BD Spanish 201311 08 M Family of God vs Fellowship WGod

LA FAMILIA DE DIOS vs. LA COMUNIÓN CON DIOS

Preparación del maestro

Esta sección está dedicada a la preparación del maestro. Es muy importante que durante toda la lección se mantenga en mente el propósito, los objetivos, y resultados de la lección. Esto le ayudará a estar enfocado en la lección y el tema principal.

Ore para que Dios use Su Palabra en su corazón primeramente y luego en los corazones de aquellos que recibirán la enseñanza. La Palabra de Dios llevará fruto y Cristo será glorificado y esto solamente será posible en la medida en que el Espíritu del Señor trabaje por medio de un maestro que está rendido a él, y que haya oyentes receptivos

Visión General de la Lección:En esta lección, el maestro enseñará la distinción entre lo que significa ser un miembro en la familia de Dios que dura por siempre (verdad de cada creyente) y el hecho de tener comunión o intimidad con Dios que NO es una realidad de todos los hijos de Dios.

Las Escrituras: Juan 1:11-13; Juan 3:1-18; 1 Juan 1:1-10; 1 Juan 2:12; 1 Juan 2:3-11; Lucas 15:11-32

Declaración de propósito: Entender cuál es la Distinción Bíblica entre cómo y cuándo alguien llega a ser miembro de la familia de Dios y cómo y cuándo alguien llega a tener comunión con Dios.

Objetivos: Entender cuál es el requisito para llegar a ser miembro de la familia de Dios. Entender cuál es el requisito para tener comunión con Dios continuamente. Distinguir las diferencias entre el hecho de estar en la familia de Dios versus tener

comunión con Dios en cuanto al tiempo, el perdón de pecados, etc.

Resultados esperados de los estudiantes: Después de esta lección los estudiantes podrán:

* Explicar qué significa estar en la familia de Dios. * Explicar qué significa tener comunión con Dios.* Explicar las cinco diferencias entre las dos.

Lección

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Lección 8- Página 1

Ayudas Visuales:

Respuestas de la lección

Las Escrituras (versículos en acetatos)

#1 – Mira (ve) y vive

#2 – Diagrama de Familia vs. Comunión con Dios.

Términos y Definiciones:

Comunión – Es compañerismo; tener un acuerdo; una relación donde dos grupos tienen algo en común; una interacción familiar.

Para enseñar a los estudiantes

LA FAMILIA DE DIOS vs. LA COMUNIÓN CON DIOS

En las primeras tres lecciones de nuestra serie de Distinciones Bíblicas, vimos los principios generales de la interpretación bíblica. En esos estudios, vimos la importancia de estudiar para presentarnos a Dios aprobados confiando que Él nos dará el entendimiento en todas cosas.

Seguidamente estudiamos los tres tiempos de la salvación. Estudiamos cuidadosamente el contexto para determinar a cuál de los tres tiempos de la salvación indica el pase en cuestión – pasado, presente o futuro. Esta distinción crucial nos ayuda a entender el plan completo de la salvación de Dios que nos salva de la pena del pecado, del poder del pecado, y finalmente de la presencia del pecado.

En las dos lecciones anteriores, estudiamos las distinciones entre la Justificación versus la Santificación y también vimos los tres tipos de hombres que es importante entender y conocer bien: el hombre (no salvo) natural; el hombre (creyente) espiritual y el hombre (creyente) carnal).

En esta lección, examinaremos las diferencias entre estar en la Familia de Dios versus tener comunión con Dios.

Hemos visto que Pablo hace una distinción entre el hombre natural (este es inconverso – controlado por la naturaleza pecaminosa), el hombre espiritual (es un creyente – controlado por el Espíritu Santo), y el hombre carnal (un creyente que es controlado por la carne o la naturaleza pecaminosa).

Lección

8


El apóstol Juan explica las mismas verdades, pero usando términos diferentes. Juan usa la referencia de la Familia de Dios, declarando que, o tenemos comunión con Dios o no la tenemos.

En primer lugar, necesitamos reconocer que ningún ser humano ha nacido físicamente dentro de la familia de Dios. Esta es la razón por la qué necesitamos nacer de nuevo. Por naturaleza todos somos hijos de ira (Efesios 2:1-3).

Cada persona ha sido creada por Dios y es responsable ante Dios, pero no es automáticamente un hijo de Dios. Esta es la razón porque necesitamos nacer de nuevo.

Juan 1:11 A lo suyo (la creación) vino, y los suyos (gente) no le recibieron.

En varias partes del Antiguo Testamento, Dios predijo que el Mesías vendría. Encontramos verdades acerca de Él en el Antiguo Testamento – cómo sería el Mesías, de dónde vendría, que llevaría a cabo, etc. En el Nuevo Testamento, encontramos más detalles sobre el Mesías; por tanto, en el Nuevo Testamento podemos entender verdades acerca del Mesías con mayor detalle.

Jesucristo vino para ofrecerse como el Rey de los judíos, el anticipado Mesías legítimo que reinaría legítimamente en el trono de David, la simiente de la mujer que aplastaría la cabeza de Satanás, y el Mesías que vendría a establecer el reino que había sido prometido hacía mucho tiempo en el pasado.

El evangelio del reino fue predicado desde el comienzo hasta la mitad del ministerio terrenal de Cristo, pero después, hubo un cambio en el tema.

Cuando se enteró que el pueblo de Israel no recibiría como su Mesías, fue entonces cuando hubo un cambio en el tema, el Evangelio de la Gracia y la muerte de Cristo fue anunciado – el contenido del el evangelio que Él sería crucificado, sepultado y resucitado de entre los muertos, y un poco después de estos hechos y revelaciones el evangelio de la Gracia de Dios continuaría.

Juan 1:11 Vino a lo que era suyo vino, pero los suyos no lo recibieron. (NVI)

“pero” - un contraste

Juan 1:12-13 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; 13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

En el mundo evangélico oímos mucho acerca de la necesidad de “recibir” a Cristo. Es común verlo en las últimas páginas de folletos evangelísticos como ‘Las Cuatro Leyes Espirituales’ distribuidos por Cruzadas Estudiantiles. Ellos enseñan que el pecador necesita ‘recibir’ a Cristo, que en sí no es incorrecto.


La pregunta es “¿CÓMO es que alguien puede recibir a Cristo? Por ejemplo en las ‘Cuatro Leyes Espirituales’ ellos usan Apocalipsis 3:20, instruyendo que necesitan hacer una oración, y pedirle a Cristo que entre en su corazón. Eso no es lo que Juan 1:12 nos dice. El versículo 12 nos dice que para recibir a Cristo necesitamos simplemente creer en Su nombre. Su nombre representa quién es Él, y lo que Él ha hecho. Su nombre es, Señor Jesús Cristo.

Señor significa que Él es Dios y soberano sobre todas cosas. Jesús significa que Él es el Salvador quien vino a morir por nuestros pecados. Cristo significa que Él es el Mesías de Israel, ‘el Ungido’ prometido por Dios.

“En Su nombre” significa poner la fe en QUIÉN es Cristo, y lo QUÉ Él ha hecho, porque Su nombre específicamente se le identifica como el único Dios/hombre como ningún otro. Cuando alguien recibe a Cristo por la fe sola, recibe el derecho de llegar a ser hijo de Dios. Eso es cómo y cuando Dios permite que alguien ‘nazca de nuevo.’

Juan 3 es el gran capítulo del “nuevo nacimiento” en la Biblia. Explica más que muchos otros pasajes de la Biblia cómo nacer de nuevo.

Juan 3:1-2 Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. 2 Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.

Nicodemo era un hombre muy religioso, un hombre muy educado; de hecho, es llamado “un” o (“el”) maestro de Israel (v. 10). Conocía muy bien el Antiguo Testamento y era honrado y respetado en su sociedad. Vino a Jesús representando a los fariseos, diciendo que ellos habían llegado a la conclusión de que Jesús había venido de Dios (Juan 3:1-2). El creía en Dios y en Jesús como maestro enviado por Dios, pero él aún no había nacido de nuevo.

¿Creía él en Dios? Sí ¿Creía él que Jesús era un maestro enviado de Dios? Sí ¿Era salvo o nacido de nuevo? ¡No! ¿Era regenerado? ¡No! ¿Necesitaba nacer de nuevo? ¡Sí!

Sabemos esto por el versículo 3:

Juan 3:3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.

“Nacer de nuevo” significa “nacer de arriba” – en otras palabras, de Dios (Juan 1:13). Esto es un nacimiento espiritual. Nicodemo necesitaba nacer espiritualmente. ¿Entendió esto él? El no entendió de lo que Jesús le estaba hablando (Juan 3:3-4).


Juan 3:4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?

Nicodemo estaba pensando en un segundo nacimiento físico. El no entendía la necesidad de un nacimiento espiritual, en parte porque pensaba que él era justo y auto-suficiente. Las personas que más difíciles ve su necesidad de la salvación son las personas religiosas que tienen una alta estima de su estado espiritual delante de Dios (Romanos 2:17-3:20).

Juan 3:5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

Algunos asumen inmediatamente que Juan 3:5 está hablando del bautismo en agua, pero el bautismo en agua no tiene nada que ver con el versículo 5. Recuerden que Nicodemo estaba pensando en dos nacimientos físicos. Por tanto, Jesús usó la palabra agua (“ek” fuera de) – nacido fuera de agua – que se refiere al nacimiento físico. Después, Jesús contrastó esto con el nacer del Espíritu. El versículo 6 enfatiza esta diferencia.

Juan 3:6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.

Jesús le explicó la diferencia entre un nacimiento físico y un nacimiento espiritual. El nacimiento físico es “de la carne.” El nacimiento espiritual es “del Espíritu.” El tipo de nacimiento que el Espíritu Santo produce es un nacimiento espiritual.

Juan 3:7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.

El dijo, 'no te maravilles’ porque Nicodemo estaba sorprendido y atónito. Si alguien estaba calificado para ir al cielo por su religión y sus obras, era Nicodemo. Sin embargo, Jesús le dijo a una persona muy religiosa “Os es necesario nacer de nuevo.” Él no tenía ni idea de lo qué Jesús estaba hablando.

No es de sorprenderse si la gente no ve su necesidad de nacer de nuevo cuando compartimos el Evangelio con ellos. Es posible que sean religiosos como Nicodemo, y estén pensando en sus ritos religiosos, sus experiencias místicas o algo que ellos hayan hecho (obras), o en algo que hayan dejado de hacer como (fumar, embriagarse, etc.) con el fin de merecer o gana el favor de Dios.

Juan 3:8 El viento [la misma palabra griega significa tanto “viento”, como “espíritu”] sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.

Aquí hay un juego de palabras. La palabra para “espíritu” es el término griego “– pneuma”, y también, la palabra para “viento” es el término griego pneuma. Recuerden que el contexto es el fondo


de lo significativo de una palabra cuando una palabra tiene dos o más significados o usos. Aquí, Jesús está jugando con una palabra contra la otra para establecer Su argumento.

Un nacimiento que viene del Espíritu Santo es como el viento. Es invisible, pero es real. El viento no puedes verse, pero se pueden ver sus efectos. Este nacimiento espiritual es igualmente invisible, sin embargo, es real y es absolutamente necesario para entrar en el reino de Dios de acuerdo con el Señor Jesucristo.

Juan 3:9 Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto?

Nótense la palabra “cómo.” Hasta este punto, Cristo ha explicado la NECESIDAD de un nuevo nacimiento (“Os es necesario nacer de nuevo.”) y él ha explicado la NATURALEZA del nuevo nacimiento (es espiritual, no físico), y la FUENTE del nuevo nacimiento (viene del Espíritu Santo).

Ningún ser humano jamás ha nacido físicamente dentro de la familia de Dios, porque por naturaleza todos son hijos de ira (Efesios 2:1-3). Cada persona ha sido creada por Dios y es responsable ante Dios, pero no es automáticamente un hijo de Dios. Desde el pecado de Adán en el Huerto de Edén (Génesis 3:1-12), cada persona en la tierra es un pecador y merece el juicio de Dios (Juan 3:36; Romanos 3:23, 5:12, 6:23). El Señor Jesucristo vino para morir como el Salvador del mundo (Romanos 5:8; 2 Corintios 5:21; 1 Pedro 3:18). El Evangelio de la Gracia proclama cómo ÉL vino para morir por nuestros pecados, fue sepultado y resucitó de los muertos para ofrecer a todos la oportunidad de ser salvos por gracia y llegar a ser un miembro de Su familia espiritual en el cielo (Juan 1:11-13: 1Corintios 15:1-4). Cada persona debe nacer de nuevo espiritualmente para llegar a ser un miembro de la familia de Dios y para escapar del castigo en el infierno (Juan 3:1-18; Tito 3:4-7).

Seguidamente, Jesús explicó CÓMO nacer de nuevo. Pero primero Jesús usó el sarcasmo con Nicodemo (vs. 10-13).

Juan 3:10 Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto?

“Tú eres el maestro más prominente en Israel, ¿¡ni siquiera sabes esto!? ¡Esto es lo más básico que necesitas saber!

Juan 3:11-13 De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio. 12 Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales? 13 Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo.

Jesús explica que ÉL descendió del cielo y que ÉL es Dios – el Hijo del Hombre. Jesús es ambas cosas, cien por ciento Dios y cien por ciento hombre (deidad de Cristo). ÉL representa a Dios y al hombre en

la cruz (1Timoteo 2:3-7). Al explicar Jesús cómo nacer de nuevo, ÉL enfatiza que el nuevo nacimiento espiritual viene por creer en ÉL, en Jesucristo, Dios que se hizo hombre.


Juan 3:14 es una ilustración de Números 21:5-9 donde el pueblo de Israel fue salvo por fe de morir por las mordeduras de las serpientes venenosas. Tal como los israelitas fueron salvos físicamente por fe, así nosotros somos salvos espiritualmente por fe en el Señor Jesucristo como nuestro Salvador. El nuevo nacimiento viene solo por la fe sola en Jesucristo (Juan 3:15-18).

Juan 3:14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado,

MIRA (VE) Y VIVE

¿Qué fue el asunto próximo que Él enfatizó? Que el nuevo nacimiento viene mediante la cruz- como vemos en la historia del Antiguo Testamento.

Juan 3:15 para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Recibimos el nuevo nacimiento solamente por fe sola en Cristo solamente. Recibimos la vida eterna mediante fe sola en Cristo solamente.

Juan 3:16-18 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. 18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.

Juan 3, es el pasaje de la Biblia que más explica sobre cómo nacer de nuevo, aquí Jesucristo enseña la necesidad de nacer de nuevo - ‘Os es necesario nacer de nuevo’ (Juan 3:1-8), la naturaleza del nuevo nacimiento – un nacimiento espiritual del Espíritu Santo, no un nacimiento físico (Juan 3:9-13), y los medios para obtener el nacimiento espiritual – por fe en Jesucristo, Dios que se hizo hombre y en lo que Él hizo en la cruz de Calvario (Juan 3:14-18).

En el momento en que confiamos en Cristo solamente, hay tres términos que se usan para describir lo que nos sucede. Recibimos vida eterna (versículos 15, 16), somos salvos (versículo 17), y nacemos de nuevo (versículos 3, 7). Noten que los tres términos son usados en este pasaje para explicar lo que sucede entre una persona y Dios en el momento en que esa persona confía en Cristo solamente.

Todas las bendiciones de Dios son por gracia. La gracia es Dios dando gratuitamente a hombres y mujeres pecadores lo que no merecen ni pueden ganar como recompensa. ÉL dio a Su Hijo para morir y pagar la pena del pecado, para que los pecadores podamos tener vida eterna, salvación y nacer de nuevo como un don gratuito de Su gracia (Romanos 3:21-28, 4:1-5; Efesios 2:8-9; Tito 3:4-7). Las buenas obras de un pecador no son aceptables ante Dios, por ello ÉL terminó la obra en la cruz cuando Jesucristo murió y resucitó de nuevo. Ahora el evangelio de Jesucristo proclama que todo aquel que


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quiera venir a Jesucristo sólo por fe, llegará a ser hijo de Dios, recibirá vida eterna y no perecerá jamás (Juan 3:16-18, 36, 5:24, 6:47, 11:25-26, 14:6; Hechos 4:12, 13:38-39; Romanos 1:16-17, 5:1, 8-10; 1Juan 5:11-13; Apocalipsis 22:17).Entonces, cuando pensamos en la familia de Dios con respecto el TIEMPO:

I. LAS DIFERENCIAS ENTRE LA FAMILIA DE DIOS vs. LA COMUNIÓN CON DIOS

1. En referencia al TIEMPO

a. Una persona entra en la Familia de Dios en un PUNTO de TIEMPO cuando nace de nuevo (Juan 1:12-13, 3:1-18; 1 Juan 3:2).

Muchos confunden las Distinciones Bíblicas en las Escrituras entre ser un hijo en la familia de Dios y andar en comunión con Dios. Usted estará confundido si no aprende a distinguir entre estas dos verdades. Una vez que usted llega a ser un hijo de Dios, siempre será un hijo de Dios. Sin embargo, algunos hijos no andan en comunión con Dios, por lo cual no se comportan ni viven de una manera justa y piadosa.

Juan 1:12-13 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; 13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

Entramos en la Familia de Dios en un punto de tiempo cuando nacemos de nuevo. Solo por fe solamente en Jesucristo. Nadie ha sido salvo por el simple nacimiento físico. Antes de la salvación nadie ha sido nacido de nuevo. Cada persona tiene que llegar en su vida a un punto en que se da cuenta de que es un pecador culpable ante Dios y que está perdido. Tiene que oír y entender el Evangelio de la Gracia, y en un momento de su vida debe tomar la decisión de confiar en Jesucristo solamente como su Salvador para nacer de nuevo (Juan 1:12-13, 3:1-18; 1 Juan 3:2).

Sin embargo, cuando pensamos en la comunión con Dios:

b. La comunión con Dios se disfruta todo el tiempo cuando el creyente ANDA EN LA LUZ de la verdad de Dios. (1 Juan 1:3-7).

Al principio en el libro de 1 Juan, vemos el propósito del libro. Esto es importante porque algunos ven este libro como un libro de las pruebas de la salvación… (O sea que: ¿Quieren saber con seguridad si son salvos? Observan como su caminar diario concuerda con las pruebas de 1 Juan.) No obstante, hay problemas con este método. ¿Conseguimos seguridad basada en la obra de Cristo, o en nuestro caminar? Hay una diferencia grande; nuestra seguridad está basada en la obra completa de Cristo.




1 Juan 1:1-2 Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida 2

(porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó);

El v. 3 nos dice el propósito de la epístola de Juan cuando él la escribió.

1 Juan 1:3-4 lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. 4 Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.

1 Juan es un libro que trata de la “comunión” (1 Juan 1:3, 6, 7), no de la salvación. Tener un pensamiento común sobre Jesucristo lleva a la comunión con Dios y con otros. Juan quiere dar a conocer a Jesucristo a los creyentes, para que todos puedan tener continua comunión con Dios y con otros. Un caminar diario en la luz de la verdad de Dios traerá comunión con Jesucristo, con otros creyentes y pleno gozo (1 Juan 1:7).

La palabra “comunión” se encuentra dos veces en el versículo 3.

1 Juan 1:5-7 Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. 6 Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; 7 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.

La palabra “comunión” se encuentra cuatro veces en los versículos 5-7.

Comunión significa tener algo en común o un acuerdo (koinonia). Una ilustración es cuando dos marineros reman en la misma dirección. La palabra significa estar en comunión uno con el otro. Los verbos en este pasaje están en el tiempo PRESENTE, porque NO es una acción en un punto de tiempo como es el caso de la salvación (tiempo aoristo).

Vs. 7 pero si andamos en luz, como él está en luz,

‘Caminar” está en el tiempo presente, hablando de un proceso, paso a paso, momento a momento.

De acuerdo con el versículo 7, cuando estamos en comunión con Dios, hay una santificación práctica que ocurre en nuestra caminar diario.

1 Juan 1:7 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.


Nuestro estado en la Familia celestial de Dios es para siempre. Nunca podremos perdernos o ir al infierno. Como creyente usted tiene ahora el privilegio de tener comunión con Dios si permanece en ÉL, caminando en la luz con ÉL (Juan 15:1-7).

Después que una pareja se casa y tiene hijos, los hijos forman parte de su familia mediante el nacimiento físico. Ellos nacen en esa familia. Nadie puede cambiar ese nacimiento. Los hijos pueden vivir de acuerdo a los deseos de los padres y vivir en comunión con ellos o pueden desobedecer a sus padres y vivir en rebelión. En rebeldía o en comunión, los hijos siempre están en la familia por nacimiento (verdad posicional). Así es en la familia celestial de Dios, se nace en la familia para siempre (nuestra posición). Y cada día tenemos la oportunidad de tener comunión con nuestro Padre Celestial y con nuestro Salvador Jesucristo (nuestra condición).

Una buena manera para representar la diferencia entre estar en la Familia de Dios y tener comunión con Dios es usar estos dos círculos en el diagrama:

DIAGRAMA DE LOS CÍRCULOS DE FAMILIA vs. COMUNIÓN

Entramos en la Familia de Dios en un punto de tiempo cuando nacimos de nuevo. La familia de Dios que dura para siempre con seguridad por los siglos de los siglos, porque una vez que somos salvos, no es posible perder la salvación. Estamos seguros para siempre. Ahora tenemos el privilegio de tener comunión con Dios, si estamos de acuerdo con Él, y si deseamos caminar con Él.

Una buena ilustración a usar sería una familia real. Hubo un punto de tiempo cuando la pareja se casó, ellos entraron en una unión, uno con el otro, y ahora ellos tienen la oportunidad de tener comunión diaria. Pero sabemos que la comunicación en el matrimonio se puede fallar. Que dos personas estén casadas, no significa que automáticamente van a disfrutar de comunión. Es posible que ni siquiera tengan comunicación. Es posible que no tengan comunión en el matrimonio.

Es lo mismo entre Dios y el creyente. Dios quiere tener comunión con nosotros; y tenemos el privilegio de tener comunión con Él.

Veamos otra diferencia entre el hecho de estar en la familia de Dios y tener comunión con Dios.

2. En Referencia a ¿QUIÉN?

a. TODOS los creyentes en Jesucristo son miembros de la Familia de Dios (Gálatas 3:26; 1 Juan 5:1).

No hay tal cosa como nacer de nuevo, pero aún estar esperando entrar en la Familia de Dios.

Sabemos que lo Pablo dice:

Gálatas 3:26 pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús;




Juan usó terminología diferente para comunicar la misma verdad. Esto es lo que Juan dijo:

1 Juan 5:1 Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él.

Si hemos creído la verdad que Dios dice acerca de Su Hijo Jesucristo, entonces hemos nacido de Dios. Luego Dios empieza a darnos un amor para con otros creyentes, porque Su amor ha sido plantado en nuestro corazón por medio del nuevo nacimiento. Por tanto, todos los creyentes genuinos son parte de la Familia de Dios.

Sin embargo, NO todos los creyentes están en el “circulo” de la Comunión (ver el diagrama).

Todos los creyentes forman parte de la familia de Dios y eso nunca cambiará, pero nuestra comunión con Dios cambia según lo que pensamos de un momento a otro y según nuestro caminar diario. El Nuevo Testamento describe a la Familia de Dios llamando a todos los creyentes “hermanos” (Romanos 1:13, 12:1, 16:17; 1Corintios 1:10-11, 2:1, 3:1; Santiago 1:2, 16, 19)

b. NO TODOS los creyentes en Jesucristo andan en comunión con Dios… condicional “si” (1 Juan 1:5-10).

1 Juan 1:5-10 Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. 6 Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; 7 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. 8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. 9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 10 Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.

En 1 Juan 1 hay algo importante: 1 Juan 1:5-10 registra cinco cláusulas “si”. Estos “si” establecen el hecho de que para andar en comunión con Dios hay que cumplir ciertas condiciones. Si el creyente cumple con las condiciones, tendrá comunión con ÉL. “Dios es luz y no hay tinieblas en ÉL” enseña que Dios es justo y sin pecado, por lo cual Sus hijos tienen que pensar y vivir de una manera justa y que sea agradable a ÉL (1 Juan 1:5).

v. 6 “Si decimos…”v. 7 “Si andamos…”v. 8 “Si decimos…” v. 9 “Si confesamos…v. 10 “Si decimos…”



Cada una de estas cinco cláusulas “si” están en la condición de tercera clase en el griego – pueda que sea verdad y pueda que no. En otras palabras: ‘

v. 6 Si decimos que tenemos comunión con él —pueda que sí o pueda que no.v. 7 Si andamos en luz, como él está en luz — pueda que sí o pueda que no.v. 8 Si decimos que no tenemos pecado — pueda que sí o pueda que no.v. 9 Si confesamos nuestros pecados — pueda que sí o pueda que no.v. 10 Si decimos que no hemos pecado — pueda que sí o pueda que no.

v. 6 Si decimos que tenemos comunión con él (y andamos en tinieblas) Usted no puede andar en pecado (tinieblas) y estar en comunión con Dios. El pecado impide la comunión con el Dios Santo. Tan pronto como Adán y Eva pecaron fueron echados del huerto (Génesis 3; Salmo 66:18; 1Corintios 3:3; Efesios 4:17; Filipenses3:18; 2Tasolincenses 3:11; 2Pedro2:10; Judas 1:18).

v. 7 Si andamos en luz, como él está en luzAndar en rectitud y verdad (luz) lleva a la comunión con Dios y con otros. Andar en humilde dependencia de Jesucristo y de acuerdo con la verdad de la Palabra de Dios trae comunión (Juan 12:35; Romanos 6:4, 8:4, 13:13; 1Corintios 7:7; 2Cor. 5:7; Gálatas 5:16; Efesios 2:10, 4:1, 5:2, 8, 15; Colosenses 1:10, 2:6, 4:5; 1Tesalonicenses 2:12, 4:1, 4:12; 1Juan 2:6; 2Juan 1:6; 3Juan 1:4).

v. 8 Si decimos que no tenemos pecadoCada creyente aún tiene una naturaleza pecaminosa (“el pecado”) que le hace pecar en pensamientos, palabras y hechos. Si usted como creyente niega tener una naturaleza pecaminosa, está engañado y la verdad de Dios no está en usted de una manera práctica cada día. La naturaleza pecaminosa le controlará si no cuenta con su nueva posición en Cristo y con los recursos de la gracia de Jesucristo para un vivir victorioso (Romanos 6:1-12, 7:7-25; Gálatas 2:20, 5:16-20).

v. 9 Si confesamos nuestros pecadosCuando pecamos y confesamos (admitimos ante Dios), Él nos perdonará y nos limpiará de todo nuestro pecado. La confesión no es la clave para permanecer en comunión. Es la clave para volver a la comunión después de haber pecado (Judas 10:10-15; 1Samuel 12:10, 15:24; Salmo 32:1-5, 51:1-4). Permanecer en Cristo por fe es la manera de seguir en comunión con Dios. Puesto que todos los creyentes pecan, tenemos que aprender a confesar rápidamente el pecado a Dios para que la comunión sea restaurada. Sólo el Espíritu Santo nos puede dar el poder para agradar a Dios y vivir rectamente cuando andamos en comunión (Gálatas 5:16, 21-22, 25; Efesios 4:30-31, 5:18; 1Tesalonicenses 5:19; Hebreos 10:26-31).

Vs. 10 Si decimos que no hemos pecadoEl pecado personal tiene que ser confesado. Los creyentes que piensan que no pecan están hablando contra la Palabra de Dios y están engañados. Usted no puede estar en comunión sin confesar su pecado personal. Los corintios eran carnales y no espirituales por causa de sus pecados de “celos, contiendas y disensiones” (1Corintios 3:1-4). Ser espiritual y tener comunión son simultáneos. Espiritual se refiere a nuestra relación con el Espíritu Santo. Comunión se refiere a nuestra relación con el Padre, con el Hijo y con otros creyentes.


Esta es la idea de la condición de la tercera clase en el griego. Es la condición de posibilidad.

Todos los creyentes PUEDEN tener comunión con Dios, pero no todos los creyentes TIENEN comunión con Dios. Comunión con Dios es un andar diario, momento a momento.Todos somos partes de la familia de Dios que nunca cambia (posición), pero nuestra comunión con Dios sí, cambia (condición). La comunión con Dios siempre está disponible, pero no siempre es verdad en todo nosotros. Veamos otra diferencia:

3. En cuanto al PERDÓN DE PECADOS

a. Los pecados ha sido POSICIONAL y JUDICIALMENTE perdonados para siempre en la Familia de Dios. (Efesios 1:7; Colosenses 2:13; 1 Juan 2:12).

En el momento de nuestra salvación fuimos puestos en una unión perfecta con Jesucristo. Es nuestra posición – “en Él” (2 Corintios 5:17; Efesios 1:3; Colosenses 1:2, 27). Como una nueva creación en Jesucristo, recibimos para siempre un completo perdón de nuestros pecados.

Efesios 1:7 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.

Colosenses 2:13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados,

Colosenses 2:13 – “perdonándoos todos los pecados.”

Pero veamos en 1 Juan 2:12

1 Juan 2:12a Os escribo a vosotros, hijitos.

La palabra “hijitos” en el griego no significa creyentes inmaduros. Él no está usando un contraste entre un bebé en Cristo con un creyente maduro. Es un término cariñoso que se refiere a TODOS los creyentes que han nacido de nuevo y por lo tanto son hijos de Dios.

1 Juan 2:12 Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre.

¿Qué es verdad de cada creyente? – Sus pecados han sido perdonados. Pasados, presentes y futuros – todos los pecados han sido perdonados porque Cristo murió por todos ellos. Por tanto, no necesitamos tener culpa sobre nuestros pecados en el pasado, porque Dios los ha perdonado todos completamente.



Sin embargo, podemos tener remordimiento acerca de los que hayamos hecho, pero no necesitamos llevar una carga de culpa porque Dios ahora está completamente satisfecho con la obra de Su Hijo Jesucristo.

Podemos saber que Jesucristo pagó la penalidad de nuestros pecados, y que Dios nos limpió de todos ellos. Sin embargo podemos traer los pecados a nuestras mentes y pensar sobre ellos, casi torturándonos a nosotros mismos por nuestros pecados. Pero Dios quiere que nosotros seamos libres de esa culpa y que continuemos con nuestras nuevas vidas. Está dicho que Jesucristo murió por los pecados de todo el mundo. Dios puede, por lo tanto, ofrecer perdón de pecados a todo aquel que quiera venir a Jesucristo por fe (Isaías 53:6; Mateo 20:28; Juan 1:29, 3:16, 6:33, 10:11, 11:50-51, Romanos 5:6, 8, 18; Gálatas 2:20, Efesios 5:25, 1Tito 2:6, 4:10; Hebreos 2:9; 2Pedro 2:1; 1Juan 2:2). 1 Juan 2:12 y Colosenses 2:13 aseguran que los pecados de los creyentes han sido totalmente perdonados. Está escrito en tiempo pasado, lo que significa que todos los pecados de estos creyentes fueron perdonados en un tiempo en el pasado. En Efesios 1:7, los creyentes reciben el perdón de pecados. Por estos versículos, se puede decir que en el momento de la salvación, Dios perdona todos nuestros pecados, pasados, presentes y futuros, por causa de la muerte de Jesucristo en la cruz en pago por todos los pecados (Hechos 5:31, 10:43, 13:38-39, Romanos 3:25). Por causa de Jesucristo, como creyente usted no tiene ninguna deuda o culpa por sus pecados ante Dios. La gracia y la misericordia y el amor de Dios exaltan Su gloria al perdonar a pecadores que merecerían ser castigados en el infierno para siempre (Efesios 2:4-9).

También somos capaces de recordar cuando otros pecan contra nosotros, y muchas veces nos sobrepasamos con las demas personas en tiempos – para nuestro beneficio. Pero Dios quiere que nosotros perdonemos a otros como Él nos ha perdonado por causa de Cristo.

¿Qué es verdad de cada creyente? Hemos sido perdonados; hemos sido liberados de la culpabilidad de lo que hayamos hecho ante los ojos de Dios.

Pero cuando tiene que ver con la comunión con Dios, nuestros pecados es lo que llamamos “Perdón Paternal.”

b. Los pecados deben ser perdonados PATERNALMENTE todos los días para disfrutar de la comunión con Dios (1 Juan 1:9).

Vamos a hablar más de esto en la próxima lección, pero en general, la diferencia entre el perdón JUDICIAL, y el perdón PATERNAL es ser declarado justo ante Dios (Judicialmente) en contraste con el perdón en la Familia de Dios (Paternalmente) cuando tiene que ver con nuestra comunión con Dios.

Comunión significa estar de acuerdo, de manera que, para tener comunión, tenemos que estar de acuerdo en pensamiento y hechos. No sin pecado como ÉL, sino caminando en la luz. El pecado corta la comunión con Dios. ÉL promete al creyente perdonarlo y limpiarlo de toda maldad en cuanto el creyente confiese su pecado. Confesar es admitir ante Dios que hemos pecado. Puede o no puede incluir tristeza y dolor.



Veamos otra distinción:

4. En cuanto a los REQUISITOS

a. FE en Jesucristo, es el único requisito para entrar en la Familia de Dios (Juan 1:12; Gálatas 3:26).

Lo hemos visto en Juan 1:12 y en Gálatas 3:26.

Sin embargo:

b. Se requiere tanto de la FE como de la CONFESIÓN de pecados para disfrutar de la comunión con Dios (1 Juan 1:9; Hebreos 11:6).

Hebreos 11:6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.

Hebreos 11:6 dice que “sin fe es imposible agradar a Dios”, entonces es obvio que la fe es la clave. Pero hay más: La fe es necesaria para cada aspecto de nuestra vida y nuestro caminar cristiano (Romanos 1:16-17, 5:1, 15:13; 2 Corintios 4:13, 5:7; Efesios 2:8-9; 1Tesalonicenses 1:2-3). La confesión es necesaria para que Dios nos limpie en nuestro diario caminar con una naturaleza pecaminosa (1Juan 1:8) y en un mundo de pecado (1Juan 1:10, 2:15-17). La confesión se encuentra tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento (Esdras 9:5-10; Salmos 32:5, 51:1-4; Daniel 9:3-16; Lucas 15:21; 1Juan 1:9).

Tenemos que reconocer que aún tenemos una naturaleza pecaminosa y que pecamos regularmente. Es el deseo de Dios que todos los creyentes crezcan en la gracia y que aprendan a depender de Jesucristo por medio del poder del Espíritu Santo para tener victoria sobre la naturaleza pecaminosa. Tanto los creyentes maduros como los inmaduros pecan. La gracia de Dios provee la confesión como el medio para restaurar la comunión con ÉL. 1 Juan 1:9 “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.”

1 Juan 1:8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.

“Si decimos que no tenemos pecado.” Aquí “pecado” es un sustantivo, no un verbo. Esta en singular, no en plural. Entonces, esto se refiere a nuestra naturaleza pecaminosa. ¿Quién pensaría que no tiene una naturaleza pecaminosa todavía? Hay mucha gente en el mundo que piensa de esta manera.¿Qué ocurre cuando creemos o pensamos de esta manera? Estamos engañándonos a nosotros mismos. A la única persona que engañamos es a nosotros mismos y la verdad con respecto a la naturaleza pecaminosa no está en nosotros.




1 Juan 1:10 Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.

v.10 – Si decimos que no hemos pecado.” Aquí “pecado” es un verbo y se refiere al hecho de cometer pecados. Una persona legalista puede demorar para admitir que él o ella haya pecado porque su enfoque está en su caminar en lugar de la obra de Cristo. Si alguien dice que no ha pecado entonces esa persona hace a Dios mentiroso. ¿Por qué? Pablo dice en Romanos 3:23 “porque todos han pecado y están destituidos de la gloria de Dios.”

Esto NO quiere decir que:

Queremos pasar por alto el pecado. Que no hay victoria sobre el pecado (porque basado en la cruz y el poder del Espíritu Santo hay

victoria). Podemos tomar como excusa la carnalidad o anticiparla.

Recuerden que aún tenemos una naturaleza pecaminosa y que pecamos con frecuencia. Es el deseo de Dios que todos los creyentes crezcan en la gracia y que aprendan a depender de Jesucristo por medio del poder del Espíritu Santo para tener victoria sobre la naturaleza pecaminosa. Tanto los creyentes maduros y como los inmaduros pecan. Pero cuando fallamos, Dios en Su gracia ha provisto el medio (la confesión) para que podamos restaurar nuestra relación con Él.

1 Juan 1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

Podemos hacer varias observaciones en el versículo 9.

- “Si” – es una frase condicional, que significa que un creyente puede que si o pueda que no confiese cuando Dios señala el pecado en su vida. Tiene que estar dispuesto a confesar a Dios su pecado. Cada creyente necesita decidir hacerlo.

- “nuestros” – Juan era un creyente, él mismo se incluyó. Porque este versículo no trata de la salvación de la pena del pecado en el infierno. Él está hablando a creyentes en Cristo.

- “Confesar” es el término griego (“homolegeo”) y significa “decir la misma cosa.” Dios dice que es pecado y nosotros debemos estar de acuerdo con Él de que lo que hemos hecho es pecado. No necesariamente tiene que ser una confesión verbal, sino que mentalmente podemos estar de acuerdo con el juicio de Dios. La confesión es un tiempo de asentimiento y limpieza ante Dios (Juan 13:1-11).

- Debido de que podemos confesar solamente lo que sabemos, esta confesión trata solamente con pecados conocidos.

- “Confesar” es un verbo en tiempo presente. Deberíamos hacerlo continuamente en nuestra vida. Esto es algo que debemos hacer todos los días, quizás varias veces al día. La confesión es la única condición para restaurar la comunión con Dios. Confesamos con el propósito de someternos


nuevamente al Señor y andar por fe en ÉL. El pecado siempre comienza con independencia del Señor.

- “nuestros” – somos muy buenos para señalar los pecados de otras personas, pero si queremos tener comunión con Dios, necesitamos estar dispuestos a confesar NUESTROS pecados. Cuando Dios nos demuestra un pensamiento, palabra o hecho que es contrario a Su voluntad, Él no quiere que nosotros cubramos el pecado como el ejemplo en el versículo 10: (Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros) pero si que confesemos y estemos de acuerdo con Él como en versículo en el 9.

- Noten que - confesar los pecados - es la única condición para restaurar nuestra comunión con Dios.

- El propósito de confesar es presentarnos al Señor una vez más, porque esta es precisamente el área donde nos equivocamos en primer lugar. El propósito de confesar también es volver a caminar en fe porque esto es donde fallamos.

- Si confesamos nuestros pecados, la promesa de Dios en 1 Juan 1:9 incluye dos cosas:

1. Que Él perdonará nuestros pecados (todos los pecados conocidos, porque ¿cómo podemos confesar las cosas que no sabemos?).

2. Él nos limpiará de TODA maldad, de toda injusticia (aún pecados desconocidos). A veces pecamos por ignorancia, y no sabemos que hemos hecho. Estos pecados son perdonados cuando confesamos. Dios tiene una manera maravillosa de usar Su palabra, la gente o las circunstancias para llevarnos a la superficie de lo que estamos pensando.

Si vamos a tener comunión con Dios, necesitamos aprender a caminar por fe (esta ES la clave), pero también necesitamos aprender a confesar nuestros pecados cuando Dios nos señala cuáles son. No es posible tener una buena relación con otra persona si se tiene un desacuerdo. No funciona con nuestras esposas/esposos o con nuestros hijos o nuestros padres, y ciertamente no funcionará con el Señor tampoco.

La diferencia final que vamos a ver es acerca de la evidencia de estar en la familia de Dios y la evidencia de tener comunión con Dios.

5. En cuanto a las EVIDENCIAS

a. Haber nacido de nuevo en la Familia de Dios se evidencia por una nueva NATURALEZA (2 Pedro 1:3-4), por la DISCIPLINA de Dios (Hebreos 12:6-8); y porque el creyente llega a ser una nueva CREACIÓN en Cristo (2 Corintios 5:17).

2 Pedro 1:3-4 Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, 4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia;



Hebreos 12:6-8 Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo. 7 Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? 8 Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.

2 Corintios 5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

En contraste:

b. La comunión con Dios se evidencia por la OBEDIENCIA a la voluntad de Dios (1 Juan 2:3-6) y por medio del AMOR a otros creyentes (1 Juan 2:7-11).

Comunión con Dios lleva fruto en dos direcciones. Primero, hacia Dios, la evidencia de la comunión, es la obediencia a la voluntad de Dios. No se puede estar en comunión y a la vez andar en desobediencia a la voluntad y a la palabra de Dios. Usted puede cambiar del uno al otro, pero no puede hacer ambos a la misma vez. La comunión con Dios produce el fruto del amor por medio de Jesucristo y el Espíritu Santo (Juan 15:1-17; Gálatas 5:22-23; Efesios 5:9; Colosenses 1:10-13).

1 Juan 1:6 Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad;

Podemos mentir y engañar a otros y aún a nosotros mismos, pero no es posible estar en comunión con Dios mientras estamos caminando en las tinieblas o según nuestra naturaleza pecaminosa.

Si estamos caminando verdaderamente en la luz y si tenemos comunión con Dios habrá evidencia en nuestras vidas.

1 Juan 2:3-4 Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. 4 El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él;

Hay dos maneras en que la Biblia habla de cómo conocemos a Dios:

1. Podemos conocerlo como Dios y nuestro Salvador. 2. Podemos conocerlo en un nivel más íntimo indicando una profunda comunión con Él. Estando

de acuerdo con Él.

Según este pasaje de (1 Juan 2:3-4), ¿cómo sabemos que tenemos comunión con Dios?



“Y en esto sabemos que nosotros lo conocemos (una profunda comunión personal o caminando juntos en acuerdo) si guardamos sus mandamientos.

La obediencia a la voluntad de Dios es la primera evidencia de nuestra comunión con Dios. La comunión con Dios también lleva fruto en una segunda dirección.

La evidencia de la comunión es nuestro amor por otros creyentes.

1 Juan 2:9-10 El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. 10 El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo.

La palabra ‘permanece’ es un término de la comunión. Así que ‘permanece en la luz’ es la misma idea de tener comunión con Dios.

1 Juan 2:11 Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.

‘Hermano’ es un término usado para referirse a un creyente en Cristo. Es posible que usted tenga muy buenos devocionales con el Señor, y que piense que está bien espiritualmente, pero si aborrece u odia a un hermano en Cristo, entonces no tiene comunión con Dios.

Es posible pensar que estamos haciendo lo mejor en nuestras vidas. Podemos engañarnos fácilmente en esta área. Cuando odiamos a un hermano o estamos amargados o queremos tomar venganza, todo esto proviene de la carne, no del Espíritu.

Gálatas 5:16 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no vas a satisfacer los deseos de la carne.

No es posible estar llenos del Espíritu y estar llenos de los deseos de la carne a la misma vez. “ Andar en el Espíritu” es un sinónimo de “permanecer en la luz” o tener comunión con el Señor. Este es el mismo principio; no es posible estar en comunión y guardar rencor por otra persona a la misma vez. La comunión con Dios produce el fruto del amor por medio de Jesucristo y el Espíritu Santo (Juan 15:1-17; Gálatas 5:22-23; Efesios 5:9; Colosenses 1:10-13).

Cuando caminamos en comunión con Dios somos conformamos a la voluntad de Dios (santificación práctica), tanto en amor para otros creyentes. Quizás no tengamos emociones cariñosas y tiernas hacia los demás, pero no podemos guardar rencor o amargura hacia otros creyentes mientras estamos caminando en comunión con Dios.

II. LAS SIMILITUDES ENTRE LA FAMILIA DE DIOS vs. LA COMUNIÓN CON DIOS

1. Ambas son completamente por la GRACIA de Dios. (1 Corintios 15:10; Efesios 2:1-10; 1 Timoteo 1:12-14)



2. Ambas son enteramente por causa de JESUCRISTO. (Efesios 1:3; Filipenses 3:9; Colosenses 2:6-14; 2 Pedro 1:1-4)

3. Ambas son disfrutadas por fe en las PROMESAS de Dios. (2 Pedro 1:4)

4. Ambas están ilustradas en la historia del HIJO PRÓDIGO (Lucas 15)

* MIRANDO LOS LADOS: El Hijo Pródigo (Lucas 15)

El hijo pródigo es una buena ilustración de ser un miembro en la Familia de Dios versus estar en comunión con Dios. (Lucas 15:11-32). Aunque hubiese muerto en aquella pocilga en aquel país en el extranjero, habría muerto como hijo de su padre, aunque estaba fuera de comunión con él. Una vez que se es hijo, se es hijo para siempre, aunque no siempre se es un hijo obediente.





Lección 8 Preguntas para los estudiantes:

1.

2.

3.


EVALUACIÓN DEL MAESTRO:

¿De qué maneras puedo mejorar la enseñanza de este mensaje?

¿Tenían los alumnos algunas preguntas que indican una necesidad a cambiar o desarrollar más en alguna área?

¿Entendieron los alumnos las verdades y los principios del tema presentado?

¿Estoy aplicando las verdades de esta lección en mi vida personal por la gracia de Dios?

¿He orado para que Dios use su palabra en mi vida y después en las vidas de las personas a las que estoy enseñando? (1 Timoteo 4.16)


BD Spanish 201311 08 M Family of God vs Fellowship WGod

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