Aquella Vacía Habitación (tomo1)

78

description

Disclaimer: KHR no me pertenece, pertenece a su creadora Akira Amano. Autora del FanFic: Hakuren (Zial)

Transcript of Aquella Vacía Habitación (tomo1)

Page 1: Aquella Vacía Habitación (tomo1)
Page 2: Aquella Vacía Habitación (tomo1)
Page 3: Aquella Vacía Habitación (tomo1)
Page 4: Aquella Vacía Habitación (tomo1)
Page 5: Aquella Vacía Habitación (tomo1)
Page 6: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

Título: Aquella Vacía Habitación 1a edición: Julio 2014© Editorial Lemon S.A.

Creación de Personajes por: Akira Amano (KHR NO me pertenece, la historia de este Fanfic, SÍ)Creación Historia: Hakuren (Zial)

Lemon Editorial

Todos los derechos reservados bajo protección legal de documentos escritos, estipulados por la ley de Reglamentación de Contenidos Editorial. Cualquier copia o reproducción ilegal sin un debido permiso será multada y condenada, según las legislaciones de cada país y las normas que en él competen.

Page 7: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

Aquella Vacía Habitación

Primera Parte

Page 8: Aquella Vacía Habitación (tomo1)
Page 9: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

Índice

1. El Comienzo .................................................................... 92. Torpeza es mi Segundo Nombre ...................................... 193. Sensación Incomoda ......................................................... 344. Resolviendo el Misterio .................................................... 485. Admirador Descubierto ................................................. 59

Page 10: Aquella Vacía Habitación (tomo1)
Page 11: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

Dedicado a todas aquellas lectoras que han seguido sin falta esta historia, a pesar de que muchas veces me demoro a la hora de actualizar. Gracias por su paciencia.

Page 12: Aquella Vacía Habitación (tomo1)
Page 13: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

1El Comienzo

había empeorado hasta el punto de que siempre que el pobre castaño hacia algo que no le gustase a aquel hombre, este lo golpeaba sin parar durante horas, o al menos hasta que perdiese la conciencia.

Pero Tsuna sabía que no podría escapar de allí como si nada, ya que no tenía ni dinero, ni amigos, y mucho menos un lugar en el cual alojarse. Aun así, se negaba a vivir una vida tan desolada como aquella, y de una u otra forma esto era lo que lo había llevado a buscar un trabajo. No le gustaba admitirlo, pero él sabía que era bastante inútil en todos los campos de la vida, y no le sorprendía el hecho de que ya lo hubiesen rechazado en al menos diez lugares.

El sol se estaba poniendo y ya solo podría ir a un lugar más ese día; no tenía idea de qué clase de sitio era, y el nombre no es que le ayudara mucho en sus suposiciones.

Camino y camino hasta hallar un gran edificio en medio de uno de los distritos más concurridos de la ciudad. Sabía que se trataba del

a no soportaba más a su padre. Si bien su relación nunca había sido de las mejores, desde que la madre de Tsuna murió dejando un gran vacío en sus vidas, su convivenciaY

- 9 -

Page 14: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

negocio que buscaba puesto que en la parte superior estaba el título “Vongola”. Pero ya se iba dando cuenta que la suerte nunca estaba de su lado, ya que aquel establecimiento se trataba de un bar o club nocturno y él lastimosamente era un menor de edad.

En ese momento quiso llorar, quiso dejar de luchar y aceptar su triste destino… pero sabía que esa nunca sería una opción para él, siempre se negaría a hacer tal cosa sin importar que tan terrible fuese su situación. Y con eso en mente, decidió no solo intentar, sino también conseguir como sea ese trabajo.

Miro por un breve instante al cielo, y allí, en medio de las personas y el ruido, grabo en su memoria ese azul cobalto que recordaría hasta el mismísimo día de su muerte, ese azul que cambiaría su vida.

Empezó su travesía hacia el edificio, y atravesó la puerta; al menos a esa hora del día no había ningún guardia que lo detuviera a pedirle una identificación. Sin saber cómo, logro encontrar la oficina del jefe… o eso quería creer él, puesto que no había nada que se lo indicase más allá de un nombre en una placa. Toco la puerta un par de veces, pero nadie le respondió, así que con todo el valor que no tenia se dispuso a abrirla.

– P-permiso. – Dijo Tsuna mientras sus ojos miel se posaban en la alta figura de piel blanca, ojos y cabello negro con patillas en espiral que se alzaba al fondo de la habitación. Por lo que él podía ver, no tendría más de 24 años aquella persona.

–… ¿Qué quieres mocoso? – Le había respondido este con la mirada más asesina que había visto en su vida, o por lo menos en una persona distinta a su padre.

Y la verdad es que con mirada fulminante o no, algo le decía que debía de trabajar allí. Respiro profundo e hizo una reverencia.

- 10 -

Aquella Vacía Habitación

Page 15: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

– ¡POR FAVOR, DEME UN TRABAJO! – Había prácticamente gritado el joven Tsuna, en parte por los nervios, en parte por el miedo.

El azabache se había limitado a levantar una ceja ante tal acto. Un incómodo silencio reino por algunos minutos, hasta que el mayor camino hasta el castaño y tomo su cara para que lo mirase.

– ¿Y qué tienes para ofrecerme tú que no me hayan ofrecido ya los trabajadores de aquí?... ¿siquiera tienes el permiso de tus padres?

–… Y-yo… – Dudo un breve segundo en contestar a aquellas preguntas, tal vez se debatía entre mentir o decir la verdad, o tal vez eran los extraños nervios que no podía dejar de sentir desde el mismísimo momento en que vio a aquel hombre. – No tengo nada para ofrecerle, ni siquiera el permiso de mis padres… soy un completo inútil, pero quiero aprender, y me esforzaré por hacerlo.

–… – Reborn soltó el rostro del pequeño. No sabía bien que hacer en esos momentos, si darle una oportunidad o no hacerlo… y de hecho semejante cuestión ya en si era extraña, ya que de haber sido otra persona, la habría echado a la calle hace rato.

Pero es que la mirada que tenía ese mocoso le intrigaba bastante: era, por ponerlo en términos sencillos, una mezcla de profunda tristeza y determinación. ¿Por qué? ¿Qué había visto? ¿Qué había sentido?

– Escucha mocoso, te voy a contratar y vas a empezar a trabajar ya. Como no quiero arriesgarme a que hagas sentir mal a algún cliente, tendrás que empezar limpiando. – Y como el mayor no quería perder el tiempo en explicaciones vanas, tomo a Tsuna de la muñeca y lo empezó a jalar por todo el establecimiento hasta llegar a la sala de utensilios.

- 11 -

El Comienzo

Page 16: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

Allí había un joven de cabellos rizados, ojos verdes y delantal con estampado de vaca durmiendo en medio de los traperos. Y el azabache, molesto por aquella vista, le dio una patada para que despertase.

– ¡R-Reborn! No es lo qu- – Otra patada.

– Vaca estúpida… este es tu nuevo compañero, será mejor que le enseñes bien o te las veras conmigo. Y tú, mocoso, aprende bien y ven mañana a mi oficina a firmar el contrato. – Dicho esto se fue tirando la puerta tras de sí.

Ninguno de los dos decía nada, simplemente se analizaban con la mirada, hasta que Tsuna, cansado de aquello, había decidido presentarse.

– H-hola, me llamo Tsuna, encantado de trabajar contigo.

– Mmm… coge una escoba de por ahí y barre el corredor que está cerca a los baños. – Y dicho esto, prosiguió con su siesta.

¡Ah!, la vida definitivamente no lo quería… ¿Cómo en esta vida iba a encontrar el “pasillo cerca de los baños”?... de todos modos el menor sabía que no podría quedarse allí lamentándose toda la vida por cosas estúpidas, puesto que él había elegido ese camino, y por consiguiente lo llevaría lo mejor que pudiese. Tomo el utensilio de limpieza y se dispuso a buscar el lugar que debía de limpiar.

El castaño camino y camino, pero pasillo tras pasillo no logró encontrar algún baño, y ni siquiera una persona que se lo pudiese indicar. Se dispuso a abrir la siguiente puerta, pero cuando se dio cuenta de que esa era la entrada que dirigía hasta el salón principal donde estaban los clientes, el bar y una plataforma, la entrecerró rápidamente.

- 12 -

Aquella Vacía Habitación

Page 17: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

Sus ojos color miel pronto divisaron a una de las personas que se encontraban en el oscuro escenario: se trataba de aquel que lo había contratado, que si mal no recordaba, se llamaba Reborn, y por sus acciones se veía que se disponía a cantar.

Sabía que no debía estar ahí, pero ese sujeto llamaba de sobremanera su atención, así que se escondió un poco más tras la puerta y se dispuso a observar. ¡Simplemente cuanta belleza!, esos penetrantes ojos color negro acompañados de aquella voz tan grave y profunda. Parecía que mirase hacia el público, pero en realidad, Tsuna podía ver que sus orbes se hallaban perdidos en el vacío infinito. Lo peor de todo es que aun así no podía evitar sonrojarse ante tal vista…

Y de no ser porque un chico de cabellos plateados y ojos verdes que iba vestido con un hermoso traje de gala se estaba dirigiendo hacia el de manera amenazante, hubiera seguido soñando despierto con aquel hombre.

– ¿Quién eres y qué estás haciendo ahí plantado? – Le dijo este cogiéndolo del cuello de su camisa para luego prácticamente arrastrarlo hasta la pared. Cabe resaltar que aquel también era un chico con una mirada bastante temeraria, tal vez no al grado de Reborn o de su padre, pero tenía su toque.

– ¡Hiiii! L-lo siento, a mí me acaban de contratar… y-yo… tengo que limpiar un pasillo, pero no lo encuentro…

El peli plata alzo una ceja y se quedó analizándolo durante un momento. Finalmente lo soltó un poco molesto.

–… ¡Agh! Esa vaca estúpida nunca hace bien nada. Ven.

Y de nuevo se hallaban jalándolo y conduciéndolo a Dios sabe dónde. Aunque por el camino que estaban tomando, probablemente lo estaba conduciendo hasta el cuarto donde se encontraba aquel

- 13 -

El Comienzo

Page 18: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

joven al que le decían “vaca estúpida”. De verdad que ese chico parecía bastante molesto, pero no esperaba que de la nada le diera una patada a la puerta para abrirla.

– ¡Hey!, si sigues holgazaneando de esta forma voy a decirle a Reborn-san que te despida.

– Cállate estupidera, además yo ya hice mi trabajo

– ¿Ah, sí? Y entonces... ¿Por qué no le has enseñado las cosas básicas a este niño? – Le contesto mientras lanzaba al castaño en sus brazos.

– ¿D-de que hablas? Jajaja, si yo le acab- – Le fue imposible terminar su frase debido a que le habían vuelto a dar una patada en el rostro. – C-calma, t-tengo que calmarme – Decía ahora mientras lloraba.

Por supuesto el peli plata no estaba dispuesto a contemplar tal escena, por lo que volvió a agarrar a Tsuna, le tiro la escoba que este llevaba al chico del delantal con estampado de bovino y salió de aquel cuarto gritándole que más le valía barrer todo el edificio dentro de una hora sino quería vérselas con él.

Esta vez lo guio hasta una especie de sala donde, aparte de los clásicos sofás, había también flores y cuadros de todos los colores. Cuando los dos se hubieron sentado, la conversación comenzó.

–… bien, antes que nada, mi nombre es Gokudera Hayato, ¿el tuyo?

– Sawada Tsunayoshi.

– Tsuna-san, lo primero que tienes que saber es el horario de trabajo, lunes a viernes de 7:00 PM a 3:00 AM, y los sábados y

- 14 -

Aquella Vacía Habitación

Page 19: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

domingos de 5:30 PM a 4:00 AM… ¿estás bien con eso?

– S-sí, continúa por favor. – Era oficial, el castaño sabía que morirá si su padre se llegaba a enterar de tal horario... y de hecho ya estaba acabado desde que el lugar era un bar… pero nada que hacer, en última instancia tendría que ir a vivir a un bosque o algo por el estilo con tal de salvar su miserable vida.

– Mañana cuando hagas el contrato con Reborn-san… que por cierto, no es el dueño del bar, pero si está a cargo… te dará un uniforme de acuerdo a tu cargo, y probablemente te presentara a los demás empleados. – Hizo una pequeña pausa para analizar nuevamente a Tsuna. – Por lo que veo eres un menor de edad al igual que yo…

– ¡Ah! ¿Entonces no soy el único?

– Somos más de los que te imaginas. – sonrió tristemente el joven Gokudera. – Aunque la verdad tu eres el que más lo aparenta jajaja… sígueme, ahora voy a enseñarte el establecimiento.

Le había mostrado varias habitaciones tales como salas, oficinas, y hasta cuartos y jardines que suponía, eran los espacios de esparcimiento para los empleados. Así mismo le mostro varios atajos y pasillos que eran indispensables a la hora de la limpieza. Fue un momento grato para los dos, aunque lastimosamente, sabían que debían volver a trabajar y muy en contra de sus deseos, el tiempo no hacía más que correr.

Se despidieron brevemente y como era de esperarse, cada cual cogió por un camino diferente. Gokudera había sido realmente de mucha ayuda: ahora conocía un poco mejor el edificio, y también a su compañero de trabajo Lambo, o más conocido como la “vaca estúpida”, por ciertas razones que el aun desconocía.

- 15 -

El Comienzo

Page 20: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

Después de aquello, la noche había empezado a trascurrir rápidamente entre oficios mal hechos y reproches acerca de su mal trabajo por parte del bovino.

Y al final, cuando el reloj dio las 3 de la mañana, se apresuró a salir del lugar. No es que quisiera llegar a casa, no es que quisiera ver a su padre… pero si no llegaba pronto al menos para ver una oportunidad de que su histérico progenitor no lo matase, se iba a volver loco.

En ese breve momento, en medio de aquella fría noche que no le ofrecía ni una sola estrella, otra vez había logrado divisar a Reborn. Estaba feliz de volver a verlo, pero era esto mismo lo que lo tenía harto: ¿Cómo era posible que en tan solo unas horas de conocerlo se sintiera así? ¿Acaso estaba enfermo? ¿O acaso se había apegado a esa persona porque fue amable con él?

Lo odiaba, odiaba sentirse tan interesado en algún ser, porque esa clase de sentimientos ni lo iban a llevar a ningún lado, ni lo iban a ayudar en nada. Y resignado como estaba a creer que ya se le pasaría, que era una sensación pasajera, siguió caminando hasta llegar a casa. Pero lo que encontró en ella no pudo dejarlo más desconcertado: su padre se había ido.

- 16 -

Aquella Vacía Habitación

Page 21: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

- 17 -

El Comienzo

Page 22: Aquella Vacía Habitación (tomo1)
Page 23: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

2Torpeza es mi Segundo Nombre

o había nada. No habían camas, ni mesas, ni sofás, ni ropa, ni comida, ni dinero y ni siquiera había alguna nota que le explicase porque su casa estaba vacía. ¡No había ni polvo!... N

- 19 -

y entonces, vino a él aquel deseo hecho pregunta que tenía hace algún tiempo: ¿al fin su padre lo había abandonado?, y desde lo más profundo de su ser se respondió con un “ojala y así fuera”.

Pero siendo realistas, él sabía que eso no podía ser posible. Debía tratarse de alguna clase de tortura por parte de su progenitor, tal vez quería ver si sobrevivía al abandono, o quería que conociera la “soledad” y la “desesperación”, o probablemente sus acciones no poseían razón de ser, y solo lo hacía por diversión. Nunca lo sabría.

Camino hasta la cocina para comprobar si había agua; abrió la llave y suspiro aliviado, al menos no moriría de sed. Una vez que la cerró, se recargo en la pared y se deslizo suavemente hasta el piso.

Estaba preocupado porque no tenía ni la menor idea de qué iba a comer hasta que le pagaran en su nuevo trabajo. Probablemente tendría que ir a buscar fruta al bosque… últimamente en su vida todo se resumía a ese bendito bosque en el que en serio terminaría

Page 24: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

viviendo si las cosas seguían así.

Aun con estos perturbadores sentimientos, y conforme el frío de la madrugada crecía, sus pensamientos cesaron y su mente cayó en un profundo sueño. Aquella noche, como en tantas otras, no había tenido ningún sueño, y solamente cuando volvió a abrir sus ojos sintió como si saliera de un mar negro.

Gracias a su reloj de pulsera, sabía que eran más o menos las seis de la mañana; tal vez habría dormido una o dos horas. Ese día tenía que ir a su escuela, pero no había hecho ninguna tarea… e incluso ¡no había encontrado su maleta o su uniforme!, y la verdad tampoco tenía ganas de ir. El simple hecho de tener que ver a sus compañeros lo deprimía y, a la larga, era otra de las tantas cosas que lo iban a volver loco. Pero debía hacerlo, tenía que ir y poner su cara allá, tenía que enfrentar sus problemas y a su vez también a las personas que lo molestaban.

Iría con ropa de calle, no importaba. No tenía lápiz o papel, pero tampoco importaba. Después de todo, ¿Qué era lo peor que podría pasarle si lo hacía?, sus profesores lo odiaban, sus compañeros también lo hacían; ninguno estaba dispuesto a ayudarle ni ahora ni nunca, estaba solo y así seria, algunos lo ignorarían, otros lo molestarían, y ¿Qué importaba lo que el dejara o no de hacer, si al final era lo mismo de siempre?

Se disponía a salir, así mugriento y hambriento como estaba, cuan-do de pronto, logro divisar algo que colgaba de la ventana: era… la maleta y el uniforme. Y no solo eso, cuando el castaño se acercó y bajo las cosas que pendían del hilo en donde estaban colgadas, se dio cuenta de que había una nota.

– “Espero que te diviertas en las próximas semanas, Tsuna” – ¡Oh, sí que lo haría!... él no iba a rendirse tan fácilmente ante los abusos de su padre, y por su propio bien, se lo demostraría.

- 20 -

Aquella Vacía Habitación

Page 25: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

Se puso rápidamente el uniforme y salió de su casa asegurándose de dejar bien cerrada la puerta. La calle a esa hora permanecía solitaria y pacífica, allí solo lograba romper el silencio una inesperada ráfaga de viento.

Su mente se mantenía en blanco mientras recorría las calles de aquella ciudad que sinceramente no conocía. Nunca se había dado cuenta de las cosas que había pasado por alto pero que ahora podía ver claramente: Un nuevo edificio por allí, una nueva cam-paña publicitaria al otro lado, tal vez uno o dos árboles nuevos… ¿Era realmente necesario que se quedara solo para poder mirar verdaderamente el mundo que se extendía delante de él? y aun mas ¿realmente estaba viendo lo que debería ver?, probablemente encontraría esa respuesta antes de lo imaginado... pero sea como fuere, allí estaba él, divagando inútilmente en pensamientos extraños.

Ahora debía correr si no quería llegar tarde, tendría que hacerlo hasta que por lo menos lograra divisar aquel edificio blanco con ventanas y puertas de cristal al que llamaban institución o colegio, una vez lo hiciera al menos sabría que ya no le faltaba tanto por recorrer.

Pero, ¿A quién engañaba?... su mente lo seguía torturando, seguía trayendo hasta él esa desesperación de que tuviera que volver a ver a aquellos estudiantes que irónicamente, pese a la blanca institución, poseían corazones más negros que la noche misma. Sinceramente, si no hubiera sido por la paciencia tan infinita que tenía, nunca más hubiera vuelto para verles las caras.

Pero no todo era malo, había una persona, entre todas aquellas “malvadas”, que al menos lo ayudaba de vez en cuando… era tal vez, una especie de compañero. Tenía blanco cabello y ojos violetas, no sabían mucho el uno del otro, y tampoco hablaban tanto como para poder concluir alguna cosa; aun así, de una u otra forma lo ayudaba, le colaboraba con sus deberes, y hasta de vez en vez, le daba ánimos para seguir adelante.

- 21 -

Torpeza es mi Segundo Nombre

Page 26: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

– ¡Byakuran! – Para su disgusto, nuevamente se había sumergido en pensamientos sumamente innecesarios, pero el lado bueno es que al menos de una u otra forma, ahora se había encontrado con la persona que estaba hace unos momentos en su mente.

– Oh~ Tsunayoshi, veo que no fui el único que se levantó tarde esta mañana.

– Yo no me levante tarde… es solo que me distraigo fácilmente.

– Claro ~ – Le contestaba este sonriéndole.

Dando la conversación por terminada, lograron entrar justo a tiempo a su salón. Tomaron sus respectivos asientos, y se dispusieron a atender la clase… o eso quería hacer Tsuna, pero definitivamente no podía, tenía hambre y sueño, quería simplemente saltar por la ventana y desaparecer, desintegrarse, dejar de existir aunque sea por un momento...

Alguien está tocando mi cabello, lo hace delicadamente, amorosa-mente. Puedo ver que está sonriendo, me gusta, me encanta esta sensación que siento cuando lo hace, me hace creer que estoy completo. ¿Quién es?... toco su rostro, abro más mis ojos y veo el color azabache de su pelo “¿Reborn?” “¡Tsuna!”.

– ¡Tsuna! – Despertó, y se dio cuenta de que Byakuran lo estaba llamando en voz baja para evitar que el profesor lo regañase, pero ya era demasiado tarde, ese ser extraño que pretendía enseñarles algo ya estaba frente a él.

– Sawada Tsunayoshi, ¿es que le aburre tanto mi clase que prefiere dormir? – decía mientras señalaba con una peligrosa regla al chico.

– N-no, yo…

Aquella Vacía Habitación

- 22 -

Page 27: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

– Silencio. Esta es una advertencia, la próxima vez que pretenda dormirse en mi presencia, háganos un favor a todos y salgase del salón antes de hacerlo.

– S-sí señor. – De todos modos no es como si pudiese contestarle otra cosa, así es que nada más debía resignarse a ser humillado en público, con el peso de más de saber que había sido su propia culpa.

Cuando las clases al fin terminaron, y era el receso de medio día, se fue lo más rápido que pudo del salón. Tenía muchas cosas que pensar sobre el sueño que había tenido… y es que él no se explicaba cómo podía tener semejante visión de una persona que reciben había conocido. Es más, él no lograba entender como era que había podido sentir todo aquel amor al verlo.

– Oh no… ¿Es que acaso me gusta? ¡Si solo ha pasado un día! – Se lamentaba el pobre. Y por estar en ello, no se había dado cuenta de que alguien lo miraba entre las sombras de la desolada azotea.

– ¡Sawada! – Y allí estaba nada más y nada menos que una de las principales personas que se dedicaba a hacerle la vida imposible en aquel antro de mala muerte.

– Rei… – Ninguna cosa que tuviera que ver con esta persona podría ser buena en algún sentido. Debía escapar de allí.

Aunque le doliera admitirlo a más de uno, él era un chico naturalmente bello, con pestañas largas, cabello rubio oro y unos ojos avellana de infarto, ¿Para qué pedir más?, la mitad de las chicas morían por este ser, e incluso algunos pocos chicos también. Sin embargo, contrario a lo que todos pudieran pensar, este muchacho con aspecto de ángel era la encarnación del mismísimo demonio.

– Pero no pongas esa cara, esta vez no he venido a pegarte… o

Torpeza es mi Segundo Nombre

- 23 -

Page 28: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

por lo menos no lo hare mientras tu no me provoques.

–… ¿Qué quieres? – Iba a morir, estaba seguro de ello. Él sabía que le iba a pedir alguna cosa imposible de realizar, luego se burlaría, y finalmente lo golpearía.

– Veras, hay una mocosa muy insistente que no me ha querido dejar la vida en paz últimamente…

– Yo no tengo nada que ver con eso, no sé qué quieres que haga pero esto me suena mal, n-no lo haré.

Y pasó lo que el pobre castaño esperaba que pasara: Rei puso su acostumbrada cara de matón, le agarro el cuello de la camisa y lo estampo contra la pared lo más fuerte que pudo.

– Tsk, escúchame joder, necesito que te hagas pasar por mi novia y así me ayudas a quitármela de encima.

– Q-Qu… – Estaba en un completo estado de shock, ¿Acaso había escuchado bien?, ¿Novia?, hasta donde el recordaba era un chico, uno que no tenía como plan de vida andarse travistiendo por ahí como si nada. – No. Definitivamente no, no lo hare, estas enfermo.

– ¿Cómo me estas llamando? – El muchacho transpiraba ira a lo largo de todo su ser, tanta, que agarro fuertemente el cabello del menor y empezó a jalar de él hacia el centro de la terraza. Por supuesto, con una acción tan blanda jamás calmaría aquel terrible sentimiento, así que le dio un par de puños en la cara y una patada en el abdomen que dejaron a Tsuna al borde del ahogamiento.

–… – Había tenido algo de valor cuando le estaba llamado “enfermo”, pero definitivamente ser golpeado no le ayudaba mucho a mantenerlo, y lo que era peor, en un inútil intento de amortiguar el dolor, prácticamente se había hecho una bolita en el piso. La palabra

Aquella Vacía Habitación

- 24 -

Page 29: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

patético se quedaba muy corta para describirlo.

– Hay una fiesta dentro de dos semanas, en la cual se reunirán varias familias ricas y otras eminencias, por supuesto, yo estoy invitado. Desafortunadamente, esa niñita también lo está… así que, siéntete honrado, iras conmigo. – Dicho esto, se dio la vuelta y se fue de ahí.

Paso un momento antes de que pudiera al menos volver a respirar con naturalidad. Aun no podía creer semejante abuso por parte del rubio; era cierto que incontables veces lo había golpeado, o lo había encerrado en su casillero, o le había dejado cosas desagradables en su escritorio, pero ¿Esto? ¿Vestirse de mujer?... el consideraba que ni siquiera se parecía a una, pero bueno, después pensaría que hacer.

Calmo sus pensamientos y se paró cuidadosamente. Se disponía a abandonar el lugar, cuando la puerta se abrió, y de ella apareció ese chico de ojos violetas.

–… Voy a matar a ese bastardo. – Dijo este apenas le vio el rostro todo magullado. Y era que aquel chico de blancos cabellos nunca había tolerado que siquiera le pusieran un dedo encima al castaño, pero era claro que él nunca se dio cuenta de ello.

– ¡N-no! yo estoy bien, por favor no hagas nada innecesario. – Siempre le decía lo mismo en esos casos, pero es que sin importar que, no quería que nadie resultara lastimado y menos por culpa de él.

– ¿Acaso quieres que me quede de brazos cruzados otra vez? ¡NO! – Era raro verlo perder la calma, puesto que era del tipo de personas que parecía tener todo bajo control, todo planeado y en el orden deseado.

Torpeza es mi Segundo Nombre

- 25 -

Page 30: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

Tan molesto. Ellos dos no tenían nada que ver el uno con el otro, y aun así Byakuran siempre estaba allí, tratando de acercarse a él... Oh… entonces era eso. Se había dado cuenta de que en algún punto, puso una barrera impenetrable hacia alguien que no merecía tal desprecio de su parte.

– Yo estoy bien, así que cálmate. – Le dedico una sonrisa, tal vez la primera desde que se conocían.

No respondió, le era imposible hacerlo; en vez de ello lo abrazo, siempre había querido hacerlo.

– ¿B-Byakuran?

–… – Hizo aún más fuerte el acto, pero también era consciente de que no podían estar así para siempre. –Toma, comete un masmelo. – Lo acerco despacio a su boca, casi como si no quisiera que se lo comiera, para al final empujarlo a través de ella y que chupara sus dedos. Ah~ una vista digna de los dioses.

– ¿Mm…? – Preocupación, nerviosidad y preocupación. No sabía que era peor: si estar rojo por la vergüenza de estar en una situación así, o si estar terriblemente decepcionado de que no fuera Reborn el que le hiciese aquello… Agh, al final él también había terminado siendo un enfermo.

– Ho~ Tsunayoshi, eres muy cruel conmigo, pones una cara tan linda que no es para mí… ¿En quién piensas? – pregunto mientras retiraba delicadamente sus dedos.

–Y-yo… yo n-no… – No podía hablar, este era casi que su tercer shock del día.

–… Ah~, vamos a la enfermería para que hagan algo con tus heridas. – Lo tomo de la mano y partieron de allí.

Aquella Vacía Habitación

- 26 -

Page 31: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

Una vez estuvieron frente a su destino, tocaron la puerta y espera-ron a que la encargada les diera la señal de paso. Aquella enfermera llevaba allí un par de meses, y si mal no recordaban se llamaba Bianchi; por supuesto, ellos ya habían entablado amistad con ella, esto era porque Tsuna se la pasaba casi que cada dos días allí meti-do para que le atendieran los golpes que sus compañeros le propor-cionaban. Se escuchó un ligero “pase”, y entraron.

Ella era, por describirla en una sola palabra, seductora: figura alta y delgada, una cara de muñeca, cabello largo de un color entre el rosa y el castaño. Por supuesto, lo que tenía de belleza física, moría en su interior; era agresiva, incomprensiva, impaciente, y hasta prepa-raba unos remedios de dudosa procedencia que no hacían más que enfermar a los pacientes que venían a buscar una supuesta cura.

– Tsuna… ¿Otra vez?

– Si… pero esta vez no es tan grave como lo fue la vez pasada.

–… ¿Cuándo vas a defenderte?

– Eso empeoraría las cosas. – Era inútil, ya habían tenido esa conversación miles de veces. Y no es que él no hubiera pensado alguna vez en hacerlo, hasta lo había deseado miles de veces; pero no podía, si lo hacía, su padre se las cobraría peor por manchar el nombre de la familia. Un momento, esa persona ya no estaba, ya no existía en su mundo, entonces… libertad, su corazón sintió esa alegría tan grande que le sobrevenía, aquella punzada que hacia tanto tiempo atrás estaba buscando. Tal vez ahora, si sería capaz de defenderse.

Cuando al fin le termino de atender sus magulladuras, dio las gracias y se fue de allí junto a su, ahora, amigo. Ya no había ningún motivo para regresar a clases a esas alturas, así que decidieron irse. Llegados a este punto, Byakuran de pronto lo invito a su casa, era

Torpeza es mi Segundo Nombre

- 27 -

Page 32: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

una lástima, quería seguir reflexionando sobre esa nueva amistad que le sobrevenía, pero hoy no podría, puesto que tenía que alistarse para llegar a su nuevo trabajo, una situación que lo emocionaba en demasía de hecho.

– Lo siento, no podré ir a tu casa hoy… tengo que hacer otras cosas. Nos vemos luego ¿Si? – Le dijo, prácticamente corriendo hacia algún otro lugar.

– ¡Espera!... ¿Tsunayoshi? – Era demasiado tarde, ya se había marchado.

La luz de los faroles y de los ocasionales autos que pasaban se distorsionaba a través de los finos hilos de la lluvia, creando así un ambiente hermoso y tranquilo. Desafortunadamente, Tsuna había llegado a su trabajo antes de que iniciara semejante espectáculo. Aunque al menos así, no se había mojado.

Una vez que Reborn le hubo entregado su uniforme de mala gana, lo había echado prácticamente a patadas de su oficina. Dicha acción había lastimado muy en el fondo al castaño, por eso le era más que necesario repetirse mentalmente una y otra vez que “era mejor así”. Y es que él tenía mejores cosas de las cuales preocuparse en lugar de estar martirizándose por el desprecio de alguien que acababa de conocer, como por ejemplo, el hecho de que desde ayer su estómago no tuviera más que agua. Había intentado encontrar comida en el camino, pero era inútil, parecía que los pocos árboles de su ciudad no producirían nunca nada más allá de las hojas que vestían.

Resignado entonces a subsistir un poco más en sus condiciones actuales, se colocó el gran overol negro que era su nueva ropa, y tomo una escoba para empezar a trabajar. El tiempo corría, y mientras lo hacía, experimentaba el mayor de los silencios que hubiera podido

Aquella Vacía Habitación

- 28 -

Page 33: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

imaginar alguna vez. Este transmitía, en palabras sencillas, un aire de grandeza que conectaba a todas las cosas existentes; pero por extraño que pareciese, él podía sentir que no pertenecía a ese todo… a decir verdad, era algo un poco aterrador.

– ¡Tsuna-san! – Gracias a Dios que Gokudera lo había llamado, sino, probablemente aquella soledad lo habría llevado a pensar cosas que solo lo dañarían más.

– Gokudera-kun, hola.

– Al final Reborn-san no le presento a ninguno de los otros empleados… a decir verdad, hoy estaba un poco molesto – Decía un preocupado peli plata casi a modo de susurro.

– ¿A-Ah sí?... ¿puedo preguntar por qué? – No quería admitirlo, pero pese a todos sus pensamientos anteriores sobre la irrelevancia de los actos del azabache, si estaba bastante interesado en saber porque carajos lo había tratado tan mal cuando el no había hecho nada malo…

– No sabría decirle con certeza, pero creo que es debido a una mujer…

– Y-ya veo – Claramente este había sido un golpe muy duro para el castaño, era como volver a la realidad: aquel sujeto era bien parecido, con una actitud guay; era obvio que sería famoso con las mujeres. Y bueno, igual tampoco es que le importase tanto...

– ¿Se siente bien? Lo noto un poco decaído…

– Ah jajaja, no te preocupes, es solo que no dormí bien anoche – Una sonrisa falsa, odiaba hacer eso, pero no quería darle una mala impresión a Gokudera, y además era también su manera de protegerse.

Torpeza es mi Segundo Nombre

- 29 -

Page 34: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

– Si usted lo dice entonces está bien. – Contesto este más tranquilo. – Ahora sí, he de dejarlo Tsuna-san, tengo que seguir con mi trabajo.

– ¡Oh! Está bien, que te diviertas. – Y una vez se despidieron, él también siguió con sus deberes.

Nuevamente el silencio, ¿Qué estaría haciendo Reborn en estos momentos? ¿Estaría cantando? Realmente quería volver a escucharlo… que inútil era tratar de alejarlo de sus pensamientos. Bueno pues, una pequeña escapada de sus labores no le haría mal alguno a nadie. Dejo la escoba a un lado, y se encamino hacia el salón donde se ubicaba el bar, y por ende, el escenario.

Allí, como Tsuna lo había esperado, estaba aquel muchacho de las graciosas patillas en forma de espiral. Entonaba una melodía un tanto ¿Oscura, triste, depresiva? Algo como eso; pero sin importar que sentimiento estuviese transmitiendo, esa persona nunca dejaba de verse sexy. Esperen un momento, ¡¿Sexy?! ¿Qué clase de pensamiento era ese? No podía creer bajo ningún motivo que el viera a un hom-bre en… ESA forma.

Invadido por la desesperación y la vergüenza como estaba, no se dio cuenta de que esos oscuros ojos que lo habían cautivado desde que los vio, cosa que se había negado una y otra vez, lo estaban observando. Cuando al fin se percató de ello, casi muere de un infarto el pobre chico; salió corriendo tan rápido como pudo, a sabiendas de que de hecho, su vida dependía de ello.

Gracias a Dios que ya eran las tres y podía irse “tranquilamente” para su casa. Así que sin esperar nada, se quitó su overol mientras seguía corriendo, lo medio guardo en su maleta, y salió de una buena vez por la puerta trasera. Pero es que la noche tenía otros planes, y al parecer, o se mojaba o se quedaba en el establecimiento hasta que escampara, porque claro, su inepto padre ni sombrilla le

- 30 -

Aquella Vacía Habitación

Page 35: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

había dejado.

Llegados a este punto, se calmó un poco y pensó mejor las cosas que estaba haciendo. ¿Por qué corría? ¿Acaso pensaba que el azabache iría detrás de él? ¿Que lo perseguiría? Siendo sinceros, eso era poco probable; en vez de eso al día siguiente lo regañaría por estar perdiendo el tiempo y nada más. Con esto claro, se dispuso a entrar de nuevo y esperar un rato, hasta que…

– Oye vaca estúpida, ¿Has visto a Tsuna? – Era la voz de él, la de Reborn.

– ¡Oh Señor, oh Dios! – Susurraba desesperadamente. Escapar, debía volver afuera y escapar de allí; y es que ¡vamos! la lluvia no era tan mala. Claro que su jefe tampoco lo era pero… es que tenía mucha pena de mostrarle su cara después de esos pensamientos que había estado teniendo sobre él últimamente.

Por esa razón, ahora se encontraba corriendo de nuevo en medio de los implacables reflejos del agua. Lastimosamente, como era típico en él, tropezó con una pequeña piedra y cayó de cara al suelo.

–… mierda – Se levantó un poco adolorido, dispuesto a continuar. Pero no podía, había alguien frente a él con una sombrilla.

- 31 -

Torpeza es mi Segundo Nombre

Page 36: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

- 32 -

Aquella Vacía Habitación

Page 37: Aquella Vacía Habitación (tomo1)
Page 38: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

3Sensación Incomoda

ada vez más gotas de lluvia cubrían su rostro, se enredaban en sus pestañas y se deslizaban por su cabello, lo hacían con un tacto suave que le provocaba cosquillas, algunas de C

- 34 -

ellas hasta adquirían el color de la luz que en ellas se reflejaba, era una danza que le mostraba la vida. Pero él en ese momento no la veía, sus ojos estaban preocupados observando al hermoso sujeto vestido de traje.

– Realmente eres inútil hasta para caminar. – Su tono era frío y cortante.

– R-Reborn… ¿-san? – Infinita vergüenza que no lo dejaría descansar en paz nunca. – ¡No me caí!... es que… e-es que… de pronto vi algo lindo que me gusto y yo… y yo… – Que fracaso, no era ni bueno para inventarse una excusa, y como si fuera poco ya estaba más rojo que quien sabe qué.

– Estabas viéndome cantar. – Le extendió su paraguas con una mirada indiferente, pero detrás de esa mascara, el azabache lo veía como un pobre gatito mojado, era gracioso.

Page 39: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

– ¡N-no! digo, sí. ¡Perdón, no volverá a suceder!

– ¡Ah!, no te preocupes por eso. Siempre y cuando cumplas con tu trabajo puedes verme todo lo que quieras. – Vale, eso había sonado raro viniendo de él, puesto que se la había pasado toda su vida construyendo una reputación de chico distante y cruel. Extrañamente, tampoco se arrepentía de decirlo.

–… M-muchísimas gracias.

– Vamos, te llevare a tu casa. – Le extendió su mano al pequeño para dirigirlo hasta su choche, lo que él no imagina-ba, es que sería terriblemente rechazado.

– No, gracias. – Contesto el castaño mientras le dedicaba una enigmática mirada. No quedaba rastro alguno de su anterior nerviosismo y esto sorprendió a Reborn.

– ¿Estas negando mi ayuda? – Era el colmo… quería hacer la buena acción del día por un mocoso inútil que nada tenía que ver con su vida, y este lo despreciaba.

– Lo siento mucho. – Dijo mientras hacia una amplia reverencia, y continuó: – Aprecio su ayuda, pero me temo que he de volver solo. Buenas noches Reborn-san. – Y sin más, se fue corriendo nuevamente de ese lugar.

No es que a Tsuna no le encantara la idea de que lo acompañara, es más, lo deseaba, pero… por algún motivo no quería que Reborn, de todas las personas, viera en la situación en que estaba viviendo actualmente. Y así mismo, tampoco le gustaba que de la nada empezara a preocuparse por las opiniones que

Sensación Incomoda

- 35 -

Page 40: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

aquel sujeto tuviese de su persona. No los quería, no quería que esos sentimientos nacieran en él… por el amor de Dios, ¡Que hasta hace prácticamente dos días lo había conocido!, entonces ¿Qué? si esto era así apenas conociéndolo, ¿Qué pasaría entonces en las semanas o meses que vinieran? No quería ni pensar en eso.

Más bien, huiría, escondería sus sentimientos como si fuera secreto de estado y lo haría así siempre que pudiera… pero ¿Realmente quería hacer eso? Soledad o compañía, felicidad o tristeza, luchar o rendirse. ¡Si solo tuviera a su madre!, podría pedirle ayudas y consejos.

– Mamá… – La extrañaba, ella había sido la luz de su vida, y ahora nunca más volvería a verla. Ya no tenía a quien comunicarle sus sentimientos, ya no tenía nadie que se preocupara por él como ella lo hacía. Tal vez si aún viviera, podría llegar a casa a contarle como su corazón se había rendido a las relaciones humanas, y tal vez ella le hubiera dado palabras de ánimo para que siguiera adelante y… y ahora no quedaban más que amargas lágrimas.

En esos instantes, mientras corría hacia su hogar, en la calle que había dejado unos momentos atrás, aun se encontraba aquel azabache mirando hacia el infinito, preguntándose qué era lo que había acabado de pasar.

– Mocoso idiota. – Estaba de un malgenio que ni el mismo se aguantaba… y es que de la nada apareció el niñato y cuando quiso acordarse el 90% de sus pensamientos eran sobre el castaño. Mal, muy mal, eso no podía estarle pasando justo a él, símbolo de deseo por excelencia de las mujeres.

Aquella Vacía Habitación

- 36 -

Page 41: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

De mala gana guardo la sombrilla y subió al auto. Una vez al volante, empezó a recordar lo malo que había sido su día: se había levantado para encontrarse con un montón de llamadas perdidas y mensajes desesperantes de una caprichosa mujer que no lograba entender que lo de ellos dos había acabado hace rato; y además, en el transcurso de la tarde, ESA había decidido que su insistencia a distancia no era suficiente, sino que se había atrevido a ir personalmente a su trabajo a amargarle la vida. Y lo peor, es que cuando él le volvió a decir por quinta vez que lo dejara en paz, se puso a hacerle show al frente de su amado negocio… simplemente imperdonable. Si esa mujer se atrevía a seguirlo molestando, empezaría a mover unos cuantos hilos y la mandaría bien lejos de él, al otro lado del mundo, eso o definitivamente la iba a desaparecer del mapa.

Las calles pasaron una tras otra, todas oscuras y vacías, y antes de darse cuenta, ya había llegado a su casa: una impresionante mansión plagada de los jardines más fantásticos que alguien alguna vez hubiera podido soñar. Había árboles y flores exóticas por doquier, fuentes de puro cristal, y una cantidad de pequeños lagos aquí y allí. También tenía un complejo de edificios, igualmente de cristal, que se repartían entre invernadero y piscina. Todo esto estaba acompañado de una iluminación tan delicada, que creaba un perfecto balance de texturas y materiales.

Cuando entro, tiro por ahí su abrigo y la sombrilla, se desnudó como pudo mientras caminaba hacia el baño, y lleno la tina. Definitivamente necesitaba relajarse un rato, olvidarse de tantas molestias. Y allí, sin darse cuenta, se encontraba pensando en el mocoso inútil… es que era tan torpe, tan tierno, y tan nervioso, y tan... tan extraño. La última vez que lo vio, el pequeño castaño

Sensación Incomoda

- 37 -

Page 42: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

había dejado de ser todo eso, y se había convertido en alguien fuerte, decidido, calculador; simplemente no se lo explicaba.

Solo dos días habían pasado desde que lo había contratado, pero realmente se había interesado en él desde el primer momento. Tal vez era por esa extraña dualidad que presentaba, tal vez era porque le daba curiosidad conocer el pasado de un niño tan marginado, tal vez era todo eso y más; pero por ahora, no lo sabría con certeza.

–… Mocoso inútil. – Estaba claro que hoy la vida lo quería joder, sino fuese así, no estaría pensando tanto en esa persona. De mala gana se secó y se dirigió a su habitación, donde sin pensarlo dos veces, se acostó y se durmió de una buena vez.

A diferencia de Tsuna, que nunca soñaba nada en particular, Reborn siempre soñaba alguna que otra cosa relacionada a algo de su vida, como por ejemplo, con aquel camaleón que tenia de mascota y al que llamaba Leon, o también se veía a él mismo cantando en su bar a un público invisible; algunas veces recordaba, otras no. Esta mañana era una de esas últimas, en las que por más que intentaba recrear las escenas, no podía ver nada más que imágenes sin ningún orden o sentido.

Su día paso con más calma de la que hubiera anhelado tener dadas las situaciones actuales: ni una llamada de su acosadora fiel, ningún escándalo, sus trabajadores al fin comportándose como personas competentes… que aburrida que era su vida.

Para el azabache ya nada tenía ningún sentido, ni su mansión, ni su trabajo, ni su dinero, ni las personas que conocía, ni su vida misma; ya nada valía para él, y tal vez por eso sus

Aquella Vacía Habitación

- 38 -

Page 43: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

canciones siempre eran tan carentes de emoción alguna, y de hecho, le sorprendía que la gente aun siguiese alabándolo, parecía que no se estaban dando cuenta. Aunque tampoco es como si Reborn deseara que lo hicieran y lo ayudaran… ayuda… un término que no estaba en su lista de cosas que quisiera recibir de otra persona.

De esta manera pasaron un par de días, en los cuales no había visto ni por asomo a Tsuna; Sabía que este estaba trabajando, pero por alguna razón siempre lo lograba evitar a la perfección, y de todos modos, no era como si a él le importara mucho verlo.

– ¿A quién engaño? – Se hablaba a sí mismo el de las patillas en espiral. – Estoy aburrido, quiero verlo, no sé porque, pero lo veré.

Como sabía que por más que le siguiera la pista, este siempre escaparía, decidió esperarlo ocultándose en el casillero que estaba en frente del que le correspondía al pequeño. Tendría que pasar por ahí sí o sí, y cuando lo hiciera, lo atraparía. No podía haber ningún fallo en un plan tan básico.

Cuando al fin pudo ver su espalda, Reborn no cabía de la emoción que lo empezaba a embargar. ¿Emoción? ¿Él? que buena broma. Pero muy en el fondo sabía que no lo era, y que esa sonrisa tonta que se dibujaba en sus labios en esos momentos, era la más honesta que alguna vez hubiera podido tener.

– Mocoso, esta vez no te me escapas. – Salió triunfante, como el gran jefe que era, y aun así la alegría se le borro en menos de un segundo al ver la carita del pequeño.

Sensación Incomoda

- 39 -

Page 44: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

–… – Tanto que se había esforzado para que el mayor no lo viera de esa forma, para que no viese su horrible rostro, y ahora él estaba ahí, mirándolo con una expresión aterradora en sus ojos.

– ¿Quién fue el bastardo que te hizo eso? – Era inaceptable ver lo que estaba viendo: una serie de rasguños y moretones cubrían su piel, uno de sus ojos estaba completamente cubierto (no quería ni imaginarse como estaría debajo de las vendas), y lo peor, toda una cortada que pasaba desde su sien hasta la parte baja de su mejilla. Era más que seguro que esto último iba a dejar una cicatriz cuando se curara. Pero al parecer eso no era todo, a lo largo de todo su cuerpo tenía heridas similares, y hasta un dedo entablillado. Al parecer, el subnormal que le había hecho eso, se había divertido mucho torturándolo.

–… – Quería llorar, sin embargo, eso sería humillarse aún más delante de aquella persona por la que tenía sentimientos encontrados. Así que no lo haría, y tampoco respondería a sus preguntas, o al menos trataría de hacerlo, puesto que tenía el leve presentimiento de que, si decía algo, correría un mar de sangre en su instituto.

– Entonces, me supongo que no me vas a decir quién fue. – El silencio y la tensión del ambiente los envolvía. – Al menos podrías contarme qué pasó ¿No?

– Y-yo no…

– Vamos, no seas tímido, cuéntame. – Le hablaba pacientemente, mientras le acariciaba el cuello gentilmente con una de sus

Aquella Vacía Habitación

- 40 -

Page 45: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

manos. Odiaba comportarse tiernamente con alguien, pero ese era su método infalible de obtener información pacífica-mente, además, podía ser una pista importante para encontrar, y cobrárselas al bastardo que se había atrevido a tocarlo.

– V-veras…

Era el amanecer de un nuevo día, el peor de todos; había pescado un resfriado, porque por ciertas razones que omitió decirle al azabache, no tenía toallas con que secarse, ni ropa aparte de su uniforme y el overol que le había dado, para cambiarse. Y lo que era más preocupante, el frío de la mañana no había hecho nada más que empeorar su estado de salud; aun así, tampoco se podía dar el lujo de quedarse en su casa, porque tenía unos cuantos asuntos que arreglar en su colegio. Se colocó su uniforme como pudo, y en medio de un estado en el que no era consiente ni siquiera de sí mismo, logro llegar al plantel educativo; tarde, pero lo había logrado.

Ya era la segunda hora de clase, y todo parecía, para variar, tranquilo. Sin embargo, en un momento de lucidez, noto como dos figuras amenazantes se dirigían hacia él: los amigos matones de cierto rubio del cual fingió no acordarse el nombre.

– Tenemos asuntos pendientes que arreglar contigo Sawada. – Le habían dicho, mientras lo agarraban bruscamente del brazo, y lo arrastraban a Dios sabe dónde.

Y él, como claramente seguía con su inepta política de evitar problemas a toda costa por medio de ser sumiso, los había seguido sin más, hasta un remoto salón de música que ahora solo era utilizado para almacenar los instrumentos.

Sensación Incomoda

- 41 -

Page 46: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

– ¿Sabes? Desde hace un tiempo hemos estado vigilando tu relación con nuestro jefe. – Comenzó uno.

– Y hemos visto que él realmente, es un hombre bastante estúpido, por no decir algo más grave. ¿Entiendes a que nos estamos refiriendo Sawada? – Continúo el otro.

– P-pues no… Hiiiiii. – Vale, eso se estaba poniendo peligroso: sin saber exactamente la razón, uno de los tipejos le había zampado un puño en toda la cara.

– Te lo pondré en palabras que un inútil como tú entienda: nuestro jefe está siendo demasiado blando contigo solo porque cree que tú le gustas. ¿Gracioso, cierto?

–…

– Pero bueno, el problema aquí no es ese en realidad, el problema, es que por TÚ culpa, ha botado nuestra amistad de años y años solo porque te tratamos abusivamente. Cosa, que de hecho, hacemos por órdenes de él. Ahora, me podrías explicar ¿Qué clase de lógica es esa? Porque nosotros no la entendemos.

– Yo no tengo nada que ver con eso. – Más golpes.

– ¡Por supuesto que tienes que ver! ¿Es que no entendiste lo que te acabo de explicar? ¡¿Ah?!

Los odiaba, odiaba a todo el mundo. ¿Cómo era posible que por semejante excusa tan tonta estuviera siendo golpeado otra vez? Es que era tan rebuscada y tan mala que no lo podía

Aquella Vacía Habitación

- 42 -

Page 47: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

creer del todo, sabía que simplemente estaban haciendo eso por joderle la vida y ya. Pero no más, no iba a aguantarse nada de eso nunca más ¿Querían pelear? Bien, lo haría fatal, pero lo haría, desde ese día y por siempre, lucharía.

Y así fue como el primer puñetazo que le había dirigido a ese par, y probablemente el primero en su vida, había desencadenado una guerra escolar escalofriante: justo después de dar el golpe, se había lanzado de lleno contra ese par, tumbaron varios instrumentos, y parecía una pelea muy pareja, hasta que uno de esos dos vándalos saco una navaja de su bolsillo. En ese punto, no quería rendirse, pero tampoco quería cometer un acto suicida, por lo tanto, simplemente salió a correr hacia un lugar más transitado; pero lo hicieron tropezar, y una vez en el piso, dirigieron vulgarmente la navaja hacia su rostro; en un intento fallido de detenerla, había resultado con un dedo partido.

Empezó a repartir patadas como poseso, logrando escapar de nuevo de sus atacantes. Al fin había llegado al pasillo principal de la escuela, donde gracias al Señor, había divisado a Byakuran, y una vez este le devolvió la mirada y observo su estado, sabía que ya no había vuelta atrás; aquel chico de cabello blanco iba a acabar con esos dos.

El ambiente era tenso, muchas personas no se explicaban que estaba pasando, pero cuando se dieron cuenta, todos los de la escuela se había dividido en dos bandos: los que simpatizaban de una u otra forma con Tsuna o con los amigos de este, y por el otro, los gamberros que querían hacerle la vida imposible a todo el mundo porque la de ellos ya daba suficiente asco. Para sorpresa (o no tanto) del castaño, de su lado se encontraba

Sensación Incomoda

- 43 -

Page 48: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

aquel chico rubio del que seguía fingiendo ignorar el nombre.

Así mismo, las mujeres habían organizado grupos de apoyo para sus bandos favoritos, lastimosamente, estas al final también terminaron peleando entre ellas, esta vez, por rivalidades puramente personales.

– ¿Están locos? ¡¿Por qué atacaron a este mocoso cuando yo no les ordene nada?! – Decía el “jefe”.

– Oh, por favor, llegados a este punto ya a nadie le importa eso. Este instituto siempre ha querido sangre, y ahora va a tener toda la que quiera. – Decía el oji violeta de muy mal humor, aunque ya había acabado con medio cuerpo estudiantil.

La lucha duro horas, ni los profesores, y ni siquiera los policías habían logrado parar todo ese alboroto, el cual, solo pudo llegar a su fin, hasta que solo unos cuantos quedaron de pie sobre los demás. Por supuesto, tal escándalo había sido encubierto con una extraordinaria suma de dinero por parte de uno de los principales implicados en el asunto.

– Varios alumnos fueron llevados al hospital, pero como yo no me podía permitir tal lujo, Bianchi, digo, la enfermera, se encargó de curar lo mejor que pudo mis heridas. – De este modo, había terminado el relato del joven castaño, ante la mirada un tanto extraña del azabache.

–… Ven conmigo, te voy a llevar a un hospital.

– A-ah, pero

Aquella Vacía Habitación

- 44 -

Page 49: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

– Tranquilo, solo toma mi mano. – Definitivamente la actitud de Reborn era bastante extraña para Tsuna, pero era que este, no sabía la masacre que el mayor estaba maquinando en su cabeza: así esos vándalos hubieran recibido su merecido, aun así quería venganza, y el pequeñito le había otorgado una importante pista para encontrarlos, a pesar de que había intentado esconder sus identidades por todos los medios.

Sensación Incomoda

- 45 -

Page 50: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

- 46 -

Aquella Vacía Habitación

Page 51: Aquella Vacía Habitación (tomo1)
Page 52: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

4Resolviendo el Misterio

Realmente que era lo que estaba ocurriendo en la vida del oji miel?... esa era la pregunta que se estaba haciendo Reborn en esos momentos, mientras acariciaba los castaños

¿

- 48 -

cabellos que se esparcían por toda la almohada del inquietante hospital. Y es que los sucesos que terminaron por acontecer la noche anterior, y a lo largo del presente día, no habían hecho más que inquietarlo a niveles extraños para él.

Como por ejemplo, cuando el doctor que estaba atendiendo a Tsuna le había dicho que este presentaba inicios de desnutrición, ¿Es que acaso él no quería probar bocado? O por el contrario, ¿Su familia no quería alimentarlo?... ¿Qué clase de familia tenía? Definitivamente se encargaría de averiguar que estaba pasando en la casa del mocoso. Y lo que había descubierto esa mañana… es que de solo mencionarlo las imágenes empezaban a fluir por su cabeza, y comenzaba a recordar la conversación:

Paredes blancas, puertas de cristal perfectamente limpias, así era ese antro en el que se encontraba dirigiéndose a la enfermería; no tuvo dudas de que la persona que él esperaba encontrar, era efectivamente la que estaba detrás de la puerta, pues el olor a

Page 53: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

comida toxica la delataba.

– Veo que sigues tratando de aprender a cocinar.

–… Reborn, han pasado años desde la última vez que nos vimos. – Dijo una Bianchi un poco molesta por la situación que se le estaba presentando.

– No estaría aquí de no tener una buena razón. – Le contesto este mientras se ensombrecía los ojos con su fedora, pues admitía que ella tenía muchos motivos para no querer verlo.

– ¿Ah, si? Pues eso debe ser algo muy importante.

– Es sobre alguien que tú conoces, un estudiante de este… lugar.

– ¡Ja! ¿Viniste aquí por una mocosa? – Y es que aunque había escuchado el “un”, no se podía creer que aquel hombre buscara su ayuda por un niñato, así que tenía que ser una mujer.

– En realidad, por un mocoso. – ¡Agh! Qué situación tan jodidamente incomoda… pero no se daría el lujo de demostrárselo, seguiría con su impecable cara de póker hasta el final.

– Ah~

–…

– ¿Quién?

– Sawada Tsunayoshi, empezó a trabajar para mí hace unos días. – Aaahh~ ahora todo tiene sentido. – Al fin el ambiente se había aligerado un poco, pero esta ligereza trajo consigo un aire un tanto extraño.

Resolviendo el Misterio

- 49 -

Page 54: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

– ¿Qué es lo que tiene sentido para ti?

– Oh, cariño… no te preocupes, ese castaño le produce malos pensamientos a más de un hombre.

–… – ¿Acaso estaba rojo? Porque sentía su rostro extremadamente caliente. No, seguro era otra cosa, ojala. – Vamos al grano, dime ¿Quiénes fueron los que lo golpearon la última vez?

– Es mejor que no te entrometas en eso, Reborn.

Palabras a las cuales el azabache no pudo responder con nada más que una ceja levantada, y es que de entre todas las cosas en las que se había metido a lo largo de su vida, y en las que, de hecho, aún seguía metido, cobrárselas a un par de mocosos de colegio era por lejos, la menos peligrosa y absurda de todas.

– Bianchi… – estaba intentando ser paciente, de verdad, pero necesitaba una información, y la quería ya.

– A Tsuna no le va a gustar que estés metiendo tus narices en su vida… en especial por su padre. – Era preferible revelarle a aquel hombre la aberrante existencia del padre del castaño, a que se terminara entrometiendo con mocosos ricos de quien sabe que calaña. Y es que aunque le encantaba hacerse la mala con ese azabache, seguía apreciándolo de alguna forma u otra; aunque para ser sinceros, era más odio que aprecio lo que sentía por él, eso si quedaba bastante claro.

–… ¿Qué pasa con su padre? – Sabía que esa mala cocinera le estaba cambiando de tema muy olímpicamente, pero algo le decía que era mejor trabajar con la información que le estaba a punto de brindar.

– Él es un poquito… agresivo con el chico, ya he tenido que

Aquella Vacía Habitación

- 50 -

Page 55: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

curarle varias heridas serias.

– Dime donde vive.

– No. – Le dedico una amplia sonrisa con un toque de maldad, porque en definitiva, ver a Reborn tan… urgido, le causaba muchísima gracia.

El jueguito se había acabado, no pensaba seguirle pidiendo información a alguien tan molesto como Bianchi, así que él mismo iba a ir a los archivos de la escuela, e iba a chantajear a la recepcionista para que se la diera. Se dio la vuelta, cerró la puerta con el mayor malgenio posible, y partió rogándole a los cielos para que ella no lo siguiera. Y menos mal lo habían escuchado, porque a partir de allí todo fue más sencillo y en menos de nada ya estaba frente a la casa de su empleado.

Realizo un par de llamadas, y contemplo el lugar unos cuantos minutos hasta que llego a recogerlo un auto negro, al cual le indico que lo llevase al hospital.

Estaba totalmente seguro de que cualquier recuerdo que tuvo y tuviera de esa mujer, ahora no haría más que causarle asco, ya que inexplicablemente, esa comida que hacia lo había marcado de una forma más bien perturbadora.

Pero bueno, ya no había que pensar en eso, ahora tenía al frente a una persona más bien dulce y delicada, tan terriblemente tierno… eran ese tipo de cosas las que hacían que la demás humanidad quisiera maltratarlo, él también, pero ahora se daba cuenta de que quería hacerlo de otras formas; sonrió y deposito un corto beso en los labios del castaño, pues había que aprovechar que seguía durmiendo.

Cuando despertó, el médico le dio una charla de horas y horas sobre

Resolviendo el Misterio

- 51 -

Page 56: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

como alimentarse bien, los suplementos vitamínicos que debía tomar, los cuidados que tenía que tener, las posibles consecuencias de hacer caso omiso a sus palabras, y cosas dramáticas por el estilo. Era una lástima que el pobre chico no pudiera seguir ni la mitad de las recomendaciones, porque es que simplemente no tenía dinero, y sin dinero no había buena comida en una ciudad, y ni hablar de esos tales suplementos; pero bueno, no todo era tan malo, pronto recibiría su primer sueldo y así podría sobrevivir un poco mejor.

Cuando el doctor se fue, empezó a buscar su ropa pues, por una extraña laguna mental que tenía, no recordaba cuando y porque le habían puesto una bata de hospital… seguro que le habían tratado de poner inyecciones para alguna cosa, y termino por desmayarse.

– Toma. – Era la voz de su jefe, quien le extendía una bolsa de papel blanca con alguna letra extraña. – Las vitaminas que te tienes que tomar.

– P-Pero… – ¡Qué vergüenza! ¿Por qué de todas las personas tenía que ser ese sujeto el que lo viera en un estado tan patético? – Es que me da mucha pena aceptarlo. – Ni modo, ya más rojo no se podía estar.

– Solo acéptalo. – Fue la simple respuesta que recibió, acompañada de una tierna caricia a su cuello y una enigmática mirada, las que lo hicieron ponerse más nervioso y sensible de lo normal.

– Ngh~ – ¡Dios mío! ¿Eso de recién había sido un… gemido?

Un escalofrió recorrió la espalda de Reborn, esa situación se estaba poniendo sumamente peligrosa para ambos, así que se repitió mentalmente una y otra vez “cálmate, piensa antes de actuar, ¡que te calmes!”, pero no estaba funcionando, su mano seguía acariciándolo y él pequeño seguía poniéndose más y más nervioso, sus ojos se aguaban, y su rostro empezaba a tomar facciones un tanto… eróticas.

Aquella Vacía Habitación

- 52 -

Page 57: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

–… Mira cómo te has puesto por una simple caricia. – Su mente le rogaba que parara, pero su cuerpo no quería y parece que no iba a hacerlo. De hecho, su boca ya estaba dibujando una amplia sonrisa lasciva, una expresión que probablemente nunca había sido tan honesta en el azabache como lo era ahora.

– R-Reborn… – Ya no podía más, empujo a Tsuna en la blanca cama del hospital, se colocó encima de él y empezó a besarlo con pasión y desespero. Ya estaba empezando a desabrocharle la bata cuando su celular sonó.

–… – Quien sea el que lo estuviera llamando debía de tener una buena razón, porque de lo contrario, iba a morir muy feamente; tomo el aparato del demonio, miro el nombre y contesto. – Por tu propio bien espero que sea algo urgente.

– Pues vera… la vaca estúpida…

– ¡¡Habla de una buena vez!! – A la mierda su cara de póker, su voz tranquila y su genio controlado. Le habían jodido una oportunidad perfecta de saber si se había vuelto loco por un niñato, o que carajos era lo que le pasaba.

– La vaca estúpida inundo medio establecimiento. ¡Por favor perdóneme! – Era oficial, Gokudera estaba sintiendo lo que era el miedo por primera vez en mucho tiempo, y es que el jefe nunca gritaba a nadie, por más enojado que estuviera… ¿Qué iba a ser de él y de Lambo cuando él viniera a arreglar el problema?

El azabache sin contestar a esto, simplemente colgó el teléfono y vio por un momento al mocoso inútil que, al parecer, estaba asustado por ese grito de recién. Esto inexplicablemente no hizo nada más que seguirlo molestando.

– Hoy te doy el día libre. – Y dicho esto, se fue.

Resolviendo el Misterio

- 53 -

Page 58: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

Ah~ su corazón no podía dejar de latir, no tenía ni idea de porque el mayor lo había besado y casi desvestido, pero se sintió muy bien. A estas alturas, Tsuna ya tenía muy claro que él realmente se había enamorado de ese hombre, pero no podía entender ni cómo ni porque, pues era la primera vez que le pasaba algo así. Y tal vez… tal vez eso de recién era alguna clase de esperanza, estaba muy feliz porque de ser así, ya nunca más iba a estar solo, al fin podría sentir que pertenecía a un lugar… dejaría de sentirse rechazado. Con esto en mente se colocó sus ropas, y partió a su abandonado hogar.

Todo el resto del día y de la noche, se la había pasado imaginando lo que harían si alguna vez llegaran a tener una cita, o se preguntaba si Reborn le confesaría sus sentimientos pronto, o si por el contario, él debía de hacerlo. Simplemente era como si en ese momento estuviera flotando en la nube más esponjosa y rosada que existiera.

A la mañana siguiente ni se molestó en ir al colegio, en vez de eso lavo a la perfección la poca ropa que tenía, y se bañó el también. No veía la hora en la que pudiera ir al trabajo y ver a su jefe otra vez, no iba a negar que estaba muy nervioso, pero la emoción y la felicidad podían más que eso.

Cuando por fin llegó la hora, se vistió y fue lo más rápido que pudo hasta el establecimiento. Las calles le sonreían, y también el aire y las luces, todo se había vuelto tan colorido, tan esperanzador… pero lo que encontró al abrir la puerta, la verdad es que no pudo ni explicárselo: todo estaba mojado, destrozado, y Gokudera, otro chico que no conocía y Lambo se encargaban de limpiarlo todo con las caras más pálidas que el papel.

– ¿Pero qué fue lo que paso?

– ¡Tsuna-san! Por favor, váyase de aquí antes de que lo vea. – Le contestó un preocupado oji plata con el trapero en la mano.

Aquella Vacía Habitación

- 54 -

Page 59: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

– ¿Qué? – Ahora sí que menos entendía que estaba pasando.

– ¡Reborn se volvió loco! – Decía el pobre Lambo llorando. – A-Ayer mientras estaba llenando un balde de agua, m-me quede dormido y… y cuando me di cuenta trate de pararlo, de verdad trate, pero la llave se me rompió y entonces… y entonces… – Ya no podía hablar más, el miedo y las lágrimas no lo dejaban.

– Y entonces se inundó todo, yo llame a Reborn-san para infor-marle la situación, y cuando lleg-

– ¡Se volvió loco! – Interrumpió el chico vaca, mientras se tiraba al suelo y abrazaba las piernas del castaño. – Apenas entro empezó a tirarlo y a romperlo todo, y cuando me encontró, me tomo del brazo con una fuerza capaz de partirlo, y… y sus ojos. – Más llanto.

–… R-Reborn-san no parece ese tipo de persona.

– Y no lo es… realmente no sé porque está actuando de esa manera.

Nadie se atrevió a decir nada más, ahora solo se escuchaba el ir y venir del agua a lo largo de todo el edificio. Las cosas continuaron así por un tiempo hasta que, de pronto, una larga figura apareció en el umbral de la puerta principal.

– Ven a mi oficina ahora, Sawada Tsunayoshi.

Que miedo, se notaba que aún estaba un poco molesto, y ahora de la nada era solicitado en la guarida del lobo. El oji miel camino hacia el lugar, y mentalmente le rogo a cualquier dios que existiera, que no le fuese a pasar nada malo.

Cuando llego a la habitación, se dio cuenta de que, al parecer, era el único lugar que seguía limpio y seco de todo lo que había visto por

Resolviendo el Misterio

- 55 -

Page 60: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

el camino. Reborn se sentó, saco un cigarrillo y evitando mirarlo, empezó a hablar.

– A partir de ahora trabajaras como camarero, dile a Gokudera que se encargue de tu capacitación y uniforme.

– Sí, señor. – Uff, menos mal no le había dicho nada hiriente, porque con esa aura que…

– Y una cosa más… lo de ayer… nunca paso. – De verdad él no quería eso, no quería que lo olvidara, pero su comportamiento de ayer había sido bastante malo, Reborn nunca, nunca, se había vuelto “loco” por un motivo así, él no…no podía permitir que tal cosa volviese a pasar, y por eso era mejor alejar al pequeñito lo más que pudiera.

– Con su permiso. – Hizo una profunda reverencia, y salió de allí.

Aquella Vacía Habitación

- 56 -

Page 61: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

Resolviendo el Misterio

- 57 -

Page 62: Aquella Vacía Habitación (tomo1)
Page 63: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

5Admirador Descubierto

ientras miraba el violáceo amanecer apoyando su codo en las barandillas de un puente, Tsuna era rodeado por el único sonido del viento, tan vacío y atormentado como su M

- 59 -

corazón. Ya no sentía frío, ni hambre, ni sueño; solo se encontraba allí, “existiendo”.

Y es que aquellas palabras que le había dedicado su inexplicable primer amor, habían roto hasta la última esperanza que alguna vez pudo haber guardado. Pero aunque en esos momentos ya no le importaba nada, si debía de admitir que unas horas atrás, cuando apenas las había escuchado, había sentido una soledad y una desesperación tan grandes, que superaban por mucho las que le hizo sentir su padre.

De hecho, ni siquiera había sido capaz de quedarse en ese edificio ni un momento más, pues cuando salió de la oficina de su jefe, ignoro completamente la orden de decirle a Gokudera sobre su nuevo cargo, y simplemente camino en modo automático hasta la salida trasera del establecimiento. De allí, partió sin un rumbo fijo… simplemente camino, y camino, y camino. Cuando quiso darse cuenta, ya se encontraba en aquel puente, mirando al vacío infinito del cielo.

Page 64: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

– ¿Ya no quieres seguir más? – De repente, apareció una voz en su cabeza, y creyendo que eran alucinaciones suyas causadas por el rápido cambio de emociones, se contestó a sí mismo como si fuese lo más normal del mundo.

–… No, pero voy a hacerlo. – Y no volvió a quedar nada más que el silencio.

Una vez que el amanecer termino, el castaño decidió volver a su casa. De nuevo llevaba un paso lento, pues aquel día tampoco quería ir a su colegio, lo peor del caso es que era sábado, y eso solo aumentaba más su pereza de hacerlo. Trágicamente, como ya había comprobado hasta el cansancio y la saciedad, la vida tenía otros planes para él, ya que justo al frente de su casa se encontraba aquel chico de cabello blanco que siempre lo apoyaba.

– ¿Byakuran?

– Tsunayoshi-kun~ como sabía que no ibas a ir de nuevo a ese antro, vine a buscarte. – Y allí estaba, con aquella despreocupada sonrisa que enjaulaba el misterio.

– ¿Buscarme? ¿Para qué?

– Solo… quiero estar contigo.

–… – El oji miel en definitiva no se sentía cómodo en esa situación que se le presentaba, y hasta se sentía muy molesto porque en ese instante simplemente quería estar solo, pero ya que se le iba a poder hacer, simplemente dejaría fluir los sucesos. – ¿Entonces qué quieres hacer?

– Vamos a mi apartamento un rato. – Y dicho esto, tomo de la mano a Tsuna y lo empezó a arrastrar sin esperar siquiera una respuesta.

- 60 -

Aquella Vacía Habitación

Page 65: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

- 61 -

En menos de nada, ya se encontraba parado en frente de un largo edificio perteneciente a lo que parecía ser un conjunto residencial. De hecho, dentro de las pocas cosas que el castaño sabía sobre ese chico, era que vivía totalmente solo tras haber roto cualquier tipo de relación con sus padres, aunque no sabía muy bien el por qué.

Tomaron el ascensor y Byakuran presiono el onceavo botón. La verdad era que a lo largo de todo el camino nadie había pronunciado ni una palabra, y eso no hacía más que alterar al pequeño, en definitiva parecía que ese no iba a ser un buen día.

– Entra~

– P-Permiso… – Al fin se encontraba dentro de la casa, y ya que era la primera vez que venía, se tomó un buen tiempo contemplándola: una pequeña salita color purpura, paquetes y paquetes de malvaviscos y golosinas, flores blancas por todos los rincones, y alguno que otro portarretratos roto y puesto boca abajo… ¿Qué habría en ellos? Dudaba mucho que sus padres o algún amigo, pues el chico peli blanco era una persona más bien agria; pero entonces, ¿Quién o qué?

–… – Sabía que era una cosa horrible meterse en los asuntos de los demás cuando a uno no lo llamaban, pero él era un chico muy curioso. Así que, mirando alrededor para asegurarse de que su amigo no le estuviese prestando atención, estiró un poco su mano, tomó de una esquinita el marco y lo levantó.

En la fotografía estaba Byakuran con la sonrisa más dulce y sincera que el castaño alguna vez haya visto, y a su lado, se encontraba un chico pelirrojo con gafas en una actitud tímida pero que indicaba complicidad.

– Tsunayoshi~ hay cosas en este mundo que es mejor no

Admirador Descubierto

Page 66: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

saber. – Apareciendo de la nada, como un fantasma, mientras tomaba la foto de vuelta y la volvía a dejar en su estado original. En su rostro se podía notar una mirada fría y molesta. – Esta es una de esas ¿Vale?

– V-Vale… perdón. – Dios mío que miedo, eso ultimo había sonado muy amenazante; mejor ni pensar en eso.

– Ahora mejor ve a mi habitación, allá te deje té y chocolates.

–Sí, gracias – No sabía exactamente por qué, pero el ambiente no hacía más que ponerse peligroso, a cada segundo que pasaba algo en el interior de Tsuna le estaba diciendo una y otra vez “¡Sal de aquí ya! Este incidente es tu oportunidad para hacerlo”… Pero no lo hizo.

El cuarto del amante de los malvaviscos y los dulces no era muy diferente al resto del lugar, y estaba aún más lleno de aquellas extrañas flores blancas. Quería preguntar sobre el significado que tenían para él, pero la verdad es que seguía con un poco de susto por lo que había pasado hace unos cuantos minutos atrás.

Los dos se sentaron alrededor de una mesa y no tardaron en aparecer conversaciones amigables que relajaron el ambiente en general. De hecho, por el simple hecho de haber probado un poco de comida “decente” de la cual no se había podido deleitar hacia días, Tsuna ya se sentía feliz.

– Gracias por invitarme a tu departamento… me alegraste el día.

– ¡Pero si el día acaba de comenzar~! ¿Te pasó algo malo? Tal vez por eso no llegaste a dormir a tu casa…

– Estoy bien tranquilo. – La incomodidad volvió, y era que el castaño no entendía como había llegado a la conclusión de que el

Aquella Vacía Habitación

- 62 -

Page 67: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

no había pasado la noche en su casa, aunque también era cierto que lo había encontrado fuera de ella, pero tampoco ayudaba el hecho de que lo dijera como una afirmación. ¿Acaso lo estaba vigilando?

Y perdido en sus pensamientos como estaba, no se dio cuenta de que el chico de ojos violetas se había deslizado a lo largo del piso hasta quedar detrás de él. Para cuando se percató de esto, ya estaba recibiendo un cariñoso abrazo.

– Vamos Tsuna~~ dime, déjame ayudarte. – Le susurró al oído.

– H-Hey… creo que estas más cerca de lo necesario.

– ¿Sí? A mí en cambio me parece que podríamos acercarnos un poquito más. – Con esto último, Byakuran empezó a bajar descaradamente su mano desde el pecho del menor, pasando por su cintura hasta llegar a su entrepierna.

– ¡¿?! Oye, detente. – ¿Pero qué mierda era esto? ¿Es que acaso todos habían decidido de pronto que él era una puta y podían hacer con él lo que quisieran o qué? primero Rei, luego Reborn, y ahora este… inaudito.

Lastimosamente, aquellas palabras habían caído en oídos sordos, puesto que el peli blanco se las arregló para meter su mano debajo de la ropa interior del oji miel y así poder empezar a acariciarlo. Pero era obvio que Tsuna no pensaba permitir que ese jueguito siguiera por más tiempo, así que con todas las fuerzas y el malgenio que tenía, lanzo un codazo directo a las costillas del acosador en cuestión , y aprovechando que aflojo el agarre, se logró parar y empezó a correr hacia la puerta. Pero no alcanzo ni a dar 5 pasos, pues Byakuran se repuso rápidamente del golpe, y lo agarro bruscamente del cabello, tirándolo al piso de nuevo.

– Tsuna, cálmate…

Admirador Descubierto

- 63 -

Page 68: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

– Cálmate tú, yo me voy de aquí.

– Tsuna, me gustas mucho. – Y dicho esto intento besarlo, pero lo rechazó. – Por favor acéptame.

– Lo siento, lo siento… a mí me gusta otra persona. – Esa era la confesión más plástica que había escuchado en su vida, y era eso mismo lo que hizo que su cuerpo empezara a temblar. Cuando Reborn lo había besado y acariciado en ese hospital se había sentido tan bien, pero ahora con el que creía que era su amigo, lo único que sentía era mucho miedo.

– ¡No lo acepto! ¡Esa persona se burlara de ti, TE TRAICIONARA Y LUEGO TE RECHAZARA! – Era oficial, nunca, pero nunca, había visto que aquel chico se alterase tanto como para gritarle. Es más, el castaño tenía la ligera sensación de que esos reclamos iban dirigidos a alguna otra persona, ¿Tal vez el chico de la foto? De cualquier manera, eso último le había acabado la paciencia, así que lo pondría en su lugar como era debido.

– ¡¿Y QUÉ?! ¡PARA TU INFORMACIÓN YA ME RECHAZARON!... ¿Y sabes algo? A pesar del dolor sigo vivo… ¡Vive tú también y deja de hacerme berrinches a mi cuando en realidad se los quieres hacer a otro! – Tan pronto como término de decir estas palabras, le llego el arrepentimiento, ya que ahora lo único que podía ver reflejado en los ojos de su compañero eran el dolor y la amargura. Pero era mejor de esa manera, así ninguno de los dos iba a sufrir más de lo necesario en medio de juegos estúpidos que no los llevarían a ningún lado.

Así que aprovechando el shock que se había llevado Byakuran, recogió los pedazos de culpa que quedaron en su corazón, se puso de pie y salió del departamento; camino tranquilamente hasta el ascensor y una vez dentro se acomodó la ropa.

Aquella Vacía Habitación

- 64 -

Page 69: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

Recorrió calles concurridas y calles vacías, miro a la gente y luego miro a la nada. Realmente no sabía exactamente qué era lo que estaba sintiendo en esos momentos, simplemente se sentía muy raro, pero si tuviese que describirlo, era como una especie de nervios cosquillosos que crecían a cada paso que daba.

Risa, ahora solo había risa. Al parecer se estaba dado cuenta de lo absurda que se había vuelto su vida en tan solo unos cuantos días… o tal vez siempre fue de esa manera. Recordó entonces la pregunta que se había hecho esa misma mañana, y se le escaparon un par de lágrimas al saber que tendría que seguir lidiando con situaciones tan sin sentido y tan desesperanzadoras. En cualquier caso, iba tan distraído del mundo que lo rodeaba, que al girar en una pequeña esquina, tropezó con una extraña chica.

– ¡¿Hahi?!

– ¡Perdón! Es que no estaba prestando atención al camino… – Tsuna contemplo a la persona que estaba en frente suyo con algo de curiosidad ya que aquella señorita estaba vestida con ropas algo excéntricas incluso para la generación actual. Fuera de eso, la mujer era “linda”: pequeña, delgada, con ojos y cabello castaño oscuro.

– ¡Ah, tú! – Le dijo está señalándolo con cara de sorpresa.

– ¿S-Sí? – Era momento de temer lo peor: tal vez lo demandase por estrellarse con ella, o tal vez hasta lo golpease, en segundos lo sabría.

– ¿Quieres ser mi modelo?

– ¿Eh?… – Eso si no se lo esperaba. – La verdad no me veo como uno… yo… no. – Ah~ interminables días extraños.

– ¡Hahi! Pero es que eres perfecto para el tipo de colecciones

Admirador Descubierto

- 65 -

Page 70: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

que diseño, te pagare, o te ayudare con lo que sea que necesites. – La misteriosa muchacha juntos sus manos, y mientras decía esto le brillaban más y más los ojos. De hecho, su emoción era tanta que hasta se le estaba empezando a pegar al oji miel.

– No se…

– Hagamos una cosa, ahora tengo un poco de prisa, entonces te voy a entregar mi tarjeta para que tengas tiempo de pensar las cosas, y si no me llamas dentro de dos días, te juro que voy a buscarte hasta el fin del mundo para que aceptes. – Dicho esto, la chica saco el pequeño papel plastificado en donde se encontraba el nombre de “Miura Haru – Diseñadora de Modas” y abajo sus números de contacto. Se lo entregó al joven, y sin nada más que decir salió a correr.

¿Y si aceptaba? ¿Y si renunciaba en el bar?... así no volvería a ver a Reborn nunca más… una idea genial, pero su corazón dolía y se estrujaba nada mas de pensarlo, así que por ahora, el castaño no sería capaz de tomar una decisión así.

El resto del día lo paso tranquilamente durmiendo en el piso de su casa: ya no le molestaba en absoluto la dureza de este, y en cambio ahora podía disfrutar de los atardeceres que se le presentaban desde su ventana sin cortinas, mientras sentía el frío del suelo; esto era, de cierta forma, reconfortante.

Y cuando llego la hora indicada, partió a su desdichado trabajo. Apenas llego, se colocó su nuevo uniforme y le dijo a Gokudera lo de su nuevo puesto, pidiéndole encarecidamente el favor de que le enseñara de la forma más sencilla y rápida que encontrara, ya que él se conocía a la perfección y sabía que lo más probable es que los platos rodarían encima de los clientes si no practicaba antes… lastimosamente para todos, Tsuna no había entendido absoluta-mente nada de lo que le explicó: que llevar la bandeja no sé cómo,

Aquella Vacía Habitación

- 66 -

Page 71: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

que colocar el plato de no sé cuál lado y retirarlo por el contrario, que los cubiertos no sé qué; Llegados a este punto, solo quedaba rezar por un milagro.

– Tsuna-san… – Ambos se miraban con pesar.

– Gokudera-kun…

– ¡Animo, yo sé que usted puede!

– ¡Sí! – Bien, ahora era el momento de demostrar que él si podía ser una persona útil en esta vida, era el momento de demostrarse a sí mismo que a pesar de las adversidades, podía seguir adelante; más que luchar por un puesto de mesero, en esos momentos estaba luchando internamente por demostrarse que si existía un cambio, y que este era uno bueno.

En este punto, empezaron a llegar más y más clientes, todos con ropas caras, accesorios finos y actitudes arrogantes. Algunos pedían bloody marys, otros pedían martinis, y algunos pocos simplemente ordenaban comida y champagne. Tsuna iba y venía de la cocina a las mesas, llevando de vez en vez entre platos y bebidas.

Y una vez avanzada la noche, comenzó aquel espectáculo que todos estaban esperando: la presentación de Reborn y su banda. Era la primera vez que el castaño los veía tan de cerca, y ahora podía notar que, junto a su temerario jefe, se encontraban igualmente varios hombres con un aura de pocos amigos; uno tenía el cabello largo y plateado, otro de piel morena con algunas extrañas cicatrices, e incluso había uno con unos extraños ojos azul metalizado.

A pesar de la hermosa vista que se le presentaba, la verdad era que el pequeño ni siquiera tenía el valor para mirar a su amor no correspondido en esos momentos, así que simplemente hizo como que no se enteraba de nada, y siguió con su trabajo que, sorprendentemente, le estaba

Admirador Descubierto

- 67 -

Page 72: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

saliendo bien dentro de la medida de lo posible; la verdad, el único problema que se le presentaba a estas alturas, era el hecho de que estaba trabajando con comida cuando su pobre panza estaba vacía. De hecho desde hacía unos cuantos minutos atrás, había empezado a sentirse débil, mareado y ansioso.

Pero sus pensamientos fueron rápidamente interrumpidos por una potente voz proveniente del escenario, que no era otra que la de Reborn que ya había empezado a cantar. En su corta estadía ahí, era la primera vez que sentía que su extraño jefe le ponía sentimiento a una canción… lastimosamente para él, era una clara melodía que hacía alusión al rechazo, al alejamiento y a la despedida; y de una u otra forma sentía que iba dirigida hacia su persona. Era eso, o es que estaba siendo muy dramático, en esos momentos no podía distinguirlo bien.

– Tal vez si deba renunciar a este trabajo… – Susurro Tsuna para sí mismo con algo de tristeza y pesar.

Aquella canción termino, pero muchas otras vinieron, y con ellas se fue acentuando este sentimiento. Pero en algún momento de la madrugada, entre el hambre y la desesperación, el castaño desfalleció: simplemente todo se puso negro, y luego nada, ni imagen ni sonido, solo estaba nuevamente su amigo el silencio.

En aquel instante, aquel azabache cruel que había preparado el súper repertorio para dejarle en claro al ojimiel que ellos dos no podían tener nada, ese mismo, sintió que llegaba el fin del mundo cuando el pequeño se desmayó, y no dudo ni un momento en dejar el escenario tirado para ir en su auxilio.

– ¡Mocoso! – Lo llamaba mientras se encontraba arrodillado to-cándole suavemente la mejilla, pero no había respuesta. – Tsuna…

- 68 -

Aquella Vacía Habitación

Page 73: Aquella Vacía Habitación (tomo1)

- 69 -

Admirador Descubierto

Page 74: Aquella Vacía Habitación (tomo1)
Page 75: Aquella Vacía Habitación (tomo1)
Page 76: Aquella Vacía Habitación (tomo1)
Page 77: Aquella Vacía Habitación (tomo1)
Page 78: Aquella Vacía Habitación (tomo1)