Anexo 1 – Primeras interacciones.

26.03.2019

Proyecto II. Oficialmente empiezo a acercarme al final y cada día lo siento más lejos. ¿Amor digital?, ¿aplicaciones como Tinder, Bumble e Inner Circle?, ¿será que lo que quiero conseguir es novio en vez de graduarme? No sé. Alguien me dijo hoy que cómo iba a hacer mi tesis de eso si no era capaz ni de bajar Tinder, y sí… toda la razón. Pero lo que no sabe mi amigo es que como buena introvertida en la vida offline, me desenvuelvo bastante bien en la vida online, entonces sí, amo las selfies, amo estar conectada y obvio, amo hablar y conocer gente a través de apps. Incluso, la mayoría de mis amigos, los conocí a través de redes sociales (especialmente Twitter e Instagram), entonces no, cómo me iba a dar miedo.

27.03.2019

Hoy decidí bajar Inner Circle. Creo que es la más “suave” de todas las aplicaciones, supuestamente es un círculo de amigos en común, no está categorizada tan sexual como Tinder… con la gran diferencia de que cualquier persona te puede hablar sin necesidad de hacer match. Bueno, no suena tan mal. Dar el primer paso es horrible. La abrí, creé mi perfil. Escogí mis mejores fotos. Camila Guerrero. Comunicación y Marketing. Pontificia Universidad Javeriana. 22 años. Adicta al café. Vegetariana. “Early Bird” según Inner Circle. Conciertos y festivales. Playa sobre cualquier otro lugar. No fumo. Aceptar.

28.03.2019

¡Hoy me desperté con desconocidos hablándome! Y no, no todos son un “hola”. Claro, está el típico “hola” aburrido, pero también: “Eres muy bonita”, “¿Qué es una videógrafa?”, “Tú, yo, 737252 pizzas, no sé, piénsalo” hasta, “Te han dicho que te pareces a Gal Gadot?”. CLARAMENTE NO. Jaja. En fin. Supongo que decir que me “gusta” un man en una aplicación es demasiado extremo, así que diré que simplemente me llama la atención… quizás porque se parece mucho a un ex (incluso se llaman igual) y no me dijo ninguna de las frases ridículas de antes. Un simple “hola Camila”.

30.03.2019

Este fin de semana tuve que viajar a Medellín por trabajo. Se me olvidó por completo que había descargado las aplicaciones y mucho menos, que eso se vincula con la ubicación, es decir, empecé a ver perfiles de la ciudad de la eterna primavera. Hasta en el aeropuerto de devuelta a casa, mientras esperaba el avión se me dio por meterme a ver quién me había hablado y bueno… empecé a hablar con ese tal Nicolás. Lo curioso, fue que se le dio por llamarme cuando estaba subiéndome al avión, literalmente. Fue rarísimo. Le contesté y le dije que me estaba subiendo al avión, que hablábamos después. Luego me escribió que “qué pena, que si lo que hizo estaba bien”, le dije que todo bien, que no pasaba nada.

Luego me puse a pensar en que era como la forma de asegurarse de que yo era real (creo).

02.04.2019

Ya me agregó a Facebook y me siguió en Instagram, pero no hablamos tanto… creo que yo ya estoy haciéndome películas, ¿será que nunca nos vamos a ver? Igual es raro, no deja de ser un completo desconocido que estoy muriendo por conocer, podría ser un asesino en serie como dicen las películas (pero eso es lo último en lo que estoy pensando). Desde hace un tiempo tengo una forma en cómo describir a los hombres y es “pato”, sí, “pato” es alguien que es lento, se hace pasar por alguien que no es, o simplemente es un completo idiota. Y don Nicolás ya empezó a mostrar signos de eso…

Pero bueno, DÉMOSLE OTRA OPORTUNIDAD. Hoy me dijo que nos viéramos esta semana a tomar café o algo así, le dije que sí, que salía de clase a las 5pm, que después de eso, libre.

Mientras me hago películas con Nicolás así resulte ser pato, empecé a hablar con otros. Con Sebastián empecé a hablar al mismo tiempo que con Nicolás, él casualmente está en Medellín por trabajo y justo fui el fin de semana (pero igual no me vi con él, no me dio la vida).

[Update después de 1 año]: Las cosas se ponen muy raras con este man.

09.04.2019

¡Hoy me vi con Nicolássssssssssssssss!

Y creo que hoy me pasó todo lo malo que podría pasar. A veces intento ser poeta, así que:

“Ahí estaba yo. Entrando lentamente al lugar. Tarde, como siempre. Me sudaban las manos y el corazón también. Frío. Sólo pensaba en sí podría

encontrarlo fácilmente, ¿sí vino?, ¿será alto?, ¿será gordo?, ¿será que me engañó con fotos? De repente le escribí “llegué” y automáticamente saltó un rostro en mi vista, con una sonrisa de oreja a oreja, con cachetes rosados, sus ojos, detrás de sus gafas con un leve aumento, parecían observarme milímetro a milímetro. Estará contando mis lunares, pensé. O tal vez viendo que no me puse bien la pestañina hoy. O peor aún, estará viendo la marca de mi saco marcado en mi rostro porque venía durmiendo en el bus.

“¿Café?”, me dijo. Y fue como si recibiera un baldado de agua fría, como si me halaran de mi mente a traerme de vuelta a la tierra. “Sí, sí”, sonreí.

Hablamos, hablamos como si nada y como si todo. Estaba tan nerviosa que no podía parar de reírme, él también, así que supuse que todo iría bien.

Se sentó como si estuviera en su casa, sin zapatos. Mientras me hablaba, intentaba mirarlo a los ojos la mayor parte del tiempo, como cuando uno hace una competencia de ver quién aguanta más. Quería saber a qué le tenía miedo, qué lo enamoraba, qué soñaba en las noches. Obsesiva me dirán. Pero no. Lo juro. Solo me gustaba lo que veía.

Un par de jóvenes buscando amor en un café. Romántico, clásico y cursi a la vez. Sentía que todo el mundo nos veía, pero yo solo lo veía a él. Vi que se le hacían hoyitos en los cachetes cuando sonreía. Vi que sus ojos brillaban y se reía de mis tragedias cotidianas. También vi que su sonrisa se me hacía parecida a alguien que me robó el corazón. Quizás eso fue lo que no me dejó seguir.”

Sí, creo que fue una de las peores “citas” que he tenido en toda mi vida. Yo no la sentí tan mal hasta que nos fuimos y noté la incomodidad del man. Igual, me preguntó que si llegué bien. Vamos a ver.

10.04.19

Siento que tengo que explicar qué fue lo que pasó ayer. Básicamente el man se chocó con la realidad. Me idealizo en todo sentido: mi forma de hablar, de vestir, de ver la vida. Hablamos de todo un poco, al parecer la pena no tuvo un lugar importante, pero supongo que se hizo la idea de que era una que le gustaba el deporte (él es súper deportista), que le gustan los números (él es economista), que lo que más ve es cine comercial (transformers, rápido y furioso… hola… me gusta David Lynch), que se viste de colores y ve la vida positiva

(hola, me visto el 99% de negro y tengo depresión crónica, por ende, veo todo bastante pesimista o realista), encontramos un punto en común ¡no nos gusta rumbear! ah, pero a mí sí ir a conciertos (a él le aterran), le conté que estaba haciendo mi último corto de la universidad que se trata de una pareja de artistas (él escultor, ella bailarina) y él está tan obsesionado por ella que decide matarla y convertirla en escultura. Creo que eso lo perturbó demasiado. En fin. Creo que no encontraba correlación con las fotos y lo que veía en tiempo real. Me sentí juzgada cada minuto que pasaba. Pero era muy raro verlo y ver a un ex, así que estaba sintiéndome juzgada pero encantada (?). Rarísimo.

15.04.19

Bueno, Nicolás no fue el único. Empecé a seguir otras conversaciones con alguuunos que me llamaban la atención. Felipe fue uno de ellos y Sebastián (el que estaba en Medellín).

28.04.2019

Ayer pasó algo raro. Quedé de verme con Felipe después de una obra de teatro de una amiga (le dije que igual le avisaba, porque iba a estar con ella). Después de la obra fui a comer con ella y un montón de gente, ya eran como las 11 y ya me iba a ir a mi casa a dormir pero él seguía insistiendo en que quería verme. Coincidencialmente, estábamos en el mismo lugar, yo estaba cenando en la 85 y el rumbeando en la 85.

Le dije que estaba muy cansada que ya me iba a ir y le dejé de contestar en Whatsapp. Mientras caminaba para encontrarme con mi uber, un número desconocido me llamó (pensé que era el Uber) y no, era él (obvio, como no le contestaba su número…). Me dijo que dónde estaba que iba a pasar solo a saludarme. Le dije que estaba en tal esquina y ya. A los dos minutos más o menos, estaba hablando con mis amigas mientras esperaba el Uber, se aparece un man raro, vuelto nada por drogas y alcohol, pero ya en la inmunda. Como cuando uno ve a alguien el tercer día de Estéreo Picnic a quien ya no le cabe una droga más, olía hasta maluco. Mi amiga se asustó porque pensó QUE NOS IBA A ROBAR. Luego me dijo

“¡Soy Sebastián!” Y yo… OKAAAAAAAAY (los manes también saben usar mucho photoshop para las fotos, tremendo catfish con el que me encontré).

Le dije que ya me iba, que el uber estaba en la otra cuadra, me dijo que me acompañaba y creo que en el minuto de recorrido solo habló de cuánta plata tenía, de lo buena que estaba la rumba en donde estaba, de que se sentía mal porque dijo que iba a ir por una vieja (yo) e iba a volver sin ninguna, entonces que se la iban a montar.

Qué. Miedo.

30.04.19

Voy a cerrar las apps por un tiempo. Me aburrí. Como que nada pasa de las conversaciones típicas (yo sé que tampoco soy la más entradora, peeeeeero neh).

Voy a dejar a mil personas en visto (creo que los manes son un poco desesperados, ¿las mujeres seremos igual?) Creo que entrar ya a finales, entregar un corto, acabar materias y hablar como con 20 manes al tiempo me tienen mal.

29.06.2019

Hoy decidí aplazar tesis. Empecé un proyecto en el ministerio de educación y la verdaaaaaaad, no me siento capaz, creo que voy a morir en el intento si hago las dos cosas al tiempo. De pronto abro las apps otra vez, ya veremos.