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Standard Electric: trabajo y represi6n,por Hugo M. Vezzetti y Guillermo Pecheny

Los cables de 18 ITT,por Antonio Elio Brailovsky

Feudalismo y capitalismo 811 la historia deA"*ica Latina,por Manfred Kossok

ArIIftdne12 números

Correo Certific:ldo12 números

Am6rice12 n6merosVi....

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20 Feudalismo: economía y sociedad,por Horado Ciafardini

24.Yo el Supremo: el discurso del poder,por Beatriz Sarlo

31 Libras _idao..--

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Cheque y giros. l. orden de LOSLIBROS, Tucum6n 1427, "JfJ pito,of:207, Buenos Aires.

Dlttrl»u!dor KiotcDt. Buenol.Aire:Soppo - Jeen J.rII 72.

Libreri.: Tres Am*I..S.R.L

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Octaedro: el oficio de sorprendert

por Josefina Delgado

Clases sociales Y.b..... de poder en Chile,por Mario Toer

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I Miembros de la Tendencia "PRAC­TICA REVOLUCIONARIA" de trabajado­res de la salud. Thames 2472. Capital.

Una síntesis de este trabajo fue presen­tada en las JORNADAS LATINOAMERI­CANAS DE PSIQUIATRIA DEL CONOSUR, rvalizadas en Paraná en abril de esteaño.

la Medicina del Trabajo y, engeneral, toda utilización de instru­mentos científicos y técnicos en elárea de la producción industrial hantenido desde su mismo origen elsentido de servir al perfeccionamien­to y la eficacia de la explotación ca­pitalista de la fuerza de trabajo.

El significado de las palabras-y de las "disciplinas científieas"­también aquí depende de quien tieneel poder.

Las prácticas predominantes detal "Medicina del Trabajo" consis­ten en el control represivo del au­sentismo, en medidas de seguridadpensadas siempre con el criterio del

1ntraducción"Lo nuevo en esto parecerla laposibilidad de que las compañerasde Standard, a través del trabajo h~

cho por los profesionales puedanver un tipo de ciencia nueva y dis­tinta a lo que están acostumbradasa ver en la fábrica, que es concreta­mente a través de los médicos de lafábrica o de los psicólogos o de losprofesionales de todo tipo que estánen la fábrica y practican una cien­cia al servicio de la patronal. Meparece que lo que se plantearla escomo la ciencia puede ayudar a laclase obrera a resolver, a ver más cla­ro la condición y la situación en queviven. Y al mismo tiempo piensoque la experiencia concreta de loscompañeros de fábrica podría mos­trarles a los profesionales una rea­lidad que ellos no viven. Y sobre esarealidad construir juntos una ciencianueva que ayude al proceso revolu­cionario, fundamentalmente que ayu­de a profundizar el nivel de con­ciencia de los compañeros de fábri­ca y que ayude a los profesionales acontactarse con una realidad con­creta". Activista obrera de StandardElectric

%''' ", ... ' ,~L

Rugo Mario Vezzetti yGuillerlDo Pecheny 1

los artículos que siguen abordanla problemática de un monopolionorteamericano,Standard Electric ­ITT, aportando a una comprensiónde conjunto de los niveles diferen­ciados en que se configura la depen­dencia en la organización de la pro­ducción.

la mayor parte de las conside­raciones sobre este monopolio resul·tan indicativas de un modo de fun·cionamiento más general, aplicablesin duda a otros. Pero lo más des­tacable quizá es el avance hacia ni­veles integrados y articulados de aná­lisis que muestran que la realidad ycomplejidad del monopolio no seagota en sus determinaciones econó­micas ni se comprende sólo por eldesarrollo lineal desde los factoreseconómicos, determinantes en ¡¡ltimainstancia de la organización de la pro­ducción.

Cuando se asimilan pautas del or­den establecido en la línea de pro­ducción a características instituciona­lizadas de represión se está frentea la manifestación de un nivel psí­quico-ideológico necesario para elmantenimiento de las relaciones eco­nómicas de explotación.

la lucha contra la opresión y laviolencia en la fábrica es encaradaen una perspectiva que va muchomás allá de la lucha por el salarioo por mejoras materiales. Compren­de también el enfrentamiento a lasformas de violencia física, psíquicae ideológica que se instrumentancon la eficaz participación de cien­tíficos y profesionales. Para ello esimprescindible el aporte de una prác­tica científica que sirva a la com­prensión y conceptualización nece­sarias para esa lucha.

Por otra parte, en cuanto lasinstancias de poder del monopoliose asientan sobre la realidad pollticadel poder del imperialismo norteame­ricano, no hay lucha efectiva sin elaVance hacia el objetivo de la na­cionalización de este monopolio yde la liquidación definitiva del po­der eConómico y político de losYanquis en nuestro país.

Así, la defensa del patrimonioeconómico afectado, la lucha políti­Ca antiimperialista, la denuncia yenfrentamiento a las formas de laOPresión física e ideológica en laprOduCCión constituyen tres vías deUn camino único en el avance haciala liberación.

Los Libros, Setiembre-Octubre de 1974 3

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m.nlmo costo y la máxima respon­sabilidad para el obrero, o en le re­curso único de una pasti Ila que porsus pretendidos poderes terapéuti­cos múltiples es tradicionalmente co­nocida como la "Santa María".

y es oportuno recordar que losefectos de las condiciones de explo­tación en un pat's dependiente no sereducen a las consecuencias inme­diatas en el lugar de la producción.El impacto deformante de la pene­tración imperialista sobre el conjuntodel proceso económico y social de­termina inevitablemente condicionesde desocupación, marginación y de­terioro socioeconómico de grandessectores de la población que afectenaspectos esenciales para un adecua­do desarrollo psicofísico. La escuelade muerte, enfermedad y miseria 2

deben ubicarse en un lugar de pr:i­vilegio entre los productos genera­dos por el sistema capitalista de­pendiente.

. Si este trabajo se orienta a lasrelaciones entre sal ud y trabajo en ellugar de la producción, y en relacióncon el proletariado industrial es porentender que en ese lugar el sentidode esa violencia sistemática adquiereuna particular transparencia.

A la vez, este trabajo tiene el va­lor de una búsqueda y de una pro­puesta. Búsqueda de caminos con­cretos de confl uencia con las luchasdel pueblo que permita aportar y re­cuperar el sent ido de nuestra prácticacomo intelectuales y como trabajado­res de la salud. Propuesta para quienesse plantean el objetivo de servir alpueblo sin desechar la especificidadde su práctica y sin esterilizarse enla pseudorevolucionariedad de unateoría desgajada de la práctica y dela real idad.

Este trabajo presenta sumariamen­te las condusiones iniciales y pro­puestas surgidas de una reunión-de­bate organizado durante el año pasa­do. En ella participaron y debatieronconjuntamente un núcleo de obrerasde la fábrica Standard Electric (SanIsidro, Provincia .de Buenos Aires),un economista, trabajadores de saludmental, estudiantes y públ ica en ge­neral, acerca de las condiciones detrabajo en esa fábrica en el marcogeneral de las prácticas de explota­ción en la producción monopólica.

Desde aquel momento al actual se

2 PEROSIO, Beatriz: "La Salud Públi­ca V la Dependencia". Los Libros NO 34.

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produce una sensible disminución e~la producción de la empresa -araíz de la suspensión de los contra­tos con ENTel- que generan cam­bios en al gu nos aspectos de las con­diciones de trabajo.

La magnitud del problema de larepresión en la fábrica y su determi­nación en el nivel de la estructuraeconómica y política propia de unaformación capitalista dependienteobliga a precisar la orientación y elsentido de esta iniciativa. Partimosde una opción política: ponernos del"ado de la clase obrera y el puebloen la lucha por la liberación. Tanpoi t'tica es esta opción como la dequienes -lo sepan o no- ponen to­dos los d fas sus instrumentos teóricosy técnicos al servicio del monopolio.

Sabemos que la vía de acceso a laliberación pasa principalmente porla práctica poi ítica y la lucha revo­lucionaria. Pero a la vez entendemosque el campo de nuestra prácticacientífica y técnica es también uncampo de lucha.

El cuer po constituye un espacioprivi legiado y concreto para el aná­lisis y la denuncia de las formas másbrutales de violencia ejercida por lasclases dominantes. La producción, ellugar de la riqueza, es también ellugar del propio cuerpo esclavizado,sujetado, condenado a ser vividocomo ajeno. El cuerpo es la sedeelemental de la violencia del sistema.

Contrariando cualquier ilusión re­formista o cientificista pudimos com­probar que ni aún la investigaciónde las condiciones reales de trabajopuede desarrollarse sin una ligazóncon quienes en la fábrica encaranuna lucha diaria contra el poder eco­nómico, político y sindical que losoprime.

En ese sentido si esta iniciativapudo, aunque limitadamente, desa­rrollarse fue en virtud de la relaciónestablecida con sectores de la van­guardia obrera y sindical de la fá­brica, con sus propuestas y sus lu­chas. A ellos está dedicada.

La violencia f(sica y psíquicaen la producción

Lo que sigue es una descripcióngeneral e inicial de las condicionesde trabajo y sus efectos sobre la sa­lud en la fábrica citada, en especialen la Sección "Platinas", a partirde los testimonios de obreras deesa sección.

La fábrica consta de varios edi­ficios y las condiciones de trabajovarían algo de uno a otro. En el mo­mento de la primera investigaciónhabía en la fábrica alrededor de4.000 personas entre operarios, per­sonal de instalaciones, técnicos, in­genieros y empleados. Actualmenteel personal se ha reducido conside­rablemente.

La jornada de trabajo abarca 4horas a la mañana y 4 a la tardecon una hora de intervalo, que sir­ve a la vez para comida, descanso ycomunicación. Al comienzo de la jor­nada se trabaja a un ritmo intensoque luego vuelve a repetirse general­mente al final ante las dificultadespara alcanzar la norma de produc­ción. Estos períodos son los de ma­yor incidencia de accidentes de tra­bajo en general.

En el edificio destinado a Cables yMecánica chica (tornería, balancines,fresas, etc.) el problema principales el ruido.

En el edificio "Pentaconta", enel que se producen los equipos tele­fónicos, el problema principal es elde la relación con supervisores y je­fes, respecto de las exigencias deproducción y la organización repre­siva del trabajo. La represión esla atmósfera permanente que inva­de toda la fábrica y a su servicioestá todo un aparato cient íficamen­te diseñado que incluye desde elportero y la cuidadora de baños has·ta el psicólogo y los jefes. Pero ade­más, la organización "racional" dela explotación exige una intensifica­ción del clima represivo en algunassecciones que son claves para el ren­dimiento productivo del conjunto.Tal es el caso de la Sección "Pla­tinas" .

El ritmo de producción

El ritmo de trabajo impuesto enla línea, especialmente en "Platinas"fue incrementado entre un 20 y un40 010 en el lapso de dos años, hastamediados de 1973.

En la sección aludida, las mesasde trabajo están dispuestas una de­trás de otra, con una banda al cos­tado por donde pasan las platinas.Citamos un testimonio elocuente porsí mismo; "Las primeras tres horasa la mañana más o menos se traba­ja con todo y prácticamente no sehabla; después la última hora de la

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mañana estamos "groggy". Cuandose empieza después de comer másbien se duerme una, y las dos últi­mas horas de la tarde hay que darleCon todo otra vez para recuperar eltiempo perdido".

El tiempo de trabajo necesariopara una pieza determinada es fijadopor el Departamento de Métodos yTiempos. En esta sección se exigeun rendi miento superior al de otrassecciones, siempre mayor al· 90 %.

Para evitar reclamos y oonfl ictos' porel incremento de los tiempos deproducción, la empresa recurre alprocedi miento de hacer aparecer elmismo modelo de platina bajo unnuevo código y de esa forma se le de­termina un tiempo> de producciónmenor. Si antes, po~' ejemplo, teníaUn tiempo fijado de 3 horas, bajoel nuevo código se le adjudica untiempo de 2.30 hs. Así se fue au­mentando la exigencia y se pasó dealrededor de 240 conexiones porhora a superar las 300.

El trabajo en esta sección exigeun puntaje elevado en los tests psi­cológicos de ingreso, además de 3meses de capacitación y un año deplazo para alcanzar la norma de pro­ducción en la I"nea. A partir del ma­Yor costo de capacitación para laempresa, se organiza el clima y elsistema necesarios para exigir el má­ximo a esa fuerza de trabajo. Loscambios de sección son práctica­mente imposibles de obtener.

Por otra parte, a la exigencia decantidad se añaden exigencias de ca­lidad que son contradictorias conla velocidad exigida. La hoj'a de ins­pección de cada platina, llenada porUna inspectora, contiene unos 15items. Cualquiera de ellos que estémal obliga a enviarla a reparación.Si esto se repite significa sancionesde distinta magnitud.

La represión y la producción

Desde la entrada a la fábrica lasobreras deben someterse a una vio-:encia organizada que comienza cona "revisación" y continúa con el~ntrol y la sanción de todo tiempoe~el Se Sustraiga a la producción. Talba ~ a fUnción de las "cuidadoras defr nos" vigilantes de la duración yPeeClJencia de las evacuaciones. Nadan ~tenece ya a un ámbito personal,

Ca .a se salva de la subordinaciónOSIfica .

nte " las necesIdades de laprOducción.

Los L'brlOS, Setiembre-Octubre de 1974

Hay testimonios elocuentes acer­ca del clima de opresión en que sedesarrolla la actividad productiva yde la concreta al ienación y deshuma­nización que subordina todo valor ytodo criterio a la norma de produc­ción:

"EI baño suele ser un descansofrente a esto, pero a la vez ese des­canso atrasa la producción, así quea veces se continúa el esfuerzo por­quesi no se cumple por dfa no secumple por semana y hay que recu­perar el tiempo perdido".

La comunicación, función huma­na por excelencia, queda degradadajustamente en la medida en que elámbito interhumano en la produc­ción entrá· en contradicción con laimposició~ de un funcionamientomaquinal y automático a la fuerzade trabajo humana:

"Si hablo paro el enrrollamiento(del alambre de la platina) 'y paro laproducción" .

Para poder hablar es necesarioaumentar la producción de modode poner deternerla en determ inadomomento. Pero además el hablarcom¿nmente es sancionado (adver­tencias, gritos, etc.) como algo pro­hibido en sí mismo. Esto tiene unaexpresión máxima en el trato de queson objeto quienes hablan de losproblemas de la fábrica y del pa{s, esdecir el activo sindical y poi ítico.

Aqu{ se advierte que la funcióndel ordenamiento represivo en ellugar de la producción apunta a' unmodo global de ajuste que abarcatambién modos de comunicación -omejor de incomunicación-, valoresy actitudes, es decir un verdaderocondicionamiento ideológico y psl­quico al papel de sometido.

Por otra parte el momento posi­ble de la comunicación -la hora deintervalo- es a la vez el tiempo dela alimentación y para muchos delsueño.

Los procedimientos represivos sonvariados. Uno es el sistema de pun­tajes que califica la asistencia, la can­tidad y calidad de la producción, etc.y que es tenido en cuenta para de­terminados beneficios, como permi­sos de salida por ejemplo.

También están los informes, me­morandums y apercibimientos de laOficina de Personal.

y por último están los insultos ylos gritos.

Cualquier conducta atípica con la

normatividad impuesta es descalifica­da a priori y sancionada como unatentado. La modalidad totaljtaria einstitucionalizada de violencia, quecomienza con la negación y supresióndel sujeto humano en cuanto tal, re­conoce paralelos con los análisis reali­zados en instituciones psiquiátricas ycarcelarias. 3

La violencia se ejerce también através de la sujeción prolongada a unamisma tarea automatizada y embru­tecedora. Una obrera puede pasarse18 años haciendo un mismo movi­miento en su actividad laboral. A par­tir de la necesidad de mantener un cli­ma de máxima sujeción automatizadaincluso se procura reducir al mínimolos cambios de trabajo y de secciónque podr ía generar un sistema de ro­tación de tareas. Se evita deliberada­mente que los obreros puedan desa­rrollarse y aprender a través de acce­der a una modalidad de trabajo quefavorezca y ampl fe su capacitación.

Nuevamente, la modalidad del so­metimiento elemental prevalece inclu­so sobre las ventajas productivas de unsistema de rotación de tareas.

Como ejemplo del efecto desgas­tante del el ima represivo puede citar­se la siguiente experiencia realizadapor los propios "eient íficos" de la fá­brica. Dos operarias de la sección queno alcanzaban la norma de produc­ción fueron aisladas y puestas a traba­jar sin presencia de supervisión y sinlas presiones habituales. El resultadofue que lograron aumentar significati­vamente su producción, en parte porel esfuerzo para no retorna r a la situa­ción habitual. Sin embargo, si la expe­riencia se generalizara la disminucióndel sistema autoritario de control ter­minaría por desquiciar todo el aparatode la institución productiva monopó­lica. De allí que la represión pasa aconvertirse por momentos en un sis-tema orientado a objetivos que vanmás allá de/simple incremento de laproducción. Se trata de crearun climade opresión-subordinación cuyo man­tenimiento forma parte indisoluble dela fuerza productiva en las condicio­nes de la superexplotación

Al mismo tiempo la exigencia deproducción suele seguir un ciclo máso menos típico. Durante dos meses seexige el 100010 Y se presiona a fondoen ese sentido con todos los mediosde violencia con que se cuenta. Luego

3 P .or ejemplo, Erving GOFMAN, Fran-co BASAGllA, Jacques HOCHMAN.

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LOS CABLES DE LA ITTAntonio Elio Brailovsky

A fines del siglo pasado, un aventureronorteamericano llamado John PierpontMorgan consolid6 u~a de las fortunas másimportantes de su país. Morgan se hab íaenriquecido mediante diversas formas deespeculaci6n durante la guerra de secesión,dinero que reinvirti6 maniobrando dentrode las condiciones creadas por la guerrafranco-prusiana en 1870.

Sobre esta base nace uno de los princi­pales grupos financieros estadounidenses,cuya evoluci6n, desde sus comienzos, est.ré ligada en forma permanente al desarrollode la guerra y las industrias productoras dearmamentos y abastecimientas militares.

El conjunto así formado, que conoce­rnos bajo el nombre de Banca Margan jugóun papel de importancia en el pasaje delcapitalismo norteamericano a su fase supe­rior. En efecto, si el imperialismo está ca­racterizado ca mo el capital ismo de losmonopolios, en el cual el fortalecimientode los mismos se apoya en la fusibn del ca­pital industrial con el capital bancario, elgrupo Morgan fue uno de los primeros ymás definidos constructores de monopo­lios.

El centro del conjunto fue determinadopor la instituci6n financiera Morgan Gua­ranty Trust, que sirvió como vehículo paracanalizar ganancias excedentes de un sec­tor industrial a otro.

En otros términos, la po.sibn de gran­des volúmenes de capital permite la inver­li6n en un sector industrial en el que rigela concurrencia, en condiciones tales quede hecho significan el desplazamiento de101 competidores. Queda así constituido unmonopolio, del cual sus propietarios ob­tendrán une tasa de ganancia superior a latua promedio vigente en un momento his­t6rico dado.

Ello • traduce en una· masa de plu.vllía de magnitud suficiente como p.aque, al _ invertida en otro sector indu.tri.1 -por intermedio del circuito finan­ciero- permitl la reproducción de lascondiciones de monopolio. De este modo,la fusi6n del capital comercial con el capi­tll bancario (y su resultante, el capitalfinanciero) reproducen a escala ampliada,no solamente el capital invertido, sinotambi6n las relaciones de monopolio, ea­racterísticas de la fase superior del modode producción capitalista.

la expansión de estos capitales en elexterior de la economía en el cual efectua-

ron su acumulación originaria es conse­cuencia del proceso anteriormente descrip­to. El imperialismo es, antes que nada, elcapitalismo de los monopolio~ y no es ima­ginable una solución no imperialista al de­sarrollo de los conglomerados industrial..fi­nancieros.

Crecimiento y expansión

En este proceso de consolidación delos monopolios, la capacidad financieraresult6 determinante. Los mayores volú­menes de dinero manejados permitieron algrupo Margan apoderarse de una compañ íamediana, la American Telephone and Tele­graph Corporation (ATI), fundada porAlexander Graham Bell, el inventor deltel4fono. A partir de allí, la ATT creci6hasta controlar 8n la actualidad la casi to­talidad de los aparatos telef6nicos de losEstados Unidos (cuyo servicio público esprivado) y las mayores fábricas de equipostelefónicos del 'mundo. En 1971 era latercera empresa de los Estados Unidos porsu volumen de ventas y la primera por suvolumen de ganancias, que en 85e año al­canzaron la suma de 2.240 millones de dó­lares. Su volumen de ventas fue de 18.500millones de dólares, cifra equivalente alproducto bruto nacional de la Argentina.

La ATT tenía una subsidiaria, creadaen 1920 para trabajar en camún .en losmercados de Cuba y Puerto Rico, la Inter­national Telephone and Telegraph (ITT).Al absorber a ambas, el grupo Margan lesasignó fu nciones diferenciadas: la ATTcontrolaría el sistema telefónico en los Es­tados Unidos, la ITT actuaría principal­mente en el exterior. Posteriormente laITI • expandiría hacia otros sistemas decomunicaciones y actividades de servicios.

La ITT toma a su cargo gran númerode firmas telef6nicas en todo el mundo,algunas propiedad de otras ramas del mi.mo grupo financiero; otras obtenidas m.diante generosas concesiones (como el casodel sistema telef6nico español, entregadopor el dictador Manuel Primo de Rivera);otras adquiridas a distintos grupos finan­cieros, como por ejemplo la CompañíaUnión Telef6nica del Rio de la Plata,comprada por la ITI a los británicos.

En la actualidad, la ITT es una de lasmayores corporaciones mundiales. Se en­cuentra además en continuo crecimiento:

entre 1960 Y 1970 absorbió gran númerode empresas en todo el mundo y por lolo menos 100 corporaciones en los Esta­dos Unidos, lo que le permitió incrementarsu poder monopólico. Mientras en 1965,la ITI era el número 28 en la escala de lasgrandes corporaciones mundia les, en 1971ya era la sexta empresa más importante enescala mundial. En diez años, el valor desus inversiones en los Estados Unidos cre­ció ocho veces: de 800 a 6.400 millones dedólares.

Su crecimiento se debió a dos factores:primero, la ITI se apropi6 de una serie decompañ ías incluyendo entre ellas los hote-les Sheraton; Avia, agencia de alquiler deautos; Continental Banking y HartfordFire, una de las compañ¡as de seguros másgrandes; y segundo, la ITI expandió susinversiones y adquisiciones en el extran­jero.

Es importante señalar que las activida­des de la ITI tienen una tasa de gananciasuperior en el extranjero que en su país deorigen. Por ejemplo, en 1970, realizaba el47 por ciento de sus ventas mundiales fue­ra de los Estados Unidos; pero ese 47 porciento de ventas le daba el 59 por cientodel total de sus ganancias.

La ITI trabaja para el Oepartamentode Defensa norteamericano. Ocupa el nú"mero 29 en la lista de proveedores del Pen­tigono y en 1970 le vendió artefactos parausos militares por valor de 257 millones dedólares. Se trata de distintas clases de equi­pos de camunicaciones, satélites de espie­naje, instrumental de interferencia de men­sajes, o detectores de misiles.

Esta corporación opera en 60 pa ísescon más de 3 mil millones de dblares d'inversiones fuera de los Estados Unidos.La larga lista incluye también a 12 paíseslatinoamericanos. Su subsidiaria, la COflt",pañ ía Standard Electric, está radicada ~25 países.

La ITT está controlada' .n forma miyoritaria por el grupo Morgan, con unaparticipación minoritaria de Rockefeltar,El presid.,te del directorio de l. ITf,John McCon., fue director general de 11Agencia Central de Inteligencia (CIA) dilos Estados Unidos. Su puesto .n la CIAle sirvi6 pira inaugurar la .. del espionai'electr6nico, del cual el caso Watergat...sólo un pélido reflejo. McCone 81 tambJ'llmiembro del directorio de la Standard glde Nueva Jersey (ESSO) de lo. Rockefellet

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COMPARIA STANDARD ELECTRIC ARGENTINA s.A.

Inscriptll: 26 de noviembre, 1919.

Objeto: Fabricaci6n, importación, venta e instalacion de equipos de telecomuni­caciones.

Directorio: Presidente: Thomas W. Oelehanty. Vicepresidente: Ricardo Gabrit­lIoni. Directores: Mauricio Kuperman, Carlos ColI Benegas, Julio González delSoler. Ernesto F. VaccarazZl, Michael T. Wells. Sindico: Jorge M. Mayer.

Capbl: 99,9995 por ciento propiedad de International Standard Eleetric Carpo­ration, subsidiaria de la In.

En 1969 celebra contrato con ENTel para la provisión de 390.000 lineesy 340.000 aparatos telefónicos, ratificado por ley 18.166.

Personel DCupedo: 1.756 en el año 1968; 2.814 en el año 1969; 4.128 en el año1970; 4.207 en el año 1971. Esta expansión de personal se debió a los contratoscon ENTel.

Ga..nciIS: Standard obtenía ganancias sUDlriores por sus ventes a ENTel que porel resto de sus operaciones. las ventas a ENTel cubrían el 88 por ciento de susfacturaciones totales, pero le proporcionaron el 95 por ciento de sus utilidades(período 1968-73). Es decir, que Standard cobraba a su mejor cliente precios sup.riores que a los restantes compradores.la utilidad bruta sobre las v.ntasefectuadas 8 ENTel fue la siguiente: 36 por cien­to en 1969; 45 por ciento en 1970; 38 por ciento en 1971; 43 por ciento en 1972y 53 por ciento en 1973. la utilidad brute obtenida en otros negocios tuvo unpromedio del 28 por ciento durante II mismo período.

Exportaciones: La empresa manejó sus negocios buscando la maximizaci6n totIIde les ganancias de In loternational, no las de su filial local. Por 110, las exporta­ciones a empresas vinculadas dieron permanentemente pérdidas, In tanto que lasexportaciones a empresas no vinculadas dieron continuamente ganencias.

Impuestos: Standard evadió impuestos (réditos, ventas y sustitutivo a la transmi­sión gratuita de bienes) por velor de casi 47 millones de pesos nuavos, lo que signj.fica que avadió el 60 por ciento del total de impuestos que debaría haber pagado.

Inversiones: Al 31 de diciembra de 1972. Standard había invertido 10,4 miles demillones de pesos moneda nacional en la construcci6n del hotel Sheraton. Por suparte, gestó en expansión industrial la suma de 3,8 miles de millones entre 1967 y1972. Esto representa una relaciÓn da 3 8 1entre inversiones en turismo y en IX­pansi6n industrial.Es decir, Que le In financió la construcción de' Hotel Sharaton con los contratoscon ENTel. ya que, en lugar de ampliar sus instalaciones industriales, dedicóllOsfondos a otros destinos.

Endeudamiento: Standard SI endeudó por montos elavedos con la In y con otrosbancos internacionales, durante el último período del gobierno militar. Este deudaque alcanzó un monto equivalente al 25 por ciento del contrato de ENTel,.transformó en un mecanismo adicional para evedir utilidades al exterior.

También manti.ne lazos con los prin·cipales centros del poder financiero. Porejemplo, Eugene Black IlelJÓ al directoriodespués de 15 años de ser presidente delBanco Mundial. Hart Perry, vicepresidenteejecutivo de la In es también miembrodel directorio de la Overseas Private Invest­ment Corporation, una agencia del gobier­no norteamericano que promueve inversio­nes en el exterior y las defiende de posiblesexpropiaciones.

La In en la Argentina

A partir de 11 adquisición de la UniónTelefónica, la In expandió susactividadesen la Argentina hasta pasar a controlar en1940 el 95 por ciento de los teléfonos delPaís. Contribuyó a ello su vinculación conlis clases dominantes: fueron abogados dela empresa los presidentes Marcelo T. deAlvtar y Roberto M. Ortiz.

Con la segunde guerra mundial se ei..rr. la importación de equipos talefónicos.Al terminar la misma, es necesario realizargrandes inversiones para amortizar equj.!lOs cuya vida útil había concluido. En~les condiciones, la In negocia la venta delservicio telefónico al Estado argentino. laexpropiación se concreta en marzo de1946, estableciéndose su pago en dólares,a pesar de tretarse de bienes localizados enal territorio nacional.

la In reinvirtió el dinero recibido delEstado en la construcción de la fábricaStanflard Electric Argentina, inaugurada en1950, y destinada casi exclusivamente alaprovisionamiento de Télefonos del Estado.

De este modo, se produjo una naciona­lización a medias, en la cual el Estado asu­me la parte deficitaria del negocio (laItención del servicio público) y el mono­Polio la parte de mayor rentabilidad: laConstrucción de equipos telefónicos.

Ello permitió a la In mantener eltontrollObreel sistema de comunicacionesdel Plís, ya que este control no se vinculaton la mera posesión del servicio público,En COmunicaciones, la complejidad de la:8CrlOlogía garantiza que el propietario deas fábricas de equipos termine controlan­do la totalidad del sistema.

En 1954 se radica en el país la empre­~ Siemens, la que firma un convenio con~Ie lIO~ierno argentino y con Standard-:r,c. El mismo estipula que las contr.Cien:s futuras se dividirán en un 60 porPara SiPIra Standard y un 40 por cientoPOfb.,.'''''"s, lo que significa anular todaci6~ ~ idld de licitación pública, campar.fi'sta ~ precios, etB. A pesar de su manj.tad Ilegalidad, este convenio fue resp.lOS ~~ todos los gobiernos actuantes en"s :'mos veinte años. QUe distribuyeron

mpras en esas proporciones.

La cuestión de los contratos que aca­ban de ser anulados por el actual gobierno,realizados entre Standard Electric y ENTeldurante los años de la dictadura militar fue$Uficientemente difundida y denunciada ymuestra bien a las claras las formas gruesa­mente delictivas con las que el monopolioasegura sus ganancias.

Es importante destacar además el pe­pel de la dependencia tecnológica en lasmaniobras monop6licas. Es así que en elpaís Standard Electrie prodll'Ce equipos ycentrales telef6nicas con un sistama elec-

tr6nico de alta complejidad (sistema "pen·taconta", que requiere gran proporci6n decomponentes importados) cuya tecnologíaes inclusive más avanzada que la que se utj.liza en Estados Unidos y la mayor parte deEuropa. Con ello, no 1610 se desarrolla acosta del país el oeríodo necesario de ex~rimentaci6n de nuevos sistemas, sino quese incrementa la dependencia por aumentode insumos importados, patentes, ,.lias,etc. Es decir, que cualquier propuesta deruptura con el monopolio debe lI.r hastala ruptura de la dependencia tecnológicapara ser efectiva.

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disminuye la exigencia durante unmes al aO-900/0, para volver a reiniciarel ritmo máximo en los dos meses si­guientes.

El motivo de estas variaciones esque en caso de mantener el máximoritmo sin períodos de relajamiento seproducen consecuencias de ausentis­mo, crisis emocionales o afeccionesdiversas e incluso renuncias, todo locual, en esta sección, redunda en unperjuicio mayor que el alivio perfodi­ca de la exigencia.

A partir de la disminución de tra­bajo causada por la suspensión de loscontratos con ENTel, se producenvariantes. La fábrica busca disminuirel número de personal al menor costoposible. Desde 1972 hasta ahora sehan producido cerca de 1.200 renun­cias4

Para esto la empresa desata unaola de rumores acerca de un cierrepróximo, de que habrá suspensionesmasivas, etc. Se monta una "acciónpsicológica" que incluye la presión desupervisores y jefes que buscan portodos los medios imponer la idea deque no hay más perspect ivas en estafábrica y que hay que buscar otro tra­bajo.

Todo esto tiene su reflejo en lasrenuncias y en elevados fnd ices deausentismo.

Sin embargo aun en esas circuns­tancias en que la línea permanece aveces parada durante d{as por falta detrabajo, se mantiene la exigencia delritmo de producción. Es decir que seprefiere que la I{nea trabaje dos dfasal 100% de la producción a hacerlatrabajar toda la semana con un ritmoinferior. Esto no tiene que ver con unproblema de costos, que no van'anmayormente con cualquiera de las al­ternativas. Se trata de no sentar el

4 Ya escrito este artículo hemos sabidoque se efectivizaron cerca de 1.000 renun­cias en las últimas semanas, pagadas por laempresa con 12 sueldos de indemnización.Este monto indemnizatorio, superior al vi­gente, no es producto de la generosidad delmonopolio, sino del hecho de que los re­nunciantes esperaban la inminente sanciÓnde la ley de Contratos de Trabajo que elevaconsiderablemente las indemnizaciones pordespido.

Por otra parte, si la empresa prefiererecurrir a renuncias "negociadas" V fuerte­mente presionadas, en lugar de procederdirectamente a despidos masivos -que porotra parte se sucederán inmed iatamente­es para evitar cualquier tipo de agitación yde opinión pública desfavorable en mo­mentos en que están planteadas distintaspropuestas de nacionalización.

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precedente de un trabajo a ritmo in­ferior, y además del hecho psicológicodel sometimiento irracional a la nor­ma, y a la uniformidad que no debenalterarse bajo ninguna circunstancia.

Nuevamente se expresa la necesi­dad del mantenimiento de un ordenrepresivo que más allá de la raciona Ii­dad de la organización productiva bus­ca condicionar un sometimiento auto­mático a las necesidades de la super­explotación.

La supervisión

La supervisión tiene la caracten's­tica en la sección investigada de fo­mentar la emulación y otorgar ciertosbeneficios a quien produce más. Conello impulsa un clima de división yen­frentamiento entre las obreras. Losbeneficios pueden ser justificar faltaso retiros, otorgan mayor categon'a oadjudicar platinas más fáciles.

La supervisión intenta ganarse laconfianza de algunas obreras para fo­mentar la división. Se genera asf unclima de tensión y un sentimiento ge­neralizado de desconfianza entre laspropias obreras. Con ello se apunta ala vez a obstruir cualquier movimien­to de conjunto.

En relación con esto están los pro­cedimientos habituales contra el acti­vo sindical y polt'tico que intenta di­rigir fuchas. A todas las sospechosasde activismo sindical se las hizo pasarpor la Escuela de Capacitación aislán­dolas del resto y en algunos casosmanteniéndolas en situación impro­ductiva simplemente para evitar queactuaran en la sección. Además de laspresiones y amenazas, a veces se recu­rre al procedimiento más sutil de co­locarlas en un lugar privilegiado en laI{nea, que no merecen. Con eso persi­guen enemistar a las compañeras detrabajo con la activista que muy a supesar aparece favorecida injustamen­te.

Otro recurso que se utiliza son lascategorlas, que en concreto significanmayor remuneración. Hay tres catego­rfas: medio oficial, oficial y oficialmaestro. Cuando en la sección se pe­leaba para obtener la categoría de ofi­cial, la empresa respondfa que se leiba a otorgar a quienes supieran hacertodos los trabajos de la It'nea. Pero co­mo cada obrera permanece en unpuesto de trabajo durante a fl\os eraimposible que cumpliera esa condi­ción. Luego de ganada la categoría demedio oficial se intenta lograr la de

oficial maestro. La respuesta es quese otorgará a las que trabaja n alambran­brando platinas, porque en ese mo­mento se necesitaba aumentar la pro­ducción en alambrado.

La capacitación represiva

Cuando ingresa una obrera en lafábrica después del examen psicológi­co, debe pasar dos meses en el Depar­tamento de Capacitación antes de in­tegrarse a la sección. En ese perfodose le enseña el trabajo sin exigirle unaproducción determinada. El trato esbueno y se utiliza un adecuado siste­ma de "premios". Por una parte sepermiten ciertas libertades prohibidasen la Ifnea pero a la vez se anticipaconstantemente que el trabajo en lasección va a ser diferente.

Los instructores se encargan deaclarar: "Uds. acá pueden hablar peroojo que en la línea no pueden hablar",o "Uds. acá pueden tomar una tazade café o comer una galletita pero enla línea no van a poder hacerlo". Du­rante los meses de la capacitación seles va metiendo la idea de todo lo queno puede hacerse en la Ifnea y se in­tenta condicionar una respuesta anti­cipada de miedo y sometimiento.

Ya en la línea la supervisión se en­carga de encuadrar con cierta durezainicial a las nuevas; aparecen brusca­mente los problemas anticipados paradar la producción y la calidad. De gol­pe se exige a la obrera nueva que pasede dar una producción del 20% a ha­cer el 80% y la represión comienza suciclo en la línea.

El criterio pedagógico es coheren­temente represivo tanto en la ense­ñanza de las habilidades motrices co­mo en la interiorización de un marcOsevero de control que se hace aparecercomo natural a las necesidades del tra­bajo en la línea y por lo tanto irre­versible.

La estructura sindical

El Sindicato de Standard ElectriCes un sindicato por empresa adheridoa FOETRA. Hasta la elección de la aC·tual conducción -combativa- ~Ia je­rarquía sindical constituyó un engra­naje más en el aparato de represión alos obreros. No solo se imped ía cual­quier protesta, sino que se ha llegado,en un convenio de trabajo anterior, aestablecer que la representación gre"mial se compromett'a por la buen'calidad de los productos y aceptab8

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todo tipo de innovación que la empre­sa quisiera imponer, incluido el incre­mento en los ritmos de producción.

la represión corporal y mental

Hay condiciones de insalubridaden determinadas secciones (Bakelita,Niquelado, Pintura, Herrería de cua­dros) en las que debería trabajarse 6horas. Sin embargo el Ministerio deTrabajo determinó años atrás que co­rrespondía un trabajo normal.

Las condiciones de trabajo, espe­cialmente hasta el año pasado, produ­cen en las obreras de la sección Pla­tinas con significativa frecuencia lossiguientes problemas físicos y psíqui­cos:

Desviación de columna por la pos­tura de trabajo.

Problemas de visión por el tipo detrabajo y de iluminación. Las conexio­nes exigen concentración y esfuerzovisual. la luz fluorescente intensa seproyecta en forma directa y cercanasobre los ojos.

Fiebre nerviosa.Crisis nerviosas con manifestacio­

nes de ansiedad y alteraciones psico­somáticas diversas, o bien

Desmayos bruscos reactivos a si­tuaciones de tensión y ansiedad. A talpunto que junto ét la sección solía ha­ber permanentemente una camilla delServicio médico.

Frente a esta situación, e inclusocomúnmente para mitigar la fatiga oel sueño, es muy frecuente que se re­cUrra a todo tipo de medicación desdeaspirinas hasta excitantes. Por otraParte no pocas veces los estimulantesson recetados por el propio médicode fábrica.

Es decir que todo el clima y elaparato montltdo alrededor de la pro·ducción tienen sus efectos en distin­tos niveles del funcionamiento indivi­dUal V grupal. Las consecuencias vandesde síntomas tísicos y mentales has­ta modelos impuestos de relación quese COntinúan e implican con formashabituales de vínculo en el ámbito fa­rniliar y social más general. Por otraParte, también se imponen ciertos re­:r~~ "explicativos" falseados desdec' SIClones de poder -económico oSil:~(fico- tendientes a presentarce pre los problemas de salud comot "seCuencia de factores propios delt;a~a!ador y no de las condiciones derna aJo. A ello contribuye decisiva­qu:nt~ la función de los profesionales

Sirven al monopolio.

lOll'brI 01, Setiembre-Octubre de 1974

la medicina represiva

El Servicio Médico de fábrica fren­te a cualquier problema recurre a unaúnica pastilla. Muchas obreras optanpor no tomar nada de lo que proveeel Servicio Médico porque les ha pro­vocado consecuencias más graves quela dolencia inicial.

El médico de fábrica no puedeautorizar un cambio de sección enPlatinas. Esto tiene que ver con el cos­to de la capacitación necesaria paraingresar en esa sección.

La medicina de la fábrica tiene unaorientación definida y un límite in­franqueable: el servicio a las condi­ciones necesarias a la producción mo­nopólica.

Frente al reclamo obrero la "Iógi­ca" del médico expresa la lógica delsistema: "Yo no tengo nada que vercon las condiciones de trabajo; eso lotiene que plantear en el sindicato". Ladisociación encubridora funciona co·mo defensa a la vez institucional ypersonal.

Por otra parte, el trámite de obte­ner una certificación médica para re­tiro o cambio de tareas, o para justifi­car una disminución en la producción,se convierte en una interminable su­cesión de idas y venidas entre el mé­dico y el jefe, que por lo general ter·mina sin dar satisfacción al pedido.

También está la Clínica, del Sindi·cato. Los médicos de la Clínica nopueden justificar ausencias por enfer·medad. Por ejemplo pueden indicarreposo pero no pueden justificarle alpaciente los días que no trabaje. EstajllStificación debe hacerla el médicode la Empresa, que por lo general ac­túa como un funcionario contra elabandono de la producción más quecomo profesional de la salud.

Existe una especie de complemen·tación entre la Clínica y el ServicioMédico de la empresa. La Clínica nodenuncia la obstrucción que los mé­dicos de la fábrica hacen de los trata­mientos indicados. El Servicio Médicodel monopolio, por su parte, no de­nuncia las atrocidades habituales co·metidas en la CI ínica. Ejemplo de estoson frecuentes infecciones en opera·ciones quirúrgicas o en partos, o elcaso de una obrera fallecida de cáncerpulmonar que estaba siendo atendidacomo asmática.

En cuanto al psiquiatra de la Clíni·ca frente a las condiciones de trabajose autoexcluye de entrada de cual·quier intervención y trata de actuarsobre la vertiente "personal" de los

EDITORIAL

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Documentos de la RevoluciónCultural en China (1966·1969).Unica recopilación de todos losdocumentos publicados por Ren­min Ribao I Hongqi I JiefangjunBao. 262 páginas.

Sobre l. Iiteretur. y el Arte,por Mao Tse-tung. Contiene17artículos escritos por Mao desdemarzo de 1927 hasta febrero de1957 Unica y completa ediciónen español autorizada. Segundaedición, 200 páginas.

ProcelO de .. rwoluci&n Chine.por Chou En-Lai y Wang Jung­

Wen. Contiene Informes al IX

y XO Congreso del PC de China.135 páginas.

Fucismo y Fren. Unico, porJorge Oimitrov. Unica edicióncompleta del informe y resumendel VII Congreso de la Interna­cional Comunista realizado en elaño 1935. 200 páginas. Segundaedición.

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O.E.A. Distribuidora EditoresReunidos

Corrientes 1582. Teléf. 457845Buenos Aires

Argentina

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problemas o bien recurre a la magiadel sedante o el estimulante, segúnel caso. Más de una vez termina acon­sejando "desinteresadamente" la re­nuncia como solución para evitar losproblemas.

La disolución de la responsabili­dad colectiva y la participación cóm­plice en una organización determinadade la explotación, se encubren detrásde la ilusión de una autonomía yprescindencia del médico respecto delos intereses del monopolio. Final­mente la misma disolución se operasobre la génesis de la patología quetermina por atribuirse exclusivamentea una vertiente individual segregada y

tan absolutizada como el orden socialy productivo.

La psicología represiva

El primer paso para entrar a la fá­brica es el examen psicológico quedura unas tres horas y abarca una seriede tests. La evaluación final, que osci­la entre 40 y 100 determina la deriva­ción a los distintos sectores de laplanta. A mayor puntaje mayor lacomplejidad del trabajo indicado. Lasección Platinas por ejemplo, requiereun puntaje mayor de 80.

El resultado del test es utilizadoen adelante como una medida inape­lable. Si una obrera disminuye su pro~

ducción, se la acusará de hacerlo del i­beradamente porque el resultado deltest demuestra quepuede hacerla. Pe­riódicamente en la sección se hacennuevos tests para la evaluación delpersonal, especialmente pruebas dehabilidad, velocidad y concentración.También se realizan exámenes perió­dicos de agudeza visual.

A partir de la disminución del tra­bajo en la fábrica se desarrolla unaacción de "guerra psicológica" parapresionar renuncias, en el marco deuna etapa de restricción en la produc­ción y bajo la amenaza constante delcierre de la fábr ica.

La " us ina de rumores" montadacon ese objetivo trata siempre sobreel destino de la fuerza de trabajo.

ENTel será responsable de lo quepase con la fuente de trabajo a par­tir de la suspensión de pagos y anu­lación de contratos.

En varias oportunidades se hacecorrer un rumor el día jueves o vier­nes que en el fin de semana salen te­legramas de suspensión.

Para socavar el apoyo a un proyec­to eventual de nacionalización de la

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empresa, se deja trascender que esaeventual nacionalización proyecta re­ducir el personal a 1000 trabajadores.

Como renuncian más obreros queempleados y técnicos se corre el ru­mor de que este sector será el máscastigado con suspensiones y despi­dos.

Es decir que la variante en las con­diciones de trabajo puede alterar sóloel modo predominante en que se ejer­ce la represión pero no la organizaciónni la comunicación basadas en una es­tructura de violencia sobre la fuerzade trabajo.

Conclusiones

La investigación inicia 1 permitiódetectar en la sección Platinas condi­ciones de trabajo opresivas y dete-riorantes de la salud de las trabajado­ras que allí se desempeñan. Esto tieneque ver con condiciones ambientales,ritmos de producción y, fundamental­mente, con un clima de violencia ins­titucionalizada que opera como mar­co eprníanente de la situación detrabajo.

La imagen dramática de la obreraforzosamente incomunicada por la ac­tividad de enrollamiento y perseguidapor la norma de producción muestracrudamente el significado concretode la alienación y la deshumanizaciónen la actividad laboral.

En el momento actual, la represiónse desplaza, a través de diversos me­dios, principalmente psicológicos, alograr al menor costo una reduccióndel personal y a la vez a preparar lascondiciones para una reducción másdrástica o aun para el cierre de laplanta.

Los objetivos perseguidos son va­rios:

a) Generar un clima de desalientoy pesimismo acerca de la fuente detrabajo e imponer ideas divisionistasen el conjunto del personal asalariado,del tipo de que "cada uno vaya bus­cando como resolver su problema por­que esto se acaba".

b) Hacer recaer sobre ENTel y elgobierno nacional la responsabilidadde la situación por su propuesta -emi­nentemente justa desde todo puntode vista- de anular los contratos sus­criptas por la dictadura militar con laempresa. Con esto a la vez se apuntaa generar ideas contrarias a la nacio­nalización de la empresa con argu­mentos como que "el Estado es maladministrador", es ineficiente, va a re-

ducir el personal, o que no está encondiciones tecnológicas de mantenerla producción.

c) De lo anter ior se desprende elobjetivo central de obstruir la confor­mación de un movirrliento sólido en elpersonal en defensa de la fuente detrabajo, que impulse la nacionaliza­ción de la fábrica.

d) Por último no es aventuradoenmarcar la actitud de este monopo­lio norteamericano en la ofensivaconspirativa y golpista desatado desdedistintos sectores y que busca crearlas condiciones favorables para unaaventura poi ítica restauradora.

En el campo concreto de la psico­patolog{a, los trastornos más frecuen­tes, claramente reactivos, son los esta-dos de ansiedad y angustia, conmanifestaciones de crisis en muchoscasos y con formas diversas de expre­sión psicosomática' que a menudo sonlas prevalentes. En algunos casos lacrisis implica compromiso de la con­ciencia hasta llegar al desmayo.

Las referencias iniciales recogidasmostrarfan la predisposición de unaevolución hacia afecciones psicomáti­cas como expresión privilegiada yes­tabilizada de la angustia, con secuelasdi sfunc io na les.

Por otra parte, integrada al orde­namiento de la producción se desarro­lla una verdadera función pedagógicade clase, que trasciende el ámbito es­tricto de la producción económicapara proyectarse sobre el objetivo dereproducción del sistema económicoy social en su conjunto.

Las consecuencias sobre la saludf{sica y mental se incluyen en el efec­to más vasto sobre modelos impuestosde relación afectiva y familiar, sobreformas adquiridas y automatizadas derepetir un modelo autoritario de jer­cicio del poder. O bien todo lo con­trario, una modalidad repetida de pa­sividad y sumisión que configura todoun modo de relación con el mundo ycon los demás.

Este panorama general es muchomás complejo si tenemos en cuentaque el sistema capitalista además deoperar en el lugar de la producción,cuenta con recursos de coerción yconsenso, aparatos pollticos e ideoló­gicos, desti nadas a reforzar y repro·ducir los i'ndividuos y las relacionesnecesarias para la preservación del sis­tema en su conjunto.

Esta real idad se asienta crudamentesobre el nulo margen de decisión y deelección que resta al trabajador, en un

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marco caracterizado por un alto gra­do de desocupación y subocupación.La ficción de un libre contrato de tra­bajo -que permitiría al trabajadorelegir el comprador de su fuerza detrabajo- t?davía es más falsa en lascondiciones críticas de la dependen­cia.

Esta realidad, entonces, no es unfenómeno aislado, sino que formaparte del nivel de organización propiode la producción monopólica y de lascondiciones de sobreexplotación de lafuerza de trabajo en los pa íses depen­dientes del imperialismo. Se trata deun efecto estructural, propio de laproducción y acumulación capitalistabajo la forma monopólica imperialis­ta, orientada centralmente al incre­mento de la tasa de ganancia bajo laforma de la extracción de plusval íarelativa, es decir del aumento de lacapacidad productiva del trabajo. Enlas condiciones de deformación pro­pias de una estructura económica de­pendiente -en la que el ciclo de acu­mulación se desplaza a los centrosimperialistas- el incremento de la ca­pacidad productiva opera principal­mente no por la vía de la moderniza­ción tecnológica del proceso de traba­jo sino de la sobreexplotación lisa yllana de la fuerza de trabajo.

Este nivel de consideración es de­cisivo para entender que los efectos

sobre la salud y la salud mental (SM)que resultan estructurales al sistemacapitalista dependiente no son resolu­bles sino en el avance hacia una trans­formación revolucionaria del podereconómico, político e ideológico delimperialismo, especialmente nortea·mericano.

Cualquier acción o propuesta cien·tíficaen el campo de la salud en lasfábricas debe ser claramente identifi­cada en función de los intereses quedefiende.

Hacemos nuestras, en ese sentido,las formulaciones contenidas en losfundamentos de la creación del Insti­tuto de Medicina del Trabajo de laUNBA:

"Como fuera planteado en el XV 1ICongreso Internacional de Medicinadel Trabajo, no existe una sóla con·cepción de la misma sino dos: una alservicio del sojuzgamiento, la explota­ción y la alienación del trabajo huma­no y otra que es parte de la lucha porla liberación del trabajo. 5

En el marco antes descripto resaltala función cómplice, integrada armó­nicamente a la represión necesaria pa­ra el óptimo mantenimiento de la ex­plotación, de los profes ionales en

5 "Fundamentos del Instituto de Me­dicina del Trabajo" Facultad de Medicina.UNBA, julio de 1973.

salud -médicos y psicólogos- que sedesempeñan en la fábrica.

En el campo de la SM esto es co­herente con determinadas premisasideológicas subyacentes, que ya fue­ran explicitadas:

"EI discurso ideológico de la "psi­quiatrla oficial", que controla lasinstituciones asistenciales, formativasy pol/ticas más importantes, parte dela absolutización del orden social dadoy hace de ese absoluto el marco valo·rativo de sus criterios y de sus prác­ticas".6

De la lucha reivindicativa y políti­ca de la clase obrera y el pueblo resul·tan las formas más eficaces de defen­sa de la salud. La reducción de la jor­nada de trabajo, como consecuenciade esas luchas, hizo más por la saluddel pueblo que todos los programassanitarios juntos.

Conscientes de ello, sólo sumán­donos de diversas formas a esa luchapodemos encarar responsablementeuna función de servicio a las necesi­dades de la clase obrera y el puebloen materia de salud y asistencia. fun­ción encarada desde nuestra práctica,desde nuestra producción intelectualy desde nuestras organizaciones gre­miales y científicas.

6 VEZZETTI, Hugo Mario: "Salud Men­tal: Ideología y Poder". Los Libros, N0 32.

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las revistas Crisis, Los Libros, LldnCHImericana, El....bajo de oro, Lltinoam6ricl, Testigo, el Cen­tro Editor de Arnárica Latina y la Galer(a de ArteMeridiana.El temario del encuentro especifica algunos pun­tos:

• Pol(tica cultural: publicaciones, talleres. Puntosde contacto y disidencia.

• Las instituciones gremiales: reivindicaciones pro­pia de la cape intelectual y profesional.

• Relación del intelectual con las luchas obreras ypopulares.

• Revistas culturales: manifestaciones y contradic­ciones ideológicas. Problemftica del interior delpa(s. Publicaciones con apoyo de entidades mul­tinacionales.

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FEUDALISMO Y CAPITALISMO ENLA HISTORIA. DE AMERICA LATINA•Manlrecl Kossok

Introducción

En los últimos lIIos, el debate sobre larellci6n .,tre feudalismo y cepitalismo enel desarrollo hislÓrico de América Litinahe adquirido car6et1r intemacionel. Es uno~ los "grendes tImu" en el Clmpo de lasIllVestilllciones hist6rico-socieles sobre~rice Latine. Los resultados son de im­PortIncie funclem.-.tal pera el en'lisis y ladetinici6n de 11 tfll'lsformeci6n de las es­trUctures lCon6mico-sociales y politico-in.ti.tucionel" desde le conquiste y el estebl.CllnÍlnto del dominio colonial hutI el pe­::.~ 11 independencia y postindepen-

los libros. Setiembre-Octubre de 1974

ActUllm.,te existen ....nes circunstlft.cies que indudebltmente dificulten le co­rrlCtl interpreteci6n de este probl......­dinel:

1. Hey une manifieste desproporci6n ohestlentlgOnismo .,tre 11 multitud de UD­

ríes lII"ereles sobre el tema y 11 investigl­ci6n empíriCl. heste ehore poco IVIl'lZldeen cuento el e"'lisis detellldo de los he­chos. Aparte del estedo insetisfeetorio deleinvestigeci6n en gBn..llllma le ltenci6n elque 11 mayoríe de les opiniones formuleducon carácter totalizador. desde el principiono muestren 11 preocupación de evelulrdlbidlmente loa conocimientos parcialesde que disponemos. ni los progresos .....

trillos., ....nos infor... de ÍII .11."publUdos .. .. 6ltimGI u..... (S.J.Stein I s.J. Hurt. E. FIo J.L .P.K. Korn). &11 ttndIncil ......por ej. en los trebejos de L Vi1III. Me-rini y A.G. FfII'lk.

2. Les importentes dilcrtpencill ....nol6gicu que • pr.... como resuItIdode los divergBntes puntos de vistllMlodo­16gico y conceptUlI. Esto ocum lDbrt tDdocon el uso impreciso de les ~ríes "fIu.deliamo" y "capitalismo". De le necesidadde ejustemos e criterios IXIctoS In VlZ deofrecer "modelos" ebstractos y ...pre In cu.,talls perticuleridedes de ....giones trultl6ntic:u, dieron una defnottq.

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ción convincente tanto la conferencia "Surle Féodalisme" efectuada en 1968 por elCentre d'Etudes et de Recherches Maxistes(C.N.R.S., París) como también el coloquio"Abolition de la Féodalité da ns le MondeOccidental", organizado por el Centre Na­tional de la Recherche Scientifique en 1971(C.N.R.S., París). Basta con mencioner 101aportes de Ch. Verlinden, F. Mauro, J.P.Wallot, R. Palmer, P. Vilar V A. Soboul.

3. En correspondencia con las tradicio­nales líneas de la historiografía, se acentu6

, siempre la parte ibérica de América. Parauna comprensión compleja del problema esnecesario que en adelante prestemos igualatención a las regiones influidas por las ac·tividades coloniales de Inglaterra, Franciay los Pa íses Bajos.

El punto de partida para el análisis de larelaci6n entre feudalismo y capitalismo es­tá dado por el estado de desarrollo de E.paña y Portugal en vísperas del descubri­miento y conquista de América. La subyu­gaci6n de ArMrica represent6 un momen­to principal de la acumulación originaria decapital yconstituye entonces parte de' pro­ceso de 'a génesis del capitalismo europeo(K. Marx). En correspondencia a la tran.formación por etapas de la sociedad feudalen la capitalista, existió en el desarrollohistórico-cronol6gico de los sistemas colo­niales la tendencia de ..stituir la unión deelementos feudales y capitalistas, muy ca­racterística para los inicios, por una influen­cia cada vez ""s creciente y a' final, 'a su­prlmlcfa de los elementos capitalistas "pu­ros". Trpológicamente, el mancionado cam­bio cualitativo es reconocible por la suc.lión histórica de los sistemas coroniales,..igidos por España, Portugal, los PaísesBljos e Inglaterra (W. Markov).

Las investigeciones acerca de la historiaecon6mica y social de Espafta y Portugalde los siglos XV y XVI han mostrldo cl.r.mente la existencia de elementos capitalis­tas (R. Konetzke, R. Carande, P. Chaunu,J. Vicens Vivens,P. Villr). Sin embargo, laopinión de que Espafta (lo mismo. puededecir de Portugal, más avanzado en el cam-

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po comercial: F. Mauro) ya se en.contrabaen el per íodo de neta transici6n del feuda­lismo al capitalismo, no es sostenible (L.Vitala). Ex ist ían principios de organizacióncapitalista sobre todo en el comercio yenla banca. Mientrás las actividades industria­les restan dominadas por los artesanos y el"Verlag" (J. von Klaveren, E.E. Litavrina).Se trata de formas bien claras de un capita­lismo temprano o incipiente ("Frühkapita­lismus") que, como lo demuestra el desarro­llo de Italia y de Alemania del Sur mostróser reversible, por tanto '!refeudalizable",ya que no se produjo ninguna penetracióncapitalista en el sector agrario (comparablea los casos de los Países Bajos y de Ingla­terra) ni consolidaci6n alguna de un impor­tante _etor manufacturero.

No debemos sobreestimar el nivel alcan­zado por las formas capitalistas embriona­rias. Para una investigación más profundadel problema debemos considerar los pun­·os siguientes:

1. La función objeto, es decir, casi "co­onial" de España y Portugal en el procesole expansión del capital comercial y banca­io italiano (genovés), obr6 como impedí­nento a la formaci6n de una clase capita­ista "nacional" (J. Hl8n, R. Konetzke, P.Jilar). El acceso directo a"as fuentes de fi­nanciamiento de Alemania e Italia Iibr6 ala Corona de España de la necesidad de es­timular el fortalecimiento de las capas bur­guesas del estado llano de su pFopia regióncomo base económica del poder absolutista.

2. Los inicios de la organización capi~

lista todavía no 18 manifiestan en IICIlanacional, sino sólo en regiones limitadas alas zonas costeras y algunos centros (ais­lados) del interior del país.

~. La mayor parte de las ciudadaespa­ñalas (y portuguesas) ten ían una estructu­ra estrechamente ligada al sistema feudal,dándol.s el carácter de ".fioríos plebeyos"(R. Altanaire).

4. En EspaRa 11 reforzó la tendencia h.cia 'la "feudalización" o la "reintegraciónf.ud.l" deles ciudades, debido ala entregadel t»bierno de las ciudades a la hidalguíadesp~s de la derrota de los Comuneros (J.A. Maravall).

5. También son dignas de investigaci6nlas consecuencias resultantes de la situaci6npermanente de competencia entre burgue­sra cristiana y judía (J. Amador de losRfas), que indudablemente influyeron ne­gativamente en el proceso de metamorfo-sis del patriciado medieval a la burguesíamoderna. La mencionada funci6n objeto(de carácter relativo) en la génesis del capi­lismo ibérico 11 transfirió en sus aspectos..nciales tambi'n al perrodo de Ixpansi6ncolonial: España y Portugal siguieron sien­do simplemente canales de pISO de las

ganancias coloniales que vertían hacia lospaíses más avanzados económicamente (P.Vilar).

El resto de la ganancia ca lonial no esempleado primordialmente de manera ca­pitalista y en consecuencia no contribuyea la desintegración económica y social delas estructuras feudales.

Al contrario:El monopolio de facto ejercido sobre la

producci6n mundial de la plata, o el accesoa los centros de las especias dieron a los so­beranos ibéricos, en .comparaci6n con otraspotencias absolutistas (Inglaterra, Francia)aparentemente una "independencia" másgrande ante la propia burguesía, que hizoposible entregar la ciudad (los burgueses) yel campo (los campesinos) en mayor escalaa la nobleza sin que esto implicase el riesgode consecuencias económicas destructivaspara el poder central.

A la larga el regresivo fortalecimientode los poderes centrales, "renovados" gra­cias a los tesoros ca loniales, trastorn6 y d.t.min6 la decadencia y agon ía del absolu­tismo y de la sociedad ibérica (K. Marx).

Junto a los elementos econó mico-so·ciales y político-institucionales operan fac­tores que no deben ser interpretados comoreflejos meramente pasivos de los compo­nentes primarios antes mencionados (el mi­to de hidalguía, la contrarreforma, l. In·quisición, las discrepancias entre poi íticauniversal y nacional).

Sobre la extensi6n y rapidez de la rela·tiva refeudalización de la sociedad tuvo unainfluencia decisiva la revoluci6n de los pre­cios, no obstante que tambi6n parece com·probarse que este proceso, que influy6 conextraordinaria intensidad sobre Espana yPortugal a causa del desplazam¡ento de loscentros económicos del Oriente al Occiden­te, no ejerci6 una influencia causente, sinoacelerante, sobre esta situación de crisis yapermanente (R. Carande, J. Larraz L6pez,P. Vilar).

2Los criterios e.nciales pare 11 orden..

miento hist6rico de un siltema colonial, .....dicen en el car6eter deles fuerzas motriCII

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que determinan el contenido y fines de laexpansión colonial, la estructura socio-eco­nómica y político-institucional, así como la·clase y modo en que se aplica la gananciacolonial en la metrópoli. Por consiguienteel carácter y la estructura de un sistema co­lonial son importantes elementos para de­terminar el lugar que ocupa un poder colo­nial en la historia del desarrollo del capita­lismo (K. Marx).

Si bien es correcto y necesario hablarde la función decisiva de las fuerzas motri­ces de la expansión que reflejan el grado dedesarrollo de la metrópoli (componente A),no debe perderse de vista el papel relativa­mente importante de las condiciones dadasen las colonias antes de las penetración euro­pea (componente B). En el caso particulartanto de España como de Portugal es pre­ciso tomar siempre en consideración el fac­tor de los intereses internacionales, consti­tuido por la concurrencia holandesa, ingle­sa y francesa (componente C). La estruc­tura definitiva de un sistema colonial espor consiguiente el resultado (resultante D)de una complicada interacción de los ele­men'tos A, BYCesquemáticamente defini­dos. J. L. Phelan califica la esfera de la ex­pansión hispánica con razón como una"doble conquista". Unicamente las "colo­nias verdaderas" (K. Marx), aquellas en queel sentido original de colonización se creópor la toma de posesión de un territorio"virgen" por inmigrantes libres (Nueva In­glaterra, Canadá, Australia), muestran unaconsiderable identidad entre A y C. Los te­rritorios de las más avanzadas civilizacionesind ígenas antes de la llegada de los conquis­tadores estuvieron, durante la época delpleno dominio colonial, siempre caracteri­zados por la existencia de formas de explo­tación en parte complementarias, en partecompetitivas; dicho en o.tras palabras: elpapel dominante de un modo de produc­ción feudal-colonial se entiende de manerarelativa debido a la gama de otras relacio­nes de producción, que podríamos definirsecundarias o complementarias (menos laesclavitud "sans phrase" de la lona dePlantaciones).

Durante la época colonial (como des­pués de las guerras de emancipación) sePuede constatar cierto pluralismo de lasformas de producci6n; aplicando el concep­t?de V.1. Lenin de la economía plurisecto­r~al es posible hablar de cinco sectores bá-.COI t . .'lb .' en re los cuales nunca hubo ni equl-ta~l~ ni igualdad en cuanto a su impar­t taa dentro de la totalidad de la estruc-ura económcia y social:

; EConomía natural campesina, ligada pre­_ r~temen.te alas Comunidades ind ¡genas.tan/duccl6n mercantil simple de impor-

la preponderantemente local.

- Esclavitud, tanto en forma patriarcal (ba­jo la cual se vio so metida una parte de lapoblación ind ígena) como en forma de laesclavitud de plantaciones, sumamente im­portante para la economía de exportacióny basándose casi exclusivamente sobre eltrabajo forzoso negro.

- Producción agraria feudal o semi-feudal'en forma del latifundismo (haciendas, es­tancias) con creciente ligazón al mercado(externo).

- Núcleos de una producción capitalista deformas todavía embrionarias y al mismotiempo ya deformadas y depend ientes.

Difiriendo con el interesante conceptode C.f.S. Cardoso sobre el modo colonialde producción, compartiría la idea de insis­tir en la necesidad de no aislar el procesohistórico de América Latina del contextouniversal del desarrollo de los modos deproducción, eludiendo la exacta determina­ción económico-social de las relaciones omodos de producción. Lo que resultó de laConquista no era un modo colonial de pro­ducción sino las condiciones espec ífica·mente coloniales para el desenvolvimientode formas feudales, esclavistas, y más tardecapitalistas o incluso la existe'ncia ulteriorde elementos precolombinos de explota­ción. Tampoco parece convincente la apli­cación excesiva del término modo de pro­ducción asiático como modo "modelo" pa­ra los países subdesarrollados (R. Sarta),interpretando mal el uso muy cuidadoso yequilibrado de este término por K. Marx.La investigación moderna da claras pruebasde que muchos elementos de la historiachina hasta ahora interpretados como "a­siáticos" merecen una revaluaci6n comoelementos feudales, aunque con caracte­rísticas particulares (R. Felber).

La correlación dialéctica en tre los com­ponentes mencionados arriba aclara las par-ciales y muy extensas diferencias regionalesdentro de un mismo sistema colonial. Talsituación se manifiesta en el caso de Portu­gal por la comparación de su poi ática en laIndia, las Malucas y el Brasil. Por lo querespecta a España es indudable que las dif.rencias de grado en el desarro 110 de los te­rritorios conquistados en América (compá­rense las regiones de las Antillas, México,Perú, Venezuela, Chile, La Plata)~ influ­yeron de manera durable en la estructura yla diferenciación regional del do minio colo-

. nial (F. Katz). La "república de los indios"influy6 siempre de una manera activa sobrela "república de los españoles".

Como primer eslabón de la cadena his­tórica de las potencias coloniales europeas,España y Portugal muestran un grado rela­tivamente alto de feudalizaci6n en el pro­ceso de su expansión ultramarina caracteri-

zado en el caso de Portugal por el de lamadurez más avanzada de los elementos delcapitalismo comercial (F. Mauro, A.H. 01i­veira Marques).

Sin embargo, la mera existencia del ca­pital comercial, no es un criterio suficientepara hablar ya de un modo de produccióncapitalista. Uno de los errores que inducena exagerar la desfeudalización en los siglosXV y XVI con~iste en la tesis de que el ca­pital comercial equivale a la producción ea­pitalista. La econom ía monetaria se presen­ta mucho antes del capitalismo, es decirque también el auge del comercio es· siem­pre un criterio muy relativo o hasta secun­dario para la determinación de las relacio­ciones de producción.

Partiendo de la comparación entre Por­tugal y los pa íses Bajos, K. Marx hace re-saltar el papel conservador del capitalcomercial y saca la conclusión de que elgrado de independencia del capital mercan­til refleja en relación inversa el grado dedesarrollo económico de la sociedad. Conrespecto a las condiciones de explotaciónque se impusieron en las colonias, es signi­ficativa la opinión formulada en el mismosentido, de que el capital comercial puedeobtener ganancia sin trastornar un siste·ma de produ cció n dado, basándose en eltrabajo excedente dentro de las normas yposibilidades del viejo modo de producción.La historia del capital ismo em brionario enItalia suministra en esto una prueba histó­rica importante. El comercio pudo, comolo enseña el desarrollo diametralmenteopuesto entre España/Portugal y los PaísesBajos/I nglaterra, obrar de manera revolu­cionaria en aquellos casos donde existíanya los elementos básicos del modo de pro­ducción capitalista.

Para aclarar ras relaciones entre feude­lismo V capitalismo tanto en la metr6policomo en las colonias, es indispensable evi­tar dos errores metodol6gicos:

1. La confrontación esquemática de unfeudalismo "puro" a un capitalismo "pu­ro", en relaci6n con un planteamiento al­ternativo y ahist6rico (A.G. Frank). Esinadmisible la intenci6n de sustituir la con­creta investigación histórica por un estruc­turalismo sociológico "historizante". laregi6n ibérica fue precisamente desplazadaa la periferia del desarroHo capitalista enaquel decisivo momento cuando fue supe­rada la fase del capitalismo embrion.io.Se inició la verdadera historia det capitali.mo basada en el pleno desarrollo del capitalcomercial y manufacturero en los PaísesBajos e Inglaterra (J. Kulischer, H. Hau.herr, H. Motteck).

2. La interpretación esquemática delproceso designado como acumulaci6n ori­gi..ria del capital. Del proceso de ,. le.

.. los Libr ·os, Setiembre-Octubre de 1974 1&

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mulación originaria del capital España yPortugal (incluyendo sus esferas de coloni­zaci6n) sufrieron esencialmente 1610 el em­pobrecimiento, aspecto que es aplicablesobre todo a las masas populares y tambiénaambos PI íses en canjunto frente al ascen­so de las nuevas metrópolis capitalistas. Lahistórica y positiva cantrapart ida del men­cionado proceso, el surgimiento de la bur­guesía (y en el futuro también de unproletariado) no se desarro116 de principioo permaneci6 retrasado y deformado. Elempobrecimiento no se invierte en una pro­letarizaci6n de los campesinos y artesanos,tan importante para la consolidaci6n de loselementos autóctonos capitalistas y mani­festado de manera clásica por Inglaterra(K. Marx). En aquellas regiones (España yPortugal) donde fue trastornada de maneraespecífica la dialéctica de la dependenciafuncional entre colonialismo y capitalismoen su calidad de momento clave del proceso­de la acumulaci6n originaria del capital-analizado extensamente por K. Marx-, elsistema colonial oper6 como causa decisivapara reforzar los desniveles de desarrollo envez de superarlos. El hecho de que un po­der colonial no pudo lI.r "automática­mente" a un nivel maduro del desarrolloC8P.italista es un fen6meno paradójico sóloen apariencia.

Por su lugar hist6rico y estructura la ex..pansión colonial ibérica puede ... definidacomo u.. colonizaci6n de poblamiento detipo flUdll tardío. No 18 treta de una sim­pi. reproducción tran.tlántica del absolu­tismo feudal metropolitano. El aspecto.-nciaI para aplicar la mencionada defini­ción consiste 111 que los crit.ios objetivos(y subjetivos) de 11 vida econ6mica y delpod. político permanezcan en alto gradodltlrminaclos por valores feudales, 1*0 d.rivados de un feudalismo que sufre (en es­cala univenal y no tanto ib6rica) las con­secuencias de una "subversi6n" capitalista.De ahí que la hibridez en el car6ct. d. l.CIUtII dllIlXpansi6n colonial ibtrica in­fluy6 .bn11 doble papel d.lol conquista­dor. como "caballeros de 11 acumulaci6n

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originaria del capital". En cuanto a los va·lores feudales hay que insistir sobre dosaspectos principales:

1. El factor básico de la estructura so·cial es la propiedad territorial, con lo cualno se debe pasar por alto que la "cuestióndel suelo" tiene una significaci6n diferentesegún el tiempo y la región' (compárese elcaso de México o del Perú con el de La Pla­ta) y su definitiva y plena fo rmación se ex­tendi6 hasta el siglo XVIII (implantaciónde las compensaciones).

2. La valorizaci6n de la tierra permane­ció siempre ligada a la posesión de manode obra dependiente ("tierra con hom·bres"). Las intenciones hacia una colonizl­ción agraria de campesinos libres (tipoNueva Inglaterra) a la que aspiró las Casas,ten ían en el territorio de dom inio ibéricosólo el rango de una utopía social (M.Bataillon).

La existencia de formas feudales es ne­gada por principio, por algunos autores (M.Ballesteros-Gaibrois, R.C. Simonsen) o, porlo menos, limitada a tendencias (R. Ko­netzke). Un argumento clave para funda­mentar tal opinión consiste en acentuar elpapel del poder central absolutista (supues­tamente no compatible con un ,íauténtico"régimen feudal y la inexistencia del vasa­llaje (no obstante que sus elementos cons­tituyeron originalmente la base del sistemade donatarios en Brasil como demuestranCh. Verlinden y H.B. Johnson, Jr.). Aestasobjeciones, derivadas de criterios jurídico-institucionales y hasta eurocéntricos, sepuede replicar que la esencia del feudal is­mo es la base agraria, el papel de la tierracomo medio más importante de producci6ny el carácter específico de las condicionesde dependencia y de subordinaci6n entre101 señores feudales y los campesinos. Unanálisis comparativo muestra que el vasalla­je era sólo un elemento bisico de la socie­dad feudal en Europa Central y Occidental,mientras que en otras regiones (China, es­fera del Islam, Bizancio), en donde la eco­nom ía. mercantil (producci6n de mercan­cías), él principio, estaba más avanzada, elpoder central se apoyaba en la burocraciay los mercenarios (E. Werner). Debemosd. énfasis al hecho de que el desenvolvi­miento de la peque"a producci6n mercan·til, todavía "antesala del capitalismo" (E.Semo) ayuda a fonallcer durante largasetapas lu relaciones feudales de producci6nIn vez de liquidarla. Repito que la econo·méa monetaria "por sr' no obra como fac­tor antifeud.'.

El sistema de relaciones socio·económi-.cas y políticas que Stl"gi6 con la conquistapuede ., definido como feudalismo colo­níal, con los siguientes rasgos caracterís­ticos:

a) La base primordialmente agraria de laecanom ía colonial.

b) Existencia de formas de dependencia yexplotación forzosas que, pese a la varie­dad, representan esencialmente subordina­ci6n feudal. (La esclavitud es problemaaparte).

c) Se implant6 un feudalismo que histórica­mente ya hab ía entrado en su fase de des­censo.

d) La función objeto de la colonia (en cier­to modo también de la metrópoli) en elmercado mundial capitalista en formaci6n.

e) El desarrollo de las relaciones mercan­cía-dinero en condiciones de una acentuadaincongruencia estructural ("división") en­tre el mercado interno y el externo.

f) El predominio del poder del estado feu­dal y absoluti~a en la definitiva estructu­ración del sistema colonial.

g) El papel clave de la compulsión extrae­conómica en et sistema de las relacionessociales.

Para la determinaci6n de las condicio­nes de explotaci6n y dependencia impues­tas con el establecimiento del dominiocolonial ibérico tanto la diferenciaci6n enel tiempo como la regional, son de consi­derable importancia.

En el período inicial de la colonizaci6ndominó la esclavitud de indios. En ella sefundieron los estímulos dI tipo capitalistacomercial -documentados en forma de ea­za de indios por los Welser en Venezuela(J. Friede)- con la necesidad de disponerde fuerza dependiente de trabajo como be­• de la existencia de los primeros núcleosde poblaci6n. El per iodo de esclavitud delos indios termin6 para la América Españo­la. de hecho, con la destrucci6n de los in­dígenas del.. Indial Occidentales. Despuésde eso existi6 la esclavitud sólo como unfen6meno "fronterizo", tanto en el senti­do cuantitativo como el regional: Chile enlucha con los araucanos (A. Jara); el nortede México y parte de Colombia, etc.

LI. economía de plantaciones orienta­da hacia el mercado y la exportación (zo-

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nas costeras del Brasil, los territorios fran­ceses e ingleses en las Islas Occidentales),se basaron ante todo sobre la esclavitud denegros, y alcanzaron su completo desarro­llo en el curso del siglo XV 11. Una posiciónen cierto modo intermedia la tuvo la cazade indios practicada por los bandeirantespaulistas como un anexo de la economíade plantación en el Brasil.

Como forma dominante de explotaciónse impuso al final, en la América hispana,la encomienda (S. Zavala, L.B. Simpson),institución que representa evidentementeuna forma feudal de subordinación con lossiguientes aspectos, dignos de mencionar:

1. Reanudación de las experiencias dela Reconquista (Ch. Verlinden).

2. La encomienda mostró ser el másapropiado sistema para "integrar" en unaeconom ía colonial las formas de produc­ción (papel de la comunidad indígena) queexist ían en las sociedades precolombinasmás avanzadas: México central, Perú y Bo­livia (E. Semo).

3. Mediante la encomienda, la Coronaespañola pudo dirigir el proceso de feudali·zación en una dirección controlable por elpoder central y sobre todo económicamen­te favorable a efla (G. Lohmann Villena),debido a que:

a) Los indios permanecían siendo jurídica.mente vasallos de la Corona.

b) El derecho (parcial) de tributación delencomendero permaneció separado del de­recho de la disposición sobre la tierra.

En la confrontación entre la Corona ylos encomendero; el antagonismo es acer-ca del plusproducto feudal y, por parte delos encomend.os, adicionalmente el es­fuerzo de desarraigar a los indios de susCOmunidades, existentes en relativa inde­pendencia y aislamiento, para ligarlos a lapropiedad territorial, es decir, de sustituirla encomienda por la hacienda. Solamen­te la hacienda, con el control combi­nado de la tierra y los ha mbres, co­rrespondía completamente a la ley fun­damental económica de la colonizaci6nespaño11. Pero no existe una línea deCOntinuidad y paso directo de 11 encomien­da 8 la hacienda (S. Zavala, L.B. Simpson),~o obstante que las nuevas iovestigacionaInterpretan la relaci6n entre ambas como:is 8Itr~che (E. Arcila far iu, J. Lockardt,. •G. kelth) de lo que lo hicieron los trab.10' Interiores.

rn. ~liCllndo el sistema tributario en foroles • ~bajo, productos naturales, mlt.Ir preCIOSOS y dinero, la encomiendada una de les instituciones principales~ IXPlotaei6n colonial y al mismo tiempop;:~ de la acumullci6n originarla del c»-

(cuy.. IIBnancias 18 realizaron al otro

lo. Libros, Setiembre-Octubre de 1974

lado del Atlántico). Sacar de eso la conclu­sión de que la encomienda haya tenido uncarácter capitalista (A.G. Frank), significano comprender la diferencia fundamentalentre las condiciones de la producción y laapropiación del plusproducto (nivel de lasfuerzas productivas y el carácter de las re­laciones de producción) por un lado, y la·manera de invertir las ganancias en la me­trópoli o más allá de sus fronteras (esferade circulación) por el otro lado (C. F. S.Cardoso).

Especial atención merece además la mi­ta que en una forma de semiesclavitud, ypor cierto tiempo, ponía a completa dispo­sición de los dueños la fuerza de trabajo delos ind ígenas sometidos (J. Kuhler, V. Roel,J. Rowe, M.V. Villarin). No obstante quela mita estaba destinada ante todo paraactuar como organismo reclutador de manode obra en las zonas mineras, desempeñótambién un papel importante en otras ra­mas de la producción (mita rural, mita ur­bana). Sobre todo la mita era apropiadapara desligar a los indios de sus conexionescon las co munidades agrarias por la violen­cia o compulsión extra económica y al fi­nal del trabajo forzado los reducía a otrasformas de dependencia (incluyendo latransformación en jornaleros "libres").

Los criterios distintivos de servidumbrese encuentran -paralelamente a la forma­ción de haciendas- expresados de la mane­ra más marcada en el yanaconaje. Esta de­signación, que caracteriza la instituciónexistente en el Virreinato del Perú, se en­contraba también, con diferentes títulos,en los restantes dominios de la América es­pañola. Con la transformació n de los in­dios en yanaconas impone el terrateniente(hacendado) su dominio económico y ju­rídico. El yanaconaje signifi,c8 firme liga­dura a la tierra (en diferencia a la mita),que además se heredaba (P. Macera). Deuna manera gradualmente variable, el statusdel yanacona 18 fue entremezclando conformas de arrendamiento. Gran propiedadde tierra y extensión del arriendo (con ren­tas de trabajo, de productos y de din.o)ten ¡an íntima correlación (como lo proba­ron F. ChIVali.. para M'xico y M. Góngo­ra, analizando el inquilinaje, pira Chile).

De las investigaciones de P. Macera •desprende una notable multiplicidad deformas y niveles de dependencia dentro delas haciendas: esclavitud, .miesclavitüd(mita), servidumbre, formas de ...ien~con elementos parciales de servidumbre,trabajo asalariado, etc. El hecho de que.1trabajo asalariado o el arrendamiento enformas manifiestas d. renta monetaria per­manecieran siendo de escasa importaneia,refutl la tesis del cari&ter capitalista de l.hacienda (A.G. frank, G. Keith). Val.....

cardar que las actividades exportadoras delos terratenientes polacos durante los siglosXVI y XVII tampoco impulsaron una tran.formación capitalista de la economía y lasociedad (M. Kula), situación indudable­mente comparable al papel de la Mesta enEspaña.

Para el análisis más profundo de la es­truetura y función de la hacienda, cuyoconocimiento debe de ser aún objeto deinvestigaciones en gran parte de la Améri­ca Latina (E. Florescano), deben por lomenos ser tomados en consideración los si­guientes aspectos:

1. No existía una hacienda "en sí". Senecesita una investigación histórica concr.ta (estudios de casos), para dilucidar lasdiferencias decisivas en cuanto 8 su for­mación, tamaño, estructura, formas deproducción y de dependencia, relacionesde mercado, etc. Un esfuerzo rem..cableen esta dirección hicieron los participantesdel II Seminario de Historia Económica deAmérica Latina (Roma, 1972).

2. La hacienda mostró una marcada di.crepancia entre la econom ía "interna" y 11"externa". En su interior esta instituciónera en la mayor ía de los casos esencialmen­te autónoma y caracterizada por una eco­nom ía natural, en tanto que hacia el exte­rior (8 menudo con pocos productos) teníagenuinas relacionas de mercado, basadas enla producción mercantil. Esta posici6n yfunci6n híbridas de la hacienda refleja demanera espec ífica la dependencia colonialfeudal. los elementos existentes de relacio­nes mercancía-dinero y de u,. producciónpara el mercado, que igualmente _ puedenver en otras esferas (R. Romano) no danelementos de juicio pare admitir la .xisten­cia de un capitalismo aut6ctono, ni aún enforma de "subcapitalismo" (P. Manceratdifi'cilmente definible. El verdad..o proble­ma consiste en que realmente la hacienda(por regla general) estaba lillda a un m.­cedo (local, regional o internacional) p.osus formas de producción era esencialman­te de naturaleza precapitalista. Bajo .. a.pecto no _ puede .Iudir el hecho de quehuta el siglo XVIII el trabajo ..larildoct.empeft6 un papel sumamente pequefto ypermaneci6 dominado por un. muhiplici­dad de formas de peonaje, influido por ele­mentos .mifeudales de sumisi6n por deu­dIL Ante lis ¡nt.prelaciones global. d•tu haciendas se necesita enfatizar las di..rlneia estructurales entrela.heciendls defsitio XVII y las de los siglos XVIII y XIX(influidas ya por el impacto d... revolu­ci6n industrial).

LI extensi6n d. la mllldicidld y delbandidaje cuya base étnica y social~constituida sobre todo por '01 indios ...rraigados por ., sistema d. I1 mitl, muest...

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que la pauperización de ninguna maneracreó una amplia clase de proletarios absor­bibles económicamente (M. Góngora, E. J.Hobsbawm).

3. Finalmente, el análisis de las relacio­nes mercancía-dinero-mercado, no debe li­mitarse solamente a la clase alta, los crio­llos; sino que es preciso extenderlo a la ma­sa de la población ind ígena, en parte negra,que continuaba trabajando dentro del mar­co de la economía natural (E. Florescano).

4. La segunda mitad del siglo XV 111 es­pecialmente se caracteriza por la consolida­ción económica e institucional de las ha­ciendas (a veces definida como revoluciónagraria). En este proceso tuvo importanciaesencial la creciente dependencia de la pro­ducción agraria del mercado (externo), loque se observó de modo claro con el desa­rrollo de las estancias en el curso de la mo­nopolización del derecho a vaquear (pri­mordialmente en la región del Plata). Suresultado, sin embargo, no fue la desfeuda­lización del sector agrario, sino por el con­trario, una renovada atadura de las ca­pas campesinas que hab ían tenido hasta en­tonces una existencia relativamente inde­pendiente a la gran propiedad de tierra (M.GÓngora). Con ello se crearon los elemen­tos decisivos para un futuro desarrollo de.formado (dominante después de 1810), ca­racterizado por J. Stein como "capitalismocolonial o periférico".

la estructura divergente ("divisi6n")entre economía interna y externa, caracte-rística de la situación colonial de Amé­rica Latina, la conexión con el mercadomundial capitalista con, al mismo tiempo,la falta o al menos elneaso desarrollo delmercado interno, tuvo su extrema expresiónen la .conom í8 de plantación, basada en laesclavitud de los negros.y en las minas. Conrespecto a la caracterización de la econo­mía de plantación, ya K. Marx había seña­lado la doble funci6n de los dueños aristo­cráticos, por un lado ligados al mercado in·ternacional de manera capitalista y por otrolado produciendo los bienes de exportaciónsobre la base de métodos de explotaci6nprecapitalista. El auge general del comercio

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y la producción coloniales no es entoncesargumento suficiente para sacar conclusio­nes directas en cuanto al desarrollo de uncapitalismo autóctono. El crecimientocuantitativo y determinados cambios de es­tructura de ninguna manera significan siem­pre la existencia de nuevas relaciones deproducción.

En comparación con el estado logradopara determinar y definir la función histó­rica de la esclavitud negra (E.O. Genovese,J. Hell. G.M. Hall, H.S. Klein, J. Le Ri­verend, R. Mellafe, E. Williams, y otrosautores), el papel de las minas comobase potencial de la acumulación origi­naria de capital, nos plantea todavía unaserie de problemas a aclarar. Algunosautores (R. Romano, E. Semo) se hanexpresado en contra de interpretar la co­yuntura minera (especialmente en la Nue­va España) al final del siglo XV 111, comocriterio de la formación de un capitalis­mo autóctono. Sin embargo, la cuestiónformulada por E. Semo, de porqué lasmencionadas condiciones favorables notransmitieron su dinamismo a las otrasramas de la economía y fomentaron laextensión de elementos capitalistas, nece­sita ser investigada más a fondo. Es unproblema que se relaciona estrechamentecon la tesis de E. Florescano de no es­quematizar la correlación de f~ctores ex­ternos e internos y de poner en claro quéestructuras internas determinaron que lasrelaciones con el exterior se establecierande una manera y no de otra. La catego­ría de la dependencia es, sin duda algu­na, decisiva para entender las particula­ridades de la deformación del desarrollocapitalista en América Latina, pero deninguna manera puede servir de formulaomnipotente y milagrosa, librando al his­toriador (o sociólogo) de investigacionessiem pre más detalladas.

los principales problemas, que no obs­tante los considerables progresos alcanza­dos en el terreno de la historia econ6mi­ca y social de la Colonia (A. P. Whitaker,G. Lohman Villena, R. C. West, W. Howe,M. 8argallo, A. Jara, J. P. 8erthe) debenser considerados aún como lejanos de suconclusión, se pueden enumerar comosigue:

1. Dado que los metales preciosos ensu mayor parte se destinaban a la expor­tación, las minas operaban como la víaprincipal de la expropiación colonial per­manente del plusproducto producido. Laacumulación productiva interna continu6creciendo sin notable importancia. Así seexplican los repetidos conflictos refleja-dos en documentos contemporáneos criti­cando la falta de moneda circulante. En., alto ,.ado de endeudamiento de laminoría peruana al final de la época co-

lonial vemos un adicional elemento de jui­cio para dilucidar los límites de la acumu­lación interna.

2. La estrecha conexión entre la mi­nería y el latifundismo. Ya en la épo­ca inicial de la explotación minera, elcapital principal era idéntico a la capa­cidad de disponer de mano de obra in­dígena. Partes considerables de la ganan­cia fueron invertidas o reinvertidas pre­ferentemente en la tierra; vale eso tam­bién para los elementos burgueses que deesta manera entraron en relación con laaristocracia colonial dominante, sometién­dose de tal manera a un proceso parcialde feudalismo.

3. R. Romano llama especialmente laatención sobre la inestabilidad social delos dueños de minas. Eso se refiere tan­to a la extrema difusión y diferenciaciónde la propiedad, como a la circunstan­cia de que la refinación, el transporte, laacuñación y la venta del metal corríanpri nci pal mente a cargo de ca merciantesque de ninguna manera estaban ligados ala producción y cuyos intereses de acu­mulación tenían otra orientación.

4. Está fuera de duda que la minería,en su radio de acción dado promovió eldesarrollo de las relaciones de mercado yla producción artesanal, pero en vista detesis que generalizan esquemáticamente elhecho mencionado, deben formularse porlo menos estas reservas:

a) Es imposible colocar bajo un mis­mo deno minador global las relacio­nes entre la miner ía y el desarro 110del mercado. Sobre todo en el pri­mer período de la explotación mi­nera (1540-1610), la posición in­sular de los territorios mineros fuemás marcada que en la segundagran fase de coyuntura a partirde 1750.

b) En directa correspondencia con lafluctuación cíclica de la produc­ción minera floreciera n o decaye­ron las ciudades (caso de PatosO,o los territorios agrarios circundan­tes. la estructura que se desarro­lló con la minería mostró enton..ces rasgos típicos del monocultivo.Esto significa, formulado escueta­mente: que las relaciones de mer­cado (incluyendo el comercio 8

larga distancia) fluctuaban de acuer­do con el ciclo minero.

c) El creciente contingente de traba­jo asalariado (A. V. Humboldt) d...ber ía ser correctamente relaciona­do, por medio de investigacionesdetalladas, al papel de los mitayOS,los esclavos y sobre todo a las nU"merosas ligaduras semifeudales ¡m"puestas al trabajo "libre", típiC8"

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mente representadas en el peonaje(S. ZavaJa). Precisamente para lasregiones mineras, las estad ísticasprueban la existencia de una grancantidad de "vagabundos", es de·cir, de capas indígenas desarraiga­das que por lo menos potencial­mente podrían transformarse entrabajadores asalariados y libres (E.Semo), mientras, por el contrario,las zonas preferentemente agrarias,donde vivía la masa de la pobla­ción, fueron aún hasta fines delsiglo XVIII escasamente influidaspor esta tendencia a la superaciónpaulatina, aunque nunca total delas formas de dependencia feudal.

d) Un verdadero desideratum para lainvestigación, consiste en compa­rar la minería del Brasil (financia­miento, estructura, explotación, re­laciones de mercado) a la luz denuevas investigaciones (Ch_ Boxer)con el desarrollo, en parte parale­lo y en parte divergente, de laAmérica hispana.

Una situación desfavorable para la li­bre implantación de formas capitalistas,que claramente contradice la tesis de laexistencia de un "capitalismo colonial'"(S. Bagú) antes de 1810, existió en elsector artesano-manufacturero. Las siguien­tes causas negativas obraban:- Estrechez del mercado interno: las ca­pas superiores criollo-españo las permane­cieron fuertemente ligadas a la importa·ción de mercancías europeas, en tanto quela masa de la población (indios, esclavos,negros, mayoría de los mestizos) se abaste­cía de sus propios productos, caseros oaldeanos.- los comienzos del desarrollo manufac­turero, especialmente en el terreno de laproducción textil (obrajes), debido al ca­rácter de las relaciones imperantes deproducción y del papel de la sumisiónpor endeudamiento (A. V. Humboldt),COnstituyeron más bien una variante es­pecífica de manufacturas "feudales" enel sentido del análisis hecho por V.1. le­nin para el proceso comparable en Rusiadurante el siglo XVIII e inicios del XIX.- Aunque en la práctica se elud ía a me­nudo, no debe subestimarse la acción delas disposiciones jurídicas de España (yde POrtugal) que contrariaban el desarrollode las manufacturas y la satisfacción del""rc.do interno con las mercancías deProducción.~ .La estructura colonial de clases carac­.filada por la identidad de diferencia­:~n SOcial y étnica (M. Morner) se re­

eJa también en la organización discrimi­natoria de los gremios.

Los libros, Setiembre-Octubre de 1974

- Una medida importante, perjudicial alos modestos inicios de formas capitalis­tas, indudablemente consistía en la im­plantación del libre comercio. La comple­ta apertura del mercado latinoamericanoa las mercancías extranjeras dio un fir­me impulso a la decadencia de la arte­sanía y manufacturas coloniales. Si seconsidera el hecho de que el lucrativocomercio transatlántico, en una enormeproporción estaba en manos de españo­les (y portugueses) y al mismo tiempoel desarrollo manufacturero se encontrabaen un callejón sin salida, contamos condos elementos importantes para la com­prensión del subdesarrollo y sobre todode la dispersión regional de la clase bur­guesa.

Sin embargo requiere la situación dela crisis económica y social en vísperasde la Independencia un juicio bien di­ferenciado: la revolución de 1810 no fue(en analogía a interpretaciones erróneasde la Revolución Francesa de 1789), unasimple "revolución de la miseria", puesno existía una crisis económica general.A la situación cierta mente precaria de laartesanía y la manufactura correspondía,de manera lógica (creciente intensidad ynuevas formas de dependencia del mer­cado como resultado de la revolución in­dustrial, que se iniciaba en Europa), elestado favorable de coyuntura de la mi·nería y el ascenso rápido de la produc­ción agrícola -siempre con excepcionesregionales, por ejemplo, Panamá lO. JaénSuárez). Algunas investigaciones recientessobre el desarrollo muy contradictorioentre determinadas regiones tanto en elcampo de la minería y manufactura co­mo en la agricultura (F_ Brito Figueroa,M. Izard, E. Florescano) ponen de relie­ve la necesidad de diferenciar claramenteentre las tendencias de desarrollo de lar­go plazo (ca. de 1770 a 1830) y lasmúltiples crisis de corta duración.

Del antagonismo, es decir, desarro­llo contrapuesto entre los sectores arotesano·manufacturero y minero-agropecua­rio se derivan dos importantes conclu­siones sQciales: mientras que se volvíanmás desfavorables los prereq uisitos eco­nómicos para la consolidación de unaburguesía autóctona, es decir, crecimien·to de la producción capitalista, se desa­rrollaba al mismo tiempo un proceso ensentido opuesto, el fortalecimiento de laaristocracia latifundista criolla. Se presen­tan como clase dominante del futurofuerzas político-sociales que permanecenesencialmente ligadas a la defensa delstatu quo, transponiendo los elementosbásicos del feudalismo colonial al perío·do de la independencia.

LIBROS PARALECTORES DELOS LIBROSCINE Y REVOLUCION: (El cinesoviétiCO por los que lo hicieron)Recopilación de Lu'1a y Jean Schnit·zer y Mareel Martin. La épocamás abierta a la Innovación de lahistoria del cine. la que Siguió a laRevolución Rusa. contada por susprotHgonistas en memorias. entre­vistas y tex tos de en to nces.

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mEdicionesde la FlorUruguay 252 - 1° 8

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FEUDALISMO:economía y sociedadHoracio Cialardinl

Varios autoresEl feudalismo,Segunda edición, Madrid, Ayuso,1973, 375 pág.

Witold Kula,Teoría económica del sistema •feudal,Buenos Aires, Siglo XXI, 1974,239 pág.

La sociedad feudal es un tema ge­neral del mayor interés, por múltiplesrazones, entre ellas: las relaciones so­ciales de producción prevalecientesson de tal naturaleza que están a lavista directamente las categorías dela explotación, del plusproducto, lamagnitud aproximada de éste, etc.,con lo que ciertas líneas generales co­munes a las diversas sociedades de cIa­ses pueden captarse allí más fácilmen­te; su comprensión más cabal aportaelementos esenciales al conocimientode la formación histórica del capita­lismo.

Diversos historiadores exponenacerca del feudalismo en un tomo querecoge el desarrollo de un coloquio:El feudalismo. Está dividido en dospartes: "Feudalidad francesa y modode producción feudal" y "Problemá­tica del feudalismo fuera de Europa:

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el Maghreb precolonial". La utilidadde la segunda parte para quien no esde antemano versado en el tema sepresenta bastante limitada, y se sien­te, en la lectura, cuán conveniente ha­bría sido adicionarle un texto intro·ductorio destinado a interiorizar algrueso de los lectores de la problemá­tica general del feudalismo en los paí·ses árabes.

Infinitamente más familiar resultatodo desarrollo acerca de la cuestiónen Francia, país clásico si se quiere-o, ª' menos, más conocido- del feu­dalismo europeo, así como de la revo­lución burguesa, que tuvo a11( su máxi­mo desarrollo poi ítico.

Tal cuestión suscita uno de los de­bates nodales, pero éste apenas se in­sinúa, es rozado aqu í y all í. Se tratade' carácter y del papel que desempe­ña la Revolución francesa. Algunosparticipantes, los visitantes soviéticosentre ellos, se inclinan a sugerir quela sociedad francesa era ya capitalistaantes de la Revolución, con una suerote de "simple fachada" feudal queaquélla venía a eliminar. Frente a es­ta posición, los sostenedores del ca­rácter antifeudal de la Revolución,principalmente A. Soboul, no van muocho más allá de afirmar la existenciade "elementos de feudalismo" o "su·pervivencias" La tesis de que la socie­dad fuese ya fundamentalmente capi·talista y, asimismo, la refutación ba­sada en afirmar simplemente "remi·

niscencias" o "elementos" feudales enla Francia prerrevolucionaria, consti­tuyen ejemplos de un marcado eco·nomicismo en el análisis. Nadie, en es­tas jornadas, plantea seriamente lacuesti6n del Estado como decisiva pa­ra la evaluación y caracterización dela Revolución. Sin embargo, esta cues­tión es, justamente, decisiva siemprea tales efectos, y es la cuestión esen­cial, también, en torno de la cual sedefine un análisis marxista con re:;­pecto a uno que no lo es. Merecería,en cambio, más espacio el desarrollodel agente histórico de la Revolución:la burguesía, y las ligazones de éstacon las masas populares de la épocaen general. Se esperarían, también, enun coloquio como éste, algunos apor­tes a la comprensión de fenómenospoi íticos peculiares, como el arraigode sectores contrarrevolucionarios en­tre el campesinado de ciertas regiones(Vendée, etc.), el fondo de luchas enlas alturas de la sociedad, como laFronda, por ejemplo.

Existen en el texto aparentes sali­das teóricas de compromiso, como lapostulación de un "feudalismo de es­tado" correspondiente a la monarquíaabsoluta, calificado por al'ladidura de"formación económica y social detransición" a la manera de ciertos an6­lisis de la escuela althusseriana.5610en apariencia hay aquí compromiso,porque semejante caracterización, enlo fundamental, diluye una vez m4sel antagonismo de las contradicciones

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que se expresan en una revolución.La "formación de transición" viene aintroducir, de fondo, la armonía enel tránsito de una sociedad a otra. Pa­ra colmo, este novedoso concepto es-

tá calcado, notoriamente, del decapi-talismo de estado con lo que a la lar­ga, de este tipo de tesis sobre la revo­lución burguesa terminará por eclo­sionar la conclusión inevitable acercade la revolución socialista: termina­rá por decirse que el capitalismode estado es una "formación detransición" entre el capitalismo yel socialismo, y que esta "transi­ción" puede verificarse rápida y fá­cilmente, pues sólo se trata, más

allá de cierto punto, del abatimientode una "simple fachada" capitalista.Lenin calificó al capitalismo de estadode antesala de la revolución socialista,aunque determinados elementos desa­rrollados en él pudiesen convertirse eninstrumentos utilizables para la dicta­dura del proletariado.

En esta compilación más bien po­bre de contenido vuelve una y otraVez la remanida discusión terminoló­gica acerca de qué ha de entenderseverdaderamente por feudalismo, si lasrelaciones de servidumbre o la "feu­dal idad" basada en la relación de va­sallaje en general, que ligan por igual~' siervo con su señor inmediato, y a~ste Con -su propio señor, etc. En rea­lidad, este ti po de escisión de las rela­~iones de producción, o de ciertas re-aciones superestructura les, cada unaPor su lado, o como instancias ligadasPor una determinación unilateral, pa­reCe estar en la base mi sma de con­C~PCiones mecánicas como la ya r~fe­

rtda, según la cual sólo quedaba paraqUe la abatiese la Revolución burgue­sa, una "simple fachada" feudal. Unelemento de interés aquí es la integra­C'"IOn de ambos aspectos en un concep-to históricamente concreto de "feu­dalismo" que introduce A. Soboul,e~hando mano del uso que se hizo deltermino en las circunstancias de la Re­Volu ...

Clan francesa (pp. 114/5).De las exposiciones de Ch. Parain

:~erge una caracterización no dema­e1tdo novedosa. pero suficientementePr~' d~l. papel del modo feudal deSe s ucclon como vía concreta en quedasuPeraron las limitaciones más agu­eXiStdelas relaciones esclavistas pre­repr entes en Europa. El feudalismones esenta cierta gama de combinacio­señ entre la acción centralizada de los

ores y la . .. .,J' drores . InICIatIva ue los pro uc-

, estimulada hasta cierto punto

los Libros, Setiembre-Octubre de 1974

por el aspecto parcelario de la pro­ducción. Según Parain, el primer as­pecto habría predominado en el ple­no desarrollo del feudalismo en Euro­pa occidental, a la vez que en la"segunda servidumbre" de la Europaoriental. Pero, a la vez, cierta descen­tralización paralela (más importanteen las formas de la renta en especie yen dinero, pero existente también enla forma de la renta de trabajo: repro­ducción de las condiciones de la pro­ducción en la parcela familiar) cons­tituye el fundamento necesario deléxito de la acción central izada del se­ñor, estimulando la acción autónomade los productores directos. Por otraparte, Parain pone expll'citamente demanifiesto cómo el tránsito de la ren­ta en trabajo a la renta en especie fue,frecuentemente, una conquista cam­pesina; y la nueva forma de la rela­ción, al ampl iar a la casi total idad delproceso de producción el carácter másbien variable -en función del volu­men de la producción- del ingresodel campesino, y más bien fijo del in­greso del señor, etc., amplía el estí­mulo del que aquél goza para mejorarlas condiciones en que se desenvuelvesu trabajo (p. 45).

Cuestiones similares trata, entreotras, Witold Kula en Teorla econó­mica del sistema feudal. Pero de­dica mayor atención a las limitado­ciones de las relaciones feudales conrespecto al desarrollo de las fuerzasproducti vas de la sociedad; y, porconsiguiente, a la forma cómo la re­volución burguesa se constituye, encierto momento, en un requisito parauna continuación más o menos vigo­rosa del desarrollo de aquéllas. En laPolonia de la "segunda servidumbre"(siglos XVI-XVIII) la renta se rindeen trabajo y la parcela campesina tie­ne el carácter de una base de subsis­tencia y de reproducción simple de losmedios de producción. La productivi­dad del trabajo permanece estable enlo fundamental, aunQue Kula muestraque, en definitiva, habría caído algo,lo mismo que el rendimiento por uni­dad de superficie, sobre todo en lareserva señorial. Aqu í se pone ya demanifiesto, una vez más, el desinterésdel campesino por el trabajo en la re­serva, trabajo realizado manifiesta­mente para otro.

En estas condiciones, la produc­ción que el señor puede obtener de­pende de la superficie y, sobre todo,

de la masa de fuerza de trabajo cam­pesina gratuita de que dispone. Pero

la división: reproducción de la fuerzade trabajo y de los medios de produc­ción en la parcela individual, produc­ción "neta" para el señor en la reserva,configura una ambigüedad considera~

ble en las normas que rigen la relaciónde explotación, al combinarse con unaconsiderable di screcional idad de par­te del señor en la determinación delas condiciones formales, incluyendoentre ellas la extensión de la parcelacampesina. Los fenómenos naturalesdeterminan una gran variabilidad delvolumen físico y del valor venal delproducto total y, más aún, del plus­producto apropiado por el señor Esteintenta descargar estas osci laciones enel campesino alterando la extensiónde su parcela. Se ve impulsado, inclu­so, a ello por las artimañas que puedeejercer el campesino -gracias a su pa­pel de "empresario" de una parte dela producción- para reducir de hecho,en lo posible, el peso de las cargasfeudales. Por ejemplo, en los años"malos" salvaguarda su consumo fa-omiliar en perjuicio del ganado de la­bor -que sirve, en gran parte, para lastareas que realiza gratuitamente pa­ra el señor - y, en los años "buenos",desvía en lo posible el producto haciael mercado, consumiéndolo mientraspuede. De este modo, se encuentradrásticamente limitada la inversión envirtud de las relaciones de producciónprevalecientes, tanto por la reducciónde las parcelas que constituye la reac­ción del señor -capacidad para inver­tir- cuanto por el destino que dael campesino al producto en la medi­da en que éste rebasa la magnitudindispensable, para sustraerlo a la ex­poliación señorial. Su posición se ave­cina todavía a la del esclavo, con laslimitaciones que esto supone para eldesarrollo de la producción, lo que seexpresa tradicional mente en el dichocampesino "Pertenezco a mi señor:que él, pues, me alimente". El seftorno puede desentenderse de la suertedel campesino y su parcela como uni·dad de producción, pues en ello le vala renta futura.

El interés que reviste esta obra,notoriamente superior a la anterior­mente comentada, le viene de sumayor originalidad y riqueza, ligadasa una especificación mayor del objetode estudio -feudalismo secundariopolaco, siglos XVI-XVIII-, que latorna más concreta, y el carácter sis­temático que le otorga el objetivo deKula: el desarrollo de una teoria, conamplia apoyatura fáctica que facilita

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su extensa experiencia de historiador.Para Kula, "Ia final idad de la teo­

ría económica de cualquier sistemaconsiste en formular las leyes que ri­gen la magnitud del excedente econó­mico y su utilización, teniendo encuenta que ambas cuestiones debenser elucidadas en sus dos di mensiones:a corto y a largo plazo" (p. 10)"

Se ha visto anteriormente cómo elmovimiento cíclico de la explotacióny de la producción feudal van dandopor resultado secular una tendenciade estas relaciones a la disolución.Claro está que, para que ella dé lugara una revolución, se requiere el desa­rrol lo del agente histórico de esa re­volución y, en el feudalismo, de laburguesía. En Polonia esto está traba­do en gran medida por las condicionesdel feudalismo secundario, de reacciónfeudal en Europa oriental en general,ligada al desarrollo de la produccióncapital ista en Europa occidental fun­damentalmente. Con respecto a ella,los países del Este asumen, en la divi­sión internacional del trabajo, el papelde proveedores de medios de subsis­tencia e importadores de artículos in­dustriales, fundamentalmente de con­sumo de lujo. El mercado interno másbien se estrecha, y la propiedad terri­torial se concentra incluso en la cúpu­la latifundista de la nobleza: los "mag­nates", con acceso al mercado inter­nacional que, a su vez, refuerza supredominio. Los "términos del inter­cambio" evolucionan, en este perío­do, más bien favorablemente a las ex­portaciones polacas de cereales, etc.contribuyendo, precisamente, a acen­tuar su papel económico unilateral ylos rasgos de atraso referidos.

Este papel que, sobre la base derelaciones de servidumbre, cumple elpaís en la división internacional deltrabajo, contribuye a que una granparte del producto apropiado por losnobles y latifundistas tome el caminodel mercado. Estos personajes descri­ben esencialmente el ciclo mercancía­dinero-mercancía, que supone a la vezla mercantilización del producto conel que se abre el ciclo, y el consumocomo su finalidad. Lo que persiguenestos personajes es un consumo de lu­jo en el que entra gran cantidad deartículos importados, y lo alcanzanmediante la exportación de productosagrícolas básicos a las naciones dondeprogresa mayormente la produccióncapitalista. Así, cuando se examinanlas cuentas de la reserva señorial, sepuede sintetizar en f'Tloneda -porque

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efectivamente se vendfa- el produc­to, pero no es este el caso de los'..'insumas" en su generalidad.

Kula muestra cómo si se calculan,con criterios propios de la empresacapital ista, las "ganancias" sobre losdesembolsos efectivamente realizadospor el señor, la "empresa feudal" re­sulta muy altamente "rentable"; mien­tras que, si se esti ma el monto de to­dos los "insumas" -sobre todo el dela fuerza de trabajo- por el precioque se paga por tales etementos cuan­do efectivamente se venden, el resul­tado es, casi siempre, "deficitario".Similares son los resultados que arro­jan los cálculos correspondientes a lahacienda campesina.

La explicación del "deficit" de lahacienda señorial está, claramente, enel carácter gratuito -para el señor­de la inmensa mayoría de los insu­mas, cuya provisión configura la am­plia gama de las servidumbres, de lasprestaciones serviles y, en primer tér­mino, la gratuidad de la fuerza de tra­bajo. De muy pocos desembolsos efec­tivos, extrae el señor un ingreso lí­quido relativamente muy grande envirtud de sus privilegios específica­mente feudales.

La hacienda campesina, por su par­te, no difiere en este aspecto del casogeneral de la hacienda campesina tra­dicional, aun en nuestros días en mu­chos países. Y, también aquí, la ex­pi icación de éstas, y otras conductasque se apartan de las "respuestas co­rrectas ante est ímulo de mercado"denotan, simplemente, que no se tra­ta "de empresas capital istas. Tambiénpara el campesino tradicional la fuer­za de trabajo famil iar se presentacomo "gratuita". (Ya Marx ilustrabaestas situaciones citando, una vez, aun personaje de Balzac.)

Todo esto hace a un hilo conduc­tor de la obra de Kula: la cuestión dela racionalidad o "irracionalidad" dela economía feudal y, por extensión,no capital ista en general. Los cálculoscomentados no revelan una pretendi­da "irracionalidad" -como lo ha sos­tenido tantas veces el pensamientoburgués, sin reconocer otra racionali­dad que la propia- sino una raciona­Iidad disti nta, propia de otras relacio­ciones sociales de producción. Porejemplo, lleva a un error, al tratar deestimar por un precio global la fuerza

de trabajo empleada -ya sea en la"empresa" señorial o campesina- porel precio de la fuerza de trabajo queefectivamente se vende: ésta es sólo

una pequeña parte de la fuerza de tra­bajo total, y la totalidad no podríavenderse al mismo precio en las con­diciones históricas dadas. Asimismo,la calificación de "irracionalidad", olas dudas al respecto, para tener algu­na val idez suponen la existencia dealtirnativas. En el caso principal, su­pone que la fuerza de trabajo que nose vende pueda ser vendida, posibili­dad que no está dada en forma gene­ralizada en el marco de la relación deservidumbre. Con respecto al tipo decultivo, etc. las condiciones técnicasvigentes imponen el sistema de la ro­tación trienal con barbecho, y la re­producción de los elementos de lareproducción -fuerza de trabajo ymedios de producción- sin abastecer­se en el mercado, para maximizar lasentradas monetarias netas, exigen quese destine gran parte del suelo culti­vado en cada momento a ciertos pro­ductos. Queda, pues, una porción mi­noritaria de la superficie disponible,en la cual se plantean efectivamen­te opciones en cuanto al uso del suelo

Para evitar, pues, un pensamientoabstracto sobre la historia, se imponetener en cuenta la especi ficidad deltipo de sociedad estudiado, de la quedepende la val idez de determinadasleyes principales. Y esta especificidadestá determinada esencialmente por eltipo de las relaciones de producción.Decía Marx que la distinción entre un

Jtipo y otro de formación social se ba­sa en "la forma en que el productoexcedente es arrancado al productordirecto" (El capital). Y a estas cues­tiones, centradas en la de la raciona­lidad·"irracionalidad", dedica Kulaamplia atención, en forma didáctica­mente muy útil, con un uso acertadOde las paradojas que presenta la histo­ria en la superficie para llamar la aten­ción del lector sobre las relaciones defondo que explican esas paradojas. Tallo que ocurre con el hecho de que"en el sistema feudal, crisis significaaumento violento del nivel general delos precios, mientras que en el sistemacapitalista, por el contrario, crisis sig­nifica disminución violenta del nivelgeneral de los precios. Ello ocurr'porque en el sistema capital ¡sta, porlo menos hasta 1939, las oscilacionesdel nivel general de los precios guar"dan una correlación simple (positiva)con las oscilaciones del volumen glO"bal del rédito social, mientras que enel sistema feudal estas dos magnitudesse hallan en correlación inversa (nega­tiva)" (pp. 128/9).

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EDICIONES LA ROSA BUNDADA

Trang Cong Tuong /P. Thanh VinhEl Frente de LiberaciónNacional, símbolo de laindependencia, la democracia yde la paz en Vietnam del Sur

Vo Nguyen Giap /Nguyen Chi Thanh /Troung Son / Cuu Lon /Van Tien Dung / Chien BinhSelección de escritos militaresvietnamitas

Comisión de estudios de lahistoria del Partido de losTrabajadores de VietnamBreve historia del Partido de losTrabajadores de Vietnam

Le DuanSobre la revolución socialistaen Vietnam

Pahm Van Dong25 años de lucha y edificaciónsocialista

Ho CHI MINH

SELECCION DE ESCRITOSPOLlTlCOS (340 pp.)(con un extenso estudioPreliminar de Enrica CollottiPischel titulado La tierraItietnamita, Lenin y Mao enla formación de laestrategia de Ho Chi Minh)

TRUONG CHINH

La resistencia vietnamitavencerá

Vo NGUYEN GIAP

1. El hombre y el arma

11. Guerra del pueblo,Ejército del pueblo

111. Guerra de liberación(poi ítica/estrategia/táctica)

IV. Fuerzas armadasrevolucionarias y Ejércitode liberación

LE DUAN

La revolución vietnamitaEI papel de la claseobrera vietnamita en larevolución.

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Yo el 5uprelDo:el discurso del poder

Beatriz Sarlo

Augusto Roa Bastos,Yo el Supremo,Buenos Aires, Siglo XXI, 1974.

Creo que la última novela de RoaBastos, Yo el Supremo, puede ser mejorpensada si se la ubica en el interior deun espacio literario Vcrítico determinadopor la confluencia de dos clases de tex·tos. Me refiero, por un lado, a la novelalatinoamericana de inspiració n histórico·mítica, especialmente en sus expresionesposteriores a la década del 50, Vpor elotro a los ecos -no siempre absoluta-

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mente consecuentes con las fuentes origi·nales- de las teorías sobre la escritura,en especial las francesas.

La corriente -para llamarla de algúnmodo- de la literatura latinoamericanaque, al superar por vías diversas las fór·mulas del realismo tradicional, se pro­puso incorporar la historia del continenteen sus elementos más cargados de aspec­tos míticos, operando sobre ella con va­rios sistemas retóricos (desde Carpentierhasta García Márquez) dio lugar a quese intentara una definición no demasiadoafortunada: la de realismo mágico. Talclasificación que convertía tanto a la his­toria como a la literatura en un depósitode exotismos V singularidades (en el peor

de los casos pintorequismo de entusíastl

resonancia europea) sirvió en buena med~da para desdibujar uno de los rasgos, a 1111

juicio importante, del fenómeno: el peSOdecisivo que adquiría lo tematizada -losnúcleos histórico-legendarios generad~del texto- y también lo sucedido ell ,mercado de público y crítica: "hab1'renacido la novela latinoamericana". '1,por supuesto, después del renacimi8fltd

era necesario hacerse cargo de la difusi6"del fenómeno. En este hacerse cargO ilttervino una moda crítica -en lo funclt

~(.

mental a través de semanarios en I~gentina- que no siempre logró ate ".estrictamente a lo que significan 18S

chas en una historia de la literatura: ptl

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ejemplo, -que en 1949 se publicaba Elreino de este mundo de Carpentier, en1958 Los rlos profundos de Arguedas,en 1960 Hijo de hombre del mismo RoaBastos, en 1962, El siglo de las lucestambién de Carpentier, donde la especieliteraria, apenas por entonces descubier­ta para cierta crítica, alcanza su momentode saturación.

De allí en más las anécdotas son co­nocidas y tienen dos temas no elegid osal azar (y de los que también son parcial­mente responsables los novelistas que lossuscitan): América es mágica y su litera­tura ha entrado en un boom igualmentemágico y espectacular. Con este boomno se habían visto favorecidos antes niRulfo (Pedro Páramo es de 1955) ni elmismo Roa. A todas luces los textos de­ben esperar su turno en el mercado: ma­nipulación de la demanda respecto de laoferta parece ser una "de las leyes quelo rigen.'

Roa Bastos publica Yo el Supremocuando las corrientes críticas que en par­te regulan ese mercado se han internadopor un camino inverso (por lo menos talparece ser su tendencia actual). De loque alegremente se llamó nuevo barrocoamericano se partió hacia el seguimientode otro tipo de ficción, caracterizada porSU tendencia a poner de relieve el carác­ter convencional -de código - de lo li­terario o, en otras instancias, hacia lite-raturas de las antes deno minadas margi­nales.

Ello no desactualizó, por lo menospara un público amplio -las tiradas yreediciones lo atestiguan- el "fenómenode la novela latinoamericana" de la espe­cie descripta, a la que Yo 81 Supremopertenece por uno de sus aspectos: lahistoria de Gaspar Rodríguez de Franciaes la de quien decide destinos, durante28 años, en el aislamiento más completo,con mátodos que conjugan el poder feu­dal V el paternalismo de corte populista,en una república del Paraguay aislada so­bre sí misma durante el proceso de for­mación de los estados americanos y lasprimeras etapas de anudación de nuevoslazos de dependencia.Su Roa propone desde el título, Yo 8'

""mo, el punto di vista único que:ieula.", el relato: la historia-mito-Iey.n­_ es literatura porque IX iste un persona-:' el .Supremo, quien es al mismo tiempolit 6~lto que puede hleer historia en su.:- (810 él afirma, eso cree) y, por lotadto, .... lit_atura. Dite así: "EIDie­neeO'. de una Naei6n, si es Supremo, noEl "~te la ayuda de ningún Ser Supremo.dudfftlsmo lo 8S" (p. 356). Tal es a no

arlo la matriz de la novela de Roa

lo. L-brI os, Setiembre-Octubre de 1974

Bastos: llevar al extremo lo que tradicio­nalmente se denomina novela de un per­sonaje, el persa naje supremo que, a losefectos de la narración sólo necesita deun compilador, el que recoge y ordena-demasiado esporádicamente comenta­los escritos del Supremo. En ello radicauna visión de la literatura que no es ar­bitrario vincular con una versión de lahistoria.

Pero también en ello radica la atrac­ción de una escritura que se coloca so­bre los límites del delirio, de la arbitra­riedad, de la contradicción, de las pre­guntas a interlocutores fantasmales, delas órdenes sin ejecutores y la legió n deejecutores sin 6rdenes que caracterizan lanovela. Sin embargo, también allí radi­ca una debilidad del texto: es construidosobre un monólogo sin fin -donde sefunden el discurso del poder absoluto yel de la locura, el de la omnipotencia Vel de la enfermedad V la muerte- cuyasúnicas interrupciones son las interpola­ciones, menores respecto del total, quefuncionan como comentario -literario, nohistórico se entiende- de la palabra delSupremo.

Este monólogo no sólo fija a la novelaen un punto de vista único -tal comoes único el ejercicio del poder que narra­que podr ía atribuirse a una intenciónconstructiva centrada sobre un sólo eje,sino que al mismo tiempo resiente lasposibilidades del relato. Sucede que alasentarse la novela sobre un solo poder,sobre una sola locura, sobre un solohombre y, evidentemente, sobre una solac18s8, desnuda el rasgo peligroso de launilateralidad, manifiesta en dos planos:sólo el Supremo tiene la palabra y portinto es la palabra del Supremo la queconstituye la novela; por otro lado, lahistoria del Paraguay son 3D años de his..toria del Supremo: el resto son amanuen-ses, copistas, hombres convertidos 8n pie­dras, muertos: prisioneros invisibles, com­persas-8Cos del pod., enemigos-ecos dllpodw: en suma, nada.

Es sin duda improcedente construiruna hip6tesis sobre la novela que hubierasido si otras clases (otros hombres, esdecir otras palabras, otros personajes) hu­bieran establecido su conflicto (su con­tradicci6n) con e' Supremo. El registro dela unilateralidad es una elecci6n que til­ne que ver con otro de los aspectos dela propuesta de Roa Bastos.

Al comienzo de esta nota dije quepodía establee... una línea que vincu­I.a esta novela con los ecos de ciertoespacio crítico te6rico. Parece innece­sario aclarar que lo que sigue no implicauna atribución de intenciones sino más

bien una constatación de coincidenciasentre una teoría de la escritura y la es­critura del Supremo. Veamos: "Por aho­ra usa el Señor, si necesitas vocarme atoda costa. No te acercará eso más a míaunque revientes. Mientras yo dicto túescribes" (p. 19, subrayado mío). "AIprincipio no escribía; únicamente dictaba.Después olvidaba lo que había dictado.Ahora debo dictar/escribir. Es el únicomodo que tengo de comprobar que exis­to aún" (p. 53).. En la escritura, en elpoder sobre la escritura, reside el podersobre los ho mbres, el poder de la polí­tica, del estado supremo: en otras pala­bras, el que posee la escritu ra posee elpoder y a la vez es el único que habla,puesto que habla desde el centro del po­der mismo, la escritura. Yo el Supremocomienza además con una investigaciónsobre el origen de una escritura: un textode una falsa' proclama por la que el Su..premo ordena deshonrosas ceremonias fú­nebres para sí mismo y sus fieles.. Almargen del desafío político que ello su­pone, el Supremo se enfurece ante la po­sibilidad de que sean otros, sus enemigos,quienes también posean la escritura y po­seyéndola se atrevan a imitar la suyapropia, lo que equivale a poner en cues­tión la legitimidad de su poder: "Debierahaber leyes en todos los países que seconsideren civilizados, como las que heestablecido en Paraguay, contra los plu­míferos de toda laya. Corro mpidos co­rruptores. Vagos. Malentretenidos. Tru­hanes, rufianes de la letra escrita. Arra...caríase así el peor veneno que padecenlos pueblos". Sería ingenuo leer la citacomo defensa de la censura, en el m.cade la novela de Roa. Es más bien la cen­sura la que aparece como efecto de unaideología que vincula (asocia) de maneradirecta escritura y poder.

Ahora bien, parecería innecesario agr.gar que esta vincu lación es real en lamedida en que no se presente como con­dición del poder, cuando .s .videntemen­te su efecto y, por momentos, uno desus instrumentos. Escritura y pod. ast.unidos por una relaci6n de subordina­ción: quien tiene el pod. su. tln. laescritura. la ambigüedad I inversi6n deesta relación supone, en la base, la in­versión id_lista de las relaciones reales.Algo de ello sucede en la noveta de RoaBastos: de all í su unilat....lidad -regí.trada antes 8 partir del punto de vistaúnico-, d. allí también la BUsencia deaquellos que, por no tener escritura, porno pod. dictar ni escribir, ni recopilar,tampoco parecieran tener historia y dehecho quedan fuera del texto del Su­premo, citados pero nunca presentes.

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OCTAEDRO:el oIicio de sorprender

Josefina Delgado

"Y vos que me leés creerás que inven­to; poco importa, hace mucho que la gen­te pone en la cuenta de mi imaginación loque de veras he vivido, o viceversa." /"siescribo es porque sé, ·aunque no pueda ex­plicar qué es lo que sé.. ." /"releer esto esbajar la cabeza, putear de cara contra unnuevo cigarrillo, preguntarse por el sentidode estar tecleando en esta máquina, paraquién, decíme un poco, para quién que nose encoja de hombros y encasille rápido,ponga la etiqueta y pase a otra cosa, a otrocuento"

(Julio Cortázar, Octaedro)

Recortar este texto de un contexto ma­yor significa situar la búsqueda de la signi­cación en un nivel estricto: la articulaci6nentre texto e ideolog ía. la vu elta de espi­ral anunciada por el autor se ha convertidoen un círculo: de Libro de Manuel -pro­puesta no lograda- y de un texto publ ica­do posteriormente en la revista Crisis, sesalta a OctlJedro, conjunto de ocho· cuen­tos que reiteran -con una absoluta faltade riesgos- una conocida fórmula de Cor­tázar: la realidad es aventura, infinitas va­riantes acechan desde lo cotidiano, abrirsea lo nuevo es aceptar la alquimia de las pa­labras. Esta obsesión encuentra su justifica­ción en tres cuentos: Los pasos en lashuellas, Manuscrito hallado en un bolsilloy Ahl pero dónde, c6mo. El núcleo signi­ficativo de estos cuentos es la reflexiónsobre la elección, vi,nculada más o menosexpi ícitamente a la escritura. Se remite ados instancias: el azar decide los significa­dos, por una parte, y el escritor obedece aun dictado interior, posee un mensaje que,contra todo, debe transmitir.

En Los pasos en las huellas, la críticaes una elección de significados, una cues­tión de verosimilitud; cuando Jorge Fragadescubre que ha mentido, reconoce la ine­vitabilidad de su traición: "cada vez queme tocaba elegir, decidir en la conducta deese hombre, elegía el reverso, lo que él pre-

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tend ía hacer creer mientras estaba vivo".El crítico no interpreta lo escrito si no lovivido, y de all í la contradicción con laobra portadora elocuente de la verdad.

La codificaci6n de la elección es el nú­cleo de Manuscrito . ..: el juego se sacrali­za, elige los nombres, señala las opciones,impone las consignas en un campo dondetodo está decidido de antemano; encon­trarse es verse obligado a la más cruel delas búsquedas, reproducir el desencuentroimplacablemente. El código puede romper..se, Ana-Margrit y el empecinad o jugador seevaden para encontrarse fuera de las redes,pero es necesario legitimar el encuentro,confrontarlo con el dibujo azorado e impre­decible del riesgo. En un primer nivel designificaci6n, la ruptura de convencionespermite el reflorecimiento de las posibili­dades de contacto humano; más allá, elriesgo de bucear en lo desconocido es li­bertad pero a la vez férrea su jecci6n a susleyes. Se abre el camino de la mitificaci6n:en un cuento que tiene otra temática, Lu­gar llamado Kindberg, el hombre cristali­zado que rechaza la propuesta rejuvenece­dora y cuestionante, carga la culpa de nohaber optado por la aventura, como si lasalida escapista pudiera substituir a la luci­dez, co mo si la alienaci6n fuera un pecadoy no el resultado de las relaciones sociales.

Ahí pero dónde, cómo, completa elplanteo: escribir es revelar lo que se sabe,despertar fantasmas, exponerse a las clasi­ficaciones, un imperativo: "Tratar de de­cirlo de otra manera, insistir: por esperan­za, buscando el laboratorio de medianoche,una alquimia impensable, una trasmuta­ción". La aventura aquí se instala en la re­lación con el lenguaje. Las apelaciones allector establecen una distancia en vez deacercar: el narrador sabe que está hacien-do literatura, y carga de significado un he­cho -la resurrecci6n de Paco-, apelaci6na una vieja retórica, confirmada por la de­dicatoria: "Un cuadro de René Magritterepresenta una pipa que ocupa el centro de

la tela: Al pie de la pintura su título: Estono es una pipa./A Paco, que gustaba de misrelatos. (Dedicatoria de Bestiario, 1951.)"

Cortázar construye un modelo de pen­samiento, de comprensión del mundo, cu­ya posibilidad ofrece al lector. Yse escapade la historia. Vivir dentro de ella no esco nstruir un relato al estilo del realismosocialista, tampoco abandonar la transfor­mación del lenguaje: sí es reconocer quela literatura no sólo es significante. Si sufunción social es convalidar los mitos bur­gueses de originalidad, aventura y búsque­da, la contradicción entre práctica y teo­ría se vuelve delatora implacable.

Cortázar confirma la dicotomía liberal:el escritor honesto que apoya declarativa­mente la revolución, que activa inclusopara dar a conocer -"Aquí, en todo caso,estamos haciendo lo posible para que enEuropa se siga con la vista fija en Chile;sólo así se irán dando las condiciones parapoder terminar en un día no lejano con esaralea de asesinos y de fascistas" (Cortíz8r,Crisis, marzo 1974)- aspectos de la reali­dad latinoamericana; la revolución será h.cha por el conocimiento y no por la prácti­ca, y mientras tanto no importa que laliteratura llene páginas donde el camino esacumular retórica, ser c6mplices de unconsumo que ha legitimado lo fantástico,construir un texto cuya verosimilitud se8su legibilidad.

OCtBtJdro retoma las líneas significativasde la cuentística original de Cortázar. Nosirve pensar que sus libros "s610 puedenser útiles 5610 si primero nos agarramos abalazos con el imperialismo" 1, pero si SUpráctica social es la literatura -y con ,110

. es lo que reivindica Cortázar cuando sedefiende de algunas críticas-, cabría espe­rar que hiciera de ella, el arma que eligib•un eficaz instru mento de combate.

(1) Crisis, NO 11, marzo, 1974

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EditorialGalernaTalcahuano 487,Te!. 35-8918Buenos Aires

REVISTADE CIENCIASDELAEDUCACION

número 12 - setiembre de 1974

H. Lagrange: A PROPOSITO DE LA ESCUELA.Críticas a un enfoque de Althusser

G. 'Edelstein y A. Rodríguez: EL METODO:FACTOR DEFINITORIO Y UNIFICADOR DELA INSTRUMENTACION DIDACTICA.

l. Hernández: DISCRIMINACION ETNICA ENLA ESCUEtA~

INFORMES DE MESAS DE TRABAJO DE LASUNIVERSIDADES DE LA PLATA Y DECUYO Y DEL INSTITUTO SUPERIOR DELPROFESORADO.

COMENTARIOS DE LIBROS. INFORMACION.....BIBLIOGRAFICA.

teoría y políticaNúmero 12 Agosto-setiembre 1974

Publicación del Comité Central delPartido Comunista Revolucionario de

la Argentina

Sumario

Editorial: No a otro 55. UniTW y 8f'mIITW""" de­rrotar a yanquis y oIif/llrcas.

TucurrMn: soluciones popu/.,.. y revolucionllrias.

Ocupación de viviendas: enSllilanzlI8 pata 111 r.­volución.El imperialismo es 111 anteulll d6 NI revoluciónIOCill1 dlll proletarilldo. Vigencill de NI, tesis deLenin pata el imperialismo y t1I socill/imperialismohoy.A/bllnill: la experiencia del desII"oI/o industri.albanés.LII campalfa contta Confucio en Chi"".

Pi.1a en lilnrias.

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Clases socialesy estrategias de poder en ChileMario ToerManuel Castellsla lucha de clases en ChileBuenos Aires, Siglo XX 1, 440 pág.

La publicación de este trabajo deManuel Castells resulta de particular im-portancia para el análisis de la sociedadchilena y el proceso abierto por la Uni­dad Popular. Aunque está constituidopor una serie de investigaciones que al­canzan hasta octubre de 1972, es decirhasta un año antes del golpe militar, setrata de la obra más completa y docu­mentada en cuanto al análisis de la es­tructura de clases chilena y el proceso decontradicciones que en ella se desarrolla­ron en diversos frentes, hasta aquel mo­mento.

Castells se basó en una serie de inves­tigaciones parciales preexistentes a las quesumó sus propios aportes, que le dan ala obra una sistematicidad poco frecuen­te, con la intención de subsanar una ca­.rencia bastante evidente en Chile porento nces. La perspectiva de los aconte­cimientos posteriores podría haber enri­Quecido aún más este trabajo, pero elautor, alejado de Chile desde la fecha in­dicada, ha optado por mantenerse dentrode los límites del período señalado. Portanto no podemos estrictamente incluireste trabajo en el ámbito del balance delproceso que cierra el golpe militar, perosí podemos considerar que se trata de unaporte considerable para quienes se plan­teen profundizar en esa dirección.

La pro blemática abarcada es particu­larmente vasta y recoge numerosos en­foques que resultan discutibles, pero laclaridad del desarro 110 en la presentaciónde los elementos de juicio posibilita yayuda a la confrontación con las posi­ciones aqu í vertidas. La obra consta decinco partes y una introducción dondese exponen aspectos metodo lógicos. laparte I trata de "La estructura de clasesen Chile"; la 11, "La lucha económica declases en el Chile de la Unidad Popular";la 111, "Movimientos sociales urbanos ylucha de clases"; la IV, 11 Reforma Agra­ria, lucha de ciases y Poder Popular enel campo chileno"; y la V, "la luchapolítica de clases y la democracia bur­guesa en Chile".

la primera parte constituye un por­menorizado análisis de la estructura de

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clases sustentado en una considerable do­cumentación, que busca mostrar el pro­ceso de constitución de las mismas sobrela base de las contradicciones en las cua­les se insertan, dejando de lado el des­cripcionismo sociologista. Resulta parti­cularmente interesante el análisis de lossectores que pod ían considerarse integran­tes de la burguesía naciona', mostrandosu división interna entre el sector inte­grado a la 'línea expansiva de la econom íaque lideran los monopolios y el sectorque entra en contradicción con esta ex­pansión del capital monopolista, particu­larmente extranjero. Este análisis no esreto mado quizá en todas sus implicacio­nes políticas al subestimarse en cierta me,dida esa contradicción cuando se anali­zan las relaciones de clases y el sistemapoi ítico durante el proceso que desem­boca en la coyuntura de 1970. Comocontrapartida esa ausencia se llena conuna sobreestimación relativa de la gravi­tación de la pequeña burguesía como "cia­se apoyo reinante" (según la conceptuali­zación de Poulantzas que utiliza Castells).De no mediar este aspecto, el análisis dela crisis de la Democracia Cristiana ydel Partido Radical tendrían una mayorjusteza y resultaría más clara la carac­terización de la evolución de los dos blo­ques enfrentados y las raza nes que losalteran durante el proceso. De todas ma-neras el análisis rompe con las simplifi,caciones de ra íz trotsQuista o las contra­partidas concebidas por el revisionismo,que resultaban dominantes en los análi­sis realizados en Chile. Así Castells dejaplanteada la posibilidad en 1970 " ... deuna alianza de clases antimonopólicas apartir de la fusión del interés políticode los mineros y la clase obrera indus­triar más avanzada, de la crisis de secto­res no monopólicos, artesanales, y peque­ño burgueses, de la miseria creciente deJsubproletariado urbano y rural y de lasdificultades y luchas de un proletariadoagrícola en vías de organización". El aná­lisis entre interés inmediato y a largo pla­zo de las distintas fracciones burguesas ydel proletariado, según su inserción en elproceso productivo, resultan también unaspecto de real inlerés.

Sobre esta base se desarro lIan los aná­lisis de la parte 11, que recoge el conjuntode viscisitudes Que genera la poi ítica eco­nómica de la U. P.; la parte 111, que ilus­tra sobre el desarrollo del movimiento de

pobladores, que tomara en Chile particu­lar relevancia, las distintas líneas quebuscan orientarlo y sus respectivas expe­riencias; y la parte IV que analiza lacompleja situación que se desarrolla enel campo con el impulso de la ReformaAgraria. Estos análisis no de jan de ladosu inscri pción en la aguda lucha políticapor el poder que se desarrolla en Chile,y la parte V aborda directamente esteaspecto.

L:a elocuencia y sistematicidad de es­te análisis no es menor que el de laspartes precedentes, siendo particularmen­te gráficos los señalamientos sobre la cre­ciente impotencia de la línea hegemónicaen la U. P. para llevar adelante su pro­yecto. Pero es también aqu í donde lavisión de Castels resulta menos consisten­te.

Castells reivindica las tesis leninistassobre el estado, las expone con rigor, ycaracteriza como revisionistas a las tesisque impulsara el XX Congreso del p.e.u.s.,del mismo modo que la línea que sostie­nen el P. C. chileno y Allende (aunqueno relaciona ambas posiciones con laactual política expancionista de la URSS),pero subestima el sello que estas concep­ciones le imprimen a la U. P. desde sunacimiento. Por el contrario, a partir deevaluar el ascenso del movimiento demasas que tiene lugar desde el triunfode Allende y el cuestionamiento que im­pone a las relaciones de do mi nación, Cas­tells co nsidera que este elemento demues~

tra como justa "en ese sentido" ra líneaque permitió el ascenso de la u. P. algobierno. Sin embargo sucede que esalínea no se agotaba "en ese sentido"puesto que ten ía otro mucho más defondo, aunque en un principio sectoresmás radicalizados del frente influyeranpara hacer prevalecer aspectos de unapoi ítica que se de~enmarcaban del proyec­to del P. C.; pero sólo se desenmarcaban,sin pro porcionar una alternativa a unalínea que por su coherencia, ca mo el pro"pio Castells Jo destaca, aglutinaba a lasdemás variantes y se desembarazaría delas más ino portu nas para afír mar su he"gemonía, que en definitiva conduciría ala derrota.

Castells considera por tanto como ine"ludible situarse desde "dentro" de laU. P., para pugnar all í por el desarro"110 de posiciones correctas. Así destacael valor potencial que en ese sentido ca"

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braba la política economlca del mInIS­tro Vuskovic, hasta que fuera desplazadopor el ideólogo del P. C. Orlando Millas.Al analizar el giro que ado pta allí lasituación, cuando se afirma la línea quebusca recomponer la deteriorada alianzacon una burguesía nacional, concebidacomo un bloque, Castells no retoma supro pio análisis sobre las fracciones enque ésta se divide, por lo que sus conclu­siones sobre el cierre de toda posibilidadde alianzas en esa dirección no resultaclaro. Porque en definitiva lo que cerra­ba el camino de las alianzas era la pro­pia debilidad de los reformistas enchale­cados en esa institucionalidad por volun­tad pro pia. Sólo una política con pers­pectiva de poder podía aislar al enemigoprincipal, y desde la fuerza propia im­poner compro misas a otros sectores. Yeso era válido antes y ahora. Tampocoreto ma Castells ese análisis para la carac­terización del ala to micista de la O. C.,a la que sólo considera como expresiónPopulista de la base de sustencación po­pular de dicha organización.

Castells considera que la afirmaciónde la hegemon ía de las tesis revisionistasobliga a desarrollar un polo poi ítico des­de el seno mismo de la coal ición gober­nante que permita abrir un nuevo cauce,donde la utilización de las posiciones al­canzadas en el gobierno sirva para alentarel desarrollo de un poder popular alter­nativo al Estado burgués y que sea labase para su destrucción. Critica así lasConcepciones legalistas y electoralistas queven "dualidad de poderes" en el seno delEstado, demostrando con propiedad sufalacia, criticando también a quienes des­de un subjetivismo ultraizquierdista ima­ginan la existencia de una dualidad dePoderes desde las masas donde sólo exis­ten embriones posibles de desarrollar.

Desde esta perspectiva centra sus ex­pectativas en experiencias como la Asam­blea del Pueblo en Concepción, dondeComienzan a aglutinarse el sector delMAPU que lidera Aquevedo con sectoressocialistas, de la Izquierda Cristiana y elMI R. Pero la expectativa por cambiar laCorrelación de fuerzas en el interior dela Coalición gobernante llevar ía a Que es­tas fuerzas sacrificaran la posibilidad deConsolidar una perspectiva independiente.

En las páginas iniciales con que CastellsProloga su libro, escritas ya en 1974, serealiza un recuento sucinto de los acon­tec' ,

,'m,entos posteriores que conducen al00 pe, pero sin el rigor analítico Quecaract .. enza su obra: se diluye la respon-sabilidad poi ítica del revisio nismo tantoen su e '.t xpreSlon local como en su sus-ento internacional.

los L'bI ros, Setiembre-Octubre de 1974

En definitiva Castells no concibe lanecesidad de haber desarrollado una líneaque, sobre la base de una justa políticade frente único contra el enemigo prin­cipal, mantuviese una independencia es­tratégica y orgánica frente a un proyectoque sólo pod ía conducir al fracaso. Porgrandes que fueran las dificu ltades paraafirmar esa línea, dada la expectativa quehab ía logrado concitar el reformismo,resultaba la única tarea jus.ta en esas con­diciones. El aislamiento que preocupa aCastells no se resolv ía integrándose a laU. P. sino fundiéndose en el movimientode masas con la consiguiente unidad ylucha que impidiese el sectarismo doc­trinario; y era la propia U. P. la que seseparaba de las masas.

La ausencia de arraigo en las masasde esa perspectiva es lo que incluso hoydificu Ita la reconstrucción de la vanguar­dia y permite un margen de maniobraapreciable a las variantes revisionistas res­ponsables de la derrota. Y no se trata deun subjetivismo Que pretende rehacer lahistoria desde condiciones inexistentes,sino de un debate que resulta obligato­rio para impedir que las aventuras revi­sionistas se cobren nuevas cuotas de san­gre en Chile o en cualquier otra parte, da­do que como el mismo Castells lo seña­lara en la Introducción "en torno al pro­ceso chileno se ha organizado todo unmontaje pro pagand ístico de algunos P. C.tratando de presentar el ejemplo chilenoca mo una corroboración histórica (la pri­mera .. .) de sus tesis revisionistas sobreel paso pac ífico al socialismo y sobretodo, sobre la naturaleza relativamenteneutra del Aparato del Estado en cuantoa su contenido de clase ... (que) co­rresponde directamente a las tesis revi­sionistas desarrolladas en particular a par­tir del XX Congreso del P.C.U.S.... ".Se trata entonces de poner en evidenciacon la misma experiencia histórica el ca­mino de derrota a que llevan estas tesis y

reafirmar los principios sobre los cualespodrán reconstruirse auténticos destaca­mentos del pro letariado.

El conjunto de los señalamientos cri­ticas en torno a las limitaciones del tra­bajo, no invalida nuestro concepto seña­lado inicialmente sobre la rigurosidad yriqueza del análisis aqu í reunido. Estavaloración nos hace considerar como untrabajo de estudio obligatorio para quie­nes deben profundizar en el análisis dela realidad chilena e importante en ge­neral para quienes busquen extraer ense·ñanzas sobre procesos de enorme rique­za que se desarrollaran en diversos fren­tes para situaciones semejantes en otroslugares.

GRANICAen Octubre

Roland JaccardELHOMBREDELOS LOBOS

Freud/ZweigCORRESPONDENCIA

LU'cien Seve,Clement, BrunoPARA UNA CRITICAMARXISTA DELA TEORIAPSICOANALITICA

rugranica~ ed"itorLAVALLE 1634/39BUENOS AIRES49-0669/46-1456

J.J. AlphanderyCUBA, EL PRECIODELAREVOLUCION

Antonio GramsciPASADO yPRESENTE

Antonio GramsciEL "RISORGIMENTO"

en Octub'reGRANICA

29

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NOVEDADES DE OCTUBRE

La "vía chilena": un balance necesariopor Mario ToerEn septiembre de 1973 fracasó la "vía pacífica al so­cialismo": los actores del experimento chileno, los fac­tores poi íticos de su derrota, son analizados exhaustiva­mente -mediante una minuciosa documentación- enel libro más completo aparecido sobre- "el caso chile­no".

Teoría marxista de la violenciapor Gilbert MuryComo el Estado, la violencia es para el materialismohistórico un fenómeno cuya existencia arraiga en laexplotación social, las clases y la lucha de clases. Elensayo de Mury desarrolla esta tesis central del aná­lisis marxista a partir del arco teórico que va de Marxy Engels a Lenin y Mao Tse-tung.

Imperialismo y tercer mundopor Vves BenotEn forma precisa y clara el autor anal iza cada uno delos factores que histórica y estructuralmente establecenla actual situación de dependencia de los países subde­sarrollados respecto del capitalismo.

Trabajo psicológico y pedagógico con niños declases popularespor Frank RiessmanEste libro analiza el carácter de clase de los mecanis­mos habituales de evaluación de la capacidad intelec·tual en educación y pSlcolog(a; asimismo los problemarle conducta y aprendizaje en los niños de clases populares.

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- PSICOPATOLOGIA . Dr. H. BLEICHMAR

- TEORIA PSICOANALlTICA - Dr. R. PAZ

- SEMINARIO DE PSICOTERAPIAS - H. FIORINI

- ESTRUCTURA DEL EDIPO, CLlNICA FREUDIANA.

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Llhros dlstrlhuldos •• Bu••os AiresAgosto-Setiembre 1974

ANTROPOLOGIA

E.E. Evans-PritchardEnnvos de antropología socialTraducción de MiguelRivera DoradoMadrid. Siglo XXI España.265 Pág.

Claude Lévi-Strauss.Melford E. Spiro.Kathleen GoughPol6mica sobre el origeny la univ...lidad de lafamiliaTraducción de José R. 1I0bera.Helena Valenti V Luis MerinoBarcelona. EditorialAnagrama. 154 pág.

Osear LewisL. CUltur. de l. pobrezaOsear Lewis. K.S. Karoly Carlos Fuentes

~z•• bur"'''í'Va.oIuCión85';:1008 • Editorial Anagrama,

11.

Lucy Mair..,.trimonioBarcel253 ona. Barral Editores.

Pág.

Calvin C. HerntonSexo V racismoTraducción de MercedesRiveraCaracas, Monte Avila Editores,245 pág

CIENCIAS

SOCIALES

Yves BenotImperialismo V Tercer MundoUn an"ili. de .......acione.del C*ltro V .. periferiaHacitmdo c."tro ." ,.tem.tiCII d. ,. dtJP.nd."cia ji'

", tIItructuTll d. r."'ciontl'mundial., I/IIntlrsda, por .1imperiBlísmo• • tTllbsjod. Senot .xpon. lB, .tape,de 111 conquim mundial.." el merco d. ,. teoría d.IsubdtlS8rrollo. 'ufunciontlmiBnto sctw/. ji'

aneUza lo. índiCft deld.nomillBdo d.,.rrollo ji' le,contr«JicciOM' int.r"," delsistBmB impIITiell,t•.

Raymond Boudon Y PaulLazarsfeldMetolodoW'.a de ... cienci..sociale. 11. Aúll"

empírico da .. c:.usalicllldTraducción de Josep ColoméBarcelona. Laia. 372 pág.Traducción de Floreal MazíaBuenos Aires. EditorialTiempo Contemporáneo.163 pág.

Marianne DebouzyEl c:.pitali.-no salvaje lO

EItMIoI Unido. (1860-19001Traducción de Amalia CastroBuenos Aires. Ediciones dela Flor. 252 pág.Estudio d. UfIII .tapa Clsllfl

d.I d.$IIrrollo cspitali,tB fITI •

cual SIl upontln lo, oríl/llntl.ji' rnodBlidsd., d.crecimi."to dtl losmonopolio, dtl tTllnsporttl.junto con historiss dIIgrande, familis,: losRockefell",. los Margan ji'

"" ",,"'ciofHI, tlsttlbltICida,fITIt,." tlI pod", económico. tlIpod.r político. lB prtln$ll ji'

• movimiento obrtNO.

André GranouClpIUlli.-no V modo de vidaTraducción de HerminiaBeviaMadrid. Alberto CorazónEditor. 97 pág.

Karl Kautsky1II cuestión ..ríaTraducción de CarlosAltamirano. Juan JoséReal y Delia GarcíaIntroducción de GiulianoProcacci

Buenos Aires, Siglo XXI.540 pág.

Francis KornBuenos AIr.: ICII hu•••d1120Buenos Aires. EditorialSudamericana. 215 pág.

Emile LehoucltFOurler o .. ..-monJa y elCIOI

Traducci6n de María TeresaLópez PardinasBarcelona. Labor. 269 pág.

Umberto MelottiMarx V el T_ Mundo.Contribucibn • un .....-m.multillneel de ..concepc:lbn del dIIerrollohistórico lllboradl porMarxTraducción de Ariel Big08miAmorrortu editores. BuenosAires. 254 ptíg.Menotti "";.18 t«Nlamerxim• ." ftPtICÍ81 encutlltiontll ,.., como 18 d. 111,formsciOfHI' econ6micBsprfIClJpitalí.ta,;pr.."ta ji'

discuta tasi, d. Witrfoge/.Godel.r ji' G.eudjl' pe,...finelmente. introducirconCtlfJtol rHlcriptillO' qu.le permiten cslifiCIIT comoIOcisdsde, colectivi.tasburocrltiCIII tBntoal cepit.iuno monopolí,tedIIsstsdo d" lB URSScomo allOcielismo chino;consecu."t"",."te ni.,. tJICIIrlÍCtar proltltario dII ,.rtltlOlución cultuTlII ji' 11.a afirmer que Cuba• ."

los Libr .01, Setiembre-Octubre de 1974 31

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la década del sesenta, fue elpa is que más se acercóal modelo de socialismoproclamado por Marxy Lenin: en sin tesis, unensayo que bajo las especiesde exponer las particularidadesdel desarrollo histórico delTercer Mundo afirma tesisrevisionistas yantimarxistas.

E. Pastrana - M. ThrelfallPan, techo y poder. Elmovimiento de pobladores enChile (1970-1973)Buenos Aires, Ediciones SI AP­Planteos, 153 pág.

Perroux, de Castro, Jaguaribe,Prebisch, Iglesias, CasasGonzález y otrosAmérica Latina y los problemasdel desarrollo. La encrucijadadel presente y el reto delfuturoCaracas, Monte Avila Editores,227 pág.

Gonzalo Puente OjeaIdeología e historia. Laformación del cristianismocomo fenómeno ideológicoMadrid, Siglo XXI, 401 pág.

Jaques RanciereEl concepto de crítica y lacrítica de la econom íapolítica. De los manuscritosde 1844 a El CapitalTraducción de VíctorGoldsteinBuenos Aires, Ediciones Noé,179 pág.

Alfred SchutzEI problema de la real idadsocialTraducción de Néstor M iguezBuenos Aires, Amorrortuedi tores, 326 pág.Primer volumen de los tresque integrarán una selección delos trabajos de Shutz, sociólogoaustriaco que sintetiza en suobra vertientes delpensamiento de Max Webery sólidas influencias de lafenomenologia husserliana.El texto incluye tres partes:metodologia de las cienciassociales, la fenomenologia ylas ciencias sociales y cuestionesrelativas al lenguaje, lasimbolización y la concienciasocial.

Osear Varsavsk yEstilos tecnológicos.Propuestas para la selecciónde tecnologías bajoracionalidad socialistaBuenos Aires, [dlclonp-sPeriferia, 238 p j 4.

Varsavsky sigue con uno desus temas: proporcionarcategorias (Estilo

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Tecnológico, GranEstrategia Tecnológica, etc.)a lo que denomina actitudde construir una sociedadnueva, cu yas supuestospoliticos e ideológicos noexplicita suficientemente.En este marco las tecnologiasse definen como recetaso medios para alcanzarobjetivos deseados.Además de combatir el mitode la importación detecnologias y patentes delos pa ¡ses capitalistas,Varsavsk y vuelve a inclinarsepor situar a la ciencia en elpuesto de mando.

Ch. Wagley, M. Harris y otrosEstudios sobre elcampesinado latinoamericano.La perspectiva de laantropología socialBuenos Aires, Periferia,308 pág.

Kurt WolffContribución a unasociología del conocimientoTraducción de AlfredoAntognini y José RosarioTurianoBuenos Aires, Anlorrortuedi tores, 285 pág.

CINE

Oziga VertovArtículos, proyectos ydiarios de trabajo'Traducción de V rctorGoldsteinBuenos Aires, Ediciones deLa Flor, 347 pág.

Sergio M. E isensteinEl sentido del cineTraducción de NorahLacosteBuenos Aires, Siglo X XI,198, pág.

CRITICA

LITERARIA

Roland Barthes

Investigaciones retóricas l.

La antigua retórica.AyudamemoriaTraducción dA BeatrizDorriotsBuenos Aires, EditorialTiernpo Contemporáneo,80 pág.EI trabajo de Barthes sobre laretórica clásica pone a focoalgunas cuestionesimportantes referidas al origende la retórica, su carácterde instrumento para laproducción de textos y losrasgos de convencionalidadque definen el carácter de lalectura y la apropiación de laliteratura.

Roland BarthesEl placer del textoTraducción de Nicolás ROSLl

Buenos Aires, Siqlo X XI,85 pág.Una vez más Barthes proponeel juego más amplio de laanlbigüedad y laarbitrariedad de un discurso-su propio texto- cuyaúnica razón es registrarocurrencias que a esta algurani siquiera son ya brillantes.

Maria L u ¡S3 BastosSorges ante la cr íticaargentina. 1923-1960BLH~nos Aires, Ed ícionesHisparnérica, 356 páU.

Arnórico F errariEl universo poético deCésar VallejoCaracas, Monte Avila ldi tares,35b pág.

o. Maldavsk yTeoría literaria generalBuenos Aires, Paidós, 142 págEl rasgo más general de estateorla literaria es unempecinado eclecticismo quese monta sobre dos ejes:psicoanálisis y estructuralismovariado; el reclamo de unenfoque multidisciplinariose ago ta en la consideraciónde tres niveles de la obraliteraria, cuya integraciónen el texto Maldavsky no logradar cuenta,

Raymonde Ternk ineGrotowskiTraducción de Nóstor SánchezCaracas, Monte Avi la [di tares,204 pág.

Mar ,'a del Carrnen Vi Ilaverdede Nessier y Clelio PedroVillaverde

Literatura infantil yjuvenil de base folklóricaRosario, Edi torial Bibl ioteca,70 pág.

ECONOMIA

Roben N. AnthonySistemas de planeamiento ycontrolBuenos Aires, E I A ten(~o,

181 pjg.

Wlod7ilni(~r7 RrlJsEconomía y política en elsocialismo1rdducClóll de I PdndroWo 1fso n y J () sé L u ¡s[~ 1C~H~vprry

13ucnso Aires, Arnorrortuedi tores, 17G pág

F~oque Ci1qqiano, Hor deioCiafélrdini, Carlos CristltlEn torno a la acumulación yal imperialismoBuenos Alrl~s, [di tor ialf= ncuéldrc, 1~)7 Pi]q

Gary F- rornrllLa inversión en el transportey el desarrollo económico1 raducción de ManuelBarb(~réÍ

Buenos Aires, Troquel,373 pág.

Cene K. Groff y John~-. Muth

Modelos de decisiónTrtlducción de An Ibal Cdr losL.enlBuenos Aires, EI Ateneo,222 páq.

A.G. HinesRevalorización de la econom íakeynesianaTraducción de M .A. GalrnariniBuenos Aires, Siglo X XI,9b pág.

Franl' HinkelarnrnertDialéctica del desarrollodesigualBuenos Aires, Arnorrortuedí ton~s, 252 pjg.

Jorge M. KatzOligopolio, firmas nacionales Vempresas multinacional8s.La industria farmacéuticaargentinaBuenos Aires, Siglo XXI,148 Pdy.

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Marx y EngelsCartas sobre El CapitalSelección de Gilbert BadiaTraducción de FlorentinoPérez

Barcelona, Ediciones deBolsillo, 362 pág.

William T .IVlorrisCiencia de la administraciónTraducción de GuillerrnoColambres CasadoBuenos Aires, El Ateneo,295 pág.

EOUCACION

Mareel Botadlon, Anché BeqF~,

Fr()rlc;:ois Wal ter

Reconstruir la escuelaTraducción de Al icia IsabelRevelloBuenos Airps, El Attlnco,333 pág.

Pau lo F reirelas iglesias, la educación y elProceso de liberación humanaen la historiaTraducción de Serqio Pduloda Silva y nené KrugerBuenos Aires, Edi torial LaAurora. 47 pAg

Iván lllieh

la convivencialidadBarcelona, Barral Editores.146 pág.

Ivan Illich

La sociedad desescolarizadaBarcelona, Barral Editores,148 pág.

John Michaels, nutn H.Grossman, L loyd F .Scott ·Nuevos diseños para elCurriculo de la escuelaelementalT~aducción de Emilio M.Sierra

Buenos Aires Troquel475 pág. " ~ ,

Jo~ hlJ P J. Schwab

PI: ~~oque práctico para laT n'flcación del cu rricu lo

raduc "de . clon de Airl1ará FharatB Sanchez Paya

uenos A'38 p' tres, El Ateneo,ag.

Bogdan Suchodolsk iFundamentos depedagogía socialistaTraducción de MelitónBustarnante OrtizBarcelona, Editorial Laia,285 pág.

Hilda TabaElaboración del currículoTraducción de Rosa AlbertBuenos Aires, Troquel.662 pág.

r

FILOSOFIA

JiJcques U'HondtDe Hegel a MarxTraducción dc Anlbal L(~al

Buenos Aires, ArnorrortLJedi lores. 243 pág.Ensayo centrado sobre elproblema de la dialéctica,D'Hondt aborda cuestionestales como la génesis V laestructura del esp/rituobjetivo, las relacionesdel pensamiento hegelianocon la filosof/a del Iluminismofrancés y las concepcionesde historia V dialécticaen Hegel y Marx.

Paul K. FeYdrabendContra el método.Esquema de una teoríaanarquista delconocimientoTraducción de F rJnciscoHernánBarcelona, [di torial Ariel,207 pág

Gooel ier , Manad, Mau loudEpistemología y marxismoTraducción de M. Bofíll y

E. PetitBarcelona, Mart (nez Roca,212 pág.

HISTORIA

Barba, 8agú, Real, Irazusta,Bosch, Weinberg y otros

Unitarios y federalesBuenos Aires, Granica.196 pág.Importante recopilación detrabajos sobre el tema,muchos de los cuajesfueron publicados en lahoy agotada Revista deHistoria.

René DoehaerdOccidente durante la altaEdad Media: economías ysociedadesTraducción por MariaAngeles IbclñezBarcelona, f:ditorial Labor,333 pág.

Sornrni, Pórez Aznar,l3pcerra. ClJneO, Ratzer,Ghiano, Babini, FiodrtguezB~jstamente,E tcheparebordaV otrosla revolución del 90Buenos Aires, Granica,202 pág.

J. StoyeEl despliegue de Europa,1648-1688Traducción G8 Marcial SlJ¿)re/Madrid, Siglo XXI. 486 pág.

r

LINGUISTICA

~Jio BaldelliComunicación audiovisual yeducaciónTraducción de ArnbrettaMarrosuCaracas, Un íversidadCentral de Venezuela. 2bü pág.

Frank J. ClarkProcesamiento de informaciónTraducción de Juan JorgeThornasBuenos Aires, E.I Ateneo,334 f)¿l~J.

Oswald DucrotDiccionario enciclopédico delas ciencias del lenguajeTraducción de EnriquePezzoniBuenos A ¡res, S iqlo X XI,421 pág.

R. Echeverría. F.Castillo,A. Mattelart. J.M. Martín('~L,

M. Mattel¿ht, A Oorfn1anIdeología y medios decomunicaciónBuenos Aires, Arllorrortueditores. 206 pág.

E. GarroniProyecto de semióticaTraducción de FranciscoSerra Can t~uell

Barcelona, Edi torialGustavo Gilli, 376 pág.

Georges MouninClaves para la semánticaTraducción de Carlos ManzanoBarcelona, Anagrama f 233 pág.Exposición ordenada de lahistoria y el marco teóricode una disciplina como lasemántica que, en lasúltimas décadas, hafuncionado por momentoscomo matriz de análisisen las áreas más diversas.Mounin define el campo delos análisis y estructuracionessemánticas, la estructura delvocabulairo pol/ticosocial y del léx ico de lavivienda, además de señalarlos I/mites de ese campoconceptual.

Charles Sanders PeirceLa ciencia de la semióticaTraducción de Beatri7 BugniBuenos Aires, Nueva Visión,116 p¿~g.

Algunos trabajos capitales delnorteamericano Peirce:teofla del signo, signo y objeto,sus relaciones, tipología delsigno, indice, ícono ys/mbolo.

Ferruc i{) R ossi -L and iIdeologías de larelatividad lingü ¡sticaTraducción de JuanAntonio VascoBuenos Aires, Nueva Visión,84 pág.Crítico respecto de lasconcepciones ideal¡stas quesostienen que a una lenguadada correspondeuna visión del mundoespecífica -- tesis expuestaspor Whorf y otroslingüistas-, el ensayo deRossi~Landianaliza las teoriasde la relatividadlingüística y esboza conceptosy definiciones sobre la"alienación lingü{stíca".

.....r "'"LITERATURAARGENTINAY LATINOA-MERICANA

~ ~

Abeldrdo Ar las

Intensión de Buenos Aires

Los Libros, Setiembre-Octubre de 1974 33

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Buenos Aires, EditorialSudamericana, 243 pág.Crónica de todos los barriosporteños realizada, segúnafirma su autor, paradesentrañar su esencia segúnun método de conocimientofundado en la perspectiva y lanostalgia. El resultado es unasuma de anécdotas, lugarescomunes y trivialidades.

Jorge ASlsLa fami Iia tipoBuenos Aires, EditorialPlaneta Argentina, 178 pág.

Eduardo Belgrano RawsonNo se turbe vuestr~

corazónBuenos Aires, Ediciones dela Flor, 212 pág.

Adolfo ColambresEl oficio de militanteBuenos Aires, Ediciones dela Flor, 110 pág.

Od ín F leitasEI gato y las ti biezasBuenos Aires, Proyección,148 pág.

Juan García PonceEl GatoBuenos Aires, EditorialSudamericana, 161 pág.Rela to sobre el amor, deun novelista mexicano: unaescritura monótona eintrascendente, fijada sobrelos pequeños detalles de unarelación de pareja tanreiterada como envejecidaen el marco de laliteratura psicologista ysen timen tal.

Clarice LispectorLa manzana en la oscuridadTraducción de Juan Garc,'aGayoBuenos Aires, EditorialSudarnericana, 405 pág.

r"""LITERATURA

EUROPEAY NORTEA-MERICANA

~ ..J

Raymond ChandlerSangre españolaTraducción de EstelaCanto

34

Buenos Aires, Edi torialTiempo Contemporáneo.,165 pág.Tres relatos, "Pasarse de vivo","Ellevante de la calle Noon"y "Sangre espaflola", deun maestro de la serie negra:crt'tica social entrelazada contres ejes del género policialnorteamericano: violencia,corrupción y dinero.

Franz KafkaCartas a MilenaTraducción, a parti r de laedición inglesa, de ErnestoSchóoBuenos Aires, Edicionesde la Flor. 261 pág.

POESIA

Osval do Bal biLos carteles al costado delcaminoEdiciones Cultura Popular

Francisco GandolfoEl sicópata. Versos paradespejar la menteRosario, Ediciones ellagrimal trifurca, 110 pág.

Enrique FierroCapítulo aparte. 1966-68Con grabados originalesde Anhelo HernándezSin mención editorial,Montevideo

Noé Jitri~

Com. y com..Buenos Aires, Ediciones dela Flor, 120 pág.

Gustavo PereiraEl libro de los somarisSin mención editorial,Caracas, 112 pág.

Virginia RossiLe. monólogos delhombreBuenos Aires, EdicionesCrisol, 60 pág.

José Tcherkask iCanciones de amor VbroncaDibujos de Osear CésarMaraBuenos Aires, Edicionesde La Flor, sin número depáginas.

Eliahu TokerLejaimBuenos Aires, Ediciones deLa Flor, 83 pág.

POLITICA

Gilbert BadiaLos espartaquistasTomo I y Tomo II(docu mentas)Traducción de BernardoMuniesa Brito y ArmandoSábatBarcelona, Edi torialMateu, tomo 1,395 pág.tomo 11, 165 pág.

Jean BaelenFlora Tristan: feminismo ysocialismo en el siglo XI XTraducción de Charo Ema B.Madrid, Taurus, 252 pág.Biografía minuciosa de larevolucionaria román tica yutopista que en la primeradécada del siglo X IXplanteara, a través de la"Unión obrera", unaorganización internacional delproletariado centrada en el ejede la fundación de un nuevohumanismo

Jorge DimitrovFascismo V frente UnicoBuenos Aires, Nativa Libros,191 pág.Un clásico de la literaturapolfticamarxista, en una versión fieldel texto original, que fueramutilado en las ediciones puestasen circulación por la EditorialEstudio, en Argentina.

Arthur LehningMarxismo y anarqu ismo en laRevolución RusaBuenos Aires, ProyecciónDesde le punto de vistaanarquista, éste es el mejorestudio de la relación entreanarquismo y comunismoen la revolución rusa.

Gastan LevalColectividades libertarias enEspañaBuenos Aires, Proyección, 2eYol.Un minucioso estudio de untema que no ha merecido todala atención necesaria para

comprender la guerra civilespañola. Pese al carácterlimitado y utópico delintento de autogestiónlibertaria, constituye unafuente inagotable para elestudio del pensamientoanarquista en acción.

Joe StorkEl petróleo de Medio Oriente yla crisis energéticaTraducción de Roberto

WolfensonBuenos Aires, Granica, 164 pág.

Anthony SampsonEl estado soberano de la I TTTraducción de José ManuelAlvarezBuenos Aires, Schapire Editor,280 pág.

Renmin Ribao, Hongqui,Jiefangjun BaoDocumentos de la RevoluciónCultural en China (1966-1969)Buenos Aires, Nativa Libros,262 pág.

Mik lós MolnárEl declive de la PrimeraInternacionalMadrid, Edicuaz Editorial,Cuadernos para el diálogo,338 pág.

PSICOLOGIA

Franco Basagl ia y FrancaBasagl ia OngaroLa institución en la picotaCompilación, traducción ycomentarios de Mart'a ElenaPetrilli y Mauro RosettiBuenos Aires, EditorialEncuadre. 221 pág.Este trabajo ofrece laelaboración, evaluación ycrltica de lo sucedido en elHospital Psiquiátrico deGorizia -y expuesto en LaInstitución Negada-, ahorareencuadrado como propuestaconcreta de trabajo por FrancOBasaglia. EI presente libro esuna recopilación de artlculos,dive,sos, muy útiles para lavaloración de una experienciaya clásica de enfrentamientoa la institución manicomiBl.

Claude Clanet, ColetteLaterrasse, Gerard Vergn~l

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o.- Wlllon-PiIIIItTraduccl6n de Matilde HomeBuenos Aires, Granica Editor,52pég.DeMJe un sintltico rftÚmen •... t.)(I_. W.llon y P-".r-e trebejo propone unet:onfro",.ci6n. ,.mi"".La ruptu,. común con el11OsitÍIIÍStr/O y el """'iori.mo,no ocu/r6 &Re pollmb1Gb,. le conct/PCi6n del objetoPlico/6gk:o, iníe..." le~ .,«J y que .e/ilHoOIf/tIniu en t.".s tales como.articuleci6n entre conduetlls~nolCiti_y sf«:tilles,noci6n.".,_ concfflf1l,Q)nc:.pto de inconciente yotres.

Francoise Oolto............ y pedi8trí.Traducci6n de ArmandoS\lárez y Luis MorenoCanalejasMéxico, Siglo XXI, 266 pég.

Bruno A.L. Fantoni...... y .......Ieololf.Buenos Aires, EdicionesTroquel, 345 pág.

H6ctor O. Fontanarossa

- ........... PIicoIOI'·......Buenos Aires, Edicionestroquel, 468 J)lig.

Meréa C. Gear yErnesto C. LiendoPIioo................,.. .......... y .. .-upo falnOiarBueos Aires, EdicionesNueva Visión, 215 pég.El..,.,.". co~tueI,,.,...., y "".,.tillO dee."-'-Jo wpone le sin...de unCIafct1t,. lIIMlO te6rico: el__MI... le /IIiCOlogrsllleial. le ,.",...ÑI_ruct....,y le ,-,rs. le comunaci6n~.....".".,.,.,;---.."untreblljo~" En elect..l. le~"-16n • connruir un-.. ko.hip6...... or les HeÍlÍ0fM6 Y---...,coonIin«Jor.".". '-n¡¡Ie,...

,.,.qu.ls psicotflnlpis no _""'''icio prÍIIstillO de Uflll

Mitfl. sino scc.ible. MlCtor.mis smplios de la lOCitIdsd,objfltivo que e/,rupoposibilitMls.

Mason HairePIicoIOIí•• la _ ......Traducci6n de José ClementiBuenos Aires, Editorial Troquel,214 pég.

Gennie y Paul LemoineUna tIIOrí. cIII PIicodram.Traducci6n de Víctor FischmanBuenos Aires. Granica Editor,338 pág.Los IlUtor. sinttltiZJIn en emlibro la IIXperiencitl f'BCOIidsen '5 silos d" trebejop6iCl»fIIIlftico en el .,. • lat1cnicB psicod,.mltiCII. desdela 6ptiCII sbitNfa por lo. sport•• Jscques UClln y la elCue1Bfrsn_.

Sara PaínPIicometrr. fII'6ticaBuenos Aires. EdicionesNueva Visi6n. 259 pág. (28.edici6n)Em libro propone, por un Isdo,une "¡si6n lICfítics • lB.t1cnicBs psicomlticss mis_ ..s, y por otro u,.1I1ebor_ nHnttlf'pIWt«:i6n d",.mi6". dftde le t."rs,."ltics d" Jesn PÍII(/fIt.

Jean Claude Sempé, Jean LucOonnet, Jean SaY. GilbertLascault Y Catherine BackesEl pIicoanMiIiIBuenos Aires. Granica Editor

Mary Jane Sherfey........... y -.vIuc:i6n de"_ ..Idad .......

Bercelona, Barral Editores,213 pég.

REVISTAS

Apar-.....................dNO ~7 , mayo-junio de 1974PublíalCi6n de la UnivwsidadNacionel de Buenos Aires

La ...........R8\lista del Frente CulturalJulio de 1974, NO 8, Quito

ArgentinaSecretaría de Cultura de laMunicipalidad de Buenos Aires,Centro de Investigaciones enComunicaci6n Masiva. Arte yTecnología. 37 pág.

Cuad.,.... Educaci6nNO 17. julio-agosto 1974Caraces

0-.-0110 Econ6mlcoRevista de Ciencias SocialesNO 54. 1/01. 14, julio-setiembrede 1974Publicaci6n del Instituto deDesarrollo Econ6mico y Social

Grupoc.oPsicoanálisis, poesía. teatro.narrativaJulio de 1974. NO O, BuenosAires

Hilpem6ricaRevista de literatura. año 111.número 7, 1974Incluye textos sobre Borges. deJaime Rest; Arlt. de RicardoPiglia y Marechal, de GracielaCoulson; una entrevista aSkármeta; poemas de Neruday lihn; cuentos de Galeano,Marrochi, Asís y Szichman.

IIftIIIORevista de Psicoanalisis•Psiquiatría y Psicología.NO 1. La ideología.Buenos Aires. Editorial LetraViva, 98 pág.

Lath-.6ricaAño 11. NO 4. agosto de 1974Río Cuarto

T"'XITravaux de L'lnstitut d'Etudeslbériques et Latino-eméricainesde l'Université de SciencesHumaines de Strasbourg1971

......._i .... lIlId•••_Tena serie, enno XV. 1973Revista bimestral dirigidapor Lelio~

URBANISMO Y

PLANEAMIENTO

Manuel CastellsLa .....

TnIducd6n de Ir C. OIiYanllIenos Air-., Siglo XXI,43OpIg.

Rayrnond ledrutEl 8IIINICÍO lOCiaI ... ciu...Traducción de María Ana Payr6de BonfantiBuenos Aires, Amorrortueditores, 217 pág.El subtítulo.'" flStudio,"Prob/.". • «ICÍOlOIIísIIPlicBdB si ordeMmiBntourbsno". s/ud••1t»tIctfIr,./0$ tres trebejos qw lo i""",."inttlf/flln: snll_ de ,.condiciones utbs,.s y IOC/elesen to.".". conjuntosurlMnos de le ciud«J •Tolou•• lB "ide en los bMriolde .. ciudsd y su relBci6n con/0$ centros de concentlWCi6n• lB misma, y el pro"""" •le dfllCent,.,iaci6n de una •sus i".titucio~ oficislfls.

VARIOS

Leopold InfeldEI .--.La hiltDria. E G.....Traducción de Roberto BixioBuenos Aires, Siglo XX1,355 pág.

Rafael LefortL. m.llb••GurdjieffTraducci6n de Leónidas BudínBuenos Aires, Corregidor,180pég.El imJCÍO,./~ti.- BÚIIw d*'tM¡ • ."tido....libro • demomw".,..etpiritllB/~mlnico--.otlrioll,. GllnJji." tenrs IWr,.~ttlsntÍfUN:..qwc8be f..,.,. • todlr dudfl.",..".,. L.,ort~• rill¡. hedI ,. fwnr&

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