Aristóteles Emilio Lledó

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1 Aristóteles Índice 1. Vida y obra de Aristóteles a. Notas biográficas b. La ingente obra de Aristóteles c. Frente al idealismo de Platón d. De la experiencia al lenguaje 2. El hombre en la sociedad a. Ética y política b. La areté c. Las virtudes: el término medio d. La política y el Estado 3. La lógica de Aristóteles a. La palabra y el lenguaje b. Retórica y política 4. La naturaleza y el alma a. Cambio y movimiento b. La vida de la naturaleza c. El lugar del hombre 5. La metafísica aristotélica a. La noción de ser. b. Esencia y existencia c. La ciencia del ser 6. Teofrasto y otros aristotélicos Se suele plantear el estudio de Aristóteles sobre un equívoco. Por causas que, ahora, no podemos detallar, su nombre evoca a un autor de complicados «tratados filosóficos». Pero esto no es exacto. Aristóteles no escribió «tratados» de filosofía, porque, como vimos, la relación de un autor con su obra era muy distinta de lo que pueda ser hoy. A pesar de que ya la escritura había comenzado a tener un cierto desarrollo, todavía predominaba la oralidad en la transmisión del pensamiento. La idea, además, de escribir «libros» fue ajeno a una cultura en la que «hablar» era, en buena parte, la única forma de pensar. No es extraño, pues, que Aristóteles, como su maestzo Platón, escribiese «diá- logos», en su totalidad perdidos, y que lo que de él se ha conservado, al con- trario de lo que ha pasado con Platón, fueran los otros escritos que elaboró para

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Aristóteles

Índice

1. Vida y obra de Aristótelesa. Notas biográficas b. La ingente obra de Aristótelesc. Frente al idealismo de Platónd. De la experiencia al lenguaje

2. El hombre en la sociedada. Ética y política b. La areté c. Las virtudes: el término mediod. La política y el Estado

3. La lógica de Aristótelesa. La palabra y el lenguajeb. Retórica y política

4. La naturaleza y el almaa. Cambio y movimiento b. La vida de la naturalezac. El lugar del hombre

5. La metafísica aristotélicaa. La noción de ser.b. Esencia y existencia c. La ciencia del ser

6. Teofrasto y otros aristotélicos

Se suele plantear el estudio de Aristóteles sobre un equívoco. Por causas que,ahora, no podemos detallar, su nombre evoca a un autor de complicados«tratados filosóficos». Pero esto no es exacto. Aristóteles no escribió«tratados» de filosofía, porque, como vimos, la relación de un autor con su obraera muy distinta de lo que pueda ser hoy. A pesar de que ya la escritura habíacomenzado a tener un cierto desarrollo, todavía predominaba la oralidad en latransmisión del pensamiento. La idea, además, de escribir «libros» fue ajeno auna cultura en la que «hablar» era, en buena parte, la única forma de pensar.No es extraño, pues, que Aristóteles, como su maestzo Platón, escribiese «diá-logos», en su totalidad perdidos, y que lo que de él se ha conservado, al con-trario de lo que ha pasado con Platón, fueran los otros escritos que elaboró para

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1.Vida y obra de Aristóteles

a. Notas biográficas

El lugar donde Aristóteles trabajaba tenía el nombre de Liceo, unantiguo gimnasio dedicado a Apolo, al noroeste de Atenas, y encuyos jardines acostumbraba a pasear mientras «hacía» filosofíacon sus discípulos y amigos. De ahí, el nombre de «peripatético»(de peripatein, pasear). Parte de los escritos que nos han quedadoeran las notas que Aristóteles tomaba y redactaba para estaenseñanza, «dialogada». Todo esto da a la obra aristotélica uncarácter mucho más ágil e inmediato de lo que, a primera vista,presentan esos escritos tan «rigurosos» que han llegado hastanosotros.

Aristóteles, un «meteco», o sea, un ciudadano de origen griego,pero no ateniense, había nacido el año 384 en Estagira, en lapenínsula de Calcidia. Era hijo de un médico al servicio del rey deMacedonia, Amintas III, abuelo de Alejandro. Cuando tenía 17años —había quedado huérfano de niño— fue enviado por sututor a Atenas y durante veinte años permaneció en la Academiaplatónica. Cuando en el año 347 muere Platón, marcha a Asos, unaciudad de Asia Menor, gobernada por Hermias, con cuya hijaadoptiva, Pythia, se casará y donde permanece hasta el año 344. Alenviudar, Aristóteles volverá a casarse con una esclava, Herpilis,más joven que él y madre de Nicómaco. Otras fuentes atribuyen lamaternidad de Nicómaco a su primera mujer. En Asos conocetambién a Teofrasto, el gran científico e historiador que había decontinuar su obra.

En el año 342 acepta una invitación de Filipo para ocuparse de laeducación del adolescente Alejandro. Junto con Teofrasto, vuelveAristóteles a Atenas (334), funda el Liceo y comienza a desarrollaruna extraordinaria labor docente e investigadora. A la muerte deAlejandro (323), acusado también de impiedad como Anaxágorasy Protágoras, aunque tal vez las verdaderas razones fueran susrelaciones con Alejandro y la Corte macedonia, huyó de Atenas—«para que los atenienses no pecasen de nuevo contra lafilosofía»—. Se refugió en Calcis, en la isla de Eubea, y allí murió enel año 322.

b. La ingente obra de Aristóteles

Con la historia de sus escritos podría hacerse una buena novela deaventuras.

Esos escritos heredados por un discípulo, Neleo, a la muerte deTeofrasto, acabaron depositados en una habitación subterránea y,después de varias peripecias, fueron a parar a manos de Sila, queconquista Atenas el año 86 a.C. Ya en Roma, se ocupó de ellos ungramático que los hizo copiar. Muchas de esas copias llegaron aAndrónico de Rodas, un peripatético del siglo I a.C., que losordenó y editó. A él debemos la primera edición del CorpusAristotelicum.

Se cuenta que en la organización de estos escritos, encontróAndrónico unos pequeños «fascículos», de diverso contenido yque, por lo extraño de sus temas, no sabía cómo ordenar entre lasotras obras que estudiaban cuestiones más conocidas: el lenguaje,los fenómenos de la naturaleza, la vida de los animales, lascostumbres de los hombres, la organización de la ciudad, etc. Aesos escritos «inclasificables», los colocó detrás de los que

trataban de física. Y al ponerlos en tal lugar los llamó «los que vandetrás de los libros físicos», [µåôÜ ôÜ öõóéêÜ]. Este nombre casual,habría de constituir uno de los grandes dominios de la filosofía: lametafísica.

# Amplitud de su saber. Creador de palabras

Entre muchas cosas sorprendentes de la personalidad deAristóteles destaca la diversidad de sus intereses intelectuales quele llevaron a descubrir dominios nuevos. Saberes tanaparentemente contrapuestos y que abarcan campos que despuésse llamarían «Lógica», «Biología», «Política», «Física», «Poética»,«Ética» fueron «inventos» suyos.

Una buena parte de la terminología científica y filosófica, hastanuestros días, son «palabras» de Aristóteles: sustancia, accidente,relación, esencia, universal, acto, potencia, actividad, entidad,silogismo, finalidad, análisis, categoría, pragmático, forma,materia, elección, deseo, deliberación, energía, purificación yalgunas decenas más de palabras.

Muchas de estas palabras existían ya en la lengua griega, peroAristóteles les da un contenido absolutamente nuevo. Por ejemplo,ï Ûóßá , que para él significará algo así como lo que es o la sustancia,tenía en el lenguaje usual de los griegos el significado de lo quehay, las cosas que pasan de padres a hijos como herencia. Estaintuición de «quedar», de «permanecer», le hizo pensar que había,en el cambio de las cosas, en sus accidentes —que él llamóóõµâåâåêül, «lo que va con otro»— algo que no se mudase y quepermaneciese siempre igual a sí mismo: la ï Ûóßá , la sustancia.

Pero no fueron sólo este tipo de palabras. Lo que realmentecaracteriza a Aristóteles como creador de terminología filosófica fueesa serie de términos en los que utilizaba artículos, preposiciones,adverbios y que, al juntarlos, adquirían, dentro del lenguaje, uncontenido nuevo.

# Clasificación de la obra de Aristóteles

Todo esto presta a la obra de Aristóteles un carácter peculiar. Una

Terminología aristotélica

ôü íýí «lo ahora», o sea, el instante.ôü ðñül ôé «lo hacia algo», o sea, la relación. ôü äå ôé «lo esto algo», o sea, el singular. ôü ð ï éüí ôé «lo algo cual», o sea, la cualidad.ôü êáèzÐë ï í «lo en cuanto a todo», o sea, lo uni-

versal.ôü ôé ¦óôé«lo algo es».ôü ôß »í åÍí á é «lo que era ser», o sea, la esencia.ôü êáèzáýôüí «lo en cuanto mismo», o sea, lo en sí.¦íôåëÝ÷åéá compuesto de las palabras (¦íôåëÝl)

«completo», «acabado» y (ª÷åéí )«tener», de ahí nuestra «entelequia», oalgo que tiene finalidad en sí, que se dala finalidad a sí misma,perfeccionándose.

ï ý «íåêá «lo por algo», o sea, la finalidad.

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obra que se extiende, pues, por todos los campos del saber. Sesuele agrupar su obra en cinco grandes grupos de libros.

I La lógica

Él la llama Organon, un instrumento intelectual que sirve paramanejar el pensamiento. Parte de ese Organon son: lasCategorías, Sobre la interpretación, los Analíticos, Tópicos,Refutaciones sofísticas.

II Escritos sobre la naturaleza

En ellos Aristóteles describe sus observaciones sobre el mundoanimal o sobre los fenómenos celestes: Historia de losanimales , Las partes de los animales, El movimiento de losanimales, Sobre el nacer y el perecer, Sobre la generación delos animales, Pequeños tratados de historia natural, Sobre elalma , Física, Meteorología, Sobre el cielo.

III Escritos sobre teoría del comportamiento humano individual ocolectivo

Gran Ética, o Magna moralia como se le llamó en latín, ÉticaEudemia, Ética Nicomáquea, Sobre la virtud, Política,Económicos.

IV Teoría del arte

Retórica, Poética.

V Filosofía primera o Metafísica

Estos supuestos «Tratados» no eran, en realidad, como dijimos,«libros», sino «escritos» redactados muchos de ellos en distintasépocas. Fue un investigador alemán, Werner Jaeger, quien en dosobras famosas publicadas en 1912 y 1923, mostró cómo ese corpussistemático estaba formado por una serie de pequeños escritosque, aunque tratasen de un tema único, por ejemplo la «ética», ypudiesen componer un «libro», sus «páginas» acusaban la«mentalidad» del autor según el periodo de su vida en que loshabía redactado. Según Jaeger, la evolución del pensamiento deAristóteles había pasado de un posible platonismo a un estudiomás concreto de la naturaleza y la vida. Aristóteles tuvo siémpreuna actitud crítica y creadora hacia su maestro, que le llamaba «ellector», por la afición que mostraba no sólo a oír las enseñanzasque se daban en la Academia, sino a leer ya los escritos que en ellaempezaban a reunirse. Ese «mote» que Platón puso a Aristótelesindica hasta qué punto era entonces poco usual leer.

c. Frente al idealismo de Platón

Cuando Aristóteles llega a Atenas (367) a estudiar en la Academia,Platón se encontraba en Sicilia, y había escrito el Teeteto, elParménides y el Sofista, donde sometía a crítica uno de suspropios «productos»: la teoría de las Ideas. Pero, por encima de larevisión que Platón hace de sus propios trabajos, las obras deAristóteles expresaban no sólo una nueva forma de saber, sinotambién una idea central con la que se oponía a la ideología de sumaestro. Efectivamente, parece que a lo largo de la filosofía griegase desarrollan dos corrientes fundamentales.

! Una que se orienta a explicar los «fenómenos»

—(phainomena , es en griego la cara de las cosas; sus«apariencias»; lo que se ve, lo que resplandece por la luz)—,basándose en algo más allá de los fenómenos mismos. Así, elpensamiento mítico, las historias de los dioses o los héroesserán modos de ver el mundo e interpretarlo, «saliéndose» deellos. Platón, por supuesto, no piensa desde la tradición mítica;pero flotando sobre su filosofía está ese mundo ideal que es elfundamento de las cosas y hacia lo que todo tiene queproyectarse. Entender es mirar más allá, y ver en esa mirada elreflejo de unas ideas modelo. En la imitación de esas ideas con-siste el conocimiento y el sentido de la vida. La filosofía dePlatón construye, con las palabras, el eco de un cosmos deideas que forman, según él, la verdadera realidad.

! Aristóteles, por el contrario, centra su mirada en el más acá.Intenta descubrir en las cosas mismas los principios que lasexplican. Por eso, con una cierta imprecisión, se ha hablado delidealismo platónico y de l realismo aristotélico. Decimosimprecisión porque dos perspectivas aparentemente tanopuestas no responden a la «teoría» que exponen nuestros dosfilósofos. En el fondo, idealismo y realismo son caras de lamisma moneda. Y la moneda es la realidad del mundo y de lavida que surge sobre él.

Ninguno de nuestros dos filósofos conoció esos términos en elsentido que hoy les damos. Platón, al descubrir las ideas, no hacíasino entrever la oposición que existe entre el mundo y el lenguajeque lo dice. Y como el saber tenía que ser algo que sobrenadase alflujo continuo de las cosas, descubrió que este cambio debía sersuperado por un mundo inmutable como el Ser de Parménides, yaque de lo que siempre cambia no podemos hacer ciencia.

d. De la experiencia al lenguaje

Ese mundo se vislumbraba en el lenguaje . Decimos de las cosasque son «buenas», «verdes», «dulces», pero ese ser está atado altiempo cuya estructura consiste en estar siempre dejando de ser.Y esto era, sin duda, una intuición certera que seguirá preocupandoa la ciencia y a la filosofía posterior.

El problema es el mismo para Aristóteles. Las cosas, efectivamente,cambian. Pero en eso consiste su ser, y es ese ser, el ser de lascosas, el ser de lo que cambia, lo que hay que investigar y explicar.

Esta obra tan rica y compleja suele exponerse describiéndola comouna serie de disciplinas filosóficas, que ya Aristóteles hubieseintuido como partes de un sistema. Un autor, pues, que escribierasobre «asignaturas» como Física, Biología, Lógica, etc. Nada máserróneo.

Su obra escrita provenía, como hemos dicho, de sus notas para«hablar» con sus discípulos, para leerlas ante ellos y discutirlas. Dela misma manera, su obra «pensada», lo que esa obra escritadescubre, no son campos de saberes como los que a lo largo de lahistoria habrían de irse condensando en lo que se suele llamar«disciplinas» filosóficas.

Lo que se descubre en esos escritos son una serie depreocupaciones y ocupaciones intelectuales en las que, enprincipio, se recogen muchos de los problemas que plantearon losfilósofos anteriores a él, y en los que, además, aparecen lascuestiones que expresan su propia personalidad, su propia manerade entender el mundo y a los seres que lo habitan.

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Pero, además, esta mirada hacia las cosas se hace desde unhombre concreto, desde cada hombre concreto situado en el tiempoy en la realidad. Un ejemplo de ello es la importancia que daAristóteles al lenguaje que se habla y a las opiniones que en él sesustentan. Así, son frecuentes, en los libros de «Ética»,expresiones como «se dice que»; «suele afirmarse»; «he oído que».A estas expresiones en las que se resumen «opiniones» usualessobre la felicidad, la justicia, la política, añade Aristóteles lassuyas propias.

Esa misma curiosidad que le vuelve hacia las cosas, le hace fijarsetambién no sólo en ese lenguaje que oye y que consolida lo que sepiensa , sino en lo que, por encima de esas opiniones comunes, hanpensado hombres singulares que Aristóteles comenzó a llamarfilósofos o, más concretamente, «los primeros que filosofaron».Aristóteles muestra la originalidad de su pensamiento en tresámbitos distintos:

1. El mundo de lo real como objeto de experiencia, o sea, elmundo visto, sentido, percibido por alguien que lo interpreta ycomunica.

2. El mundo oído, y dicho en el lenguaje, o sea, en la tradición

de lo que se ha ido pensando en el tiempo y se ha idoexpresando.

3. El mundo de la historia que ya no es sólo el que nos llega porla tradición sostenida en el lenguaje que se habla, sino en eseotro lenguaje que pretende decir otra cosa que lo que se dice,o sea, el lenguaje filosófico.

Aristóteles nos deja ver así un momento original y nuevo. Setrataba de decir lo que es el mundo; de pensar la vida y la sociedadpara vivirla y organizarla mejor. Pero Aristóteles percibía tambiénque su obra intelectual era parte de una historia y que, en ella, élconstituía un eslabón del proceso temporal.

La consciencia que Aristóteles tenía del lugar que ocupaba en eseproceso le hizo escribir una pequeña historia de «los primeros quefilosofaron» al comienzo de su Metafísica. La interpretación quehace de estos filósofos muestra una perspectiva esencial delpensamiento filosófico y, en general, de la cultura que aparece enGrecia: sentirse miembro de una comunidad, elemento de unproceso que se proyecta hacia el futuro. Y en ese futuro estáinscrito el desarrollo positivo del ser humano, que descubre, comomotor, un ideal de bien y un instrumento para alcanzarlo, la justicia.

2.El hombre en la sociedad

Un texto de su Protréptico , una especie de introducción a lafilosofía, escrito en su juventud y del que sólo nos quedan un parde fragmentos, nos dice: «Amamos el pensamiento, amamos lainvestigación, porque amamos la vida» (B 73).

Este amor a la vida se manifiesta continuamente en su trabajo. Noes, por eso, extraño que abarcase tantos dominios y que, en todosellos, dejase una marca inconfundible. Cuando hoy tomamosalgunos de sus libros, editados cuidadosamente por la grantradición de filología clásica europea, no podemos por menos deadmirar la fuerza y modernidad de muchas de sus ideas. Ysorprende también que una vida que duró poco más de sesentaaños dejase esa obra inmensa que era la mejor prueba de que habíasido consecuente con esa pasión por mirar, por saber, de la quetanto había hablado.

a. Ética y política

El primer círculo de planteamientos que ciñen la vida humana tieneque ver con el comportamiento individual y colectivo. El amor a lavida que parece presidir la filosofía aristotélica tendrá que analizarlas formas en que esa vida se hace presente y qué valores presidenese vivir.

# La idea de bien y de felicidad: Eudaimonía

Aristóteles, mostrando una vez más el realismo e inmediatez demuchos de sus planteamientos, empieza la Ética Nicomáquea —elmás importante de sus escritos sobre el bien humano y elcomportamiento de los hombres— con estas palabras:

Todo arte y todo saber igual que todo lo que hacemos yelegimos parece tender a algún bien; por esto se ha dicho conrazón que el bien es aquello hacia lo que todas las cosastienden.

(EN, 1094a 1-3)

Esta confesión preside toda su obra. El bien es, pues, unatendencia natural del hombre. Pero este bien no es, en principio,algo alejado de los hombres y situado en un horizonte ideal. Elbien empieza siendo un objetivo dentro de la existencia humana.

Por eso, Aristóteles acude a uno de los conceptos fundamentalesde la cultura griega: la felicidad. En griego, felicidad se dice con unnombre poco misterioso, eudaimonía, que quiere decir tener unbuen demon. El término demon (äáßµù í ) no encierra ningúnsentido negativo, aunque nuestra palabra demonio proceda de ahí.Demon es una especie de divinidad, algo que, fuera de nosotros,puede influir en nuestro destino y nuestra suerte. Por eso, eladverbio åý, bien, que completa el término eudaimonía), le da esecarácter de buena suerte. Estar en el mundo es procurar esa buenasuerte, esa felicidad. Pero los griegos observaron las enormesdesigualdades que existían en su sociedad. Veían la riqueza másgrande junto a la más extrema pobreza. Ese tener tanto, o no tenernada, les hizo plantearse el porqué de estas diferencias. Antes deque la democracia abriese nuevas perspectivas a la felicidadposible, los griegos creyeron que esa abundancia de bienes era,efectivamente, un regalo de alguna generosa y arbitraria divinidad.Lo importante era, pues, tener un buen demon, que gratuitamentesorteaba la felicidad. Más que algo que se consigue, el bien y, enconsecuencia, la felicidad, es algo que se recibe.

Pero esta teoría tradicional que, en cierto sentido, respondía a unaexperiencia de los destinos humanos, hace con Aristóteles un girofundamental. Su interpretación de la felicidad, que arranca de esetener más, le lleva a prestar atención al lenguaje de suscontemporáneos, para saber qué dicen que es la felicidad. Unaprueba más de ese espíritu de observación con el que, comoveremos, estudiará a los animales, a los seres humanos como seres«biológicos», a los productos del hombre como el arte y la poesía,etcétera.

# Individuo y sociedad

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La mirada del filósofo se posa en la realidad de su tiempo y en losintereses de los seres humanos. Vivir bien —que es un principioético fundamental— se basa en tener cosas que satisfagannuestros deseos.

Casi parece inevitable ese principio de egoísmo que está en lanaturaleza humana. A lo largo de la historia, este planteamiento, enel que predomina el egoísmo del individuo o de una clase socialdeterminada, seguirá constituyendo un problema esencial de laética y de la política.

Aristóteles entiende que el comportamiento individual, por muyindependiente que pretenda ser, está siempre sumido en elcontexto colectivo. De ahí viene su afirmación de que, en el fondo,la ética es parte de la política, aunque analiza el bien del individuo.

Pues aunque el bien del individuo y de la ciudad sea el mismo, esevidente que será mucho más grande y perfecto alcanzar ypreservar el bien de la ciudad; porque, ciertamente, es apetecibleprocurarlo para uno solo; pero es más hermoso y divino el bien dela sociedad. (EN, 1, 1094b 7-10)

La idea del bien, que según Platón está por encima y más allá delmundo, adquiere en Aristóteles una distinta perspectiva.Efectivamente, el bien del individuo tiene que sobrepasar susparticulares intereses y, para ello, ha de recurrir a ese bien«superior» como es el bien de todos, el bien colectivo. Un biensuperior, pero humano; un bien en el mundo.

b. La areté

Esa interpretación del individuo en la sociedad requiere un procesode «educación» donde la ética sea como una teoría de la felicidadhumana en la que se conjuguen los intereses individuales con loscolectivos. La ética es, por tanto, un saber práctico, «pues noinvestigamos para saber qué es la areté, sino para que seamosbuenos» (EN, II, 1103b 27-28).

Aquí encontramos una palabra fundamental, areté, que podemostraducir por virtud, aunque significa más bien la excelencia

humana; lo que nos hace mejores en cualquier sentido. Aristótelesnos ofrece varias definiciones de areté. En una de ellas especificaque «la areté, o excelencia del hombre, es un hábito por el cual elhombre se hace bueno y realiza bien su función propia» (EN, II,1106a 20-22).

En griego, hábito se dice con un término que procede del verbotener . La areté es, pues, algo que se tiene, que se incorpora anuestro propio ser. Como el zapatero hace mejores zapatos cuantasmás veces los haga, así nos hacemos buenos practicando actosbuenos. Pero en la definición de Aristóteles hay una expresión untanto misteriosa. ¿Qué entiende Aristóteles por función propia delhombre?

Hay una palabra importante para entender esta función del hombre:la energeia, o energía: una capacidad para actuar. Pero estaintervención en el mundo de los otros hombres tiene que ser «deacuerdo con el lógos». Así como «la excelencia del ojo es hacerque ejecute bien su función de ver», de la misma manera la funcióndel hombre es hacer bueno su desarrollo como tal hombre. Y estoes una forma superior, o sea, excelente de vivir. Esta forma de vidaestá, pues, unida al lógos, a la racionalidad, al lenguaje que nos unecon los otros hombres, y a través de esa unión «dialogada»llegamos a conocerlos y a conocernos a nosotros mismos. Estaenergía o actividad razonada, con la que entramos en contactocon los demás, es una forma superior de felicidad. Este término queindicaba en principio un tener más y una simple posesión de cosas,a través de la experiencia socrática se ha transformado en ser más.La felicidad ya no es un tener, sino un ser. O mejor dicho, es untener algo tan impreciso como el lógos, la palabra; pero este teneres lo que nos hace seres humanos.

Estas perspectivas que abre la excelencia o virtud de la racionalidadhacen que Aristóteles defina también la areté como «un hábito deelegir que consiste en un término medio relativo a nosotros,determinado por la razón» (EN, II, 1106b 35).

# Lo necesario y lo posible

Elegimos porque el mundo se nos presenta como posibilidad. Noelegimos, por ejemplo, que dos y dos sean cuatro. Lo quenecesariamente tiene que ser no es objeto de elección. Lomaravilloso de la vida humana es que estamos situados ante unmundo «posible», ante una ambigüedad que es, precisamente, loque da sentido al vivir. Y en ese mundo ambiguo elegimos. Peroesta elección tiene que estar de acuerdo con un equilibrio, untérmino medio que ha de determinar el lógos, la racionalidad.

Esta mediación del lógos armoniza las tensiones del individuo,mitiga su egoísmo y lo convierte, así, en un ser humano. En laPolítica hablará Aristóteles de esta necesidad de comunicación delhombre, para la que el lógos y su forma perfecta, el diálogo, cons-tituyen el medio real en el que se desarrolla:

Es evidente que la ciudad es por naturaleza anterior alindividuo, porque si el individuo separado no se basta a símismo es por ser parte de un todo, y el que no puede vivir ensociedad o no necesita nada por su propia suficiencia, no esmiembro de la ciudad, sino una bestia o un dios.

(EN I, 1253 la 25-29)

La búsqueda del bien

Puesto que todo saber y todo elegir tienden a algún bien,volvamos a plantearnos la cuestión: cuál es la meta de lapolítica y cuál es el bien supremo entre todos los quepueden realizarse. Sobre su nombre, casi todo el mundo estáde acuerdo, pues todos dicen que es la felicidad y piensanque vivir bien y obrar bien es lo mismo que ser feliz. Perodiscuten sobre qué es la felicidad y no lo explican igual losque nada saben que los que tienen conocimientos. Puesunos creen que es algo tangible y visible, como el placer,la riqueza o los honores... Muchas veces incluso una mismapersona opina cosas distintas: si está enferma, la salud; si espobre, la riqueza; los que son conscientes de su ignoranciaadmiran a los que están por encima de los demás con suspalabras y pensamiento. Pero algunos creen que entretantos posibles bienes, hay algo que es bueno por sí mismoy que es la causa de que todos los otros sean bienes.

(EN, 1, 1095a 14-27)

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La ciudad, la polis, es el espacio adecuado en el que el hombredelibera y elige. Estar en medio del mundo humano requiere que losimpulsos que nos mueven en él puedan ser «libres». Esaposibilidad de elegir e inclinarnos deliberadamente al bien, planteala cuestión de que, tal vez, cada uno busca lo que le parece bien.Así, la voluntad se determina por bienes aparentes. Esta teoría dela apariencia expresa, por tanto, la fuerza de la perspectiva personalen todas nuestras deliberaciones y decisiones. Por eso, parasuperar la simple apariencia, será preciso el cultivo de algunas delas virtudes o excelencias que son lazos que nos unen a lasociedad.

c. Las virtudes: el término medio

Partiendo de estas ideas, Aristóteles desarrolla una teoría de lasvirtudes y hace una división entre ellas: hay virtudes éticas, quetienen que ver con el comportamiento, y se adquieren y consolidancon el ejercicio y la práctica. Entre estas virtudes describeAristóteles la generosidad, la veracidad, la moderación, el valor,que son términos medios entre extremos; así, el valor es un términomedio entre la osadía, que es un exceso de valor, y la cobardía, quees un defecto, etc.

Sobre todas estas virtudes o excelencias, destaca la justicia. Sufuerza sobre las demás consiste en su perfección, porque quien esjusto se proyecta más hacia el otro que hacia sí mismo. Esteplanteamiento muestra el sentido de solidaridad que correspondeesencialmente a la vida humana.

Y esta perfección quiere decir que aquello que sirve para protegerel conjunto de los individuos —la sociedad— es más importanteque lo que protege a uno de ellos —cada hombre concreto—. Poreso, la injusticia es el mayor de los males, al desgarrar el tejidosocial.

Las virtudes dianoéticas se desarrollan en el mundo intelectual y

manifiestan la vertiente racional del ser humano. Su objetivo son,en principio, las cosas necesarias, o sea, aquello que no puede serde otra manera. Por ejemplo, el que dos más dos sean cuatro. Laciencia (episteme) y la inteligencia (nous) son dos especies de estasvirtudes intelectuales. La unión de estas virtudes es la sabiduría(sophía). Pero hay también otras virtudes dianoéticas que serefieren a lo contingente, o sea, a lo que puede ser de otra manera.

Las virtudes características de lo contingente son el arte (téchne)y la prudencia (phrónesis). El interés de estos dos aspectos de laracionalidad consiste en ser expresión del mundo real; de lainestabilidad de la vida y de la capacidad del hombre para inventaruna forma «mundana» de racionalidad.

El arte desarrolla la posibilidad de crear objetos; la prudencia, laposibilidad de idear objetos, de reflexionar sobre el bien y el mal enfunción de determinados comportamientos. Es, pues, una especiede sabiduría práctica con la que nos orientamos.

La misma experiencia de las relaciones humanas le lleva a destacarla importancia de la amistad (philía). Casi una cuarta parte de laÉtica Nicomáquea está destinada al análisis de la amistad, de «lomás necesario de la vida» (EN, 1, 1155a 2). La sensibilidad deAristóteles ante esta fuerza que une a los seres humanos le hacedescubrir ese concepto del alter ego —«el otro que es como yo»—encamado en el amigo. En un sorprendente texto nos dice:

El amigo es otro yo. Y como es muy difícil conocerse a sí mismo[...] y por otro lado resulta muy agradable este conocimiento, ycomo tampoco es posible vernos a nosotros mismos a partir denosotros mismos como vemos en el espejo nuestro rostro,cuando queremos conocernos nos vemos en un amigo.

(MM, II, 1213a 12-24)

3.La política y el Estado

Las cualidades que Aristóteles estudia en la Ética encuentran susentido en la Política, ya que esta es «la más fundamental de todaslas ciencias, porque las contiene a todas» (EN, 1, 1094a 26-28). Esfundamental, al ser el hombre, por naturaleza, un «animal político»,o sea, un ser que necesita, esencialmente, convivir. Porconsiguiente, la política sirve para construir lo mejor posible unavida humana, y esta vida en común surgió para suplir la soledaddel hombre, su debilidad y su indefensión. Es cierto que la polisgriega era una forma de organización colectiva muy pequeña si sela compara con un Estado moderno, aunque en sus estructurasfundamentales presentan muchas semejanzas. En torno al año 400a. C. la población de Atenas era de 300.000 habitantes, de los cuales100.000 eran esclavos. Si no se cuentan niños y mujeres, lapoblación de ciudadanos libres y atenienses era de 40.000aproximadamente.

Precisamente en la Política da Aristóteles esa famosa definición delhombre como «animal que tiene lógos», un «animal que habla».Esta definición se encuentra en las páginas donde se expone lanatural sociabilidad del ser humano. La ciudad es, por tanto, unlugar donde el hombre realiza, necesariamente, su vida; dondehabla y se comunica. La esencia del hombre se alcanza en eseespacio de comunicación que es la ciudad. La convivencia no tiene

lugar sólo en un territorio físico, sino en un territorio ideal.

Como Platón, también hace Aristóteles un estudio de los regímenespolíticos. Entre ellos destacan la aristocracia, la oligarquía, lademocracia, la tiranía.

El mejor de los regímenes posibles consistirá en una mezcla dondese combine también lo mejor de cada uno de ellos. Lo mejor de lademocracia es la libertad, de la oligarquía, la capacidad de crear ri-queza, y de la, aristocracia, su excelencia, capacidad y cualidadesintelectuales, ya que aristocracia quiere decir el poder y la fuerza delos mejores.

En la organización aristotélica del Estado hay tres ideasfundamentales:

1. La armonía de los ciudadanos para que se alcance lo queconviene a todos, ya que nada en el Estado ha de regirse porprincipios egoístas.

2. La autarquía, término típicamente aristotélico y en el que seexpresa la independencia y autosuficiencia de la polis. Cuandola ciudad, e incluso el ciudadano, pierde esa independencia quepermite vivir y pensar libremente comienza la destrucción.

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«Llamamos ciudadano al que tiene la posibilidad de participaren las deliberaciones, posee la capacidad para juzgar, y, porconsiguiente, llamamos ciudad a la unión de ciudadanoscapaces también de vivir con autarquía» (Política, III, 1275b16-20).

3. La educación, que es tarea esencial del Estado, tiene comometa crear los mejores ciudadanos. La idea de una culturamoral como fundamento de la sociedad debe presidir laeducación. Esta educación ha de facilitar el desarrollo de lonatural (physis); ha de cuidar también la estructura moral y losverdaderos valores —solidaridad, generosidad, creatividad—de los jóvenes, y ha de fomentar su inteligencia y capacidad depensar. Por eso, Aristóteles sostiene que es el Estado quiendebe organizarla. «Puesto que toda ciudad tiene un solo fin, esclaro que la educación ha de ser una y la misma para todos losciudadanos, y que el cuidado de ella debe ser cosa de lacomunidad y no privada, como lo es en estos tiempos, en que

cada uno se cuida privadamente de sus propios hijos y les dala instrucción particular que le parece» (Política, VIII, 1337a21-25).

Entre los escritos políticos de Aristóteles ocupa un lugar especialla «Constitución de Atenas», que fue descubierto el siglo pasadoen Egipto. Esta obra formaba parte de las 158 constituciones queAristóteles había reunido para tener una base empírica en la re-flexión sobre la teoría política.

Una constitución es el ordenamiento de las distintasmagistraturas de un Estado y especialmente de aquella que esla suprema y lo es en el sentido de que es la autoridad mayor yla que todo lo rige.

(Política, III, 127Rb 6-10)

4.La lógica de Aristóteles

a. La palabra y el lenguaje

Desde el nivel de la ética y la política hemos descubierto enAristóteles la importancia del lógos y de la comunicación. Elestudio del lógos le lleva a otro de sus grandes descubrimientos:la lógica. Es curioso que el nombre que dio a estas investigacionessobre aspectos formales del lenguaje fue el de Organon , queentiende como un instrumento de la ciencia.

Proposiciones

El carácter general de este instrumento de investigación no esexclusivamente formal —puras estructuras mentales que operansegún presupuestos establecidos—, sino que esas formas serefieren a lo real, e incluso parten de ello. En este caso, lo real es lalengua griega que Aristóteles analiza y disecciona para descubrirsus estructuras esenciales y sus posibilidades de llegar a formas delas que se deduzca verdad. Las proposiciones con las que decimosel mundo son, pues, «organizaciones» formales de lo que existe.

CATEGORÍAS ARISTOTÉLICAS

Categoría Ejemplos

Sustancia (ï Ûóßá ) hombre

Cantidad (ðïóüí ) dos metros

Cualidad (ð ï éüí ) listo, bueno

Relación (ðñül ôé) mitad, doble

Lugar (ð ï à) en la escuela, en casa

Tiempo (ðïôÝ) ayer, luego

Posición (êåÃóèáé) sentado, de pie

Posesión (§÷åéí ) vestido, calzado

Acción (ð ï éåÀí ) correr, pintar

Pasión (ðñáó÷åéí ) gozar, afligirse

Categorías

En las Categorías, estudia Aristóteles esas formas más generalesde la existencia, que son esas diez famosas categorías, o sea,

estructuras fundamentales que organizan la realidad y que al mismotiempo son formas de atribuir un predicado a un sujeto.

Estas categorías son, sin embargo, determinaciones reales de lascosas y no son, como ocurrirá a partir de Kant, puras estructurassubjetivas de la mente. Pero esto confirma nuevamente ese carácter«empírico», esa manera de pensar que parte siempre de laexperiencia, o sea, de la vida del lenguaje.

# La demostración

El silogismo

Los Analíticos son dos colecciones de escritos en los que sedividen (analizan) las formas del pensamiento desde su posibilidadde afirmar o negar, de ser verdadero o falso, de ser universal oparticular. Aristóteles inventa la forma del silogismo que había detener un gran desarrollo en la filosofía medieval y en la lógicaposterior. Partiendo de tres conceptos, Aristóteles juega con susformas de unión para llegar a determinadas conclusiones.

La palabra silogismo quiere decir, pues, las posibilidades de unióndel lógos, donde se establecen los principios de la demostración.Aristóteles no sólo emplea conceptos como blanco o animal, sinoletras del alfabeto griego, estableciendo así los fundamentos de lalógica formal.

Llamo silogismo al que no precisa de ninguna otra cosa, apartede lo aceptado en sus proposiciones, para mostrar la necesidadde la conclusión.

(Analíticos, 1, 24b 23-25)

El silogismo está formado por tres oraciones, dos de las cuales sonlas premisas y la tercera es la conclusión que de ellas se deduce.Tres son los términos de un silogismo, dos de los cuales secomparan con otro que hace la función de término medio y que serepite en las dos premisas.

Premisas Todos los hombres son mortales

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[término medio]

Sócrates es hombre

[término medio]

Conclusión Luego Sócrates es mortal.

La inducción

En los Analíticos se estudian, además, las definiciones, lademostración inductiva que partiendo de proposicionesparticulares llega a formas generales o universales de conocimiento.Así como las deducciones, de las que tanto se alimenta la ciencia,parecen que son en sí más concluyentes y más potentes en suprueba, la inducción, al partir de lo real y sensible, parece paranosotros más convincente.

# La definición: comprensión y extensión

La determinación conceptual que llamamos «definición» y que, enparte, procede de demostraciones o inducciones pretende unconocimiento de la esencia (ELhos), y para ello son necesarias unaserie de distinciones claras entre géneros (ãåíç) y especies (åÇäç).

Estos dos conceptos expresan dos formas de clasificar a losindividuos reales y existentes. Aristóteles varía el significado quelos géneros y las especies tenían en Platón, desarrollando más susrelaciones lógicas. El género es una clase de conceptos definidossobre todo por su extensión: animal es un género en el que estácomprendida la especie hombre, y es, por consiguiente, unconcepto más extenso.

! La extensión de un concepto tiene que ver con suamplitud, o sea, con la mayor o menor cantidad de objetos quecaben en él.

! La comprensión de un concepto tiene que ver con las notasque determinan ese concepto. Suele decirse que a mayorcomprensión de un concepto, menor es su extensión, yviceversa, a mayor extensión, menor es la comprensión.

El concepto hombre tiene más comprensión que el conceptoanimal , pues lo definimos por una diferencia específica, laracionalidad, que no tiene el concepto animal. La riqueza de notasque definen un concepto adquiere su mayor significación en elindividuo concreto, por ejemplo, Juan, que tiene un sinfín de notas:animal, mamífero, hombre, nacido el 1 de mayo de 1979, en Roma,etc. Son tantas las notas que su extensión es mínima: sólo puedepredicarse de sí mismo. Por eso, como veremos, «el individuo esinefable».

Todo el instrumental que Aristóteles prepara tiene como objetivoel llegar a un «organismo científico», donde se explican las causasde las cosas, y alcanzar así la verdad de su constitución. la verdaddel ser.

b. Retórica y Poética

Estos análisis «formales» del lenguaje no bastan para agotar esecarácter esencial del lógos. En el lenguaje se describen tambiénotros usos y otras posibilidades. El lenguaje tiene una capacidad

de convencer que no radica sólo en su fuerza probatoria, en suverdad lógica. Aristóteles parte de la experiencia de los sofistas, dela práctica legal de los retores y oradores, que eran capaces deconvencer a sus oyentes con argumentos que podían no serverdaderos.

Parece, pues, como si se pretendiese configurar el fondo ético ypersonal; lo que, en cierto sentido, podríamos llamar hoy ideología,o manera de pensar forjada por diversos y, a veces, contradictoriosintereses. De ese fondo íntimo brotan nuestras palabras y ellasforman, en lo que decimos, el lenguaje que somos, el lenguaje quenos constituye.

La retórica se funda no tanto en la verdad o falsedad de lo que sedice, como en su verosimilitud , su parecer verdad. Pretendeconvencer contando, además, con las características de susoyentes, con sus predisposiciones y también con esas estructuraspersonales desde las que el orador habla y que presupone enquienes le escuchan.

# La opinión (ä ï î á)

Esos argumentos probables que giran en torno a este granconcepto de la filosofía griega, la opinión (ä ï î á), expresan, unavez más, el universo de comunicación en el que el ser humano semueve y que, próximo o alejado de la verdad, es algo tan real y ob-jetivo como la verdad misma .

Tenemos, sin embargo, la obligación de contrastar esas opiniones,esas informaciones que pueden ser falsas y deformar la vidaindividual y la necesaria convivencia. En un mundo de intereses, deegoísmo individual o gremial, es posible crear enemistades,provocar equívocos intelectuales.

Estas manipulaciones que tienen lugar a lo largo de la historia y,sobre todo, en nuestra época por la abundancia de medios para«comunicar», ya fueron intuidos también en la Retórica. Uno desus últimos apartados trata, precisamente, de las «formas de hacerodioso al rival». Hay maneras de provocar estas tergiversaciones,por ejemplo.

Cuando un acusador hace que un inocente se convierta ensospechoso. Había que poner, entonces, la sospecha en quienla ha movido, ya que sería absurdo que si él no es digno decrédito, lo fueran sus palabras.

(Retórica, III, 1416a 25-28)

A pesar de la actualidad de sus planteamientos, la Retórica no hasido estudiada suficientemente, si la comparamos con otras obrasaristotélicas. Pero hoy es importante, por las complejascaracterísticas de nuestra sociedad, volver a reflexionar sobreaquellas formas de comunicación que no tienen la verdad comoneta, sino algo que se parece a la verdad.

# La poética

En la Poética, Aristóteles se enfrenta con otra forma de lenguaje:lo que hoy podríamos llamar lenguaje literario. Uno de losconceptos fundaunentales de este singular escrito es el deimitación (µßµåóéò).

Pero esta imitación no se refriere a realizar una copia de lo que

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existe, sino a mejorar lo real, ya que el arte tiene una funcióneducativa, aunque sirva además para recrearnos y hacernos gozar.Un gozo que aparece bajo un término enraizado en la tradición dela medicina hipocrática, la catarsis o purificación.

Esta palabra ha sido objeto de diversas interpretaciones. Esevidente, sin embargo, que en ella se expresa la «exaltación» o«purificación» del oyente o del espectador. En la catarsis seagudiza la sensibilidad y se alteran e, incluso, se hacen mejores losafectos. Nuestra experiencia personal del arte, sobre todo si hemossido educados en ciertos valores, nos deja ver muchas veces algode lo que quiere decir catarsis, en relación con esa otra palabra másusual, pero no por ello fácil de definir, como es la belleza . Aris-tóteles entendía por bello «lo que siendo preferible por sí mismo, esdigno de ser alabado, o lo que siendo bueno, nos da placer porquees bueno» (Retórica, 1366a 33-35). Una definición que expresa esaposibilidad de elección proyectada hacia el bien y hacia sumanifestación y comunicación.

La función pedagógica de este trato con el arte, que arranca de unaimitación, plantea el sentido de la poesía:

Resulta claro que no corresponde al poeta decir lo que hapasado sino lo que podría pasar, o sea lo que es posible desdela verosimilitud o la necesidad. En efecto, el historiador o elpoeta no se diferencian por decir cosas en verso o en prosa(pues sería posible versificar las obras de Heródoto y no, porello, serían menos historia). La diferencia estriba en que unodice lo que ha sucedido y el otro lo que podría suceder. Por esoes tabién la poesía más filosófica y elevada que la historia,pues la poesía dice lo universal, la historia lo particular.

(Poética, 1451b 1-5)

Estas formas de lenguaje aluden también a dos perspectivas en elconocimiento. Pero ambas apuntan a un carácter de modelo yejemplo que estos conocimientos tienen. Cuando Tucídidesescribía que lo que hace es «un logro para siempre y no algodestinado a desaparecer en el instante» (1, 23) estaba tambiénproyectando ese impulso pedagógico, que como la tragedia o lacomedia, apuntaban al futuro.

5.La naturaleza y el alma

Saliendo del territorio que, en buena parte, es producto de lavoluntad y creatividad humanas, como la ética, la política o el arte,hay un dominio ajeno ya a la voluntad del hombre. A este dominiolos griegos llamaron naturaleza (nýóél). La característica esencialde estas realidades naturales es la de estar en movimiento ytransformación. Así como las matemáticas u otros objetos idealesson inmutables y abstractos, la naturaleza es variable y concreta.

a. Cambio y movimiento

La «física» será, pues, el saber que pretende explicar el movimiento.Aristóteles entiende esta inestabilidad o cambio de tres maneras:

1. Un cambio de lugar en el espacio (nýóél).

2. Un cambio cualitativo en el que se transforma la materiamisma objeto del cambio (ïë ë ï ßùóél).

3. Otro tipo de movimiento que no transforma las cosas, sinoque las hace aumentar o disminuir.

Tal como se suele afirmar, estos tres «cambios» corresponderían,respectivamente, a la mecánica, a la química y a la biología oestudio del desarrollo de los organismos vivos.

Una idea central de los cambios en la naturaleza es su finalidad. La«naturaleza no hace nada en vano» (Sobre el cielo, 271 a 33),aunque Aristóteles señala también ese carácter de azar (ôý÷ç) quecombina, muchas veces, el movimiento de las cosas. Este carácterazaroso hace que la naturaleza no alcance en muchos momentos lafinalidad que busca. Formas que expresan esa finalidad ymovimiento que preside la naturaleza son la teoría de los cuatroprincipios o causas que determinan el proceso de lo real:

1. La materia (àëç), o sea, aquello de lo que algo se hace.

2. La forma (åÉäï l, µï ñnÞ), que determina la estructura de lamateria.

3. Lo que origina el molimiento (á Æôßá ) y que actúa de unamanera causal en él, siendo el agente que lo origina.

4. La finalidad (ôÝëï l) por la que algo se hace.

El ya famoso ejemplo de la estatua servía para expresar estasdistintas causalidades. El mármol de la estatua sería la materia; laforma sería la del auriga de Delfos. por ejemplo: quién la originasería el artista, y el fin por el que se hace sería para premiar a undeterminado triunfador en una competición.

b. La vida de la naturaleza

Una parte importante en la obra de Aristóteles la constituyen susescritos en los que nos describe la naturaleza de los animales. Enellos estudia otros tipos de movimientos que los de los astros y ensus páginas encontramos descripciones sorprendentes que vandesde la reproducción de los moluscos o los mamíferos hasta lainteligencia de los delfines, por ejemplo. La mirada de Aristóteles,como la de todo gran investigador, está llena de curiosidad, deinteligencia y amor. Por eso encuentra en todos los seres de lanaturaleza algo maravilloso:

En cada criatura de la naturaleza hay algo maravilloso . Y asícomo se cuenta que Heráclito dijo a unos extranjeros, paradosa su puerta al verlo calentándose en una estufa, «entrad queaquí también hay dioses», del mismo modo al investigar cadauno de estos seres vivos, no hay que avergonzarse, sino tenerla seguridad de que en cada uno de ellos se encuentra algoque manifiesta su naturaleza y su hermosura . Porque en todaobra de la naturaleza no es el azar quien domina, sino el sentidoy la finalidad. Este fin en vista al cual se han constituido estosseres, pertenece al reino de la belleza.

(Sobre las partes de los animales, I, 645a 10-25)

Ese amor por la naturaleza que hoy debemos sentir comoextraordinariamente actual, llevó a Aristóteles a reunir en esostrabajos una cantidad tal de informaciones que provocó la

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admiración de Darwin y de biólogos de nuestros días.

c. El lugar del hombre

Aristóteles traza una línea continua que, en el desarrollo de lanaturaleza, va de lo inorgánico a lo orgánico. El momentosupremo de este desarrollo es el ser humano. La psicología es,pues, parte del estudio de ese gran organismo que es la naturaleza.

De la misma manera que los animales se diferencian del hombrepor tener, en mayor o menor grado, ciertas cualidades, lo mismos e distingue el hombre de los otros animales. También del arte,de la sabiduría y de la inteligencia que se dan en el hombre,hay algo en los animales. Esto se manifiesta claramente en losniños. Durante la infancia es posible descubrir rasgos dedisposiciones futuras y su alma, por así decirlo, no difiere eneste periodo del alma de los animales. No es, por eso, extrañoque sean idénticos algunos de sus rasgos psíquicos y otrossean muy parecidos y otros análogos.

(Historia de los animales, VIII, 588a 30-588b 4)

En conexión con estas analogías, el alma (øõ÷Þ), principio de lavida, ocupa tres niveles distintos.

a) Alma vegetativa, que sería el nivel inferior y que anima losprocesos de alimentación y procreación.

b) Alma sensitiva, que da vida a las sensaciones, a los estadosde placer y dolor, y a los deseos que impulsan determinadosmovimientos.

c) Alma intelectiva o racional, que es el grado superior y quecaracteriza, sobre todo, al hombre.

# Racionalidad y lenguaje

A pesar de las relaciones entre estas «formas» de ser vivo y de lasemejanza del hombre con el animal, Aristóteles fue quien vio conmás claridad la esencial diferencia. El animal siente pero noentiende. Este proceso de inteligencia está unido al lenguaje , quees la verdadera caracterización de la esencia del ser humano. Lavida del hombre es una vida en la racionalidad y en el lenguaje.

Aristóteles define el alma como «forma de perfección de un cuerponatural que tiene la vida en potencia» (Sobre el alma , 412a 30). Seha insistido en esta complicada definición en la que utiliza unadifícil terminología: por ejemplo, el concepto de entelequia, quequiere decir algo así como perfección, lo que completa un ser.

Parece, sin embargo, que Aristóteles se refiere al alma humana, enuna estrecha unión con el cuerpo, como la fuerza que determina yda la forma de vida —la vida del lógos— a un cuerpo que ya es ensí mismo organización para vivir.

Intentemos, desde un texto suyo, intuir esta definición de alma.Aristóteles busca ejemplos muy concretos para explicar lo que tanabstractamente quiere decir:

Apliquemos lo que veníamos diciendo a las partes de un cuerpovivo. Si el ojo, en efecto, fuese un animal, la vista sería sualma , porque ella es la sustancia y razón del ojo, y el ojo es lamateria de la vista. Y si a ese ojo le faltase la vista, ya no habríaojo, sino sólo la palabra que podría aplicarse a un ojo de piedra

o a un ojo pintado.

(Sobre el alma , II, 412h 17-20)

El concepto de forma y materia tan característico de Aristótelesofrece en este ejemplo un gran interés. La vista informa al ojo, perono modificando su estructura —como el escultor el trozo demármol—, sino dotándole de vida, o sea, permitiéndole que sirvapara lo que es. El alma es el ser del cuerpo, como el ser del ojo es lavisión.

# El pensamiento (í ï ØlØl)

Y este ser adquiere su verdadera y más elevada función en ellenguaje (ëüãï l) y el pensamiento (í ï Øl).

La inteligencia o nous es la forma superior del alma. Pero haydiversos tipos de inteligencia:

! Una inteligencia que recibe y elabora.

! Otra que actúa, modifica y crea.

La inteligencia receptora o pasiva es como una especie de tablillade cera en la que la inteligencia activa y creadora escribe.

Estas divisiones que hoy podrían parecernos demasiado abstractaso formales trataban, sin embargo, de analizar los fenómenosmentales con extraordinaria sutileza y precisión. En estasdescripciones Aristóteles procuraba no alejarse de la experiencia y,por eso, tomaba siempre en consideración las manifestacionescorporales de la inteligencia.

Así, en un pasaje muy conocido de uno de sus es critos biológicosdice:

Anaxágoras cree que porque el hombre tiene manos es por loque es el más inteligente de los animales. Quizá tuviera mássentido decir que tiene manos porque es el más inteligente. [...]En efecto, el animal más inteligente es el que es capaz de usarun gran número de instrumentos, pero las manos no son uninstrumento sino muchos [...] y precisamente para poderadquirir la mayor cantidad de técnicas posibles es por lo que lanaturaleza le ha dado el instrumento más útil: las manos.

(Sobre las partes de los animales. IV, 687a 8-23)

En otro texto del escrito aristotélico Sobre el alma se recogen estosejemplos en un nuevo contexto, donde se analizan la inteligencia,los sentidos y las imágenes:

El alma es como la mano porque de la misma manera que lamano es el instrumento de los instrumentos la inteligencia onous es la forma de las formas, y la sensación es la forma de lossensibles. Y puesto que no hay cosa alguna que existaseparadamente fuera de esas magnitudes sensibles, es en esasformas sensibles donde existen las inteligibles, tanto lasllamadas abstracciones —las matemáticas, por ejemplo— comolas cualidades y afecciones de las cosas sensibles. Por eso, sinos falta la sensación no sería posible aprender nada. Elejercicio teórico debe estar acompañado de una imagen(nÜíôáóµá ), porque las imágenes son como las sensacionessólo que inmateriales. La imaginación (ná í ôá ó ßá ) es, pues,distinta de la afirmación o la negación. Se precisa pues una

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combinación de nociones o formas mentales (noemata) parallegar a lo verdadero y a lo falso.

(III, 432a 1-12)

La facultad de imaginar o fantasía nos lleva a otro campo de

análisis, donde Aristóteles describe aquellas formas deconocimiento que están unidas aún a lo sensible. Destaca, así, laimportancia de la memoria (µí Þµç), que también puede darse en losanimales; pero hay una forma de memoria consciente, la re-miniscencia (ïí ܵíåóél), que es sólo propia del hombre.

6.La metafísica aristotélica

Como vimos, este nombre, aparentemente tan filosófico y que sirvede título a una serie de escritos dispersos de Aristóteles, fuetotalmente casual. Sin embargo, buena parte de estos escritostrataban de un tema central para la filosofía: el ser. La tradicióngriega ya había utilizado este concepto, que aparece en el horizontefilosófico con Parménides. Pero será Aristóteles su gran teórico yla Metafísica la obra donde nos exponga su teoría. En ella se hablade los principios de la realidad sensible que, como la materia y laforma, parecen ser estructuras fundamentales de la realidad; de losnúmeros y la matemática; incluso hay un pequeño vocabulariofilosófico en uno de estos libros; y una breve «historia de lafilosofía» en el primero; pero es el ser, la esencia, los modos de ser,lo que constituye el argumento central de la obra.

Resumen del índice de la Metafísica

Libro I De lo que trata la filosofía: causas y

principios. Pequeña historia de la filosofía.

Libro II La verdad. Las ciencias prácticas. La filosofía.El método.

Libro III ¿Hay una ciencia o muchas? Los números ylas matemáticas.

Libro IV El ser en cuanto ser. Apariencia y verdad.

Libro V Vocabulario de términos filosóficos.

Libro VI La ciencia teórica. Sobre el ser accidental. Sery no ser.

Libro VII Sobre la sustancia. Forma y creación. El

arte y el azar.

Libro VIII La sustancia, la materia y las causas.

Libro IX De la potencia. La actualidad del Bien.

Verdadero y falso.

Libro X La unidad y la diferencia. Igualdad y

oposición. Lo que perece y lo imperecedero.

Libro XI De nuevo sobre la filosofía. El cuerpo,

el infinito y el movimiento.

Libro XII Sobre la esencia. El primer motor y la

inteligencia.

Libro XIII Los seres matemáticos. Crítica a las

Ideas.

Libro XIV Los seres eternos. Los números y su

origen. Los pitagóricos. Otra vez las Ideas.

a. La noción de ser. Esencia y existencia

Un lingüista de nuestro tiempo ha escrito que «la estructura de lalengua griega predisponía a que la noción de ser tuviese un largodestino filosófico. Abundantes testimonios de la literatura griega,anteriores a Platón y Aristóteles, nos permiten afirmar que ser erasinónimo de vivir. Yo soy, equivalía, pues, a «yo tengo vida». El serempezará a expresar dos aspectos de la realidad: existencia yesencia.

Desde el punto de vista de lo existencial , ser es la estructurafundamental de las cosas, su presencia real, incluso el aparecer: sumaniféstación: esos árboles, esas casas, esos hombres. Por muchoque la reflexión filosófica se haya ido «abstrayendo» de lasdeterminaciones o formas del ser, ese primer momento masivo eindeterminado de lo real ha estado siempre presente en el ser.

Pero hay también una consideración esencial y es la que va adesarrollar, de una manera original, Aristóteles. Ese otro carácterdel ser aparece sobre todo cuando predicamos una cualidad de unsujeto: el hombre es joven; el cielo es azul. Esta presencia del serestaba en la estructura de la lengua griega e implicaba una especiede identificación entre dos partes aparentemente separadas por ellenguaje. Los sentidos me dan una única realidad, cuando digo:Juan es alto. Los sentidos sólo me indican: Juan, como un bloquemasivo de sensaciones.

La relación entre el hombre concreto e «individual» y las distintascualidades que de él predicamos no está lejana de esa concepción«existencial» o «realista» de la filosofía aristotélica. Llama laatención, en este sentido, el arranque de su Metafís ica , quetraducimos interpretando lo que en ese texto se dice:

Todos los hombres desean por naturaleza mirar y saber lo quemiran. Prueba de ello es el gozo que nos dan los sentidos.Porque gozamos el sentir en sí mismo, con independencia deque nos sirva para algo. Y sobre todo el gozo de mirar. [...] Y larazón es que la vista es, de entre todos los sentidos, quien noshace conocer más y nos descubre más diferencias.

(980a 22-27)

Este comienzo imprescindible de todo conocimiento aparece en elhombre en un nivel distinto que el de los animales.

Por naturaleza, los animales nacen dotados de sensación; de lasensación nace, en algunos, la memoria [...] los demás animalesviven con imágenes y recuerdos y participan poco de laexperiencia: pero el género humano dispone del arte y delrazonamiento. En los hombres, pues, la experiencia viene de lamemoria.

(I 980h 24-30)

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La memoria constituye así un fondo donde las sensaciones seliberan de su carácter efímero. Algo queda en nosotros de esassensaciones inmediatas que el tiempo se lleva. La memoria es laposibilidad de salvarlas.

# Crítica a las ideas «platónicas»

Este comienzo de la filosofía partiendo de lo sensible hará queAristóteles critique las ideas platónicas:

Todos los argumentos con que se intenta probar la existenciade las ideas, no prueban nada. [...] Una de las más difícilescuestiones sería demostrar para qué sirven las ideas a los seressensibles eternos o a los que nacen y perecen, pues no causanen ellos ni movimiento ni cambio alguno. Tampoco sirven denada para la ciencia de las demás cosas, pues no son sustanciade éstas, de lo contrario estarían en ellas.

(990b 9-99 1 a 5)

La principal objeción de Aristóteles se refiere a esta separaciónque Platón pone entre las ideas y las cosas. Por eso busca un saberlo suficientemente universal y abstracto y que, al mismo tiempo,esté radicado en las cosas y parta de la experiencia de ellas. Unaexperiencia que acopla la mirada con el recuerdo, la sensación conla reflexión.

Aristóteles piensa que los conceptos subjetivos —esas visionesde las ideas— han de tener un fundamento en lo real, ya que, comoveíamos, cualquier conocimiento de lo universal ha de estarprecedido de un conocimiento sensible y no «ideal». No existe laidea que no haya ido levantándose sobre la realidad de laexperiencia, esa mezcla de sensación y memoria. Los hombresempezamos conociendo lo primero en relación con nosotros ysólo de ello podemos partir para llegar a lo que es primero en lanaturaleza .

Lo primero para nosotros son las cosas singulares, lo queperciben mis sentidos, este hombre que es, por ejemplo, Juan.Aristóteles construirá así toda una nueva interpretación del ser.Los puntos más importantes de esta interpretación son:

a) Hay una ciencia que pretende estudiar el ser en cuanto ser.

b) Este ser en cuanto ser es una perspectiva que brota delhecho de que sólo existe la sustancia individual.

c) Sin embargo, la ciencia del ser en cuanto ser no puedeconstruirse en el estudio de cada sustancia individual, encuanto tal, sino de lo universal que hay en cada sustancia yque podernos predicar de ella, gracias a la abstracción y ge-neralización que permite el lenguaje.

d) Por eso Aristóteles afirmará que «el ser se dice en muchossentidos; pero todos se refieren a una sola cosa y a unanaturaleza única y no equívocamente; y de la misma maneraque por sano se entiende todo lo que se refiere a la salud, loque la conserva, lo que la produce y lo que la indica [...] asítambién el ser tiene muchas significaciones: pero todas serefieren a un solo principio. Decimos de tal cosa que es porquees sustancia: de otra decimos que es por ser modificación de lasustancia. De otra porque está en camino de ser sustancia: deotra decimos que es porque es corrupción, privación o

cualidad de la sustancia, o porque produce o genera lasustancia o las cosas que se dicen de la sustancia» (Met.. IV,1003a 33-1003b 10).

En el lenguaje encontramos, pues, los sentidos del ser.Efectivamente, el verbo ser tiene matices distintos cuandoafirmamos: «Juan es hombre». «Juan es listo» o «Juan es más altoque Carlos». Estas «maneras» de decir expresan firmas diferentesde comportarse el verbo ser. En la primera oración, ser expresa laesencia, lo que verdaderamente es Juan: en el segundo caso,expresamos una cualidad: en el tercer caso, una cantidad.

Pero Aristóteles insiste en algo fundamental: estas «categorías»que descubrimos al analizar las formas de atribución del verbo ser,no son categorías del juicio, no son sólo categorías del lenguaje,sino de la realidad.

Yerra, pues, aquel cuyo pensamiento está en contradicción conlas cosas [...] pues tú no eres blanco porque nosotrospensemos verdaderamente que eres blanco, sino porque tú eresblanco nosotros decimos, con verdad, que lo eras.

(Met. IX, 1051b 4-9)

b. La ciencia del ser

# Sustancia y accidente

La filosofía primera o ciencia que busca el ser se presenta enAristóteles como un saber sobre la sustancia (ï Ûóßá ): el ser estáallí donde se da una realidad determinada con la que los sentidosse encuentran. La sustancia es algo que existe en sí mismo,individualmente. No es una colección de seres, ni algo abstractoy general. Las cualidades, por ejemplo, «frío», «pesado», no sonsustancias aunque acompañan y determinan a la sustancia. Son,pues, accidentes, que pueden variar, ser distintos, en cadasustancia sin que ésta deje de serlo, y que sólo se dan en algo queya es sustancia.

Esta perspectiva acentúa el sentido «realista» de la filosofíaaristotélica. Por eso, sustancias son los cuatro elementos, que yaconocíamos por la tradición anterior a Platón, y los seres vivos ytoda esa serie de realidades que existen por sí mismas. Aristótelesestablece, en las sustancias, una interesante distinción:

Sustancia primera

«La sustancia llamada así en su sentido más propio es aquella queni se dice de un sujeto ni está en un sujeto, por ejemplo, el hombreindividual, o el caballo individual.» Efectivamente, este hombre,Juan, no puede decirse o predicarse de otro, en cuanto tal hombreconcreto. Y él mismo no está en otro, como puede estar elaccidente, blanco, en Juan.

Esto daba a las sustancias individuales su marcado carácter deprincipio de toda reflexión; pero, al mismo tiempo, surgían ciertasdificultades que la tradición posterior expresó. Como vimos, lafamosa frase «el individuo es inefable» significaba también quecada ser concreto es tan complejo que no podemos decirlo. Nopodemos agotar todas sus posibles características. Pero, de todasformas, son sustancias por excelencia, «porque son sujeto —lo quesubyace— a todas las otras cosas; de modo que todas las otras co-sas, o bien se dicen de esas sustancias como de sus sujetos, o bien

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están en ellas como en sus sujetos» (Categorías, 2b 3-5). Se dicede Juan que es hombre; se dice de moreno que está en Juan.

Sustancia segunda

«Se llaman sustancias segundas las especies a las que pertenecenlas sustancias llamadas primeras, tanto esas especies como susgéneros. El hombre individual, Juan, pertenece a la especie hombrey el género de dicha especie es animal; así pues, estas sustanciasse llaman segundas: hombre y animal, por ejemplo» (Categorías,2a 13-19).

Partiendo, pues, de las sustancias primeras, Aristóteles construíatodo un entramado intelectual que no sólo le permite«universalizar» la realidad y poder hablar de ella, sino definir susrelaciones, sus identidades y sus diferencias, que como «hombre»y «animal», en cuanto conceptos abstractos, no existen en larealidad.

# Materia y forma

En su análisis de la realidad, Aristóteles descubre otra distinción.Hay algo de lo que parece que están hechas las cosas, y unahechura o forma que, sin embargo, las distingue. No existe nuncauna materia sin forma, aunque puede haber superposición deformas en una materia: por ejemplo, el mármol, su forma de mármol,antes de ser estatua.

La materia no existe como pura materia prima en el mundo real,aunque, tal vez, haya que intuir una primera materia indeterminadacomo fundamento último de todo ser y todo cambio.

Se plantea entonces ese deseo de la materia a ser informada, comosi la materia saliese en busca de su forma. Esto presta a laconcepción aristotélica del mundo un aire «poético» y creador.Como si hubiese en la realidad una continua aspiración a ser máso a ser mejor: «La forma no pueda desearse a sí misma, pues nadale falta, ni tampoco puede desearla el contrario, pues los contrariosson mutuamente destructivos; lo que desea la forma es la materia,como la hembra desea al macho y lo feo a lo bello, salvo que no seafeo por sí sino por accidente, ni hembra por sí sino por accidente»(Física, I, 192a 20-25).

# Potencia y acto

Esta pareja de conceptos presenta una semejanza con la anteriordivisión. Porque la forma es algo así como el acto (¦í Ýñãåéá ), laenergía que pone en obra la posibilidad (äýíáµél) de la materia.Pero la potencialidad o posibilidad de las cosas supone que, enellas, caben y esperan los actos y energías que se realizan.

Hay relación y tensión entre estos dos conceptos. El estudio de lanaturaleza ofreció a Aristóteles suficientes ejemplos de que lascosas encierran en sí sus propias realizaciones: la semilla contieneya al árbol. Todo esto no hacía sino confirmar esa concepción di-námica del mundo y de la vida.

El tiempo

El paso de lo posible a lo real implica el movimiento; pero laestructura de todo el universo en sus cambios y mutacionesrequiere, a su vez, la idea de tiempo, que Aristóteles define como:«medida del movimiento según el antes y el después [...] y así como

el movimiento es siempre distinto, así también el tiempo» (Física,IV, 219b 1-10). Toda la realidad tiene lugar en este esquemainestable, organizado siempre desde el pasado y orientado hacia elfuturo. El tiempo y el movimiento se exigen, pues, mutuamente. Nopueden existir el uno sin el otro.

Pero es imposible que el movimiento se genere o se corrompapues, como hemos dicho, ha existido siempre, ni que se genereo se corrompa el tiempo. No podría haber un antes ni undespués si no hubiera tiempo. Y el movimiento, porconsiguiente, es continuo en el mismo sentido que lo es eltiempo.

(Metafísica, XII, 1071 b 5-10)

El motor inmóvil

Su teoría de la temporalidad y el movimiento lleva a Aristóteles asuponer la existencia de un motor inmóvil que mueve sin necesidadde pasar de la potencia al acto y, por consiguiente, sin tener queestar supeditado al tiempo. Es, pues, un acto puro y unpensamiento puro que no necesita cosas para llenar y estimular supensamiento: un pensamiento cuyo objeto es su mismo pensar. Loaparentemente contradictorio y abstracto de estas conclusiones es,sin embargo, fruto de una serie de reflexiones de gran precisión yen las que se ponen en juego todas las premisas de la terminologíaaristotélica. Esas reflexiones constituyen en la historia de lafilosofía uno de los momentos más altos de análisis del lenguaje yde creación conceptual partiendo del lenguaje mismo.

Aristóteles parece aproximarse, en estos momentos, al platonismo.Ese motor inmóvil no puede mover el universo poniéndose encontacto con él. Surge aquí uno de los pasajes más interesantes deese fondo que se transparenta en toda la filosofía griega. Las cosasy el mundo aspiran a una continuada perfección, a pesar de todaslas limitaciones, errores y entorpecimientos.

El motor inmóvil actúa como un horizonte de plenitud al que todala naturaleza aspira. La teoría del deseo arraigada en la filosofía dePlatón y Aristóteles presenta aquí uno de sus momentos supremos.Ese motor que no necesita moverse, porque eso supondría quecarece de algo hacia lo que se mueve, impulsa el movimiento delmundo «en cuanto que es amado» (Metafísica, XII, 1072b 3).

Al final, todo el extraordinario edificio levantado por Aristóteles enla lengua griega para analizar la vida, el mundo, la sociedad, el artey el hombre mismo se tensa en esa palabra, amor ( §ñï l), que, juntocon el lenguaje (ëüãï l), constituyen dos conceptos fundamentalesde la filosofía griega.

Precisamente en el contexto de la ética, encontramos también unode estos sorprendentes pasajes en los que aparece una de lasclaves de la filosofía aristotélica y uno de los «motores» de suobra:

Todos los creadores aman su propia obra más de lo que seríanamados por ella, si ésta fuera animada. Quizá esto ocurre conlos poetas que aman extraordinariamente sus propias obrascomo si fueran hijos. [...] La causa de ello es que la existenciaes, para todos, objeto de predilección y de amor y existimospor nuestra actividad —es decir, por vivir y actuar— . Y así, laobra es, en cierto sentido, obra de un creador, y el creador amasu obra porque ama el ser.

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(EN, IX, 1168a 3-8)

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Textos

El saber y la admiración

Lo más científico que existe lo constituyen los principios y lascausas. Por su medio conocemos las demás cosas y no conocemosaquéllos por las demás cosas. Porque la ciencia soberana, la cienciasuperior a toda ciencia subordinada, es aquella que conoce elporqué debe hacerse cada cosa. Y este porqué es el bien de cadaser que, tomado en general, es lo mejor en todo el conjunto de losseres.

De todo lo que acabamos de decir sobre la ciencia misma, resulta ladefinición de filosofía que buscamos: es imprescindible que sea laciencia teórica de los primeros principios y de las primeras causas,porque una de las causas es el bien, la razón final. Y que no es unaciencia práctica lo prueba el ejemplo de los primeros que han fi-losofado. Lo que en un principio movió a los hombres a hacer lasprimeras indagaciones filosóficas fue, como lo es hoy, laadmiración. Entre los objetos que admiraban y de los que nopodían darse razón, se aplicaron primero a los que estaban a sualcance; después, avanzando paso a paso, quisieron explicar losmás grandes fenómenos; por ejemplo, las diversas fases de la Luna,el curso del Sol y de los astros y, por último, la formación deluniverso. Ir en busca de una explicación y admirarse es reconocerque se ignora. Y así puede decirse que el filósofo es, en ciertamanera, amigo de los mitos, porque el mito se compone de cosasmaravillosas. Por consiguiente, si los primeros que filosofaron lohicieron para librarse de la ignorancia es evidente que buscaban elsaber por sí mismo y no con miras a utilidad alguna.

ARISTÓTELES, Metafísica, I, 2, 928b 1-22

El pensar que sentimos

Ahora bien, la vida de los animales se define por su capacidad desentir, pero la de los hombres, por sentir y pensar. Y la vida es delas cosas buenas y agradables por sí mismas, porque es algodefinido, y lo definido es por su propia naturaleza bueno. [...] Y sila vida es buena y agradable (y así lo parece por el hecho de quetodos la desean, y en grado sumo los buenos y dichosos, porqueel modo de vida que ellos eligen es el más deseable y su existenciaes la más dichosa); si el que ve se da cuenta de que ve, y el queoye de que oye, y el que anda de que anda, y en todas las otrasactividades hay algo que percibe que estamos actuando y se dacuenta cuando sentimos de que estamos sintiendo, y cuandopensamos de que estamos pensando, y percibir que sentimos opensamos es percibir que somos, vemos que ser es percibir ypensar.

ARISTÓTELES, Ética Nicomáquea, IX, 9, 1170a 20-34

El bogavante

El bogavante tiene dos hileras de dientes como la langosta, yencima unas largas antenas, pero que son más cortas y más finasque las de la langosta. [...] Por encima de las antenas tiene unosojos pequeños y un poco saltones, y son tan grandes como los dela langosta. Por encima de los ojos tiene una superficie puntiaguday rugosa como si fuera una frente. El pecho del bogavante esmucho más ancho que el de la langosta y el conjunto de su cuerpoes más carnoso y blando. Tiene todo el cuerpo liso, así como laregión del cefalotórax, a diferencia de la langosta que es rugoso.

[...] Todos estos animales tienen dos dientes, y en la boca unaparte más carnosa que hace las veces de lengua.

ARISTÓTELES, Investigación sobre los animales, IV, 526a32-526b 24

Amar la vida

Si tanto nos apasiona mirar y ver, por el gozo mismo de la mirada,es esto una prueba suficiente a favor de ese conocimiento y esesaber por el que también se apasionan los hombres. Amamosefectivamente el conocimiento y el saber, pero sobre todo amamosla vida.

ARISTÓTELES, Protréptico, B 72-73, Ed. de 1. During

El ser es para todos objeto de predilección y de amor y somos pornuestra energía (por vivir y actuar). Y la obra es en cierto modo laenergía de su creador, y así el creador ama su obra porque ama elser.

ARISTÓTELES, Ética Nicomáquea, IX, 1168a 5-8

La ciudad y el lenguaje

La comunidad perfecta de varias aldeas es la ciudad, que tiene, porasí decirlo, el extremo de toda suficiencia, y que surgió por causade las necesidades de la vida, pero existe ahora para vivir bien. Demodo que toda ciudad es por naturaleza, si lo son las comunidadesprimeras; porque la ciudad es el fin de ellas, y la naturaleza es fin.En efecto, llamamos naturaleza de cada cosa a lo que cada una es,una vez acabada su generación, ya hablemos del hombre, delcaballo o de la casa. Además, aquello para lo cual existe algo y elfin es lo mejor, y la suficiencia es un fin y lo mejor.

De todo esto resulta, pues, manifiesto que la ciudad es una de lascosas naturales, y que el hombre es por naturaleza un animal social,y que el insocial por naturaleza y no por azar o es mal hombre o másque hombre, como aquel a quien Homero increpa: «sin tribu, sinley, sin hogar»,porque el que es tal por naturaleza es ademásamante de la guerra, como una pieza aislada en los juegos.

La razón por la cual el hombre es, más que la abeja o cualquieranimal gregario, un animal social es evidente: la naturaleza, comosolemos decir, no hace nada en vano, y el hombre es el únicoanimal que tiene palabra. La voz es signo del dolor y del placer, ypor eso la tienen también los demás animales, pues su naturalezallega hasta tener sensación de dolor y de placer y significárselaunos a otros; pero la palabra es para manifestar lo conveniente y lodañoso, lo justo y lo injusto, y es exclusivo del hombre, frente a losdemás animales, el tener, él sólo, el sentido del bien y del mal, de lojusto y de lo injusto, etc., y la comunidad de estas cosas es lo queconstituye la casa y la ciudad.

ARISTÓTELES Política I, 1252b27-1253a19

1. ¿En qué sentido vivir bien es el objetivo y la meta de la existenciaen la ciudad?

2. ¿Qué diferencia y qué relación hay entre la felicidad individual yla felicidad en la ciudad?

3. ¿Qué significa el términonaturaleza en este texto?

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4. ¿Qué famosas definiciones

se dan en el texto?

5. ¿Es necesariamente el hombre un ser político o solidario? ¿Cuáles el fundamento de su solidaridad?

6. ¿Por qué el lenguaje expresa el bien y el mal? ¿Qué diferencia hay

entre bien y justo? ¿Qué relación tiene esto con la ciudad?

7. ¿Por qué surge y por qué es necesaria la ciudad?

8, ¿Qué tiene que ver este texto con la organización de las actualesciudades?