Ábner Matías Mayorga Lainez

Título de la obra:

Las aventuras de Unai

Autor:

Ábner Matías Mayorga Lainez

Institución:

Unidad Educativa Fiscal Prof.

Washington Yánez Alomoto

Ábner Matías Mayorga Lainez

Las aventuras de Unai

El bus partió del terminal terrestre de la ciudad de

Guayaquil, Unai iba junto con Danseli para este

viaje hacia el Oriente ecuatoriano donde los

esperaba Pavlovski, un excursionista ruso que,

impresionado por la belleza de esta región se había

radicado en nuestro país hacía muchos años atrás.

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Aunque ya habían llegado al terminal de Sucumbíos,

Unai no salía de su asombro, y es que nunca antes

había visto plantas y animales tan hermosos como

los que vio en el recorrido.

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Pavlovski los puso al tanto de lo que pasaba en este

paraíso tropical.

En el trayecto a la hacienda de su abuelo Tito, ellos

se encontraron con un bosque devastado por la tala

irresponsable de madereros, en ese mar de

escombros vieron muchos animales muertos.

Al ver tal destrucción del ecosistema, Danseli se

abrió paso para buscar animales a los que pudiera

ayudar, luego de veinte minutos de ardua labor

alcanzó a escuchar un quejido lastimero que se

perdía por el ruido de las aves, Danseli buscó entre

los escombros y encontró el origen de los quejidos,

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un monito que estaba atrapado bajo una rama,

Danseli se enterneció al ver al animalito.

Danseli: Te llamaré Abma, que significa último.

-Te voy a cuidar, te prometo que voy a encontrar

un lugar bonito para que estés a salvo.

El monito quiso ir con ellos, porque estaba muy

agradecido con ellos.

Al medio día, después de una mañana muy cansada

finalmente llegaron donde el abuelo Tito.

Abuelo Tito: Unai… ¡qué sorpresa hijo! has llegado

pronto, pensé que ibas a llegar mañana, pero no

importa, les haré una cena muy rica.

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Co-co-co… ¿qué no me vas a presentar a tus

amigos?

Unai: Mira abuelito, él es Pavlovski es un

excursionista, nos ha guiado en todo el camino.

Pavlovski: Me da mucho gusto conocerlo señor, he

oído varias historias sobre usted.

Unai: Ella es mi amiga Danseli, es ecologista.

Danseli: Mucho gusto señor.

Unai: Y él es nuestro amigo Abma, un monito que

perdió su hogar por la tala de árboles de los

madereros.

Bueno abuelo ¿dónde dejamos nuestras cosas para

poder descansar antes de la cena?

Abuelo: Por favor lleven sus cosas al último cuarto.

Unai: Ok abuelo.

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Al día siguiente, Unai, Danseli y Pavlovski salieron

de excursión, para conocer el origen del agua

verdosa que enfermaba a las personas y animales

de la zona.

Cuando iban caminando, se tropezaron con un

estanque artificial rebosando de unas algas

verdosas mal olientes.

Pavlovski: ¡Oh no! desde esta vertiente fluye

esto asqueroso.

Unai: Amigos, tengamos cuidado al caminar, este

lugar es algo inimaginable por la contaminación

que hay.

Danseli: Me da pena ver tantos peces muertos en

el agua.

Abma… no tomes esa agua que te puedes

enfermar.

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Pero, adentrándose en las profundidades de la

selva ¡oh! se encontraron con una industria

clandestina.

Unai: ¡Esperen chicos! encontré el problema de la

contaminación.

Observen hacia allá.

Pavlovski: No puede ser, una fábrica en medio de

la selva.

Danseli: Es por eso que las autoridades no han

podido llegar hasta acá.

Mira a Abma está aterrado…. Parece que él si

conocía de este lugar.

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Unai: Hay que avisar a las autoridades para

que resuelvan el problema.

Pavlovski: Vengan.

Al acercarse, de pronto llegaron unas

personas.

Unai: ¿Quiénes son ellos Pavlovski?

Pavlovski: Agárrenlos.

Ja ja ja casi te sales con la tuya Unai,

pensaron que era un excursionista, pues no,

yo soy el dueño de la fábrica.

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Unai: ¡Qué! pero cómo, ¿por qué te hiciste

pasar por un excursionista?

Pavlovski: Para que nadie sospechara que yo

soy el dueño de esta grandiosa fábrica.

Unai: Pero nosotros confiábamos en ti.

Danseli: ¡Porqué nos haces esto!

Pavlovski: Porque lo único que quiero es que

esta fábrica esté bien, porque me da mucho

dinero.

Ahora llévenselos al camión.

Abma se había ido al bosque en busca de

comida, cuando regresó ya no estaban sus

amigos, asustado empezó a buscarlos.

Unai había dejado un rastro de pequeñas

piedras brillantes que encontró en el bosque,

así Abma podría encontrarlos.

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Abma siguió el rastro de Unai, hasta que los

encontró.

Abma sigilosamente fue desatando las

cuerdas que tenían Unai y Danseli.

Unai y Danseli: ¡Gracias Abma!, te queremos

amigo.

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Se deslizaron con mucha precaución, pero

Unai al pisar una rama hizo que Pavlovski se

diera cuenta que se estaban escapando.

Pavlovski: ¡Se escapan!

Unai: ¡Corran!

Unai, Danseli y Abma corrieron mucho hasta

que los perdieron entrando en un gran árbol.

Danseli: Los perdimos, ahora qué hacemos.

Unai: Ya sé.

Hagamos una trampa con la red que tengo en

mi mochila dijo Unai.

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Unai, Danseli y Abma lograron hacer una

trampa, Abma recogió unas hojas y con ellas

escondió la red que estaba en el piso.

Unai valientemente fue a llamarles la

atención a Pavlovski y sus hombres.

Unai: ¡Vengan bribones!

Unai logró llamarles la atención, así que

corrió lo más que pudo hasta la trampa,

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Danseli estaba en posición para jalar la

cuerda, Unai llegó donde estaba la trampa.

Unai: ¡Jala la cuerda Danseli!

Unai: Bien lo logramos, bien hecho.

Danseli: Lo logramos, gracias Abma.

Pavlovski: No puede ser, Unai esto lo

pagarás.

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Unai: Esto te pasa por dañar el medio

ambiente, bajémoslos.

Unai llamó a la policía ambiental y les contó

con lujo de detalles lo que había sucedido,

por las características que les dio se dieron

cuenta de que se trataba de una persona a la

que le seguían la pista por acusaciones de

delitos ambientales.

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Policías: Buen trabajo, sino fuera por

ustedes hubiera sido muy difícil encontrar

este lugar.

Arréstenlos -dijo el jefe de policía.

Unai, Danseli y Abma regresaron donde el

abuelo Tito después de su gran aventura,

Unai le contó lo que había sucedido, el abuelo

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Tito se sorprendió de lo que había pasado,

nunca pensó que Pavlovski fuera malo.

Unai y Danseli encontraron un lugar donde

Abma pudiera vivir, como él ya no podía

escalar ni subirse a los árboles entonces lo

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llevaron con una amiga que trabajaba en un

zoológico, así estaría protegido.

Ya habían llegado al lugar, pero Unai y

Danseli estaban tristes porque su amigo

Abma se iba.

Unai: Te vamos a extrañar Abma.

Danseli: Te queremos Abma, vamos a venir a

saludarte todas las veces que podamos.

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Unai y Danseli: Adiós querido amigo.

Abma estaba un poco triste por dejar a sus

amigos, pero a la vez se sentía contento por

su nuevo hogar, en el que encontraría otros

animales como él.

FIN