprecio. No tena tiempo para pensar en m. Una rbitaduraba slo noventa minutos, qu esperaba? Si de verdad quiere saberlo, Gherman es su hombre. l tuvo ms tiempo.

    Tiempo. Su interrogador suspira y echa su silla hacia atrs apoyndola sobre dos patas. Es muy vieja, una valiosa Queen Anne autntica, un regalo a algnque otro zar muchos aos antes de la Revolucin de Octubre. Menudo chiste. Noventa minutos, dos das, eso es lo que tuvimos antes de que ellos nos cambiaran lasreglas.

    Ellos, camarada presidente? El coronel pareca desconcertado.

    Quienes sean. El ligero movimiento de mano del presidente enmarca medio horizonte de la ricamente panelada oficina del Kremlin. Menudo chiste. Quienquiera que fueran, al menos nos evitaron una buena paliza en Cuba por culpa de la sabandija de Nikita. Hace una pausa y despus juguetea con el vaso de vino quedescansa, medio vaco, ante l. El coronel tambin tiene un vaso, pero el suyo est lleno de mosto, en consideracin con sus problemas pasados. Los quienes sean alos que me refiero son, por supuesto, los hermanos socialistas de las estrellas que nos han trado hasta aqu. Sonre sin ganas, su rostro se arruga como el morro deltiburn cuando huele sangre en el agua.

    Hermanos socialistas. El coronel esboza una sonrisa dudosa, se pregunta si se tratar de una broma, y de ser as, si le estar permitido compartirla. Sigue sinestar seguro de por qu el primer ministro lo est entrevistando en su oficina privada. Sabemos algo de ellos, seor? Es decir, se supone que yo

    Es igual. Aleksey hace un ruido con la nariz, restando importancia a las preocupaciones del coronel. S, se le permite saberlo todo en lo referente a esteasunto. El problema es que no hay nada que saber, y eso me preocupa a m, Yuri Alexeyevich. Inferimos intencionalidad, el funcionamiento de un motor de una historiamayor, pero la dialctica se mantiene muda a este respecto. He consultado a los expertos, les he pedido que lean las entraas de los pollos, pero ninguno es capaz dehacer otra cosa que repetir como un loro el dogma preevento: cualquier especie capaz de hacernos lo que ocurri aquel da sin duda debe haber cultivado elComunismo autntico, camarada primer ministro! Mire lo que hizo por nosotros! (Eso lo dijo Schlovskii, por cierto.) Y s, miro y veo seis ciudades en las que nadiepuede vivir, naves que se niegan a mantenerse en el cielo, y un paisaje que Sakharov y ese atajo de listillos intelectuales no saben cmo explicarme. Hay jodidosmilagros, maravillas y portentos en el cielo, como una galaxia de la que se supone que formbamos parte y ahora es un milln de aos ms vieja, y muestra enormesrasgos de construccin en ella. En nuestro mundo racional no hay sitio para milagros y maravillas, y le est provocando lceras estomacales al camarada secretariogeneral, Yuri, al camarada secretario general, lo saba?

    El coronel se puso derecho en su silla, anticipando la frase final chistosa: es un hecho sabido por todos a lo largo y ancho de la URSS que cuando Brezhnev dicerana, el primer ministro croa. Y all est l, en el despacho del primer ministro, observando a ese mismo hombre, Aleksey Kosygin, presidente del Consejo deMinistros, el tercer hombre ms poderoso de la Unin Sovitica, respirando profundamente.

    Yuri Alexeyevich, lo he trado hoy aqu porque quiero que colabore en el bienestar del estmago de Leonid Illich. Usted es aviador y un hroe de UninSovitica, y lo que es ms importante, es lo suficientemente listo como para realizar el trabajo y lo suficientemente joven como para completarlo, no como los viejosque abarrotan Stavka. (Y va a llevar ms de una vida catalogarlo, acurdese de lo que le digo.) Tambin es, disculpe mi franqueza, tan til como una quinta rueda en supuesto actual: hemos de enfrentarnos a la realidad, y lo cierto es que ninguno de los pjaros de Korolev volver a volar jams, ni siquiera con el impulsor de bombaatmica ese en el que han estado trabajando. Kosygin suspira y se estira en su asiento. Sencillamente no hay razn para mantener el Centro de Formacin deCosmonautas. Se ha redactado un borrador de decreto y se aprobar la semana que viene: se va a poner fin al programa de cohetes tripulados y el cuerpo decosmonautas ser reasignado a otras tareas.

    El coronel se sobresalt.

    Es eso absolutamente necesario, camarada presidente?

    Kosygin vaca su vaso de vino, y decide pasar por alto la crtica implcita.

    No tenemos recursos para malgastarlos. Pero, Yuri Alexeyevich, toda esa formacin no est perdida. Esboza una sonrisa de lobo. Tengo nuevos mundospara que los explores, y una nave nueva para que lo hagas.

    Una nave nueva. El coronel asiente y repite aturdido. Una nave?

    Bueno, no es un puetero caballo, dice Kosygin. Desliza una fotografa brillante a lo ancho de su papel secante hacia el coronel. Los tiempos hanavanzado. El coronel parpadea confuso mientras trata de encontrarle sentido a la cosa que aparece en el centro de la fotografa. El primer ministro observa su rostro,divertido para sus adentros: la primera reaccin de todo el mundo ante la cosa de la fotografa es la misma, confusin.

    No estoy seguro de entenderlo, seor

  • Es bastante sencillo: est entrenado para explorar nuevos mundos. Sin usar los cohetes no se puede. Los cohetes jams entrarn en rbita. He logrado que a losastrnomos les de un ataque de nervios intentando explicarme el por qu, pero todos coinciden en el punto clave: los cohetes no nos sirven para esto. Hay algo que nova bien con la gravedad, dicen que incluso aplasta las estrellas que caen. El presidente golpea con un dedo carnoso la fotografa. Pero usted lo puede hacer con esto.Nosotros lo hemos inventado y no los condenados americanos. Se llama Ekranoplano, y ustedes, los chicos de los cohetes, van a dejar de ser cosmonautas varados yvan a aprender a hacerlo volar. Qu piensa, coronel Gagarin?

    El coronel silba sin meloda entre dientes: por fin ha entendido la proporcin. Parece un barco volador con alas recortadas y motores de reaccin pegados a amboslados de la cabina del piloto, pero ningn barco ha escapado jams con un refuerzo de MiG21 en la parte de atrs.

    Es ms grande que un crucero! Funciona con energa nuclear?

    Por supuesto. La sonrisa del presidente se desvanece. Cuesta tanto como esos cohetes para la Luna de Sergei, coronel. Intente que no se le caiga.

    Gagarin levanta la vista, sorpresa y temor visibles en su rostro.

    Seor, me siento honrado, pero

    No lo est. Lo interrumpe el presidente. Iba a ser ascendido de todos modos. La posicin que viene con l le proporcionar tantos honores como esaprimera rbita. Una segunda oportunidad en el espacio, si lo prefiere. Pero no puede fallar: el coste es impensable. No es su pellejo el que pagar las consecuencias, estoda nuestra nacin racionalista. Kosygin se inclina hacia delante con vehemencia. Ah fuera, en algn lugar, hay seres tan avanzados que pelaron la Tierra como sifuera una uva y la emplataron en este disco, o peor, nos copiaron hasta el nivel atmico y nos duplicaron como una de esas mquinas Xerox americanas. Sin embargo,no somos slo nosotros. Sabe que existen otros continentes y ocanos. Creemos que algunos tambin deben estar habitados, es lo nico que tiene sentido. Su misin esllevar el Sergei Korolev, la primera nave de su clase, en un viaje histrico de cinco aos de duracin. Se aventurar donde ningn otro hombre de la Unin Sovitica hallegado jams, explorar nuevos mundos y buscar nuevas gentes, y establecer relaciones fraternales socialistas con ellos. Sin embargo, su principal objetivo esdescubrir quin construy esta ratonera gigante de mundo, y por qu nos trajeron a aqu, e informarnos antes de que los americanos se enteren.

  • 4. Comit de proceso

    Los cerezos florecen en Washington DC, y Gregor suda con el calor del verano. Se ha hecho al fro relativo de Londres y este cambio de clima al que est pocoacostumbrado lo ha desorientado. El jetlag es ya algo del pasado, una pequea muestra de misericordia, pero sigue habiendo ajustes que hacer. Como el disco esplano, la fuente de luz diurna, llamas solares procedentes de un disco de acumulacin en el interior del agujero axial, como lo llaman los cientficos, y que no significanada para la mayora de la gente, crece y encoje lo mismo sin importar dnde se encuentre la persona.

    Hay un edificio de oficinas de cemento de estilo aos sesenta con una sala de conferencias amueblada en ocre oscuro y naranja, sillas cromadas y grabados deKandisky en las paredes: todo muy setentero. Gregor espera fuera de la sala hasta que suena el timbre y la recepcionista levanta la vista de detrs de la mquina deescribir IBM y dice:

    Ya puede pasar, le esperan.

    Gregor entra. Es uno de los gajes del oficio, pero en ningn caso el peor, en su lnea de trabajo.

    Sintese. Es Seth Brundle, el jefe de la divisin de Gregor, un funcionario de aspecto gris, ms experto en dar pualadas por la espalda en la oficina que enasesinatos de campo oportunos. Su tapadera, como la de Gregor, es un puesto aparentemente inofensivo en la Oficina de Valoracin Tecnolgica. En realidad, tanto lcomo Gregor trabajan para otra agencia del gobierno, aunque la supuesta tarea es la misma: identificar las amenazas tecnolgicas y acabar con ellas antes de que emerjan.

    Brundle no est solo en la sala. Procede a hacer las presentaciones:

    Greg Samsa es nuestro jefe de estacin en Londres y especialista en inteligencia cientfica. Greg, este es Marcus.

    El alemn calvo de rostro delgado con el traje elegante asiente con la cabeza y sonre desde detrs de sus gafas de concha.

    Consultor civil. Gregor desconfa a primera vista. Marcus es un desertor, un antiguo espa de la Stasi antes de las purgas de Brezhnev a mediados de lossesenta. Lo que proporciona una apariencia interesante a esta reunin.

    Murray Fox, de Langley.

    Hola, dice Gregor, a la vez que se pregunta qu especie de loca masa poltica crtica est intentando montar Stone. Los equipos padre de Langley y Brundle nisiquiera se hablan, por decirlo suavemente.

    Y otro especialista civil, el doctor Sagan Greg asiente mirando al doctor, un tipo delgado de brillantes ojos marrones y pelo largo estilo hippie. Greg tienealgo que decirnos en persona dice Brundle. Algo muy interesante de lo que se enter en Londres. Sin citar fuentes, por favor, Greg.

    Sin citar fuentes repite Gregor. Coge una silla y se sienta. Ahora que est aqu supone que tendr que ejercer el rol que Brundle le asign en el informeconfidencial que ley durante en el largo vuelo a casa. Noticias de una fidedigna fuente Inteligencia afirman que los rusos tienen se pone el puo en la boca y tose. Disculpe. Echa una mirada a Brundle. Podemos hablar de la COLECCIN RUB?

    Todo est aclarado dice Brundle secamente. Por eso pone comisin mixta en el encabezado.

    Ya veo. Mi invitacin era algo tajante. Gregor reprime un suspiro que parece decir, slo me topo con asuntos urgentes; como se supone que voy a saber loque va a pasar y quien sabe que? Entonces, qu hacemos aqu?

    Piense en ello como una puesta en comn de lo que sabemos dice Fox, el hombre de la CIA. No parece muy entusiasmado.

    Estamos aqu para averiguar que es lo que est pasando con la ayuda de ciertos recursos de Inteligencia provenientes del otro lado del Teln.

    El Doctor Sagan, que haba estado escuchando en silencio con la cabeza inclinada como si de un inteligente mirlo se tratara, levanta una ceja.

    S? pregunta Brundle.

    Yo, ehm, le importara explicrmelo? Es la primera vez que asisto a uno de estos comits.

    La primera vez, sin duda, piensa Gregor. Es un milagro que Sagan haya superado la investigacin previa a la candidatura: es demasiado amigo de esos astrnomosrusos que estn claramente controlados por el Primer Departamento de la KGB. Por supuesto se ha manifestado totalmente a favor de los objetivos de la polticaextranjera actual, que va totalmente en contra de los valores de la administracin McNamara.

    Un CAB es una comisin mixta que depende directamente de la Oficina Central de Informacin compuesto por una lite de expertos provenientes de laComunidad de Inteligencia Gregor lo recita en un tono aburrido. Dejando a un lado los detalles, formamos parte de un consejo de sabios que est por encima de losprocedimientos burocrticos y responde ante la Oficina de Tecnologa, que hace de intermediario con el director de la Central de Inteligencia. El objetivo no es reflejar la

  • agenda de ningn departamento, si no ser un nexo que d sinergia a nuestras lateralidades. Se form tras el fiasco de Cuba para asegurarse que nunca volvamos aencontrarnos en ese tipo de callejn sin salida por culpa de cualquier tipo de pensamiento de grupo accidental. Una de las reglas del proceso del CAB es que tiene queincluir al menos un disidente: a diferencia de los rojos nosotros sabemos que no somos perfectos. Gregor le lanza una mirada a Fox, que toma la acertada decisin depermanecer callado.

    Oh, ya veo dice Sagan no muy convencido. Y con ms fuerza: entonces por eso estoy aqu? Es esa la nica razn por la que me habis sacado de Cornell?

    Por supuesto que no, Doctor afirma Brundle mirando mal a Gregor. El desertor de Alemania del Este, Wolff, mantiene un silencio petulante que parece decirEstoy por encima de todo esto. Estamos aqu para encontrar recomendaciones polticas que nos permitan abordar el tema principal. El complejo tema principal.

    Los Constructores dice Fox. Estamos aqu para determinar que opciones tenemos en caso de que aparezcan y realizar recomendaciones sobre el curso deaccin apropiado. Se les ha elegido por su experiencia en el, ehm, el SETI.

    Sagan le mira no muy convencido.

    Pensaba que eso era obvio dice.

    Eh?

    No tenemos eleccin explica el joven profesor con una sonrisa irnica. Puede un nido de termitas negociar con una superpotencia nuclear?

    Brundle se echa hacia delante.

    Esa no es una posicin algo radical? Tiene que haber cierta capacidad de maniobra. Sabemos que esto es una construccin artificial, pero presumiblemente losconstructores siguen vivos. Incluso aunque la piel se les haya vuelto verde y tengan seis ojos.

    Dios mo Sagan se echa hacia delante con la cara sobre las manos. Un momento despus Gregor se da cuenta de que se est riendo.

    Disculpe Gregor echa un vistazo alrededor. Es el desertor alemn, Wolff, o como se llame. Herr Profesor, podra explicarme que es lo que encuentra tandivertido?

    Un momento despus Sagan se reclina, mira al techo y suspira.

    Imaginen por un momento un colosal disco de vinilo. El interior de su agujero tiene un radio de media unidad astronmica ciento cincuenta millones dekilmetros. El radio del permetro exterior es desconocido, pero probablemente ronde las dos UAs y media, trescientos setenta y cinco millones de kilmetros. Elgrosor del disco tambin se desconoce las ondas ssmicas son reflejadas por una capa rgida similar a un espejo que se encuentra a unos mil trescientos kilmetros deprofundidad pero estimamos una altura de trece mil kilmetros suponiendo que su densidad sea similar a la de la Tierra. La gravedad de la superficie tambin essimilar a la de nuestro planeta, y teniendo en cuenta que hemos sido trasladados aqu y sobrevivido es evidente que se trata de un entorno favorable para nuestro tipo devida. La nica diferencia parece ser el desmesurado tamao.

    El astrnomo se sienta y contina.

    Alguno de ustedes, caballeros, tiene idea de lo ridculamente poderoso que es quienquiera que haya construido esta estructura?

    A que se refiere con ridculamente poderoso? pregunta Brundle, ms interesado que molesto.

    Un colega mo, Dan Alderson, hizo el primer anlisis. Creo que habran hecho mejor en traerle a l, francamente. De todas maneras, djeme detallar variospuntos: El primero es la velocidad de escape. Sagan levanta un dedo huesudo. La gravedad en un disco no disminuye en funcin de la ley cuadrtica inversa, tal ycomo lo hara con un objeto esfrico como el planeta del que provenimos. Tenemos una gravedad similar a la de la Tierra, pero para escapar o alcanzar la rbitanecesitaramos muchsima ms velocidad. Como doscientas veces ms, de hecho. Cohetes que pueden alcanzar la Luna simplemente caen del cielo tras quedarse sincombustible. Segundo punto: otro dedo. El rea y la masa del disco. Si tiene dos caras su superficie es igual a la de miles y miles de millones de Tierras. Estamosatrapados en el centro de un ocano lleno de continentes aliengenas, pero no tenemos garantas de que este entorno hospitalario sea otra cosa que un diminuto oasis enun mundo desconocido.

    El astrnomo hace una pausa para servirse un vaso de agua y mirar alrededor de la mesa.

    Para ponerlo en perspectiva, caballeros, este mundo es tan grande que, s una de cada cien estrellas tuviera un planeta como la Tierra, esta estructura por si solapodra albergar a la poblacin de toda nuestra galaxia. Su tamao es tan colosal como el de cincuenta mil soles. Es, claramente, imposible: fuerzas fsicas todavadesconocidas evitan que se desmorone rpidamente y se convierta en un agujero negro. La fuerza repulsiva, cualquiera que sea, es lo bastante fuerte como para sostenerel peso de cincuenta mil soles: piensen en ello por un momento, caballeros.

    En ese momento Sagan mira a su alrededor y se percata de las miradas perplejas. Se re entre dientes.

    Lo que quiero decir es, que esta estructura escapa a las leyes de la fsica tal y como las entendemos. Al estar claro que existe, podemos llegar a algunasconclusiones, comenzando por el hecho de que nuestro entendimiento de la fsica es incompleto. Bueno, eso no es nuevo: sabemos que no poseemos una teora que lounifique todo. Einstein estuvo treinta aos buscando una, y no la encontr.

    Pero, en segundo lugar por un momento parece cansado y envejecido. Solamos pensar que podramos llegar a entendernos con cualquier criatura

  • extraterrestre con la que entrramos en contacto: Que seran gente como nosotros, aunque con tecnologa ms avanzada. Creo que esa es la mentalidad bajo la quetodava estamos trabajando. En el 61 llevamos a cabo una lluvia de ideas durante una conferencia, intentando hacernos una idea de lo grande que podra llegar a ser unproyecto de ingeniera que permitiera a cualquiera viajar por el espacio. Freeman Dyson, de Princeton, propuso algo ms grande de lo que ninguno de nosotros hubieraimaginado: algo que necesitaba que nos imaginramos el desmantelamiento de Jpiter y su conversin en un lugar habitable.

    El disco es aproximadamente cien millones de veces ms grande que la esfera de Dyson. Y eso sin tener en cuenta el factor tiempo.

    Tiempo? Repite confuso Fox, de Langley.

    Tiempo. Sagan sonre de forma algo mecnica. No estamos precisamente cerca de nuestra galaxia originaria, y quien sea que nos ha desplazado hasta aqu noha podido alterar las leyes de la fsica lo suficiente como para violar los lmites de la velocidad. A velocidad luz se tardara aproximadamente 160.000 aos en cruzar ladistancia entre el lugar donde vivamos hasta nuestro actual emplazamiento, en la Pequea Nube de Magallanes. El tiempo que hemos fijado, incidentalmente, midiendola distancia a las estrellas variables Cefeidas que conocemos una vez fuimos capaces de medir el desplazamiento hacia el rojo de la luz y el hecho de que algunascambiaban su frecuencia lentamente y ya parecan haber cambiado mucho; es segn nuestra mejor estimacin ochocientos mil aos, con un margen de error dedoscientos mil. Es aproximadamente cuatro veces ms del tiempo que lleva existiendo nuestra especie, caballeros. Somos fsiles, un experimento arqueolgico o algunacosa as. Los que nos abdujeron no nos consideran sus iguales, si no sujetos de un vasto experimento. Un experimento del cual desconozco el propsito. Tengo algunasconjeturas, pero...

    Sagan se encoge de hombros y se queda en silencio. Gregor mira a Brundle, que niega suavemente con la cabeza. No deberamos decir segn que. Gregor asiente.Sagan podra darse cuenta de que est en la misma habitacin que un espa de la CIA y un desertor de Alemania del Este, pero an no necesita saber nada del Servicio deAlienacin.

    No lo pongo en duda dice Fox, dejando caer las palabras como piedras en el vaco silencio. Pero debemos abordar una cuestin, que vamos a decirle aldirector de la CIA?

    Sugiero dice Gregor que comencemos revisando la COLECCIN RUB. Le hace un gesto a Sagan. Entonces, cuando estemos metidos en materia,puede que nos hagamos una mejor idea de la informacin til que podemos transmitirle al director.

  • 5. Carne de can

    Madeleine y Robert Holbright son de los ltimos inmigrantes en desembarcar en el nuevo mundo. Mientras ella echa un vistazo al brillante al blanco lateral deltransatlntico, el horizonte parece girar alrededor de su cabeza, desembocando en un nuevo y extrao estasis tras seis meses de mar

    Nuevo Iowa ni es plano ni es nuevo: escarpados acantilados se ciernen a ambos lados del almacn antinaturalmente grande (excavado en la roca por cortesa deGeneral Atomics). Un ral funicular movido por engranajes transporta a Maddy, Robert y sus cuatro bales a travs del acantilado de ms de mil metros de altura hastala meseta y la ciudad portuaria de Fort Eisenhower, y desde all hasta el campamento de orientacin.

    Maddy es callada y retrada, pero Bob, no totalmente consciente de la situacin, habla constantemente de oportunidades y trabajos y sobre hacerse con un trozode tierra para construir una casa.

    Es el nuevo mundo acaba diciendo: por qu no ests emocionada?

    El nuevo mundo repite Maddy, resistiendo el impulso de decir algo tajante. Mira por la ventana mientras el tren asciende por la ladera del acantilado hasta quela ciudad se hace visible. Aunque ciudad no es la palabra correcta, ya que implica solidez y permanencia. El Fuerte Eisenhower tiene menos de cinco aos, una heridaleucmica infligida al paisaje por el Cuerpo de Ingenieros. El edificio ms alto es la mansin del gobernador, de tres plantas. Desde un punto de vista arquitectnico escomo si mezclara el Salvaje Oeste con la Era de los Radares, sencillas casas de pino contrastan con los grandes compartimentos grises de hormign llenos de misilesPatriot apuntando hacia el mar para disuadir la inevitable invasin de las hordas comunistas.

    Es tan plano.

    Las colinas ms cercanas estn a ms de trescientos kilmetros de aqu, pasada la planicie costera. Es que no has mirado el mapa?

    Ella ignora su pequea indirecta mientras el tren chirra y cruje en su ascenso por el acantilado. Finalmente, con un resuello asmtico, se detiene junto a un andnde madera, agonizando con un regeldo de vapor condensado. Una hora ms tarde, agotados y sudorosos, se encuentran en la entrada de un edificio anodino de lminasde madera. Hay un amplio vestbulo con una fila de mesas, un grupo aburrido que parece la administracin colonial britnica y gente que avanza de una posicin a otracon un montn de papeles en las manos, respondiendo a preguntas en voz baja y recibiendo sellos oficiales. Los aspirantes a colonialistas se arremolinan como ganadoangustiado entre las montaas de equipaje al fondo de la habitacin. Maddy y Robert esperan en la cola, incmodos en el calor hmedo de la tarde, escuchandofragmentos de conversacin: Pas de procedencia?... Estudios?...S, pero cual fue su ltimo trabajo? Religin y raza (casi una cuarta parte de las personaspresentes en el hall son refugiados de la India o Pakistn, o de algn otro lugar perdido para siempre en el misterioso Oriente) parecen obsesionar a los oficiales.

    Robert? susurra ella.

    Todo ir bien le dice l con falsa seguridad, apropindose el rol de su padre, intentando aparentar ser el cabeza de familia. Ella le mira de soslayo,arrebatndole lo que le queda de confianza. Entonces, les llega el turno.

    Nombre?, pasaporte?, pas de origen? el tipo del bigote es brusco, y parece aburrido e irritado por el calor.

    Robert le sonre:

    Robert y Madeleine Holbright, de Canad dice ofrecindole los pasaportes.

    Aj Los oficiales someten los documentos a una inspeccin a la americana. Qu estudios tiene?, qu haca en su ltimo trabajo?

    Yoeh, trabajaba media jornada en un garaje, mientras estudiaba en la universidad. Haca el ltimo ao de carrera en Toronto, Ingeniera Estructural, pero nohice los exmenes finales. MaddyMaddy es paramdico diplomada.

    El oficial fija su mirada en ella:

    Tiene experiencia? Ha trabajado en ello?

    Qu? Eh no. Me acabo de licenciar el repentino interrogatorio la pone nerviosa.

    Aj el oficial hace una crptica anotacin junto a sus nombres en una enorme lista, una lista que se le sale del escritorio y cae colgando hacia el tosco suelo.Siguiente! les devuelve los pasaportes y un par de tarjetas y les hace una seal para que se dirijan hacia la hilera de mesas.

    Alguien ha ocupado ya su lugar en la cola cuando Maddy puede leer las tarjetas. La suya dice: APRENDIZ DE ENFERMERA. Robert se queda mirando lasuya, diciendo:

    No, esto est mal!

  • Qu pasa, Bob? mirando sobre su hombro en el momento que alguien lo empuja a un lado. Su tarjeta dice: OBRERO (trabajador no cualificado); pero notiene tiempo de leer el resto.

  • 6. Diario del Capitn

    Yuri Gagarin se saca los zapatos de una patada, se afloja la corbata, y se reclina en su asiento.

    Hace ms calor que en la dichosa Cuba se queja.

    Usted ha estado en Cuba, no jefe? su compaero, an de pie, sirve un vaso de t helado y se lo pasa al joven teniente coronel antes de prepararse el suyo.

    S, gracias Misha el antiguo primer cosmonauta sonre cansino. Antes de la invasin. Sintate.

    Misha Gorodin es el nico hombre en la nave al que pueda importarle un pimiento que el capitn le ofrezca o no un asiento, pero lo agradece de todos modos: conun poco de respeto se llega muy lejosy su disposicin alegre y actitud amistosa lo diferencian bastante de otros cabronazos con los que Misha ha tenido que lidiarantes de l. Hay un tipo de oficial que piensa que porque seas un zampolit[1] ya est por encima de ti. Pero Yuri no funciona as: en cierto modo es el prototipo delnuevo hombre sovitico, el progreso personificado. Lo que le hace la vida ms fcil, porque Yuri es uno de los pocos comandantes navales a los que no ha depreocuparle lo que piensen de l sus oficiales polticos, y las cosas podran tornarse mucho ms difciles sin el engrasado del respeto que ayude a girar ese engranaje.Adems, Yuri tambin es comandante del nico buque de guerra operado por el Cuerpo de Cosmonautas, una rama de las Tropas Estratgicas de Cohetes, otraapabullante excepcin al protocolo militar estndar. En cierto modo, este destino parece querer romper todas las reglas

    Y cmo era eso, jefe?

    Un calor del demonio. Hmedo, como este. Hermosas mujeres, pero un montn de camaradas morenos que no se duchaban con la debida frecuencia: todo muyalegre, pero no podas evitar mirar al mar por encima del hombro. Sabas que all haba una base americana, incluso ya por aquel entonces? Guantnamo. Ahora ya notienen la base, pero dejaron todos los escombros por un momento Gagarin parece sombro. Hijos de puta.

    Los americanos.

    S, jodiendo de ese modo una pequea isla indefensa, simplemente porque a nosotros ya no podan tocarnos. Te acuerdas cuando tuvieron que repartir pastillasde yodo entre los nios? Y eso no era Leningrado o Gorki, la nube de residuos radioactivos: era La Habana. Yo creo que no queran admitir lo mal que estaba la cosa.

    Misha da un sorbo al t.

    Nos salvamos de milagro al carajo con la moral, por lo menos es aceptable admitir eso delante del comandante, en privado.

    Misha haba tenido acceso a algunos de los informes de la KGB sobre la capacidad nuclear de los Estados Unidos de entonces, y se le hiela la sangre al pensarlo;mientras Nikita fanfarroneaba exagerando las defensas nucleares de la Rodina, los americanos ocultaban la verdadera magnitud de su arsenal: de s mismos y frente alresto del mundo.

    S. Las cosas se estaban poniendo bien feas, de eso no hay duda: de no despertarnos por aqu, quien sabe lo que hubiera podido pasar? Por aquel entonces nossuperaban en potencia armamentstica. No creo que fueran conscientes de ello se disipa la oscura expresin de la cara de Gagarin. Se queda mirando tras la portillaabierta, la nica que abre en una cabina privada, y sonre : pero esto no es Cuba.

    El cabo que se eleva sobre la baha es testigo de ello: no hay isla tropical en la Tierra que pudiera cobijar una vegetacin tan extraa. O tales ruinas

    Desde luego que no. Pero, y qu me dice de las ruinas? pregunta Misha, apoyando su vaso de t sobre la mesa de mapas.

    S Gagarin se inclina hacia delante, quera hablar con usted de eso. Ciertamente, la exploracin est en lnea con nuestras rdenes, pero estamos un pococortos de arquelogos con experiencia, cierto? Vamos a ver: estamos a cuatrocientos setenta mil kilmetros de casa, seis zonas climticas principales, cincocontinentes, y va a pasar todava mucho tiempo antes de que tengamos colonos por aqu, no es cierto? se detiene con delicadeza. Y eso, aunque fueranfundamentados los rumores sobre la reforma del sistema penal.

    Ciertamente, estamos ante una eleccin difcil concuerda Misha amistoso, ignorando a propsito el ltimo comentario del capitn. Pero podemos dedicarlealgo de tiempo. No hay nadie ah fuera, al menos dentro del rango del vuelo de reconocimiento de ayer. Yo apostara por la prudencia del teniente Checkhov: es unhombre de una disposicin excelente.

    No veo como podramos marcharnos sin examinar las ruinas, pero tenemos recursos limitados y, en todo caso, no quiero hacer nada que provoque que laAcademia nos llame la atencin. Nada de cavar en busca de tesoros hasta que lleguen los lumbreras.

    Gagarin canturrea desentonado por un momento, y a continuacin se da una palmada en el muslo.

    Creo que haremos algunas grabaciones para la fiesta de cumpleaos del camarada secretario general. Primero aseguraremos un permetro alrededor de la playa, ledaremos a esos malditos spetsnaz[2] una oportunidad de ganarse todo el vodka que se estn bebiendo. Y entonces usted y yo, podemos llevarnos con nosotros LaFiesta de Ciencias de Primaria Dos a las ruinas ms cercanas, con luces y cmaras, hacer un registro visual, y dejar que los intelectualoides en Mosc averigen qu eslo que estamos viendo. Y en caso de que merezca la pena, volver entonces con un puado de arquelogos. Qu tiene usted que decir a eso, Misha?

  • A mi me parece del todo lgico, camarada general dijo el comisario poltico asintiendo para s.

    Entonces, eso ya es una orden, pero iremos sobre seguro. Que no hayamos visto ningn rastro de asentamiento activo, no quiere decir que no haya aborgenes

    merodeando por el bosque.

    Cmo la ltima pandilla de lagartos! Misha frunci el ceo. Pequeos cabrones prpura!

    Los terminaremos convirtiendo en comunistas ejemplares! insisti YuriUn brindis por que hagamos buenos comunistas de los hijoputa de los pequeoslagartos morados con cerbatanas que disparan a los comisarios polticos en el culo!

    Gagarin sonre malicioso y Gorodin sabe cuando le estn tomando el pelo a propsito y convoca un guio a sus ojos mientras alza su vaso para el brindis.

    Y por los venenos que no funcionen con el ser humano!

  • 7. Discografa

    ADVERTENCIA:

    La siguiente pelcula informativa est clasifica como COLECCIN RUB. De no encontrarse en posesin de estas dos acreditaciones, COLECCIN y RUB,abandone el auditorio y persnese inmediatamente ante el oficial de seguridad de la proyeccin. La divulgacin a personas no autorizadas es un delito federal castigadocon una sancin de hasta diez mil dlares o una pena de crcel de hasta veinte aos. Tienen treinta segundos para despejar el auditorio e informar al oficial deseguridad.

    VOZ EN OFF:

    Ocano: la ltima frontera.

    Durante doce aos, desde el trascendental da en el que descubrimos que habamos sido trasplantados a este mundo plano, nos enfrentamos a la inmensidad de unocano que contina hasta donde se pierde la vista. Enfrentndonos adems a la posibilidad de que el comunismo acabe propagndose a nuevos continentesinexplorados, nos hemos comprometido con una estrategia de exploracin y contencin.

    IMAGEN:

    Un cohete Atlas se eleva lentamente sobre la plataforma de lanzamiento, disparando un reguero de llamas de su cola se eleva por encima de la torre delanzamiento y desaparece en el cielo.

    CORTE A:

    Una cmara montada sobre la nariz del cohete, apuntando hacia atrs a lo largo de su flanco. La Tierra se queda atrs, desenfocada en la distancia azul. Lentamente,el cielo tras el cohete se va oscureciendo, pero la Tierra sigue ocupando gran parte de la visin del objetivo. Cae el anillo del motor de la primera fase, dejando el motorprincipal ardiendo con una llama de color azul plido: ahora es reconocible el contorno de la costa californiana. Ahora Norteamrica se reduce visiblemente. Finalmenteun perfil distinto, extrao, aparece ante la vista, como un sistema de cifrado en una extraa secuencia de comandos. El impulsor sale ardiendo y queda atrs, y la cmaraderribada captura la luz del sol que se refleja en la superficie de la fase superior del cohete Centauro al prender el motor, empujndolo ms alto y ms rpido.

    VOZ EN OFF:

    No tenemos escapatoria.

    CORTE A:

    Un meteorito cruza araando el vaco cuenco azul del cielo; desacelerando, desplegando paracadas.

    VOZ EN OFF:

    En 1962, este cohete hubiera consumido una carga til de dos toneladas para todo el trayecto hasta el espacio exterior. Eso era cuando vivamos en nuestroplaneta, una esfera achatada. La vida en un disco resulta distinta: mientras que la atraccin gravitatoria en cualquier lugar de la superficie es constante, nos vemosincapaces de salir de ella. De hecho, todo lo que lancemos hacia arriba volver a caer. Ni siquiera un cohete nuclear puede escapar a ello: segn el cientfico del JPL DanAlderson, para abandonar el disco de Magallanes sera necesaria una velocidad de escape de ms de 2.500 kilmetros por segundo. Esto se debe a que la masa de estedisco es muchas veces mayor que el de una estrella; en realidad, tiene una masa cincuenta mil veces superior a nuestro propio Sol.

    Qu es lo que impide que colapse en una esfera? Nadie lo sabe. Los fsicos especulan que la misma quinta fuerza que impuls la expansin temprana deluniverso se refieren a ello como quinta esencia ha sido aprovechada por los creadores del disco. Pero la cruda verdad es, nadie est seguro de ello. Tampocoentendemos cmo llegamos aqu, cmo en un abrir y cerrar de ojos, algo fuera de toda comprensin, pelara los continentes y ocanos de la Tierra, como una piel de uva,para a continuacin verterlos sobre este extrao disco.

  • CORTE A:

    Un mapa. Los continentes de la Tierra desplegados: Las Amricas a un lado, Europa, Asia y frica al este. Ms all de la cadena de islas de Indonesia,

    Australia y Nueva Zelanda se aferran solitarias al borde del abismo que es el ocano.

    El mapa hace un barrido lateral hacia la derecha: Aparecen extraos continentes nuevos, con sus costas irregulares, que entran deslizndose en el campo visual. Sonenormes. Algunos incluso ms grandes que Asia y frica juntas, pero la mayora son ms pequeos.

    VOZ EN OFF:

    El Movimiento cambi la geopoltica para siempre. Aunque preservamos la topografa superficial de nuestros continentes, debajo de la discontinuidad deMohorovicik (bajo la corteza superficial) y en el profundo lecho marino, varios fragmentos de un material desconocido fueron introducidos a modo de separadores. Lasdistancias entre puntos separados por las profundidades del ocano cambiaron inevitablemente, pero ste no fue a nuestro favor. Despus del Movimiento, el balancede poder tctico se mantuvo casi igual que antes. La trayectoria de nuestros misiles, que estaban diseados estratgicamente para cubrir grandes vuelos circulares (yaque pasaban por encima de la capa polar y bajaban hasta el Imperio Comunista) fue distorsionada y extendida, de manera que los objetivos enemigos quedaron fuera desu alcance. Aunque nuestros bombarderos tripulados an podan llegar hasta Mosc reabastecindose durante el vuelo, los cambios en el mapa los hubieran obligado aatravesar miles de kilmetros de espacio areo hostil. El Movimiento hizo que toda nuestra planificacin estratgica quedara obsoleta. Si los britnicos hubiesen estadodispuestos a mantenerse firmes, quizs hubisemos prevalecido, pero mirando atrs, lo que nos toc a nosotros, tambin le toc a los soviticos, y es difcil condenar alos britnicos por negarse a absorber al completo la fuerza del inevitable bombardeo sovitico.

    En retrospectiva, la nica razn que evit que todo esto terminara en un completo desastre para nosotros fue el hecho de que los soviticos se encontraban en elmismo caos que nosotros. Pero ahora el fantasma del comunismo domina Europa occidental: Las naciones de la Unin Europea, supuestamente independientes, estntan esclavizadas por Mosc como los estados pertenecientes al Pacto de Varsovia. Lo nico que nos ofrece un poco de traccin geopoltica sobre el continente rojo es elestado de emergencia britnico, y debemos presumir que tambin ellos se vern obligados a llegar a un acuerdo con la Unin Sovitica.

    CORTE A:

    Un avin plateado con alas delta en pleno vuelo. Estas alas, cortas, su morro puntiagudo, y la escasez de ventanas, indican que el avin no lleva tripulacin. Loimpulsa un nico gran motor en la cola, con un tubo de escape que brilla al rojo vivo. Debajo, sus residuos, imposibles de detectar, se dispersan al tiempo que, desdenuestro punto de vista, un caza remonta sobre su armazn para obtener una visin clara del fuselaje.

    VOZ EN OFF:

    El disco es inmenso. Tan enorme que desafa la cordura. Algunos estiman que su superficie es superior a la de mil millones de Tierras. La exploracin con mediostradicionales es intil, de ah el despliegue de aviones NP101 Persfone teledirigidos, como el que aqu vemos en un vuelo de prueba sobre un F42 continental. ElNP101 es un derivado del misil nuclear DSLAM Plutn utilizado para labores de reconocimiento. El misil es el esqueleto de la fuerza de disuasin que empleamosa partir de El Movimiento. El NP101 es ms lento que el DSLAM, pero mucho ms fiable. El DSLAM est diseado para misiones de ataque cortas dentro delterritorio sovitico, el NP101 est diseado para misiones de larga duracin que pueden abarcar todo el mapa. En una prctica promedio, el NP101 vuela a tresveces la velocidad del sonido durante casi un mes. Viajando ochenta mil kilmetros por da, puede penetrar millones de kilmetros en territorio desconocido antes degirar y regresar a la base. Est equipado con cmaras de reconocimiento de gran mapeado que graban dos imgenes cada mil segundos, y su sofisticado ordenador digitales capaz de recoger toda la variada informacin que capta a travs de su conjunto de sensores, lo que nos permite reconstruir una imagen precisa de partes remotas deldisco. Alcanzarlas con nuestras naves nos tomara aos, o incluso dcadas. Con una resolucin capaz de detallar cada milla nutica, el programa NP101 ha sido unxito rotundo. Nos ha permitido trazar mapas de nuevos territorios que nos tomara aos alcanzar en persona.

    Al final de la misin, el NP101 deja caer su ltima cpsula de pelcula y se aleja volando hacia el centro de un ocano deshabitado para soltar los residuos de sureactor nuclear de manera segura, lejos de casa.

    CORTE A:

    Una diana. El centro es un crculo negro con una estrella dentro; alrededor hay un platillo circular, del mismo tamao que un vinilo de 45 rpm.

    VOZ EN OFF:

    Esto es un mapa del disco. Este es el rea que hemos explorado hasta la fecha, usando el programa NP101.

  • (Un punto apenas ms grande que un grano de arena se ilumina sobre la superficie del disco exterior.)

    Ese punto de luz tiene un radio de un milln de kilmetros, cinco veces la distancia que sola separar la Tierra de la Luna (para atravesar el radio del disco, un NP101 tendra que viajar en modo Mach Tres durante casi diez aos). No estamos totalmente seguros de dnde se ubica exactamente el punto sobre la superficie del disco.Nuestro cohete especial ms avanzado, el NovaOrion bloque dos, es apenas capaz de levantarse dos grados por encima del plano del disco. Este es el nivel deconocimiento de los alrededores, extrado de las cmaras de rastreo continental del Proyecto Orin:

    (Un rea de tres centmetros alrededor del primer punto de luz se ilumina en color rosasalmn, sobre la superficie del disco exterior).

    Claro que, a una altitud de cientos de miles de kilmetros, ninguna cmara es capaz de discernir seales de infiltracin comunista en nuevos continentes; a lo sumopuede encontrar transmisiones de radio o hacer un anlisis espectroscpico de los gases atmosfricos en tierras distantes, para buscar gases caractersticos del desarrolloindustrial, como los clorofluorocarbonos y xidos de nitrgeno.

    Esto nos hace vulnerables a sorpresas desagradables. Nuestro anlisis estratgico a largo plazo indica que, casi con toda seguridad, no estamos solos en el disco.Adems de los comunistas, debemos considerar la posibilidad que, quien quiera que construyera esta estructura monstruosa, sin duda una de las maravillas del universo,tambin podra vivir aqu. Debemos reflexionar sobre sus intenciones al traernos a este lugar. Tambin estn las culturas aborgenes descubiertas en los continentes F29 y F364, ambas puestas en cuarentena. Si algunas de las masas de tierra contienen habitantes aborgenes, debemos especular que tambin han sido transportados aldisco, de la misma manera en que lo fuimos nosotros, con algn propsito que desconocemos. Es posible que sean genuinos habitantes de la edad de piedra, o lossupervivientes de una civilizacin avanzada incapaz de sobrevivir la transicin a este entorno. Cul es la probabilidad de que exista una o ms civilizaciones aliengenasms grandes y avanzadas que la nuestra? Los reconoceramos si los visemos? Ahora que los otros mundos estn tan cerca que es posible alcanzarlos con una lanchabien equipada, sin hablar de las posibilidades de exploracin con naves impulsadas por fuerza nuclear, cmo podemos estimar las probabilidades de encontrarnos conhombrecitos verdes hostiles? Astrnomos como Carl Sagan y Daniel Drake estiman que la probabilidad es alta Tan alta, de hecho, que creen que hay numerosascivilizaciones con esas caractersticas en el espacio.

    No estamos solos. Slo podemos especular las razones de haber sido trados aqu por los abductores, pero podemos estar seguros de que encontrarnos con unacivilizacin aliengena avanzada y hostil es solo cuestin de tiempo. Esta cinta informativa continuar con una visin general de nuestras preparaciones estratgicas parael primer contacto, los posibles escenarios en los que creemos que esta contingencia puede ocurrir, utilizando a la Unin Sovitica como un ejemplo de superpotenciaideolgicamente hostil

  • 8. Carrera y oposiciones

    Despus de dos semanas, Maddy est segura de que se est volviendo loca.

    A ella y a Bob les han asignado una pequea casa prefabricada (poco ms que una cabaa, aunque cuenta con electricidad y agua corriente) en las afueras de laciudad. l obtuvo un puesto en las obras residenciales, para trabajar construyendo ms edificios. Y esto es lo ms cerca que han estado del xito, porque despus de unapeticin cuidadosamente controlada, Bob fue ascendido, y pas de ser simplemente mano de obra, a ser un aprendiz de supervisor. Un ascenso del que estincreblemente orgulloso porque le confirma que venir a este lugar fue la decisin correcta.

    Maddy, en cambio, tiene ms que problemas para conseguir trabajo. El hospital del distrito no tiene vacantes. No la necesitan, y no la necesitarn hasta que llegueel prximo cargamento de colonos, a menos que quiera hacer las maletas y dedicarse a deambular por los asentamientos aislados del interior. El gobernador decret queestablecern un nuevo asentamiento el prximo ao, de un tamao parecido al de la ciudad, pero tierra adentro, cerca de los campamentos mineros de las afueras deldesierto Hoover. Cuando eso suceda necesitarn mdicos para el nuevo hospital. Por ahora, Maddy es como una rueda de repuesto, porque es una chica de ciudad, encrianza y en temple, y no est dispuesta a aceptar un trabajo en el interior si puede evitarlo.

    Maddy pasa la primera semana y gran parte de la segunda tratando de averiguar si hay algo en lo que pueda ocupar su tiempo. No es la nica mujer joven en esasituacin. Aunque oficialmente no hay desempleo, y la administracin de la colonia tiene bastante trabajo para mantener ocupados a los colonos, tambin hay una granescasez de puestos de trabajo para tripulacin de ambulancias, o para cualquier otra cosa que Maddy pudiera hacer. Para su carrera, la situacin es como un regreso alos cincuenta. Joven, mujer, y ambiciosa? Muchos cargos ni siquiera existen aqu en los lmites de la civilizacin, y muchos otros estn ocupados o son inaccesibles. Adonde sea que mire, Maddy descubre madres arreando una imposible hilera de nios, con las mejillas rojas de tanta preocupacin y cansancio. Bob quiere tener hijos yMaddy no est preparada para eso. Pero sus alternativas son mnimas.

    Al final, Maddy decide revisar las ofertas de empleo en el tabln de anuncios del exterior del ayuntamiento. Algunas de ellas son legales, y al menos un par sontremendamente peculiares. Una capta su atencin: Se necesita ayudante de campo para investigacin biolgica. Podra ser yo?, piensa, y sale a buscar una puerta a laque llamar.

    Cuando encuentra la puerta, una de madera sin tratar que est empezando a decolorarse bajo la fuerte luz del sol colonial, y llama, John Martin abre y parpadeacon curiosidad ante la luz.

    Hola? pregunta.

    Est buscando un ayudante de campo?

    Maddy lo mira fijamente. Es el entomlogo, verdad? Recuerda sus manos sobre el telescopio en la cubierta del barco. Aquel viaje, comparado con el grisceopresente al que la haba transportado, est asumiendo ya una falsa ptina romntica en sus recuerdos.

    Yo? Oh S, s. Entra.

    John retrocede hasta el interior de la casa (otra de esas casuchas que son todas iguales, coloniales, familiares y prcticas) y le ofrece asiento en lo que sola ser lasala de estar. La habitacin est ocupada casi completamente por una mesa de trabajo, un escritorio, y una alta cajonera de muestras fabricada en madera. Hay unextrao olor a rancio, como a telaraas viejas y a garrafas agujereadas de formol. John camina por su estudio, ligeramente trastornado por la inesperada compaa.Maddy piensa que hay algo conmovedor y entraable en l, como en los sujetos de sus estudios.

    Siento el desorden, pero no recibo muchas visitas. As que, uhm, tienes experiencia en el sector?

    Maddy no duda.

    Ninguna en absoluto, pero me gusta aprender le explica, inclinndose hacia delante. Antes de marcharnos era paramdico. En la universidad, estuveestudiando Biologa, pero tuve que dejarlo a mediados del segundo ao. Haba pensado matricularme en la Facultad de Medicina ms tarde, pero supongo que aqu nopodr ser. En cualquier caso, en el hospital no hay vacantes, as que tengo que encontrar otra cosa. Qu hace exactamente un ayudante de campo?

    Destrozarse los pies. El entomlogo le sonre con la boca torcida. Tienes experiencia en el laboratorio? O en el trabajo de campo?

    Maddy asiente con vacilacin, un gesto por el que John deduce su exigua experiencia universitaria.

    Tengo un continente entero por explorar, y solo un par de manos: estamos abarcando demasiado, ah fuera contina el hombre. Afortunadamente, la NSFme ha concedido una subvencin para que contrate a un ayudante. Su trabajo ser ser mi fiel sirviente: ayudarme con el carro del equipo, tomar muestras, realizaralgunas tareas sencillas, muy sencillas, en el laboratorio, y cosas as. Oh, y sera un punto a favor que estuviera interesado en entomologa, botnica, o en algoremotamente relacionado con el tema. Es raro, pero por aqu no hay mucha gente de ciencias desempleada. Sabes algo de qumica?

    Algo, pero no soy bioqumica dice Maddy, con cautela, y mira con curiosidad el abarrotado despacho. Qu se supone que ests haciendo?

  • John suspira.

    Un reconocimiento bsico de todo el continente. Nadie, absolutamente nadie, se ha molestado siquiera en echar un vistazo a la ecologa de los insectos locales.

    Prcticamente no hay vertebrados; no hay pjaros, ni lagartijas Pero, en nuestro hogar, el nmero de especies de escarabajos es mayor que el de todas las demsfamilias unidas, y este lugar no es diferente. Sabas que nadie ha muestreado el interior en un radio de ms de ochenta kilmetros? Lo nico que estamos haciendo esconstruir casuchas a lo largo de la costa, y abrir canteras un par de kilmetros tierra adentro. En el interior podra haber cualquier cosa, cualquier cosa.

    Maddy se da cuenta de que John, cuando se entusiasma, comienza a gesticular, agitando las manos a su alrededor frenticamente. Asiente y sonre, intentandoanimarlo.

    Gran parte de lo que estoy haciendo es el tipo de cosas que se hicieron en el siglo dieciocho y diecinueve. Tomar muestras, dibujarlas, anotar su hbitat y sushbitos alimenticios, ver si puedo descubrir su ciclo vital, e intentar descubrir quin se relaciona con quin. Construir un rbol de familia. Oh, tambin tengo que hacer lomismo con la vegetacin, sabes? Y quieren que vigile de cerca el resto de discos alrededor de Lucifer. Buscar seales de inteligencia, signifique lo que signifique eso;supongo que en la comunidad astronmica hay un puado de fracasados que se sienten francamente ofendidos porque, quienes construyeron este disco y nos trajeronaqu, no aterrizaron en el csped de la Casa Blanca y se presentaron formalmente. Ser mejor que te lo diga ahora: aqu hay suficiente trabajo para mantener ocupado aun ejrcito de zologos y botnicos durante un siglo; podras comenzar tu doctorado aqu, si quisieras. Yo solo estar aqu durante cinco aos, pero mi sucesor nopondr objeciones en contratar a un ayudante residente con experiencia Lo difcil ser mantener la concentracin. Uh, puedo hacer que te concedan una ayuda para lasubsistencia del excedente presupuestario del gobernador general, y que la NSF se lo reembolse, pero no ser mucho. Seran suficientes veinte dlares de Truman a lasemana?

    Maddy piensa durante un momento. Los dlares de Truman (la moneda provisional local) no valen demasiado, pero tampoco hay mucho en lo que gastarlos. Y detodos modos, Rob gana suficiente para los dos. Y un doctorado Eso sera mi billete de vuelta a la civilizacin, no?

    Supongo que s dice, sintindose aliviada: despus de todo, hay algo para lo que es til, adems de para criar a la siguiente generacin. Intenta dejar a un lado lavisin de s misma, distinguida y no demasiado mayor, aceptando con gratitud un puesto de profesora en una universidad de prestigio. Cundo empiezo?

  • 9. En la playa

    Las primeras impresiones de Misha sobre el inquietantemente familiar continente extraterrestre son un opresivo calor hmedo, y el hedor de las medusas endescomposicin.

    El Sergei Korolev, un enorme visitante aerodinmico de otro mundo, flota anclado en la desembocadura del ro. Unas gruesas aletas sobresalen cerca de la superficiedel agua, como un hidroavin con las alas cortadas: las gigantescas turbinas atmicas Kuznetsov montadas en gndolas sobre las botavaras, a cada lado de su elevadaparte posterior, junto a las catapultas de lanzamiento y recuperacin de sus cazabombarderos parsitos MiG, en la popa de la amplia curva del puente del Ekranoplano.Junto a la superficie del agua hay una escotilla abierta: un grupo de spetsnaz est ocupado cargando su equipo en el navo amerizado que los llevar al pequeocampamento de la playa. Misha, que est junto a la orilla, deja de mirar la gigantesca nave de efecto suelo y observa a su capitn, que est mirando tierra adentro conuna ligera expresin de preocupacin.

    Esos rboles estn demasiado cerca, no? dice Gagarin, con la estupidez cuidadosamente estudiada que lo haba caracterizado durante los primeros ypeligrosos aos tras la cada de su patrn, Khrushchev.

    De eso es precisamente de lo que se est ocupando el comandante Kirov contesta Gorodin, poniendo un contrapunto al humor sardnico del coronel general.

    Efectivamente, figuras imprecisas vestidas con el uniforme verde oliva de combate estn entre los rboles, tendiendo cuidadosamente cable de detonacin y alarmasen un arco alrededor de la cabeza de playa. Gorodin mira a la izquierda, donde un par de soldados con rifles de asalto estn haciendo guardia, escudriando la junglaatentamente.

    Yo no me preocupara demasiado, seor.

    Estar ms tranquilo cuando el permetro exterior sea seguro. Y cuando consiga una explicacin racional sobre esto para el camarada secretario general.

    El humor de Gagarin se evapora: se gira y camina por la playa hacia la enorme tienda que han montado para protegerse del calor del medioda. La franja de slidaluz solar (lo que aqu pasa por luz solar) ha alcanzado ya su mxima extensin, y deslumbra como una barra de acero candente que atravesara el disco. Algunos de losms supersticiosos lo llaman el Eje del Cielo. Parte del trabajo de Gorodin es desestimar tales desvaros poco empricos.

    El toldo de la tienda est recogido hacia atrs: en su interior, Gagarin y Misha encuentran al comandante Suvurov y al acadmico Borisovitch inclinados sobre unmapa. El equipo de filmacin cientfica (un grupo de cuestionables civiles de la agencia TASS) estn atareados en una esquina, preparando latas de pelcula.

    Ah, Oleg, Mikhail. Gagarin les dedica una profesional y fotognica sonrisa. Algn avance?

    Borisovitch, un tipo ligero de hombros cados que parece ms un conserje que un cientfico mundialmente conocido, se encoge de hombros.

    General, estbamos hablando sobre ir juntos al yacimiento arqueolgico. Le gustara venir con nosotros?

    Misha mira el mapa sobre su hombro: est dibujado con lpiz y hay un horrible montn de espacio en blanco, pero el esbozo de lo que han inspeccionado hastaahora les resulta inquietantemente familiar, lo suficiente para mantenerlos un sinfn de noches sin dormir incluso antes de desembarcar. Alguien ha garabateado undragn enroscado en una esquina especialmente desocupada del vaco.

    Cmo es de grande ese sitio? pregunta Yuri.

    No lo s, seor. El comandante Suvurov grue audiblemente, como si la falta de una informacin concreta sobre las ruinas aliengenas fuera una afrentapersonal. Aun no hemos encontrado el final. Pero concuerda con lo que ya sabemos.

    El reconocimiento areo Mikhail tose con delicadeza. Si me permitiera hacer otro vuelo podra contarle ms, general. Creo que sera posible definir loslmites de la ciudad aproximadamente, pero los arboles hacen que sea difcil confirmarlos.

    Si tuviera suficiente combustible de aviacin le dejara hacerlo le explica Gagarin pacientemente. Un helicptero puede consumir su propio peso encombustible durante un da de reconocimiento, y tenemos que transportarlo todo desde aqu a Arcngel. De hecho, cuando volvamos a casa dejaremos all la mayorparte de nuestros aviones, para poder llevar ms combustible en el siguiente viaje.

    Lo comprendo responde Mikhail, aunque no parece satisfecho. Como dice Oleg Ivanovitch, no sabemos hasta dnde llegan las ruinas. Pero creo que,cuando las vea, comprender por qu tenemos que volver. Nadie haba encontrado nunca algo como esto.

    Viejo capitalista Misha sonre ligeramente. Supongo que no.

    Es lo que cabe esperar dice Borisovitch, encogindose de hombros. En cualquier caso, tenemos que traer arquelogos. Y un espectrmetro de masas para ladatacin de carbono. Y otras cosas. Su rostro se encoge en una mueca de insatisfaccin Ya estaban aqu cuando nosotros aun vivamos en cuevas!

  • Salvo que nosotros no estbamos dijo Gagarin entre dientes. Misha simul no darse cuenta.

    Cuando salieron de la tienda de campaa, los soldados ya haban llevado los dos vehculos de exploracin BRDM a la orilla. Los dos enormes tanques blindadosprovistos de ruedas reposaban en la playa como monstruosos anfibios recin salidos de algn mar primigenio. Gagarin y Gorodin estn sentados en la parte trasera delsegundo vehculo con el acadmico y el equipo de filmacin; en el primer BRDM les acompaa la escolta de las fuerzas especiales, la cual mantiene un solemne silenciomientras el convoy emite un gran estruendo y cruje por la playa ascendiendo la empinada colina y luego descendiendo hasta el valle donde se encuentran las ruinas.

    Los dos vehculos blindados se detienen y se abren las puertas. Todos agradecen la suave brisa que mitiga el calor infernal del interior. Gagarin se encamina hacialos restos ms cercanos de un muro de mediana altura, y permanece de pie, con las manos en las caderas, mirando el pramo.

    Hormign dice Borisovitch, sosteniendo un trozo no pedregoso que ha cogido de los pies de la muralla para que Yuri lo vea.

    As es responde asintiendo Gagarin. Tienes idea de lo que era?

    An no.

    El equipo de filmacin ya ha empezado a grabar mientras desciende por un amplio bulevar entre hileras de escombros desmoronados.

    Slo el hormign ha resistido, aunque est prcticamente hecho caliza. Es viejo.

    Hmm.

    El primer cosmonauta le da la vuelta al pilar del muro y baja hasta la capa de cimientos que hay detrs de l, mirando alrededor con inters.

    Aqu hay una columna interior, cuatro paredes Estn gastadas, no te parece? Y eso que parece una mancha de color rojo. Acero reforzado? Has encontradoalguno intacto?

    Todava no, seor responde Borisovitch. An no hemos mirado por todos lados, pero

    En efecto responde Gagarin rascndose el mentn sin darse cuenta. Es imaginacin ma o es que todas las paredes son ms bajas por este lado?

    Seala al norte, al fondo del desperdigado laberinto de escombros.

    Tiene razn, seor. Aunque no tengo ninguna teora al respecto.

    No me digas.

    Gagarin camina en direccin al norte desde las ruinas del edificio pentagonal y mira alrededor.

    Eso era una carretera?

    En su momento s, seor. Tena nueve metros de ancho, pero parece que qued tapada entre las casas, si es que lo que se ven eran casas y eso una carretera.

    Nueve metros

    Gorodin y el acadmico aligeran el paso para seguirle mientras se dirige carretera arriba.

    Curiosa mampostera, no te parece, Misha?

    S, seor. Curiosa mampostera.

    Gagarin se detiene bruscamente y se arrodilla.

    Por qu estar rajada de esa manera? Mira, hay arena ah abajo. Y esto qu ser? Cristal? Parece como si estuviese derretido. Ah, tectitas.

    Cmo dice, seor?

    Borisovitch se inclina hacia delante.

    Es extrao.

    Qu es? pregunta Misha, pero antes de recibir una respuesta tanto Gagarin como el investigador ya se han levantado y se dirigen hacia otro edificio.

    Mira. La pared norte.

  • Gagarin ha encontrado otro trozo de muro, un pilar gastado de ms de un metro de altura; no parece nada satisfecho.

    Seor, se encuentra bien? pregunta Misha mirndole fijamente. Luego observa que el acadmico tambin guarda silencio y parece sumamente confuso.Qu sucede?

    Gagarin extiende un dedo y seala al muro.

    Slo puedes verle si miras con suficiente atencin. Cunto tardar en borrarse, Mikhail? Cuntos aos nos hemos perdido?

    El acadmico se lame los labios.

    Unos dos mil aos por lo menos, seor. El hormign se recupera con el tiempo, pero tarda mucho en convertirse en caliza. Adems, hay que tener en cuenta elproceso de desgaste. Pero la erosin de la superficie, s, eso podra fijar la imagen del flash. Quiz. Debera preguntar a unos cuantos colegas cuando regresemos.

    Qu sucede? repite el representante poltico aturdido.

    El primer cosmonauta sonre sin ninguna gana.

    Misha, ms vale que cojas tu contador Geiger y mires si las ruinas an estn calientes. Parece como si no fusemos las nicas personas en el disco con unproblema geopoltico

  • 10. Hemos estado aqu antes

    Brundle, finalmente, se ha tomado la molestia de alejarse con Gregor para explicarle qu sucede; a Gregor no parece hacerle ninguna gracia.

    Siento que vinieras sin saber nada dice Brundle, pero pens que sera mejor que lo vieras con tus propios ojos.

    Habla con un deje de la regin central y una falta de entusiasmo que sus compaeros consideran a veces un signo de sicopatologa subyacente.

    Ver el qu? Qu tiene de particular? pregunta tajantemente Gregor. Qu tiene de particular?

    Gregor tiene la costumbre de repetir las frases, aunque cambia de entonacin cuando se siente molesto. Es lo bastante humano como para saber que es una malacostumbre, pero le resulta difcil contener ese acto reflejo.

    Brundle se detiene en el sendero y mira alrededor para asegurarse de que nadie puede orlos. El bulevar est casi vaco hoy y slo una hmeda brisa agita el agua delestanque.

    Dime qu piensas.

    Gregor piensa por un momento, luego rene todos sus conocimientos de la lengua local; es un buen ejercicio.

    Los muchachos de la casa grande estn solicitando una Junta Aeronutica Civil. Eso significa que alguien se ha pasado de listo y se ha dado cuenta de que tienenproblemas ms serios que los soviticos les den una patada. Algo ha sucedido para que sepan que necesitan emplear una tctica para tratar con los abductores. Va encontra de la doctrina, por eso necesitamos tomar medidas urgentes al respecto antes de que empiecen a hacer las preguntas adecuadas. Algo les ha alterado, algo secreto,alguna Inteligencia humana del otro bando, quiz. Ser ese tal Gordievsky? Sin embargo, an no saben realmente lo que significa estar aqu. Sagan, su presenciasignifica lo que imagino?

    S responde Brundle lacnicamente.

    Dios santo!

    Con un nuevo acto reflejo Gregor se quita las gafas y las limpia nerviosamente con la corbata antes de ponrselas de nuevo.

    Solamente a l o hay alguien ms? pregunta dejando la frase sin terminar; solamente a l tenemos que silenciar?

    Hay alguien ms.

    Brundle suele hablar con la boca torcida cuando se siente nervioso y, por su actual expresin, Gregor deduce que est bastante molesto.

    Sagan y sus amigos de Cornell han utilizado el receptor de Arecibo para escuchar a los vecinos, algo que no anticipamos. Ahora solicitan permiso para emitir unaseal a las zonas ms cercanas de los dems discos. Directamente, ms o menos; habladnos. Sagan, por desgracia, es muy conocido y eso ha llamado la atencin denuestros principales superiores. Mientras tanto, los soviticos han encontrado algo que les asusta. La CIA no se enter por los medios usuales, sino que contact con elDepartamento de Estado a travs de la embajada y supieron que estaban asustados.

    Brundle se detiene por un momento. Luego aade:

    Sagan y sus muchachos no lo saben, por supuesto.

    Por qu nadie les ha pegado un tiro? pregunta framente Gregor.

    Brundle se encoge de hombros.

    Congelamos sus fondos justo a tiempo. Si les pegamos un tiro, alguien podra darse cuenta. Todo podra estropearse mientras intentbamos ocultarlo. Yaconoces el problema; es una sociedad semiabierta, controlada de forma inadecuada. Un puado de astrnomos se rene por propia iniciativa, en una conferenciaacadmica o en cualquier otro sitio, y decide gastar un par de miles de dlares del dinero concedido para investigacin del Instituto Tecnolgico para establecercomunicaciones con el disco ms cercano. Cmo se supone que vamos a controlar esas cosas?

    Cerrando todos los radiotelescopios. O a punta de pistola si es necesario. No obstante, creo que un corte de energa o un comit del Congreso seran tanefectivos como la presin.

    Es posible, pero no disponemos de los mismos recursos que los soviticos. Adems, esa es la razn por la que he enviado a Sagan a la Junta . Es una ciudadPotemkin, ya me entiendes, para convencer a todos con los que contact que algo se est haciendo, pero debemos pensar en cmo callarle.

  • Sagan es el lder de ese grupo de habladnos, dioses aliengenas, creo.

    S.

    Bien responde Gregor. Luego medita lo que va a decir cuidadosamente y aade: Asumiendo que an est limpio y sin contaminar, podemos cambiarle ocongelarlo. Si vamos a cambiarlo, tenemos que hacerlo con una razn convincente. Utilizarle para evangelizar la comunidad astronmica y as hacerla callar o llevarla porla direccin equivocada. Como Heisenberg y el programa de armamento nuclear nazi chasquea los dedos. Por qu no le decimos la verdad? O al menos algoparecido para ensombrecer el asunto completamente?

    Por que es miembro de la Federacin de Cientficos Americanos y, por tanto, no creer nada de lo que le contemos sin una confirmacin externa mascullaBrundle por una de las comisuras de sus labios. Ese es el problema de utilizar una agencia gubernamental para nuestra tapadera.

    Caminan en silencio durante un minuto.

    Creo que sera muy peligroso infravalorarle comenta Gregor. Podra sernos muy til pero fuera de control resulta muy peligroso. Si no podemos mantenerlocallado, es posible que sea necesario recurrir a la violencia fsica. Adems, con la cantidad de colonias que ya se han implantado no podemos estar seguros de que lasrecuperaremos todas.

    Analiza su alcance de su conocimiento dice Brundle de forma abrupta. Quiero una comprobacin real. Te comentar las novedades cuando hayas terminadola lista.

    De acuerdo Gregor se queda pensando un minuto. Veamos. Lo que todo el mundo sabe es que entre las cero tres quince y doce segundos y trece segundosHora Zul, el dos de octubre del sesenta y dos, todos los relojes se detuvieron, los satlites desaparecieron, el mapa estelar cambi, diecinueve aviones comerciales ycuarenta y seis naves en marcha terminaron mostrando problemas irreversibles y se vieron transportados de una esfera en la Va Lctea a un disco que suponemos esten alguna parte de la Pequea Nube de Magallanes. Entretanto, la galaxia de la Va Lctea (suponemos que se trata de ella) ha cambiado notablemente. Montones deestrellas carentes de metales, indicios de ingeniera csmica macroscpica, ese tipo de cosas. La explicacin pblica es que los visitantes detuvieron el tiempo, pelaron laTierra y con ella recubrieron el disco: Por suerte, an discuten sobre si la explicacin es la, cmo llamarla, hiptesis de la copia de Minsky o ese tal Moravec con suteora de la simulacin digital.

    Por supuesto Brundle le da una patada a un adoqun con desgana. Y bien. Cul es el anlisis consecuente?

    Bien, ms tarde o ms temprano se van a volver peligrosos. Tienen la predisposicin histrica a cometer errores teolgicos, a creer en un gran creadoromnipotente y en un motivo para su existencia. Si comienzan a especular sobre las intenciones de una inteligencia trascendente, es probable que se planteen finalmentesi su presencia aqu es o no sntoma del deseo de Dios de probar las circunstancias de su propio nacimiento. Despus de todo, tenemos pruebas de cuntas especiestecnolgicas en el disco?, diez millones?, doce? En algunos casos, duplicadas muchas veces. Pueden atar cabos con su concepto de destino manifiesto y concluir que,de hecho, estn abocados a la creacin de Dios. Lo cual es una conclusin que, desde nuestro punto de vista, no deseamos que alcancen. Por as decirlo, los telogos noson buenos compaeros.

    S, as es dice Brundle pensativo y, a continuacin, se re nerviosa y silenciosamente para s durante un momento.

    Esta no es la primera vez que han evitado que se lancen montones de bombas H. Es algo inusual en las civilizaciones de primates. Si siguen hacindolo, podranresultar peligrosos.

    Peligrosos es algo relativo dice Brundle. Vuelve a rer para s. Algo se mueve dentro de su boca.

    No hagas eso! dice Gregor bruscamente. Echa un vistazo alrededor de forma instintiva pero no ocurre nada.

    Ests histrico Brundle frunce el ceo. Deja de preocuparte tanto. No nos queda mucho aqu.

    Nos han destinado a otro lugar? O que preparemos un ataque de esterilizacin?

    An no Brundle se encoge de hombros. Debemos investigar ms, antes de poder tomar una decisin. Los soviticos han descubierto algo en su programa deexploracin tripulado. El Korolev tuvo suerte.

    Ellos Gregor se pone tenso. Qu han descubierto? l sabe lo del gran Ekranoplano propulsado por energa nuclear, el dragn caspio, que atraviesa lossiete ocanos en busca de nuevos mundos que conquistar. Incluso sabe lo de la pequea flota que intentan construir en Arcngel, el costoso importe de la misma. Peroesto es nuevo. Qu han descubierto?

    Brundle muestra una forzada sonrisa de oreja a oreja.

    Encontraron ruinas. Despus, pasaron ocho semanas trazando un mapa de la costa. Han confirmado lo que han descubierto, enviaron las fotografas alDepartamento de Estado, detalles del estudio, todo. Brundle gesticula ante el monumento a la Guerra de Cuba, la enorme columna de granito que preside el bulevar,con su sombra apuntando hacia el Capitolio.

    Han encontrado Washington D. C. en ruinas. A doscientos veinticinco mil kilmetros en aquella direccin seala en direccin norte. No son unos intilestotales y es la primera vez que han encontrado uno de sus propios parientes transferidos. Puede que estn bien encaminados para comprender la verdad pero, porsuerte, nuestros camaradas de Mosc tienen esa parte del asunto bajo control. No obstante, le comunicaron su hallazgo a la CIA antes de que se pudiera ocultar, lo queconlleva ciertos quebraderos de cabeza.

  • Debemos asegurarnos de que nadie de por aqu se pregunta por qu. As que quiero que empieces tratando con Sagan.

  • 11. El bote de recoleccin

    Es medioda y la ondeante calima hace que el horizonte se enturbie en la distancia. Maddy intenta no moverse demasiado: las palmas proyectan sombrasimperfectas y puede sentir cmo queman sobre su plida tez los rayos de luz. Suspira suavemente mientras levanta y saca de la parte de atrs del Land Rover la pesadabolsa de tela con muestras: John la necesitar en seguida, en cuanto haya terminado de fotografiar lo que aparentan ser nidos de termitas. Es su tercer viaje de campojuntos, su escapada ms lejana en zona interior, y ya se est acostumbrando a trabajar con John. Es sorprendentemente fcil llevarse bien con l porque est tan absortoen su trabajo que est, por fortuna, libre de expectativas sociales. Si no supiera que es lo mejor, incluso podra bajar la guardia y empezar a pensar en l como un amigoy no como en un empleador.

    El calor la hace evadirse en sus pensamientos: intenta recordar qu prendi la mecha de su pelea ms reciente con Bob, aunque ahora parece algo distante eirrelevante (como el hogar, como Bob discutiendo con su padre, como su precipitada boda por lo civil y la furtiva vista con el consejo de emigracin). Todo lo que tienesentido en este momento es el sofocante calor, el resplandor carente de luz solar, John con su cmara trabajando fuera bajo el sol del medioda donde slo los perroslocos y los ingleses se atreven a ir. Ah, era la colada. Quin iba a hacer la colada mientras Maddy estaba fuera en un viaje de campo que duraba dos das? Bob parecapensar que le haca un favor a ella hacindose l mismo la comida y llevando su ropa a lavandera pblica tan usada por solteros. (Algn ao prximamente secompraran una lavadora, pero todava no). Bob pareca pensar que estaba siendo muy generoso al no ponerse celoso pblicamente de que ella tuviera un trabajo quela tuviera fuera de casa con un hombre que tena fama de soltero. Bob pareca pensar que era un tipo de hombre liberado y progresista por tragar con una esposa quehaba ledo a Betty Freidan y que no se depilaba las axilas. Que te jodan, Bob, piensa ella con cansancio y tira de la pesada asa de la bolsa de muestras sobre su hombroy gira la cabeza en la direccin de John. Habr tiempo de solucionar las cosas con Bob ms adelante. Por el momento, tiene trabajo que hacer.

    John se inclina sobre la maltrecha cmara, mirando con atencin a travs del visor en busca de... algo.

    Qu pasa? pregunta ella.

    Las falsas termitas suben por aqu dice con gesto serio. Ves las entradas? Estas falsas termitas son lo que han venido a investigar (nadie las ha vistocerca de la ciudad, pero son muy visibles en cuanto uno se aventura en la planicie polvorienta). Ella examina la base del montculo de las termitas, un monte de arcillacocida en el suelo que parece albergar vida.

    Hay pequeos orificios en forma de tubera, casi tneles, que emergen de la base del montculo y pequeas falsas termitas negras que danzan al salir y entrar de losorificios en hileras interminables. Lo de pequeas es relativo, son casi tan grandes como ratones. No las toques le advierte.

    Son venenosas? pregunta Maddy.

    No lo s, pero no quiero averiguarlo estando a esta distancia del hospital. El caso es que aqu no hay vertebrados se encoge de hombros. Sabemos queresultan venenosas para otros insectos.

    Maddy pone en el suelo la bolsa con las muestras.

    Pero no parecen haber mordido, o matado a alguien, o lo que sea.

    No que sepamos. Levanta la solapa de la bolsa y ella se estremece, en un sbito escalofro, imaginando huesos blanquea