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c) La comprobación empírica no es el único árbitro para la valoración de teorías, y sugiere Baert que a menudo no es ni siquiera el principal (algo que, por otro lado, ya demostró lógicamente Quine en los años cincuenta, aunque desde enton- ces muy pocos se han dado por aludidos en la práctica). d) La teoría social pide a gritos un esfuerzo de precisión lógica y un mayor grado de unificación de vocabulario y conceptos. Baert considera a las teorías de la elección racional como un intento encomiable en este sentido (aunque cri- ticable por otras razones), frente a pre- tendidas síntesis que se pagan al precio de la vaguedad y la imprecisión, cuando no al de priorizar el efecto retórico frente a la claridad, el orden y la consistencia de los argumentos. Hay que abandonar el ensayismo a-sistemático, la retórica, los juegos del lenguaje, la grandilocuencia y, si cabe, las aspiraciones literarias, para tomarse en serio de una vez las exigencias formales de la lógica y del discurso teóri- co: «no se puede estar al plato y a las taja- das» (p. 236), dice Baert, probablemente pensando en autores como Bourdieu, los posmodernos o los foucaultianos, pero también, aunque en menor grado, en algunas partes de la obra de Giddens o Habermas. e) La teoría social debe perder el miedo a ser «invadida» si se abre a aportaciones y avances actuales procedentes de la eco- nomía, la biología evolucionaria, la física o las ciencias cognitivas. El purismo cor- porativista que lleva a defender una supuesta «autonomía» y «especificidad» de «lo social», como ciudadela sitiada cuya pretendida «pureza» hay que proteger de la «contaminación» externa, resulta para Baert absurdo y contraproducente a estas alturas. Buscar analogías y herramientas conceptuales en otras disciplinas y difu- minar las fronteras con las mismas no implica verse reducido a ellas, ni asumir todas sus implicaciones. En definitiva, todo indica que Baert apuesta por una profunda renovación de la teoría social, que no vacile en abando- nar marcos teóricos tradicionales o libros de cabecera ya superados, por muchos vínculos inerciales o afectivos que poda- mos tener con ellos (pues sería irónico que fueran los teóricos sociales los que menos aplicasen la «reflexividad de segun- do orden»). Cabe certificar, entonces, que debemos seguirle la pista al autor y espe- rar futuros desarrollos de las ideas que aquí aparecen simplemente apuntadas. Pero, aun sin esta sucinta apuesta final, el libro de Baert es una obra necesaria, que debería estar, con el lomo y las páginas desgastadas, en la estantería de cualquier estudiante o profesor de teoría social. José Antonio Noguera Universitat Autònoma de Barcelona Departament de Sociologia Ressenyes Papers 65, 2001 191 El acelerado crecimiento económico de España ha llegado a la etapa en que nece- sita importar mano de obra no cualificada, y nuestra modernizada sociedad se enfren- ta ahora a las múltiples transformaciones y desafíos que supone la presencia creciente de extranjeros no comunitarios. Ya desde finales de los ochenta, algu- nos investigadores sociales señalaron la trascendencia de los cambios que se aveci- naban. Pocos años después, paralelamente a la creciente preocupación política, mediática y social, el auge de investiga- ciones sobre el fenómeno migratorio nos BLANCO, Cristina Las migraciones contemporáneas Madrid: Alianza Editonal, 2000

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c) La comprobación empírica no es elúnico árbitro para la valoración de teorías,y sugiere Baert que a menudo no es nisiquiera el principal (algo que, por otrolado, ya demostró lógicamente Quine enlos años cincuenta, aunque desde enton-ces muy pocos se han dado por aludidosen la práctica).

d) La teoría social pide a gritos unesfuerzo de precisión lógica y un mayorgrado de unificación de vocabulario yconceptos. Baert considera a las teoríasde la elección racional como un intentoencomiable en este sentido (aunque cri-ticable por otras razones), frente a pre-tendidas síntesis que se pagan al preciode la vaguedad y la imprecisión, cuandono al de priorizar el efecto retórico frentea la claridad, el orden y la consistencia delos argumentos. Hay que abandonar elensayismo a-sistemático, la retórica, losjuegos del lenguaje, la grandilocuencia y,si cabe, las aspiraciones literarias, paratomarse en serio de una vez las exigenciasformales de la lógica y del discurso teóri-co: «no se puede estar al plato y a las taja-das» (p. 236), dice Baert, probablementepensando en autores como Bourdieu, losposmodernos o los foucaultianos, perotambién, aunque en menor grado, enalgunas partes de la obra de Giddens oHabermas.

e) La teoría social debe perder el miedoa ser «invadida» si se abre a aportacionesy avances actuales procedentes de la eco-

nomía, la biología evolucionaria, la físicao las ciencias cognitivas. El purismo cor-porativista que lleva a defender unasupuesta «autonomía» y «especificidad»de «lo social», como ciudadela sitiada cuyapretendida «pureza» hay que proteger dela «contaminación» externa, resulta paraBaert absurdo y contraproducente a estasalturas. Buscar analogías y herramientasconceptuales en otras disciplinas y difu-minar las fronteras con las mismas noimplica verse reducido a ellas, ni asumirtodas sus implicaciones.

En definitiva, todo indica que Baertapuesta por una profunda renovación dela teoría social, que no vacile en abando-nar marcos teóricos tradicionales o librosde cabecera ya superados, por muchosvínculos inerciales o afectivos que poda-mos tener con ellos (pues sería irónicoque fueran los teóricos sociales los quemenos aplicasen la «reflexividad de segun-do orden»). Cabe certificar, entonces, quedebemos seguirle la pista al autor y espe-rar futuros desarrollos de las ideas queaquí aparecen simplemente apuntadas.Pero, aun sin esta sucinta apuesta final, ellibro de Baert es una obra necesaria, quedebería estar, con el lomo y las páginasdesgastadas, en la estantería de cualquierestudiante o profesor de teoría social.

José Antonio NogueraUniversitat Autònoma de Barcelona

Departament de Sociologia

BLANCO, Cristina Las migraciones contemporáneasMadrid: Alianza Editonal, 2000

El acelerado crecimiento económico deEspaña ha llegado a la etapa en que nece-sita importar mano de obra no cualificada,y nuestra modernizada sociedad se enfren-ta ahora a las múltiples transformacionesy desafíos que supone la presencia crecientede extranjeros no comunitarios.

Ya desde finales de los ochenta, algu-nos investigadores sociales señalaron latrascendencia de los cambios que se aveci-naban. Pocos años después, paralelamentea la creciente preocupación política,mediática y social, el auge de investiga-ciones sobre el fenómeno migratorio nos

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permiten disponer actualmente de unaconsiderable bibliografía que abarca unamplio abanico de disciplinas. Si bien laproducción teórica es aún limitada, losmucho más frecuentes estudios empíri-cos de caso están poniendo las bases parapoder ir construyendo una perspectivacomparativa y teórica.

Es precisamente cuando más prolife-ran en España los estudios sobre inmi-gración, cuando más necesaria se hace unaobra introductoria a este fenómeno. Sibien la especialización es clave dentro delas ciencias sociales, también lo es sabercontextualizar nuestras investigacionesdentro del vasto panorama que abarca lasociología de las migraciones. Es éste, sinduda, uno de los principales méritos dela obra de Cristina Blanco que aquí pre-sentamos. En este libro, la autora realizaun recorrido por los principales conceptos,teorías, metodologías y conocimientoshistóricos que estructuran, hoy por hoy,la investigación de las migraciones con-temporáneas.

La obra está dividida en cinco capítulos.El primero de ellos nos introduce en laproblemática, que empieza por la dificul-tad de llegar a una definición precisa delconcepto «migración». Retomando a J. A.Jackson, Cristina Blanco aproxima unadefinición según la cual «serán considera-das migraciones los movimientos quesupongan para el sujeto un cambio deentorno político-administrativo, social y/ocultural relativamente duradero; o, de otromodo, cualquier cambio permanente deresidencia que implique la interrupciónde actividades en un lugar y su reorgani-zación en otro» (p. 17). Esta interrupcióny posterior reorganización tiene repercu-siones no sólo en la vida del individuo queemigra, sino que, en contextos de inmi-gración masiva, los efectos demográficos,económicos, sociales, identitarios i/oculturales transforman el conjunto de lasociedad. Este profundo nexo entre loindividual y lo social, que el fenómeno delas migraciones hace casi visible, ofrece a

las ciencias sociales una oportunidad únicapara comprender mejor las relacioneshumanas y los cambios sociales.

No cabe duda de que las migracionesno son un fenómeno nuevo, sino que hanestado presentes a lo largo de la historiade los pueblos. ¿Qué distingue las migra-ciones contemporáneas de las que se die-ron en épocas precedentes? Ésta es la cues-tión que Blanco plantea en el segundocapítulo. En contraposición a las migra-ciones premodernas y modernas, lasmigraciones contemporáneas (desde1973) se distinguen por el carácter glo-bal que han alcanzado. El crecimientoconstante del número de inmigrantes, laampliación de las redes y la diversifica-ción de tipos migratorios registra actual-mente niveles impensables hace sólo trein-ta años. Para ilustrarlo, la autora realizaun recorrido por los principales flujosmigratorios que se dan hoy por todo elmundo.

El capítulo siguiente va dedicado a lasprincipales teorías migratorias. Desde lasleyes de la migración de Ravenstein a fina-les del siglo XIX (entorno a las cuales aúnse podría producir un intenso debate),hasta el modelo explicativo clásico push-pull y las teorías posteriores, elaboradas enla segunda mitad del siglo XX. Dentro deeste último grupo, la autora distingue entrelas teorías que se centran en las causas dela emigración (i.e. teoría neoclásica delmercado de trabajo, del mercado dual, teo-rías de orientación marxista y teoría de lainterdependencia); las que explican elmantenimiento de los flujos en el tiempo(la famosa teoría de redes, así como la teo-ría de la institucionalización, la causaciónacumulativa o los sistemas migratorios);las dedicadas a estudiar la funcionalidadde la inmigración (en las que contrastanlos teóricos del consenso frente a los delconflicto), y, por último, los distintosmodelos de la integración (asimilación,melting pot o pluralismo cultural).

Muy ligada con el proceso de inte-gración de los inmigrantes, está la cues-

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tión de la cultura y la identidad étnica.Es éste un extenso capítulo del libro queCristina Blanco aborda desde una ampliaperspectiva, desde la que revela perspi-cazmente las paradojas que encierra.Lejos de estar conclusa, la discusión queen el siglo XVIII mantuvieron ilustradosy románticos, sobre la centralidad delindividuo o, por el contrario, de lacomunidad a la que pertenece, la uni-versabilidad o particularidad de cadagrupo humano, cobra hoy plena actua-lidad. El surgimiento progresivo desociedades multiculturales enciende otravez el debate y plantea nuevos retos ydilemas en la época actual. Paradóji-camente, al proceso de globalización lesigue también el resurgir creciente de losnacionalismos y de las adhesiones étni-cas. Los procesos por los cuales se desa-rrolla o se reaviva una identidad colec-tiva, en contraposición a un «otro»considerado diferente, cuando no ene-migo, y las implicaciones, hasta llegar alparoxismo, que éstas pueden tener, hansuscitado debates entorno a la deseabi-lidad de los distintos modelos de inte-gración. Los valores de igualdad, perotambién de respeto a la diversidad; ladefensa de los derechos individuales, ala vez que de los colectivos, y su traduc-

ción en políticas concretas que regulenla convivencia, son unos de los mayoresdesafíos a los que van a tener que hacerfrente las sociedades contemporáneas.

El libro se completa con un análisissucinto sobre la trayectoria que ha segui-do España en materia de inmigración: latransición de país emisor a receptor deinmigración, la composición y las carac-terísticas de los flujos actuales, el trata-miento legal y político que se ha idodando a la cuestión migratoria y las res-puestas y ambivalencias por parte de lasociedad ante esta nueva realidad com-pletan el cuadro de este capítulo, queincluye datos muy útiles e informaciónpráctica para todo aquél que desee aden-trarse más en estos temas.

En suma, la panorámica sobre el fenó-meno migratorio que se expone a lo largode esta obra permiten, no sólo a los quese inician sino también a todos aquéllosmás avanzados en el estudio de la inmi-gración, realizar un completo y concisorecorrido por la historia, la actualidad, lasteorías, los debates y las incógnitas másinteresantes y pertinentes sobre las migra-ciones contemporáneas.

Sarai Samper SierraUniversitat Autònoma de Barcelona

GARRETA, JordiEls musulmans a CatalunyaLleida: Pagès Editors, 2000.

Los siglos de convivencia que ha habidoentre musulmanes y cristianos no han idoaparejados a un mayor conocimientomutuo. Es más, la histórica rivalidad entreestas dos religiones acentúa los recelos yla desconfianza entre ambos grupos decreyentes. Los actuales flujos migratoriosno sólo acrecientan la presencia musul-mana en nuestro país, sino que la pro-gresiva integración de inmigrantes ennuestra sociedad hacen necesario buscar

soluciones específicas a las dificultades ycontradicciones que se les presentan a lahora de combinar su condición de ciu-dadanos de un estado laico con la demiembros de la comunidad del islam.

Combinación aún más ambiciosa en elcaso de la religión islámica, que, como diceuno de los imans entrevistados por elautor, impregna cada esfera de la vida deun musulmán practicante y da sentido acada una de sus acciones. En este sentido,