Blanco, A. Informática y arqueología, visión de futuro. 2008

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    POZA DE LA SAL

    EL CASTILLO DE MONTEALEGRE

    COVARRUBIAS

    MaDRIgal De las alTas ToRRes

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    INFORMTICA Y ARQUEOLOGA: VISIN DE FUTURO DOSSIER 34

    patrimonio 34 51

    El manejo y anlisis de esos

    datos est experimentando

    un gran desarrollo

    gracias a herramientas

    informticas que explotan

    una caracterstica crucial

    de los mismos: su situacin

    en el terreno y, por tanto,

    su tratamiento como

    informacin geogrfica.

    Antonio Blanco Gonzlez

    BECARIO DE INVESTIGACIN DE LAFUNDACIN DEL PATRIMONIO HISTRICODE CASTILLA Y LEN. DEPARTAMENTODE PREHISTORIA, HISTORIA ANTIGUAY ARQUEOLOGA. UNIVERSIDAD DESALAMANCA.

    INFORMTICA YARQUEOLOGA:VISIN DE FUTURO

    La gestin e investigacin del patrimonio arqueolgico medianteSistemas de Informacin Geogrfica

    Fig. 1.

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    52 patrimonio 34

    Para contemplar el patrimonio cul-

    tural solemos dirigir nuestra mira-

    da al frente o hacia el cielo. Se tra-

    ta del legado arquitectnico que en las

    leyes se identifica bien con los conceptos

    de monumento y conjunto histrico, entre

    otros. Pero castillos, catedrales y palacios

    son una pequea muestra del patrimonio

    histrico, cuya mayor parte aguarda bajo

    nuestros pies. Para estudiarlo habremos de

    mirar hacia abajo, apreciando las mltiples

    formas en que tales restos han pasado a

    formar parte del suelo, constituyendo yaci-

    mientos arqueolgicos. Este concepto reco-

    ge pues la forma ms comn y extendida en

    que han quedado reducidos los vestigios

    materiales de quienes nos precedieron (Fig.

    1). Se trata, adems, de las manifestaciones

    ms vulnerables del patrimonio cultural,y las que ms tarde han comenzado a ser

    valoradas y, por consiguiente, protegidas.

    Desde sus comienzos, la arqueologa se

    centr en las antigedades arquitectnicas

    y los objetos histrico-artsticos. Los yaci-

    mientos pasaron progresivamente de ser

    considerados minas de objetos antiguos

    segn manifiesta su denominacin, a par-

    tir del smil geolgico a ser lugares donde

    obtener informacin sobre cmo esos mate-

    riales se fabricaron, usaron o fueron depo-

    sitados.

    Hoy da, tanto los yacimientos como los

    monumentos se consideran documentos en

    s mismos. Las relaciones que mantienen

    entre s, con el medio ambiente que los rodea

    y con otros elementos que tambin forman

    parte del paisaje carreteras, urbanizacio-

    nes, embalses, etc. son de gran importancia

    para su delimitacin y proteccin y para su

    interpretacin histrica. En la resolucin de

    estas complejas tareas la incorporacin de

    la informtica est siendo lenta y muy des-

    igual, pero se trata de una tendencia progre-

    siva e inexorable, y por ello es necesario reco-

    nocer las posibilidades que ofrece.

    Para qu sirve un Sistema de Informacin

    Geogrfica (SIG)?

    Un SIG es un conjunto de herramientas infor-

    mticas que permite hacer en un nico pro-

    grama y de manera fcil y rpida cosas que

    de otra forma llevaran mucho tiempo, o que

    simplemente sera imposible plantearse. Inte-

    gra de forma simultnea las utilidades de las

    bases de datos con el diseo y la cartografa

    asistidos por ordenador. Es decir, un progra-

    ma de SIG permite hacer a un tiempo muchas

    cosas con una misma informacin, o combi-

    nando datos sobre aspectos muy distintos.

    Pinsese en la siguiente situacin, tan

    frecuente: necesitamos un mapa que no

    existe, pero tenemos la informacin con

    la que podramos dibujarlo. As, con un SIG

    podemos obtener por nuestra cuenta pla-

    nos o informacin sobre temas muy concre-

    tos que nos interesen. Por ejemplo, podra-

    mos componer un mapa de riesgo de ero-

    sin del suelo a partir de informacin sobre

    la pendiente del terreno y datos sobre las

    clases de suelos y los tipos de vegetacin.

    El SIG permite adems modificar las

    tablas de datos creando nuevos campos

    p.e. hallar la densidad de poblacin en

    unos pueblos a partir de los datos sobre la

    extensin del municipio y la informacin del

    censo y representarlos mediante mapas,grficos o resmenes la media, los porcen-

    tajes, etc.. Las consultas de esos datos son

    rpidas y sencillas: podremos seleccionar

    slo aquellos casos que cumplan alguna

    condicin p.e. las parcelas que sern afec-

    tadas por el trazado de una autova y todo

    ello sin necesidad de recurrir a otros progra-

    mas o a otros servicios administrativos dis-

    tintos al que estamos consultando o desde

    el que estamos trabajando (Fig. 2).

    Fig. 2

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    INFORMTICA Y ARQUEOLOGA: VISIN DE FUTURO DOSSIER 34

    patrimonio 34 53

    Su empleo est muy extendido, por ser

    una valiosa ayuda en cualquier campo que

    trabaje con problemas sobre el territorio.

    Un SIG puede ser til en la eleccin de las

    zonas idneas para ubicar determinados

    negocios; en el diagnstico de las rutas

    ms rpidas y econmicas para una flota

    de camiones o en la identificacin de los

    sitios de un parque natural desde los que

    las torretas de vigilancia contra incendios

    tendran mejor dominio visual.

    Los elementos bsicos de un SIG son

    los programas o software y la informacin

    geogrfica, con bases de datos o capas de

    informacin digital, que como se acaba de

    ver pueden tener una procedencia y natu-

    raleza muy diversa. El nico requisito es

    que se trate de datos georreferenciados, es

    decir, datos espaciales, situados acorde conun sistema de representacin de la superfi-

    cie terrestre como pueda ser la proyeccin

    Universal Transversa Mercator (UTM).

    A su amplia difusin han contribuido

    las prestaciones y potencia de los actua-

    les ordenadores personales y la cada vez

    mayor disponibilidad de cartografa digital.

    Es de destacar al respecto el papel de las

    infraestructuras de datos espaciales (IDE),

    que son SIG accesibles a travs de internet

    Fig. 3.Arriba, representacin de un yacimientoarqueolgicomediante modelo vectorial, comoun polgono (lnea azul oscura) que delimita unrea interior (azul claro).

    Fig. 4.Abajo, representacin del mismo yacimientoarqueolgico en formato rster, como superficiecontinua de celdillas o pxeles (apreciables en elcontorno).

    Fig. 2.En la pgina anterior, ejemplo de una sesin detrabajo con el programa ArcGIS, simultaneandola consulta de una base de datos de yacimientoscon su representacin en mapas y mediantegrficos.

    Fig. 1.En la pgina 51 se aprecia un ejemplo de laabundancia de yacimientos arqueolgicos,patrimonio invisible, en parte de lasprovincias de Valladolid, Segovia y vila.

    Fig. 3

    Fig. 4

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    DOSSIER 34 INFORMTICA Y ARQUEOLOGA: VISIN DE FUTURO

    54 patrimonio 34

    para la obtencin de capas de informacin

    geogrfica1. Existe una amplia variedad de

    programas de SIG: unos, comerciales, crea-

    dos por grandes empresas, y otros, de libre

    distribucin a travs de internet2.

    Para hacer todas estas cosas, el SIG tra-

    baja mediante modelos o representaciones

    digitales de la realidad. Al plantearnos cual-

    quier tarea y en la adquisicin o eleccin de la

    cartografa deberemos tener en cuenta cmo

    se han traducido los datos geogrficos al len-

    guaje informtico. Esta cuestin es esencial

    y, sin entrar en detalles, digamos que hay dos

    formatos o modelos: el denominado vectorial,

    que emplea unidades bsicas como el punto,

    la lnea o el polgono, apropiado para repre-

    sentar elementos discretos, bien delimitados

    p.e. un ro o un trmino municipal y el tipo

    rster, que son superficies de celdillas o pxe-les, adecuado para registrar fenmenos que

    varan de forma continua en el espacio p.e.

    la orografa del terreno o la cantidad de lluvia

    cada en una regin.

    Qu puede aportar un SIG a la gestin

    patrimonial?

    En la literatura especializada se suele men-

    cionar un campo especfico de aplicacin

    de los SIG que da cuenta de su importan-

    cia. El manejo combinado de grandes can-

    tidades de informacin para la resolucin

    de problemas complejos est en el origen

    de los SIG. De hecho, la primera experien-

    cia se gest en Canad a comienzos de los

    aos 60 del siglo XX, cuando el Departamen-

    to Forestal y de Desarrollo Rural se propuso

    inventariar y evaluar los recursos naturales

    a nivel nacional, para planificar la explota-

    cin forestal y mineral. Para ello se progra-

    m un SIG que asimilara toda aquella infor-

    macin, teniendo en cuenta intereses muy

    dispares3. No ms compleja es la realidad

    cotidiana a la que se enfrentan las institu-

    ciones que tienen encomendada la gestin

    del patrimonio arqueolgico, con la dificul-

    tad aadida, eso s, de trabajar con recur-

    sos exclusivamente no renovables.Gran parte de la vulnerabilidad del

    patrimonio arqueolgico radica en su perte-

    nencia al suelo, elemento sobre el que con-

    curren poderosos intereses especialmente

    los econmicos que es necesario ordenar y

    planificar segn unas prioridades, bien cla-

    ras en el ordenamiento jurdico.

    La herramienta bsica para la gestin en

    arqueologa ha sido y sigue siendo el inven-

    tario patrimonial, que en la dcada de los 90

    Fig. 5

    Izquierda: consulta a travs de internet del SIGdel inventario de yacimientos arqueolgicos deDinamarca. Permite visualizarlos (figura en colorrojo) sobre mapas topogrficos, histricos o,como en este caso, sobre una fotografa area.

    Fig. 6Derecha: pgina web del SIGPAC. Ejemplo deconsulta de un SIG a travs de internet coninformacin sobre todo el territorio espaol.

    Fig. 7Pgina siguiente: dibujo de divisiones tericasdel espacio entorno a los poblados de laEdad del Cobre del Valle Ambls. Se apreciaun reparto en territorios que comprenderantierras llanas (colores claros) y terrenosmontaosos (colores grises).

    1. En el mbito de Castilla y Len es de destacar la IDE del

    Sistema de Informacin Territorial de la Junta de Castilla y Len,

    en la web: http://www.sitcyl.jcyl.es

    2. Entre los distribuidos a travs de la red, hay programas con

    potentes prestaciones, como MapWindowGIS descargable

    gratis en: http://www.mapwindow.com

    3. En WHEATLEY y GILLINS 2002: 14-15.

    Fig. 5

    Fig. 6

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    INFORMTICA Y ARQUEOLOGA: VISIN DE FUTURO DOSSIER 34

    patrimonio 34 55

    dio el gran salto a su informatizacin sobre

    bases de datos. Su crucial importancia no

    debe ocultar, no obstante, las serias deficien-

    cias que presenta en aspectos a los que cada

    vez se les exige mayor eficacia, y que cuen-

    tan con buenas soluciones informticas.

    El caso ms frecuente es el de cono-

    cer si consta o no la existencia de restos

    arqueolgicos en un lugar donde se pre-

    tende remover el terreno. Es un supuesto

    cotidiano, pues los promotores de obras

    particulares o grandes infraestructuras

    pblicas deben tener en cuenta la inciden-

    cia que tendrn sobre el patrimonio natu-

    ral y cultural.

    A nivel europeo hay que sealar la ten-

    dencia a reemplazar los inventarios sobre

    bases de datos convencionales por instru-

    mentos basados en la tecnologa SIG, apro-vechando, adems, las facilidades que

    ofrece internet para su libre consulta. Exis-

    ten ejemplos de pases en los que los ciuda-

    danos pueden realizar esas consultas por

    s mismos. Es el caso del inventario dans

    de yacimientos arqueolgicos, una senci-

    lla aplicacin de SIG que es accesible en

    lnea4.

    De esta forma cualquier persona que

    pretenda hacer obras en su finca podr

    saber a travs de internet si resultara afec-

    tado algn yacimiento, con lo cual el primer

    paso a dar sera solicitar autorizacin al

    departamento administrativo encargado de

    la arqueologa. En Espaa existe un servicio

    similar aunque orientado hacia la agricul-

    tura y la ganadera del Ministerio de Agri-

    cultura, que nos permite hacernos una idea

    de su utilidad. A travs del Sistema de Infor-

    macin Geogrfica de Parcelas Agrcolas

    (SIGPAC)5 podemos visualizar la planimetra

    catastral, y realizar algunas sencillas tareas

    como medir la superficie de las fincas o cono-

    cer sus caractersticas (Fig. 6).

    Sin embargo, frente a las indudables

    ventajas que ofrece un SIG en la gestin

    patrimonial, la realidad ofrece el panora-

    ma de su escasa y desigual adopcin, como

    se ha puesto de relieve a nivel europeo6. EnEspaa las comunidades autnomas de

    Madrid y Andaluca son las ms avanzadas

    en la incorporacin de estas herramientas7.

    En ello influye sin duda la fuerte inversin

    econmica que supone la implantacin de

    nuevas tecnologas, tanto en equipamiento

    y soporte tcnico como en formacin de los

    futuros usuarios.

    Por ltimo deben mencionarse las

    posibilidades que puede ofrecer a la ges-

    tin patrimonial el empleo de modelos

    predictivos8. Son tcnicas que permiten

    predecir la localizacin de yacimientos no

    conocidos a partir de muestras conocidas

    combinando diversas informaciones. Su

    empleo est muy desarrollado en pases

    como EE.UU. o Canad, con grandes exten

    siones de terreno sin investigar, relativa-

    mente pocos arquelogos y grandes pro

    yectos de desarrollo de infraestructuras

    El resultado se ofrece en trminos proba-

    bilsticos y mediante mapas que sealan

    las reas con distinto grado de potencia

    presencia de restos arqueolgicos. Aun-

    que su contraste con la realidad cuenta

    con ejemplos de correspondencias acep

    tables, se trata, sin embargo, de las apli-

    caciones arqueolgicas de SIG ms con

    trovertidas.

    4. En la pgina web de Det Kulturhistoriske Centralregister:

    http://www.dkconline.dk

    5. http://www.mapa.es/es/sig/pags/sigpac/intro.htm

    6. GARCA SANJUN y W HEATLEY 1999.

    7. Es especialmente destacable el caso andaluz, que ha

    optado por un SIG denominado ARQUEOS para gestionar el

    patrimonio arqueolgico. Vase FERNNDEZ CACHO 2002.

    8. Puede encontrarse amplia informacin en la pgina web del

    Centre for Archaeological Resource Prediction canadiense:

    http://modelling.pictographics.com

    Fig. 7

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    DOSSIER 34 INFORMTICA Y ARQUEOLOGA: VISIN DE FUTURO

    56 patrimonio 34

    Qu ofrece un SIG al investigador?

    Los campos de aplicacin del SIG en arqueo-

    loga son muy dispares; abarcan tareas

    como la reconstruccin del trazado no con-

    servado de un acueducto o la simulacin en

    3D de la vista que se tendra desde un bar-

    co al llegar al puerto de Tarraco en el siglo

    I a.C. Aqu slo podemos presentar breve-

    mente una reducida serie de ejemplos ilus-

    trativos, centrados en nuestra lnea de tra-

    bajo: el estudio del poblamiento antiguo.

    Los SIG son, como se ha visto, herramien-

    tas programadas para obtener resultados

    en trminos actuales de rentabilidad y efi-

    ciencia que resultan inapropiados para el

    estudio de las sociedades del pasado, cuan-

    do tales conceptos no existan. En la actua-lidad, tras una etapa de fuertes crticas, los

    SIG son empleados de forma ms reflexi-

    va y cautelosa, en estudios sobre peque-

    as regiones y con un concepto amplio del

    registro arqueolgico. Se trata de la pujante

    lnea de investigacin denominada Arqueo-

    loga del Paisaje, estrechamente vinculada

    a ellos9.

    Entre las aplicaciones al estudio del

    poblamiento en el pasado estn las tcni-

    cas clsicas de la Arqueologa Espacial10. Es

    el caso de la generacin de territorios te-

    ricos en torno a los yacimientos, como los

    polgonos Thiessen. Se parte de conside-

    rar la distinta importancia de los enclaves

    humanos, en trminos polticos o demo-

    grficos. Por ejemplo, una ciudad actual

    acapara ms funciones y mayor poblacin

    que las aldeas rurales de su entorno, luego

    la consideraramos ms importante. Esta

    tcnica supone que a sitios de importancia

    similar corresponderan unos territorios

    homogneos. Aplicndola al estudio de los

    yacimientos podemos ver si la importancia

    que les otorgamos a partir de la cantidad

    o calidad de los restos que deparan, de su

    extensin o porque hay fuentes escritas

    que as nos lo dicen se corresponde con lasproporciones de los territorios asignados

    segn este mtodo.

    Su empleo con los yacimientos de la

    Edad del Cobre (hacia 2600 a.C.) del Valle

    Ambls (vila) sirve para reconocer un

    reparto equitativo del mismo, conforme a

    su interpretacin como granjas familiares

    independientes y posiblemente coetneas11.

    Los asentamientos de los rebordes monta-

    osos dispondran de territorios parecidos,

    Fig. 8.

    Sobre estas lneas, territorio terico visible(superficie en color verde) desde el castroprerromano de Ulaca (Solosancho, vila).Ejemplo de amplio dominio visual a largadistancia.

    Fig. 9.En la pgina siguiente, territorio visible (encolor naranja) desde el asentamieto de la Edaddel Bronce de El Gaviln Mayor (Solosancho,vila). Claro ejemplo de visibilidad en abanicoa corto y medio alcance.

    9. Un panorama de las actuales lneas de trabajo en Espaa

    puede verse en Grau 2006.

    10. HODDER y ORTON 1990.

    11. FABIN 2006.

    12. Vase por ejemplo GARCA SANJUN 2005: 222-229 o CONOLLY

    y LAKE 2006: 225-233.

    Fig. 8

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    INFORMTICA Y ARQUEOLOGA: VISIN DE FUTURO DOSSIER 34

    patrimonio 34 57

    en direccin norte-sur, mientras en el fondo

    de valle se guarda un estricto reparto de las

    tierras ms llanas y productivas (Fig. 7).

    Otras aplicaciones, de la mayor impor-

    tancia en los actuales estudios, permiten

    recrear el efecto de ciertos comportamien-

    tos del hombre sobre el terreno, sin nece-

    sidad de hacer trabajo de campo. Se trata

    especialmente del estudio de la visibilidad

    y de la accesibilidad a los recursos desde

    determinados sitios.

    Los anlisis de la visibilidad estn muy

    extendidos por ser muy sencillos de reali-

    zar, y han generado diversas mejoras pues-

    tas a punto por los propios arquelogos 12.

    El estudio de la visibilidad desde los yaci-

    mientos permite evaluar si sta jug algn

    papel en la eleccin del emplazamiento. Suvalor es slo orientativo, y sirve para com-

    parar unos sitios con otros. Algo muy distin-

    to es lo que efectivamente se alcanzara a

    ver o vigilar desde esos sitios p.e. gentes

    movindose o rebaos, pero eso importa

    menos.

    Nos sirven de ejemplo ahora dos yaci-

    mientos de Solosancho (vila) distantes

    menos de 1 km entre s, pero con visibilida-

    des claramente diferentes. El primero es el

    castro de Ulaca (hacia 200 a.C.), una popu-

    losa ciudad prerromana con un completo

    dominio visual del mencionado Valle Ambls

    desde un extremo al otro, coherente con su

    importancia poltica como capital del valle

    en aquella poca (Fig. 8). Por contra, el Gavi-

    ln Mayor es un pequeo asentamiento esta-

    cional en altura de comienzos de la Edad del

    Bronce (hacia 2000 a.C.) propio de una fami-

    lia de pastores itinerantes, desde el cual se

    divisan slo las tierras inmediatas y el sector

    central del valle, (Fig. 9).

    En segundo lugar ha de destacarse la

    capacidad de los SIG para ofrecer un acer-

    camiento cuantitativo al estudio del terri-

    torio. En concreto uno de los parmetros de

    mayor inters en las investigaciones actua-

    les es la evaluacin de los recursos poten-ciales en el entorno de los asentamientos.

    Si asumimos la premisa de que en la elec-

    cin del lugar donde asentarse las gentes

    del pasado buscaran tener cierto abanico

    de recursos bsicos en sus inmediaciones,

    entonces podemos acercarnos a valorar

    la importancia relativa de esos recursos.

    Para ello trataremos de medirlos, con la

    intencin de comparar los valores de unos

    sitios con otros, o de una poca con la ante-

    rior o posterior. Por ejemplo, entre los cam

    pesinos, la disponibilidad de agua resulta

    imprescindible, as como el acceso a distin

    ta proporcin de pastos para los rebaos

    y algunas tierras adecuadas para cultivar

    Podramos medir as la distancia en metros

    desde los poblados a los ros ms cercanos

    o el nmero de hectreas de terreno que

    permiten una agricultura de secano o rega

    do, o de suelos que slo ofrecen posibilida

    des para pastos y uso forestal.

    Para efectuar las mediciones se dibujan

    territorios que tienen como centro los sitios

    en estudio, aquellos que queremos compa-

    rar. Sus lmites son convencionales, pero

    los criterios para trazarlos han de ser uni-

    formes, de manera que el entorno de todos

    los sitios sea medido de igual forma. El SIGdibuja los trechos que recorreramos en dis-

    tintos intervalos de tiempo, marchando a

    pie desde los yacimientos (Fig. 10) y mide los

    recursos contenidos en los tramos as defi

    nidos. Estas tareas las efecta de manera

    homognea y automtica para gran nme

    ro de yacimientos, generando enormes

    cantidades de informacin numrica que

    ser posteriormente resumida y explorada

    mediante estadstica.

    Fig. 9

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    DOSSIER 34 INFORMTICA Y ARQUEOLOGA: VISIN DE FUTURO

    58 patrimonio 34

    Diversos estudios han mostrado el inte-

    rs de esta forma de trabajo. Es el caso de la

    investigacin sobre las culturas prehistri-

    cas de Los Millares y El Argar en el sureste

    de la pennsula Ibrica13. Se demostr que

    los poblados argricos, frente a los previos

    de Los Millares, se situaron ms prximos a

    las tierras adecuadas para una agricultura

    de regado. El regado, en una regin tan ri-

    da, tuvo que implicar gran cantidad de tra-

    bajo del campo por ejemplo en construir

    acequias o terrazas lo cual tiene impor-

    tantes consecuencias para explicar la pro-

    gresiva y espectacular jerarquizacin social

    en la regin una minora organizara el tra-

    bajo y se aprovechara en exclusiva de sus

    frutos.

    Un ltimo ejemplo: en el madrileo

    Valle del Manzanares, la medicin de la

    distancia desde los poblados prehistricos

    a los cursos fluviales14 aporta algunas cla-ves sobre los efectos del cambio climtico

    en el pasado. Sabemos as que en el II mile-

    nio a.C. una poca relativamente seca y

    templada era necesario instalarse cerca

    del agua, donde pastos y cosechas aguan-

    taran mejor la sequa estival. A partir del

    800 a.C., cuando las condiciones ambien-

    tales se tornaron ms fras y lluviosas, las

    aldeas se fundaron ms alejadas de ros

    y arroyos, pues sera ms fcil abastecer-

    se de agua en fuentes o simples pozos y

    no dependeran tanto de aquellas zonas

    hmedas.

    En todos estos casos, lgicamente la

    calidad y resolucin de la cartografa y la

    informacin empleadas condicionarn la

    adecuacin de los resultados a la realidad.

    Sin embargo, por encima de ello, diversos

    autores han insistido en que el empleo de

    los SIG se debe orientar al igual que ocu-

    rre con el resto de la informacin mane-

    jada en arqueologa hacia la bsqueda

    de contrastes significativos, sin preten-

    der reconstruir las condiciones reales del

    pasado.

    En definitiva, la verdadera utilidad del

    SIG estriba en que permite integrar en el

    anlisis histrico grandes cantidades de

    datos hablamos de combinar millones de

    datos espaciales, y someter todos ellos

    a unos mismos anlisis, uniformizando yautomatizando las tareas. Sus resultados

    son empleados para hallar diferencias

    no apreciables a simple vista, que de otro

    modo seguiran pasndonos desapercibi-

    das.

    BIBLIOGRAFA

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    Fig. 10.Territorios accesibles cada media hora demarcha a pie desde un yacimiento arqueolgico,generados con un SIG. En un mismo lapso detiempo se llega ms lejos en la zona llana alnoreste, frente a la dificultad de avance en laszonas montaosas.

    13. GILMAN y THORNES 1985. La excesiva simplificacin de sus

    conclusiones aqu, no hace justicia a la importancia de esta

    obra.

    14. RECUERO, BLASCO y BAENA 1996.