Augusto Quijano Axle

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Augusto Quijano Axle, quien sin negar sus raíces dentro del movimiento moderno, se ha insertado en él con grandes logros. Es sin lugar a dudas la obra dentro de la Plaza Mayor de Mérida la que nos lleva a estas primeras reflexiones. Hay en él un desenfadado léxico del arquitecto, un deseo expreso de no atarse al historicismo que parece debe quedar imbuido en todo arquitecto yucateco. Se olvida frecuentemente que otro Augusto, este H. Álvarez era también yucateco. El apartarse de ello es una marcada insistencia. Sin embargo, el formarse y vivir dentro de un entorno de tres mil años de arquitectura da un fundamento, que bien puede pesar como un fardo o acumularse creando sólidas capas de estratos culturales, que almacenados en el inconsciente dan un definido perfil al hacer arquitectónico. Aunado a ello el bagaje cultural que ahora recibimos, nos da la posibilidad de enfrentarnos a cualquier proyecto con mayores herramientas de las que tuvieron nuestros antecesores en este campo. Esto permea en el planteamiento del proyecto de El Olimpo, desarrollado en compañía de Roberto, el gato Ancona, y quien, estamos seguros coadyuvó en el criterio que determinó la imagen final del proyecto. Como antecedente debemos recordar que la restitución del volumen faltante en la plaza mencionada obedecía a la desaparición de un antiguo edificio porfiriano conocido como El Olimpo. Histórica referencia al deseo oficial de corregir el error de su demolición, convocando a un concurso del cual salió ganador el equipo encabezado por Augusto Quijano. Las dos directrices más claras eran: dentro de lo obvio, hacer un proyecto que rompiendo con el entorno histórico de la plaza, nos diera una arquitectura de contraste en volumen, materiales y texturas. La otra línea, más compleja y de mayor riesgo era intentar la reinterpretación del volumen preexistente, que sin caer en la copia o el mimetismo nos llevara a una solución armónica, pero de un valor plástico que no desmereciera de su digno entorno. Recordemos que por años las frustradas manifestaciones de integración han caído en pobres expresiones plásticas que nada aportan y sí demeritan el entorno al cual se pretenden integrar. La realización del proyecto cumplió a cabalidad con lo que necesitaba la plaza emeritense, un volumen que reinterpreta y no mimetiza el volumen faltante. Que aporta su incorporación a la época contemporánea con una solución estructural de elementos prefabricados de gran sobriedad y calidad, logrando que el ojo neófito distinga la estratificación histórica que lejos de agredir agrada, y con un cuidadoso balance visual, tanto en su fachada a la plaza, con la continuidad de la arcada hacia su vecino, el Palacio Municipal, o continuando el ritmo de masa volumétrica en su fachada lateral a base de vanos alternados dentro de un macizo continuo. En el interior aparece una de las constantes en la arquitectura de Augusto Quijano: el círculo. Espacio central alrededor del cual se resuelven las necesidades del programa arquitectónico. Ésta hoy frecuente forma geométrica sólo en apariencia simplifica la distribución interna, porque su indefinición acentúa los puntos muertos, dificultando la identificación de accesos y puntos visuales, aún en los casos en que la siempre presente diagonal de la circulación, trate de enfatizarlos. De ahí que en los otros ejemplos presentados el círculo aparezca, grande o pequeño relleno o hueco, en alguno de los ejemplos como valor de masa enfatizando cocina y baños, ante los demás elementos compositivos.

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vida y obras del ar. augusto quijano

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Augusto Quijano Axle, quien sin negar sus raíces dentro del movimiento moderno, se ha insertado en él con grandes logros.Es sin lugar a dudas la obra dentro de la Plaza Mayor de Mérida la que nos lleva a estas primeras reflexiones. Hay en él un desenfadado léxico del arquitecto, un deseo expreso de no atarse al historicismo que parece debe quedar imbuido en todo arquitecto yucateco. Se olvida frecuentemente que otro Augusto, este H. Álvarez era también yucateco.

El apartarse de ello es una marcada insistencia. Sin embargo, el formarse y vivir dentro de un entorno de tres mil años de arquitectura da un fundamento, que bien puede pesar como un fardo o acumularse creando sólidas capas de estratos culturales, que almacenados en el inconsciente dan un definido perfil al hacer arquitectónico.

Aunado a ello el bagaje cultural que ahora recibimos, nos da la posibilidad de enfrentarnos a cualquier proyecto con mayores herramientas de las que tuvieron nuestros antecesores en este campo. Esto permea en el planteamiento del proyecto de El Olimpo, desarrollado en compañía de Roberto, el gato Ancona, y quien, estamos seguros coadyuvó en el criterio que determinó la imagen final del proyecto.

Como antecedente debemos recordar que la restitución del volumen faltante en la plaza mencionada obedecía a la desaparición de un antiguo edificio porfiriano conocido como El Olimpo. Histórica referencia al deseo oficial de corregir el error de su demolición, convocando a un concurso del cual salió ganador el equipo encabezado por Augusto Quijano.

Las dos directrices más claras eran: dentro de lo obvio, hacer un proyecto que rompiendo con el entorno histórico de la plaza, nos diera una arquitectura de contraste en volumen, materiales y texturas. La otra línea, más compleja y de mayor riesgo era intentar la reinterpretación del volumen preexistente, que sin caer en la copia o el mimetismo nos llevara a una solución armónica, pero de un valor plástico que no desmereciera de su digno entorno. Recordemos que por años las frustradas manifestaciones de integración han caído en pobres expresiones plásticas que nada aportan y sí demeritan el entorno al cual se pretenden integrar.

La realización del proyecto cumplió a cabalidad con lo que necesitaba la plaza emeritense, un volumen que reinterpreta y no mimetiza el volumen faltante. Que aporta su incorporación a la época contemporánea con una solución estructural de elementos prefabricados de gran sobriedad y calidad, logrando que el ojo neófito distinga la estratificación histórica que lejos de agredir agrada, y con un cuidadoso balance visual, tanto en su fachada a la plaza, con la continuidad de la arcada hacia su vecino, el Palacio Municipal, o continuando el ritmo de masa volumétrica en su fachada lateral a base de vanos alternados dentro de un macizo continuo. En el interior aparece una de las constantes en la arquitectura de Augusto Quijano: el círculo. Espacio central alrededor del cual se resuelven las necesidades del programa arquitectónico.Ésta hoy frecuente forma geométrica sólo en apariencia simplifica la distribución interna, porque su indefinición acentúa los puntos muertos, dificultando la identificación de accesos y puntos visuales, aún en los casos en que la siempre presente diagonal de la circulación, trate de enfatizarlos.

De ahí que en los otros ejemplos presentados el círculo aparezca, grande o pequeño relleno o hueco, en alguno de los ejemplos como valor de masa enfatizando cocina y baños, ante los demás elementos compositivos.

Otra de las constantes en las obras presentadas es la luz y la transparencia de sus volúmenes, ambos de tradición dentro del movimiento moderno, pero que Augusto adereza con las veladuras que en su arquitectura producen aleros y salientes de muros y techos, para dar una suave matiz a la luminosidad yucateca. Una osadía representa la continuidad de una corriente que parecía extinta y sólo mantenida a ultranza por las vacas sagradas, pero que un nuevo valor de gran frescura y juventud recurra a ello ratifica la gama incalculable que tiene el hacer arquitectónico.

En la premiada Casa Larga su alusión a las haciendas henequeneras da soporte a la solución lineal en agradable contraste con otra de sus obras: La Casa Corta, obvia referencia a la mínima extensión del inmueble resuelto con los mismos conceptos de transparencia y fluidez presentes en sus obras.

Son las dos obras en el centro cultural de León en Guanajuato, donde Quijano enfrenta mayores retos al insertarse dentro de un definido conjunto, a la par de establecerse una obligada comparación con su cercana colindancia proyectada por Pei.

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Muñoz, Quijano y ZoredaLa mejor arquitectura contemporánea de Yucatán

Los tres arquitectos más importantes del estado conversaron en Mérida con Su Casa. Augusto Quijano Axle, Javier Muñoz Menéndez y Jorge Carlos Zoreda Novelo hablaron de sus obras, de la ciudad, de la confluencia de su trabajo y del innegable peso de la historia.

La arquitectura yucateca vive uno de sus mejores momentos. En este estado costero, y en especial en su capital, Mérida, la estética contemporánea ha encontrado suelo fértil y ya no son sorpresa los frutos que produce. Desde hace varios años, muchos de los principales reconocimientos mexicanos a la profesión han recaído en arquitectos de Yucatán. Sus obras no dejan de llenar las páginas de las publicaciones especializadas y varias asignaciones importantes del resto de la república han llegado a sus manos.

Los arquitectos Augusto Quijano Axle, Javier Muñoz Menéndez y Jorge Carlos Zoreda Novelo son, de este grupo de profesionales, los más destacados. Quijano ha sido el encargado de abrir brecha para la arquitectura yucateca. Sus 27 años de ejercicio profesional se caracterizan por una enorme cantidad de conferencias y publicaciones tanto en México como allende sus fronteras. En una de las más recientes distinciones por él recibidas, la VI Bienal Internacional de Arquitectura de Sao Paulo le concedió el primer lugar por su proyecto Casa Larga.Otro detalle importante. Si bien su amistad data de varios años y en otras ocasiones habían coincidido en algunos proyectos, a partir de 2005 comenzaron a trabajar en conjunto una serie de proyectos con un resultado apabullante. En febrero de 2005 ganan el primer lugar en el concurso para el Teatro de la Ópera, un recinto para 1.500 espectadores en el Centro Cultural Poliforum de la Fundación Cultural Guanajuato. En marzo de ese mismo año, el equipo Quijano, Zoreda y Muñoz gana el proyecto para construir la Escuela de Artes de la Universidad de Guanajuato, también ubicada en el Centro Cultural Poliforum en León, Guanajuato. Para setiembre, siempre en 2005, obtienen el primer lugar del concurso para erigir un edificio de 19 niveles y 160 apartamentos en puerto Cancún, para GDI Grupo Inmobiliario. En mayo de 2006, participan en otro concurso por invitación. Esta vez se trata de las oficinas corporativas de Cemex Constitución en Monterrey. El resultado: primer lugar. En junio de 2006 se hacen acreedores al primer puesto del concurso para diseñar las puertas de acceso y el diseño urbano para el desarrollo de puerto Cancún. Un mes más tarde obtienen nuevamente el primer lugar en otro certamen. Se trata del diseño del Centro Comercial Mérida Norte para Hines Development México.

Quijano, Muñoz y Zoreda están escribiendo la historia de la nueva arquitectura contemporánea yucateca. Su Casa le trae los

detalles desde la propia fuente. Estas son sus palabras.

Jorge Carlos ZoredaLa pureza de la arquitectura

El arquitecto Jorge Carlos Zoreda nos recibió en su oficina en Mérida. Ahí nos habló del Museo de la Civilización Maya, del uso de la luz en su arquitectura y del trabajo con sus amigos arquitectos Muñoz y Quijano.

—¿Qué del contexto yucateco ha influido en su trabajo como arquitecto?

—El convivir con ciertos espacios, en especial las haciendas que últimamente se han rescatado ha sido importante. Aquí tenemos mucha arquitectura colonial, Izamal, Valladolid, la misma Mérida. En el caso de la precolombina si hemos convivido siempre con ella; está el caso de Chichén y Uxmal que son los más importantes.

—¿Cómo ha respondido entonces la arquitectura al clima y al sitio?

—El clima tiene mucho que ver. Lo puedes notar en la arquitectura colonial y sus espacios altos.  En los espacios altos el calor se acumula en la parte más alta y la parte baja permanece un poco más fresca. En cuanto al sitio te puedo hablar de la arquitectura precolombina; de toda esa relación entre los espacios, entre las plazas y las visuales dirigidas. Los mayas iban hacia arriba para tener la visión cosmogónica de su universo. Ellos buscaban tener una visión desde arriba de la selva, una perspectiva infinita y de relación con el cielo. Nosotros hemos tratado de manejar la luz, el azul del cielo que es muy agradable, el clima que tiene sus desventajas pero que tenemos que volver ventajas.

—¿Qué elementos se pueden reinterpretar del pasado para hacer la nueva arquitectura?

—Soy alumno fundador de la facultad de arquitectura de acá, soy de la primera generación. Parte de la formación fue en un convento que le prestaron a la facultad y que agarramos prácticamente en ruinas y se fue rehaciendo. El vivir en esos espacios todos los días, la escala que manejan, los corredores, la piedra. Todo esto de alguna manera te va sensibilizando hacia muchos elementos de la arquitectura.  Básicamente aprendés del manejo controlado de la luz, de la transición entre interior y exterior, del pórtico, del patio interior.

—Coméntenos  sobre el Museo de la Civilización Maya.

—Es un museo totalmente moderno pero está asentado sobre una gran plataforma porque queremos que la gente utilice el museo por la tarde o los días en que está cerrado. Porque es una zona de clase baja y se le quiere dar calidad a esa zona que está detrás

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del aeropuerto. Entonces pensamos que las azoteas se utilicen para actividades culturales. Queremos que el museo aún estando cerrado pueda funcionar para otras cosas. Que la gente pueda ir a pasar el día allá, que puedan patinar en las azoteas y estamos retomando los conceptos de patio, estamos retomando ideas de la arquitectura precolombina pero totalmente reinterpretadas.

—El blanco es un elemento particular de su arquitectura. ¿Por qué el blanco?

 —Eso ha sido una discusión que hemos tenido desde hace tiempo. ¿Por qué el blanco y no otro color? Por ejemplo, acá la oficina es blanca pero finalmente ves el verde del patio, ves el café de la madera, ves el azul del cielo. Todos esos materiales le van a ir dando una tonalidad diferente al blanco. Creemos, además, que el blanco es el mejor acompañante de la naturaleza. Si pones un color este va a competir. Yo de pronto meto algún color para acentuar algo pero generalmente mi arquitectura es blanca. El blanco es el que mejor rebota el sol, tiene menor absorción de calor  

—¿Está en su mejor momento la arquitectura yucateca contemporánea?

—Creo que está siendo muy reconocida en primer lugar porque es muy diferente a la de otros lugares del país. Además, hay una

labor muy fuerte de promoción que antes no se daba. El mayor reconocimiento es para Augusto que es quien más se ha

empeñado en promover la arquitectura en conferencias y que va abriendo caminos. Antes, nosotros estábamos en la cola del país.

También los medios de difusión de la arquitectura han ayudado a que se conozca y se reconozca. Así que siempre hay yucatecos

presentes en las nuevas publicaciones.

Augusto QuijanoArquitectura bajo el cielo enorme de Yucatán

Augusto Quijano es sin duda el gran maestro de la arquitectura yucateca. Desde el primer minuto de la conversación que tuvimos en su oficina en la ciudad de Mérida, lápiz en mano, nos dio una clase magistral de arquitectura contemporánea: Le Corbusier, Louis Khan, Barragán y Legorreta nos acompañaron durante nuestra conversación.

—Usted estudió arquitectura en una escuela en la que le enseñaban mucho sobre la obra de  Le Corbusier y de Louis Khan. ¿Cuán importante fue descubrir la arquitectura de esos dos grandes maestros para su formación?

—Definitivamente, cuando uno aprende, ciertos conceptos de  la arquitectura se quedan, como por ejemplo el tratamiento que Khan da a la historia, después de sus viajes por Roma y Grecia y cómo transporta eso a su arquitectura. De ahí se desprende que toda la historia forma parte de nuestra cultura contemporánea. Lógicamente, lo vamos variando y definitivamente pesa nuestro entorno: somos yucatecos viviendo en una cultura contemporánea y en un ambiente contemporáneo.

—¿Cómo acá, en su oficina?—Sí, aquí lo puede ver un poco en la oficina. El esquema de este proyecto es el mismo de una casa antigua del centro de Mérida. Hay un zaguán, hay un medio patio, en forma de C, hay un traspatio, hay un pórtico… todos elementos de la arquitectura que ha existido siempre en Yucatán.

—Ya que menciona la luz, ¿cuál es la importancia de la luz en su arquitectura?—La luz es un material tangible. Regresando a la historia, los mayas nos enseñaron mucho. Claro, yo no voy a bajar serpientes por mis muros pero sí puedo jugar con el sol. Y me doy cuenta de que la luz no es solamente la luz del sol sino la luz que puede venir de otro lado donde no está el sol, que es una luz mucho más suave, una luz de penumbra. Por ejemplo, la luz diáfana, cristalina. La luz difusa, la que entra rebotando por todos lados. Entonces, dice uno: ‘bueno, la luz es un material tangible, que puedo manipular’. Entonces ve que la luz es otro material que tenemos que manejar como tal.

—Y conceptualmente ¿cómo abordó el diseño de su oficina? —Si nos vamos a los conceptos, estamos en una oficina de trabajo, un espacio cerrado. No tiene que tener una fachada de cristal que dé a la calle. Adentro todo gira alrededor de un patio pero afuera, ya lo vio, mi interés no es vender a la calle lo que yo hago. Mi idea es muy simple, crear una serie de transiciones, hay un paseo para entrar a este lugar y hay otro paseo para salir.

 

—El clima es una variable que muchas veces se descuida a la hora de proyectar. ¿Cuál es el papel del clima en su arquitectura?            —Siento que el yucateco tiene una dialéctica del interior-exterior que llega a ser tan fuerte que hemos llegado a pensar a la hora de proyectar que hay espacios interiores que tienen sol y espacios exteriores que tienen sombra. Uno puede llegar a hacer una mezcla de eso.           —¿Es la arquitectura un arte o una ciencia?

—No se pueden meter todas estas variables de las que hemos estado hablando en una computadora y apretar un botón para que

te dé la respuesta arquitectónica. Estas son cosas que uno tiene que crear y cada vez que las creas estás produciendo en buena

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medida un acto artístico. Creo que la arquitectura tiene esa gran capacidad de ligar la naturaleza con la sociedad. Pero también

está la capacidad de ligar el lugar con la época; el espíritu del lugar es el espíritu de la época.

BIBLIOGRAFIA

http://www.augustoquijano.com/noticias.php?l=4

https://www.elhorizontal.com/blog/2012/03/06/la-arquitectura-de-augusto-quijano/

http://arqtool.blogspot.mx/2009/10/arquitecto-augusto-quijano-recopilacion.html

http://www.arqred.mx/blog/2009/08/31/arquitecto-augusto-quijano/

http://www.imcyc.com/ct2008/feb08/invitado.htm

http://www.augustoquijano.com/semblanza.php biografia

http://www.revistasucasa.com/contenido/articles/17/1/Munoz-Quijano-y-Zoreda-La-mejor-arquitectura-contemporanea-de-Yucatan/Paacuteginas1.html

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