AUTONOMÍA 99

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Quincenario dulcero para La Jornada Aguascalientes | #99 | Editor: Francisco Trejo Corona | Sí hay y bien -> autonomia.lja.mx HOY SÍ NOS LEERÍA SETH COHEN Anteriormente si alguien confesaba que leía cómics a pesar de haber dejado años atrás la adolescencia, se le consideraba un freak. Por eso se volvió cos- tumbre entre los lectores adultos que se atrevían a confesar su gusto por las historietas el citar títulos como Watchmen (Moore/Gibbons), o Dark Knight Returns (Miller). Si el lector adulto quería ir más allá y justificar la legitimidad literaria de sus cuen- titos citaba un par de textos académicos que presen- taban un análisis serio de los cómics: Apocalípticos e integrados, de Umberto Eco, y Para leer al Pato Donald, de Dorfman y Mattelart. En el primero, el autor italiano esbozaba un extenso estudio sobre el mito de Superman, además de un ingenioso ensayo sobre Charlie Brown, así como la disección de una página de historieta (Steve Canyon), firmada por Milton Caniff. Mientras que el segundo se solaza en criticar las falacias que representan los personajes de Walt Disney. En medio de esos extremos está el lector de cómics inteligente pero incomprendido. Aquel que cita entre sus lecturas de cabecera desde: Álbum europeo (El garaje Hermético, Valentina, Corto Mal- tes), Comix Underground (Fritz the Cat, American Splendor, Binky Brown meets the Holy Virgin Mary), Cómic Independiente (Love & Rockets, Yummy Fur, Optic Nerve), Novela gráfica (Maus, Ghost World, Operación Bolivar), y cómics de la línea Vertigo. Haciendo un poco de historia, y nuevamente con Alan Moore como punta de lanza. Tenemos que a mediados de los ochenta DC Comics, la que publica Superman y Batman, decide revivir viejas franqui- cias, entre ellas Swamp Thing (La cosa del Pantano). El gran y peludo Alan Moore sólo requirió de 40 números para redefinir cómo se debía hacer el cómic mensual americano. En parte historieta de horror y bajo el apelativo de “suspenso sofisticado”, puede apreciarse en esta serie, exquisitamente dibujada principalmente por talentos como: Steve Bissette, John Totleben, y Rick Veitch, las tribulaciones que vive la criatura del pantano, desde su macabro na- cimiento, pasando luego por su fase adolescente, en la que encuentra el amor en Abby Cable (una belleza de cabello blanco), hasta alcanzar la serenidad de la madurez, similar a las etapas que experimenta el ser humano. De esta saga se desprende la carismática figura del mago londinense John Constantine, cono- cido por muchos gracias a una mala adaptación es- telarizada por Keanu Reeves, que posiblemente pase al olvido gracias a una nueva serie de TV próxima a estrenarse. Sobre Constantine sólo hace falta seña- lar que luego de su paso por la miniserie American Gothic, en la que a su manera entrena al elemental que alguna vez llevara el nombre de Alec Holland y que todo mundo conoce como Swamp Thing, fue tan del agrado del público que al poco tiempo se le dio serie propia: Hellblazer, la cual sólo duro 300 números. Actualmente se publica en nuestro país como serie mensual, a partir de la edición 41 de la numeración americana, se trata del arco argumental “Hábitos peligrosos”, en el que John está a punto de sucumbir al cáncer pulmonar y su última opción es engañar al primero de los caídos para que lo cure de ese mal. Pero esas no fueron la únicas series precur- soras del sello Vertigo. Imprescindibles de mencio- nar Shade the Changing Man (Milligan/Bachalo), creación del mítico Steve Ditko (a quien debemos la parte gráfica del primer Spider Man), Animal Man (Morrison/Truog), que cuenta la historia de Buddy Baker, el más real de todos los superhéroes, y Sandman (Neil Gaiman), la razón de considerar al cómic como el noveno arte, y del cual prefiero no decir nada, pues considero que merece un artículo aparte, excepto que a 25 años de su irrupción en el cómic americano está por publicarse el primer tomo en México. Sin duda un acontecimiento por demás histórico. Luego de que estas series llevaran unos años publi- cándose bajo la advertencia: “sugerido para lectores maduros”, se les agrupa bajo el subsello Vertigo Co- mics. En agosto de 1995, aparece Preacher, después de Sandman, se vuelve el estandarte de la editorial. Aparentemente se han puesto de moda los cómics gracias a Hollywood. Series como The Big Bang Theory nos muestran que es genial ser Geek. Apa- rentemente; pues sigue siendo necesario legitimar que las historietas pueden ser una lectura seria. Como decía al principio de este artículo, para jus- tificar que se leen cómics algunos citan Watchmen, otros mencionan Para leer al Pato Donald, yo sim- plemente digo que leo Preacher. ¿Y de qué trata? Escrito por Garth Ennis y dibujado por Steve Dillon (ambos irlandeses), en un tono entre Western y Road Movie, Preacher nos cuenta la historia del reverendo (padre o pre- dicador) Jesse Custer, justo en el momento en que vive una crisis de fe. Un domingo por la mañana, en plena misa, irrumpe en la iglesia una ráfaga de energía que calcina a todos los feligreses y se posa sobre el reverendo Custer, quien al volver en sí se da cuenta que ha sido poseído por un espíritu llamado Génesis (nacido de la relación carnal entre un Ángel y una Diablesa), tan poderoso como Dios, al grado de que éste abandona su trono en los cielos y se oculta en la tierra, y que le otorga a reverendo el don de “la palabra”, permitiéndole controlar el alberío de las personas. Para ese momento el predicador se reen- cuentra con una antigua novia, Tulip, una bella rubia metida a asesina a sueldo, y Cassidy, un irlandés que les da aventón y con quien Jesse hace amistad —más tarde descubrirán que es un Vampiro—. Ambos per- sonajes seguirán a Jesse Custer en su búsqueda de Dios, para reclamarle al bastardo por abandonar a su creación. Más allá de lo irreverente de la trama y sus estrambóticos personajes, basta mencionar a: Caradeculo (Assface), que quedó con el sex appeal de rockstar luego de intentar suicidadse emulando a su ídolo Kurt Cobain, el Santo de los Asesinos, Herr Starr, o la fantasmagórica figura sin rostro que sólo Jesse puede ver como si se tratara de Tyler Durden, pero en este caso no es otro que el Duque, John Wayne que se refiere a Custer como “Peregrino”; lo que hace de Preacher una lectura fascinante es la búsqueda de cada personaje, y el cómo son construi- dos por Ennis, dotando a cada uno de la humanidad que muchos seres de carne y hueso no llegan a po- seer. En apariencia Jesse Custer puede parecer el típico macho americano “white trash”, pero en rea- lidad es un tipo leal, amigo incondicional, que lucha contra la injusticia, y vive perdidamente enamorado de una sola mujer, con la cual vive una de las más épicas historias de amor que se haya narrado en los cómics. Llega por fin a México el primer volumen. Los iniciales doce capítulos (en una épica de 66 ejemplares y algunos números especiales), un tomo talla monster con más de 350 páginas. Sería un sa- crilegio perdérselo. DE VERTIGO, PREACHER Y JESSE CUSTER • A la izquierda tenemos una ilustración de los Preacher, a la derecha una de John Constantine. Ambos son íconos de Vertigo. Por J.S. Cainiz

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Quincenario dulcero para La Jornada Aguascalientes | #99 | Editor: Francisco Trejo Corona | Sí hay y bien -> autonomia.lja.mx

HOY SÍ NOS LEERÍA SETH COHEN

Anteriormente si alguien confesaba que leía cómics a pesar de haber dejado años atrás la adolescencia, se le consideraba un freak. Por eso se volvió cos-tumbre entre los lectores adultos que se atrevían a confesar su gusto por las historietas el citar títulos como Watchmen (Moore/Gibbons), o Dark Knight Returns (Miller). Si el lector adulto quería ir más allá y justificar la legitimidad literaria de sus cuen-titos citaba un par de textos académicos que presen-taban un análisis serio de los cómics: Apocalípticos e integrados, de Umberto Eco, y Para leer al Pato Donald, de Dorfman y Mattelart. En el primero, el autor italiano esbozaba un extenso estudio sobre el mito de Superman, además de un ingenioso ensayo sobre Charlie Brown, así como la disección de una página de historieta (Steve Canyon), firmada por Milton Caniff. Mientras que el segundo se solaza en criticar las falacias que representan los personajes de Walt Disney. En medio de esos extremos está el lector de cómics inteligente pero incomprendido. Aquel que cita entre sus lecturas de cabecera desde: Álbum europeo (El garaje Hermético, Valentina, Corto Mal-tes), Comix Underground (Fritz the Cat, American Splendor, Binky Brown meets the Holy Virgin Mary), Cómic Independiente (Love & Rockets, Yummy Fur, Optic Nerve), Novela gráfica (Maus, Ghost World, Operación Bolivar), y cómics de la línea Vertigo. Haciendo un poco de historia, y nuevamente con Alan Moore como punta de lanza. Tenemos que a mediados de los ochenta DC Comics, la que publica Superman y Batman, decide revivir viejas franqui-cias, entre ellas Swamp Thing (La cosa del Pantano). El gran y peludo Alan Moore sólo requirió de 40 números para redefinir cómo se debía hacer el cómic mensual americano. En parte historieta de horror y bajo el apelativo de “suspenso sofisticado”, puede apreciarse en esta serie, exquisitamente dibujada principalmente por talentos como: Steve Bissette, John Totleben, y Rick Veitch, las tribulaciones que vive la criatura del pantano, desde su macabro na-cimiento, pasando luego por su fase adolescente, en la que encuentra el amor en Abby Cable (una belleza de cabello blanco), hasta alcanzar la serenidad de la madurez, similar a las etapas que experimenta el ser humano. De esta saga se desprende la carismática

figura del mago londinense John Constantine, cono-cido por muchos gracias a una mala adaptación es-telarizada por Keanu Reeves, que posiblemente pase al olvido gracias a una nueva serie de TV próxima a estrenarse. Sobre Constantine sólo hace falta seña-lar que luego de su paso por la miniserie American Gothic, en la que a su manera entrena al elemental que alguna vez llevara el nombre de Alec Holland y que todo mundo conoce como Swamp Thing, fue tan del agrado del público que al poco tiempo se le dio serie propia: Hellblazer, la cual sólo duro 300 números. Actualmente se publica en nuestro país como serie mensual, a partir de la edición 41 de la numeración americana, se trata del arco argumental “Hábitos peligrosos”, en el que John está a punto de sucumbir al cáncer pulmonar y su última opción es engañar al primero de los caídos para que lo cure de ese mal. Pero esas no fueron la únicas series precur-soras del sello Vertigo. Imprescindibles de mencio-nar Shade the Changing Man (Milligan/Bachalo), creación del mítico Steve Ditko (a quien debemos la parte gráfica del primer Spider Man), Animal Man (Morrison/Truog), que cuenta la historia de Buddy Baker, el más real de todos los superhéroes, y Sandman (Neil Gaiman), la razón de considerar al cómic como el noveno arte, y del cual prefiero no decir nada, pues considero que merece un artículo aparte, excepto que a 25 años de su irrupción en el cómic americano está por publicarse el primer tomo en México. Sin duda un acontecimiento por demás histórico. Luego de que estas series llevaran unos años publi-cándose bajo la advertencia: “sugerido para lectores maduros”, se les agrupa bajo el subsello Vertigo Co-mics. En agosto de 1995, aparece Preacher, después de Sandman, se vuelve el estandarte de la editorial.Aparentemente se han puesto de moda los cómics gracias a Hollywood. Series como The Big Bang Theory nos muestran que es genial ser Geek. Apa-rentemente; pues sigue siendo necesario legitimar que las historietas pueden ser una lectura seria. Como decía al principio de este artículo, para jus-tificar que se leen cómics algunos citan Watchmen, otros mencionan Para leer al Pato Donald, yo sim-plemente digo que leo Preacher. ¿Y de qué trata? Escrito por Garth Ennis

y dibujado por Steve Dillon (ambos irlandeses), en un tono entre Western y Road Movie, Preacher nos cuenta la historia del reverendo (padre o pre-dicador) Jesse Custer, justo en el momento en que vive una crisis de fe. Un domingo por la mañana, en plena misa, irrumpe en la iglesia una ráfaga de energía que calcina a todos los feligreses y se posa sobre el reverendo Custer, quien al volver en sí se da cuenta que ha sido poseído por un espíritu llamado Génesis (nacido de la relación carnal entre un Ángel y una Diablesa), tan poderoso como Dios, al grado de que éste abandona su trono en los cielos y se oculta en la tierra, y que le otorga a reverendo el don de “la palabra”, permitiéndole controlar el alberío de las personas. Para ese momento el predicador se reen-cuentra con una antigua novia, Tulip, una bella rubia metida a asesina a sueldo, y Cassidy, un irlandés que les da aventón y con quien Jesse hace amistad —más tarde descubrirán que es un Vampiro—. Ambos per-sonajes seguirán a Jesse Custer en su búsqueda de Dios, para reclamarle al bastardo por abandonar a su creación. Más allá de lo irreverente de la trama y sus estrambóticos personajes, basta mencionar a: Caradeculo (Assface), que quedó con el sex appeal de rockstar luego de intentar suicidadse emulando a su ídolo Kurt Cobain, el Santo de los Asesinos, Herr Starr, o la fantasmagórica figura sin rostro que sólo Jesse puede ver como si se tratara de Tyler Durden, pero en este caso no es otro que el Duque, John Wayne que se refiere a Custer como “Peregrino”; lo que hace de Preacher una lectura fascinante es la búsqueda de cada personaje, y el cómo son construi-dos por Ennis, dotando a cada uno de la humanidad que muchos seres de carne y hueso no llegan a po-seer. En apariencia Jesse Custer puede parecer el típico macho americano “white trash”, pero en rea-lidad es un tipo leal, amigo incondicional, que lucha contra la injusticia, y vive perdidamente enamorado de una sola mujer, con la cual vive una de las más épicas historias de amor que se haya narrado en los cómics. Llega por fin a México el primer volumen. Los iniciales doce capítulos (en una épica de 66 ejemplares y algunos números especiales), un tomo talla monster con más de 350 páginas. Sería un sa-crilegio perdérselo.

DE VERTIGO, PREACHER Y JESSE CUSTER

• A la izquierda tenemos una ilustración de los Preacher, a la derecha una de John Constantine. Ambos son íconos de Vertigo.

Por J.S. Cainiz

NO TIENE LA CULPA OSCAR DE LA RENTA

Una de las polémicas laterales ge-neradas después de la Ceremonia de Grito de Independencia en Palacio Nacional, fue el vestido que usó An-gélica Rivera [sí, la Primera Dama] ya que el diseño estuvo a cargo del diseñador dominicano Óscar de la Renta. De acuerdo a una nota del sitio de la revista Quién (http://tinyurl.com/kbqpzf7), se desconoce si el vestido fue un préstamo o se compró directamente pero lo que sí se reveló fue el precio, "según el sitio en línea Polyvore, la prenda tiene un costo original de 6,290 dólares (alrededor de 83 mil pesos) y actualmente está rebajado a 2,201 (alrededor de 29 mil pesos)". El asunto tuvo repercusio-nes. Por ejemplo, incluso el blog satírico El Deforma escribió un ar-tículo titulado "22 maneras de in-vertir mejor el dinero que costó el vestido de Angélica Rivera". Un argumento muy compartido en me-dios sociales fue que el vestido no era creación de un diseñador mexi-cano, cosa que sería lógica en una noche tan importante como lo es la celebración del inicio de la indepen-dencia de nuestro país. Considero que desde que Enrique Peña Nieto llegó a la pre-sidencia, Angélica Rivera habría po-dido suavizar su imagen haciendo lo que muchas primeras damas, han hecho en años recientes: reciclar outfits. Si bien ahora mismo puede existir evidencia de que lo ha hecho, las ocasiones son contadas. La situación económica de México no es la mejor en mucho tiempo y en casos así el asunto de que la esposa del mandatario vuelva a utilizar la misma indumentaria en actos públicos ha sido una es-trategia ha sido de mucha ayuda para otros países que se encuentran en una situación similar, o incluso peor, para mostrar empatía de los gobernantes hacia los gobernados. Podemos mencionar a Kate Middleton, quien si bien no es pro-piamente primera dama, sí es una figura importante para el Reino Unido. Desde su unión con el prín-

cipe William -heredero al trono-, su estilo ha sido marcado por romper con la tradición (o más bien moda), de aparecer a cada evento con una prenda nueva, ya que suele repetir vestidos u accesorios en distintas ocasiones. Otra mujer de peso, que ha sido fanática de este estilo, es Letizia Ortiz, recientemente pro-clamada reina de España, un país que no se ha podido recuperar del desempleo y la crísis económica. In-cluso en el día de coronación de su esposo, optó por un traje sencillo, lo cual fue considerado una muestra de sensatez hacia la situación del pueblo español. Por último, está Ángela Merkel, canciller alemana quien, a pesar de no ser considerada den-tro de "las mejores vestidas" en el mundo de la moda, ha sido aplau-dida por reciclar su guardarropa sin problema alguno. Los días en que era un pecado repetir una prenda en el mundo de la moda han ter-minado. Lo que se esperaría pri-mera dama, sería que a través de su atuendo, nos diera a entender que no hay excesos, que es una esposa más, alguien como la gente común, que no tiene dinero para estrenar en cada evento al que acude. En vista de los desastres causados por el huracán Odile, hu-biera sido una excelente idea que re-pitiera un vestido, o alguna prenda, para tratar de acercarse más a los gobernados, incluso me atrevo a pensar que mínimo lo hubiera he-cho para generar empatía y buena prensa, ¿No creen? La diferencia entre una ac-triz de Hollywood a la que los dise-ñadores le prestan vestidos y joyas, es que esa actriz trabaja por eso (al-gunas más, otras menos); a la Pri-mera Dama nadie la eligió, y en todo caso, puede que ni al Presidente, a Rivera tal vez todavía no le llega la realidad ya no es actríz de Televisa para portar vestidos de miles de pe-sos.

@jannytapotter

Por Alejandra Huerta Serrano

LO QUE PUEDE DECIR UN VESTIDO

• Aquí somos muy legales y usamos la foto proporcionada por la Presidencia de la República vía Flickr

Siempre me había preguntado el porqué en todas las parodias de una oficina de Gobierno lo primero que salta a la vista es la inquietud de los burócratas por recibir un incentivo a fin de realizar lo que por norma se entiende como su obligación. Debo de admitir que el ser de Aguascalientes y estar impuesto a las costumbres bonachonas y rela-jadas de una vida sin mucha presión (afortunadamente) aún genera un impacto para quienes por una u otra razón debemos de visitar la Ciudad de México; el ruido, la basura y la agresiva forma de convivir de los “defeños” nos hace sentir como tier-nos corderillos encerrados sin sa-lida frente a una manada de lobos. En esta ocasión tuve que viajar a mi natal Minezota ( o Gran ciudad de Nezahualcoyotl) para rea-lizar un trámite que en nuestro Es-tado se soluciona depositando $70 en un kiosco sin tener que esperar más de cinco minutos para recibir un Acta de Nacimiento que por alguna razón en cada trámite que realizas en universidades y depen-dencias te piden y conservan como sí fueran artículos de colección. El viaje desde el Distrito Federal de más de hora y media me hacia pensar que me dirigía a otro mundo y efectivamente, es difícil imaginar la contrastante realidad entre El Estado de México y la Ciudad de México; no por que un Gobierno sea eficiente y otro no, sino más bien por la paradoja que representa el hecho de que quienes con su trabajo mueven a diario la metrópolis de la tolerancia, la aper-tura y las oportunidades viven en condiciones paupérrimas derivadas de servicios públicos poco más que deficientes aderezados con una ex-traña cultura de arrojar cualquier tipo de envoltura por la ventana. Arribo al Registro civil, ofi-cina triste con poca iluminación y peor circulación de aire, me dis-pongo ingenuamente a buscar el famoso kiosco y me encuentro con cinco escritorios con tres señoras y dos varones mal encarados te-cleando en sus máquinas de escribir quienes me dicen que sí quiero el acta debo de pagar $56 pesos por cada una y regresar en dos días. No podía rendirme tan fácil, pensé que alguna solución debía de encontrar así es que recurrí a ha-cerme el mártir y expuse mi foránea situación a una señora a quién lla-máremos Carmen por sus radiantes labios rojos, más bien rosas fosfo-rescentes quien portaba una cadena estilo bling bling chapeada en oro o un intento de oro, mascaba un chi-cle de plátano “motitas” y juntó a su máquina de escribir se dejaba ver

la colección completa de catálogos cklass y Andrea, tengo que recono-cer que me sentí emocionado y en una especie de sketch de la barra de humor de Televisa pues tenía frente de mi al estereotipo en persona de Godinez de la burocracia... Tal vez no debí llamarle Carmen, una ca-dena como esa sin duda no podía perderse. Carmen me miro con esa mirada que sólo alguien que ha escuchado mil veces una mentira puede hacer, creo que hasta fue la lástima lo que provocó que me di-jera: “¿Vienes de fuera?, me lo hu-bieras dicho antes, acompáñame”, sentí que mi récord intacto de no tener que ofrecer sexo a cambio de un favor había llegado a su fin, subimos unas escaleras en obra ne-gra y me volvió el color al ver que me llevaba a una especie de sala de espera donde se entregan las actas de nacimiento para quienes con paciencia dan una vuelta a la peculiar oficina dos días después. Había visto oficinas en obra negra en las cuales mientras los albañiles trabajan, los trámites empolvados se arreglan pues algunos no pueden detenerse, en esta ocasión, la obra negra llevaba meses quizá años, no había material u obreros, sólo tierra por todos lado y un tambo blanco enorme con agua estancada y rena-cuajos dentro.

-“Pásate, mira te explico, cada acta cuesta $56 y pues te la tengo ahorita en cinco minutos ya de ahí pues lo que tu quieras dejarnos”.

-Quiero dos, ¿tiene cambio de un billete de 500?

-No, pero la verdad el trámite por fuera sí te sale como en $800 por las dos actas.

En un solo día experimenté la extor-sión y el trámite más rápido de toda mi vida, en tres fases no sólo solicite un acta express que estuvo en dos minutos sino que además realice a la velocidad del pensamiento un análisis de costo beneficio dejando de lado cualquier código de ética al reconocer todo lo que implicaba volver nuevamente en dos días o contratar el servicio de gestoría en línea que costaba $867.00 por dos actas con envío incluido. Quiero pensar en una rea-lidad utópica en la que al final a pesar de haberme corrompido mi aportación servirá para terminar la construcción del Registro Civil del Municipio de Nezahualcoyotl.

@pollomunoz

EXTORSIÓN: AQUÍ LA CULPA ES DE TODOS

EL CLICHÉ DE LA BUROCRACIA SE LLAMA CARMEN

Por Christian Muñoz Robles

AGENTS OF SHIELD MEJORÓ Y MUCHOPor Francisco Trejo Corona

Hace algunos números comentábamos en /AUTONOMÍA respecto a la despedida de JJ Abrams de la nueva saga de Star Wars, con el trasfondo del monumental regreso de los estudios Disney a los blockbusters veraniegos más allá de sus clásico animados, películas animadas y producción por Pixar. El otro pilar de la casa del ratón por supuesto es el banco de franquicias nacidas en Marvel Comics y todo comenzó con préstamo gestionado por Avi Arad y Kevin Feige en sociedad con Paramount para producir Iron Man (2008). Afortunadamente Avi Arad fue despla-zado y obtuvo refugio en Sony para seguir reali-zando Spider-Man en cine, quedando así Kevin Feige prácticamente a la cabeza de la iniciativa de los Vengadores. Aunque Iron Man 2 es para algunos un tropezón [para mí es una geniali-dad], las cosas se pusieron serias en la primera del Capitán América, sin hacer de lado el de-licioso aperitivo que fue Incredible Hulk [Tim Roth es lo mejor de esa película]. Por supuesto, Thor nos mostró que hay un mundo más allá de SHIELD y la carrera por la seguridad mundial. El resto es historia. Los superhéroes en la televisión pueden sonar como un tema complicado en especial en los tiempos donde pareciera que las mayoría

de las series reconocidas vienen de presupues-tos y perfiles de televisión por cable [Game of Thrones, Breaking Bad, Mad Men, True Blood] mientras que la televisión de cadena es pen-sada para dramas menores [casi que novelas] y programa de comedia. Sin embargo, hay que recordar casos como Witchblade o Smallville en los inicios de los dosmiles o una temporada de veinticuatro capítulos de 24 [duh], Lost y Su-pernatural. A pesar del fandom, seriales como Arrow acaban con mucha gente hablando en salas, efectos especiales cuestionables y tomas cerradas para esconder la falta de acción. Si bien hubo expectativa cuando fue anunciada una serie del Universo Cinematográfico de Mar-vel e incluso sonaba bien el como la gente de a pie lidiaba con las consecuencias de los Venga-dores y SHIELD, al final más bien resultó un programa acerca de un solo equipo de la agencia internacional de seguridad en un ambiente ais-lado. No precisamente hablamos de las aven-turas de Maria Hill y el director Nick Fury. De hecho, yo llegué a pensar que el programa que acabó convirtiéndose en Agents of SHIELD más bien sería sobre los policías en Nueva York luego de la batalla contra los Chitauri que vimos en Los Vengadores (2012). Seguro ya has visto el resultado final.

El agente Coulson, a quien hemos visto desde la primera de Iron Man, es traído desde su su-puesta muerte en Los Vengadores para dirigir un equipo especial que buscará casos raros y su-per secretos alrededor del mundo. Por si fuera poco, su base de operaciones era un avión con todo lo necesario para nunca en la vida asistir en las centrales de SHIELD o si quiera ver otros especialistas de manera constante. Un show con un planteamiento demasiado limitado para mi gusto. Las críticas fueron mixtas al inicio pero daba esperanza que Joss Whedon estuviera in-volucrado (el tipo, además de dirigir Los Venga-dores, produjo Buffy por siete años) y asimismo se prometiera una dinámica de equipo similar a la vivida en Angel y la serie de la cazavampiros. Había dos grandes líneas argumentales: el mis-terio acerca de cómo regresó Coulson a la vida y una misteriosa organización que buscaba gente con poderes especiales alrededor del mundo. Al final la serie acabó por aburrir, la trama no avanzaba y los misterios nunca fue-ron tan interesantes, además de que salvo un episodio en el que limpiaban todo el desmadre que se provocó en Thor: Dark World (2013), la trama nunca se sintió demasiado Marvel. A mitad de una temporada flojísima pasó lo mejor que pudo suceder a la serie: la destrucción de SHIELD. En los eventos de la segunda película de Capitán América, El Soldado del Invierno, resulta que SHIELD siempre estuvo infiltrada por la organización terrorista HYDRA, bajo las narices de Nick Fury. Finalmente el Capi y la agente Romanoff logran desmantelar a los ma-los pero con el costo de haber revelado todos los secretos de la agencia, para que posteriormente el gobierno americano calificara a SHIELD de un fracaso y amenaza a la seguridad nacional. ¿Qué pasaría con la serie basada precisamente en la premisa contraria? Fue algo genial. Desde el episodio lla-mado T.R.A.C.K.S., la serie entró en una racha de acción e intriga que más bien debimos ver desde el principio, con tramas secundarias de-jadas de lado y encaminado el argumento en descubrir al big bad guy de la temporada. Sí, Agents of SHIELD de inmediato se volvió meri-toria y recomendable. Por cierto, si eres de los idiotas que se quejan del Netflix mexicano, deberías recon-siderarlo ya que en nuestro país tenemos la primera temporada completa disponible ahora mismo, cosa que nuestros vecinos de norte están sufriendo. La segunda temporada es-tará disponible en unas semanas y para que te pongas al corriente te recomiendo el siguiente orden de episodios: comienzas con el primero, sigues con el ocho (The Well) y pasas al trece (T.R.A.C.K.S.) hasta el final. Así te ahorras unas subtramas sosas y horrendas, para pasar directo a la acción. Insisto, si eres un fanático de las pelí-culas de Marvel, tienes que saber que Agents of SHIELD es algo muy muy bueno y debes de verla ahora mismo. Una suscripción a Netflix cuesta menos de 100 pesos al mes ¿qué esperas?

@masterq

* Edita /AUTONOMÍA desde hace 5 años y 99 números, finje que no aborrece a la bandita cada semana en un vlog dentro de Benshorts donde hace movimientos de YouTuber típico.

ALGO QUE DECIR_VIERNES 20.30 HORAS / 94.5 FM / PODCAST LJA.MX

• No son los agentes más representativos de SHIELD, pero igual funcionan. Oh y los pocos cameos de personajes de Marvel son geniales.

HIPSTERLAND: M83, INTERPOL Y TELLIER

M83 - Dead Cities, Red Seas and Lost Ghosts / Before The Dawn Heals UsMute / 2014

Luego del tremendo éxito que representó el Hurry Up, We’re Dreaming, Anthony Gonzalez, la mente creadora detrás del ambicioso proyecto de electrónica francés M83, preparó a través de su sello adoptivo en Estados Unidos, Mute, una reedición de sus primeros tres álbumes que fueron publicados entre 2001 y 2005, los cuales se encontraban fuera de circulación en el mercado a causa de la desaparición de su antigua disquera europea.

Con este lanzamiento, la agrupación que hizo de “Midnight City” un himno en las fiestas alrededor del globo, retoma clásicos de su larga duración homónimo debut, del semi instrumental y contem-plativo Dead Cities, Red Seas and Lost Ghosts y del Before The Dawn Heals Us, álbum que colo-caría al conjunto nacido en el poblado marítimo de Antibes como uno de los referentes del electro

en los últimos años. Además de la tercia editada en formato de vinil y cd que se vende por separado, se añade un EP con remezclas y lados B nunca publicados y listos para llevar. - Jonas Pals

REGRESAN LAS RESEÑAS DE DISCOS EN /AUTONOMÍA

En alianza con Ultramarinos.co @ultramarinosco

Sébastien Tellier – L’AventuraRecord Makers / 2014

El synthpop del frenchie más swagger que ha existido se vio renovado con su última entrega dis-cográfica, su sexto álbum el cual lleva extrañamente el nombre de L’Aventura, misma que se tra-duce en un recorrido conformado por capas electrónicas e infusiones de un universo bossa nova, asemejando un estilo más tropical y medianamente frutal. Sin embargo, los tonos brasileños que el compositor de larga cabellera implementó en esta grabación, se vieron minimizados por su herencia parisina innata, rodeando la placa de atmosferas de ensueño simulando a un viejo Air en su etapa del Moon Safari, como sea, Tellier nos regala una decena de temas preparados para vacacionar en alguna Riviera perdida. Recomendado si te gusta: Las paletas congeladas con sabor a piña-coco.

- Jonás Pals

Interpol - El PintorMatador / 2014

Pasaron cuatro años para que una de las agrupaciones más representativas del movi-miento indie de la década pasada estrenara disco, y es que tras el lanzamiento de un par de títulos bajo la tutela de Matador Records, la banda parece haberse escabullido a un vacío creativo desde su traslado a Capitol, no obstante, el ahora trio liderado por Paul Banks tomó el camino de regreso a los básicos, mismos que le dieron el recono-cimiento y el grado de referente que aún mantiene la melancólica Interpol. Salido de un curioso anagrama, El Pintor, es la entrega que renueva a un atropellado grupo, que con la salida del bajista Carlos Dengler, restó esperanzas a los primeros devotos de las guitarras agudas, el reverb, y la depresiva y gruesa voz de un Paul Banks a medio mo-rir, por encontrarse con un gran álbum como en 2002, año en que cientos de músicos se vieron influenciados por el revival del post punk expresado por un cuarteto nacido

bajo los rascacielos de Nueva York. Doce años después, el resultado es lo suficientemente bueno para ser Interpol. Disfrutable. Recomendado si te gusta: Vestir de gris y tomar fotografías en blanco y negro en tus trips fantaseos de artista decadente. - Uziel Palomino