Boletín El Heraldo AMECCDAi del 5 de abril de 2015

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R eflexionar acerca de la muerte de Jesús es reflexionar acerca del asesinato más importante e impactante de la historia. Tanto así que Tomas de Aquino clasificó esta muerte como “un decidio.” En primer lugar es muy importante subrayar el hecho histórico de que Jesús de Nazaret murió en la Cruz del Calvario. Sí, la seguridad de la muerte de Jesús es tesis central y piedra angular de nuestra fe. La muerte de Jesús se atribuye al efecto multifactorial de los traumas que sufre antes y durante la crucifixión. Un análisis serio de estos aspectos nos llevará a considerar desde la hematidrosis en Getsemaní (sudar sangre), hasta la posibilidad de un shock hypoglicémico. A esto hay que añadir múltiples azotes. Esto es, la exposición de vísceras y atrofia de músculos pectorales y toráxicos; músculos que ayudan en la función pulmonar, la posibilidad muy real a la tetania por estar expuesto al ambiente Palestino, el cambio en pH (medida de acidez-alcalinidad) de su sangre, la deshidratación, la hipovolemia, la posibilidad de problemas renales, de arrestos cardíacos, de espasmos severos, de cambios en la mecánica respiratoria (la fase activa ahora es pasiva), la posibilidad de un ataque cardiáco al mediodía, la colección de sangre en su cavidad toráxica (probada por la lanza que abre su costado y revela la ruptura de la pared del atrio izquierdo debido a la posibilidad de un trombo vegetativo desprendido). E n adición a esto, la Biblia destaca el uso de 100 lbs de especies para la preparación de su cuerpo; especies que causan toxicidad y parálisis del sistema nervioso central. O sea, que si todo lo descrito en el párrafo anterior no fue capaz de matar a Jesús, la unción de las mujeres sí lo hizo (Jn 19:39). Ahora bien, ¿por qué muere Jesús? O más bien, ¿para qué muere? ¿Cuáles son las razones de su muerte? Wolfhart Pannenberg decía que Jesús muere para redefinir la vida. Sí, antes de su muerte en la Cruz la muerte es vista como destino final; lejos de la comunión con Dios. Es vista como el proceso de salir de la vida sin comunión con el dador de ésta. La Cruz propone la comunión de nuestra muerte con la de Cristo. Es parte de lo esencial del mensaje de la Cruz. E l carácter de nuestra muerte cambia porque Jesús muere en la cruz. Por otro lado, la muerte de Jesús es muerte sacrificial. Confiar en él y confiar en esto significa entonces no tener que morir sin comunión con Dios. La muerte de Jesús transforma la muerte en palabra penúltima; en un concepto y experiencia de esperanza. La noticia de gracia más excelsa de la historia es que Jesús resucita de entre los muertos. Lo sabemos por los miles de testigos de su resurrección que nunca pudieron ser silenciados y que prefirieron morir a tener que mentir o guardar silencio. La historia de Marcos 16 lo ejemplifica. La preocupación no es que esté muerto Jesús es “¿Quién moverá la piedra?”. L a resurrección trata con ese asunto de empujar la piedra y lo que encontraremos detrás de ella si metemos a Jesús en la ecuación. Esa mañana de la resurrección se aparece un ángel y les dice a los presentes: “no se asusten.” Pero el cuadro interior es mucho más impactante; la tumba está vacía. Nosotros, que nunca habíamos amado la muerte, pero que habíamos aprendido a aceptarla (aunque no la pudiésemos entender), ahora somos confrontados con la llegada de un ángel que dice que el que murió en la 5 de abril de 2015 • Volumen X • No. 475

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Tema: Los Efectos de ls Resurrección de Cristo. Mensaje por: Pastor/Rector Mizraím Esquilín García. Boletín Oficial de la Iglesia AMEC Casa de Alabanza, en Canóvanas, PR. Fecha: 5 de abril de 2015, Vol. X, No. 475

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Reflexionar acerca de la muerte de Jesús es reflexionar acerca del asesinato más importante e impactante de la historia. Tanto así que Tomas de

Aquino clasificó esta muerte como “un decidio.” En primer lugar es muy importante subrayar el hecho histórico de que Jesús de Nazaret murió en la Cruz del Calvario. Sí, la seguridad de la muerte de Jesús es tesis central y piedra angular de nuestra fe. La muerte de Jesús se atribuye al efecto multifactorial de los traumas que sufre antes y durante la crucifixión. Un análisis serio de estos aspectos nos llevará a considerar desde la hematidrosis en Getsemaní (sudar sangre), hasta la posibilidad de un shock hypoglicémico. A esto hay que añadir múltiples azotes. Esto es, la exposición de vísceras y atrofia de músculos pectorales y toráxicos; músculos que ayudan en la función pulmonar, la posibilidad muy real a la tetania por estar expuesto al ambiente Palestino, el cambio en pH (medida de acidez-alcalinidad) de su sangre, la deshidratación, la hipovolemia, la posibilidad de problemas renales, de arrestos cardíacos, de espasmos severos, de cambios en la mecánica respiratoria (la fase activa ahora es pasiva), la posibilidad de un ataque cardiáco al mediodía, la colección de sangre en su cavidad toráxica (probada por la lanza que abre su costado y revela la ruptura de la pared del atrio izquierdo debido a la posibilidad de un trombo vegetativo desprendido).

En adición a esto, la Biblia destaca el uso de 100 lbs de especies para la preparación de su cuerpo; especies que causan toxicidad y parálisis del sistema nervioso central. O sea, que si todo lo descrito en

el párrafo anterior no fue capaz de matar a Jesús, la unción de las mujeres sí lo hizo (Jn 19:39).Ahora bien, ¿por qué muere Jesús? O más bien, ¿para qué muere? ¿Cuáles son las razones de su muerte? Wolfhart Pannenberg decía que Jesús muere para redefinir la vida. Sí, antes de su muerte en la Cruz la muerte es vista como destino final; lejos de la comunión con Dios. Es vista como el proceso de salir de la vida sin comunión con el dador de ésta. La Cruz propone la comunión de nuestra muerte con la de Cristo. Es parte de lo esencial del mensaje de la Cruz.

El carácter de nuestra muerte cambia porque Jesús muere en la cruz. Por otro lado, la muerte de Jesús es muerte sacrificial. Confiar en él y confiar en esto significa entonces no tener que morir sin comunión

con Dios. La muerte de Jesús transforma la muerte en palabra penúltima; en un concepto y experiencia de esperanza. La noticia de gracia más excelsa de la historia es que Jesús resucita de entre los muertos. Lo sabemos por los miles de testigos de su resurrección que nunca pudieron ser silenciados y que prefirieron morir a tener que mentir o guardar silencio. La historia de Marcos 16 lo ejemplifica. La preocupación no es que esté muerto Jesús es “¿Quién moverá la piedra?”.

La resurrección trata con ese asunto de empujar la piedra y lo que encontraremos detrás de ella si metemos a Jesús en la ecuación. Esa mañana de la resurrección se aparece un ángel y les dice a los presentes: “no

se asusten.” Pero el cuadro interior es mucho más impactante; la tumba está vacía. Nosotros, que nunca habíamos amado la muerte, pero que habíamos aprendido a aceptarla (aunque no la pudiésemos entender), ahora somos confrontados con la llegada de un ángel que dice que el que murió en la

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Cruz ha redefinido esto. Que la muerte ya no es palabra última. Entonces no se debe vivir para empujar piedras. Se debe vivir, es más se nos ofrece vivir con un nuevo entendimiento de la vida. Sí, con una nueva agenda para la vida. O sea, que la Pascua

de Resurrección no es sinónimo de nuevos comienzos, ni de esperanzas para el espíritu humano. Tampoco se trata de un nuevo grupo de sentimientos hacia la familia. La Pascua de la Resurrección es la definición de una vida que no termina en dónde siempre se nos dijo que acabarían las cosas. El mensaje del ángel es este: “desde hoy ustedes tienen que aprender a ver la vida con una nueva óptica.” Se trata de una experiencia más allá de los límites de nuestra vida normal. La resurrección mete a Dios en esos límites. Por último, los efectos de la resurrección de Jesús son insondables.

Entre los miles de resultados que pueden ser esgrimidos, hemos decidido subrayar 20 de los más importantes. Los efectos de esa resurrección son los siguientes:

1- Afirma todo lo que Jesús dijo: el mensaje de Jesús y sus enseñanzas dependían de que pudiera cumplir su promesa y así lo hizo (Mc 8:31).2- Confirma quién es Jesús: Jesús declaró que él es Dios y resucitó para probarlo.3- Vindica los sufrimientos y la muerte de Cristo: Su pasión y su muerte no fueron en vano. Su muerte se produce con la intención de pagar por nuestra salvación y su resurrección para vencer la paga del pecado.4- Conquista la muerte: Jesús dijo que él es la resurrección y la vida. Dijo además que porque él vive nosotros también viviremos (Jn 14:19). Es por esto que Pablo nos amplía que podemos vivir unidos a Cristo en el poder de la resurrección (Rom 6:5).

5- Manifiesta la justicia de Dios: En 2 Cor 5:21 se nos enseña que Jesús fue convertido en la esencia del pecado para que nosotros pudiéramos ser convertidos en justicia de Dios en él. Así mismo se nos dice que la Resurrección y la ascensión de Jesús garantiza su regreso en gloria para la victoria final (Apoc 19:11-13)6- Nos liberta del pecado porque nos justifica. Pablo escribe esto en Rom 4:25. O sea, que prueba que el sacrificio de Cristo fue aceptado por el Padre. 7- Nos transforma como una acción superlativa de la gracia de Dios. La resurrección de Jesús garantiza que aquellos que están en Cristo son nuevas criaturas (2 Cor 5:17)8- Nos empodera. La misión del Apóstol Pablo incluye vivir en el poder de la resurrección (Fil 3:8-11). Su resurrección le asigna un poder especial a la vida del creyente (Ef 1:19-20)9- Derrota a satanás. 10- Proclama la supremacía de Cristo 11- Demuestra el poder de Dios12- Le concede autoridad al Evangelio13- Demuestra el carácter único del cristianismo14- Apuntala el nacimiento de un Nuevo Pacto15- Provee las bases para la construcción del Reino16- Da inicio a los últimos tiempos17- Cambia el curso de la historia18- Revela un Nuevo Camino para vivir una humanidad completa19- Estimula nuestro servicio20- Nos llena de esperanza

“Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres. Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren,

también en Cristo todos serán vivificados.” (1 Cor 15:19-22)

Siendo esto así, entonces hay que llegar a las siguientes conclusiones respecto a la resurrección:

1. La resurrección es demostración del poder de Dios.

2. La resurrección es poder para vencer las más grandes pruebas y adversidades que podemos enfrentar en la vida.

a. Esto valida las promesas bíblicas, tales como las que encontramos en 1 Cor 10:13; 1 Cor 15:55-57 e Isa 43:2-3.

3. La resurrección es poder para dar vida a todo aquello que está irremediablemente muerto.

a. Como bien recoge San Pablo en 2 Corintios 4:14-18:“14 sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros. 15 Porque todas estas cosas padecemos por amor a vosotros, para que abundando la gracia por medio de muchos, la acción de gracias sobreabunde para gloria de Dios. 16 Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. 17 Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; 18 no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.”b. Otros buenos ejemplos lo encontramos en los siguientes pasajes:

i.1Cor 15:26: nuestro último enemigo es vencido.ii.1Tes 4:13-17: seremos resucitados. iii.Efe 2:1, 5-6: somos resucitados de la muerte del pecado.

4.La resurrección es poder para vivir una vida nueva y victoriosa en Cristo .

a. Es de esto que nos habla San Pablo en Gal 2:20b. Se trata del poder del Cristo resucitado que vive en nosotros.c. Es de esto que habla el Apóstol Pedro en 1 Ped 1:21.d. Martín Lutero solía padecer de depresiones que le arropaban por largos períodos de tiempo. Esto fue así hasta que una mañana su esposa bajó de su habitación vestida con ropas de luto. Viéndola, Lutero le preguntó acerca de quién había muerto. Su respuesta fue contundente: “Dios se murió.” Esta respuesta provocó a Lutero a ripostarle: “Dios no se ha muerto.” Fue aquí que Lutero recibió la medicina que necesitaba: “Si Dios no se ha muerto, entonces vive y actúa como que Él está vivo.”e. Este poder aumenta nuestra capacidad para creer y confiar.

Winston Churchill dejó hechos todos los arreglos de su funeral. Los himnos que cantaron en “St. Paul’s Cathedral” fueron

impresionantes; una liturgia impactante por demás. Para el final del servicio, Churchill había dejado un evento poco usual. Luego de la bendición final, un trompetista se paró y tocó “Taps” (pieza musical para despedir a los caídos). Todos los presentes creyeron que el funeral se había acabado. Entonces, luego de una larga pausa, del otro lado de la Catedral, unos trompetistas se pusieron de pie y tocaron Reveille (pieza musical para despertar a los soldados y llamarlos a formación).

Sábado, 25 de abril a las 7:00 am

Balneario de Luquillo (entrado por marginal detrás de los kioskos). Nota: Los hermanos

que tomaron las clases de otoño 2014 serán bautizados ese día.

Muchas felicidades al Hno. Bernardo Punter por su cumpleaños el 7 de abril.

A Shirley Esquilin y Sara Rivera por su cumpleaños el 8 de abril y el 11 de abril respectivamente, chicas que este nuevo año de vida que Dios les da sea lleno de pensamientos de fe, esperanza y amor, que

el Señor cumpla sus grandes propósitos para ustedes.

Deseamos agradecer a los pastores Mickey Martinez y Frankie Parrilla, diáconos y ujieres por el apoyo espiritual a nuestra hija Gisellies en su emergencia de salud. Gracias, Iris y Fernando.