Boletín El Heraldo AMECCDAi 17 de mayo 2015

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W arren Wiersbe comienza uno de sus análisis del libro de Rut citando una aseveración escrita por Ralph Waldo Emerson como parte de su libro titulado “The Conduct of Life” (publicado en 1871). Casi todos aquellos que hemos leído esa cita hemos terminado leyendo el libro de este famoso ensayista norteamericano. E sa cita dice lo siguiente: “The efforts which we make to escape from our destiny only serve to lead us into it”. 1 (Los esfuerzos que hacemos para escapar de nuestro destino solo sirven para dirigirnos a este.) W iersbe argumenta con mucha razón que la aseveración de Emerson se sustenta bíblicamente. Es importante comprender que Dios nos ha dado libertad para escoger, y que por lo tanto son varias las opciones que tenemos ante la voluntad divina. Podemos optar por ignorar esa voluntad. Nosotros podemos decidir discutir en contra de ella o podemos decidir desobedecerla y hasta pelear en contra de ella. Sin embargo, descubriremos, al final del camino, que la voluntad de Dios siempre prevalecerá. E l Dr. Elmer Towns nos ha regalado un libro (“Encountering God for Spiritual Breakthrough,” Regal Books, Dic 1998) en el que constantemente chocamos con esta verdad. Hay algunos elementos muy singulares en la presentación que hace Towns. El primero de ellos es que todos y cada uno de los sujetos que el describe están en una lucha titánica con sus tareas de vida (las tareas que Dios les asignó desde antes de nacer). Otro elemento tiene que ver con que es en medio de esas luchas que Dios sale al encuentro de cada uno de ellos. El tercer elemento que descubrimos en las narrativas que nos regala Towns es que todos los esfuerzos realizados por estos sujetos solo sirven para acentuar el llamado de Dios para sus vidas y las vidas de los suyos. H oy comenzamos nuestros acercamientos formales a estos encuentros. La tarea que tenemos de frente en las próximas semanas procura unos objetivos que están muy bien definidos. Algunos de ellos son objetivos ontológicos. Esto es, objetivos que nos ayudan a definir quiénes somos y el propósito para el que estamos aquí. El primero de estos es convencernos de que Dios siempre está procurando salir a nuestro encuentro. El segundo objetivo es internalizar que en las mayorías de las ocasiones estos encuentros ocurrirán en tiempos de crisis. El tercer objetivo procura asentar la convicción de que estos encuentros redirigen nuestros rumbos hacia la voluntad de Dios. O tros objetivos son procesales. Uno de ellos procura que podamos entrelazar y aceptar los elementos comunes que existen en los escenarios en los que Dios sale al encuentro a estos personajes bíblicos y los escenarios nuestros. Otro objetivo procura que entendamos que el ejercicio de conocer la vida y el comportamiento de estos hombres y estas mujeres de Dios, nos permitirá 17 de mayo de 2015 • Volumen X • No. 481

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Tema: Dios sale a nuestro encuentro. Mensaje por: Pastor/Rector Mizraím Esquilín García. Fecha: 17 de Mayo de 2015, No. X, Vol. 481. Boletín Oficial de la Iglesia AMEC Casa de Alabanza, Canóvanas, Puerto Rico.

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Warren Wiersbe comienza uno de sus análisis del libro de Rut citando una aseveración escrita por Ralph Waldo Emerson

como parte de su libro titulado “The Conduct of Life” (publicado en 1871). Casi todos aquellos que hemos leído esa cita hemos terminado leyendo el libro de este famoso ensayista norteamericano.Esa cita dice lo siguiente:

“The efforts which we make to escape from our destiny only serve to lead us into it”. 1 (Los esfuerzos que hacemos para escapar de nuestro destino solo sirven para dirigirnos a este.)

Wiersbe argumenta con mucha razón que la aseveración de Emerson se sustenta bíblicamente. Es importante comprender que Dios nos ha dado libertad para escoger, y que por lo tanto son

varias las opciones que tenemos ante la voluntad divina. Podemos optar por ignorar esa voluntad. Nosotros podemos decidir discutir en contra de ella o podemos decidir desobedecerla y hasta pelear en contra de ella. Sin embargo, descubriremos, al final del camino, que la voluntad de Dios siempre prevalecerá.

El Dr. Elmer Towns nos ha regalado un libro (“Encountering God for Spiritual Breakthrough,” Regal Books, Dic 1998) en el que constantemente chocamos con esta verdad. Hay algunos elementos

muy singulares en la presentación que hace Towns. El primero de ellos es que todos y cada uno de los sujetos que el describe están en una lucha titánica con sus tareas de vida (las tareas que Dios les asignó desde antes de nacer). Otro elemento tiene que ver con que es en medio de esas luchas que Dios sale al encuentro de cada uno de ellos. El tercer elemento que descubrimos en las narrativas que nos regala Towns es que todos los esfuerzos realizados por estos sujetos solo sirven para acentuar el llamado de Dios para sus vidas y las vidas de los suyos.

Hoy comenzamos nuestros acercamientos formales a estos encuentros. La tarea que tenemos de frente en las próximas semanas procura unos objetivos que están muy bien definidos. Algunos

de ellos son objetivos ontológicos. Esto es, objetivos que nos ayudan a definir quiénes somos y el propósito para el que estamos aquí. El primero de estos es convencernos de que Dios siempre está procurando salir a nuestro encuentro. El segundo objetivo es internalizar que en las mayorías de las ocasiones estos encuentros ocurrirán en tiempos de crisis. El tercer objetivo procura asentar la convicción de que estos encuentros redirigen nuestros rumbos hacia la voluntad de Dios.

Otros objetivos son procesales. Uno de ellos procura que podamos entrelazar y aceptar los elementos comunes que existen en los escenarios en los que Dios sale al encuentro a estos

personajes bíblicos y los escenarios nuestros. Otro objetivo procura que entendamos que el ejercicio de conocer la vida y el comportamiento de estos hombres y estas mujeres de Dios, nos permitirá

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corremos el peligro de abrazar la religión de lo absurdo. Esto es, abrazar la experiencia religiosa que nos provea soluciones inmediatas y “paleativas” para el dolor que sentimos o experiencias religiosas que satisfagan lo que dice 1 Jn 2:15-16 (“los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida”); cosas que no provienen de Dios.

Esto sucede porque desconocemos que parte de nuestra rebeldía como pecadores estriba en creer que nuestra

libertad metodológica nos capacita para entender el mundo y la revelación de lo que Rudolph Otto llamó el “mysterium tremendum;” la revelación de Dios. La verdad es que nosotros no poseemos la capacidad para entender a Dios ni su revelación. Dios dejará de ser Dios el día en que podamos hacerlo.

La tensión aumenta cuando no podemos aceptar que no hemos manejado

nuestra crisis y nos convencemos que sabemos, de que hemos recibido revelación de lo que Dios quiere hacer con nosotros. Es aquí, en esta tensión entre lo racional y lo irracional, que Dios prefiere revelarse y salir a nuestro encuentro.

Las complicaciones aumentan cuando la persona en cuestión ha sido llamada

por Dios para asumir posiciones como líder del pueblo. Sobre esto último habla un poco Eugene Peterson en un ensayo titulado “The Jonah Syndrome.” 2 Peterson argumenta por lo bajo en este ensayo que las mayorías de las crisis que se enfrentan en el ejercicio de ser líderes no traen consigo confrontaciones con experiencias tan sencillas como

escapar de las tentaciones de robar, adulterar o matar. Estas crisis traen consigo puertas que se abren para que seamos víctimas de “pecados más altos,” los del espíritu. Es esa pasión o celo que nos han puesto por la tarea que en medio de una crisis se mezcla con las insatisfacciones que no se han resuelto (“los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida”). ¿Cuántas historias ha escuchado usted acerca de gente que “Dios ha enviado” a casarse, a mudarse, a comprar o a vender, a hacer una

conocer mucho mejor al Dios a quien ellos sirven. El último objetivo procesal es convencernos de que Dios quiere que

seamos capaces de enfrentar “issues” (asuntos) del corazón y de nuestro espíritu que no hemos resuelto.

Una introducción responsable sobre este tema nos obliga a considerar algunos conceptos y elementos esenciales para

estas discusiones. El Rabino Joseph B. Soloveitchik comparte en unos de sus libros; “The Halakhic Mind” (Londres: Seth Press, 1986) muchas de las opiniones vertidas hasta aquí. Este académico comienza su exposición aseverando que la experiencia religiosa nace en medio de las crisis y que es en esta experiencia trascendental y de aventura que descubrimos al “deus absconditus” (Dios escondido).

Soloveitchik alega que el ser humano que está en crisis entra en una dialéctica Hegeliana

(filosofía de Georg Wilhem Friedrich Hegel que expone que toda la realidad puede ser expresada utilizando categorías racionales) en la que descubre que la fe no es otra cosa sino “locura divina” (resumiendo a S. Kirkegaard, K. Barth, Rudolph Otto y Emil Brunner) y que el encuentro con Dios es la “paradoja divina” ante la crisis.

Permítame explicar esto de una manera más sencilla. El ser humano (homus religiosus)

entra en la discusión y análisis de sus crisis, casi siempre intentando quitarse de encima el “shock,” el impacto que produce en él la crisis que enfrenta. Soloveitchik usa una frase en francés para describir esto; “embarras de choix” (la vergüenza por la selección y/o resultado de lo que le sucede). A partir de este punto, el ser humano casi siempre procurará asumir una postura apologética. Esto es, tratar de ofrecerse a sí mismo algunas razones y posiciones racionales que le permitan entender lo que le sucede (porqué, cómo, etc.), particularmente cuando la crisis alcanza niveles irracionales. Es aquí que abrazamos a Hegel; para no volvernos locos.

El problema con esto es que hay crisis y hay Crisis y nuestros sistemas colapsan cuando chocamos con eventos que

trascienden a nuestras capacidades. Lo más terrible en este instante es tener que confesar nuestra ignorancia. Es allí que

2 http://www.christianitytoday.com/le/1990/summer/90l3038.html#bmb=1

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El problema con esto es que somos nosotros los últimos en darnos cuenta de que el celo por obedecer y “hacer

la voluntad de Dios” en medio de la crisis, mezclado con esas insatisfacciones, no nos permite ejercer un buen discernimiento. Es que en medio de esa crisis no somos capaces de discernir que lo que “sentimos de parte de Dios” puede ser un ataque de arrogancia ante nuestra incapacidad para aceptar que aquello que procuramos no es una prioridad para Dios. Peterson se pregunta si es inspiración divina o si es un ego ansioso.

Cuando esto sucede desarrollamos la tendencia de buscar los profetas que nos digan lo que queremos

escuchar (1 Rey 22:3-28). Otra característica común de estos escenarios es la de abandonar la Iglesia para ir a esos lugares en los “que la Presencia de Dios se siente de verdad.” Los resultados detrás de todas estas conductas suelen ser muy dolorosos. La buena noticia es que es allí que conocemos al “deus absconditus.” Es aquí, en esta tensión entre lo racional y lo irracional, que Dios prefiere revelarse y salir a nuestro encuentro. El Espíritu Santo decide allí sacudir nuestros corazones. Es entonces que la fe se convierte en una manifestación y proceso de locura divina. Sí, creemos que hay vida en medio de la muerte, luz en medio de las tinieblas, paz en medio de la tormenta y abundancia en medio de la escasez. Es allí que el encuentro con Dios resulta en una paradoja divina en medio de la crisis. Dios en su infinito amor y misericordia ha decidido salir a nuestro encuentro.

Confiamos que el ejercicio de considerar la propuesta que nos hace Elmer Towns nos llevará a alcanzar nuestros

objetivos. Oramos para que esto sea así. Te sugerimos que te facilites este proceso adelantando las lecturas de estas historias. El libro está disponible en formato .pdf en la página cibernética de la Iglesia (www.ameccda.org). Los primeros cuatro escenarios serán los siguientes: • Moisés, • Abraham, • Isaías, y • María Magdalena

¡Buen provecho!

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Ven y se parte del equipo de trabajo del

Ministerio Pro- Templo

Favor de comunicarse con el Hno. Raúl Pachecho

(787) 256-3331

La Iglesia AMEC Casa de Alabanza se complace en felicitar al Pastor Francisco Parrilla y al Hno. Agustin Guadalupe por sus cumpleaños el 12 y 13 de mayo respectivamente, que el Señor siga cumpliendo sus hermosos propósitos en ustedes.

A la Hna. Zory Serrano por su cumpleaños el 16 de mayo, te deseamos todas la bendiciones, que tengas un brillante

año de vida. Que el Señor en medio de los desafíos te de su paz. ¡Feliz cumpleaños!