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24 Cultura|s La Vanguardia Miércoles, 11 noviembre 2009 EN DIRECTO Aquí s'aprèn poca cosa En su vigésimo aniversario, la sala Beckett apuesta por una adaptación del angustioso universo del escritor suizo Robert Walser Walser o la disolución del individuo En directo EDUARD MOLNER Sentado en un pupitre, Jakob von Gunten, nos mira y habla: “Aquí s'aprèn poca cosa. Els alumnes de l'institut Benjamenta no arribarem mai enlloc (...)”. Aquí s'aprèn poca cosa es la brillante primera frase de la novela de Robert Walser Jakob von Gunten (1909) y tam- bién el título de su adaptación tea- tral, obra de Toni Casares. Efectiva- mente, en el instituto Benjamenta no se aprende nada, o casi nada. Se aprende a obedecer. Jakob von Gunten, vástago de familia ilustre, ingresa en el centro para huir de sus padres, o más bien, para huir del futuro que sus padres tienen preparado para él. La especialidad del instituto es la formación de sir- vientes. Criados perfectos. Entran adolescentes y deben salir hom- bres vacíos de criterio y voluntad, dispuestos a acatar órdenes. En Jakob von Gunten (Quaderns Crema, 1999 y Siruela, 2009) está contenido todo el universo walse- riano. Encontramos esa manera de escribir serena y tranquila, como la transcripción de un pensamien- to que fluye estimulado por lo que va encontrando la mirada. Encon- tramos una asombrosa ingenui- dad, impropia del siglo XX diría- mos, pero que abraza, acompaña. Y encontramos, también, un perso- naje a quien no le importa el éxito, que sólo vive para alimentar su creatividad con experiencias. El suizo Robert Walser (1878- 1956) abandonó los estudios a los 14 años y se entregó a un periplo errático, siempre acuciado por pro- blemas económicos. Trabajó de ar- chivero, de oficinista, de empleado de banca, incluso de sirviente en un castillo de Silesia, aunque quiso ser actor y pintor. Se entusiasmaba con Los bandidos de Schiller y se extasiaba contemplando la natura- leza. En un mundo dispuesto a en- casillar a los hombres, Walser se sentía vivo al margen de la rutina. Aquejado de crisis nerviosas agu- das y alucinaciones, ingresó por vo- luntad propia en un manicomio en 1929, liberando a su hermana Lisa de la atención que requería perma- nentemente; ya no saldría de dife- rentes instituciones mentales has- ta el día de su muerte, en 1956, acaecida en la soledad de uno de sus incontables paseos. Walser pasea. “Pasear me es im- prescindible, para animarme y pa- ra mantener el contacto con el mundo vivo, sin cuyas sensaciones no podría escribir media letra más ni producir el más leve poema en verso o prosa. Sin pasear estaría muerto, y mi profesión, a la que amo apasionadamente, estaría ani- quilada”, dice el protagonista de El paseo (1917; Siruela, 2009), una na- rración de apenas 80 páginas que cuenta el recorrido de un poeta por su ciudad, con gentes, calles y parques, que aferran al paseante al presente y transforman la faz del futuro, que palidece, y borra la hue- lla del pasado, que se desvanece. La vida es movimiento, pero lo trascendente ocurre dentro: “Qui- zá el hombre interior sea el único que en verdad existe”, escribe en El paseo. La vida se detiene, se mar- chita, se oscurece, cuando se la re- duce a bienestar, a la seguridad de un techo y un sustento permanen- tes. En Los artistas, un pequeño relato que podemos encontrar en Vida de poeta (1918; Alfaguara, 2003), un grupo formando por es- critores, pintores y actores recha- za la protección de un noble pode- roso al comprobar cómo desapare- ce su genio al abrigo de una exis- tencia cómoda y apacible; más aún, en el relato que da nombre al libro, el protagonista recibe un cer- tificado de despido en el que sus je- fes escriben: “Jamás podremos ol- vidar sus extraordinarios trabajos sobre papel secante (...) para que sus refinadas dotes no caigan en te- rreno baldío nos sentimos obliga- dos a implorarle que nos deje”. Na- da, por banal que parezca, puede dejar de ser un punto de partida pa- ra el arte. Su primer libro, El cuaderno de Fritz Kocher (1904; Quaderns Cre- ma, 2000 y Pre-Textos, 2008) ya aventuraba los grandes trazos de lo que sería su literatura. Esa mira- da ingenua, pero especial, capaz de captar el misterio profundo de la cotidianidad. Fritz es un alumno que ha muerto al terminar su esco- laridad. Ha dejado un cuaderno con los ejercicios de redacción. El libro de Walser es la compilación de estas composiciones que, lógica- mente, tienen títulos pueriles co- mo El hombre, El otoño, La escuela, La clase, La naturaleza, etcétera. Ese adolescente burgués y conven- cional, que escribe para ser aproba- do, es, sin embargo, un ser soñador fascinado por el arte, la poesía y la música, pero, sobre todo, es al- guien muy capaz de ver en un aula un mundo entero entre cuatro pa- redes, con amor, odio, ambiciones y deseo. La clase, una de las supues- tas redacciones de Fritz, habla de un compañero ingenioso, ocurren- te, libre, desobediente y transgre- sor, receptor de castigos: “Él es co- mo una especie de rey (...) nuestro Aquí s'aprèn poca cosa SALA BECKETT BARCELONA Dramaturgia y dirección: Toni Casares (adapta- ción de la novela ‘Jakob von Gun- ten’ de R. Walser). Del 12 de noviem- bre al 13 de diciembre. www. salabeckett.cat Arriba, un instan- te del montaje que dirige Toni Casares a partir de la novela ‘Jakob von Gun- ten’. Abajo, una de las pocas fotografías que existen del escri- tor suizo Robert Walser FOTOS NANI PUJOL / ARCHIVO El gran reto de adaptar ‘Jakob von Gunten’ es llevar a escena las reflexiones y sueños del protagonista

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Miércoles,11noviem

bre2009

ENDIRECTO Aquí s'aprènpoca cosaEn suvigésimoaniversario, la salaBeckett apuesta por

una adaptacióndel angustiosouniversodel escritor suizoRobertWalser

Walsero ladisolucióndel individuo

Endirecto

EDUARD MOLNERSentado en un pupitre, Jakob vonGunten, nos mira y habla: “Aquís'aprèn poca cosa. Els alumnes del'institut Benjamenta no arribaremmai enlloc (...)”. Aquí s'aprèn pocacosa es la brillante primera frasede la novela de Robert WalserJakob von Gunten (1909) y tam-bién el título de su adaptación tea-tral, obradeToniCasares. Efectiva-mente, en el instituto Benjamentano se aprende nada, o casi nada. Seaprende a obedecer. Jakob vonGunten, vástago de familia ilustre,ingresa en el centro para huir desus padres, o más bien, para huirdel futuro que sus padres tienenpreparado para él. La especialidaddel instituto es la formación de sir-vientes. Criados perfectos. Entranadolescentes y deben salir hom-bres vacíos de criterio y voluntad,dispuestos a acatar órdenes.En Jakob vonGunten (Quaderns

Crema, 1999 y Siruela, 2009) estácontenido todo el universo walse-riano. Encontramos esamanera deescribir serena y tranquila, comola transcripción de un pensamien-to que fluye estimulado por lo queva encontrando la mirada. Encon-tramos una asombrosa ingenui-dad, impropia del siglo XX diría-

mos, pero que abraza, acompaña.Yencontramos, también, unperso-naje a quien no le importa el éxito,que sólo vive para alimentar sucreatividad con experiencias.

El suizo Robert Walser (1878-1956) abandonó los estudios a los14 años y se entregó a un periploerrático, siempre acuciadoporpro-blemas económicos. Trabajó de ar-chivero, de oficinista, de empleadode banca, incluso de sirviente enun castillo de Silesia, aunque quisoser actor y pintor. Se entusiasmabacon Los bandidos de Schiller y seextasiaba contemplando la natura-leza. En unmundo dispuesto a en-casillar a los hombres, Walser sesentía vivo al margen de la rutina.Aquejado de crisis nerviosas agu-das y alucinaciones, ingresóporvo-luntad propia en unmanicomio en1929, liberando a su hermana Lisade la atención que requería perma-nentemente; ya no saldría de dife-rentes instituciones mentales has-ta el día de su muerte, en 1956,acaecida en la soledad de uno desus incontables paseos.

Walser pasea. “Pasearme es im-prescindible, para animarme y pa-ra mantener el contacto con elmundo vivo, sin cuyas sensacionesno podría escribir media letra más

ni producir el más leve poema enverso o prosa. Sin pasear estaríamuerto, y mi profesión, a la queamo apasionadamente, estaría ani-quilada”, dice el protagonista deElpaseo (1917; Siruela, 2009), una na-rración de apenas 80 páginas quecuenta el recorrido de un poetapor su ciudad, con gentes, calles yparques, que aferran al paseante alpresente y transforman la faz delfuturo, quepalidece, y borra la hue-lla del pasado, que se desvanece.La vida es movimiento, pero lo

trascendente ocurre dentro: “Qui-zá el hombre interior sea el únicoque en verdad existe”, escribe enElpaseo. La vida sedetiene, semar-chita, se oscurece, cuando se la re-duce a bienestar, a la seguridad deun techo y un sustento permanen-tes. En Los artistas, un pequeñorelato que podemos encontrar enVida de poeta (1918; Alfaguara,2003), un grupo formando por es-critores, pintores y actores recha-za la protección de un noble pode-roso al comprobar cómodesapare-ce su genio al abrigo de una exis-tencia cómoda y apacible; másaún, en el relato que da nombre allibro, el protagonista recibe un cer-tificadodedespido enel que sus je-fes escriben: “Jamás podremos ol-vidar sus extraordinarios trabajossobre papel secante (...) para quesus refinadas dotes no caigan en te-

rreno baldío nos sentimos obliga-dos a implorarle quenos deje”.Na-da, por banal que parezca, puededejarde ser unpuntodepartidapa-ra el arte.Su primer libro, El cuaderno de

Fritz Kocher (1904; Quaderns Cre-ma, 2000 y Pre-Textos, 2008) yaaventuraba los grandes trazos delo que sería su literatura. Esamira-da ingenua, pero especial, capazde captar el misterio profundo dela cotidianidad. Fritz es un alumnoque hamuerto al terminar su esco-laridad. Ha dejado un cuadernocon los ejercicios de redacción. Ellibro de Walser es la compilacióndeestas composiciones que, lógica-mente, tienen títulos pueriles co-moEl hombre,El otoño,La escuela,La clase, La naturaleza, etcétera.Ese adolescente burgués y conven-cional, que escribepara ser aproba-do, es, sin embargo, un ser soñadorfascinado por el arte, la poesía y lamúsica, pero, sobre todo, es al-guienmuy capaz de ver en un aulaun mundo entero entre cuatro pa-redes, con amor, odio, ambicionesydeseo.La clase, unade las supues-tas redacciones de Fritz, habla deun compañero ingenioso, ocurren-te, libre, desobediente y transgre-sor, receptor de castigos: “Él es co-mo una especie de rey (...) nuestro

Aquí s'aprènpoca cosaSALA BECKETTBARCELONA

Dramaturgia ydirección: ToniCasares (adapta-ción de la novela‘Jakob von Gun-ten’ de R. Walser).Del 12 de noviem-bre al 13 dediciembre. www.salabeckett.cat

Arriba, un instan-te del montajeque dirige ToniCasares a partirde la novela‘Jakob von Gun-ten’. Abajo, unade las pocasfotografías queexisten del escri-tor suizo RobertWalserFOTOS NANI PUJOL /

ARCHIVO

El gran reto de adaptar‘Jakob von Gunten’es llevar a escenalas reflexiones y sueñosdel protagonista

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Miércoles,11noviem

bre2009

ENDIRECTOpequeñomundo es así. El profesor

es como una figura del otro, delgran mundo. Sólo que él es dema-siado pequeño para parecernosgrande a nosotros”.

Walser cuestiona las institucio-nes encargadas de perpetuar el sis-tema.La familia, la escuela, los cen-tros de trabajo, las jerarquías. Sushéroes no encajan. Experimentanla modernidad a través del aburri-miento; Jakob se aburre en el insti-tuto Benjamenta, agrietando así lainstitución entera. Sin quererlo, seconvierte en referencia, aunque éladmira, más incluso, quiere, aKraus, el compañero imbuido delespíritu del centro. Kraus no duda,obedece. Ha dado a su existenciael sentido adecuado. En elmontajedeToniCasares,Kraus es interpre-tado por Albert Viñas, actor que,ayudado de su físico rectilíneo,compone brillantemente su severopersonaje.Jakob von Gunten puede encon-

trar una correspondencia en Lastribulaciones del estudiante Törless(1906) de Robert Musil, narracióntambién de iniciación a la vidaadulta. Aunque para completar unposible mosaico podríamos añadirSin novedad en el frente (1929) deErich Maria Remarque, novela decrudas imágenes sobre la GranGuerra que, sin embargo, tiene enel capítulo del permiso y la visita ala escuela sumejor pasaje: una crí-tica acerada a un sistema de valo-res que empuja a la humanidad aldesastre y al hombre a la infelici-dad. Valores que se imparten en laescuela, en el instituto, en la acade-mia, y que todos ellos tienen quever con dejar de ser individuo paraser gregario –hoy podríamos leer,para ser consumidor–.En Musil, Remarque o Walser,

hablamos de experiencias en pri-mera persona, convertidas en lite-ratura. De ahí la dificultad de lle-var a escena una novela comoJakob von Gunten, donde el pesode la narración no está en el inter-cambio con otros personajes, sinoen las reflexiones y sueños del pro-pio Jakob. Casares ha resuelto elproblema dialogando los pensa-mientos de Jakob (Jaume Ulled)con su compañero de habitaciónSchacht (Guillem Motos) o repre-sentando sus aventuras oníricascon la profesora Lisa (Alícia Pé-rez). Ulled ha dado con la luz de supersonaje, Motos es intérprete dela ingenuidadyAlíciaPérez está in-tensaydelicada. El director del ins-tituto, el señor Benjamenta (Qui-met Pla) es un muerto en vida, unhombre desengañado; su hermanaLisa, al contrario, es una mujermuyviva a quien espera unamuer-te temprana.

Jakob ha acudido al institutoBenjamentaparamataruna inquie-tud angustiosa que lo atraviesa. Pe-ro esamisma inquietud le define. Aél, como aWalser. Casares se sumaa la nómina de los que han quitadoel polvo a uno de los escritoresmásinteresantes del siglo XX. |

DAVID BARBALos cacos lo tienen mal para sa-quear el destartalado piso delEixample donde vive Roger Ber-nat: ¡está lleno de cámaras de vi-deovigilancia! De cejas luciferinas,frente broadband y cierta retiradaaNoamChomsky, cualquiera pue-de comprobar sobre el terrenoque: a)Bernat es unode los creado-res fronterizos más interesantesde nuestra escena, y b) las videocá-maras no custodian ningún cuadrodeMiró en el baño. En realidad, lesirven de prueba para Ratera, unespectáculo que reflexiona sobreel público y la videovigilancia. Sien Dominio público Bernat viajabaa 1984, esta vez se da un paseo porUnmundo feliz: “Orwell temía quenos escondieran la verdad; Hux-ley, que nos convirtiéramos en una

cultura trivial donde la verdadque-dara ahogada en chorradas”.

El que fue alma de la GeneralElèctrica sehapropuestomonitori-zar la platea con un programa in-formático que cambia el foco deatención sobre los vigilados cadacinco segundos, como las cámarasque monitorizan la vida cotidianade los yonquis de la barcelonesaplaza Orwell. “Si algún espectadorsemete el dedoen la nariz–advier-teBernat–puedeque sevea refleja-do en la pantalla que pondré en elescenario”. Para curarse en salud,unas pegatinas advertirán de la vi-deovigilancia, “según obliga la leyorgánica 4/1997”. Una vezmonito-rizados, los espectadores escucha-rán fragmentosde Insultos al públi-co, de Peter Handke, donde el dra-

maturgo austriaco desprecia al pú-blico como despreció a la opiniónpública durante las guerras balcá-nicas. ¡Un espectáculo redondo!Más, si tenemos en cuenta que losactores saldránmuybaratos: ¡paga-rán por actuar! “Los espectadoresserán los protagonistas circunstan-ciales de cada noche”.

Ratera no es la enésima denun-cia airada contra los abusos delGran Hermano, sino la constata-ción de lo cómodos que nos senti-mos en nuestro papel de figuran-tes, más que actores, de la tragico-media de la sociedad de mercado.“Un amigo moderno me decía queel ayuntamientodebería pagar a to-dos los artistas por pasearse por elcasco antiguo de Barcelona, comoactores que somos de un eternocarnaval callejero”. Un show para

el fomento del turismo, vaya.“Hoy contamos conmuchas he-

rramientas de participación social,pero ¿somos más libres que hacecuatro siglos?” En tiempos del tea-tro isabelino, las corralas eran unnido de putas, rufianes, alcohol ypeleasdeosos contraperros (las fa-mosas bear baitings); aquella chus-ma indómita tenía la sartén por elmango. “Es en la Francia deMoliè-re –recuerda Bernat– cuando apa-rece la denominación de público yel espectador comienza a ser edu-cado para permanecer en silen-cio”. Todo un proceso de domesti-cación que más tarde se repitió enel cine –lo recuerdaNoël Burch enEl tragaluz del infinito–, cuando laintroducción del acomodador, elpiano y la narrativa acabaron con

los pendones y las pendencias paradejar paso al espectador burgués.Para Bernat, es sintomático que

Wagner fuera el primero en atre-verse a apagar la luz en la platea.Desde entonces, ese procesodedo-mesticación no sólo ha maniatadoal público en los teatros, sino a lamasa en las calles. “Desde el surgi-miento del concepto de público, elGran Otro del que hablara Lacanno ha hechomás que engordar”. Yes quepúblico e individuo, opiniónpública y derechos individuales,han evolucionado en paralelo du-rante los últimos tres siglos hastallegar al momento actual, donde elfin de los grandes metarrelatos haevidenciado que el público sólocuenta comoconjunto de consumi-dores y el individuo sólo lo es co-mo unidad de producción. En fin,resultóquedetrásdelGranOtro es-taba el (Súper) Mercado.“Vivimosen la erade la hipertro-

fia del espectador. ¿Por qué todoslo deseamos tanto? ¿Por qué nadaes válido si no lo sanciona un granpúblico?”, se preguntaBernat.Aho-ra hemos dejado atrás el caos felizdel piso del Eixample para aden-trarnos en la asepsia impoluta delTeatreLliure: a unmes del estrenode Ratera, el dramaturgo conversacon el psicoanalista Ivan Ruiz enun diálogo titulado El deseo en elpúblico. “Lacan procuró invertir laposición del que mira respecto aaquello que es mirado”, cuentaRuiz. “En realidad, el espectadores contemplado por la obra de artey no al revés”: si el espectador pa-decedehipertrofia, almismo tiem-po vivimos en una época en que sele pide que permanezca congeladoen la butaca, que no participe, queno se toque la nariz...Lo mismo que ocurre en el tea-

tro sirvepara el cine, la televisión olas supuestas tecnologías interacti-vas. Twitter o Facebook sonherra-mientas que hacen de nuestras vi-das un espectáculo constante enbuscadel favordel público”, asegu-ra Bernat. “Un espectáculo que nofomenta precisamente la interacti-vidad, sino la interpasividad”.Hux-ley tenía razón: vivimos ahogadosen chorradas. Y no nos sale gratis.La industria de las distraccionesno sólo contribuye a reforzar unapasividad existencial que derivaenoscurecimiento óntico, sino queproduce daños colaterales: “el au-mento de las patologías de la aten-ción que padecen los niños proba-blemente se deba a la multiplica-ción de la atención que nos exigela sociedad del espectáculo”.Así las cosas, ¿cómo abstraerse

del espectador, cómo dejar de serpúblico? “Hay dos caminos: a) tra-bajar como trabaja la Naturaleza,sin espectadores, por el puro pla-cerde crear, yb) enfrentar al espec-tador con su propia imagen, poner-le un espejo para que se quede soloante su deformidad”. O, como enRatera, una cámara que nos reveleque ese pinche tirano no existe,que el público es un fantasma. |

Roger BernatRatera (Puracoincidència)SALA LA PLANETAGIRONA

A partir de ‘Insul-tos al público’ dePeter Handke. 13y 14 de noviem-bre. www.tempo-rada-alta.cat,www.rogerbernat.com

RateraUna reflexión sobre el públicodel sigloXXIapropósito de la última creacióndeRogerBernat

El espectadorhipertrofiado

En la fotografía,el dramaturgoRoger Bernat enuna imagen dearchivoFOTO ÀLEX GARCIA

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CULTURAESPECTACLES

&

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Espinosai ‘Elfascinantnoi...’

L’editoriald’Alzira publicaràen català total’obra de la premiNobel d’enguany

BromeraeditaràHertaMüller

El dramaturg,actor i directorestrena al Lliurel’obra amb quèestà més content

EnladireccióoposadaToniCasaresadaptalanovel·ladeRobertWalser ‘JakobvonGunten’a ‘Aquís’aprènpocacosa’,untextvisionarid’unautoressencialquearribademàalaSalaBeckett

Andreu GomilaBARCELONA

Toni Casares feia 20 anysque tenia dins el cap lanovel·la de Robert WalserJakob von Gunten (Qua-derns Crema) i ara, tot coin-cidint amb el 20è aniversa-ri de la Sala Beckett, ha de-cidit portar-la a escena. Ladata no és cap casualitat, jaque l’espai que aleshores di-rigia José Sanchis Sinister-ra va estrenar-se amb unadramatúrgia de Bartlebyl’escrivent, de HermannMelville, una novel·la cabdaldel segle XIX que seria cone-guda per la famosa frase delseu protagonista “preferiria

no fer-ho”. Jakob von Gun-ten, com Bartleby, és un noiamb una actitud passiva da-vant la vida, i ell, de famíliaaristocràtica al Berlín deprimers del segle XX, deci-deix emprendre el camícontrari al previst i es ma-tricula en una escola, l’Ins-titut Benjamenta, per a cri-ats. L’obra s’estrena aquestdijous a Barcelona desprésd’haver passat el cap de set-mana per Temporada Alta.

“Tant Bartleby comJakob –ens diu Casares–són dos personatges querenuncien als valors de lacultura occidental. Bart-leby renuncia a l’acció, esnega a fer res. I Jakob re-

nuncia als privilegis de laseva condició social. Treba-llant la novel·la i aprofun-dint-hi, m’he adonat que enel fons Jakob acaba renun-ciant. És un noi molt jove ité un punt d’immaduresa.Entra a l’Institut Benja-menta perquè topa amb unmón que no entén, ons’ofega, i vol aprendre a ferde criat per intentar com-prendre’l, aquest món, perentrar-hi per un altre cos-tat”. Jaume Ulled és aquíJakob von Gunten; el seumestre, el Sr. Benjamenta,és Quimet Pla, i la seva ger-mana, la Sra. Benjamenta,és Alícia Pérez. Aquest tri-angle essencial s’amplia

amb els companys deJakob: Pep Ambrós, Gui-llem Motos, Omar Sanchis,Pau Viñals i Albert Viñas.

Casares deixa clar que,tot i el jove planter del re-partiment, no es tractad’Els nois d’història,l’obra d’Alan Bennett ambquè Josep Maria Pou vaobrir el Teatre Goya. “Alsactors els ha costat nocaure ni en el paper denens ni en el de bojos otontos. És una tipologia depersones molt especial.Són gent adulta a qui elBenjamenta ajuda a tenirun món interior prou ricper poder-se aïllar. Això faque els alumnes siguin

peça que parli d’un institut.Ni El florido pensil ni Elsnois d’història. “En el fons,la novel·la és una metàfora.És un drama moral més queres més i, per tant, ens hemde moure en aquest terrenymetafòric. De fet, l’InstitutBenjamenta és un refugi”.

Llegint la novel·la, publi-cada el 1908, sorprèn l’actu-alitatdelstemestractatsperaquestvisionariquevaserelsuís Robert Walser, un pre-cedent de Hermann Hesse,“el primer hippie”, segonsCasares. S’avança als ex-pressionistes i encara mésals existencialistes. La sevadiagnosi sobre el progrés,Europa o el món de l’art són

Els estudiants de l’Institut Benjamenta aprenent a netejar taules a l’espai que han dissenyat Eugenio Swarcer i Paula Bosch ■ DAVID RUANO

“Tant Bartlebycom Jakob sóndos personatgesque renuncienals valorsoccidentals”

més adults del que d’en-trada ens pensàvem”.

El director ha tingut sem-pre ben clar que Aquís’aprèn poca cosa, tot iestar ambientada en uncentre escolar, no és una

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AVUIDIMECRES, 11 DE NOVEMBRE DEL 2009 | Cultura i espectacles | 43| 43

Jaume Ulled (Jakob) i Alícia Pérez (Sra. Benjamenta)ballant en una escena onírica ■ DAVID RUANO

brutals. “El referent ambl’actualitat es troba en la crí-tica als valors de la competi-tivitat, de l’èxit, del triomf,com a valors positius. Enaquest món, qui no jugaamb aquests conceptes nohi troba el seu lloc, es con-verteix en un marginat...Jakob es fixa en els llocs bai-xos, en les coses petites, enel que és inútil, és un argu-ment que potser té ara mésvalidesa que quan Walser vaescriure la novel·la”, diu eldirector.

L’Alemanya naziTambé, en certa manera, se-gons Casares, preveu el quepassarà a Alemanya duesdècades més tard, amb l’ad-veniment del nazisme.“Amb aquests nanos queestan preparats per obeir,per no desitjar..., Benjamen-ta prepara nois disposats aobeir el que sigui. La gràciaés veure com el Benjamen-ta,queestàformantaquestsmonstres, ho està fent coma única resposta possible aun món en decadència i sesalva gràcies a la trobadaamb Jakob. Si no s’hagues-sin trobat, Jakob, per la viamés rebel, hauria acabatmarginat. I Benjamenta, el

mateix, hauria acabat ambuna actitud autoritària. Hiha un personatge, Kraus,que el veus clarament quese’n va directe a les SS. Re-nunciar a l’acció també ésrenunciar a voler canviaraquest món. La novel·la téun punt de lucidesa brutal”.

Casares ha hagut de rees-criure parcialment l’obraper fer-la entrar dins el tea-tre. Per això, per exemple,elimina les trobades deJakob amb el seu germà ar-tista, Johann, que ens ser-veixen per copsar la visió delprotagonista sobre el móndel’art,quepassadelavene-racióaldesencís.Eldirector,per no treure l’acció de l’Ins-titut Benjamenta, fa que lesreunions siguin només refe-rencials. Un aspecte, però,que ha potenciat és el caràc-ter oníric del text, el seu ni-vell metafòric. “El que Ben-jamenta ensenya als seusalumnes –indica el direc-tor– és a construir-se bom-bolles. La novel·la és plenade metàfores i aquesta refe-rència constant a les habita-cions interiors ens porta a lavida interior, al fet que caltenir-neunadeproupodero-sa i rica per aïllar-te de l’ab-surd del món”. ■

Entrevista: Carlota Subirós Dirigeix ‘Alícia, un viatgeal país de les meravelles’, que s’estrena dijous al Lliure

“Alllargdelavidaescreixmoltesvegades”Teresa BrunaBARCELONA

Alícia al país de les meravelles ha estatun dels contes més enigmàtics i fasci-nants que s’han escrit mai. La majoriadels adults que el van llegir durant laseva infància tenen aquells dibuixosbarrocs gravats al cap, poden visualit-zar el túnel cap a l’infinit o guarden laimatge d’un conill amb un rellotge. Elsque ja de grans l’han rellegit, hanpogut descobrir més d’un Lewis Car-roll, amb segones i terceres lectures ijocs matemàtics. Carlota Subirós, unade les joves directores més interes-sants de casa nostra, el va llegir denena i la va colpir. I ha volgut portar elseu record a escena sense la relectura.Només amb la força de l’Alícia i l’expe-riència del seu propi creixement.

Expliques l’Alícia de quan eres nena?En parteixo. Em vaig dir: “Vull ferl’Alícia sense haver-la rellegit”. Era talla força de les imatges que se m’havi-en quedat dins des de petita que emvan semblar un bon punt de partidaper explicar la passió, com quan ex-pliques una tragèdia grega, que ésuna passió molt simbòlica, molt pura.Després, evidentment, la vaig rellegir.

Dius que és un viatge de creixement...L’Alícia proposa una manera demirar el món: endinsar-te en el desco-negut amb por però amb curiositat.Per a mi és el creixement i l’he volgutagafar com un viatge que comença alfinal de la infància, als 7 anys, ambtot el que té de bo i de dolent créixer.

Però l’actriu és gran!La meva lectura és que aquest procéses viu moltes vegades al llarg de lavida. És un viatge de transformació,

d’anar passant per situacions insòli-tes on tot se li qüestiona, la idea dell’home, de la dona, del temps, de si etsgran, de si ets petita, o ets un animalo una persona, de si l’espai és gran o sit’asfixia... Aquest creixement t’ho vaposant tot en dubte fins que desco-breixes que, com mes gran et fas,menys entens el món.

És una història per a una generació?No, ja té un segle i mig! Va néixer d’unprofessor molt rígid que tenia unmón personal molt lliure i desenfre-nat que va plasmar en la seva relacióamb les nenes. En les 98.000 cartesdocumentades que va escriure hi vadeixar jocs, artefactes, invents...L’obra s’ha convertit en un pou de re-ferents per a la nostra cultura.

D’imaginació, en tenia...Era una persona molt imaginativa,aquesta era la seva cara oculta. Éscom un espectacle de mitologia con-temporània en el sentit que totes lesvivències es converteixen en símbolsd’experiència de creixement.

No deu ser fàcil portar-ho al teatre!No! Em vaig adonar que treballarsobre l’Alícia era caure en un pou queno parava d’obrir portes i més portes:com ens relacionem amb els nens,com els volem domesticar... És la pri-mera vegada que faig un text tan abs-tracte, que no parava d’obrir possibi-litats. Però jo volia portar la històriade l’Alícia al teatre. De gran reconei-xes altres imatges perquè vas desen-volupant un altre procés. Com repro-duir aquestes imatges ha estat elgran repte perquè tenen molta força.La idea de caure pel pou és tan forta,tan pura, que qualsevol traducció es-cènica et sembla poca cosa.

Podrien veure l’obra els petits?Igual que el llibre, pot tenir diverseslectures. Hi ha l’aparició puntual detres nenes i una d’elles va venir aveure un assaig i va quedar encanta-da. Per a mi va ser un regal. De vega-des reduïm massa les idees per als pe-tits, cal recordar que va néixer comun conte explicat a una nena. Però nola vaig pensar per al públic infantil.

Com heu treballat els animals?Hem volgut trobar l’essència de cadaanimal sense il·lustrar l’exterior.L’obra ha estat molt versionada i ésun gran repte lluitar contra aquestsreferents que el públic té gravats, lesimatges barroques. Em vaig plantejarque havíem d’anar a un altre lloc, tre-ballar el joc de l’actor, que jugui a sergat, conill, veure com es pot fer. Tro-bar un animal dins d’una persona itrobar una nena dins d’una noia haestat un treball actoral meravellós.

Com tractes la figura de Carroll?No la tracto. Per això ho fem conjun-tament amb Ludovicus Carolus, unalectura que l’Alícia Gorina ha dirigit in’ha fet una dramatúrgia, centrant-se en Lewis Carroll.

Però si diu que el fa en Lluís Soler...Hi surt, però sense entrar en la com-plexitat del seu retrat. Únicamentvaig voler deixar-lo inclòs dins del seumateix somni, com a somiador, com acreador. Hi ha moments que veig quetots els personatges són lectures delmateix Carroll, que ell s’ho munta perrelacionar-se amb la nena. És un per-sonatge fascinant, tan complex i tanric, que no podia entrar en tota laseva riquesa i totes les seves contra-diccions en aquesta obra. Això ja me-reixeria un altre espectacle. ■

Carlota Subirós, a més de ser una directora brillant, forma part de l’equip de direcció artística del Lliure ■ MARTA PÉREZ

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38 CULTURA - ESPECTACLES EL PUNT | Divendres, 6 de novembre del 2009

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La Sala Bec-kett va estre-nar-se l’oc-tubre del1989 ambBartleby,

l’escrivent, de Melville.Sanchis Sinisterra va ex-plicar a Casares, ara fa vintanys, que aquest personat-ge renunciava a l’acció, ala prosperitat social, igualque altres personatges lite-raris com el que RobertWalser va escriure a Jakobvon Gunten, el 1909. Vaser l’ham perquè l’avui di-rector de la Beckett cone-gués l’escriptor, i concre-tament aquesta peça, de laqual, posteriorment, en fa-ria una primera adaptacióa l’Aula de Teatre de laUAB amb el títol Aquís’aprèn poca cosa. La pe-ça s’estrena aquest diu-menge (19 h) a La Planeta iestà previst que faci tem-porada del 12 de novem-bre fins al 13 de desembrea la Beckett.

Casares ha reprès aque-lla dramatúrgia amb unarevisió notable i convertintel monòleg interior del jo-ve de bona família, que de-cideix entrar en una escolade criats per intentaraprendre a no rebatre elsvalors que li expressava laseva família, amb una peçacolorista. En comptes d’unmonòleg, s’opta per mos-trar al públic els diferentspersonatges d’aquesta es-cola particular, «una menad’ONG que recollia noisdesemparats», segons rao-na l’actor Quimet Pla, queinterpreta el paper del di-rector del centre. Aquesthome, ferit per les maldatsdel món cruel extern, es re-fugia en una escola i es li-mita a ensenyar unes re-gles que facin fort els noisper poder combatre l’hos-tilitat del carrer.

Trasbals a l’institutL’arribada de Jakob vonGunten (Jaume Ulled)

trasbalsarà el director del’institut i la seva germanamalalta de desamor, ja queli trobaran uns valors que,en comptes de sotmetre’lsa la norma del moment, elconvidaran a ser el seu ti-mó vital. Fins al punt que,morta la germana (AlíciaPérez), aquesta deixaràcom a testament la invita-ció al jove que viatgi llunyi s’endugui el mestre. Tra-vessen la porta i superenles finestres entelades quepermetien el pas de lallum, però amagaven elperfil de la capital. Casaresadmet que el desassossecque transmet aquesta peça,la mateixa que té Jakob perles seves contradiccionssocials, és el motor de la sa-

la barcelonina, que dimartspassat va rebre la confirma-ció que l’Ajuntament li ce-dirà un espai al Poblenou,que li garantirà un creixe-ment en el seu projecte deser la Casa de l’autor. PerSalvador Sunyer, directorde Temporada Alta, aques-ta és la notícia teatral del’any. Sunyer aspira que elFestival de Tardor de Cata-lunya sempre aculli unaproducció d’un teatre ambuna personalitat clara, pre-sentant autors catalans itambé estrangers. Casaresha reposat la peça com unhomenatge: ell accepta elrepte de Sanchis, agafa lamaleta i continua fent lesseves passes, com el finaloníric de la novel·la.

Casares recomanaser crític amb

l’entorn a «Aquís’aprèn poca cosa»S’estrena a La Planeta aquest diumenge

J. BORDES / Barcelona● Toni Casares, director de la Sala Beckett, estrena laproducció Aquí s’aprèn poca cosa, com a colofó del vintèaniversari del teatre creat per Sanchis Sinisterra. La peça,que vol ser un homenatge al fundador del Teatro Fronte-rizo, convida a tenir una veu crítica amb una societat quees mou per l’èxit social i la competitivitat.

Un instant de l’espectacle, durant un assaig. / DAVID RUANO

● L’alesho-res expresi-dent dels Es-tats Units,Richard Ni-xon, manté

el 1977 un seguit d’entre-vistes, tres anys després deveure’s forçat a dimitir iabandonar la Casa Blancapel cas Watergate, amb unpopular presentador brità-nic de televisió, DavidFrost, a canvi de 600.000dòlars. Peter Morgan, gui-onista de televisió i cine-ma (The Queen i la matei-xa Frost/Nixon), va re-crear en un text l’entrevis-ta i el director del TeatreLliure, Àlex Rigola, en vadirigir l’adaptació catala-na, que es va estrenar elmes passat al Lliure.

A Nixon-Frost (Rigolava canviar l’ordre de l’ori-ginal), Lluís Marco ésl’expresident nord-ameri-cà, mentre que Joan Carre-ras fa el paper del presen-tador, que aconseguirà unreconeixement tàcit de Ni-xon de la seva implicacióen el cas Watergate, des-prés del qual encara va ser

reelegit, el 1972, però quefinalment el va obligar aabandonar la presidènciael 1974, acusat d’obstruirla justícia i utilitzar la CIAi l’FBI amb finalitats polí-tiques. Tant Frost com Ni-xon passen hores baixes.L’expresident se sotmet al’entrevista subestimantFrost, comptant que el pe-

riodista no és especialitzaten política i, per tant, seràinofensiu, però aquest aca-ba aconseguint que Nixondemani perdó als nord-americans per l’escàndol.A més de Carreras i Mar-co, en el repartiment hi haChantal Aimée, AndreuBenito, Oriol Guinart, KaiPuig, Òscar Rabadan iSanti Ricart.

Àlex Rigola va fer duesversions d’aquesta obra:una de completa, realista,que inclou recursos cine-matogràfics, i una altraque és una mena d’unplug-ged escènic, que responals cànons teatrals conven-cionals. A Girona es veuràla primera versió, però to-tes dues van tenir un èxitnotable, tant de públiccom de crítica.

DANI CHICANO / Girona

El combat «Nixon-Frost» dirigit perRigola se celebra avui i demà al Municipal

Frost i Nixon, en ple combat dialèctic. / ROS RIBAS

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06/11/09GUIA DEL OCIO DE BARCELONABARCELONA

Prensa: Semanal (Jueves)Tirada: Sin datos OJDDifusión: Sin datos OJD

Página: 61Sección: CULTURA Valor: 694,00 € Área (cm2): 80,2 Ocupación: 30,84 % Documento: 1/1 Cód: 32944025