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Guía para el catequista

Amigos para el encuentro 4

Amigos

Amigos

para el encuentro 4

Amigos

Guía para el catequista

Supervisión editorialDavid Morrison

Dirección editorialFlorencia N. Acher Lanzillotta

Coordinación editorialMaría Soledad Suares Christiansen

EdiciónGustavo Castaño

Corrección Alan Orlando Blinkhorn

Dirección de ArteNatalia Fernández

Asistencia de Arte Cecilia Aranda y Luciano Andújar

Producción gráficaFlorencia Schäfer

DiagramaciónMaría José Suares Christiansen

IlustraciónPablo Zamboni

Documentación fotográficaMariana Jubany

Guía para el catequista 4 / Luciano Maddonni y María de las Mercedes Alonso; coordi-nado por María Soledad Suares Christiansen; dirigido por Florencia N. Acher Lanzillotta; edición a cargo de Gustavo Castaño. - 1.ª ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Edelvives, 2015. 64 p.; 27 x 21 cm.

ISBN 978-987-642-341-0

1. Catequesis. 2. Guia Docente. I. Maddonni, Luciano II. Suares Christiansen, María Soledad, coord. III. Acher Lanzillotta, Florencia N., dir. IV. Suares Christiansen, María Soledad, ed. V. Título CDD 371.1

© 2015, Edelvives. Av. Callao 224, 2.º pisoCiudad Autónoma de Buenos Aires (C1022AAP), Argentina.

Este libro se terminó de imprimir en FP Compañía Impresora S.A., en el mes de febrero de 2015.

Reservados todos los derechos de la edición por la Fundación Edelvives. Quedarigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del copyright,bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial deesta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía yel tratamiento informático, y la distribución de los ejemplares de ella mediantealquiler o préstamo público. Queda hecho el depósito que dispone la Ley 11.723.

AgradecimientosFundación Edelvives desea expresar su agradecimiento a Ana María Cincunegui y al padre "Cote" Quijano del ISCA, por su lectura crítica.

Carta editorial. La llama encendida .........................................................................4

Fundamentación del proyecto .....................................................................................7

Educar la espiritualidad ..............................................................................................14

Planificación anual ........................................................................................................18

Unidad 1. Invitados a sembrar juntos el Reino ...................................................24

Unidad 2. El amor es la clave ....................................................................................28

Unidad 3. Las bienaventuranzas: proyecto y camino a la vida ..................

en plenitud .......................................................................................................................31

Unidad 4. La reconciliación: un abrazo que perdona .......................................34

Unidad 5. Compartimos el amor y la fe en Jesús ...............................................37

Unidad 6. Seguimos y anunciamos sus huellas ..................................................40

Lecturas comentadas ....................................................................................................43

Anexo sobre el tiempo litúrgico ...............................................................................55

Índice

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La llama encendida

“Vino, como testigo, para dar testimonio de la luz” (Jn 1, 7).

Diálogo de catequistasDialogar nos hace bien. Implica la apertura de dar y de recibir, el silencio que sabe estar a la escucha y la palabra que brota de ese silencio reflexivo. Yo, que me siento bendecido con la vocación de ca-tequista, hoy escribo estas simples líneas para dialogar con ustedes, catequistas queridos por Dios.

A veces Él me concede la gracia de poder encontrarlos, estrecharles la mano y continuar este diálogo que se gesta con palabras escritas. Otras veces recibo sus voces a través de Internet: en los mails y en los foros. Muchas otras veces ustedes participan del diálogo con el testimonio que dan, y con sus opciones convertidas en vida entregada.

Catequistas que dialogan. Eso somos. Y dialogar nos hace bien porque nos ayuda a abrir el co-razón, que se ensancha con la voz del hermano que nos ofrece un buen deseo, un consejo, una historia, un simple cuento para compartir en nuestros encuentros de catequesis. El hablar crea comunidad; por la palabra recibimos y compartimos. Sin lenguaje, el mundo interior nos oprimi-ría. La verdadera palabra libera. Pero debe ser verdadera y estar en relación vital con el silencio1.

Hombres y mujeres bendecidos y queridos por DiosA veces caemos en la tentación de creer que la historia comienza con nosotros. Tenemos la pueril sensación de un pasado que no existió o que no dio frutos o que perdió toda vigencia. La búsqueda de lo inédito, a la cual tantas veces nos hemos convocado unos a otros, y una cierta urgencia por responder a los desafíos de este tiempo, nos lleva, a veces, a olvidar el pasado y a olvidar, por lo tanto, a esos hombres y mujeres queridos y bendecidos por Dios que hicieron tanto por la catequesis.

La valentía de la reflexión de quienes lideraron y vivieron la renovación catequística hace más de cincuenta años; el entusiasmo y la apertura ante las ideas renovadoras del Concilio; la paciencia y el tesón que los mantenía alerta en la construcción de una nueva catequesis; el respeto y la escucha ante la renovación de la teología y de la liturgia; la perseverancia y la decisión para fun-dar los seminarios catequísticos que se fueron expandiendo por el país. Un verdadero tiempo de primavera en el que trabajaron muchos catequistas que hoy vienen a la memoria de nuestro corazón.

El trabajo artesanal y silencioso que recogió las voces de los catequistas durante el Congreso de 1987, cuando la tecnología todavía no facilitaba estos emprendimientos; la lucidez de aquellos hombres y mujeres que floreció en el documento “Juntos para una Evangelización Permanente”, que todavía conserva fuerza y vigencia; la cantidad inmensa de catequistas que palpitaron antes

1  Guardini, Romano, Cartas de autoformación, Buenos Aires, Emmanuel, 1983, p. 113.

Carta editorial

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del Congreso en los trabajos previos en sus comunidades y, después, en el testimonio grandioso de tantos catequistas reunidos en Rosario; la entrega de siempre de tantos hombres y mujeres bendecidos y queridos por Dios. Queremos honrar a esos catequistas de ayer, porque ellos hon-raron su vida y su vocación a través de la misión.

Mantener la llama encendidaAlgunos ya no están, otros nos siguen acompañando como verdaderos vigías, y su vida sigue siendo una llama encendida en medio de este tiempo complejo y desafiante. A nosotros, que oímos sus historias, que leímos y usamos sus libros, que los respetamos y, tal vez, hasta los admiramos, nos toca hoy mantener la llama encendida de una catequesis que no solo se vive, sino que también se piensa.

Nos compete ser testigos y herederos de sus virtudes, para que cuando pensemos en la identi-dad del catequista no nos mantengamos en teorizaciones con un cierto tono de ideal inalcanza-ble. Los catequistas de nuestra historia fueron y son hombres y mujeres de carne y hueso que nos regalan el buen ejemplo de sus virtudes.

Se trata simplemente de tomar la antorcha y de mantener la llama encendida. No es verdad que el tiempo pasado fue más fácil; tuvo otros desafíos y otras complejidades. Esos hombres y mujeres bendecidos y queridos por Dios fueron verdaderos luchadores. Algunos de ellos, en todo el mundo, todavía hoy entregan el tesoro de su pensamiento catequético, y nosotros aprendemos y nos enriquecemos con lo que ellos nos dan.

Es verdad que estamos en un cambio de época y que hay una crisis poderosa en la transmisión de la fe, pero sabemos, “en nuestro corazón, que no es lo mismo la vida sin Jesús”2, y esto “nos ayuda y nos da esperanza”3. “Estamos llamados a ofrecer a los demás el testimonio explícito del amor salvífico del Señor, que, más allá de nuestras imperfecciones, nos ofrece su cercanía, su Palabra, su fuerza, y le da un sentido a nuestra vida”4.

Cuando la siembra parece ser estéril; cuando la semilla parece dormir en el silencio oscuro de la tierra; cuando el cansancio nos agobia; cuando, ante la indiferencia, nos sentimos con las manos vacías; ¡qué bueno es recordar que Dios está de nuestra parte! La luz brilla siempre en las tinie-blas y las vence. La sociedad en la que vivimos puede parecerse, en parte, a un escenario oscuro y pródigo en confusiones. Pero Dios no solo está atento, está presente y obrante. La luz inspira-dora de los catequistas de ayer nos impulsa a ser testigos de la luz, testigos de Dios en el mundo.

Pbro. José Luis Quijano

Rector del ISCA2 Cfr. EG 121.

3 Cfr. EG 121.

4 Cfr. EG 121.

Carta editorial

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La llama encendida da luz siempre

“El mundo es eso”, reveló. “Un montón de gente, un mar de fueguitos. Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos

chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran

ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende”.

Eduardo Galeano, El libro de los abrazos, Buenos Aires, Siglo xxi, 1993.

Dentro de todas las personas que brillan, un catequista lo hace a través de sus actos y palabras. Porque un catequista es un creyente, un testigo, un discípulo. Alguien que ha contemplado y puede contar lo que ha visto. Alguien que enseña, pero que ante todo desea y sueña ponerse en comunión con alguien.

Pero no cualquiera es catequista, tiene que tener también la condición de docente. Un docente comprometido para educar en la fe, formando parte del Pueblo de Dios, con capacidad de entrega y compromiso, con una misión determinada dentro del proyecto o itinerario educativo que se le presente.

Será también un cristiano profundo y sensible, que con su solo vivir repita aquel “ven y lo verás”, desde su convicción y naturalidad.

Será luz con sus palabras y abrirá caminos con sus pasos. Permitirá a la vez ser testigo de un Encuentro, donde la Palabra será la protagonista a la par de los niños.

Un catequista mostrará que su vida cotidiana refleja el amor a Cristo, con la tarea minuciosa de presentar un interrogante para los demás.

Un catequista, en nuestro caso a través de la serie “Camino a Betania”, será el me-diador y facilitador que guiará a los niños a formar un grupo de amigos, regidos por la luz de la Palabra, la Verdad y la Fe.

Ahora dejamos esta serie en tus manos, para que puedas dar luz a los niños, para que todos juntos puedan formar una comunidad de Fe alrededor de la Palabra.

María Soledad Suares Christiansen Coordinadora editorial

Carta editorial

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Betania: lugar de descubrimiento, encuentro y misión

Para Jesús, el camino a Betania era un itinerario de reflexión y también de alegría, porque sabía que allí lo esperaban sus amigos. Betania es lugar de descubrimiento, de encuentro y de misión. El Evangelio nos cuenta que Jesús quería mucho a Marta, a María y a su hermano Lázaro (Jn 11, 5). Para Jesús, Betania era ese lugar especial, donde a veces descansaba en medio de sus jornadas misioneras, disfrutando de la compañía de sus amigos.

Betania, lugar de descubrimientoLa visita de Jesús era para Marta, María y Lázaro una oportunidad para descubrirlo, para conocerlo y amarlo cada día más. En un momento muy difícil para la familia, Jesús fue a su casa en Betania y llevó a cabo un milagro (Jn 11, 14-44). Todos pu-dieron descubrir la maravilla de su amor y de su presencia incondicional. Marta lo reconoció como el Mesías, el enviado por Dios, su Padre.

Betania, lugar de encuentro con la PalabraJesús iba por el camino anunciando la Buena Noticia, cuando decidió entrar en Betania. Allí salió a su encuentro una mujer llamada Marta, quien tenía una hermana llamada María. Marta lo recibió en su casa. María, arrodillada a sus pies, lo escuchó atentamente, mientras Marta demostraba su hospitalidad sirviéndolo con entusias-mo. Jesús le dijo a María que ella se había quedado con la mejor parte, porque ella decidió escucharlo y abrir su corazón a la Palabra de Dios (Lc 10, 42).

Betania, lugar de misiónBetania era el lugar para llegar y para partir. Luego de estar con sus amigos, Jesús se iba y continuaba la misión que el Padre le había confiado. Seis días antes de la Pascua, Jesús fue a Betania por última vez (Jn 12, 1), y después de compartir la cena con sus amigos se puso en marcha hacia Jerusalén. Allí lo esperaba la misión para la cual había venido a este mundo: su Pasión, Muerte y Resurrección.

Fundamentación del proyecto

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“Camino a Betania”: fundamentación del proyecto

de catequesis escolar

“Camino a Betania” es un itinerario educativo en el que los niños descubren a Jesús, lo escuchan, comprenden vitalmente su misión, dan su “sí” y siguen creciendo en la fe.

Los autores de los libros de esta serie trabajamos en el aula y, por eso, tenemos con-ciencia de muchas necesidades y expectativas de los alumnos y de los catequistas, a quienes va dirigido este trabajo.

Por todo esto, "Camino a Betania" es un proyecto que:

• Ayuda a presentar a los niños y niñas la historia de la relación entre Dios y las personas, que es la Historia de Salvación y la Buena Noticia del proyecto que anunció Jesús: ¡el Reino!

• Parte de la realidad socio-religiosa que viven los niños y niñas argentinos y tam-bién de nuestras propias intuiciones educativas, que surgen de la vida del día a día en el aula.

• Colabora en la educación integral de los alumnos, haciéndoles descubrir sus po-tencialidades, el sentido último de la vida y su respuesta trascendente y personal para con la vida, los demás y la sociedad.

• Busca la globalidad y ser lo más interdisciplinar posible, de modo que los alumnos sean capaces de transferir aprendizajes para ser competentes, por lo que se cui-da de un modo especial el desarrollo de las competencias básicas.

• Aporta una herramienta que facilita la labor de los profesores catequistas, por-que tiene en cuenta las circunstancias del contenido y el aula y de limitaciones propias del horario. Es un proyecto sencillo de seguir, que habilita oportunidades para ser creativos.

• Motiva a los alumnos a través de bellas ilustraciones, una maqueta con un di-seño limpio y alegre, una narración clara y amena, y entretenidas propuestas de actividades.

• Sigue una metodología didáctica que favorece el aprendizaje significativo, para poder transformar las estructuras mentales y afectivas de los alumnos. En este esquema, el docente es facilitador de este proceso de crecimiento intelectual, trascendente y afectivo. Por esta razón, las técnicas de aprendizaje cooperativo son una parte importante de esta metodología.

Fundamentación del proyecto

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Ejes del proyecto

En función de las aspiraciones expresadas en los párrafos anteriores, reafirmamos algunas características principales del proyecto, como claves de acceso:

Experiencial y formativaLa situación pastoral en los colegios es diversa. Las posturas pastorales desde las cuales se intenta responder también lo son. Cada comunidad educativa se presenta como un taller en el que se intentan construir procesos e itinerarios evangelizadores. Pero en cada comunidad se llevan a cabo desde las realidades y posibilidades con-cretas. A partir de estas constataciones ofrecemos la serie “Camino a Betania” como una herramienta versátil que facilite, donde sea adecuado, un proceso de catequesis escolar de carácter experiencial, donde las posibilidades sean más acotadas, como un apoyo seguro para un itinerario formativo en clave de enseñanza religiosa.

BíblicaDios se revela en la historia. Lo ha hecho plenamente en Jesús y, por su referencia, nos permite confrontar nuestra vida con el horizonte de sentido que Él nos mani-fiesta. Como afirma E. Alberich, la densidad y riqueza del misterio de la Palabra de Dios en la historia humana no se limita a una simple comunicación de verdades: la palabra revelada se presenta más bien como la intervención potente de Dios, que se comunica a sí mismo y revela su plan de comunión y salvación a favor de toda la humanidad. De este plan, centrado en la figura de Cristo, la catequesis se acredita como anuncio y mediación en el tiempo de la Iglesia. Desde la perspectiva catequé-tica, la centralidad de la Palabra se traduce en criterios operativos:

• La Palabra de Dios y la experiencia de fe privilegiadas, de las cuales la doctrina es un complemento.

• La búsqueda como actitud fundamental: de un modelo centrado en la verdad “dada” a la catequesis de la verdad “dada y prometida”.

• Una concepción encarnada en la historia de los contenidos de la catequesis.

• La preocupación por la significatividad por sobre la simple veracidad de los contenidos.

Fundamentación del proyecto

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InterreligiosaBuscamos que los aportes de este proyecto a los procesos que se puedan construir fortalezcan, desde las certezas más profundas del mensaje cristiano, la conciencia de la diversidad religiosa, el respeto y el conocimiento como camino para la convi-vencia pacífica. Afirmamos, junto al papa Francisco, que este “diálogo interreligioso es una condición necesaria para la paz en el mundo, y por lo tanto es un deber para los cristianos, así como para otras comunidades religiosas” (EG 250).

Dinámica: desde una catequesis escolar evangelizadora y misioneraEl proceso catequístico requiere, especialmente en las actuales coordenadas ecle-siales, un dinamismo que potencie la conciencia de ser discípulos de Jesús, la es-cucha y meditación de su Palabra y el llamado a la misión por el Reino. Esta mutua implicancia entre el discipulado y la misión ya no es simplemente “una instancia” en el proceso de maduración en la fe, sino que se constituye en un aspecto transversal de ese camino. Es una propuesta “del umbral” y también “del interior”, que busca sorprender a los más alejados, proponer el mensaje con sencillez y claridad y acoger a todos con sus circunstancias.

Los aportes de esta serie buscan, desde el discipulado, presentar siempre anuncios evan-gelizadores, proponiendo lo esencial de la fe cristiana sin suponer una situación de “cris-tiandad”. Y, al mismo tiempo, buscan favorecer las iniciativas misioneras de distinta di-mensión, ya que la identidad cristiana no se entiende sin esta dimensión transformadora.

Sólidos aportes conceptualesDesde las características de cada etapa evolutiva buscamos ofrecer aportes teóri-cos que sinteticen aquello que sostenemos como la Buena Noticia en la Iglesia. Es imprescindible acercar fundamentos que permitan “dar razones de la fe” cristiana, que, si bien se sostienen en un primer asentimiento que escapa a la razón, se es-tructuran de manera inteligible y razonable. El desafío es responder al secularismo creciente ofreciendo una “fe creíble”, ayudando a “creer razonablemente”.

Herramienta en un procesoEsta serie ofrece herramientas al proceso grupal de catequesis escolar/formación reli-giosa, pero no lo agota ni lo garantiza enteramente. Requiere, por el contrario, ser usado de manera consciente, en articulación con procesos pastorales que vayan desarrollan-do una comunidad cristiana escolar de referencia a través de otros procesos pastorales.

Fundamentación del proyecto

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¿Cómo son los libros de la serie “Camino a Betania”?

Cada libro se organiza en seis unidades. Cada unidad, en dos o tres encuentros. Los contenidos están enlazados por unidad y, a la vez, las unidades pueden seguirse se-gún el orden planteado en el libro u organizarse según un itinerario de acuerdo a las necesidades de cada institución.

Cada encuentro invita a transitar recorridos por medio de las siguientes secciones:

Empezamos juntos (1.er ciclo)

Entremos en tema (2.o ciclo)

Primera aproximación: se empieza con una experiencia vital relevante para los niños. Es una instancia de relevamiento de saberes previos y conocimientos intuitivos y de construcción de hipótesis.

Conocemos más (1.er ciclo)

Profundicemos juntos (2.o ciclo)

Profundización: se propone ir más allá de uno mismo y mirar hacia el entorno, a partir de actividades que invitan a profundizar en la comprensión de la experiencia vital y a describir cómo la vive cada uno, el grupo y la comunidad.

Escuchamos la Palabra (1.er ciclo)

Dialogamos con la Palabra (2.o ciclo)

Anuncio desde un texto bíblico. Conceptualización. Presentación de fuentes (relato bíblico adaptado o lectura de la Biblia) por medio de actividades de comprensión lectora, búsqueda y profundización.

Fundamentación del proyecto

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Miramos más allá

Apropiación: invita a la construcción de una respuesta de vida a partir de las he-rramientas que nos brinda la religión. Es un momento de transferencia y de acción concreta sobre la comunidad junto con las familias.

Al cierre de cada unidad se presentan actividades de lectura y reflexión de la Palabra de Dios, oraciones y cantos.

En segundo ciclo se presentan, además, actividades que facilitan la integración y la síntesis de los contenidos.

Fundamentación del proyecto

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¿Qué encontrarás en los libros de la serie “Camino a Betania”?

Las actividades se indican con íconos que invitan a interactuar con otros y con la Palabra.

La serie dispone también de un cancionero que incluye las canciones presentadas en los libros de primer ciclo. Ingresar en: www.caminoabetania.com.ar.

CANTÁ

CELEBRÁ

COMPARTÍ EN CASA

CONVERSÁ

ESCRIBÍ, DIBUJÁ, PINTÁ

ESCUCHÁ

EXPRESÁ LO QUE SENTÍS

EXPLORÁ EN LA WEB

LEÉ LA CITA

LEÉ LA BIBLIA

MISIONÁ

OBSERVÁ

PENSÁ, REFLEXIONÁ

RECORTÁ Y PEGÁ

REZÁ

TRABAJÁ EN GRUPO

Fundamentación del proyecto

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Educar la espiritualidad: Experiencia humana

y Palabra de Dios en la metodología catequística

El hecho de la Revelación aporta una luz nueva a nuestra vida actual y profesamos nuestra fe usando los elementos de nuestra experiencia vital. Por un lado, la fe influye en nuestra existencia iluminándola y dándole sentido; y, por otra parte, la vida se abre a la trascendencia. En la catequesis, la fe propone el mensaje de Dios e invita a la comunión con Él, que supera toda búsqueda y expectativa humana. A la vez, la experiencia humana es cuestionada y estimulada para abrirse a un horizonte más amplio.

El principio de la interacción entre fe y vida logra que nuestra catequesis deje de ser discurso y palabra sin significación para transformarse en Palabra de Dios, que incide profundamente en la vida de los niños, llevándolos a la adhesión a la perso-na de Jesús y a su Iglesia. La catequesis es una acción eclesial y vital que guarda y transporta hacia el corazón de cada catequizando la Palabra siempre viva, la misma que pronunció Dios a través de la Encarnación de su Hijo.

El diálogo de amor eterno de Dios con la humanidad es esencialmente una peda-gogía, un modo de encontrarse y de caminar juntos. Los expertos de catequesis del CELAM, recogiendo las experiencias catequísticas de los países latinoamericanos y las nuevas situaciones y desafíos que han surgido en nuestro continente, señalan los rasgos fundamentales de la pedagogía de Dios:

“Al mirar la conducta pedagógica de Dios con Israel se destaca el hecho de que su proceder arraiga siempre en la vida concreta de las personas. Su pedagogía parte siempre de la realidad de las personas, aceptándolas, respetándolas en la origina-lidad de su vocación particular, o cuestionándolas e interpelándolas en orden a la conversión. La experiencia humana, que es el lugar privilegiado de la Revelación de Dios, constituye el medio natural en donde la fe y la vida humana se integran”1.

El método catequístico se distingue esencialmente de cualquier otro método de enseñanza porque en la catequesis es Cristo mismo el que se hace presente, y el

1 Cfr. “Catequesis en América Latina. Orientaciones comunes a la luz del Directorio General para la Catequesis”, n.º 146 y 147.

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catequista tiene que hacerse a un lado para que todos se dejen enseñar por Él. En la metodología catequística, catequista y catequizando están en relación de escu-cha. El catequista, que es discípulo de Cristo, tiene por principal misión ayudar al catequizando a escuchar a Cristo y hacerlo su discípulo, mientras él también, como discípulo misionero, sigue siempre escuchando al Maestro2.

Este carácter dialogal da un significado esencial a la relación entre experiencia hu-mana y Palabra de Dios. Entre ambas:

“debe darse una relación que, por un lado, respete la autonomía y libertad de cada una de ellas; y, por otro lado, cuente con la afirmación de fe y comprensión dogmá-tica de que existe una relación adecuada e inmanente entre ambas. Es decir que la Palabra de Dios no adviene como una realidad extraña y ajena a la experiencia hu-mana, sino que ambas se relacionan desde dentro de cada una de ellas, sin renunciar a lo que son; más aún, se relacionan siendo plenamente lo que cada una es, llegando a su plenitud en esa relación. Hasta tal punto que, en la vida de Jesús, la experiencia humana se ha convertido en la forma y en el contenido mismo de la Palabra de Dios, llevando así a la experiencia humana a su mayor sentido y plenitud. En Cristo, Jesús Palabra de Dios y experiencia humana se unen, sin confusión y sin separación”3.

Por lo tanto, la relación entre experiencia humana y Palabra de Salvación se da en una relación dinámica que, desde el punto de vista del hombre, es una experiencia en inmediatez, mediación y apertura; y por parte de la Palabra de Dios, como una Palabra que se da en la historia de tal forma que podemos decir que es la historia de la comunicación de sí mismo. Pero lo hace también dentro de una relación con la criatura, que, sin perder su gratuidad y libertad (trascendencia), se comunica y se da a la criatura desde dentro de la realidad misma y de la propia experiencia humana (inmanencia), para llevar y conducir a esa realidad y a esa experiencia humana más allá de sus propios límites y sus propias expectativas (tras-ascendencia)4.

El interrogante vital, con el cual se inicia un encuentro de catequesis, tiene una rela-ción directa con la vida cotidiana de los interlocutores. Refleja experiencias de per-sonas o de grupos cuyos contenidos están en sintonía cultural con quienes partici-pan en el encuentro. Debe interesar al grupo, ser adecuado a la edad, al ambiente

2 “El catequista une estrechamente su acción de persona responsable con la acción misteriosa de la gra-cia de Dios. La catequesis es, por esto, ejercicio de una pedagogía original de la fe” (DGC 138).3 Cfr. Cordovilla Pérez, Ángel, “Experiencia humana y Palabra de Salvación”, Madrid, Facultad de Teología de la Universidad Pontificia Comillas, 2004.4 Cfr. Cordovilla Pérez, Ángel, texto ya citado.

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y al nivel cultural y religioso de los interlocutores, o sea, debe tener una relación existencial con la situación que ellos viven. El interrogante vital ayuda a evocar una experiencia humana o a promoverla.

Los elementos constitutivos de la experiencia son: realidad o situación vivida; rea-lidad vivida intensamente; realidad pensada e interpretada; realidad expresada y objetivada y realidad transformadora.

En la experiencia se ponen íntimamente en contacto la realidad con la subjetividad de la persona. La realidad es conocida profundamente, por eso, es preciso revisar el carácter experiencial de nuestra propuesta catequística: volver a pensar al encuen-tro de catequesis como un verdadero “taller de experiencia”, en el cual el grupo pue-de calar hondo en experiencias vitales y significativas, que son luego iluminadas por la Palabra de Dios, suscitando la respuesta de la fe. Para presentar una experiencia humana se debe tener como criterio de opción su significatividad, es decir, su rela-ción con alguna actitud o vivencia profunda del ser humano, que permita conectarla con el mensaje del Evangelio. Desde la fe en Cristo, la experiencia humana puede ser purificada, completada y superada.

El lenguaje simbólico de las celebraciones, camino para educar la interioridadLa persona que vive en su interioridad más profunda, en su corazón, puede apren-der de aquello que acontece, de tal forma que estas experiencias vayan configuran-do su personalidad. En la educación, en la catequesis, en la formación del alma y del hombre entero, obra justamente aquello que ha sido asumido en su interioridad. La persona que habita y actúa desde su interior, dando respuestas acertadas a lo que la rodea, irradia y atrae a los demás hacia sí. No mediante la coacción, sino a través de la atracción. La persona humana es una unidad sustancial de cuerpo y alma5. El corazón significa la dimensión interior y más profunda del alma y, a la vez, su pro-funda e interior unión vital con el cuerpo.

Nos preguntamos si la hondura y la superficie, lo interior y lo exterior, lo oculto y lo visible, el espíritu y el cuerpo hallan en la experiencia personal de nuestros chicos la unidad indisoluble que les es propia. Afirmamos la importancia de crecer en el recurso a lo simbólico como camino de unidad entre lo espiritual y lo sensible, como vía de acceso a la interioridad.

Hoy, cuando los medios de comunicación poseen el carácter de verdaderas entidades

5 Santo Tomás de Aquino, Suma Teológica, I. C. 76, a. 1-8.

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hegemónicas, todo parece estar puesto hacia fuera, como en una gran vidriera. Los chicos parecen vivir en un zapping permanente que no les da tiempo para buscar en su interior y expresarse desde allí, desde su realidad más íntima, donde habita Dios.

No se trata de favorecer una concepción espiritualista y dualista, sino de equilibrar el “faltante” con propuestas motivadoras y reveladoras del hambre de interioridad que hoy tienen nuestros chicos. Con los adultos a veces cuesta más. Pero en los chicos, la interioridad está “a flor de piel”. Sencillamente hay que suscitarla y brota naturalmente. Porque la persona es interioridad y exterioridad.

“La persona humana tiene una dimensión espiritual, presente y profunda. Yo digo que es la firma de Dios. Es un poco la frase de San Agustín: ‘Me hiciste para ti, mi corazón no descansará hasta que descanse en ti’. En el fondo, esa inquietud exis-tencial por la búsqueda de algo más es la firma del Creador, que ha dejado el sello en cada uno de nosotros. Esa inquietud está ahí. Otra cosa es que luego eso des-emboque o derive, y ahí está la urgencia evangelizadora, en una experiencia de fe. La dimensión interior, la dimensión espiritual, está. Eso es innegable en el mismo hecho creacional”6.

Lo simbólico es el camino de reencuentro con la interioridad. Lo simbólico “achica la distancia” entre lo espiritual y lo sensible. Por lo tanto, una catequesis de lo simbóli-co no solo es más significativa, sino que también contribuye a integrar las persona-lidades de quienes la reciben. La estrategia no consiste en cargar la celebración con signos. No se trata de sobreabundar en aquellos signos que se han ido adhiriendo al lenguaje religioso y que carecen de sentido para los chicos.

No se trata de “llenar” nuestras celebraciones con signos vacíos de significado, sino de estar atentos a los significados de los chicos y ayudarlos a expresarlos a través de un objeto que los contenga. Se trata, entonces, de poner el signo al servicio del significado, y no al revés… Y como la vida siempre está llena de significados, en la búsqueda de lo simbólico habrá que partir de la vida y de los significados reales que ella ofrece.

Ana María CincuneguiSecretaria Académica del ISCA

6 Cordero, Fernando, “Entrevista a Carmen Pellicer”, Madrid, 2007.

Educar la espiritualidad

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Planificación anual

Unidades didácticas

Títulos de los encuentros Contenidos Objetivos Citas bíblicas Otras estrategias

Unidad 1

Invitados a sembrarjuntos el

Reino

Un gran proyecto

El proyecto del Reino de Dios. La vocación de Pedro. Jesús nos llama a seguirlo. Razón y misión de la Iglesia: sembrar el Reino. La iglesia como la comu-nidad de seguidores de Jesús para construir y cuidar su proyecto.

Identificar el Reino de Dios como el corazón de la misión y del proyecto de vida de Jesús.

Presentar a la comunidad eclesial como el Pueblo de Dios que, siguiendo los pasos de Jesús, siembra su Reino en el mundo y su historia.

Mt 4, 17-20Mt 10, 5-10

Escucha de textos bíblicos.

Interpretación del lenguaje audiovisual extrayendo algu-nas ideas fundamentales.

Invitados a una gran tarea

La necesidad de or-ganización. La estruc-tura y jerarquías de la Iglesia. Los ministerios y las responsabilidades. La vocación misionera de la Iglesia. La aper-tura de la Iglesia. La diversidad del Pueblo de Dios. La presencia actual de la Iglesia en el mundo. Testimonios de fe y compromiso.

Reconocer la necesidad de organización de la Iglesia Pueblo de Dios para orde-nar su presencia y acción en todo el mundo.

Favorecer la participación activa de los niños en la vida de la iglesia local.

1 Cor 12, 12-26

1 Cor 4-11

Descubrimiento de la respon-sabilidad de todos en la mar-cha en grupo e identificándo-nos como Pueblo de Dios.

Celebración

Empezamos el año con Dios

Celebramos y compar-timos con alegría ser parte de la Iglesia.

Formar parte de la Iglesia para sembrar y construir el Reino de Dios.

Canción: El Dios de la

Vida

Dinámicas de interacción grupal.

Expresión de ideas y sen-timientos con distintos lenguajes.

Planificación anual

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Planificación anual

Unidades didácticas

Títulos de los encuentros Contenidos Objetivos Citas bíblicas Otras estrategias

Unidad 2

El amor es la clave

El amor más grande

El mandamiento prin-cipal del nuevo Reino: el amor.

Amor a Dios y amor al prójimo. Amor y com-promiso social.

Reconocer en el amor el corazón del mensaje de Jesús y la clave para cons-truir el Reino de Dios.

Reflexionar sobre la im-portancia del amor en el ser humano, descubriendo que atraviesa todas sus dimensiones y lo constitu-ye como tal.

Presentar al Amor como la esencia misma de Dios se-gún la tradición cristiana.

Jn 13, 33-351 Jn 4, 7-11

Comparación de los Mandamientos con las bienaventuranzas.

Reconocimiento de los valo-res del Reino en la sociedad actual.

¡Seguir a Jesús nos cambia la

vida!

Vida nueva: la con-versión de Pedro y de Pablo y un nuevo seguimiento.

Aceptar la invitación de Jesús a seguirlo trans-forma nuestra vida y nos hace más plenos.

Hch 9, 5-7Hch 9, 1-9 Hch 13,9

Presentación de modelos de vida comprometida y de san-tidad (especialmente modelos juveniles).

Autoanálisis: repaso de las actitudes frente a la vida.

Celebración

¡Queremos cele-brar el amor!

Agradecemos a Jesús la ayuda en descubrir que el amor se vive concretamente.

Compartir que el amor de Dios no es simple senti-miento, sino que todo lo perdona, acepta y respeta.

1 Jn 4, 20-21Cita de

Francisco i

Descubrimiento de paralelis-mos entre los hechos evangé-licos y la vida de cada día.

Comunicación al grupo de las propias carencias y limitacio-nes, expresiones, etc.

20 Amigos para el encuentro 4

Planificación anual

Unidades didácticas

Títulos de los encuentros Contenidos Objetivos Citas bíblicas Otras estrategias

Unidad 3

Las bien-aventuran-

zas: proyecto y camino a la vida en plenitud

Invitados a ser felices

Las bienaventuran-zas del sermón de la montaña. La felicidad verdadera y una alegría profunda. Jesús como modelo y camino de vida. El premio de la amistad.

Presentar las bienaven-turanzas de Jesús como camino para construir el Reino y vivir plenamente.

Reflexionar en el sentido profundo de la vocación humana a la felicidad y confrontar la propuesta de Jesús con el modelo que propone la sociedad actual.

Mt 5, 1-12Lc 6, 20-23

Interpretación de mensajes audiovisuales.

Lectura y diálogo sobre las bienaventuranzas I.

Un proyecto en construcción

Bienaventuranzas y Reino de Dios. Dimensión histórica del Reino de Dios. La personalidad de Jesús. Características de un cristiano.

Revisar nuestra vida de fe y nuestras acciones cotidianas a la luz de las bienaventuranzas.

Mt 9, 2Mt 11, 29

Mt 27, 29-31Mc 14, 34 Jn 14, 27

Puesta en común. Conclusiones grupales me-diante el diálogo.Lectura y diálogo sobre las bienaventuranzas II.

Celebración

¡Celebremos juntos: María

nos ayuda a ser felices!

Recibimos el deseo de Jesús: ser felices.

Comprender que Jesús nos deja a su Madre para que nos acompañe.

Lc 1, 46-56

Participación en las celebraciones en reverencia a nuestra Madre María.

Iniciación en un nivel de ora-ción más profundo.

Guía para el catequista 21

Planificación anual

Unidades didácticas

Títulos de los encuentros Contenidos Objetivos Citas bíblicas Otras estrategias

Unidad 4

La reconci-

liación: un abrazo que

perdona

Dios nos hizo libres

La libertad humana. Reconocer nuestras faltas de amor. El pecado. Alejamiento de Dios. Para vivir en plenitud hay que pre-pararse. Dios siempre quiere perdonarnos. Tenemos un Dios al que siempre podemos volver.

Descubrir en la libertad humana una dimensión constitutiva del ser y reco-nocerla como un regalo de Dios ante el cual hemos de ser responsables.

Identificar al pecado como el mal uso consciente de la libertad.

Lc 19, 1-10Jn 8, 1-11

Expresión gráfica de mensajes referidos al pecado.

Diferenciar actitudes positivas de las negativas y graficarlas.

Puesta en común.

Jesús nos enseña a pedir perdón

El sacramento de la Reconciliación. Dios, como un amigo incon-dicional, nos regala siempre su perdón.

Reconocer el amor y el perdón infinito de Dios, que siempre nos da otra oportunidad.

Presentar y acercar a los alumnos al sacramento de la Reconciliación, que pro-pone la Iglesia como signo del abrazo de Dios.

Lc 15, 8-10Lc 15, 1-9

Jn 20, 22-23

Estimular a los chicos a es-cribir en una hoja: ¿por qué cosas le quieren pedir a Dios que los perdone?

Puesta en común.

Celebración

Un Padre con los brazos abiertos

Celebramos el amor misericordioso de Dios.

Aprender a perdonar y a ser perdonados. Lc 15, 11-32

Escuchar y dramatizar la can-ción del Perdón.

Solicitar a los niños que escri-ban mensajes de reconcilia-ción sobre el altar.

Buscar al sacerdote de la pa-rroquia para reconciliarse.

22 Amigos para el encuentro 4

Planificación anual

Unidades didácticas

Títulos de los encuentros Contenidos Objetivos Citas bíblicas Otras estrategias

Unidad 5

Comparti-mos el amor

y la fe en Jesús

¡Qué lindo es dar!

La alegría del compar-tir. La solidaridad. La presencia de Dios en el compartir con los demás. Compartir nos hace hermanos. La Eucaristía. Institución de la Eucaristía. Adoración Eucarística.

Descubrir la presencia de Jesús en la alegría de compartir la vida con los demás, valorando la Eucaristía como celebra-ción de esta experiencia.

Presentar y promover los valores del compartir y de la solidaridad para que los alumnos los asuman como parte de su estilo de vida.

1 Jn 4, 12Mt 18, 19-20

1 Cor 11, 23-26

Expresión gráfica de mensajes referidos a la necesidad de ayudar, de compartir y de ser solidarios.

Celebramos la fiesta de Jesús

La misa como: fiesta (4.º), misterio pascual: muerte y resurrección (5.º), culmen y fuente de la fe.a) La misa y sus partes; b) Todos estamos invitados; c) La mesa común;d) Mi comunidad: venimos de distintos lugares, tenemosdistintas familias, so-mos distintos;e) Ponemos todo lo que somos y lo que hacemos.El mensaje de Emaús. Apariciones de Jesús resucitado.

Presentar la celebración de la misa como oportu-nidad de compartir con la comunidad la alegría de seguir a Jesús.

Profundizar en la estruc-tura general y en algunos gestos centrales de la celebración de la misa.

Lc 24, 13-27Lc 24, 28-35

Observación e identificación de los símbolos propios de un tiempo litúrgico.

Participación en las activida-des “especiales” de cada tiem-po litúrgico (Belén viviente, acto penitencial, retiros, etc.).

Celebración

Compartimos la fe en Jesús

Somos todos herma-nos por haber recibido la fe en Jesús.

Reunir en comunidad para compartir y celebrar nues-tra Fe.

Gal 3, 25-27Lc 17, 5-6

Participación en las celebra-ciones mediante diferen-tes manifestaciones de fe expresadas a través de los sentimientos.

Guía para el catequista 23

Planificación anual

Unidades didácticas

Títulos de los encuentros Contenidos Objetivos Citas bíblicas Otras estrategias

Unidad 6

Seguimos y anunciamos sus huellas

Sal y Luz para el mundo

Llamados a ser “Sal y luz para el mundo”. Llamados a amar a los que nadie ama. Introducción a la di-mensión comunitaria del Reino.

Invitar a comunicar a los demás el mensaje de vida en abundancia de Jesús comprometiéndonos a ser testimonio de su amor.

Jn 8, 1-12Mt 5, 13-16

Cita de la Madre

Teresa

Expresión gráfica de mensajes cristianos.

Ubicación de secuencias tem-porales con gráficos e imáge-nes producidos por los niños sobre los testimonios que manifiestan la vida personal de Jesús.

¡Seguimos a Jesús en

comunidad!

Primera comunidad cristiana. El modelo de la primera Iglesia: Hechos y Cartas de San Pablo. Dimensión comunitaria del Reino de Dios. Voluntariado. Justicia y Paz.

Descubrir la dimensión festiva y comunitaria de la fe cristiana como ras-go distintivo de nuestra comunidad.

Conocer y valorar la vida de las primeras comunida-des cristianas aprendiendo cómo vivían, anunciaban y sembraban el mensaje de Jesús.

Hch 4, 32Hch 2, 42-47

Mt 5, 6

Escucha de textos bíblicos.

Dramatización de textos bíblicos.

Celebración

¡Agradecer un año más!

Compartimos juntos las oraciones, la fe y la vida.

Agradecer todo lo que Jesús nos enseña para ser más unidos y poder refle-jar el amor en las peque-ñas cosas.

Canción: Tenemos

tanto

Lectura de videos relaciona-dos con el tema.

Autoanálisis: repaso de actitu-des de agradecimiento frente a la vida.

Orientaciones didácticas

UNIDAD

24 AMIGOS PARA EL ENCUENTRO 4

Invitados a sembrar juntos el Reino

Presentación

La primera unidad presenta la construcción del Reino de Dios en la historia como la tarea a la que nos llama Jesús, la cual constituye la razón de ser y la misión principal de la Iglesia. En continuidad con el libro anterior de la serie, las actividades se focalizan en la centralidad del Reino de Dios, pero en este libro conducen hacia la necesidad de organización de la comunidad eclesial para sembrarlo en el mundo. Al mismo tiempo, se ayuda a descubrir la importancia de la participación en la Iglesia para seguir las huellas de Jesús.

Objetivos

• Identificar el Reino de Dios como el corazón de la misión y del proyecto de vida de Jesús.• Presentar a la comunidad eclesial como el Pueblo de Dios que, siguiendo los pasos de Jesús,

siembra su Reino en el mundo y su historia.• Reconocer la necesidad de la organización estructural de la Iglesia Pueblo de Dios para ordenar

su presencia y acción en todo el mundo.• Favorecer la participación activa de los niños en la vida de la Iglesia local.

Espiritualidad del catequista

Para nutrir tu espiritualidad, en esta primera unidad te proponemos escuchar la canción Cuídame, de Pedro Guerra y Jorge Drexler, que podés encontrar en el siguiente link: bit.ly/GD4betania24. Es una canción que nos invita a reflexionar, en el comienzo del año escolar, sobre nuestro lugar y nuestra tarea en la construcción del Reino: contemplar y cuidar la vida que crece.Como ejercicio, luego de escuchar la canción propuesta, podés responder estas preguntas: ¿qué creés que es más urgente cuidar hoy en nuestros niños y adolescentes?, ¿qué podemos ayudar a cuidar en nuestros encuentros de catequesis?, ¿qué recaudos y acciones podemos considerar para cuidar la fragilidad de los alumnos que Dios puso en tus manos?

La unidad paso a paso

A partir de actividades de recuperación de saberes previos, la unidad rescata el tema del Reino de Dios, y en esta oportunidad lo aborda desde la idea de “proyecto”. En diálogo con la Palabra, se recuerda la invitación de Jesús a formar parte de su gran proyecto de vida digna y plena para todos, que es el Reino de Dios. En segundo lugar, observando y analizando los distintos proyectos de los que formamos parte, el segundo encuentro conduce a la necesidad de organización, preparación

UNIDAD

1

Orientaciones didácticas

25GUÍA PARA EL CATEQUISTA

y planificación de los seguidores de Jesús para la concreción de esos proyectos. En este caso, se propone, atendiendo a la propia comunidad local, conocer la organización de la Iglesia para cumplir su misión en la Tierra.Los principales conceptos trabajados en la unidad son:• Vocación misionera• Iglesia Pueblo de Dios• Misión de Iglesia• Organización y estructura de la Iglesia• Testigos del Reino

Algunas aclaraciones

• La página 18 deja bien en claro el mensaje de esta primera unidad: “Sin Jesús ni el Espíritu Santo no hay Iglesia”. La razón de ser de la Iglesia es seguir a Jesús, parecerse a él, continuar su proyecto. Nada de personalismos, ni de caprichos de unos pocos. La Iglesia está para servir o no sirve para nada. Es importante que los niños aprendan esto para que su participación en la comunidad nos dé el aire fresco (y evangélico) que muchas veces necesita la Iglesia.

• En sus muchas cartas, San Pablo (Corintios, Romanos, etcétera) acostumbraba a comparar a la comunidad cristiana que se iba gestando con la imagen de un cuerpo, donde cada parte tenía su función dentro del propósito general, que era construir el Reino de Dios. Con esto resalta la diversidad que quiere vivir la Iglesia y el importante papel que cumple cada uno. Un cuerpo con distintas partes y órganos, pero unidos por y en Jesucristo.

• La unidad deja asentado que en el proyecto del Reino de Dios los pobres han de tener un lugar central. Los obispos latinoamericanos han llamado a esta prioridad “Opción preferencial por los pobres”. El Reino de Dios y la opción por los pobres, y en especial por los empobrecidos, ha de ser el corazón de la Iglesia. El Reino de Dios no excluye a nadie, pero en el centro han de estar siempre los pequeños, los más frágiles y vulnerables, porque son los que más lo necesitan.

Antes de los encuentros

• No olvides recordarles a los niños que lleven la Biblia a cada encuentro de catequesis.• Se puede comenzar a trabajar esta unidad reconociendo a los personajes de la historieta de las

páginas 8 y 9.• Preparar con antelación el canto de la página 12.• Con anticipación, dar como tarea la actividad de la encuesta de la página 14.

Durante los encuentros

• Es conveniente relacionar la lectura de la página 12 con la historieta de apertura en relación con el encargo misionero de Jesús a sus discípulos.

• Para comprender el gusto de Jesús por el mar del que se habla en la página 13, podés revisar el mapa que figura en los recursos al final del libro.

• En la página 17 se puede conversar sobre el significado de la expresión “una casa de puertas abiertas”, en referencia a la Iglesia.

AMIGOS PARA EL ENCUENTRO 426

Orientaciones didácticas

• Para acompañar la lectura de la página 18, podés utilizar los recursos que figuran en los fotoco-piables al final de esta guía.

• Encarar el trabajo de la lectura de la página 19 como un trabajo personal de reflexión. • Para comprender mejor el mensaje de Francisco de la página 20, será conveniente transmitir el

significado del término “diócesis”.

Después de los encuentros

• Luego de trabajar el Reino de Dios en la página 11, podés organizar una convocatoria de proyec-tos para que los niños presenten a la institución.

• Las fotos solicitadas a la familia en la página 15 pueden pegarse en el afiche que confeccionaron en la página anterior.

• Luego de trabajar la página 18, para poner de manifiesto la diversidad que se vive en la Iglesia podés proponerles a los niños que compartan sus distintas experiencias, para que no se queden únicamente con su propia percepción.

• Para graficar el texto de la página 19, podés llevar un entretejido de lanas para que los alumnos vean la belleza de la unión.

• En la página 21 aparece la figura de Ceferino Namuncurá. Podés invitarlos a indagar acerca de su historia, ya que seguramente resulte atrapante para ellos.

Orientaciones para la celebración

En este primer espacio de celebración queremos poner en las manos de Dios este año que tene-mos por delante. Te resaltamos dos aspectos del momento para que tengas en cuenta:• El hecho de que los niños tengan sus momentos para pensar, proyectar y ponerse metas y obje-

tivos en un contexto de oración favorece que sientan que su relación con Dios no pasa solo por el templo o por la clase de catequesis, sino por todas sus actividades y proyectos.

• La importancia de rezar por otros reforzará la dimensión comunitaria de la fe que atraviesa todo el libro.

Recursos

• El segundo encuentro muestra la diversidad que queremos vivir en la Iglesia: “un pueblo con muchos rostros”, como dice el papa Francisco. Para trabajar sobre la aceptación e integración de todas las personas, te proponemos escuchar la canción Somos uno, de los cantantes Axel y Abel Pintos. La letra habla de la dignidad y de la igualdad de todas las personas a pesar de nuestras diferencias, y nos invita a reconocer lo bueno de cada uno. Podés escucharla con los alumnos a través del siguiente link: bit.ly/GD4betania26.

• Louis-Joseph Lebret escribió la oración “Envíanos locos”. Con un lenguaje simpático y atractivo (como el “hagan lío” de Francisco, que aparece en la página 20) reza a Dios que nos ayude a ani-marnos a construir juntos el Reino de Dios. El autor habla de la “locura” de seguir a Jesús, hacien-do referencia a que para ello se necesita un gran valor, más allá de las comodidades y egoísmos que a veces nos ofrece la sociedad actual. La oración comienza diciendo:

Orientaciones didácticas

GUÍA PARA EL CATEQUISTA 27

 “¡Oh, Dios! Envíanos locos de los que se comprometen a fondo, de los que se olvidan de sí mismos, de los que aman con algo más que con palabras, de los que entregan su vida de verdad y hasta el fin”.

 Podés encontrar la oración completa en: bit.ly/GD4betania26b.

Lecturas relacionadas

En las diversas cartas de Pablo encontramos muchos consejos para fomentar y mantener unidas a las distintas comunidades cristianas que se iban formando en torno a los apóstoles y sus testimo-nios. Se trata de cartas breves, de fácil lectura, sobre las que podés reflexionar y aprovechar para el trabajo con los niños.Además de las lecturas bíblicas que propone el libro, te recomendamos que trabajes o tengas en cuenta Mt 16, 13-20: “… tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia…”. Muchos consi-deran este fragmento como la fundación de la Iglesia de Jesús. A través de Pedro, Jesús desea que toda la humanidad se organice para continuar su misión en la Tierra.

Orientaciones didácticas

UNIDAD

28 AMIGOS PARA EL ENCUENTRO 4

El amor es la clave

UNIDAD

2

Presentación

La segunda unidad busca presentar el sentido profundo del amor cristiano que nos enseña Jesús y cómo su acogida nos transforma la vida. La experiencia fundamental del amor es comprendida como el corazón del mensaje de Jesús y como la clave principal para la construcción de su proyecto, el Reino de Dios. De este modo, los cristianos son presentados como los que creen en ese amor y los que se dejan transformar por ese amor.

Objetivos

• Reflexionar sobre la importancia del amor en el ser humano, destacando que atraviesa todas sus dimensiones y lo constituye como tal.

• Reconocer en el amor el corazón del mensaje de Jesús y el motor para construir el Reino de Dios.• Presentar al amor como la esencia misma de Dios, según la tradición cristiana.• Descubrir que la invitación de Jesús a seguirlo transforma nuestra vida y nos hace más plenos.

Espiritualidad del catequista

El amor es el motor y el sentido de nuestra vida. Pero este amor que nos enseña Jesús no es un amor sentimental. No es ese amor caprichoso e irracional que vemos en las novelas. El amor real es el amor de respuestas, de opciones concretas; un amor que acepta oscuridades y carga cruces. Para ayudarte a reflexionar sobre este amor verdadero te invitamos a escuchar y meditar sobre la can-ción En mi Getsemaní, de Eduardo Meana, que podés escuchar en el siguiente link: bit.ly/GD4betania28. Luego de escucharla, podés tomarte un tiempo para meditar respondiendo estas preguntas: ¿es el amor el motor de tus decisiones y de tus opciones? ¿Creés sinceramente que el amor puede superar el miedo y hacerte levantar de las caídas? ¿Estás convencido de que el amor es la clave del Reino y lo que necesita la sociedad para ser más justa y fraterna?

La unidad paso a paso

Partiendo del uso cotidiano del término amor, la unidad profundiza su significado más profundo y conecta esta cuestión humana fundamental con el Mandamiento Nuevo, que les deja Jesús a sus discípulos. Apoyados en la revelación bíblica, con la primera carta de Juan descubrimos que no solo el amor proviene de Dios, sino que él mismo es puro amor, y con ayuda de la carta de Pablo a los Corintios profundizaremos en las características de ese verdadero amor. Luego, tomando como paradigma la conversión de San Pablo, se trabaja cómo abrirse, desde las pequeñas cosas hasta las grandes decisiones, a ese amor que nos cambia la vida.Los principales conceptos trabajados en la unidad son:

Orientaciones didácticas

29GUÍA PARA EL CATEQUISTA

• El mandamiento nuevo• Dios es amor• Conversión y vida nueva• San Pablo

Algunas aclaraciones

• En el tercer encuentro se trabaja la expresión “Dios es amor” (1 Jn 4, 16). Esta expresión es el corazón de la fe cristiana, el centro de aquello en lo que creemos. No se trata solo de la confianza plena en Dios, propia de la fe judía, sino que el centro del cristianismo es una relación de amor con Dios. Por amor Dios envió a su hijo; con amor Él vivió entre nosotros haciendo el bien y donó su vida; en su amor viviremos en verdadera plenitud.

• Sin embargo, la Revelación de Dios, para el cristianismo, no termina allí. Jesús les insistió a sus discípulos en que no separaran el amor a Dios del amor al hermano (Mc 12, 21s). Esto significa que nuestra relación con Dios ha de pasar necesariamente por la relación con los demás. Solo quien ama a su hermano puede afirmar que ama a Dios (1 Jn 4, 8-20). En el amor y el cuidado del prójimo encontramos el verdadero camino a Dios.

• En el cuarto encuentro se aborda el tema de la “conversión”. Este término designaba a las personas que, provenientes de otras religiones (o paganos), aceptaban la predicación de los apóstoles y misio-neros y, mediante el Bautismo, ingresaban a la comunidad cristiana. Sin embargo, también podemos hablar de pequeñas, aunque no menos importantes, conversiones cotidianas. En nuestra vida, aun siendo ya cristianos, necesitamos siempre convertirnos al Evangelio nuevamente. Día a día tenemos que transformar nuestra mirada, que se deja llevar por las apariencias, por la mirada de Jesús.

Antes de los encuentros

• La lectura de la página 29 es un texto central que necesita un trabajo lento, con atención y dedi-cación. Asegurate de disponer de la tranquilidad de la clase completa para abordarlo y no tener que apurarlo o dividirlo. Es una lectura muy importante, que requiere una preparación especial.

• Conseguir y ensayar el canto de la página 37: Hey, que haces nuevas todas las cosas.• Preparar con anticipación los materiales necesarios para la celebración (cartulina, regla, tijera,

lapiceras, etcétera).

Durante los encuentros

• Para profundizar en las actividades de la página 26, buscá en el diccionario, en Internet y otras fuentes de información la definición del término amor.

• En la misma página 26 podés poner como ejemplo la canción All you need is love (“Todo lo que necesitas es amor”), y contar su historia y su gran éxito.

• En la página 28 proponerles a los niños que piensen entre todos qué otras características le agre-garían al amor de Dios.

• En la página 30 inducir la conexión entre la frase “jugarse por los demás”, que aparece en la aper-tura, y el texto del cartel “no hay amor más grande que dar la vida”.

• Para ilustrar más la historia de San Pablo podés buscar un video sobre su vida para proyectarles a los niños.

Orientaciones didácticas

AMIGOS PARA EL ENCUENTRO30

Después de los encuentros

• Para motivar el trabajo del primer encuentro, pediles a los alumnos que inventen un cuento en el que alguien “se juegue por otro”. Luego, podés proponerles que los compartan en voz alta para que todos los escuchen y voten el que más les haya gustado.

• Seleccionar una frase del himno al amor de la página 31 y que los niños confeccionen un seña-lador personalizado para regalarle a un compañero.

• En la página 36, luego de corregir todas las notas periodísticas sobre San Agustín, podés selec-cionar las que consideres mejores y compartirlas con todos los alumnos.

• Luego del trabajo del cuarto encuentro, armá en la clase una lista de sinónimos del verbo convertir, para facilitar la comprensión y la memorización.

• Traducir en acciones concretas el dicho “ama a tu prójimo como a ti mismo”, y anotarlas en el recortable de fin de esta guía.

Orientaciones para la celebración

En la celebración de esta unidad se agradece por haber recibido el amor incondicional de Dios y se pide que ese amor nos siga iluminando. Te señalamos algunos elementos importantes del mo-mento para que tengas en cuenta: • En todas las personas, pero especialmente en los niños, los signos y gestos gráficos tienen una

importancia fundamental. En este caso, la cartulina con la palabra amor ayuda, por su impacto visual, a retener lo central de la unidad y a tenerlo presente en toda la celebración.

• Sin restarle valor a la fuerza de la oración de petición, es importante también que los alumnos crezcan siendo agradecidos del regalo de la vida, para que alimenten una relación más sana y no utilitaria con Dios.

Recursos

• Para fortalecer tu formación te invitamos a leer la encíclica Deus caritas est (Dios es amor), pre-sentada por Benedicto xvi en 2005, sobre el amor, corazón de la fe cristiana. Podés encontrarla en el siguiente link: bit.ly/GD4betania30.

• La canción popular Milagro de amor, del cantante argentino Jorge Rojas, le canta a un amor tan especial, personal e incondicional que nos puede hacer pensar en el amor del mismo Dios. La alegría de su melodía puede motivar el trabajo con los niños para los temas de esta unidad. Podés escucharla en el siguiente link: bit.ly/GD4betania30b.

Lecturas relacionadas

La primera carta de Juan, escrita a fines del siglo i d. C., es un verdadero resumen didáctico de la fe cristiana, que comunica lo esencial del mensaje y la experiencia de Jesús. Es una carta directa, de lenguaje sencillo, que podés utilizar con los alumnos para fijar los contenidos del tercer encuentro. Además de las lecturas bíblicas que propone el libro, te recomendamos que trabajes o tengas en cuenta Rom 8, 31-37: “¿Quién nos separará del amor de Cristo?”. Este pasaje de la carta de Pablo a los Romanos resalta, en un lenguaje casi poético, la fuerza del amor de Dios que, a través de Jesucristo, está siempre con nosotros. Una fuerza que no se basa en grandes apariciones sobrena-turales sino en su incondicionalidad, que vence todas las barreras de los hombres.

Orientaciones didácticasOrientaciones didácticas

31GUÍA PARA EL CATEQUISTA

UNIDAD

3 Las bienaventuranzas: proyecto y camino a la vida en plenitud

Presentación

La tercera unidad presenta las bienaventuranzas de Jesús, predicadas en el sermón de la montaña, como las "pistas" para alcanzar esa vida en plenitud que late en cada ser humano y que Dios nos regala.

Objetivos

• Reflexionar en el sentido profundo de la vocación humana a la felicidad, confrontando la propues-ta de Jesús con el modelo que propone la sociedad actual.

• Presentar las bienaventuranzas de Jesús como el camino personal y comunitario para construir el Reino y vivir plenamente.

• Revisar nuestra vida de fe y nuestras acciones cotidianas a la luz de las bienaventuranzas.

Espiritualidad del catequista

Todas las personas deseamos y buscamos una vida cada vez mejor. Las bienaventuranzas son el camino que nos señala Jesús para alcanzar esa verdadera vida en plenitud. Muchas veces imaginamos una vida sin problemas y donde todo sea fácil. Pero la vida en plenitud que nos ofrece Jesús no es de ese tipo. Es aprender a hacernos cargo de nuestra propia existencia, aceptar la realidad y mirarla con amor, fe y esperanza. Tratá de reflexionar un momento con esta pregunta: ¿tenés en tu corazón la humildad de aceptar que “solo Dios basta”, como dice Santa Teresa de Jesús, o seguís dependiendo de cosas pasajeras que nunca completan tu vida?

La unidad paso a paso

En primer lugar, la unidad, a partir de un trabajo personal de auto-observación, ahonda en la voca-ción de todo hombre a ser feliz y a buscar su vida plena. Luego, relaciona ese anhelo del ser humano con el deseo de Dios para cada uno de nosotros. En ese contexto, las bienaventuranzas son pre-sentadas como “pistas”, “secretos”, “consejos”, “el camino” para construir entre todos esa vida digna y plena, que es el proyecto del Reino de Dios. Se enfatiza en las buenaventuras como guía de una vida cristiana y en la dimensión temporal de la construcción cotidiana del Reino.Los principales conceptos trabajados en la unidad son:• La alegría y la felicidad verdaderas• Vida plena• Las bienaventuranzas• Jesús como modelo a seguir• Dimensión histórica del Reino

AMIGOS PARA EL ENCUENTRO 432

Orientaciones didácticas

Algunas aclaraciones

• La vida y los mensajes de Jesús recogidos en los Evangelios están llenos de referencias y búsque-das de una vida feliz. Pero Jesús hablaba, y nos sigue hablando hoy, de un ideal de felicidad que es diferente al de su época. Su predicación y, sobre todo, su vida nos proponen nuevos criterios, distintos a los convencionales, que nos presenta la sociedad. Frente a un modelo individualista ba-sado muchas veces en la acumulación material, el Evangelio nos invita a una felicidad que incluye y se preocupa por los otros, a la que le alcanza con el regalo mismo de la vida, que es un milagro.

• El eje de esta unidad son las bienaventuranzas pronunciadas por Jesús en el conocido sermón de la montaña. Con un mensaje claro y directo, Jesús describe el “mapa” para alcanzar esa felicidad tan ansiada por el hombre y para estar cerca de Dios. Las bienaventuranzas son una hoja de ruta que nos indica cuál ha de ser el programa a seguir. No contienen instrucciones o prescripciones precisas, sino orientaciones, direcciones de por dónde debe pasar nuestra vida y nuestro com-promiso cristiano: los pobres, la justicia, la paz, la compasión, el perdón y el testimonio diario.

• En la página 53 encontramos una indicación de Jesús a sus amigos, los apóstoles, que resuena todavía en nuestras comunidades: “En el amor que se tengan unos a otros reconocerán que son mis discípulos”. Esta frase resume la identidad del cristiano. Lo distintivo y propio de la co-munidad cristiana no son sus costumbres o maneras de organizarse. Anterior a toda cuestión derivada, lo principal es el amor que nos tengamos entre nosotros, que nos relacionemos entre nosotros con amor.

Antes de los encuentros

• Observando los cuadros de la página de apertura, se puede iniciar el diálogo con los niños, pre-guntando: ¿cómo describirían a Juana según la historieta?, ¿qué características tiene?

• Pediles a los niños que lleven a la clase una foto personal para ilustrar los momentos de felicidad de los que se habla en la página 42.

• Para agregar a los de la página 47, solicitarles a los alumnos que lleven a la clase el nombre y la historia de una persona que haya vivido las bienaventuranzas.

• Será necesario prever el tiempo y el espacio necesarios para las dramatizaciones propuestas en la página 49. Estas actividades suelen requerir buena organización para que se desarrollen co-rrectamente y puedan aprovecharse.

Durante los encuentros

• Antes de comenzar el trabajo de la página 44, pediles a tus alumnos que hagan una lista de los grupos de personas que creen que son felices y por qué. Luego, al final de esta página, pediles que comparen su lista con la que armó Jesús en las bienaventuranzas.

• Observando la imagen de la página 45 que representa el sermón de la montaña, podés pregun-tarles a los niños: ¿cuál es la expresión y la reacción de las personas que escuchaban a Jesús?, ¿por qué?

• En la ilustración de la página 48, el amor representa el cemento que une los ladrillos que cons-truyen el Reino de Dios. Podés aprovechar para relacionar el tema con los contenidos de la uni-dad anterior para que los alumnos vayan integrando y relacionando los saberes.

Orientaciones didácticas

GUÍA PARA EL CATEQUISTA 33

• Para dinamizar el encuentro, podés distribuir en grupos el trabajo bíblico de la página 50 y luego compartir las búsquedas.

Después de los encuentros

• Proponeles a los alumnos hacer en la carpeta las “actualizaciones” o “concreciones” de cada bienaventuranza. Esto los ayudará a ponerlas en práctica.

• Una vez finalizado el quinto encuentro, invitá a los alumnos a realizar un cuadro comparando la felicidad que propone la sociedad actual, basada en el consumo, con el modelo de felicidad al que nos invita Jesús.

• Proponeles a los niños que fabriquen sus propios carnets de identidad cristiana reales como el que se presenta en la página 53, y colgárselos como prendedores. Pueden agregarles alguna frase o cita que les guste.

Orientaciones para la celebración

La tercera unidad busca fortalecer nuestro lazo con María, madre de Dios y madre nuestra, para que aprendamos de ella a vivir las bienaventuranzas de Jesús.Para que la celebración se lleve a cabo lo mejor posible, será importante preparar: • Corazones de cartulina para que los niños escriban.• Útiles para escribir y decorar el corazón.• Un cartel o papel afiche sobre una mesa para colocar los corazones.• Ensayar los dos cantos que propone la celebración.• Identificar la lectura propuesta y las intenciones.

Recursos

• En el siguiente link del canal oficial del Vaticano en castellano podés encontrar videos breves de las homilías del Papa, transmisiones en directo de las principales celebraciones e informaciones recientes de la Santa Sede: bit.ly/GD4betania33.

• Para acompañar la formación del catequista sobre los contenidos de esta unidad, recomendamos el siguiente libro: Jesús de Nazaret. Aproximación cordial, vivencial y creyente desde los pobres, del padre Jesús Olmedo.

Lecturas relacionadas

El quinto encuentro menciona las dos versiones de las bienaventuranzas: las de Mateo y las de Lucas. Ambos textos son paralelos pero no contrapuestos, sino complementarios. Hemos optado por la versión de Mateo por ser más completa y compatible con los niños. Por su parte, Lucas es más radical en su texto, y agrega “malaventuranzas” que confirman el mismo mensaje, advirtiendo algunos peligros y tentaciones.Además de las lecturas bíblicas que propone el libro, te recomendamos que trabajes o tengas en cuenta Jn 20, 24-31: “Felices los que crean sin haber visto”. Esta aparición y diálogo de Jesús re-sucitado con un Tomás incrédulo y desconfiado termina, según el relato de Juan, con una última “pista” de Jesús para la vida plena. A las bienaventuranzas ya trabajadas se puede sumar esta últi-ma, que nos llama a confiar en la presencia oculta pero incondicional de Dios.

Orientaciones didácticas

UNIDAD

34 AMIGOS PARA EL ENCUENTRO 4

La reconciliación: un abrazo que perdona

UNIDAD

4

Presentación

El tema central de esta unidad es la misericordia de Dios, capaz de perdonar nuestro mal uso del regalo de la libertad y nuestras faltas de amor al prójimo. La reconciliación con Dios, junto con el amor, la felicidad y luego la Eucaristía (unidades 2, 3 y 4, respectivamente) es otro de los ejes con que se aborda el proyecto del Reino de Dios, que es presentado como proyecto de vida en pleni-tud. Todo el trabajo teórico desemboca finalmente en una invitación a la reflexión personal sobre la propia vida para la reconciliación con Jesús.

Objetivos

• Descubrir en la libertad humana una dimensión constitutiva de su ser, y reconocerla como un regalo de Dios ante el cual debemos ser responsables.

• Identificar al pecado como el mal uso consciente de la libertad.• Reconocer el amor y el perdón infinito de Dios por nosotros, y que siempre nos da otra oportunidad.• Presentar y acercar a los alumnos al sacramento de la Reconciliación, que propone la Iglesia como

signo del abrazo de Dios.

Espiritualidad del catequista

Esta unidad nos recuerda la importancia de reconciliarnos con Dios, con los demás y con nosotros mismos. Para ayudarte a reconciliarte, en este caso te proponemos, como preparación, reflexionar sobre el encuentro de Jesús con la samarita (Jn 4, 1-25). Un encuentro en la frontera del territorio, pero también en la frontera de la vida, en lo oscuro de la existencia. En las situaciones extremas, ya alejados de la verdadera “tierra”, Jesús sale a nuestro encuentro para traernos de nuevo. A modo de reflexión, respondé las siguientes preguntas: ¿cuáles son tus “fronteras existenciales” (papa Francisco), en las que sale Jesús a tu encuentro? ¿Cuáles son los límites que te alejan de Jesús, hasta donde él mismo baja a rescatarte? Allí, donde menos imaginás, puede estar esperándote el Señor, con los brazos abiertos, para que vuelvas a Él.

La unidad paso a paso

El tema de la reconciliación se introduce a partir de una reflexión sobre la libertad del hombre, sobre su origen, su uso y sobre la responsabilidad que conlleva. Las actividades buscan aproximarse a su estudio a partir de ejemplos concretos. El foco está puesto en observar nuestros comportamien-tos y sentimientos en situaciones donde fallamos o herimos al otro. Ese mal uso de la libertad se

Orientaciones didácticas

35GUÍA PARA EL CATEQUISTA

denomina “pecado”. Inmediatamente, siguiendo los relatos de Zaqueo y de la mujer adúltera, Jesús nos enseña que Dios siempre está dispuesto a perdonarnos. Por último, se presenta el sacramento de la Reconciliación como el ofrecimiento de la Iglesia para realizar ese acto de arrepentimiento frente a Dios mismo. Los principales conceptos trabajados en la unidad son:• Libertad del hombre• El pecado• El perdón• Misericordia infinita de Dios• Sacramento de la Reconciliación

Algunas aclaraciones

• Desde la perspectiva cristiana, la libertad humana es un regalo de Dios para que podamos actuar por nosotros mismos. Dios nos regaló la libertad de elegir, y en esa libertad el ser humano puede optar mal, equivocarse. Al presentar la libertad como un regalo, la unidad subraya la responsabili-dad del hombre ante ese don. De este modo, la libertad es para aprovechar y cuidar.

• La segunda lectura del séptimo encuentro (Jn 8, 1-11) nos recuerda unas palabras de Jesús: “Vete en paz, yo tampoco te condeno”. En esta hermosa escena, Jesús demuestra que un corazón lleno de amor como el suyo es capaz de perdonar los errores, de ver el corazón del otro y de reconocer también nuestros propios errores. Jesús nos invita a la difícil tarea de olvidarnos de los prejuicios y de los orgullos personales, para lanzarnos a la aventura de perdonar y buscar reconciliarnos con los demás.

Antes de los encuentros

• Tal vez sea necesario ajustar la unidad en torno a la programación (si la hubiera) de la preparación para el sacramento de la Reconciliación. Dependiendo de si los alumnos hayan recibido o no el sacramento, hay algunas actividades que pueden modificarse.

• Pediles a los niños con anticipación los materiales para confeccionar el afiche de la actividad de la página 62.

• Pensá en un lugar apropiado para realizar el examen de conciencia que propone la página 63. Tiene que ser un sitio tranquilo, silencioso, donde los niños puedan relajarse y concentrarse.

• Solicitarles con tiempo a los alumnos los materiales para armar los corazones de cartulina de la página 63.

Durante los encuentros

• A partir de lo trabajado en la página 58, podés preguntarles a los alumnos: ¿en qué otros casos puede el hombre usar mal su libertad? Proponeles que imaginen y compartan distintas situaciones.

• Luego de la lectura de la página 61, que los niños respondan las siguientes preguntas y compartan sus impresiones: ¿cómo describirías en una sola palabra lo que sintió la mujer antes de ser resca-tada por Jesús?, ¿y después de que fue perdonada?

Orientaciones didácticas

AMIGOS PARA EL ENCUENTRO36

• Para abrir el debate sobre el cuento de la página 64, pediles a los niños que imaginen juntos cómo creen que se sintió la chica del personaje.

• Que los alumnos piensen juntos y elaboren frases para agregar a las que propone la página 65.

Después de los encuentros

• Proponerles a los niños que elijan una palabra del campo semántico elaborado en la página 59 sobre el pecado, para armar una dramatización grupal que la represente.

• Planteales a los alumnos, a partir del trabajo con la lectura de la página 60, que escriban una carta en nombre de Zaqueo a un amigo suyo en la que le cuenten lo sucedido con Jesús en la cita bíblica.

• Una vez finalizada la unidad, repasá con los niños las lecturas trabajadas. Que cada uno elija la cita bíblica que más le haya gustado (uno o dos versículos como máximo) para copiar en la carpeta.

Orientaciones para la celebración

La celebración de esta unidad se titula “Un padre con los brazos abiertos”. En ella se busca experi-mentar en primera persona la reconciliación con Dios. Te marcamos algunos elementos importan-tes para que tengas presentes:• Para que los niños sientan que las celebraciones de reconciliación son un momento de sinceri-

dad plena, sería oportuno que el catequista mostrara también una actitud descontracturada, de sencillez y humildad ante Dios, despojándose por un momento de su lugar de firmeza y control.

• Es importante que el alumno perciba la coherencia entre el momento formativo y el celebrativo, y que no los viva como dos aspectos separados. Para ello, es conveniente que durante la conver-sación y el análisis de la lectura propuesta, el catequista pueda incorporar las ideas y los temas trabajados anteriormente en la clase.

Recursos

• Podés buscar los artículos 224 al 239 del Catecismo Joven de la Iglesia Católica (YouCat) para obtener más información sobre el sacramento de la Reconciliación y preparar actividades para los niños, como, por ejemplo, una guía para el examen de conciencia preparatorio o clarificacio-nes sobre qué se debe confesar ante un ministro.

• La canción Ven a mi casa. Canción de Zaqueo recrea el encuentro de Jesús con el recaudador de im-puestos que se trabaja en la página 60. Es un canto que nos recuerda la acción transformadora de Jesús en nuestra vida a pesar de nuestras fallas. Podés escucharla en este link: bit.ly/GD4betania36.

Lecturas relacionadas

Los cuatro evangelios recogen muchas “reconciliaciones” entre Jesús y las personas. Mediante sus parábolas y encuentros, Jesús nos va revelando el perdón profundo que nace del amor. Puede resultar muy útil leer esas reconciliaciones poniéndote en el lugar del necesitado, entendiendo sus errores y sintiendo cómo Jesús te invita a reencontrarte con vos mismo y volver siempre a él.Además de las lecturas bíblicas que propone el libro, te recomendamos que trabajes o tengas en cuenta Mt 18, 21-35: “Perdonar setenta veces siete”. En esta lectura Jesús nos pide que sigamos su ejemplo y el de su Padre, y nos invita a perdonar incansablemente a nuestros hermanos.

Orientaciones didácticasOrientaciones didácticas

37GUÍA PARA EL CATEQUISTA

UNIDAD

5 Compartimos el amor y la fe en Jesús

Presentación

La quinta unidad del libro trabaja sobre la presencia viva y actual de Dios entre nosotros. Inspirados por la Palabra, descubrimos, por un lado, la presencia del Espíritu de Jesús en el compartir diario, que brota del amor sincero; y, por otro lado, su presencia real en la Eucaristía. De este modo, la uni-dad nos introduce en el estudio y el análisis de la misa como la fiesta máxima del compartir, donde nos alimentamos del propio Jesús.

Objetivos

• Presentar y promover los valores del compartir y de la solidaridad, para que los alumnos los asu-man como parte de su estilo de vida.

• Descubrir la presencia de Jesús en la alegría de compartir la vida con los demás, valorando la Eucaristía como celebración máxima de esta experiencia.

• Presentar la celebración de la misa como la oportunidad de compartir con toda la comunidad el encuentro con Jesús resucitado y la alegría de seguirlo.

• Dar a conocer la estructura general de la misa y profundizar algunos de los gestos centrales de esta celebración.

Espiritualidad del catequista

El relato de los caminantes de Emaús nos invita a reflexionar sobre nuestro encuentro personal con Jesús resucitado. Jesús es una persona que quiere encontrarse con cada uno de nosotros. Verdaderos cristianos no son los que saben de memoria todas las respuestas ni los que participan con asistencia perfecta a las celebraciones. Ser cristianos es buscar en todo momento encontrarse con Jesús resucitado. Lo demás vendrá por añadidura. Esta unidad nos invita a alimentar nuestra espiritualidad buscando a Jesús en los pequeños gestos: en la risa de los niños, en el compartir con nuestros colegas, en las oraciones comunitarias, en los juegos de los recreos.

La unidad paso a paso

El eje principal de la unidad es la celebración de la misa, presentada como la fiesta del compartir que nos congrega a todos los creyentes. Para su mejor comprensión, primero se comienza resaltando la importancia del valor del compartir y de la solidaridad, lo que nos hace mejores personas, herma-nándonos con el resto. En este sentido, las actividades proponen una revisión personal y el estudio de ejemplos para motivar a los niños. Luego, se descubrirá que es el amor el que nos mueve a dar y a darnos a los demás, ese amor que Jesús nos enseñó con su ejemplo de vida.

AMIGOS PARA EL ENCUENTRO 438

Orientaciones didácticas

Los principales conceptos trabajados en la unidad son:• Solidaridad• Compartir• Jesús resucitado

• Jesús sacramentado• Misa: sentido, elementos y estructura

Algunas aclaraciones

• El noveno encuentro propone leer una de las directivas principales de Jesús para sus futuros segui-dores, la Iglesia: “Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt 18, 19-20). Por eso, como dice J. A. Pagola: “El primer quehacer de la Iglesia es aprender a ‘reunirse en el nombre de Jesús’. Alimentar su recuerdo, vivir de su presencia, reactualizar su fe en Dios, abrir hoy nuevos caminos a su Espíritu [...] La mejor manera de hacer presente a Cristo en su Iglesia es mantenernos unidos actuando ‘en su nombre’, movidos por su Espíritu. La Iglesia no nece-sita tanto de nuestras confesiones de amor o nuestras críticas como de nuestro compromiso real”.

• Sin negar la necesidad de voluntad y consentimiento personal ni que la relación con Dios toma los ca-minos que quiere el Espíritu y puede ser por fuera de la Iglesia institucional, la historia nos enseña que el ser humano necesita de rituales y liturgias con cierta periodicidad para manifestar y mantener aquello en lo que cree y le da sentido a su vida. En el caso del cristianismo, la celebración de la misa, lugar de proclamación comunitaria de la Palabra de Dios y de la memoria de su pasión, es el lugar de congrega-ción de todos los fieles, donde alimentan su relación personal con Dios y de unión con los demás.

• Cuando Jesús se dio cuenta de que tenía las horas contadas, tomó una decisión: compartir la cena con sus amigos. La unidad nos recuerda con alegría que aquella mesa de Jesús es nuestra misma misa. En cada celebración, el Señor nos vuelve a repartir el pan y el vino en su nombre, y nos vuelve a repetir: ¡este es mi cuerpo y mi sangre, este soy yo mismo!

Antes de los encuentros

• Esta unidad puede introducir varios términos nuevos al momento de presentar las partes de la misa. Tal vez sea conveniente realizar un breve diccionario aclaratorio de las palabras nuevas que vayan apareciendo, como Eucaristía, liturgia, consagración, etcétera.

• Dividir entre todos los niños las tareas para realizar el afiche de la página 76 y, luego, en clase, unir todas las partes.

• Recordá que al final del libro del alumno, en la sección “Recursos”, tenés las respuestas de la misa, para enseñarles a los alumnos a participar más activamente de las liturgias.

• Averiguá con la persona que corresponda si sería posible organizar un momento de adoración eucarística como propone la página 79, y prepará los elementos necesarios para llevarla a cabo.

Durante los encuentros

• Mientras se desarrollan las actividades de la página 75, los niños pueden buscar e identificar en el pizarrón una palabra por cada letra de la palabra compartir, relacionada con dicho concepto.

• La lectura de la página 76 trabaja nuevamente sobre la primera carta de Juan, ya utilizada en uni-dades anteriores. Podés preguntarles a los niños qué recuerdan de esa carta, para que vinculen y relacionen los contenidos de las distintas unidades.

• La segunda lectura de la página 76 puede motivar un momento de oración. Si lo considerás oportuno, aprovechá el espacio para que los niños recen una oración todos juntos y pidan por sus intenciones particulares.

• Será conveniente conversar con los alumnos sobre la idea que aparece en la página 77 acerca de “ver con los ojos del corazón”, para aclarar su sentido. Podés relacionarlo con la famosa frase del

Orientaciones didácticas

GUÍA PARA EL CATEQUISTA 39

cuento El principito: “lo esencial es invisible a los ojos”.• Para comprender mejor el gesto de amor de Jesús, durante el trabajo de la página 78 y las que

siguen sobre la institución de la Eucaristía, que los niños discutan sobre las características del pan, y recordá la importancia central que tenía este en los tiempos de la Última Cena.

Después de los encuentros

• Luego del trabajo de la página 74, pediles a los niños que busquen, para la siguiente clase, un recorte periodístico en el que se vea reflejada la solidaridad.

• Con la información de la página 81, que los alumnos realicen en grupos un folleto o un tríptico con las partes de la misa agrupadas en sus momentos (si te parece bien, podés agregar la división en ritos iniciales y ritos de envío).

• Para complementar el estudio de las partes de la misa, podría ser oportuno organizar una visita a un templo e indicarles a los alumnos en qué lugar se realiza cada momento.

Orientaciones para la celebración

La celebración de esta unidad busca acompañar la formación y la preparación para vivir más plena-mente la misa. Proponé un momento de oración personal en un ambiente adecuado, en el que los niños puedan concentrarse. La alegría y el compartir de la fe se nutren de momentos de silencio e intimidad con Jesús. Es importante educar también a los niños para esos espacios de interioridad. Esta celebración propone algunos elementos para iniciarse en esa gran experiencia.

Recursos

• Los artículos 1.322 al 1.419 del Catecismo de la Iglesia Católica están dedicados al sacramento de la Eucaristía. Allí, para fortalecer tu formación, podés evacuar alguna duda teórica o doctrinal personal respecto al tema.

• En Internet existen muchos videos o documentales educativos que ilustran la estructura y las partes de la celebración de la misa. Podés buscar el que creas más adecuado para tu grupo y proyectarlo en la clase para atraer mejor la atención de los alumnos.

• La escena de los discípulos de Emaús ha inspirado a muchos artistas de todos los tiempos. Ese sorprendente encuentro de Jesús resucitado con los caminantes llama a todos los hombres a encontrarse en su camino con el Dios de la vida. Por ejemplo, el pintor italiano Caravaggio retrató en el año 1601 la escena que podés ver y mostrarles a tus alumnos en el siguiente link: bit.ly/GD4betania39.

Lecturas relacionadas

En las distintas partes de la misa, muchas veces leemos y rezamos fragmentos de la Sagrada Escritura, además de su proclamación explícita. Por la cotidianeidad y repetición, sumadas nuestras distracciones, esas oraciones pueden perder su peso y dejar de ser significativas. Forma parte de nuestro trabajo de catequistas ayudar a los niños a atender a las palabras y a vivir esas oraciones de manera relevante y valiosa para la celebración.Además de las lecturas bíblicas que propone el libro, te recomendamos que trabajes o tengas en cuenta Mt 26, 26-30, Mc 14, 17-25 y Lc 22, 15-23: “Este es mi cuerpo”. Este texto de la institu-ción de la Eucaristía es de una belleza literaria incomparable. Sus palabras, que recogen de igual modo los tres primeros evangelios, relatan la Última Cena de Jesús con sus discípulos. De allí, en cada celebración de la misa tomamos la Plegaria Eucarística que se reza en la Consagración.

Orientaciones didácticas

UNIDAD

40 AMIGOS PARA EL ENCUENTRO 4

Seguimos y anunciamos sus huellas

UNIDAD

6

Presentación

La última unidad busca renovar el encargo misionero de Jesús de ser la sal y la luz del mundo. Reconociendo en Jesús el sentido pleno de nuestras vidas y la luz verdadera que orienta el cami-no, estamos llamados a transmitir su mensaje. Todo lo aprendido y trabajado durante el año no es para que quede entre nosotros, sino para alimentar nuestra fe y ponerla al servicio de los demás. El trabajo culmina con la invitación a asumir desde la fe el compromiso de ser agentes activos para construir un mundo más fraterno y en paz.

Objetivos

• Extender la invitación de Jesús a comunicar a los demás su mensaje de vida en abundancia, com-prometiéndonos a ser testimonio de su amor.

• Descubrir la dimensión festiva y comunitaria de la fe cristiana como rasgo distintivo de nuestra comunidad.

• Conocer y valorar la vida de las primeras comunidades cristianas aprendiendo de ellas cómo vi-vían, anunciaban y sembraban el mensaje de Jesús.

Espiritualidad del catequista

Termina el año y sus últimos días nos invitan a revisar nuestro camino. El relato de Mt 25, 31-46 sobre el llamado “Juicio Final”, nos ofrece criterios para discernir y evaluar nuestro año. Te invita-mos a ponerte en oración y a leer la cita de Mateo reflexionando sobre las decisiones tomadas, los caminos transitados, las relaciones con las personas que te rodearon, el año compartido con tus alumnos. Utilizá las siguientes preguntas para reflexionar: ¿reconociste a Jesús en tu corazón y en tus acciones, en el hambriento, en el enfermo, en el preso, en el niño sin escuela que trabaja y no tiene un cuidado familiar? ¿Pudiste transmitir con tu estilo de vida tu no indiferencia ante los más desfavorecidos? ¿Qué aspectos de tu vida tendrías que cambiar para vivir el mensaje de Jesús con más plenitud?

La unidad paso a paso

La unidad recuerda la invitación y el encargo de Jesús a ser “sal y luz del mundo” (Mt, 13-16). Reflexionando sobre este encargo, se descubre que encierra también un mensaje de alegría, es-peranza y fe para transformar la realidad. Paralelamente, se proponen actividades de análisis de la realidad y el contexto social. Por otra parte, se deduce la misión de la Iglesia y se revelan algunos de sus aspectos más significativos: el esfuerzo por la unidad, la necesidad de compartir la fe y los bienes, y la prioridad de los que sufren. Para finalizar, se presenta esta misión de manera gráfica a partir de conocer el trabajo de los voluntarios.Los principales conceptos trabajados en la unidad son:• Sal y luz del mundo

Orientaciones didácticas

41GUÍA PARA EL CATEQUISTA

• Misión de la Iglesia en el mundo actual• Dimensión comunitaria de la fe• Iglesia, pueblo, comunidad• Justicia y paz

Algunas aclaraciones

• El encuentro 12 nos propone estudiar la vida de la primera comunidad cristiana tal como la relata el libro “Hechos de los apóstoles”. En unos pocos fragmentos, el autor grafica cómo esos hombres y mujeres mantenían viva la memoria de Jesús. Encontramos allí el ideal paradigmático de toda Iglesia, por el que tenemos que trabajar.

• La página 101 asocia al proyecto del Reino de Dios otro término inseparable: la justicia. No hay paz sin justicia; no hay Reino sin Justicia. No alcanza solo con desear, pensar o querer. Hay que trabajar en lo concreto por un mundo más justo, en el que todos, sin excepciones, puedan vivir dignamente.

• Esta unidad contiene muchos lemas motivadores para la acción misionera: “otro mundo es posi-ble”, “amar a los que nadie ama”, “no ser indiferentes”, “el otro me importa”, “ser sensibles ante el dolor”, “todos tenemos derechos”, “la justicia es el camino”. Con su contundencia, todos ellos nos impulsan a anunciar la Buena Noticia a todos y a construir juntos el Reino de Dios. Se trata de fra-ses breves que nos recuerdan el sentido de nuestra misión y mantienen latente nuestra meta. Su impacto puede ayudar a congregar a los niños a trabajar por sus ideales y por los valores del Reino.

Antes de los encuentros

• Para comenzar el trabajo, proponeles a los niños que observen con atención los estados de ánimo de los personajes de la historieta de apertura.

• Para fortalecer la necesidad de sentirse llamados a ser sal y luz para un mundo necesitado, como pide la página 94, puede ser apropiado llevar estadísticas o información sobre los niveles de po-breza en el mundo, desnutrición o trabajo infantil.

• Tratá de contactarte con algún voluntario para invitarlo a que les presente a los alumnos su tra-bajo y acompañe el estudio de la página 100.

• Por ser la última unidad del año, podés pedirle a cada alumno que prepare un pequeño presente de agradecimiento para alguno de sus compañeros, los cuales pueden entregarse en la celebración final.

Durante los encuentros

• Al abordar la página 90, para representar gráficamente la fuerza del simbolismo de la luz, podés encender una vela y apagar las luces del salón.

• En la página 91, podés escuchar con los alumnos la canción El Dios de la vida, de Daniel Poli, que nos invita a encender una luz en nombre de Jesús.

• Durante el trabajo de la página 92, podés recordar la ceremonia de encendido del Cirio Pascual durante la Vigilia de Pascua. Esa luz es el signo de Cristo resucitado, luz del mundo.

• La página 95 invita a ser la otra cara de la moneda: somos iluminadores pero también iluminados. Podés preguntarles a los niños qué personas alumbran su fe, qué personas les marcan el camino correcto, en qué personas ven reflejado a Jesús.

• Podés consultarles a los niños cómo imaginan el resto de las ideas de los miembros de aquella primera comunidad cristiana, como la que presenta la lectura de la página 98. Eso te ayudará a construir en el pizarrón el perfil de un seguidor de Jesús, que podés usar como modelo.

AMIGOS PARA EL ENCUENTRO 442

Orientaciones didácticas

Después de los encuentros

• En la página 94, sobre la importancia de los niños y los jóvenes en la Iglesia, podés contarles a tus alumnos la historia de Santo Domingo Savio y su testimonio de fe.

• Proponeles a los niños buscar el lema de la Jornada Mundial de la Paz del año en curso, para completar la información de la página 101. Luego, como conclusión, podés invitarlos a que in-venten otro lema o frase motivadora.

• Sugeriles que armen en la carpeta una lista con todos los lemas motivadores que aparecen en la unidad.

Orientaciones para la celebración

Comenzamos el año pidiendo y lo concluimos agradeciendo. Es el momento de poner en práctica la alegría del compartir, que estudiamos en las últimas unidades. La alegría no le quita seriedad a la oración, al contrario. Por ejemplo, todas las celebraciones de este libro tienen canciones que acompañan el momento. Desde los primeros tiempos, la música formó parte de los momentos más importantes del ser humano; las melodías están presentes en sus vivencias más significativas. En el caso de la Biblia, los salmos originalmente eran canciones que cantaba el pueblo en su peregrinar por la Tierra. Por este motivo, te aconsejamos que les des siempre un lugar importante a los cantos en las celebraciones, como es el caso de Tenemos tanto, que es un lindo canto de agradecimiento.

Recursos

• La Iglesia Católica, a través del Pontificio Consejo de Justicia y Paz, elaboró en 2005, a pedido de Juan Pablo II, un documento que reúne de manera ordenada y clara toda su vasta reflexión sobre la vida social, para acompañar al ser humano en la compleja trama de la vida cotidiana. El documento se llama “Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia”, y puede clarificarte la visión de la Iglesia católica sobre temas como la política, la economía mundial, el trabajo, la familia.

• Ser luz del mundo, como nos pide Jesús, es también ser esperanza. La canción Color esperanza, de Diego Torres es un himno que nos llama a vencer los miedos y a mantener viva la esperanza para trabajar por un mundo nuevo. En el siguiente link podrás escuchar la versión que cantó el autor frente al papa Juan Pablo II en la Jornada Mundial de la Juventud en 2003: bit.ly/GD4betania42

Lecturas relacionadas

Además de las lecturas bíblicas que propone el libro, te recomendamos que trabajes o tengas en cuenta:• Jn 8, 12: “Yo soy la luz del mundo”. Para ser luz del mundo, los cristianos tenemos que alimentar

y mantener encendida nuestra luz del que es la luz verdadera, la luz de la vida. Si no tenemos claro que nuestra luz viene de la luz de Cristo, no podremos iluminar y acompañar a los demás.

• 1 Jn 4, 1.10: “Dios es luz, y en Él no hay tinieblas”. Este fragmento de la primera carta de Juan relaciona la imagen de la luz con la Verdad, que para el Evangelio siempre hace referencia al ca-mino del Señor, alejado de las tinieblas y la falta de amor.

Orientaciones didácticasLecturas comentadas

GUÍA PARA EL CATEQUISTA 43

Lecturas comentadas: un espacio de lectura y reflexión

Esta sección propone un breve comentario y una reflexión sobre cuatro de los textos evangé-licos principales utilizados en el libro Amigos para el encuentro 4. Los comentarios han sido ela-borados con la finalidad de acompañar la meditación e interiorización del docente en las citas bíblicas para su mejor aprovechamiento.

En cada lectura, el catequista encontrará la transcripción del texto bíblico utilizado, un comen-tario que contextualiza la narración y que resalta diversos aspectos —como la actitud de los personajes o los posibles sentimientos que experimentan— y algunas reflexiones que rescatan la actualidad de la Palabra de Dios, que le habla siempre a cada hombre en su tiempo. Además, cuenta con orientaciones para el trabajo con los alumnos, que ayudarán al docente y lo guiarán para abordar la lectura y dirigirla al objetivo del encuentro.

Los comentarios utilizan un lenguaje sencillo, cálido y cercano —aunque no en desmedro de seriedad ni profundidad— que interpela al lector y lo hace entrar en escena. Con ello se busca contagiar la frescura de los textos para que los alumnos experimenten un verdadero encuentro con Jesús.

AMIGOS PARA EL ENCUENTRO44

Lectura 1

17 “A partir de ese momento, Jesús comenzó a proclamar: ‘Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca’. 18 Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores.19 Entonces les dijo: ‘Síganme, y yo los haré pescadores de hombres’. 20 Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron.21 Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca de Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó. 22 Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron. 23 Jesús recorría toda la Galilea enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias de la gente”.

(Mt 4, 17-23)Podemos imaginarnos un poco más la escena: Jesús camina a orillas de las aguas. Está dando un paseo por Cafarnaúm, un lugar que le encantaba. Tal vez con la mirada perdida en el mar; tal vez todavía asimilando su fuerte experiencia del Dios revelado como Padre en el desierto. Esta es una de las primeras apariciones públicas de Jesús. Tras la triste noticia del arresto de Juan, el nazareno emprende una nueva dirección. El proyecto de Jesús, que había ido madurando en su corazón, comienza a ponerse en marcha. Es el paso del desierto a la belleza del mar y las playas.

En aquella aldea de Cafarnaúm, un poblado de no más de algunos cientos de habitantes, se en-contraba un pescador, Simón, al que todos conocemos como Pedro. También podemos suponer un poco acerca de su historia de vida. Era un trabajador humilde, sacrificado. Por entonces, la suya era una de las profesiones más comunes de la zona.

Aquellas poblaciones de la baja Galilea subsistían con lo necesario, vivían preocupadas por las pesadas cargas y tributos económicos que les imponía la dominación romana, estaban alejadas de la influencia del templo de Jerusalén, y muchas veces no tenían tiempo para cumplir con todas las exigencias que les imponían los fariseos para una vida “pura”.

La versión de Lucas de esta misma escena (Lc 5, 1-11) agrega algunos detalles más. Al paso de Jesús, ese tal Simón Pedro, junto con otros, se encontraba limpiando sus redes. Su humor, segura-mente, no era el mejor. Había pasado toda la noche pescando, pero no había pescado nada. Todo el trabajo en vano, sin frutos, un esfuerzo que no llenaba sus expectativas. Las preocupaciones le inundaban los pensamientos: no tendría pescado que vender en Magdala; volvería a su casa con las manos vacías.

Esa fresca mañana, tal vez entristecido por sus preocupaciones, Pedro no atendía las palabras de Jesús. Había escuchado hablar de él, pero no tenía tiempo para maestros de religión. Después de

Lecturas comentadas

“Síganme, y yo los haré pescadores de hombres” (Encuentro 1, p. 12)

Orientaciones didácticasLecturas comentadas

GUÍA PARA EL CATEQUISTA 45

todo, se preguntaba, con tanta gente alrededor, “¿justo a mí?”. Pero a veces Jesús nos visita sin que nos demos cuenta. Él sale a nuestro encuentro sin que lo esperemos. Es Él quien nos busca en medio de nuestras preocupaciones diarias, mira nuestros mundos, con nuestras pequeñeces. Su presencia, su estar, su amor son lo cotidiano de la vida, de lo humano.

El ruido del oleaje y el murmullo de la gente daban la música de la escena decisiva que le cambiaría la vida. Jesús le propone a Pedro un “cambio de trabajo”, a una vida nueva. La llamada es directa: “Sígueme. Camina conmigo. Emprende un camino nuevo tras mis huellas. Acoge el Reino de Dios y transforma tu vida”. Jesús le propone cambiar de pesca, y convertirse en “pescador de hombres”, atrapar el corazón de las personas y llevarles la Buena Noticia de un Dios-amor que es liberador del hombre.

La llamada de Jesús habrá sido impactante, cautivante. No les dice cómo seguirá su vida ni por dónde. Tampoco los seduce con promesas fantásticas o falsas ilusiones. Su llamada no se ador-na de espectáculos. Los pescadores son atraídos por su estilo de vida, por su coherencia, por la transparencia de sus palabras. Lucas relata una “prueba” de Jesús, una pesca milagrosa. Es un vivo signo de conversión. El contraste es claro: de una pesca vacía a una pesca llena, de una vida que no encuentra su centro y su sentido a una vida plena. Tanto Pedro y su hermano Andrés, como tam-bién Santiago y Juan, “dejaron su barca y lo siguieron”. Olvidaron su pesca, olvidaron sus miedos, sus preocupaciones, sus egoísmos, su ser protagonistas, y se abandonaron en la confianza ciega.

Esa misma llamada nos sigue haciendo Jesús hoy a nosotros. Su llamada a convertirnos al Reino de Dios y ponernos a su servicio resuena con la misma fuerza que aquella vez sobre el mar de Galilea. Al igual que hizo con Pedro y los suyos, acepta nuestros caracteres y nuestra historia, que a veces ni nosotros mismos aceptamos, y nos pide que caminemos con él. Asume lo nuestro y se pone de nuestro lado. Su red divina necesita de nuestras manos humanas.

Orientaciones para el trabajo con los alumnos

• La lectura tiene que ocupar un lugar central en el encuentro. Los alumnos tienen que percibir que se trata de un texto distinto. Para ello es preciso que lo anticipes, para que los niños se pre-paren. Debés también diferenciar su lectura de la de otros textos, es decir, leerlo pausadamente, con voz clara y con buen volumen.

• El objetivo del encuentro es descubrir que Jesús nos llama a cada uno de nosotros a seguirlo y a construir con él el Reino de Dios. Es Jesús quien nos llama a nosotros, no nosotros a Él. Hay que trabajar con los niños la sensibilidad, para percibir ese llamado que no es tan directo como en este relato, y pensar en cómo nos puede seguir llamando hoy: en el sentimiento de justicia, en mis ganas de ser un buen amigo, en querer acompañar a la gente mayor.

• Es importante debatir y aclarar la metáfora que utiliza Jesús al decir “pescar hombres”. Es pre-ciso recomponer el contexto de esa expresión. Jesús habla en los términos en que lo entendía Pedro, y lo sigue haciendo hoy con nuestro lenguaje. Podés escribir en el pizarrón expresiones que sean sinónimos, para que los alumnos relacionen: “salir en misión”, “contagiar la alegría de la vida”, etcétera.

• El relato nos recuerda que los llamados “dejaron todo y lo siguieron”. El seguimiento implica dejar algunas comodidades y arriesgarse a la aventura de Jesús. Los niños muchas veces están muy

AMIGOS PARA EL ENCUENTRO46

apegados a sus cosas, y este mensaje puede resultar chocante. Pero, al mismo tiempo, los puede atraer el carácter de “aventura”, de “riesgo”, del llamado.

• La canción que propone la página 12 acompaña esta lectura dándole una melodía especial. En ella se va expresando la sorpresa, la alegría, la confianza ante ese llamado. Nos puede ayudar para ponernos en su lugar y “sentirnos más Pedro”, más llamados por el Señor.

Lecturas comentadas

Orientaciones didácticas

GUÍA PARA EL CATEQUISTA 47

Lectura 2

1 “Jesús entró en Jericó y atravesaba la cuidad. 2 Allí vivía un hombre muy rico llamado Zaqueo, que era el jefe de los publicanos. 3 Este quería ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, porque era de baja estatura. 4 Entonces se adelantó y subió a un sicomoro para poder verlo, ya que iba a pasar por allí.5 Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: ‘Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alo-jarme en tu casa’. 6 Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría.7 Al ver esto, todos murmuraban diciendo: ‘Se ha ido a alojar en casa de un pecador’. 8 Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor: ‘Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le daré cuatro veces más’.9 Y Jesús le dijo: ‘Hoy ha llegado la salvación a esta casa, ya que también este hombre es un hijo de Abraham, 10 porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido’”.

(Lc 19, 1-10)

Lucas construye con mucho cuidado cada parte de esta conocida escena. Zaqueo, según la narra-ción, era repudiado por el pueblo por trabajar para el “enemigo”. Zaqueo era judío pero trabajaba para Roma. Además, tenía la fama de deshonesto, de ser muy rígido con los más débiles, de apro-vecharse de algunas situaciones y quedarse con cosas injustamente. Su fortuna era sospechada, no la había obtenido en función de su esfuerzo, sino de un fraudulento uso de su trabajo.

Pero es importante atender cómo el evangelista también rescata la voluntad de Zaqueo de ver a Jesús a pesar de sus limitaciones, no solo físicas sino también espirituales, morales, etcétera. “Él quería ver quién era”, escribe el texto. La cita no explica el motivo de ese deseo; hay muchos mo-tivos por los que podemos necesitar a Jesús. A este recaudador le faltaba algo en su vida, llena de riqueza y poder. Había oído hablar de Jesús, pero no lo conocía. Quizás ni el mismo Zaqueo sabía lo que buscaba, pero intuía que podía encontrarlo en Jesús. A pesar de todo lo oscuro de su vida, su mala reputación, sus engaños a los demás y a él mismo, se esfuerza para, al menos, tímidamen-te, ver a Jesús.

Tal vez, en muchos casos esa voluntad no sea más que curiosidad o intriga. Pero lo importante es que Jesús acepta siempre a los que quieren volver. No desprecia nunca a nadie. No pone condiciones. No pide antecedentes perfectos. Él siempre pasa por nuestras vidas, incluso en los momentos más oscuros, y sabe ver, más allá de las apariencias, la sed de amor y perdón que tiene nuestro corazón. Zaqueo sabe que con él no puede sacar provecho ni de su fortuna ni de su posición. Jesús no ve eso. Él vio su humanidad: “… también este hombre es un hijo de Abraham”. Ahora ya no valía por

“... hoy tengo que alojarme en tu casa” (Encuentro 4, p. 60)

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AMIGOS PARA EL ENCUENTRO48

su dinero ni por su posición social. Dirigiéndole la mirada, Jesús le devolvió su verdadero valor y dignidad de hombre. El modo en que Jesús lo trató, seguramente como nadie en mucho tiempo lo había hecho, lo conquistó. Vio en él no una amenaza, como los fariseos, sino a un liberador.

Y Jesús entra en su casa y comparte la mesa. Hospedarse en la casa de un pecador era compartir su “impureza”. Jesús entra en ese mundo de pecado. No le tiene miedo. Come con él el pan que reparte con las manos que habían tomado el dinero del pueblo. Compartir la mesa era un signo de comunión con el anfitrión. El escándalo de la gente no tardó en manifestarse. Sin embargo, Jesús sabe lo que hace. Su misión es “salvar lo que está perdido”. No viene a condenar ni a juzgar. Viene a perdonar, a reconciliar, a salvar. También Jesús quiere entrar hoy en tu casa, en la intimidad de tu vida. No quiere ser uno más, un invitado como otros. Jesús siempre está pasando por nuestra vida, esperando que queramos ver quién es.

Después del encuentro con Jesús, las cosas cambian indefectiblemente. Miente aquel que dice seguir a Jesús y no lucha por una sociedad más justa y digna para todos. Zaqueo, inmediatamente, sin hacer cálculos, se pone al servicio de los más pobres. Ante el verdadero encuentro con Jesús, su respuesta libre y espontánea fue hacer justicia con la víctima, como indicaba la tradición judía en el libro de Samuel: devolver cuatro veces más de lo robado. Pero además también supo ir más allá de lo exigido por la ley, y repartió la mitad de sus bienes.

Orientaciones para el trabajo con los alumnos

• El objetivo del encuentro es iluminar desde la lectura el ansia de perdón que puede tener nues-tro corazón y la actitud de acogida permanente de Jesús, incluso en nuestros peores momentos. Este relato refleja esos dos momentos. Para trabajarlos, podés proponerles a los niños profun-dizar en los sentimientos de Zaqueo antes de ver a Jesús: ¿qué lo llevará a querer ver a Jesús? Y luego, ¿por qué, habiendo tanta gente alrededor de Jesús, este elige justamente a Zaqueo, que tenía mala reputación?

• Zaqueo tenía un apego al dinero que no le permitía encontrarle un sentido más profundo a su vida. Por la edad de los niños, es posible que no sea ese el motivo que los haga distraer del men-saje de Dios. Será conveniente entonces trabajar en este punto: ¿cuáles son las ataduras que no nos dejan seguir a Jesús? ¿Qué nos distrae de su mensaje?

• Te pueden resultar útiles estos disparadores para reflexionar con tus alumnos: a. Los errores y las faltas que cometía Zaqueo. b. La primera mirada entre Jesús y Zaqueo aún en el árbol. c. El cambio de vida de Zaqueo.• Dice el Evangelio que algunas personas, inmediatamente, comenzaron a criticar a Jesús por su

actitud. ¿Cuál es tu postura cuando alguien que iba por mal camino cambia? ¿Le recriminás sus errores o te alegrás de su arrepentimiento y de su intención de cambiar?

• Algunas preguntas para profundizar más sobre el texto pueden ser: ¿qué suponés que buscaba Zaqueo al querer ver a Jesús?, ¿qué le faltaba en su vida?, ¿qué habrá sentido Zaqueo cuando es-cuchó su nombre en boca del Señor?, ¿en qué momentos de la vida se ablanda nuestro corazón para ver a Jesús?, ¿cómo sería la sociedad y el mundo entero si nos comportáramos más como Zaqueo luego de su encuentro con el Señor?

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GUÍA PARA EL CATEQUISTA 49

Lectura 3

11 Jesús dijo también: “Un hombre tenía dos hijos. 12 El menor de ellos le dijo a su padre: ‘Padre, dame la parte de la herencia que me corresponde’. Y el padre les repartió sus bienes.13 Pocos días después, el hijo menor recogió todo lo que tenía y se fue a un país lejano, donde malgastó sus bienes en una vida licenciosa. 14 Ya había gastado todo, cuando sobrevino mucha miseria en aquel país, y comenzó a sufrir privaciones. 15 Entonces se puso al servicio de uno de los habitantes de esa región, que lo envió a su campo para cuidar cerdos. 16 Él hubiera deseado calmar su hambre con las be-llotas que comían los cerdos, pero nadie se las daba. 17 Entonces recapacitó y dijo: ‘¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, y yo estoy aquí muriéndome de hambre!’. 18 Ahora mismo iré a la casa de mi padre y le diré: ‘Padre, pequé contra el Cielo y contra ti. 19 Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros’. 20 Entonces partió y volvió a la casa de su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió profundamente, corrió a su encuentro, lo abrazó y lo besó. 21 El joven le dijo: ‘Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; no merezco ser llamado hijo tuyo’.22 Pero el padre dijo a sus servidores: ‘Traigan enseguida la mejor ropa y vístanlo, pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies. 23 Traigan el ternero engordado y mátenlo. Comamos y festejemos, 24 porque mi hijo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y fue encontrado’. Y comenzó la fiesta.25 El hijo mayor estaba en el campo. Al volver, ya cerca de la casa, oyó la música y los coros que acom-pañaban la danza. 26 Y llamando a uno de los sirvientes le preguntó qué significaba todo eso. 27 Él le respondió: ‘Tu hermano ha regresado, y tu padre hizo matar al ternero engordado, porque lo ha recobra-do sano y salvo’. 28 Este se enojó y no quiso entrar. Su padre salió para rogarle que entrara, 29 pero él le respondió: ‘Hace años que te sirvo sin haber desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes, y nunca me diste un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos. 30 ¡Y ahora que ese hijo tuyo ha vuelto después de haber gastado tus bienes con mujeres, haces matar para él el ternero engordado!’.31 Y el padre le dijo: ‘Hijo mío, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo. 32 Es justo que haya fiesta y alegría, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado’”.

(Lc 15, 11-32)

Esta parábola de Jesús es, tal vez, una de las piezas más bellas e importantes de su historia. Para nuestros oídos actuales puede resultar un tanto difícil captar la novedad que supone. En ocasio-nes, a esta parábola se la llama “Hijo pródigo”, pero esto es incorrecto, porque en realidad lo que quiere resaltar Jesús no es el error del hijo menor, sino la misericordia del Padre, que ama a sus hijos y sale siempre corriendo a abrazarlos y perdonarlos. En medio de un gentío que lo seguía, Jesús cuenta esta parábola para enseñar cómo es Dios. Narra una historia familiar increíble. Lo estaban oyendo los padres de las familias de Galilea. Jesús

“… corrió a su encuentro, lo abrazó y lo besó” (Encuentro 4, p. 70)

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conocía bien lo que vivían aquellas familias. Había vivido con ellas; había compartido el pan en sus mesas; había acompañado sus dolores y sus alegrías. La lealtad a la familia y el honor al padre eran de los más altos valores de la cuenca del Mediterráneo. Él mismo conocía ese valor desde su infancia en Nazaret, con María y José.

Uno de los hijos toma la peor decisión: da por muerto al padre, pide la parte de la herencia que le corresponde y se marcha a un país lejano. No podría haber mayor ofensa. Eso volvía “impura” a toda la familia. Su decisión es imperdonable para la ley y la cultura del pueblo. Pero lo que despier-ta a sus oyentes es la respuesta del padre: no dice nada y le reparte lo pedido; respeta su decisión y cumple. Su actitud es desconcertante y atrevida. La reacción y el escándalo de aquellos padres que estaban escuchando no tardó en llegar. ¿Qué clase de padre era aquel? ¿Qué clase de padre permite semejante locura aceptando esa humillación y arriesgando todo su sustento económico?

El texto habla de un “país lejano”, donde el hijo desperdició toda su herencia y terminó en poco tiempo en la decadencia. Jesús no nombra ni el país ni la zona. ¡Pueden ser tantos los lugares que nos alejan de nuestras raíces, de nuestro centro! En un país lejano, sin familia, en soledad, aislado, termina prácticamente sin dignidad, viviendo casi en condiciones infrahumanas, deseando la co-mida de los animales. Una vida alejada de Dios Padre es una vida vacía, errante, autodestructiva.

Su egoísmo, su arrogancia y su soberbia lo llevaron a la ruina. Pero en esa oscuridad profun-da, aturdido bajo esa tormenta, el hijo “entra en sí” y reencuentra su identidad más profunda. Reacciona y reconoce su pecado. La oscuridad se vuelve fecunda y redescubre el amor que mueve su corazón. Hace memoria de su vida, de su lugar, de su familia, de lo conforme que estaba, de la misericordia de su padre.

La delicadeza de las palabras de Jesús es sorprendente: “cuando todavía estaba lejos”, el padre lo vio. Sintió como propias sus necesidades; sufrió con él sus faltas. Y ahora su corazón salta de alegría al ver regresar a su hijo. Lo ha estado esperando desde que se fue. Con solo ver que su hijo volvía, el padre lo perdonó. No le impone ningún rito de purificación. No le teme a su impureza. No le pone condiciones. No le exige que reconozca públicamente su autoridad. Su hijo necesita gri-tarle su arrepentimiento, pero el padre le interrumpe la confesión; ya no quiere más humillaciones.

El padre organiza una fiesta: ¡de la muerte a la vida! El padre le devuelve la vida plena. Su única preocupación es que vuelva a estar “como en casa”. Junto a él recupera su dignidad y su verdadero nombre. Su regreso vale sacrificar la comida más costosa reservada para las grandes celebraciones. La alegría del padre no es que le devuelva lo prestado ni que le haga una reverencia. Él nunca lo ha olvidado. Siempre lo ha estado esperando.

La novedad del mensaje es radical y sorprende al Pueblo. Es un lenguaje nuevo. Es toda una re-volución. Esta es para Jesús la mejor parábola de lo que es Dios. No es el Dios que esperaban los fariseos: un Dios exigente, rey y juez. El Dios de Jesús es un Padre que se conmueve hasta las entrañas, que ama infinitamente, que pierde el control cuando un hijo suyo vuelve a sus brazos. Ese gesto revela el verdadero rostro del padre, el verdadero rostro de Dios. Es un padre distinto. Un padre que es también madre. Un padre que ve de lejos al hijo que regresa y se conmueve en sus entrañas y corre a besarlo y a abrazarlo. ¡Un Dios que corre como los niños! Lo propio del

Orientaciones didácticas

GUÍA PARA EL CATEQUISTA 51

Dios-Padre es perdonar, lo propio del Dios-Madre es abrazar. Un Dios al que siempre podemos volver sin ningún temor, un Dios al que no le importa cuán lejos nos hayamos ido; siempre tiene un espacio para nosotros.

Orientaciones para el trabajo con los alumnos

• Esta lectura es un poco más extensa de lo acostumbrado. Es importante que no se distraiga la atención de los alumnos para que no pierdan la riqueza de su contenido. Es conveniente que les propongas previamente que hagan silencio y que se tranquilicen, para que no se dispersen en medio de la lectura.

• Para hacer más atrapante e interactiva la lectura, podés proponerles a los niños que se repartan los personajes y lean la parábola ellos mismos. Un alumno hará de Jesús, que es el narrador; otro hará de hijo menor; otro personificará al padre; otro será el servidor y, por último, otro será el hijo mayor que regresa.

• Para comprender más el impacto de la novedad de Jesús, será oportuno recordar la importancia fundamental que tenía para la cultura la fidelidad y el honor a la familia. Esto era prácticamente, junto con el culto a Dios, uno de los valores más importantes.

• Este texto de Lucas es una parábola. El objetivo de todas las parábolas es didáctico, buscan en-señar y explicar algún aspecto de Dios o del Reino de Dios. En este caso, Jesús quiere contarles a los demás cómo es Dios. Con esta revelación, podemos preguntarnos: ¿cómo era nuestra idea de Dios antes de leer la parábola? ¿Creemos realmente que es así el Dios de nuestra fe? ¿Creemos más en un Dios juez o en un Dios que nos perdona y nos abraza como hijos?

• El objetivo de la celebración en la que se propone esta lectura es resaltar la gran misericordia del Padre que siempre perdona. En esta ocasión, para no perder el eje será conveniente no disper-sarse mucho con los elementos secundarios.

• Te pueden resultar útiles estos disparadores para reflexionar con los niños: a. La recapacitación del hijo perdido. b. La triste espera del padre por su hijo. c. El “abrazo” del padre. d. La fiesta de bienvenida cuando el hijo vuelve al padre. e. Los celos y el resentimiento del hijo mayor.• Algunas preguntas para profundizar más sobre el texto: a. ¿Qué creen que sentía cada uno de los tres personajes principales? b. ¿Con qué personaje te sentís más identificado? c. ¿Cómo creés que reaccionó el hijo mayor ante la respuesta del padre?

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Lectura 4

13 “Ese mismo día, dos de los discípulos iban a un pequeño pueblo llamado Emaús, situado a unos diez kilómetros de Jerusalén. 14 En el camino hablaban sobre lo que había ocurrido. 15 Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió caminando con ellos. 16 Pero algo impedía que sus ojos lo reconocieran.17 Él les preguntó: ‘¿Qué comentaban por el camino?’. 18 Ellos se detuvieron, con el semblante triste, y uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: ‘¡Tú eres el único forastero en Jerusalén que ignora lo que pasó en estos días!’. 19 ‘¿Qué cosa?’, les preguntó. Ellos respondieron: ‘Lo referente a Jesús, el nazareno, que fue un pro-feta poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo, 20 y cómo nuestros sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para ser condenado a muerte y lo crucificaron. 21 Nosotros esperábamos que fuera él quien librara a Israel. Pero a todo esto ya van tres días que sucedieron estas cosas. 22 Es verdad que algunas mujeres que están con nosotros nos han desconcertado: ellas fueron de madrugada al sepulcro, 23 y al no hallar el cuerpo de Jesús, volvieron diciendo que se les habían aparecido unos ángeles, asegurándoles que él está vivo. 24 Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y encontraron todo como las mujeres habían dicho. Pero a él no lo vieron’.25 Jesús les dijo: ‘¡Hombres duros de entendimiento, cómo les cuesta creer todo lo que anunciaron los profetas! 26 ¿No será necesario que el Mesías soportara esos sufrimientos para entrar en su gloria?’. 27 Y comenzando por Moisés y continuando en todas las Escrituras lo que se refería a él.28 Cuando estaban ya cerca del pueblo al que iban, Jesús hizo un ademán de seguir adelante. 29 Pero ellos le insistieron: ‘Quédate con nosotros, ya es tarde y el día se acaba’. Él entró y se quedó con ellos.30 Y estando en la mesa, tomó el pan y pronunció la bendición; luego lo partió y se lo dio. 31 Entonces los ojos de los discípulos se abrieron y lo reconocieron, pero él había desaparecido de su vista. 32 Y se decían: ‘¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?’”.

(Lc 24, 13-32)

Este relato de Lucas recupera una escena de gran intimidad. El resucitado se les aparece a dos peregrinos que iban camino a Emaús. Esos dos discípulos pueden representar a muchos cristianos actuales. Todos estamos invitados a emprender ese camino desde Jerusalén a Emaús y reactua-lizarlo cada vez. Allí, el evangelista advierte acerca de una gran tentación: conocer mucho sobre Jesús pero no encontrarse con él.Los discípulos, en apariencia, poseen todo lo necesario para creer. Han aprendido las Sagradas Escrituras desde pequeños, han oído el mensaje de Jesús, les han contado de sus obras y han llorado su muerte en la cruz. Han escuchado también el mensaje de los testigos de su resurrec-ción. Pero sus ojos siguen ciegos. Sus oídos aún escuchan palabras e historias vacías. La dureza y la frialdad de su corazón no les permiten sentir la vida siempre viva de Jesús. ¿Cuántas veces las vendas del camino no nos permiten ver a Jesús vivo en medio nuestro?

Su andar era triste. Caminaban a Emaús pero su corazón estaba perdido, desorientado, sin rumbo. El evangelista describe que se sienten defraudados. En quien habían depositado su confianza ha

“¿No ardía acaso nuestro corazón…?” (Encuentro 10, p. 82)

Orientaciones didácticas

GUÍA PARA EL CATEQUISTA 53

dejado su proyecto inconcluso. Se sienten inseguros, confundidos, angustiados. Su fe se ha apa-gado. Se ha vuelto débil. La comunidad ha empezado a fragmentarse después de la crucifixión. Camino a Emaús comienzan a alejarse y a aislarse, casi como escapando. Se sienten frustrados. El Mesías no ha cumplido su voluntad de liberar a Israel del poder político de Roma. Ellos esperaban que las cosas fueran como ellos las querían. No habían comprendido el sentido profundo de sus palabras y esperaban que las cosas fueran a su modo. Se habían vuelto “cristianos sin Jesús”.

Sin embargo, no pueden olvidar lo que vivieron y escucharon de Él. No se resignan y siguen con-versando y discutiendo. En ese momento, cuando más lo necesitan para no derrumbarse, Jesús aparece. Para encontrarnos con Jesús, no alcanza con esperarlo de brazos cruzados y tristes. Solo aquellos que caminan a pesar de las dudas, aquellos que lo buscan, son los que encuentran la presencia viva del resucitado.

A pesar de que hablaban de él, Jesús no los reprende cuando no lo reconocen. No se enoja por no haber sido reconocido ni hace alarde de su identidad. Se pone a caminar con ellos y pacientemente los acompaña. Esa es su vocación: acompañar caminos. Su presencia es discreta. Se interesa por la vida de ellos. Él respeta los tiempos de cada uno. Él conoce el corazón del hombre, sabe del ritmo lento de las cosas profundas. Su presencia es incondicional, incluso cuando el camino no es el correcto. Jesús va compartiendo el camino y todos los caminos. Es un caminante incansable. Su pasión no le da descanso; el Reino de Dios lo reclama. Durante el camino, Jesús los consuela y los va ayudando a reinterpretar su propia vida, a verla con ojos nuevos; los invita a volver a confiar en la historia, a enamorarse nuevamente de ese Dios que ama la vida y que cumple sus promesas.

La noche se vino sobre ellos. Además del sol, se oscureció su fe y se desdibujó su esperanza. Es el momento en que invaden las dudas, las preguntas, y donde se hace difícil reconocer a Jesús con tan poca luz en nuestra vida. Pero en el corazón de los peregrinos ya había comenzado a latir sangre nueva. Esa presencia había tocado su corazón. Sin conocerlo, sentían la cercanía y la calidez de ese hombre. Sin darse cuenta ya había empezado a actuar en su interior. No es su boca la que habla, es su corazón el que grita: “¡Quédate con nosotros!”. Jesús no se les impone. Les da el espa-cio de libertad para que decidan si quieren acogerlo. Seguir a Jesús y encontrarlo vivo en nuestro camino tiene que surgir de una respuesta de fe libre.

El compartir descifra quién es Él realmente. El mismo gesto inolvidable de sentarse a la mesa y fraccionar el pan, que realizó con sus amigos antes de que lo arrestaran y lo crucificaran, lo rea-liza con cada uno que se encuentra con él. Con ese signo se despierta la fe y se abren los ojos. Pero, sobre todo, el corazón. Lo hace arder. Hasta entonces, los peregrinos solo sabían de Jesús, conocían su historia y sus promesas, pero no lo habían sentido. En el compartir experimentaron en primera persona a Jesús resucitado, vivo en medio de ellos. La verdadera fe es la que alimenta Jesús. La que encuentra en sus palabras y su vida entregada su fundamento.

Orientaciones para el trabajo con los alumnos

• Antes de direccionar la lectura para iluminar el objetivo del encuentro, proponeles a los niños que compartan las sensaciones que tuvieron al escucharla. Podés comenzar preguntando: ¿qué les llamó más la atención?, ¿qué les pareció raro?

• Te aconsejamos acompañar la lectura con tres signos: un par de zapatillas, una biblia y un pan.

Lecturas comentadas

AMIGOS PARA EL ENCUENTRO 454

Lecturas comentadas

El calzado es el signo del camino, del seguimiento; la Palabra hará referencia al momento donde el resucitado les explica las Escrituras; y, por último, el pan representa el compartir la Eucaristía en la mesa. Luego de la lectura y el trabajo de la guía, que los alumnos relacionen y descubran juntos el significado de cada signo.

• Luego de la proclamación del pasaje (la lectura completa del texto), podés proponer una segunda lectura de análisis, más detenida, para señalar explícitamente el paralelismo entre el texto y la estructura de la misa, trabajada en la página 81. Para ello, la guía propone dividir la lectura en dos momentos.

• Si es posible, podés coordinar con un sacerdote para celebrar una misa. Podés solicitarle que sea didáctico para señalar cada momento y su sentido. Además, podés armar la guía que acom-paña la celebración y hacer referencia a sus partes relacionándola con la lectura trabajada. De ese modo invitamos a recordar en la misa aquel momento en que Jesús comparte el pan con los discípulos de Emaús.

• Dice el Evangelio que en su encuentro con Jesús, los caminantes sintieron que “ardía su cora-zón”. Ese también debería ser nuestro sentir en cada misa. Conversá con tus alumnos acerca de qué podemos entender de esa bella expresión poética.

• Algunas preguntas para profundizar más sobre el texto: ¿cuáles son nuestros motivos cuando estamos tristes?, ¿qué hace que se debilite nuestra fe?, ¿cuáles son las vendas que no nos per-miten reconocer a Jesús?

Anexo sobre el tiempo litúrgico

Tiempo ordinario

Al Tiempo ordinario se lo conoce también como “Tiempo común” o “Tiempo durante el año”. Si bien se lo llama “ordinario”, no significa que sea un tiempo litúrgico de poca importancia, sino que simplemente se lo distingue, con ese nombre, de los “tiempos fuertes”, que son el Tiempo de Pascua y el Tiempo de Navidad, con su preparación y su prolongación.El Tiempo ordinario comienza cuando concluye el Tiempo de Navidad. Con el Bautismo del Señor comienza el primer Tiempo ordinario, que termina en la Cuaresma. El segun-do Tiempo ordinario comienza luego de Pentecostés, y culmina con la fiesta de Cristo Rey, donde comienza el Tiempo de Adviento. El Tiempo ordinario es el que ocupa la mayor parte del Año Litúrgico, ya que, de las 52 semanas que tiene el año, dura entre 33 y 34.El color de la vestimenta del sacerdote y del altar es el verde, que representa la espe-ranza en Cristo.Durante el Tiempo ordinario se medita acerca de los misterios de la vida de Cristo. Lo contemplamos mientras va creciendo, aprendiendo y convocando a sus apóstoles; misionando, evangelizando y cumpliendo en todo la voluntad del Padre. De la misma manera, en este tiempo la Iglesia nos pide que también nosotros avancemos en la vida, creciendo en el amor, la fe y la esperanza.Es un tiempo para fijar la mirada en Jesús, verdadero Dios y verdadero Hombre, que nos enseña con sus actos, gestos y palabras el camino del Evangelio. Es un tiempo de aprendizaje, de entrega y de crecimiento haciendo memoria del pasado, viviendo el presente con amor y mirando el futuro con esperanza, sabiendo que Jesús es el mismo ayer, hoy y siempre. En este tiempo se va creciendo en la comprensión de la persona y la misión de Jesús como salvador del mundo.

Fiestas y celebraciones del Tiempo ordinario

La celebración del misterio de Cristo a lo largo del año comprende una serie de solem-nidades y fiestas del Señor:• 2 de febrero. Se celebra la presentación del Señor en el templo a los cuarenta días

de la Navidad.• 25 de marzo. Es la fiesta de la anunciación del Señor, donde celebramos la encarna-

ción del Hijo de Dios. Se celebra nueve meses antes del 25 de diciembre.• El domingo siguiente a Pentecostés se celebra la solemnidad de la Santísima Trinidad,

donde se alaba y se agradece por el amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.• El domingo siguiente se celebra la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo.• El domingo siguiente se celebra la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. • El domingo 6 de agosto se celebra la Transfiguración del Señor.• El 14 de septiembre se celebra la fiesta de la exaltación de la Santa Cruz.• El 1 de noviembre se celebra el Día de todos los Santos.

Guía para el catequista 55

Anexo sobre el tiempo litúrgico

• El 2 de noviembre es la conmemoración de todos los fieles difuntos.• El último domingo del Año Litúrgico se celebra la solemnidad de Jesucristo, rey del

universo. En esta fiesta se celebra la manifestación gloriosa de Cristo, que ha de venir para consumar toda la historia de la Salvación. Cristo es el Señor de la Historia. Esta fiesta cierra el Año Litúrgico y, a la vez, nos ayuda a disponer el corazón para comen-zar el Adviento.

Principales fiestas marianas

A continuación, se mencionan las principales fiestas del Año Litúrgico dedicadas a la Virgen María. Cabe aclarar que algunas de ellas no pertenecen al Tiempo ordinario.• 1 de enero. María, madre de Dios. • 11 de febrero. Nuestra Señora de Lourdes.• 13 de mayo. Nuestra Señora de Fátima.• 31 de mayo. Visitación de nuestra Señora.• 27 de junio. Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.• Sábado de la tercera semana de Pentecostés. Inmaculado corazón de María. • 16 de julio. Nuestra Señora del Carmen.• 15 de agosto. Asunción de la Virgen María a los Cielos. • 8 de septiembre. Nacimiento de la Virgen María.• 15 de septiembre. Nuestra Señora de los dolores.• 7 de octubre. Nuestra Señora del Rosario.• 21 de noviembre. Presentación de la santísima Virgen.• 27 de noviembre. La Medalla Milagrosa.• 8 de diciembre. Inmaculada Concepción.• 12 de diciembre. Nuestra Señora de Guadalupe.

Tiempo de Adviento

El Tiempo de Adviento comienza el domingo más cercano al 30 de noviembre. Es el tiempo con el que comienza el Año Litúrgico.El Adviento dura las cuatro semanas previas a la Navidad y finaliza el 24 de diciembre. El color de la vestimenta del sacerdote y del altar es el morado, que representa auste-ridad, penitencia y preparación.La palabra adviento significa “venida”, “llegada”, y representa el tiempo de preparación para la Navidad, en el que la Iglesia se dispone para el “advenimiento” del Hijo de Dios al mundo. Cada domingo de este tiempo nos disponemos para celebrar con mayor conciencia y plenitud la alegría del nacimiento de Jesús. La Iglesia nos invita a mirar nuestros cora-zones para preparar nuestro pesebre interior en el que pueda nacer el Hijo de Dios.

56 Amigos para el encuentro 4

Anexo sobre el tiempo litúrgico

• Primer domingo de Adviento: la liturgia nos invita a poner la mirada en la venida gloriosa de Jesús, y a vivir este tiempo con esperanza.

• Segundo domingo de Adviento: la Iglesia nos invita a convertir nuestros corazones y a prepararnos para la venida de Jesús siguiendo los consejos de Juan el Bautista.

• Tercer domingo de Adviento: la Iglesia se prepara para la pronta llegada al mundo del Salvador. Preparamos nuestros corazones para que Jesús encuentre un lugar en nuestra vida.

• Cuarto domingo de Adviento: María, con su disponibilidad, su obediencia y su con-fianza, nos enseña a recibir a Jesús, el Dios hecho hombre, que viene a salvarnos y a mostrarnos su amor.

La corona de Adviento

En el Tiempo de Adviento se prepara la corona de Adviento, con ramas verdes y cuatro velas. El color verde representa la esperanza y la vida. Es circular ya que hace referencia a Dios, quien no tiene ni principio ni fin. Cada domingo de Adviento se enciende una vela.

Oración para bendecir la corona de Adviento

Te pedimos, Padre bueno,que bendigas esta corona de Adviento,para que nos ayude a preparar nuestro corazónpara la llegada de tu Hijo Jesús.Que cada vela encendida nos recuerdeque Jesús es la luz del mundo,que nos llama a iluminar con su amorla vida de los demás. Amén.

Tiempo de Cuaresma

El Tiempo de Cuaresma comienza el “Miércoles de Ceniza”, dura cuarenta días y finaliza en la Semana Santa. El color de la vestimenta del sacerdote y del altar es el morado, que representa auste-ridad, penitencia y preparación.La palabra cuaresma significa “cuarenta”. En este tiempo recordamos los cuarenta días que permaneció Jesús en el desierto, en los que hizo ayuno y rezó para preparar su corazón y dar su vida. En la Biblia, el número cuarenta significa “preparación” y “puri-ficación”. La Cuaresma es un tiempo litúrgico de preparación muy importante, ya que es el camino hacia la Pascua. No es un tiempo para estar tristes, sino una oportunidad para la conversión, la reflexión y la renovación de la fe, para poder preparar con mayor alegría la fiesta de la Pascua.

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Anexo sobre el tiempo litúrgico

El símbolo de la ceniza tiene su origen en la Biblia (Jonás 3, 6; Judit 4, 11; Jeremías 6, 26). En los comienzos de la Iglesia, los fieles eran rociados con cenizas como parte del rito de reconciliación. Hoy en día, en la misa del Miércoles de Ceniza se bendicen las cenizas y luego se imponen a los fieles como signo de humilde aceptación de la fragili-dad humana y de la gran confianza en la misericordia de Dios.En este tiempo, además, la Iglesia propone diversas prácticas “cuaresmales”, con el ob-jeto de disponer a nuestros corazones para la Pascua:• Ayuno: el verdadero sentido del ayuno es abrir el corazón a Dios y a los demás. Se

trata de ponernos en el lugar de las personas que menos tienen y privarnos de algo que nos guste, pensando en el prójimo y ofreciéndoselo a Jesús. Esta actitud nos ayuda a descubrir todo lo que tenemos, a dar gracias y a vencer nuestros egoísmos.

• Oración: si bien es importante hablar con Dios cada día, en la Cuaresma la oración nos ayuda a poner la mirada en lo verdaderamente importante, y a tener a Jesús pre-sente en nuestra vida cotidiana.

• Limosna: la limosna no es dar lo que nos sobra, sino compartir con otros sabiendo que nosotros también tenemos nuestras pobrezas y que todos necesitamos de los demás.

Mensaje del papa Francisco

“La Cuaresma es un tiempo adecuado para despojarse, y nos hará bien preguntarnos de qué podemos privarnos a fin de ayudar y enriquecer a otros con nuestra pobreza. No olvidemos que la verdadera pobreza duele: no sería válido un despojo sin esta dimensión penitencial. Desconfío de la limosna que no cuesta y no duele. Que el Espíritu Santo sostenga nuestros propósitos y fortalezca en nosotros la atención y la responsabilidad ante la miseria humana, para que seamos misericordiosos y agentes de misericordia. Con este deseo, aseguro mi oración por todos los creyentes. Que cada comunidad eclesial recorra provechosamente el camino cuaresmal”. (Mensaje para la Cuaresma, 2014).

Tiempo de Navidad

El Tiempo de Navidad comienza el 24 de diciembre, dura dos semanas y finaliza el do-mingo siguiente a la Fiesta de la Epifanía, el 6 de enero. El color de la vestimenta del sacerdote y del altar es el blanco, que simboliza la fiesta.En la Navidad celebramos el nacimiento del Salvador. El Hijo de Dios se ha hecho hom-bre. En el Misterio de la Navidad contemplamos el amor de Dios por toda la humanidad. En el pesebre, Dios nos habla en medio del silencio de la noche y nos invita a hacernos niños para poder recibir la Buena Noticia de la Salvación: “Jesús nació en la humildad de un establo, en una familia pobre. Unos sencillos pastores son los primeros testigos del acontecimiento. En esta pobreza se manifiesta la gloria del cielo”. (Catecismo de la Iglesia Católica, 525).

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Anexo sobre el tiempo litúrgico

El Hijo de Dios podría haber nacido en cualquier lugar, sin embargo lo hizo en un pese-bre sencillo y humilde, rodeado del amor de su familia. Hoy, Jesús también quiere que nuestro corazón sea un pesebre sencillo en el que Él pueda nacer.Para los cristianos, el pesebre representa el lugar de donde brota la vida nueva, donde se manifiesta la ternura de un Dios que se deja abrazar, que se deja contemplar y amar por los hombres. El pesebre es un lugar de encuentro, de reflexión, de cariño, de sen-cillez, de canto, de alabanza, de fiesta sencilla y alegre, para compartir y para sonreír.La Navidad y la Epifanía son las dos fiestas clave de este tiempo. En la Navidad Dios se hace presente entre nosotros, y en la Epifanía se manifiesta a todos los pueblos repre-sentados en los magos venidos del Oriente.En este tiempo también celebramos la fiesta de la Sagrada Familia, ya que Jesús, María y José son modelo de toda familia que supo acoger la Buena Noticia de la Salvación para toda la humanidad.El 1 de enero celebramos el día de María, que aceptó el plan de Dios desde el día de la Anunciación hasta el final. María es la Madre de Jesús, que es verdadero Dios y ver-dadero hombre.

Oración para la Cena de Nochebuena

Niño Jesús, gracias por venir a nosotros. Gracias por hacerte hombre por amor.Gracias por nacer en un pesebre sencilloy mostrarnos la verdadera felicidad.Gracias por regalarnos a María y a José,para que nuestras familias sean un verdadero Belén.Te pedimos que nos bendigas y que bendigas estos alimentos y las manos que los prepararon con amor.Te damos gracias por tener algo para compartir.

Tiempo de Pascua

El Tiempo de Pascua comienza el Domingo de Pascua, dura cincuenta días y finaliza el Domingo de Pentecostés. El color de la vestimenta del sacerdote y del altar es el blan-co, que simboliza la fiesta.La Pascua es el centro del Año Litúrgico. Es la fiesta de la Resurrección, en la que cele-bramos la victoria de Jesús sobre el mal, la muerte y el pecado. Es muy importante tener en cuenta que la celebración de la Pascua no dura solo el do-mingo de Resurrección, sino que se prolonga durante cincuenta días. En este tiempo, la Iglesia festeja con alegría el “paso” de Jesús de la muerte a la vida. Es un tiempo de alegría y gozo.

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Anexo sobre el tiempo litúrgico

El Triduo Pascual comienza el Jueves Santo, a la tarde, y finaliza el domingo de Resurrección. Su centro es la Vigilia Pascual.

Celebración de la Vigilia Pascual

En la celebración de la Vigilia Pascual, el templo permanece a oscuras. Esta oscuridad representa el sentirnos alejados de Dios por el pecado. Pero en medio de la oscuridad surge una luz, Cristo, que viene a iluminar a toda la humanidad.Los pasos de la celebración de la Vigilia Pascual son los siguientes:• Se realiza la bendición del fuego y se enciende el Cirio Pascual, que representa a

Cristo resucitado.• Se encienden los cirios, a través de los cuales recordamos nuestro Bautismo.• Se reza el pregón pascual, una oración que refleja la alegría por la victoria de Cristo.• En la Liturgia de la Palabra se leen siete lecturas del Antiguo Testamento. A continua-

ción, se canta el Gloria, mediante el cual alabamos a Dios. • Se lee una Carta de San Pablo para dar paso al Nuevo Testamento, se canta el Aleluya,

que refleja la alegría de la Resurrección, y se escucha la proclamación del Evangelio. • En la Liturgia bautismal se bendice el agua, se renuevan las promesas bautismales y

se bendice al pueblo con el agua. • Se reza la oración de los fieles.• En la Liturgia de la Eucaristía se realiza la presentación de las ofrendas, el prefacio, la

comunión y el envío final.

Bendición de la mesa de Pascua

Jesús, hoy nos reunimos alrededor de la mesapara dar gracias por dar tu vida por nosotros.Hoy queremos en familia celebrar tu resurrección.Bendecinos con tu amorpara que podamos darnos a los demás,compartiendo lo que tenemos, amándonos y dejándonos amar.Que tu “paso” a la vida nos dé fuerzas para hacer el bien y para ser cada día más parecidos a vos. ¡Feliz Pascua, Feliz Paso! Amén.

Meditación del Vía Lucis

Así como el Viernes Santo meditamos el Vía Crucis, que es el camino de la cruz de Jesús, en el Tiempo de Pascua la Iglesia nos propone acompañar a Jesús, en la alegría de la resurrección, meditando el Vía Lucis, que es el camino de la luz. A continuación, se listan los textos bíblicos de esta meditación:

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Anexo sobre el tiempo litúrgico

• Estación 1: Jesús resucita. Mc 16, 1-8.• Estación 2: Pedro y Juan creen que Jesús ha resucitado. Jn 20, 1-10.• Estación 3: Jesús resucitado se aparece a María Magdalena. Jn 20, 11-18.• Estación 4: Jesús resucitado muestra su cuerpo glorioso. Jn 20, 19-21.• Estación 5: Jesús resucitado llama “felices” a los que creen. Jn 20, 24-29.• Estación 6: Jesús resucitado anima a los que están tristes. Lc 24, 13-27.• Estación 7: Jesús resucitado parte el pan. Lc 24, 28-32.• Estación 8: Jesús resucitado llena de alegría a sus discípulos. Jn 21, 1-14.• Estación 9: Jesús resucitado da el poder de perdonar. Jn 20, 21-23.• Estación 10: Jesús resucitado llama a Pedro para una gran misión. Jn 21, 15-17.• Estación 11: Jesús resucitado envía a los apóstoles por el mundo para evangelizar.

Mc 16, 14-18.• Estación 12: Jesús resucitado nos promete que siempre estará con nosotros. Mt 28,

16-20.• Estación 13: Jesús sube al Cielo para mostrarnos el camino. Lc 24, 50-52.• Estación 14: Jesús nos envía con el Padre el Espíritu Santo desde el Cielo. Hch 2, 1-4.

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