Arango 2002 Bourdieu

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 Sobre domin ción y luchas Clase y género en  l programa de Bourdieu  Luz Gabrie aArango  ntroducción  N o hace falta decir qu e la percepción de u n a obra depende de la tradición intelectual e incluso del contexto político e n el cual se sitúan los lectores. De hecho, toda la estructura del campo de recepción es la que, p o r medio de las estructuras mentales qu e impone a quienes están inmersos en él y, en particular, a través de las oposiciones estructuran tes ligadas a las discusiones del momento, se interpone entre el autor  o su obra r el lector . Pierre Bourdieu 2 S in haber llevado a cabo el trabajo de reflexividad qu e se requiere para identificar las oposiciones estructuran tes que operan n  l campo de la Sociología y las ciencias sociales en la Universidad Nacional de Colombia y las qu e intervienen en la recepción general de Bourdieu, y en la mía específica mente, quiero presentar algunas reflexiones en torno a conceptos de su programa teórico qu e me h a n parecido especialmente reveladores en  l campo de investiga ción n cual me muevo. Mi trayectoria investigativa ha girado en torno a la Sociología del trabajo y las relaciones de género, desde un a perspectiva q ue busca articular las experiencias individuales, las trayectorias sociales y las construcciones identitarias con procesos macro-sociales de cambio en la organización de trabajo, el mercado laboral, las  Este artículo es una versión ampliada de las reflexiones que presenté en el panel en torno a la obra de Bourdieu en el marco de la inauguración de la Maestría de Sociología de l Universidad Nacional, promoción 2002. 2 BOl RDIEtT Pierre r \ C\CQtT.\NT Loíc, Res puestas. Por na antr opología reflexiva l edición, traducida por Hélene Levesque Dion, México, Grijalbo, 199 . p. 114. Revista Colombi anade Sociol ogía ISSN0120-159X

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  • Sobre dominacin y luchas:Clase y gnero en el programa de Bourdieu1

    Luz Gabrie1a Arango

    Introduccin

    "No hace falta decir que la percepcin de una obra depende de la tradicinintelectual e incluso del contexto poltico en el cual se sitan los lectores.

    De hecho, toda la estructura del campo de recepcin es la que, por medio delas estructuras mentales que impone a quienes estn inmersos en l y, enparticular, a travs de las oposiciones estructurantes ligadas a las discusiones delmomento, se interpone entre el autor (o su obra) r el lector".

    Pierre Bourdieu2

    Sin haber llevado a cabo el trabajo de reflexividad que se requiere paraidentificar las oposiciones estructurantes que operan en el campo de laSociologa y las ciencias sociales en la Universidad Nacional de Colombiay las que intervienen en la recepcin general de Bourdieu, y en la ma especfica-mente, quiero presentar algunas reflexiones en torno a conceptos de su programaterico que me han parecido especialmente reveladores en el campo de investiga-cin en cual me muevo.

    Mi trayectoria investigativa ha girado en torno a la Sociologa del trabajo y lasrelaciones de gnero, desde una perspectiva que busca articular las experienciasindividuales, las trayectorias sociales y las construcciones identitarias con procesosmacro-sociales de cambio en la organizacin del trabajo, el mercado laboral, las

    1 Este artculo es una versin ampliada de las reflexiones que present en el panel en torno a la obrade Bourdieu en el marco de la inauguracin de la Maestra de Sociologa de la Universidad Nacional,promocin 2002.

    2 BOl'RDIEtT, Pierre r \'C\CQtT.\NT, Loc, Respuestas. Por "na antropologa reflexiva, l " edicin, traducidapor Hlene Levesque Dion, Mxico, Grijalbo, 1995. p. 114.

    RevistaColombianade SociologaISSN0120-159XVolVIINo.I2002pp. 99-118

  • Irelaciones familiares, el sistema educativo. En esa medida, la antigua discusinsobre las relaciones entre clase y sexo/ gnero que atraves el dilogo conflictivoentre el movimiento feminista y la izquierda internacional desde la dcada del 70,ha estado presente como pregunta de investigacin en casi todos mis trabajos.

    Uno de los propsitos presentes en el recorrido personal, cientfico y polticode P. Bourdieu fue avanzar en la tarea emprendida por Marx, Foucault y tantosotros, de dilucidar los mecanismos sociales de construccin y reproduccin de ladominacin. Su bsqueda de los dispositivos ocultos de la dominacin en las dis-posiciones corporales, las estructuras mentales, los gustos aparentemente msbanales, los espacios y productos sociales ms sagrados como el arte provocaronenormes resistencias y crticas. Su teora ha sido a menudo tachada de "reproduc-tivista", dogmtica o mecanicista. Aunque sus grandes aportes se sitan efectiva-mente en el desvelamiento de los mecanismos que la dominacin genera y quetienden a reproducirla, tambin proporcion mltiples herramientas conceptualespara entender el cambio, la resistencia, las luchas inherentes a la vida social.

    En el debate acadmico-poltico sobre dominacin de clase y gnero, la pro-puesta terica de Bourdieu introduce novedades significativas en el contexto ac-tual. Voy a referirme a cuatro puntos: la teora de las clases sociales y las luchas declases; la dominacin simblica, las luchas simblicas y la dominacin masculina;habitus, clase y gnero; luchas y resistencias.

    En primer lugar, quiero subrayar uno de los grandes atractivos que supone param la propuesta de Bourdieu: su concepcin (hecha prctica) de la teora comoprctica cientfica que slo adquiere pleno sentido y existencia en la investigacinemprica. Dice Bourdieu:

    "La teora cientfica, tal como la concibo, se presenta como un programa depercepcin y accin o, si se prefiere, como un habitus cientfico que slo se revelaen el trabajo emprico donde se realiza":',

    Bourdieu rechaza la produccin de discursos generales universales sobre el co-nocimiento de este mundo y prefiere construir una antropologa general funda-mentada en un anlisis histrico de las caractersticas especficas de las sociedadescontemporneas. En esa medida, los conceptos que utiliza tienen como funcindesignar una toma de posicin terica, un principio de eleccin metodolgica, yno estn destinados a construir un edificio terico rgido y autocontenido. Sonconceptos en uso, que adquieren su sentido y su desarrollo en el estudio de objetossociales permanentemente renovados.

    ; bid., p. 88.

    ........................................................ , Rc\ ist a Colorubiana tic SfH::-iolc)gn ,

  • La teora de las clases sociales y las luchas de clases

    Las formas de dominacin que estudia Bourdieu comparten la primaca queconfiere el marxismo a la dominacin de clase, diferencindose no obstante deMarx tanto en la definicin de las clases como de las luchas de clases. Bourdieuconcibe el espacio social o el "campo de la lucha de clases" como una estructura derelaciones de fuerza entre agentes que ocupan distintas posiciones. La posicinque ocupan los individuos y los grupos en el espacio social dependen del volumeny estructura de sus capitales especficos, especialmente econmico y cultural. Lasclases y fracciones de clase se delimitan objetivamente como aquellos grupos queestn sometidos a condiciones materiales de existencia similares. La clase se defineadems por la estructura de relaciones entre propiedades "secundarias" como elsexo, la edad, la ubicacin geogrfica, la raza o la educacin. Esta estructura es elresultado de las luchas pasadas y de las relaciones de poder que se definieron his-tricamente, objetivndose en instituciones e instrumentos de lucha. Los factoresconstitutivos de la clase no tienen todos el mismo valor y efecto sobre las prcti-cas: estos dependern de la lgica especfica del campo en que se desarrolla la lu-cha y de la estructura de las relaciones de poder en un determinado momento de lahistoria del campo.

    Bourdieu define el capital como relacin social, como energa social que noexiste ni produce efectos sino dentro del campo en el que es producido (el capital)y en el cual se reproduce. El espacio social o campo de la lucha de clases es unespacio objetivo que estructura relaciones objetivas: stas determinan la forma que Ipueden tomar las interacciones y las representaciones de quienes participan enellas, fundamentalmente mediante el "habitus" sobre el cual ejercen un efecto con-dicionante. Las luchas que se dan en el espacio social siguiendo la lgica que stedetermina son una forma de la lucha de clases: son luchas de competencia, inte-gradoras, que tienden a reproducir el orden social, aunque la estructura de las re-laciones de fuerza entre las clases y fracciones de clase pueda modificarse conside-rablemente, como efecto de estas luchas. En este caso, la reproduccin de la domi-nacin social y la lucha de clases no son en ningn modo incompatibles. Es impor-tante tener en cuenta que estas observaciones estn referidas empricamente a lasociedad francesa de 1960-19704 y que una crtica sustentada debe diferenciar en-tre las consecuencias interpretativas que saca el autor sobre una situacin histricay geogrficamente delimitada, y la coherencia de la propuesta terica y de sus pre-tensiones universalizantes. De este modo, el carcter estructurante que tienen elcapital econmico y el cultural; as como el conflicto entre estos dos principiosjerarquizantes, no pretende ser necesariamente vlido en otros contextos. Es muy

    4 BOURDIEl;, Pierre, La Distinction, I" edition, Paris, Les Eclitions de Minuit.

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  • Iprobable que en sociedades similares -capitalistas e industriales- se observe lamisma preeminencia del capital econmico como estructurante de las relacionesde dominacin.

    Adems del espacio social o campo de la lucha de clases, Bourdieu distinguecampos especializados, dominios de prcticas que histricamente adquieren auto-noma y definen capitales especficos por los cuales compiten quienes logran parti-cipar en ellos (campo poltico, campo econmico, campo cientfico, campos deproduccin cultural. .. ). El espacio social es una suerte de campo bsico en el cualtodos los individuos ocupan una posicin por su origen y trayectoria de clase. Estedetermina en gran medida las posibilidades que tienen los agentes de participar ono en campos especializados y de ocupar en ellos posiciones dominadas o domi-nantes a lo largo de su trayectoria.

    Para aclarar el concepto de "campo", acudo al autor:

    "En trminos analticos, un campo puede definirse como una red o configuracinde relaciones objetivas entre posiciones. Estas posiciones se definen objetivamenteen su existencia y en las determinaciones que imponen a sus ocupantes, ya seanagentes o instituciones, por su situacin (situs) actual y potencial en la estructura dela distribucin de las diferentes especies de poder (o de capital) -cuya posesin im-plica el acceso a las ganancias especficas que estn en juego dentro del campo-, y,de paso, por sus relaciones objetivas con las dems posiciones (dominacin, subor-dinacin, homologia, etc.):",

    La propuesta de Bourdieu sobre la estructura y dinmicas de la lucha de clasesproporciona herramientas relativamente flexibles para dar cuenta de la complejidadde las relaciones entre dominacin de clase y dominacin sexual y coincide conmuchas de las preocupaciones conceptuales que han surgido en el desarrollo de losestudios de gnero6 Por una parte, Bourdieu insiste en el carcter relacional delpoder y la dominacin: clase y gnero son categoras relacionales, no sustanciales7.No constituyen atributos de los individuos o los grupos sociales sino posicionesdentro de una estructura de relaciones de poder. Por otra parte, el concepto de

    5 BOl'RDIEl', Pierre y \VACQUAl'.:T, Loc, op. cit., p. 64.6 No entrar en el debate que importantes tericas (" investigadoras feministas han sostenido con

    Bourdieu en torno a su des-conocimiento o falta de reconocimiento de las teoras feministas. Sin embargo,considero necesario advertir que no deja de despertar sentimientos ambiguos en muchas investigadoras la"legitimidad" -relativa- que el tema de la dominacin masculina gan en la sociologa -probablementeuna de las disciplinas sociales ms androcntricas y rayando en la misoginia- al ser teorizada por un varnconsagrado por la academia francesa (aliado sin duda de las luchas feministas ...).

    - Para quienes quieran acercarse a la conceptualizacin de la categora "gnero", los remito al conocidotexto de Joan Scott (1986) ya la discusin que adelanta Tercsira de Barbieri (1996) sobre el mismo.

    ......................................................... Revista Colombiana de Sociolog ..

  • campo permite entender las relaciones entre la clase y "propiedades" como elsexo, la edad o la raza desde una perspectiva simultneamente estructural e hist-rica que supera tanto la simple suma o yuxtaposicin de atributos (mujeres obre-ras, mujeres negras pobres, hombres mestizos gays viejos, etc ...) como la relativi-zacin ad infinitutll de las posibles combinaciones en funcin de las situacionesconcretas. Simplificando y acudiendo a situaciones extremas, se puede decir queen los estudios de gnero pasamos de una aproximacin generalizante en torno ala categora "mujer"-que pretenda dar cuenta de la experiencia de todas las muje-res- a un anlisis relativista y situacional que diferenciaba casi tantas relaciones degnero como situaciones sociales era posible identificar. La crtica que hace Bour-dieu a la etnometodologa por su incapacidad para dar cuenta de los principiosexplicativos de una situacin social particular al referirse solamente a aquellos quela misma situacin proporciona, y por lo tanto sin tener en cuenta las posiciones delos agentes en una estructura de poder que trasciende la situacin o el contexto deinteraccin, puede aplicarse a algunas investigaciones en el campo de los estudiosde gnero.

    El concepto de "campo" se convierte en la clave para identificar -emprica-mente- la estructura de relaciones de poder que est condicionando las probabi-lidades de accin que afectan a los distintos agentes en una situacin dada. Es cla-ve por lo tanto para identificar el sistema de relaciones que articula la posicin declase y las otras jerarquizaciones sociales, incluyendo el gnero. Por otra parte, elconcepto de campo que propone Bourdieu pretende ser simultneamente estruc-tural e histrico, lo cual slo es posible en la medida en que se entienda como "Sis-Itema de diferencias en constante cambio", y no como "desarrollo inmanente de laestructura'".

    Dominacin simblica, luchas simblicas, dominacin masculinaLa dominacin de clase no se agota en el anlisis de la distribucin desigual de

    las posiciones en el espacio social y en el acceso a las distintas formas de capital. Enla teora de Bourdieu, sta es inseparable de la nocin de dominacin simblicaque contiene la idea de legitimidad o aceptacin de la dominacin por parte de losdominados. Al contrario de la idea de legitimidad en Weber, se trata en este casode un consentimiento impuesto, forzado por las relaciones de dominacin. ParaBourdieu, la dominacin simblica permite esconder ("des-conocer") las relacionesde poder y el carcter arbitrario de las desigualdades sociales y "reconocer" el lugarde los dominantes como "natural" y evidente. En su libro La Reproduccin, Bour-dieu y Passeron definen la violencia simblica:

    8 BOURDIEL:, Pierre v WACQUA"lT, Loc, ap. cit, p. 96.

    .. Luz Gabriela Arango Gaviria .

  • "Todo poder de violencia simblica, es decir, todo poder que logra imponer signi-ficaciones e imponerlas como legtimas disimulando las relaciones de fuerza sobrelas que se basa su propia fuerza, aade su fuerza propia, es decir, propiamente sim-blica, a estas relacones de fuerza'".

    La nocin de violencia simblica busca trascender una separacin simplista en-tre lo material y lo simblico en la cual este ltimo carecera de efectos "reales". Lateora materialista de los intercambios simblicos que propone Bourdieu pretende,al contrario, explicar la objetividad de la experiencia subjetiva y de las relacionessimblicas de dominacin, y su efecto duradero sobre la produccin y reproduccinde las estructuras sociales.

    A las luchas por la apropiacin y la valorizacin del capital econmico o cul-tural que se desarrollan en el espacio social, se agrega de manera indisociable lalucha por la apropiacin del capital simblico. Esta lucha se produce en el "espa-cio de los estilos de vida". Los estilos de vida son la transmutacin simblica de lasposiciones objetivas de las clases en el espacio social: son sistemas de signos y depropiedades distintivas que establecen diferencias y jerarquas distribuyendo bene-ficios de distincin y de legitimidad entre los distintos grupos sociales. El espaciode los estilos de vida, nos dice Bourdieu, es el mundo social representado. En lasluchas simblicas, que son luchas por la definicin del estilo de vida legtimo par-ticipan las distintas fracciones dominantes (grandes y medianos industriales, pro-fesiones liberales, intelectuales, artistas, profesores universitarios, etc ...) y las queaspiran a ser dominantes (sectores medios muy heterogneos) pero se encuentranexcludas las clases populares. La distincin ser entonces la manifestacin legtima(reconocida), es decir, transfigurada y no-reconocible de la clase social en posicindominante10. Los estilos de vida, que incluyen sistemas de prcticas (consumosculturales banales o artsticos), inseparablemente estticas y morales, y que con-forman verdaderos ethos de clase, tambin se definen relacionalmente. No poseenun valor sustantivo. Su valor es distintivo, diferencial y jerarquizado y depende dela posicin que ocupan en el espacio de los estilos de vida. Este ltimo es hom-logo del espacio de las clases sociales. Hay estilos de vida dominantes, estilos devida "pretendientes" y podramos decir, "anti-estilos de vida". Mientras los gruposdominantes compiten por imponer su propio estilo de vida como el "legtimo" (elmodelo, el ideal de lo humano), los "pretendientes" tienden a reconocer el estilodominante como legtimo y se esfuerzan por alcanzarlo (imitndolo) mientras losdominados representan de alguna manera la negacin de todo estilo de vida, aque-

    9 BOURDIEU, Pierre y PASSERON, ]ean-Claude, La Reproduction: lfllents pou,. une tborie d systmed'enseignement, l" eclition, Pars, Les Eclitions de Minuit, 1970, p. 18. (traduccin libre).

    10 BOURDIEU, Pierre, La Distinttion, l" eclition, Paris, Les Eclitions de Minuit.

    ana de Sociologa ..

  • 110 de lo cual quieren distanciarse los "pretendientes": lo popular como lo inde-seable, la necesidad, la naturaleza, lo brbaro ... En esta lucha simblica, cada gru-po tiende a reconocer los valores que establecen la ltima diferencia, la ltima con-quista que lo distancia del grupo social que percibe como inferior.

    Para que se den estos beneficios simblicos que producen legitimidad y distin-cin se requiere la intervencin de los campos de produccin cultural, camposespecializados que producen bienes culturales susceptibles de transformarse encapital cultural (arte, educacin, ciencia) y producen a la vez la CREENCIA en el valorde sus productos. Paradjicamente, es la autonoma de los campos de produccincultural la que les confiere el poder de "consagracin" que indirectamente contri-buye a producir la creencia en los mritos de los dominantes. El capital culturalacumulado por los grupos dominantes se transmuta en capital simblico; de estemodo, el privilegio (relacin de poder, arbitrariedad social) que est en la base desu acceso a los bienes culturales es transformado en mrito personal, carisma, su-perioridad "natural", contribuyendo a legitimar la dominacin. Es importanteaclarar que, segn Bourdieu, la cultura opera como capital es decir, como relacinde poder e instrumento de dominacin, solamente en sociedades con una alta dife-renciacin de clase. No ocurre lo mismo en sociedades poco diferenciadas en don-de el acceso a la cultura est distribuido de manera ms equitativa.

    Para Bourdieu, la dominacin masculina es un ejemplo paradigmtico de domi-nacin y de violencia simblicas; y uno de los ms persistentes. El orden masculinoest tan arraigado que no requiere justificacin: se impone a s mismo como evi-dente y universal ("el hombre, vir, es este ser peculiar que se autoexperimentacomo universal, monopolizando el ser humano, es decir, homo"II). Anclado enestructuras histricas de dominacin objetivadas en instituciones e incorporadasen esquemas mentales y corporales, el orden masculino basa su legitimidad en lanaturalizacin de una diferencia apoyada en una biologa y una sexualidad social-mente construidas. En palabras de Bourdieu, la sociodicea masculina debe su efi-cacia especfica al hecho de que legitima la relacin de dominacin al inscribirla enun esquema biolgico que es, en s mismo, una construccin social biologizada.

    La persistencia de la estructura profunda de la dominacin masculina est aso-ciada con el "trabajo de deshistorizacin" que realizan agentes e instituciones a lolargo de la historia. De manera anloga a su aproximacin a las clases sociales y alas distancias que las definen y que tienden a conservarse a pesar de los cambiosmorfolgicos relacionados con el nivel educativo, la profesin, los ingresos o lavivienda, Bourdieu seala una persistencia de las distancias entre la posicin de lasmujeres y de los hombres en el espacio social.

    II BOURDIEU, Pierre, La domina/ion masculino, l" edition, Paris, Seuil, 1998.

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    I

  • La perspectiva de la lucha por el capital y el beneficio simblico, que introduceBourdieu, permite explicar fenmenos tantas veces subrayados por los estudiosfeministas como la devaluacin de las profesiones y puestos de trabajo ocupadospor las mujeres. De este modo, la transformacin de la divisin sexual del trabajomediante el acceso de las mujeres a profesiones y oficios tradicionalmente mascu-linos, no basta para modificar la relacin de fuerzas simblicas entre hombres ymujeres. El valor social, el valor simblico de las posiciones ocupadas y de los ca-pitales posedos por distintos agentes sociales no son sustanciales sino relacionales:se definen por estructura de las relaciones (y distancias) entre posiciones, distanciasque son el producto de las estrategias no necesariamente conscientes de los agen-tes para mantenerlas.

    Mientras las mujeres o los sectores medios desarrollan prcticas orientadas es-tratgicamente'" hacia la apropiacin de los bienes materiales y simblicos exclu-sivos de ciertas categoras dominantes de varones, stos "trabajan" para generarnuevas distancias y terrenos de exclusividad. El beneficio simblico est asociadocon la preservacin de territorios y la habilidad para re-definir nuevas lneas de se-paracin entre los sexos: de ah esas sutiles diferencias en la definicin prctica deldesempeo de un mismo puesto de trabajo por hombres y mujeres, que muchasinvestigadoras han escrutado con agudeza para mostrar la persistencia de la desi-gualdad o la dominacin!'. Bourdieu se refiere al "coeficiente simblico negativo"que separa a hombres y mujeres en los distintos campos sociales, producto delefecto estructural de la feminidad como handicap.

    Las relaciones de fuerza simblicas entre hombres y mujeres adquieren unaconfiguracin especfica en cada clase y campo pero no se refieren solamente a laestructura de las distancias simblicas sino a la "divisin del trabajo simblico"entre hombres y mujeres. Bourdieu ampla la nocin de divisin sexual del trabajopara incluir todas las tareas de reproduccin y mantenimiento del capital social ysimblico. En la sociedad cabil del Norte de frica que le sirve de matriz en el an-lisis de la dominacin masculina, la divisin entre hombres y mujeres es tambinuna divisin entre sujetos y objetos, siendo las mujeres objetos de intercambio designos (fundamentalmente en el matrimonio) entre hombres cuyo capital simblicoellas amplan o valorizan mientras los hombres detentan el monopolio de la pro-

    12 Uno de los conceptos fundamentales de la propuesta terica de Bourdieu es el de "prcticas", desa-rrollado especialmente en su libro El Sentido Prctico (1980) y que define la accin como orientada haciafines prcticos y guiada por un "sentido del juego" que tiende a defender los intereses del agente en elcampo. La nocin de prctica lleva implcita la idea paradjica de "estrategias inconscientes o pre-cons-cientes" y es inseparable de los conceptos de habitus, capital y campo.

    13 Ver, por ejemplo, los trabajos de Margaret Maruani (1989), Helena Hirata y Daniele Kergoat (1997)en Francia o los de Hola y Todaro en Chile (1992).

    ......................................................... Revista Colombiana de Sociologa ..

  • duccin de signos y bienes simblicos, dotados del poder exclusivo de represen-tacin pblica. En sociedades capitalistas, la divisin sexual del trabajo de produc-cin y reproduccin simblica otorgara a las mujeres el papel de gestoras del ca-pital social y simblico del hombre en la familia y en otros mbitos como la em-presa o la poltica, haciendo referencia a esos papeles de relacionistas pblicas quecon frecuencia desempean las mujeres.

    Habitus, gnero y clase

    El concepto de habitus es probablemente uno de los ms polmicos de Bour-dieu, quien retoma la idea de Durkheim, para referirse a disposiciones subjetivasprofundas, que determinan las formas de pensamiento, percepcin y accin y ope-ran a un nivel pre-consciente. Especie de ley interior, producto de la interiorizacinde la exterioridad, el habitus est en el principio de la continuidad y regularidad delas prcticas sociales:

    "los condicionamientos asociados a una clase particular de condiciones de existenciaproducen habitus, sistemas de disposiciones duraderas y transferibles, estructuraspredispuestas para funcionar como estructuras estructurantes, es decir, como prin-cipios generadores de prcticas y representaciones que pueden estar objetivamenteadaptados a su fin sin suponer la bsqueda consciente de fines y el dominio expresode las operaciones necesarias para alcanzarlos, objetivamente regulados sin ser elproducto de la obediencia a reglas, y, a la vez que todo esto, colectivamente orques-tados sin el ser el producto de la accin organizadora de un director de orquesta"!".

    Estas disposiciones, interiorizadas e incorporadas por la exposicin del agentea determinadas condiciones de existencia, propias de su clase o fraccin de clasede origen, otorgan un peso importante a las primeras experiencias de vida. El ha-bitus tiene propiedades que tiende a asegurar su propia existencia y su defensacontra el cambio, lo cual se hace evidente en las "estrategias de evitacin" (de loextrao) y de eleccin (de lo familiar o semejante). Estas disposiciones no operande manera mecnica pero s en forma duradera y sistemtica; tienen una capacidadde generacin infinita pero a la vez, estrictamente limitada. La estructura del ha-bitus que se constituye en la infancia es el principio de la percepcin y apreciacinde toda experiencia posterior; el habitus es tambin historia acumulada, naturali-zada, presencia activa de todo el pasado como capital acumulado; el habitus leotorga una independencia relativa a las prcticas con relacin a las determinacionesexteriores del presente inmediato"; Estas disposiciones, profundamente ancladas,

    14 BOl'RDIEl', Pierre, El Sentido Prctico, traduccin de Alvaro Pazos, [1' edicin francesa, 1980],Madrid, Ediciones Taurus, p. 92.

    15 Bourdieu desarrolla estas propiedades del habitus en El Sentido Prctico.

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    I

  • Itienen un carcter de clase en la medida en que constituyen la interiorizacin deestructuras sociales percibidas y experimentadas desde la posicin que ocupa elagente en el espacio social. El habitus es el principio generador de los estilos de vida,es el que hace posible la transmutacin de las posiciones de clase en estilos de vida.

    El habitus produce un conocimiento de sentido comn, una "doxa", al generaruna correspondencia entre las estructuras mentales y las estructuras sociales. Elhabitus hace que el dominado (y tambin el dominante) piense, sienta y perciba elmundo social como evidente y en esa medida est en el origen de su aceptacin dela dominacin. Mediante el concepto de habirus, Bourdieu pretende ir ms all dela descripcin de la experiencia dxica que realizan la fenomenologa, a la manerade Husserl y Schtz quienes mostraron cmo "la experiencia primigenia de lo so-cial [...] descansa en una relacin de creencia inmediata que nos predispone aaceptar el mundo como auto-evidente"!", Se trata entonces de dar cuenta de lascondiciones de posibilidad de esta experiencia dxica. Bourdieu advierte que "lacoincidencia entre las estructuras objetivas y las estructuras incorporadas, que crea lailusin de la comprensin inmediata, constituye un caso particular dentro del uni-verso de las relaciones posibles con el mundo, es decir, el de la experiencia ind-gena"17. Esto significa que no en todas las condiciones sociales se produce una su-misin incondicional al mundo cotidiano. Esto ocurre cuando las condiciones deproduccin del habitus coinciden con las condiciones sociales en las cuales opera.

    El concepto de habitus aporta dimensiones nuevas al anlisis de la dominacinmasculina y especialmente, de su (re)produccin como dominacin. Permite am-pliar los enfoques de las representaciones sociales como visiones del mundo ins-critas en discursos o imaginarios y desarrollar la nocin de disposiciones incorpo-radas (hechas cuerpo). El habitus no slo tiene un carcter de clase sino que es a lavez "sexuado" y "sexuante" y tiende a incorporar la diferencialdominacin sexualcomo evidente. Su profundo anclaje en las estructuras inconscientes de la propiaidentidad sexual lo hacen especialmente persistente y difcil de transformar. Esestructura social incorporada que orienta la accin y toda la relacin de hombres ymujeres con el mundo y le otorga a las estructuras de dominacin sexual una granautonomia frente a las estructuras econmicas. El concepto de habitus, a condicinde que sea objeto de desarrollos interdisciplinarios -y con suficientes trabajosernpricos-, puede servir de puente para articular las dimensiones sociales y lasdimensiones psquicas de la dominacin masculina. Aunque existe indudablementeuna amplia reflexin acumulada por la crtica feminista sobre la estructuracin deldeseo como uno de los aspectos ms solapados y eficaces de la dominacin

    16 BOLTRDIEU, Pierre y \V.~CQUANT, Loc, Rpspuestas. Por una antropologa reflexira, l " edicin, traducidapor Hlene Levesque Dion, Mxico, Grijalbo, 1995, p. 46.

    17 Ibid. p. 47.

    ......................................................... Revista Colombiana de Sociologa .

  • patriarcal, no se ha desarrollado en igual medida un anlisis convincente de losmodos de articulacin entre las realidades sociales y psquicas.

    Sobre luchas y resistencias

    Para finalizar este breve ensayo, quiero sealar algunos aspectos de los aportesdel programa terico de Bourdieu para el estudio de las luchas y las resistencias ala dominacin. Retomando elementos dispersos en varios de sus escritos, vayareferirme a los siguientes aspectos: a) las luchas de competencia en un mismocampo; b) el papel del habitus en las luchas y resistencias; y c) las luchas por elmonopolio de la visin y di-visin del mundo social.

    a) Las luchas de competenca en un mismo campoComo lo seal anteriormente, Bourdieu concibe el espacio social como un

    campo de luchas entre clases y fracciones de clase. Este gran espacio social puedecorresponder a la idea general de "sociedad" a la cual se ha referido tradicional-mente la sociologa: la sociedad como sociedad nacional, es decir, como Estados-nacin. Podemos asegurar que buena parte de los trabajos de Bourdieu, al menoshasta la dcada de los 90, se ubican dentro de marcos nacionales; las luchas de cla-ses en el espacio social que analiza en La Distincin son luchas que tienen lugar enFrancia: el campo de la lucha de clases aparece fundamentalmente estructuradopor relaciones de poder y dominacin constituidas histricamente y objetivadas eninstituciones -yen los cuerpos de los agentes-o Este espacio social est conformadopor mltiples campos especializados, resultado a su vez de procesos histricos deautonomizacin relativa de conjuntos de prcticas. En cada uno de estos camposse producen luchas permanentes entre quienes dominan el campo y quienes lesdisputan esa dominacin; luchas orientadas por los capitales especficos que ope-ran dentro de cada campo.

    Es as como Bourdieu analiza el campo universitario, con los conflictos entresus facultades (entre el polo socialmente dominante y cientficamente dominadode las facultades de Derecho y Medicina y el polo cientficamente dominante y so-cialmente dominado de las facultades de Ciencias Naturales y Ciencias Humanas);las luchas entre los profesores por las distintas formas de capital acadmico (poderuniversitario, poder cientfico, prestigio cientfico, notoriedad intelectual, poderpoltico o econmico ...) 18; el campo de las Grandes Escuelas (instituciones queocupan la posicin dominante en las jerarquas del prestigio y "mrito" acadmicoen la educacin superior francesa) y sus relaciones con el campo de poder"; las

    18 BOURDIEU, Pierre, Homo .Academtcus, Paris, Les Editions de Minuit, 1984.19 BOURDIEU, Pierre, La Noblesse d'tat. Grandes coles et esprit de corps. Les Editions de Minuit, 1989.

    ........................................... , , Luz Gabnela Arango Gavina , , .

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  • Iluchas de los investigadores por el monopolio de la autoridad y la competenciacientficas, en el campo cientfico'"; las luchas de artistas y literatos por la definicinlegtima del arte y la defensa de la autonoma del campo artstico, en particular delcampo literario".

    Los ricos anlisis empricos de Bourdieu que le permiten dar cuerpo a conceptoscomo el de campo, lucha o capital, muestran con distintos nfasis la complejidadde las relaciones de poder y la dificultad para establecer con precisin las posicionesde los agentes y los intereses en juego en un momento dado, dando cuenta simul-tneamente de los factores estructurales y de los efectos histricos tanto en la con-figuracin del campo, sus instituciones e instrumentos de reproduccin y resis-tencia, como en las disposiciones y prcticas de los participantes.

    "La nocin misma de campo supone una superacin de la oposicin convencionalentre estructura e historia, entre conservacin y transformacin: las relaciones depoder constitutivas de la estructura del campo motivan, al mismo tiempo, la resis-tencia a la dominacin y la resistencia a la subversin'

  • dominados, proporciona instrumentos de conocimiento que permitan enten-der lascondiciones de posiblidad en las cuales se definen las prcticas de los agentes. Estasdeterminan dilemas concretos que no pueden obviarse:

    "Pero las teoras de la resistencia, cuando son orientadas hacia una especie de po-pulismo espontaneista, olvidan con frecuencia que los dominados no escapan a laantinomia de la dominacin. Por ejemplo, oponerse al sistema escolar mediante el de-sorden o la delincuencia equivale a auto excluirse del mismo y as, a encerrarse en lapropia condicin de dominado; por el contrario, aceptar asimilarse al asimilar lacultura escolar, equivale a ser "recuperado" por la institucin. Los dominados sona menudo condenados a enfrentar semejantes dilemas, a elegir entre dos solucionesque, cada una desde cierto punto de vista, son igualmente malas'?".

    L@s dominad@s tienen que actuar en condiciones que operan en su contra, den-tro de estructuras de poder dominadas por capitales de los cuales carecen. Es bue-nosealar que en la mayora de los campos especializados (artstico, cientfico, po-ltico,econmico ...) slo compiten las clases dominantes. La gran mayora de los sujetospopulares no llena los requisitos de entrada a estos campos (no tienen los capitalesmnimos). La dominacin simblica en este caso no significa Iuso, sino aceptacinde su exclusin de cualquier posibilidad de illuso. Bourdieu define la llusiocomo lacreencia en el juego que comparten quienes participan en l, creen-cia que significaaceptacin dxica de las reglas del juego y de la validez del mismo, en el sentido deque "dicho juego es digno de ser jugado". "Esta "colusin" forma la base de sucompeticin y conflicros'V'', De este modo, quienes se enfrentan den-tro de uncampo especializado (l@sartistas en el campo artstico, l@s cientfic@s en el campocientfico, l@s poltic@s en el campo poltico, etc.) y compiten por el mo-nopolio delcapital especfico de ese campo estn condenad@s a no "subvertir" el orden delmismo sino en la medida en que la existencia del campo no sea puesta en peligro. Larelativa "apertura" o no del campo a nuev@s competidor@s es, no obs-tante, partede lo que est en juego en sus luchas:

    "Todo campo constituye un espacio de juego potencialmente abierto cuyoslmites son fronteras dinmicas, las cuales son objeto de luchas dentro del mismocampo. "Un campo es un juego que nadie invent, pero que resulta mucho msfluido y complejo que todos los juegos que se puedan imaginar!"26.

    Estos dilemas y esta "condena" a no "subvertir" sino dentro de ciertos limites, losespacios sociales en los cuales se quiere participar, puede sin duda ayudar a entender

    '4lbid.2S Ibid., p.65.26 Ibid., p. 69.

    ..... Luz Gabriela Arango Gaviria .

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  • Imuchas de las luchas de las mujeres y sus limitaciones objetivas, en el campoprofesional, poltico, artistico ...

    b) Elpapel del habitus en las luchas y resistenciasSi la nocin de campo aparece asociada con una dinmica de accin y luchas

    transformadoras que confiere a los agentes -casi sujetos-la capacidad de participaren la construccin del mundo social -dentro de condiciones de posibilidad his-trica y estructuralmente limitadas-, el concepto de habitus parece, al contrario,confiscarles nuevamente cualquier control sobre sus condiciones de existencia. Yello, a partir de la aparente colonizacin de sus universos mentales.

    La primera aclaracin obligatoria es que no es posible definir de manera sepa-rada las nociones de habitus, campo y capital: ellas se integran dentro del sistematerico que ayudan a constituir. Los habitus de los agentes que participan en uncampo seran entonces "los diferentes sistemas de disposiciones que stos adqui-rieron mediante la interiorizacin de un tipo determinado de condiciones socialesy econmicas y que encuentran, en una trayectoria definida dentro del campo con-siderado, una oportunidad ms o menos favorable de actualizarse":".

    No es posible, en este escrito, hacer el inventario de las numerosas definicionesdel habitus que plantea Bourdieu a lo largo de su obra ni poner en evidencia lascontradicciones que puedan existir entre stas o entre las "definiciones tericas" y el"uso" de los conceptos para interpretar procesos concretos ... Creo que Bourdieuproporciona suficientes argumentos tericos e interpretativos para rechazar lasaproximaciones que reducen el habitus a una interiorizacin mecnica y determi-nista de la dominacin y el orden social. El habitus se presenta como un "sistemade disposiciones" o incluso como un "conjunto de sistemas de disposiciones" (co-mo en la definicin anterior) que se construyen a travs de la historia individual, apartir de un origen social que determina una primera relacin/posicin con res-pecto a las estructuras de poder. Tal vez podra sintetizar las contradicciones quepercibo -sin haberlas examinado sistemticamente- en torno al concepto de habi-tus en Bourdieu considerndolas como una expresin de la tensin (neurlgica ensu teora) que l pretende superar, entre historia y estructura. El habitus, como"historia incorporada" (trayectoria) y operando en la historia (campo, aconteci-miento, dialctica de las condiciones y de los habitus ...) se opone muchas veces alhabitus como "estructura estructurada y estructurante", que tiene una "aplicacinsistemtica y universai'J". A pesar de la convincente y profusamente ilustrada in-terpretacin, en La Distincin, del gusto como "operador analgico" que permite

    T Ibid., p. 70.28 Frmulas tomadas de La Distincin.

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  • restablecer y explicar la unidad de las prcticas (la coherencia que subyace en losgustos alimenticios, vestimentarios, artsticos, musicales, etc. de los miembros deuna misma clase social), no deja de parecer reduccionista la relacin directa queestablece Bourdieu entre la estructura del habitus como sistema de oposiciones(distinguido-vulgar; forma-funcin; libertad-necesidad) y la interiorizacin del sis-tema de oposiciones objetivas (capital econmico-capital cultural) que estructuranel espacio social.

    Aunque no comparto plenamente sus observaciones", me parece importantemencionar la crtica de Jeffrey C. Alexander-" en este sentido. Alexander critica aBourdieu la ausencia de una referencia a la autonoma relativa de la cultura -y porende del habitus- que le impide acordarle a los valores una relativa independenciarespecto a las estructuras sociales. Alexander afirma que los valores poseen unarelativa independencia frente a las estructuras sociales porque los ideales son emi-nentemente universalistas:

    "Para Bourdieu, sin embargo, la socializacin no transmite valores que estn entensin con la experiencia vivida; al contrario, produce valores que reflejan inme-diatamente las estructuras jerrquicas de la vida material":".

    En esa medida, el habitus no posee ninguna verdadera independencia y no pue-de servir de puente entre los niveles micro y macro-sociales. Alexander subrayague las afirmaciones no deterministas de Bourdieu se ven contradichas en susinterpretaciones y llega a la conclusin de gue no habra un verdadero "yo" en lateora de Bourdieu. Para Alexander, el habitus representa una posicin mimtica yrefleja respecto a la estructura social ms que una posicin agonstica e indepen-diente, con la cual Bourdieu hubiera desarrollado una "teora del equilibrio" delyo. Segn l, Bourdieu no relaciona el conflicto con una autonomizacin del yoligado a la independencia relativa de la cultura, la generalizacin cognitiva y a unacomprensin diferenciada ms que fusional de la interiorizacin.

    Dejo abierta, por lo tanto, la discusin en torno al concepto de habitus, cuyasposibilidades heursticas sigo reconociendo. Para finalizar este apartado slo quie-ro mencionar la tarea que Bourdieu dej planteada a sus seguidor@s ya que l mis-mo poco abord dada la prioridad que otorg al anlisis de la dominacin: desa-rrollar (terica y empricamente, como es obvio) la idea de que "habitus" no es igual ainteriorizacin de la dominacin y que es posible hablar de habitus de resistencia:

    29 Alexander se apoya en la psicologa cognitiva, campo que poco conozco.30 ALEX,~NDER, Jeffrey c., La redurtion. Critique de Bourdie, [1' edicin en ingls1995] traduccin de

    Nathalie Zaccai-Reyners, Paris, Les ditions du Cerf, 2000.j\ Op. cit., p. 42.

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  • I" ... es innegable el hecho de que existen disposiciones por resistir y una de lastareas de la sociologa consiste en examinar bajo qu condiciones estasdisposiciones son socialmente constituidas, efectivamente desencadenadas ypolticamente eficaces't".

    c) Las luches por el monopolio de la visiny di-visin del mundo social

    Tal vez el escrito en el cual Bourdieu se refiere ms explcitamente a la resis-tencia, -sin incluir sus debates en contra del neoliberalismo- sea Homo Academicus,objetivacin de la crisis universitaria de mayo del 68 en Francia, "mucho tiempodespus de la batalla", al final del cual Bourdieu propone una teora general de lacrisis social como coincidencia de crisis relativamente autnomas en campos sepa-rados del espacio social. No me detendr en esta propuesta, -fundamental, puestoque toca un asunto neurlgico en el programa de Bourdieu como es el problema delas relaciones entre los campos- pero que exigira un desarrollo que no me es posi-ble adelantar en este escrito. Me referir, en cambio, a una dimensin de la luchade clases que aporta nuevos elementos en el tema de la subversin del orden esta-blecido. Se trata de las luchas por el monopolio de la visin y los principios de di-visin del mundo social.

    Bourdieu critica las exaltaciones "populistas" de la cultura popular, -segn lversin moderna de las "pastorales"-, pues al hacer una "celebracin invertida" delos principios que conforman el orden social, inversin ficticia de los valores do-minantes, refuerzan la ficcin de una unidad del mundo social, confirmando a losdominados en su subordinacin y a los dominantes en su dominacin. Bourdieufustiga a este "moralismo optimista" e ingenuo que cree que basta con negarse areconocer en el discurso la dicotoma existente en la realidad entre la cultura cien-tfica y la cultura popular, para hacerla desaparecer. "Es 10 mismo que creer en lamagia", dice ... y aade:

    "De nada sirve denunciar de un modo verbal la jerarqua: hay que esforzarse porcambiar realmente las condiciones que subyacen a su existencia, tanto en la realidadcomo en las mentes"'1.

    Sin embargo, Bourdieu reconoce, especialmente en su libro Qu significa ha-blar? Economa de ios intercambios ingstico.f, que en determinadas condiciones eldiscurso puede tener un poder performativo, capaz de operar la "magia social" decontribuir a la realizacin de aquello que enuncia. Se refiere al "discurso hertico",

    32 BOURDIEU, Pierre y \1VACQlIANT, Loic, op. cit., p. 45.33 Ibid., pp. 52-53.

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  • discurso poltico que cuestiona la visin dominante del mundo social y el contratotcito de adhesin a sta que impone la dominacin.

    La subversin hertica pretende cambiar el mundo social cambiando la repre-sentacin de ese mundo. Hace parte de las "luchas de las representaciones", casoparticular de las luchas de clases en las que se disputa el monopolio del poder dehacer ver y hacer creer, hacer conocer y hacer reconocer, en resumen, de imponer"la definicin legtima de las divisiones del mundo social" y a travs de esto, hacery deshacer los grupos. En efecto, Bourdieu diferencia conceptualmente las clasessociales "objetivas" definidas, como vimos, por su posicin en las relaciones defuerza en el espacio social, de acuerdo con el volumen y estructura de sus capitales,de las "clases movilizadas", es decir, aquellos grupos sociales que luchan por la de-tensa de una identidad colectiva no reconocida por la representacin dominante.La movilizacin de grupos sociales puede hacerse en torno a cualquiera de laspropiedades que los definen objetivamente (clase, sexo, etnia, religin ...); paraello se requiere que exista por una parte, un discurso que formule esa identidad yproponga un principio de divisin del mundo social acorde con sta; y por otra, laexistencia de grupos sociales con caractersticas objetivas coherentes con el nuevodiscurso y dispuestos a reconocerse en l.

    Se trata de un "discurso hertico" en la medida en que cuestiona la visin domi-nante del mundo social y de un "discurso poltico". Bourdieu define la accin pro-piamente poltica como aquella que pretende actuar sobre el mundo social actuandosobre el conocimiento que de l se tiene. La poltica empieza con la denuncia delcontrato tcito de adhesin al orden establecido que se basa en la correspondenciaentre las divisiones objetivas y los esquemas clasificatorios, por una parte; y entrelas estructuras objetivas y las estructuras mentales, por la otra. Para que se produz-ca una "ruptura hertica" con el orden establecido (y con las disposiciones y repre-sentaciones que ese orden engendra entre los agentes modelados segn sus estruc-turas) debe producirse una coincidencia entre el discurso crtico y una crisis objetiva.

    El discurso hertico es un enunciado performativo, constituye una pre-visinparadjica, una utopa, proyecto o programa alterno a la visin ordinaria:

    "contribuye prcticamente a la realidad de lo que enuncia por el hecho de anunciarla,de preverla y de hacerla pre-ver, de hacerla concebible y, sobre todo, creble y crearde esta forma la representacin y la voluntad colectivas que pueden contribuir aproducirla'i".

    La eficacia del discurso performativo es proporcional a la autoridad de quien loenuncia, no depende slo del reconocimiento concedido al autor del discurso, sino

    14 BOCRDIEl', Pierre, Qu significa hablad Economa de los intercambios liIlJi/i/sticos, traducido bajo laresponsabilidad de Mariano F Enguita, Madrid, Ediciones Akal, [1982], 1985. p. 97 .

    . Luz Gabriela Arango Gavrra .

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  • Itambin de su relacin con la objetividad del grupo y con el reconocimiento y cre-dibilidad concedido por los miembros del mismo:

    ce dado que todo lenguaje que se hace escuchar por un grupo es un lenguaje au-torizado, investido de la autoridad de ese grupo, autoriza lo que designa al mismotiempo que lo expresa, fundando su legitimidad en el grupo sobre el cual ejerce suautoridad y al que contribuye a producir como tal ofrecindole una expresin unita-ria de sus experiencias":".

    Las situaciones de crisis son situaciones paradjicas, extra-ordinarias, que fa-vorecen el surgimiento de un discurso tambin extraordinario. En ellas se revela elpoder constituyente del lenguaje. El discurso hertico contribuye a romper la ad-hesin al mundo del sentido comn y a producir uno nuevo, investido con la legi-timidad que le confieren la manifestacin pblica y el reconocimiento colectivo. Eltrabajo poltico de representacin eleva a la objetividad de discurso pblico o deprctica ejemplar una manera de ver y de vivir el mundo social que haba sido rele-gada al estado de disposicin prctica, experiencia tcita o confusa (malestar, re-vuelta). El trabajo de enunciacin permite exteriorizar la interioridad, nombrar loinnornbrable, conferir un principio de objetivacin a disposiciones pre-verbales ypre-reflexivas, a experiencias inefables o inobservables.

    Pero l@s dominad@s slo pueden hacer esta "revolucin simblica" (sustituir unsentido comn por otro) si tienen la suficiente "competencia crtica acumulada"durante las luchas anteriores, ya que, como dominad@s han sido "desposedos de lascondiciones econmicas y culturales de la toma de conciencia de su propia desposesiny encerrados en los lmites del conocimiento permitido por sus instrumentos deconocimiento ... "36. Esto significa que los grupos y clases sociales, para "movilizarse"dependen de los agentes autorizad@s para enunciar la verdad del mundo social(polticos, cientficos sociales, intelectuales) o de sus propias or-ganizaciones histricasen la medida en que stas hayan podido acumular discursos propios sobre laidentidad del grupo.

    "La lucha que se ventila en el conocimiento del mundo social no tendra objeto sicada agente encontrara en s mismo el principio de un conocimiento infalible de laverdad de su condicin y de su posicin en el espacio social y si los mismos agentesno pudieran reconocerse en discursos y clasificaciones diferentes (clase, etnia, reli-gin, sexo, erc.)":".

    Toda tentativa para instituir una nueva visin del mundo social tiene que contarcon la resistencia de quienes estn interesados en la perpetuacin de una relacin

    13 Ibid., p. 98.16 Ibid., p. 100.v- [bid.. p. 100.

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  • dxica: a la "crtica hertica" responde siempre la "resistencia ortodoxa". Adems deesta lucha, tambin se produce una competencia en el interior del grupo por laimposicin del principio legitimo de constitucin del mismo: distintos "represen-tantes" se enfrentan con sus discursos por el reconocimiento, por parte del grupo,de su representacin del mundo. Podemos, por ejemplo, entender parte de las lu-chas feministas como luchas entre discursos que buscan imponer su visin de laidentidad femenina y las relaciones de gnero (feminismo de la diferencia, femi-nismo liberal, feminismo socialista, etc.) al conjunto de las mujeres o a grupos par-ticulares de mujeres.

    Espero haber mostrado cmo el programa sociolgico de Bourdieu ofrece cla-ves nuevas o re-lecturas de antiguas claves para entender las relaciones de gnero,sus condiciones de reproduccin, transformacin o subversin. La dominacinmasculina puede ser interpretada a la luz de la teora de la dominacin simblica;las luchas feministas tambin pueden comprenderse desde sus mltiples dimen-siones acudiendo a diversos conceptos propuestos por este autor. Los discursosfeministas pueden entenderse sin lugar a dudas como "discursos herticos" queexpresaron -y expresan an- las revueltas de las mujeres y su bsqueda de nuevasdefiniciones del mundo social y de su lugar en l. La historia de las luchas de lasmujeres puede ayudar a corroborar parcialmente la teora de las crisis sociales: losdiscursos feministas han tenido su mayor impacto cuando han estado asociadoscon grandes movilizaciones de las mujeres: el discurso feminista liberal en las lu-chas por el sufragio y los derechos civiles; el discurso feminista socialista y el de la diferencia en las luchas sociales de las dcadas de los 70 y los 80. Podemos pre-guntarnos: Qu capacidad tiene la crtica feminista de subvertir un orden simblico-que podramos llamar "de larga duracin"- en tiempos "normales", sin crisissocial? En qu dimensin de las luchas de "clases" podemos ubicar el trabajo per-sistente y cotidiano de las mujeres -y de muchos hombres- por cambiar las con-diciones de inculcacin de los habitus en la familia o la escuela? Cmo se articulancon las luchas de integracin en los campos especializados, en los campos de pro-duccin cultural y en el campo poltico en particular? Cmo entender las luchasde las mujeres acadmicas y su capacidad de producir nuevos discursos sobre elmundo social?

    "El mundo social es escenario de continuas controversias con respecto al sentidode este mundo; pero el mundo universitario tiene la caracterstica de que, hoy porhov, sus veredictos se cuentan entre los ms poderosos, socialmente hablando. Enel mundo universitario hay constantes enfrentamientos referidos a la cuestin desaber quin, en este universo, est autorizado socialmente para anunciar la verdaddel mundo social":",

    i8 BOl'RDlEU, Picrre ). W.'\CQl'.\:'-.T. Loic, op. cit., p. 45.

    .. Luz Gahriela Arangn Gaviria .

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