Apuntes sobre el movimiento obrero en el siglo XIX

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EL MOVIMIENTO OBRERO (siglo XIX) Como consecuencia de la industrialización aparece una nueva clase social, el proletariado, que cambiará completamente las estructuras sociales europeas. Las condiciones de vida y de trabajo de esta clase durante los albores de la revolución industrial fueron durísimas: - Largas jornadas de trabajo - Salarios mínimos - Trabajo abusivo de niños y mujeres - Viviendas insalubres - Inexistencia de legislación laboral - Inexistencia de coberturas sociales De la toma de conciencia de esta situación material nacerá el llamado MOVIMIENTO OBRERO, que integrará: - reivindicaciones de mejoras materiales (de trabajo y de vida) - planteamientos alternativos a la sociedad capitalista. 1. La condición obrera Los salarios La ideología liberal vigente entonces consideraba que las relaciones económicas y laborales eran un asunto privado entre particulares, con lo que los obreros estaban sometidos e indefensos ante los patronos, y además el asociacionismo obrero estaba prohibido (Ley Le Chapelier 1791), con lo cual la situación de inferioridad todavía era mayor. En este sentido, los salarios eran muy bajos, y en caso de enfermedad, accidente, no había ningún subsidio o ayuda, siendo la precariedad laboral muy elevada; la incorporación masiva al mundo laboral de la mano de obra femenina e infantil acentuaba aquella y también la baja salarial. Condiciones de trabajo y de vida Las viviendas eran muy pequeñas y se llegaban a concentrar más de diez personas en habitaciones insalubres; las calles estaban sin urbanizar. Las pésimas condiciones de vida, la fatiga, las enfermedades profesionales, la desnutrición, las epidemias de cólera destruían tempranamente la vida de las familias obreras. También era un hecho habitual que los niños y las mujeres trabajasen en esas condiciones, tanto en las fábricas como en 1

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EL MOVIMIENTO OBRERO (siglo XIX)

Como consecuencia de la industrialización aparece una nueva clase social, el proletariado, que cambiará completamente las estructuras sociales europeas. Las condiciones de vida y de trabajo de esta clase durante los albores de la revolución industrial fueron durísimas:

- Largas jornadas de trabajo- Salarios mínimos- Trabajo abusivo de niños y mujeres- Viviendas insalubres- Inexistencia de legislación laboral- Inexistencia de coberturas sociales

De la toma de conciencia de esta situación material nacerá el llamado MOVIMIENTO OBRERO, que integrará:

- reivindicaciones de mejoras materiales (de trabajo y de vida)- planteamientos alternativos a la sociedad capitalista.

1. La condición obrera

Los salariosLa ideología liberal vigente entonces consideraba que las relaciones

económicas y laborales eran un asunto privado entre particulares, con lo que los obreros estaban sometidos e indefensos ante los patronos, y además el asociacionismo obrero estaba prohibido (Ley Le Chapelier 1791), con lo cual la situación de inferioridad todavía era mayor. En este sentido, los salarios eran muy bajos, y en caso de enfermedad, accidente, no había ningún subsidio o ayuda, siendo la precariedad laboral muy elevada; la incorporación masiva al mundo laboral de la mano de obra femenina e infantil acentuaba aquella y también la baja salarial.

Condiciones de trabajo y de vidaLas viviendas eran muy pequeñas y se llegaban a concentrar más de

diez personas en habitaciones insalubres; las calles estaban sin urbanizar. Las pésimas condiciones de vida, la fatiga, las enfermedades profesionales, la desnutrición, las epidemias de cólera destruían tempranamente la vida de las familias obreras.

También era un hecho habitual que los niños y las mujeres trabajasen en esas condiciones, tanto en las fábricas como en las minas. Sus salarios eran muy inferiores al de los hombres. La disciplina laboral era muy dura: castigos, penalizaciones, despidos…etc.

En los barrios obreros la dureza de las condiciones de vida, la precariedad, la incultura y el desarraigo provocaban frecuentemente peleas y enfrentamientos que podían acabar en auténticas insurrecciones populares. A nivel personal, el alcoholismo y la violencia en las relaciones familiares eran frecuentes.

2. Los orígenes del movimiento obrero (de finales del siglo XVIII a 1848).

- Ludismo- Asociacionismo- Cartismo

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- Socialismo utópico

Las primeras formas de organización y el ejemplo británicoTal como hemos dicho, las asociaciones estaban prohibidas (Ley Le

Chapelier 1791 en Francia, y en Inglaterra las Combination Acts de 1799), así como las huelgas y otras acciones propiamente reivindicativas.

Las primeras manifestaciones del movimiento obrero tienen lugar con la aparición de las revueltas denominadas “ludistas” o mecanoclastas (de destrucción de máquinas); este movimiento adquirió auge en Inglaterra a partir de 1811, y se extendió por las zonas de intensa industrialización del Lancashire y del Yorkshire tomando su nombre de un imaginario capitán Ludd que firmaba las cartas intimidatorios en contra de los patronos. A partir de 1817 decayó, pero se extendió a otros lugares del continente europeo.

Después de esta etapa ludista, y a partir de los años 1820 – 30 (en el año 1824 se abolieron las Combination Acts) toman auge las friendly societies (Sociedades de Socorros Mutuos) y la aparición de los primeros sindicatos, y así en el año 1830 se creó la Asociación Nacional para la Protección del Trabajo; en España podemos constatar la aparición en 1840 de la Asociación de Tejedores de Barcelona como el primer sindicato español organizado. En Inglaterra el Asociacionismo culminó en el movimiento del tradeunionismo: las Trade Unions o Sindicatos de Oficios se unificaron en el TUC (Trade Union Congres) en el año 1833; sus principales reivindicaciones eran la reducción de la jornada laboral, el aumento de los salarios y el derecho de asociación; ya en 1875 una ley inglesa reconoció el derecho de huelga y el picketing.

El cartismo (People’s Charter) aparece cuando un grupo de obreros (London Working Men’s Association) hizo pública en 1838 la Carta del Pueblo, dirigida al Parlamento. Contenía 6 puntos básicos, entre los cuales destacaban el sufragio universal masculino, el voto secreto, y la derogación de los burgos podridos; el cartismo perduró hasta 1848, y aunque no consiguió sus objetivos, obtuvo éxitos parciales como la reducción de la jornada laboral a 10 horas, y mostró la concienciación de los trabajadores en torno a objetivos políticos.

El socialismo utópicoDesde los tiempos de la antigüedad se desarrolló una larga tradición

de utopías socialistas e igualitaristas, cuya primera manifestación podemos encontrar en “La República” (Platón); “Utopía” (Tomás Moro, 1516); “La ciudad del Sol” (Campanella, 1623); “Código de la naturaleza” (Morelly, 1755); escritos de Babeuf…etc.

Varios de los primeros pensadores socialistas se dedicaron a imaginar modelos de organización social que luego Marx y Engels clasificarían de socialismo utópico. Entre ellos destacaron el empresario textil británico Robert Owen y dos franceses, Saint-Simon y Charles Fourier, cada uno de los cuales expuso una doctrina propia. El más decididamente utópico fue Fourier, que llegó a precisar el número de personas (1.620 exactamente) que deberían vivir y trabajar, cada uno según sus preferencias, en los «falansterios», un tipo de cooperativas que, según él, se habían de constituir en las células de la futura sociedad.

3. La época de la Primera Internacional (1848 – 1876)

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La revolución de 1848 junto con la publicación del Manifiesto Comunista por un lado, y la Comuna de París por otro señalan los límites de una época caracterizada por:

- la proliferación de asociaciones obreras cualificadas- impulso del socialismo- nacimiento del internacionalismo obrero

El marxismoMarx y Engels son los fundadores de esta corriente ideológica. Sus

ideas, expresadas primero en el Manifiesto Comunista (1848) y luego en distintas obras publicadas en las décadas siguientes, se basaban en tres grandes experiencias que habían acontecido en tres naciones europeas:

La Revolución francesa: un precedente formidable que permitía creer en la posibilidad de que bastaría una revolución violenta para cambiar de raíz la Historia de la humanidad.

La Revolución industrial inglesa, que podía entenderse a la vez como la prueba de que la Humanidad contaba con unos instrumentos técnicos que podrían llevarla al reino de la abundancia, y de que en el marco de la sociedad capitalista tales instrumentos sólo servían para perpetuar la miseria del proletariado.

La filosofía alemana, especialmente la de Hegel, a la luz de la cual parecía posible comprender el sentido lógico de la Historia, y en la que Marx se apoyó para desarrollar su propio pensamiento, el materialismo dialéctico.

El materialismo dialéctico, o materialismo histórico es el epicentro de su pensamiento y la lucha de clases se presenta como el auténtico motor de la historia: la oposición entre proletariado y burguesía se resolverá con la revolución proletaria que iniciará la construcción de un nuevo tipo de sociedad donde las clases sociales desaparecerán.

El anarquismoConstituyó un conjunto doctrinal menos vertebrado que el marxismo

y tuvo en Proudhon el primer referente. Consideraba que la propiedad era un robo y rechazaba el Estado como institución, que preconizaba una sociedad en la que el poder político seria sustituido por libres acuerdos entre trabajadores.

Características:- Idea uniformizadora: ausencia y rechazo de toda autoridad (“Ni

Dios, ni Estado, ni Amo”).- Federalismo- Mutualismo- Apoliticismo- Sociedad libertaria

La Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) o Primera Internacional

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El año 1864 se fundó en Londres la AIT, que reunía fundamentalmente asociaciones francesas e inglesas. La Asociación pretendía ser un elemento de coordinación y de acción de las luchas obreras contra el capitalismo. Pero desde sus inicios las diferencias ideológicas y de métodos entre Marx y Bakunin (bakuninistas o anarquistas), imposibilitaron el funcionamiento normal de la AIT.

En 1872, un Congreso de la Internacional celebrado en Amsterdam, expulsó de su seno a los partidarios de Bakunin.

MARX BAKUNINSujeto Histórico Clase social IndividuoRevolución Partido Político Masas

Dirigida Espontánea Proletariado Campesinado País tipo

InglaterraPaís en transición

Además, la represión contra los elementos internacionalistas se hizo muy dura después de la Comuna de París de 1871, y así la AIT fue perdiendo fuerza hasta su disolución en 1876.

SINDICATO Y PARTIDO.El sindicato y el partido obreros tienen en común el objetivo inmediato y específico

de mejorar las condiciones materiales de vida de los trabajadores, y otro objetivo, más amplio y general, de transformar la sociedad instaurando un orden social más justo para todos. Los SINDICATOS suelen poner el acento en los objetivos inmediatos de mejora (reducción de la jornada laboral, mejoras salariales, sociales...) pero es frecuente que compartan con los partidos una filosofía social y política que sitúa las conquistas concretas en la perspectiva de una transformación global.

Lo que fundamentalmente distingue a los partidos de los sindicatos es que aquéllos dan a sus reivindicaciones un marco político, es decir, pretenden la conquista del poder y la transformación de la sociedad por medio del control del Estado. Los sindicatos pueden presionar sobre el Estado e incluso contribuir a transformarlo o destruirlo; los partidos aspiran a participar en él, a modificar sus estructuras y, en general, a utilizarlo como instrumento de transformación social. Además, la filosofía social, el proyecto político general más allá de las reivindicaciones concretas, es inherente al partido y no lo es, por el contrario, al sindicato, aunque sea frecuente en él.

4. La expansión del movimiento obrero y la Segunda Internacional (desde la década de 1870 hasta la Primera Guerra Mundial)

En las últimas décadas del siglo XIX, el desarrollo del movimiento obrero estuvo caracterizado por tres tendencias:

La proliferación de los sindicatos. De estos, unos eran puramente reivindicativos; otros, revolucionarios.

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La creación en toda Europa de partidos socialistas, de inspiración mayoritariamente marxista, aunque sujetos al empleo de métodos legales, que se agruparon en la II Internacional. SPD alemán (1875) ; PSOE (1879) ; PSDR (1898) ; Partido Laborista (1906)

La marginación del anarquismo, que quedó reducido a una tendencia minoritaria.

La Segunda Internacional nació como órgano de coordinación de partidos nacionales previamente existentes, la mayoría de los cuales habían logrado un arraigo importante en el seno de la clase obrera. El primero que se fundó, y el que más desarrollo llegó a alcanzar fue el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), surgido en 1875. Durante los años siguientes se fundaron otros en casi toda Europa de inspiración básicamente marxista. Crearon cooperativas, fundaron periódicos, lograron estar representados en ayuntamientos y en parlamentos nacionales.

En 1889 (Paris), los distintos partidos socialistas crearon un órgano de coordinación, la Segunda Internacional. Para entonces, el marxismo se había convertido en la única doctrina socialista con predicamento internacional, aunque en el Sur de Europa se mantuviera viva la tradición anarquista, y en Gran Bretaña las ideas de Marx apenas hubieran calado en el poderoso Partido Laborista, creado por las TRADE UNIONS y algunos socialistas moderados en 1906.

A fines del siglo XIX, en un ambiente muy distinto al de los años cuarenta en que había surgido, el marxismo se fue modificando. En un momento caracterizado en toda Europa por un fuerte desarrollo económico (SEGUNDA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL), un alza visible del nivel de vida de los trabajadores, una creciente democratización y un auge de los sindicatos y partidos obreros, algunos marxistas empezaron a pensar que la acción legal resultaba más prometedora para los trabajadores de lo que anteriormente había supuesto. Entre ellos destacó el alemán E. Bernstein, que planteó la necesidad de revisar la doctrina de Marx. El revisionismo, precursor de lo que hoy se entiende por socialdemocracia, consistía básicamente en suponer que el conflicto violento entre burguesía y proletariado no era inevitable, que el capitalismo podía ser reformado gradualmente, que los trabajadores al fin podrían alcanzar todos sus objetivos por una vía pacifica y democrática. La legislación social puede ser un buen ejemplo sobre los progresos de la lucha obrera : en Francia, entre 1841 y 1892, la edad mínima legal para acceder al mundo del trabajo pasa de 8 a 12 años ; a finales del XIX se generaliza el descanso dominical, en 1900 se dictan en España leyes en defensa del trabajo femenino e infantil.

Tales ideas no se impusieron del todo en la Segunda Internacional, pero se correspondían bastante con la práctica cotidiana de los partidos socialistas y de los sindicatos obreros de Europa occidental.

Los debates de la Internacional (en los Congresos) se centraban en el análisis del socialismo y su lugar en el mundo (el debate del reviosinismo), pero también se ocupaban de los grandes problemas y temas de la política internacional. Y en esta última línea hubo dos grandes cuestiones que afectaron al mundo entero y, por ende, a la II Internacional :

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La cuestión colonial y el imperialismo La eventualidad de una guerra mundial (la futura I Guerra Mundial)

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