ALBERTO ROUGÉS

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HISTORIA DE LA FILOSOFÍA ARGENTINA Página 1 de 14 TEMA VI ALBERTO ROUGÉS: LAS JERARQUÍAS DEL SER Y LA ETERNIDAD. Capítulo I: La vida espiritual y la vida de la Filosofía. Totalidades sucesivas El sentido del pensamiento va a hallarse pendiente hasta el final de tal manera que solamente, y no antes, podrá conocer su significado. Pasado, presente y futuro del acto creador formarán un todo indivisible, a tal punto que sería lícito afirmar que los tres nacen y crecen juntos hasta que aquel haya terminado. Sería tal vez más apropiado decir que no existen propiamente un pasado y un futuro del pensamiento que creamos, sino un presente que crece y se enriquece constantemente, ya que el presente de una conciencia comprende siempre en su campo de visión un pasado y un futuro. Supervivencia del pasado. Todo pasa allí afuera, nada puede permanecer, incluso las palabras con que tal vez estamos expresando en alta voz nuestro pensamiento. Todo pasa allí afuera, pero aquí, dentro de nosotros, todavía está presente lo que hemos pensado ya. Sus momentos sucesivos están aquí reunidos, no ha sido necesario que uno termine para que comience el otro, todos juntos están creando su sentido, que se halla pendiente aún de lo que va a venir. Y lo que estamos pensando se halla presente aún, no porque haya vuelto, evocado por nosotros, sino porque no se ha ido, no ha pasado. Mientras el devenir del mundo físico corre inconteniblemente y no puede dejar de pasar, nosotros estamos participando de la eternidad, tal cual la entendían los neoplatónicos. En otras palabras: el ser de nuestro acto creador, en cualquier instante que lo consideremos, no es solamente ese instante, sino por lo menos, todo su pasado. En cambio, si en ese mismo instante consideramos el devenir del mundo físico de las concepciones científicas de la realidad, no encontraremos en él nada de su pasado, pues éste se ha anonadado. “El punto material, tal cual lo concibe la mecánica, dice Bergson, se halla en un eterno presente”. Agreguemos nosotros que ese presente es tan sólo el instante, y que ésa es también la condición de las sustancias físicas. La anticipación del futuro. Observemos que la creación de un pensamiento que estamos examinando no marcha al azar. Va guiada por el futuro, que se anticipa en cierta medida encarnándose en propósitos, anhelos, presentimientos, anuncios, etc. El futuro va así determinando el presente, mientras se forma el todo orgánico que es nuestra creación. Ambos se compenetran formando un todo. Gracias a la anticipación del futuro, que hemos hallado en el ejemplar de la vida espiritual que estamos considerando, el futuro no es una mera consecuencia del pasado, puesto que determina a éste al mismo tiempo que es determinado por él, contrariamente a lo que ocurre en el mundo físico.

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Vida y obra del pensador argentino cuya importancia es fundamental para la filosofía

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TEMA VI

HISTORIA DE LA FILOSOFA ARGENTINA

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TEMA VI

ALBERTO ROUGS: LAS JERARQUAS DEL SER Y LA ETERNIDAD.

Captulo I: La vida espiritual y la vida de la Filosofa.

Totalidades sucesivas

El sentido del pensamiento va a hallarse pendiente hasta el final de tal manera que solamente, y no antes, podr conocer su significado. Pasado, presente y futuro del acto creador formarn un todo indivisible, a tal punto que sera lcito afirmar que los tres nacen y crecen juntos hasta que aquel haya terminado.

Sera tal vez ms apropiado decir que no existen propiamente un pasado y un futuro del pensamiento que creamos, sino un presente que crece y se enriquece constantemente, ya que el presente de una conciencia comprende siempre en su campo de visin un pasado y un futuro.

Supervivencia del pasado.

Todo pasa all afuera, nada puede permanecer, incluso las palabras con que tal vez estamos expresando en alta voz nuestro pensamiento. Todo pasa all afuera, pero aqu, dentro de nosotros, todava est presente lo que hemos pensado ya. Sus momentos sucesivos estn aqu reunidos, no ha sido necesario que uno termine para que comience el otro, todos juntos estn creando su sentido, que se halla pendiente an de lo que va a venir. Y lo que estamos pensando se halla presente an, no porque haya vuelto, evocado por nosotros, sino porque no se ha ido, no ha pasado. Mientras el devenir del mundo fsico corre inconteniblemente y no puede dejar de pasar, nosotros estamos participando de la eternidad, tal cual la entendan los neoplatnicos.

En otras palabras: el ser de nuestro acto creador, en cualquier instante que lo consideremos, no es solamente ese instante, sino por lo menos, todo su pasado.En cambio, si en ese mismo instante consideramos el devenir del mundo fsico de las concepciones cientficas de la realidad, no encontraremos en l nada de su pasado, pues ste se ha anonadado.

El punto material, tal cual lo concibe la mecnica, dice Bergson, se halla en un eterno presente. Agreguemos nosotros que ese presente es tan slo el instante, y que sa es tambin la condicin de las sustancias fsicas.

La anticipacin del futuro.

Observemos que la creacin de un pensamiento que estamos examinando no marcha al azar. Va guiada por el futuro, que se anticipa en cierta medida encarnndose en propsitos, anhelos, presentimientos, anuncios, etc. El futuro va as determinando el presente, mientras se forma el todo orgnico que es nuestra creacin. Ambos se compenetran formando un todo.

Gracias a la anticipacin del futuro, que hemos hallado en el ejemplar de la vida espiritual que estamos considerando, el futuro no es una mera consecuencia del pasado, puesto que determina a ste al mismo tiempo que es determinado por l, contrariamente a lo que ocurre en el mundo fsico.

Lo que llevamos expuesto justifica la siguiente conclusin: El ser del mundo fsico en un instante cualquiera, es solamente ese instante, pues carece de pasado y de futuro.Nuestro acto creador, por ser dueo de un pasado y de un futuro, participa de la eternidad, es un jaln en el campo hacia la eternidad.

Previsin cientfica y visin creadora.

Es esta una proyeccin del pasado hacia el futuro, pues determina lo que ser. La previsin cientfica ve lo que se repite, lo que se halla sometido a la necesidad, lo que una ley permite determinar en funcin del pasado.

Bergson no ha percibido otra visin del futuro que la proyeccin de ste en el pasado, cuyo tipo ms perfecto es la previsin cientfica, y por eso la niega all donde el pasado no se repite, sino que se crea lo irreductiblemente nuevo, es decir, en lo espiritual. (Autor: es tan terminante la opinin de Bergson de que es imposible prever, en cualquier forma, el futuro de una vida espiritual, que hasta se niega a dar una idea de conjunto al respecto de la primera guerra, fundndose en la radical imprevisibilidad de tal futuro).

Si nosotros mismos no podemos prever el acto que estamos realizando, a estar a esta concepcin bergsoniana, cmo podramos ser responsables de l?. Nuestra responsabilidad sera tanto menor cuanto ms fuera tal acto una creacin, cuanto ms libre fuera. Se ha dicho con razn, que la idea de Bergson sobre la imprevisibilidad destruye el fundamento de la moral.

Expresa Bergson que la esencia de la explicacin mecnica es considerar el futuro y el pasado como calculables en funcin del presente, y pretender as que todo est dado ya. En consecuencia, todo se halla rigurosamente determinado, todo es previsible, nada esencialmente nuevo puede producirse. En contraposicin al mecanicismo, afirma que en lo que respecta a la vida en general, que sta es creacin de lo irreductiblemente nuevo, de tal manera que el futuro no puede ser determinado en funcin del pasado, salvo en los mecanismos que construye lo viviente.

Accin del presente sobre el pasado.

Si llamramos pasado, como en el devenir fsico, a lo que ha dejado de existir, tendramos que decir que el ejemplar de vida espiritual que examinamos no tiene pasado, puesto que contina existiendo. Pero, respetando la terminologa corriente, llamaremos pasado, en relacin a un momento dado, la parte del proceso creador que se ha cumplido hasta ese momento, por ms que ella contine existiendo an.

Hemos dicho que el pensamiento que creamos est pendiente hasta el final, pues el pasado de dicho acto va cobrando un sentido, va volvindose pasado de ste o aquel acto creador, pasado original de una acto original. Quiere decir que hasta que la creacin termina el pasado no es irrevocable, no es definitivamente concluido, sino algo que va siendo, algo que va a ser.

Gracias a esta manera particular de ser de nuestro acto creador, el presente puede determinar al pasado, al mismo tiempo que es determinado por ste, y formar con l un todo indivisible.

Si es dable decir que el presente y el futuro se encuentran a la merced del pasado, es lcito tambin afirmar que el pasado se halla a la merced del futuro y del presente. Bergson ha tenido una intuicin de este carcter esencial de nuestra vida espiritual, cuando ha hablado del misterioso poder que el presente ejerce sobre el pasado.

En conclusin, el pasado del devenir fsico es irrevocable, porque se anonada, por lo que no cabe en l una accin recproca de sus momentos. En otras palabras, no puede existir en el mundo fsico una totalidad sucesiva. En cambio, aquella accin es un carcter esencial en nuestro ejemplar de vida espiritual, y en general en toda la espiritualidad, porque en tal realidad el pasado coexiste con el presente. El mundo espiritual es, esencialmente, un mundo de totalidades sucesivas, de totalidades en las que el pasado es irrevocable. San Agustn y la coexistencia de lo sucesivo

A diferencia de Locke, que recurre nicamente al devenir fsico, San Agustn apela al acontecer espiritual. Si reflexionamos sobre el tiempo veremos que si bien el futuro no existe an, la espera del futuro ya est en el espritu; se halla todava en el espritu el recuerdo del pasado. En cuanto al presente, l es solamente un punto fugitivo, un instante carente de duracin, pues si la tuviera, ella se dividira en una pasado y en un futuro, los que, no existen.

En vez de decir que existen tres tipos de tiempos: el pasado, presente y futuro, se debiera decir, si la expresin es permitida, que existen tres tiempos el presente del pasado, el presente del presente y el presente del futuro. Esos tres modos, agrega San Agustn, estn en el espritu y no los veo en otro lugar. El presente de las cosas pasadas es la memoria, el presente de las cosas presentes es la visin directa y el presente de las cosas futuras es la espera.

La vida de la Filosofa.

Frecuentemente el pensamiento de los maestros se empobrece en los discpulos, pierde contenido, amplitud y vitalidad, y hasta se desnaturaliza por completo. En tal caso, la filosofa puede, evidentemente renovarse volviendo a su origen, es decir, al maestro, como lo ha hecho tantas veces.

No es raro en filosofa que se reactualicen antiguos problemas abandonados y con ellos, antiguas doctrinas filosficas, y germinen y se desarrollen simientes dejadas por algn gran filsofo, que han permanecido infecundas durante siglos.

Ocurre tambin que una filosofa no encuentre eco en la poca en que nace y debe esperar mucho tiempo para convertirse en una corriente de pensamiento. Es lo que aconteci con la concepcin FENOMENISTA DE LA REALIDAD, de Hume, es decir, con la concepcin de una realidad sin substancias, constituida por un agregado y una sucesin de fenmenos irreductiblemente heterogneos entre s y, por consiguiente, sin vnculo racional, sin identidad en el tiempo. Esta concepcin renace en Kant, despus en Comte y llega a nuestros das estrechamente vinculada al saber cientfico.

Hemos visto ya que la ciencia, a diferencia de la filosofa, va acumulando sus adquisiciones y va previendo cada vez mejor. En cambio la filosofa es mltiple, florece al mismo tiempo en varios grandes sistemas, cuyas controversias se mantienen a travs de los siglos, como si aquella quisiera aproximarse a su meta por mltiples caminos a la vez, mltiples y, al parecer, contradictorios.

La filosofa se despoja en cada verdadero filsofo de todas sus adquisiciones, hasta ser la conciencia dolorosa de una profunda ignorancia, hasta no saber nada como Scrates. En cada filsofo desciende el caos primigenio, vive de nuevo la incertidumbre angustiosa de las horas genesacas y se crea nuevamente a s misma.

Captulo II: El acontecer Fsico y el Fenomenismo

El acontecer fsico.

El devenir fsico es un constante llegar a ser y un anonadamiento constante. Es el ser que nace y renace sin cesar, que vio en el genio sensible de Platn.

Dado que en el mundo fsico toda adquisicin se verifica a costa de una prdida equivalente, es evidente que la identidad en el tiempo implica en l la ausencia de todo acontecer, y el acontecer la ausencia de la identidad en el tiempo, de tal manera que el cambio es un volverse otro, en el que un nuevo objeto viene a reemplazar a otro que perece. Las concepciones del mundo fsico deben optar para ser adecuadas a su objeto, entre un acontecer sin identidad o en una identidad sin acontecer.

El devenir cualitativo en el primer principios de la termodinmica.

Este anlisis del principio de termodinmica, en el que hemos hallado un prototipo de una concepcin sin identidad en el tiempo, nos permite confirmar nuestra tesis sobre el devenir fsico: en ste toda adquisicin exige una prdida correspondiente, todo acontecer es imposible sin el anonadamiento de su pasado. En consecuencia, los fenmenos sucesivos del devenir fsico se excluyen recprocamente, no pueden reunirse jams. El fenomenismo.

El fenomenismo concibe la realidad fsica como un puro acontecer fragmentados en fenmenos bien diferenciados entre s, que se repiten. No hay en tal realidad substancia alguna, ningn objeto permanente que la haga, aunque sea parcialmente, idntica en el tiempo. La realidad se vuelve constantemente otra. Todos los fenmenos de la sucesin en el tiempo, dice Kant, no son sino cambios, es decir, una existencia y una inexistencia sucesivas. Si los fenmenos constituyen toda la realidad fsica o, por lo menos, toda la realidad cognoscible, esta es pues, solamente un acontecer, una sucesin, constituida por nacimiento y anonadamientos.

Para Comte, el padre del positivismo, los hechos o fenmenos son la nica realidad cognoscible, y la ciencia debe concretarse a ellos. Su misin es conocerlos para preverlos. (Pie Pag.: Toda proposicin que, en definitiva, no se reduzca a la mera enunciacin de un hecho, particular o general, no puede ofrecer ningn sentido real o inteligible). Por consiguiente la nica hiptesis legtima es la que anticipa hechos observables.

En suma, el fenomenismo coherente consigo mismo, depurado de las inconsecuencias en que incurren tan frecuentemente sus mantenedores, concibe la realidad fsica como un puro acontecer en el que o hay objetos invariables, ni, por consiguiente, identidad en el tiempo.

Los fenmenos fsicos.

Poco se han preocupado los fenomenistas de definir con precisin la naturaleza de los elementos que constituyen, segn ellos, la realidad fsica. Nos referimos a los hechos fsicos o a los fenmenos fsicos. Es lo que llamamos un fenmeno fsico, u fenmeno puramente fsico o fsico-espiritual o, en ltimo anlisis, puramente espiritual?. Este ltimo problema se halla estrechamente vinculado a nuestro tema, que es el de la distincin del acontecer fsico y del acontecer espiritual.

Para el mecanicismo, las cualidades sensibles son subjetivas, es decir, fenmenos psquicos, no Fsicos. De ah que el fenomenismo se oponga rotundamente al mecanicismo.

La realidad fsica se halla constituida por los objetos de las percepciones exteriores, por los objetos percibidos, depurados de toda vida espiritual.

Cometi Hume el error de extender la concepcin del mundo fsico a la vida espiritual. Hume busca en el espritu la identidad de la realidad fsica, incompatible con todo acontecer, puesto que los momentos sucesivos de ella se excluyen recprocamente y, al no encontrarla, niega la identidad de nuestra vida espiritual, que no excluye el acontecer, porque sus momentos sucesivos pueden coexistir, puesto que su pasado supervive y su futuro se anticipa en cierta medida.

El positivismo de Comte es, no obstante sus inconsecuencias, una concepcin fenomenista de la realidad, aunque no se preocup por definir con claridad la naturaleza de los hechos fsicos que integran la nica realidad cognoscible, es evidente que no interviene en su concepcin de aquellos ningn elemento caracterstico de la vida espiritual.

Captulo III: El Fenomenismo y la realidad fsica.

Exterioridad de la substancia fsica y del fenmeno fsico.

Se dir acaso que hay una diferencia esencial entre el fenmeno fsica, y es que sta es concebida como independiente del conocimiento que de ella se tiene y el fenmeno no, de tal manera que este no trasciende del conocimiento, a la inversa de lo que ocurre con la substancia. Pero tal distincin es ilegtima. Si el objeto permanente, invariable, no puede existir en la conciencia sino fuera de ella, porque la conciencia es acontecer, tampoco puede existir en sta los fenmenos fsicos que se repiten necesariamente, como son los que se representa la ciencia, puesto que la conciencia de tales fenmenos es un hecho contingente , que puede o no ocurrir.

Hemos de concluir que tanto el mundo fsico de objetos invariables o substancias fsicas, como el mundo fsico constituido por objetos que nacen y perecen, es decir, por fenmenos fsicos, deben ser necesariamente concebidos por la ciencia como exteriores al conocimiento que de ellos tenemos, como existiendo independientemente de ste.

Divisin del acontecer fsico en fenmenos.

Hemos visto ya que para la concepcin fenomenista, la realidad fsica se halla fragmentada en fenmenos netamente diferenciados entre s. La distincin entre un fenmeno y el que le sigue, radica en la heterogeneidad de ambos, en la imposibilidad de que se reduzaca el uno al otro, o de que ambos refundan en un tercero.

La heterogeneidad recproca, radical, irreductible, de los fenmenos que se suceden inmediatamente, hace que cada uno e stos sea tan exterior al fenmeno contiguo, como lo son entre s los corpsculos elementales en la concepcin corpuscular de la materia.

Hume fragment en fenmenos el Devenir de Herclito. Fue el Demcrito del devenir.

Divididos lo fenmenos netamente delimitados, la realidad es una cadena de objetos que se suceden, que nacen, perecen, en la que el nacimiento de uno de ellos, el efecto, implica fatalmente el anonadamiento de otro, la causa. Como puede verse esta es la realidad fsica del fenomenismo, la realidad cuyo pasado perece y cuyo futuro no puede anticiparse; de tal manera que, en cualquier momento que se la considere se halla siempre circunscripta al fenmeno actual, a diferencia de lo que ocurre con la realidad espiritual, que desborda siempre del momento actual, hacia su pasado y hacia su futuro.En esta concepcin de la realidad, el fenmeno es la unidad del acontecer, pero como l no es instantneo y como su pasado se va anonadando y su futuro no se anticipa, no puede existir en su totalidad en ningn instante, slo puede existir sucesivamente.

Captulo IV: Irracionalidad y Fenomenismo.

Irracionalidad de la realidad del fenomenismo.

En el devenir cualitativo del fenomenismo, pues, el futuro no se halla implcito e el pasado, no nace de ste como una consecuencia de sus premisas. En otras palabras, en la concepcin fenomenista, la realidad es irremediablemente irracional. El devenir fsico se convierte en identidad, en el ser fsico, y nuestra concepcin de la realidad deja de ser fenomenista por la substancialista. El problema de la racionalidad de la realidad se halla as inseparablemente unido al de la concepcin de sta. Si nuestra posicin es fenomenista, la realidad es irracional. En cambio, si concebimos a sta constituida por substancias, la racionalizamos y, a la inversa, si la racionalizamos, la concebimos como integrada por substancias.

La substancia ha de ser concebida como existiendo independientemente del conocimiento que de ella tenemos, como concibi el substancialismo antiguo, que Kant combati. De otro modo no es una verdadera substancia y no puede cumplir la misin que Kant le asigna al conocimiento. La concepcin de la realidad emprica de Kant es, pues, definitiva, y al mismo tiempo, un substancialismo sin verdaderas substancias, y un fenomenismo del que se han eliminado los fenmenos.

En conclusin, al introducir Kant la substancia en la realidad emprica, ha racionalizado sta en la medida en que aquella participa de la naturaleza de una verdadera substancia.

Conviene que subrayemos aqu nuestra tesis acerca de la interdependencia entre la substancia y la racionalidad. Diremos, pues, que al racionalizar la realidad, sepmoslo o no, incorporamos a sta la substancia, y que si incorporamos la substancia a nuestra concepcin de la realidad, racionalizamos sta, aunque nuestro propsito no sea racionalizarla. El empirismo de Hume y el idealismo trascendental de Kant, aunque de estructura diferente, se hallan aqu reunidos bajo una misma bandera, sosteniendo ambos la irracionalidad de la realidad. Pero, al paso que Hume es consecuente con esta tesis del fenomenologismo y con la concepcin de la realidad de ste, Kant no lo es, puesto que incorpora la substancia a su realidad emprica, y, con ella la racionalidad.

Al iniciar el anlisis del fenomenismo, hemos manifestado que las concepciones de la realidad fsica deben optar, para ser adecuadas a su objeto, entre un acontecer sin identidad fsica en el tiempo (o invariabilidad) y una identidad sin acontecer. Esto es una consecuencia del carcter que consideramos esencial, de toda la realidad fsica: la imposibilidad de que coexistan sus movimientos sucesivos o, de que un acontecer sin identidad. Y bien, es una consecuencia necesaria de tal opcin la irracionalidad de la realidad de aqul, ya que la ausencia de identidad

Hace imposible un vnculo lgico entre los trminos inmediatamente sucesivos. Es, pues, esencialmente contradictoria la actitud de un fenomenismo que aspira a ser un racionalismo, como ocurre en el positivismo de Comte.

La Irracionalidad del acontecer fenomnico y el positivismo de Comte.

En su teora de la hiptesis hace la distincin de dos gneros de hiptesis. Mientras la hiptesis que denominaremos POSITIVA, se refiere nicamente a las leyes de los fenmenos, la que podramos llamar metafsica, de acuerdo con la doctrina de Comte, procura explicar el modo de produccin de aquellos, la naturaleza ntima de las cosas, recurriendo a ese efecto a agentes de produccin. La hiptesis positiva es la nica esencialmente legtima para Comte. La hiptesis metafsica es esencialmente quimrica, anticientfica. La primera es la mera anticipacin de una experiencia u observacin posible.

Comte no ve con claridad que al repudiar toda explicacin del modo de produccin de los fenmenos, elimina toda ciencia verdaderamente racional. Por eso habla constantemente del positivismo como una actitud racional que se opone al estado metafsico y al teolgico que le ha precedido.

En conclusin, a diferencia de Hume, Comte no percibi la esencial irracionalidad de la realidad integrada por fenmenos a la que quiso circunscribir el saber cientfico, y no vio que al proscribir del dominio de la ciencia todo agente de produccin, deba tambin eliminar toda materia, toda substancia.

Captulo V: El Fenomenismo, la repeticin y la supervivencia del pasado.

La repeticin.

En lo que se piensa es en un fenmeno cuyos caracteres son idnticos a los de otro. No se necesita ms para poder prever. En eso consiste la repeticin, elemento esencial de la concepcin fenomenista.

El principio del fenomenismo expresa una necesidad de cosmos de fenmenos: la de que al repetirse la causa, se repite el efecto. No es esa una necesidad lgica, como la del substancialismo, sino una necesidad de hecho. El efecto se repite, no porque sea contradictorio que no se repita, sino porque es as, porque se repite.

En la concepcin de Hume, la idea de causalidad es originada por una necesidad de hecho, por una manera de ser de la naturaleza. Si en sta no hubiera existido la repeticin, la idea de causalidad no habra podido nacer.

Advirtamos que el hecho de la repeticin, el de que una misma causa, al desaparecer, produce siempre el mismo efecto, pone en evidencia el carcter de la realidad fsica: en ella toda adquisicin requiere una perdida correspondiente, de modo que el futuro nace de su pasado que perece.

El acontecer fsico es un continuo llegar a ser y un continuo dejar de ser, un Ssifo que en todo momento pierde lo que adquiri en el momento anterior.

La supervivencia del pasado y la repeticin.

Lo que acabamos de exponer permite aclarar una confusin que ha perturbado la comprensin de la realidad espiritual. Nos referimos a la supervivencia del pasado de sta.

La repeticin del acontecer fsico es imposible, si lo que le precede no se anonada. El pasado no puede prolongar su existencia, ha de perecer. En cambio el pasado contina existiendo en la vida espiritual y coexiste con el presente y con el futuro que se anticipa.

En conclusin, la repeticin del acontecer fsico es un comenzar a existir, porque es un existir sin pasado, mientras que la supervivencia del pasado de la vida espiritual es un continuar existiendo. El fenmeno fsico que se repite no posee huellas de que haya existido antes, no posee un pasado, es otro fenmeno. En cambio, el pasado que supervive de la vida espiritual es una existencia que se prolonga, es el mismo. El hecho fsico dela repeticin no puede explicar la supervivencia del pasado de la realidad espiritual.

El devenir.

Es oportuno que sealemos aqu el peligro que entraa en trmino devenir para designar indistintamente el acontecer fsico y el acontecer espiritual

En la filosofa griega el Devenir se opone al Ser, no al ser en general, fsico y espiritual, sino al ser puramente fsico, al objeto exterior invariable. El devenir de Herclito no es el acontecer general, fsico y espiritual, sino solamente el acontecer fsico. Es un continuo nacer y un continuo perecer, una mezcla conturbadora de ser y de no-ser. Es una continua adquisicin a costa de una prdida continua, un acontecer fsico. Si se emplea el trmino devenir para designar un acontecer fsico, cuya naturaleza es esencialmente diferente, se cae en el error en el que tiene Bergson, debido a que emplea el trmino devenir para designar uno y otro acontecer. As no ha podido impedir que un acontecer puramente fsico desnaturalice su concepto de duracin, destinado a designar un acontecer puramente espiritual.

Si se reserva el vocablo para designar con l, nicamente el acontecer se lo podra denominar acontecer espiritual, como lo hemos hecho nosotros.

Captulo VI: El mecanicismo y la libertad.

El mecanicismo.

Al estudiar el acontecer fsico nos hemos referido casi exclusivamente al de la concepcin fenomenista, porque esta tiene presente el cambio cualitativo y el de posicin o desplazamiento, mientras que el mecanicismo slo tiene en cuenta el segundo y se desentiende del primero, relegndolo a la condicin de apariencia o cualidad subjetiva., es decir, de fenmeno psicolgico. No hemos dejado de referirnos algunas veces al mecanicismo que se halla constituido por dos concepciones superpuestas: una de ellas las particulas elementales, se representa la realidad fsica como una identidad sin acontecer, pues dentro de los lmites de aquellas nada ocurre ni puede ocurrir, ya que se considera que esa identidad no se altera por el desplazamiento. La otra concibe la realidad como un acontecer sin identidad, pues el acontecer del mecanicismo, el desplazamiento, es una sucesin de posiciones, en la que una de ellas excluye a todas las dems. El mecanicismo expresa, pues, bien el carcter que hemos sealado de toda realidad fsica: el de que no es posible en esta coexistencia de los momentos sucesivos de su acontecer.

Como el mecanicismo clsico, la mecnica nueva concibe tambin la realidad constituida por objetos invariables y por movimientos.

Los teorizadores dela nueva mecnica han incurrido en la confusin del acontecer fsico y del acontecer espiritual. Hemos podido comprobar que para el nuevo mecanicismo como para el clsico, la realidad se halla constituida por objetos invariables y por movimientos. La concepcin de la fsica nueva rene los caracteres que indicamos como esenciales para la adecuada representacin de la realidad fsica. La identidad en el tiempo excluye el acontecer y el acontecer excluye la identidad en el tiempo. Por lo dems, esta concepcin de la realidad nada tiene que ver con el acontecer y con el ser espiritual. Son esencilmente errneas las opiniones que algunos hombres de ciencia emitieron confundiendo las dos realidades, la fsica y la espiritual.

Determinismo y libertad.

Bnz ha recurrido al a priori para resolver tanto el problema del determinismo como el problema de la libertad. Son apriricos el determinismo la contingencia de los futuros (en la que aqul funda la libertad) y la fatalidad del pasado. Los tres son condiciones del pensamiento, es decir, como para Kant, formas de nuestro entendimiento, sin las cuales no podemos pensar la realidad. Nuestra experiencia no puede desmentir tales formas de conocimiento: ha de plegarse a ellas. El determinismo se halla fundado en un a priori. Esto nos da la seguridad de que, cualesquiera que sean los descubrimientos de los sabios, ellos no tendrn influencia sobre la certidumbre del determinismo, no afectarn sino la validez de las frmulas empricas con la que nos hemos expresado. Pero es el caso de que el futuro es imprevisible porque somos libres. El futuro est simplemente delante de nosotros, no existe en lo sensible: tal vez es el clavo, concluye Bnz, en el que se suspende nuestra perfecta certidumbre de ser libres.

En cuanto al tercer a priori de Bnz, la fatalidad de las cosas pasadas, observamos que slo se aplica legtimamente a la realidad fsica. El pasado de las totalidades sucesivas no es irrevocable, porque est pendiente del futuro, que le va dando un sentido, a la inversa de lo que ocurre con el acontecer fsico, cuyo pasado perece, por lo que es irrevocable.

El determinismo al que hemos venido aludiendo es la manera de actuar, o mejor, la manera de acontecer de la realidad fsica y la libertad el modo de actuar de la vida espiritual.

La vida espiritual admite grados porque su dominio del pasado y del futuro puede ser mayor o menor. Ella puede ascender o descender, puede alzarse hacia la eternidad, o sea, hacia la perfecta posesin del pasado y del futuro, y puede caer hacia el acontecer fsico, hacia la torpeza del mecanicismo, como lo han visto entre otros, Plotino y Bergson. En cambio, el acontecer fsico no admite gradacin, porque es el grado nfimo de las jerarquas del ser. Es un grave error identificar el acontecer espiritual con el acontecer fsico.

Captulo VII: Las dos concepciones fundamentales de la realidad fsica.

Los precedentes anlisis de las dos concepciones de la realidad fsica el fenomenismo y el substancialismo mecanicista- nos han demostrado que ambas satisfacen a su manera las exigencias esenciales de toda adecuada concepcin de tal realidad. Para las dos, la identidad en el tiempo es incompatible con el acontecer, lo que es una consecuencia forzosa del carcter esencial de todo acontecer fsico, o sea, la imposibilidad de que coexistan los momentos sucesivos de ste. El pasado no puede prolongar su existencia para reunirse con el presente, por lo que la realidad fsica no puede ser idntica sino cuando no es un acontecer, cuando no tiene pasado ni futuro, cuando es un perpetuo futuro, de tal manera que su presente es siempre el instante actual, sin pasado y sin futuro.

Pero ocurre que al definirse claramente ambas concepciones fundamentales de la realidad fsica, parecen oponerse y exigir de nosotros una opcin: o el substancialismo o el fenomenismo. As se plante la oposicin del Ser y del Devenir en la filosofa griega, y la del mecanismo y el fenomenismo en la epistemologa contempornea.

Si se tiene presente que ambas concepciones fundamentales de la realidad fsica expresan adecuadamente un aspecto de sta, la una el ser y el acontecer la otra, y que las dos han sido fecundas para la ciencia, no parecer sin duda justificada la actitud de algunos teorizantes del conocimiento cientfico. Mucho ms aceptable es la afirmacin de Urbain de que la ciencia, para lograr su mxima fecundidad, debe ser alternativamente especulativamente y positiva, lo que equivale a decir que la ciencia debe concebir la realidad fsica, alternativamente, como integrada por fenmenos que pasan, es decir, por un cambio cualitativo, y por substancias u objetos invariables que se desplazan. Pero ms aceptable que sta concepcin sera otra que permita coexistir a ambas concepciones de la realidad fsica. Ellas coexisten de hecho en a ciencia, que aplica, segn sus conveniencias, ya los principios de la termodinmica en cuya concepcin implcita de la realidad se halla presente el cambio cualitativo, ya la teora cintica que lo deja de lado, considerndolo subjetivo, fenmeno psquico.

Es oportuno que hagamos aqu presente, a manera de conclusin, que, por lo mismo que las dos concepciones que hemos analizado son adecuadas para expresar el ser y el acontecer fsicos, no lo son para representar la vida espiritual, cuya naturaleza, es esencialmente diferente. La realidad cuyo pasado perece y es por eso irrevocable, y cuyo futuro no se anticipa, la realidad cuyo presente no es por eso, sino el instante actual, no es adecuada ni para representar ni para explicar a la realidad que en todo instante posee actualmente un pasado y un futuro, a la realidad en la que, no solamente el futuro esta a la merced del pasado, sino tambin el pasado a merced de del futuro que le va dando su sentido de tal manera que se puede decir que ambos, futuro y pasado, nacen y crecen juntos. La realidad que no puede conservar su propio pasado ni anticipar su propio futuro, no puede explicar ni la conservacin del pasado ni l anticipacin del futuro de la vida espiritual.

Captulo VIII: El acontece fsico, el tiempo fsico y la duracin de Bergson.Es indudable que la representacin del tiempo es inseparable de la de un determinado acontecer. As, la duracin de Bergson, que Mourgue denomina tiempo biolgico, implica la representacin de un acontecer espiritual, es decir, de un acontecer cuyo pasado supervive y cuyo futuro se anticipa en cierta medida, por lo que hallamos en l siempre lo que San Agustn ha llamado un presente del pasado, un presente del presente y un presente del futuro. Tambin es ste el tiempo en que piensa Kant, cuando dice que en ste no hay absolutamente parte simultneas, porque todas son sucesivas, o que en la sucesin, la existencia no hace otra cosa que aparecer y desaparecer sin tener jams la menor cantidad.

Pero si se quiere determinar bien el gnero del acontecer al que se quiere referir la representacin del tiempo, se pondr fin pronto a la discusin. Se elegir entonces uno de los dos aconteceres para definir aquel, o se recurrir a los dos, como lo haremos nosotros distinguiendo dos tiempos: el tiempo fsico y la duracin o tiempo biolgico. Creemos que es sta la mejor solucin, porque as se evitar, o por lo menos, se atenuar la confusin de dos gneros de acontecer muy diferentes, confusin que se halla arraigada y ocurre muy generalmente en perjuicio de un acontecer espiritual.

Ahora es el caso de preguntarse qu es el tiempo, qu es el movimiento?. El tiempo real esa la duracin y la duracin y el movimiento son lo que corre entre posicin y posicin de los mviles a que acabamos a referirnos.

Podemos ahora formular esta conclusin: la duracin de Bergson es un acontecer espiritual, as como el tiempo de Locke y de Kant es un acontecer fsico. Al definir el tiempo, stos no han tenido presente el acontecer espiritual, y Bergson ha prescindido de un verdadero acontecer fsico, o mejor dicho, ha identificado a ste con un acontecer espiritual.Captulo IX: Las Jerarquas del Ser.Hemos procurado definir con precisin dos gneros de acontecer de naturaleza esencialmente diferente. Uno de ellos pierde su pasado y no anticipa su futuro, de tal manera que no posee nunca sino su momento actual. Las adquisiciones de este acontecer exigen, pues, una prdida correspondiente, de tal manera que su existencia es una sucesin de nacimientos y anonadamientos. Es sta la realidad fsica del fenomenismo cientfico, que es un mero acontecer, sin objetos permanentes subyacentes que lo expliquen. Este es el Devenir de Herclito, que en hora temprana percibi la filosofa griega, en el que todo nace y muere.

La identidad del Ser de Parmnides, en su representacin bajo una esfera invariable e inmvil; como punto material de la mecnica, dicha esfera carece de toda diversidad temporal, y slo a este precio logra su identidad e el tiempo. Esta es la identidad del ser fsico, la que se busca tas el cambio aparente para explicar ste, cuando se indaga la naturaleza de las cosas, el modo de produccin de los fenmenos.

Tales son el ser y el acontecer fsicos, que no constituyen por cierto, todo el ser y todo el acontecer , sino el acontecer y el ser ms pobres de contenido, como vamos a verlos.

El otro acontecer al que hemos aludido es el ACONTECER ESPIRITUAL. Su pasado supervive, sigue actuando, y su futuro se anticipa en cierta medida, de tal manera que l posee siempre, en cualquier momento que se lo considere, el presente del pasado y el presente del futuro de que habla San Agustn.

Mientras se efecta la creacin del pensamiento, no solamente el futuro est a merced del pasado, sino tambin el pasado esta a merced del futuro, que le va dando su sentido. El pasado del acto creador no es, pues, irrevocable, porque muerto, como el pasado del acontecer fsico. Se va creando juntamente con su futuro que se va, en cierta medida, anticipando. Pasado y futuro nacen y crecen juntos, compenetrados recprocamente, inseparablemente unidos. En esa coexistencia y compenetracin recproca del pasado y del futuro del ejemplar de la vida espiritual a que aludimos, radica la unidad de ste. Gracias a ella podemos decir que este acto creador de un pensamiento es uno, y podemos agregar que es nuestro, es decir, que pertenece a la unidad espiritual que somos nosotros. Porque tras el pasado de dicho acto y compenetrado con l, se halla nuestro pasado, y ms all de su futuro, nuestro propio futuro, e futuro que vamos anticipando, que llevamos presente en forma de intenciones, propsitos, anhelos, esperanzas, presentimientos... Gracias a esa unidad temporal, que es tambin identidad, la vida espiritual es, al mismo tiempo, acontecer y ser; a diferencia de lo que ocurre con la realidad fsica, en la que el acontecer es incompatible con la identidad temporal y, por consiguiente, con el ser.

Como se ve la vida espiritual se opone a la realidad fsica en cuanto ella es una unidad temporal y sta no lo es, ya que sus momentos se hallan irremediablemente separados entre s. En cualquier instante que se le considere, la vida espiritual posee, actualmente, un pasado y un futuro y, por consiguiente, una diversidad temporal, que la realidad fsica no puede poseer sino sucesivamente, a medida que va perdiendo lo que posey anteriormente, de tal manera que es ella, considerada en su dimensin temporal, no una , sino mltiple.

Ya rozado el tema de la realidad espiritual y la realidad fsica, ello nos permitir abordar el problema de LAS JERARQUAS DER SER.

El presente de la realidad fsica, ya sea concebida como ser o como acontecer, es siempre el instante. Si ser, porque ste es lo que hemos visto, un solo instante prolongado perpetuamente, carente de toda diversidad temporal; si acontecer, porque ste en cualquier instante que se lo considere, no posee ni pasado ni futuro, sino ese instante. El presente de la realidad fsica es, pues, desde el punto de vista de la dimensin temporal el ms pobre que podamos imaginar, puesto que no tiene ninguna. No es en consecuencia susceptible de grados, segn sea su amplitud, a diferencia de lo que ocurre con el presente de la vida espiritual, que posee siempre, en cualquier instante, pasado y futuro, cuya amplitud puede ser mayor o menor. Esta gradacin tiene por lmites extremos el PRESENTE INSTANTNEO, sin dimensin de tiempo, que no es ya vida espiritual sino realidad fsica; y la ETERNIDAD, que es un presente que comprende todo el pasado y todo el futuro. La eternidad es inmutable como ser fsico, pero ste lo es porque su presente es el ms pobre que existe, mientras que el de la eternidad es el ms rico de contenido, puesto que posee la mxima dimensin de tiempo.

Entre el ser fsico y la eternidad se hallan, segn sea la amplitud de su presente, o sea la dimensin del tiempo de ste, todas las jerarquas de la vida, todas as jerarquas del ser. Cuando ms alta es sta, mayor es el dominio que la vida tiene sobre su pasado y su futuro, ms coherente su conducta. En lo que respecta a las personalidades humanas, a medida que es ms elevada las jerarquas de ellas, ms en alto grado viven, no solamente su propio pasado y su propio futuro, sino tambin el pasado y el futuro de la sociedad a que pertenecen, los de la cultura de la que sta forma parte, y los de la humanidad, cuyo destino se halla en juego en cada sociedad y en cada individuo.

Situadas as entre el ser fsico y el mximo Ser espiritual, toda las jerarquas del ser son jalonadas del camino a la eternidad, momentos dramticos de una empresa divina. La eternidad posee pues, en grado sumo, la unidad espiritual. La eternidad reposa en la unidad.

Entre el ser fsico y la mxima expresin del ser espiritual, se hallan, segn la doctrina de Plotino, vidas espirituales de una jerarqua que decrece a medida que ellas se alejan ms de la eternidad, o sea del presente que comprende en su unidad todo el pasado y todo el futuro. La concepcin de ste filsofo de la realidad fsica y de la realidad espiritual, implica una doctrina de las jerarquas del ser basadas en la dimensin de tiempo presente. Esa dimensin no es inmutable: se puede ascender (Conversin) hacia la eternidad, y se puede descender tambin a la realidad fsica (Procesin). De ah el drama de la existencia viviente. En conclusin, para Plotino la eternidad da la medida de la jerarqua del ser.

Bergson concluye que el mtodo de la filosofa griega de referencia, que conduce a la representacin de la eternidad, es el mismo que el de la fsica moderna; ambas eliminan el tiempo, ambos no retienen de este sino lo que se puede desplegar de golpe en el espacio, para ambas todo est dado ya. Dotando a la vida espiritual que l concibe de un elemento esencial del que la ha privado: la anticipacin del futuro, se puede decir que Bergson mismo nos ha precedido, pues en su filosofa hay doctrinas que implican tal anticipacin, como ser la de la tensin de la duracin. Segn sta, a medida que es ms elevado el puesto de un ser viviente en la escala de los seres, mayor es la tensin de su duracin, ms dueo es l del pasado y puede disponer, por eso, ms del futuro, es ms capaz de crear, ms libre.

Nuestro presente ha de ir enriquecindose no solamente de pasado, sino tambin de futuro. Nuestro futuro ser cada vez menos extrao al presente y el cambio que l implica ser cada vez menor; poseeremos una identidad e invariabilidad fsica, que no posee jams un pasado y un futuro, que no puede nunca ser duea sino de un instante.

Aunque nunca llegaramos tan bajo en nuestro descenso, porque no podemos dejar de ser espritu, la cada sera un suplicio atroz para la existencia consciente. Porque es un voto que viene de las entraas de la vida, a tal punto que se podra decir que ese voto es la vida misma, la elevacin en las jerarquas del ser, o, lo que es lo mismo, la ascensin hacia la eternidad. Todo se recoge sobre s mismo para lanzarse hacia vos, dice un himno de Proclo al Ser Eterno.