APRENDER - Bailar a oscuras sin tropezar

7/29/2019 APRENDER - Bailar a oscuras sin tropezar

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Aprender - Es bailar a oscuras sin tropezar

El viejo Pepe instruía al joven Luis en el arte deemprender, casi siemprelas historias lasescenificaba conejemplos para que el

joven las pudiera

visualizar mentalmente,como si se tratara de una película.

De esta forma aprendía y comprendía más rápido elejemplo. Le contaba cuentos con metáforas tratando deque Luis sacara sus propias conclusiones, desde la

antigüedad los cuentos con ejemplos, comparaciones ymetáforas, siempre han sido un vehículo de trasmisióncultural y del conocimiento.

Una vez me contaron un cuento tibetano sobre cómo vivirla oscuridad y aprender de ella.

Las lecciones no siempre son como nos gustaría a menudolas enseñanzas que recibimos nos dan la sensación de queserán poco útiles para nuestra vida.

A veces el aprendizaje requiere más esfuerzo del queestamos dispuestos a invertir.



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Un joven que desde su infancia se sentía atraído por laspiedras preciosas, decidió hacerse joyero. Cuando alcanzo

la edad suficiente, se puso a buscar un maestro, y fueadmitido por el más famoso de ellos.

El maestro como primera lección, le puso una piedra de jade, le cerró la mano y le dijo:

Conserva tu mano cerrada durante un año. Adiós, ydespidió al joven.

Este volvió a casa de sus padres con la mano cerradasobre la piedra, pero muy descontento, Despotricaba sobre

la enseñanza que le estaba impartiendo su maestro.

¿Cómo es posible? (Se preguntaba)

¿Qué este maestro me haya pedido algo tan estúpido, tan

difícil de llevar a cabo?

¿Cómo podré mantener la mano cerrada durante un año,sin abrirla un solo instante?

¿Porque esta orden basada en el capricho, sin la mínima justificación?



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Sin embargo a pesar de las preguntas surgidas por elenojo, el joven secretamente intrigado por la orden recibida,

consiguió mantener la mano cerrada durante doce meses,incluso por la noche mientras dormía.

Las enseñanzas llegan, en la mayoría de las ocasiones, deuna manera no lineal, que busca la experimentación antesque la teoría. Sus discípulos lo saben, y confían en ellos.

Por eso, frente a una orden que, cualquiera lo diría erainsensata, eran capaces de cumplirla, porque sabían quedetrás de una presunta insensatez, se escondía una granverdad.

Cuando pasó el tiempo estipulado, volvió a ver al maestro.

Abrió la mano y le dio la piedra.

Voy a ponerte una segunda piedra en la mano, laguardarás también durante un año, (le respondió)

¿Y ahora qué es lo que tengo que hacer? (le preguntó)

(Esta vez el joven estalló). Él quería ser un joyero, y nocomprendía porque el maestro no le enseñaba su arte de lamisma manera que cualquier otro maestro a su discípulo.Sobre todo no comprendía la razón de una orden

que, todas luces, parecía no tener sentido.



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Mientras gritaba, el maestro le colocó en la mano la nuevapiedra. El joven cerró automáticamente la mano y gritó:

¡Pero esta piedra no es de jade

(Fuente: Cuentos tibetanos)

Hay ciertas enseñanzas que solo se aprenden viviéndolas ysufriéndolas, haciéndolas carne con uno mismo.

Evidentemente el discípulo, al tener durante un año lapiedra de jade, había logrado conocer el material con solo

tocarlo, de la misma manera, sólo podremos aprenderciertas verdades cuando las experimentemos.

Las personas nos pasamos la vida buscando seguridad entodo, y en este mundo insensato e inseguro lo estudiamosy clasificamos todo, hemos estudiado el tiempo para poder

inventar el reloj y poder saber que hoy a las 5 de la tardehace más calor que ayer a la misma hora.

Encontrar a una persona que sabe, qué te pasa con solomirarte o que piedra es con solo tocarla pero sin mirarla, aalguien que sabe andar en la oscuridad sin tropezar, esto



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enamora a cualquiera y hace que la gente la siga porque laseguridad arrastra.

Así pues debemos reconocer a la gente con los ojosvendados no solo por su voz, ni por su olor, sino porquealgo nos toca, debemos saber movernos sin pisar ningunatrampa y así conducir a nuestros acompañantes.

De muy joven aprendí un juego que practicaba con misamigos al salir del cole hace unos 50 años, este juegoconsistía en reunirnos varios amiguetes en la casa de mispadres y cuando no había nadie enchufábamos latelevisión en blanco y negro y poníamos el segundo canalUHF (solo había dos) donde siempre hacían algunapelícula americana súper vieja, le quitábamos la voz e

interpretábamos cada uno un personaje tratando de hacerun doblaje simultáneo, nos basábamos en la ambientación,el decorado, la expresión etc., las niñas hacían de mujeresy los niños de hombres, incluso algunos imitábamos elposible tono y timbre de supuesta voz etc.

Cuando nos cansábamos le dábamos voz y mirábamosquien había interpretado mejor el personaje, o quien sehabía acercado más a lo que presuntamente se decía.

De mayor me di cuenta que ese juego infantil que nosinventamos, con tal de no ver las películas de amor ovaqueros made in Hollywood y hacer nuestra propiaversión, para que fuera más divertida en realidad era un



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excelente gimnasia de psicomorfología, porque aunqueviésemos la misma peli nosotros le cambiábamos el guioncada vez que la veíamos.

De esta forma aprendí sin darme cuenta a leer la expresiónfacial de las personas, esta práctica me ha resultado muyútil en mi vida profesional.

Aprender de nuestros sentidos no es algo tan extraordinario¿Si otros lo hacen porque no usted? Podemos aprendercosas aparentemente sin ningún valor pero poco a pocoverá como a la hora de negociar le darán cierta ventaja.

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