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SUlDario

4 Notas sobre Brecht,por Ricardo Piglia

11 Educación y política en América Latina,por Juan Carlos Tedesco

17 Paulo Freire y la pedagogía de la concientizaCi6n:. por Carlos Mallo

24 Informaoilln de Los Libros

Para unacrítica políticade la cultura

Libros distribuidos en Buenos Aires

El artículo "Educación y política en Am4rica Latin.", de J.C.Teclesco. integra un treb.jo más extel1lO en ~parec:iÓn. La notasobra "La restauración del capitalismo en l. URSS" fue pi'blicada en l. revista Communimv, Plirís, 1974, de donde h.sido traducid•.

El marxismo en Asia,por Santiago Mas

La restauración del capitalismo en la URSS,por André Pommier

3941

27

l-b1osIrosComité de dirección:Carlps AltamiranoBeatriz Sarlo

Diagramación: Hernando JaramilloTape: Isabel Carballo

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liA mis compañeros Beatriz Sarlo y Carlos Altamirano

Nuestras diferencias respecto a la caracterización dela coyuntura política nacional se han agudizado en losúltimos meses. Nunca pensamos que la revista debía serel resultado de una coincidencia absoluta y desde elprincipio existieron discrepancias y diferencias de opioniones. Estas diferencias no entorpecían el trabajo en elcomité de dirección porque se daban en el marco deun acuerdo de fondo: la revista, coincidíamos, debíadefinir su lugar en el campo cultural en relación con laCOntradicción principal que ordena hoya las distintasfuerzas en pugna en la sociedad nacional. Es decir,la revista debía tratar de definir su práctica específicaen función de la lucha del pueblo con el enemigoprincipal de nuestro país: el imperialismo nor·teamericano.

Resolver a partir de esa contradicción principal lacolocación y las tareas de Los Libros en el campocultural significa, de hecho, definir el carácter y la re·lación de las fuerzas en juego en la sociedad. Creo quehoy nuestras discrepancias son de fondo porque suponendos modos distintos de concebir esa relación de fuerzas.El eje de nuestra discrepancia es la evaluación delUObierno de Isabel Perón. Caracterizar a este gobiernoCOmo nacionalista y tercermundista significa, a mijuicio, no tener en cuenta que el sector de la granburguesía hegemónico en él avanza cada día más en supolítica de claudicación y abierta conciliación con elimperialismo norteamericano, traicionando así los ob·jetivos de liberación en defensa de los cuales el puebloluchó contra la dictadura militar. Este gobierno norepresenta de una manera directa los intereses delimperialismo y en -ilste sentido identificar su poi íticaCOn la política de la dictadura militar proyanqui esConfundir al enemigo principal. Pero apoyar a IsabelPerón y pensar que la presidenta resiste la ofensivagolpista es no tener en cuenta que la poi ítica represiva,reaCCionaria y antipopular de Isabel Perón, en verdad,favorece el golpe de estado y alienta a los personerosdel'imperialismo yanqui que trabajan por la restauración.

No me parece posible -y lo hemos inten~ad~ enestos últimos meses- resolver nuestras contradICCIonesen el interior de la revista y es por eso que he decididorenunciar al comité de dirección. Mantener con estasdiferencias (que son de fondo) nuestros a~uerdos detrabajo nos obligaría a despolitizar la revIsta. y con·Vertirla en un órgano "de cultura" en el sentido mástradicional. Justamente porque estamos de acuer~oen qUe la poi ítica debe ser el centro de todo tr~baJo

intelectual nos unimos en el proyecto de Los Libros,~rque seguimos coincidiendo con ese criterio hoy lasdIferencias poi íticas pesan más que nuestros acuerdosespecíficos.

Fraternalmente

Ricardo Piglia

Compañero Ricardo Piglia:

Después de dos años de trabajo conjunto en ~os

Libros, a partir de su número 29 hasta hoy, las dlfe·rencias que pudieron superarse en otros momentosse convierten ahora en contradicción que no puederesolverse en el marco de la revista.

Así es. La caracterización correcta del gobiernoperonista, de la coyuntura actual y, en consecuencia,de las poi íticas concretas que debemos desarrollar losrevolucionarios y patriotas argentinos son el eje funda­mental de nuestras discrepancias. Nosotros pensarnoscomo vos que Isabel de Perón no debe ser confundidacon el imperialismo yanki y sus aliados locales, esdecir con el enemigo principal. Pero pensamos ademásque la acción del gobierno peronista hegemonizadopor un sector de burguesía nacionalista y tercermundistano puede ser definida políticamente al margen de laactividad conspirativa del imperialismo yanqui y delsocialimperialismo soviético. Y debe ser instructivopara nosotros que dos viejos socios de esa coaliciónantipopular que fue la Unión Democrática, el diarioLa Prensa y el partido comunista revisionista, exijan asu manera y según los intereses de sus mandantes"salidas" a la actual situación.

Es preciso reconocer las contradicciones reales queoponen a Isabel de Perón y el sector burgués que ellarepresenta con el imperialismo yanki y los .terratenient~,enemigos fundamentales del pueblo argentIno. Despreciarestas contradicciones implica colocar al gobierno pe­ronista -que efectivamente cuando reprime debilitacon ello el frente único antiyanki- en el campo delenemigo, en momentos en que se agudiza la pugnainterimperialista y las conspiraciones antipopulares. Enla presente situación, definir una colocación -juntoal pueblo peronista- y disponerse a defender al gobiernode Isabel contra la alternativa de un golpe es defenderen los hechos la independencia argentina y los interesespopulares frente al expansionismo económico y políticode ambas superpotencias, como lo hacen otros pueblosdel Tercer Mundo. Pensamos que sólo el pueblo hege·monizado por la clase obrera puede asegurar el desen­lace positivo de la actual situación y que las masasorganizadas y armadas son la única garantía de untriunfo definitivo.

Con todo esto pretendemos señalar que el mayorerror que hoy puede cometerse es repetir el alineamientode fuerzas que apoyaron y celebraron a la "libertadora"en 1955..Los intelectuales no deben equivocar en 1975su ubicación, debilitando la unidad del campo delpueblo y ensanchando así el campo de maniobras parala restauración proyanki o para un golpe de estado quese presente bajo las banderas de la democracia y elprogresismo pero que en los hechos signifique lainscripción de nuestra nación en la órbita de otra su·perpotencia.

En torno a este eje, que exige la discusión depoi íticas concretas en el campo de la lucha cultural eideológica, nuestras discrepancias son hoy diferenciasde fondo: Los Libros seguirá siendo una expresi6n-como lo fue hasta hoy- del más amplio frente delucha por la independencia argentina y la liberación na­cional. .

Fraternalmente

Carlos Altamirano y 8tN1triz Sarlo

NOTASSOBRE BIlECHT

Ricardo Piglia

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Bertolt BrechtEl compromiso en Iitel1ltu ra y arteTrad. J. FontcubertaEdiciones península

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La aparlClon de los trabajos iné­ditos de Bertolt Brecht sobre la li­teratura y el 'arte es sin duda unode los acontecimientos más impor­tantes en la crítica marxista desdela publicación de los cuadernos dela cárcel de Antonio Gramsci. En elcentro de su reflexión se encuentrala tentativa de fundar en, la prácti­ca una teoría marxista de la pro­ducción literaria que sea capaz deinscribir los resultados de ese traba­jo específico en el espacio de la lu­cha de clases. Escritos a lo largo detreinta al'ios, estos ensayos debenser leídos como una síntesis teóricade la práctica brechtiana. ("Hemossacado ideas de la práctica, en reali­dad las hemos sometido a la práC­tica" p. 145). Unico criterio deverdad, para Brecht la práctica debeser el fundamento último de cual­quier trabajo cultural: una críticamaterialista se funda, justamente, enel "control" que, en un campo a pri­mera vista tan "espiritual", debeejercer la experiencia concreta paraevitar el riesgo de una especulaciónidealista. "Todo lo que se diga so­bre la cultura sin tener en cuenta lapráctica no es más que una idea Ytiene por lo tanto que ser comprO­bada primero en la práctica" (95).Al mismo tiempo estos ensayos vie­nen a afirmar el carácter productivOde la teoría y su lugar privilegiadOen el sistema brechtiano: Brecht noconcibe el trabajo artístico sin el"control" de una crítica científicaque funcione como momento inter­no de la producción y borre todatentación empirista. De esta manerasu actividad teórica es, de hecho, unarespuesta concreta al mito reacciona­rio del "artista" intuitivo y "salvaje","creador inspirado" que cultiva l.ignorancia para mejor respaldar elcarácter "mágico" de su obra. ("porlo general el artista tiene miedo deperder su originalidad en el contactOcon la ciencia. Tiene el temor de queno podrá seguir componiendo si 'sa­be demasiado"', 260). Desmontar esacreencia romántica en el misteriOde "Ia creación artística" es per'Brecht la pri mer tarea que e:teb'realizar una crítica materialista.

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De entrada Brecht descentra ladiscusión tradicional sobre literaturaredefiniendo su lugar en el campointelectual. "Permita que le diga quela lucha entre su generación y lamía (le escribe a Thomas Mann)no será una cuestión de criteriossino una lucha por los medios deproducción. Un ejemplo: en la po­lémica tendremos que luchar porCOnseguir el puesto que ustedes ocu­Pan, no en la historia espiritual ale­mana, sino en un periódico de200.000 lectores. Otro ejemplo: enteatro no tendremos que luchar con­tra las opiniones de Ibsen y losmoldes de yeso de Hebbel sino con­tra aquella gente que no quiere tras­Pasarnos los teatros, los actores"(39). Escrito en 1926, en este textoestán condensadas las ta reas de laCr(tica brechtiana: análisis del fun­damento material de las ideologías li­terarias, lucha por la posesión de losmedios de producción que sostienene imponen las ideas (estéticas) do­mi~antes. Trabajando en la mismaI(nea del Gramsci que piensa "Iaorgan ización material de la cultura",Brecht ve en la literatura un campodonde la lucha de clases no es unasimple lucha de "ideas" sino unalUCha material por el control de losaParatos ideológicos que regulan laprOducción cultural. "Los grandes~Paratos culturales dirigen el trabajoIntelectual y determinan su valor"

.Enuna SOciedad dividida en clases exis­~~ varias 11estéticas" posibles, dis-~ntos intereses culturales: las cla­s~s dominantes imponen sus "crite­r·os"S- ' no por su cualidad universal,tIno POrque tienen los medios ma-eri~les que permiten difundir sus

CódigoS de clase como verdades uní­~sales. "La clase que dispone de,OS medios de producción ,materia-,~ -:-había escrito Marx- disponel)r.rnlSmo tiempo de los medios deIIIaduCCión espirituales". En el mis­'t o sentido, para Brecht los valores~Stos dominantes no son otra~.que la. expresión ideal (en estetiat 11 estética, de las relaciones so-tel,tI. dominantes. O mejor: son lastlll"C!ones materiales dominantes"i$t~for~adas en "ideas" (estéticas).afirrn •. aSt .no es casual que Brechtbi6n ~, que la burguesía posee tam­Q1oritl,,~1 modo de producción de 18

lOa· . . .LJ'ROS, Marzo-Abril 1976

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Para Brecht la cultura constituyedentro de una sociedad d~ clasesun privilegio y un instrumento dedominación: a través de los aparatosideológicos la cultura se transformaen un sistema material que reprodu­ce -y afirma- en un nivel específi­co las condiciones sociales de pro­ducción. O para decirlo con suspalabras: "A través de los aparatosla sociedad absorbe todo lo que ne­cesita para autoreproducirse" (1 ).

De este modo la literatura cumpleuna función orgánica en el campoideológico: difunde y "estetiza" losmodos de vida, las costumbres, losusos sociales, las creencias que ayu­dan a sostener -en un nivel parti­ticular- la hegemonía de las cia­ses dominantes.

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Sin embargo es precisamente enesta función orgánica de la literaturadonde Brecht (con el manejo diá­fano de la dialéctica que caracterizasu pensamiento) encuentra el cos­tado, digamos así, "positivo" de lasituación. Para él este proceso "vie­ne a echar luz sobre la manera comohoy las cosas espirituales se con­vierten en materiales" (161). El mo-do de producción capitalista trans­forma toda~ las relaciones "espiri­tuales" (también las estéticas y en­tre ellas las del escritor burgués consu clase) en lazos económicos. Lafunción social del arte está definidano por las ilusiones ideológicas delos artistas, sino por la producciónde mercancías. A partir de ahí Brechthace ver (cfr. su excelente trabajo:El proceso de los tres centavos, unexperimento sociol6gico págs. 95­152) la contradicción antagónica en-tre las ideologías estéticas (creadororiginal, artista "Ubre", el genio "ins­pirado" y el gran hombre como rea­lización del humanismo burgués, etc)y los intereses económicos que de­ciden la producción y la circulacióndel arte en el sistema capitalista. Es­te proceso de mercantilización es-

1 Esta cita pertenece a uno de los en­sayos de Brecht sobre teatro que fuetraducido por Adolfo Sánchez Vázquezcon el título de "Novedaies formales yrefuncionalizaci6n artística"; en el volumencolectivo EIÑtie» y M.rxiuno, México,ERA, 1970 T.t ~tJ. 161.

tética aparece como una crítica prác­, tica a "Ia idea de un fenómeno .in­violable llamado arte, que se alimen-ta de lo humano" (145). -

Lo que Brecht señala es quelos aparatos culturales no estánal servicio del arte, ni siquieraal servicio exclusivo de cierta ideo­logía artística: su función es orgá­nica porque son los encargados desubordinar el arte y la ideología alas necesidades objetivas de la repro­ducción capitalista. El momento "po-sitivo" de la situación está enque, de hecho, se borra el aura ro­mántica, espiritual izada que rodeay encubre el trabajo artístico. La ilu­sión de un artista libre y desinteresa­do que elabora "espontáneamente"sus obras para un público de igualesestá sometida a la prueba de realidadde los aparatos culturales. "La cul­tura burguesa (escribe memorable­mente Brecht) no es lo que ellapiensa de la práctica burguesa" (148).

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De este modo Brecht subraya elcarácter sintomático de la cuJturlburguesa que no es (no puede ser)consciente de su propia articulaciónmaterial. O dicho de otro modo:pa­ra Brecht los aparatos culturales ("enla época del gran capital con COI­

tumbres idealistas")solo pueden pro­ducir síntomas. Un ejemplo de estoes la crítica brechtiana al papel dela crítica ("culinaria"). Reguladoresdel mercado específico de las disci­plinas artísticas, los críticos burgue­ses son simples administradores delarte: en última instancia su funci6nes la de aumentar o disminuir tasventas y mantener en funcionamien­to la competencia. En el fondo Joscr rticos trabajan todos con una fic­ción teórica: la de un sistema devalores independiente del dinero. Pa­r,a Brecht el más "refinado" críticode arte en el capitalismo es el dineroy el "gusto" estético no es otra co­58 que una sublimación de la ca­pacidad adquisitiva. ("Sin conoci­mientos técnicos el dulcemente in­sípido Hijo perdido de Bosch queprodujo 385.000 francos no vale ni3,50 francos. ¿Pero quién puedeprocurarse. esa erudición técnica?Sencillamente es demasiado care"68). La crítica es una mercancíainmaterial, destinada a un mercadoespecífico de mercancías inmateria­les que circulan por los canales con.

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cretas de los aparatos culturales. Eneste proceso su función ideológicaestá controlada por las necesidadesde la producción capitalista: distraeal públ ico de las cond ici ones mate­riales de la práctica art ística paramejor imponer la ilusión de un arte"libre" y por encima de las clases.En este nivel el "gusto" estéticoes un modo de sublimar las relacio­nes materiales, o mejor: un clichéideológico destinado a resolver ima­ginariamente la contradicción anta­gónica entre el arte y el capitalismo."No reconocen el gusto como mer­cancía o medio de combate de unaclase determinada, sino que lo erigencomo absoluto". (119).

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La crítica brechtiana se instala enel centro mismo de esa contradicciónentre capital ismo y arte (a la que porlo demás ya se había referido Marx)sin elegir ninguno de los dos tér­minos. Lo que hace es realizar unadoble crítica: por un lado muestraqUe las condiciones de la economíaburguesa exigen que las relacionesSociales (también las relaciones so­ciales estéticas) se ocultan bajo elvelo del mercado: destaca el papelorgánico de los aparatos culturalesen este proceso y anal iza a la litera­tura como un campo material dela lUCha de clases. Por otro lado se­ñala que la producción literaria debeSer redefinida constantemente sinadmitir una "esencia" del arte.EsqUiva de este modo el error idea­lista de cierta cra'tica de izquierda-a la manera de Adorno y la escue­la de Frankfurt- que en su rechazode "la industria cultural" recae en~n humanismo fatal ista y aristocrá­tiCO. "El concepto de arte contie-ne algo así como una hostilidad ha­cia los aparatos. Lo puramente 'hu­mano' (= artístico) es imaginado~in aparatos. en una forma que poro tanto no existe" (150). Para~recht se trata de evitar la ilusiónIdealista de concebir el arte comolana Cualidad "humana" inmutable Y~"istórica que es preciso preservare la degradación a que la somete la

"Ora', cldad de los aparatos cultura-" "S' da.· I el concepto de obra e,rte ya no puede mantenerse paraya cosa que resulta de transformart na obra en mercancía, entoncesenemas . .Co que Suprimir ese concepto

n cautela pero con denuedo, a no

LOS LI8ROS, Marzo-Abril 1975

ser que queramos liquidar conjun­tamente la función de esa cosa, puestiene que pasar por esa fase" (sub­rayo yo 147).

En este nivel el aporte de Brechta una teoría marxista de la produc­ción artística es fundamental. Pro­fundizando los análisis de Tinianov(véase el problema de las relacionesentre serie socia I y serie literaria enla evolución literaria. Teorla de laliteratura de los formalistas rusos,Ed. Signos p. 89)) redefine a partirde esta situaciÓn objetiva la funciónsocial del arte. Para Brecht la prác­tica estética debe revolucionar cons­tantemente sus propias convencionesdel mismo modo que en la econo­mía el desarrollo de las fuerzas pro­ductivas revoluciona constantementelos medios de producción.

En esta línea, Brecht define a laliteratura "como una práctica so-cial humana, con propiedades es­pecíficas y una historia propia, peroa pesar de todo una práctica entreotras, vinculada con otras" (276). Esen la relación entre esa práctica es­pecífica y las otras prácticas sociales(económica, ideológica, política)donde Brecht encuentra histórica­mente el cambio de función del arte.Como había planteado Walter Ben­jamin: "En lugar de preguntarse cuáles la posición de una obra en rela­ción con las condiciones de produc­ción de una época, hay que pregun­tarse cuál es su posición en el inte­rior de esas condiciones de produc­ción. Esta pregunta afronta directa­mente la función que tiene una obraen el interior de esas relaciones deproducción" (Walter Benjamin,Essaies sur Bertolt Brecht, Maspero,1969, pág. 110, subrayo yo).

La actividad artística actúa en elinterior de relacion~s históricas de­terminadas y está vinculada con lapráctica dominante en cada forma­ción social (por ejemplo, en el feu­dalismo con la ideología religiosa).La función depende de la articula­ción con esa práctica dominante yluego con el resto de las prácticasy por fin con su propia historia. Estetejido de relaciones es el que modifi-

. ca la función de la literatura en elinterior de las relaciones sociales.

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Sobre esta base Brecht definelos criterios que permiten pensar lanueva función de la literatura: "Ia

nueva producción" (como la llamaBrecht) debe encontrar su lugar enla sociedad a partir del enlace conuna práctica fundamental: la luchade clases. En este sentido para Brechtla significación ideológica del arte,el modo de producción, las formasde distribución y de consumo, elpúblico, los protocolos de lectura,el lugar del escritor en esa práctica,es deci r, el sistema literario en suconjunto está determinado por tosintereses de clase y son los interesesde clase los que en cada caso decidenqué cosa es el arte y a quién (paraqué) "sirve".

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Brecht parafrasea a Lenin: "No­sotros derivamos nuestra estética ynuestra moral de las necesidades denuestra lucha".

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Al mismo tiempo la práctica li­teraria defi ne su intervención en lalucha de clases a partir de estanueva función.

En este sentido es preciso cambiarde lugar el debate sobre el papel delescritor y sus tareas específicas enla lucha ideológica. "En lo que hacea su posici ón frente a la sociedadla mayoría de nuestros escritores sonvíctimas de un error muy cómodo:se piensan independientes. Todo estoproviene de que no saben en quéconsiste su función de trabajadoresintelectuales despojados de sus me­dios de producción. (Como aparente­mente no los necesitan, piensan queno están despojados de esos me­dios). Olvidan que entre sus mediosde producción se encuentran no só­lo las máquinas impresoras y lasque fabrican papel, la prensa, elteatro, las sociedades literarias, laslibrerías, etc., que simplemente exi­gen materias primas y por lo tantotrabajo intelectual, sino también cier­ta cantidad de opiniones, etc.". (B.Brecht: Las tareas de la nueva críti­ca, en revista Crisis NO 22, febrero1975 pág. 49). Brecht no piensa lafunción social del escritor aislando-o mejor: considerando separada­mente- su trabajo individual: trata_de definir el lugar de ese trabajo in­dividual en el interior de una pro­ducción social llamada "Iiteratu­ra". De este modo vuelve a des­cartar la ideología romántica quehace del creador solitario (marginal,

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maldito, incomprendido) el imagina­rio "destructor" de los va lores bur­gueses. Critico materialista, Brechtanaliza esa ilusión ideológica comoun efecto del sistema. Frente al avan­ce de la mercantilización estéticael escritor niega el proceso en blo­que: se retira, tiende a considerarsecada vez más separado de la socie­dad, se piensa como un individuomarginado, es decir, libre de cual­quier lazo social. Invirtiendo la ideo­logía burguesa si n negarl a, se refugiaen una libertad ideal: desligado ima­ginariamente de las relaciones sociales se juega todo a las cualidades"humanas", "expresivas" de su obra.Brecht rechaza este robinsonismo li­terario: niega que 'a "separaciónpoética" preserve y asegure a la li­teratura en el capital ismo. Es parala burguesia que la "poesía" nacecontra la producción material: deeste modo, la cn'tica brechtiana abar­ca un campo más amplio y apuntaa la lógica misma de apropiaciónburguesa de la riqueza "espiritual"como momento no productivo. Loque Brecht hace ver es que el capita­lismo aporta, no sólo el fundamentoindividualista que permite la admi­ración de talentos "originales" y laideología del genio, sino los funda-.mentas económicos que identificanvalor y rareza.

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Brecht realiza un doble trabajocrítico: por un lado desmonta laeconomfa compensatoria de estaideología de la literatura que en lospoderes "ilimitados" del creadorsublima la realidad del trabajo asa­lariado; por otro lado define el lugardel escritor no por lo que éstepiensa de su práctica, s ino por laposición de esa práctica en el inte­rior de las relaciones de producción.liLa fuga de los medios de produc­ción de manos del productor signi­fica la proletarización del produc­tor: el intelectual, al igual que elobrero, no tiene para poner en elproceso de producción más que sufuerza de trabajo, pero su fuerza,esto es: él mismo, no es nada fue­ra de él, y exactamente igual queen el caso del obrero, necesita pro­gresivamente los medios de produc­ción para el aprovechamiento de sufuerza. La socialización de los me­dios de producción es para el arteuna cuestión vital" (111).

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De este modo la 1iteratura estácruzada especificamente por la luchade clases. El escritor debe ligar supráctica a la revolucionaria de las ma­sas (no por abstractos imperativos mo·rales si no) porque esta lucha, en lamedida que cuestiona el poder de lasclases dominantes, es la única que,en última instancia, puede resolvertambién los problemas del escritor enrelaci ón con las cond iciones materia­les de su producción. Para esto espreci so descartar la idea de una re­sistencia sol itaria (y entre sol itarios)que exaspera el momento subjetivoy -moral izante de la "elección" y el

"compromiso".2 El énfasis en la indi­vidual idad del escritor el sentido deeficacia aislada, de cada obra en par­ticular, significa el abandono del­momento social y objetivo de lapráctica 1iteraria. Para Brecht en cam­bio se trata de definir al escritorcomo un productor desposeído desus medios de producción cuyas ta­reas (poi {ticas, ideológicas, literarias)son también sociales y están ligadasorgánicamente con la lucha revo­lucionaria.

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Por otro lado la literatura es unfrente particular de la lucha de cia­ses: también en el interior de esecampo es preciso definir una posi­ción revolucionaria. Un ejemplo deesto es la teor {a del efecto de dis­tanciamiento: el teatro libra unalucha especffica contra los modosde representaci ón cri stal izados en laescena burguesa (identificación, ilu­sión, mimesis, etc). -Para Brecht ac­tuar poi éticamente significa tambiéncrear un nuevo lenguaje artístico,rechazar los presupuestos de la re­tórica burguesa ("La nueva produc­ción no pretende satisfacer a la vie­ja estética sino destruirla"). Lapráctica brechtiana tiene siempre sumomento semántico: desmontar lasconvenciones y los códigos lingüís­ticos impuestos como naturales yeternos por las clases dominantes es

2 Brecht se opone frontal mente al sub­jetivismo voluntarista de la teoría sartreanadel compromiso. De allí lo desdichado deltítulo con el que fueron traducidos, enla edición española que comentamos, losEnsayos sobre arte y líteratura.

un modo de hacer ver la coherenciaentre un sistema de signos artísticosy un sistema ideológico de campor-­tamientos y de juicios. Para Brechtmodificar los procedi mientas que re­gulan la producción artística es unmodo de intervenir específicamente-a nivel del lenguaje y de los usos so­ciales de la significación- en la lu­cha de clases.

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Es' a partir de esta concepción deconjunto de la práctica literaria quedebemos leer las posiciones de Brechten su polémica con George Lukacssobre el problema del realismo. Eldebate se desarrolló durante la dé­cada del 30 en las páginas de larevista Das World (publicada en ale-mán, en Moscú); las intervencionesde Brecht se mantuvieron en sUmayor parte inéditas y son hoy unOde los centros de interés fundamentalde sus ensayos (ver Sobre el realiS­mo, oágs. 207 a 283).

En el debate Lukacs acusa aBrecht de formalista y sostiene que'el real ismo social ista debe utilizarla forma "racional" de la gran nO"vela burguesa del XIX (Balzac, Tols­toi), rechazar las innovaciones "d~"

cadentes" de los escritores de van­guardia (Kafka, Joyce, etc.). Luka~resume su posición en una disyunta­va imperi osa: l Kafka o ThornasMann? y Brecht opta sin dudar porKafka. No se trata para él de unproblema de gusto personal o de."modernidad": lo que está en juegOes una cuestión clásica en el mar~

xismo. Para decirlo con una fórmulaleninista: la qué herencia renuncia"mas? Es decir ¿cuál debe ser la re;lación de la crítica marxista con epasado cultural y las tradiciones ar"tísticas? 11 Acá se llevan a cabO lu"chas, no siempre relevos. La tornade posesión de 'la herencia' n9 esun proceso sin lucha" (231). SegúnBrecht, Lukacs defiende una con­cepción organicista, no dialéctica-de,la historia de la literatura: sin te"

d · ·'n lOSner en cuenta la contra ICCIO '"momentos de ruptura, concibe u~progreso "armónico" y lineal de logéneros y los estilos. Por otro ladoal fundar el real ismo socialista SO"bre el modelo de la novela burg~sa, Lukacs desplaza hacia la literatlJ.,.

una concepción reformista: el SOC~lismo (en este caso literario) n.ace "reformar, mejorar, hacer progresar

modo de producción burgués en unaContinuidad natural sin luchas ni frac­turas. ("Lo nuevo -escribe, en cam­bio, Brecht- debe superar a lo viejo,Pero debe tener a 'lo viejo superadoen sí mismo, debe abolirlo, conser­vándalo. Hay cosas nuevas, pero es­tas surgen de la lucha con lo viejo,no sin ello, no del aire libre" 229).Al Considerar universal, inmutable,"racional" una forma literaria histó­rica y de clase, Lukacs reproduce dehecho la mistificación que Marx cri­tica en los economistas burgueses:imposibilidad de pensar más allá delhorizonte ideológico de una clasePara la que su modo de producciónes "natural" eterno "racional"."Para un mil'itante de' la lucha declases como Lukacs representa unrecorte asombroso de la historia eleliminar casi completamente de lahistoria de la literatura la lucha declases" (231).

14

Para Brecht las técnicas, los es­..tilos, los procedimientos no tienenuna eficacia propia y duradera fuerade su función histórica y de clase.Definir el realismo significa subordi­nar esa definición al lugar que laPráctica literaria tiene en el interiorde relaciones sociales determinadas:el verosímil que excluye o retieneel "efecto realista" varía según las~Iases y las épocas. Lo que era rea-Ista en un momento, puede dejar

de serlo, lo que no era realista enu~a época puede serlo para otra,dice Brecht quien no sólo elige aI(afka contra Thomas Mann sinoqUe considera real ista a Shelley o a~Wift pero no a Sholojov (ver p.36). "Es importante para la prácti-~ del escritor realista que la teo­rla literaria comprenda al realismoen relación con sus d isti ntas funcio­nes sociales" (286).

15

f Por otro lado Brecht se opone~Ontalrnente a la concepción estéti·t¡ de Lukacs que piensa la Iiteratu­eru.a partir de la distinción idealistani re forma y contenido. Brechtta~ esa diferencia: define la lite­y Ura en términos de producciónSinPor lo tanto no habla de formascte ~ de. técnicas, de instrumentosEn rabaJo, de medios de producción.

este nivel real iza otro de sus gran-

los liaROS, M.rzo-Abril1975

des aportes a la crítica marxista.Para Brecht un medio de producciónes un corte transversal en la defini­ci ón de las artes de una época: no lamúsica, la literatura o el teatro,sino cierto modo de producir undeterminado efecto estético: porejemplo el sistema dodecafónico, elmonólogo interior o el efecto dedistanciamiento. ("Un cierto humorno es solamente el producto decircunstancias materiales sino tam­bién un medio de producción" dicehablando del efecto de distancia­miento, 116). Un medio de produc­ción tampoco es un género o unaforma sino un conjunto de proce­dimientos o mejor de técnicas. ("Ta-les innovaciones -Joyce, Kafka, 00­blin- hay que explicarlas como prác­ticas técnicas, no sólo como formasde expresión de ingenuos" 208).Como la literatura es pe nsada siem­pre en términos de producción, lasinnovaciones de los escritores devanguardia no son (como para Lu­kacs) "irracionales", arbitrarias:Brecht considera el medio expresivocomo lengua y no como habla, esdecir, la técnica literaria no comoacto de creación individual sino co­mo un momento objetivo, social,ligado al desarrollo de las fuerzasproductivas. ("En estos trabajos -di­ce refiriéndose a Joyce- están tam­bién representadas ~n cierta medidafuerzas productivas" 267). ParaBrecht la ciencia y la técnica influ­yen directamente en este proceso ysirven de puente entre la prácticaestética y las fuerzas productivas.Basta ver el modo en que (siguien­do en esto a Walter Benjamin) piensala influencia de los mass media o delos métodos de reproducción mecj­nica, del psicoanálisis o de la dialéc­tica materialista en el desarrollo dela producción artística. Un ~jemplopuede ser su opinión 'sobre el ca­pítulo de Molly Bloom en el Ulises."EI capítulo diffcilmente hubiera si­do escri to si n Freud. Los reprochesque recogió el autor fueron losmismos que sufrió Freud en su día.Llovían: pornografía, placer morbo­so en la sordidez, valoración exce­siva de todo cuanto acontece delombligo para abajo y así sucesiva­mente. Sorprendentemente se unie­ron también a esta locura algunosmarxistas que añadieron con repug­nancia la expresión pequeño burgués.Como medio técnico el monólogointerior fue rechazado, se lo llamó

formalista. Nunca he comprendidoel motivo" (221).

16

Esta distinta concepción de lapráctica literaria es central en lapolémica; al negar la oposición for­ma/contenido Brecht desplaza la dis­cusión y concentra su crítica: el for­malista es Lukacs, dice, que olvidala lucha de clases y define al rea­lismo por sus características forma­les. Para Brecht el real ismo no esun simple 'método de composición,"no es una cuestión de formas":es una posición de clase.

17

El realismo brechtiano combinadisti ntas técn icas e instrumentos detrabajo para producir un efecto derealidad. En este sentido para Brechtno es real ista quien "refleja" lareal idad (yen sus ensayos no hablanunca de la teoría del reflejo) sinoquien es capaz de producir otrarealidad. ("No soy realista, soy unmaterialista; escapo del realismo yen­do hacia la realidad" decía Eisesteincon palabras que parecen de Brecht).Esta otra real ¡dad es "artificial",construida, tiene leyes propias yexhibe sus convenciones. Estas leyes,estas convenciones están determina­das por una posición "realista" (esdecir, de clase) respecto al funciona­miento de la realidad, a las fuerzasen lucha, a las tendencias dominan­tes, etc. En este proceso la catego­ría de la contradicción pasa a ser lofundamental. Para Brecht la litera­tura es una práctica de la contra­dicción: su materia prima son lascontradicciones, es decir, en últimainstancia, las realizaciones ideológicascontradictorias (jurídicas, religiosas,poi íticas, morales, literarias) de po­siciones de clase determinadas. Serrealista es poner esas contradiccionesen escena, hacerlas visibles, "mostrarlos antagonismos sociales sin solu·cionarlos" subraya Brecht, (151 ). lafunción del realismo es plantearpre­guntas, crear interrogantes, mostrarla lógica y los intereses de clase delas posiciones en eonfticto sin re­solver imagi nariamente las contra­dicciones. "La dialéctica ofrece laposibilidad de hablar de las dos el.ses sin renunciar a la parcialidad¿Cómo vamos a combatir sin ella? "(151 ).

9

Publicación del Comité Central delPartido Comunista Revolucionario de

la Argentina

teoría y política

Editorial: Junto al pueblo peronista.

Golpeando en el corazón de la oligarquía. El

movimiento obrero rural.

Carta de un obrero rural.

Teoría de la dependencia: inútil contra el viejo

amo, útil para el nuevo.

Tercer Mundo: una gran fuerza motriz que impulsa

el avance de la historia mundial.

Ascenso del Tercer Mundo y declinación del

hegemonismo

Pídala en. quioscos

Abril- Junio de 1975Año VI - NO 14

Sumario

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Distribuye: Distribuidora del Este - Casilla deCorreo 4624, Correo Central.T.E. 37-1475, Buenos Aires

(• Carlos Echagüe, El otro imperialismo

La Unión Soviética después del XX Congresodel PCUS, la Unión Soviética, el otroimperialismo: este ensayo da cuentaminuciosamente de la restauración del capitalismoen la URSS, de su actual carácter de superpotenciaimperialista.

• Polémica China - URSSCartas enviadas por el Partido Comunista de Chinaal PCUS

Director:Torcuato S. Di Tella

DESARROLLO ECONOMICO

Revista de Ciencias SocialesPublicación trimestral delINSTITUTO DE DESARROLLOECONOMICO y SOCIAL (IDE.~)

Volumen 15 Abril-Junio de 1975 NO 57

REVISTADE CIENCIAS'DE LAEDUCACION

número 12 - setiembre de 1974Artícul05

PABLO GERCHUNOFF y JUAN J. LLACH: Capitalismoindustrial. desarrollo asociado y distribución del in·greso entre los dos gobiernos peronistas: 1950-1972.

JUAN CARLOS DE PABLO: Precios relativos. distribu­ción del ingreso y planes de estabilización: la expe­riencia argentina durante 1967-70.

CR ISTOBAL KA Y: Chile: Evaluación del programa dereforma agraria de la Unidad Popular.

JORGE PILONE: Los condicionantes ideológicos delconcepto y de la evaluación de los recursos humanos.

HERACLlO BONILLA: La expansión comercial britá­nica en el Perú.

ComunicacioMl

LOUISE DOYON: El crecimiento sindical bajo el pero·nismo.

H. Lagrange: A PROPOSITO DE LA ESCUELA.Críticas a un enfoque de Althusser

G. Edelstein y A. Rodríguez: EL METODO:FACTOR DEFINITORIO Y UNIFICADOR DELA INSTRUMENTACION DIDACTICA.

,. Hernández: DISCRIMINACION ETNICA ENLA ESCUELA.

INFORMES DE MESAS DE TRABAJO DE LASUNIVERSIDADES DE LA PLATA Y DE CUYOY DEL INSTITUTO SUPERIOR DELPROFESORADO.

Critica de Libros· Informeciones - ReMlia Bibliogrifica COMENTARIOS DEBIBLlOGRAFICA.

LIBROS. INFORMACloN

........i

Educación y políticaen América Latina=Juan Carlos Tedescos

L. educación 8n 81 proyectoPopulista

Si bien algunos de los momentosen los que la' clase media ejerció el~der antes de 1930 pudieron con­enet características populistas, re­~tvaltlOS esta denominación para las;:.rnas poi íticas vigentes en algunosd :ses Con posterioridad a la crisis~ aí'lo 30 que permitieron la in·te tPotación de los sectores popula­~ -fundamentalmente compuestoso.; .Clase obrera- a la vida política.va/la.ltlente, las diferencias entre el

!lUISItlO brasilei\o, el peronismo aro

LOSLlaROS, Merzo-Abril1975

gentino, la revolución nacionalistaboliviana, el cardenismo en México,etc., son muy significativas; sin em­bargo, todos estos fenómenos com­parten algunas características comu­nes importantes que pueden ser se·ñaladas como generalizaciones váli·das para caracterizar el fenómeno ensu conjunto l

.

I Sobre el populismo latinoamericano.los trabajos más importantes pueden ver·se en G. Germani. T.S. Di Tella. O. lanni.Populismo y contradicciones de clBse enLBtinoamérica. México, Ediciones Era.1973. Francisco Weffort. "El populismo

El aí'io 1930 y la crisis económi·ca que sacudió al mundo capitalistamodificó importantes aspectos de lasituación de los países latinoamerica­nos. El "desarrollo hacia afuera"ya no podía ser sostenido en unmundo que carecía de divisas, ce­rraba sus vías comerciales y tendíaal autoabastecimiento. En estas con·

en la politica brasilei\a" en Varios au­tores. Brasil hoy, México. Siglo XX 1,1968. Una visión general, pero muy de­sigual. puede verse en Ghit8 lonescu yErnest Gellner (comp.) Populismo; sussignificados y característicss nacional_Buenos Aires, Amorrortu. 1970.

11

diciones fue inevitable que Latino­américa iniciara un nuevo ciclo don­de se tendiera a reemplazar cen pro­ducción local las importaciones quehasta ese momento se adquirían enlos países centrales. Este proceso-conocido como industrializaciónpor sustitución de importaciones­tuvo ma'nifestaciones distintas segúnlas situaciones previas que cada pa íspresentaba2

• Sin embargo, y a pe­sar de las diferencias, la sustituciónde importaciones permitió un incre­mento significativo de la producciónlocal de algunas ramas industriales,especialmente aquellas de artículosde consumo directo (alimentos, tex­tiles, artefactos eléctricos, etc.). Estetipo de producción industrial noprodujo, ni mucho menos, la rup­tura de las relaciones de dependen­cia. El cambio de situación coinci­dió con modificaciones importantesen los países centrales donde -envirtud del avance tecnológico ace­lerado- se comenzaba a promovermás la exportación de equipos ymaquinarias en desuso que la delos ar.tículos manufacturados. En de­finitiva, la dependencia cambió designo; a partir de la década del30 se basará más en la necesidadde importar tecnología, equipos, ma­quinaria, combustible, materias pri­mas industriales, etc. y no produc­tos terminados; al mismo tiempo,el centro hegemónico mundial setrasladó de Gra n Bretaña a los Es­tados Unidos.

Estas modificaciones en la estruc­tura productiva de América Latinatraerán aparejadas consecuencias nomenos importantes en los planossocial, político e ideológico. El cre­cimiento industrial tendió, por ra­zones obvias, a concentrarse en losgrandes centros urbanos y hacia ellosse dirigió una masa migratoria deorigen rural que cambió la compo­sición tanto cuantitativa como cuali­tativa de la clase obrera de la re­gión. La presencia masiva de estaclase obrera sin experiencia poi íticani gremial previa y el crecimientode los sectores de la burguesía in­dustrial que aprovecharon la nuevacoyuntura creó las condiciones so­ciales para un cambio importanteen la estructura del poder político.

2Véase o. Sunkel V P. Paz, El sub-

dfllll"ollo latinoamericano y /a teorla deldBlllrrol/o, México, Siglo XXI, 1970, pp.344-380.

12

Sin embargo! las nuevas eXJ?8rienciasde poder no llegaron a expresarclara y únicamente los intereses deuna clase. La industrialización sus­titutiva, impuesta por condicionesexternas y adaptada a los interesesdominantes internos, tenía límitesmuy definidos que se manifestabanpoi íticamente por la posibilidad yla necesidad de acuerdos entre sec­tores que compatibiJizaban sus in­tereses a través de fórmulas quecontemplaran los reclamos de todos.IIEn su expresión formal -sostuvie­ron Cardoso y Faletto- el juegopoi ítico-social en la fase de indus­trialización sustitutiva consistirá enlos acuerdos y alianzas que las fuer­zas sociales puedan constituir, y queexprese el nuevo equilibrio de poder;en el mismo participan y disputansu hegemonía tanto los sectoresagroexportadores y fi na ncieros co­mo los sectores medios e i.ndus­triales urbanos. Y, por otra parte,aparecen como objeto de domina­ción en algunos casos, o como basede sustentación en otros, los llama­dos sectores populares integrados porsus tres componentes típicos: la cia­se obrera, la masa popular urbanay la masa agraria,,3 .

En el marco de este juego poi íticodestinado a satisfacer in~ereses di­versos, el Estad'o fue la instanciadesde donde debió ejercerse el arbi­traje. Para hacerlo con garantías deéxito, tendió a constituirse con ungrado de independencia frente a cadasector mucho más importante que elhabitual en períodos de dominaciónmenos compartida. Las formas po­pulistas se dieron invariablementecon aumentos considerables del po­der estatal, que tomó a su cargola orientación de la actividad eco­nómica rompiendo los cánones libe­rales en ese sentido y asumiendoformas de control ideológico-poi íti­cas formalmente autoritarias.

La presencia popular en las alian­zas de clase que representaban losregímenes populistas sólo fue posiblea través de la satisfacción objetivade algunas de sus necesidades másinmediatas; esta forma de incorpora­ción de la clase obrera a la vidapoi ítica le permitió conquistar unalegislación social con importantes

3 F. Cardoso V E. Faletto, Deptlndsn­cía y desarrollo tJII AmériCll Latina, Mé­xico, Siglo XXI, 1969, pág. 105.

concesiones y una participación enla distribución del ingreso significa­tivamente mayor a la existente entodas las épocas anteriores. Pero nocabe duda que esta participaciónno llegó a modificar sustancialmentelas relaciones de dominación socialy el rol hegemónico de las fraccionesde la burguesía, entre las cuales-evidentemente- se destaca en esteperíodo el progresivo aumento designificación del sector industrial vin­culado al capital nacional. Las expe·riencias populistas constituyen, eneste sentido, la demostración de loslímites que tiene la "burguesía nacio-­nal" en el desempeño del liderazgode los procesos de liberación nacional.No podemos detenernos en el análisisde este tema que, por otra parte,ya ha sido analizado en otros lugarescon detenimiento.4 Nos reduciremos,en cambio, a señalar lo específicode esas limitaciones en cuanto a loscambios propuestos y real izados en elámbito de'l sistema educativo.

Los regímenes populistas hereda"ron un si stema educati va el itista des·de el punto de vista del accesocuantitativo de la población a loStres niveles del sistema y, además,orientado hacia modalidades tradicio­nales en cuanto a contenidos y orien­taciones. Frente a esto, la preocupa"­ción de los regímenes populistas fueampliar la matrícula todo lo posibley promover el desarrollo' de nuevasmodalidades ~e enseñanza, tales ca-·mo la de tipo industrial. Sus logroS,sin embargo, son muy desiguales.Pese a los proyectos anunciados, loSíndices de analfabetismo se mante"nían a fines de los años 50 el1

niveles de importancia considerables.Sólo siete países mostraban índicesinferiores al 20%, mientras que eJ

resto superaba holgadamente' es'porcentaje. .,

Si bien la situación educativa eJe .continente no sufrió modificacionessignificativas en cuanto a la demo·cratización del sistema escolar, algU"nos pa íses que pasaron por exP'"riencias populistas relativamente dÚ'"raderas muestran rasgos algodiferentes. El caso argentino, odP"!

."ejemplo, es uno de ellos. Las m '. "ficaciones más significativas pu.edtypercibirse en los niveles med.o

4 Véase, por ejemplo, Ruy rz:::.Marini, Subdesarrollo y revolución.-'ca, Siglo XXI, 1970.

sUperior del sistema educativo, dadoqUe la Argentina es uno de lospaíses latinoamericanos que se ca·racteriza por una expansión muytemprana de la enseñanza primaria.Así, mientras la enseñanza primariamantuvo tasas de creci miento delorden del 3010 en la década 1945-55,las de la enseñanza media fueron del8,4010 y la de la superior del 11,3% •

Estos datos adquieren una significa·ción mayor si se los compara con losregistrados en períodos anteriores yPosteriores a la década mencionada.En los tres niveies las tasas de cre­cimiento anual registrados en la dé·cada peronista son las más altas queregistra el sistema educativo desde1930 a la actualidad. 5

Si se anal izan Jos datos relativosa, la orientación de la matrícula, losresultados no fueron muy distintos.En 1960 el conjunto de los paísesde América Latina ofrecía una matrí­cula de enseñanza media en la cualcasi el 80% de los alumnos corres­Pondían a las modalidades clásicasdel baChillerato y la escuela normal.En el nivel superior, los estudiantesde ciencias exactas y naturales, in­geniería y agronomía no llegaban arepresentar el 23% de la matrículatotal. El análisis de este problematiene que ver fundamentalmente conlas limitaciones mismas de la indus­trialización por sustitución de im­Portaciones. Como se sabe, toda laPrimera etapa de este proceso -desde1930 hasta 1950 aproximadamente­~ basó en la sustitución de produc-Os de Consumo directo y en una

estructura productiva caracterizada~ la escasa complejidad tecnológicaEel uso extensivo de mano de obra.i n esas condiciones, todo el proceso

fndUstrial pudo realizarse sin requerirorma "rn. clan especial fuera del entrena-

p lento en el mismo proceso de~Odueción. Por otro lado, dado ella rácter importado de la tecnología,q formación de recursos humanos,:: los países latinoamericanos imple·fo ntaton no superó los niveles de

rtl\a "s, clon de obreros calificados. Nobi:r~~jo, en consecuencia, un cam·~~Irntlar en la organización der¡ard1os tecnológicos de nivel supe­SOSdSusceptible de garantizar proce-

'creación tecnológica autónoma.

s)1 fIá:::~e, David Willar, Poder po'"tico8u"'os '~n. El peron;smo y la CNAOP.tll\~i~res, Inst. Di Tella-CICE. 1970

loa·ll8ROS, Marzo-Abril 1975

Para ejemplificar esto que venimosdiciendo recurriremos nuevamente alcaso argentino. Los cambios en lacomposición de la matrícula que seregi straron en el nivel medio de laenseñanza no se corresponden conlas tendencias que se registran en elnivel superior. Así, mientras la en­señanza industrial. y técnica oasade representar un 13010 de la matrículaen 1945 a un 18010 en 1955, lamatr ícula de las carreras de ingenie­ría, ciencias exactas, agronomía ytecnología que, en 1945 representabaun 23% de la matrícula universitariatotal, en 1955 descendió a un 16%.

Esta falta de correspondencia en­tre las modificaciónes en uno y otronivel tiene que ver además que conlas limitaciones del proceso indus­trializador, con el origen social delos beneficiarios del proceso demo­cratizador. Es evidente que mientrasel aumento de matrícula en la escuelasecundaria inclua'a al conjunto de laclase media y a sectores populares,la democratización en la universidadfue socialmente mucho menos amplia.

Los cambios cuantitativos opera­dos en el sistema escolar, representansólo una parte de las modificacionesintroducidas por los regímenes po­pulistas en el sistema educativo. Enese período se dieron toda otra seriede modificaciones de orden cualitati­vo que pueden sintetizarse diciendoque el populismo representa el mo­mento en el cual los sistemas educati­vos asumen su carácter de aparatosideológicos de estado en forma másostensible. Con la crisis de la hege­monía oligárquica y de la ideologíaliberal sobre la cual esa oligarquíalegitimaba su poder, los nuevos sec­tores tuvieron que apelar a formasde coerción mucho más fuertes paraimponer su dominación. Este aumen­to de la coerción es visible· a partirde 1930' Y su manifestación en elsistema educativo se produjo a travésde la pérdida de la aparente neutrali­dad ideológica con que se desarrolla­ba hasta entonces. Los regímenespopulistas plantean al sistema educa­tivo un claro rol ideológico; la fun­ción del sistema educativo es definida,precisamente, en términos de impo­sición ideológica oficial que, tal comopuede verse por ejemplo en el 20Plan Quinquenal del gobierno pero­nista, se caracteri za por predicar laconciliación de clases, el sentidocristiano de la vida, la exaltaciónde la Nación como ente unificador

(con lo cual se da pie a un antiimpe­rialismo que, según los casos y losmomentos, adquirió un carácter máso menos marcado) y, por fin, laexaltación de las figuras de los líderesde estos procesos.6

Educación, desarrollismo y

tecnocracia

Las condiciones económicas y so­ciales que habían hecho posible laaparición y el mantenimiento de losregímenes populistas comenzaron amodificarse aproximadamente a par­tir de 1950. Por un lado, los preciosde los artículos de exportación -quehabían permitido retribuir a los sec­tores agrarios sin afectar demasiadosus intereses y, al mismo tiempo,financiar el proceso industrializador­bajaron significativamente su nivel.A su vez, la industrialización sustitu­tiva había superado ya las primerasfases de su desarrollo y afrontaba lasdificultades propias de etapas másavanzadas, caracterizadas por el ago­tamiento de la sustitución de bienesde consumo y la necesidad crecientede bienes de capital (maquinarias,mateiras primas industriales, etc.). Enestas condiciones se hacía imprescin­dible una inversión adicional a lahabitual (que era destinada a la repo.sición normal de equipos y maquina­rias en uso) y que en las condicionesde una economía capitalista depen­diente sólo podría obtenerse a expen­sas de esa inversión habitual oacudiendo a alguna forma de finan­ciamiento externo.' Agregado a todoesto hay que tener en cuenta queen la situación internacional se hab,íanproducido algunas modificacionesimportantes: la culminación de a.guerra de Corea yel propio desarrollodel capitalismo permitieron que lospaíses centrales estuvieran en condi­ciones de aumentar considerablemen­te su presión para que se permitieray garantizara la penetración de suscapitales e industrias en los paísesperiféricos.

En el marco de estas condiciones,

6 Un análisis de contenido de toslibros de lectura V otros materiales de l.época peronista puede verse en Julia SiI­ber, "EI objetivo nacionalista de la edu­caci6n V la incorporaci6n de la ensellenzareligiosa durante el perlodo peronilta",en Rfltlistll de Cienci8, de ", EdlK»Ci6n,Buenos Aires, NO 7 , abril de 1972.

7 V'_e O. Sunkel V P. Paz, op. cit.,

13

las posibilidades de mantenerse en elpoder por parte de las al ianzas po­pulistas se hicieron efímeras. Enpocos años y con características di­ferentes según los pa (ses, una seriede golpes de estado militares termina­ron con el desarrollo de estas expe­riencias. A partir de entonces,América Latina comenzó una etapade evolución caracterizada fundamen­tlamente por un sostenido aumentode la penetración imperial ¡sta y porla creciente inestabilidad políticaque se dio como reflejo de las luchasinternas entre los sectores que plan­teaban estrategias y formas de rela­ción distintas frente al imperialismoy los sectores que más intensamentesintieron el impacto de esa pe­netración.8

En su conjunto, la presencia impe­rialista en forma tan intensa y mani­fiesta introdujo una dosis de irracio­nalidad mucho mayor que la habitualen el desarrollo de la actividad pro­ductiva, poi ítica y social de AméricaLati na. Las contrad icci ones se exa­cerbaron y las crisis no sólo sehicieron más frecuente~ sino quedieron paso a la aparición de formasde expresión poi ítica inéditas hastaese momento.

La penetración económica se dio,básicamente, a través de inversionesen la industria, ya sea instalandofiliales locales de empresas extranje­ras o asociando el capital externocon empresas de capital nacional. 9

La actividad económica tendió aconcentrarse cada vez más en pocasunidades monopólicas, que incorpo­raban tecnolog{a moderna tambiénimportada de los países centrales.Las consecuencias de esta incorpora­ción de tecnología han sido estudia­das con detalle en otros trabajos,existiendo un consenso general en

8 Los análisis sobre esta etapa de vidapoi ítico..social latinoamericana son nume­rosos. A los ya citados de Cardoso yFaletto se pueden agregar, entre otro!'muchos, O. lanni, Imperialismo y culturadll la violencia en América Latina. Méxi­co, Siglo XXI, 1972. Theotonio Dos San­tos, Dependencia y cambio social, Sgo.de Chile, ceso, 1970. Theotonio DosSantos, Socialismo o fascismo, dilemalatinoamericano. Chile, E.P.A., 1969.

9 Un dato ilustrativo al respecto esel siguiente: el flujo neto de capital pro­veniente de los Estados Unidos para losaftos 1946-50 era de 300 millones dedólares; esta cifra se elevó a 1940 millo­nes en los afios 1956-60.

14

asignarle -en el marco de formacionessocia les capita listas depend ientes- unpapel importante en el retroceso quese advierte en la capacidad de laactividad industrial como generadorade fuentes de absorción de mano deobra. lo

La importancia de la penetracióneconómica y las características es­pec íficas que adoptó en esta etapase dieron acompañadas por un au­mento concomitante en la penetra­ción externa sobre las otras áreasde la estructura social. La influenciasobre el aparato poi ítico para ade­cuar la estructura administrativa,ideológica y hasta militar fue tam­bién muy intensa; en función deesta influencia, se produjo la apari­ci ón de vastos programas de "mo­dernización" de los aparatos institu­cionales más importantes de la vidasocial latinoamericana. Sin embargo,esos programas -expresados a travésde la oficialización de las metodolo­gías planificadoras- siguieron los vai­venes de la inestabilidad poi íticapermanente que caracterizó a lasnuevas formas de dominación social,inestabilidad que estuvo en funciónde diversos factores: la marginaciónpoi ética de los sectores populares yel aumento de las tasas de explota­ción, que creaban las condicionespara que desde los sectores explota­dos se desarrollaron activas formasde oposición; los conflictos profun­dos en el seno mismo de las distintasfracciones de las burguesías locales,ya que la tendencia a la concentra­ción y la desnacionalización crecien­te de la econom a'a afectaron dura­mente a los sectores más débilesde esas burguesa'as locales, etc.

Sobre estas bases, la inestabilidadfue, como se dijo, una de las carac­terísticas más sal ientes de la vidapoi ítica postpopulista. En esos años,lo que quedó demostrado fue lano viabilidad de los intentos de lo­gra r el desarrollo económico aso­ciándose al imperialismo y mante-

10 Sobre el problema de la tecnolo­gía puede consultarse Am ílear O. Herrera,Ciencia y polltica en América Latina.México, Siglo XXI, 1971, así como laselección de textos sobre el tema real iza­da por el mismo autor América Latina,ciencÍIJ y tecnologla en el desarrollo de lasociedad, Sgo. de Chile, Editorial Univer­sitaria, 1970 y los trabajos de OscarVarsavsky, Hacia una polltica cientlfic8nacional, Buenos Aires, Periferia, 1972 yotros.

niendo la vigencia de los patronesde vida poi ftica liberales. De ahíque, durante la década del 60, losmilitares volvieran a asumir en va­rios paIses de la región la conduc­ción del proceso a través de la im­plantación de dictaduras tecnocráti­cas, eficientes en garantizar el or­den social y sin tantas necesidadesde compromisos y concesiones po­Iiticas a los sectores marginados delpoder l

l. En el marco de estas dossituaci ones poI t'ticas -reg ímenes de­mo-liberales y dictaduras militares­se insertan las nuevas propuestaseducacionales que, -como ya fueraseñalado por varios autores- no re­flejan en forma lineal ni mecánica lascondiciones impuestas en el conjun­to de la estructura socia 1.

Para tratar de sistematizar un po­co el conjunto de aspectos impor­tantes de las nuevas propuestas edu­cativas, hemos preferido analizar se­paradamente los planes concretoSque se postularon en este períodopor un lado y algunos de los prin­cipales rasgos que adquiriera la rea"lidad educativa latinoamericana porotro.

Con respecto a esto último, lopri mero que puede señalarse se re­fiere a la concepción con la cualse encararon los problemas educa"cionales. La modernización se tra"dujo, en este sentido, en la intro­ducción de las técnicas dél planea"miento al ámbito educacional Y enla consideración de la educación ca"mo un hecho económico. Desde estepunto de vista, la educación teníacomo función básica formar los re"cursos humanos para el aparato prO"ductivo; en relación con este augeteórico, diversos países de AméricaLatina encararon -conjuntamentecon organismos internacionales- '~realización de diagnósticos de la S'"

tuación educacional en relación a lade"estructura ocupacional y a las

mandas del aparato productivO, tra·tanda de implementar políticas edU­cacionales que ajustaran puntuarme:te la oferta de recursos huma"con las demandas reales de las flJer~zas productivas. las críticas a esta"metodolog ías han sido frecuentes ,e,,,los últimos años, a partir, espec~.

·pSh:J1'

mente, de dos hechos princl ,s'el carácter ideológico de los sLlPO "tos sobre los que ellas re posan '/

&it11 Véase Ruy Mauro Marini, ".

rol que jugaron las planificacionesmismas al dar fundamento "cientí­fico" a algunas poI t'ticas educaciona­les coherentes con los intereses de lossectores dominantes. No vamos arepeti r aqu" esas cr fticas, sino quesólo destacaremos el hecho de quetampoco desde el punto de vistade su eficacia interna, estos análisispudieron garantizar éxitos importan­tes. En última instancia, su utiliza­ción se apoya en el supuesto segúnel cual el comportamiento de lasdiferentes partes de la estructurasocial puede ser encarado racional­mente a parti r de las necesidades delaparato productivo, necesidades que,en el caso de varias de las metodolo­gías uti Iizadas, era n proyectadas to­mando como modelo la estructurade los pa íses centrales. Por encimade las limitaciones naturales de unplanteo como ese, las técnicas plani­ficadoras enfrentaron un problemamucho más elemental. Sintéticamen­te, este problema podría ser expre­sado como una contradicción entrefa racionalidad con la cual operanlas planificaciones y la racionalidaddel sistema productivo. La racionali­dad de los planificadores -aún'den­tro de los límites de una racionali­dad capitalista- los conducía a pos­tular la necesidad de resolver algunosproblemas principales de los sistemaseducativos latinoamericanos, tales co­mo la deserción escolar, el analfa­betismo, la desactualización de los

. COntenidos, etc., problemas que enla lógica del capitalismo dependientetienen una funcionalidad importan­te que ningún plan puede recono­cerles.

Someramente planteados, estosheChos determinaron que poco aPoco las planificaciones y los or­ganismos de planificación no supe­raran los marcos de las meras re­COmendaciones, generalmente no asu­midas por los órganos de poder. Ensu Conjunto, esto que acabamos dedescribir puede ser considerado co­rno Una de las contradicciones pro­Pia$ de la nueva situación de Amé­rica Lati na: necesidad de adecuar el

funcionamiento del sistema educati­Vo a un criterio de racionalidad ba­sado en el funcionamiento del apa­rato productivo, que se caracterizaPrecisamente por su profunda irra­cionalidad. La contradicción se re­SOlvió, en este caso, por el lado derelegar las planificaciones educativasal nivel de las buenas intenciones.

lOS LIBROS, Marzo-Abril 1975

Una segunda contradicción, rela­cionada estrechamente con la ante­rior, deviene de la evolución de lamatrícula en este período. Todoslos planes educativos formulados enesos momentos contienen como unobjetivo prioritario la ampliación dela matrícula escolar, ampliación que-como lo demue~tra el cuadro- tu­vo ritmos de crecimiento muy in­tenso en los tres niveles.

La base de esta ampliación gene­ral de la matrícula residió, ademásde en la permanente presión deri­vada de la percepción del sistemaeducativo como una fuente de pres­tigio y de ascenso social, en lasnuevas condiciones sociales vigentesen América Latina. Por un lado, elcrecimiento económico basado en laindustrial ización planteó exigenciascada vez mayores en térmi nos decalificación de la mano de obra. Deah í que los nuevos planes educativospostularan el aumento de la matrí­cula, pero -al mismo tiempo, sureorientación hacia modalidades másvi nculadas a la producción. Especial­mente en los niveles medio y supe­rior, estas postulaciones fueron sis­temáticas y se pueden ver claramenteexpresadas en los documentos másimportantes del pert'odo.

Por otro lado, la industrializaciónmisma creaba la necesidad de contarcon .mercados internos capaces deabsorber el producto de esa manu..factura, para lo cual aparecía comonecesario -en la conciencia de al­gunos sectores de las clases domi ..nantes- incorporar al circuito deconsumo a grandes masas de pobla­ción marginal. Una de las formasconcebidas para lograrlo era, preci­samente, dotarlos de los mecanismosbásicos que permitieran su integra­ción a las pautas de. consumo im­puestos socialmente.

Pero las condiciones en las cualesla expansión de la matrícula se fuerealizando determinaron, primero,que adquiriera car:acterísticas muydiferentes a las pensadas por losplanificadores y segundo, que sudesarrollo se fuera convirtiendo enun factor insoluble dentro de losmarcos del capitalismo dependiente.

Muy someramente, podrt'a expli­carse todo esto a través de las si­guientes proposiciones:

a) los intentos de modificar lasorientaciones de la matr ícula fraca­saron notoriamente. En la enseñan­za media, por ejemplo, se advierte

que un 77 % del aumento registradoentre 1960 y 1970 corresponde a lasmodalidades tradicionales de la en­señanza secundaria, mientras que só­lo el 23% restante pertenece a laenseñanza técnica. La base de estefracaso reside, fundamentalmente,en que la industrialización depen­diente incorpora tecnología cada vezmás compleja y que requiere progre­sivamente menos mano de obra parasu manejo. De esta forma, si bienla presencia de recursos humanos ca­lificados en mayor proporción quelos necesarios permitía a los empre­sarios mantener los salarios a nive­les bajos, las orientaciones técnicasno pudieron ofrecer atractivos ca­paces de superar las motivacionesclásicas hacia las carreras tradicio­nales.

b) El aumento de la matrículatuvo como beneficiario social másimportante a la clase media. Estopuede comprobarse a través de losdatos sobre la evol ución de la matr í­cula en los diferentes niveles de en­señanza. La enseñanza primaria nosólo creció a un ritmo más lentoque el resto del sistema sino quelas tasas de desgranamiento disminu­yeron (y siguen haciéndolo) signifi­cativamente el valor del crecimientode la matrfcula y determinan que só­ro un sector reducido de los queingresaron puedan completar el ci­clo. Pero como lo ·han demostradoalgunos trabajos recientes! 2, el pro­greso de los últimos años se ha ca­racterizado por asegurarles a los quelogran finalizar la primaria una ma­yor probabilidad de permanecer den­tro del sistema escolar completandolos niveles medio y superior. Se haconformado así una estructura edu­cacional basada en la existencia deuna gran masa de población analfa­beta o sub-educada y otro sectorque tiende cada vez más a educarseen los niveles más altos ofrecidospor la enseñanza sistemática. TomásVasconi ha descripto -apoyándoseen los trabajos antes cita<1os- estasituación en los siguientes términos:

12 Por ejemplo, Aldo Solad, "Algun.paradojas del desarrollo de la educaci6nen América Latina", en Revista Latino­americsrr. de CiencÍlls Socia'es, Flacso,Sgo. de Chile, 1971, NO 1/2 Y Germ6nN. Rama, "Educación media y esturctur.social en América Latina", en Retli,taLatinOllmericaNl de CiencÍlls Socia/tls, Flac..so, Sgo. de Chile, 1972, NO 3.

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"Por un lado, un proletariado ysubproletariado, de bajísimo~ nivelesde instrucción -y, en general, deexistencia- sometidos a ·un intenso

.proceso de superexplotación; porotro, una clase dominante que, parahacer efecti vo su proyecto y afi rmarla legalidad de su dominación, ne­cesita hacer concesiones a los secto­res de la pequeña burguesía y delas capas medias, las que, a cambiode su apoyo, obtienen una cuotarelativamente importante de, parti­cipación en los beneficios del siste­ma. Si objetivamente, el proceso deconcentración monopólica va des­plazando progresivamente a estossectores de la propiedad de los me­dios de producción, otros mecanis­mos, como el crecimiento de la bu­rocracia pública y privada y de losservicios en genera 1, abre oportuni­dades nuevas de ocupación, opor­tunidades cuyo aprovechamiento exi­ge un tránsito más o menos prolon­gado por los Aparatos edu­cativos"} 3 •

Pero sin embargo, el desarrollode esta situación está planteandocontradicciones cada vez menos so­lubles. Por un lado, el rol mismode las clases medias frente a' procesode desarrollo económico ha variado.Si bien ellas fueron el agente a tra­vés del cual se implementó la pene­tración imperialista en los primerosmomentos del post-populismo (es­pecíficamente en los momentos devigencia "desarrollista") las nuevasformas de dominación expresadas através de las dictaduras tecnocráti­cos-militares tienclen' a excluirlas yano sólo de los beneficios económicossino de la participación política ydel control de los aparatos ideoló­gico-culturales. Por otro lado, la ex­pansión de los sectores no-produc­tivos de la actividad social parecehaber llegado -al menos en los paí­ses más avanzados de la región- aun límite en el cual sólo puedecontinuar desarrollándose a costa decorrflictos agudos y, como reflejo deesto, cada vez se advierten mayoresdificultades para absorber la ofertade personal en esas áreas. Estas di­ficultades han volcado a vastos gru­pos de las capas medias a la adop-

13 Tomás A. Vasconi, "Ideología, lu­cha de clases y aparatos educativos en éldesarrollo de América Latina", en Cua­dern(Jf de Educación, Venezuela, 1974,NO 12/13, pág. 86.

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ción de formas violentas de recla­mos, una de cuyas manifestacionesmás conocidas y divulgadas es laagitación poi ítica que sacudió a lasuniversidades latinoamericanas en laúltima década, agitación que estuvoen función del vuelco del movi­miento estudiantil hacia las expre­siones poi íticas más radicalizadas dela izquierda marxista.

Nos queda, en este intento porcaracterizar globalmente los rasgosprincipales de la nueva realidad edu­cativa de la región, referirnos a unproblema que hace específicamenteal rol ideológico del sistema educati­vo. A diferencia de los regímenespopulistas que, como vimos, dota­ban explícita y ostensiblemente alsistema educativo de una funciónideológica, las nuevas configuracio­nes de poder optaron por una pre­tendida "des-ideologización" de laeducación sistemática, que se tradujoen la implantación de esquemas tec­nacráticos y cientificistas. Comple-.mentariamente, si el sistema educati­vo dejaba de ser la agencia encarga­da de la formación ideológica de laclase poi ítica, ésta función debíaser trasladada a otro ámbito. Eneste sentido, no' hubo soluciones uni­for'mes, pero en conjunto puede ad­vertirse que esa función comenzó arecaer en ámbitos más controlablesque el sistema educativo masivo: laenseñanza pri vada, las institucioneseducativas de las FF.AA., etc.

El resultado de esta orientaciónde la potítica educacional fue muydesigual según los niveles de ense­ñanza. La universidad, sin dudas, fuela que recibió el impacto más fuertey la que asimiló en buena medidaesa influencia. Recursos financierosy de todo tipo fueron puestos a dis­posición de ese esquema y un vastoplan de penetración fue desarrolla­do a nivel continental para adecuarfa formaci&rt de los "recursos huma­nos" de nivel super.ior a esquemasfuncionales a las necesidades y mo­dal idades de trabajo cient ífico pro­pio de las metrópolis. Una vasta li­teratura al respecto nos exime, aquí,de mayores comentarios l 4 . •

14 Por ejemplo, NACLA, Ciencia y.neocolonialismo, Buenos Aires, Periferia,1971, Tomás A. Vasconi e 1. Reca, Mo­dernización y crisis' en la universidad la­tinoamericana, Sgo. de Chile, CESO, 1971.Darcy Ribeiro, La universidad latinoame­ricána, Montevideo, Universidad de la Re­pública, 1968.

La enseñanza media, en cambio,no pudo ser modificada con la mis­ma profundidad. Aquí, la "des-idéo­logización" con contenido tecnocrá­tico no pasó de ser una aspiraciónmodernizante no concretada. La cau­sa de este fracaso no debe buscarseen un solo factor sino en un conjuntode circunstancias. Quizás una de lasprincipales se relacione, precisamen­te, con la forma especffica a travésde la cual se articulan los interesesde la clase media con respecto aeste nivel de la enseñanza. Al con­trario de las características que losintentos de reforma tuvieron en launiversidad, las reformas de la en­señanza media persegu ían objetiva­mente el propósito de desviar el ac­ceso a la universidad planteandovías alternativas que no sólo care­cían del prestigio de los títulos uni­versitarios sino que, además, eranvías muertas en cuanto a su desarro­llo posterior. Si a esto unimos elcarácter "manual" de las nuevas al­ternativas propuestas, no será difícilimaginar el rechazo que tuvieronpor parte del conjunto de la clasemedia, destinataria social de esasreformas.

Además de este factor, la resi-s­tencia de la enseñanza media frentea los cambios propuestos puede ex­plicarse por la presencia de otroselementos importantes que, en suconjunto, constituyen todo aquelloque permite hablar de la estructurade la enseñanza media como un mo­delo de rigidez y anacronismo. Nu­merosos estudios han analizado esteproblema, que se arrastra desde ha­ce ya mucho tiempo,'y han mostra­do que si bien la "des-ideologiza­ción" intentada desde la perspectivacientificista-tecnocrática no pudoconcretarse, ella se logró a través,precisamente, de -un largo procesoen el cual la enseñanza media fuequedando totalmente vacía de con­tenidos que tuvieran algo que vercon la realidad y dondf: las fórmu­las metodológicas más frecuentes re·sultan incapaces de generar un de­sarrollo mínimamente creativo dela inteligencia! 5 •

1 5 Sobre este punto puede verse elartículo de Telma Barreiro de Nudler,"La educaci6n V los mecanismos ocultosde la .alienaci6n", en Revista de Ciencial 'de la Educaci6n, Buenos Aires, abril de1974, NO 11.

Paulo Freire y la pedagogíade la concientización

Carlos Mallo

LOS LIBROS, Marzo-Abril 1975 17

La corriente pedagógica que co­loca como núcleo de la acción edu­cativa a la " concientización" ha de­sarrollado y desarrolla sus experien­cias tomando como fundamento teó­rico -es deci r, en cuanto gu ía parala acción- la obra del educadorbrasileño Paulo Freire. Aqu í nosproponemos un examen crítico dela producción teórica de Freire, ha­bida cuenta de la proyección quehan alcanzado sus propuestas -teó­ricas y prácticas- no sólo en elámbito educativo y cultural latino­americano, sino también en otrospa{ses del llamado "tercer mundo",e inclusive en algunos países deEuropa occidental l

.

Sin embargo, la extraordinaria di­fusión alcanzada por la obra deFreire, y la general ización y adop­ción de algunos de sus puntos devista o de sus indicaciones técnicaspor parte de muchos educadores, essolamente uno de los motivos quenos incitaron a abordar la cuestión.Expliquémonos. En una de sus obrasprincipales, Freire ha escrito: " Losoprimidos han de ser el ejemplo desí mismos en la lucha por su re­dención. La pedagogía del oprimi­do, que busca la restauración de laintersubjetividad, aparece como lapedagogía del hombre, [...l esta pe­dagogía no puede ser elaborada nipracticada por los opresores. Seríauna contradicción si los opresores.­no solo defendiesen si no practicasenuna educación liberadora". "Sin em­bargo, si la práctica de esta educa­ción implica el poder político y silos oprimidos no lo tienen, ¿cómoreal izar entonces, la pedagogía deloprimido antes de la revolución?(...l podemos afirmar que un primeraspecto de esta indagaci ó n radica enla distinción que debe hacerse entrela educación sistemática, que sólopuede transformarse con el poder, ylos trabajos educativos que debenser realizados con los oprimidos, enel proceso de su organización". (Pe-

1 Algunas argumentaciones de Freire,para citar un ejemplo, se encuentran ex­plícita o implícitament~ presentes en lapolémica sobre Iván IlIich desarrollada enItalia, publicada por la Revista de Cienciasde /a educación (Año 3, nO 10, octubrede 1973, pp. 3-34). Anotemos por otrolado que si bien la obra de Paulo Freirehu es el único aporte teórico de la peda-

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dagogla del oprimido, Siglo XXI,Ss. As., 1973, pp. 52-53).

Afirmaciones como la que trans­cribimos -que no es sino una mues­tra del tipo de reflexiones en lasque abunda la obra de Freire- re­presentan uno de los momentos máscríticos de la pedagogía elaborada enlos marcos culturales del capitalismodependiente latinoamericano a par­tir de la década de 1960. Las refle­xiones de Freire -cuestionadoras dela acción educativa tradicional y del"rol" del educador en la perpetua­ción de la "opresión" - provenien­tes de una experiencia educativa di­recta con los sectores más margina­dos y explotados de la sociedad bra­sileña y de otros pa{ses latinoame­ricanos, tienen, asimismo, el valorde poner la cuestión educativa entérminos poi {ticos, denunciando lafalacia de la "neutralidad valorativa"y ci ent ífica de la educación. Laafirmación de que la cuestión edu­cativa es una cuestión de poder, yde que la acción de educar puedeconvertirse en un instrumento dela lucha por la liberación, viene li­gada en la pedagogía de la con­cientización con la reivindicacióndela democratización de la cultura y laimpugnación de la educación elitistay aristocratizante. Todos estos plan­teamientos representan, además, elintento más lúcido de los gruposde educadores vinculados a una tra­dición y una formación cristianas yque adoptan la actitud "radical" deque habla Freire en La educacióncomo práctica de la libertad, y to­man el camino -en cuanto educa­dores individuales- de "comprome­terse" junto. a los oprim idos (parausar su .propia terminología).

Ahora bien, puesto que nos pro­ponemos señalar algunas de las limi­taciones conceptuales de esta peda­gogía -que se traducen en una mo­dalidad determinada de práctica palí­tica-, se nos permitirá adelantaralgunas precisiones acerca de la me­todología que nos orienta: 10) nosha interesado sobre todo elaborar

gogia de la concientización, es al menosla más vasta y coherente; por lo demás,en ella se reflejan las diversas reformulacio­nes a que fue sometida la teoría porexigencias de la práctica. Para una indica­ción bibliográfica casi exhaustiva, cfr.:Carlos Mallo: "Educación popular: lcon­cientización o práctica revolucionaria?"en Los Libros, nO 38, Ss. As., pp. 27-29.

una crítica conceptual a la pedagogíade la concientización en su versión

"definitiva", es decir, sobre la basede los conceptos fundamentales quecaracterizan a esta pedagogía desdesus pri meras formulaciones hasta elpresente, conceptos básicos a los queFreire y sus seguidores no han re­nunciado hasta el momento. De ahíque, si tomamos muy en cuenta elmodo en que ha evolucionado laconcepción de Freire y los con­dicionamientos en los que se sitúadicha evolución, ese no es, de cual­quier manera, el tema dominantede nuestro trabajo.

20 ) Si discutimos la coherenciateórica de la pedagog ía de la con­cientización es porque nos situamosen el punto de vista que busca laelaboración de una concepción ma­terialista de la "cuestión educativa".Por tanto, nuestra discusión acerca deaquella coherencia teórica se sitúaalternativamente en el discurso deFreire, por un lado, y, por otro lado,en el contraste de éste con los desa­rrollos actuales de la concepciónmaterialista a la que procuramos con­tribuir. Dicho de otro modo, nuestratarea debe permitir vislumbrar losnexos materiales entre educación ysociedad, y, particularmente, losnexos existentes entre la educacióny el sistema capitalista, y esbozar,al mismo tiempo, los instrumentosconceptuales que contribuyan a com­prender y desarrollar la crítica dela cuestión educativa, desentrañandodesde el seno mismo de una perspec­tiva situada en la lucha de clases,el verdadero sentido que adquiere laeducación en una sociedad en la queel mediatizador entre los hombreses el capital. Los límites entre re­forma y revolución en este terreno,comenzarán as í a despejarse.

Deberá entenderse, en consecuen­cia, que no intentamos de ningunamanera aislar la concepción teóri­ca formulada en los diversos escritosde Freire para analizarla como unaesfera autónoma -la de la llamada"práctica teórica"- como si fueraposible dejar de lado sus determina­ciones metodológicas, técnicas, prác­ticas, ideológicas o poi íticas. As", silos diversos aspectos de la cuestióneducativa -tal como ella se planteaen el contexto de la pedagogía de laconcientización, cuyo carácter críticonos parece un inmejorable punto departida para ensayar una contribucióna la crítica de la pedagogía burguesa

en general- aparecen aquí separados,ello obedece solamente a la economíade la exposición. Desde el punto devista conceptual, en cambio, nuestroobjeto se constituye en la tramade esas múltiples determinaciones. 2

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Las experiencias en "alfabetiza­ción de adultos" constituyen el terre­no práctico a partir del cual PauloFreire elabora una serie de intentosalllplios de sistematización de unateoría educacional, cuya progresión

2 No consideramos válida, en este:~tido, la distinción Que propone Gui-errno García en su crítica a La educación

':11'I0 prlÍctica de la libertad y PedagogíaIel o,primido, en el número ya citado de~ Revista de CiencÍIIs de la Educación."lIí, García sostiene que los dos librosPUeden ser analizados desde uno de estos

~untos de vista: 10 técnico; 20 teórico".en seguida: "Nosotros nos abocamos

~Uí al análisis de lo referente al segundoqUnto de vista, primero porque creemosel.Ie el aspecto técnico está avalado en"Ste caso por una larga práctica efectivad~~ crítica o discusión correspondiente

e leran hacerse también a la luz de otrasl(Pe .

Cr rlencias concretas, y segundo porquede~rnos que este es el aspecto más débil

as Obras de Freire". (Guillermo García:

lOS LIBROS, Marzo-Abril 1975

5.. ...• •

teórica puede situarse en tres obrasfundamentales: La educación comopráctica de la libertad, Pedagogía deloprimido y Acción cultural para lalibertad. Esta secuencia, que es tam­bién cronológica, se completa conuna considerable cantidad de artícu­los, entrevistas, charlas, conferenciasy otros textos de distintos nivelesde circulación, en los que se abordan,con diferentes grados de complejidadteórica, los ejes temáticos de la pe­dagogía de la concientización.

La "alfabetización de adultos", ylos problemas de la educación popu-

"Teoría de la educación y revolución",en Rev. de Ciencias de la educación,op. cit., p. 62-63.

Nos preguntamos si aqu í García noadvirtió Que la cuestión de la técnica es,por sus consecuencias prácticas, de vitalimportancia para una crítica de la teoría.No se trata, al plantear la cuestión de latécnica, de resolver expeditivamente y porvía estadística, si este método es máseficaz para lograr Que los analfabexosaprendan a leer y escribir, que otros mé­todos conocidos. Se trata de despejar laestructura ideológica y poi{tica sobre la quese encuentra montado este conjunto deprocedimientos y esto es fundamental paracriticar cualquier "pedagogía", incluidala de la concientización. García denunciaacertadamente "la oscuridad teórica QUf.

lar en general, proocupaban a Freiredesde sus primeras experiencias edu­cativas (según afirma Julio Barreiroen el prólogo a La educación. ..,éstas se remontarían a 1947). Sinembargo, a partir de la gestión deldesarrollismo en el gobierno de Brasil(1960-1964) esa preocupación pudotraducirse en experiencias concretasde aplicación de un método ya casidefinitivamente consolidado con losaños de experimentación y práctica,y en la elaboración de un proyectode alfabetización masiva con posibi­lidades de ser implementado a escalanacional. El golpe militar de 1964impidió concretar aquel proyecto,

• pero las experiencias en,{)tros paíseslatinoamericanos, y su propia evo­lución teórica, fueron permitiendo aFreire perfeccionar y corregir algunosaspectos conceptuales de su pedago­gía, sin modificar no obstante, lastesis centrales de la teoría de la accióneducativa como "concienti zación" .

Freire recapitula en más de unaocasión el origen y alcances delproyecto? La idea surge a partirdel trabajo de "concientización" em­prendido por Freire con un equipode estudiantes de la Universidad delNordeste (Recife). Este trabajo con­sistía en un acercamiento a los cam­pesinos y otros sectores populares através de la organización de "círculosde cultura", ámbitos de reunión ydiscusión de problemas ligados a la"realidad brasileña", y que partíande un esquema metodológico basado

envuelve a menudo el discurso de Freire",pero a pesar de esa oscuridad teórica elproblema apuntado no escapa al propic:1Freire: "El análisis crítico descubrirá enlos métodos y textos usados por educado­res y estudiantes un cuadro práctico devalores, el cual revela una filosofía delhombre, bien o mal esbozada, coherenteo incoherente. Sólo algunas personas conalguna mentalidad mecanicista, a la cualMarx llamaría "groseramente materialista",podría reducir la tarea de alfabetizaciónde adultos a una acción puram"nte técnica.Sólo un enfoque ingenuo ele esa tarea,sería incapaz de percibir que la propiatécnica usada por los hombres como uninstrumento de orientación no es neutral."paulo Freire: Acci6n cultural para laliberted, Ed. Tierra Nueva, Bs. As.,1975, p. 19.

3 En Acci6n . . " afirma: "En plenacultura del silencio, en Brasil, empecé,como hombre Que soy del Tercer Mundo,a elaborar no un método mecánico parala alfabetización de adultos, sino unateoría educacional engendrada en les pro­pias entraftas de la cultura del silencio."Op. cit., p. 13.

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en el concepto antropológico decultura. Al referirse a ese trabajo,Freire cuenta: "Luego de seis mesesde experiencia, nos preguntábamo$si no sería posible 'hacer algo en laalfabetización del adulto, con unmétodo también activo que nos dieseresultados similares a los que venía­mos obteniendo al anal izar los as­pectos de la realidad brasileña.""Desde luego, descartamos cualquierhipótesis de una alfabetización pu­ramente mecánica. Pensábamos en laalfabetización del hombre brasileñocomo una toma de conciencia en laingerencia, que hiciera en nuestrarealidad. Un trabajo con el cual in­tentásemos junto a la alfabetización,cambiar la ingenuidad en criticidad."(La educación. . .J.

Las preguntas y consideracionesque sugiere esta presentación. delproblema son varias. Veamos. Enprimer lugar, recordamos las justasimputaciones de varios críticos deFreire respecto de la oscuridad de sudiscurso teórico. Esta se manifiestaen aquel párrafo -como en muchosotros- en expresiones como la de"alfabeti zación del adulto" o "alfa­betización del hombre brasileno". Sevuelve a expresar, así, en un nivel deexcesiva generalidad y homogeneiza­ción, una real idad específica y pro­fundamente heterogénea. Esa espe­cificidad y heterogeneidad han sidoexpresadas en un lenguaje teórica­mente incoherente.4

La cuestión de la "alfabetizaciónde los adultos" es, en realidad, otracuestión: el analfabetismo no es unproblema del '''hombre brasileño"sino la exclusión pata los trabajadoresdel campo y la ciudad, de un accesopleno al terreno de la cu Itura acu­mulada históricamente, y una con-

4 En una entrevista concedida él do­centes y alumnos de la UniversidadCat61ica de Chile, hace una, crítica de sulenguaje en estos primeros libros: "Puedeser que yo no haya sido capaz de con­ceptuar. Puede que no haya sido capazde ser lo bastante claro. Y esta es otracosa que '/0 critico y que ustedes nocriticaron: el lenguaje del libro. Lenguajeque pertenece a un pequeño bu'rgué¡profesor de universidad, que al escribiréste libro, no se había aburrido todavíacomo, profesor". (. . .)

"Yo estoy convencido que es p03ibledeci r un montón de cosas sofisticadas enlenguaje del pueblo, o por lo menos en unlenguaje más o menos accesible, aunquesiempre habrá problemas de lenguaje.Aqu í I en cierto momento, para que tú

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secuencia específica de la forma queasume la organización de la culturaen los pa íses dependientes del impe­rialismo, así como en determinadossectores de las propias áreas metro­poi itanas. Pero esta incoherencia dellenguaje respecto de la práctica, estainadecuación de los conceptos queteorizan la práctica, no sólo indicanuna -ideologización -como reconoceFreire en una entrevista ya citada­sino una escisión entre teoría y prác­tica, que signa el carácter permanen­temente contradicto'rio y ambiguode la pedagogía de la concientización.Esta pedagogía parte de una "con­cepción del mundo" y de la vidasocial, cuyo grado de coherenciaconstituye la indicación más adecua­da de las consecuencias ideológicas,poi íticas y sociales de su puesta enpráctica. Esto lo advierte' el propioFreire, cuando anota: ". . .todapráctica educacional implica una pos­tura teórica por parte del educador.y esta postura teórica implica -aveces más, a veces menos implícita­mente- una interpretación del mun­da y del hombre." (Acción . .., op.cit., p. 17).

Sobre esta dimensión volvemos enseguida. Nos interesa en cambio haceruna segunda consideración acerca deI.a presentación de las experienciasen "alfabetización de adultos" quereal iza Freire. Estas experiencias queél luego teoriza, ¿se desarrollan enun vacío teórico y poi ítico? Cierta­mente no. Se desarrollan en un con­texto histórico y social que Freirese esfuerza por caracterizar a sumanera, y en el seno de un proyectopolítico determinado. Es decir, par­ten de una teoría y se sitúan en uncontexto poi ítico. Nos preguntamospues: ¿cómo conceptual iza Freirasus propios puntos de pa rtida para

teorices tu práctica, tienes que jugar conciertó lenguaje que, siendo conecptual,se hace abstracto. Y ahí te creas el pro­blema, sobre todo para aquellos que notuvieron la misma experiencia o que nuncafueron a conversar con el pueblo". En­trevista, en: Revista de Ciencias de laEducación, op. cit., p. 52.

A nuestro modo de ver, aquí Freires610 deja pla'nteado el problema de lainteligibilidad de 'su lenguaje, desde elpunto de vista de la complejidad o simpli­cidad que se requiere para abrir el discursoa una cantidad mayor de interlocutores,y no desde la perspectiva de la coherenciateórica del "mensaje", punto que nosparece de importancia crucial y que Freiremenciona, pe,ro no con relación a su obra.

orientar la aCt-:i6n educativa y con­cebirla como concientización? Ytambién, ¿cómo sitúa políticamenteel surgimiento de esta pedagogía?

Freire' parte de una, caracteriza­ción de la sociedad brasile~a, a laque incluye en una' tipología de laevo lución de las sociedades, tri buta..ria de la concepción sociológica fun­cionalista; se trata, en cierto modo,de una versióh simplificada de latipología desarrollista elaborada porW.W. Rostow. El modelo es aplica-

. ble a la historia de cualq uier socie­dad nacional, independientementede cuál sea el desarrollo alcanzadopor las fuerzas productivas, las rela­ciones de producción dominantes, ola organización social de la hegemo­nía. Como se verá, no simplementeun esquema didáctico, sino una "filo­sofía de la historia". Según el mo­delo, toda sociedad pasa ~ucesiva­

mente por (o queda fijada en algunode) estos tres estadios: la sociedadcerrada, la sociedad en trans¡ción yla sociedad abiertas.

Los criteri,os que permiten colocara una formación social en cualquie-,ra de estos tipos son heteróclitos,y se trata en genera I de rasgos su­perestrueturales. Cuando se tomanen consideración las determinacioneseconómicas, éstas parecen constituirapenas' un contexto inerte, una. "es­cena", y no la forma en que loshombres producen y reproducen lascondiciones materiales de su existen­cia. Con referencia al Brasil,. porejemplo, ;contexto en el que habráde desarrollar las experiencias de"concientización", Freire lo sitúa co­mo una sociedad "en transición", yen proceso de transformarse en unasociedad abierta, 'por obra de laposible "democratización fundamen­tal de la vida brasileña" que hubierapodido lograrse durante el gobiernode Goulart. En este sentido nos pa­rece importante detenernos en elaspecto que habrá de tener una re­lación más directa con la prácticaeducativa: el carácter poi ítico de laeducación. Veamos a través de c,Jálescategora'as se plantea esta concepciónla cuestión de la organización de lahegemonía de las clases dominantessobre el conjunto de las clases enpugna en ~a nación, con referencia alos países dependientes del imperia-

5 Cfr. La educación como prácticade la libertad, Pedagogla del oprimido,y Acción cultural para la libertad.

lismo,. y las conexiones de la eduCa­ción con esta cuestión.

Es indudable que Freire discuteestas relaciones en sus obras pri nci­pale~, adoptando ópticas diversas enlas que su concepción del Estado evo­luciona hacia la comprensión de lastesis marxistas-Ieninistas; sin embar­go, hay un concepto que permanecea to largo de su obra: el de la con­cientización.· Este concepto está te­matizada con frecuencia y sus deter­minaciones desarrolladas siguiendouna lógica detectable a lo largo dela secuencia de obras ya mencionada.En cambio, en la cuestión del Es­tado,. y, por lo tanto, en el problemade las relac.iones educación-hegemo­nía, y de las determinaciones queconfiguran esas relaciones, Freire sal­ta· de una óptica a otra, en una su­peración meramente enunciativa deanteri ores afi rmaciones suyas.

Se comprende, por tanto, que nohaya· en la obra de Freire una con­ceptualización homogénea de los pro­tagonistas del pasaje histórico de la"sociedad cerrada" a la "sociedadabierta". Nos habla del, pueblo, delas masas, de los oprimidos (o deloprimido en general), de los opre­sores y dominadores, de élites au­ténticas e inauténticas. En sus últi­mas obras, entran en escena tambiénlos' revolucionarios.

Pero, aparte de su insistencia enusar categorías vacías de especifici­dad, tales como "sociedad-objeto~',

"sociedad-refleja", etc., una de lasrecurrencias más notables -que con­dicjona te6ricamente lo que a nues­tro modo de ver es el error funda­mental .de' la pedagogía de la' con­cientización: la indiferenciación con­ceptual en la asignación de la funciónhistórica del educador colectivo- esla de la .polaridad "opresores-opri­midas", en, la que se inserta la prác­tica concientizadora.

Esta. forma de conceptualizar' losantagonismos sociales, pone una fuer,­te ambigüedad -cuy~s consecuen­cias poi íticas reformistas son·deduci­bies' directamente- a las reales 'con­diciones materiales de. existencia enqu~ se e¡'Cu.en~ran los individuos~i'stór¡camente determinados. La po-

,Iarida'd opresore$-oprimkf()~ (t~mada

como universal abstracto) pierde' devista. la diferencia hist6rica q~~ e~is- .te entre lo que va del eselavo ~I tra­balador asalariado, ya que,' si· bienen' I~ relación amo~sclavo' y en larelación capitalista-trabajador asala-

lOS LIBROS, Marzo-Abril 1975

riado existe opreSlon, ambas rela­c'iones no son idénticas. Justamente,lo común. no es lo específico de ta­les relaciones; por el contrario, sudi,ferencia es esencial para compren­der históricamente 'Ias relaciones en­tre capital y trabajo asalariado, re­laciones que corresponden al modo

. de producción dominante en Améri­ca Latina, a pesar del carácter de­formado y dependiente de su desa­rrollo capitalista. Así, Ia.s diferenciaspoi íticas que entrañan las diferentescondiciones históricas, y que son laclave del carácter revolucionario delproletariado, así como la necesidad

. histórica de su hegemonía quedanoscurecidas.

De otra parte, esta relación ca­pital-trabajo asalariado, presuponecomo ley necesaria la disociaciónentre propiedad y trabajo. En estesentido es incorrecto afirmar la tesisde la hegemont'a basada en una acu­mulación cuantitativa de poderma~

terial: "La búsqueda del ser más através del individualismo conduce alegolsta tener más, una forma de ser

.menos. .No es que no sea -repeti­mos- fundamental tener para ser.Precisamente porque lo' es, no puedeel tener de algunos convertirse en laobstaculización al tener de los de­más, robusteciendo así el poder delos primeros, con el cual aplastan a'los segundos dada su escasez depoder". (Pedagogla. . ., op. cit.,p. 99).

No ·es la carencia o la abundancialo determinante del' "ser" opresor uoprimido, sino la apropiación priva­da de los medios de producción, encontradicción con la producción so­cial de' la riqueza material. Ahorabien, la e~~lotación del trabajo asa-lariado por. et capital se plasma en laextracción de la plusval ía y si bienla plusvalía implica un estado gene­ralizado de opresión históricamentedeterminado, la opresión no implicanecesariamente extracción y apro­piación de plusvalía. En este senti~

do,· el primer paso que debemQ~',dar

no es la elaboración. de una peda­gogía del oprimido, sino la com­prens'ióndelos ·fuildamentos V de­terminaciones de la' ~agogía de laexplot~c'ión~ En eUa, SE advierte queel verdadero, sujeto. de" la educación .no .es' el educador individual, si­no el dipital en. su transfig'uración'en cuanto Estado capitalista; dichode otro .modo, nos parece difícilpensar una pedagogía revolucionaria

que en símis.ma pueda lograr la li­beración, mientras la reflexión' sobrela educaciÓn capitalista en el con­texto de la dependencia y 1as alter­nativas a ésta no se hallen insertasen un proyecto revolucionario másamplio hegemonizado por la clasetrabajadora.

Estas reflexiones se di rigen a plan~

tear el error te.órico fundamental de.Ia pedagogía de la coneientizac.ón.Para ello conviene recordar que Frei­re' repetidamente anota su deseo deno caer ni en una postura idealista,ni en un enfoque mecanicista de laeducación como concientización. Pe­ro esta expresión de deseos no estáavalada conceptualmente por Freire.En efecto, toda su teoría de la con­cientización -por evitar el mecani­cismo- olvida las condiciones ma­teriales de existencia V, por tanto,llega a la conclusión práctica de qúees la ~nciencia la que determina'el ser social. Nuestro punto de vistadefiende la tesis contraria, y 'noparece inútil precisar algo. más el fun­damento no mecanicista de estaperspectiva.

"Los hombres no se hacen en elsilencio, sino en la palabra,. en eltrabajo, en la acción, en la reflexión",nos dice Freire (Pedagogla . .., op.cit., p. 104). Es cierto, los hombresno se hacen en el silencio, se hacenen la procreación, en la relaciónnatural entre el hombre y la mujer,en eSa división' natural del trabajoque es la producción y reproducCiónde la vida. Es evidente que no escómo se hacen los hombres lo queFreire nos qu iere revela r: se tratamás bien de un intento por estable­cer los prin.cipios a través de 'los cua-­les poder comprender la "historiahumana". Pero no es partiendo dela categoría abstracta de hombre engeneral como es' posible aclarar dequé hombre estamos hablando. sólopartiendo de la consideración de .1'n­dividuos vivientes, de sus accio""V de sus condiciones materiales 'deexistencia -tanto aquellas "con lasque se han encontrado como lasengendradas por su propia acci6n"(Marx y Engels)- es posible. elabo-rar una historia humana., El hombre del que nos habla

Freire. .nun~ aparece produciendosu propia vida, no aparece tematiza­da dentro de la esfera de la produe- .ción social, sino a lo sumo en susrelaciones c;le apropiación abstrac­ta -no histórica- de la naturaleza.

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De modo que no toma nunca lascondiciones materiales de existenciaen que estos hombres se hallan co­mo base material en la que se desen­vuelve toda acción educativa, ni tam­poco a estas mismas condicionescomo elementos "educafivos". Losindividuos históricamente determina­dos aprenden una determinada for­ma de subsistencia, que es a la vezun producto histórico dado. Es eneste sentido que la educación noestá desligada del mundo del tra­bajo; más aún: con la aplicaciónde la ciencia y la técnica a la pro­ducción industrial -como fuerzasproductivas inmediatas- la educa­ción se inserta históricamente comouna dimensión constituyente de lapráctica socia l.

Surgiendo de la "concepción delmundo", esbozada en la obra dePaulo Freire, la pedagogía de laconcientización afirma que es posi­ble llegar a una sociedad "abierta",en la que los hombres dialogueneducándose entre sí, tratando dealcanzar una conciencia crítica. Elcarácter político de la educación fueplanteado. Veamos cómo ese planteose diluye:

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• " ...nadie educa a nadie, asícomo tampoco nadie se educa a símismo, los hombres se educan encomunión, mediatizados por el mun­do". (Pedagogla. . " op. cit., p. 90).

• 11 La educación auté ntica, repe-timos, no se hace de A para B ode A sobre B, sino de A con B,mediatizados por el mundo. Mun­do que impresiona y desafía a unosy otros originando visiones y pun­tos de vista en torno de él". (Id.ant., p.112).

• 11 La reflexión que se proponeser autént ica, no es sobre este hom­bre abstracción, ni sobre este mundosin hombre, sino sobre los hombresen sus relaciones con el mundo.Relaciones en las que conciencia ymundo se dan simultáneamente. Noexiste conciencia y mundo despuésy viceversa" (ibid., p. 93).

Retomemos la tipología ensayadapor Freire para expl icar la historiahumana. Ello nos permitirá com­prender tanto el concepto de la con­cientización como el camino y lasconclusiones poi íticas a las que con­duce, y, por consiguiente las razonesteóricas que obligan a Freire, paramantener la coherencia de su teo-

ría, a diluir su afirmación correctadel carácter poi íticamente no neutralde la práctica educativa.

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En Acción cultural para la liber·tad -el último de sus libros, en elque retoma la tipolog{a que hemoscomentado- Freire se propone11 • •• un análisis introductorio com·pleto de los niveles de concienciaen la realidad latinoamericana" (Ae·ción . .. , p. 65)6 .

¿Quiénes protagonizan el procesohistórico que Freire conceptualizacomo pasaje de la sociedad "ce·rrada" a la sociedad "abierta"? ¿Có­mo se produce la transformación dela conciencia de estos protagonis·tas? 7 .

Según Freire, el pueblo, las ma·sas populares, los oprimidos, poseenun nivel de conciencia determinado,que se corresponde con el tipo desociedad en el que están insertoS.Veamos la caracterización de dichoSniveles (la conciencia semi-intransiti·va, ia conciencia transitiva ingenuay la conciencia crítica): 11 La con·ciencia semi-intransitiva es típica delas $Oci edades cerradas [...] Su se·mi-intransitividad es una clase deceguera impuesta por las condicionesobjetivas." (¿Cuáles? ) "Debido a estaceguera, los únicos datos que puedenser comprendidos por la concienciadominada son los datos proporcio­nados por su experiencia de vida."(Acción . .., p. 72).

Pero,' ¿cómo se produce el pasajede la conciencia semi-intransitiva auna "fase superior"? 11 Bajo elimpacto de los cambi9s estructuralesproducidos por las pri meras rupturasen las sociedades lati noamericanas,

6 Cabe señalar que en esta obra sesobreimprime a aquella tipología la dis­tinción entre sociedad metropolitana " .sociedad dependiente. Sin embargo, Y apesar de que se habla de una diferenciScualitativa entre una y otra, se mantieneel concepto de que la $Oc¡edad depen·diente, una sociedad cerrada, habrá ~etransitar hacia una sociedad abierta, sinespecificar cuáles son las característicasde esta última.

7 No tomamos en cuenta el repetidOuso del concepto "revolución", porque,como puede comprobarse en una lectU'"atenta de Freire, éste identifica "revo'~ción" con la coyuntura de la toma dpoder, y no en cuanto proceso de c~trucción del socialismo.

ellas entran en la etapa de transiciónhistórica y cultural, algunas más in­tensamente que otras." (Acción . ..,p. 73). " . ..Una vez que las rupturasen las estructuras empiezan a aparecery que las sociedades entran en unper íodo de transición, los pri merosmovimientos de emergencia de lashasta aquí sumergidas y silenciosasmasas, empiezan inmediatamente amanifestarse". (Acción . .., p. 72). Latransición corresponde a "una nuevafase de la conciencia popular": la dela "transitividad ingehua". 8

La educación -concebida comopráctica concienti zadora- adquiereen la fase de transición a la sociedadabierta una función fundamental enel pasaje de las masas al nivel de la"conciencia cr ática" .

Pero la concientización ("...es­fuerzo por esclarecer al hombre sobrelos obstáculos que le impiden tenerUna clara percepción de la realidad")se propone ser "más que una simpletoma de conciencia", al implicar "unainserción cn'tica de la persona con­Cientizada en una realidad desmiti-'

8 Sin embargo, la menci6n de I~ de­terminación estructural, que parecieraencaminar este análisis a una 6ptica ma­terialista, vuelve a diluirse: "Aunque ladiferencia cualitativa entre la conciencia~m¡¡ntransitiva y la conciencia transitivaIngenua, puede ser explicada por el fen6­meno de emergencia debido a transforma­c·h10nes estructurales en la sociedad, noay fronteras claramente definidas entre

los momentos hist6ricos que producen~bios cualitativos en la conciencia delolllbre". (Acci6n • .•, p. 75)

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ficada" (Acción . .., p. 89). Esta "in­serción cr ítica" se produce graciasa la incorporación del conocimientocientífico y " a través de la praxis".Ahora bien, la praxis no es nuncauna praxis a-histórica e individual:es siempre histórica y social; al mismotiempo, el conocimiento científicoestá, por tanto, situado en unapráctica política que implica un inte­rés y una conciencia de clase de­terminada.

Es ci erto que Freire reconoce laexistencia de las clases sociales y dela lucha de clases -mérito que com­parte con los economistas burguesesdel siglo XIX- pero, en tanto estosconceptos no se insertan orgánica­mente en su obra, la ambigüedad yaseña lada de la polaridad opresores­oprimidos, le impide avanzar haciala comprensión de la necesidad histó­rica de la destrucción del aparatoy del poder del Estado capitalista,en la construcción del socialismo (ob­jetivo que no se plantea en sus obras).En su concepción concientizadora,queda oscurecida la real idad de lalucha de clases, en cuanto procesode destrucción de la sociedad capi­talista, y, consiguientemente, la cons­trucción de la sociedad socialista,que comienza con la irrupción vio­lenta de la clase trabajadora al poderpolítico, y evoluciona hacia su pau­latina hegemonía sobre el conjuntode las clases que pugnan en la forma­ción social en cuestión.

Por lo tanto, la pregunta: ¿Quiéneduca? , o ¿quién realiza la actividadconcientizadora? no quedan correc-

tamente respondidas en la obra deFreire, por cuanto en ella no seencuentra planteada con claridad cuáles el carácter de clase de la concienciacrítica a la que se quiere elevar alos "oprimidos", no se logra sabera través de qué tipo de organizaciónpoi ítica (o "cultural") llevarán a cabolos oprimidos la lucha por laliberación.

A nuestro modo de ver, hay unapregunta que Freire no se formulaclaramente, a la que si n embargoapunta todo su trabajo teórico, yque corresponde elaborar a partir desu crítica: ¿Es posible una prácticarevolucionaria en el ámbito de laeducación? La práctica revoluciona­ria en el ámbito de la educación nopuede quedar supeditada -como al­ternativa aislada a la educación ca­pitalista- a la "acción cultural parala libertad" o la acción concientiza­dora de educadores individuales. Paraque ella sea posible, será necesariosituarla bajo la égida de otro "educa­dor colectivo" que no sea el Estadocapitalista. Por tanto, un "educadorcolectivo" cuyo carácter de clase searadicalmente anticapitalista: una sa­ciedad poi ítica en la que la hegemoníacorresponda al proletariado. Es poresto que, no aceptamos la idea deque "nadie educa a nadie, los hom­bres se educan en comunidad media­tizados por el mundo" (Freire), yen cambio, preferimos afirmar quelas masas se educan a sí mismasen la práctica revolucionaria antesdurante y después de la toma deÍpoder.

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Las verdades que mienten

Marisa Bonazzi y UmbertoEco revisaron cuarenta y cincolibros de lectura de la escuelaelemental italiana, determina­ron los ejes temát icos funda­mentales (los pobres, el tra­bajo, el héroe y la patria, laescuela, razas y pueblos de 1atierra, la familia, Dios, la edu­cación cívica, los chicos quetrabajan, la historia patria, lalengua, la ciencia y la técnica,el dinero, la caridad.. ,l y apartir de ellos construyeronuna antología en cuyo prólo­go Eco afirma: "La máximaaspiración sería que esta reco­pilación se convirtiera en elúnico libro de texto adoptadopor las escuelas, sobre el cuallos niños por lo menos se edu­cafl'an en reconocer y juzgarlas mentiras que se les intentaexponer". Tal objetivo de 're­conocimiento' articula la an­tologl'a; se trataría de poner enevidencia, mediante títulos ycomentariOS, en general inge­niosos y carentes de solemni·dad, el carácter fa Iso, menti­roso -tal como lo señala eltítulo de la versión castellana,traducida por Andrés Sikirkoy editada por Editorial TiempoContemporáneo- de los textosde lectura, cuya función entanto mensajes ideológico cul·turales, cuando no directamen­te poi íticos, es la de con­servar, difundir y reproducirla Ideología de las clases queejercen el poder de Estado y, •en consecuencia, la organiza­cion de las instituciones edu­cativas en función de sus inte­reses.

Ahora bien, sobre estos ras­gos, que son sin duda los funda­mentales, la antología de Ecoy Bonazzi subraya y descubreel carácter disparatado, gro·tesco, antimoderno y regresivode las lecturas que desde laescuela se proponen a los ch i­cos italianos. Por momentos,Las verdades que mientenbrinda el soporte de una lectu­ra humorística, de la que po­drían mencionarse cientos deejemplos. "El árabe tiene dosgrandes cariños: el camello yla palmera. No conoce patria

y no tiene más que una rudi­mentaria conciencia nacional;pero, en la lucha contra el in­vasar, defiende con fiereza yal precio de su vida su oasisy sus' animales". La lecturapropuesta por los autores, enlas breves in!1 aducciones a ca­da tema, tiende más bien aseñalar la falsedad y el ocul­tam rento como rasgos decisi­vos. Pero la simple presenciade los textos no permite ex­traer, sin cumplir operacionesmás complejas, el sistema ideo­lógico cultural que transmiten,esto es su versión particularde la ideología dominante. Ecoanota al respecto algunas ob­servaciones que plantean pr(3­guntas que sería importanteresolver: ¿por qué los textosde lectura parecen responder auna sociedad precapitalista,"anterior a la revolución fran­cesa", campesina y preindus­trial? Ello hace pensar en elcarácter y la modalidad de lasmediaciones que conducen des­de la escuela, como instituciónde la superestructura, al maes­tro, la clase y sus efectos so­bre el alumno. En una sociedaddependiente como la Argenti­na, el problema parece aún máscomplejo: al parecer una revi­sión de los textos de lecturade la escuela primaria deberíaponer en descubierto la ma­triz imperial ista-ol igárq uica desu ideología, pero sería funda­mental que al mismo tiemporeflexionara sobre los efectoscomplejos y contradictorios dela enseñanza elemental paragriJndes masas, cuyos funcio­narios - por otra parte- nopertenecen a las clases domi­nantes. En el caso italiano,similar marco político tambiénes imprescindible.

La lucha antinstitucionalen Italia

El trabajo hospitalario deFranco Basaglia y su equipo yatiene catorce años de fecundahistoria. Once de ellos al frentede la transformación del mani­comio de Gorizia; tres más di­rigiendo el Hospital Regionalde Trieste. Esta experiencia nosólo denunció la función re­presiva y custodial de los hos-

picios, sino también puso apunto una experiencia de trans­formación que si bien ha lo­grado una real ización concretay eficaz no se ofrece comomodelo, pues sabe que la esta­bilización de una técnica oconjunto de técnicas, por másprogresiva que ella sea, mellael filo transformador de la ex­periencia y desemboca final­mente en una nueva y mássofisticada técnica de controlsocial.

El equipo de Basaglia tam­bién impulsó la creación de"Psiquiatría Democrática", a­grupación de operadores de sa­lud mental, similar a nuestraCoord inadora de Trabajadoresen Salud Mental, pero que enItalia no excluye al personalde enfermería que, como essabido, juego un rol decisivoen todo intento de transfor­mación hospitalaria. "Psiquia­tría Democrática" agrupa a o­peradores en salud mental, con­cientes del significado poi íticode las instituciones psiquiátri­cas, que participan en la luchapor la Reforma Sanitaria.

Desde comienzos de 1975el equipo basagliano ha inaugu­rado una nueva instancia deactividades, esta vez más re­costada sobre la reflexión con­ceptual: la creación del Cen­tro Internacional de Estud ios e1nvestigaciones "Crítica de lasInstituciones", donde se pre­tende concentrar una tarea sis­temática de anál isis del signi­ficado y función de las cien­cias sociales y las implicacionesdel trabajo de los "técnicos delsaber práctico". Una de lasprimeras tareas del centro fuela publicación de Crímenes depaz, obra colectiva en la queparticiparon Laing, Foucault ,

Sasz, Chomsky entre otros, quepresenta análisis críticos de lasinstituciones y sus significa­ciones ideológicas, encubiertaSa menudo por la "neutralidadtécnica" .

La propuesta del CentrO,que afirma su filiación grarns'ciana, no se limita a una tareade denuncia: propone sostenefla práctica como único criter~Ode verificación y como espaCIOde apropiación por parte de /8

clase dominada de los "dis­cursos cient (ficos", como ám­bito de adquisición de los ins­trumentos que, también en lo .técnico-cientt'fico, permitan im-,pulsar un proceso de transfor­mación.

Las armas del diablo

América Latina ha padecI­do y padece la expansión po'lítica, económica, cultural ymilitar del imperialismo yan­qui; saqueados y explotados,los pueblos latinoamericanosconocen bien las al ianzas delas 01 igarqu las nativas con los

Estados Unidos; y tambienhan comenzado a reconocerlos efectos de una agria disputaentre superpotencias.

En este marco, la penetra­ción económica ha exigido mu­chas veces el auxilio de lafuerza militar; el imperialismoha jugado a ganar ejércitos,a corromperlos, a enfrentarloscon las masas populares, apo­yándose al mismo tiempo enlos sectores más reaccionariosde las sociedades latinoameri­canas -terratenientes, grandesburgueses asociados a los in­tereses yankis-. En esta po­Iítica de operar sobre las fuer­zas armadas la venta de armasy transportes a los ejércitoslatí noamericanos ocupa un lu-gar importante. Aunque ya

hoy algunos paises latinoame­ricanos, corno Argentina, Perúy aLJn Brasil, han comenzado adirigir una pequeña partede sus adquisiciones haciaotros mercados -pollt ica quedebe inscribirse en el mar­co de disputas interimpe­rialistas-, los Estados Unidossiguen siendo el principal pro­veedor de armamentos a Amé­rica Latí na. Grandes corpora­ciones -la Gener di i:: lectric,Lockheed, Westi nghouse, Chrys­ler, General Motors, United Air­craft, NUllt"rop, Honeywetl,Hughes Alrcraft, Textron yotras- han real izado magn ífi­cos negocios con América La­tina. Algunas cifras de los úl­timos años son demostrativasde elfo:

Ventas de armamento, 1950-74 (en miles de dólares)

A. Adquisiciones de annamento de gobierno a gobierno

1950- 1970 1971 1972 1973 19741~o. B e o1969 I 1974

'-Argentina 82.898 10.947 14.148 16.556 16.328 8.928 149.805 113.573 111.793 49.248

Bolivia '926 - 44 5 42 155 1.172 4.000 976 1.180

Brasil 85.255 2.538 21.269 34.089 17.276 58.739 219.166 168.084 124.750 35.371

Chile 27.607 7,699 2.968 6.185 15.012 68.194 127.665 62.532 41.863 11.087

Colombia 11.122 158 2.168 5.466 1.293 1.085 21293 22.250 15.652 16.754

Costa Rica 902 - - 34 -- - 935 - 935 305

Rep.Dominicana 1.876 - 31 16 78 32 2.034 - 2.237 437

iEcuador 4.310 20 315 4 -

I- 4.650 638 4574 3.281

El Salvador 1.465 - 11 - 70 399 1.945 500 1.503 2.494

Guatemala 2.541 464 8.126 2.344 3.709 489 18.174 7.068 11.943 1.983

Haiti 244 - - - - 288 512 - 224 224

Ho_nduras 1.092 - - 27 5.468 702 7.288 - 1.133 389

Jamaica 8 8 9 3 7 43 77 - 29 755

México 11,864 12 437 175 894 411 13.792 4.298 12.477 5.197

Nicaragua 2.239 93 674 92 134 133 3.365 - 3.053 1.599

Panamá 16 14 9 6 1.618 1.887 3.550 - 44 2.723

Paraguay 377 - - - 27 12 417 217 384 347

Pen:¿ 33.293 2.195 1.526 900 24.590 43.620 106.123 34.540 37.522 17.117

Uruguay 2.717 241 1982 1.684 1.612 1.156 9.390 8.349 5.667 1.176

Venezuela 104.937 777 1.677 42.761 24.662 4.377 179.192 115.162 117.336 37.439

América LatinaTotal 380.179 25.251 55.394 110.347 112.820 191.150 875.141 541.211 498.690 189.395

B. créditos del Departamento de Defensa de EE.UU. para la adquisición de armamento 1950-74

C. entregas de armamento de gobierno a gobierno 1950-73

O. adquisiciones a empresas comerciales norteamericanas 1960-73

LOS LIBROS, Marzo-Abril 1975 25

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China: estudio de masasHacia fines de 1973 exis­

tían en China 370 escuelasen fábricas V minas que funcio­naban fuera de las horas detrabajo; un año más tarde, elnúmero se cuadruplicó.

Su objetivo se vi ncula conla lucha ideológica V politicaque atraviesa todas las instan­cias de la sociedad china V quehoy se expresa en la instrucciónde Mao TseTung sobre el estu­dio teórico: "¿Por qué Leninhablaba de la necesidad de ejer­cer la dictadura sobre la bur­guesía? Es preciso tener unaclara comprensión de esta cues­tión. La falta de claridad al res­pecto conducirá al revisionis­mo. Hav que hacerlo saber atoda la nación".

Muchas de estas escuelas detiempo libre organizaron a losobreros para la lectura V dis­cusión de textos clásicos delmarxismo leninismo -Manifies­to Comunista, Crítica del pro­grama de Gotha, La guerra civilen Francia, El Estado y larevolución, El imperialismo­V textos de Mao -Sobre eltratamiento correcto de lascontradicciones en el seno delpueblo e Informe sobre unainvestigación del movimientocampesino en Junán, entreotros-o

Parece importante señalaralgunas de las experiencias rea­lizadas en estas escuelas detiempo libre. En la FábricaTextil de Algodón NO 2 de Pe­kín la campaña contra Lin Paoy Confucio ha originado másde 170 artículos de crítica,informes en la fábrica V tam­bién en las escuelas primariasV secundarias vecinas. En estemarco, otras escuelas han or­ganizado cursos sobre poi ítica,economía, filosofía, historia Vcultura; en ellos los obreroshan criticado algunos textosclásicos chinos, estudiado laobra de Lu Sin y escrito cuen­tos y poemas o representandoobras teatrales. Más de 360horas dictadas en la FábricaPopular de Maquinaria de Pe­kín, consagradas a "cursos deleer V estudiar" señalan el ca­rácter de estas escuelas detiempo libre que proporcionan

a los obreros guías en sus e~

tudios politicos de acuerdocon su nivel educacional pre­vio. El estudio V la discusiónde masas, a través de las másdiversas formas organizativas,parece constituirse en China encondición esencial para la apro­piación real de la teor ía re­volucionaria V el ejercicio dela dictadura de'l proletariado.

Reunión nacionalde COPRA

Los días 22 V 23 de marzose reunió en Buenos Aires elConsejo Nacional de Delegadosde la Confederación de Psicólo­gos de la República Argentina(COPRAj, Asistieron delegadosde asociaciones V federacionesprovinciales de San Luis, Tu­cumán, Salta, Entre Rios, Men­doza, Chaco, Córdoba, Misio­nes, Provincia de Buenos Aires,Santa Fe y Capital Federal.

Los temas centrales trata­dos en la reunión fueron laeleeción de nuevas autorida­des -recavó la elección de Pre­sidente de la Confederaciónen el delegado por Salta V lassecretarías fueron distribuidasentre las asociaciones provin­ciales- V la elaboración delplan de trabájo para el período1975-77. En este sentido seconvino en continuar la movi­lización en torno a la sanciónde la lev de ejercicio profesio­nal de la psicología, la defensade la carrera universitaria V laconsolidación de frentes de tra­bajo con otros sectores profe­sionales del área de la salud.

Los psicólogos están nacio­nalmente abocados a la tareade aunar objetivos de perfec­cionamiento y desarrollo delintercambio regional, de afian­zamiento del rol profesionalen las distintas áreas de acti­vidad V de fortificación del tra­bajo espedficamente gremialcon ciertas reivindicacionesprincipales: cargos rentados,creación de nuevos lugares deinserción institucional, accesoa los cargos por concurso, par­ticipación en la planificacióny dirección de programas desalud, prevención y educación,etc.

CICSOA partir de mediados de

abril comenzarán a dictarse loscursos correspondientes al pri­mer cuatrimestre de 1975, enla sede del Centro de Investi­gaciones en Ciencias Sociales(CICSO), Entre Ríos 131,60

B, Buenos Aires. Los temas Vprofesores son los siguientes:- Seminario sobre Teoria delIntercambio Desigual, prof. Lu­cio Geller.- Introducción al desarrolloindustrial argentino, Prof. R.Tomassini.- Crítica de la Economia Po­lítica (tomo 1), prof. HoracioCiafardini.- Metodologia de las cienciassociales: vinculo entre teoriae investigación, prof. E. Usan­dizaga.- Teoria del Estado, prof. M.Cavarozzi.- Politica V sociedad, prof. J.C. Portantiero.- Sociología del trabajo: lacondición obrera en la Argen­tina, prof. Maria Braun.- Conceptos básicos de mate­rialismo histórico, prof. MarioToer.- Análisis de ideologías (teo­ria V metodología), prof. Emi­lio de Ipola.- Hipótesis para un análisisideológico de la literatura: Arlty Borges, prof. Ricargo Piglia.

Centro Editorde América Latina

El Centro Editor organizaun concurso de cuentos infan­tiles, para chicos de cuatro asiete años, con obras inéditasque oscilen entre las seiscien­tas y las mil seiscientas pala­bras. Los trabajos deben serenviados a Rincón 87, Capital,bajo sobre cerrado, en originalV dos copias, firmados conseudónimo; dentro del mismosobre se incluirá otro lacrado,sobre el que se escribirá sóloel seudónimo V en cuyo inte­rior figurarán los datos perso­nales del autor, dirección, telé­fono, etc.

La fecha de cierre del con­curso es el 30 de mayo de1975. Se ha establecido unprimer premio de $ 4000 V unsegundo premio de $ 2000.

La restauracióadel capitalismo ea la URSS~ndré POlDlDier-.........-........_------------------------------------------. Los dirigentes del Partido Comu­

~Ista Francés son en Francia los más~e'es Sostenedores del grupo que~e~e en Moscú las riendas de la~16n Soviética. Estos y aquéllos

,aflrfft Un' ,S 'I.an que la fuerza de la IonO"iética es la muralla más firme

qUe t'li' lene la paz mundial, que su po-tlea d" . · 'f'" y1, e coexistencia paCI Ica~~Ci9Uamiento" permite mantenerirn la~u~ 'as ambiciones agresivas de'fir Ilenahsmo. Al mismo tiempo, rea­l! ~n hasta donde pueden que la~ liS.S. es un país socialista, y queció egado a la etapa de la 11construc-

ndel comunismo en gran escala".

,lOS LIBROS, Marzo-Abril 1975

Estas proc1amaciones contrastancon un cierto número de hechosuniversalmente conocidos. La "mura­lla de la paz" desarrolla una constantehostilidad contra la República PopularChina, desplegando más de un millónde hombres V un número indetermi­nado de misiles en la frontera quesepara a ambos países, mientras creauna atmósfera de racismo y provocaincidentes a veces muy graves, comoel de la isla Chenpao en 1969. Lossacerdotes de la "coexistencia pacífi­ca" atacan y ocupan por sorpresa unpaís vecino, Checoslovaquia, provo­can Y alimentan una guerra que

apunta a la secesión de Bengala orien­tal, paquistaní en otros tiempos;despliegan su flota en todos los océa­nos, tratan de asegurarse bases en lasrutas de sus buques de guerra. Ademásreclaman hoy el derecho de atravesarsin permiso todos los estrechos inclu­sive aquellos que se encuentran enaguas territoriales de pa íses soberanos.

Los señores de este "bastión delsocialismo" acaparan hasta dondepueden las riquezas de los países delTercer Mundo, establecen contratosdesiguales y se convierten en malospagadores. Se llevan la mejor tajadaen el mercado mundial de armas y

27

exigen pagos al contado cuando lospueblos se encuentran en dificultades.Todo indica 'que el puñado de indi­viduOs que detentá el poder en esepa(s de glorioso pasado, cuyo heroicopueblo es respetado universalmente,practica una poi ítica exterior típica­mente imperialista, particularmenteagresiva, pero presentada bajo unaetiqueta de socialismo. Socialismo depalabra, imperialismo en los hechos:Lenin'. llamaba a esto social­imperialismo.

'Desde el interior del pa ís, mientrassigue adelante la "construcción delcomunismo", nos llega el eco, apaga­do por una despiadada censura, dehuelgas ferozmente reprimidas y derevueltas de nacionalidades. Hechosmuy extraños para un país que llegarápronto al comunismo son inclusotransmitidos por fuentes oficiales. Unejemplo entre cien: según Pravda" . ..un buen número de granjas [. '..)obtienen grandes rentas [. . .] reven­diendo sus excedentes a precios abu­sivos [. . .) un buen número de .dirigentes faltos de sentido cívico noefectúan ni siquiera las entregas obli­gatorias"l. En su discurso en el 170

Congreso del Komsomol, Brezhnevconstata: liTodav ía chocamos fre­cuentemente con manifestaciones deegoísmo, de codicia, con una menta­lidad de consumidor", y denuncia"el ocio, la juerga y la alegría ficticia".El testamento de E. Varga2 es aunmás probatorio. Antes de morir, esteacadémico soviético denunciaba a la"aristocracia burocrática", que guia­da por su "arrogancia" y "suficien­cia" "vende y se apropia del materialdel Estado, satisface pasiones desen­frenadas que la. llevan a .veces alcrimen". A la inversa "Ia precariasituación material de los trabajadores[...] se traduce en toda clase de fenó­menos reprobables: ebriedad, malostratos infligidos a las esposas y a loshijos, peleas domésticas, negativa atrabajar, delincuencia y a veces crí~

menes insensatos". Todo esto causala alegría de muchos idéologos bur­gueses. Su razonamiento es simple: laU.R.S.S. es el socialismo ¿no escierto? Cincuenta años despues de laRevolución la llama se apagó comoera inevitable, las utopías se derrum-'OOron"la naturaleza humana, el egoís"mo nacional, todas las características

1 Le Monde, 12-13de setiembre de 1971.2 Le Monde, 14 de mayo de 1970.

.~

eternas del hombre y la sociedadrecobraron sus dominios. ¿No tene­mos las pruebas a la vista? ¿No estáacaso la socialista U.R.S.S. en estadode conflicto casi militar con la tam­bién socialista China? ¿No se preocu­pa la U.R.S.S. ante todo por susintereses? ¿No tienen acaso los sovié­ticos una mentalidad de consumido­res? ¿Se preocupan por algo más quepor comprarse una dacha y un auto­móvil?

¿Hay que aceptar esta lógica?¿Hay que aceptar que se defina alsocialismo a 'partir de la realidadsov.iética actual? Está claro que no,pues eUo sería renunciar al so~iaiismo

o reconocer que el socialismo es algomalo y que las contradicciones quedesgarran a la humanidad no tienensolución. Es preciso descubrir a travésdel estudio de la sociedad soviéticacuál es la clase que está realmenteen el poder, cuál es la anatomíaeconómica de esa sociedad, en unapalabra, cuáles son las relaciones deproducción que reinan en la U.R.S.S.y entonces cabe esta pregunta: esasrelaciones de producción, sobre cuyabase se edifica la superestructuraideológica, política y jurídica, ¿sonverdaderamente socialistas?

l. Las IIreformas" de losrevisionistas

Los dirigentes soviéticos son co­nocidos por las numerosas reformasque llevaron a cabo en el sistemaeconómico de su país. ¿Pero cuál esla causa de esas tan célebres reformas?En su discurso del 27 de noviembrede 1965, justamente consagrado aellas, Kosiguin da una idea de las'dificultades con las que se enfrentóel triunvirato recién llegado al poder.Reconoce all í "una reducción de larenta nacional por unidad monetariade capital fijo" [...) "105 ritmos decrecimiento del rendimiento del tra­bajo han disminuido". Expresa suinsatisfacción por los "resultados ob­tenidos en las industrias ligera, dealimentación, química, de la maderay del papel, así como también en lade los materiales de construcción".Por otra "parte, "el retraso de losritmos de desarrollo en la agriculturay en el grupo "B" (industrias de'consumo, A.P.) ha creado una des­proporción importante entre la pro­ducción de productos de conSUMO yla producción de medios de pro­ducción".Kosiguin nota tambié"n "di-

ficultades" en lo que concierne al"aprovisionamiento a 'la producciónde materias primas y productos se­miacabados". Por último, se queja:"Ia lentitud en la construcción deempresas hace que el equipo instaladosea superado técnicamente inclusoan­tes de su puesta en funcionamiento".

Si Kosiguin pintaba un cuadrocomo ese, podemos imaginarnos cuálsería el embrollo generalizado que"reinaba en esa época en la economíasoviética. Esas revelaciones aumenta­ron ,la soberbia de los ideólogosburgueses. Desde hacía varios añosse acumulaban los índices del fiascorevisionista.

La nueva situación descripta porel jefe de gobierno era el resultadode una década de dominación revisio­nista. En la époCa de Stalin, despuésde la victoria sobre los nazis, la re­can5trucción del, pa í5,horrorosamentedesvastado, se hizo, .en lo esencial,a ritmos muy rápidos,," Se echaron lasbases de las más modernas tecnologíascelebradas hoy, como por ejemplo lastécnicas espaciales. La reacción inter­nacional se "quedaba petrificada antelas increíbles proezas del pueblo so­viético C9nducido entonces por verda­deros comunistas. En algunos años' depoder revisionista (ese poder se con­quista oficialmente en 1956 con elXX Congreso del P.C.U.S. de siniestramemoria) las cosas se'transformaronen su contrario,' los apuros económi­cos ocuparon el lugar de la.prosperi­dad, donde antes hubo desarrolloarmónico había ahora un embrollogeneral.

Si los sucesores de Jruschov .(quefueron por otra parte sus cercanoscolaboradores en el período prece­dente) han emprendido reformas, hasido ob' igados y forzados por elfracaso.

La ganancia en el puesto de mando

La esencia de esas reformas es ellugar radical mente nuevo que se daa la ganancia en todos los dominiosde la actividad económica.

1) La ganancia" se transforma en elobjetivo fundamental de la actividadde las empresas industriales, cómer­ciales y agrícolas.

En el informe citado "más arribiJ,Kosiguin decidió que el "índice debeneficio será el más apropiado paraconstatar la eficacia de las empresas'.'.Su adjunto, M. Baibakov, vicepresi­dente del consejo de ministros Y

presidente del Gosplan es aún másclaro: "La lógica de la reforma im­plica por último que todas las empre­sas de todas las ramas de la economíaestarán dotadas de autonomía finan­ciera y que la preocupación por larentabilidad debe estar en la base detodos sus informes".3 Los resultadosde esta poi ítica fueron coronados porel éxito. Las ganancias "fueron de 56mil millones de rublos en 1970 contra22.500 millones en 1966, lo quearroja un aumento de alrededor del1500f0, mientras que durante los mis­mos años el producto industrial sólocreció en un 50 0f0".4

2) La ganancia de cada empresadetermina su posibilidad de realizarinversiones.

"Hoyes el objetivo de reducciónde los plazos de amortización finan­ciera lo que inspira expresamente lamayoría de las instrucciones y medi­das relativas a la inversión". s Por'''plazos de amortización financiera"debe entenderse el tiempo necesariopara la restitución en forma de dinerode las sumas invertidas. La fuente deesta restitución es la ganancia obteni­da. En efecto, desde la reforma de1965, las empresas tienen la orden decontar principalmente con dos fuentespara financiar sus inversiones: suspropios recursos· y el crédito ban­cario.6 Ahora bien, esas dos fuentesestán en función de las ganancias quela empresa sea capaz de obtener.

- Los recursos propios formanparte del "fondo para el desarrollode la producción". Ese fondo, creadoen 1965,se compone según B. lIiních"de las amortizaciones de una partede los beneficios y de la suma totaldel producto de la venta de losequipos reformados o sobrantes".'la ganancia juega un rol capital enese fondo pero también lo juega laventa de medios de producción. Ve­mos por lo tanto que en la U.R.S.S.se ha restablecido un mercado demedios de producción y que esos bie­nes son allí mercancías. Volveremos

34 Pravda, 1 da octubre de 1968.

Egnell y Peissik, URSS. L 'entreprises face aL'Etat, p. 80.6 Egnell y Peissik, ob. cit., p. 216.

"Las empresas poseen dos fuentes definanciamiento para adquirir nuevosequipos y realizar grandes obras: suspropios fondos de desarrollo Y loscréditos bancarios". B. lIinich. L'utili­sation des bénéfices dans les entreprisessoviétiques, Moscú, Agencia Novosti, p.

, 65.Gb. cit., p. 48 .

. LOS LIBROS, Marzo-Abril 1975

más adelante a hablar del alcance deesta "innovación". Recordemos noobstante que en la época de la plani­ficación socialista los excedentes delas empresas eran transferidos al Esta­do, el cual redistribuía los fondos ainvertir en función de la política delPartido. Hoy, por el contrario, se pro­duce el fenómeno inverso: "la bajade la tasa de deducción sobre las ga­nancias ha sido sensible puesto quela tasa global era en 1970 del 590f0contra un 700f0 en 1965".ll Anotemosde paso que en Francia, país capita­lista clásico, la tasa de deducción delestado sobre las ganancias de lasempresas es del 500f0.

- Los créditos bancarios para lainversión son también distribuidos enfunción de las ganancias que la empre­sa es capaz de obtener. En su informedel 6 de abril de 1971 Kosiguin decla­ra: "Va de suyo que hay que acordarcréditos preferentemente a las empre­sas que aseguren una rápida amortiza­ción de los fondos invertidos". Esoscréditos acordados si la empresa pue­de obtener ganancias son tambiénreembolsados por la empresa con lasganancias que efectivamente obtiene.9

Por lo tanto la condición indispensa­ble para efectuar hoy inversiones enla U.R.S.S. es la obtención de ganan­cias. La ganancia determina la inver­sión, la vuelve posible en la medidaen que podrá procurar a la empresafondos propios y créditos bancariosde inversión. La empresa no podrásubsistir y desarrollarse si no engendradinero por sí misma. Pero eso noes todo.

3) La ganancia determina el surti­do y la calidad de la producción.

B. lIinich escribe que el fondo dedesarrollo de la empresa (constituidocomo hemos visto a partir de lasamort,izaciones, las ganancias y la ven­ta libre de los medio.s de producción)"está destinado [...] a las inversionesque tengan por objeto la fabricaciónde nuevos artículos".1 °B. Gubin,por su parte, observa que "las relacio­nes mercancía-dinero (se entiende 'por esto los beneficios obtenidos

II9 Egnell y Peissik, ob. cit., p. 80.

"Los créditos bancarios hoy tienen laextensión y sustituyen las dotacionespresupuestarias en un número crecientede operaciones. . . Ahora bien, suamortización se realiza precisamentecon las ganancias". Egnell y Peissik.ob. cit., p. 73.

10 Ob. cit., p. 46.

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con la venta de mercancías, A.P.)permiten determinar de una maneramás exacta el surtido necesario y lacalidad de la producción',.1 1

4) La ganancia interviene en lasnuevas regulaciones sobre remunera­ciones del persona l.

Hacer de la ganancia la J' palanca"de las rentas distribuidas es uno de losejes de las reformas en cuestión. Ensu informe de 1965 Kosiguin decía:"Gracias a los beneficios se pagará alos obreros y a los empleados no sólopor los {ndices elevados de trabajo enel curso del año, sino que también seles entregarán bonificaciones a finde año".

La ganancia se encuentra ubicadaentonces en el centro de la actividadde las unidades de producción. Se lasjuzgará de acuerdo con la gananciaque obtengan, no podrán vivir y desa­rrollarse sino buscando obtener elmáximo de ganancia, eligirán los pro­ductos a realizar en función de lasganancias que éstos sean capaces dedar y también remunerarán a su per­sonal en parte sobre la base de lasganancias.

Es posible constatar que las refor­mas introducidas consagran tambiénel renacimiento oficial de un mercadolibre de los medios de producción.

¿Capitalismo o socialismo?

Ganancia como motor de la pro­

ducción, venta libre de los medios deproducción, financiación de las em­presas por medio del cashflowl

2 y delos créditos bancarios, determinaciónde la naturaleza de los productos enfunción del mercado y del beneficio:todo ésto se parece, hasta confundir­se, al capitalismo más clásico. Perodesengáñense, dicen los revisionistas:la utilización de la ganancia no es másque una IIt écnica", que una "palanca"que no pone en cuestión de ningúnmodo "la naturaleza del régimen socialde la Unión Soviética". Un burócratadel P.C. de Francia, Jean Elleinstein,afirma que "si bien puede constatarseun cierto parecido" entre los sistemasde gestión "se trata de un parecido téc­nico y no de otra cosa". 1 3 Esto plan-

11 B. Gubin, Efficacité de la gestionéconomique socialiste, Agencia Novosti,

12 p.~O'. ,.ASI se denomIna, en los paIses capIta-listas, a las amortizaciones y la partede las, ganancias que se destinan ainversión.

13 France Nouvelle, 23 de julio de 1974.

30

tea la siguiente pregunta: ¿es compa­tible con el socialismo un sistemacomo ése? ¿o no es otra cosa quecapital ismo al 100 0/0?

1) El capitalismo es el reino abso­luto del capital.

La palabra " cap italisrno" designaal sistema social en el cual el capital,dominando la esfera de la producciónsocia 1, se transforma en el factor quedetermina la áctividad material eideológica de la sociedad entera. Elcapital existió antes del capital ismo.Vino al mundo en el interior de otrosmodos de producción (la esclavitud,el feudalismo) y se arraigó a partir dela producción mercantil. En efecto,el capital es fundamenta Imente unasuma de dinero utilizada con el finexclusivo de "hacer plata". Ahorabien, el dinero fue inicialmente unamercancfa como cualquier otra, elegi­da como patrón para facilitar el in­tercambio.

El capitalismo sólo invertirá susfondos en una producción si ésta lepuede acarrear ganancias. Si la ganan­cia es nula o si hay pérdidas, el meca­nismo capitalista se atasca. Comoescribía Carlos Marx: liLa tasa de ga­nancia es la fuerza motriz de la pro­ducción capitalista y sólo se producelo que puede ser producido con ga­nancia y en la medida en que puedeser producido con ganancia".1 4

Si se considera el fondo de las co­sas se ve que el mecanismo de laganancia subordina la sociedad enteraa la clase de los poseedores de capital.En efecto, toda la producción socialse transforma en una producción parael mercado, para la demanda solvente,es decir, para fa demanda de los quepueden pagar. Esta demanda se des­compone en cuatro partes:

- la demanda de consumo de loscapitalistas y de su órgano poi ítico:el Estado.

Esta demanda es el reflejo de suideología explotadora y agresiva y secompone por lo tanto de bienes delujo y armamentos.

- la demanda de medios de pro­ducción: emana también de los capi­tal ístas y apunta a la reproducción ya la acumulación.

- la demanda de las capas socialessostenidas (funcionarios) o toleradaspor los capital istas por razones poi íti­cas (comerciantes, campesinos me·

dios).

14 El Capital, Editions Sociales, t. 6,p.271.

- -la demanda de consumo de lostrabajadores, que corresponde al con­junto de los salarios pagados. Estademanda es úti I para los mismos ca­pitalistas pues es necesaria para lareproducción de la fuerza de trabajoque les es indispensable.

Por lo tanto, la producción "ren­table", la producción "para la ganan­cia" subordina en última instancia elpotencial productivo entero a los in­tereses exclusivos de los capitalistas.Los infinitos recursos de inteligencia,de inventiva, de habilidad de la claseobrera y el pueblo son encerrados deeste modo en el estrecho molde de losintereses burgueses. Ese es el fondode las cosas. En la superf ¡cie sólo seve el "régimen natural" de la pro­ducción vendida con provecho a losque pueden pagar. Ese "régi men na­tural" oculta en realidad la explota·ción de la clase obrera, el régimen detrabajo forz~do al que está sometidaen beneficio de una clase codiciosa Yde hor izonte estrecho.

2) El reinado del capital en laUnión Soviética.

Carlos Marx excrib ía: " ...es la ga­nancia y la relación entre la gananciay el capital empleado, por lo tantOun cierto nivel de la ~asa de ganancia,los que deciden la extensión o la li;mitación de la producción, en lugarde ser la relación entre la produccióny las necesidades sociales, las necesi­dades de seres humanos socialmenteevolucionados..." I 5 Marx opone cla­ramente la producción en función dela ganancia a la producción en funciónde las necesidades sociales. La pro'ducción en función de la ganancia eS

capitalismo; la producción en funciónde las necesidades sociales evaluadasde acuerdo con la poi ítica proletariaes socialismo.

Los dirigentes soviéticos, al volv~ra introducir la ganancia como "ind"cador principal de la eficiencia", CO'

mo fuente de financiación, cornofactor de las remuneraciones, al volver

a la producción para el merca~o, ha~reintroducido de hecho el capital. ¡.capital rige toda la vida social. El di'nero se ha convertido en el punta ~partida y el término de toda la activl'dad económica. El principio ~Iav:desti nado a regir todas las relaclOI'leconómicas es, como lo llaman ellOS'el "desarrollo de la rentabilidad c~~base de todas las relaciones econo

1 s lbid.

cas", principio que consiste en hacerde tal manera que el dinero secretedinero, que el dinero sea utilizadopara hacer dinero.

Ahora bien, ¿de dónde provieneeste di nero suplementario? Es la ex­presión complementaria, la contrapar­tida del trabajo no pagado efectuadopor el pueblo soviético.

¿Cuál es el desti no de ese trabajono pagado? Es apropiado por la claseexplotadora bajo la forma material debienes de producción de los que sereserva colectivamente el monopol ioy de bienes de consumo característi­Cos de la ideología, de los deseos yla estrechez de los capital istas soviéti­Cos: bienes de lujo, dachas suntuosas,automóviles particulares, etc. * No espor lo tanto sólo una "técnica econó­mica", la utilización de '''palancas'',sino una restauración capitalista contodas las letras que coloca a la ganan­cia al puesto de mando. La gananciaes la categoría económica fundamen­tal del capitalismo, y Marx indicabaque "Ias categorías económicas noson otra cosa que las expresionesteóricas, las abstracciones de las rela­ciones sociales de producción" .16

Al restaurar el capital en la esferade la producción social, los n!visionis­tas restauraron de hecho el conjuntode las relaciones de producción capi­talistas. Poco -a poco esas relacionesemergen en la doctrina oficial en for­ma de reglamentos y leyes.

Otras dos uinnovaciones'~'

revisionistas

las novedades de los dirigentessoviéticos tienen un desti no contra­dictorio. Por una parte han sidoimaginadas para resolver los proble­mas en los que los revisionistas sehan enredado irremediablemente, YPor la otra los hunden más y más enel lodazal del capitalismo. Ante labaja de la productividad, reinventanel licenciamiento colectivo. Ante laineficacia de sus empresas, reinventanlos trusts.

En un país socialista, una fracción delproducto social no es devuelta inmedia­tamente a los productores, sino quese la desti na a amortizaciones, a lareproducción ampliada, al manteni­miento de los que no están en condi­ciones de trabajar, a la ayuda a losPueblos en lucha, etc. El trabajo noPagado vuelve de esta forma al pueblo;en la URSS, en cambio, es propiedad

16 de una minoría explotadora.Mi_ría de 18 filosofl8.

lOs LIBROS M.rzo-AbriI1975,

1) La experiencia de Schekino. 1 7

Schekino es un complejo químicoque emplea a 6.000 personas. Se leaplicó la reforma económica a prin­cipios de 1967. Al mismo tiempo,se tomó la decisión de experimentarfórmulas de racional ización en lauti Iizací ón del persona 1. Se tratabade "hacer rentable una producciónexistente por medio de la compre­sión metódica del personal" .1~ Fue­ron despedidas mil personas, o sea el16% de los efectivos. Cerca de dosaños más tarde, en octubre de 1969,aparecía un decreto del comité cen­tral exigiendo la general ización de laexperiencia de Schekino. De estamanera, los despidos masivos se con­vierten en una regla de la economíasoviética. Desde entonces, los tra­bajadores ya no son más que apén­dices de los medios de producción.Son despedidos a voluntad y se loslleva de un lado a otro de acuerdocon las leyes del mercado de trabajo,en nombre de la santísima rentabi­lidad del capital.

2) I;-as Uniones Industriales.Considerando que "es difícil para

una empresa, tomada aisladamente,estudiar por sí misma la demanda,organizar el aprovisionamiento y laventa del producto", Kosigui n pidióen sus directivas de 1971 la "crea­ción de grupos de producción". 11 Lasgrandes empresas madres con filialesson una forma racional de grupo deproducción". Según B. Gubin, esosgrupos deben cubrir con sus ganan­cias "Ios gastos corrientes de pro­ducción" y "Ios gastos debidos a in­vestigaciones científicas". . . "Esasganancias cubren también una parteconsiderable de las inversiones, loque asegura la reproducción amplia­da". 1 9

Los grupos de empresas fuerongeneralizados por el decreto del 2de abril de 1973 con el nombre deUniones Industriales. En su trabajo,Egnell y Peissik hacen un comentariojuicioso: liLa creación de UnionesIndustriales constituye en la U.R.S.S.,desde hace mucho tiempo, una for­ma de organización o de reorganiza­ción económica comparable a lasfusiones y concentraciones de em­presas en los países capitalistas; res­ponde a las mismas necesidades: bús­queda de la dimensión óptima, es-

17 Véase Communisme, na 2, París.:: Egnell y Peissik, ob. cit., p. 154.

Ob. cit., p. 115.

pecialización y racionalización de lasfabricaciones".2 o

Por lo tanto, hay actualmente enla U.R.S.S. trusts en el sentido clá­sico del término: una multitud deempresas se encuentra reagrupadabajo una dirección financiera co­mún, con ~aboratorios de investiga­ción, condiciones favorables de apro­visionamiento y una implantacióngeográfica conveniente. Es claro quetodo esto sólo funciona gracias ala ganancia y para la ganancia.

El de la U.R.S.S. es entoncesclaramente un capitalismo monopo­lista.

La transformación de lasrelaciones de producción enla U.R.S.S.

Todas esas reformas transforma­ron completamente el paisaje socialde la U.R.S.S .. La sociedad fue pro­fundamente trastornada; donde hu­bo relaciones socialistas y clima re­volucionario existen hoy relacionesde explotación, omnipotencia de laclase explotadora y fría sujeción dela clase obrera y el pueblo sovié­ticos.

Definiendo las relaciones de pro­ducción, Marx escribía que "en laproducción social de su existencia,los hombres contraen determinadasrelaciones necesarias e independientesde su voluntad... El conjunto de es­tas relaci ones forma la estructuraeconómica de la sociedad, la base realsobre la cual se eleva un edificio jurí­dico y poi ítico...,,21 . Las relacionesde producción burguesas se caracteri­zan principalmente por el antagonis­mo entre explotadores y explotadosen las condiciones específicas del capi­talismo. Los medios de producciónson monopolio de una clase que los~

utiliza como capital, es decir, comoun valor que se aumenta mediantela plusvalía, como una fuerza queencadena el trabajo con hilos invi­sibles. Los trabajadores, en el otroextremo, no cuentan más que consu fuerza de trabajo para sobrevivir.Esta última es una mercancía quese vende libremente en el mercadoa cambio de un salario.

Del antagonismo fundamental en­tre capital y trabajo se desprenden

20 Ob. cit., p. 110.21 Introducción general 8 la crltiCII de ,.

polltica (1857).

31

los otros rasgos de las relaciones ca­pitalistas: la división de trabajo ma­nual y trabajo intelectual, de tra­bajo de dirección y ejecución,la contradicción entre el despotismodel capital y la resistencia de laclase obrera.

La sociedad soviética ofrece unejemplo particularmente claro delantagonismo entre capital y tra­bajo.

1) Explotación y opresión des­pótica de la burguesía burocrática.

Resumiendo la voluntad y la mo·ral de la clase explotadora soviéti­ca, el economista B. Sujarevski es­cribe que "las cargas salariales porunidad de producción han bajado,mientras que las ganancias por ru­bio pagado a ta'tulo de salario hanaumentado".22 ¿Puede expresarsemás claramente la felicidad de losburgueses por la intensificación dela explotación? El sistema despóti­co de dirección de las em presas sebasa en la explotación. La revistasoviética Problemas de economíaafirma que "los principios de direc­ción son comunes a todos los mo­dos de gestión,,?3 Y tiene razón:los modos de gestión capitalista yrevisionista son sólo uno. Es normalentonces que los diarios soviéticospidan a las empresas soviéticas laaplicación de los IImétodos de direc­ción modernos forjados en el mun­do del business". 24 Por otra parte,esos requerimientos han sido com­pletamente satisfechos. En la em­presa, los poderes legales del direc­tor son tos siguientes:

- determina la política respectode la mano de obra, es decir el efec­tivo de los asalariados (puede des­pedir al excedente), las normas deproductividad por tarea, etc.;

- determina el trato con los in­genieros, técnicos, empleados, obre­ros, repartiendo entre ellos segúnsu conveniencia el fondo de salariosy las primas;

- es dueño y señor del "fondopara el desarrollo de la producción",es decir de las inversiones efectua­das con los recursos propios de laempresa;

- puede negociar créditos deequipamiento con los bancos;

- mantiene contactos con sus

22 S . , .. h23 otll8S Istltc esky Trud, 1969, NO 8.

Citado por Le Monde, 15 de febrerode 1974.

24 fZtlestia, 11 de octubre de 1970.

32

proveedores para asegurar su abas­teci miento.

Es un verdadero déspota, y susdecisiones son de carácter ejecuto­rio inmediato. De este modo "seencuentra ubicado mutatis mutandien la situación de un gerente fran­cés respecto del departamento a sucargo".25 Dispone de los poderesde un capitalista clásico o de unejecutivo asalariado como los quese encuentran cada vez en mayornúmero en los países capitalistas.

2) Restablecimiento de la con­dición salarial.

La conquista fundamental de laRevolución de Octubre para el pue­blo soviético fue la abolición de lacondición salarial. Marx describió'magn íficamentela suerte del traba­jador asalariado, que no posee másque su fuerza de trabajo, en perma­nente búsqueda de un compradorpara ella, integrado o expulsado delproceso productivo según el ritmode acumulación capitalista. Denun­ció el sistema capitalista, en el cual"todos los medios para desarrollarla producción se transforman en me­dios para dominar y explotar alproductor, convirtiéndolo en unhombre trunco, fragmentado o elapéndice de una máquina...".26 Ala inversa, en la concepción revolu­cionaria, "de todos los instrumentosde producción, la mayor fuerza pro­ductiva es la propia clase revolucio­naria".27 Por lo cual la poi íticaproletaria consiste en liberar com­pletamente la fuerza productiva fun­damental, en apoyarse en ella porentero, en elevar el nivel de su con­ciencia poi ítica. Siguiendo conse­cuentemente la línea de Marx, Le­nin insistía en el hecho de que "elsocialismo no puede ser realizadopor una minoría, por un Partido.Sólo podrá ser construido por dece­nas de millones de seres que hayanaprendido a hacer las cosas por símismos.". 2

8 Es a Stalin a quien de­bemos la famosa tesis: "El capitalmás precioso es el hombre". Stalinexigía que se colocase la poi íticaen el puesto de mando: "Nos ha­cen falta jefes, ingenieros y técni­cos que sean capaces de comprenderla poi ática de la clase obrera de

2S Egnell y Peissik, ob. cit., p. 120.26 El Capital, oo. cit., t. 3, p. 88.27 Miseria de la filosofla.28 'nforme sobre la revisión del programa.

VI ti Congreso del PC R (b), 8 de marzode 1918.

nuestro pa{s, capaces de asimilaresta poi ftica y que estén dispuestosa realizarla a conciencia".29

Los revisionistas acabaron com­pletamente con esta justa línea einstauraron en la fábrica la discipli­na del capita 1, esto es, por una par­te las sanciones, el encuadramientocasi mi litar y la fuerza, y por la otrala apelación al interés personal y alos métodos psicológicos:

'- El encuadramiento militar: "Unrol importante en el fortalecimientodel orden interno de la empresa, convistas a asegurar la eficacia de sufuncionamiento, corresponde a loscapataces y jefes de los diversossectores de la producción". 3 o ¿Noes éste el sistema de los "oficialessuperi ores" y "oficiales infer iores"que "mandan en nombre del capi­tal", del cual nos habla CarlosMarx? JI

- El estímulo material ante to­do: "El perfeccionamiento constan­te de las escalas y los sistemas desalarios l...] apunta a elevar lafunción de las primas".3 2

Esto equivale a una confesiónpor parte de los revisionistas. Ellosreconocen que tienen necesidad derecurrir al interés individual, al egofs­mo vil, para obtener el menor ren­di miento de los trabajadores, pues acausa de su dominación, la discipli­na y el entusiasmo social istas basa­dos en la conciencia de clase, esamaravillosa fuerza productiva, no po­día sino esfumarse. ¿Cómo va a darmuestras de iniciativa en la produc­ción ese proletariado desposeído Yexplotado por una minoría? Al des­pojarlos del poder, los revisionistasdespojaron a los trabajadores sovié­ticos de la voluntad de expresar susinmensas facultades creadoras.

Las primas son por otra parte unmedio de coerción. El soviético B.Gu~in se jacta de que "el grupo Sig­ma ha decidido disminuir en un 50/0las primas distribuidas a los trabaja­dores de la administración si la em­presa no cumple el plan de reali­zación o el plan de rentabi Iidad" .3 3

- Los métodos psicológicos: des­confiando de los trabajadores, con-

29 Stal in, Nueva situación, nuevas tareasde la edificación económica.

3o Príncipes du droit sovi~tique, Moscú,1964,p.290-1.

31 El capital, oo. cit., t. 2, p. 24.32 Principes de droit loviétique, MoscÚ,

1964, p. 284.33 B. Gubin, op. cit., p. 117.

cientes de que les son hostiles, losrevisionistas terminan uti lizando lasmiserables técnicas del capitalismoamericano. El diario rrud constata:"El buen humor trae como conse­Cuencia un crecimiento del 1,9010 dela productividad del trabajo; el malhumor trae una disminución del1,2o¡o". Por ello recomienda que seorganicen cursos sobre "pedagogíade dirección y psicologfa de las re­laciones en el seno de la empresa"para ayudar "a los capataces a evi­tar el surgi miento de situacionesconflictivas".34 Obsesionado por esassituaciones confl ictivas, Pravda del28 de agosto de 1971 propone:"¿Por qué no incluir, para el per­sonal de las grandes empresas, unmédico psicólogo? (...] Contribui­ría a la prevención de toda clase deConfl ietos". La Literaturnaia Gazetada también sus consejos: "Hay quesaber hablar con los subordinados.Un trabajador si lencioso representasiempre un enigma y un sujeto difí­cil para la dirección".3 s

Los revisionistas soviéticos pue­den estar satisfechos: en materia dedespotismo capitalista están comple­tamente al dt'a. Pero la condiciónasalariada comprende otro aspectoademás del de la sujeción en eltrabajo: se trata de la inseguridaden el empleo, de los despidos. Entiempos de Lenin y Stalin el dere­cho al trabajo era imprescriptible. ,Los revisionistas soviéticos, en cam­bio, prefirieron codificar la nociónde licenciamiento. El artículo 47del Código de Trabajo de la Federa­ción Rusa estipula que un trabaja­dor puede ser despedido:

- "cuando se procede a unacOmpresión de persona1";

- "cuando los trabajos se sus­penden por más de un mes porrazones técn icas";

- "en caso de ausencia injusti­ficada";

- "cuando se debe desocupar unPuesto para que se reintegre a él,de acuerdo con la ley, quien loOClJpaba anteriormente". 3 6

"Con la generalización de la ex­Periencia de Schekino mencionadaOlás arriba, los despidos se han con-

34TrUd, Organo Central de los Sindicatos,

J s 22 de d ic iembre de 197 1.Literaturnaia Gazeta, 24 de mayo de1972. Las citas se toman del trabajode J. Dalny, en Le Nouvel Observateur

36 del 25 de junio de 1973.Principes du droit soviétique, Moscú.1964, P. 273.

lOS liBROS, Marzo-Abril 1975

vertido en regla habitual en las re­laciones de trabajo. Hace muy po­co, Trud señalaba que en Tadjikistán11 numerosos trabajadores son deja­dos en la calle indebidamente". 3 7

La revista Smená revela que diezmillones de trabajadores pasan deun empleo a otro en la industria y el)la construcción. Un promedio de23 jornadas se pierden en ese des­p~azamiento, de '10 que resulta queun millón de personas por año notrabajan o están en paro forzoso. Larevista Economía planificada da lacifra de 59 millones para el númerode jornadas de trabajo perdidas en1972, mientras que en el mismo añoen los Estados Unidos ese númerofue de 26 millones.38

Valorización prioritaria del capi­tal, despoti smo patrona " restaura­ción del trabajo asalariado, tal esla base concreta de la actual so­ciedad soviética, la prueba evidentede la restauración completa del ca­pitalismo. Pero los revisionistas re­chazan la evidencia y tie nen, segúnparece, argumentos irrefutables paraoponer a todos los que duden dela naturaleza socialista de la U.R.S.S.Examinemos' esas pruebas.

11. Los revisionistas soviéticoshan traicionado alsocialismo

La propiedad de los mediosde producción

Los revisionistas soviéticos no secansan de repetir que todas las re­formas que han propiciado de nin­gún modo menoscabaron la propie­dad socialista de los medios de pro­ducción. Cuando se les señalan lasagudas manifestaciones de capitalis­mo en la U.R.S.S., los comunistasfranceses se escudan también detrásdel mismo argumento. J. Ellensteindesafía a "cualquier historiador, eco­nomista o sociólogo" a que "en­cuentre rastros" de propiedad priva­da de los medios de producción enla U.R.S.S. actual. 39 Marx escribíaque "pretender dar una definiciónde la propiedad como de una rela­ción independiente, de una catego­ría aparte, de una idea abstracta yeterna, no es sino una ilusión meta-

37 LJe Monde, 11-12 de agosto de 1974.38 De Cahiers de la Chine Nauvelle, na

1993, del 26 de agosto de 1974.39 France Nouve/le, 23 de julio de 1974.

física o jurídica".4 o Ignorantes oilusionistas como Ellenstein enarbo­lan el art ¡culo 4 de la constituciónsoviética como un tal ismán *. Caende lleno en la ilusión jur ídica. Porel contrario, Marx decía que "defi­nir la propiedad burguesa no es sinoexponer todas las relaciones socialesde la producción burguesa".4 1 Aho­ra bien, las relaciones sociales deproducción en la U.R.S.S. son, co­mo se ha visto, sin duda algunaburguesas. La propiedad sobre losmedios de producción es en laU.R.S.S. una propiedad burguesa,monopolio privado de una clase ex­plotadora.

Recordemos que los revisionistassoviéticos legalizaron la venta demedios de producción a todas lasempresas industriales y agrícolas pa­ra alimentar el famoso "fondo dedesarrollo de la producción". Pero¿puede venderse libre y legalmentealgo que no pertenezca en formaprivada? Evidentemente esto es im­posible. El libre mercado de mediosde producción prueba la destrucci6nde la propiedad socialista. El artí­culo 4 de la Constitución' de laU.R.S.S. es sólo letras sobre unpapel.

Otra prueba del carácter privadode los medios de producción esproporcionada por lo que los ro­manos denominaban el usus o de­recho a utilizar y el fructus o dere­cho a recoger los frutos. .¿Quiéndirige soberanamente los medios deproducción en la U.R.S.S.? Lo he­mos dicho: el director de la empre­sa, potentado absoluto, depositariosoberano, dentro de la empresa, d~los ego ístas derechos de la clase ex­plotadora. ¿Quién se apropia de losfrutos del trabajo realizado con losmedios de producción? También laclase explotadora, bajo la forma deprivilegios relacionados con la función(coches, choferes, viviendas), deal­tos salari os y de diferentes latroci­nios por una parte, y por la otra,bajo la forma de medios de pro­ducción.

Tampoco la tierra escapa a laprivatización. Se ha generalizado laconcesión de extensiones de tierra

40 Miseria de la fi/asafla.* Según este artículo 4 "la propiedad

socialista de los medios de produccióne intercambio" es "Ia base econ6micade la URSS".

41 Ibid., p. 160.

33

y máquinas agrícolas a pequeñosgrupos de campesinos que los ex­plotan como verdaderos propietarios.El agrónomo 1. Khorochi lov pedía,en Izvestia en marzo de 1966, "Iasupresión lo más inmediata posiblede la despersonalización en la utili­zación de la tierra". En agosto de,1966, casi un año antes, V. Julin yapropont'a que la tierra fuera confia­da a "un grupo de personas, otor­gándoles al mismo tiempo el dere­cho de ser dueños de ella". Inme­diatamente se realizaron algunas ex­periencias e l. Kopyssov relata unade ellas, en 1968, en las páginas dela Literaturnaia Gazeta: "Los docesólo tenían una palabra en la boca,pero era una palabra poderosa: ¡esmío! " y Kopyssov concluye: 11 ¿de-

34

jar a la tierra despersonalizada? Milveces no...Es preciso entregarla aun dueño y no a un jornalero. Queéste sea patrón".4 2

No se puede hablar más claro, nimás inescrupulosamente tanto en lopolítico como en lo jurídico.

Sin contar la producción de estosgrupos, las parcelas privadas (quesuperaban los 7,1 millones de hec­táreas en 1964 y los 7,9 en 1970)proporcionan el 80-90010 de las ver­duras, frutas, papas, carne y lecheconsumidos por los koljoses y el500/0 de los mismos productos con­sumidos por los sovjoses.

42 Citado por Le Monde, 10 de febrerode 1968.

Los capitalistas en la U.R.S.S.

Los revisionistas afirman: "noexiste capitalismo en la U.R.S.S.,caso contrario que se nos lo mues·tre". . . J. Ellenstein nos desafía,de esta forma, a encontrarlo. No ver·lo es cerrar los ojos. El capitalista-dect'a Marx- lIno tiene ningún va·lar histórico, ningún derecho histó·rico a la vida, ninguna razón de sersocial sino en tanto funciona comocapital personificado".4 3 Esta afir·mación debe entenderse en el sen·tido de que el capital ista no con·servará ni su lugar ni su funciónsi no tiene éxito en la valorizacióndel capital, en la explotación de loSobreros, en la obtención de una tasaconveniente de ganancia. Si es in·capaz de asumir su función de "fun"cionario del capital" será irremedia"blemente expulsado de la clase ca..pita lista: su empresa quebrará o serácomprada por otro capital ista.

Lo mismo sucede con los omni"potentes directores de empresa so­viéticos. Si no logran que la porciónde capital de la que están a cargodé sus frutos, si la disciplina burgUe­sa no es lo suficientemente severaen la empresa, si el nivel de las ga"nancias es demasiado bajo, se lesdespoja de su capital ,son traslada"dos y rebajados de rango. Estascostumbres, capitalistas en su esen"cia, asumen una forma b'urocrática,pues. es una decisión del nivel je"rárquico superior la que despoja aldirector de su cargo. Apologistas delrevisionismo, como J. Ellenstein, ar..gumentarán sobre la diferencia deforma (ya que el capitalista tradic~o"

nal era despojado por sus iguales)para polemizar con quien pruebeque existe capitalismo en la U.R.S.S.Lo que el señor Ellenstein pareceignorar es que en el capitalismo 010"

derno, la forma burocrática es idén"tica a la que se encuentra en laU.R.S.S. Los trusts, los conglomera"dos, las empresas transnacional8S

confían a directores asalariados pe"ro directamente interesados en laSganancias (como sucede en laU.R.S.S.) el funcionamiento de unaporción del capital total bajo laforma de la dirección de una empre-sa. Si el director se muestra inferiora lo que de él se espera, si se pro­ducen graves conmociones social"en su empresa, si las ganancias SO~

43 El Capital, oo. cit.. t. 3, p. 32.

demasiado bajas, el director es re­bajado de rango, trasladado, despe­dido si es necesario, por medio deuna decisión burocrática provenientedel centro, tal como sucede en laU.R.S.S. Por ello, desaparecen lasimportantes diferencias de forma en­tre el capitalismo tradicional y elcapitalismo soviético. En ambos ca­sos nos enfrentamos con un capita­lismo monopolista burocrático.

La planificación soviética hoy

Los revisionistas y ciertos ideó­logos burgueses (cuyo interés resideen ensuciar el socialismo asociandola U.R.S.S. a su nombre) afirmanque la U.R.S.S. no es capitalistapues tiene una economía planificaday centralizada, mientras que el ca­Pitalismo supone "economía descen­tralizada".

Puede señalarse en primer lugarqUe los veinte años de dominaciónrevisionista se caracterizaron por unadeclinación progresiva de la planifi­cación en la U.R.S.S. Tampoco eneste aspecto, las afirmaciones redun­dantes y las vacías exclamacionespueden enmascarar la realidad. Unaproporción creciente de las inversio­nes escapan a la planificación cen­tral. El espíritu mismo de las re­formas encaradas lo impone, puestoque se ha dotado a las unidades defondos propios para inversión (los"fondos de desarrollo de la produc­ción") y se las impulsa a solicitarcréditos de inversión complementa­rios a los bancos. Este tipo de finan­ciación es rigurosamente idéntico alde las empresas capitalistas.44 Sus­tituye al financiamiento socialistarealizado en función de las necesi­dades sociales (y no en función dela ganancia) sobre la base de fon­dos de Estado. No es sorprendenteque economistas revisionistas como~. IlIinich admitan que "el nuevoSIstema de planificación prevé una~escentralización parcial de la plani­fIcación y de la inversión de fon­dos".4S Del mismo modo, Egnell yPeissik señalan que "los nuevoS agen­tes económicos podrán convertirseen planificadores de sí mismos, mien-

44La única diferencia es que no existeuna Bolsa de Valores en la URSS. Sinernbargo. en algunos países capitalistasClá~icos. la Bolsa juega una funci6n de

4$ ínflrna irnportancia.B. lIinich. ob. cit., p. 48.

lOS LIBROS, Merzo-AbriI1975

tras que el Gosplan se limitará a tra­zar las líneas fundamentales y aasegurar una coordinación de con­junto".46

En segundo lugar, es necesariodebatir la teoría según la cual elcapitalismo es descentralizado y sólopractica una planificación parcial.Engels señalaba qUJ:l con los trusts seproduce "no sólo el fin de la propie­dad privada sino también el de laausencia de plan". Los enormes con­glomerados que hoy se desarrollanpractican una planificación rigurosa:lo mismo sucede, desde hace añosen los "konzerns" alemanes o lo~"zaibatsu" japoneses.

Por otra parte el capitalismo tam­bién practica la planificación general.Todos los países beligerantes lo hi­cieron durante las guerras mundiales.Desde su ascenso al poder Hitler car­tellizó toda la economía alemana yla sometió a planificación, empresapor empresa. En la actualidad todoslos países capitalistas se han asignadouna cierta planificación global. EnEstados Unidos el desarrollo de laindustria espacial y de armamentos,que constituyen el nudo de la econo­mía americana, es planificado por elEstado. En Francia, el Estado orientala mitad de las inversiones y sin suacción central las industrias aeronáu­tica, química, electrónica e informá­tica nunca hubieran alcanzado suactual desarrollo.

Planteado correctamente, el pro­blema de la planificación obliga areflexionar sobre las relaciones entresu contenido y su forma. Aunque yano existe planificación socialista enla URSS, existe sin embargo planifi­cación. ¿Cuál es su objeto? Unamilitarización desenfrenada (es co­rrecto, en cierta medida, afirmar quela URSS es un arsenal gigantesco) yla implantación de industrias de con·sumo copiadas de las de la decadentesociedad norteamericana. Los dirigen­tes soviéticos se rebajan para obtenerde los países capitalistas créditos ytecnología necesarios al desarrollo deuna industria del automóvil, compro­metiendo al pueblo soviético en ungigantesco despilfarro.

Beneficio y ley del valor

Los revisionistas consideran queno es antimarxista colocar a la ga-

46 Egnell y Peissik. ob. cit.. p. 286.

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nancia en el puesto de mando pues-les pa rece- es necesari o tener encuenta la esfera de acción de la leydel valor hasta tanto no se hayaimplantado el comunismo. Aunqueesta cuestión ya fue dilucidada porStalin en "Problemas económicos delsocialismo en la URSS", conviene ala presente polémica proceder a unarecapitulación.

La ley del valor es indisociable dela economfa mercantil. Cuando laproductividad del trabajo humanosuperó un determinado umbral, lasdiferentes comunidades pri mitivas es·tuvieron en condiciones de producir,además de los bienes necesarios parasu subsistencia, un excedente inter­cambiable. Como las diferentes comu­nidades se especializaron en pro­ducciones diversas (según estuvieranestablecidas a la ori Ua de I mar o enregiones mediterráneas, en zonas desabana o de selva, en llanuras omontañas se planteo el problema delintercambio. La ley del valor regulala relación de intercambio entre mer­cancías: según esta ley, el valor deuna mercancía es igual a la cantidadde trabajo socialmente necesario parasu producción.

Los intercambios se realilan me­·diante la intermediación de una mer­cancía medida colectivamente acepta­da como tal: ei dinero. En la pro­ducción mercantil simple el precioes exactamente la expresión moneta­ria del valor.

Cuando aparece el capital (en unprincipio bajo la forma de capitalcomercial) se produce una disociaciónentre el precio y el valor puesto queel beneficio comercial proviene de lacompra de una mercancía por debajode su valor y su venta por encimade él.

Cuando el capital se convierte enhegemónico en la esfera de la pro­ducción y se constituye el sistemacapitalista propiamente dicho, se pro­fundi za la- disociación entre precio yvalor. El precio se establece de ma­nera tal que los capitales de igualmagnitud producen el mismo bene­ficio. La ley de la tasa media deganancia reemplaza a la ley del valoren la determinación de precios, demanera tal que el plus valor produ­cido en los sectores menos produc­tivos (y que, por tanto, incorporanmás trabajo vivo y producen unatasa importante de plusval ía) es apro­piado por los capitalistas de los sec­tores más productivos (que incorpo-

ran a sus mercancías una fracciónmenor de trabajo no pagado).

La ley del valor también inter­viene a escala de la sociedad entera,en la medida en que la suma de losvalores es aproximadamente igual ala suma de los precios. El capitalismoprodujo categorías que le son propias,como tasa general de ga nancia, tra­bajo necesario, plusval fa, fuerza detrabajo como mercancfa.

Con la dictadura del proletariadoy la transformación social ista de laeconomía, si bien es intolerable quesubsistan las categor fas capital istas,sería sorprendente que se pudieraprescindir de las categor ías mercan­tiles. El valor, los precios, el dinero,el crédito subsisten pero colocadosal servicio de la poi ítica proletaria.El proletariado instaura un sistemade precios y de crédito que sirve asu poi ítica específica para cada etapade la revolución. Este sistema de pre­cios no refleja exactamente el valorde las mercancfas. Si, por ejemplo,la poi ítica proletaria exige la rápidaedificación de una base industrial,se fijará un precio bastante alto a losbienes de consumó no indispensables.Si es necesario fortalecer la alianzaobrero-campesina se establecerán pre­cios de compra adecuados para losproductos agrfcolas y para los bienesindustriales que se vendan al campe­sinado.

Enla determinación de los preciosse tiene en cuenta si n embargo la leydel valor para evitar absurdos. Fijarel precio del tejido de algodón porencima del precio del algodón seríaincorrecto pues la producción detej ido supone una invers ión de tra­bajo social suplementario a partirdel algodón.

¿y el beneficio? El beneficiosigue existiendo bajo la forma derendimiento comercial. Sirve paraproporcionar al Estado fondos deacumulación, pero en ningún casodirige la producción ni decide enmateria de inversiones. Ocupa unlugar secundario, puesto que es lapoi ítica la que está en el puesto demando. Cada vez que se plantea unantagonismo entre el beneficio y lapol/tica proletaria, es la política pro­letaria la que se impone. Los co­munistas chinos afirman que si lapolítica proletaria no se hubiera im­puesto sobre el beneficio, no hubie­ran estado en condiciones de desa­rrollar la defensa nacional (sectoreminentemente no rentable), no hu-

bieran podido desarrollar la industriapesada que sólo produce frutos des­pués de un largo per íodo, ni las in­dustrias radicadas en el interior, in­dispensables en caso de guerra peromenos rentables que las industriasradicadas en la costa, favorecidas porun terreno económico ya preparado.Hubieran debido renunciar a las in­dustrias que sostienen a la agricul­tura, temporariamente poco renta­bles, pero indispensables a la alianzaobrero-campesina. Del mismo modohubieran debido renunciar a la pro­ducción ligada con las obl igacionesdel internacionalismo proletario.

Existe pues un abismo entre elreconocimiento de la persistencia dela ley del valor y las categoríasmercanti les por una parte, y la adop­ción de categorías capitalistas comola ganancia en el puesto de mando,por la otra. Este abismo no es otroque el que sepa ra al capital ismo delsocialismo, a la dictadura de la bur­guesfa de la dictadura del proletaria­do. En la URSS donde, como ha

dicho Mao Tse-tung "el revisionismoen el poder es la burguesía en elpoder", la adopción del beneficiocomo punto de partida y de llegadade la actividad socioeconómica refle­ja la restauración generalizada delcapital ismo.

Planificar una economla compleja

Pasaremos rápidamente sobre laargucia revis ion ¡sta y bu rguesa queconsiste en decir que la ganancia esun "regulador" indispensable cuan­do una economfa alcanza cierto gra­do de desarrollo y complejidad. Laeconomfa china concierne a cercade 800 millones de hombres y esplanificada y pró~pera. Es por otraparte una economía muy compleja.Nadie ha afirmado jamás que laplanificación social ista consiste enprever y ordenar a partir de un órga­no central hasta el más mínimodetalle de la actividad, incluso en la5regiones más alejadas. La planifica'ción socialista es fluida y pued~

adaptarse a una gran variedad de si­tuaciones: combina la iniciativa cen­tral y la iniciativa local~ la uní.ón

armoniosa de ambos tipos de inicia­tivas reposa sobre una línea ideoló­gica, política y económica común.

Así definió Mao la línea general,en 1958: "Construir el socialismOdesplegando todos los esfuerzoS. yavanzar siempre siguiendo los prtn"

cipios de cantidad, rapidez, calidady economía"; de la misma forma,la Carta de Anshan de 196047 Yotros pri nci píos poi {ticos constitu­yen la base necesaria para el des­pliegue de la iniciativa central ylocal, capaces de encarar correcta­mente los problemas más complejosen la situación económica más com­pleja.

Bien se ve entonces que los ar­gumentos revisionistas son una pan­talla insuficiente para enmascarar laregresión hacia el capital ismo y lanaturaleza burguesa, monopolista yburocrática de la clase di rigente enla U.R.S.S.

111. De la burguesía ,burocráticaal socialfascismo

Es evidente que la burguesía bu­rocrática soviética no cayó del cielo.Se conformó en las entrañas delPoder proletario para emerger cuan­do se dieron circunstancias favora­bles, como fuerza política dominan­te y sumir al primer pa ís socialistaen las ti nieblas de la regresión his­tórica. Esta tragedia puede producir­se en todos los países donde elproletariado triunfó. Es necesario vol­ver a los penetrantes análisis deLenin y Mao sobre la continuaciónde la lucha de clases en la sociedadsocialista.

La burguesía puede reconquistarel poder perdido

Desde 1918, Lenin subrayaba unproblema crucial. Señalaba: "Ia tran­sición del capital ismo al comunismoabarca todo un período histórico. Entanto éste no ha terminado, los

47 Esta Carta enuncia los principios degesti ón para las empresas social istas.Estos principios son cinco: 1. Colocarla poi ítica en el puesto de mando; 2.fortalecer la dirección del Partido; 3.impulsar vigorosamente los movimien­tos de masas; 4. participación de losCuadros en el trabajo productivo, delos obreros en la gestión, reforma de losreglamentos en lo que tienen de irra­cional, cooperación de cuadros-obreros­técnicos; 5. fomentar las innovacionestécnicas. llevar a cabo enérgicamentela revolución técnica. Estos principiosgarantizan la naturaleza socialista dela empresa y posibilitan el constantePerfeccionamiento de las relaciones deprOducción socialistas.

Loa liBROS, Marzo-Abrii 1975

explotadores conservan inevitable­mente la esperanza de una restaura­ción, esperanza que se transforma ententativas de restauración". 4 8

La lucha de clases no desapareceentonces después de la to ma del po­der por parte del proletariado. Losexplotadores desposeidos no se des­vanecen de un d ia para el otro. Per­sisten y guard~n un profundo ren­cor. Por otra parte, la etapa socia­lista engendra por sí misma nuevoselementos burgueses, pues la nuevasociedad lleva durante mucho tiem­po los estigmas del viejo orden so·cial. Las diferencias entre obreros ycampesinos, entre ciudad y campo,entre trabajo manual y trabajo in·telectual, continúan durante un lar·go período; de la misma forma, aúrno se ha abolido totalmente el derecho burgués: la desigualdad en lédistribución de los bienes socialesubsiste puesto que la distribuciórse realiza de acuerdo con el principio: "de cada cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo"Los diferentes individuos no soniguales ni desde el punto de vistade sus capacidades ni desde el pun­to de vista del trabajo que puedenrealizar.

En una cierta medida, la pequeñaproducción continúa existiendo yLenin indicaba que "Ia pequeña pro­ducción engendra capitalismo y bur­guesía constantemente, cada día, ca­da hora, de manera espontánea y engrandes proporciones".4 9

Es necesario también tener encuenta la fuerza de la costumbre, dela influencia prolongada de la ideo­logía y de los reflejos adquiridos enel período burgués. Esta influenciahace surgir elementos degenerados(que son materia de elección parala burguesía) en todas las capas dela sociedad: tanto en las filas de laclase obrera como en las del cam­pesinado, entre los funcionarios delEstado, los intelectuales, los artistas,etc.

Finalmente, la existencia de unmedio internacional capitalista creauna presión constante, ideológica ypoi ítiea. Los pa íses imper ialistas, quefracasaron cuando emplearon su fuer­za contra el socialismo, pusieron a

48 La revolución proletaria y e/ renegadoKautsky, Obras escogidas, t. V.

49 La enfermBdad infantil del uizquierdis­mo" en el comunismo, Obr.s escogidas,t. VI.

punto una poi ítica de evolución in­terna de los países socialistas. Así,la primera exposición nor~eamerica·

na en Moscú fue una incitación gi·gantesca al despilfarro y la corrup­ción. Los capitalistas americanos ha­bían procedido a una concentracióninédita de productos que simboli­zaban a la perfección el "americanway of life". Eisenhower, Kennedyy sus sucesores prestara n una aten­ción sostenida al fortalecí miento delos elementos burgueses en la U. R.S.S.y emplearon todos los medios que .ten ían a su alcance para ampliar subase: infiltración, viajes, "intercam­bios" culturales y comerciales, etc.

Al considerar todos estos factoresy comprobando Que la burguesiaexiste siempre como embrión si ladictadura del proletariado es fuertey como fuerza política ya organiza­da si la dictadura del proletariadoes débil, Mao Tse-Tung formuló unaadvertencia de inmenso alcance: "Lalucha de clases entre el proletariadoy la burguest'a, entre las diversasfuerzas poi íticas en pugna, y en­tre la ideología proletaria y la bur­guesa será todavía larga y estarásujeta a muchas vicisitudes; por mo­mentos podrá ser muv aquda. Elproletariado busca transformar elmundo según su propia concepcióndel mundo V la burguesía quierehacer lo mismo. A este respecto lacuestión de saber quién vencerá, elsocialismo o el capitalismo, no estáaún verdaderamente resuelta". 5 o

¿Cómo procede la burguesía paraapoderarse del poder? Intenta anidaren las organizaciones construidas porel proletariado (las organizacionesde masas, el aparato del Estado, elpartido -comunista) apuntando pr~

ferentemente hacia los puestos dedirección. A parti r de allí conspira,intriga, corrompe, concentrando susesfuerzos sobre la dirección del par.tido. Si, a partir de acontecimientosfavorables, logra ocupar este lugar,

\ apoderarse del sistema nervioso cen­tral de la sociedad socialista, detentadesde ese momento el poder político.Puede comenzar el proc-eso de res­tauración capitalista, expurgando alas organizaciones conquistadas déverdaderos comunistas. Así Jrushov,

so Sobre el tratamiento correcto de lascontradicciones en el seno del pueblo,Buenos Aires, Ediciones La Rosa Blin­dada.

37

primer representante oficial de laburguesfa soviética, depuró el 70%de los miembros del Comité Centralprecedente al XX Congreso del PCUS;luego, en 1961, cuando el XXIICongreso, depuró un 50% más.

La burguesía burocrática soviéticadetenta el poder desde hace cercade 20 años y tuvo tiempo suficientepara servirse de él. El académicoVarga lamentaba: "el constraste entrela abundancia material excesiva de laaristocracia dirigente y el salario ex­tremadamente bajo de la mayoríade los obreros,' empleados y kol­josianos"s 1. La ideología individua­lista y la estrechez de esta burguesía,su idolatría por el "modelo" nortea­mericano, se proyecta sobre el tipode bienes que desea consumir. ParaLiteraturnaia Gazeta lino es posiblesaltearse la era del automóvil". s 2

Del mismo modo, es necesario desa­rrollar los "moteles y su confort",las "hamburguesas", como lo reclamaKomsomo/skaia Pravda el 28 de abrilde 1973, agregando que en esosaspectos "tenemos mucho que apren­der".53

Las diferencias oficiales entre lossalarios son considerables: oscilan de1 a 20; pero estas diferencias estánlejos de reflejar la realidad. La bur·guesía burocrática se beneficia connumerosas ventajas ligadas a la fun·ción que desempeña. Por otra parte,la U RSS se ha convertido en lanación del mercado negro. El poder,sin duda, cierra los ojos sobre esasprácticas clandestinas. Así, por ejem·plo, los que ganan 1a lotería puedenrevender su billete con ganancias alos que desean poder probar el origenlegal de una fuerte suma de dineroque poseen.

La burguesía burocrática soviéticase perpetúa reclutando nuevos ele­mentos corrompidos y trasmitiendode generación en generación los pues­tos de director, de dirigente, deprivilegiado en general. Una encuestarealizada en la región de Novossibirskmuestra que el 82% de los hijos de laUintelligentsia" urbana (la casta pri­vilegiada) realiza estudios superiores,contra el 61 % de los niños de origenobrero y el 10% de los hijos dekoljosianos. Francis Cohen, miembrodel P.C. francés, apologista incon-

51 Véase la nota 1.S 2 Literaturnllia Gazeta, 6 de marzo de

1968.53 Según J. Dalny, ya citado.

38

dicional del poder revisionista debeadmitir que " a medida que las pro·fesiones se especializan, tienen latendencia a ser hereditarias... Talel caso de los trabajadores cient ífi­coso .. También los méd icos suelenser padre e hijo, o mejor, madre ehija".s4

El socia/fascismo, régimen políticode la burgues¡'a burocrática

Todo régimen de explotación re­curre al uso de la fuerza. Las formasde la dictadura son más leves o másduras según el grado de agudeza delos enfrentamientos pasados o pre­sentes. La burgues ía burocrática so­viética está perseguida por el recuerdoterrible de la época en que el pueblosoviético estaba de pie; tiembla antela idea de socialismo y debe en­frentarse con una clase obrera riqu í­sima de las más gloriosas tradicionesde lucha. Para perpetuar su domina­ción, está obligada a recurrir a losmás evidentes procedimientos policia­les, a la censura general izada de laprensa popular. Niega a quien no lasirve ciegamente el menor derechode organización o de expresión; lamenor concesión democrática le dis­gusta. Socialismo de palabra, fascismoen los hechos, la burguesía ~oviética

practica el socialfascismo.Convirtió a las viejas organizacio­

nes proletarias en prisiones del pen­samiento y de la expresión popular.La afiliación a estas organizacioneses muy a menudo obligatoria. Peroel ojo del obrero soviético distinguecon justeza: "el sindicato, el partido,la dirección son como las tres cabe­zas de la misma bestia...,,55

La nueva policía, la Qjhrana denuevo cuño, es irreemplazable. /zves­tia del 9 de julio de 1,972 señalaque "los funcionarios de la policíavisitan sistemáticamente la fábrica"(se trata de una fábrica de Moscú)."los servicios del procurador deldistrito de Sverdlovsk verificaron elestado de la disciplina de trabajo ennuestra empresa". En Nvokuznetsk"los colaboradores de la direcciónde asuntos interiores, del tribunal ydel ministerio público van cada vezmás a menudo a los colectivos de los

S4 Les soviétíques, Paris, Editions Socia­les, 1974, p. 178.

S S Entrevista a tres obreros soviéticos.Politique Hebdo, 13 de diciembre de1973.

trabajadores".56 En Achkhabad, "loscolaboradores de los servicios repU·blicanos, regionales y de distrito delMinisterio Público, asf como los de lapolicía, visitan a menudo las empre·sas". s 7

La represión policial en la fábricaes también signo de la combatividadde los trabajadores. Pero la policíatampoco perdona al obrero fuera dela fábrica: "el desocupado soviéticOes un ciudadano moral, material,jurídicamente disminuido, un hulliganen potencia. Generalmente en nombrede la lucha contra el hulliganismO

se persigue a los desocupados en losperíodos de severidad".s 8

Tal es la situación creada en elque fuera el primer país socialist.a.¿Es preciso abandonarse al pesimiS­mo? Una vez más, Marx nos da unalección: "En la historia como entanaturaleza, la podredumbre es el I~"boratorio de la vida".s 9 Esta tesIsse apl ica perfectamente a la sociedadsoviética de hoy. La evocación deStalin o la fugaz aparición de sUretrato en una pel fcula provoca aplaU"

60 Alsos calurosos y prolongados.aplaudir a Stalin, el pueblo soviétiC~aclama al socialismo. Sin duda sabraconstruirlo nuevamente.

56 Pravda, 29 de julio de 1972. .S7 Pravda 17 de julio de 1972. Las últI-

mas tr~s referencias provienen del tra·bajo de J. Dalny, ya citado.

S8 Egnell y Peissik, ob. cit., p. 141.59 El Capital, oo. cit., t. 11, p. 168. de60 Véase Le Monde, 10-11 de maYo

1970.

El-

.,marxismo en Asia

Santiago Mas-

Stuart Schram y Helene Carrere D'En­causse, El marxismo y Asia. 1853­1964, Buenos Aires, Siglo XXI, 381pág. Trad. de Man'a Teresa Poyrazián.

No es habitual encontrarse conuna antología como la que comen­tamos que, en el an1l:>lio campo dela historia de las luchas por la libe­ración nacional, se haya convertidoen un texto clásico. Schram es des­COnocido en castellano, en tantoque de Carrere D'Encausse se hapUblicado su excelente monografíaSObre los musulmanes del imperioruso l y algunos artículos escritosPara Le Fígaro que reprodujo LaNaci6n. Ante dos especialistas de laenvergadura de los autores, atender8 la ausencia o presencia de tal ocual documento, resulta más un actode pedantería que una contribucióna su valoración; de all í que, princi­Palmente, nos concentremos en las100 páginas que abarca la "Presen­tación" y que provee el marco generalde la recopilación.

En general los trabajos hist6ricosatinentes al movimiento obrero, enel sentido más amplio del concepto, •deben referirse a una serie de dimen­siones que impiden la fragmentaci6nregional. En la historia de la claseobrera se produce un entramadoesPecífico de la economía, la política,la ideología y la teoría, que tornanmetodológicamente imposible el ais­lamiento analítico; la historia sociales el campo interregional por exce..tencia. Los poco más de cien aftos

1, ~.. Reforme y revolucl6n entre. 101 mu-,~;--' del Imperio rulO. Bu¡',. 1S67·

~, Buenoa Aire., S~r, 1969, 331 pp.

• <~ LIIROS, Marzo-AbriI1976

que abarca el libro constituyen unode los períodos más ricos de lahistoria de la humanidad y, reducirsu evolución a unas escasas fórmulasimplica la reducción del problemaa una mera "evolución de las ideas".Debemos llegar a la página 27, cuan­do ya se ha termir.ado de tratar laactitud de los marxistas ante el mun­do no europeo antes de la 11 Inter­nacional, para anoticiarnos que: "Elhecho de que los escritos de Marx yEngels sobre los problemas de lospaíses no europeos sean fragmenta­rios y poco concluyentes se debe engran parte a que en la época en quevivieron el verdadero impulso de lacolonización recién cx:>menzaba" (p.27). ¿Cuáles son las conclusiones quepueden sacarse sin hacer la menormención a las profundas tendenciasque se desarrollan en la relaciónentre Europa y el resto del mundoque se establece oon el nacimientodel imperialismo? Un siglo es muchotiempo, pero cuando ese siglo es elque corre entre la mitad del sigloXIX y la mitad del XX, omitir elencuadre histórico nos confina al co­tejo de textos, de cuya importanciano nos cabe duda, pero no es ese elcamino. Vayamos, sin embargo, conlos compiladores, a este terreno yall í nos encontramos con que loscontinuadores de Marx y Engels"[...] se vieron obligados a elaborarsus teorías al respecto [la revoluciónen Asia y en Rusia] en gran partepor analogía con lo que los dosfundadores del'socialismo científico'escribieron en contextos muy dife­rentes" (pág. 24). Con lo que elpanorama se nos complica aún máspues no sabemos qué entienden por"sucesores y discípulos" de Marx yEngels, porque si hay algo ajeno aestos, es el "pensamiento analógico"

y, más aún, ellos mismos tuvieronoportunidad de precisar que ser mar­xista no consiste en pensar comolo hizo Marx en una situación similar.y es esta visión, lindante con lolibresco, que lleva a decir que "[...]los debates de Stuttgart evidenciaronla incomprensi6n de la socialdemo­cracia respecto al problema colonial"(p.28); basta atender a la desenfrena­da política colonialista de las poten­cias europeas, para comprender queno se trataba de "falta de compren­si6n", sino de una línea política queindependientemente del grado deautoconciencia de sus portadores,desembocaba en el alineamiento dela clase obrera con la burguesíamonopolista y que, en diversos gra­dos, " legal izaba" la poi ítica colonialde sus pe íses.

Para los autores "el marxismo esuna forma de pensamiento funda­mentalmente europea, que reúne VI­rios de los rasgos más caraeter(sticosde la civilización europea en su con­junto: el sentido de la historiaproveniente de la tradici6n judeo­cristiana, y la voluntad prometeicade conformar la naturaleza [. . .l"(pág. 14). Nos parece temeraria'.empresa de "caracterizar'" algo tanamplio como la "civilizaci6n europeaen su conjunto", pero lo que sinduda es imposible es hacerlo conun par de líneas que, cabe subrayarlo,omiten cuidadosamente aportar algúnelemento a la demostraci6n de queel marxismo también se encuentraen esa situación. Por otra parte senos hablará de la "idea china de lahistoria" y de la "concepci6n chinade .1. hiStoria" (pág 61), la quet~mbién se agotará en un par delineas con lo que, como es previsiblequeda sin explicar la contradicc¡ó~

entre adjudicar a Europa la voluntadde transformar la naturaleza y larealidad asiática en la que la luchapor modificar la naturaleza constituíauna instancia de concentración deenormes masas V aportaba a la es­pecificación del modo de producción.

Nos hemos detenido en estos as­pectos que pueden parecer laterales,pues ellos se encuentran en la basedel análisis que los autores hacendel amplio período que abarcan. Pri­vilegiar el documento en relación alos "hechos", la conceptualizaciónpor sobre la práctica, no es, paranosotros, el camino; ya que, salvoque se pretenda retornar a la identi­dad hegeliana de racionalidad.y rea­lidad, la historia es historia dehombres, no de lo que dijeron esoshombres. Si el problema es las rela­ciones entre el marxismo y el Asia,ante todo debemos distinguir nivelesy, fundamentalmente, concertar enque el decisivo es el de la práctica.Aunque Mao Tsetung haya utilizadoel concepto de burguesía en lugardel de burguesía nacional en suNueva Democracia, lo determinantees que la práctica del pe de Chinase correspondía con el contenidodel segundo. Seguir tal camino ayuda­a omitir las referencias a conceptostales como "ideas subyacentes" (p.47) o, simétricamente, buscar, antecada caso, la explicación ad hoc, almargen que ésta sea contradictoriacon la que se dio en otro lado. Alanalizar el período cubierto por lafigura de Lenin, los autores, conmuy buena intención pero escasafortuna, intentan "caracterizar bre­vemente los rasgos esenciales de supensamiento en su conjunto" (p 28).Para ello, entre otros tópicos, serefi~ren a la concepción leninista delpartido revolucionario: "AI pretenderhacer la revolución en un pa(s dondela clase obrera aún no era muynumerosa, Lenín tuvo que compensaresta debilidad numérica con la or­ganización y la disciplina del partido"(p. 30). Lenin comanda el procesode integración del marxismo con larealidad rusa, pero al mismo tiempoy en estrecha ligazón con este proce­so" constituye la teoría y prácticade la revolución proletaria, el marxis­mo de la época del triunfo de larevolución socialista. El Estado za­rista, en contraste con la generalidadde los estados de Europa occidental,carecía de mediaciones entre su esen­cia represiva y su práctica cotidiana.

40

El revolucionario ruso se enfrentaba,si se nos permite la licencia, con laúltima instancia del Estado de clase.Ello tuvo como consecuencia quedestruirlo requiriese construir un tipoespecial de partido de la clase obreraque se diferenciaba de los restantespartidos socialdemócratas. Además,el propio enfrentamiento con la"esencia del Estado", hizo que estepartido fuera la base práctica parala construcción de un "modelo" queresultó políticamente apto para en­cabezar la lucha por la destruccióndel Estado burgués; no es en absolutocasual que Rusia fuera la cuna deeste "modelo". Sentada nuestra vi­sión distinta a la de los autores,pnotemos también que vuelven sobrela remanida cuestión del " elitismo"de la organización leninista funda­mentándola en que es "[ . ..) evidenteque cuanto menos maduras estén lascondiciones económicas para una re­volución, la visión global de las trans­formaciones a realizar se apartaráde la experiencia inmediata de losobreros y, en consecuencia, será ne­cesario inculcarles esa visión desdeafuera" (pág 30) 2. En resumen (se­gún los autores): Lenin construye elpartido "estrecho" como respuestaal atraso ruso. Sir embargo en lapágina 43, se nos dirá que hacia1920 Lenin, atendiendo al peso delcampesinado en los países asiáticos,inicia la evolución de una concepciónque se caracteriza como "comunismocampesino" (y que se adjudica aMao Tsetung). El atraso se incorporóal "modelo explicativo" para funda­mentar la "estrechez" del POSDRV luego se lo incorpora para explicarla "amplitud" que "debía" teneren Asia.

Puntualizar las objeciones que nosmerece la "Presentación" puede in­sumir un espacio mucho mayor queel que ella misma ocupa: son muchaslas afirmaciones que se lanzan conmucha liviandad. No objetamos apriori dichas opiniones, sino que sedan como verdades inmediatas contanta soltura que parecen prejuicios.Tal es el caso de "Ia contradicciónentre los intereses de la revoluciónmundial y los intereses del estadosoviético" (p. 54), contradicción que,

2 Como único comentario de este pá­rrafo nos limitamos a recordar queKautsky, marxista de un pals con "con­diciones económicas maduras", fue el queformul6 esta idea antes que Lenin.

obviamente, existe, pero en el senti­eJo exacto del concepto de contra­dicción, y no identificándola trivial­mente con contradicci6n antagónica;también se incurre en prejuicio con

, afirmaciones tales como "La orienta­ción del congreso [V, de la IC], sUSctecisiones, el tono mismo fueron yacaraeter ísticos de la época estaIinia­na" (pág. 59). Por más que los inte­lectuales europeos estén muy pr8O'".cupados por la "época estaliniana",una afirmación de tal calibre merece­ría ser precisada, por lo menos parano abrir espacio a pensar que seapela a los prejuicios del lector.

La edición original de este librodata de hace diez afios, quizá ellopueda atenuar las críticas que mere­cen afirmaciones tales como que enel XX Congreso del PCUS "[...l lOSdirigentes soviéticos proseguían ensu esfuerzo de análisis marxista delproblema de la burguesía naciona'"(pág 90, subrayado por SM), aunquela probidad intelectual exige puntua"liar cuál es el "marxismo" quecondujo al apoyo descarado de 'aURSS al gobierno títere de Lon Not·y, por supuesto, el sigiloso retiro de..apoyo que se produjo a pasteríari.Los prejuicios de los autores se mul'"tiplican en el tratamiento del conflic­to chino-soviético; así nos dirán queIn el tema de la guerra el pecH.sostiene "[...) una posici6n marcadapor una cierta Inconsciencia en loque se refiere a las consecuenciasde una eventual guerra nuclear" (páG93); rebatir tales opiniones hoy re­sulta ocioso, pero sí es criticablerecoger en forma acrítica infundíOSlanzados por el revisionismo. 3

.

En resumen, la edición castella~de El marxismo y Asia tiene el mér'"to de difundir valiosos documentOSde acceso relativamente difícil a tra"v's de una excelente traducción. ~"Presentación" que hacen los comPI"ladores aporta poco a la comprensiónteórica del problema y nada 8 I.snecesidades de los pueblos del TercerMundo.

3 Con relación al conflicto Chino-SO"'viltico. es lamentable la 8ullftCia de .~ferencias a la posici6n de Marx, Eng.11 ,Lenin contraria a los saqueos llevadOS."cebo por el zarismo en detrimentoChine. Además de un elemento vel~en dicho conflicto son importanteS"'~

precisar un probleme dellcedo: le rel~entre el proletariado triunfante e~ ~.Imperialista y los pafses antertOdependientes de dicho pafl.

u..... •••t........ •• •••••s AiresFEBRERO - MARZO 1975

CIENCIASSOCIALES

Silviu Brucan... dilOluci6n del poderTraducción de FranciscoGonzález AramburoMéxico, Siglo XXI, 352 pág.El autor, docente de laUniWlr,idad de BUctl1Wt,

.~.u.dia la Ilsoclolo,11I dellls''!acion. internacional. yPOlltiCIIslI lila luz de lo que en'u opini6n constituye lBfilosof{1I de/ siglo XX:'" ,imbiosis del marxismo y lacibern.tiCII, entendida como.~gran hito de la metodologlaelflntlfiCII actulIl.

Jean Cazeneuve, A. Akoun,F.Balle-Our. deleatudian'bl delOciolograTraducción, presentación yaPéndices de FaustinoMiguélezBarcelona, Pen(nsula, 267 pág.

RÜdiger LautmannSociologla y jurisprudenciaTraducción de ErnestoGarzón ValdésBuenos Aires, Sur, 142 pág.

Raymond Mack y RichardC. SnYder11 "lil. del conflicto social

aBuenos Aires, Nueva Visión,5 Pág.

~. SPitfals. E.H. Phelps-Brown,Q' Descamps, G. Reggio,I .:....Debunne y otrosI CQnfIictOlsoci... enur__

~ del Coloquio de 8rujalraducción de R. Serratacx.\,:~Méndez y M.C. González

ueyO~rid. Ediciones de laE:vasta de Trabajo, 362 pág.• ~/umen ,...inra UM ..leIt intervenciones IObrtl",:-fti6n lIIbora/europee.. como ,e pr...ntIJ _ p.tir

"-yO d. 1968; delde::.~ • v.tI! CIIpit.,i,ta,toe 10' en ,.n..'de ,._ Iologf. bu'lu••, •

Pot»e ,. ./tuKi6n d. la

industria y sus relaciones conel proletariado -conflictos,hue/glls ./valt18, nuevossindicatos, tltc.- y se IIrtieulanalguflBs propulIStas en tornoa 111 participaci6n de /O.obreros en la gestiónempresaria.

Gerhard V inna iEl f6tbol como ideolograTraducción de León ManesBuenos Aires, Siglo XX 1,152 pág.Stl/Jún los editores éste es unanálisis crítico-idlJOl6gico,polltico-IJCon6mico y socio­psicol6gico del fútbolentendido como parte de unsistema manipulador de tnlISIJ$..

Vínnai analiza este deportecomo fen6mt1no del tiempolibre, como mercancla ycomo ideologla, estllbleciendoal mismo tiempo l. relacionesentre fútbol y militllri.moy fútbol y IIflresividad.

ECONOMIA

Samir AminLa acumulaci6n .....IamundialTraducción de Rosalía CortésBuenos Aires, Siglo XX 1,660 pág.

Vania BambirraEl capitalismo dependientelatin_meranoMéxico,Siglo XXI,180 pág•.

Susanne de BrunhoffLII poIltlca monet.i.Un .-ayo • interpretaci6nmarxistaTraducción de María Doloresde la PeñaMéxico, Siglo XXI, 182 pág.Estudio sobre 111 monclI y 111

acci6n .,E.tado lJn .1contrlxro del capitlllismoque articula .¡_ pollmiCOl,en apeeilll." torno 11 ,•

",.,unta que preside lo.t»/Jftulol fiMI. del libro:lCulle,.on 1M pr~ctiCIIs

tICOn6mi~' que necesitan",.,."."e a ,lmi",,- como

polltica monetaria? , cuyopunto de partida son lasnociones y desarrollosalthusserian08 acerca de laideología.

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EDUCACION

CuMl.1IOI de EduceciónNúmero 21, enero de 1975CaracasPublica un texto de PauloFreire sobre "LBS iglesias enAm.rica Latina: su papellIduClltivo" y una bibliograflllcomplementaria sobre el tema

eu"maa de Educecl6nNúmero 22, febrero de 1975CaracasNúm.o dedicado a laReforma eduClltiva en Mbico:11 partir de 1_ experiencias dela rlWOluci6n, de 1911 11 1920,se aborda el perlado deCárdenas y lB fJOI teriorconsolidllci6n en el interiordelllparato educstivo de unproyecto burgu•. Se analizatambi.n 111 Ley Fede,al deEducaci6n..

EduCIICi6n popul. enAm6r1ca LainaAr\o 1, Febrero de 1975,número ONúm.o inicial de unapub"~~nquesepropon~

en e' CIImpo de la IIXptlfÍfll'lcilllIduc.tiva, "va/oriar aquelloque. tf8dición COflltruetiVIIde nueltrO$ pueblo,

hltinoamericanos". Seincluyen textos sobre elconcepto de educaciónpopular, psicologla yeducación, la educación enChina, etc..

....10 Freire en Am6riaLetI,.Primera parte, tex tos deP¡lulo FreireFichas Latinoamericanas,número 4Buenos Ai res, Tierra Nueva

William B. RaganEl ··curriculum" en la escuel.primariaTraducción de JudithAubinsteinBuenos Aires, El Ateneo,506 pág., segunda edición

ENSAYOS SOBRELITERATURA, ARTE Y

COMUNICACION

Lou is A tthusser , A lainBadiou y otrosLiteretura y sociedadBuenos Aires, EditorialTiempo Contemporáneo,168 pág.El volumen incluye un texto..Sovolev sobre trabajo.nfstico y economlal»¡JitIlIiSt8, el flfl$lJYo cM"cherey sobre Lenin.hico de Tolstoi, un 'tnlbajo de Althussr sobre.-re e ideolorlía y otro de8«Jiou sobre el procesomético, ad.",.s de dos.nlculo" .obre la, ideas.t'tiC116 INI MIlO Y enG,..""ei, d. Piglill YGuiducci respllCti""ment.e.

Walter BenjaminReflalonea niftosJ n infantil~.j6v y eduCllCi6nTraducción de Juan J. ThomasBuenos Aires, Nueva Visi6n,134 pág.Selección cM .crito, t*SMjamín 'obre cultura yliteflltul'll para nilloa,· incluyeun pro""",. de t.troinfantil prol.t.rio, unapropuena de pedagog/a

las lI8ROS••rzo-AbriI 1976 41

comunista y textos sobrejuguetes, historia cultural y deljuguete, etc.

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Comunicaci6n y cultura... comuniceción m.iva en elproceso poi (ticoIlItinoamericanonúmero 3El presente número de larevista incluye: la ficha deidentificaci6n de la USIA, lBS'-enas de USIS en Vietnam,le cuesti6n del sattlliteeducativo en América del Sur,un ensayo sobre tecnologla,penetraci6n imperÍIJlista ylIduCllci6n, un informe sobre lattllwisi6n en la Argentina yuna serie de documentos.

FILOSOFIA.

Hefmar G. Frankc..-Mtica y filosoffaMM';." y esbozo P" unafllOIOf ra de l. cibern6ti-=­Traducción de JulioValderramaBuenos Aires, Troquel,243 pág.

Sidney Hooku ........ penumientofllol6fico de MarxDe H..... F..erbechBarcelona, Barral Editores,381 pág.

Ludovico SilvaMllrx y l. afienaci6nCaracas, Monte Avila, 207 pág.

42

HISTORIA

H. ArmaignacViajes por la pampas....ntinasBuenos Aires, EUDEBA,220 pág.

Hebe ClementiLa abolici6n de la esclavituden América Latina yLa abolici6n de la esclavituden NortearnllricaBuenos Aires, La Pléyade,220 y 191 pág.

Armando O. ChiapellaEl destino del em pr6stitoBering Brothen (1824-1826)Buenos Aires, Platero, 134 pág.Documentado estudioeconómico de la aplicaciónde los fondos del famosoempréstito. Incluye unapéndice en el que se publicanparte de la correspondenciade Parish con la Baríng,las intervenciones de la casaMiller de R io de Janeiro, elestado de cuenta delBmp,wstitofln 1824, 1825 yal dra de la cesaci6n delmi.mo.

Jacques DrozEuropa: r.auraci6n yrevolucl6n.1815·1848Traducción de Ignacio Romerode Sol (s

España, Siglo XX " 318 pág.D.de l. calda del AntiguoRégimen y los allos de l.restBuracion. hasta lasrevoluciones democráticas de1848, el trsbajode Droztra~a una síntesis de la historiaeuropea en el ptlrfodo en quese entrecruzan la viejasupremacfs de l. producci6nlI9,ícola con la .firmllCi6npujante de l. burguIISrllSindustrialllS y urbanas.

Pedro A. Garc(aDiario de un viaje. Salin.Granel. en 101 campos dellUd de Buenos Alr.Buenos Aires, EU DEBA,173 pág.

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Mart(n V. LascanoDon Juan Milnuel • R~ Y

su gobierno. JuicioreivindicatorioBuenos Aires, Freeland, 1975

J. Oliva de ColILa r.iltencia ind igena antela conquistaMéxico, Siglo XXI, 291 pág.Valioso aporte histórico sobrela conquista espalfola deAmtJrica y las rebelionesindígenas, estructurado apartir de un relevo minuciosode fuentes documentales deprimera mano.

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B.H. Slicher van BathHistoria agraria de EuropaOccidental. 600/1850Traducción de F.M. LordaAlaizBarcelona, Pen(nsula,503 pág.El estudio de van 88th poneen el centrq la cuestiónfundamental del papeldesempelfado por laagricultura y las clases agrariasen el desarrollo de lasnaciones eurofJ88s, ademásde delimitar las proyeccione.políticas que la economíacampesina arrojó sobre lassociedades medieval,renacentista y moderna.Analiza los cambios operado,en ,. formas de propiedad,arriendo y trabajo de latierra, vincullndolol con lastransformaciones técnicas ysociales. Minuciosamentedocumentsdo,el ensayoresponde 8 todos los rasgos dtJla inWIItigación IIclldémics. '

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enl8YOl incluido, en estevolumen plWJte8n cu.tion..abord••• por ,. corrlen terevi.ionl.te de matriznllCionali,ta con antllfioridad:

- t ~.

las ideas proteccionistas enel Río de la Plata durante /Bcolonia, tesis diversas sobre/as políticas de San Martín,Dorrego y Güemes en relacióncon las masas campesinas delinterior, el rosismo y elmitrísmo como dos variantesdel pensamiento oligárquicoen historia, junto con /ostemas cen trales de lacaracterización deI peronismocomo bonapartismo.

Florencio VarelaRosas y su gobiernoEscritos poUticOl, econ6micGly literariosBuenos Aires, Freeland, 1975

Conrado VillegasExpedici6n al gran lagoNahuel Huapi en e' al\o 1881Buenos Aires, EUDEBA,208 pág.

LITERATURAEUROPEA V

NORTEAMER ICANA

Joseph ConradEl corazón de l. tiniebl.Traducción de Sergio PitolBarcelona, Lumen, 145 pág.

Witold GombrowiczBakaka¡Barcelona, Barral Editores,240 pág.Relatos de Gombrowiezescritos a lo largo de veintealfas, durante su permanencÍIIen la Argentina, que rtlSumtJnlos r.go. fundamentalBsde su narrativa.

Ross MacdonaldArch•• L. piscina de 101ahogadosBuenos Aires, Alfa Argentina.221 pág.Traducción de Mario GiacchinO

Sam MoskowitzOb.... maestr. de la eietIClIficci6nBuenos Aires, EdicionesOronte Argentina, 644 pág.Traducción de M. Blanco

Iris MurdochUn hombr., li acasoTraducción de AntonioBonannoBuenos Aires, Sudamer icana,525 pág.

Philip RothLa ce'. d. 101 rdolol

Traducción de Lucrecia M.SáenzBuenos Aires. Emecé.416 pág.

Osear SaulEl l. CllCUro del amorTraducción de Teresa SnajerBuenos Aires, Sudamericana.191 pág.

LITERATURALATINOAMERICANA

José María ArguedasRellItaI completolBuenos Aires. Losada. 238 pág.Del gran narrador peruano,nacido en 1911 y muertoen 1969, autor de LOI rrOlProfundos y El zorro d.arriba V el zorro d••bajo, laINimera edici6n argentina desus relatos (Diam.nt. VPedernal., Agu., AmormUndo, ete.)

Abelardo AriasEI .... coa.deBuenos Aires, Sudamericana.179 pág.

Julio CortázarAntolotr.Selección y estudio preliminarPor Nicolás BratosevichBuenos Aires, Librería delColegio. 210 pág.Primer IIOlumen de unaCOlecci6n que incluiráantOlogía. y obra. completa. 'de nar~resa"entino, ylatinoamerimnos, pen.dosPera "el trabajo conjunto deProf.ore. y alumno'''; elPrólogo a Cortúar de8ratosevich r.nto por suProclividad a reiterar en~orme mh complicada al¡¡unosUJeres tran'itlldo••obre el

llUtor analizado, como porSU elCritura el(ptim,Inftef6riee o coloquial n,tín'"Pl{¡ina. plant..~ .in dudaProblemas al "trabajoCOttjunto" (¿en nuertra .cuelafrledia? ) que proponflll los,lIditor•• de la colección.

q,isG~ullaClIlmlnaci6n da Montov.a.rcelona. Ediciones~ino-Ancor8y Delfín.

, I:I6g.

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