ANTOLOGÍA DE SOCIOLOGÍA 2010

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Universidad Autnoma del Estado de Mxico Facultad de IngenieraDivisin Computacin

SOCIOLOGAMaterial de apoyo

MARTN JOS CHONG CAMPUZANO

Toluca, Mxico, agosto de 2010.

2 PRESENTACIN A ti joven estudiante de ingeniera, el material de apoyo que tienes en tus manos es resultado de muchos aos de esfuerzo. La inmensidad de los enfoques sociolgicos en torno a los procesos de trabajo, hizo necesaria una ardua labor de seleccin de las lecturas, procurando con ello recuperar los temas ms vigentes sobre los fenmenos que acontecen al interior de las empresas, desde los comportamientos colectivos sustentados en los lazos culturales que comparten sus miembros hasta aquellos cuyo propsito es el mejoramiento de la productividad.

Si bien existe una amplitud temtica, no por ello se desdea el afn de despertar en el estudiante el inters por comprender las relaciones sociales ubicadas en un espacio reducido como es la empresa, sea pblica o privada, de produccin de bienes o de servicios. El objetivo principal radica en que adquieras un conjunto de conocimientos sobre la sociologa del trabajo que te servirn en el transcurso de tu vida acadmica, y ms adelante en el ejercicio de tu profesin.

Se reconoce que el material no es un producto acabado, est sujeto a la crtica y buen juicio de profesores y alumnos; las observaciones y aportaciones que se hagan al respecto permitirn el enriquecimiento y mejoramiento del material, y favorecer la formacin profesional de los futuros ingenieros.

Ahora bien, el material se conforma de cuatro unidades, la primera se denomina, La perspectiva sociolgica, en ella se abordan los siguientes apartados: el concepto de Sociologa del trabajo, importancia de la sociologa de la empresa, conceptos sociolgicos bsicos. El propsito es introducir al alumno al conocimiento sociolgico, y en especfico a los asuntos que ocurren al interior de las empresas.

En la dos, titulada: El proceso de trabajo base de la estructura industrial se estudian con mayor profundidad el asunto del trabajo, como se concibe, bajo que condiciones se lleva a cabo y los factores que propician un ambiente de trabajo adecuado, en el cual el desempeo de las personas siempre sea el ptimo. Tambin se toca lo referente a las

3 relaciones sociales en el trabajo, enfatizando que son los lazos que establecen los sujetos para una mejor convivencia laboral y que redunda en una mayor productividad para la empresa. Posteriormente se ve el trabajo en equipo, proceso y prctica natural y consecuente de las buenas relaciones humanas; proceso que guarda una dinmica propia, si bien se analizan diferentes posturas tericas al respecto, el objetivo es recuperar la importancia que tiene el trabajo en equipo para las organizaciones, se detalla el proceso de conformacin de un equipo de trabajo, pero no para que se considere como una receta sino como un punto de partida. Posteriormente se analiza el significado del proceso de trabajo, concebido como el conjunto de actividades que lleva a cabo la organizacin para producir bienes o prestar servicios.

En la unidad tres, se estudian de manera sucinta, pero suficiente los dos modelos ms importantes y vigentes de productividad, el modelo Ford-taylorista y el modelo de Calidad total, el primero surgido a fines del siglo XIX y principios del XX, consolidado por Henry Ford en lo que se denomin el sistema de produccin en lnea de montaje y que ms tarde dio lugar a la produccin en serie. Y el modelo de Calidad total, creado en Japn en los aos cincuenta y que le rindi frutos 25 aos ms tarde y que a la fecha se ha convertido en todo un hito de las empresas exitosas.

Finalmente, en la cuatro, se analizan las repercusiones sociales que tiene el trabajo del ingeniero, tanto de ndole econmica, cultural, tica, y que de algn modo han modificado las relaciones del conjunto social. Se pretende con ello que el estudiante asuma conciencia del papel que le corresponde en esta sociedad actual.

Quisiera agradecer a todos aquellos que me dieron la oportunidad de trasladar la experiencia del ejercicio docente a un trabajo escrito.

Me quedo a la espera de que te sea de utilidad en el transcurso de vida estudiantil y todo comentario ser bien recibido en aras del mejoramiento del escrito.

EL AUTOR

4 NDICE

Presentacin Unidad I La perspectiva sociolgica 1. El concepto de sociologa del trabajo 2. Importancia de la sociologa del trabajo 3 Conceptos sociolgicos bsicos Unidad II. El proceso de trabajo base de la estructura industrial 1. El trabajo 2. El proceso de trabajo 5. Elementos administrativos en torno al trabajo Unidad III. Los modelos de productividad 1. El modelo Ford-taylorista 2. El modelo de Calidad Total Unidad IV. Las repercusiones sociales del trabajo del ingeniero 1. El impacto tecnolgico 3. Tecnotica

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Bibliografa

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UNIDAD I LA PERSPECTIVA SOCIOLGICA

6 1. El concepto de Sociologa del trabajo Puntos de vista sobre el trabajo Friedmann Georges y Pierre Naville1

Con el fin de comprender mejor cmo las actividades del trabajo pueden conducir a efectos tan diferentes, conviene estudiarlos desde perspectivas muy diversas e indicar los puntos de vista dominantes a partir de los cuales pueden ser observadas. De esta manera, veremos dibujarse mejor su naturaleza compleja. Aunque se trate de un solo fenmeno, lo percibimos con una serie de atributos distintos. Dicho de otra manera, y en trminos menos ambiciosos, vamos a examinar el trabajo como auxiliados por una cmara, desde ngulos sucesivos diferentes, pero se tratar, en cada caso, del mismo fenmeno humano global.

Tomemos el caso de un trabajo industrial y de un obrero, Pablo, tornero en un taller de construccin mecnica en los suburbios de Pars. Su trabajo puede ser enfocado desde distintos ngulos de los cuales slo contemplamos aqu los principales. Desde cada uno de ellos, el trabajo aparece como una realidad diferente: slo la sntesis de stos diversos enfoques permitira tener una visin completa del trabajo, cuyos diversos ngulos nos revelan aspectos distintos, pero estrechamente independientes.

1. Un primer aspecto del trabajo es tcnico: Por mucho tiempo no se le ha considerado sino de esta manera y todava es considerado as en algunos medios y por parte de algunos especialistas. El trabajo depende entonces, nicamente de la competencia del ingeniero, del experto en produccin (production expert). Llegamos as al puesto tcnico de puesto de trabajo. Este comprende la mquina de Pablo, la fuerza motriz que la alimenta, la disposicin de los aparatos, en s y en relacin con las mquinas vecinas, el sistema de alimentacin, las intervenciones exigidas del operador, etc. Observemos que el puesto de trabajo se adapta ms o menos al operador ( o al vigilante) de la mquina. Supone pues, en su nocin, los problemas de adaptacin fisiolgica y psicolgica

1 FRIEDMANN, Pierre y George Naville, Tratado de Sociologa del Trabajo, Tomo 1. (Trad. Julieta Campos) 3ra. reimp. F.C. E. Mxico,1985, 466 pp. (pag 18-36).

7 (designados en los Estados Unidos por el trmino human enginering) que atraen cada vez ms en la industria, la atencin de los investigadores y de los especialistas.

2. El segundo punto de vista desde el cual puede considerarse la actividad de Pablo es el fisiolgico. El obrero Pablo tiene cierta constitucin fsica, un cuerpo con caractersticas determinadas en cuando a la longitud de sus miembros, a los sistemas muscular, respiratorio, nervioso, etc. Hay relaciones mltiples entre el puesto de trabajo, su medio material (luz, colores, humedad, ventilacin, ruido), por una parte, y la constitucin fsica de Pablo, por otra parte; Relaciones que pueden suponer una mayor o menor adaptacin, pero el sentido inverso al puesto de trabajo con el hombre: aqu se trata del grado de adaptacin del hombre al puesto de trabajo y a su medio fsico. En qu medida el cuerpo de Pablo, que trabaja desde hace meses en ese torno, se ha adaptado a l?, Cules con las reacciones de su organismo frente a una actividad que, por ejemplo, ocupa en el ao un promedio de cuarenta horas a la semana?

El trabajo, visto desde este ngulo, exige pues ( entre otras) todas las investigaciones dedicadas a los fenmenos clasificados con el trmino de fatiga: fenmenos complejos, puesto que las reacciones fsicas de Pablo en su trabajo pueden depender -y con frecuencia muy claramente- de sus condiciones de alojamiento, la distancia y el medio de trasporte entre ste y la fbrica; tambin puede depender, como se desprende de muchas observaciones, de su actitud mental hacia el trabajo, y por tanto, de condiciones determinadas por las relaciones de Pablo con diversas colectividades de las cuales es miembro y que mencionaremos ms adelante. Dicho de otra manera, la fatiga es, en algunas circunstancias y en gran medida, un fenmeno social.

3. Pero Pablo no tiene slo una constitucin fsica, tambin tiene una constitucin moral. El trabajo, hemos dicho antes, es una actividad especfica de la especie humana, inherente (e inseparable) de toda vida social humana. Ah donde el progreso tcnico suprime toda intervencin humana en el proceso de produccin, convendra que las diversas lenguas dejaran de usar la palabra correspondiente a trabajo, para designar operaciones deshumanizadas y creen un vocablo nuevo.

8 El trabajo debe ser considerado todava desde el ngulo psicolgico, puesto que todo comportamiento humano implica, en diversos niveles, actividades psquicas. Se trata, tambin en este caso, del trabajo como un todo, visto desde determinada perspectiva.

En el caso de Pablo, el tornero, es posible preguntarse cules son sus reacciones mentales ante su tarea cotidiana. Cules son sus aptitudes (en el sentido en el que utiliza el trmino psicotcnica) para realizarlo, cules con sus motivaciones de trabajo, cules son los grados de conciencia o satisfaccin profesionales que experimenta?. El trabajo as concebido pone en juego todos los problemas de actitud que se han convertido recientemente en campo de investigacin cientfica.

Las interacciones entre la actividad de trabajo y la personalidad son, ya lo hemos dicho, mltiples y se manifiestan aqu a cada paso: por ejemplo, las aptitudes condicionan ( o debera condicionar) la seleccin que Pablo ha hecho de su empleo. A la inversa, el trabajo de Pablo, el conjunto de las condiciones prcticas en que se efecta cada da en el taller reaccionan sobre sus tendencias, sus actitudes intelectuales y morales, sus grados de conciencia y de satisfaccin profesionales, sus opiniones, sus motivaciones, en resumen, sobre su personalidad entera.

Por otra parte, las reacciones mentales de Pablo ante su actividad de trabajo, las opiniones de promocin y de realizacin que le ofrece o le niega- no slo modelan su comportamiento durante las horas que pasa, dentro de la fbrica sino que influyen tambin en su comportamiento fuera del trabajo: por ejemplo, en su actitud hacia su propia familia, en sus relaciones sociales con sus compaeros y amigos), en la eleccin de sus ocupaciones, en el contenido de sus horas libres: Un estudio verdaderamente total de los fenmenos del trabajo implica necesariamente el de los fenmenos del no trabajo; unos y otros suponen relaciones de causalidad recproca: campo considerable que las ciencias sociales apenas comienzan a abordar.

4.-Pablo no est solo en su taller. No es un Robinson. Pertenece a una gama de colectividades constituidas en o fuera de la empresa. El trabajo moderno es hoy -an

9 ms que en las sociedades de medio tcnico menos evolucionado, menos desligadas del medio natural- un fenmeno social. El guardafaros -ejemplo clsico de trabajador solitario- es ya un electromecnico conocedor del radar, que alterna, mediante rotacin de equipo, con otros compaeros igualmente calificados. Existe pues, un enfoque de los fenmenos del trabajo desde el ngulo social, una realidad trabajo considerada sociolgicamente, perspectiva que nos interesa particularmente en esta obra.

No se trata aqu de enumerar todos los grupos de los que forma parte Pablo. Citemos alguno: el pequeo grupo, en el lugar de trabajo, es el equipo; luego, el taller de la fbrica; el departamento de mecnica (si se trata de una fbrica con grandes efectivos); La empresa global, firma o compaa que posee una realidad colectiva mas o menos fuertemente sentida, segn los casos, por los miembros del personal. Observemos de paso, que muchos expertos en relaciones humanas (que se presentan con diversas etiquetas) se esfuerzan con honestidad y xito desiguales, por aplicar recetas capaces de fortalecer la realidad colectiva de la empresa, de integrar en ella al obrero con el fin de obtener un mejor clima social.

Otros grupos exteriores o secantes en relacin con la empresa, ejercen sobre nuestro obrero una accin que no es menos importante y lo es todava ms, a veces, que la de los grupos interiores. En primer lugar la familia, donde Pablo desempea un papel, recibe valores y motivaciones cuya influencia posible sobre sus actitudes en el trabajo no debe ser olvidada jams. El sindicato, del cual es miembro Pablo, el partido poltico al que quiz se ha afiliado son colectividades que la sociologa del trabajo no podra ignorar. La clase social, cualquiera que sea la posicin terica que se adopte respecto a esta nocin, entra en el campo de las fuerzas reales que actan sobre el trabajo de Pablo, si ste se siente miembro, si experimenta, en cierto grado, una conciencia de clase. Adems, Pablo forma parte de una amplia colectividad, la nacin, cuyos valores y representaciones deben tener sobre l, en ciertas circunstancias, una gran influencia. En las fbricas inglesas an se hablaba veinte aos despus, el Dunkirk spirit, el espritu de Dunkerque, sentimiento de solidaridad, de lucha difundido en la nacin britnica desde

10 junio de 1940, cuya incidencia sobre las actitudes en el trabajo y el rendimiento de los obreros fue particularmente sensible.

Estos son los grupos cuya existencia es reconocida por sus miembros. Son los grupos formales, a los que pertenece Pablo, pero al lado de los cuales, fuera o por debajo de ellos, existiran, segn ciertos autores, grupos invisibles, oficiosos, a los que llaman informales: son los grupos que constituyen los obreros, los empleados reunidos por la comunidad o similitud de sus orgenes, de sus creencias, de sus simpatas: atracciones de carcter polticas, sindicales, religiosas, profesionales, nacionales, raciales, etc... All donde ha podido demostrarse su existencia, estos grupos ejercen tambin una accin sobre las actitudes y el rendimiento del trabajador, como se demuestra en los estudios de W: F: White (1951) y de sus colaboradores, en particular D. Roy.

Este aspecto social del trabajo, un rpido esquema del cual slo puede mostrar su complejidad, comprende, adems, las relaciones interpersonales que nacen con el trabajo en los diversos grupos mencionados. El abuso que se ha hecho de la expresin relaciones humanas no debe impedirnos advertir lo que contiene de real. Adems, tambin en esta perspectiva se efectan los estudios, cada vez ms numerosos, sobre la empresa o la unidad administrativa considerada como organizacin, nocin que se precisar ms adelante.

Por ltimo, modificando una vez ms nuestro ngulo de enfoque, podemos obtener una visin muy amplia y profunda del trabajo concebido como realidad econmica. Este aspecto del trabajo es tan importante que algunos autores llegan a definir a la ciencia econmica misma como la ciencia de las relaciones humanas nacidas del trabajo (Bartoli, 1957, p.46).

La actitud relativa y variable, del tornero Pablo en relacin con su empresa considerada globalmente reacciona, ya lo hemos dicho, sobre su manera de cumplir sus tareas, sobre su actitud como productor. Esta depende, entre otras cosas, de la estructura de la empresa como unidad econmica y, particularmente de su modo de administracin. Se

11 trata de una empresa de tipo capitalista tradicional, creada y desarrollada por una familia, con espritu social o paternalista?Es una gran compaa en forma de sociedad annima, cuya direccin est asegurada por administradores y tcnicos, empleados superiores al servicio de la empresa?Se trata de una empresa nacionalizada? Se ha introducido una participacin en los beneficios, primas colectivas a la productividad? De acuerdo con qu sistema de salarios se le retribuye a Pablo? Comprende ste ese mecanismo? Lo acepta? Se considera ms o menos frustrado como explotado? La conciencia profesional de nuestro obrero, la liberacin de su potencial tcnico (manifestada, en primer lugar, mediante sugestiones susceptibles de mejorar el puesto de trabajo, la calidad o la cantidad de produccin), su espritu de cooperacin, sus buenas relaciones con los cuadros de su taller, el nivel de su productividad individual, todo esto depende, diversamente segn las circunstancias, pero de manera siempre sensible, de las condiciones econmicas que acabamos de evocar y de otras del mismo orden.

TRABAJO Y NECESIDADES

Aqu aparece el trabajo bajo un nuevo aspecto: el trabajo como productor de valores de uso, y en consecuencia (dentro del marco social) de mercancas, dicho de otra manera, el trabajo en sus relaciones con categoras tales como el valor, el cambio, el mercado, el dinero, el consumo, la necesidad, todos estrechamente ligados a la realidad.

As, la necesidad, a la que acabamos de referirnos, puede ser considerada como una categora econmica, pero tambin como una nocin con diversas variantes psicolgicas y sociales. En realidad, en las sociedades industriales, bajo la presin de la publicidad, del ejemplo, de los viajes, y de todas las formas de medios de comunicacin en masa (gran prensa, revistas, cine, radio, televisin) se afirman tendencias al consumo que habra que estudiar de cerca antes de designarlas con el mismo trmino que las necesidades fundamentales. Recordemos a este fin el fenmeno del consumo ostentoso (conspicuous consumpon) descrito por Thorstein Veblen en los Estados Unidos desde los comienzos del siglo XX y que, desde entonces, no ha dejado de extenderse, ganando en

12 intensidad y en profundidad. Bajo el efecto de esas diversas causas, puede decirse que las tendencias al consumo se desarrollan, en amplias capas de la poblacin, ms rpidamente que los medios econmicos para satisfacerlas. Este fenmeno descubierto en investigaciones realizadas en colectividades industriales evolucionadas, se manifiesta tambin en pases que estn en los inicios de industrializacin y en los que, en general, el nivel de consumo es poco elevado. En Yugoslavia, por ejemplo, el desarrollo de las necesidades (sobre el cual han tenido una gran influencia los modelos importados por las pelculas y los turistas extranjeros) es ms rpido que el aumento de poder de compra de la poblacin. A travs de estructuras y contextos sociales, econmicos y culturales, cuyas diferencias no hace falta subrayar, se observan hechos anlogos, en la URSS, en Polonia; as como en distintas colectividades de obreros franceses, britnicos, alemanes, menos satisfechos de su bienestar que durante otros periodos a los cuales su poder de compra era, sin embargo, menor.

Este desnivel de los medios econmicos en relacin con la evolucin de las necesidades tiene incidencias importantes sobre las actividades de trabajo. En algunos pases crea una especie de crculo vicioso. Porque hay que mejorar la productividad para aumentar la cantidad de bienes producidos y los salarios. Pero, para aumentar la productividad, hace falta que el trabajador, obrero o empleado en todos los niveles, tenga deseos de trabajar mejor, de mejorar la calidad y cantidad de su trabajo: hace falta que otorgue a la empresa un mnimo de potencial tcnico, de su partido moral: lo que supone recprocamente para l, un mnimo de salario, de satisfaccin, de sentimiento de bienestar. La evolucin de la URSS de la poltica de remuneracin de trabajo tanto en la agricultura como en la industria, prueba que es posible limitarse, ms all de cierto tiempo, a estimulantes psicolgicos, sociales (la emulacin socialista, por ejemplo) no acompaados, para la masa de productores, por ciertas ventajas materialistas. La falta de stas se resiente an ms vivamente por el desnivel sealado entre el progreso de las necesidades y el de los medios para satisfacerlas. La presin constante de las necesidades incita a las organizaciones sindicales, en los Estados Unidos y en otras partes, a formular peticiones de aumento de salarios, es decir, garantas de la estabilidad del poder de compra frente a los riesgos originados por el progreso tcnico y a superar las formas de remuneracin por

13 rendimiento (pago por hora, por semana y hasta por mes). Pero es tambin esta presin la que, sometida al crculo vicioso del que hemos hablado, mantiene en pases industrialmente menos evolucionados el estmulo del trabajo por piezas con el fin de individualizar la remuneracin y arrancar al trabajador un rendimiento elevado.

El avance de las necesidades en relacin con el poder de compra tiene, adems, un efecto cuyas manifestaciones se multiplican y que poda tener una importancia considerable en las sociedades industrializadas en el curso de los prximos decenios. Desde el comienzo de las revoluciones industriales, la duracin de la semana de trabajo tiende a disminuir, los progresos recientes de la mecanizacin y la automatizacin han acelerado el ritmo de este proceso y han provocado, en algunos pases tcnicamente avanzados y en algunas ramas, reducciones bastante sensibles. Pero como esta reduccin se produce en un medio con necesidades cada vez ms amplias y renovadas, el tiempo libre as adquirido por el trabajador se dedica, en numerosos casos (que parecen multiplicarse) a otros trabajos remunerados que tienen que ver necesariamente con su oficio principal.

Puede tratarse de trabajadores nocturnos, de contabilidad, de jardinera, de servicios domsticos, etc. En los Estados Unidos, donde el fenmeno es muy evidente, el nmero de obreros y empleados que practican la doble ocupacin parece haber aumentado considerablemente desde 1951, se citan algunas fbricas en las cuales cerca de la mitad del personal ejerce un segundo empleo y donde suele orse: Si se quiere tener una casa, una familia, hijos, un automvil y un aparato de televisin hace falta, o bien que la mujer tambin trabaje o que el hombre trabaje doble.

Esta tendencia tiene que acentuarse, en nuestro contexto econmico y social, por los progresos de la automatizacin. En los Estados Unidos permite que haya disponibles, para pequeos trabajos de mantenimiento, de reparacin, artesanos, individuos capaces de realizar cualquier oficio all around men- que, de 1945 a 1950, resultaban carsimos y apenas se encontraban an en las grandes poblaciones. En Francia, travail noir (trabajo negro), cuyas causas son un poco diferentes, ha adquirido suficiente amplitud como para

14 suscitar por parte de las asociaciones artesanales una campaa de anuncios durante el invierno de 1957-58. he aqu un conjunto de hechos que debera ser objeto de reflexin para los sindicatos de asalariados, por una parte, y para los tericos de los oficios culturales, por otra. En los Estados Unidos y otros pases de industria evolucionada, los trabajadoresnegros aceptan con frecuencia salarios inferiores a las tasas fijadas por los convenios colectivos. En economas que son todava de escasez, como en Yugoslavia, Polonia, Hungra, etc...los trabajadores negros (y, ms generalizadamente, la doble ocupacin) estn muy extendidos. Atrados por la iniciativa privada, es decir, por pequeos talleres artesanales, ms o menos legales, logran cobrar ms caro por sus servicios que en la fbrica del Estado.

Cualesquiera que sean la estructura de la sociedad en cuestin, su nivel de eficacia y de rendimiento, la doble ocupacin se explica principalmente por el desequilibrio entre el poder de compra y la presin de necesidades variables, relativas al contexto social y cultural.

TRABAJO Y NO TRABAJO

En el curso de las pginas anteriores, tratamos de plantear los fenmenos del trabajo desde distintos puntos de vista y de circunscribirlos como tales. Sera ideal ahora tratar de definirlos en relacin con las dems actividades que no son de trabajo. Es aqu donde, en una obra ms amplia, podra situarse una fenomenologa sistemtica de las actividades realizadas en el tiempo libre del trabajo: obligaciones familiares, sociales, religiosas, profesionales (como, por ejemplo, tomar cursos nocturnos para lograr una promocin); todas tienen, con el trabajo, el carcter comn de la obligacin (aunque se trate, segn los casos, de obligaciones de naturaleza variada) pero difieren de ste por la falta de remuneracin. Las tareas domsticas o los trabajos diversos en el hogar no desinteresados, no pueden asimilarse, sin embargo, al trabajo profesional. Ms adelante

15 se har un estudio de las actividades fuera del trabajo que permiten comprender mejor, por contraste, la esencia de los fenmenos del trabajo.

Otra manera de captar las actividades de trabajo en su realidad compleja para analizar, con ese fin, las reacciones de los individuos que, por diversas causas se ven privados de ellas. Hay toda una serie de circunstancias en las cuales un individuo puede encontrarse privado de trabajo: citemos, antes que nada, la invalidez fsica (accidente, enfermedad), el desempleo, el retiro. Es interesante comprobar que, en diversas situaciones, muchos sujetos manifiestan, en su comportamiento perturbado, la desaparicin de una actividad importante para la estructuracin de su personalidad y su equilibrio psquico. Si, entre los casos de invalidez, se incluyen las afecciones al sistema nervioso, pueden advertirse recprocamente- los beneficios de la teraputica por el trabajo (occupational therapy) para la curacin de ciertos estados neurticos (Sivadon, 1952, a,b,c; Tizard y OConnor, 1952). Las actividades de trabajo reanudadas por el desempleado, el enfermo, el retirado suponen, con frecuencia, efectos positivos de este orden.

TRABAJO Y OBLIGACIN

Es forzoso insistir, por ltimo, en el elemento de obligacin que caracteriza a la actividad de trabajo y al que los psiclogos ingleses han dedicado vigorosos anlisis (Hearnshaw, 1954, a y b). La obligacin es de origen interno o externo: interno, puede proceder de una vocacin al servicio de la sociedad, de un ideal o de una necesidad de creacin artstica o de investigacin inventiva en las ciencias, las tcnicas-. Si recogemos nuestra evocacin anterior de Balzac y de Proust, el primero, constreido por una obligacin a la vez espiritual y material resultara, a ttulo doble, un trabajador.

Porque la obligacin de origen externo puede ser la fuerza fsica, o la persuasin moral o la obligacin econmica. No faltan los ejemplos de trabajos forzados, como antes los de las galeras y hoy las penitenciaras, los campos de trabajo metdicamente organizados. En cuanto a los trabajos realizados bajo el efecto de persuasin moral, apreciamos el ejemplo lleno de humor que da C.B.Frisby, el comportamiento del ciudadano britnico

16 que, saboreando su pipa en un cmodo silln de jardn, es obligado por su mujer a levantarse para cortar el csped. No obstante, esto lo clasificaramos en la categora de las obligaciones familiares fuera del trabajo ms que entre los trabajos propiamente dichos. Veremos tambin un ejemplo de persuasin moral ( o mejor de obligacin social) en la conducta de algunas mujeres soviticas cuyos maridos reciben altos sueldos y que toman un empleo retribuido, no por necesidad econmica sino bajo la presin de los valores y los tabes inherentes a la sociedad global.

En cuanto a la necesidad econmica, es la forma ms frecuente de obligacin que afecta a los fenmenos del trabajo. Esta necesidad se expresa subjetivamente, para el individuo, por necesidades que, como hemos visto, se distribuyen en una gama muy extensa de exigencias fundamentales (de alimentos, de vestido y de abrigo en forma elemental) hasta las exigencias siempre nuevas y ms refinadas.

Observemos que el elemento de imposicin, de obligacin, de disciplina, inherente a las actividades de trabajo se experimenta de manera muy diversa. An cuando ese sentimiento de consciente, puede coexistir con estados de satisfaccin. Varias encuestas, algunas de las cuales como las de la Universidad de Michigan, dirigidas o inspiradas por Daniel Katz y Robert l. Khan se han hecho clsicas, han demostrado la complejidad de dimensiones de lo moral en la empresa. Pero la satisfaccin del trabajo, experimentada a pesar de las inevitables obligaciones que ste implica no puede mantenerse, a la larga, sin cierta adaptacin del individuo a sus tareas y un grado mnimo de entrega de la personalidad.

TRABAJO Y LIBERTAD

A fin de cuentas si, como lo han enseado grandes pensadores, la ms alta aspiracin de la humanidad es el paso de la servidumbre a la dignidad y de la necesidad a la libertad, el trabajo, rasgo esencial y motor de la especie humana, opone hoy a esta aspiracin dobles y graves dificultades. Por otra parte, una dificultad intrnseca al trabajo, la humanizacin a travs del reconocimiento de las condiciones tcnicas, fisiolgicas,

17 econmicas y sociales que permiten, gracias a una adaptacin recproca del puesto de trabajo y del trabajador, un mximo de inters y de satisfaccin. Por otra parte, una dificultad extrnseca: cmo asegurar, gracias a la reduccin de la duracin del trabajo, la expresin y el desarrollo de la personalidad durante el tiempo libre? Para que ste no resulte afectado por todas las formas de trabajo negro, de doble empleo, acuciado por nueva servidumbre, por medios de difusin en masa, a menudo obsesivos y degradantes, la publicidad y la propaganda, modelacin totalitaria de los espritus, consumo forzado, es necesario que el trabajador forme parte de un medio que lejos de ahogarlos, suscite en l, la necesidad de elegir, la necesidad de cultura, de pensamiento libre. Vista desde esta perspectiva, la reduccin de la duracin del trabajo no crea la libertad, la supone.

SOCIOLOGA DEL TRABAJO Y RELACIONES DE TRABAJO

Nos hemos esforzado por explicar la nocin del trabajo, por definir, hasta dnde sea posible, las actividades que designa. Allegado el momento de decir lo que entendemos por sociologa del trabajo.

No se trata de hacer aqu, ni siquiera en resumen, la historia de sus orgenes. Era normal que el pensamiento cientfico, al evolucionar progresivamente de los abstracto y lo general hacia lo concreto y particular, se orientar hacia la observacin metdica de las sociedades humanas consideradas como una campo hasta entonces inexplorado de los fenmenos naturales. La sociologa cientfica, nacida en Europa y los Estados Unidos a fines del siglo XIX, ha dedicado primero su inters a los hechos sociales de carcter religioso, jurdico, econmico, moral. Advertimos esas preocupaciones al recorrer, por ejemplo, los ndices del Anne Sociologique animado por Durkheim y sus primeros colaboradores.

No obstante el incesante progreso de las tcnicas de produccin, el enorme crecimiento, en nmero y en volumen, de las empresas, el lugar cada vez mayor de la industria en la

18 actividad social, el fortalecimiento de las aspiraciones sindicales, y paralelamente, de los conflictos entre empleados y patronos, la importancia adquirida, despus del taylorismo, por los sistemas de organizacin cientfica del trabajo (scientific management) han desviado la atencin de los socilogos hacia los diversos grupos que los hombres forman entre ellos cuando se dedican a las actividades de trabajo.

Pero esta atencin ha sido motivada muy diversamente segn las circunstancias polticas y la coyuntura econmica, los temperamentos, los intereses en accin. Los trabajos han sido de calidad muy desigual. Han surgido muchas confusiones. Hemos visto desarrollarse investigaciones objetivas dedicadas a problemas muy definidas, sostenidas por estimulante nico del conocimiento y, en el otro polo, (llenndose el intervalo por todos los casos intermedios), otras encuestas rpidas, superficiales y determinadas por sus necesidades inmediatas, que encargan los jefes de empresa preocupados por obtener un clima sereno y una productividad mayor. Algunos autores norteamericanos han destacado es aspecto directivo (managerial) (Sheppard,1949) de la sociologa industrial en algunas de sus tendencias que no son privilegio de los Estados Unidos: existen en Francia y en toda Europa expertos que, disimulando sus maniobras ms o menos eficaces bajo el velo de las relaciones humanas, no tienen nada que envidiar a sus homlogos de Detroit o de Chicago. En conjunto se han designa con la expresin de sociologa industrial, investigaciones y manifestaciones muy diferentes por su valor y su objeto (algunas se acercan a la psicologa social). El trmino, antes de ser siquiera definido, ha adquirido derecho de permanencia y bajo su gida, algunas grandes revistas, como el American Journal of Sociolology, han publicado con este tema sus primeros nmeros especiales. Han aparecido con este ttulo varios manuales tiles como los de Miller y Form (1951), Schneider (1957), pero sufren de ambigedades fundamentales. En Francia, la mayora de las investigaciones para enseanzas dedicadas a la sociologa y an a la sociologa social del trabajo ostentan todava con frecuencia este ttulo. Dada la gran juventud de las ciencias sociales aplicadas a los grupos y actividades de trabajo, nuestro esfuerzo por

19 precisar las denominaciones no pueden llegar sino a resultados provisionales: se trata slo de sentar un jaln que la investigacin, con sus procesos modificar y superar.

La sociologa del trabajo debe ser considerada, en su extensin ms amplia, como el estudio, en sus diversos aspectos, de todas las colectividades humanas que se constituyen con motivo del trabajo. Vamos a ver las orientaciones principales de las investigaciones, las direcciones segn las cuales, atrados por los problemas y las necesidades, se han agrupado hasta ahora.

Toda colectividad de trabajo con ciertos rasgos mnimos de estabilidad (que trataremos a propsito de los conceptos de estructura y de organizacin) puede ser objeto de estudio para la sociologa del trabajo; una empresa industrial lo mismo que una trasatlntico o una lancha de pesca, una gran explotacin de agricultura intensiva o la finca del pequeo agricultor donde trabajan algunos empleados con la familia del agricultor, una gran tienda de departamentos o un pequeo comercio que solo emplea a algunos vendedores, un taller de artesanos y la oficina de una delegacin de polica, el equipo de un avin que se reconstituye a intervalos regulares en una lnea area o el personal de una automotriz de los Ferrocarriles Nacionales.

Se imponen tres observaciones a este respecto. En primer lugar, observemos que segn la concepcin aqu propuesta, la expresin de sociologa industrial ha sido poco e indebidamente utilizada para designar el estudio sociologa de las colectividades de trabajo no industriales. Ciertamente, esta extensin de la nocin de industria se explica en parte por los progresos de la mecanizacin y la automatizacin en muchos campos a los cuales no haba tenido acceso hasta entonces. Hay trabajos industriales, en este sentido, en el comercio, las oficinas y tambin en la agricultura, que Henry Ford defina ya, hacia 1925 como la industria productora de alimentos. No obstante, parecera mucho ms claro y justo hablar de sociologa de la industria, sociologa de la agricultura, sociologa del comercio, sociologa de las administraciones, etc. La evolucin tcnica transforma cada vez ms las ramas de actividad como los transportes areos, martimos,

20 ferroviarios, por carretera, en empresas industriales y no hay inconveniente en clasificar su estudio como sociologa de la industria.

La segunda observacin se refiere a la legitimidad de una sociologa de la administracin. Existe toda una rama de investigacin dedicada a la administracin y grandes revistas que, por su titulo, hablan de una ciencia de la administracin, administrative science. En que medida resulta fundado hablar de una Sociologa de la administracin? Es la administracin una forma original de actividades de trabajo o es, mas bien, una categora que se aplica a todas las actividades de trabajo, una cierta manera de prepararlas, de efectuarlas, de asegurar sus resultados, su fecundidad? Es asi como autores muy diferentes por su edad, su formacin, su medio, desde Henri Fayol hasta Herbert Simon, parece comprender lo que constituye un aspecto esencial: Administrar dice Fayol (1916, p.5) es prever, organizar, ordenar, coordinar y controlar; en cuanto a Simon (1948, p.1), completando la definicin habitual (la administracin es el arte de lograr que se hagan las cosas, getting things done), subraya que implica procesos de decisin as como los procesos de accin. Una buena organizacin administrativa debe asegurar, ligando estrechamente esas tareas, una correcta toma de decisiones y una accin eficiente. Toda colectividad de trabajo tiene un aspecto administrativo, tareas administrativas, hasta la ms pequea como un pequeo comercio o un taller de artesanos. Recprocamente, las ms grandes unidades administrativas, oficinas, sumamente ramificadas como las organizaciones internacionales de hoy, la UNESCO por ejemplo, no son puramente administrativas. Esta administracin es en realidad complementaria, en el seno de una vasta colectividad de trabajo, de todos los grupos humanos, a travs del mundo, dedicados a la educacin, a la ciencia, a la cultura y suscitados, patrocinados o financiados por ella. Disociadas de estos grupos, las oficinas de la UNESCO careceran de objeto, funcionaran en el vaco, igualmente, una gran Direccin de Ministerio, por ejemplo la Direccin General de la Enseanza Tcnica en Francia tiene como complemento orgnico el conjunto de establecimientos que, desde los centros de aprendizaje hasta las grandes escuelas de ingenieros, imparten, en diversos niveles, la formacin profesional. No hay, pues, sociologa de la administracin strictu sensu, lo mismo que puede haber una sociologa de la industria o del comercio.

21 Porque la administracin esta en todas partes. Sin embargo, la extensin y la complicacin creciente de los servicios terciarios, en la civilizacin tcnica del siglo XX han hecho surgir conjuntos de oficinas que merecen un estudio particular (Crozier, l956), pero al realizar este estudio, no habr que olvidar nunca que, donde hay trabajo hay tambin (mas o menos integrada o aparente, mas o menos desarrollada y eficaz) una administracin. De lo anterior se desprende una tercera observacin relativa a la expresin de las relaciones industriales. Este trmino ha significado poco a poco, en el uso corriente, el conjunto de relaciones entre patronos y empleados, as como las asociaciones formadas por unos y otros, los medios de negociacin, de arbitraje y de lucha que emplean en sus relaciones y conflictos. Esta denominacin resulta tan criticable como la de sociologa industrial para designar, en realidad, toda la sociologa del trabajo, resulta una fuerte confusin utilizar la expresin relaciones industriales para cubrir todas las relaciones entre patronos y empleados en todas las ramas de las actividades econmicas y administrativas. Toda la colectividad de trabajo, del ms modesto comercio a la empresa gigantesca, del personal de un submarino al de una finca, etc., implica relaciones de trabajo en la industria, en el comercio, en la agricultura, en la administracin (con las reservas mencionadas) y, dentro de estas categoras, en cada una de sus ramas, por ejemplo, la siderurgia, el carbn, la industria textil, etc... Lo mismo, la nocin de relaciones de trabajo se distinguira claramente de la de relaciones humanas, definidas como las interrelaciones de orden psicolgico y social que se producen en la ejecucin del trabajo en comn.

En plan de este Tratado indica cules son las principales cuestiones que a nuestro juicio corresponde a la sociologa del trabajo. Por supuesto, estamos lejos de considerar esta obra didctica como cientficamente exhaustiva. En particular, hemos podido referirnos muy poco a la relatividad de las actividades colectivas del trabajo segn las diferencias culturales, tnicas, ecolgicas, demogrficas.

Entre los temas tratados, figuran naturalmente: Todos los problemas de mano de obra, de migracin, de inmigracin, de distribucin del trabajo en la colectividad segn las razas, los sexos, la edad, etc... La naturaleza y la distribucin de las categoras

22 profesionales en su relacin con la evolucin del progreso tcnico; el absentismo, la rotacin del personal (turnover), el desempleo, el retiro, las relaciones de trabajo definidas ms arriba y que comprenden, entre otras, todos los campos cubiertos por la Oficina Internacional del Trabajo (Ginebra); Los diversos grupos formales e informales, interiores o secantes a la colectividad global de trabajo y particularmente a la empresa industrial. stas pueden ser consideradas en la perspectiva estructural de la colectividad de trabajo, a laque nos referimos ahora. Ms que de una perspectiva, sera mejor hablar de un ngulo de visin, que podra llamarse el ngulo estructural. Nos parece difcil, en efecto, y sin duda imposible discernir en la sociologa del trabajo campos bien delimitados, campos separados por fronteras claras. Todos los aspectos y los ms diversos de las actividades de trabajo estn ligados entre s, en realidad, por complejos que, cuando se les observa cotidianamente, vivos, parecen prcticamente inseparables y hacen ardua la tarea de los investigadores en busca de variables independientes. Es as como un estudio

completo de las vicisitudes del rendimiento de un trabajador en un taller pone en juego, como se ha visto, todos los factores tcnicos, fisiolgicos, psicolgicos, sociales, econmicos que condicionan su trabajo, actuando sobre ste al mismo tiempo que reaccionan unos sobre otros. Si vamos a hablar ahora, pues, de la sociologa de las organizaciones, de sociologa de las relaciones humanas, recordemos que no se trata de dominios, de campos ni mucho menos de sectores.

SOCIOLOGA DE LAS ORGANIZACIONES Y LAS COLECTIVIDADES DE TRABAJO

La sociologa de las organizaciones corresponde, pues, a uno de los enfoques privilegiados de las colectividades de trabajo. Merece una mencin especial por la cantidad, y con frecuencia, por la calidad de los trabajos que ha suscitado en los ltimos veinticinco aos sobre todo despus de 1945. En esa forma una muy abundante bibliografa ha sido dedicada al examen comparado de las diversas estructuras de las

23 empresas vertical, horizontal, centralizada, descentralizada, democrtica, autoritaria, con concepciones de direccin colegiada, polivalente (administracin mltiple: mltiple management). Se han destacado, justamente, los lazos recprocos, por una parte, entre comunicacin e informacin en el seno de la empresa, y, por otra parte, entre el buen funcionamiento de la organizacin y la calidad de las relaciones humanas. Adems, numerosas discusiones han tenido lugar en torno a la definicin comparada de los conceptos de estructura y de organizacin. No se trata de abordar el problema a fondo sino slo de examinarlo rpidamente en la perspectiva de un Tratado de Sociologa del Trabajo.

Una organizacin se caracteriza, ciertamente, por una red de funciones, que implica cada una tareas definidas y, por tanto, cierta divisin del trabajo. Supone tambin un fin, al cual tienden sus miembros, asociados en un conjunto de tareas as definidas y divididas. En este sentido, una organizacin es un sistema de actividades o fuerzas personales conscientemente coordinadas (Bernard,1938, p. 72). La red de funciones que constituyen la organizacin subsiste cuando los que las ocupan se van y son sustituidos por otros. Una gran sociedad industrial, un banco, provisto o no de mltiples sucursales, una corporacin, un conjunto de tiendas de departamentos son organizaciones. Pero tambin hay organizaciones cuyo fin no es econmico: el ejrcito, por ejemplo, considerado en escala nacional o en sus unidades constituidas: la iglesia, considerada en su Universalidad o en sus divisiones territoriales jerarquizadas, son organizaciones. Observemos, pues, en primer lugar, a este respecto, que la sociologa de las organizaciones desborda, por su extensin, a la sociologa del trabajo.

Aqu se plantean problemas tales como la mutua compatibilidad de los intereses individuales que animan a los miembros de una organizacin, la naturaleza de las fuerzas que los impulsan a mantenerse dentro de ella, las satisfacciones que, a fin de cuentas, reciben: punto en que surge la moral de las colectividades y se entremezclan, en sus preocupaciones, la sociologa de las organizaciones y la de las relaciones humanas. La moral debe ser concebida, pues, tambin en sus relaciones con la

24 organizacin de la colectividad de trabajo. H.A. Simon (1948, p. 122) lo advierte cuando define la organizacin como un sistema de equilibrio, que recibe contribuciones en forma de dinero y de esfuerzo y que ofrece ventajas a cambio de esas contribuciones. Entre las ventajas sita (pp. 115-117) toda una serie de estimulantes, materiales y no materiales que van del salario o sueldo al status y prestigio que cada cual obtiene de la organizacin misma y de la posicin personal que ocupa, sin olvidar (aunque no acte predominantemente) el estmulo de la promocin.

Cmo se relacionan, desde nuestro punto de vista, los conceptos de organizacin y de estructura? Segn R. S. Weiss (1956, p. 3) una organizacin en gran escala se define por cuatro caractersticas principales:

a) Una red de individuos que ejercen funciones; b) Su dedicacin responsable a esas actividades funcionales, bien definidas y delimitadas en un conjunto; c) Un fin hacia el cual todos laboran; d) Un sistema estable y coordinado de relaciones entre las funciones, es decir, una estructura.

Nos permiten estas definiciones y estas explicaciones considerar toda colectividad de trabajo como una organizacin? No lo parece. Slo aquellas cuyos miembros tienen responsabilidades especficas y tareas previamente coordinadas merecen esta denominacin. Una colectividad cuyos miembros no tienen funciones sistemticamente relacionadas y actividades fijadas por anticipado no es una organizacin. A esta conclusin llega, por su lado, T. Caplow. Segn l (Caplow, 1955, p.128 y 132) la organizacin es una identidad colectiva para uno o varios grupos organizados, acompaada de un sistema de posiciones de sus miembros y de un programa de acontecimiento preescritos de antemano: En cuanto al grupo organizado, es el grupo social persistente, cuyos miembros pueden ser identificados inequvocamente. A falta de las dos caractersticas antes subrayadas, objeta Caplow,

25 muchas colectividades no pueden ser consideradas como organizaciones. As, diremos, una tienda de productos alimenticios donde los vendedores, en distintos momentos, venden cualquiera de las mercancas, de las frutas a los embutidos, arreglan los estantes, limpian y mantienen el local, no es una organizacin. En la perspectiva que adoptamos, un sindicato no es una organizacin sino una asociacin obrera; un partido poltico, considerado globalmente y no slo en sus rganos de direccin, no es una organizacin sino una asociacin sometida a una rpida rotacin de sus miembros y desprovista (ya que los congresos no pueden ser considerados como tales) de un programa de acontecimiento prescrito de antemano.

Por ltimo, recordemos aqu que la organizacin, considerada en sus relaciones con las colectividades de trabajo, tiene aspectos psicolgicos. Una de sus funciones esenciales es, en efecto, colocar a sus miembros en el medio psicolgico que adaptar sus decisiones a sus fines y les brindar la informacin que necesitan para tomar esas decisiones (Simon, 1948, p. 79). En otros trminos, la organizacin es considerada aqu como el medio psicolgico necesario para que los individuos puedan tomar decisiones concretas, adecuadas a un fin comn. La conveniencia prctica de estas decisiones individuales para el fin comn es, ciertamente, un criterio importante para diferenciar, de acuerdo con su valor funcional, las organizaciones en gran escala. En el estado actual de las investigaciones, desgraciadamente sabemos muy poco acerca de esto.

El concepto de organizacin como sistema en equilibrio de contribuciones exigidas y ventajas ofrecidas nos hace desembocar ya en problemas de relaciones humanas. La interrelacin de todos los aspectos de la sociologa del trabajo aparece, tambin aqu, con claridad. Es evidente que una organizacin funciona ms o menos bien segn la apreciacin, por sus diferentes miembros, de las, de las ventajas que distribuye y es justo que los socilogos, en sus investigaciones, la consideren bajo ese ngulo. La buena marcha de una organizacin depende de las relaciones humanas, es decir, de las interrelaciones psicolgicas y sociales surgidas entre sus miembros en el curso de sus actividades y tareas definidas, es decir, de las relaciones que existen entre ellos. El

26 funcionamiento de una organizacin y las relaciones humanas estn ligadas, pues, por acciones recprocas.

27 2. Importancia de la sociologa del trabajo Isaac Guzmn Valdivia2

Desde hace algn tiempo se ha visto la necesidad de aplicar el criterio, los principios bsicos y los mtodos de la sociologa general al estudio de ciertos hechos concretos de la convivencia humana que la propia Sociologa no podra tomar en consideracin sin salirse del mbito de universalidad que le corresponde.

De esta manera surgieron las sociologas particulares. La sociologa del lenguaje, la del arte, la de la economa, la de la religin, son ejemplos bien conocidos. No se trata, por supuesto, de nuevas ciencias. Son simplemente, estudios sociolgicos y particulares que tienen la sistematizacin y el rigor metodolgico de la sociologa general.

Algunos tratadistas opinan que estos estudios pueden llegar a constituir verdaderas ramas de la sociologa general. Tal vez, slo que sera necesario coordinarlos de manera que aqulla no perdiera su unidad orgnica.

De cualquier modo, el hecho es que los estudios sociolgicos de carcter especfico son cada da ms numerosos y ms necesarios tambin. Y no puede negarse la valiossima contribucin que estn aportando al conocimiento y resolucin de los problemas sociales. Quisiera decir que en estros campos y a la luz de estos enfoques especiales es como la investigacin sociolgica ha conseguido sus ltimos y ms ostensibles progresos.

LA SOCIOLOGA DE LA EMPRESA Este es uno de los casos ms importante. Toda la vida econmica de la sociedad moderna descansa sobre la institucin empresa. Puede admitirse que es elle la clula, el ncleo vital, el elemento bsico de ese gran movimiento en el que se conjugan las necesidades, apetitos y ambiciones de productores y consumidores; la fuerza del dinero

2

Isaac Guzmn Valdivia, Sociologa de la Empresa, Mxico, Ed. JUS, 1989, pp.5-35

28 y del crdito; la productividad de los bienes de capital; las constantes innovaciones de la tcnica; el trabajo intelectual y fsico; las demandas de eficiencia en la direccin y organizacin; la creciente diversificacin de bienes y servicios; el agobiante volumen de satisfactores; La lucha por el enriquecimiento; las protestas de los que siguen pobres y miserables; al afn de poder; la rebelda contra la autoridad, etc.

No puede negarse la importancia que la vida econmica tiene en la sociedad, y sobre todo en la sociedad contempornea. Y no puede negarse tampoco la importancia que dentro de la convivencia humana en los tiempos actuales tiene ese ncleo esencial que es la empresa. Por lo tanto, huelga hacer hincapi en la trascendencia que han cobrado los estudios sociolgicos que se concentran en ella. La sociologa de la empresa ha conquistado rpidamente durante los ltimos aos un destacado sitio en el conocimiento de la sociedad.

LA SOCIEDAD MODERNA Mas claramente puede verse la importancia de los estudios sociolgicos de la empresa si se toman en cuenta las caractersticas de la sociedad moderna.

En efecto, esta sociedad de nuestro tiempo, la que mejor encarna el espritu del siglo XX, es la sociedad representada por los pases que en lo econmico han alcanzado un alto grado de desarrollo: los Estados Unidos de Norteamrica. Alemania Occidental, Inglaterra, Francia, la Unin Sovitica.

Podemos sealar las siguientes caractersticas que la identifican plenamente:

a) Es una sociedad tecnolgica

Se le denomina as por el grado extraordinario que en ella ha alcanzado el progreso de la tcnica. Son evidentes los sucesos espectaculares que estamos presenciando en el dominio que el hombre ha logrado sobre las fuerzas de la naturaleza. Como tambin son asombrosos los adelantos tcnicos en el campo de la organizacin. Como incuestionable

29 resulta el progreso en la esfera de las comunicaciones. E igualmente es prodigioso el avance de las tcnicas psico-sociolgicas de la informacin de la motivacin y de la direccin en materia social. Y en la medicina, en la ciruga, en la seguridad social. La tcnica llena todo la vida del hombre y de la sociedad. Nunca en la historia los adelantos haban tenido tanta importancia como en la sociedad actual.

b) Es una sociedad industrial.

Al denominarla as, tcitamente estamos indicando el lugar preponderante de los valores econmicos. Pero la econmica moderna a logrado su fortalecimiento en el progreso de la industria. Los pueblos ms desarrollados son los ms industrializados. Y los pueblos pobres, como pueblos subdesarrollados, ven en el proceso de su industrializacin la formula que les permitir incorporarse a esta sociedad de nuestro siglo.

Se ha insistido mucho en que la sociedad evolucionada ha abandonando las formas tradicionales de la explotacin de la tierra y de la produccin artesanal para impulsar el espritu tecnolgico que da vida a la moderna economa industrial. Es la industrializacin el camino del progreso y la mejor forma de conseguir un alto estndar de vida para los grandes ncleos de la poblacin.

c) Es una sociedad de masas

Este rasgo distintivo debe considerarse en un doble sentido. Por una parte, es un fenmeno cuantitativo. Es el hecho del aumento de la poblacin. Es tambin la presencia de las multitudes. La vida social se manifiesta a travs de grupos numerosos. Grandes masas se dejan sentir constantemente en la convivencia. El hombre se ve y se siente cada vez en mayor grado como un simple numero en los conglomerados sociales.

Por otra parte, se trata de un fenmeno cualitativo. Es el proceso de una creciente estandarizacin de la vida. Es la gradual e inevitable prdida de la existencia personal. Decir masificacin es decir despersonalizacin. El hombre piensa, quiere, obra, segn

30 pautas, formas y estilos de vida que se le son impuestas por la masa. Se reducen al mnimo las posibilidades de originalidad y de espontaneidad. El hombre deja de ser el mismo. Su identidad se hace borrosa. Se convierte en producto mas fabricado masivamente en el seno de la sociedad industrial.

d) Es una sociedad urbana

Es as por contraste en la sociedad rural de tiempos pasados. Las ms autnticas manifestaciones de la vida social se encuentran en las ciudades. La gran urbe es el centro de la civilizacin de nuestro tiempo. En ninguna parte como en la ciudad moderna se encuentra los medios propicios para una existencia como la que busca el hombre de nuestros das. El alma de la ciudad es tan absorbente que trasciende al campo. Este se urbaniza para ser habitable. La ciudad es el modelo y es ella la que establece los cnones fundamentales de la vida moderna.

e) Por ltimo, es una sociedad en crisis

Resulta imposible soslayar la incertidumbre, la desorientacin, la inconformidad, el estado de confusin, las contradicciones, el temor, la intranquilidad, la angustia que la sociedad actual provoca en las grandes masas.

Rpidamente se ha generalizado en los hombres este catico estado de nimo. Es el aspecto ms negativo de la estandarizacin de la vida.

La crisis que caracteriza a la sociedad es polifactica. Tiene mil formas diversas de expresin. Pero, a travs de los otros rasgos que sirvieron para identificar a la misma sociedad, pueden sealarle algunos de sus aspectos ms notorios. Al menos resultan ostensibles las contradicciones internas de las que se derivan los sentimientos ms deprimentes que hoy inundan la vida humana.

31 El progreso tecnolgico le ha dado al hombre un poder como jams lo haba imaginado siquiera. Nunca antes el hombre haba visto crecer a tal grado su dominio sobre las fuerzas de la naturaleza. Pero tambin es cierto que nunca como ahora la humanidad haba tenido el miedo de quedar destruida, aniquilada total e irremisiblemente por el poder que ella misma a creado. Y el holocausto puede llegar en cualquier instante. Esta incertidumbre y esta angustia forman ya una condicin inseparable de la vida humana.

La industria es en cierto modo una manifestacin elocuente de la inteligencia creadora y de la libre voluntad del hombre. La civilizacin contempornea encuentra en ella su ms destacada expresin. Es el vehculo del bienestar y de la prosperidad que el hombre moderno ansia desmesuradamente. Gracias al progreso industrial el hombre dispone de una inmensa variedad de bienes y servicios que le permiten vivir ms fcil y placenteramente. Pero el desarrollo industrial derivado del progreso tecnolgico, se ha dado lugar a la conocida economa de consumos, en la que el hombre es moldeado, fabricado, como un consumidor insaciable. Sus necesidades, gustos, inclinaciones y preferencias son determinados por las tcnicas publicitarias, promocionales, de investigacin motivacional y otras anlogas. Y el hombre sufre en medio de su abundancia, una nueva forma de esclavitud.

La crisis es palpable como consecuencia de la masificacin. Las pautas de comportamiento, los papeles sociales que cada individuo tiene que desempear en la convivencia, los patrones institucionalizados de las relaciones interhumanas ejercen una presin tan fuerte sobre la conducta personal, que el hombre advierte, con incontenible desagrado, la imposibilidad de evadirse de estos automatismos que esterilizan su existencia. Muchas neurosis son ocasionadas por esta evidente alineacin. Y con frecuencia la inconformidad se desborda en violenta rebelda. El hombre protesta y se lanza a la reconquista de su libertad.

Las injusticias sociales, visibles y tangibles, como desigualdades econmicas entre los que parecen tenerlo todo y los que prcticamente nada posee, caracterizan a la sociedad urbana. Los contrastes entre una vida llena de ostentacin y la existencia infrahumana de

32 los miserables marginados ejemplifican dolorosamente la crisis de la gran ciudad y en esta estallan las rebeldas y los movimientos anrquicos, como reflejos de un desquiciamiento interno que la sociedad moderna no ha podido evitar hasta ahora.

Pues bien, la institucin ms representativa de la sociedad del siglo XX es la empresa industrial. En ella estn las grandezas y las miserias de nuestro tiempo. Estudiarla es tarea apasionante. Sobre todo para nosotros, miembros de un pas que inicia su desarrollo econmico. La sociologa de la empresa, como conocimiento objetivo, puede proporcionar muchos datos bsicos para que el campo de otras de otras disciplinas como el derecho, la poltica, la tica social, se tomen decisiones y se sealen rumbos y se fijen metas de los que debe llegar a ser el Mxico del maana.

Los estudios sociolgicos que ahora iniciamos quieren demostrar que en nuestro medio existen realidades fundamentales que si son bien encauzadas, podrn garantizar un sano desarrollo econmico-social, sin caer en los errores y terribles desviaciones de que adolece la sociedad masificada de nuestro tiempo.

LA MATERIA DE ESTUDIO DE LA SOCIOLOGA DE LA EMPRESA Son las relaciones humanas que se dan dentro de la empresa las que constituyen el objeto material de estos estudios monogrficos. Intil sera decir que ellas son mltiples y extraordinariamente complejas.

Ahora bien, la investigacin sociolgica las toma en cuenta en su totalidad. Lo mismo es que se trate de simples vnculos interindividuales, que de relaciones entre grupos mas o menos numerosos; igual es que se trate de contactos e interacciones derivadas del trabajo, que de aquellos otros vnculos cuyo origen es completamente ajeno a cualquier motivo de carcter institucional. Todo relacionamiento humano entre quienes forman parte de la empresa es materia de estudio para esta disciplina sociolgica.

33 EL OBJETO FORMAL DE LA SOCIOLOGA DE LA EMPRESA

Como corresponde a toda investigacin cientfica de carcter positivo, la sociologa de la empresa conoce objetivamente las relaciones que son la materia de su estudio.

Con ello se quiere decir que se trata de saber como es el relacionamiento de los individuos y grupos que forman la empresa. Al socilogo le interesa captar la realidad tal y como se presenta ante cualquier observador. Quiere como piensan, como sienten, que quieren, como actan los hombres que conviven en el ambiente de los centros de trabajo. Le interesa saber como se relacionan entre s, ya sea por virtud de los factores personales mencionados o por la influencia de otros distintos, como se estructura la vida social en esas comunidades humanas.

Esta objetividad del conocimiento sociolgico debe interpretarse en el sentido de que se han de recoger todos los aspectos de la realidad, independientemente de cmo pudieren juzgarse o calificarse a la luz de otras disciplinas como el derecho, la moral, la filosofa, o como se apreciasen en funcin de ciertos intereses, propsitos o finalidades. As, la realidad humana de la empresa ha de estudiarse ntegramente, sin que para ello sea obstculo el hecho de que las relaciones sociales que la integran sean justas o injustas, buenas o malas, convenientes o inconvenientes, provechosas o nocivas. Esta diversidad es propia de la vida real, y esta complejidad es otra de sus notas caractersticas; y ambas han de encontrarse en el reflejo fiel del verdadero conocimiento sociolgico.

LA SISTEMATIZACIN DEL CONOCIMIENTO SOCIOLGICO La sociologa de la empresa debe ser un conocimiento sistematizado, es decir, un conocimiento metdico, con estructura lgica. Basndose en la sistematizacin que es propia de la Sociologa de la empresa se sujeta a los siguientes requisitos metodolgicos: En primer lugar el conocimiento se apoya en la observacin desinteresada de los hechos. El socilogo no debe dejarse llevar por tendencias o perjuicios. Su observacin ha de ser imparcial.

34

Enseguida se procede a describir lo observado. Las descripciones sociolgicas han de ser objetivas y fieles, apegadas a los hechos, precisas, claras, usndose de preferencia un lenguaje directo. En tercer lugar el socilogo ha de abarcar la multiplicidad de los hechos observados en amplias generalizaciones, destacando los tipos de las relaciones de convivencia con el objeto de darle al conocimiento el mayor grado de comprensin posible, teniendo en cuenta que toda ciencia es conocimiento de lo universal y no de hechos singulares. La tipificacin de las relaciones de convivencia se hace generalmente en funciones de los procesos que dan origen a dichas relaciones, segn sean procesos asociativos o de acercamiento, o disociativos o de separacin. Con apoyo en lo anterior la sociologa esta en condiciones de explicar la realidad de la convivencia siguiendo su dinmica interna, poniendo de manifiesto las grandes corrientes de integracin o desintegracin de la vida social. Por ltimo, la sociologa ha de formular las leyes de la convivencia humana. Estas leyes son solamente ndices de generalidad y de frecuencia. Quiere esto decir que son expresiones de lo que ocurre en la vida social con cierta regularidad, dadas determinadas condiciones y antecedentes, sin pretender que tales leyes tengan la inflexibilidad y rigidez que son propias de las leyes de la naturaleza. Las leyes sociolgicas tienen solo una validez relativa y se formulan, siempre que fuere posible, con las reservas de la cuantificacin estadstica.

35 3. Conceptos sociolgicos bsicos Chinoy Ely3 LA CULTURA

El concepto de cultura, tal como es utilizado en la investigacin sociolgica, tiene un significado mucho ms amplio que el que se le da comnmente. En el uso convencional, la cultura se refiere a las cosas ms elevadas de la vida: Pintura, msica, poesa, escultura, filosofa; El adjetivo culto es sinnimo de cultivado o refinado. En sociologa, la cultura se refiere a la totalidad de lo que aprenden los individuos en tanto miembros de la sociedad; es una forma de vida, un modo de pensar, de actuar y de sentir. La vieja pero todava muy citada definicin de Tylor (187) indica su extensin: Cultura es todo el complejo que incluye al conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, la costumbre, y cualquier otra capacidad y habito adquirido por el hombre en cuanto es miembro de la sociedad. La tcnica de lavarse los dientes, los Diez Mandamientos, las reglas del bisbol, del crquet o del salto escocs, los procedimientos para escoger un Presidente, un Primer Ministro o los miembros del Soviet Supremo, forman parte de la cultura, al igual que l ltimo libro de poesa de vanguardia, la Novela Sinfona de Beethoven, o los fragmentos de Confucio.

Las regularidades de la conducta humana no constituyen en s mismas culturas. Tienen lugar porque los hombres poseen cultura, tienen patrones comunes sobre el bien y el mal, sobre lo correcto o lo equivocado, lo apropiado o lo inapropiado, y porque tienen actitudes semejantes y comparten una misma reserva de conocimientos sobre el medio social, biolgico y fsico- en que viven. La cultura, tal como ha sealado George Murdock, es en gran medida ideacional: Se refiere a las normas, creencias y actitudes de acuerdo con las cuales acta la gente.

3

CHINOY, Ely, La sociedad. Una introduccin a la Sociologa, Mxico, Ed. Fondo de Cultura Econmica, 1985, pp. 35-52.

36 Como lo ha destacado Ralph Linton, el reconocimiento de la ubicuidad y significado de la cultura es uno de los avances cientficos ms importantes de la poca moderna. Y continua as: Se ha dicho que lo ltimo que descubrira un habitante de las profundidades del mar fuera tal vez, precisamente, el agua. Solo llegara a tener conciencia de la existencia de esta si algn accidente lo llevara a la superficie y lo pusiera en contacto con la atmsfera. El hombre ha tenido durante toda su historia una conciencia muy vaga de la existencia de la cultura, e incluso dicha conciencia ha dependido de los contrastes que presentaban las costumbres de su propia sociedad en relacin con las de alguna otra con la que accidentalmente lleg a ponerse en contacto. La capacidad para ver la cultura de la propia sociedad en general, para valorar sus patrones y apreciar cuanto estos comprendan, exige cierto grado de objetividad que rara vez se logra. Debido a que nuestra cultura es en gran parte de nosotros mismos, la damos por supuesta, creyendo con frecuencia que es una caracterstica normal, inevitable e inherente a toda la humanidad. Los antroplogos informan frecuentemente que cuando preguntan a los miembros de pequeos grupos iletrados por que actan en cierta forma determinada, reciben una respuesta que equivale a: es as como se hace o es lo acostumbrado. Cuando el capitn Cook pregunt a los jefes de Tahit por que coman separados y solos, ellos respondan simplemente: porque es lo correcto.

Acostumbrados a su propio modo de vida, los hombres no pueden generalmente concebir otro. Entre los norteamericanos la expresin as es la naturaleza humana resulta una explicacin caracterstica para muchas acciones: competir por la fama y el poder, buscar ganancias, y casarse por amor o por dinero. Sin embargo, esta explicacin, que al explicar aparentemente todo no explica nada, es ella misma una manifestacin del etnocentrismo de los norteamericanos.

La importancia de la cultura radica en el hecho de que proporciona el conocimiento y las tcnicas que le permiten sobrevivir a la humanidad, tanto fsica como socialmente, as como dominar y controlar, hasta donde ello es posible, el mundo que le rodea. El hombre parece poseer pocas habilidades y conocimientos instintivos que le permitan sostenerse a s mismo, ya sea individualmente o en grupo. El regreso del salmn, del mar al agua dulce para reproducirse y morir, la emigracin anual de pjaros que van de una parte del mundo a otra, la construccin de nidos hecha por las avispas del fango, las complejas

37 normas de vida de las hormigas y las abejas son todas ellas formas heredadas de conducta que parecen surgir automticamente el momento adecuado. No son aprendidas de padres o de otros miembros de la especie. El hombre en cambio, solo sobrevive gracias a lo que aprende.

Sin embargo, el hombre no es el nico animal que aprende a actuar en vez de responder automticamente a los estmulos. Los perros pueden ser domesticados en gran medida, aprendiendo de la experiencia, as como los caballos y los gatos, los simios y los monos, las ratas y los ratones blancos. Pero en virtud de su mayor poder cerebral y de su capacidad para el lenguaje, el hombre puede aprender mas, y por ello posee una flexibilidad de accin mayor a la de los otros animales. Puede transmitir mucho de lo que aprende a los otros, incluyendo a su propia cra, y puede controlar en parte al mundo que lo rodea, hasta el punto de transformarlo en gran medida. El hombre es el nico animal que posee cultura; y esta es ciertamente una de las distinciones fundamentales entre el hombre y los otros animales.

El hecho de que la cultura es aprendida y compartida tiene una importancia fundamental en su definicin. Los hombres hemos dicho, no heredan sus hbitos y creencias, sus capacidades y su conocimiento: las adquieren a lo largo de sus vidas. Lo que ellos aprenden proviene de los grupos en los que ha nacido y dentro de los cuales viven. Los hbitos adquiridos por el nio son sin duda regulados de acuerdo con los de su familia o de los de otras personas cercanas. (Sin embargo, no todos los hbitos reflejan las costumbres o la cultura, ya que algunos son meramente parte de la idiosincrasia personal) Son innumerables las formas como, por ejemplo, la enseanza directa, la aplicacin de castigos y el otorgamiento de recompensas, la identificacin con los mayores y la imitacin de su conducta- por las que cada generacin aprende de sus predecesoras. La conducta de carcter universal, es decir, no aprendida, o la que es peculiar al individuo, no forma parte de la cultura. (Tanto la conducta no aprendida, como por ejemplo, los reflejos, y la idiosincrasia personal, pueden sin embargo ser influidas o modificadas por la cultura. Con la excepcin de las peculiaridades biolgicas, las

38 aberraciones individuales se definen por su relacin con las normas culturales considerndoseles como desviaciones de ellas.)

El hecho de que la cultura sea aprendida y compartida ha permitido que en ocasiones se le identifique como lo superorgnico o como una herencia social del hombre. El primer trmino, creado por Herbert Spencer, subraya la independencia relativa de la cultura frente al reino de la biologa y su caracterstica distintiva como un producto de la vida social. La herencia social enfatiza el carcter histrico de la cultura y, por lo tanto, las posibilidades de cambio y de desarrollo; este concepto sugiere la posibilidad de analizar y de comprender sus dimensiones temporales.

La cultura es obviamente un concepto cuyos elementos componentes deben ser identificados, clasificados, analizados y relacionados el uno con el otro. Estos componentes pueden ser agrupados de un modo general en tres grandes categoras: las instituciones, es decir, aquellas reglas o normas que rigen la conducta; las ideas, esto es el conocimiento y las creencias de todas clases teolgicas, filosficas, cientficas, tecnolgicas, histricas, sociolgicas, etc.; y los productos materiales o artefactos que los hombres producen y utilizan a lo largo de sus vidas colectivas. Las instituciones. Las instituciones han sido definidas como pautas normativas que definen lo que se considera... adecuado, legitimo, o como expectativas de accin o de relacin social. Tales normas o reglas impregnan todos los campos de la vida social: la manera de comer y lo que se come, la manera de vestirse o arreglarse, las reacciones frente a los otros, la manera de cuidar a los nios o a los ancianos, y la manera de conducirse en presencia de miembros del sexo opuesto. No toda conducta se conforma a las reglas, ya sean explicitas o implcitas, pero la mayora de las acciones de un individuo reflejan la presencia de algunos patrones vigentes de conducta que ha aprendido de otros, y que comparte en buena medida con ellos.

El concepto de institucin, como el de la cultura, ha sido definido de varias maneras, y la definicin que utilizamos aqu representa solamente una de las diferentes alternativas.

39 Como los otros usos del trmino, aparecen frecuentemente en la bibliografa sociolgica, es necesario detenerlos brevemente en los diferentes significados del concepto, aunque trataremos de ser congruentes con el que empleamos aqu. Las primeras definiciones, que han sido invariablemente depuradas o clarificadas, incluan no solamente a las pautas normativas, sino tambin a lo que identificaremos mas adelante como grupos y como organizacin social. A veces encontramos todava, dentro de la bibliografa sociolgica (y frecuentemente en el habla cotidiana), organizaciones de individuos a los cuales se les considera como instituciones: Harvard College, por ejemplo, o el Partido Republicano. Este empleo del trmino coincide con la vieja definicin de William Graham Sumner: Una institucin implica un concepto (idea, nocin, doctrina, inters) y una estructura. La estructura es un armazn o aparato, o quiz solamente un nmero determinado de funcionarios destinados a colaborar en una forma predeterminada y de acuerdo con una cierta coyuntura. La estructura implica el concepto y proporciona los instrumentos para llevarla al mundo de los hechos y de la accin, de modo que pueda servir a los intereses de los hombres dentro de la sociedad. Tanto las normas como el grupo estn incluidos en esta definicin. Hay un acuerdo creciente para considerar que l trmino debera usarse solamente para referirnos a las pautas de la conducta aprobada o sancionada, dejando los otros trminos para denotar los aspectos de organizacin de tal conducta, as como el grupo de personas participantes. En vez de limitar la institucin a determinadas normas o reglas sociales los Diez Mandamientos, las leyes contra el asesinato o el robo, o las convenciones que rigen el intercambio social cotidiano- algunos escritores consideran a la institucin como un conjunto de normas interrelacionadas, un sistema normativo vertebrado en torno a cierto tipo de actividad humana o algn problema fundamental del hombre en sociedad, tal como, por ejemplo, procurar subsistencia o abrigo, el cuidado de los nios o el mantenimiento del orden y la armona. No hay ninguna exactitud inherente a cualquiera de estas amplias definiciones o a la mas limitada que empleamos en este libro. Esta ultimo proporciona un termino genrico para la variedad de normas que gobiernan la conducta social: uso popular, costumbre, hbito, convencin, moda, etiqueta, ley. La definicin de institucin como un sistema normativo subraya el hecho, de que la

40 multiplicidad de reglas que rigen las acciones de los hombres estn unidas en una forma mas o menos organizadas.

Las normas sociales a las que se refiere el trmino institucin, tal como ella es definida aqu, han sido divididas a su vez en folkways (usos populares) y mores (costumbres), conceptos empleados primeramente por el pionero de la sociologa norteamericana, William Graham Sumner. Un uso popular es slo la prctica convencional, aceptada como apropiada pero no obligatoria. La persona que no sigue la regla puede ser considerada como excntrica o como un terco individualista que se rehsa a ser obligado por las convenciones. El sujeto ocasional que objeta la irracionalidad de los destinos de los hombres, por ejemplo, y se rehsa bajo cualquier circunstancia a usar una corbata, esta olvidando uno de nuestros usos populares.

Las costumbres (mores) son aquellas normas o instituciones que estn fuertemente sancionadas desde el punto de vista moral. Su observancia es exigida de varias maneras, y el no respetarlas acarrea desaprobacin moral y con frecuencia una accin positiva. Los ejemplos son fciles: no matars, no robars, amars a tu padre y a tu madre. Las costumbres son consideradas generalmente como esenciales al bienestar del grupo.

La lnea divisoria entre usos populares y costumbres no siempre es fcil de trazar. Hay obviamente una especie de continuidad, que va desde aquellas convenciones o costumbres que son apenas observadas, hasta aquellas otras cuya obligatoriedad es mayor. El problema creado por la existencia de esta continuidad y sobre todo la necesidad de distinguir entre fenmenos que son ms bien continuos que claramente diferenciados, aparece frecuentemente en el anlisis sociolgico. En el proceso de conceptualizacin y ordenacin de las observaciones pueden trazarse lneas

relativamente definidas cuando en la propia realidad social solo hay graduaciones. A manera de ejemplo, un lugar urbano, de acuerdo con la definicin de la Oficina del Censo de los Estados Unidos, es toda ciudad o pueblo con una poblacin mayor de 2500 personas. Pero acaso un pueblo con 2505 habitantes, ser probablemente muy distinto

41 de aquel otro que slo tiene 2495 habitantes y que no ha sido clasificado como urbano?. Desgraciadamente las distinciones que implican diferencias de grado mas que de clase son frecuentemente transformadas en divisiones firmes y rgidas. A menos que tengamos presente este peligro, los resultados pueden conducir a falsas a dicotomas y a conclusiones espurias.

A pesar de la ausencia de una lnea definida que los divida, los conceptos de uso popular (folkway) y costumbres (mores) posee un considerable valor heurstico. Enfocan la atencin hacia una dimensin o un aspecto importante de las normas sociales: la sancin moral implcita en ellos. Al analizar las instituciones sociales, debe analizarse el alcance que se les da como esenciales al bienestar social. Como corolario, es importante descubrir de acuerdo con qu medios se mantiene la conformidad con las reglas.

Una segunda dimensin de las instituciones proviene de la oposicin entre hbitos y leyes. Los primeros comprenden los usos establecidos por el tiempo, es decir, aquellas practicas que han llegado ha ser gradualmente aceptadas como formas apropiadas de conducta: las rutinas del trabajo o del ocio, las convenciones del servicio militar, los ritos de la observancia religiosa, la etiqueta que rige las relaciones sociales. Los hbitos son sancionados por la tradicin y se apoyan por la presin que ejerce la opinin del grupo. Las leyes, por otra parte, son reglas establecidas por aquellos que ejercen el poder poltico, y su obligatoriedad se garantiza con el aparato del Estado. Estas leyes pueden tener o no la sancin de la tradicin. Son caractersticas de las sociedades complejas que tienen sus sistemas polticos bien desarrollados; en las sociedades primitivas, que carecen de instituciones polticas distintivas y fuentes reconocidas de autoridad poltica, la ley aparece a lo sumo en forma embrionaria. En dichas sociedades primitivas la conducta es regulada principalmente por el hbito, las nuevas reglas surgen mas por un proceso gradual que por promulgaciones formales, y la obligatoriedad no depende de ciertas personas que operan a travs de una maquinaria gubernamental reconocida.

La distincin entre hbitos y de leyes se cruza con la de usos populares y costumbres. Algunos hbitos tienen las sanciones morales caractersticas de las costumbres, mientras

42 que otros son convenciones aceptadas de una manera ms o menos casual. De modo similar, algunas leyes se apoyan en fuertes sentimientos morales no matars- mientras que otras pueden carecer virtualmente de cualquier apoyo moral, excepto en lo que se refiere a todos aquellos sentimientos y actitudes que se conforman con el derecho general. Muchas leyes que regulan la prctica de los negocios caen en esta ltima categora.

La lnea divisoria entre hbito y ley, como la que distingue los usos populares y las costumbres, no siempre es fcil de trazar, sobre todo en las sociedades ms primitivas, donde esta apenas desarrollada la estructura poltica de la que surge el derecho y gracias a la cual se vuelve este obligatorio. Aun en sociedades ms complejas, como la nuestra, las relaciones entre la ley y el hbito son frecuentemente complejas y resulta difcil de trazar la distincin que hay entre ellos. Algunas reglas habituales pueden ser incorporadas al derecho, por ejemplo las leyes llamadas Sunday blue, cuyo carcter legal ha persistido a veces aun despus de haber cambiado los hbitos que dieron lugar a la promulgacin legislativa. A la inversa, las reglas polticamente promulgadas pueden eventualmente recibir una sancin tradicional, extra-legal, proceso que se advierte en la historia de los sentimientos y actitudes de los norteamericanos hacia la Constitucin. Adems, las leyes adquieren a menudo un contenido de practica habitual que resulta tan obligatoria como si formase parte del derecho; ejemplo de ello, el complejo repertorio de prcticas tradicionales y de convenciones que rigen los actos del Congreso.

Los conceptos de hbito y ley no abarcan todas las formas de las normas sociales. Hay muchas instituciones que no aparecen ajustarse a cada categora, a pesar de su aparente amplitud. Los procedimientos con que operan en las empresas, y las reglas de organizaciones voluntarias como la Liga de las Mujeres Votantes, la Asociacin Nacional de Manufactureros y la Asociacin Mdica Americana no estn, con algunas excepciones, sancionadas por la tradicin, ni son impuestas por el Estado.

A pesar de estas dificultades, la distincin conceptual entre ley y hbito subraya las diferencias importantes que hay en los orgenes de las instituciones y en los sistemas por

43 los cuales son ellas obligatorias. Hay instituciones silvestres, para usar otro trmino inventado por Summer, las cuales, como Topsy, crecen simplemente, y existen aquellas otras que estn establecidas y nacen formalmente en un momento determinado. Es obvio que la explicacin sobre los orgenes de una institucin silvestre ser distinta de la que se aplique a los orgenes de una institucin promulgada, aunque esta ltima pueda ser dividida a su vez, para los propsitos del anlisis, en leyes, por ejemplo, y en aquellas reglas formales decretadas por funcionarios de organizacin no polticas. Los sistemas de obligatoriedad pueden ser muy informales, reducidos a las exigencias de la tradicin y a las opiniones expresadas de un modo ms o menos sutil por los otros, o pueden estar limitados a la maquinaria formal del gobierno, o en diversos grados, combinar ambos mecanismos.

En el anlisis de las instituciones, estas categoras no agotan la complejidad o variedad de las normas sociales. Pues las reglas que rigen la conducta incluyen los patrones transitorios de la moda y el estilo, los ritos simblicos de las la observancia religiosa y patritica, y las ceremonias que sealan ocasiones importantes. Incluyen adems las reglas de procedimiento cientfico no sancionadas por la tradicional, ni por actos legislativos, sino slo por el acuerdo racionalmente fundado de los cientficos y por los mtodos empricamente comprobados de la tarea racionalmente econmica. (Claro que todas estas normas racionales pueden contener elementos tradicionales o habituales).

Hemos dicho que las instituciones en sus diversas formas, explican mucho de la regularidad de la conducta que observamos; el hecho de que las acciones de los hombres parezcan iguales, o por lo menos similares, se debe a que poseen patrones aprendidos y compartidos. Esta afirmacin, sin embargo, podra sugerir un grado de conformidad que obviamente no existe. Las normas varan por el grado de conformidad que exigen, dependiendo en alguna medida de la naturaleza de la conducta aprobada o prohibida. No podemos tener algo de asesinos. Por el otro lado, el tiempo que los estudiantes universitarios deberan dedicar a sus estudios puede variar gradualmente. Las reglas para hablar, para vestirse y las de etiqueta pueden estar formuladas en trminos tan generales que necesariamente varan dentro de los lmites

44 establecidos por la cultura. Ello quiere decir, que en muchos casos, las normas prescriben un nivel de conducta o establecen los limites mas all de los cuales seria impropio o equivocado desviarse.

Aun cuando la institucin sea definida con precisin, la conducta real de los hombres y mujeres variar probablemente en torno a una norma que puede ir desde un virtual noconformismo hasta una completa aceptacin. En muchos colegios y universidades, por ejemplo, puede suponerse que los estudiantes dedican dos horas de estudio por cada hora de clase, o sea alrededor de 30 horas a la semana en un estudiante que tiene 15 horas de clase. Pero puede decirse con certeza que la mayora de los estudiantes no cumplen con estas previsiones: el tiempo real invertido puede variar desde cero horas, hasta 40, 50 o incluso 60 horas a la semana, con un promedio probablemente menor de 30. en consecuencia, cualquier anlisis de las instituciones y de la conducta, as como de las relaciones que se establecen entre ambas, debe tomar en cuenta el hecho de que tanto la definicin de las normas sociales como la descripcin de la conducta real se refieren con frecuencia a un nivel de conducta que se establece con base en una tendencia central.

Es obvio, que por supuesto, muchas instituciones son frecuentemente ignoradas en la prctica, que los hombres violan los Diez Mandamientos, no dan sus lugares a las mujeres en los transportes pblicos y adulteran sus declaraciones de impuestos. Desafan las costumbres sexuales, descuidan las convenciones que rigen el trabajo y el juego, e ignoran los requerimientos de la moda. En su esfuerzo por dar una explicacin de la conducta humana, el socilogo empieza con muchas reglas que definen formas de accin seleccionadas o preferidas, pero tambin debe preguntarse por que son violadas las costumbres, burladas las leyes e ignoradas las convenciones. La conducta que ignora las normas sociales, en la medida que puede ser clasificada o sometida a una categora, debe ser explicada. En realidad, el punto de partida en buena parte de la investigacin sociolgica ha sido el esfuerzo por explicar mas las actividades socialmente desviadas el crimen, la delincuencia, el divorcio, el suicidio- que la conducta convencional. Aunque sta ltima tambin es un importante problema para el anlisis social, a menos que

45 estemos dispuestos a presuponer que la conformidad y la convencin no requieren explicacin.

Las ideas: creencias y valores. El otro gran elemento de la cultura, las ideas, abarcada un variado y complejo conjunto de fenmenos sociales. Incluye las creencias que los hombres tienen sobre ellos mismos y sobre el mundo social, biolgico y fsico en el que viven, y tambin las creencias sobre sus relaciones con sus semejantes, con la sociedad y con la naturaleza, y con aquellas otra entidades y fuerzas que suelen descubrir, aceptar o conjurar. Ello abarca la totalidad del vasto conjunto de conocimientos y creencias por el cual los hombres explican sus observaciones y experiencias folklore, leyenda, proverbios, teologa, ciencia, filosofa, saber prctico-, y el cual toman en cuenta al escoger sus actos alternativos.

Adems de las creencias, los hombres, tambin aprenden y comparten los valores de acuerdo con los cuales viven, los patrones e ideales con los cuales definen sus fines, seleccionan sus actos y se juzgan a ellos mismos y a los otros: xito, racionalidad, honor, valor, patriotismo, lealtad, eficiencia. Estos valores no son reglas especificas para la accin, sino preceptos generales a los cuales rinden los hombres obediencia y sobre los cuales estn dispuestos a tener fuertes sentimientos. Representan dichos valores las actitudes comunes de aprobacin y desaprobacin, los juicios sobre lo bueno y lo malo, lo deseable o lo indeseable, a la apreciacin de determinadas personas, cosas situaciones o acontecimientos.

El trmino valor, sin embargo, se utiliza algunas veces para designar los objetos o situaciones definidos como buenos, propios, deseables, dignos: Para el dinero, las esposas, las joyas, el xito, el poder, la fama, mas que para sentimientos o juicios comunes. Los valores requieren entonces su carcter gracias a los juicios de los hombres, pero se distinguen de ellos. Es esta distincin la que subraya Robert M. MacIver al diferenciar entre actitudes e inters, entre las reacciones subjetivas los estados de conciencia dentro del ser humano individual con relacin a objetos, y los objetos mismos. Los valores, en tanto cosas a las cuales los hombres asignan

46 importancia, pueden ser creencias o instituciones, as como objetos materiales que son el tercer componente general de la cultura. Los puntos de vista de los hombres sobre la naturaleza de Dios, del hombre o de la sociedad misma, pueden ser suscritos tan intensamente q