Balibar Etienne_Nombres y Lugares de La Verdad_p68 a 139

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    Colecci6n DIAGONAL

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    NOMBRES Y LUGARESDE LA VERDAD

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    Ediciones Nueva VisionBuenos Aires

  • Titilo del original en frances:Lieux et noms de la verite 1994, editions de l'Aube

    Traducci6n de Paula Mahler

    \,Toda reproducci6n total 0 p~ial de esta obra por cualquiersistema, incluyendo el fotocopiado, que no haya sido expresa-mente autorizada por el editor constituye una infraccion a losderechos del autor y sera reprimida con penas de hasta 6 afiosde prision (art. 72 de la ley 11.723 y art. 172 del C6digo Penal).

    I.S.B.N. 950-602-325-5 1995 par Ediciones Nueva Vision SAleTucuman 3748, (1189) Buenos Aires, Republica ArgentinaQueda hecho el deposito que marca la ley 11723Impreso en la Argentina / Printed in Argentina

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    PROLOGO

    Los cuatro ensayos que presento aqui, con el titulo de unode ellos, tien~n ufo!- tema en co.mun: lO; equi.vo~i~ad ~~la )lB

    ruerdad y la_lnqlllctud de la ~deologJ:E. Ml~tesls aeil~,Gabai9.es ~que una debe aclaL~~J'!..2!rajT__9.ue,s6Tobajo "estaccndicion, la anfitesl's-de estasdos.n9c{()n~j:~!:l_~g~_recuperar todasu fecundidad.------ --

    'El ernprendimiento d'e un discurso filosofico sobre laverdad no necesita una justificacion en especial, ya queforma cuerpo con la existencia misma de la filosofia. Paraque sea admitida, no se precisa suponer que la verdad esel unico "objeto" de la filosofia. Por el contrario, es posiblesostener, sin ningun problema, queU~-filo.iofia)leplantea ~ .,

    ! la c_uesti6~_9~_,ta,verdad a todotipo de lscursos, experi~n- ( :JI cias~cticas que no se limitan a esta cuesti6n; y que leplariIea-~rlos-discufs6E;aEnaverdaCl (que estan lej'os de per-tenecercon exclusividad al genero filosofico) la cuestion de

    rIo que los excede. Basta con admitir, cosa que hago aqui.>\que la c_':l:~~ti6f!g_~!~verdad,en una u otra forma, ~o puede!\.separarse nunca delos-ei111?r~.rI~i~!~D:t.9Sfilos6ficos~--- N

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    plantear la hip6tesis de que clausura y no clausura seandiscernibles, es s610 la anticipaci6n de otro genero dereflexi6n sobre las "relaciones" de la verdad y de laideologia.

    LA HIPOTESIS NOMINALISTA

    En dos ocasiones al menos, y de pasada, nos enfrentamoscon una cuesti6n que apartamos sin examinarla conatenci6n. Se trata, si queremos llamarla asi, de la cues-ti6n del nominalismo: pero de aquella variante particulardel nominalismo, de ningun modo incompatible con el"realismo" y, aparentemente, perteneciente al discursofilos6fico (a ciertos sistemas filos6ficos muy atipicos), queinvierte las perspectivas, eliminando el nombre de laverdad en tanto tal, no para prohibir hablar de 10 verda-dero, sino para identificar 10 verdadero con la multiplici-dad infinita, que excede cualquier denominaci6n unfvo-ca, de sus propias ocurrencias en 19 real, en el pensamien-to 0 en ellenguaje.

    Varias dificultades surgen, de inmediato, respecto deesta hip6tesis.

    La primera la hemos esbozado a partir de alusiones asistemas filos6ficos determinados, especialmente vincula-dos con la forma de la "clausura" (posiblemente no sinironia). (,Esposible suponer que se hayan instituidosistemas filosoficos sin referencia a algun nombre de laverdad? Los ejemplos que acabamos de tener en cuentasugieren, en el acto, 10 contrario. Y, si no, (,que son laSustancia (0, dicho de otra manera, Deus sive Natura), el"valor de verdad" de Frege (0 la Bedeutung de las propo-siciones consideradas como "nornbres"), la "forma generalde la proposici6n", cabalisticamente designada en el

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    Tractatus," si no son explicitos nombres de la verdad?(,Acaso es necesario suponer que estos "sistemas" son, entanto tales, contradictorios 0, para decirlo mejor, quecombinan en un conflicto que retorna indefinidamente, ladenominaci6n de la verdad con el ideal de una verdad sinnombre, radicalmente an6nima?

    Esta nueva sugerencia, mas que aclarar la situaci6nvuelve a plantear los interrogantes. Un conflicto de estanaturaleza, en efecto, no es propiedad de esas filosofias.Es posible que s610 le den una presentaci6n particular-mente "visible". Podrfamos sostener que constituye lafilosofia como tal. En este sentido, posiblemente, habriaque buscar en toda filosofia la hip6tesis del anonimato yde la dispersi6n "democratica" de las verdades."

    Por otra parte, decir que la verdad existe sin nombre,en singular (asi es el Anonimato en tanto tal) es una viejaformulaci6n, que el neoplatonismo y la teologfa negativapusieron a punto para manifestar que la verdad sigueestando mas alia de cualquier nombre determinado: elnombre de la verdad, es, por 10 tanto, particularmenteimperioso. Ala inversa, decir que todas las verdades sonnombres innombrables e, incluso, "nombres propios" de loque son, individualmente, nos hace llegar al Iimite de lautilizaci6n de la palabra "nombre" (en tanto supone el

    18 LudwigWittgenstein, Tractatus logico-philosophicus, proposici6n6: "La forma general de la funci6n de verdad es [p,S,N(S)]. Esta es laforma general de la proposicion".

    . 19 Encontraremos un nuevo ejemplo en la definicion de loverdaderopropuesta por A. Badiou en Vetre et l'euenement (Editions du Seuil,1988) como "indiscernible generico' de un acontecimiento que "fuerza"la capacidad de denominaci6n de los procedimientos finitos del saber.Parece que el platonismo de 10 multiple defendido POI' Badiou buscapensar la igualdad de las verdades construyendo un "infinito deinfinitos" particularmente irreductible. Esta, posiblemente, menosalejado de Spinoza de 10que cree, si tomamos en cuenta que para esteel exceso de 10 finito en su orden propio se designa, mas bien, como"singularidad".

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  • verbo nombrar). No es azaroso que cada uno de losfi16sofos mencionados aqui emita, a su manera, unjuiciosobre los limites dellenguaje, que supone, en la practica,pensarlo como su contrario. Spinoza ordena a las pala-bras (en tanto' nombres comunes, que remiten a las"semejanzas" de los individuos) en la imaginaci6n y losexcluye del conocimiento adecuado. Frege subordina todaasignaci6n rigurosa de los valores de verdad a la neutra-lizaci6n de las propiedades de las lenguas "naturales" pormedio de la construcci6n de una "ideografia" (Begriffs-schrift) en la que se superpondrian exactamente la arqui-tectura demostrativa y la construcci6n de los conceptos.:"Wittgenstein, por ultimo, identifica los signos con "cua-dros" Wilder) del mundo que forman, a su vez, parte delmundo, es decir, que son, en ultimo analisis, simples"eventos" 0 "estados" (Sachverhalte) ...

    Por el momento; la hip6tesis nominalista y democrati-ca tiene un objetivo antijerarquico muy manifiesto: hacerde modo que la verdad se nombre en su propio lugarideo16gico, sin que surja nunca la menor palabra maestra.Esta hip6tesis nos parece una aporia. Si pretendemos quedesaparezca la palabra maestra, 0 que se disuelva en lamasa (,no aniquilamos al discurso? Salvo que vinculemosla desaparici6n, el ecli pse de la palabra maestra con otrasenunciaciones, con otros "efeetos" de verdad.

    20 Claude Irnbert, "La dissidence des preuves: Leibniz, Kant,Frege", en Phenomenologies et Langues [ormulaires, P.D.F., 1992, p.123: "El simbolismo bi-dimensional C..) implica una equivalenciaentre 10 conceptual y 10inferencial que, sin ninguna duda, deja libradoal primero a la sintaxis del segundo, pero que supone, en cambio, quelos conceptos aritrneticos serian indiscernibles de las pruebas queinervan la disciplina." Para determinada cantidad de demostracionesformales, la misma cantidad de conceptos, la misma cantidad deverdades. En terrninos spinozistas diriamos: toda "idea" es inme-diatamente "idea de la idea".

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    III. RUPTURAY REESTRUCTURACION

    EL EFECTO DE VERDADDE LAS CIENCIAS

    EN LA IDEOLOGIAI\~u

    (,No habria que liberar de una buena vez al discurso quesostenemos sobre la historia de las ciencias de las meta-foras politicas? Dichas metaforas son, probablemente,necesarias para la representaci6n del efecto de verdad.Sin embargo, al borrar la irreductibilidad del conocimien-to, impiden la inteligencia de los encuentros que puedenoperarse entre un efecto de verdad de las ciencias y unefecto de verdad en la politica. Si no es posible eliminarpura y simplemente las metaforas politicas, deberiamospoder restringir su utilizaci6n de acuerdo con las ense-nanzas de la historia de las ciencias, recurriendo, segunlas necesidades, a otras metaforas,

    La ruptura epistemologica represent6 esta tentativa, a

    I Conferencia pronunciada e124 de febrero de19 en el seminariode historia del materialismo, dirigido por Olivier Bloch, en laUniversidad de Paris I, y retomada el 27 de junio de 1988 en elWissenschaftslwlleg zu Berlin. Texto desarrollado y anotado para lapresente publicacion,

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    causa de la manera en que tomaba la posta de la revolu-ci6n cientifica, conservando algunos de sus aspectos yeliminando radicalmente otros. l.Que es una ruptura?

    Hay dos tipos de respuestas posibles a esta pregunta.Podemos proponer un tipo ideal. Podemos ir directamen-te ala pregunta: l.Hay, en la historia de las ciencias, unaruptura unica, cuyas caracteristicas solo podran ser apre-hendidas por medio de una descripcion inmanente, unaepistemologia interior? 0 bien hay rupturas multiples, yentonces tendremos que aprehender mas las diferenciasque la estructura que comparten. Ambas vias son necesa-rias, aunque la segunda corrija a la primera.

    EL PUNTO DE NO RETORNO

    La mejor descripcion 0 definicion formal que conozco es laque habia propuesto F. Regnault en el marco del "Cursode filosofia para cientificos" dirigido por Althusser en laEcole normale superieure en 1967-68.2Estase apoyaba endos momentos de la historia de la fisica matematica,simbolizados con los nombres de Galileo y de Einstein. Enla interpretacion de su articulacion, tomaba mucho pres-tado de !S~Yr~,cuya concepcion de la revoluci6n cientifica

    2 El texto de Regnault tuvo solo una difusion interna. Un breveresumen figura en M. Fichant, M. Pecheux, Sur l'histoire des sciences,Francois Maspero, 1969 ("Cours de philosophie pour scientifiques,fasciculo III"). Tarnbien puede consultarse: L. Althusser, Philosophieet Philosophie spontanee des savants, Paris, Francois Maspero, 1974.En dos ocasiones discutf la concepcion de "ruptura epistemo16gica" enAlthusser: en "Le concept de coupure epistemologique de BachelardaAlthusser", reeditado en EcritspourAlthusser, La Decouverte', 1991;y, mas recientemente, en "El objeto de Althusser", en Politique etPhilosophie dans l'oeuvre de Louis Altliusser, bajo la direccion deSylvain Lazarus, P.U.F., 1993.

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    se opone, de entrada, tanto al positivismo.....de los hechoscuanto al positivismo de las teorias.(Koyr~ubica en el.centro de la cuestion de la ciencia la transforrnacion de laconcepcion. del mundo y la innovacion que representa lacombinacion -en un solodiscurso de lei demostraci6n y dela experimentaciori. La idea de la ciencia moderna mate-matizada es tambien un punto que permite encontrarsecon una definicion de la verdadque, esta vez, se le pide

    ~~e~~aad~f~~~~~~~~:f{!ae~9~'r~~f~ij1~0~n=i:s~~t~~~ '\{significante sobre el.J>u.i~lQ --

    ~egnaultpodia elevar el ejemplo de la fisica al estatusde un tipo a partir de su comparacion implicita con otrosejemplos, en particular el de "ciencia" de Marx, quien, enel prefacio de El Capital, se considera su iniciador; 0 conla ciencia del modo de produccion capitalista (al queEngels habia comparado con la revoluci6n quimica deLavoisier), 0 con la "ciencia" freudiana de las formacionesdel inconsciente,responsable de la ultima gran "heridanarcisista" que se le haya infligido al antropocentrismo.Mas alla de esta dimension eomparativa, se trataba de 1recurrir a ~~gorias fundamerrtales__(:leJaepis~emo- rlogia historica bachelardiana: l~disr:g!1:.#1J_ujJl~d'Y la?recurrencia apistemologica, que distingue laverdad del} ,

    error~-la~ci"encia de la no-ciencia. Finalmente, estaba la .posibilidad de considerar, con Althuss_er;.g.-lleJQs.QPst~~Jl-}lQ1IQ~.,~!!~~Jl!2yj~~Et2:4~)a.:iqgZ.OgCf .

    Estos tres elementos implican, de manera latente, unaractificacion de las ideas de Koyre. Podemos advertiruna tension por el hecho de caracterizar a la verdad, almismo tiempo, como el conocimiento "objetivo" que elprogreso cientifico sanciona al distinguirlo del error no-cientifico -de acuerdo con Bachelard-, y como un efecto"subjetivo", producido por la divergencia que la cienciaopera en el sujeto entre su saber y sus identificacionesimaginarias -segun Lacan. Esta tension no dejo de traba-

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  • jar riunca las referencias a la "ruptura epistemologica".Esta pidiendo una reconsideracion.

    r; Resumamos primero esta definicion, siguiendo losterrninos propuestos por el autor y agregaridole algunas

    .explicaciones complementarias. ~Qturae.sJ~=Rresen-/1' tada como una mutacion en el orden del saber. El tipo de.este acontecimient~~sla'~onceptualizac16-naeGalileo delmovimiento uniformemente acelerado. Hablar deaconte-~["Cimiento implica decir que hay un antes y undes2uesy,) porIo tanto, [Jjar iiriafecha que-iiiferrii~iii'peJ~jQrifigui( d'5acrefa-s'represenfaclonesaeEierf6sfenomeng,s: en estel caso~'Tosaela niec'Knlca'i'de-la-'astrOilO-rilla::--Por ambas

    partes de las demostraciones de Galileo, no solo el movi-miento no esta explicado del mismo modo (por las mismascausas), sino que la nocion misma de movimiento cambiade definicion y de referente en la experiencia. Para lafisica aristotelica, el movimiento local es un caso particu-lar de la transformacion de los accidentes de las sustan-cias, incluidos en una nocion general de la alteracion 0 deldevenir. Para la fisica post-galileana, el movimiento es elconcepto general de una variacion de las magnitudesmensurables en el tiempo, que implica algunos postula-dos de relatividad."

    La conclusion inmediata es que la ruptura no es.cualquier quiebre: se trata de una ruptura quealcanza: los propios principioadeljnetodo segurre! que debenj plantearse Ios J~ro~lemas.''fi~ic?s''.Estos, y no objetivos

    tecnicos, son los que implican la extension de los procedi-mientos demostrativos de Euclides y de Arquimedes avariaciones de cantidades en el tiempo, la geometrizacion

    ,del movimiento. Esto quiere decir queJ~ rup~!"~es,( desde el c:omielJ,:l.9,,_l.ma nocion diferencial que oculta un

    .,} i' ~rl~ri~i~~~Ei~~~().La ruptura-galileana.sedist"inguede'ios

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    3 Vease Francoise Balibar, Galilee, Newton lus par Einstein,PoUoF., 19840

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    quiebres con tal 0 eual aspecto de la fisica anterior, quedefendian, llegado el caso, la posicion contraria del aris-totelismo y se relaeionaba con otras tradiciones, y quejalonan la historia de la fisica medieval y renacentista. Encierto sentido, esta prehistoria, lejos de amurallarse en larepeticion de un dogma, solo produjo quiebres. La ruptu-ra es un quiebre can estos quiebres: nos permite ver 10 quepresuponian siempre sin cuestionarlo nunca (la idea deque el movimiento tiene un origen y un final, que sus"accidentes" expresan la naturaleza invisible de sus cau-sas, que se opone a un "estado" de permanencia 0 deinmovilidad, todo 10 que podriamos llamar el empirismoespeculativo de la fisica pre-galileana. Por eso podemoshablar de revolucion, 0 de mutacion: ninguna de estastentativas de explicacion sobrevivio al descubrimientogalileano, ni fueron necesarias para la construccion desus propias demostraciones. Regnault llama a estos quie-]bres "intra-ideologicos". ';

    Esto no significa decir que la rupi\.!r~,c(l,e del Cielo (de \las Ideas): de hecho, es el resuH,ado de lacriti'ca g~losquiebres a.-pt~rlores~-{~i'.1

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    10 hacen en eI de un Claude Bernard, de un Darwin, de unLavoisier, de un Marx 0 de un Freud, no son estas las quetienen un contenido revolucionario ni las que entrarianconsecuencias irreversibles. Si, en cambio, determinados

    \:' conceptos: velocidad instantanea, aceleracion, gravedad,Ii composicior, de los movimientos. La ruptura esta en Ia' construccion de estos conceptos, poreso~es-necesariamen-te}i1man~ntearacontecimiento:no'puede anticiparse demanera fieti'cla;'" utilizanaoun' discurso epistemologieoque prescribiera a priori las formas de la irinovacion. EIhecho de que dispongamos de la nocion de ruptura noimplica que sepamos que es la fisica. Por el contrario, enIa medida en que sepamos (en parte) 10 que comienza conlos conceptos de GaIileo, asignamos la ruptura y determi-namos su contenido. La ruptura esta, de hecho, ligada al!!!:-cly;u:!f!l_~().!2t;~P'C!' . . ,'-" -" ...."'--' ,....... .-

    Para describir este "hecho" tan particular, necesita-mos un concepto de "concepto" adecuado (en terminosspinozistas diriamos: una! "idea de la idea"). Ahora bien,los conceptos de Galileo (como el de uelocidad): no sonideas ni imageries, ni clases de fenomenos, ni instrumen-tos de calculo 0 de resolucion de un problema dado: son,

    ' ellos mismos, conceptos-7f7,etodos, y con,ceptos-problema,s.' Conceptos-metbdos, porqus su generalidad concierne a laposibilidad de clasificar las preguntas para "engendrar"las condiciones de su resolucion (por eso, en el caso deGalileo, el concepto decisivo no es simplemente la veloci-dad, sino la pareja velocidad + aceleracion, de la que luegose dira, en un lenguaje algebraico y no geometrico, que eluso que hacia Galileo contenia "implicitamente" la nocionde ecuacion diferencial). Se trata, sobre todo, de concep-

    4 VerJ. R. Ravetz, "Galileo and the Mathematisation of Speed", enLa Mathematisation des doctrines in(onnes, Hermann, 1972. Coloquiodirigido por G. Canguilhem en el Institut d'histoire des sciences de laUniversidad de Paris.

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    tos-problernas, es decir, intrinsecamente desequilibra-dos, cuya definicion y utilizacion plantean mas preguntasde las que contestan y que, por 10 tanto, restringen unamayor conceptualizacion. Emprenden el proceso de laconceptualizacion en determinadas direcciones, que ma-nifestaran sus virtualidades teoricas. En el caso de la

    rup~uJ:"a_.galileana, vernos como esta produetividad se-manifiesta"en~rmenos, cuatro direcciones, que perrna-neceran abiertas todo a 10largo de la historia (inconclusa)de la fisica:

    /--,l ~endir~cciQnge l() "fuU.damentQs" teorico.sJe1?__decir,')1~~t~~i~~J~~[t:~~~~~:~~~~~~i~7~~~j_~if~-~qe~~.~~~o~~~~

    juego aqui es la explicitacion de la categoria de causali-dad, base de una ciencia y, por consiguiente, constitutivade la "naturaleza" de sus objetos, el tipo de ser real del quedesarrolla el conocimiento;

  • mental del concepto (presupuesta por todo procedimientode "verificaci6n") que podemos, tomando una formulaci6nde Bachelard, representarnos como la incorporacioti alconcepto de sus condiciones de aplicaciori (este procesos610 comienza realmente con los trabajos de Huygenssobre el pendulo)."

    Todas estas virtualidades s610son inteligibles retrospec-tivamente, de manera "recurrente", pero existen desde elcomienzo, como restricciones de la practica te6rica. Dis-tinguen la ruptura del surgimiento de un "paradigma", deuna "episteme", de una "axiomatica" en el seno de las queel saber trabajaria dentro de un marco dado. Todo 10contrario. Si utilizamos la metafora de Regnault, vere-mos que esuna "huida para adelante'~~irigid_~_hacjis~s

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    entorno determinado no es un efecto mecanico de lanecesidad, sino el resultado de dos mecanismos indepen-dientes: la variabilidad individual y la seleccion natural.Galois, que no hay solucion general "POI' radicales" de lasecuaciones algebraicas mas alla del cuarto grado porqueciertos grupos de permutaciones asociadas al "cuerpo"engendrado por los coeficientes de la ecuacion dejan deser conmutativos. Marx, que los metodos intensivos de acu-mulacion del capital, basados en la produccion de "sobre-valor relativo", implican una tendencia al descenso de latasa de renta. Etcetera.

    'I Todas .las demostraciones c~~~~ifla....~_.~!~Ilen, sin ern-Ii ~a.rg~,._~lgo __eILC(?IP~.n: se opon.en C!:",.la-e.uidw:cjp.,,_~nelii sentido [email protected]_jJ~e(1~IL~eI".jIlsJi_0.ci()naJiz~dasinme-l diatamente, sino que requieren el desvio de las operacio-

    nes rna temaficasaelcalculo; aeUifa ex-pefiiiieritacion,d~urirazonamiento 0 deunacombinatoria de estas opera-Clones: Eiie8teseiitido, se oponen a antlcipaciones de lapercepcion.idel sentido cormin 0 de lasopiniones admiti-das; dicho de otro modo, esfablecenque "la esencia de las

    ,Y cosas (la realidad) no se confunda con su apariencia".v (Marx). Como sostiene Lakatos: "Plausible oreven 'trivia-

    lly true' propositions are usually soon refuted: sophistica-ted, implausible conjectures, matured in criticism, mighthit on the truth",' Sin embargo, no debemos dejar deserialar que esjustamente esta oposicion entre la eviden-cia y la demostracion 10 que es reflejado pOl' el sabio 0 elepistemologo en terminos de constituci6n de una "eviden-cia intelectual" propia de la demostraci6n y la que condu-ce a los fi16sofosa intentar la elaboraci6n de las categoriasde intuici6n, rigor formal, criterio de verdad 0 de raz6n.

    I POI' otra parte, son siempre relativas, en tanto valen~p_~=~_~~n ca.J?-2E.0. de~1iJe~~s?_i~Xen6rile~os determinados.

    7 Imre Lakatos, Proofs and Refutations, The Logic ofMathematicalDiscovery, Cambridge University Press, 1976, p. 12.

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    Este no esta empiricamente cerrado, es un campo virtualo un campo de "experiencia posible": tenemos la obliga-cion, al generalizar, de designarlo tauto16gicamente como )el campo de los objetos para los que estas demostraciones ison validas. Pero no se trata, tampoco, de un campoabsolutamenteinfinito: esdecir quehay, necesariamen-te~-OEjet()s.(i'iie-estaf1fuera dc cl.Uricampo de este tenor, -al rnismo tiempofinito e ilimitado, tiene incluidas, decierto modo, sus "fronteras internas", que se desplazancon la historia de la ciencia. No coinciden con la percep-cion de los generos de seres entre los que se reparten losobjetos de experiencia "primera", perc pueden, por elcontrario, ser exhibidos por experiencias cruciales. Suobjetividad es aprehendida, luego, reflexivamente. Enotros terrninos, ninguna demostracion es incondiciona-da: el nombrecleJa..xerda.a~q~iEde:cQnvie_ne,.engeneral, esel "no-incondicionada".

    Este hechodoble -es el que cava, desde la ruptura -inaugural de las matematicas griegas/ y nuevamente encada ruptura episternologica, una fosa entre la dernostra-ci6n y la reflexi6n filos6fica. Esta (Ilarnese dialectica,metafisica, 16gica trascendental, 0 de otro modo) intenta-ra salvarlo por medio de emprendimientos de "interiori-zaci6n", segun la expresi6n de Desanti." Pero tambien esel el que propane la idea de que las verdades cientificascomo tales s610 son relativas. Idea que enseguida viene aalimental' un "hecho" totalmente diferente: el de la refu-taci6n de las teorias, el de su reemplazo inevitable por

    8 Vease Jean Toussaint Desanti, "Une crise de developpementexemplaire: la "decouverte" des nombres irrationnels", en Logique etConnaissance scientifique, bajo la direccirin de J. Piaget, Enciclopediede la Pleiade, Gallimard, 1967; M. Fichant, "L' Idee d'une histoire dessciences", en M. Fichant y M. Pecheux, Sur l'histoire des sciences,op. cit.

    9 Jean Toussaint Desanti, La Philosophie silencieuse ou. critiquedes philosophies de la science, Editions du Seuil, 1975.

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  • otras que las contradigan en todo 0 en parte. Yo distingocon mucho cuidado entre estas dos caracteristicas, que notienen ni el mismo significado, ni el mismo valor. Laprimera sefiala que no existe la verdad "total", "antihipo-tetica", que toda V~!~Clj.,sientffig:?_iITl.J>li~~condicion~refleja el alcancede dichas condiciones. La segunda, encamolo;-s-e'iimc'a:'Inteiiaii1enfel'en-lo'verdadero", desde elmomento en que las teorias presentes figuran en el campovirtualmente abierto por la ruptura (como, por ejemplo,en el caso muy comentado de las teorias de la luz). Larefutaci6n de las teorias es un procedimiento de demos-:traci6n YI por Io tanto, un medio para decir 10 verdadero -Y explicitar sus condiciones.

    Esto nos lleva a senalar otras caracteristicas de lasdemostraciones cientfficas, comenzand6-p'or elhecho de

    ,que'_sj~mPI_~-esEaiLin:cic_q~s,._A-paifir" de-Plat6n';'laeplstemologia de las matematicas reconoci6 que no haydernostracion absoluta, "anti-hipotetica". Pascal propor-ciono una forrnulacion celebre, basada en el paralelismode las demostraciones y de las definiciones, que introducela nocion esencial de regresi6n al infinito, pero otorgando-le 031 significado negativo de una imperfeccion." Pero, en10 que concierne a las maternaticas, el significado positivode esta situacion s610aparecio luego, con la reestructura-cion de las reglas del rigor demostrativo que pone enevidencia las presuposiciones de un encadenamiento de-terminado (con Bolzano, por ejemplo, se comienza adescubrir que las evidencias del analisis clasico dependende lemas mas generales, pertenecientes a 10 que mastarde se llamara teoria de los conjuntos 0 topologiageneral), luego con la axiomatica y la introduccion del

    10 De heche, el texto de Pascal De l'esprit geometrique et de L' art depersuader es ambiguo en este punto. Podemos comprenderlo tambiencomo caracterizando el tipo de perfecci6n que posee la ciencia en suorden, es decir, nuevamente como una manera de asociar finitud eilimitacion.

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    concepto de estructura (se descubre, por ejemplo, quediferentes geometrias 0 diferentes mecanicas puedengenerarse a partir de una variacion sistematica de losgrupos de axiomas, bajo reserva de su consistencia; 0 queel concepto aritrnetico de numero debe generarse a partirde una construcci6n logica de las clases 0 de un algebra deconjuntos), De modo que toda dernostracion dadl:l:,-~ntanto "encadenamiento racion~l"JGayailles),se abreha-cia problemasrelacionadoaa Ja, vez~Goil,~ii~"p!-!ntodepartida" y sus"garfios" 0 sus eslabones (la metafora"sigueperteneciendo a Cavailles).H ,. '" "- .. Sostener esto significa que una demostracion presentaun desequilibrio interno entre su verdad y su certeza,en un sentido que no tiene nada que ver con la reflexi6n jde un sujeto, sino que denota la complejidad practicamen-te inacabable de las conexiones de conceptos que apre-hende (en oposici6n a la idea de "naturalezas sencillas"iniciales). Y, especialmente, quiere decir que, considera-das dentro delmovimiento de su-produccion, no .sonrespuestas ultimas a determinadas preguntas, de mane-ra de encerrarse una respecto de otra, sino siti.o..s_CLlLep~~g?,!1en., ~J Iil!li~niQ __g.~__l}JJ~Y_Q~W-~ btemB: E.ie{l.R!i..lfJea.Q.g.s~ En este sentido, podemos decir, sin entrar enparadojas, que cuanto mas demostrativa es una ciencia, Jmas carticter experimental adquiere (en el sentido en queCavailles sostiene que "la actividad de los matematicos es.una actividad experimental"), 0 si queremos, un caracter"inductive" (no en el sentido empirista sino en el deBachelard, que dice que la fisica matematica se dirigehacia sus fundamentos necesarios por "induccion" teori-ca). Lo que es valido para las matematicas 10 es para otrasciencias. Asi, la demostraci6n de las leyes de la opticageometrica a partir del principio de Fermat da acceso a la

    11 Jean Cavailles, Sur La logique et La theorie de La science, P;V.F.,1960, p. 25.

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    cuantificacion de la energia lumfnica, 12 0 la demostraci6nde las capacidades de regulaci6n de un embri6n desembo-ca en la articulaci6n del programa genetico y la epigenesisen el desarrollo de los organismos pluricelulares.P

    El conjunto de estas caracteristicas significa que son

    L1 las demostraciones las que fijan el sentido de sus conclu-

    siones y no ala inversa. Una demostraci6n se presentacomo una sucesi6n de operaciones discursivas y tecnicasque se dirigen hacia un resultado: parece, pues, que estecontiene en sf mismo el sentido que debe ser pensado, yque la unica funci6n de la demostraci6n sea la de "validar"(0 no) este resultado, es decir, hacerlo entrar 0 no en un"cuerpo de verdades". Esta apariencia es la que, por otraparte, induce al relativismo del que hable anteriormente:si la demostraci6n se cuestiona, la conclusion es que laverdad que le confiere a la ley 0 al teorema es s610"relativa" 0 que, hablando con propiedad, no hay verdadesen las ciencias, s610 verosimilitudes, convenciones 0 re-sultados pragmaticos. Pero 10 que sucede es exactamente

    ~-I jf~i~J~~;jfi~~1.~:;6;;Jr~~~i\~:e:~~: ',. .-~ ._.._-_.P.-..__.._.~_._ _._-_.~_ _.-

    . For eso, como constantemente subraya Bachelard, unenunciado cientffico no tiene ningun sentido si no esincesantemente repensado a partir de sus presupuestos yde sus lagunas 0 de sus contraejemplos; aqui reside laefectividad de la verdad cientifica. Finalmente, s610tienesentido como "pregunta", punto de articulaci6n y momen-to de lanzamiento de una red de encadenamientos enmarcha. Pero 10 que acabamos de decir supone que

    12 Feynman, Leighton, Sands, Le COUl'S de physique de Feynman,Electromagnetisme I, Prefacio de G. Delac6te, Iteraditions, 1979, cap.19: "El principo de la menor accion",

    13 Vease A. Prochiantz, Les Strategies de l'embryon, P.D.F., 1988.

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    renunciemos ados imageries igualmente inadecuadas dela demostraci6n: la imagen sustancialista (la idea de queexisten proposiciones verdaderas dotadas de una signifi-caci6n aut6noma, que intentamos vincular por medio deun procedimiento de demostracion), y la imagen formalis-ta (segun el modelo propuesto porIa sintaxis 16gica, en elque un teorema es un formula cualquiera que figura enuna sucesi6n potencialmente infinita de expresiones bienformadas, construidas recursivamente). En el fondo, es-tas dos imageries son equivalentes porque disocian de-mostracion y verdad. POl'otra parte, esta misma disocia-cion fue la que condujo a Hegel (en el prefacio de laFenomenologiti) a proclamar que no hay, hablando conpropiedad, verdad en el campo cientifico, ya que el resul-tado esta separado de las operaciones que 10 generan.Ir6nicamente, nuestra descripcion tiende, en cambio, a

    ) mostrar quejustamente en la prtictica cientifica puedenJ satisfacerse mejor los requisitos hegelianos. Siempre que, hagamos una reserva importante: que la nocion de acti-

    vidad que plantea 0 que es constitutiva del sentido (ya quela demostraci6n, en su apertura, en su incompletudesencial, plantea el sentido planteado por su resultado)este disociada de cualquier perspectiva de totalizaci6n.

    LO FALSOEN EL CAMPO DE LO VERDADERO

    Al proponer esta descripcion, ~sefialamossuficientemen-te en que consiste el efecto de verdad de una rupturaepistemo16gica? De ningun modo. En cierto sentido eludi- 'mos 10 esencial. Lo que describimos fue un efecto deverdad "intra=-t~Q.~ico", determinado originalmente, pordeito,'por-el hecho de la ruptura, pero que no es, en

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    movimiento con el que "rornpe" Galileo? La de una "gra-vedad" opuesta a "ligereza", cualidad inherente de loscuerpos, la de una relatividad del movimiento respecto delugares y direcciones pre-existentes en el espacio, y porsobre todo, la de una diferencia de naturaleza entre elmovimiento y el repose y, por 10 tanto, de una alteraci6ndel movimiento de un cuerpo por el estado del movimientoo del reposo del "lugar" en el que esta ubicado. Estaseuidencias provocaron que los opositores a Galileo "vie-sen" -con los ojos 0 el pensamiento- que cuerpos dediferente densidad "caian" a velocidades diferentes, 0 queel movimiento de la tierra afectaba la trayectoria de unabala lanzada desde 10 alto de la torre de Pisa. 0 que losopositores a Newton y a Maupertuis "vieran" a la tierra

    l'"redonda",' per,o_E:!I3~a~E:l~!9:enc~~~,~uy~ totalidadcomponoluna "naturaJeza", un "mundo", no son "naturales". El:'~se!itiq.9..~~

  • ciones "escepticas" de Duhem- consiste en completar unademostracion positiva excluyendo una posibilidad deexplicaci6n que, desde el punto de vista formal, no tienenada de absurdo, pero que vincularia los efectos observa-bles, las leyes empiricamente verdaderas con principiosfalsos: de este modo aseguran la consistencia te6rica delas causas y los efectos. La situacion en otros campos estambien caracteristica: Mendel demuestra que los carac-teres adquiridos no son hereditarios, ejemplo tanto masinteresante cuanto se trata de una demostraci6n "desco-nocida", redescubierta con independencia de otros traba-jos del mismo autor, que muestra que la presencia de 10falso en el campo de 10 verdadero no debe reabsorberseinstantaneamente, ni anularse de una vez y para siem-pre. En el campo de 10 verdadero, el error esta presente demaneraprovisoria, -Rtin:U::Q}1-t0 de demostraciones.einqque eief:~-tog~,uncambio~i.'Ii r~dical de pr09_!~ill~.~iGe=quehAse que algun;;ua cue.sti~~.\9- -, .ii ~~p_ fw~ra:.;q~t caPlYo d~ t02a posible demostraci6ii. ;]X

    \~ ero no, por 8upu'esto, del campo de la "conciencia" de lossabios 0 de los trabajadores cientificos y, por consiguien-te, de sus proyectos 0 programas de investigacion. Aquiesta la fuente del conflicto, del obstaculo epistemologico,del acto epistemo16gico de reducci6n de este obstaculo.

    La destruccion de las evidenci&s que exponemos aqui \es mucho masriidical al1n."Se tra uce en el desarrollo de I

    u.!}j3.J\s~':ECl.c;~?_e.U:J:J:.:g~j~:~~-:!;~;~g()~,,}lc~Lv~rRg~~JfiiKUi~lc-os :13m cornumcacion mtraducclOn; dicho de otro modo, en el 'descubrim{ento defhecho-de que la homonimia de algu-nos conceptos imooimiento, materia, infinite, herencia,azar, valor, pensamiento) oculta, en realidad, intencionesincompatibles. Se traduce en la imposibilidad de plantearciertas cuestiones en el campo de 10 verdadero y, porconsiguiente -utilizando la terminologia de Bachelard-en el descubrimiento de que la insistencia de estas cues-tiones no esta vinculada con el hecho de un error concep-tual, sino con el valor de este error para el sujeto de la

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    ciencia, de una manera semejante a la que utiliza el deseode conocimiento para desplegarse en el imaginario. Estaotra modalidad del error manifiesta, por 10 tanto, lapresencia y la pregnancia de 10 "pre-cientifico" en lahistoria del conocimiento que, sin embargo, esta basada-

    , en su exclusion, en tanto no-cientifico.Podemos, en efecto, desde el punto de vista de la

    ciencia, Hamar ideologia al error, considerado como estatenacidad de 10 no demostrable que no se elimina, de unavez y para siempre, en el interior de un campo abierto porla ruptura. Lo que la nocion de ideologia designa en estecaso, no es, por 10 tanto, el simple hecho de que seaimposible convertir a ciertos errores en verdades, pormedio de la refutacion de su contenido; mucho menos aun,el que su origen resida en el sinsentido (0 en la "cienciafalsa", caracterizada por su desconocimiento de ciertasreglas tecnicas, logicas y hasta eticas), Esta es la causa deque la nocion recurrente de ideologia no coincida, ennada, con el enunciado de un criterio de demarcaei6n. En

    rrealidad, la posibilidad de que los conceptos de ciencia yI de ideologia no se entremezclen, no esta dada de antema-II no sino que solo puede lograrse a partir del hecho de laruptura. L

  • al alcance de las ciencias, la extensi6n de la ideologia no\es totalizable, ni suo comprensi6n unificable, en absoluto.Y esto porque la ideologia se descubre en la recurrencia deuna ciencia incompleta, y porque varias ciencias irreduc-tibles (hasta incompatibles~decubre...n y eX;Plica.n asp.ec- .\tos diferentes de la ideologia or encima de todo, aunquelas ciencias asignen la ideol gia como error pre-cientihco,ninguria cieiicra~enfantolal~escienc~ici'de:l'e""0"', esdecirconstitucion derhomor'e~~considerado-c'omo"serquese I

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    RETORNO A LOS IMPENSABLES

    Vamos a oponerle a esta descripci6n formal el argum~o1;: de la circularidad. Todo se sustenta en el hecho de la, construcci6ri conceptual como a!ierfuraaefc'ampode los

    " pro-ore-masy a'elaSdEmiostraciones.'Esmuy agradabTe~sedira,denoniinar"intrinsecamenteverdadero al movimientode esta construcci6n, pero esto no quiere decir que nadieeste obligado a adrnitir que tal es lo verdadero. No se tratanunca de un efecto de "designaci6n". Yes un tanto facilextraer de esto un argumento para volver a conducir-auncuando sea de forma menos dogrnatica-da vieja oposici6nentre ciencias e ideologia.

    Podemos responder a esta objeci6n, poniendo en evi-dencia, justamente, que t"oda rUJ2tur; im lica una r,eJ~s-

    , I \t~ tesis bachel;rdi:i1a.' que, implicitamenteretoma Canguilhem) que constituye el ultimo mementode nuestra definici6n. Volvamos para introducirla en e1texto, ya citado, de F. Regnault. Esto es 10 que escribi6:"i,Hasta cuando habra que esperar para que la rupturasea confirmada 0 irreversible? (...) Hay que esperar que

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    culmine la [isica galileana. Pero esto no sucederti hastaque haya sufrido una reuolucion, una ruptura intra-cientifica, una reestructuraci6n. Nos transportamos, pues,hasta el otro limite de la fisica galileana, es decir, hastauna crisis tan fundamental que nos uemos obligados avolver a sus propios fundamentos, a sus conceptos masgenerales; pero tam bien es evidente que, a primera vista,esto se produce con la relatividad, puesto que la relatioi-dad de Einstein produjo una nueva teoria del espacio, deltiempo y de If}_,1JJ...aB.CL.L,,-,LPada una ciencia cualquiera.v "llamaremou!..~strU~~~!9~c,ton~p~stf!.?1!()16g(~g__al EU1Eg_de~.~~~_" 'retorno a los Impeiisados de esta ciencia que, al mismo.tiempo, es un nueoopunto c1i'nQ!itor.lJJJ.__p-~ra-.e.iig_~Ieaci(JJ(..) Desde e(i;imto de vista de la reestructuraciori esposible dominar la totalidad de la [isica galileana. Ahoraque superamos sus limites y reformamos sus presupuestoslen este caso, ante todo, los presupuestos del espacio y deltiempo absolutos explicitados por Newton] conocemos sunaturaleza. A partir del momenta en que es reestructura-da, es cientifica. 0, dicho de otra manera, tenemos derechode asignar una ruptura (...Jretrospectioamente (...J cuan-do nos colocamos en el punto de vista de la reestructura-cion. Hoy, por lo tanto, podemos escribir: una ruptura essuspensiua y espera sureestructuracion: JJ ' , ,. ,

    Ya vemos que se trata de un nuevo desarrollo de la ideade recurrencia. ~9s "irnPce,!lPE~S"a los que se apunta en 'este caso son, en principio, los principios de la mecanica :clasica: los que 'inlponen arespacro ~ y al tiempo, a lamateria y a la fuerza (Iuego a 1a energia) una estructuramaternaticamente determinada, fuera de la cual es impo-sible construir nada de la fisica. Estan, ya 10 dijimos,implicados en los razonamientos del propio Galileo. Peroe1 primero que los en uncia de manera satisfaetoria esNewton, al retomar de Descartes la idea, el nombre y lacantidad de las "leyes del movimiento", al mismo tiempoque rechazaba el contenido que aquel les habia asignado

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    y que operaba, utilizando el nombre de "filosoffa natural",una sfntesis abierta de la cinematica, del atomismomaterialista, de la astronomia matematica y del calculoinfinitesimal, a cuya invenci6n contribuy6. Esta es, pues,la primera recurrencia: el principio de inercia fue explici-tado y completado, finalmente, por otros sin los que seria~ inoperante. Tambien es la primera paradoja: l.por que

    llamar "impensado" a 10 que, luego de medio siglo detrabajo, fue completamente explicitado?

    Para justificarlo, es necesario mostrar que en estaenunciaci6n hay algo atrtis, algo en suspenso. En efecto,para poder hacer explicitos los principios que funcionancomo definiciones implfcitas de los conceptos fundamen-tales de la mecanica (la ley fundamental de la dinamica,igualdad de la acci6n y de la reaccion, y sus corolarios,entre los que se encuentran los principios de conserva-cion), Newton debe presuponer tesis rnetafisicas: el tiem-po absoluto, el espacio absoluto (independientes uno delotro), a los que es conveniente agregar la doble funci6n dela masa (10 que luego Einstein llamara la identidad de lamasa inercial y de la masa gravitacional).

    Como se sabe, estos presupuestos dan lugar, por suparte a una notable combinaci6n de prudencia epistemo-logica (hypotheses non fingo ... ) y de temeridad especula-tiva (Ia atribucion a Dios, con modalidades desconocidaspor la tradicion, de las propiedades fundamentales deluniverso, de donde se origina la constitucion de unanueva cosmo-teologia).

    Como finalmente se descubre durante Los principios,10 que fue inicialmente separado (la fisica maternatica delas leyes fundamentales, la metafisica de los absolutoscosmo16gicos) debe ser ulteriormente reunificado, al me-nos de manera ideal, cuando se pasa a la fisica concretadel "sistema del mundo". En este sentido, existe todaviaalgo oscuro en la formulaci6n de los principios, cuyadificultad se ira acentuando a medida que el conocimiento

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    haga explotar la aparente simplicidad del mundo newto-niano."

    Hay algo mas grave: la universalidad de los principiosgalileo-newtonianos basa la extension de la mecanica ennuevos tipos de fen6menos ffsicos, En este sentido, deter-mina fronteras epistemo16gicas en expansion. Pero l.pord6nde pasan esas fronteras? Y, especialmente, desde elmomento en que se manifiesta un distanciamiento entrelas consecuencias de los principios en su campo de origenyen sus nuevos dominios de aplicaci6n, lhay que ver enesto la marca de una limitaci6n intrinseca (a riesgo decuestionar la unidad de la ciencia), 0 bien el indicio de unainexactitud (a riesgo de desestabilizar el cuerpo de cono-cimientos adquiridos)? Ya sabemos que fue el electromag-netismo el que, durante el siglo XIX, le dio a esta cuestionla forma de una aporia. Y, en un primer momento, lasoluci6n se encontrara en un nuevo despliegue de lospresupuestos metafisicos, por medio de la produccion denuevos "absolutes", que se espera sean coherentes con losde Newton. El tipo de estos absolutos supernumerarios esel eter mecanico presupuesto en la 6ptica ondulatoriay, luego, en la interpretacion "fisica" de la teoria deMaxwell. Pero, luego, aparecera, contrariamente, lo arbi-trario de estos presupuestos: simultaneamente a causa desu tenor conceptual parad6jico, de su caracter de hip6te-sis ad hoc materialmente inobservables y, finalmente, delfracaso repetido de las cruciales experiencias efectuadaspara testearlos." Esto produce una inversion del a favoro en contra (subjetivamente reflejada en la noci6n de"crisis"): en lugar de volver a desplegar los presupuestosmetafisicos la propuesta es eliminarlos. lC6mo hacerlosin eliminar, al mismo tiempo, a los propios principios?

    18 A. Koyre, Du monde clos a l'uniuers infini, P.D.F., 1962.19 Vease Einstein e Infeld, L'Euolution des idees en physique,

    reeditado por Flammarion, colecci6n Champs.

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    Esta situacion permite comprender el vinculo estrechoque asocia al proceso hist6rico de la reestr~cturaci6nconel pro~eso l6gico de.l~ ~xioma~izaci6~. Esta fpa~e.cecomouna Via que permitiria al mismo tiempo explicitar parcomplete los principios y aislar su significacion operate-ria, su funcion explicativa, de sus presupuestos metafisi-cos (reducir, de algun modo, el exceso de significacion. delque se habian cargado inicialmente), para, finalmente,exhibir las conexiones logicas que poseen con el cuerpo dela teoria fisica, mostrar para que demostraciones sonnecesarios. Asimismo, la axiomatizaci6n autorizaria unadistancia critica en relaci6n can la primera utilizacion de~ los principios. Pero esta operaci6n es arnbigua, ya que, en

    si mismo, el paso de un enunciado con la condicion deprincipia al del postulado no cambia nada en el tenor delos conceptos. S610 cambia la modalidad de su enuncia-cion, que pasa de 10 categorico ala hipotetico. Los princi-pios tenian un aspecto doble: uno tenia en cuenta lasconsecuencias (la aplicacion basada en ellos) y el otro lascausas primeras (el fundamento que los implica, se lIameDios 0 de otro modo). Con la axiomatizacion, este funda-mento se pone entre parentesis, a se convierte en unfundamento subjetivo. Pero, una vez enunciada estareserva, la dominaci6n de los principios sobre sus conse-cuencias es mas total que nunca. Y 10 es tanto mas cuantomas se multiplican las correcciones operatorias (del tipodel "contrato de Lorentz")."

    Seria absurdo, por supuesto, pensar que la axiomati-zaci6n inducida por la "crisis", que se hace tecnicamente

    20 H. Poincare, La science de l'liypothese, reedicion con un prefaciode J. Vuillemin, Fiamarion, 1968, capitulos IX y X; A. Einstein, LaRelaiioite ILa tlieorie de la relatiuite restreinte et generale), traducci6nSolovine, reedicion Payot, 1964; Hermann Weyl, Pliylosopliy ofMathematics and Natural Science, New York, Atheneum, 1963, II, 2,"Methodology"; Max Jammer, Concepts of force, Harvard UniversityPress, 1957.

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    ~posible par la evolucion contemporanea de las matemat].cas y que se justifica par la transformaci6n del climafilos6fico (el ascenso de las epistemologias "relativistas"),no contribuye ala reestructuraci6n. Conduce a una refor-mulacion decisiva de los principios, nueva etapa luego deNewton. Este habia explicitado el principio de inerciaimplicado en la diriarnica de Galileo. Poincare y suscontemporaneos muestran que el principia de inercia esun principio de invarianza (Ia definicion de una clase deequivalencia entre sistemas de referencia espacio-tempo-rales que permite, por prirnera vez, hablar del "principiade relatividad" de Galileo). Intentan, de esta manera, lareestructuracion de su marco rnatematico (la teoria de losgrupos), Ahara es posible comprender mejor como esposible hablar de un retorno 'a 10,13 impensados: no en' unsentido psicologieo (descubrimiento de 10 que estaba e"nmarcha "inconscientemente" en el pensamiento de Gali-leo a de Newton) .sino en el sentido de unaproducci6n deconceptos, que permite form'ular compleflimente la teorfaj'existente y, por 10 tanto; exhibir suslimites. _. ".. . .'- Sin embargo, asi expresado, quedamos mas alla de lareestructuracion efectiva -como se sabe, par otra parte,Poincare y Lorentz no son Einstein. El paso de los enun-ciados categoricos a los enunciados hipoteticos hace quela ruptura aparezca, retrospectivamente, como una deci-si6n, que habria sido tomada "arbitrariamente" y luegojustificada par sus exitos (mientras espera sercuestiona-da par sus fracasos). La mas "impensado" de todo, en elfonda, seriajustamente esta decision (representada comoun acto individual a como un fen6meno cultural, inclusocomo una decision "de epoca"), En este sentido, la criticade los principios es sobreentendida por una cierta repre-sentaci6n metafisica de la historia en la que la idea de una irazon natural es reconvertida, simplemente, en su con- ,;traria (la irracionalidad de las decisiones a de los puntas ide vista que instituyen las racionalidades sucesivas). \.

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    Ahora bien, esta metafisica se lleva bien con un positivis-mo que se ocupa del contenido de los desarrollos te6ricos:creemos que podemos, simplemente, dejar de lado lametafisica de Newton, y, mas generalmente, la metafisi-ca clasica, "de la sustancia", en nombre de la "economiadel pensarniento", sin examinar el vinculo interno quemantiene con los conceptos de la mecanica. Creemos que

    podemos mantener el espacio absoluto, el tiempo absolu-to, mientras nos sacamos de encima a la idea de loabsoluto. Este es, sin dudas, el obstaculo epistemo16gicopor excelencia: no se cambia nada de los conceptos funda-mentales, de la conceptualizaci6n del tiempo. Este puedeadquirir la sustancia como un marco objetivo analogo alespacio y, sin embargo, independiente de el; ser hiposta-siado como la duracion sempiterna de Dios, subjetivizadocomo una limitacion trascendente de nuestra intuicion delos fen6menos 0 formalizado como un parametro lineal delas ecuaciones mecanicas; seguira siendo un movimientouniforme de referencia sustraido ala medici6n, indepen-diente de las observaciones, que puede ser expresado pormedio de la imagen de un reloj ideal en el que todas lasobservaciones pudieran acomodarse instantaneamente.

    EXPOSICION DE LA CAUSALIDAD

    Ahora tendremos que rectificar nuestra presentaci6n dela reestructuracion. Dirijarnonos desde el principio, como10 habiamos hecho cuando nos ocupamos de la rupturagalileana, mas alla del acontecimiento. Es decir, tome-

    1 mos nota de la crrtica de la idea de simuItaneidad y de lareformulacion del principio de relatividad (la definicionde una nueva cIase de equivalencia para los referencialesinerciales), y examinemos nuevamente que descubre esta

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    ~vrc: -v:_"J~ ~.c, ...I L- \ -.:-." ,:"J .:...' L,l...... ......

    reestructuraci6n, por recurrencia, en el campo teoricopreexistente. ~Pl"i,~~r:aconstat~CciQne13Ja_8.-ig:yieIlte-=_~eilmismo modoque la ruptura, la reestructuraci6n se ocupa Ide los conceptosyn-o__l~T~~J~(jl:i~3B. N6-e's-una-"susfitu--!cion", una eleccion teorica__ que_Y.ieiie~d~tr.irs~de_:_otra;!tampoco setratlide'un_a.r_e(uJ;a~i6Il,nideunperfecciona- i.miento, ni de unageneralizacion, ~_~...JJ.~5t~p-~_cj..2..n..d~l:

    ~l:lnc_ep_to~_g!1~_~'prC)4.;td~~~g~!_~Q.i~,,

  • propia noci6n de relatividad, 0 de equivalencia entresistemas de inercia 0, dicho de otro modo, un ciertoconcepto matematico de invarianza que trata sobre las"leyes de la naturaleza" y que somete su forma a unarestricci6n universal. Al mismo tiempo, al reformular elmismo concepto dentro de un marco te6rico nuevo, estapermite eliminar las "excepciones" y las "contradiccio-nes" aparentes de su formulaci6n inicial en campos no

    ."mecanicos'l.fPero la invarianza de las leyes de la naturaleza esta

    esencialmente vinculada con el hecho de que son leyes decausalidad. El concepto galileano-newtoniano de la iner-cia inauguro una manera radicalmente nueva de pensarla causalidad al emparentarla, dellado de la fenomenolo-gia, con los derivados secundarios de los desplazamientos(las aceleraciones, que son "absolutas", en tanto que todaslas velocidades son "relativas") y, dellado de la estructurade la materia, con la acci6n reciproca de las masas y de lasfuerzas (mas tarde se dira: de los campos 0 de las interac-ciones). De este modo, los diferentes modos de pensa-miento de la causalidad elaborados durante los siglosprecedentes fueron desechados. Ahora bien, este mismoconcepto de causalidad es el que la relatividad sancionay funda. Pero, en su forma inicial, detenta una serie deenigmas (los que son remitidos "a Dios" por Newton,antes de convertirse en el objeto privilegiado de la espe-culaci6n filos6fica sobre los "principios metafisicos de laciencia de la naturaleza"). Los procesos fisicos se desen-vuelven "en" un espacio que es pensado como un vacio yque, sin embargo, debe poseer propiedades dinamicas, yaque prescribe movimientos absolutos y movimientos apa-rentes. Las relaciones de causa a efecto se presentancomo sucesiones "dentro de" un curso temporal cuya

    22 Francoise Balibar, Einstein 1905, De l'ether aux quanta, P.D.F.,1992.

    102

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    "velocidad de desplazamiento" puede ser elegida arbitra-riamente. Las fuerzas actuan "sobre" las masas como sisu encuentro en el espacio se debiera al azar 0 a lapredestinaci6n. La reestructuraci6n relativista suprimetodas estas dificultades haciendo de la geometria espacio-temporal no el marco exterior de los procesos fisicos, sinola invariancia estructural de su propio desarrollo, y la dela identidad de dos masas no una coincidencia sino unanecesidad.

    Al considerar el concepto fisico como especificamentecausal, contamos, pues, can el media para comprendersimultaneamente c6mo la reestructuraci6n es la confir-maci6n de la ruptura y c6mo culmina el proceso de "laincorporaci6n al concepto de sus condiciones de aplica-cion" (Bachelard). La reestructuraci6n resuelve una con-tradicci6n latente desde la ruptura, entre una concepci6ncientifica de la causalidad y concepciones pre-cientificas"del mundo". En el propio Newton, la representacion deltiempo, simbolizada can la imagen del reloj universal; pormas precisa que sea, desde el punta de vista tecnico, sumedida (en el "universo de la precision" del que hablaKoyre), no se trata mas que del concepto psico-cosmologi-co elaborado por los filosofos de la Antiguedad. Tambiencomprendemos par que, en principia al menos, la rees-tructuraci6n einsteniana puede poner fin a las antino-mias entre concepciones "sustancialistas" y concepciones"relacionistas" de la causalidad fisica (las primeras rea-liz an la causa en entidades sustanciales, fuerzas, mate-ria, energia, a las que imaginan como "cosas"; las segun-das reducen la causa a la forma de ecuaciones querelacionan entre sf "estados" fenomeno16gicos de maneracontinua, univoca, simetrica, 0 sea, "determinista"."

    23 Vease Cassirer, Substance et Fonction. (1910), traducci6n francesade P. Caussat, Editions de Minuit, 1977.

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    IDEOLOGIAS CIENTIFICAS

    Esto nos conduce direetamente hacia un segundo aspecto:el nudo contradietorio formado por la ideologia y elconcepto. Lo que dijimos antes muestra que la "metafisi-ca" (010 que asi designa el positivismo) es ellugar en elque la fisica clasica proyeeta la verdad de sus conceptos,pero tambien la forma con la que desplaza sus contradic-ciones, llevandolas al "absolute" hasta que vuelvan en eltrabajo cientifico.

    Una metafisica de este tenor, a la que podemos deno-minar, en general, como mecanismo, cumple el papel deun conservatorio para las nociones pre-cientfficas incor-poradas a la ciencia (junto al ejemplo del tiempo, seriaoportuno que ahora desarrollaramos el del atomo).> Perosu papel de obstaculo epistemologico no se proyecta s610hacia el pasado.

    Por el contrario, contribuye dialecticamente a condu-cir a la ciencia hacia su futuro y, por 10 tanto, hacia su"crisis". Usando las categorias de la metafisica mecanis-ta, la fisica mecanista piensa, en primer terrnino, poranticipaci6n, la extensi6n de sus principios a nuevoscampos y, por consiguiente, la construcci6n de modelosdel mundo fisico contradietorios.

    Estas contradicciones parecen puramente internas alcampo del trabajo cientifico, aun cuando, con la palabrametafisica, marquemos la cercania 0 los intercambios conla filosofia y la teologia. Ahora bien, el circulo es muchomas grande, y su topologia no permite separar con tantasencillez 10 interno de 10 externo.

    21En Bachelard (L'activite rationaliste de lo.physique contemporaine,P.D.F., 1951) puede leerse la descripci6n sobre como la noci6n pre-cientifica de atomo como "cuerpo pequefio" con propiedades "elemen-tales" fue, paradojicamente, reactivada por la mecanica clasica.

    104

    Para poder comprenderlo, es necesario recurrir a lanoci6n, voluntariamente parad6jica, que ~Cangl.ii.rlierrr,~ntrodu~~a:-p~~itode la his~_or,i~ de la b~uf,-I"t~ae

    '" ideologia cwntificG;'.!Y---- ,-- -,'--=-Enn,ecaniSmo-es el primer eslab6n de una cadena deideologias cientfficas que acornpafian toda la historiade la fisica, combinando la regresi6n y la producci6n deesquemas ideol6gicos. Esto significa que, para nosotros, ylos conceptos de mecanica clasica no habrian podido i"trabajar" inteleetualmente si no hubiesen sido realiza- --dos en un cuerpo de formulaciones matematicas pero,tarnbien y simultaneamente, en un cuerpo de representa-ciones ideologicas. Entre estos dos "cuerpos" se estable- !cen relaciones de homonimia (asi, existe espacio en tantosistema de referencia y en tanto campo perceptive) 0 bien,tensiones en evolucion. Asi, el concepto de fuerza oscilaentre una definici6n analitica y una representacion ago-nistica: la motricidad y la resistencia, la atraccion y larepulsi6n, 10 que Kant llamara "oposici6n real". El con-cepto de materia 10 hace entre la condicion de un signifi-cado abstracto fijado por relaciones entre dimensionesmensurables: volumen, masa (luego elasticidad, carga), yla representaci6n de cosas individualizables 0 de mediossustanciales que constituyen el "soporte" de fen6menos.

    Este doble registro manifiesta con total claridad lacondici6n positiva del obstticulo episterrwlogico:"Est'e 'es

    que~'eiiefeao, perffiue"someer alasconce'pt.osm'ecanicoscampos experimentales cada vez mas variados (astrono-mia, acustica, optica, hidrodinamica, propagaci6n delcalor, electricidad...) y construir las demostraciones CO-!rrespondientes como experiencias de pensamiento, con-I

    25 Nos referiremos aqui no s610al articulo fundamental "Qu' est-cequ'une ideologie scientifique?", Organon, 7, 1970, sino tambien alacompilaci6n completa en la que fue reeditado: Ideologie et Rationalitedans l'histoire des sciences de la vie, Vrin, 1977.

    105

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    frontando las implicaciones del cuerpo de pensamientosmatematicos con las restricciones de la representaci6n~] ~ ideol6gica. Son, hablando con propiedad, el trabajo delI concepto. Asi, los conceptos de la mectinica trabajan por

    medio de las representaciones del mecanismo y con suhorizonte (es decir, en un mundo de "cuerpos" que tienenlas propiedades sustanciales que Newton enumeraba enel comienzo de los Principios: "la extensi6n, la dureza, laimpenetrabilidad, la movilidad y la inercia", a los queluego se agregaran otros "medios").

    /Citemos a Canguilhem: "EI obstaculo de la ciencia y elobjeto de la ciencia forman una sola cosa. Si el objeto dela ciencia no es mas que un obstaculo que hay que supe-rar, i,que es, entonces, un problema que hay que resol-ver?". Pero esto quiere decir que, incluso en un momentohist6rico dado, la [rontera del dominio [isico no es unlimite uniuoco: no incluye s610 los problemas actualmenteformulables por medio de los conceptos de la rnecanica,sino tambien aquellos cuya conceptualizaci6n la mecani-ca anticipa; no s610 los que podran ser dominados pormedio de los mismos conceptos, si no los que conducirana su transformaci6n; no s610 los que, recurrentemente,seran validados como problemas cientificos, sino los queseran rechazados por ser considerados no-cientificos 0ideoI6gicos.'

    La funcion dialectica de las ideologias cientificas pro-viene,justamente, de esta falta de distinci6n relativa, delhecho de que no es posible decir, inmediatamente, quepertenece a "La mecanica" y que al "mecanismo", que es"ciencia" y que es "ideologia". La ciencia s610 progresa

    I, hacia nuevos problemas y nuevos campos por medio de su/?J pro pia relaci6n interna con 10 ideol6gico. Por '!L~dig, del

    trabajo de la ideologia y, finalmente, su critica, queadqiiieren suinvestidura en experiencias y demostracio-nes, lacienciase apropfa'def"objeto'real" en~~~r.QPlo

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    6rganos de los sentidos 0 de la tecnica. Pero, en este Im6VliTIiento, oscila necesariamente entre su pasado y su Ifuturo, entre 10 que esta mas alla y mas aca de la ruptura, Ipues es la herencia de las "concepciones del mundo" la que \designa los campos 0 los objetos cuya explicaci6n es iposible anticipar.

    Canguilhem llama a este movimiento: "superaci6npresuntuosa" del conocimiento por sf mismo, y sostieneque las ideologias cientificas son "sistemas explicativoscuyo objeto es hiperb6lico, en relaci6n con la norma decientificidad". De este modo se subraya la idea de latransgresi6n de una frontera, cuyo trazado, sin embargo,s610 podra fijarse retrospectivamente. No obstante, esnecesario comprender que esta transgresi6n se realizatambien hacia lo interno, de manera que el trabajo delconcepto en el campo cientifico se comunica con inmedia-tez con sus extensiones "hiperb6Iicas" al exterior. Alpensarse primero como mecanista y luego como determi-nista, la fisica clasica interioriz6 (can la forma de un idealde matematizaci6n del universo, como 10 demuestra uncelebre texto de Laplace) las representaciones ideol6gicasque, al mismo tiempo, proyectan ut6picamente la imagende una reducci6n general de la experiencia a la fenomeno-logia fisica. Pero, asimismo, prepara su crisis, tantodentro como fuera de su terreno.

    Canguilhem no analiza el ejemplo del mecanismo, nidel atomismo, ni del determinismo. Se ocupa deleuolucio-nismo en biologia. EI punto crucial en este caso es que la ruptura darwiniana (variabilidad individual, selecci6nnatural de las poblaciones) haya remitido, par ellado delas ideologias pre-cientificas, a las nociones de escalas delos seres y de economia de la naturaleza, instaurando unconcepto de causalidad biol6gica que, sin ser mecanista,rompe, por primera vez, con el finalismo. Ahora bien, estaruptura implica, inmediatamente, la constituci6n de unaideologia evolucionista universal (que comprende al con-

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    junto de las ciencias de la vida, asi como, por una parte,ala historia, la psicologia, las "ciencias del espiritu" y, porotra, ala cosmologia). Esta ideologia tiene como funci6n,simultaneamente, subsumir a la totalidad de la experien-cia bajo las "palabras claves" de la lucha por la existenciay de la evoluci6n, anticipar la unificaci6n de los diferentescampos de la biologia (paleontologia, embriologia, fisiolo-gia, herencia), proporcionar al propio darwinismo larepresentaci6n interna de sus conceptos (tiempo biologi-co, adaptaci6n) en terminos de progresi6n de la Vida(paso de las "formas inferiores a las formas superiores").

    La cuesti6n de la descendencia del hombre es la cues-tion de honor de esta ideologia, el punto por el que librasus combates mas ruidosos. Pero, para nosotros, su as-pecto mas interesante es que elevolucionismo sea unmodo de colocar al darwinismo al servicio de una recons-tituci6n final en biologia y mas alla de la biologia: lafamosa "ley biogenetica fundamental" 0 "ley de recapitu-lacion de la filogenesis en la ontogenesis" de Haeckel, ensu funci6n contradictoria de programa de investigaci6npara la embriologia experimental y de garantia para lasextensiones hiperb6licas de la evoluci6n (inclusive enFreud) ilustraria esto rigurosaments.e Y es un hecho queel evolucionismo ancl6 no s610 en las aplicaciones de lateoria darwiniana en la paleontologia humana, en elproblema de las razas, de la psicologia, etc., sino tambienen la representaci6n de la selecci6n como "lucha por lavida", y en la concepci6n darwiniana de la herencia,vinculada con la de las causas de la variabilidad y de losmecanismos de -la transmisi6n de caracteres. En este

    26 VeaseCanguilhem ycol., Du deoeloppement al'eoolution auXIXesiecle, 1962, reedici6n P.D.F., 1985; De Darwin au darwinisme: scienceet ideologie, Congreso Internacional para el centenario de la muertede Darwin, edicion preparada par Yvette Conry, Librairie J. Vrin,1983; Frank Sulloway, Freud, Biologist of the Mind. Beyond thePsychoanalitic Legend, Basic Books, 1979.

    108

    punto, Mendel y los "mendelianos" que hallan su idea demanera independiente, rompen, al mismo tiempo, con elevolucionismo y con Darwin. Por eso es imposible plan-tear ninguna "sintesis" originaria aditiva entre el evolu-cionismo darwiniano y el mutacionismo mendeliano. Sinembargo, como minuciosamente 10 explica Canguilhem,la unica confirmaci6n posible del descubrimiento de Dar-win proviene del mendelismo, de su progresiva extensi6na la genetica de las poblaciones y, luego, a la geneticacelular, para terminar, finalmente, en la embriologiaexperimental. En relaci6n con la ruptura darwiniana, la tgenetica mendeliana, que contradice la ideologia cientifi- .ca interna al darwinismo y obliga a reestructurar comple-tamente la teoria de la evoluci6n, opera, al mismo tiempo,como una sanci6n y como una critica radical. Asi como laverdad de Galileo y de Newton es explicada y sancionadapor Einstein en detrimento de sus absolutos y de su"aristotelismo" persistente (0 por Bohr y Heisenberg endetrimento de su atomismo), la verdad de Darwin esexplicada y sancionada por los mendelianos en detrimen-to de su ideologia de la herencia y del finalismo quepersiste en su "transformismo", inversi6n especular delfijismo.

    EL TIEMPO DEL CONCEPTO

    Volvamos ahora, para terminar, a la cuesti6n de laverdad. La lecci6n esencial de la reestructuracion episte-

    moI6gica.es--;pfimer~o;~q~~~~I1QA~j~Q[t.cii~q~finitivas~nicompletas,-pero tarnbien que existen conceptos uerdade-

    l~os"p-ara-sierrlpre":-ra-fela:fivldaa--rlslca:y_la--evoluci6nblo16gica:poI::selecci6n_natilr:al~oIlsHtuyenejemplos pri-vilegiadoaEiiistein y Mendel, actuando por recurrencia \

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  • sobre Galileo, Newton y Darwin, asignan "para siempre"la verdad de sus conceptos.

    Pero esta verdad s610 es pensable filos6ficamente deun modo parad6jico tanto desde el punto de vista delpositivismo como del de la dialectica especulativa. Esexclusiva de todo punto de vista (metalinguistico 0 meta-hist6rico) ficticiamente superior al conocimiento.

    I, La verdad de un concepto cientifico proviene de una nega-j. tividad, pero negatividad sin encierro respecto del mundoi intelectual en el que opera. El criterio epistemol6gico de--'esta verdad (que s610 opera a destiempo) esta constituido

    por el hecho de que el concepto se confirma cuando lasteorias en las que se realiza se debilitan. 0, prospectiva-mente: el concepto puede realizarse en programas deinvestigaci6n contradictorios que se suceden indefinida-mente. "Esperar que la ffsica galileana llegue a su fin", esllegar a un punto en el que sea posible estar segura de quela historia de sus conceptos es interminable. Pero, paraque esta caracteristica se manifieste, no es necesario espe-rar el fin de los tiempos, aunque sf es necesario esperar larecurrencia de una reestructuraci6n. Basta con que unateoria sea efectivamente deconstruida y reestructurada anivel de sus principios, para que libere, por esta mismaraz6n, el aspecto irreductible (e irreversible) del concep-to. Asimismo, esta teoria, por penetrada que este por elimaginario, se encuentra inscripta en la historia de laciencia y no en la de las ideologias. La "refutaci6n" de Ga-lileo y de Newton que realiz6 Einstein, la que de Darwinhizo la genetica, no despachan ni a Galileo, ni a Newton,ni a Darwin, al museo de los errores, allado de la fisica deArist6teles, del fijismo de Cuvier 0 del transformismo deLamarck.

    Desde otro punto de vista, la reestructuraci6n hacemas claro que es 10 que hace de la verdad cientifica unefecto critico, que se produce activamente en lugar de laideologia, y no un sentido 0 una esencia individualizables,

    110

    e incluso un valor vinculado con un concepto, a unaproposici6n, en virtud de su constituci6n logica 0 de sureferencia experimental. Un concepto verdadero "para']siempre" no es un concepto que no pertenezca, definitiva- \mente, al campo de la ideologia; es un concepto que se :separ6 de su teoria de origen a causa de su reestructura- icion y esta, al mismo tiempo, descubre el error de una!ideologia pre-cientifica (como por ejemplo el aristotelis- \,mo) y el error 0, mejor dicho, el tenor imaginario de una iideologia cientifica (como por ejemplo el mecanisme). i

    Esta complejidad del efecto de verdad cientifica esfilos6ficamente importante. Es incompatible con el dog-matismo de la verdad (inclusive como una representaci6nde la Ciencia y de la Ideologia en general como dos camposen si separados, de los que la historia del conocimiento nodeberia realizar mas el corte ni reconocer las fronteras).Implica, tambien, una distinci6n critica entre 10 quenosotros llamamos "ideologia" desde el punto de vista dela ciencia y 10 que se designa como conocimiento cornun,o vulgar, 0 como el "n:~mdo de la vida" (Lebenswelt). ~? lque la reestructuracionjios enseiia.~ol;>re larupturaconfirma la hip6tesis que plantearamos previamente:'la fideologia con la que rompen los conceptos :Y-lasde'illosti-~-!'ciones de una ciencia no es la Ideologia en general ni:tampoco el "conocimiento cornun" Se traia-Ciiunco-mp-{e-!jo ideo16gico determinado (palabras eimagenes.valores]y afectos) aprehendido como imagiriarioen-"ef campolteorico. --.--------,-------.--- _.~-Ata inversa, no existe ninguna raz6n para que "elmundo de la ciencia" (entendemos por esto el mundo enque las relaciones de educaci6n y comunicaci6n practicaestan organizados por medio de significantes y de apara-tos producidos por las ciencias, mas 0 menos investidospOl' el conocimiento) no sea tambieri un mundo "uioido"(y, por consiguiente, un mundo de evidencias). Ahorabien, el trayecto recurrente que va de la reestructuraci6n

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  • ala ruptura nos muestra que el efecto de verdad produ-cida por esta no esta circunscripto a su objeto inicial. Se

    :extiende a otros enunciados teoricos y, por 10 mismo,:indirectamente, a otros complejos ideologicos en el campoide la experiencia: ya sea porque provienen de un pasadoI anterior a la ruptura y, por 10 tanto, parecen arcaicos, ya\ sea porque proceden de una innovacion, de la reinscrip-

    \' cion de los conceptos cientificos en ellugar de la ideologia(es decir, en ellugar de la Verdad nombrada, instituida)

    \y, que por 10 tanto, tienen la apariencia de ser modernos.Finalmente, podemos ver que este conflicto interminableprosigue en la practica cientifica y que da lugar a efectosde verdad irreversibles en tanto tales.

    Si extendemos aun mas la reflexion, podemos decir:que un analisis de las rupturas y de las reestructuracio-nes epistemologicas expulsan ala alternativa tradicional

    de la verdad absoluta y de la verdad relativa. Tambienpodriamos sostener, negativamente, que la siguiente esuna definicion general de la ruptura: el conocimientocientifico solo es pensable, en tanto produce un efecto deverdad, ni como "absolute" ni como "relatiuo". De hecho,esta alternativa es el subproducto de la oposicion estable-

    cida por la filosofia, entre la verdad y la historia, proyec-tada sobre la practica teorica de las ciencias.

    Como 10 expusiera Heidegger (aunque Hegel, en unsentido, dice 10 mismo cuando sostiene conjuntamente latesis que hace del ser-ahi un concepto y 'la tesis que hacede la dialectica del concepto la critica de la relacion deltiempo; y Spinoza, con su distincion del tiempo, de laduracion y de 10 eterno, tomaba posicion respecto delmismo "relate"; y, finalmente, esta representacion esobjeto, inclusive, de la critica althusseriana del historicis-mo), esta antinomia presupone una concepcion determi-nada del tiempo, simultaneamente sustancialista y sub-jetivista, como despliegue 0 dispersion lineal de la presen-cia, de la simultaneidad. En esta dispersion, la verdad

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    solo puede dispersar a ella misma, es decir, perderse porcompleto, 0 identificarse con una sucesion de reflejoshipoteticos de 10 verdadero en sf.

    La ciencia, de hecho, es un proceso que se desarrolla enun tiempo de este tipo. Por eso el efecto de verdad queproduce esta siempre mas alla de la alternativa entre lahistoricidad y la verdad: ~s..__v:~:r:.d~q~X9-_l:?1J--S_tLP-'=Qpiahistoria, en tanto historia de.su propia.escision.deterrni-nada con laideologia. Esto es 10 que intentamos aprehen-cler-cuanaopens-ariios la complejidad inherente ala rup-tura, de una manera necesariamente paradojica respectode la representacion objetivista-subjetivista del tiempo.En primer termino se nos aparece como un "aconteci-miento", pero un acontecimiento cuyo caracter decisivoreside en la conjuncion de una recurrencia y de unasuspension, un acontecimiento que requiere de pacienciasin garantizarle nada, anticipacion sin prefiguracion("seren 10 verdadero" sin "decir 10 verdadero", demostrar"yendo hacia los principios" en lugar de surgir de ellos),

    uego, la ruptura se nos aparece como 10 que necesita laconfirmacion de una reestructuracion, 10 que solo espensable teoricamente en el destiempo de su propiacritica. Se transforma, por 10 tanto, en un proceso (ruptu-ra y reestructuracion no constituyen dos acontecimientosen relacion con la verdad, sino una sola instancia de laverdad): pero un proceso del cual no podemos relatar 0alinear sus momentos segun esquemas teleologicos.

    Poresto las categorias de revolucion (desde d'Alembert,Kant y Lavoisier, hasta Engels, Koyre'" y Kuhn), dedecision 0 de demarcacion, de discontinuidad entre "posi-tividades" 0 "epistemes" son insuficientes 0 equivocas.Por el contrario, las antitesis elaboradas por Bachelard

    27 Sobre las dificultades de la nocion de "revoluci6n cientifica" enKoyre, cf. el articulo de ErnestCournet, "Alexander Koyre: La revelutionscientifique introuvable?", History and Technology, 1987, vol 4.

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  • -obstaculo epistemo16gico y acto epistemo16gico, historia"sancionada" y "perimida", "ruptura" y "reestructura-ci6n"- dependientes de la idea y de la practica de larecurrencia, asi como las unidades de contrarios propues-tas por Cavailles -imprevisibilidad e irreversibilidad,necesidad y contingencia- vinculadas con la idea de una"dialectics experimental" de la actividad maternatica,constituyen los puntos de apoyo de una problernaticadeltiempo inherente a los efectos de verdad de las ciencias.Le otorgan a 10 minimo formulab)e la paradoja ultima ala que nos enfrenta la ruptura.Al marcar el "cornienzo"(multiple, ubicuo) del tiempo de la ciencia (el tiempo desus problemas, demostraciones y teorlas,pero, especial-mente, el tiempo de sus "rectificaciones'', "reestructura-ciones", del retorno a los impensados que ella mismaproduce), la ruptura tambien marca el hecho de que laciencia se retira del "tiernpo general" (el tiempo delmundo, de la humanidad, de la historia universal, en laque la idea de progreso, 0 de verdad relativa, querriaacercarla, como si la ciencia y la historia fuesen una elespejo de la otraj.Marca, tambien.ique la ciencia no dejade retirarse, a medida que extrae objetos y cuestiones (esdecir, que los extrae de la ideologia y, a traves de laideologia, de todas las "praCticas") para transformarlosen objeto de conocimiento al someterlos al concepto. Pero,al mismo tiempo, nos permite comprender de que modolas ciencias actuan dentro de la historia y, sencillamente,contribuyen a queexista la historia, a su vez imprevisible/irreversible, y no la repetici6n, del destino 0 de la provi-dencia/

    114h

    IV l,ESTAR EN LO CIERTO?*CIENCIA Y VERDADEN LA FILOSOFIA

    DE GEORGES CANGUILHEMl;\'~r) {~-~riJ3

    En 1964-65 se difundi6 y public6 como librito un progra-ma de la televisi6n educativa sobre el tema "Filosofia yciencia". En la transcripci6n de este programa, en el queAlain Badiou entrevistaba a G. Canguilhsm; figura elsiguiente dialcgo:

    Pregunta: iDcbenws seguir oponiendo radicalment elconocimiento cientifieo y el conocimiento vulgar?Respuesta: Sf, y cada vez mas. No existe conocimiento

    . En el titulo hay unjuego de palabras imposibls de traducir, puestoque la expresion etre dans le vrai contiene el terrnino verdadero del quela expresion en espanol carece. (N. de la T.)

    2 Comunicacion presentada en el coloquio Georges Canguilhem;philosophe, historien des sciences, College international de philosophie,Paris, 6-8 de diciembre de 1990; prirnera publicacion en las Aetas delColoquio, Albin Michel, Paris, 1993.

    3 Texto del prograrna publicadoen -Ia Revue de l'enseignementphilosophique, 15e annee, No 2, diciembre de 1964- enero de 1965, pp.10-17.

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  • Estas formulaciones tajantes -transcriptas de la orali-dad, no escritas, no 10 olvidemos- siempre me incomoda-ron a causa de las dos significaciones 0 de los dos usos quepueden darseles, En filosofia, por otra parte, sucede 10propio cada vez que nos enfrentamos a una ecuaciontautologica (un "pleonasmo", dice Canguilhem) cuyosterrninos connotan, quierase 0 no, 10 trascendental 0 10absoluto: Deus sive natura, Veritas sive Scientia. lTene-'mos que entender, realmente, que se trata de la restric-cion critica, hasta positivista, del imperio de la verdadsobre los dominios bien delimitados de la actividad y de laobjetividad cientificas? lO de la extension hiperbolica dela ciencia, 0 de las ciencias, ala totalidad del campo de laverdad, considerado como movil, no limitado de una vezy para siempre por algun limite constitutive, sino abiertoa merced de su propia historia en desarrollo? Va de suyoque, segun la orientacion que se adopte, el sentido de estaprecision, 0 de esta precaucion ("No quiero decir con estoque no exista para el pensamiento humano ningun fin, ni

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    cientifico sin que existan, por una parte, teorias materrui-ticas muy elaboradas y, por otra, el dominio de instru-mentos cada vez mas complejos.lI!.!Jcluso diria que no

    ILexiste_conocimiento vulgar] -Pregunta: t,Esto siiinij-iCQ, que para Ud. la expresi6n

    "conocimiento cieritifico" es un pleonasmo?Respuesta: Usted me entendi6 a la perfeccion. Es lo que

    quiero decir. Un conocimiento que no es cieniifico no es unconocimiento. Sostendre que "conocimiento uerdadero"esun pleonasmo; que "conocimiento cientifico" tambien; que"cienciay verdad" tambien;y que todo esto es lo mismo. Noquiero decir con esto que no exista para el pensamientohumano ninguri fin, ni ningtin valor fuera de la verdad,sino que no se puede llamar conocimiento a loque no lo es,

    ry que no se puede dar este nombre a una manera de vivir\1 qz:e n?, tiene nada que ver can la verdad, es decir, can el.ne:

    ningtiri valor fuera de la verdad") serfa totalmente dife-rente. Y, en especial, en un caso, podria apuntar allugarocupado por la filosofiajunto a la ciencia (si no por encimade ella), en tanto que en el otro sefialaria mas bien 10 que,en cualquier estado, se le escapa y le prohibe instituirsea sf misma como tribunal de ultima instancia de nuestraexistencia.

    Esta perplejidad se duplica si tomamos en cuenta doselementos que figuran en el mismo contexto. Canguilhemle negaba vigorosamente ala filosofia -aun cuando fueserebautizada como epistemologfa-la capacidad de "fijar laextension del concepto de ciencia" y, por consiguiente, de"definir su comprension", salvo por la simple referencia alcampo de la cultura humana en el que la ciencia sedistingue de otras actividades (en particular de las acti-vidades industriales, por su finalidad teorica). Pero estono impedia que planteara una tesis epistemologica y, por10 tanto, filosofica, sobre la verdad: "Existe, ya sea verdaden sentido formal, ya sea verdad en el sentido de coheren-cia en la interpretacion de los fen6menos. No existe otra."Y agregaba que "la dificultad reside en que 10 formal, enun momento dado, le sirve a 10 experimental para avan-zar y que 10 experimental avanza, con mayor frecuencia,mas debido a 10 formal que a 10 propiamente experimen-tal." En otros terrninos, esbozaba una epistemologia ge-neral, algo mas bien raro en el (volvere a esto) pero,practicamente, bajo la forma de una denegaci6n.

    lPodria decirse que valoro abusivamente formulacio-nes que el autor, sin importar como las defina, nuncaincluiria en su obra? Posiblemente. En ese caso, conside-remos que se trata de un pretexto para elaborar unapregunta cuya verdadera respuesta intentaremos encon-trar en los textos. Sucede que, algunos afios mas tarde,Canguilhem reivindico estas palabras, pero hizo algunasprecisiones sobre un punto. Me refiero a una discusionorganizada e127 de febrero de 1968 enla Sorbonne en el

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    marco de las jornadas sobre "Les Structures et les Hom-mes" organizadas por la revista Raison preserite y laUnion rationaliste3en la que Canguilhem declaraba:

    Uri dia escandalice, seguri parece, a todos los alumnos defilosofia que asistiati a uti programa de television. A losalumnos, y a muchos de sus profesores, porque dije losiguiente: no existe otra verdad que la verdad cienttfica,no existe la verdad filos6fica. Estoy dispuesto a asumir loque dije entonces. Pero sostener que solo existe verdadc;ientifica, Q.q.l!:.~?fjlj'ii~t~=~pjeJivi(jad?!.i~~i~QliQ~irn.ie;:itocientifico, no quiere decir que la filosofia carezca de objeto

    .. C) No e~iste(;6Jetolifoj91ico. eri-~CsentL(j)5'enqueexiste,,(. \)~ob!e~o cientific?,'precis~rnente el que la~Cie-n~(a"co,js.truY~r : teoricay exp?:nmentalmente (,..Jpero no quiero decir que

    i no exista objeto de la filosofia.'

    No hay,yues, objeto filos6fico. (,Podemos hablar, en-" to~e un objeto-ocfeobjefos de la filosofia? Vamos a

    arriesgarnos con la siguiente par-afrasis: para la filosofiaI no. e~i~tep~~.?s.6fico cons!..itu,ida, como~~'fi~J.en obje-

    .: ! ~~~~J} tificos cons~!B!.igQ~Li!!~_,un o_~ielQ_:':l__C?~j~~Q~d~.I d~~i!"9_LfgS(tm,le~,jT~)sit.ab.a..c.Qmo,~jemR!!:> el PLQpl~I!1.~-g e.I l.2~ll~_s.J~~'_Dl~l~~1.-siolQgi9-'-" .

    EI contexte de esta nueva intervenci6n nos aporta unaprecisi6n interesante: pg.ra una ciel].~,cJJ1:~lqJ!iera-adiferencia de las no-ciericias 0 de las pseudo-ciencias quese reconocen inmediatamente por su ahistoricidad 0 surepetitividad-~,:!.propia.. hist.Qr)g..e.!2.c.o,ns.tit.u.tiY.a_d.e...laverdadera .cie~t.iJ1~idgl,~L Si 10 expresamos con mayorpreci'si6n,'lo 'que esconstjtutivo son Iassucesivas forrnas

    . ,hist6ricas, b'aJo:l~sque, condiciones de objetividad -inse-p~i~blementete6ricas y experimentales,~conc~ptualeseinstrumentales- se organizan en sistemas progresivos,

    J Texto publicado enStructuralisme et Marxisme, Paris, U.G.E., 10/18, 1970, pp. 205-265.

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    ,),.,.

    indefinidamente sustituibles unos por otros en un orden I z:de objetividad.crecienfe.----'--- ..' ..-'" ---.-... /.'. Es posible,a'i:>artlr-ae esta formulaci6n, reinterpretarla precedente referencia a los dos tipos, 0 a los dos modos,de la verdad cientifica -los unicos que existen. No se tratade esbozar una clasificaci6n de las ciencias.en fUrlCl6n dei~~e;;~~~1~O:'.~~~~:~i1d~~~~fr~~i~7i~~I~]

    hlstOrLSL,~.~CLuetie~~_cE~o tenor, en cad,! rp.oJl)~ntQ,.ill.tcada region ael saber, una combinaci6n definida-y:..c.oheji.!en1eQ,eIfjf!i!~!~e1!1struni~.!!t.iCl~'es-una tes-isde inspiraci6n netamente bachelardiana, pero que posi-blemente sea dificil de encontrar explicitamente en algunescrito de Gaston Bachelard, Si la retomamos podemosdedicarnos a las obras propiamente dichas de Canguil-hem. (,Diremos que para Canguilhem, al menos en undeterminado momento de su reflexi6n, ciencia y verdad seidentifican en tanto estos terrninos apuntan, ambos, auna identidad mas esencial, la de la objetividad y de lahistoricidad?

    Sin embargo, aqui se nos presenta una dificultad.Race un momento arriesgue el termino de epistemologiageneral -podriamos decir tambien filosofia 0 filosofia delconocimiento. Pero, 10 sabemos muy bien y ademas sabe-mos que no fue ni por azar ni por falta de tiempo 0 deoportunidad, Canguilhem siempre se neg6 a producir una"epistemologia" de esta naturaleza como un discursoseparado. Existe un vinculo intrinseco entre el hecho deplantear, incluso simplemente de sugerir, esta ecuaci6nesencial y el hecho de ir hacia las cosas, dejando de ladotodo discurso general 0 generico, cuyo objeto seria "laciencia", mas alla del minima te6rico requerido paradedicarse a problemas de historia y de filosofia a traces dela critica de su presentaci6n tradicional. No 'es dificilcomprender que dicho discurso meta-cientifico tendria,para Canguilhem, exactamente las mismas caracteristi-

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    cas que el discurso del "metodo cientifico" 0 del "metodoexperimental". Y este discurso forma uno solo con unafilosofia positivista que funciona como la interpretacionnormativa de 10 acabado y la denegacion de la historia delsaber." Se trata, al mismo tiempo, de inferir que laalternativa real no estti entre renunciar a la filosofia y laconstruccion de una metodologia, de un meta-Ienguaje,contrariarnente a 10 que sugiere, precisamente, el positi-:yismc0Pesafortunadamentepara nosotros, estosignificatambien que los enunciados [ilosoficos de Canguilhem(que no son raros y versan sobre el conocimiento, la vida,la historia 0 la tecnica), estan siempre incrustados enuncontexto de critica y de historia muy especifico y, porconsiguiente, pierden su .seritido en cuanto se intentaaislarlos.z> v' ' .

    No obstante, es posible encontrar excepciones a estasituacion. Las condiciones de posibilidad las proporcio-nan situaciones polemicas 0 conmemoraciones. Pienso,en especial, en los textos escritos para analizar y presen-tar el pensamiento y la obra de G. Bachelard." Pero nosenfrentamos con otra dificultad. Canguilhem no deja dereferirse a la tesis, que atribuye a Bachelard, segun la'cual una historia critica de las ciencias, una historia delas ciencias no naturalista, que no cree que pueda regis-trar de manera ficticia hechos de conocimiento, sino quese coloque en una perspectiva evaluativa, de un analisisde los problemas que el sabio intenta resolver, 0 de una

    4 Vease, especialmente, los textos sabre Claude Bernard que seencuentran en Etudes d'histoire et de philosophie des sciences, Paris,Vrin, 1a. Edicion, 1968, pp. 127-171, asf como el programa de latelevision educativa sabre "La investigacion experimental" (can C.Mazieres) transcripto en la Revue d'enseignement philosophique, 18eannee, No 2, diciembre 1967- enero 1968, p. 58 Y subs.

    5Los principales estan reunidos en una seccion de Etudes d'histoireet de philosophie des sciences, Paris, Vrin, 1a edicion, 1968, pp. 173-207.

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    busqueda de la verdad que, por definicion, es un caminoaxiologico, debebasarseen una epistemologta. Precisa-mente en una epistemologia como la de Bachelard, 0 seal

    Iuna filosofia no positivista de las discontinuidades teori:.,'. cas, de las innovaciones intelectuales. Si tomamos estos'textos al pie de la letra, no tendriamos que hacer nadamas que sustituir una reflexion de Bachelard por una deCanguilhem. Pero no es esto 10 que queremos hacer, puesestamos convencidos de que si se relee la obra historica yepistemologica de Canguilhem se descubre que esta es, noevidentemente anti-bachelardiana, sino profundamenteoriginal en el uso de los conceptos tornados de Bachelard.Quedan otro tipo de textos. Los textos en los que Canguil-hem piensa por su cuenta la categoria de 10 "verdadero"a traces de una reflexion y de un debate sobre la historiade las ciencias. Utilizare aqui tres de estos textos a los queconsidero cruciales.

    EI primero es contemporaneo de algunas declaracionesque reproduje antes. Me refiero a la conferencia "Galilee,la signification de l'oeuvre et la lecon de l'homme", pro-nunciada en 1964 y reeditada en los Etudes d'histoire etde philosophie des sciences. En este texto simple, peroextraordinariamente tenso, en el que utiliza datos pro-porcionados por Koyre, Santillana y Clavelin, Canguil- ..hem reconstituye el dilema epistemologico que subyace alproblema etico planteado por el rechazo de Galileo aaceptar el compromiso te6rico, y tambien politico, que leproponia la Iglesia (Ia doctrina de la "equivalencia de laship6tesis" astronomicas). Los trabajos de Galileo se desa-rrollan, al mismo tiempo, en dos direcciones principales:establecer los fundamentos de una dinamica revolucioria-ria, a partir del enunciado de las primeras invariantesfisicas de expresi6n matematica (que implican una tesis

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    If"l~Iir::'

  • incompatible con toda la percepcion antigua de la natura-leza: el movimiento es un estado de cosas que se conservaindefinidamente) y aportar a la tesis copernicana unabanico de pruebas, algunas provenientes de la o