Antología posible

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ANTOLOGÍA PROPUESTA 1- El libro del buen amor. Son imprescindibles los diálogos entre Amor y don Melón. 2- Gonzalo de Berceo: Segundo milagro: El sacristán impúdico (JLG). Tercer milagro "El clérigo y la rosa" 3- San Juan de la Cruz "Noche oscura del alma" y Santa Teresa de Jesús "Vivo sin vivir en mí": Amor Cortés a lo divino. 4- Garcilaso "Soneto V": ¿Amor o ekphrasis? 5- Quevedo Soneto "Es hielo abrasador, es fuego helado": Amor, fuego helado. 5- Lope. Soneto: Desmayarse, atreverse, estar furioso (JLG) 6- Menéndez Valdés "A Dorila": Amor aburguesado. 7-a Bécquer "Rima XLVIII" : Amor interesado. 7-b Bécquer ¿Qué os parece este fragmento de la primera Carta literaria a una mujer? Pienso sobre todo en el último párrafo que, en realidad, no se entiende sin los anteriores. (JLG) “En una ocasión me preguntaste: ¿Qué es la poesía? ¿Te acuerdas? No sé a qué propósito había yo hablado algunos momentos antes de mi pasión por ella. ¿Qué es la poesía? me dijiste; y yo, que no soy muy fuerte en esto de las definiciones, te respondí titubeando: la poesía es... es... y sin concluir la frase buscaba inútilmente en mi memoria un término de comparación, que no acertaba a encontrar. Tú habías adelantado un poco la cabeza para escuchar mejor mis palabras; los negros rizos de tus cabellos, esos cabellos que tan bien sabes dejar a su antojo, sombrear tu frente con un abandono tan artístico, pendían de tu sien y bajaban rozando tu mejilla hasta descansar en tu seno; en tus pupilas, húmedas y azules como el cielo de la noche, brillaba un punto de luz, y tus labios se entreabrían ligeramente al impulso de una respiración perfumada y suave. Mis ojos que, a efecto sin duda de la turbación que experimentaba, habían errado un instante sin fijarse en ningún sitio, se volvieron entonces instintivamente hacia los tuyos, y exclamé al fin: ¡la poesía... la poesía eres tú! ¿Te acuerdas? Yo aún tengo presente el gracioso ceño de curiosidad burlada, el acento mezclado de pasión y amargura con que me dijiste: ¿Crees que mi pregunta sólo es hija de una vana curiosidad de mujer? Te equivocas. Yo deseo saber lo que es la poesía, porque deseo pensar lo que tú piensas, hablar de lo que tú hablas, sentir con lo que tú sientes, penetrar por último en ese misterioso santuario en donde a veces se refugia tu alma, y cuyo dintel no puede traspasar la mía.” 8- Galdós, hay muchos fragmentos en Fortunata y Jacinta que nos valdrían, pongo uno:

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ANTOLOGÍA PROPUESTA 1- El libro del buen amor.Son imprescindibles los diálogos entre Amor y don Melón.2- Gonzalo de Berceo: Segundo milagro: El sacristán impúdico (JLG). Tercer milagro "El clérigo y la rosa"3- San Juan de la Cruz "Noche oscura del alma" y Santa Teresa de Jesús "Vivo sin vivir en mí": Amor Cortés a lo divino.4- Garcilaso "Soneto V": ¿Amor o ekphrasis?5- Quevedo Soneto "Es hielo abrasador, es fuego helado": Amor, fuego helado. 5- Lope. Soneto: Desmayarse, atreverse, estar furioso (JLG)6- Menéndez Valdés "A Dorila": Amor aburguesado.7-a Bécquer "Rima XLVIII" : Amor interesado.7-b Bécquer ¿Qué os parece este fragmento de la primera Carta literaria a una mujer? Pienso sobre todo en el último párrafo que, en realidad, no se entiende sin los anteriores. (JLG) “En una ocasión me preguntaste: ¿Qué es la poesía? ¿Te acuerdas? No sé a qué propósito había yo hablado algunos momentos antes de mi pasión por ella. ¿Qué es la poesía? me dijiste; y yo, que no soy muy fuerte en esto de las definiciones, te respondí titubeando: la poesía es... es... y sin concluir la frase buscaba inútilmente en mi memoria un término de comparación, que no acertaba a encontrar. Tú habías adelantado un poco la cabeza para escuchar mejor mis palabras; los negros rizos de tus cabellos, esos cabellos que tan bien sabes dejar a su antojo, sombrear tu frente con un abandono tan artístico, pendían de tu sien y bajaban rozando tu mejilla hasta descansar en tu seno; en tus pupilas, húmedas y azules como el cielo de la noche, brillaba un punto de luz, y tus labios se entreabrían ligeramente al impulso de una respiración perfumada y suave. Mis ojos que, a efecto sin duda de la turbación que experimentaba, habían errado un instante sin fijarse en ningún sitio, se volvieron entonces instintivamente hacia los tuyos, y exclamé al fin: ¡la poesía... la poesía eres tú! ¿Te acuerdas? Yo aún tengo presente el gracioso ceño de curiosidad burlada, el acento mezclado de pasión y amargura con que me dijiste: ¿Crees que mi pregunta sólo es hija de una vana curiosidad de mujer? Te equivocas. Yo deseo saber lo que es la poesía, porque deseo pensar lo que tú piensas, hablar de lo que tú hablas, sentir con lo que tú sientes, penetrar por último en ese misterioso santuario en donde a veces se refugia tu alma, y cuyo dintel no puede traspasar la mía.”8- Galdós, hay muchos fragmentos en Fortunata y Jacinta que nos valdrían, pongo uno:

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“Sé que es condición precisa del amor la no duración, y que todos los que se comprometen a adorarse mientras vivan, el noventa por ciento, créetelo, a los dos años se consideran prisioneros el uno del otro, y darían algo por soltar el grillete. Lo que llaman infidelidad no es más que el fuero de la naturaleza que quiere imponerse contra el despotismo social, y por eso verás que soy tan indulgente con los y las que se pronuncian.[…] A ratos parecía incomodado, y expresándose cual si refutara opiniones que acabara de oír, daba palmetazos en los brazos del sillón: «Si siempre he sostenido lo mismo, si no es de ahora esta opinión. El amor es la reclamación de la especie que quiere perpetuarse, y al estímulo de esta necesidad tan conservadora como el comer, los sexos se buscan y las uniones se verifican por elección fatal, superior y extraña a todos los artificios de la Sociedad. Míranse un hombre y una mujer. ¿Qué es? La exigencia de la especie que pide un nuevo ser, y este nuevo ser reclama de sus probables padres que le den vida. Todo lo demás es música; fatuidad y palabrería de los que han querido hacer una Sociedad en sus gabinetes, fuera de las bases inmortales de la Naturaleza.¡Si esto es claro como el agua! Por eso me río yo de ciertas leyes y de todo el código penal social del amor, que es un fárrago de tonterías inventadas por los feos, los mamarrachos y los sabios estúpidos que jamás han obtenido de una hembra el más ligero favorcito». Fortunata le miraba con sorpresa mezclada de temor, el codo en la mesa, derecho el busto, en una actitud airosa y elegante, llevando pausadamente del plato a la boca, ahora una pasita, ahora una almendrita.”(Benito Pérez Galdós. Fortunata y Jacinta. Tomos I y II. Cátedra. Madrid. 1999): Amor sincero.