Quijano - Polo Marginal

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  • 7/21/2019 Quijano - Polo Marginal

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    "Polo marginal" y "mano de obra marginal" Titulo

    Quijano, Anbal - Autor/a; Autor(es)

    Cuestiones y horizontes : de la dependencia histrico-estructural a la

    colonialidad/descolonialidad del poder

    En:

    Buenos Aires Lugar

    CLACSO Editorial/Editor

    2014 Fecha

    Coleccin Antologas Coleccin

    Trabajo; Estructura econmica; Economa; Mercado de trabajo; Mano de obra;Capitalismo; Marginalidad; Amrica Latina;

    Temas

    Captulo de Libro Tipo de documento

    "http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20140506023535/eje1-2.pdf" URL

    Reconocimiento-No Comercial-Sin Derivadas CC BY-NC-ND

    http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.0/deed.es

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    www.clacso.edu.ar

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    I

    La investigacin reciente sobre los cambios en

    la estructura econmica de Amrica Latina ha

    puesto de relieve dos procesos interconecta-

    dos, que implican la aparicin de contradiccio-

    nes nuevas dentro de tal estructura y cuyo de-

    sarrollo comienza a generar conflictos sociales

    importantes, con tendencias a la agudizacin.

    Se trata, de un lado, de la diferenciacin y

    del ensanchamiento de un conjunto de roles

    econmicos, es decir el mecanismo de orga-

    nizacin de la actividad econmica, que se

    caracterizan por tres rasgos principales: 1) surelacin segmentaria, y an as extremamente

    precaria, con los medios bsicos de produc-

    cin que sirven a los sectores ya hegemnicos

    * Este captulo forma parte del libro: Quijano, Anbal

    1977Imperialismo y marginalidad en Amrica Lati-

    na(Lima: Mosca Azul Ediciones) pp. 239-287; cuya pri-

    mera edicin fue en (Santiago de Chile: CEPAL, 1970).

    P *

    en la economa global y a las modalidades do-

    minantes con que dichos sectores tienden a

    desarrollarse; 2) su articulacin y subordina-

    cin indirecta y segmentaria a los mecanismos

    dominantes de organizacin econmica; 3) su

    precaria estructuracin interna.

    De otro lado, de la diferenciacin y del creci-

    miento de un sector de mano de obra y de la

    poblacin a l asociada que va perdiendo toda

    posibilidad de acceso a los roles econmicos

    que distinguen a las modalidades dominantes de

    organizacin de la actividad econmica y a los

    sectores de actividad que esas modalidades recu-

    bren dentro del sistema vigente, a medida que s-tas se desarrollan. En consecuencia, va perdien-

    do tambin toda posibilidad de relacin orgnica

    y estable con los medios bsicos de produccin

    que esos sectores y esas modalidades controlan.

    Cada uno de estos procesos corresponde a

    un diferente campo de anlisis de la realidad.

    El primero hace parte de la poblacin de los ni-

    veles en que se diversifica la estructura econ-

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    mica y de los cambios en los modos de articula-

    cin de esos niveles, dentro del sistema vigente;

    esto es, a los cambios en los modos de acumu-

    lacin capitalista. El segundo, corresponde a la

    problemtica del destino de la poblacin traba-

    jadora (mano de obra), en el curso de los cam-

    bios en los modos de acumulacin capitalista.

    Sin embargo, es fcil ver que ambos procesos

    corresponden a una misma lgica histrica y

    que son rigurosamente interdependientes.

    Aunque una discusin ms amplia de estos

    problemas puede ser encontrada en un trabajo

    previo1, es til sumarizar aqu los factores y en-granajes de determinacin de estos procesos,

    y el curso del razonamiento que pretende des-

    ocultarel significado de ellos para el desarrollo

    latinoamericano.

    L -

    La formacin econmico-social o, en otros

    trminos, la configuracin histricamente de-

    1 Vase: Quijano, Anbal 1970Redefinicin de la de-

    pendencia y proceso de marginalizacin en Amrica

    Latina(Santiago de Chile: CEPAL - Divisin de Asun-

    tos Sociales)mimeo.

    terminada de relaciones de produccin y de

    poder social y poltico que existe en Amrica

    Latina, como cualquiera otra dentro del siste-

    ma actual, se caracteriza por articularse con

    niveles muy distintos de desarrollo y por com-

    binar elementos que corresponden a instancias

    histricas distintas.

    No obstante, esos rasgos genricos del siste-

    ma global asumen en Amrica Latina formas es-

    pecficas, determinadas por los cambiantes mo-

    dos de articulacin subordinada que, desde sus

    orgenes en el siglo XVI, esta formacin tiene

    dentro del sistema conjunto y respecto de aque-llos que detentan los niveles de mayor desarro-

    llo en cada momento de la historia de este siste-

    ma. Esas formas especficas de configuracin de

    la estructura econmico-social latinoamericana,

    hacen que ella tenga un carcter dependiente.

    Sumariamente, lo anterior se expresa en las

    siguientes caractersticas principales:

    1. La combinacin entre relaciones de produccin

    capitalistas y precapitalistas, bajo la hegemona

    de las primeras y en servicio de ellas. La configu-

    racin total se mueve conducida por las primeras

    y, desde este punto de vista, esfundamentalmen-

    te, pero no homogneamente, capitalista.

    Aunque en el curso de la expansin de las

    relaciones capitalistas de produccin, las otras

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    han venido decreciendo en nmero (por ejem-

    plo, las relaciones esclavistas fueron erradica-

    das), u operan restringidas casi exclusivamen-

    te a los ms bajos niveles de los sectores pri-

    marios de produccin (como la reciprocidad

    procedente del modo andino de produccin2

    en la agricultura de subsistencia, el colonato

    o peonaje en la hacienda tradicional), o se

    han modificado en una direccin capitalista ge-

    nerando formas hbridas (como el inquilinaje

    en Chile), muchos de sus elementos siguen an

    vigentes, con mayor o menor vigor segn la ex-

    pansin capitalista en cada pas, se combinande diversas maneras dentro de la estructura

    bsica de produccin y sus efectos se hacen

    presentes en amplia medida en las relaciones

    de poder social y poltico3.

    2 El concepto de modo de produccin andino se

    propone para rescatar la especificidad histrica de lasrelaciones de produccin prehispnicas en el territorio

    del Imperio Incaico, y que no caben bajo otros conceptos.

    3 Las relaciones entre las relaciones capitalistas y

    las precapitalistas de produccin han sido, tradicional-

    mente, discutidas en Amrica Latina en dos posiciones

    tericas: la del dualismo estructural y la de capita-

    lismo solamente. La discusin tiene casi medio siglo

    ahora, aunque tuvo en la dcada que termina su ms

    intenso momento. Creo que ambas posiciones plantean

    errneamente el problema; aunque la primera sea hoy

    2. La combinacin entre elementos estructura-

    les correspondientes a etapas histricas dife-

    rentes dentro del propio modo de produccin

    capitalista, que se articulan en forma fragmen-

    taria e inconsistente.

    As, relaciones procedentes del capitalismo

    comercial colonial y poscolonial, del capita-

    la ms distante de la realidad, ambas han contribuido,

    cada cual a su modo, a oscurecer y confundir el anlisis

    social de Amrica Latina. El concepto de formacin

    econmico-social dependiente y desigual y combinada

    permite un tratamiento terico ms ceido de nuestrarealidad, a condicin de que no se lo convierta, como al

    trmino dependencia, en una especie de instrumen-

    to mgico que explica todo ahorrando la investigacin

    concreta. Es decir, a condicin de que se establezcan

    concretamente los elementos especficos que se com-

    binan, los modos cambiantes de su combinacin y los

    factores que ayudan a explicar esa combinacin. En

    verdad, no se podra entender seriamente los enmara-

    ados e hbridos procesos y fenmenos histrico-so-

    ciales en Amrica Latina, sin recurrir al carcter des-igual-combinado de esta sociedad. En particular, los

    fenmenos de clase y los problemas de Estado en estos

    pases, seran o incomprensibles o distorsionadamente

    comprensibles fuera de este marco terico. Desde este

    punto de vista no es por accidente que no disponga-

    mos todava de estudios satisfactoriamente orientados

    sobre estos problemas del Estado y las clases sociales

    en Amrica Latina. Las dos posiciones tradicionales no

    proporcionan los instrumentos adecuados para captar

    la elusiva realidad.

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    lismo industrial competitivo y del capitalismo

    industrial monoplico, se combinan (no sola-

    mente se superponen) en niveles diferentes, en

    cada uno de los niveles y en cada uno de los

    sectores de produccin.

    3. Cada uno de los sectores nuevos de produc-

    cin y cada una de las nuevas modalidades que

    aparecen como hegemnicos en cada momen-

    to del proceso de expansin capitalista, no

    son el resultado de un desarrollo orgnico de

    los sectores y modalidades precedentes en la

    propia formacin econmico-social latinoame-ricana, sino que proceden de las formaciones

    dominantes del sistema global y son, por tanto,

    un injerto dentro de la matriz productiva lati-

    noamericana previa.

    4. El injerto de los nuevos elementos en la ma-

    triz previa, se hace por la accin de agentes

    econmicos cuyos intereses sociales predomi-nan en las formaciones dominantes del sistema

    y en servicio de sus intereses dentro de esas

    formaciones o en el sistema total, sea operan-

    do directamente desde dentro de la matriz lati-

    noamericana o desde fuera por intermedio de

    agentes econmicos nativos pero asociados a

    aquellos intereses.

    5. Esos nuevos sectores y modalidades no se

    injertan aqu como un sector estructural inte-

    gral o coherente, sino en forma fragmentaria

    y bsicamente como resultado de un proceso

    que ocurre al interior de las formaciones do-

    minantes, pero que no ocurre paralelamente en

    la matriz latinoamericana, ni se reproduce por

    supuesto despus del injerto en ella de esos

    nuevos elementos.

    6. De ese modo, la transicin de una etapa

    a otra del proceso de expansin capitalstica

    en Amrica Latina tiene carcter abrupto, pues

    no se deriva de un proceso orgnico al interiorde la previa estructura econmica. El cambio

    as es incapaz de generalizar los efectos de la

    modernizacin al cuerpo entero de la matriz

    productiva precedente, y en consecuencia es

    igualmente incapaz de erradicar las modalida-

    des anteriores de organizacin de la actividad

    econmica, y los nuevos elementos que se in-

    jertan tienen que combinarse con los que co-rresponde a las modalidades previas.

    La abruptez de los cambios, por el injerto

    fragmentario de los elementos y procesos que

    tienen lugar en las formaciones dominantes del

    sistema, puede ilustrarse fcilmente si se con-

    sidera la actual generalizacin de la produc-

    cin industrial en Amrica Latina. Al injertarse

    sta en nuestros pases, aparece ya bajo la mo-

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    dalidad monopolstica de organizacin y por lo

    mismo con un nivel tecnolgico relativamente

    elevado. Sin embargo, en primer lugar, ambos

    elementos no son en Amrica Latina el resulta-

    do del desarrollo orgnico ni de las modalida-

    des competitivas de organizacin del capitalis-

    mo industrial previo en Amrica Latina, ni de

    los previos niveles de desarrollo tecnolgico

    de estos pases. Llegan aqu ya desarrollados

    y como el resultado de procesos ocurridos en

    otras formaciones. En segundo lugar, vienen

    en forma fragmentaria, esto es como elemen-

    tos, no como sectores estructurales integrales.Cuando decimos que una nueva tecnologase

    injerta en nuestras economas, la palabra est

    evidentemente mal empleada. Lo que vienen

    son los productos de una tecnologa, en tanto

    que esta es un conjunto de actividades, de co-

    nocimientos organizados institucionalmente y

    en proceso de desarrollo. Nada de ello viene a

    Amrica Latina. Slo sus resultados.

    7. Esa abruptez de los cambios, al impedir la

    generalizacin de sus efectos en el cuerpo en-

    tero de la estructura de produccin, hace que

    los elementos y modalidades preexistentes no

    solamente no puedan ser erradicados o salvo

    de manera fragmentaria y discontinua sino

    que, como consecuencia, tiende a conformar

    un nuevo nivel dentro de cada sector de la

    estructura productiva. El cambio, as, ocurre

    como un proceso de diversificacin de niveles

    de produccin, en cada uno de los sectores eco-

    nmicos, articulados bajo la hegemona de una

    nueva modalidad de organizacin de la activi-

    dad econmica. As, por ejemplo, al injertarse

    la produccin industrial no se erradica como

    pretende la imagen convencional la previa pro-

    duccin artesanal de manufacturas, sino que

    por el contrario tiende inclusive a expandirse y

    a modificarse conformando un nuevo nivel den-

    tro de la produccin manufacturera, articuladoal nivel industrial. Del mismo modo, la agricul-

    tura de subsistencia no se erradica, sino que se

    deprime aun ms y se modifica acordemente, al

    introducirse la produccin agropecuaria bajo

    modalidades empresariales de gran escala. En

    resumen, los previos elementos y modalidades

    de produccin ven deprimida incesantemen-

    te su posicin relativa dentro de la estructuraeconmica global, pero no son erradicados ni

    aislados como bolsones locales.

    8. En consecuencia, el proceso de cambio en

    las formaciones econmico-sociales de Amri-

    ca Latina, consiste simultneamente en: a) el

    injerto abrupto y en condicin hegemnica de

    nuevos sectores y/o de modalidades nuevas de

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    organizacin productiva; b) la redefinicin y la

    depresin de la posicin relativa de los previos

    sectores y modalidades, que pasan ser los nive-

    les ms bajos de cada sector productivo; c) la

    redefinicin de la funcin y las caractersticas

    concretas de cada uno de los niveles y modali-

    dades productivas; y d) la alteracin en los mo-

    dos de articulacin de todos estos elementos

    y niveles, en los trminos requeridos por las

    nuevas modalidades hegemnicas injertadas a

    la previa matriz.

    No se trata, pues, simplemente de que per-

    manecen los elementos y modalidades previas,es decir, las relaciones previas de produccin,

    sino que cada uno de ellos asume funciones y

    caractersticas nuevas dentro del conjunto, y

    en tal sentido son todos ellos un producto del

    injerto de las nuevas modalidades hegemni-

    cas y de los nuevos medios de produccin que

    las sirven.

    9. A medida que los cambios en el modo de

    produccin capitalista, dentro de las formacio-

    nes dominantes del sistema van ocurriendo a

    un ritmo creciente debido a la emergencia de

    la revolucin cientfico-tecnolgica como el

    medio fundamental de produccin, el injerto

    en la matriz econmica latinoamericana de

    los elementos originados en aquel proceso se

    hace tambin a un ritmo creciente. La princi-

    pal consecuencia de eso, para las formaciones

    econmico-sociales latinoamericanas, es que

    los cambios tienden a ser an ms abruptos, de

    modo que los efectos de la innovacin se con-

    centran an ms, producindose desigualda-

    des ms pronunciadas entre los varios niveles

    productivos de cada sector, y entre cada sector,

    lo que genera contradicciones ms drsticas y

    de ms rpido tiempo de maduracin. Por ello,

    la matriz econmico-social es llevada perma-

    nentemente al borde de la ruptura y sus me-

    canismos de integracin son constantementealterados y puestos en crisis.

    10. Como resultado de esas determinaciones

    histricas, la estructura global de relaciones de

    produccin y de poder poltico-social en Am-

    rica Latina, se configura permanentemente de

    modo precario y extremadamente inconsisten-

    te, no solamente en el nivel de la totalidad, sinoen cada una de sus dimensiones analticamente

    diferenciables, y es en consecuencia sometida

    a presiones y requerimientos que se combinan

    y se contraponen al mismo tiempo, movindo-

    se en su conjunto bajo la hegemona de sus n-

    cleos estructurales dominantes.

    La totalidad estructural que as existe, no

    puede, por eso, lograr dentro del sistema una

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    consistencia suficientemente perdurable, como

    para obtener la relativa autonoma necesaria

    sobre sus partes principales, como para gober-

    nar desde s misma el destino de stas segn

    la lgica histrica homognea, ni para articular

    en sus propios trminos los requerimientos y

    los elementos procedentes desde fuera de ella.

    Es decir, sus cambiantes partes principales tie-

    nen hegemona, sobre la totalidad de la estruc-

    tura. Esta es incapaz de autonoma, como tal

    estructura global.

    11. En tanto que estas partes principales enla estructura global son regidas a su vez por

    los intereses sociales hegemnicos en las for-

    maciones dominantes del sistema, a travs de

    cambiantes mecanismos de articulacin con

    los intereses sociales hegemnicos dentro de

    las formaciones latinoamericanas, eso signifi-

    ca que las leyes histricas especficas de estas

    formaciones, sus tendencias mayores de es-tructuracin, son derivativas de esos mecanis-

    mos de articulacin de intereses dominantes,

    que subordinan estas formaciones econmico-

    sociales a las de mayor nivel de desarrollo den-

    tro del sistema.

    12. De ese modo, las formaciones histricas

    latinoamericanas son estructuralmente depen-

    dientes, esto es tienen una estructura global

    incapaz como tal estructura global de auto-

    noma dentro del sistema. En otros trminos,

    las leyes histricas especificas que rigen sus

    modos especficos de estructuracin, son de-

    pendientes de los modos cambiantes de arti-

    culacin subordinada entre los intereses so-

    ciales dominantes, en cada momento, dentro

    de estas formaciones, y los intereses sociales

    dominantes en las formaciones de mayor ni-

    vel de desarrollo del sistema.Actualmente hay

    una discusin intensa en torno del concepto

    de dependencia. Por supuesto este no es lugarpara insertarse en esa discusin. Eso no obs-

    tante,para los fines de este trabajo es conve-

    niente establecer algunos deslindes.

    Primeramente debe sealarse que muchos

    consideran intercambiables dos conceptos

    que ahora es necesario distinguir: el de subor-

    dinacin nacional y el de dependencia estruc-

    tural. En efecto, una extendida corriente aludecon el trminodependencia a una situacin

    de subordinacin de los paseslatinoamerica-

    nos respecto de otros pases con un muy alto

    nivelde desarrollo industrial situacin que se

    expresara en la presinque los pases fuertes

    ejercen desde fuera sobre los pases latinoa-

    mericanos y que estos, por su debilidad, no

    pueden eludir o contestar A tal enfoque corres-

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    ponde la calificacin de externa que se aade

    a la palabra dependencia.

    Para otra corriente la dependencia es un

    modo de articulacin estructural entre las

    formaciones econmico-sociales de Amrica

    Latina y las que caracterizan a los pases de

    mayor desarrollo dentro del orden capitalista

    internacional. Aqu por lo tanto, no se trata so-

    lamente de una subordinacin que se organiza

    por presiones desde fuera, sino de un modo de

    dominacin que se ejerce tambin desde den-

    tro, es decir, desde el interior de las estructuras

    econmicas latinoamericanas. Por eso se de-nomina dependencia estructural a ese modo

    de articulacin entre estructura econmico-

    sociales de distinto nivel de desarrollo dentro

    de un sistema comn.

    Ciertamente, la diferencia entre ambos enfo-

    ques es bastante grande y visible. Enfrentando

    una formulacin que es en el fondo ideolgica

    porque escamotea los intereses reales en jue-go, el segundo enfoque permite precisar la na-

    turaleza efectiva de la relacin de dominacin,

    esto es la bsica correspondencia de intereses

    entre los grupos sociales dominantes en ambos

    niveles de desarrollo del sistema, intereses que

    se articulan en una relacin de subordinacin

    de los grupos dominantes nativos de Amrica

    Latina respecto de los metropolitanos.

    Sin embargo, este ltimo enfoque no permi-

    te decir an mucho acerca de lo que ocurre al

    interior de la formacin econmico-social su-

    bordinada, como consecuencia de ese modo

    de dominacin. En otros trminos, si bien da

    cuenta de los modos de articulacin entre los

    dos niveles de formacin econmico-social del

    sistema, no da cuenta de los modos de articula-

    cin dentrode la formacin subordinada.

    Para lo que aqu interesa, el concepto de

    dependencia estructural se restringe a dar

    cuenta del carcter especfico que asume la

    propia estructura de la formacin econmico-social latinoamericana, como consecuencia

    de su permanente articulacin subordinada

    dentro del sistema al que pertenece. En otros

    trminos, se propone distinguir de un lado los

    modos de articulacin entreesta estructura y

    la de las metropolitanas, y los modos de articu-

    lacin deesta estructura o formacin econmi-

    co-social, como consecuencia de lo anterior, yse denomina a lo segundo bajo el concepto de

    dependencia estructural.

    Si as no fuera, este concepto no tendra otra

    funcin que la de sustituir, para ciertos fines, el

    concepto de imperialismo, sin generar el co-

    nocimiento necesario acerca de cmo se pro-

    cesa la articulacin de los elementos produci-

    dos por la dominacin imperialista para confi-

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    gurar una determinada formacin econmico-

    social sometida a aqulla. En rigor, el concepto

    de dependencia estructural da cuenta de las

    leyes histricas especificas que conducen los

    procesos bsicos de toda formacin econ-

    mico-social sometida a la dominacin impe-

    rialista, del carcter derivativo que esas leyes

    histricas asumen respecto de los modos de

    dominacin imperialista, y en ese sentido alu-

    de a esos modos, esto es, los supone. Por esta

    razn se ha sealado antes que la dependencia

    estructural supone la subordinacin a la do-

    minacin imperialista, pero no consiste en ella.La dominacin imperialista ha engendrado

    en Amrica Latina y probablemente tambin

    en otras latitudes formaciones econmico-so-

    ciales cuyos modos de articulacin se caracte-

    rizan por la precariedad y la inconsistencia ex-

    trema de la estructura global resultante, como

    consecuencia del hecho de que sus elementos

    centrales o dominantes son en cada momentoel producto de sus cambiantes modos de rela-

    cin con los centros de dominacin del sistema

    global y no el resultado del desarrollo y modi-

    ficacin orgnica de los elementos que en un

    determinado momento configuran la estructu-

    ra de la propia formacin dominada. Mientras

    esa situacin persista, esto es, mientras la do-

    minacin imperialista perdure no obstante los

    cambios en sus mecanismos, el carcter depen-

    diente de la estructura econmico-social, suje-

    to a esa dominacin, no podra ser eliminado.

    El problema que aqu emerge es, por supues-

    to, cmo una estructura econmico-social de-

    pendiente puede llegar a modificar sus modos

    de articulacin con los centros dominantes.

    Hasta aqu, el proceso ha impedido la crista-

    lizacin de relaciones de poder plenamente

    depuradas al interior de nuestras sociedades,

    y eso a su vez ha dificultado la coalescencia de

    los intereses sociales que en stas son antag-

    nicas a la dominacin. Sin embargo, la conver-gencia entre los procesos de crisis al interior

    del nivel dominante del sistema, y el desarrollo

    de las contradicciones que ponen a nuestras

    sociedades al borde permanente de una ruptu-

    ra que se contiene desde fuera, o por una eficaz

    asociacin controladora desde fuera y desde

    dentro, pueden generar, y de hecho han gene-

    rado, situaciones que con tienen todas las posi-bilidades de ruptura de la dominacin y a partir

    de all las posibilidades de homogeneizacin de

    la naturaleza histrica de las sociedades domi-

    nadas, es decir de cancelacin del carcter de-

    pendiente de sus estructuras globales.

    De otro modo, un lento proceso de depura-

    cin del carcter histrico de los elementos que

    configuran las actuales estructuras econmico-

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    sociales latinoamericanas, por la erradicacin

    de los elementos precapitalistas y de los que

    corresponden a las ms viejas modalidades ca-

    pitalistas, podra generar la depuracin de las

    relaciones entre los grupos de inters social, y

    plantear una distinta alternativa de cancelacin

    de la dominacin imperialista y de la dependen-

    cia de las estructuras sociales sometidas a ella.

    Sin embargo, el proceso real que hemos esta-

    do mostrando sumariamente no slo hace muy

    lento, discontinuo y fragmentario el curso de

    la homogenizacin histrica de la estructura

    global, sino que se desarrolla segn una lgicacentral que en el fondo impide la homogenei-

    zacin, en tanto las relaciones de dominacin

    inter-formaciones de nivel muy desigual de de-

    sarrollo se mantengan.

    En los aos recientes, se advierten en di-

    versos pases, esfuerzos que tienden hacia

    una homogeneizacin histrica de la estruc-

    tura global de las relaciones de produccin.Pero estos esfuerzos se centran ante todo en

    la erradicacin de los elementos precapitalis-

    tas que subsisten an dentro de esa estructu-

    ra, mientras que por otro lado tienden a acen-

    tuarse las desigualdades y las combinaciones

    al interior de las relaciones capitalistas de

    produccin, a medida que nuevas modalida-

    des se injertan cada vez ms abruptamente

    en la matriz econmica latinoamericana, de

    modo fragmentario, y por lo mismo, sin capa-

    cidad de generalizar sus efectos innovadores

    modernizadores a la totalidad de la ma-

    triz preexistente.

    Solamente en la medida en que en un de-

    terminado pas aparezcan configuraciones

    de intereses sociales capaces de extraer la

    estructura productiva de su pas fuera del

    sistema vigente, puede ser viable un proceso

    de homogeneizacin histrica profunda y con-

    sistente, como esfuerzo deliberado, es decir,

    globalmente planificado. En tanto que el pro-ceso se mantenga como un curso de cambios

    moleculares que la propia estructura y sus re-

    laciones con las dominantes generan sin una

    planificacin global orientada en otro sentido,

    el carcter dependiente de estas formaciones

    tendera a prevalecer.

    Este conjunto de proposiciones, sumaria-

    mente apuntadas, constituye el marco o matrizterica que da sentido al estudio de los dos pro-

    cesos sealados al comienzo del trabajo, y es

    dentro de este marco que ser posible revelar a

    que factores concretos responden esos proce-

    sos, as como el significado de estos, es decir,

    el tipo de contradicciones y conflictos que tien-

    den a generar en la sociedad.

  • 7/21/2019 Quijano - Polo Marginal

    12/46

    P

    E ,

    Contra el trasfondo del esquema precedente,

    podemos ahora tratar de establecer los cam-

    bios que estaran ocurriendo actualmente en

    las relaciones de produccin en Amrica Lati-

    na, a partir del injerto relativamente reciente

    de nuevas modalidades de organizacin de la

    actividad econmica, en el marco de la estruc-

    tura preexistente.

    En primer lugar, desde el punto de vista queaqu interesa, deben sealarse dos fenmenos

    como los decisivos en el cambio de la estructu-

    ra econmica latinoamericana, y que emergen

    en prcticamente todos los pases, con dife-

    rencias de escala y de ritmo:

    1. La generalizacin de la produccin indus-

    trial de bienes y servicios, como sector hege-mnico de la estructura econmica global.

    2. La emergencia de la modalidad monopolsti-

    ca de organizacin de la actividad econmica

    en su conjunto y principalmente de su sector

    hegemnico, como la modalidad dominante.

    Como se sabe bien, ninguno de estos elemen-

    tos nuevos en Amrica Latina es el producto

    de un proceso de expansin y de modificacin

    de los sectores y modalidades antes dominan-

    tes en la economa latinoamericana, sino un

    injerto en ella, pues fueron generados y desa-

    rrollados en el proceso de cambio ocurrido alinterior de la estructura econmica de los pa-

    ses dominantes del sistema vigente.

    Esto es, se trata de alteraciones que ocurren

    de manera abrupta en el seno de la estructura

    econmica latinoamericana, y que en conse-

    cuencia no emergen modificando y sustituyen-

    do por erradicacin los sectores y modalidades

    anteriores, sino combinndose con ellos paraformar una nueva articulacin estructural de

    la economa en su conjunto, y en la medida en

    que asumen una posicin hegemnica dentro

    de ella, modifican la posicin relativa de los

    anteriores elementos, su funcin concreta y

    sus caractersticas concretas, de tal modo que

    esos elementos as modificados, son en gran

    medida un producto de estos cambios y nomeramente un remanente o una sobreviven-

    cia. Corresponde entonces, inquirir acerca de

    lo que es inherente a esos dos fenmenos se-

    alados, y acerca de sus implicaciones y efec-

    tos sobre la estructura econmica concreta de

    Amrica Latina.

    En primer trmino, la generalizacin de la

    modalidad monopolstica como dominante en

  • 7/21/2019 Quijano - Polo Marginal

    13/46

    136 A Q - C H

    los sectores productivos, a su vez dominantes

    en la estructura econmica conjunta, implica

    esencialmente la concentracin de poder eco-

    nmico y el desarrollo de mecanismos adecua-

    dos para su organizacin y expansin, al servi-cio de los intereses hegemnicos en el sistema

    global.

    1. El control de los medios bsicos de produc-

    cin, tanto preexistentes, como los apareja-

    dos por el injerto de los nuevos elementos,

    en un ncleo reducido de organizaciones de

    produccin: capital, materias primas, tecno-loga. Esta ltima debe entenderse aqu en

    su doble dimensin: instrumentos materia-

    les y procesos tcnicos correspondientes,

    y tcnicas de organizacin de las relaciones

    de trabajo.

    2. El control del mercado significativo para las

    necesidades de realizacin de plusvala y de

    acumulacin de capital de esas empresas.Caractersticamente en el caso latinoame-

    ricano, ese mercado no es necesariamente

    muy amplio, no abarca por lo mismo a la

    generalidad de la poblacin, sino que se res-

    tringe a los sectores de poblacin de altos y

    medios ingresos. Esto es, la produccin de

    bienes y de servicios en estas empresas, est

    orientada principalmente a servir a la de-

    manda de grupos minoritarios de la pobla-

    cin, demanda que se genera y se orienta por

    mecanismos tanto econmicos (crdito para

    adquirir cierto tipo de bienes y de servicios,

    y no otros) como psicolgicos (propaganday manipulacin de las aspiraciones y orien-

    taciones de consumo).

    3. La introduccin de mecanismos nuevos de

    realizacin de la plusvala. Podra pensarse

    (y de hecho as se sigue pensando en am-

    plios sectores), que la relativamente redu-

    cida dimensin demogrfica del mercado

    que sirve a estas empresas, supone una de-manda inelstica y que, en consecuencia, es

    indispensable para la organizacin monopo-

    lstica de la produccin industrial presionar

    por cambios en la estructura econmico-

    social que permitan el ensanchamiento de-

    mogrfico de su mercado. Aunque es obvio

    que una expansin cuantitativa del merca-

    do es til a las empresas monopolsticas, laexperiencia reciente de los pases de mayor

    desarrollo relativo en la regin revela que

    lo que cuenta en primer trmino, es la am-

    pliacin cualitativa de su mercado; es decir,

    un relativo aumento de la poblacin de los

    sectores medios inmediatamente asocia-

    dos a la clase dominante, por un lado, y la

    recurrencia de la demanda por los mismos

  • 7/21/2019 Quijano - Polo Marginal

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    P

    productos al interior de este mercado. Para

    que lo ltimo pueda funcionar, se ponen en

    juego mecanismos innovados de realizacin

    de plusvala, que bsicamente consiste en la

    denominada obsolescence del modelo delos productos bsicos y el cambio continua-

    do de los modelos por pequeas alteracio-

    nes de forma y de elementos, y en los me-

    canismos de crdito ligados a esos cambios

    del modelo de bienes.

    4. Para el control de este mercado y para su

    ampliacin cualitativa, la estructura genera

    mecanismos que permiten incrementar laconcentracin de los ingresos en los grupos

    que constituyen ese mercado.

    5. El incremento tecnolgico constante, que

    permite aumentar la productividad del tra-

    bajo, la racionalizacin de las relaciones de

    trabajo lo que implica el incremento en la

    tasa de explotacin del trabajo y por lo mis-

    mo la reduccin de las necesidades de fuer-za de trabajo.

    6. El incremento de la tasa de acumulacin de

    capital y de concentracin del excedente,

    tanto para la expansin de la produccin y

    de la capacidad de control econmico de

    la empresa, como para la transferencia de

    capital a los centros econmicos metropo-

    litanos. Esto es, un aumento en la tasa de

    explotacin sobre la economa total de la

    formacin dominada.

    7. La reorganizacin de las organizaciones y

    mecanismos de financiamiento, y su control

    restringido al servicio de las organizacionesmonopolsticas de produccin Qu ocurre

    en esas condiciones, con los sectores an-

    teriormente hegemnicos de la economa

    latinoamericana, o con los niveles y modali-

    dades en que antes existan los mismos sec-

    tores que son hoy da dominantes?

    La teora general supone que en el curso dela expansin de la produccin industrial de

    bienes y de servicios, los sectores artesanales

    correspondientes tienden a ser erradicados o,

    por lo menos, reducidos, as como en el desa-

    rrollo de las modalidades monopolsticas y de

    sus cambios, las modalidades competitivas de

    organizacin empresarial tienden igualmente a

    ser sustituidas y a ser erradicadas.Esta imagen da cuenta en general de cmo

    ha venido ocurriendo el desarrollo del modo de

    produccin capitalista, tomado en abstracto,

    es decir fuera de un contexto histricamente

    determinado. An, la imagen puede ser relati-

    vamente eficaz cuando se consideran los pa-

    ses que actualmente detentan los niveles ms

    avanzados del desarrollo de este modo de pro-

  • 7/21/2019 Quijano - Polo Marginal

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    138 A Q - C H

    duccin, a pesar de que en este caso ella slo

    podra en rigor ser empleada como una aproxi-

    macin, pues en la realidad concreta la emer-

    gencia de nuevas modalidades de organizacin

    econmica no supuso la eliminacin total delas precedentes y es posible que el ritmo del

    cambio a partir de la revolucin cientfico-

    tecnolgica est produciendo mucho ms una

    combinacin de las viejas y las nuevas moda-

    lidades, e inclusive una reviviscencia de los

    niveles de produccin que parecan definitiva-

    mente erradicados o que quedaban solamente

    en bolsones geogrficamente aislados, comoen el caso de la produccin semifabril, y aun

    directamente artesanal, en los Estados Unidos.

    Para el caso latinoamericano y probable-

    mente para otras formaciones equivalentes en

    otras regiones esa imagen es definitivamente

    inadecuada. Debido al hecho de que esos nue-

    vos elementos son injertos, y por lo tanto se

    incorporan abruptamente en el seno de estaseconomas, los sectores y modalidades anterio-

    res de produccin lejos de desaparecer, estn

    expandindose y modificndose por sus nue-

    vos modos de articulacin en la estructura eco-

    nmica global, pero naturalmente ocupando un

    nivel cada vez ms deprimido, por la incesante

    prdida del control de los recursos productivos

    y de los mercados de que antes disponan y por

    su completa incapacidad de acceso a los nue-

    vos medios de produccin que supone el incre-

    mento tecnolgico.

    Este fenmeno no est ocurriendo solamen-

    te al interior del sector industrial-fabril, sino encada uno de los otros sectores de la actividad

    econmica, y de modo ms visible al interior

    de los sectores llamados terciarios en la termi-

    nologa corriente, con la excepcin por obvias

    razones de la Administracin Pblica y de las

    Finanzas, aunque aqu parecen desarrollarse

    ciertos mecanismos de tipo marginal.

    Es decir, en cada uno de los sectores bsicosde la actividad econmica de los pases latinoa-

    mericanos tiende a expandirse, y en esa medida

    a diferenciarse, un nivel de actividades y de me-

    canismos de organizacin econmica que van

    perdiendo incesantemente toda posibilidad de

    acceso estable a los medios bsicos de produc-

    cin y a los mercados de rendimiento significa-

    tivo para las posibilidades de incremento de laacumulacin de capital: la artesana de bienes

    y de servicios, el pequeo comercio de bienes

    y de servicios, las actividades agropecuarias de

    mnimo nivel de productividad, no solamente

    no han desaparecido ni muestran seales de

    desaparicin, sino que muy por el contrario se

    han expandido y tienden a expandirse, confi-

    gurando de ese modo un nivel de actividad

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    P

    econmica que por su magnitud puede ser dife-

    renciado como un nivel nuevo en la economa

    latinoamericana.

    Sin duda, en todos los periodos de la historia

    latinoamericana y en general en las sociedadescapitalistas, han existido siempre estas formas

    de actividad econmica, despojadas de toda

    relacin significativa con los medios bsicos

    de produccin de las modalidades y sectores

    dominantes de la economa. Sin embargo, es

    solamente en el periodo actual que ellas tien-

    den a expandirse y a diferenciarse como todo

    un nivel o estrato de la economa que atraviesael cuerpo entero de la estructura econmica,

    eso es que hace parte creciente de cada uno de

    sus sectores sustantivos. En este sentido debe

    insistirse en que este nivel el ms deprimido

    de la actividad econmica es un producto de

    las nuevas condiciones en que se procesa la ar-

    ticulacin de la estructura econmica latinoa-

    mericana, y no una mera sobrevivencia.Este nivel deprimido de la economa contie-

    ne un conjunto de ocupaciones caractersticas,

    de mecanismos de organizacin de ellas, es

    decir de las relaciones de trabajo, que no son

    las propias de las modalidades dominantes en

    cada sector, que emplean recursos residuales

    de produccin que se estructuran de modo

    inestable y precario que generan ingresos a la

    vez extremadamente reducidos, inestables y

    de configuracin incompleta en comparacin

    con sus equivalentes en los otros niveles, y que

    sirven a un mercado conformado por la propia

    poblacin incorporada a este nivel de activi-dad, incapaz por lo tanto de permitir la acumu-

    lacin creciente de capital.

    Frente a este fenmeno, la teora contem-

    pornea carece de una adecuada elaboracin

    conceptual. El concepto ms cercano sera

    el de economa de subsistencia, con el cual

    se ha dado cuenta de un nivel de la actividad

    econmica caracterizado por una relativa au-tosuficiencia, esto es por la produccin para el

    propio consumo del productor, por lo tanto en

    pequea cantidad y sin condiciones de generar

    excedentes, que normalmente haca parte de

    los sectores rurales de la economa.

    De un lado, la propia nocin de economa

    de subsistencia, aunque puede todava dar

    cuenta de las caractersticas de la actividadeconmica de grupos cada vez ms reducidos

    y relativamente aislados de los centros impor-

    tantes de produccin rural, es ya inadecuada si

    se pretende continuar usndola para denomi-

    nar a la situacin econmica de los pobladores

    rurales sin tierra y sin empleo estable o de los

    minifundiarios, pues en su mayor parte ellos

    han ingresado hace ya bastante tiempo en las

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    140 A Q - C H

    relaciones de mercado monetario del capitalis-

    mo rural y urbano menor y no son, por lo mis-

    mo, autosuficientes. De otro lado, aparte de

    que aqu no se trata de un segmento econmico

    con relaciones slo tangenciales con el merca-do monetario, como en el caso de la economa

    de subsistencia, pues son justamente este tipo

    de relaciones de mercado que estn en el cen-

    tro mismo del fenmeno que nos interesa, con

    aquel concepto se aluda tambin a una franja

    de la economa caracterizada por el acceso es-

    table a recursos de produccin bsicos, aunque

    en escala reducida, que permita justamente elautoabastecimiento.

    Por el contrario, en el fenmeno que tra-

    tamos de explorar el elemento definitorio es

    justamente la falta de acceso estable a los

    recursos bsicos de produccin que sirven a

    los niveles dominantes de cada uno de los sec-

    tores econmicos, en cuyas condiciones las

    ocupaciones y mecanismos de su organizacinslo pueden operar sobre recursos residuales,

    de un lado, y actividades residuales, en su ma-

    yor parte.

    Por estas razones, aqu se propone el con-

    cepto de polo marginal de la economa para

    caracterizar este nivel nuevo de la actividad

    econmica latinoamericana, producto de los

    cambios recientes en el modo de articulacin

    de sta a partir del injerto de nuevas modali-

    dades y medios de produccin, y en curso de

    expansin y de diferenciacin.

    El concepto propuesto tiene el valor de dar

    cuenta del tipo de relaciones que estas ocupa-ciones y mecanismos de organizacin, de ellas,

    tienen con los medios bsicos de produccin,

    del tipo de relaciones en que ellas se articulan

    con el resto de la estructura y ante todo con

    sus niveles dominantes, y el nivel deprimido

    que ocupan dentro de esa articulacin.

    Respecto de lo primero, se trata de relacio-

    nes segmentarias y precarias en extremo conlos medios bsicos de produccin controlados

    por las modalidades y los niveles dominantes

    de la economa global. Por lo segundo, se trata

    de relaciones de dominacin indirectas y seg-

    mentarias con los mecanismos de organizacin

    inherentes a esas modalidades, las cuales al

    mismo tiempo engendran y subordinan el polo

    marginal a sus intereses, y finalmente, se tratadel nivel ms deprimido y ms dominado de la

    estructura econmica total.

    Adems, este concepto as formulado, per-

    mite la visualizacin del fenmeno en su di-

    mensin adecuada. Algunos han tratado de

    acuar la distincin entre el sector integrado

    y el sector marginal de la economa, como un

    nuevo dualismo estructural en las formaciones

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    P

    latinoamericanas, con estructura y lgica dis-

    tintas de existencia y desarrollo. Frente a ese

    modo de considerar el problema, el concepto

    de polo marginal pone de relieve la presencia

    de una lgica histrica comn a todos los nive-les de la estructura econmica latinoamericana

    que produce al mismo tiempo los niveles cen-

    trales y los niveles perifricos, y de ese modo

    articula a ambos en una misma trama estructu-

    ral, en posiciones distintas.

    La imagen geodsica evocada en esta con-

    ceptualizacin, supone la presencia de un n-

    cleo central y de polos en la estructura de laTierra. As como no se puede pensar a ambos

    elementos como sectores estructurales dis-

    tintos, cada cual con una lgica independiente

    de movimiento, no tiene tampoco ningn asi-

    dero concebir a cada uno de los niveles en que

    se diferencia la estructura econmica total en

    Amrica Latina, como formando una estructu-

    ra en s misma, con distinta e independiente l-gica de articulacin y de comportamiento.

    A partir de aqu, el problema es intentar

    establecer concretamente tanto los lmi-

    tes como las relaciones especficas que este

    polo marginal tiene dentro de la estructura

    global de la economa, y en primer lugar con

    los ncleos dominantes en ella. Eso se inda-

    gar ms adelante.

    M ,

    Mientras que hasta aqu se ha intentado mostrar

    cmo el injerto de un nuevo nivel hegemnico

    en la estructura econmica latinoamericana

    desencadena un proceso de cambios que produ-

    cen un polo marginal en esa estructura, ahora

    la discusin concierne a las implicaciones de

    ese proceso para el mercado de trabajo respecti-

    vo y, por lo tanto, para el destino de la poblacin

    trabajadora en el curso de estos cambios.El nuevo modo de articulacin de las rela-

    ciones de produccin, requiere ciertos cam-

    bios en la cantidad y en la calidad de la fuerza

    de trabajo, que cada uno de los niveles y mo-

    dalidades de produccin necesita, as como

    en los respectivos mecanismos de absorcin,

    exclusin y depresin de la mano de obra. La

    nueva configuracin resultante en el mercadode trabajo, implicar necesariamente nuevas

    fuentes y nuevas formas de diferenciacin en

    la composicin de la poblacin trabajadora, en

    consecuencia de lo cual aparecern tambin

    elementos nuevos en las relaciones de domina-

    cin-conflicto de la sociedad.

    Importa, pues, tratar de establecer los fac-

    tores y los mecanismos especficos que operan

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    142 A Q - C H

    sobre el mercado de trabajo, por los cambios

    concretos que all tienen o pueden tener lugar,

    y por lo que todo ello implica para la poblacin

    trabajadora. Para eso es necesario, en primer

    trmino, determinar de dnde surgen o a quobedecen los nuevos requerimientos del volu-

    men y del tipo de fuerza de trabajo en la nueva

    estructura de la economa.

    La diferenciacin de niveles y modalidades

    de produccin y su combinacin en la econo-

    ma latinoamericana, en cuyo curso tiende a

    surgir un polo marginal, es bsicamente de-

    terminada por el acceso diferencial que cadauno de aqullos tiene a los medios de produc-

    cin. A su vez, eso es condicionado por el tipo

    de relaciones, que respecto de esos recursos se

    establecen entre las nuevas modalidades mo-

    nopolsticas dominantes, y las previas que se

    modifican al combinarse con aqullas. Es de-

    cir que, en ltimo anlisis, esos cambios son el

    resultado de las determinaciones que surgen apartir del control monopolstico de los medios

    bsicos de produccin de la sociedad.

    De la misma manera, los cambios en la es-

    tructura del mercado de trabajo son determina-

    dos, en ltima instancia, por el tipo de necesi-

    dades de fuerza de trabajo inherentes a nuevas

    modalidades monopolsticas dominantes, pues

    es eso, precisamente, lo que norma el tipo de

    relaciones que se establecern entre los varios

    sectores productivos y cada uno de sus niveles

    y modalidades, respecto de la formacin, des-

    plazamiento, absorcin, exclusin y depresin

    de la mano de obra.As, pues, debemos examinar en la partida,

    los factores que especifican el tipo de necesida-

    des de fuerza de trabajo de los actuales niveles

    hegemnicos de la economa. Dos son los fac-

    tores principales:

    1. El tipo de recursos productivos que emplean.

    2. Los intereses sociales que controlan esosrecursos y los mecanismos de que se sirven

    para ello.

    En cuanto a lo primero, ya se ha sealado que

    en el actual nivel hegemnico de la economa

    latinoamericana, el principal recurso produc-

    tivo es la nueva tecnologa, proveniente de la

    revolucin cientfico-tecnolgica que ocurreen las economas metropolitanas del sistema.

    Esta consideracin no supone disminuir la im-

    portancia de los otros medios de produccin,

    sino atribuir a la nueva tecnologa una condi-

    cin primada, en funcin de su capacidad para

    definir el uso de los dems recursos.

    Respecto de lo segundo, tampoco es nece-

    sario insistir en el hecho de que los intereses

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    P

    sociales a cuyo servicio y bajo cuyo control se

    injerta esa nueva tecnologa, consiste en la

    acumulacin de capital en manos de un reduci-

    do conjunto de empresas monopolsticamente

    organizadas, que tienen el dominio del sistemaglobal, y que con la asociacin subordinada de

    grupos empresariales nativos mantienen, sin

    embargo, sus intereses centrales radicados en

    las economas metropolitanas, lo cual excluye

    el uso autnomo de esos recursos por la socie-

    dad dependiente.

    Resultado de la accin combinada de este

    control de intereses monopolsticos y del carc-ter abrupto de su injerto en Amrica Latina, es la

    concentracin de esa tecnologa slo en los ms

    altos estratos de la economa, la concentracin

    de sus productos en manos de reducidos grupos

    dominantes e intermedios de la sociedad, el in-

    cremento y la concentracin de la acumulacin

    de capital en manos de pocas empresas mono-

    polsticas y la transferencia de la mayor partedel excedente hacia los centros metropolitanos

    del sistema y, en menor medida, hacia los gru-

    pos nativos subordinados a aqullas pero domi-

    nantes dentro de la sociedad dependiente.

    Esta constelacin de factores tiene implica-

    ciones decisivas en los mecanismos que rigen

    el mercado de trabajo de estos niveles y moda-

    lidades de produccin:

    1. El incremento de la tasa de explotacin del

    trabajo, por el incremento de la productivi-

    dad inherente a la nueva tecnologa.

    2. La modificacin de la estructura cualitativa

    de la mano de obra requerida por esa tecno-loga y para esos efectos, en el sentido de

    una elevacin de los niveles de calificacin.

    3. La correlativa reduccin del volumen relati-

    vo de fuerza de trabajo o mano de obra re-

    querida por los niveles productivos en que

    esa tecnologa es dominante.

    4. La situacin desventajosa de todos los otros

    niveles productivos para tener acceso a latecnologa y al capital acumulado en los ni-

    veles dominantes, por el control y la concen-

    tracin impuestos por los intereses socia-

    les monopolsticos, y secundariamente por

    la incapacidad de las modalidades previas

    como resultado de la abruptez del proce-

    so, todo lo cual impide que la limitacin del

    volumen de mano de obra necesaria en losniveles dominantes pueda ser compensada

    por la ampliacin de la capacidad producti-

    va de los otros niveles.

    5. En tanto que la produccin de esos niveles

    dominantes sirve, casi exclusivamente, al

    mercado de altos y medios ingresos, social y

    culturalmente orientados al consumo de esa

    produccin, y dada la concentracin de ta-

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    les grupos en slo unos pocos centros urba-

    nos principales, el mercado real de trabajo

    de esos niveles de produccin se concentra

    tambin en esos centros urbanos.

    6. De ese modo, el mercado de trabajo gene-rado y regido por esos niveles productivos

    tiende a ser, al mismo tiempo, reducido, ex-

    cluyente y concentrado en pocos centros del

    sector urbano de la sociedad.

    En resumen, se puede observar una clara mo-

    dificacin de la estructura del mercado de

    trabajo de los niveles y modalidades hegem-nicos de la economa latinoamericana, tanto

    desde el punto de vista de su distribucin en

    el espacio econmico de la sociedad, de sus

    requerimientos cualitativos de ocupacin y

    de calificacin, como del volumen relativo de

    fuerza de trabajo necesaria.

    Este conjunto de factores y de mecanismos

    se pone en marcha convergiendo y combinn-dose con otros rdenes de factores, cuyas re-

    laciones con el primero examinaremos por

    separado, y de cuya convergencia resulta un

    mercado de trabajo global con una estructura

    extremadamente diferenciada.

    Se trata, en primer lugar, de que la limitacin

    de las necesidades cuantitativas de fuerza de

    trabajo en los niveles hegemnicos ocurre si-

    multneamente con el crecimiento de la pobla-

    cin trabajadora en su conjunto, pero de modo

    especial de sus sectores de ms bajo nivel de

    calificacin, a tasas largamente ms altas que

    en cualquier otro perodo anterior de la econo-ma latinoamericana.

    En segundo lugar, el incremento de las exi-

    gencias cualitativas de ese mercado de trabajo

    del nivel dominante, por su carcter de injerto

    abrupto, no guarda ninguna simetra con las

    previas experiencias, destrezas, entrenamiento

    y nivel cultural (o psicosocial) de la mayor par-

    te de la mano de obra que la sociedad generay que, precisamente, es la que crece a las ms

    altas tasas.

    En tercer lugar, la concentracin del merca-

    do de trabajo de ese nivel, con esas caracters-

    ticas, en los principales centros del sector ur-

    bano de la sociedad, ocurre simultneamente

    con el rpido crecimiento demogrfico de esos

    centros, tanto como consecuencia del creci-miento vegetativo de la previa poblacin, como

    del desplazamiento migratorio desde centros

    urbanos menores y desde las reas rurales.

    No es muy difcil ver como en tales condi-

    ciones y circunstancias, los efectos de un mer-

    cado de trabajo de ese tipo sobre la poblacin

    trabajadora se agudizan hasta el dramatismo

    hacindose ms visibles, y generando formas

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    de relacin social que podran no estar presen-

    tes bajo otras circunstancias, como se ver en

    su lugar ms adelante.

    Por otro lado, aquellas caractersticas con

    que emerge el mercado de trabajo en los nivelesdominantes de la economa, se desarrollan con-

    vergiendo con alteraciones sustantivas en los

    requerimientos y mecanismos del mercado de

    trabajo correspondiente a cada uno de los sec-

    tores de la economa y a cada uno de sus niveles

    y modalidades, y las cuales se producen, preci-

    samente, como consecuencia de los cambios en

    los modos de articulacin entre esos sectores yniveles de produccin, a partir del injerto de las

    nuevas modalidades como las dominantes de la

    estructura total de esta economa.

    Si bien los factores y mecanismos que gobier-

    nan el mercado de trabajo de los nuevos niveles

    dominantes son engendrados, ante todo, al in-

    terior de esos niveles, en cambio, el proceso de

    formacin, desplazamiento, intercambio e inser-cin de mano de obra en la economa conjunta

    se deriva de cmo se alteran las relaciones de

    articulacin entre sus diversos sectores y nive-

    les productivos y, en primer trmino, entre los

    sectores y niveles dominantes y los dems.

    Para comenzar por una perspectiva de con-

    junto, la expansin y modificacin de los sec-

    tores urbanos de la economa en un proceso

    que les permite obtener hegemona sobre los

    sectores rurales, condiciona y rige el despla-

    zamiento de poblacin desde las reas rurales

    a las urbanas. Este cambio en la estructura

    ecolgico-demogrfica de la sociedad, entra-a desde luego el desplazamiento de mano de

    obra desde los sectores rurales a los urbanos

    en una tendencia al predominio de los ltimos

    en la absorcin de fuerza de trabajo.

    La imagen convencional supona que ese

    desplazamiento de mano de obra era, ante

    todo, entre los sectores productivos dominan-

    tes en ambas reas, esto es, entre los sectoresextractivos y el sector industrial-manufac-

    turero. De ese modo, el predominio urbano

    en trminos de volumen de mano de obra,

    implicara sobre todo el predominio del sec-

    tor industrial-manufacturero sobre todos los

    otros, a ese respecto. Sin embargo, en Am-

    rica Latina es visible que no es precisamente

    eso lo que ocurre, pues en todos los pases dela regin la proporcin de mano de obra que

    el sector secundario absorbe es mucho menor

    que en los otros sectores urbanos de empleo,

    y no hay muestras de tender a alterar esa re-

    lacin. Y eso sucede exactamente en el mis-

    mo momento en que la manufactura industrial

    gana hegemona sobre todas las otras, desde

    el punto de vista de su capacidad productiva

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    y de su capacidad para articular la estructura

    global en sus trminos.

    El predominio en unos pases y la tenden-

    cia a ello en otros, del sector manufacturero-

    industrial, es por cierto el responsable de lacreciente hegemona de los sectores urbanos

    de la economa sobre los rurales. Pero al mis-

    mo tiempo eso sucede como consecuencia del

    incremento de la capacidad productiva de los

    niveles organizados monopolsticamente, y no

    tanto por la de los niveles bajo otras modalida-

    des, y como esos niveles desarrollan un merca-

    do de trabajo a la par reducido y excluyente,el desplazamiento de mano de obra desde los

    sectores rurales no puede hacerse hacia la ma-

    nufactura industrial de ese nivel sino en una

    fraccin minoritaria.

    No obstante, se podra pensar que si bien

    esa mano de obra no puede llegar hasta los ni-

    veles hegemnicos del sector secundario, en

    cambio puede dirigirse hacia los otros nivelesdel sector: el nivel fabril bajo la modalidad de

    capitalismo competitivo, o el nivel semifabril

    y artesanal.

    En efecto, la gruesa mayora de la mano de

    obra en el sector secundario, se encuentra en

    Amrica Latina en esos niveles, y especialmen-

    te en el nivel semifabril y artesanal. Con todo

    esos niveles no tienen capacidad para absorber

    y, sobre todo, retener, una proporcin de mano

    de obra suficientemente grande como para que

    el sector en su conjunto aparezca conteniendo

    la mayor parte de la mano de obra total en la

    economa. Eso se debe a dos factores princi-pales:

    Primero que la parte de capitalismo compe-

    titivo en el sector secundario est deteriorn-

    dose bastante rpidamente bajo la accin del

    nivel monopolstico, en todas las rama princi-

    pales del sector en que exista. De hecho, las

    ramas dominantes hoy da del sector se desa-

    rrollaron directamente bajo control monopo-lstico y sus exigencias financiero-tecnolgicas

    excluyen otras modalidades de control. As,

    slo en las ramas tradicionales (vestuario,

    alimentacin, calzado) sobrevive la modali-

    dad competitiva del capitalismo, pero en su

    mayor parte en un nivel semifabril de organi-

    zacin pues el nivel fabril est ya, en buena

    parte, colocado bajo control monopolista. Esacondicin presiona a ese nivel de la produccin

    manufacturera a continuar absorbiendo mano

    de obra slo de modo irregular y fluctuante,

    entre la limitada expansin de algunas ramas

    y la contraccin de otras, y de las empresas en

    cada una de las ramas, a medida que la accin

    monopolstica despeja a este nivel de recursos

    productivos, de financiamiento, y de mercado.

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    Las empresas de este tipo de capitalismo

    competitivo, son caractersticamente fluc-

    tuantes. Unas desaparecen mientras otras sur-

    gen, y pocas permanecen en condiciones de

    constante deterioro de su lugar en el mercadoy en la produccin. Pero esas caractersticas,

    tpicas del capitalismo competitivo, permi-

    ten en cierta medida el mantenimiento de este

    nivel productivo del sector, aunque su funcin

    principal es surtir a los ms bajos niveles del

    mercado, y transferir sus excedentes por di-

    versos mecanismos hacia el nivel monopo-

    lstico del sector, y de la economa en su con-junto. No obstante, es su permanencia lo que

    asegura el mercado de trabajo ms amplio del

    sector secundario en su conjunto.

    En cuanto al nivel directamente artesanal

    del sector secundario urbano, en la Amrica

    Latina poscolonial no fue nunca muy grande

    el volumen de mano de obra all incorporado,

    porque su produccin nunca fue muy impor-tante, as como nunca ocup un lugar de pre-

    ponderancia ni en el conjunto de la economa

    ni en sus sectores urbanos. En los sectores

    rurales, la artesana manufacturera no exista

    como un sector diferenciado e independiente

    de los dems, pues formaba parte del carcter

    difuso o no especificado y no delimitado de los

    roles de la economa rural anterior a la nueva

    industrializacin, en que por lo tanto la mis-

    ma persona era simultneamente agricultor y

    artesano. Como sector diferenciado, en los sec-

    tores rurales, era ciertamente muy reducido, y

    su crecimiento en ciertos pases o regiones deellos es ms bien reciente.

    No es difcil explicar estas condiciones de

    existencia de la artesana manufacturera urba-

    na, en la Amrica Latina poscolonial. Funda-

    mentalmente, ello es una consecuencia de la

    divisin del trabajo impuesta a estos pases

    por las relaciones de dominacin imperialista,

    es decir por la obligada restriccin latinoame-ricana a la produccin de materias primas de

    un lado, y a la importacin de bienes manu-

    facturados desde los centros metropolitanos

    dominantes en cada etapa. Debido a eso, la

    relativamente amplia gama de artesana manu-

    facturera urbana colonial, fue decayendo rpi-

    damente en el periodo posterior, y esa forma

    de produccin qued por largo tiempo concen-trada en las reas rurales, en las condiciones

    sealadas antes. De otro lado, la relativamente

    temprana instalacin de la produccin fabril de

    ciertos bienes de alimentacin bebida, vestua-

    rio, calzado, en la mayor parte de estos pases,

    aceler la declinacin de la artesana manufac-

    turera urbana.

    En esas condiciones ese nivel productivo

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    urbano no poda tener mucha capacidad de ab-

    sorber la mano de obra que creca en las ciuda-

    des principales, mientras que el comercio y los

    servicios, primero, y poco ms tarde la cons-

    truccin y los transportes, se constituan comolos principales focos de atraccin de la mano

    de obra que se incorporaba al mercado de tra-

    bajo urbano ms importante. Esta tendencia no

    har sino fortalecerse al insertarse la nueva in-

    dustrializacin, esto es, la manufactura fabril

    con tecnologa compleja y bajo control mono-

    polstico, con sus caractersticos requerimien-

    tos de mano de obra.De all que, no obstante que la masa mayor

    de mano de obra del sector secundario, se con-

    centra en los niveles semifabriles y artesanales

    bajo modalidad premonopolstica, el sector en

    su conjunto no tiene ninguna posibilidad de

    absorber a la mayor proporcin de la mano de

    obra urbana en su conjunto. El desplazamien-

    to de mano de obra desde los sectores rurales

    hacia los urbanos de la economa, no consiste

    pues en un intercambio de mano de obra entre

    los sectores primarios y el sector secundario,

    sino en una proporcin minoritaria, pues la

    mayor parte de la mano de obra desplazada no

    ingresa en el sector secundario, y la que lo hace

    se concentra a su vez mayoritariamente en sus

    ms bajos niveles. Tomados por separado los

    sectores rurales y los urbanos de la economa,

    las nuevas formas de diferenciacin y articula-

    cin entre cada uno de sus sectores y niveles

    productivos producen tambin consecuencias

    decisivas sobre el mercado de trabajo.La expansin de las relaciones estrictamen-

    te capitalistas de produccin en los sectores ru-

    rales, lenta y molecular anteriormente y ahora

    cada vez ms acelerada, obedece a las nuevas

    condiciones que imponen los sectores urbanos

    de la economa y ante todo el sector fabril-

    industrial. Esas condiciones consisten, princi-

    palmente, en las necesidades nuevas del mer-cado urbano de productos rurales, tanto desde

    el punto de vista del consumo de la poblacin

    urbana como de su aparato productivo, y en

    la expansin del mercado rural de productos

    urbanos, no solamente de sus niveles interme-

    dios y bajos, sino tambin de ciertos productos

    de origen metropolitano extranjero, como la

    radio porttil, el reloj de pulsera, etctera.

    La modificacin del mercado urbano de pro-

    ductos rurales est tambin asociada a la modi-

    ficacin del mercado internacional de produc-

    tos rurales, que acompaa a la modificacin de

    los requerimientos de la economa metropo-

    litana dominante. La combinacin de ambos

    elementos fuerza en la economa rural ciertos

    cambios sustantivos, tanto en la especializa-

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    cin productiva, como en la organizacin de la

    produccin y el uso de los recursos producti-

    vos. Esos cambios son fortalecidos y acompa-

    ados por los que se derivan de la penetracin

    creciente de productos urbanos en el mercadorural, de la correspondiente expansin de re-

    laciones monetarias de mercado y de trabajo.

    Las presiones para una modificacin en la

    especializacin productiva rural, as como

    para cambios en la organizacin de la produc-

    cin y el uso de los recursos, se ejercen, natu-

    ralmente, sobre todo el nivel dominante de la

    economa rural, en cada uno de sus sectores.De un lado, las actividades extractivas cuya

    produccin se destina al mercado internacio-

    nal, sufren un proceso de racionalizacin y de

    concentracin de tipo monopolstico, estatal o

    privado, se incrementan sus recursos tecnol-

    gicos, de tal modo que se reducen rpidamente

    las respectivas necesidades de fuerza de traba-

    jo, mientras se incrementan las exigencias cua-

    litativas de mano de obra.

    De otro lado, las actividades extractivas

    destinadas al mercado urbano principal, y en

    menor medida al mercado regional o local,

    reorientan las lneas de produccin en funcin

    de los nuevos requerimientos de materias pri-

    mas para la industria urbana, ante todo, y de

    consumo de la poblacin urbana. Esa reorien-

    tacin implica tambin ciertos incrementos de

    productividad, va introduccin de nuevo ins-

    trumental o de nuevas formas de organizacin

    del trabajo, y la concentracin de los recursos

    productivos en manos de pocos grupos que yaexistan, se refuerza y se consolida en la ma-

    yor parte de los pases. En otros, los esfuerzos

    de redistribucin de los recursos productivos

    agropecuarios, no solamente de manera limi-

    tada y errtica en muchos casos, sino dentro

    del marco vigente de relaciones de produccin,

    permite la desconcentracin de los recursos

    productivos en los ms bajos niveles produc-tivos rurales; pero la racionalizacin implicada

    de uso de esos recursos y de organizacin del

    trabajo, engendra necesariamente la limitacin

    cuantitativa de fuerza de trabajo, acompaada

    de la expansin de las relaciones monetarias

    de trabajo y de mercado.

    De su lado, la rpida alteracin de las rela-

    ciones comerciales urbano-rurales, sobre todo

    entre los principales centros urbanos y el cam-

    po, con su secuela de expansin de las relacio-

    nes monetarias de mercado en la poblacin

    rural, genera un proceso de rpida declinacin

    de numerosos roles econmicos y la expansin

    de otros nuevos de contenido urbano, especial-

    mente vinculados al comercio, al transporte, a

    los servicios. Se podra pensar que en este pro-

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    ceso, la mano de obra que queda fuera de la

    estructura nueva de mercado de trabajo agro-

    pecuario y extractivo, es incorporada al mer-

    cado provisto por los nuevos roles que surgen.

    Con toda su importancia y su amplitud relati-va, esos nuevos roles no se desarrollan ni a la

    velocidad y ni con la amplitud suficientes para

    acoger la mano de obra que sale de los otros

    sectores, ni esa mano de obra puede modificar

    sus previas caractersticas como para insertar-

    se en los nuevos roles. Pero, sobre todo, estas

    nuevas actividades aparecen por lo general ya

    bajo el control de pocos grupos, que en su pro-porcin dominante tienen radicacin urbana.

    La expansin del mercado rural de produc-

    tos urbanos, y de las relaciones monetarias de

    mercado y de trabajo, tiene un impacto parti-

    cularmente fuerte sobre el nivel de la econo-

    ma de subsistencia en las areas rurales. No

    solamente se van deteriorando sus pequeos

    recursos de produccin, por el agotamiento

    de la tierra en sus manos, por falta de me-

    dios financiero-tecnolgicos adecuados, por

    el aumento de la poblacin respectiva a tasas

    naturalmente ms altas que en los otros sec-

    tores, sino que sus peculiares caractersticas

    de produccin para el propio consumo se van

    debilitando, aunque no desaparezcan ante el

    empuje de las nuevas relaciones de mercado

    y trabajo. Lo que era en el momento anterior

    de la economa rural una economa de subsis-

    tencia, se va modificando en un sentido que lo

    coloca como parte del nuevo polo marginal

    de la economa rural nueva.As, en el proceso de cambios de los sec-

    tores rurales de la economa derivados de los

    nuevos modos de su articulacin de conjunto

    con la economa urbana, y de la redefinicin de

    las relaciones entre sus propios sectores y ni-

    veles productivos, engendra una nueva estruc-

    tura del mercado de trabajo, que implica bsi-

    camente que un contingente creciente de manode obra incrementada por las tasas muy altas

    de crecimiento demogrfico, ms altas aqu

    que en los otros sectores de la economa va

    quedando fuera del mercado de trabajo de los

    niveles dominantes de la economa rural, mien-

    tras los nuevos niveles intermedios no tienen

    la suficiente amplitud para absorberlo, y de ese

    modo es obligada a emigrar geogrficamente o

    a refugiarse en un nuevo polo marginal rural,

    constituido por lo que se modifica de la previa

    economa de subsistencia, y por un conjun-

    to de actividades comerciales y de servicio del

    ms bajo nivel, de recursos productivos exi-

    guos, de precario nivel de organizacin.

    Al interior de la economa urbana, y bsica-

    mente en sus principales centros, los hechos

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    predominantes que definen las caractersticas

    del mercado de trabajo global y ya no solamen-

    te del que corresponde al del nivel controlado

    monopolsticamente, tambin forman parte de

    los cambios en las relaciones entre los diversossectores de la economa urbana y entre las mo-

    dalidades de cada uno de sus niveles.

    En primer lugar, la hegemona del sector

    manufacturero o secundario, no implica so-

    lamente la subordinacin correlativa de los

    otros, sino sobre todo una estructura distinta

    de articulacin entre todos ellos, y entre cada

    uno de sus respectivos niveles. As, tanto lossectores intermediarios como la construc-

    cin, la energa y los transportes, como el

    comercio y los servicios (o sectores tercia-

    rios), tienden a ser organizados, de un lado,

    segn las mismas modalidades del sector se-

    cundario o sea industrialmente; de otro lado,

    los niveles dominantes de cada uno de esos

    otros sectores, pasan a ser controlados de

    modo monopolstico; y, finalmente, se organi-

    zan para servir las necesidades de realizacin

    de plusvala generada en el sector secundario,

    y dada la orientacin central de ste, para ser-

    vir al mercado de los grupos de altos y medios

    ingresos de la sociedad, y a las necesidades de

    acumulacin y transferencia de capital hacia

    los centros metropolitanas.

    En segundo lugar, puesto que la posicin he-

    gemnica del sector secundario no beneficia a

    todos los niveles del sector, sino que resulta de

    la concentracin monopolstica de los niveles

    productivos ms avanzados, es inevitable quelos otros sectores tiendan tambin a diferen-

    ciarse acordemente en niveles de rendimiento.

    De ese modo, para la produccin de los ms

    altos niveles del sector secundario, destinada a

    los grupos de altos y medios ingresos, se cons-

    tituye un nivel correspondiente de servicios y

    de distribucin comercial, que por lo tanto con-

    trola monopolsticamente esas ramas de activi-dad a ese nivel.

    Paralelamente, la expansin relativa aun-

    que de caractersticas fluctuantes e inestables,

    dada su modalidad competitiva de organiza-

    cin, de los niveles intermedios de produccin

    manufacturera que sirven a un mercado de las

    capas bajas de los grupos de ingresos medios

    y a los grupos de bajos ingresos, urbanos y ru-

    rales, genera correlativamente la expansin de

    servicios y de comercio de nivel intermedio, or-

    ganizados tambin bajo modalidades competi-

    tivas, y por lo mismo inestable y fluctuante. En

    cambio el deterioro constante de la produccin

    directamente artesanal de manufacturas, a pe-

    sar de la limitada y fluctuante expansin de una

    artesana moderna por lo general no requiere

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    de la aparicin de un sector diferenciado de

    comercio de estos productos, que por lo mis-

    mo se hace por los propios productores, de tal

    manera que su mano de obra correspondiente

    ejerce simultneamente la funcin de produc-cin y de comercio de sus productos.

    Sin embargo, en la medida en que una vasta

    gama de servicios en los principales centros

    urbanos latinoamericanos no estn an indus-

    trialmente organizados, al paso en que crece

    aluvinicamente la poblacin de esos centros

    y en particular sus capas de bajos ingresos, se

    expande tanto el nivel semi-industrial de losservicios para los grupos de altos y medios

    ingresos, como la artesana de servicios para

    el mercado de bajos ingresos, que es el de ma-

    yor crecimiento.

    En esas condiciones, dadas las caracters-

    ticas propias de los niveles industrial y mo-

    nopolsticamente organizados de la economa

    urbana, respecto del tipo de necesidades de

    fuerza de trabajo, la mano de obra que se for-

    ma y que se desplaza o que es desplazada de

    los sectores rurales, as como la que se forma y

    es desplazada entre los sectores urbanos, se ve

    atrapada en una verdadera tenaza: un conjunto

    de sectores primarios de produccin que ince-

    santemente desplazan mano de obra, que crece

    a tasas demogrficas muy altas, y un conjunto

    de sectores urbanos de produccin, cuyos ms

    altos niveles limitan sus necesidades cuantita-

    tivas de mano de obra, incrementan sus exigen-

    cias cualitativas, concentran su mercado slo

    en pocos centros, mientras sus niveles inter-medios y bajos pierden sin cesar su acceso a

    recursos de produccin, y sus empresas pier-

    den estabilidad y fluctan entre alternativas de

    desaparicin y expansin segn las coyunturas

    de crisis generadas por el proceso de concen-

    tracin monoplica.

    El nuevo mercado global de trabajo urbano,

    al propio tiempo que deteriora la significacineconmica, es decir el rendimiento en trminos

    de produccin de capital, de un vasto conjun-

    to de roles y de formas de organizacin de la

    actividad econmica, no es capaz de erradicar

    definitivamente esos roles, ni de absorber a la

    mano de obra que se forma all y que es despla-

    zada desde all, sino que produce un constante

    deterioro relativo de las condiciones de ocupa-

    cin y de salarios de la mano de obra empleada

    en esos roles.

    Del mismo modo como los cambios en la

    economa rural producen un mercado de tra-

    bajo en cuya estructura no tienen ms cabida

    contingentes crecientes de mano de obra, los

    cambios en la economa urbana engendran

    un mercado de trabajo en cuya estructura sus

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    P

    ms altos niveles tienen carcter excluyente

    de mano de obra, sus niveles intermedios no

    tienen la estabilidad ni la capacidad de expan-

    sin necesarias para acoger de modo estable la

    mano de obra que afluye hacia ellos o de rete-ner la que ya tiene, y donde por consecuencia

    es inevitable que se expanda y se diferencie un

    mercado marginal de trabajo para las ocupa-

    ciones y roles que conforman el polo margi-

    nal de la economa.

    Se produce as un sector creciente de mano

    de obra que respecto de las necesidades de em-

    pleo de los niveles hegemnicos de actividad,monopolsticamente organizados, es sobrante;

    respecto de los niveles intermedios, organiza-

    dos bajo modalidad competitiva y en conse-

    cuencia marcado por la inestabilidad perma-

    nente de sus empresas ms dbiles, y de sus

    ocupaciones perifricas, esa mano de obra es

    flotante, pues tiene que estar, intermitentemen-

    te, ocupada o desocupada o subocupada, segn

    las contingencias que afectan a este nivel eco-

    nmico. En consecuencia, no puede escapar a

    la tendencia de hacer permanente su obligado

    refugio en los roles caractersticos del polo

    marginal, en donde flucta entre una nume-

    rosa gama de ocupaciones y de relaciones de

    trabajo. En este sentido, la tendencia principal

    de esa mano de obra es convertirse en margi-

    nal, y a diferenciarse y a establecerse como tal

    dentro de la economa.

    P

    Mientras que el concepto de polo marginal de

    la economa fue acuado para llenar un vaco

    conceptual frente a un fenmeno nuevo, el pro-

    blema conceptual frente a este sector diferen-

    ciable dentro de la mano de obra del sistema,

    es ms bien de deficiencia de los conceptos

    existentes que de carencia de ellos.Dos vertientes tericas en la Economa

    contempornea han elaborado conceptos que

    de cierta manera conciernen a la situacin de

    este sector de mano de obra en la estructura

    de produccin.

    La corriente neoclsica, de un lado, ha

    puesto en circulacin un grupo de conceptos

    de vasta utilizacin: desempleo, subempleo,

    desocupacin disfrazada. Es ya larga y cono-

    cida la discusin sobre la precisin y el valor

    analtico de estas categoras y no es necesario

    prolongarla aqu4. No obstante sus ambigeda-

    4 Sobre esta discusin ver, principalmente, Myrdal,

    Gunnar 1968Asian Drama: an Inquiry into the Poverty

    of Nations (Nueva York: Pantheon Books / Random

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    154 A Q - C H

    des y sus limitaciones, estas nociones pueden

    sin duda ayudar algo a la medicin de las pro-

    porciones de la mano de obra que en un deter-

    minado momento de una economa, no tienen

    empleo estable y orgnicamente vinculado ala produccin, en diferentes niveles, aunque

    por cierto no se ha alcanzado univocidad de

    criterios nmero de horas o das trabajados,

    cantidad de unidades producidas, ingresos per-

    cibidos, son los ms usados y eso limita an

    su poder de medicin.

    Para los propsitos de este trabajo, la difi-

    cultad central que ofrecen estas categoras esque, precisamente, agotan su utilidad en eso:

    un intento de cuantificacin en abstracto de la

    proporcin de mano de obra no plenamente

    empleada, sin permitir indicar nada acerca del

    lugar concreto que aqulla tiene en las relacio-

    nes de produccin de la sociedad, o en otros

    trminos, del rol econmico que define la si-

    House) Vol. II, cap. 21: 961 ss. Todaro, M. y Harris, J.

    R. 1969 Wages, Industrial Employment and Labour

    Productivity in a Developing Economy en Eastern

    Africa Economic Review, junio. Welliz, Stanilaw s/f

    Dual Economics, Disguised Unemployment and

    Unlimited Supply of Labor enEconomice, Vol. XXXV,

    N 137: 22-52. Wennacott, Paul 1962 Disguised and

    Overt Unemployment in Underdeveloped Economies

    en Quarterly Journal of Economics, Vol. 76.

    tuacin de esa mano de obra en la estructura

    de relaciones de produccin, y por eso mismo,

    esas categoras nada pueden decir tampoco so-

    bre los modos de articulacin de la estructura

    econmica, de los modos de acumulacin decapital que en ella predominan, y las determi-

    naciones que de ella se derivan para las relacio-

    nes entre cada uno de los sectores de la mano

    de obra y las relaciones de produccin.

    Por otro lado, el enfoque marxista ha elabo-

    rado la teora de la superpoblacin relativa,

    para dar cuenta de las diferenciaciones que, en

    la economa capitalista industrial, se estable-cen entre la poblacin trabajadora, en funcin

    de sus relaciones con el proceso de acumu-

    lacin del capital. El concepto central de la

    teora, es el de ejrcito industrial de reserva,

    como denominacin del sector de la poblacin

    obrera que, en un determinado momento de

    la acumulacin capitalista, resulta excesiva

    para las necesidades medias de explotacin

    del capital, es decir, una poblacin obrera re-

    manente o sobrante5.

    5 Marx, Karl 1946El Capital(Mxico: Fondo de Cul-

    tura Econmica) 4ta edicin, Tomo I, Cap. XXIII, p. 533.

    En rigor, los conceptos de superpoblacin relativa

    y de ejrcito industrial de reserva deben ser distin-

    guidos, pues corresponden a los distintos niveles de

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    P

    Para la teora, la acumulacin capitalista

    no es solamente un incremento cuantitativo

    sino un proceso de cambios cualitativos, que

    alteran la composicin cualitativa del capital,

    y que consisten en un constante incremento dela masa de medios tcnicos de produccin y

    una disminucin relativa de la masa de mano

    de obra para hacerlos producir, aun si el valor

    de esa masa de mano de obra no disminuye

    y por lo tanto si no se altera la composicin

    orgnica del capital. El incremento de produc-

    tividad que eso lleva consigo y, por lo tanto,

    el aumento de la tasa media de explotacinsobre el trabajo, tiende a producir de manera

    constante una poblacin obrera que excede a

    las necesidades de fuerza de trabajo. De ese

    modo, la poblacin obrera en su conjunto se

    diferencia entre un ejrcito obrero en activo

    anlisis, no obstante que en El Capitalesa distincin

    no aparece enteramente explicada. De all que en estetrabajo se seale la teora de la superpoblacin relativa,

    cuyo concepto central era, enEl Capital, el de ejrci-

    to industrial de reserva. Dentro de esta perspectiva, el

    concepto de mano de obra marginada, que no es otra

    cosa que un intento de conceptualizacin de ciertos

    cambios que ocurren en el destino de los trabajadores

    al cambiar los modos de acumulacin capitalista, se

    inscribe legtimamente dentro de la teora de la super-

    poblacin relativa, y no se opone a ella.

    y un ejrcito industrial de reserva, o super-

    poblacin relativa, creciendo esta ltima en

    proporciones siempre mayores.

    Esta superpoblacin relativa existe bajo

    diferentes modalidades, de las cuales serantres las principales, adems de dos secunda-

    rias: la superpoblacin flotante, la latente, la

    intermitente. Las otras dos secundarias, se-

    rian el lumpenproletariado y los pauperiza-

    dos. La flotante caracteriza a los centros de

    la industria moderna, y consiste en una masa

    de mano de obra que es alternativamente in-

    corporada y expulsada del empleo activo, enfuncin de los ciclos de contraccin o expan-

    sin del sistema. La latente existe en las zo-

    nas rurales, donde la acumulacin de capital

    tiende a dejar a un sector de trabajadores en

    situacin de subempleo, lo que se prueba por

    su xodo posterior a las ciudades. La inter-

    mitente, forma parte del ejrcito obrero en

    activo, pero con una base de trabajo muy

    irregular, como por ejemplo los trabajadores

    a domicilio. El lumpenproletariado o prole-

    tariado andrajoso es el conjunto de vagabun-

    dos, criminales y prostitutas. Finalmente, los

    pauperizados son los despojos de la super-

    poblacin relativa, que pierden todo recurso

    de ingresos, como los totalmente desocupa-

    dos aunque estn en capacidad de trabajar,

    156 A Q C H

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    los hurfanos, hijos de pobres y los invlidos

    sin ningn recurso. La rbita del pauperismo

    es el asilo de invlidos del ejrcito obrero en

    activo y el peso muerto del ejrcito industrial

    de reserva6

    .Parecera, pues, que el concepto de mano

    de obra mar