Análisis 1
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ÍndiceIntroducción.......................................................................................................................2
José Mariano Fausto Andrés Otero...................................................................................2
Análisis..............................................................................................................................5
Conclusiones....................................................................................................................11
Bibliografía......................................................................................................................12
1
Introducción
Dar novedad al pensamiento de un autor que ha sido analizado desde los puntos de
vista más variados es de lo más difícil que puede existir, siempre, ya que uno se
enfrente a la constante problemática de ser tachado de plagiador. Pero ese no es
nuestro problema aquí, no daremos un giro novedoso, ni siquiera intentaremos eso,
pues si bien no es imposible encontrar algo nuevo, lo aquí abordado se avocará a
tratar de dilucidar cuál y cómo se construyó el pensamiento del autor a través de una
sola de sus obras, y también cómo lo reflejó en ella.
En el siguiente análisis abordaremos un texto de uno de los hombres más destacados
y fascinante de la historia de México: Mariano Otero, no haremos referencia a la
totalidad de su producción, sólo abordaremos uno de sus textos más importantes el
Ensayo sobre el verdadero estado de la cuestión social y política que se agita en la
república mexicana.
Aquí tampoco abarcaremos la totalidad del Ensayo, sino simplemente los puntos que
nos han parecido reflejar la forma en que el autor erigió sus ideas, para tal fin
desmenuzaremos el texto antes mencionado e intentaremos conocer el porqué de su
peculiar forma de pensar. Pero antes de eso nos adentraremos al contexto del autor,
para saber de dónde tomó las ideas y cómo las adoptó a su pensamiento.
Así, pues, partamos desde el principio y situemos a nuestro autor en su época para
tratar de explicarlo.
José Mariano Fausto Andrés Otero
Mariano Otero nació en Jalisco en el año de 1817 y falleció en el año de 1850 en la
capital de la República. Escribió su Ensayo en 1841. Por ello está enmarcado en una
época llena de luchas intestinas y miseria. La niñez de nuestro ensayista la pasó entre
la euforia independentista, el odio anti-español y un amor a la patria muy sui generis.
Se educó en el instituto de ciencias de Guadalajara, 1 donde hubo una introducción de
materias nuevas, que iban muy acorde al espíritu liberal que se respiraba en los
primeros años de vida independiente.
1 Ignacio Burgoa, Semblanza de don Mariano Otero, insigne jurista y político mexicano, Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, en línea, disponible en [http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/facdermx/cont/154/pr/pr31.pdf] (fecha de consulta: 20 de mayo de 2011), pág. 433.
2
Mariano Otero creció en el ambiente jalisciense hasta el año de 1842, fue influido
profundamente por la antigua riqueza que había en esa zona la cual se fue perdiendo
por la guerra independentista primero y después por la expulsión de los españoles,
quienes eran los que detentaban la mayor riqueza, por ello la guerra independentista
fue vista por unos con agrado y por otros más como la debacle y colapso de un
territorio en ascenso.
No hay que olvidar que la zona del bajío fue una de las zonas más ricas del país, pero
vino a declive al estallido de la guerra y después por la expulsión de los españoles
provocando que la minería, industria que sostuvo a la Corona en el último medio siglo,
se viera afectada considerablemente, y con ella el comercio y la agricultura.
La existencia de Otero antes de escribir su Ensayo, se vio sumergida en un torbellino
de contradicciones, por una parte su país había conseguido la independencia, más no
así la prosperidad que se prometió. Fue testigo, y tal vez profusamente por ello
marcado, del inició de las guerras fratricidas que asolaron al país.
Le tocó vivir la instauración de un primer imperio, del sistema federalista y luego del
conservador como formas de gobierno, del intento de reconquista de la Corona
española, de la guerra con Francia, y tal vez de lo más doloroso: la perdida de Texas y
de las pretensiones expansionistas del los norteamericanos, de los cuales nuestros
autor admira grandemente por su sistema de gobierno.
En cuanto a su educación Mariano se vio deslumbrado por las reformas liberales que
se estaban llevando a cabo en año de 1833, ya que el liberal Prisciliano Sánchez “crea
el instituto del Estado de Jalisco en el cual introduce un nuevo plan de estudio y se
introducen las materias de derecho natural, político y civil, economía política,
estadística e historia (…) sin olvidar la educación clásica grecolatina”2 materias que se
verán expuestas en la obra de Otero.
Mariano se graduó en 1835, a la edad de 18 años, de bachiller en derecho civil,
formación que lo marcó en su pensamiento, ejercería esa profesión hasta el último de
sus días. Lo desarrolló tanto en el ámbito público como en el privado. Uno de sus
maestros y por el cual se verá influido considerablemente en su Ensayo es José Luís
2 Josefina Zoraida Vázquez, “Los primeros tropiezos” en Historia General de México, México, Colegio de México, 1996, 2 tomos, t. 1, p. 759.
3
Verdía quien lo incrustó con el pensamiento de la ilustración y en los clásicos. Ese
contacto con sus maestros en el liceo de corte liberal lo adentraron a las ideas en boga
en Europa.
Las lecturas que hace nuestro autor son variadas y de diferentes ramas del
conocimiento pero en especial las de tipo económico y de jurisprudencia. Entre los
personajes leídos podemos encontrar a los mexicanos Francisco Severo Maldonado,
José Luis Mora y Lorenzo de Zavala, entre los extranjeros podemos ver a Tocqueville,
Lord Byron, Víctor Hugo, Lammenais, Rousseau, Montesquieu, Benjamin Constant,
Sismon de Sismondi y Víctor Considérant , esto lo tocaremos más adelante.
La obra aquí analizada se ve envuelta y profundamente motivada por la Revolución de
Jalisco encabezada por Mariano Paredes Arriaga. Esa revolución es en verdad el
aliciente para escribir su Ensayo, el mismo lo reconoce al decir: “este escrito se
reducirá a examinar esa revolución indicando su origen, señalando las causas de su
progreso, determinado su resultado actual, analizando la faz que hoy presenta y
exponiendo, en fin, las soluciones de que es capaz”.3
Ese impulsó, la revolución, tiene como fin deponer a Bustamante por no haber luchado
por la recuperación de Texas. El movimiento armado es visto con alegría por Mariano
Otero puesto él es un federalista y liberal moderado. Buscaba un equilibrio en la
sociedad, como dice el dicho por ahí: ni tanto que queme al santo ni tanto que no lo
alumbre, lo cual veremos en su propuesta de engordar a las clases medias.
El motivo de su obra en resumidas cuentas es conocer hacia donde se dirige el país.
Menciona Otero: aún está por decidirse ese destino, ya que después de innumerables
revoluciones o asonadas la vida del país no se encuentra bien definida. A pesar de la
crítica que el autor hace de las revoluciones y los intereses mezquinos que hubo en
los pronunciamientos anteriores él justifica el de la guarnición de Jalisco, aclara, antes
las palabras de sirena habían seducido a los pobladores en épocas pasadas pero que
las promesas nunca había llagado y sólo se había dejado un tremendo dolor en la
nación, pero en está ocasión la conciencia del pueblo mexicano estaba despertando.
El Ensayo de Otero versa sobre el sistema federalista y el concepto materialista de la
historia o del desarrollo de las sociedades. Esta última si bien no se lee explícitamente
3 Mariano Otero, Ensayo sobre el verdadero estado de la cuestión social y política que se agita en la república mexicana, México, ediciones del sector eléctrico, 1979, pág. 23.
4
sí se puede entrever en el texto. Podemos decir que esa concepción le proviene de lo
gestando en esos momentos en el pensamiento de Europa, en especial de uno de los
discípulos de Charles Fourier: Víctor Considérant.
Otro aspecto importante en el escrito de Otero es la apología al sistema federalista
que proveniente de la lectura Tocqueville, y de observar la forma de gobierno
estadounidense. El respeto al individuo y a las instituciones es una influencia directa
de Benjamin Constant y Simon de Sismondi.
Con ese contexto, analicemos ahora a nuestro autor y su escrito
Análisis
Empecemos por lo primero ¿por qué nuestro autor escribe?, la respuesta sería que lo
hace por varios motivos. Su Ensayo es una explicación del por qué de la revolución de
Jalisco, cuáles son sus causas y sus posibles soluciones. Aquella lucha intestina en la
cual él se ve inmerso y que depondrá a Bustamante incentiva su Ensayo, pues nos
presenta primero un cuadro del por qué sucedió la revolución y cuáles son sus
verdaderas causas. Nos explica que después de tantas tragedias, es hora de buscar y
encontrar el meollo de aquéllas, para dar soluciones. Así, pues en su investigación
escribe, describe, enseña y propone, ese es su principal objetivo, por eso lo hace.
El Ensayo está estructurado de una manera muy precisa, ya que dentro de todo el
escrito va desarrollando primero un marco de los sucesos que motivaron la obra, un
poco de historia y contexto para que el lector no se pierda, cada apartado está
perfectamente dividido con sus subtítulos de lo que abordará.
El mismo autor nos divide la obra en dos partes, una que el sí considera historia y otra
que engloba el problema por él tratado, y deja a las siguientes generaciones la
cuestión de la historia y su análisis. Ya que algún día podrá escribirse mucho mejor…
“para describir la primera parte de esta revolución ha bastado tomar de los anales de
la época el conjunto de hechos que pasaron entonces y señalar el carácter y enlace.
Lo que falta, la historia de la segunda época, un día podrá escribiré; por ahora ningún
hombre lo sabe”4
4 Ibíd. pág. 39.
5
La obra de Otero se compone de una manera temática por dos motivos, uno, primero
examina la circunstancia en la que él se encuentra: la revolución de Jalisco, su
proclama y la sublevación que se generaliza para deponer a Bustamante, segundo, se
avoca a desarticular las cuestiones que él considera importantes para describir por
qué el país está sumido en la miseria.
De esa manera descompone y analiza cada una de sus partes, vinculándolas entre sí
también, lo que llamaríamos un método analítico-sintético, pues nos va dando un
visión del por qué están así las cosas y cuáles sus posibles soluciones según cada
parte para luego unirlas nuevamente. La última parte de su obra nos acerca
nuevamente al período que está viviendo. En este sentido explica el presente, luego el
pasado-presente-posible futuro, y nos regresa al momento en que comenzó, según la
temática que ha ido abordando.
Visto así, su método utilizado por él es el analítico-sintético, porque primero nos
muestra una visión generalizada de las cosas con la revolución de Jalisco y luego nos
va desglosando las cusas que la propiciaron. Asocia la agricultura, la minería y el
comercio como un parte independiente del problema pero a través de su análisis los
vinculan y explica las problemáticas que afectan a cada uno y sí afectó a uno afectó a
los demás.
De tal manera vemos que la presentación del Ensayo cumple un objetivo particular,
adentrar, al que lo lee, primero en las circunstancias en que se escribió y en segundo
punto enumerar los males que propiciaron la creación de dicho Ensayo, y por último
dar propuestas para las solucionar a esos males.
El lenguaje utilizado por Mariano Otero es sencillo, muy preciso, en cierto momento
intelectual. El Ensayo se desarrolla en un triple discurso, en primer plano tenemos un
discurso expositivo donde el autor nos muestra su particular punto de vista en algunas
cuestiones que él considera importante de una forma llana y concisa, pero después
pasa a un discurso argumentativo el cual trata de convencer al lector sobre los males y
las posibles soluciones a ellos. Por momento su argumentación pasa a la descripción
de motivos y causas. Vemos así un discurso manejado a tres niveles, ya que
reflexiona una y otra vez sobre el tema que aborda, si es cuestión de una u otro cosa,
y cuáles son sus posibles soluciones.
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Ahora que hemos analizado el método u métodos utilizados por nuestro autor y la
forma en que los utilizó para estructurar su Ensayo, pasemos a ver la influencia en su
pensamiento de otros autores y cómo se adueñó y aplicó a su pensamiento.
De los autores que vemos influir en Otero en la construcción de su pensamiento
encontramos en primer punto al barón de Humboldt ya que él hizo un minucioso
estudio sobre las condiciones de la Nueva España y llegó a aseverar “su tierra es tan
prodigiosa que cualquier cosa que se sembrara se daría”.5 Eso hondaría en el
pensamiento de Otero al mencionar sobre la cuestión de la pobreza y miseria de
México, pues decía que en lugar de dar a extranjeros dinero por esos productos, eso
mismo se podrían sembraran aquí y se ahorraría mucho dinero, puesto en cuanto a la
riqueza de México dice: “entre Europa y Asia, cuya superficie presenta todos los
climas y produce todos los frutos de la tierra, y de cuyo seno han salido los nueve
décimos de oro que circula en el mundo”6, el mismo cita a Humboldt al hacer mención
a la cuestión de la minería.
En su pensamiento se tiene principal preocupación por las tres ramas productivas del
país: la agricultura, la minería y el comercio. Nos menciona que las guerras que se han
producido en la nación han dejado paralizado la industria minera, y que la falta del
buen conocimiento del territorio hace proclive a poner medidas erróneas para el
desarrollo. En esa cuestión de vislumbrar el territorio como una gran riqueza
inexplorada se encuentra igualmente en Humboldt. Su concepción no estaba alejada
de la realidad, pues la riqueza de la nación si era demasiada. Se nota un poco utópico
en cuestión de que en esta tierra pudiese producirse todos los productos, al igual hace
referencia al ser autosuficientes.
La falta de caminos, o el mal estado de éstos, hace que el vastísimo territorio
explorado por el barón Humboldt se encuentre en la miseria, aunado a la falta de
población. Eso se ve en el pensamiento de Otero y culpa la falta de voluntad de los
sucesivos poderes de hacer algo por esos caminos que dice han mermado la industria
y el comercio.
Hemos visto que el principal eje de su obra es la propiedad, ya se la tierra, la minera,
la industria o el comercio, su preocupación en la organización de ella viene de
personajes como de Sismonde de Sismondi y Henri-Benjamin Constant. Pero también
5 Vicente fuentes Díaz, La clase obrera, entre el anarquismo y la religión, México, UNAM, 1994, pág. 17 y 18.6 Mariano Otero, op. cit., pág. 43.
7
vemos una influencia considerable de Víctor Considérant. Otero afirma que una buena
o mala organización de “… la propiedad ha constituido el despotismo en los pueblos
de Asia; ella constituyó las aristocracias de la antigüedad (…) y ella sola ha fundado la
democracia” 7.
Por qué decimos que el pensamiento de Considérant está presente, por la razón de
que este discípulo de Fourier adelanto por mucho a Marx y Engels8 al afirmar que la
sociedad avanzaba en cuestión de una lucha de intereses que da el combustible para
el desarrollo de la sociedad.
En su concepción de la propiedad Otero adelanta por mucho a Marx o Engels, y se
encuentra en la misma sintonía que Considérant, al afirmar de la propiedad “analizad
cuanto encierran la historia de donde han pasado, en ese conjunto de hechos al
parecer extraños y confusos, se hallará por todas partes el principio dominante,
moviéndolo y organizándolo todo, y con esa antorcha en la mano, el historiador
profundo y analizador, podrá reunir los restos de la tradición y de la historia, y
completar los anales de las naciones olvidadas”9
Esa concepción de la evolución de la sociedad a través de una lucha constante por la
propiedad entre quienes la quieren poseer y entre quienes la poseen es un adelanto
considerable para la época, en cuestión del pensamiento social. Para rematar indica,
el propio Otero, es gracias a esa mala distribución que reina la miseria en la sociedad,
y que es justamente ella, la propiedad, la que ha causado la división de la sociedad en
diferentes clases que luchan constantemente por sus propios intereses. Y que esa
división se ha acentuado por que la mayor parte de la propiedad permanece pocas
manos.
De ahí surge otro concepto que aborda nuestro autor y es la cuestión del sistema de
gobierno, aunque en la formación de Otero se ha clasificado como liberal moderado, el
cuestiona que en México es imposible una monarquía por la simple razón de que no
hay una nobleza en la cual descanse ese poder como podría ser en las naciones
Europeas. En el Ensayo, Mariano Otero realiza una apología al federalismo por
cuestiones que seguramente leyó en Humboldt, Mora y Maldonado.
7 Ibíd. pág. 47.8 Cappelletti, Ángel; Prehistoria del anarquismo; Argentina, Libros de la Araucaria, 2006, p. 112-115. Col. La Protesta.9 Ibídem.
8
Al saberse que el territorio nacional tiene una variedad de climas y regiones tan
disparejas, hace percibir a Otero que entonces el único medio para que pueda existir
una mejor organización del país es el federalismo y además así solucionar los
problemas ético-sociales, pues menciona que tan grande es el territorio y tan variados
sus climas que parece hasta tonto creer que un sistema de gobierno central, único,
para todos pueda funcionar. Es influencia le viene directo de Sismondi y Maldonado.
De Sismondi, así como de otros pensadores de la ilustración le viene el haber puesto
de relieve las relaciones de la riqueza con la población, es decir, la distribución de la
misma, y de Benjamin Constant obtuvo una influencia considerable al decir y compartir
con él la descentralización de los poderes y que cada región según sus climas y
demás se administrara.
También hace referencia a los pensadores europeos en cuestión de la organización de
las clases bajas o proletarias como él las llama, y ahí retoma a Sismondi ya que éste
consideraba que una buena distribución de la riqueza entre los diferentes sectores de
la sociedad dará el bienestar a un mayor número de personas. Ante esa cuestión,
Otero planteó que una capa mayor de clases medias traería una mejora considerable
de la nación “las clases medias son el verdadero carácter de la población, que
representan la mayor suma de la riqueza, y en la que se hallaban todas las
profesiones que elevan la inteligencia”10 con esto también se adelantó mucho en la
cuestión social a otros pensadores de su época. Engrosas a las clases medias y así
reducir el abismo que existía entre ricos y pobres, y de tal manera aniquilar luchas que
se producían por la posesión de la propiedad. Influencia también proveniente del modo
en que se estaban organizando los Estado Unidos.
Otero se manifestaba así respecto a ello: “la clase más numerosa, las excluida de
todos los beneficios sociales, la que sentía sobre sí el peso de la injusticia y la
opresión y en cuya mayor parte existían profundos recuerdos de odio y de venganza”11
Ese pensamiento del odio de un sector de la sociedad contra otro le puede venir de la
lectura de los franceses, ya que durante la revolución francesa hubo un período en
que el pueblo llano se lanzó contra las clases altas por ese resentimiento existente, y
de ahí viene también su postura en engrosar las clases medias
10 Ibíd. pág. 58.11 Ibíd. pág. 52.
9
En consecuencia con esa lucha constante entre intereses Otero dice que no es
cuestión de casualidad lo que se vive sino que es un proceso que lleva intrínseco el
cambio por las relaciones materiales “las relaciones materiales de la sociedad (…) han
decidido nuestra situación, y que en todos los pueblos de la tierra han producido
diversos fenómenos sociales”12
Otro de los pensadores que influirá en mariano Otero será la lectura de José Luis
Mora, ya que lo leyó y se ve reflejado en su texto al mencionar que gran culpa del
atraso del país es la falta de mano de obra, esto es, lo poco poblado que está el país
dando énfasis en lo precario del comercio interno, la agricultura y la minería por falta
de caminos y trabajadores. Mora puso énfasis en poblar México por dos cuestiones,
una era la falta de manos y la segunda para tener protegido todo el territorio, sobre
todo las fronteras, ante posibles ataques.
Otros autores de los que se valió Otero para construir su pensamiento se encuentran
en la ilustración, como en Rousseau y Montesquieu, ya que nuestro autor considera
los derechos individuales de todos los hombres como inexpugnables. Esta libertad
individual la vemos también en Benjamín, ya que él consideraba que los derechos y
garantías individuales son garantes del reino de las leyes y la paz, pero para que se
logre esto se necesita una equitativa distribución de la riqueza y de la propiedad, como
hemos visto más arriba.
Ve en el derecho al libre pensamiento uno de los principales motores para que la
sociedad evolucione y donde descansan los demás derechos humanos, Otero,
también lo expresó en su Ensayo y vio en ese fundamento un factor para que las
sociedades humanas prosiguieran su camino.
En cuestión de historia nuestro autor es sincero desde un principio y lo hace remarcar
cuando dice que no ha hecho un trabajo de historia pues dice que él escribió lo que vio
y sintió en el momento de producirse el momento coyuntural, si bien escribió un poco
de historia para nuestro autor “la historia se presenta en este caso como un
monumento visto a la distancia conveniente para percibir sus parte colosales y sus
grandes dimensiones, y en el que las pequeñas modificaciones y el débil contorno de
los arabescos que lo cubren, se distinguen sólo como una leve sombra incapaz de
12 Ibíd. pág. 85.
10
alterar el todo; y entonces, ¡que grandes son los sucesos y qué pequeños los
hombres!”13
El menciona en su concepción del devenir humano recaen en algún individuo pero que
en ello se engloba a todo el pueblo, y más que un personaje son los grandes sucesos
los que marcan los pasos de los pueblos, además de mencionar que la vida de los
pueblos no empieza en blanco, sino que detrás suyo viene toda una serie de procesos
que lo han hecho lo que es.
El pensamiento filosófico de nuestro autor está en la ilustración, gracias a sus lecturas
de los europeos, cree como abogado en el imperio de las leyes y la igualdad ante
ellas, considera al ser humano y su contexto social como factores cambiantes, ve de
una manera materialista el desarrollo humano en la sociedad, poniendo como motor la
confrontación entre una parte de la población poseedora de los recursos y la otra sin
posesión, son esos choques violentos los que hacen posible el cambio
Conclusiones
Mariano Otero fue un adelantado a su época, si bien no en el mundo si en su país, sus
propuestas y su visión hubieran ahorrado mucha sangre, mucho dolor y en fin un
sinnúmero de males, pero como hombre de leyes y hombre público supo guardar sus
pasiones en pro de la nación. Su visión idílica de un país productor de todo lo que se
sembrara no estaba tan alejada de lo que era, igualmente su concepción de avance de
la sociedad tampoco.
La vida de nuestro autor fue corta pero impresionante, su concepción del mundo fue
tan peculiar que hoy día sigue vigente, perteneció a una generación de mexicanos que
mucho agradeceríamos que existieran hoy, tan preocupados por la soberanía de su
país, por dar soluciones y no paliativos a los problemas que tango nos agobian.
Bibliografía
13 Ibíd. pág. 39.
11
Fuente primaria.
Otero, Mariano, Ensayo sobre el verdadero estado de la cuestión social y política que se agita en la república mexicana, México, ediciones del sector eléctrico, 1979.
Fuentes secundarias.
Burgoa, Ignacio, Semblanza de don Mariano Otero, insigne jurista y político mexicano, Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, en línea, disponible en [http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/facdermx/cont/154/pr/pr31.pdf].
Cappelletti, Ángel; Prehistoria del anarquismo; Argentina, Libros de la Araucaria, 2006, Col. La Protesta.
Fuentes Díaz Vicente, La clase obrera, entre el anarquismo y la religión, México, UNAM, 1994.
Reyes Heroles, Jesús, El liberalismo mexicano, México, Fondo de Cultura Económica, 1974.
Zoraida Vázquez, Josefina, “Los primeros tropiezos” en Historia General de México, México, Colegio de México, 1996, 2 tomos.
12