Crisis Cubana de Misiles

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1 Tercera Edición del Modelo Naciones Unidas de la Universidad del Pacífico Guía de Estudio La Crisis Cubana de Misiles Asamblea General Histórica Septiembre 2013

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Documento de investigación que describe uno de los acontecimientos relevantes de la historia en el último siglo.

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Tercera Edición del Modelo Naciones Unidas de la Universidad del Pacífico

Guía de Estudio

La Crisis Cubana de Misiles Asamblea General Histórica

Septiembre 2013

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Estimados delegados:

Es con mucha emoción que les doy la bienvenida al Tercer Modelo de las Naciones Unidas de la

Universidad del Pacífico (UP-MUN). Mi nombre es Jorge F. Tudela Pye y en esta ocasión tengo el

honor de ser su Secretario General. Soy economista por la Pontificia Universidad Católica del Perú con

gran interés en temas de Finanzas Internacionales, Crecimiento y Desarrollo Económico y Políticas

Públicas. Como miembro de la Asociación de Estudios sobre las Naciones Unidas del Perú (AENU

Perú), he sido entrenador de su equipo de debate en 2012 y he tenido la oportunidad de participar en el

Harvard National Model United Nations (HNMUN), ganando allí el premio de Mejor Delegado.

Asimismo, fui Director del Comité de Asuntos Económicos y Financieros (ECOFIN) en el Primer

Modelo de las Naciones Unidas de la Universidad del Pacífico de 2011 y Secretario General en la

edición de 2012.

Los Modelos de las Naciones Unidas son una experiencia que enriquece cultural y académicamente a

cada uno de sus participantes. A lo largo de la conferencia, los delegados trabajarán activamente en la

resolución de importantes problemas mundiales que van desde temas económicos y políticos hasta

temas humanitarios, de seguridad y educación. Las habilidades requeridas para tener éxito en este tipo

de competencias van mucho más allá de tener muchos conocimientos sobre un tema en particular, ya

que finalmente se busca introducir una resolución y aprobarla. Para esto, uno necesita saber negociar,

demostrar liderazgo, dar buenos discursos, y estar atento a cualquier cambio de rumbo en los eventos

para reaccionar rápidamente.

En este documento encontrarán la carta de bienvenida de su director de comité y la guía de estudio del

tema en cuestión. Del mismo modo, y para desempeñarse correctamente en UP MUN 2013, deberán

leer las reglas de procedimiento, asistir a la capacitación y entregar las posturas de sus países en las

fechas fijadas. Cada miembro del equipo organizador ha trabajado intensamente en la organización de

este modelo. Si tienen alguna pregunta, no duden en contactarse con nosotros. Les deseo mucha suerte

y espero que disfruten del debate.

Atte.

Jorge F. Tudela Pye

Secretario General

Tercera edición del Modelo de las Naciones Unidas de la Universidad del Pacífico

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Estimados delegados:

Bienvenidos a la Asamblea General Histórica de las Naciones Unidas.

Mi nombre es Walter Piazza y seré su Director en este comité. Soy Bachiller en Derecho por la

Pontificia Universidad Católica del Perú y he participado en dos ocasiones en el Modelo Naciones

Unidas de la Universidad de Harvard, en los años 2011 y 2012, incluyendo un comité de crisis en el que

se trató específicamente la Crisis Cubana de Misiles.

El presente comité está diseñado para recrear la situación existente en octubre de 1962, en el momento

más tenso de la Crisis Cubana de los Misiles y de la Guerra Fría. En este debate, el comité será

completamente fiel a la historia hasta el 24 de octubre de 1962, momento en el que los Estados Unidos

entraron a la Condición de Defensa 2 (DEFCON 2) y las Fuerzas Armadas soviéticas pasaron a su

máximo estado de alerta.

A partir de dicho momento, el transcurso y desenlace de la crisis serán completamente distintos y

dependerán de las decisiones tomadas en la Asamblea General. En la realidad, la Crisis Cubana de los

Misiles fue iniciada, protagonizada y resuelta por los participantes individuales de la misma: la Unión

Soviética, Cuba y los Estados Unidos, sin mayor influencia de los organismos internacionales. En esta

Tercera Edición del Modelo Naciones Unidas de la Universidad del Pacífico, el desenlace de la crisis

saldrá del control de los países del conflicto y estará directamente en las manos de los delegados de la

Asamblea General Histórica, es decir, de cada uno de ustedes.

Como Director tengo altas expectativas de los delegados que participen en este comité. Su objetivo será

proponer, negociar y decidir cómo y si es que la Crisis Cubana de los Misiles será resuelta, para lo cual

deberán llegar preparados no solo en la historia de la crisis, sino en las ideas de cómo hacerla cambiar.

El ejercicio será exigente pero, sobre todo, divertido. Es una oportunidad para volver a escribir la

historia.

Walter Piazza

Director Asamblea General Histórica Tercera edición del Modelo de las Naciones Unidas de la Universidad del Pacífico

Sesión del 24 y 25 de setiembre de 2013 Modelo de las Naciones Unidas de la Universidad del Pacífico

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Guía de estudio:

La Crisis Cubana de Misiles Asamblea General Histórica

Walter Piazza (Director)

Franco Torres (Director adjunto)

I. Introducción

La Guerra Fría fue un período de tensión entre las dos superpotencias que emergieron

victoriosas de la Segunda Guerra Mundial. Entre 1945 y 1991, los Estados Unidos y la Unión

Soviética se enfrentaron en una carrera por expandir sus sistemas políticos y económicos

alrededor del mundo y, simultáneamente, en una carrera armamentista que permitió a ambos

países construir suficientes armas nucleares como para destruir a toda vida sobre el planeta. Fue

un conflicto que tuvo como fachada a los enfrentamientos regionales entre instrumentos o

“proxies” de las superpotencias, y como trasfondo a la posibilidad de una guerra nuclear entre

los Estados Unidos y la Unión Soviética.

Como parte central de la relación entre estos Estados se encontraba la teoría de la balanza de

poder y de la disuasión nuclear. Cada lado consideraba que debía tener suficientes armas

nucleares como para disuadir a su contraparte de lanzar un primer ataque, pues el enemigo

tendría la certeza que ante cualquier agresión el contraataque sería tan poderoso que resultaría

en su propia destrucción.

Esta política, llamada “Destrucción Mutua Asegurada” (Mutual Assured Destruction – MAD),

dependía de la paridad nuclear entre ambos Estados. A comienzos de 1962, el premier

soviético, Nikita Krushchev, era consciente que la capacidad nuclear entre las superpotencias

no se encontraba balanceada. En abril de ese año el premier paseó con su Ministro de Defensa,

Rodion Malinovsky, en las orillas del Mar Negro desde donde se podía alcanzar a ver las costas

de Turquía. Malinovsky comentó que los Estados Unidos habían instalado misiles nucleares

Jupiter en ese país, a tan solo 10 minutos de la Unión Soviética. “Debemos hacer lo mismo,”

dijo Khrushchev.

En 1962, la mayoría de analistas opinaba que el siguiente lugar de enfrentamiento de las

superpotencias sería en Europa, en la dividida ciudad de Berlín donde recientemente se había

construido el Muro. Pocos hubieran imaginado que la crisis que llevaría a ambos Estados lo

más cerca de lo que jamás estuvieron de una guerra nuclear sucedería en una pequeña isla del

Caribe.

II. Historia del Problema

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2.1 Los Orígenes de la Guerra Fría

En febrero de 1945, la victoria de las fuerzas Aliadas en la Segunda Guerra Mundial era

solamente una cuestión de tiempo. Las fuerzas soviéticas se encontraban a 40 millas de Berlín y

las fuerzas estadounidenses y británicas en la frontera de Alemania y a punto de comenzar una

ofensiva que los llevaría a cruzar el Rin1.

En ese contexto, entre el 4 y 11 de febrero de 1945 se llevó a cabo la conferencia de Yalta, en la

Crimea soviética, en la que participaron los Tres Grandes: Winston Churchill por Reino Unido,

Franklin D. Roosevelt por los Estados Unidos y Iósif Stalin por la Unión Soviética. El

propósito de la reunión fue establecer el futuro de Alemania y sentar las bases para la relación

entre los Aliados al concluir la guerra.

Así, en esta conferencia se decidió dividir a Alemania y a la ciudad de Berlín en cuatro zonas

controladas cada una por los países presentes y la última por Francia. Asimismo, si bien se

aceptó que Europa del Este estaría sometida a la esfera de influencia de la Unión Soviética, se

acordó que habría elecciones democráticas en los Estados liberados. Con respecto a Polonia, el

reporte de la conferencia estableció expresamente que se llevaría a cabo “elecciones libres y sin

intromisiones lo antes posible y sobre la base de un sufragio universal y secreto”2.

La siguiente reunión de los Aliados se llevó a cabo luego de la rendición incondicional de

Alemania en mayo de 1945, en la conferencia de Potsdam ocurrida entre el 17 de julio y el 2 de

agosto de 1945. Sin embargo, a diferencia de la reunión ocurrida hacía 5 meses en la que el

tono de las negociaciones había sido cordial y colaborativo, esta reunión estuvo marcada por la

frialdad y el enfrentamiento entre los Estados Unidos y la Unión Soviética.

Muchas circunstancias habían cambiado entre una reunión y otra. En primer lugar, Winston

Churchill fue reemplazado como Primer Ministro de Gran Bretaña por Clement Attlee del

Partido Laborista, y el Presidente Franklin D. Roosevelt había muerto el 28 de abril de 1945 y

había sido reemplazado por su vicepresidente, Harry Truman. Asimismo, Stalin no fue

informado de la existencia del Proyecto Manhattan o de la elaboración de la bomba atómica

por los Estados Unidos hasta la propia Conferencia de Potsdam, cuando ya era inminente que

sería utilizada contra Japón. De manera más importante, la guerra había acabado y, con ello, la

motivación de los Aliados para actuar conjuntamente y se había abierto el paso para que cada

uno actúe según sus intereses nacionales.

A partir de este momento comenzó un proceso en el que la relación entre la Unión Soviética y

los Estados Unidos deterioró hasta una situación de mutua sospecha, miedo y desconfianza

conocido como la Guerra Fría. El surgimiento de esta se basó en los conflictos ocurridos entre

1 TRAYNOR, John. “Europe 1890-1990.” Thomas Nelson and Sons Ltd, Melbourne, 1992, p. 309. 2 ROBERTS, Geoffrey. “Stalin's Wars: From World War to Cold War, 1939–1953”, Yale University Press, 2006.

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las superpotencias al final de la Segunda Guerra Mundial, y que se centraron (i) en cuestiones

ideológicas, (ii) en controversias relacionadas al tratamiento de Alemania, y (iii) en el

establecimiento de regímenes comunistas en Europa del Este y la política de contención

estadounidense.

2.1.1 Ideología y expansión del comunismo

En octubre de 1917, el Partido Bolchevique, bajo la dirección de Vladimir Lenin, tomó

el poder en el Imperio de Rusia. La ideología perseguida por el Partido Bolchevique se

inspiró en los textos de Karl Marx, quien propuso que el motor de la historia se basaba

en la lucha de clases y que el devenir histórico inevitablemente llevaría a un

levantamiento espontáneo del proletariado en contra de la clase media capitalista. El

gobierno establecido por el proletariado tendría por objetivo final la destrucción de la

clase media burguesa y de la desigualdad de la sociedad a través de la acción del

Estado.

En ese sentido, con respecto al desarrollo de la

ideología comunista en el mundo, a través de los años

20 se había generado un debate ideológico entre Leon

Trotsky, quien apoyaba la tesis de la “revolución

permanente,” y Stalin, quien proponía la teoría del

“socialismo en un solo país”.

Por un lado, Trotsky propuso que la revolución debía

ser mundial y que la Unión Soviética debía impulsar el

desarrollo de insurgencias comunistas en otros

Estados. Para ello sostuvo, en primer lugar, que las

burguesías de los Estados subdesarrollados no podrían

generar los cambios democráticos necesarios que

anteceden a revolución del proletariado, por lo que era

necesario impulsar a este a hacerlo directamente y, segundo, que la única manera de

garantizar la supervivencia de la revolución soviética era esparciendo la revolución a los

países desarrollados.

En contraste, Stalin argumentó que era posible instaurar y defender la revolución

comunista en la Unión Soviética hasta que el país estuviera fortalecido, para luego

proceder a expandir su influencia a otros Estados. Tras la victoria de Stalin en tomar el

poder en la Unión Soviética luego de la muerte de Lenin en 1924, en el XIV Congreso

del Partido Comunista de la Unión Soviética de 1925, se instauró oficialmente este

sistema como la política oficial del partido.

Por su parte, los Estados Unidos se veían a sí mismos como los líderes del mundo

libre, favoreciendo el desarrollo del libre mercado y de sistemas capitalistas y

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democráticos en otros países. Asimismo, consideraban que su política de aislamiento a

través de los años 20 y 30 había sido uno de los principales factores que había

permitido el ascenso de la Alemania Nazi y el inicio de la Segunda Guerra Mundial.

Ello y el decaimiento de los antiguos poderes europeos como Gran Bretaña y Francia a

raíz de la guerra convencieron a Estados Unidos que debía emprender un rol mundial

en la preservación y expansión del capitalismo.

Es por ello que los estadounidenses veían con mucha preocupación la instalación de

gobiernos comunistas más allá de la Unión Soviética y, particularmente, la posibilidad

que esa expansión pudiera dar lugar al denominado efecto dominó, por el que la caída

de un Estado a un gobierno comunista podía dar lugar a que sigan la misma suerte los

Estados cercanos a este.

Para el final de la Segunda Guerra Mundial, las diferencias ideológicas que habían sido

dejadas de lado para luchar contra un enemigo en común surgieron nuevamente entre

los Estados Unidos y la Unión Soviética. Como veremos a continuación, el

establecimiento de gobiernos comunistas en Europa del Este confirmó la impresión

estadounidense que Stalin perseguiría una política expansionista en el mundo, mientras

que la renuencia de los Estados Unidos de desmantelar a Alemania completamente y la

decisión de fomentar a los sistemas capitalistas en Europa a través del Plan Marshall y

la Doctrina de Truman confirmaron los temores soviéticos que los Estados Unidos

buscaba rodear a su país de Estados enemigos.

2.1.2 La Segunda Guerra Mundial y el Manejo de Alemania

En el transcurso de la guerra, la Unión Soviética había sufrido enormes pérdidas a

manos de los alemanes. 20 millones de ciudadanos soviéticos habían muerto, 65,000

kilómetros de rieles habían sido destruidos, así como la mayor parte de las ciudades e

infraestructura de la Unión Soviética occidental3.

Stalin sospechaba de la política de apaciguamiento que había sido seguida por Gran

Bretaña en los años previos a la guerra, la cual había permitido la expansión de la

Alemania Nazi y el inicio de las hostilidades contra la Unión Soviética. Sobre todo,

Stalin sospechaba y resentía la demora de los Estados Unidos y Gran Bretaña en abrir

un frente occidental en Europa hasta el desembarco de Normandía de junio de 1944,

cuando ya había sido ganada la Batalla de Stalingrado y se había permitido que el

Ejército Rojo soportase la mayor parte de los estragos de la guerra.

Por tanto, la perspectiva de Stalin consistía en obtener de Alemania la mayor cantidad

de reparaciones posible y de asegurar que nunca más estaría en capacidad de presentar

una amenaza militar contra la Unión Soviética. En cambio, los Estados Unidos

3 TRAYNOR, John. “Europe 1890-1990.” Thomas Nelson and Sons Ltd, Melbourne, 1992, p. 310.

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consideraban primordial la recuperación económica y reunificación de Alemania para

servir como un baluarte que pudiera frenar la expansión comunista en Europa, por lo

que favorecían una rápida recuperación de dicho país.

Esta diferencia de posiciones generó una de las

principales tensiones entre las superpotencias en

los años posteriores a la Segunda Guerra

Mundial. Con respecto a las reparaciones, la

Unión Soviética reclamó daños hasta por US$ 20

billones, pero los Estados Unidos rechazaron

negociar sobre este monto. Ello dejó a la Unión

Soviética con la única opción de recuperar los

daños desde la zona bajo su influencia, lo cual

llevó a cabo a través del masivo desmontaje de la

industria alemana y transporte de regreso a la

Unión Soviética. Asimismo, se crearon tensiones

porque la división de las zonas había dejado a la

Unión Soviética con la más pobre de ellas y a los

estadounidenses y franceses en control de los

principales centros industriales.

La relación entre las superpotencias se vio afectada además por las acciones llevadas a

cabo por ambas partes en Alemania entre 1945 y 1948. Por un lado, la Unión Soviética

procedió a la expropiación y nacionalización de todos los negocios e industria de

Alemania oriental. Mientras tanto, el 1 de enero de 1947 los Estados Unidos y Gran

Bretaña fusionaron sus zonas de control en la Bizona y luego incorporaron a la zona

francesa en la Trizona. Posteriormente, con la implementación del Plan Marshall, se

procedió a reactivar la economía de Alemania occidental a través de la entrada de

capitales e importaciones estadounidenses y a emitir una nueva moneda, el Deutsche

Mark para aliviar la inflación que atravesaba el país.

Estas medidas y la consiguiente recuperación de Alemania occidental tuvieron por

resultado una fuerte reacción soviética a través del bloqueo de Berlín, realizado entre

junio de 1948 y mayo de 1949. El Bloqueo consistió en cerrar todo acceso entre la

Alemania occidental y la sección de Berlín bajo el control de los Estados Unidos, con

el objetivo de obtener la cesión de la ciudad por este último para evitar una hambruna

en Berlín occidental y la inhabilidad fáctica de controlar el territorio.

Sin embargo, la respuesta de Estados Unidos consistió en la operación de suministro

aéreo continuo más grande de la historia, la cual logró proveer a la ciudad de los

recursos necesarios para sobrevivir, si bien con múltiples carencias. Tras casi un año,

las fuerzas soviéticas imposibilitadas de disparar contra los aviones estadounidenses

por consistir ello un acto de guerra se vieron obligadas a levantar el bloqueo, dejando

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la mitad de la ciudad en control de Estados Unidos y las relaciones entre las

superpotencias en el peor estado hasta la fecha.

2.1.3 La Cortina de Hierro y la respuesta de los Estados Unidos

El objetivo principal de la política exterior

de la Unión Soviética después de la

Segunda Guerra Mundial fue asegurar que

Alemania nunca más pudiera presentar

una amenaza militar a su territorio. Para

ello, una de sus metas fue establecer una

barrera entre ambos países que sirviera de

amortiguador contra cualquier avance

alemán que pudiera ocurrir en el futuro.

Es así que, contrariamente a lo que se

había prometido en la conferencia de

Yalta, la Unión Soviética propició el

establecimiento de gobiernos comunistas satélite en Europa del Este. Este fue el caso

de Bulgaria, Hungría, Polonia, Albania, Romania, Serbia y Checoslovaquia.

En marzo de 1946 Winston Churchill denunció la toma de poder de la Unión Soviética

en un famoso discurso pronunciado en Fulton, Missouri. El retirado primer ministro

alegó desde Estados Unidos que “desde Stettin en el Báltico hasta Trieste en el

Adriático, una cortina de hierro ha descendido sobre el Continente. Detrás de ella se

encuentran todas las capitales de los antiguos Estados de Europa Central y Oriental.”

Con este discurso, Churchill acuñó la figura de la cortina de hierro como aquella

división entre Europa del Este y Europa Occidental y los dos sistemas políticos y

económicos imperantes en el mundo, que estaría representada gráficamente por la

división de Alemania y, más adelante, por el Muro de Berlín.

La respuesta de los Estados Unidos a la cortina de hierro se dio a conocer a través de

dos políticas. Por un lado, en abril de 1948 dieron inicio al Plan de Recuperación

Europea, o Plan Marshall, por el cual Estados Unidos dio ayuda económica a los países

de Europa, así como capacitación técnica en prácticas de negocio y eliminación de

barreras burocráticas entre los Estados. El propósito del plan era incentivar la

prosperidad en Europa, pues se consideraba que la pobreza y el desempleo eran

circunstancias que propiciarían el avance de movimientos comunistas.

A pesar de que el plan fue originalmente ofrecido también a la Unión Soviética y a los

países de Europa del Este, Stalin la rechazó y ordenó que ningún otro estado pudiera

participar en la ayuda ofrecida y en paralelo, instituyó la Oficina de Información

Comunista y el Consejo para Asistencia Económica Mutua.

Sesión del 24 y 25 de setiembre de 2013 Modelo de las Naciones Unidas de la Universidad del Pacífico

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La otra cara de la moneda fue la política de contención desarrollada por George

Kennan, conjuntamente con la Doctrina Truman, por la cual los Estados Unidos se

comprometieron a la ayuda de cualquier Estado que estuviera sufriendo una posible

revolución comunista, ayudando a “pueblos libres que están resistiendo los intentos de

subyugación por minorías armadas o por presiones exteriores,”4 a efectos de garantizar

que los gobiernos no sucumbirían a atentados comunistas en ninguna parte del mundo.

Estas políticas, llamadas “las dos mitades de la misma nuez” por el Presidente Harry

Truman, buscaban contener al comunismo dentro de las fronteras en las que ya se

encontraba: la Unión Soviética y Europa del Este.

2.2 OTAN y Pacto de Varsovia

Con las diferencias entre las superpotencias ya fuertemente marcadas y en atención al Bloqueo

de Berlín, gran parte de las naciones del bloque occidental con Estados Unidos a la cabeza,

decidieron emprender una alianza estratégica con el principal objetivo de hacer frente común

ante la posibilidad de un conflicto armado contra la Unión Soviética. De esta manera, el 4 de

abril de 1949 se constituyó la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN),

estableciéndose en el artículo 5 del tratado constitutivo que un ataque contra cualquier nación

de la alianza sería considerado como un ataque contra todas ellas.

Por su parte y en respuesta a ello, la Unión Soviética implementó una estructura militar propia

integrando principalmente a los Estados de Europa del Este que se encontraban tras la cortina

de hierro. Es así que el 14 de mayo de 1955 en Polonia se firmó el Pacto de Varsovia, por el

que se estableció un acuerdo de cooperación militar entre los estados del Bloque del Este.

De esta manera, quedaron establecidos los dos bloques que serían la esencia de la Guerra Fría.

Sufriendo algunas modificaciones en el transcurso de los años, estos serían los actores

principales durante este conflicto.

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Naciones miembros del Pacto de Varsovia y de la OTAN en 1962

2.3 El desarrollo de la Guerra Fría: la Guerra de Corea

El siguiente punto de enfrentamiento entre las superpotencias fue en Corea. Al final de la

Segunda Guerra Mundial, existió un acuerdo entre las Fuerzas Aliadas en el que declararon el

porvenir de las tropas japonesas en la península coreana. Aquellas situadas en la parte norte del

Paralelo 38 se rendirían ante las fuerzas soviéticas, mientras que aquellas que se encontraban al

sur harían lo mismo ante las fuerzas estadounidenses. Es así que el 9 de Agosto de 1945 (un día

después de la declaración de guerra de la Unión Soviética al Imperio de Japón), los soviéticos

entraron en territorio coreano. Por su parte, Estados Unidos invadió el territorio sur de la

península de Corea el 8 de setiembre de 1945.

Sin embargo, una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial y debido a los conflictos entre las

superpotencias, no se pudo llegar a un acuerdo para la reunificación de Corea bajo un solo

gobierno. Posteriormente, se crearon dos naciones; la República de Corea (Corea de Sur) bajo

un gobierno capitalista de derecha elegido bajo la tutela de los Estados Unidos y la República

Democrática de Corea (Corea del Norte) un gobierno comunista establecido al amparo de la

Unión Soviética.

El 25 de junio de 1950, las fuerzas armadas de Corea del Norte se movilizaron hacia el sur con

el fin de realizar un ataque militar para unificar el país bajo un solo gobierno comunista, dando

inicio a la Guerra de Corea. La Guerra simbolizaba el primer gran enfrentamiento entre las dos

superpotencias desde el bloqueo de Berlín de 1948.

En ese momento, la Unión Soviética se encontraba disconforme con el Consejo de Seguridad

de las Naciones Unidas por haber reconocido al Kuomintang, situado en Taiwan, como

gobierno de China. Sin su presencia para vetar decisiones, se aprobó una resolución que

autorizó a las Naciones Unidas a intervenir militarmente en Corea, lo cual propició la entrada

directa de los Estados Unidos en el conflicto y la primera actuación de la OTAN como una

alianza militar.

Según se muestra en el gráfico, en un primer momento las fuerzas norcoreanas avanzaron hasta

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dejar a Corea del Sur únicamente en control de una pequeña provincia en el sureste de la

península denominada Pusan. Luego de una contraofensiva de las Naciones Unidas, las fuerzas

de Corea del Sur lograron repeler el ataque norcoreano e invadir más allá del Paralelo 38. Sin

embargo, el avance de Estados Unidos hacia la frontera entre Corea del Norte y China y el

cruce del Río Yalu propiciaron que la República Popular China ingrese también a la guerra del

lado de Corea del Norte, contraatacando y consiguiendo la retirada de las tropas de las

Naciones Unidas más allá del Paralelo 38. La guerra finalmente concluyó el 27 de julio de 1953,

dejando al país separado en la frontera original a lo largo del Paralelo 38, división que se

mantiene hasta la actualidad.

2.4 La carrera armamentista

Uno de los aspectos centrales de la Guerra Fría consistió en la carrera armamentista seguida

entre los Estados Unidos y la Unión Soviética. Si bien Estados Unidos fue el primero en

descubrir y detonar una bomba atómica en 1945, no retendría el monopolio sobre las armas

nucleares por mucho tiempo pues la Unión Soviética realizó su primera detonación exitosa el

29 de agosto de 1949.

A través de todos los conflictos mencionados anteriormente y como trasfondo de ellos, ambos

Estados se encontraban siempre inmersos una carrera para incrementar y perfeccionar la

cantidad y calidad de las armas nucleares a su disposición. El objetivo final era obtener la

“capacidad de primer ataque” (first strike capability), lo cual era considerado como la situación en

la que una de las potencias contaba con suficientes armas nucleares como para destruir a una

potencia contraria y su arsenal nuclear hasta el punto que la otra nación quedara tan debilitada

que su contraataque no sería lo suficientemente fuerte como para destruir completamente al

atacante original.

Así, el 1 de noviembre de 1952 Estados Unidos detonó su primera bomba de hidrógeno,

mientras que la Unión Soviética hizo lo propio el 22 de noviembre de 1955. El siguiente avance

tecnológico de importancia se dio con la creación de los misiles balísticos intercontinentales.

En la Unión Soviética el primer experimento exitoso fue en lanzamiento del misil R-7, el cual

voló 6000 kilómetros antes de detonar en el lugar indicado. Este mismo misil sería responsable

del lanzamiento del satélite Sputnik al espacio el 4 de octubre de 1957 y del primer

“cosmonauta”, Yuri Gagarin al espacio el 12 de abril de 1961. Por su parte, Estados Unidos

desarrolló el misil balístico intercontinental Atlas el 28 de noviembre de 1958, el cual quedó

operativo en enero de 1959.

De esta manera, ambos Estados iniciaron una carrera para obtener una capacidad nuclear

superior a la de su contraparte en la Guerra Fría. Sin embargo, en un primer momento, la

Unión Soviética quedó ampliamente rezagada en la cantidad de armas nucleares operativas.

Para 1962, Estados Unidos contaba con cerca de 30005 armas nucleares estratégicas operativas,

5 DOBBS, Michael. “One Minute to Midnight: Kennedy, Krushchev and Castro on the brink of nuclear war”. Alfred

A. Knopf, 2008.

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pudiendo desplegar 4006 misiles balísticos intercontinentales mientras que la Unión Soviética

contaba con cerca de 300 armas nucleares estratégicas operativas, pudiendo desplegar 75

misiles balísticos intercontinentales.

Asimismo, para este momento Krushchev se sentía enclaustrado en la Unión Soviética.

Mientras que Estados Unidos había instalado misiles nucleares en múltiples lugares del mundo,

incluyendo misiles Thor en Inglaterra y misiles Júpiter en Turquía, la Unión Soviética

solamente era capaz de lanzar un ataque desde su propio territorio.

Esta situación y la revolución cubana presentaron una oportunidad extraordinaria para revertir

la disparidad nuclear e igualar la balanza de poderes, siendo una de las principales

motivaciones del premier soviético para decidir instalar misiles nucleares de mediano y largo

alcance en la isla de Cuba.

III. La Revolución Cubana

3.1 La relación entre Estados Unidos y Cuba: 1895-1952

El Grito de Baire, más tarde conocido como el Grito de Oriente, fue un levantamiento

organizado por José Martí el 24 de febrero de 1895 contra las fuerzas españolas situadas en el

Oriente de Cuba. Con este acto se dio inicio a la última Guerra de Independencia Cubana,

luchada inicialmente entre las fuerzas realistas españolas y las tropas del Ejército Mambí,

apoyado por el Partido Revolucionario Cubano.

En este contexto, por causas que aún no han sido explicadas, el 15 de febrero de 1898 el buque

USS Maine de los Estados Unidos explotó en la bahía de La Habana, causando la muerte de

256 hombres y dos oficiales. Estados Unidos culpó a España por el incidente y procedió a

declararle la guerra y a invadir la isla de Cuba. Luego de múltiples victorias de las fuerzas

estadounidenses, la paz se firmó mediante el Tratado de París de 1898 por medio del cual

España renunció a su soberanía sobre Cuba, Puerto Rico y Filipinas.

Estados Unidos luego ocupó la isla de Cuba hasta 1902, cuando asumió funciones el primer

Presidente de Cuba, Tomás Estrada Palma. El 16 de febrero de 1903 se firmó el Tratado de

Arrendamiento de Bases Navales y Carboneras de por el que se concedió a los Estados Unidos

el derecho a construir y mantener perpetuamente una base naval estratégica en la localidad de

Guantánamo.

Los primeros años de la democracia cubana se vieron caracterizados por escándalos de

corrupción, brotes de violencia y la instauración de privilegios a favor de capitales

estadounidenses, tales como exoneraciones en los aranceles al azúcar y opciones de compra en

industria ferroviaria y minera. En 1906, luego que se diera una rebelión por la reelección del

Presidente Estrada Palma, este solicitó la intervención de Estados Unidos en Cuba

6 DOBRYNIN, Anatoly. “In Confidence”. New York: Times Books, 1997. p.44.

Sesión del 24 y 25 de setiembre de 2013 Modelo de las Naciones Unidas de la Universidad del Pacífico

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nuevamente, lo cual llevó al establecimiento de un gobernador provisional llamado Charles E.

Magoon, quien gobernó en Cuba hasta 1909.

Entre 1909 y 1952, Cuba atravesó un período de inestabilidad política, caracterizado por

dictaduras como la de Gerardo Machado, presidentes débiles, intervenciones estadounidenses y

protestas estudiantiles y obreras. Asimismo, la economía cubana pasó a depender casi

íntegramente de los Estados Unidos, a quien se dirigía la mayoría de las exportaciones (sobre

todo de azúcar) y quienes eran propietarios de las industrias más importantes del país.

Algunas semanas antes de la elección de 1952, Fulgencio Batista, con el apoyo de los Estados

Unidos, llevó a cabo un golpe de Estado por el que destituyó al Presidente Carlos Prio Socarras

y se estableció como dictador de Cuba.

3.2 La revolución cubana: 1953-1961

El primer ataque llevado a cabo por Fidel Castro contra la dictadura de Batista fue el asalto al

cuartel de Moncada el 26 de julio de 1953, con un grupo de 135 combatientes del Partido

Ortodoxo cubano. El ataque fue un fracaso que terminó con la retirada de los combatientes y

causó que el gobierno lance una intensa campaña represiva que concluyó con la captura de la

mayoría de los participantes.

Castro fue sometido a un proceso penal en noviembre de 1953, donde asumió su propia

defensa y aprovechó el juicio como un medio para difundir sus críticas al gobierno, utilizando

su alegato final para dar el famoso discurso en el que proclamó que “la Historia me absolverá.”

Castro pasaría los siguientes 2 años en la cárcel en la Isla de Pinos hasta que en 1955, ante las

presiones internacionales, Batista le daría una amnistía. Una vez en libertad, Castro fundó el

Movimiento 26 de julio con el propósito de oponerse a la dictadura de Batista y se fue al exilio

a México, donde se prepararía para regresar a Cuba a emprender la lucha armada contra el

gobierno de facto.

El 25 de noviembre de 1956, el yate Granma zarpó de México

con dirección a Cuba, cargando 82 guerrilleros del

Movimiento 26 de Julio e incluyendo a Fidel Castro, Camilo

Cienfuegos y a Ernesto el “Che” Guevara. El 2 de diciembre

de 1956, el Granma encalló en la Provincia Oriental de Cuba,

sin que los guerrilleros pudieran hacer contacto con Frank

País en Santiago de Cuba como había sido planeado

originalmente. Luego de ser derrotados en el combate de

Alegría del Pío los guerrilleros fueron obligados a refugiarse

en la Sierra Maestra para escapar de las fuerzas de Batista

desde donde continuarían sus operaciones guerrilleras contra el gobierno.

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Entre 1956 y 1958, el Movimiento 26 de julio, en conjunto con el Directorio Revolucionario

liderado por Jose Antonio Echeverría realizó múltiples ataques e incursiones que fueron

erosionando la popularidad del gobierno de Batista. En particular, la entrevista realizada a

Castro por Herbert Matthews del New York Times le dio prestigio y legitimidad al gobierno,

mientras que la corrupción y brutalidad del régimen de Batista le fueron restando el apoyo de la

población cubana, la comunidad internacional y sobre todo de los Estados Unidos.

En marzo de 1958, Estados Unidos declaró que retiraba su apoyo militar a Batista, eliminando

todas las ventas de armamento y congelando los cargamentos en curso, lo cual terminó de

destruir la credibilidad del dictador. Batista respondió con una ofensiva contra Castro en la

Sierra Maestra en mayo, la cual tuvo resultados desastrosos y resultó en la derrota absoluta de

las fuerzas armadas cubanas. Castro luego envió a Camilo Cienfuegos y al Che Guevara a

comenzar la invasión de las provincias de Camagüey y Las Villas en la parte central de Cuba,

como antesala a la captura de la capital.

Ante la presión de los Estados Unidos y la inminente victoria revolucionaria, el 1 de enero de

1959 Fulgencio Batista abandonó la isla de Cuba y se dirigió a República Dominicana como

exiliado. El 8 de enero de 1959, Fidel Castro y sus guerrilleros entraron a La Habana.

IV. La Crisis Cubana de los Misiles

4.1 El gobierno de Fidel Castro y el acercamiento a la Unión Soviética

Durante su estadía en México, Castro había decidido que la única manera que la revolución

cubana fuera a sobrevivir era rompiendo vínculos con Estados Unidos. Por tanto, en el

contexto de la Guerra Fría, la única manera de asegurar que la superpotencia vecina no fuera a

intervenir nuevamente en la política interna de Cuba, era a través de una alianza con su rival, la

Unión Soviética.

Estando a ello, una vez en el poder Castro procedió a buscar el apoyo de Nikita Khrushchev.

En su visita a Estados Unidos en 1959, Castro no solicitó ayuda humanitaria o económica para

su país, ni ofreció firmar acuerdos de colaboración de ningún tipo. Asimismo, emprendió una

reforma económica siguiendo las líneas del modelo soviético nacionalizando 380 empresas

privadas para 1960, incluyendo la banca y las empresas productoras de azúcar. Castro

rápidamente constituyó el Instituto de la Reforma Agraria (INRA) y promulgó la Ley de

Reforma Agraria, lo cual llevo a la expropiación de las tierras privadas a gran escala y hasta

70,000 acres de propiedad de empresas estadounidenses.

Mientras tanto, en los Estados Unidos, en la elección entre John F. Kennedy y Richard Nixon,

Kennedy atacó al gobierno republicano por haber sido demasiado suave con Cuba,

permitiendo la instalación de un gobierno comunista a 80 millas de las costas de Estados

Unidos. En una actitud hostil contra el comunismo en el mundo, en su discurso inaugural de

1960 el Presidente Kennedy había declarado “que toda nación sepa, así nos desee el bien o el

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mal, que pagaremos cualquier precio, soportaremos cualquier carga, enfrentaremos cualquier

dificultad, apoyaremos a cualquier amigo y nos opondremos a cualquier enemigo, para asegurar

la sobrevivencia y éxito de la libertad.”

Ello tuvo por consecuencia que a fines de 1960, Estados Unidos retirase a su embajador de

Cuba y ordenase un embargo total de todos los productos cubanos, incluyendo el azúcar. Fue

así que la Unión Soviética se comprometió a prestar apoyo a Cuba. Con la visita de Anastas

Mikoyan en 1960, se acordó que la Unión Soviética compraría 425,000 toneladas de azúcar ese

año, y que en los años subsiguientes compraría 1 millón de de toneladas anualmente.

Asimismo, la Unión Soviética se comprometió a otorgar créditos a Cuba hasta por US$ 100

millones así como asistencia técnica.

4.2 La Bahía de los Cochinos y la Operación Mangosta

Hasta este punto, la Unión Soviética no había hecho ninguna afirmación o compromiso para

facilitar armas o asistencia militar a favor de Cuba. Esta situación cambió entre el 15 y 17 de

abril de 1961 con la invasión de la Bahía de los Cochinos. La Agencia Central de Inteligencia

estadounidense había entrenado y equipado a un grupo de anti-revolucionarios cubanos para

una invasión de Cuba. El plan consistía en que el grupo de 1400 paramilitares cubanos

desembarcarían en la Bahía de los Cochinos, donde se reunirían con otras fuerzas guerrilleras y

suscitarían un levantamiento popular en contra del gobierno de Castro.

Sin embargo, el plan fue un desastre. Al desembarcar, las fuerzas invasoras descubrieron que

no existía ninguna guerrilla local que los pudiera apoyar y tampoco pudieron inspirar ningún

levantamiento de la población cubana en contra de Castro, como la CIA había anticipado. En

cambio, los 1400 paramilitares se enfrentaron a unas fuerzas armadas compuestas por 20,000

hombres cubanos. Peor aún, cuando la operación ya había sido un fracaso, en un intento de

mantener la posibilidad de negar responsabilidad por el ataque, el Presidente Kennedy prohibió

realizar apoyo aéreo a los paramilitares, dejándolos retirarse a las playas de la Bahía de los

Cochinos, donde fueron capturados por las fuerzas armadas cubanas.

La fallida invasión de la Bahía de los Cochinos fue también un desastre mediático para el

Presidente Kennedy. Además de la vergüenza por el fracaso de la operación, la denuncia de

Cuba de la invasión en las Naciones Unidas y la participación de los Estados Unidos era una

prueba certera para la Unión Soviética que habían intentado intervenir militarmente en otro

país para evitar el establecimiento de un régimen comunista. De esta manera, no solo

fracasaron en su intento de liberar Cuba, sino que además fortalecieron la alianza con la Unión

Soviética.

Como consecuencia de ello, el gobierno de Estados Unidos optó por cambiar de táctica para

enfrentar al gobierno establecido en Cuba. En vez de optar por una intervención directa el

Presidente Kennedy aprobó el inicio de la Operación Mangosta, bajo la administración del

teniente de la Fuerza Aérea Edward Lansdale y supervisada por su hermano Robert Kennedy.

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A través de la Operación Mangosta, Estados Unidos organizó planes de sabotaje dentro de

Cuba, para interferir con la infraestructura y comunicaciones en la isla. El propósito final

Sin embargo, la Operación Mangosta fue también un rotundo fracaso. La política de sabotaje

era la peor combinación de política exterior posible: ruidosa y evidente pero al mismo tiempo

inefectiva. Lansdale preparó múltiples planes para incentivar a la población cubana a levantarse

contra Castro, que eran tildados por otros analistas como inverosímiles o hasta ridículos,

incluyendo planes para disparar fuegos artificiales en ciertas partes de Cuba para hacer creer a la

población que había llegado la segunda venida de Cristo, dar a Castro cigarros explosivos o

envenenarlo para que se le cayera la barba y quedara en ridículo. El resultado fue que entre abril

de 1961 y octubre de 1962 la credibilidad y estabilidad de Castro en Cuba se mantuvo intacta.

4.3 El inicio de la crisis

La invasión de la Bahía de los Cochinos y la Operación Mangosta convencieron a Castro y a la

Unión Soviética que los Estados Unidos intervendrían nuevamente en Cuba para asegurar la

caída de Castro y la instauración de un gobierno capitalista y favorable a sus intereses en la isla.

En un viaje a Moscú en Julio de 1962, Castro y Khrushchev negociaron un acuerdo secreto

para la construcción y establecimiento de silos nucleares en Cuba, para la defensa de la isla y

para que funcionaran como un elemento disuasivo ante cualquier plan de invasión de Estados

Unidos.

Ello dio lugar a la Operación Anadyr, nombrada por un remoto pueblo en la Siberia soviética,

entre junio y octubre de 1962, la cual consistió en el despliegue de misiles balísticos,

bombarderos de mediano alcance y divisiones de infantería mecanizada, en un total de 60,000

hombres, a la isla de Cuba para participar en su defensa en caso de una invasión

estadounidense. La operación se realizó en absoluto secreto, sin que la inteligencia

estadounidense obtuviera información alguna respecto al movimiento de los misiles hacia los

puertos de la Unión Soviética o su embarque hacia Cuba. Las fuerzas despachadas estuvieron

bajo el comando del Comandante Issa Pliyev, quien fue instruido que debía impedir la invasión

bajo la isla de Cuba por cualquier medio, incluyendo el uso de armas nucleares tácticas de 12

kilotones tipo “Luna” que tenía en su poder.

El 14 de octubre de 1962 aviones U-2 sobrevolando

Cuba tomaron las primeras fotografías de los silos

nucleares en Cuba. El Presidente Kennedy fue informado

al día siguiente de la situación por su asesor McGeorge

Bundy, y procedió a formar un grupo de asesores

denominado el Comité Ejecutivo o EXCOMM, diseñado

para tratar con la crisis generada por la instalación de los

misiles en Cuba.

En ese momento, los silos aún se encontraban

mayormente en construcción, y requerían la provisión de

Sesión del 24 y 25 de setiembre de 2013 Modelo de las Naciones Unidas de la Universidad del Pacífico

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ciertos insumos que aún se encontraban en ruta a Cuba, pero a partir del momento que fueran

completados, darían a la Unión Soviética una capacidad ofensiva que permitiría atacar a

cualquier punto de los Estados Unidos.

El 22 de octubre de 1962, el Presidente Kennedy realizó un anuncio público a los Estados

Unidos en el que informó de la situación en Cuba y de su decisión de establecer una

“cuarentena” alrededor de la isla de Cuba, para evitar la llegada de los buques soviéticos que

aún se encontraban en camino a la isla, para terminar de aprovisionar a los silos nucleares con

misiles balísticos de largo alcance.

V. Situación Actual

Es el 24 de octubre de 1962. La cuarentena de la isla de Cuba ya se encuentra con una

cuarentena en efecto, y los navíos estadounidenses están bajo órdenes de interceptar y detener

a cualquier barco que intente aproximarse a Cuba. Al mismo tiempo, los buques soviéticos se

encuentran en ruta a la isla, liderados por el Kimovsk, con órdenes de no detenerse. Asimismo,

la Unión Soviética ha despachado cuatro submarinos nucleares del tipo “Foxtrot,” los cuales se

encuentran ya operativos en el Caribe.

Ante la pasividad de las Naciones Unidas frente al conflicto, la Asamblea General ha invocado

a la Resolución No. 377 A, por la cual en caso el Consejo de Seguridad por disenso entre los

miembros permanentes no pueda resolver una cuestión que afecte a la seguridad internacional,

la Asamblea General puede conocer el asunto y emitir las decisiones vinculantes que considere

necesarias, incluyendo la intervención militar, de ser el caso.

Así, la Asamblea General se reúne en la presente sesión especial de emergencia para tratar la

cuestión de la Crisis Cubana de Misiles y su posible resolución.

VI. Preguntas que toda resolución debe responder

1. ¿Tienen la Unión Soviética y la República de Cuba el derecho a instalar misiles nucleares

dentro del territorio soberano de Cuba?

2. ¿Qué medidas se deben tomar con respecto a la “cuarentena” efectuada por el gobierno de

los Estados Unidos alrededor de la isla de Cuba?

3. ¿Deberán retirarse los misiles nucleares instalados en Cuba?

4. En caso la respuesta anterior fuera afirmativa, ¿qué medidas deberá tomar las Naciones

Unidas para el retiro de los misiles nucleares instalados en la República de Cuba?

5. En caso la respuesta al punto 3. fuera negativa, ¿qué medidas deberán adoptarse para la

permanencia de los misiles nucleares en la República de Cuba?

6. ¿Se deberá aplicar alguna sanción a los Estados involucrados en la crisis?

7. ¿Qué medidas recomiendan para evitar la proliferación de armas nucleares a largo plazo?

8. ¿Qué medidas recomienda para mejorar la comunicación entre las superpotencias en crisis

como la presente?

Sesión del 24 y 25 de setiembre de 2013 Modelo de las Naciones Unidas de la Universidad del Pacífico

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Bibliografía

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of Nuclear War.” Random House Inc., 2008.

2. KENNEDY, Robert. “Thirteen Days. A memoir of the Cuban Missile Crisis.” W.W. Norton

& Company Ltd., New York, 1999.

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309.

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University Press, 2006.

5. WALDRON, Lamar y HARTMANN, Thom. “Ultimate Sacrifice. John and Robert Kennedy,

the Plan for a Coup in Cuba and the Murder of JFK”. Counter Point, Berkeley, 2006.