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más+menos revista de estudiantes otoño 2010 seville study center autores Sergio ALBA / Universidad de Sevilla Sandra BEVITÓN / Universidad de Sevilla Nicholas BRADLEY / Brandeis University Keely BYRON / Saint Mary’s College of California Marina CABALLERO / Universidad de Sevilla Daniel CALVO / Universidad de Sevilla María José de CASTRO / Universidad de Sevilla Rosa María DÍAZ / Universidad de Sevilla Tanya FERNÁNDEZ / The University of Austin at Texas Julie GÁMEZ / Santa Clara University Mary Kate HULL / Trinity University Pedro LÓPEZ / Universidad de Sevilla Gloria MARTÍNEZ / Universidad de Sevilla Hannah MAURER / University of Oregon Jennifer RÍOS / Indiana University Molly RIBERA / University of Wisconsin-Madison fútbol

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más+menosrevista de estudiantes

otoño 2010

seville study center

autoresSergio ALBA / Universidad de Sevilla

Sandra BEVITÓN / Universidad de Sevilla

Nicholas BRADLEY / Brandeis University

Keely BYRON / Saint Mary’s College of California

Marina CABALLERO / Universidad de Sevilla

Daniel CALVO / Universidad de Sevilla

María José de CASTRO / Universidad de Sevilla

Rosa María DÍAZ / Universidad de Sevilla

Tanya FERNÁNDEZ / The University of Austin at Texas

Julie GÁMEZ / Santa Clara University

Mary Kate HULL / Trinity University

Pedro LÓPEZ / Universidad de Sevilla

Gloria MARTÍNEZ / Universidad de Sevilla

Hannah MAURER / University of Oregon

Jennifer RÍOS / Indiana University

Molly RIBERA / University of Wisconsin-Madison

fútbol

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Facultad de Filología,

Dpto. de Filología Inglesa

(Lengua Inglesa)seville study center

autores

Sergio ALBA / Universidad de Sevilla

Sandra BEVITÓN / Universidad de Sevilla

Nicholas BRADLEY / Brandeis University

Keely BYRON / Saint Mary’s College of California

Marina CABALLERO / Universidad de Sevilla

Daniel CALVO / Universidad de Sevilla

María José de CASTRO / Universidad de Sevilla

Rosa María DÍAZ / Universidad de Sevilla

Tanya FERNÁNDEZ / The University of Austin at Texas

Julie GÁMEZ / Santa Clara University

Mary Kate HULL / Trinity University

Pedro LÓPEZ / Universidad de Sevilla

Gloria MARTÍNEZ / Universidad de Sevilla

Hannah MAURER / University of Oregon

Jennifer RÍOS / Indiana University

Molly RIBERA / University of Wisconsin-Madison

www.ciee.org1.800.40.STUDY

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Printing : ESCANDÓN S.L. © ciee study center in seville. 2010

Depósito Legal: CA-411-2010ISSN 1885-5490

revista de estudiantes

otoño 2010

www.ciee.org/masmenos

CIEE Seville Study CenterC/ Muñoz y Pabón, 9

41004 Sevillatel: 954 41 20 02fax: 954 22 24 70

publications: [email protected]/masmenos

Portada: uno de los chavales del proyecto “Educar en la calle” le da toques a la pelota en el Polígono Sur, Sevilla. / MOLLY RIVERAArriba: un Real Madrid–Betis jugado en el Campeonato Nacional de Liga de 1974. De izquierda a derecha: Biosca, Bizcocho, Santillana, Cobo y Amancio.

Maritheresa F. FRAIN, Ph.D.: Directora del Centro de Estudios de CIEE en Sevilla

Oscar CEBALLOS: Coordinador, editor, y diseñador gráfico

José Enrique GARCÍA: Coordinador de los estudiantes de la Universidad de Sevilla y revisor de las traducciones inglés-español

Eduardo DEL CAMPO: Edición de textos originales, asesoramiento periodístico

Olga MERINO: Coordinadora Residente del Programa de Liberal Arts

Nicholas BRADLEY: Revisor de textos en inglés

contenidos El fútbol: púlpito político NIcholas BRADLEY / traducción de Daniel CALVO .............................................. 04

El fútbol es la excusa. La educación es el golMolly RIVERA / traducción de Pedro LÓPEZ ........................................................ 05

Entre dos postes: el hogar del portero Hannah MAURER / traducción de Gloria MARTÍNEZ ........................................... 08

La rivalidad que une a una ciudad Keely BYRON / traducción de Sandra BEVITÓN ................................................... 10

Kanouté abre las puertas de Sakina Tanya FERNÁNDEZ / traducción de Sergio ALBA ................................................. 13

La maldición de cuartos Julie GAMEZ / traducción de Rosa María DÍAZ .................................................... 15

Una familia hecha de fútbol Mary Kate HULL / traducción de Marina CABALLERO ........................................ 17

Pavimentando el camino en verdiblanco Jennifer RIOS / traducción de María José DE CASTRO ........................................ 18

Llámennos oportunistas si así lo quieren, pero teníamos que dedicar éste número de oto-

ño 2010 de más+menos al fútbol. España, por fin, ha ganado la Copa del Mundo y ya nunca seremos los mismos. A partir de ahora, cuando vengan tiempos difíciles (tales como los que nos toca vivir ahora), los españoles podremos decir: “Siempre nos quedará Johannesburgo”.

El periodista del Diario de Sevilla y esencial inspirador de este número de la revista, Francis-co Correal, nos cuenta que la cierta capacidad obnubilatoria que el fútbol tiene sobre las ma-sas (inclúyannos a nosotros por favor), se redime con su enorme contribución a la construcción de nuestro pasado sentimental. El fútbol propor-ciona a la persona corriente (y no tan corriente) algunos de los materiales felices e infelices con los que fabricar el biopic de su vida: “¿Tú cuán-tos años tenías cuando España le ganó a Malta 12-1?” “¿Cómo celebraste la primera Copa de la UEFA del Sevilla FC? ¿y la segunda?” “¿Te acuerdas de la vez cuando el Betis bajó a Segun-da?” Un momento… ¿a cuál de ellas te refieres?

Yo, por supuesto, soy del Betis, que no es lo mismo que serlo ni del Real Madrid ni del FC Barcelona. Así que no tengo más remedio que ponerles al día de un montón de cosas que pue-de que les interesen o puede (más probablemen-te) que no. En 1977, presencié como el equipo más irregular de todos los tiempos, o Betis, le ganaba al AC Milan por 2-0 en el Estadio Benito Villamarín y conseguía luego llegar a los Cuartos de Final de la Recopa de Europa. Mis tíos Enri-que y Joaquina me llevaron a verlo y mi madre me preparó un bocadillo de salchicha que me comí en el descanso. No se me olvida que al día siguiente tenía un examen de matemáticas que me salió regular nada más. Meses antes, en una calurosa noche de Junio, vi al mismo equipo ga-nar la primera Copa del Rey de la democracia española en una televisioncita en blanco y negro. Fue contra el Athletic Club de Bilbao y el partido resultó uno de los más emocionantes de la histo-ria del fútbol (para los béticos). Pero la fatalidad nos persigue, y esa misma temporada el equipo

baja a Segunda División, o al Infierno de Segun-da, como a los periodistas deportivos les gus-ta llamar aquí a todo lugar en el que no jueguen Real Madrid o FC Barcelona. No me olvido de un muy joven Rafael Gordillo, que sería luego el me-jor lateral zurdo del mundo, estrella por muchos años del Real Madrid y de la Selección Española, marchándose del estadio entre lágrimas el día en que se consumó el descenso. A pesar de haber crecido (supongo) aún vago con el disgusto y la pena de aquel día. Y dado que estos son una vez más tiempos de apreturas para los béticos, el hecho de que a nuestros queridos rivales de la ciudad, los sevillistas (o ‘palanganas’, como ellos prefieren que los llamemos), les vaya mejor que nunca, no hace sino empeorar la angustia y el su-frimiento. Está al llegar el día en el que su buena suerte marchite y nuestro amigo Antonio Rodrí-guez, sevillista y profesor de gramática contrasti-va, olvidar esa anécdota que tanto le gusta con-tar a él. Un niño le pregunta a su padre: “Papá, ¿nosotros por qué somos del Betis?”

***Por encima de tanta felicidad y tristeza como

el fútbol proporciona, es una gran satisfacción que hayamos podido entrevistar a futbolistas que se han esforzado cada día de su carrera por convertirse en parte de la memoria de los aficio-nados. Hemos descubierto que, independiente-mente de su profesionalidad, siguen tan emo-cionados por sus gestas y logros como lo están quienes les animan o animaron desde la grada. El mismo Rafael Gordillo, que pronto se hará cargo de la presidencia del Real Betis, nos dedicó una hora de su tiempo para contarnos sus emociones de un partido, de hace 33 años, en el que él ni siquiera jugó.

Hemos aprendido que hay muchas cosas más allá del balón. El futbolista del Sevilla FC y embajador de UNICEF Frédéric Oumar Kanouté, tan letal delantero como amable ser humano, ha tenido que convertirse en una de las máximas estrellas mundiales del fútbol para fundar cerca de Bamako, en Mali el país de su padre, la Ciu-dad de los Niños Sakina. De forma similar, aun-

que con medios bien distintos además de con la inmediatez del veterano, el moderno Quijote, fanático del Betis y muy hombre comprometido Jorge Morillo, lleva poniendo a jugar al fútbol a cientos de niños de los barrios más deprimidos de nuestra ciudad, desde hace 25 años.

Nos hemos esforzado también por entender los arcanos que rigen las creencias y maneras de los hinchas del fútbol y para ello hemos vi-sitado algunas de las peñas con más solera del país. Queríamos saber en qué consiste tener dos equipos (potencialmente) de Primera Di-visión en la misma ciudad, y cómo la rivalidad entre ellos determina la vida de sus habitantes (incluso, o muy particularmente, de aquellos que odian el fútbol).

Nos hemos metido igualmente en el berenje-nal que en España resulta de la mezcla del fútbol y la política (estamos absurdamente politizados), siempre preocupados por el más que imaginario peligro de la secesión vasca y catalana. ¿Será el FC Barcelona el caballo de Troya de dichas aspiraciones secesionistas? A juzgar por el im-presionante 5-0 que anoche mismo le marcó a su archirival, el Real Madrid, puede que sí.

Y como en el fútbol hay bastante dramatis-mo, sabemos ahora por qué la profesión de por-tero (o de portera) tal vez tenga el índice más alto de suicidios deportivos. Sin embargo, un grupo de buenos amigos que desde 1980 se reúnen casi cada domingo del año para correr detrás de la pelota, nos confirma que pocas cosas son ca-paces de hacer crecer el alma con la fuerza con la que lo hace el fútbol. En su caso, y a diferen-cia de lo que ocurre en Estados Unidos, no es a los hijos, sino a los padres, y a veces hasta a los abuelos, a los que se va a animar desde la grada.

Y que a nadie por favor se le ocurra cerrar esta revista hasta haber aprendido quién es ese chaval bajito y con cara de buena persona llama-do Andrés Iniesta.

Gracias por estar ahí y espero de todo corazón poderles escribir la próxima vez esta nota como aficionado de un equipo de Primera División.

Nota del EditorOscar Ceballos

Fútbol: más allá del balón...

fútbol

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Tot el campes un clam…ara estem d’acordestem d’acorduna bandera ens agermana…Barça! Barça! Baaaarça!!!!

(Todo el campo,es un clamor…eso sí, estamos de acuerdo, estamos de acuer-do,una bandera nos hermana…¡Barça! ¡Barça ! ¡Baaaarça !!!!)

A medida que el himno del Fútbol Club Barce-lona resonaba en el Camp Nou, su estadio de

cien mil personas, varios cientos de miles más lo veían por televisión, aunque puede que no su-pieran seguir la letra.

Viendo el partido desde su piso en Sevilla, Antonio Catalán, un estudiante universitario de 26 años, tararea la melodía con la boca cerrada, pero reconoce que no sabe ni la letra ni el idioma de su equipo, el catalán. Él, como muchos forofos, nunca ha estado en Barcelona. “Soy del Barça. No necesito hablar catalán para entender a los ju-gadores y la historia del equipo”, explica Antonio.

En España y en buena parte del mundo con la excepción de Estados Unidos, el fútbol es sin duda el deporte más famoso. Precisamente por eso muchos políticos lo han utilizado para sus propios intereses. “El fútbol siempre ha sido una plataforma para los políticos; lo utilizan porque es un fenómeno de masas”, explica Carlos Sán-chez Fernández, profesor de Historia de la Uni-versidad Pablo de Olavide de Sevilla.

Dado el contexto sociopolítico de las diferen-tes regiones de España, los equipos de Cataluña y el País Vasco cobran a menudo nuevos signifi-cados debido a la influencia de los políticos. “Me gustaría que el Barcelona continúe siendo en el futuro un instrumento de promoción de la cultura catalana”, dijo Joan Laporta, presidente del club en 2007. “Es el nervio esencial de Cataluña”.

Después de su segundo mandato como pre-sidente del FC Barcelona, Laporta creó “Solida-ritat Catalana per la Independència”, un partido político que persigue la independencia de Cata-luña. Se presentó como candidato a la presiden-cia de Cataluña en las últimas elecciones del 28 de noviembre de 2010.

Además de instigar los sentimientos nacio-nalistas, algunos políticos incluso han cometido robos en toda regla. La opinión generalizada era

que Jesús Gil y Gil, anterior dueño y presidente del Atlético de Madrid desde 1987 hasta 2003, había utilizado el prestigio de su equipo para convertirse en alcalde de Marbella. Más tarde, fue encarcelado por malversación, deforma-ción de la justicia y falsificación de documentos públicos. “La historia de Jesús Gil y Gil era un caso no solamente de corrupción política sino de corrupción económica”, dice el profesor Carlos Sánchez. “Su posición como presidente y pro-pietario era muy poderosa”.

España cuenta con una larga cola de políti-cos en su historia reciente que han usado el fút-bol para sus propios fines. En 1964, la selección española de fútbol derrotó a la Unión Soviética en la final de la Eurocopa, victoria que el dictador Francisco Franco describió como una victoria sobre la política del comunismo. De forma más

sistemática, el fútbol se utilizó como medio para apaciguar a las masas semanalmente. “La FIFA es una nueva religión laica”, escribió el famoso escritor Manuel Vázquez Montalbán. “Tal y como un católico va a misa el domingo, un aficionado va al estadio, ve la televisión o escucha la radio”.

Estas tendencias rituales le han dado un púl-pito a aquellos que buscan fama y poder. “El fút-bol tiene lugar cada semana y cada día”, nos des-cribe María Rico Ruíz, una aficionada de 35 años de Barcelona. “Es la sangre en nuestras venas”.

Aunque la clase política pueda utilizar a los equipos de fútbol para sacar ventajas, muchos aficionados siguen sin estar convencidos de esta conexión. “A mí no me importa mucho la política. El fútbol no es la política”, comenta Da-niel Calvo Carmona, universitario aficionado al fútbol. “Son dos cosas distintas, para mí y para mucha gente”.

No todas las relaciones entre política y fút-bol son negativas. Fuera de Cataluña, el Athle-tic Club de Bilbao en el País Vasco solo admite jugadores que hayan nacido en Euskal Herria, zona del norte de España y el sur de Francia. El profesor Carlos Sánchez comenta que esta práctica, a pesar de estar en rápido retroceso,

goza de gran aceptación. “El Athletic de Bilbao es un equipo local, algo que se ve con buenos ojos. Apoyan a sus jugadores, y a mucha gente le gusta esta lealtad”.

Aparte de la política, la identidad regional de los jugadores a menudo entra en escena en Espa-ña. Después de la victoria en el Mundial de este año, los jugadores de Cataluña, el País Vaco y del resto de España participaron en la celebración nacional. Al principio, la bandera que llevaban los miembros del equipo era la bandera de España. Pero pronto los jugadores llevaron las banderas de sus respectivas comunidades autónomas.

“Presumen con orgullo de su región en al-gunos casos”, nos cuenta José Manuel Lara, un aficionado del Real Madrid de 27 años. “Pero es bien sabido que algunos jugadores son cierta-mente nacionalistas”.

Para Antonio, el forofo del Barcelona, las banderas no restaron valor a la unidad de Es-paña, sino que en realidad la fortalecieron. “To-das las banderas que vimos después de la Copa Mundial confirman nuestra identidad multicultu-ral”, cuenta Antonio.

Todo el país sigue orgulloso después de la trascendental victoria. A pesar de los esfuerzos de la clase política en dirección contraria, mu-chos aficionados piensan que el fútbol continúa siendo más que nada un deporte. “Desgraciada-mente hay ciertas personas que mezclan el fút-bol y la política”, señala José Manuel. “Aunque a la mayoría de los aficionados al fútbol solo nos gusta el fútbol y nos olvidamos del resto cuando vemos el fútbol”.

“La capacidad de los jugadores; cómo hacen lo que hacen. Eso es por lo que vemos el fút-bol”, dice Antonio. “Es una cosa de belleza, no de competición regional”.

El Camp Nou continúa sonando con las vo-ces de cien mil aficionados, animando a su equi-po a la victoria, con una confianza plena en que muchos, muchos más lo están siguiendo alrede-dor del mundo. Ellos cantan así:

“Tot el campes un clam…som la gent Blau GranaTan se val d’on venim”.

(“Todo el campo,es un clamor…somos la gente azulgrana,no importa de dónde vengamos”.)

La popularidad del fútbol les ha dado a los políticos una nueva manera de transmitir sus mensajes ¿Les escucharán los forofos?

“Soy del Barça. No necesito hablar catalán para entender a los jugadores y la historia del equipo”.

El fútbol: púlpito político

Nicholas Bradleytraducción de Daniel Calvo04

Arriba: los jugadores catalanes Piqué, Xavi Hernández y Capdevilla, el asturiano Villa, el canario Pedro y el vasco Xavi Alonso, felicitan a Puyol (también catalán) dspués de que éste marque el gol decisivo para España en la semifinal de la Copa del Mundo Sudáfrica 2010 contra Alemania.

Se sitúa en el centro del yermo patio gris, mi-rando por un instante a los niños esparcidos

entre la basura del suelo. Lleva una camiseta de fútbol de color verde brillante y una gorra del re-vés en la cabeza. Jorge Morillo, fundador de “Educar en la calle”, sonríe a los niños que llaman casa a esta zona de pobreza y mar-ginación social y, sin pensárselo dos veces, toca el pito. “¡Vamos a jugar al fútbol!” grita.

Desde 1985, “Educar en la calle” ha utili-zado el fútbol como herramienta fundamen-tal para influir positivamente en la educación y las vidas en general de los niños que viven en zonas de Sevilla desfavorecidas y social-mente ignoradas. “El fútbol no es la clave para la educación. Es la excusa. En estas zo-nas, la educación no se ha trabajado tanto como se podía haber trabajado. Lo que pasa es que hay que saber cómo plantear la educación se-gún un sistema”.

“Educar en la calle” pretende ayudar a de-sarrollar la educación de estos niños mediante el deporte, para inculcar valores que Jorge Mo-rillo considera esenciales para una vida positiva y gratificante, incluyendo la responsabilidad, el compañerismo, el trabajo en equipo y el respeto.

Además, por encima de todo, Jorge reconoce el valor de la amistad como algo crucial en su tra-bajo. “Donde hay amistad, hay amor. El amor tie-ne la llave de la educación en valores. Es lo más

importante del mundo. Sin él no podría hacer lo que hago. El amor lo sobrepasa todo”.

El proyecto llega a zonas de Sevilla conside-radas subdesarrolladas y socialmente excluidas, incluyendo las Tres Mil Viviendas, El Vacie, Torre-blanca y algunas zonas de Los Bermejales, San Juan de Aznalfarache y Cerro Blanco.

Jorge comenta que la zona de las Tres Mil, en el Polígono Sur, es una de los lugares más com-plicados. Explica que la gente vive en una zona

aislada y abandonada, dominada por las drogas y las pobres condiciones de vida, que ha ido a desembocar en el peor caso de tugurios verti-cales en los últimos cincuenta años. De acuer-do con el Plan Integral del Polígono Sur, sólo el 7,3% de los habitantes empadronados en las Tres Mil Viviendas tienen títulos profesionales o universitarios, y más de dos tercios de la pobla-ción es analfabeta. En esta zona, Jorge trabaja con más de 80 niños.

De acuerdo con un artículo publicado en El País en 2008, la zona llamada El Vacie incluye al menos 46 chabolas, 90 casas hechas de lá-minas de metal prefabricadas, 120 familias, 923 individuos y 227 niños. En esta zona, Jorge tra-baja al menos con 35 niños.

Desde la perspectiva de Jorge, la zona de Cerro Blanco tiene actualmente la situación más difícil para su proyecto. Tomó contacto con el barrio hace tan sólo dos meses, por lo que aún no se siente familiarizado con el lugar y los niños.

“Es verdad que he trabajado en situaciones difíciles. Pero también es verdad que en las si-tuaciones difíciles es donde mi proyecto puede educar. Si fuera una situación fácil, lo haría todo el mundo”.

El fútbol es la excusa. La educación es el gol

Con su proyecto “Educar en la calle”, Jorge Morillo utiliza el fútbol para traspasar fronteras con las que muy pocos se han atrevido, con la esperanza de mejorar la vida de los niños olvidados por el mundo.

Molly Riveratraducción de Pedro López05

“Donde hay amistad, hay amor. El amor tiene la llave de la educación en valores. Es lo más importante del mundo. Sin él no podría hacer lo que hago. El amor lo sobrepasa todo”.

/ MOLLY RIVERA

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Jorge Morillo tiene en cuenta las diferentes condiciones de vida y las complejidades sociales de cada área, pero apunta una regularidad en-tre ellas. “El único parecido que tienen es que en todas hay niños, y ellos son lo más importante”.

Descubriendo humanidadNacido en el barrio sevillano de Triana en 1957, Jorge Morillo cree que la finalidad de su vida es ayudar a otros. Con una profunda convicción re-ligiosa y una absoluta pasión por el fútbol, Jorge cree que su vida estaba destinada a lo que está descubriendo cada día. “Hablo con mi corazón. Estoy enamorado de Dios y de la vida”.

Cree que gracias a Dios, la vida le ha ense-ñado a encontrar humanidad en el mundo. “Por suerte, el verdadero premio ya lo he encontrado:

la calidad humana de los barrios donde trabajo. Esto es muy importante porque vivimos en rea-lidades diferentes con experiencias y perspecti-vas diferentes, pero por encima de todo, todos somos humanos”.

Francisco Narbona Arbole, Fran, estudiante de 24 años del Polígono Sur, empezó a ayudar a Jorge en marzo, y desde entonces se ha conver-tido en el voluntario más constante. “Quería ayu-dar a los demás. En el mundo hay mucha gente que ayuda, pero aquí en Sevilla no hay nadie en la calle, y porque me gusta jugar al fútbol pensé que esta sería la mejor manera de contribuir”, explica Fran.

Comparte con Jorge la importancia del as-pecto humanitario del proyecto. Aunque la so-ciedad rechaza estas zonas de Sevilla y las con-

sidera peligrosas, la participación de Fran le ha dado a él una perspectiva diferente. “Cuando andas por la calle, la gente te saluda y te respe-ta. Hay gente buena aquí como en cualquier otro lugar del mundo”.

Este punto de vista ha convencido a Jorge de que existe una solución a la marginación so-cial de estas zonas. De esta manera, continúa educando en las calles incluso en momentos en los que no hay muchos medios económicos.

“Educar en la calle” recibe el apoyo, econó-mico o de cualquier otro tipo, de donaciones y de gente en la comunidad como la Fundación Telefó-nica de España. Pero no tiene contactos con ins-tituciones oficiales. “El Ayuntamiento de Sevilla apenas tiene interés en el proyecto. En la mayoría

de los sitios estoy de segundo plano. Por lo tanto, la historia del proyecto no está aún descubierta”.

No obstante, estas instituciones oficiales le dan reconocimiento a su proyecto. De hecho, Jorge ha sido recientemente galardonado con la distinción de “Defensor de los Derechos de la Infancia” por la Junta de Andalucía por “su aten-ción personal como ‘Educador de la calle’ a los niños y niñas más desfavorecidos”.

Nuevos avancesEn su tercera visita a la zona de Cerro Blanco, Jorge Morillo aparca su furgoneta verde brillante en medio de un campo cerca de un parque infan-til. Mientras empieza a colocar conos naranjas para hacer un campo de fútbol improvisado, dos

niños se le acercan. Jorge se presenta y les dice que va a jugar al fútbol y que los invita a unirse al juego. Aparentemente poco interesados, con-tinúan andando en dirección al parque infantil.

Jorge ha visto esto antes. Comenta que cuando presenta su proyecto en una zona nue-va, los niños dudan al principio, pero pronto se unen al juego. “Este es el comienzo a la hora de construir relaciones. Con suerte volverán con sus amigos para jugar”.

Unos minutos más tardes, otro niño se acer-ca a la furgoneta. “¿Es verdad que vas a jugar al fútbol?” pregunta.

Conforme más niños van reuniéndose alre-dedor de la furgoneta, Jorge comienza a hablar con ellos mientras reparte camisetas de fútbol.

Les cuenta acerca de su proyecto y sus expe-riencias y les informa de que cada lunes a esa misma hora vendrá a jugar al fútbol con ellos.

Muy pronto más de 25 niños se congregan en el campo. Jorge los divide en equipos, y tras el sonido del pito empiezan a jugar.

Después del partido, los niños se acercan a la furgoneta de nuevo y Jorge les ofrece yogu-res. Sonríe y habla con ellos mientras empieza a aprenderse los nombres.

“Estoy escribiendo una historia aquí y es muy importante que los niños sean los protagonistas. Es genial que tantos vinieran a jugar. Este es un buen comienzo”.

/ MOLLY RIVERA

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“¡Cambio!” grita un amigo mientras echamos una pachanga. Todos oímos esa señal

cada diez minutos más o menos, indicando que le toca a otra persona ponerse de portero. Levan-to la mano: es mi turno en la portería. A medida que me acerco a la red, los recuerdos, muscula-res y mentales, me transportan a años anteriores, cuando no me ofrecía voluntaria para colocarme de portera sino que yo era la portera permanente de mi equipo. Cada partido consta de noventa minutos de vigilancia, custodiando la portería, ajustando los ángulos, observando el juego y protegiendo nuestras posibilidades de victoria.

Iker Casillas, portero del Real Madrid y ca-pitán y portero de la selección nacional espa-ñola, levanta el trofeo del Mundial de 2010 por encima de su cabeza en señal de triunfo. Así como la cultura, la historia y el lenguaje han evolucionado, el fútbol también lo ha hecho. El año 1872 marca la creación de la norma que designa a los porteros como únicos jugadores que pueden utilizar las manos durante el jue-go. Durante 138 años, los porteros han segui-do siendo los únicos jugadores que usan las manos en un juego conocido comúnmente por un nombre que, en su idioma original, alude al uso de los pies.

Psicología: Freud en la redEl delantero francés Michele Platini golpea la pe-lota hacia la red. Luis Arconada, portero de Es-

paña en la Eurocopa de 1984, parece atraparla contra el pecho. La pelota se le desliza entre los brazos rodando dentro de la portería mientras él se arrastra hacia atrás en un intento desespera-do por detener lo inevitable.

Juzgado por la ausencia o presencia de goles, el portero tiene la decisión del partido li-teralmente en sus manos. El juego del portero consiste en presión, tenacidad, peligro, un mo-mento de alivio y vuelta a empezar. José Carlos Jaenes Sánchez, psicólogo deportivo y profesor de la Universidad Pablo de Olavide, afirma que

“la duda es uno de los peores enemigos del de-porte; cuando se duda, cuando no se cree… es difícil actuar con eficacia. Las creencias ayudan a los humanos a dirigir su conducta hacia un fin; si no se cree, si ni siquiera se intenta, se instala la mediocridad”.

Tras permitir que se les marquen goles deci-sivos o, para el caso, cualquier gol, los porteros deben superar fuertes golpes a su confianza y mantener el control y la compostura. El empa-te de Inglaterra con Estados Unidos en el Mun-dial de 2010 será recordado por el fracaso del portero, Robert Green. Las noticias destacaban el error y el dolor de la derrota en el rostro del portero una y otra vez. Tras semejante escrutinio público, se sustituyó finalmente a Green por un portero que no había sufrido un golpe tan duro a su psique.

Cuando se le preguntó qué motiva a un por-tero, el ruso Lev Yashin, conocido por ser el por-tero profesional más grande de todos los tiem-pos, respondió: “¿A qué portero no le atormenta el gol que deja entrar? ¡Debe atormentarle! Y si se queda tan tranquilo es que está acabado. No im-porta qué tuviera en el pasado; no tiene futuro”.

El tormento, estado emocional básico de los mejores porteros de la historia, es un estado al que los porteros aprenden a hacer frente. El en-trenamiento de un portero para hacer acopio de confianza consiste en ensayos constantes con tiros, posicionamiento, comunicación y prepara-ción psicológica. Como portero, uno debe pre-pararse mentalmente para cualquier aspecto del juego, desde un tiro difícil a un penalti.

PenaltisIker Casillas mira fijamente a los contrincantes

italianos. Esto le basta para hacer dos paradas durante una tanda de penaltis contra Italia en la Eurocopa de 2008, enviando a España a la final.

El punto de penalti está a once metros de la línea de gol. Tras ser golpeado, el balón tarda aproximadamente dos décimas de segundo en llegar a la portería. La necesidad de fuerza en lugar de astucia obliga a los porteros a elegir un lado y tirarse; una suposición decisiva con la esperanza de acertar la dirección correcta.

En un estudio realizado en 2006, Michael Bar-Eli, psicólogo deportivo que trabaja con el

equipo de fútbol profesional Maccabi Tel-Aviv de Israel, intenta explicar por qué los porteros eligen tirarse hacia un lado en un 93,7% de las veces cuando el 28,7% de los tiros van hacia el centro. Bar-Eli explica que los porteros suelen elegir tirar-se en lugar de permanecer en el centro debido a la “tendencia a la acción”. Los porteros han sido entrenados para parar el balón tirándose, sacán-dolo con los puños o por cualquier otro medio de mantener la pelota fuera de la red. Al mantener una posición central están incidiendo en una “co-misión por omisión” o permaneciendo inactivos.

Desde el punto de vista psicológico, los por-teros han declarado que es más fácil hacer frente a un penalti marcado (el 80% de los tiros tiene éxito) cuando se han tirado y han hecho un es-fuerzo en vez de mantener una posición pruden-te. Bar-Eli escribe que “la desutilidad asociada a perder un balón puede ser mayor cuando le sigue a un comportamiento no común (permane-cer en el centro) que cuando le sigue a un com-portamiento normal (saltar hacia un lado). Las únicas oportunidades de éxito que tiene el por-tero en un encuentro tan directo se basan en sus rápidas y afinadas reacciones y en intentar mirar fijamente a la persona que va a tirar el penalti”.

Entre dos postes: el hogar del portero

Una posición determinada por normas, uniforme, entrenamiento y mentalidad diferentes. La psique, los penaltis y la evolución de los porteros y su inherente capacidad para hacer que los reporteros españoles griten: “¡Sin goles no hay fútbol!”

Tony Bauman, mi entrenador y ex portero, re-flexiona: “Los penaltis proporcionan al portero la oportunidad de interpretar el papel de héroe. Tan-to la confianza como la intimidación y también la asertividad entran en juego. La intimidación, en forma de mirada destinada a reforzar la confianza del portero, tiene un efecto tan negativo en la psi-que del que va a chutar que todo el mundo sabe que ‘nunca se mira al portero a los ojos’”.

Greg Wood de la Universidad de las Ciencias de la Salud y el Deporte de Exeter explica que cuando los que van a lanzar el balón “sienten ansiedad son más propensos a preocuparse por el portero y a centrarse en él” y, “como miran al centro, es más probable que tiren hacia el cen-tro, siendo así más fácil la parada.”

Diversidad y evoluciónPalop, portero del Sevilla FC, corre hacia el área contraria para marcar de cabeza el gol del em-pate contra el Shaktar Donetsk en la ronda de dieciseisavos de la Copa de la UEFA de 2007. Gana el campeonato en una tanda de penaltis, parando tres goles potenciales contra el Espa-ñol. No sólo es capaz de parar goles sino tam-bién de marcarlos.

Miguel Rodríguez, ex portero del Sevilla B en los años cincuenta, esboza rápidamente me-dio campo de fútbol e indica cómo se jugaba en el pasado. “Estaba el portero, la defensa, los centrocampistas y los delanteros. Ha cambiado mucho”. Antes, los porteros no corrían hacia el área contraria, dejando descubierta su portería, para intentar una jugada de cabeza. Los porte-ros se quedaban dentro del área, un dominio en el que podían utilizar todas sus aptitudes, es-pecialmente la de tocar el balón con las manos.

Pero, con el paso de los años, los entrena-dores han incorporado a los porteros como ju-gadores polifacéticos con las responsabilidades de evitar los goles y actuar como últimos de-fensas. Esto es posible porque muchos de ellos tienen experiencia previa como jugadores de campo. “Durante 9 años, jugué en la posición de defensa”, comenta Adrián San Miguel del Casti-llo del Real Betis B. “Me cambié cuando el por-tero de mi equipo se fue. Necesitaban a alguien, y por eso que me ofrecí para ocupar su lugar”. A continuación añade: “Ser portero significa tener que disfrutar de tu papel en el juego”.

Un cambio en la normativa en 1992 prohi-biendo a los porteros tocar el balón con la mano si se lo pasan hacia atrás intencionadamente es, según Bauman, “el mayor cambio” que ha pre-senciado. Por eso, “se vieron obligados a me-jorar sus habilidades jugando con los pies”. El entrenamiento del portero incluye ahora el juego con los pies y una colocación que da lugar a un defensa más versátil.

En los últimos años, incluso se han converti-do en jugadores ofensivos, como Palop demos-tró al convertirse en el número 11 del área en par-tidos cruciales. Según evoluciona el fútbol, los jugadores nunca son puramente defensas, cen-trocampistas, delanteros o porteros. Al haber di-

versificado su papel, los porteros son ahora una amenaza, con una vista panorámica del juego y su inherente liderazgo desde el fondo del campo.

La porteraGoalkeeper, portero en inglés, es un término neutro. En español, me llaman “la portera” (fe-male goalkeeper). Aunque es un factor distintivo, no es nada nuevo después de los años que he jugado en esta posición, tirándome en las para-das, practicando las mismas cosas y repitiendo tantos ejercicios que he olvidado que caer al suelo es algo que normalmente se evita (a me-nos que esté tratando de cometer una falta).

El gol más memorable que me marcaron, y lo recuerdo bien, fue una vez que me venía vo-lando por la derecha una bandada de gansos mientras un delantero se acercaba rápidamente con el balón. ¿Debía protegerme a mí o proteger la portería? A pesar de que esa es una circuns-tancia excepcional, los porteros están prepara-dos para cualquier cosa, para lo esperado y lo inesperado, para lo normal y lo irregular, para los tiros y, en este caso, para los gansos en lugar de una parada. Al tomar nuestra posición entre los postes, no somos solitarios en el campo. Más bien se nos da la bienvenida a un hogar com-partido por todos los porteros del mundo.

“¿A qué portero no le atormenta el gol que deja entrar? ¡Debe atormentarle! Y si se queda tan tranquilo es que está acabado. No importa qué tuviera en el pasado; no tiene futuro.”

Robert Greene en el Mundial de Sudáfrica 2010. / REUTERS08

Miguel Rodríguez en 1957. Inauguración del Estadio Universitario de Sevilla en la Macarena. / RAFAEL CUBILES

Lev Yashin en el Mundial de Inglaterra de 1966.

Hannah Maurertraducción de Gloria Martínez

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José “Pepe” González, 70, soccer aficionado and member of the Peña Sevillista de Triana

for over 30 years, is willing to speak about any topic, except one. “We can talk about Sevilla, we can talk about soccer, we can talk about any-thing, but not Betis!”

Less than two kilometers away, the opposite reigns true for the members of the Peña Bética de Triana. Pointing to the big-screen TV promi-nently positioned in the corner, visible from all angles, Agustín Sánchez, 51, member and bar-tender of the peña, or clubhouse, explains, “We show all Betis games, of course. Other teams, too. But no Sevilla games. Not here.”

The Sevilla Fútbol Club was founded in 1905. In 1907, when the team’s management refused to admit working-class players, some mem-bers of the club broke off and formed the city’s second team, Betis Balompié, and thus began the rivalry. Consequently, Betis is tra-ditionally considered to be a more blue-collar team, though it gained the title “Real” (royal) in 1915 with a decree from King Alfonso XIII. Seville is one of only four cities in Spain, along with Madrid, Barcelona and Valencia, with two separate professional soccer teams.

The population in Seville is divided into two categories: Sevillistas (followers of Sevilla FC), and Béticos (Real Betis Balompié fans). The rival-ry is most notable during the Seville Derby, which is held only in years in which both teams com-pete in the first division league. Over the past decade, the Derby has been known for violent altercations among fans of both teams. In 2002, for example, five supporters were detained after attacking a security guard and Betis goalkeeper Toni Prats. In the Sevilla-Betis match in the Copa del Rey (the King’s Championship) in 2007, the quarter-final game had to be postponed after a Betis fan threw a bottle at then-manager of Se-villa FC, Juande Ramos, knocking him uncon-scious. Francisco Moreno Romero, president of the Peña Bética Puerta de La Carne, can attest to the presence of inter-team violence on the streets as well. “We have seen fights, sometimes broken windows and glass.”

But even when the two teams do not face each other, most Sevillistas are anti-Betis, and Béticos are anti-Sevilla FC. “Béticos always want

Betis to win and Sevilla to lose, and Sevillistas want Sevilla to win and Betis to lose. This is the rivalry,” Moreno Romero explains, reducing it to simplest terms. Antonio Morales, vice-president of the Peña Sevillista de Triana, agrees. “They speak Betis, we speak Sevilla.”

Despite this separation, though, aficiona-dos of both teams identify themselves as Sevil-lanos, citizens of Seville. For example, Morales, though an avid Sevillista all his life, confides that he sometimes secretly hopes for Betis to win against other teams. “This is my city, these are my neighbors. I would never say this out loud in front of the other peña members, but I some-times root for Betis when they’re not playing Sevilla. If a city has a good soccer team, more

people will come to visit. We have an economic crisis in Spain right now. If more people come and fill up the hotels and eat in the restaurants, that’s good for the city,” he explains.

Morales also notes the impact the success of Betis can have on the mood of the city. “If Betis is winning and doing well, the Béticos are hap-py. I like to see my neighbors happy.” However, Morales is first and foremost a Sevillista. He is raising his eight-year-old daughter to be an avid Sevillista, and his wife, necessarily, is also Sevil-lista. Though he has some Bético friends, he can only take relationships with Betis fans so far. “I’m already married, but if I weren’t, I would never marry a Betis fan. Never.”

González, too, is in close contact with many Béticos. “My brother follows Betis, as well as my son’s wife, and some of my friends in Triana. It’s no big deal. We just don’t discuss soccer. It’s better that way.”

Still, the fans of both teams are ardent sup-porters. González says he has more of a passion for his team, Sevilla FC, than for the sport of soc-cer itself, and that he identifies himself more as a Sevillista than as a soccer aficionado. He firmly

believes that Sevilla will win every game it enters. “I never doubt my team. I always believe in Se-villa in my heart. Maybe not always in my head, but always in my heart,” he says. “Here in Seville, soccer is religion,” Morales agrees.

González slumps his shoulders and shakes his head as he remembers the recent match from October 30th, 2010, in which Sevilla fell to Barce-lona FC, 5-0. “Everyone in the peña was crying. Well, I wasn’t crying, but almost. It was so embar-rassing, so shameful.” But González had already turned his attention to the next game, against Va-lencia. As usual, he has no qualms about Sevilla’s capabilities. “Sevilla will win for sure tomorrow. For sure.” They did: 2-0.

Sevilla and Betis will not face each other this year because, for the second year in a row, Betis plays in the Second Division, while Sevilla remains in the First. So they are ea-ger to see their teams face off once again, maybe this year in the Copa del Rey, the second most important tournament in Spain, in which both clubs are classified. “It would be a very emotional derby,” says Francisco

Moreno. There is no denying that a rivalry exists, but

it is a friendly, healthy, non-aggressive rivalry, according to Sánchez. He explains that in the Peña Bética de Triana, there are a handful (six or seven, he estimates) of members who are also Sevilla fans, and even a few who are members of both kinds of peñas. “They like the environment, and they have friends here. They also enjoy some of the advantages of being a club member. They can watch the games, read the press, participate in the activities, come to the parties.” Though the clubhouse is technically private, all, even Sevillistas, are free to enter. “But the tables and chairs are reserved for club members when Betis plays,” Sánchez clarifies.

Sevillistas too feel that the rivalry exists har-moniously, without problems, according to Mo-rales. “People argue over it, but nothing more. We avoid that.” The Sevillista peña is also a private club, but they do not shut the doors on anyone, including Béticos. Morales even recalls a departed member of the Peña Sevillista de Tri-ana, Eduardo Sobrado, who played for Real Be-tis from 1955 to 1958.

Moreno Romero, though, says he does not know of any members in the Peña Bética Puerta de La Carne who also consider themselves Se-villistas. “We respect each other, but it would be very hypocritical to join the peña just for the sake of being in the peña, or just for the friend-ships or other advantages.” In his thirty years as president of the oldest peña in all of Spain, the “mother of all peñas,” Moreno Romero says he has never seen a true passion for Betis and Se-villa FC within the same person.

As the Peña Bética Puerta de La Carne is situated in a traditionally Sevillista neighborhood, Moreno Romero explains, the opportunity for a violent or aggressive rivalry exists. This may have been the case twenty years ago, he says, but nowadays it is peaceful.

However, Moreno Romero points out that the press attempts to exploit the rivalry. “The press has played with this sentiment a lot. They look for the worst in the aficionados.” Because of this, he refuses to speak with or even admit reporters from newspapers, like Diario de Sevilla or ABC, into the clubhouse. “I don’t want any problems

or controversies. We’ve had our misunderstand-ings. I don’t want to insult anybody. The only thing I care about is social peace and under-standing between Béticos and Sevillistas.”

Kiki Carvajal:a complicated identityKiki Carvajal, Sevillano, physical therapist, Bé-tico, and retired professional soccer player, of-fers a unique perspective regarding the Sevilla-Betis rivalry. He is one of few footballers to have played professionally for both Real Betis and Sevilla FC.

Born to “very Bético” parents, Kiki Carvajal was raised a Betis fan all his life. He began his professional soccer career at age 20, in 1988, as attacking-midfielder for Real Betis, then a sec-ond-division team. In 1989, he took advantage of the opportunity to play for a first-division team, and joined Sevilla FC. He remained on the team until 1994.

“As a child, I was always an avid Bético. My feelings about Sevilla were never hateful, but I al-

ways wanted to see them lose.” Though he spent most of his professional career with Sevilla FC, he still identifies himself as a Bético today. “I was born a Bético, I’m a Bético today. So it is.” Car-vajal explains that Betis fans are among the most faithful in Spain. “Win, lose, we’re always sup-portive. Even when they lose, we applaud them. We’re as loyal as dogs,” he explains with a laugh.

But professionally, Carvajal was a soccer player first, and fan second. “When the opportu-nity arose to play for Sevilla, a first-division team, I had to take it. Although I am a Bético, I’m also a soccer player. The public didn’t understand, but it’s my profession. And that’s it.”

Though Kiki Carvajal says he was generally treated well by Betis fans after switching over to Sevilla, he remembers being accused of betray-ing his team for a higher salary. He remembers one instance, for example, in which a Betis sup-porter threw coins at him. “I didn’t go for the money. The Betis management was a disaster, just like it is now. I wanted to play for a first-division team.” He also recalls attending a Be-tis game after switching teams, and was met by

La afición que une a una ciudad

Over a century ago, following the establishment of the Sevilla Fútbol Club, an internal managerial disagreement resulted in the founding of Sevilla’s second soccer team, Betis Balompié. So began the unique rivalry between Sevillistas and Béticos.

“Béticos always want Betis to win and Sevilla to lose, and Sevillistas want Sevilla to win and Betis to lose. This is the rivalry.”

2010: Aficionados béticos agonizan en las gradas al comprobar que los resultados de otros partidos de la jornada enviarán al Betis, una vez más, a Segunda Divisón. / ALFAQUI

Un Sevilla–Betis de 1934.

10 Keely Byrontraducción de Daniel Calvo

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shouts and taunts from multiple Béticos. “‘What are you doing here? You play for Sevilla,’ they said to me.”

In his six years with Sevilla FC, Carvajal faced off against Betis twice. “I scored a goal against Betis in one game. I remember we celebrated a lot after that. A lot,” he explains, the satis-faction visible in his face. When he faced his old team, though, he did not feel like he was playing against his friends, as they were more like associates. “I didn’t have much of a relationship with the other Betis players. I didn’t know them very well be-cause I didn’t play for the team very long, and I played for Betis B. I played in very few games.”

Carvajal’s parents, though devoted Béticos, attended all of his Sevilla home games to watch their son play. “They’re huge Betis fans, but they

didn’t care who I played for. They just wanted to see me play.” Still, he says his father never donned a Sevilla jersey. At the most, his mother would wear a Sevilla scarf, but nothing more.

After a knee injury ended Kiki Carvajal’s pro-fessional career in 1997, he studied three years

at the University of Seville and in 2000 obtained his diploma in physical therapy. From 2001 to 2008, he entered into the Sevilla FC organization once again and worked as a physical therapist for the team. This complicated Carvajal’s iden-

tity as a soccer fan even further. “Some of the players would call me ‘Bético,’” he remembers, beaming.

Today the former player works for a private physical therapy consult, and remains a dedicat-ed Betis fan. However, he admits that he follows

Sevilla more closely, but only because they play in the first division. Because of the difference in leagues between Sevilla and Betis this year, he says the rivalry is not as strong, not as passionate. “If a Bético and a Sevillista meet in a bar, they can’t argue. There’s still a rivalry, but it’s nothing like if

both teams were in the same league.” Along with the rest of the city, Kiki Carvajal awaits the day when both teams will face each other once again.

Cuarenta y cuatro años después de su última aparición en una final, y casi 60 desde la obtención de su último título, los aficionados del Sevilla FC tienen finalmente algo que celebrar cuando su equipo derrota al Middlesbrough FC 4-0 en la final de la Copa de la UEFA celebrada en Eindhoven en 2006. / FORO SEVILLISTA

“Hay un dicho famoso: si le das a un hombre un pez, lo alimentarás por un día; pero si le

das una caña de pescar, lo alimentarás para toda la vida. Esa es la mentalidad de base y la filosofía de la Fundación y la Ciudad de los Niños”, ex-plica Frédéric Oumar Kanouté, futbolista estrella de Mali y del Sevilla FC, además de presidente de la Fundación Kanouté. Este gran futbolista nació en Francia en 1977, de padre maliense y madre francesa. En persona, no podría ser más impresionante y gentil. No llegamos a tiempo para verlo durante la sesión de entrenamiento de ese día, pero cuando vino a nuestro encuen-tro en las gradas del estadio Sánchez Pizjuán, después de una ducha y vestido con su moderna ropa de calle, aún se veía como el delantero alto y elegante que hace las delicias de los aficionados en el terreno de juego. Jesús Gómez, director del

club de prensa, nos advirtió: “Kanouté está muy ocupado hoy y sólo tendrá para vosotros diez mi-nutos”. Pero todo cambió cuando llegó. “Tengo

un montón de tiempo”, dijo con una amplia sonri-sa. Sergio, mi compañero español, y yo pudimos relajarnos y empezar a oír hablar del verdadero proyecto de vida de Kanouté.

La Ciudad de los Niños, llamada Sakina, reúne diversos servicios e instalaciones para atender las necesidades de los niños huérfanos y desvalidos cerca de Bamako, la capital ma-liense, explica el jugador euro-africano. Sakina es una palabra árabe que significa tranquilidad, serenidad, paz interior, a la vez que da paso a la palabra residencia, todas las cosas que este lugar cercano al río Níger espera proporcionar a todos los niños que entren en él.

El trabajo de Kanouté como famoso de-portista en Sevilla, Mali y el mundo también ha hecho de él un importante líder comunitario y activista. “Cuando Kanouté era sólo un niño le

gustaba mucho visitar a sus primos de Mali y ju-gar con ellos, pero se daba cuenta de que había una gran necesidad. Él siempre supo que había

Kanouté abre las puertas de Sakina

En 2006, la estrella del Sevilla FC Frédéric Oumar Kanouté puso en marcha una Ciudad de los Niños en Mali, una de sus patrias. Hace dos meses por fin se convirtió en una realidad.

“Hemos comenzado la mejor parte, pero también la más complicada; ahora no se trata sólo de los materiales y la construcción, sino de trabajar con las almas humanas.”

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Kanouté visita la sede de Sakina en 2006 el día de la presentación del proyecto a la comunidad. / EDUARDO DEL CAMPO

“Win, lose, we’re always supportive. Even when they lose, we applaud them. We’re as loyal as dogs.”

Tanya Fernándeztraducción de Sergio Alba

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que hacer algo”, comenta Jesús Prieto García, gerente de la Fundación Kanouté España.

El camino hacia la apertura de la Ciudad de los Niños ha sido largo y duro ya que el jugador de fútbol, musulmán con un fuerte compromiso social, puso en marcha su proyecto en 2006. El amigo de Kanouté Antonio Ojeda, cirujano orto-pédico y activista independiente en cooperación internacional al desarrollo que ha visitado el lugar, subraya que hacer un trabajo de cooperación en cualquier comunidad es un reto difícil. “En primer lugar, es muy importante explicar el proyecto a los dirigentes locales y vecinos, para que no sólo lo acepten sino que lo apoyen”, apunta Ojeda.

Kanouté, visto como un héroe en Mali, re-cibió por su idea las bendiciones de la población y los funcionarios locales. Pero eso no fue suficiente. “Pasamos un año entero buscando y aun así no pudimos encontrar agua para la aldea”, recuerda Jesús Prieto García. “Tuvimos que llegar a un acuerdo con los vecinos para tener acceso a un suministro de agua”.

Aunque la mayor dificultad estuvo en la búsqueda de agua, hubo muchas otras, como los retrasos en la construc-ción, la instalación de la electricidad y, lo más importante, conseguir que el go-bierno maliense aprobara los permisos y las operaciones. Kanouté aclara que su participación en la selección nacio-nal de fútbol de Mali realmente ayudó a acelerar el proceso. “En África en general, el pro-ceso de la administración es lento, pero el fútbol me ha ayudado a abrir muchas puertas; eso, y también el gran respeto que el pueblo de Mali siente por mí”, dice en la entrevista para nuestra revista después de una sesión de entrenamiento con el Sevilla FC.

Sabiendo que Mali es el tercer país más po-bre del mundo, la Fundación quería hacer todo lo posible para estimular su economía mediante la compra de todos los materiales de construcción y la contratación de trabajadores y constructores que fueran de allí. El jugador explica que aprove-chó al máximo el tiempo que se tardó en construir la ciudad infantil para asegurarse de que la selec-ción del personal, que trabajaría y viviría con los niños, se llevase a cabo con eficacia y eficiencia. El proceso de aceptación y revisión de currículos le llevó a la fundación un poco más de un año.

La Ciudad Infantil consiste en un complejo de casas donde viven los niños con sus cuidadoras, un centro de salud, una escuela que ofrece para todos hasta la educación secundaria, y un centro de formación donde se pueden aprender las ha-bilidades profesionales. Los niños a los que se les permite vivir en la ciudad tienen entre 5 y 18 años, pero no son los únicos que se benefician, explica el jugador franco-maliense, padre de una niña y un niño. Todos los habitantes de los pueblos veci-nos están invitados a utilizar las instalaciones de la ciudad, con excepción de las viviendas.

Hoy en día Sakina ya tiene su primer grupo de niños, 25 en total. A pesar de que Kanouté no ha podido ver la apertura de la ciudad él mismo

(planea ir este invierno durante las vacaciones de la temporada de fútbol), está muy agradeci-do. “Me siento muy bien; fue un gran momento para mí, por todo el esfuerzo que hemos hecho en todos estos años. Hemos comenzado la me-jor parte, pero también la más complicada; ahora no se trata sólo de los materiales y la construc-ción, sino de trabajar con las almas humanas”.

El objetivo de la Ciudad de los Niños es que “los niños lleguen a ser niños”, pero también que se les dé la oportunidad de desarrollarse, ser in-dependientes, y finalmente abrirse camino en la sociedad actual. Tienen la esperanza de darles a los niños todas las herramientas necesarias o, como Kanouté ha mencionado, la “caña” que necesitan para “alimentarse” a sí mismos duran-te toda la vida.

En los próximos dos años, la fundación tiene previsto extenderse y tener una ciudad infantil

llena, con aproximadamente 150 niños, así como completar el centro deportivo del complejo. Den-tro de los próximos diez años esperan que Sakina tenga sus propias verduras y animales y, lo más importante, que funcione de una manera auto-suficiente. Uno de los principales objetivos en la planificación de la ciudad era que al final pudiese mantenerse sin la ayuda de las donaciones.

Hasta ahora la ciudad infantil ha estado fun-cionando con la ayuda de muchos donantes como el Rotary Club Sevilla, que ayudó a cons-truir el centro de salud, o gracias al partido de fút-bol benéfico “Campeones por África”, puesto en marcha durante los últimos tres años por la Fun-dación Kanouté y UNICEF, y en el que participa-

ron jugadores famosos, muchos de ellos de ascendencia africana. Los fondos de este partido van a proyectos educativos en África. Este año se celebrará en Ma-drid el 27 de diciembre.

Sakina, la Ciudad de los Niños, es el proyecto más grande en el que traba-ja la Fundación, pero tiene otros, como la donación de animales domésticos y el mantenimiento de un fondo de de-sarrollo. Al participar en la donación de animales, una persona puede donar un pollo o una cabra a una familia de Áfri-ca o Asia. Este animal no sólo alimenta a la familia sino que también le aporta ingresos. Por ejemplo, un pollo podría proporcionar los huevos y los pollitos que la familia podría vender y luego

utilizar el dinero para mantenerse. El fondo de desarrollo permite a las personas donar dinero y ayuda a establecer granjas para las familias de África y Asia. Además de estas acciones, Kanou-té también es conocido por ayudar a la comuni-dad musulmana de Sevilla: se dice que cuando supo que una pequeña mezquita estaba a punto de ser desalojada, compró el sitio para evitarlo.

Tan pronto como pone los pies en la calle, ya sea en Sevilla o en Bamako, Kanouté está siem-pre rodeado de niños, felices de ver y tocar a su héroe futbolístico. Él cree que cada uno de ellos merece el derecho a vivir como parte de una fa-milia. Kanouté decidió hacer algo por ellos al ver a estos niños sin hogar en la tierra de su padre. “Ya sea en Estados Unidos o España, uno no se da cuenta de las cosas hasta que lo vive, hasta que vas y ves las cosas con tus propios ojos.”

Frédéric Oumar Kanouté es considerado por muchos el mejor delantero de la historia del

Sevilla FC, equipo para el que ha marcado a día de hoy 115 goles. Es su cuarto máximo golea-dor de todos los tiempos, el primero entre los no españoles y el que más goles ha marcado en partidos internacionales. Se le considera uno de los 30 futbolistas mejor pagados del mundo.

Tras tres años en Fracia (Olympique de Lyon) y cinco en Inglaterra (West Ham United y Toten-

ham Hotspur), Kanouté fichó por el Sevilla FC en 2005. Desde entonces, el club ha vivido una época sin precedentes de importantes éxitos nacionales e internacionales. La “era” de Kanou-té será difícil de igualar: dos Copas de la UEFA (2006 y 2007), dos Copas del Rey (2007 y 2010), una Supercopa de Europa (2006) y una Super-copa de España (2007). Como delantero es tan eficaz como elegante. El 25 de agosto de 2006 marcó el segundo gol del Sevilla FC al FC Barce-

lona en la final de la Supercopa de Europa, que su equipo ganó 3-0. Y cuando no tiene su día el equipo lo padece. Kanouté no marcó en la final de la Supercopa que jugaron contra el AC Milan en 2007 y el Sevilla FC la perdió. El futbolísta de Malí también marcó el único gol de la final de la Copa del Rey contra el Getafe en 2007. El 19 de agosto de 2007, Kanouté marcó tres goles en la magnífica victoria de su equipo sobre el Real Madrid en la final de la Supercopa de España.

Kanouté y el Sevilla FC: los mejores años en la historia del club

El estadio José María Minella en Mar de la Plata está lleno de aficionados españoles y

brasileños vitoreando y gritando, con la espe-ranza de poder llamarse a sí mismos campeo-nes este año. Es 1978 y España juega contra Brasil en el Mundial de Argentina. El resultado es un empate a cero. Para seguir en el Mundial, España necesita ganar este partido. Francisco Uría mete el balón en la defensa brasileña y lo pasa al centro. El portero brasileño sale corrien-do de la portería intentando alcanzar el balón, pero el español Santillana es demasiado rápido y lo golpea de cabeza. Al quedar la portería sola, el número 11, Julio Cardeñosa, ve su oportuni-dad para garantizar que España se quede en el campeonato. Toca el balón, esprintando hacia el área de penalti a la vez que otro jugador brasile-ño se apresura a defender la portería desprote-gida. Cardeñosa corre cada vez más cerca hasta que finalmente tira, directo a la línea de portería. Todos los espectadores españoles contienen la respiración, preparados para celebrar la victoria, pues el fracaso parece casi imposible. Pero el

tiro es bloqueado por el pie del defensa brasile-ño. Una vez más, España es eliminada.

Este momento de 1978 podría ser fácilmente el de cualquier partido de España en la historia de los Mundiales. “La historia del equipo está llena de esperanza pero pocas consecuencias, y mi experiencia en el Mundial no fue diferen-te”. La memoria de la derrota está claramen-te grabada en el rostro de Rafa Paz, ex juga-dor del Sevilla FC que también participó con la selección española en el Mundial de 1990. “Hicimos un buen par-tido y jugamos como nunca, pero al final no fue suficiente y no con-seguimos nada”, nos dice Rafa Paz encogiéndo-se de hombros. Durante el Mundial de Italia de 1990, España quedó la primera de su grupo, pero

pronto fue eliminada en octavos de final tras per-der 2-1 contra Yugoslavia en la prórroga. “La se-lección nacional siempre ha sufrido ‘la maldición de cuartos’”, comenta Santiago Salas de Vega, periodista deportivo de El Mundo, “y el trauma de

estas derrotas pasadas nunca se olvida”.

Pero en 2008 las cosas empezaron a mejorar para el equipo nacional al derrotar a Alemania y convertirse en los nuevos cam-peones de Europa, y luego siguió la racha hasta llegar a tener un récord casi invicto. Sin embargo, en el primer partido contra Suiza

en el Mundial de 2010, España perdió 1-0, por lo que parecía volver a seguir el patrón habitual. “Pensaba que España tenía un buen equipo este año y que tenía la posibilidad de ganar el Mundial en Sudáfrica, pero esa pérdida hizo tambalear la confianza de todos en la selección”, recuerda Antonio Carbajal Guerrero, estudiante de 22 años de la Universidad de Sevilla y forofo del fútbol. “Después de ese partido, todos pensaron: ¡Otra vez! ¡Lo mismo que siempre!”

Las frustraciones de esa primera derrota cambiaron pronto con una recién descubierta esperanza, ya que España lentamente, victoria tras victoria, se abrió camino hasta la final. Pero el equipo mantuvo al país entero en vilo hasta el último momento. José Molina Romero, sevillano de 31 años, recuerda el partido como si fuera ayer. “Todos estaban tensos, muy tensos por-que no había ningún gol durante todo el partido y no fue hasta mismísimo final, en el minuto 116, cuando Iniesta metió el gol”, explica José Moli-na, recordando ese momento fundamental de la final. “Todos se volvieron locos. Gente de todas las edades salía a la calle gritando y celebran-do; había gente subida en los coches y personas que sin conocerse se abrazaban. Fue una expe-riencia emocionante y conmovedora”.

¿Qué es lo que distingue a este equipo de las otras selecciones nacionales? Para empezar, provienen de una generación de jugadores de fútbol con talento que son el resultado de un en-

La maldición de cuartos

Kwangju. 22 de junio de 2002. Cuartos de final del Mundial de Corea y Japón: España–Corea. Antes del comienzo de la prórroga, Helguera, Puyol, Tristan, y Baraja reciven instrucciones de José Antonio Camacho. Varias discutidas decisiones de Al Ghandour, el árbitro egipcio, dejarán a España fuera del Mundial. / MIGUEL BERROCAL

Kanouté durante un Sevilla FC – Real Valladolid de la temporada 2008-09. / AS

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La historia de la selección española está llena de fracasos y desilusión, pero su reciente victoria en el Mundial de 2010 en Sudáfrica refleja un cambio de mentalidad que ha llevado a la transformación de un país.

2020: El capitán Hierro se encara con Al Ghandour / AS

“En julio, casi todo iba mal con Zapatero, con la economía en una situación tan lamentable... pero esta victoria del equipo nacional fue como una bocanada de aire fresco para España; al final algo había salido bien”.

Julie Gámeztraducción de Rosa María Díaz

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• 1934 Mundial de Italia – España es eliminda en cuartos de final, perdiendo 1-0 con Italia.

• 1950 Mundial de Brasil – España pierde dos partidos y empata uno en la ronda final. Acaba el campeonato en cuarto lugar (el me-jor puesto de España hasta Sudáfrica 2010).

• 1962 Mundial de Chile – Eliminada en la primera fase de grupos.

• 1966 Mundial de Inglaterra – Eliminada en la primera fase de grupos.

• 1978 Mundial de Argentina – Con una vic-toria y una derrota, el recordado “gol” de

Cardeñosa no rompe el empate 0-0 contra Brasil y hace que España vuelva a caer elimi-nada en mundial.

• 1982 Mundial de España – España es eliminada en la segunda fase de grupos tras perder 2-1 con la Alemania.

• 1986 Mundial de México – Después de un empate con Bélgica en cuartos, España pierde por 5-4 por penaltis.

• 1994 Mundial de Estados Unidos – España pierde 2-0 ante Italia y es eliminada en cu-

artos de final en un duro partido del que el jugador Luis Enrique sale con la nariz rota.

• 2002 Mundial de Corea/Japón – Después de un inicio de campeonato espectacular, el partido de cuartos de final contra Corea del Sur acaba en polémica cuando el árbitro anula un gol claramente legal de España, lo cual desemboca en penaltis. Corea del Sur los gana por 5-3.

• 2006 Mundial de Alemania – Tras un primer gol de David Villa, España pierde por 3-1 contra Francia en dieciseisavos de final.

Antes del gol de Andrés Iniesta:

Aunque sea un desconocido para la mayoría de los aficionados al fútbol, el prolífico Hans

Krankl todavía practica este maravilloso deporte cada semana. Puede que ya no juegue con al-gunos de los deportistas más famosos o que no participe en la copa del mundo, pero parece tan dedicado al deporte como siempre.

Conozcamos a José Antonio Díaz, quizás más conocido en su entorno como Hans Krankl, sevillano empleado en una tienda y forofo del fútbol. “Cuando tenía ocho años, recibí una ca-miseta del Barcelona con el número 9 de Krankl. Entonces, la gente empezó a llamarme así, y ya era Hans Krankl para todos”, nos dice. A sus cuarenta y dos años, ha mantenido este sobre-nombre, y aún hoy rinde homenaje cada semana al ya retirado jugador austríaco. Esta conocida fi-gura del mundo del fútbol sevillano pronto podría superar el nivel de celebridad del Krankl original.

Antonio, junto a veinte de sus más íntimos amigos, juega en el equipo de ‘veteranos’ del Club Náutico de Sevilla. Todos los domingos quedan para desayunar, hacen los equipos, y al terminar el partido se toman unas tapas y unas cervezas. En la terraza del club con vistas al Guadalquivir, juntan varias mesas para sentarse todos y charlan y bromean durante algunas ho-ras. Lo cierto es que es un grupo dinámico: el miembro más mayor tiene sesenta y siete años, las lesiones parecen sobrevenir continuamente y los jugadores cambian prácticamente todas las semanas. Sin embargo, por extraño que este equipo pueda parecer, el grupo se toma con mucha seriedad su deporte favorito. Mientras se inscribe para el próximo partido del equipo (haciéndolo como Krankl, naturalmente), Antonio nos confiesa: “El fútbol es mi vida”.

Esto quizás sea más cierto para él que para cualquier otro miembro del equipo. Antonio no está casado, pero el fútbol le ha dado una familia incluso más grande de lo que podría haber espe-rado. Así conoció a José María Álvarez, un com-pañero de equipo a quien todos conocen como Chico, hace ya treinta años y hoy bien podrían considerarse como hermanos. Aunque Antonio no tiene hijos, tiene en qué entretenerse con los de sus compañeros de equipo. José María, por ejemplo, tiene cinco hijas y Antonio se ha con-vertido en una especie de tío para todas ellas. “Cuando nos reunimos en familia para celebrar algo, siempre le llamamos”, nos cuenta José María Álvarez. Otro jugador, Manuel Caballero,

tiene dos hijos, con quienes Antonio y el resto del equipo juegan al fútbol a menudo. “Cada se-mana hay muchos chavales que vienen a ver a sus padres jugar”, comenta Antonio/Krankl.

Tan pronto como el equipo se reúne para al-morzar tras su partido dominical, ya se palpa el ambiente familiar. La gran mesa cubierta de pla-tos y bebidas nos evoca a esas largas mesas de las reuniones familiares. El grupo va creciendo conforme piden más tapas: las esposas de algu-nos de los jugadores se unen a la reunión, y al menos alguien parece conocer a todos los niños que pasan corriendo con una camiseta de fútbol. Se trata de una reunión un tanto caótica, pero señala Antonio que el equipo le proporciona la comodidad y la tranquilidad de una familia. Aga-rra el brazo de Gina, la esposa de su compañero Guillermo Pickman, exclamando: “¡Ella es para mí como una madre!” Como siempre le duele algo, Antonio recurre a ella cuando necesita un poco de compasión en medio del caos del equipo. “Para ser franco, todas sus esposas son como madres para mí”, admite Antonio, explicando que el fútbol se ha convertido realmente en un asunto familiar para todo aquel que está involucrado.

El fútbol parece, ciertamente, estar presente en todos los aspectos de la vida de José Antonio Díaz; incluso su jefe juega en el equipo. A sus sesenta y siete años, Rafael Uclés es el jugador

más veterano, y tiene la suerte de trabajar junto a Antonio. Actúa, pues, como otro recordatorio de que es un equipo de amistad y familia, negán-dose a que se refieran a él como “jefe”. “Primero somos amigos”, nos comenta. De este modo, el hecho de que los dos amigos y compañeros de equipo también trabajen juntos se olvida casi por completo hasta que Rafael Uclés se despide del grupo, y le dice a Antonio: “¡Nos vemos el lunes!”

Tal vez la mayor prueba de afecto dentro del equipo sea su capacidad para dejar a un lado la rivalidad futbolística que parece apoderarse de su ciudad. Una mitad es del Betis, que está en Segunda División, mientras que la otra mitad es del Sevilla. El mismo Antonio, como hincha del Sevilla, reconoce que hay una innegable ri-validad, pero la encuentra “muy graciosa”. Para ellos, el amor y el aprecio que sienten hacia el fútbol pesan más que la rivalidad de sus equipos.

Lo cierto es que es muy positivo que el equipo se lleve tan bien, pues la liga es un gran compro-miso. Puede que tengan que viajar juntos a ciuda-des como Madrid, Jaén o Marbella para competir. Aunque se rién mucho, Antonio dice que cada uno se toma con seriedad su puesto. Rafael Uclés, por ejemplo, dice que a pesar de que las rodillas le duelen a menudo, aún trata de jugar todas las semanas. Aunque aquel “No somos profesiona-les” parece ser un mantra, también dicen que todavía se preocupan por jugar lo mejor posible y ganar los partidos. Sin embargo, hay algunos cracks auténticos entre ellos. Luis Barriga juega en el equipo nacional de notarios españoles, y Es-teban Areta, cuyo padre jugó en el Betis y su tío en el Sevilla, formó parte del segundo equipo del Betis a comienzos de los años ochenta.

Su devoción por el deporte es evidente cuan-do se sientan fuera y hablan durante horas de sus equipos favoritos, recordando con nostalgia los partidos y comparando estrategias. Sin em-bargo, el grupo también muestra la amistad y los lazos que los unen. “No sabría decir por qué está aquí cada uno del equipo. A algunos, simple-mente les gusta el fútbol y tener la oportunidad de jugar aún a sus edades; para otros, puede te-ner más que ver con el equipo y la amistad que conlleva. Pero por lo que a mí respecta... debo decir que lo hago por ambas razones”, confiesa Antonio. “Es una mezcla perfecta”. Aunque éste Krankl no juegue por los jugosos sueldos de su homólogo austríaco, el fútbol le ha proporciona-do algo mucho más valioso: una familia fiel.

Una familia hecha de fútbol

Correr detrás de un balón ha aportado a un grupo de veteranos algo más valioso que los jugosos sueldos que reciben las estrellas: una amistad muy duradera.

17trenamiento más especializado y profesional en el fútbol juvenil, donde la escuela del FC Barce-lona es el mejor ejemplo. No es coincidencia que muchos de los jugadores que ganaron el Mundial procedieran de este club catalán.

España también tiene un juego más com-pleto y equilibrado que en el pasado. “Los juga-dores de la actual selección nacional son más racionales y técnicos que los de los anteriores equipos”, explica Santiago Salas de Vega, “y eso se puede ver en la forma de jugar juntos, en la rapidez y precisión con la que se pasan el balón de jugador a jugador”.

El momento de la victoria en Sudáfrica no es ninguna coincidencia. Forma parte de la transición evolutiva de España de un antiguo y tradicional país del pasado a uno moderno. “Es-paña ha atravesado un proceso de moderniza-ción y ha cambiado mucho en los últimos 30-40 años…”, explica Juan Rivera, director del Institu-to Europeo de Liderazgo y profesor de Liderazgo y Cultura Empresarial Internacional en la Univer-sidad Pablo de Olavide de Sevilla. “En el pasado España era subdesarrollada, pero ahora España se ha puesto al nivel del mundo, y emerge como un país moderno y una potencia mundial. La se-lección nacional actual refleja esta transición”.

En el pasado, España seguía un modelo en el que tener el mejor equipo significaba tener todos los jugadores estrella. Ahora el fútbol español da menos importancia a los jugadores individuales y más al poder y la fuerza que hay tras un equipo unido. Estos valores y otros simbolizados por el equipo, como la precisión y eficiencia, han ser-vido de ejemplo para otros sectores de la socie-dad española. “El mundo ya es más global y más

diverso y las grandes empresas de España se están dando cuenta de que necesitan ser más competitivas y hacer negocios de forma diferen-te”, afirma Juan Rivera. “En los negocios, como en el fútbol, el modelo ha cambiado, pasando del individualismo a subrayar la colectividad”.

La victoria de España en el Mundial también coincide con un nuevo sentido de solidaridad. En varias comunidades autónomas del Estado el nacionalismo y el regionalismo son fuertes y la gente siente normalmente más orgullo por su región que por su país. “Aunque ganar el Mun-dial y ser campeones del mundo es un éxito muy importante para el equipo, creo que el logro más importante ha sido la mayor unidad de España a partir de esta victoria”, comenta el periodista Salas de Vega. “Le dio a todos el sentido de que tenían algo en común, sin importar si eran vas-cos o catalanes o gallegos”.

Esta nueva unidad también significó que algo que normalmente había sido una extraña visión roja y amarilla en las calles de España de repente se generalizara. “Por primera vez se usó la ban-dera de España como símbolo del país y como una señal de orgullo y patriotismo”, explica el profesor Juan Rivera. José Molina, un fan, presu-me de su recién descubierto patriotismo descri-biendo qué hicieron después de ser campeones del mundo: “Mis amigos y yo nos pintamos la cara con la bandera de España y nos pusimos la bandera en el cuello”.

La victoria en el Mundial no podría haber lle-gado en un mejor momento para España. Rivera describe el sentido general de desilusión antes del campeonato: “En julio, casi todo iba mal con Zapatero, con la economía en una situación tan

lamentable… pero esta victoria del equipo na-cional fue como una bocanada de aire fresco para España; al final algo había salido bien”. En medio de la crisis económica, la victoria en el Mundial alentó a los españoles, impulsando a los que tenían un empleo a seguir trabajando duro y motivando a los desempleados a seguir buscando trabajo. “La selección nacional fue una inspiración para la gente”, comenta Rafa Paz. “Demostraron que con mucho esfuerzo y determinación la gente normal pueden conseguir grandes cosas”.

Estamos en el minuto 116 de la final en el estadio Soccer City de Johannesburgo. España y Holanda se disputan el título de nuevo cam-peón del mundo. Con el marcador a cero en la segunda parte de la prórroga, cualquiera podía ganar. Cuando España se cuela en la defensa holandesa la afición española vitorea más alto, animando a su equipo a hacer lo que nunca ha hecho antes. El número 22, Jesús Navas, tiene el balón y lo lleva por el campo, pasándoselo a la izquierda a Fernando Torres, quien recibe el balón y pasa rápidamente al centro. Un defen-sa Holandés intenta bloquearle el paso pero el número 10, Cesc Fabregas, rápidamente coge el rebote, buscando una oportunidad. Ve a An-drés Iniesta a su derecha y se lo pasa. Iniesta hábilmente controla el balón con el pie derecho y lanza. El portero Holandés se tira a por el balón cuando este salta hacia la meta, pero el balón pasa justo bajo su mano, convirtiendo a España en los nuevos campeones del mundo. Con ese gol histórico, brotan las lágrimas en los ojos de Rafa Paz: “Por fin hemos ganado.”

Inolvidable: minuto 116 de la final de Johanesburgo. Andrés Iniesta bate al portero holandés Maarten Stekelenburg. España es Campeona del Mundo. / REUTERS

Arriba: Club Náutico, 1980. De izquiera a derecha (de pie): Suso, Alberto, Javier, Pedro y Félix; (agachados): Pepe, Manolo, “Bigote” Morales, Krankl (con la pelota), José Miguel y Marcos. Abajo: Krankl el pasado noviembre en el mismo lugar. / cedidas por J.A. DÍAZ

Mary Kate Hulltraducción de Marina Caballero

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“Subiendo las escaleras para recibir la copa, lo que me vino a la mente fueron los años

que había pasado jugando al fútbol profesional, mi familia, mi esposa Begoña y nuestras dos hi-jas. Fue en ese momento cuando empecé a valo-rar lo que mi familia se había sacrificado por mí”, comenta Juan Manuel Cobo, capitán del Real Betis en 1977.

El trofeo que se disputaba esa noche en el estadio Vicente Calderón de Madrid era la nueva Copa del Rey, el torneo de fútbol más importante de España junto con la Liga. El rival, el Athletic de Bilbao, era un club famoso por haber gana-do este campeonato 23 veces. “Fue un partido muy complicado. Los del Athletic, mucho más fuertes, eran los favoritos y siempre se llevaban la copa”, señala Juan García Soriano, alero dere-cha del Betis en la final.

Óscar Ceballos, editor de más+menos y gran fan del Betis, lo recuerda así: “Yo debo haber visto su fotografía posando en el campo justo antes de ese partido un millón de veces. Creo que todos los béticos conocen de memoria los nombres de aquellos jugadores y la posición exacta de cada uno de ellos en esa histórica fotografía. Por algu-na razón, García Soriano es el único que sonreía de entre todos los jugadores. Está casi riéndose, como si no se tomara el partido en serio o como si estuviera seguro de la victoria. El resto de ju-gadores parecen tan serios, como si fueran pre-sidiarios en una rueda de reconocimiento. Quizá demasiado preocupados para confesarlo”.

“No pude jugar en ese partido y sufrí mucho, especialmente al ver la tanda de los arrebatado-res tiros de penalti”, apunta Rafael Gordillo, ju-gador estrella del Real Madrid y de la selección española en los años ochenta, y el jugador más importante en la historia del Real Betis, según muchos. Con apenas veinte años en esa época, Rafael Gordillo había jugado partidos en la Copa de 1977 con el segundo equipo del Betis, por lo que no pudo jugar en ese campeonato con el primer equipo.

“Era un día muy caluroso”, recuerda Joaqui-na Pina, una aficionada que viajó a Madrid para ver el partido en directo con su marido, Enrique, y unos amigos, Manolo y Maruja.

El Athletic tomó la delantera en los primer-os minutos con un gol de Carlos, pero el Betis igualó el partido en la primera mitad con López, que cogió el rebote fuera de póster después de un tiro libre de Julio Cardeñosa, centrocampista y estrella principal del equipo.

“El principal problema del Athletic era que comenzaba el partido muy seguro de una vic-toria. Los hinchas vascos habían apostado en-tre ellos a ver cuántos goles iban a meternos”, afirma Cobo. “Sabíamos su modo de pensar y eso nos empujó a jugar más duro”.

“Nuestro equipo iba buscando un gran resul-tado contra un rival muy experimentado”, explica Gordillo.

La prórroga fue un reflejo de lo que había ocurrido durante el tiempo reglamentario del partido, ya que el Athletic de Bilbao tomó la del-antera una vez más con un tanto de Dani. Sin em-bargo, cuando todo apuntaba a ser el final para el Betis, López consiguió el control del balón y anotó otra vez para su equipo, empatando 2 a 2.

Para sorpresa del Bilbao, el Betis jugó con todas sus fuerzas a lo largo del partido, lo que empezó a arruinar los planes de cualquier cel-ebración. “Sus aficionados y el equipo ya habían sacado merchandising diciendo que eran los campeones”, comenta Joaquina, que también recuerda que allí había muchos más hinchas del Bilbao. Pero puntualiza que, fuera del estadio, toda España estaba al lado del Betis. Al entrar en Madrid ondeando la bandera verdiblanca del Betis, Joaquina recuerda cómo pitaban los taxis-tas para apoyarlos, y en el bar donde pararon para almorzar les dieron cerveza gratis.

El ganador se decidiría en uno de los más emocionantes disparos de penalti de todos los tiempos, en el cual Esnaola, el guardameta del Betis, llegó a ser un héroe para siempre. El úl-timo disparo del Betis en la primera ronda fue de su mejor jugador, Cardeñosa, pero lo envió a la derecha, justo fuera de la portería. Dani, el especialista del Bilbao, tenía posibilidades de ganar. Bajo mucha presión, Esnaola para el balón. Los penaltis continúan hasta que haya un desempate. Sabaté y Amorrortu marcan, empa-tando otra vez 5-5. Tras dos penaltis fallidos por el Betis y el Bilbao, Esnaola tira el octavo penalti para el Betis y marca. Alexanco del Bilbao tam-bién anota y de nuevo empate 6-6. Eulate marca para el Betis y Esnaola para el tiro de Rojo, pero el árbitro ordena que se repita y aquel marca esta segunda vez. De nuevo hay empate. Finalmente Iribar, el legendario guardameta del Athletic y de la selección española, está listo para lanzar. Es-naola, vasco como el mismo Iribar, adivina la in-tención de su colega guardameta y para el balón. ¡El Real Betis gana!

“Cuando ganamos la primera Copa del Rey, estaba en las nubes. Fue increíble, pero ocurrió de verdad”, comenta Rafael Gordillo, cuya del-gada figura con ropa de calle recuerdan todos los fans del Betis cuando corría a través del campo del estadio Vicente Calderón después del partido. Verdadero devoto de su club y una vez consid-erado el mejor alero izquierda del mundo, Gordillo nunca carece de generosidad a la hora de hablar de su equipo. Por ejemplo, el hecho de que acaba de aceptar la arriesgada tarea de convertirse en el próximo presidente del Real Betis Balompié no le impidió dedicar una hora de su tiempo a compar-tir sus recuerdos de ese día con nosotros.

Manolo, Maruja, Joaquina y Enrique única-mente viajaron a Madrid con la idea de ver el par-tido y disfrutar del viaje, pero para su sorpresa se marcharon de la capital de España con mucho que celebrar.

“La manera en que la ciudad entera nos re-cibió a nuestra vuelta fue verdaderamente im-presionante, un momento histórico. Cuando nos bajamos del avión había unas 15.000 personas para celebrarlo con nosotros”, recuerda Cobo.

Pavimentando el camino en verdiblanco

Muchos aficionados y jugadores nunca olvidarán el 25 de junio de 1977 en el estadio Vicente Calderón de Madrid, cuando el Real Betis Balompié, que tenía menos posibilidades, sorprendió a todos los españoles al ser el primer equipo que ganaba la Copa del Rey después de un largo y agonizante partido contra el Athletic Club de Bilbao.

“Se vive la victoria en medio del entusiasmo y la celebración, pero de hecho no lo asumes hasta años más tarde”.

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Secuencia de la final: 1. El Himno Nacional; 2. Carlos marca el 1-0 para el Athletic; López marca el 2-2; 3. El portero bético, Esnaola, lanza el octavo penalti; 4. Iribar y Esnaola se saludan antes de que Iribar tire el último penalti; 5. Benítez rompe a llorar. García Soriano, Del Pozo y Alabanda con él; 6. Los béticos reciben a los campeones en la Plaza Nueva de Sevilla. / ABCArriba: el portero del Betis, José Ramón Esnaola, detiene el penalti lanzado por Iribar. El Betis gana la I Copa del Rey. / ABC

Jennifer Ríostraducción de María José de Castro

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El Betis posa antes del encuentro. De izquierda a derecha: de pie —Iriondo (entrenador), Esnaola, Bizcocho, Biosca, Sabaté, López y Cobo (capitán); agachados —Montiel (masajista), García Soriano, Alabanda, Mejido, Cardeñosa y Benítez. / CORREO DE ANDALUCÍA

En la década de los treinta, el Betis tuvo al-gunos años estupendos, para bajar luego a

tercera división en 1947 durante una década. El equipo finalmente regresó a segunda división en 1954. Tras la Copa del Rey de 1977, el Betis compitió en la Copa de Campeones de la UEFA llegando sorprendentemente a los cuartos de fi-nal después de eliminar al todopoderoso AC Mi-lan. Ese mismo año, el equipo es relegado otra vez a segunda división después de una penosa

campaña en la Liga Nacional de Primera Divi-sión. Esta es la naturaleza contradictoria de un club que se jacta del embarazoso honor de ser el único en España en haber ganado los títulos de primera, segunda y tercera división.

Tras esa victoria de 1977, el Betis ha baja-do a segunda división en varias ocasiones: en 1978 durante un año, en 1989 durante otro año, en 1991 durante tres años, en 2000 durante un año y desde 2009 hasta la actualidad, aunque el

equipo ha disfrutado también de algunas tem-poradas memorables en primera división des-de entonces. En 2005, el Betis regresó a lo alto para ganar al Osasuna en la Copa del Rey en el Vicente Calderón, el mismo lugar donde había ganado 28 años antes. En 2006, el Betis llegó a ser el primer equipo andaluz en jugar en la Liga Europea de Campeones. Ahora que están liderando la Segunda División, los béticos creen que el próximo año volverán a la élite.

La Copa del Rey fue creada en 1903 para ce-lebrar la coronación de Alfonso XIII. Ha te-

nido varias denominaciones, pero oficialmente recobró el nombre de Copa del Rey después de que la dictadura de Franco terminara en 1975. El Fútbol Club Barcelona ostenta la mayoría de las victorias ,25 en total, seguido por el Athletic de Bilbao con 23, y el Real Madrid con 17. El Betis la ha ganado dos veces, mientras que su rival de la ciudad, el Sevilla FC, ha ganado cin-co veces y es el campeón actual.

En este momento compiten 83 equipos: to-dos los de Primera y Segunda División, los me-jores de la Segunda División B y los campeones de la Tercera División, siempre que no sean el segundo equipo de ninguno de los anteriores.

Los altibajos del Betis en su historia, antes y después de aquella final

Algunos datos sobre la Copa del Rey

“Tardamos más de dos horas para poder llegar a nuestro estadio”. El entusiasmo de ese día está aún vivo en el recuerdo del equipo que él capitaneó. Buena parte de aquellos jugadores, la mayoría de los cuales procedían de diferentes partes de España, se quedaron en Sevilla al ter-minar su carrera futbolística y mantienen un es-trecho contacto incluso hoy. Al final de cada mes, se reúnen en alguno de sus restaurantes favoritos para ponerse al día y de vez en cuando rememo-ran el partido que cambió sus vidas para siempre. “Se vive la victoria en medio del entusiasmo y la celebración, pero de hecho no lo asumes hasta años más tarde”, explica García Soriano.

Óscar Ceballos recuerda vivamente el día de la final y la posterior celebración. “Yo tenía entonces once años. Mi madre me llevó al Ayun-tamiento para unirnos a los miles de béticos que recibían a su equipo ese día. Mis tíos me lleva-ban cada dos domingos a ver los partidos del Betis. Ese era mi equipo, de cuyos jugadores siempre me acuerdo”.

Gordillo recuerda las razones clave para el éxito de 1977: “El compañerismo y el vínculo dentro del vestuario. Estábamos muy compen-etrados. Además de ser compañeros de equipo, éramos buenos amigos”.

Óscar Ceballos recuerda que vio el par-tido en casa con sus padres y con su hermano

menor David. “Teníamos una pequeña televisión en blanco y negro, y la señal era muy mala. El partido se prolongó tanto que mi hermano se durmió durante la prórroga”, comenta con nos-talgia. “Nada será nunca tan emocionante como aquellas dos horas y media de partido. Al Betis lo habían desbancado tantas veces esa noche que al final, cuando Esnaola paró el último tiro de penalti de Iribar, sentí que había ocurrido al-gún tipo de milagro. Incluso a día de hoy, siento lo mismo”, subraya Ceballos. “La segunda copa del Betis de 2005, o el triunfo de España de este año en la Copa del Mundo, no son comparables con ese momento. Supongo que las cosas nun-ca vuelven a ser las mismas una vez que creces”.