Adolfo Villalon esquizofrenia

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22 Concepto Estético 23 OPINIÓN PSIQUIATRÍA | TRASTORNOS MENTALES Se trata de una enfermedad compleja, que se presenta bajo diversos tipos y con muy variados sínto- mas. Además, para tratarla requiere de algo más que fármacos: estimulación, acompañamiento fami- liar y mucho entrenamiento. RECONOCIENDO LA ESQUIZOFRENIA Diagnóstico y tratamiento Uno de los síntomas positivos son las alucina- ciones, por las cuales, a través de cualquiera de los cinco sentidos, se percibe algo que no existe. Por ejemplo, un olor que nadie más huele, un so- nido o voz que nadie más escucha, un sabor sin que exista un objeto. Las alucinaciones más fre- cuentes en la esquizofrenia son las auditivas en forma de voces que le hablan directamente al pa- ciente (por ejemplo, le dan órdenes o lo amena- zan), o de dos voces que conversan entre sí sobre la persona (por ejemplo, lo critican u opinan so- bre lo que está haciendo). De acuerdo a evidencias científicas, es posi- ble afirmar que las alucinaciones serían producto de alteraciones en el circuito neuronal del lóbu- lo temporal, sector del cerebro encargado de la percepción y elaboración del lenguaje, la memo- ria y el aprendizaje. Las alucinaciones serían en- tonces pensamientos del propio sujeto, que por alteración de los circuitos mencionados, son per- cibidos como voces externas o ajenas y de este modo pueden revelar sus preocupaciones y sen- timientos. El paciente percibe estos estímulos co- mo reales, e incluso puede actuar frente a ellos, ya sea respondiendo a las amenazas o siguiendo una orden. Pero hay personas que pueden distin- guir las voces reales de las que son producto de la enfermedad, y verbalizar lo que les sucede: “Las voces no me dejan tranquilo”. Otro sentimiento positivo son los delirios o ideas delirantes, originadas en una vivencia pato- lógica primaria o que exigen para su explicación una transformación de la personalidad. Según el psiquiatra chileno Armando Roa (1915-1997), estas ideas delirantes no son argumentadas coordinadamente, verificadas ni vertidas en con- ductas activas. Se dividen en percepciones deli- rantes, percepciones reales a las que el paciente da un significado anormal sin un motivo com- prensible, y ocurrencias delirantes, experiencias internas (sueños, lecturas, fantasías) que son vi- vidas con un significado especial, anormal para el L a esquizofrenia es una enfermedad mental que suele afectar todas las áreas de la personalidad, es decir, el pensamiento, la afectividad, las rela- ciones sociales y la interpretación del entorno y de sí mismo. Generalmente aparece en la adoles- cencia o juventud, una etapa que, de por sí, impli- ca cambios en todas las áreas del individuo. El registro de la manifestación de las enferme- dades mentales viene de larga data. Por ejemplo, en la Antigüedad, estos fenómenos se podían ob- servar en chamanes o brujos, quienes, influencia- dos por “espíritus o demonios”, podían hablar con los muertos y adoptar posturas extrañas. En la Edad Media, las personas con trastornos mentales eran sometidas a una serie de “tratamientos” para “quitarles el mal”. Como se puede apreciar, estos fenómenos han estado históricamente presentes y han sido el fo- co de atención de la sociedad y de la ciencia. Pero recién a fines del siglo XIX, el psiquiatra alemán Emil Kraepelin (1856-1926) describió la enferme- dad y la denominó “demencia precoz”, ya que se asemejaba al deterioro cognitivo y conductual que se observaba en las demencias seniles, pero se originaba en la juventud. Además, advirtió que se trataba de una enfermedad que podía presentar múltiples síntomas que afectaban el pensamiento, la voluntad, las emociones y el comportamiento, y que podía variar de un caso a otro, pero cuyos síntomas más graves (y que aún hoy se consideran tales) eran la alteración de la voluntad y la de las emociones. Estos síntomas también llamaron la atención del psiquiatra suizo Eugen Bleuler (1857-1939). Pero, por el contrario, él los congregó bajo el nombre de “El grupo de las esquizofrenias”, enfati- zando de esta manera que no se trataba de una única enfermedad, sino de varias. Esquizofrenia significa “mente escindida: lo que se destacaba en estos cuadros era la desorganización o fragmenta- ción en las asociaciones de ideas. De esa forma se explicaba por qué el discurso del paciente se des- viaba o saltaba de una idea a otra sin una lógica. Otros síntomas relevantes eran el deterioro de la atención, los síntomas emocionales, la tendencia al autismo y la falta de voluntad. El psiquiatra alemán Kurt Schneider (1887- 1967) aportó por su parte al diagnóstico de es- ta enfermedad a través de los “síntomas de primer rango”, los cuales tenían en común la pérdida de autonomía y de dominio sobre aspectos como las emociones, los pensamientos e, incluso, la per- cepción del cuerpo. Dentro de esta categoría entran las alucinaciones, la creencia en que los pensamientos son leídos por otros y el sentirse controlado corporal o mentalmente. Los psiquiatras mencionados anteriormente dieron así el puntapié inicial para el diagnóstico de la esquizofrenia en la actualidad. El diagnóstico de la esquizofrenia se basa prin- cipalmente en la realización de entrevistas en pro- fundidad con el paciente y su familia, así como en la lectura de manuales médicos y psiquiátricos y de estudios de neuroanatomía y neurofisiología. Los síntomas de la esquizofrenia son muy va- riados. Pueden presentarse en personas muy tí- midas o retraídas, o en otras más sociables y desinhibidas. Algunos de quienes la padecen exhi- ben síntomas muy llamativos, y otros no. Es por ello que, para hacer una distinción sintomática y facilitar la observación y el diagnóstico, se han cla- sificado en síntomas positivos y negativos. En las investigaciones neurofisiológicas, se ha observado que las personas con esquizofre- nia tienen áreas del cerebro más estimuladas de lo normal, mientras que otras se encuentran me- nos activas, para compensar su funcionamiento. Las áreas con más estimulación producen sínto- mas por exceso de la misma, es decir, psicóticos típicos o positivos. En contraste, aquellas áreas del cerebro que se encuentran menos estimula- das generan síntomas por falta de estimulación o negativos. Cómo se identifica la esquizofrenia Síntomas positivos

Transcript of Adolfo Villalon esquizofrenia

22 Concepto Estético 23

OPINIÓN

PSIQUIATRÍA | TRASTORNOS MENTALES

Se trata de una enfermedad compleja, que se presenta bajo diversos tipos y con muy variados sínto-

mas. Además, para tratarla requiere de algo más que fármacos: estimulación, acompañamiento fami-

liar y mucho entrenamiento.

RECONOCIENDO LA ESQUIZOFRENIADiagnóstico y tratamiento

Uno de los síntomas positivos son las alucina-

ciones, por las cuales, a través de cualquiera de

los cinco sentidos, se percibe algo que no existe.

Por ejemplo, un olor que nadie más huele, un so-

nido o voz que nadie más escucha, un sabor sin

que exista un objeto. Las alucinaciones más fre-

cuentes en la esquizofrenia son las auditivas en

forma de voces que le hablan directamente al pa-

ciente (por ejemplo, le dan órdenes o lo amena-

zan), o de dos voces que conversan entre sí sobre

la persona (por ejemplo, lo critican u opinan so-

bre lo que está haciendo).

De acuerdo a evidencias científicas, es posi-

ble afirmar que las alucinaciones serían producto

de alteraciones en el circuito neuronal del lóbu-

lo temporal, sector del cerebro encargado de la

percepción y elaboración del lenguaje, la memo-

ria y el aprendizaje. Las alucinaciones serían en-

tonces pensamientos del propio sujeto, que por

alteración de los circuitos mencionados, son per-

cibidos como voces externas o ajenas y de este

modo pueden revelar sus preocupaciones y sen-

timientos. El paciente percibe estos estímulos co-

mo reales, e incluso puede actuar frente a ellos,

ya sea respondiendo a las amenazas o siguiendo

una orden. Pero hay personas que pueden distin-

guir las voces reales de las que son producto de la

enfermedad, y verbalizar lo que les sucede: “Las

voces no me dejan tranquilo”.

Otro sentimiento positivo son los delirios o

ideas delirantes, originadas en una vivencia pato-

lógica primaria o que exigen para su explicación

una transformación de la personalidad. Según

el psiquiatra chileno Armando Roa (1915-1997),

estas ideas delirantes no son argumentadas

coordinadamente, verificadas ni vertidas en con-

ductas activas. Se dividen en percepciones deli-

rantes, percepciones reales a las que el paciente

da un significado anormal sin un motivo com-

prensible, y ocurrencias delirantes, experiencias

internas (sueños, lecturas, fantasías) que son vi-

vidas con un significado especial, anormal para el

La esquizofrenia es una enfermedad

mental que suele afectar todas las

áreas de la personalidad, es decir, el

pensamiento, la afectividad, las rela-

ciones sociales y la interpretación del entorno y

de sí mismo. Generalmente aparece en la adoles-

cencia o juventud, una etapa que, de por sí, impli-

ca cambios en todas las áreas del individuo.

El registro de la manifestación de las enferme-

dades mentales viene de larga data. Por ejemplo,

en la Antigüedad, estos fenómenos se podían ob-

servar en chamanes o brujos, quienes, influencia-

dos por “espíritus o demonios”, podían hablar con

los muertos y adoptar posturas extrañas. En la

Edad Media, las personas con trastornos mentales

eran sometidas a una serie de “tratamientos” para

“quitarles el mal”.

Como se puede apreciar, estos fenómenos han

estado históricamente presentes y han sido el fo-

co de atención de la sociedad y de la ciencia. Pero

recién a fines del siglo XIX, el psiquiatra alemán

Emil Kraepelin (1856-1926) describió la enferme-

dad y la denominó “demencia precoz”, ya que se

asemejaba al deterioro cognitivo y conductual que

se observaba en las demencias seniles, pero se

originaba en la juventud. Además, advirtió que se

trataba de una enfermedad que podía presentar

múltiples síntomas que afectaban el pensamiento,

la voluntad, las emociones y el comportamiento,

y que podía variar de un caso a otro, pero cuyos

síntomas más graves (y que aún hoy se consideran

tales) eran la alteración de la voluntad y la de las

emociones.

Estos síntomas también llamaron la atención

del psiquiatra suizo Eugen Bleuler (1857-1939).

Pero, por el contrario, él los congregó bajo el

nombre de “El grupo de las esquizofrenias”, enfati-

zando de esta manera que no se trataba de una

única enfermedad, sino de varias. Esquizofrenia

significa “mente escindida: lo que se destacaba en

estos cuadros era la desorganización o fragmenta-

ción en las asociaciones de ideas. De esa forma se

explicaba por qué el discurso del paciente se des-

viaba o saltaba de una idea a otra sin una lógica.

Otros síntomas relevantes eran el deterioro de la

atención, los síntomas emocionales, la tendencia

al autismo y la falta de voluntad.

El psiquiatra alemán Kurt Schneider (1887-

1967) aportó por su parte al diagnóstico de es-

ta enfermedad a través de los “síntomas de primer

rango”, los cuales tenían en común la pérdida de

autonomía y de dominio sobre aspectos como las

emociones, los pensamientos e, incluso, la per-

cepción del cuerpo. Dentro de esta categoría

entran las alucinaciones, la creencia en que los

pensamientos son leídos por otros y el sentirse

controlado corporal o mentalmente.

Los psiquiatras mencionados anteriormente

dieron así el puntapié inicial para el diagnóstico de

la esquizofrenia en la actualidad.

El diagnóstico de la esquizofrenia se basa prin-

cipalmente en la realización de entrevistas en pro-

fundidad con el paciente y su familia, así como en

la lectura de manuales médicos y psiquiátricos y

de estudios de neuroanatomía y neurofisiología.

Los síntomas de la esquizofrenia son muy va-

riados. Pueden presentarse en personas muy tí-

midas o retraídas, o en otras más sociables y

desinhibidas. Algunos de quienes la padecen exhi-

ben síntomas muy llamativos, y otros no. Es por

ello que, para hacer una distinción sintomática y

facilitar la observación y el diagnóstico, se han cla-

sificado en síntomas positivos y negativos.

En las investigaciones neurofisiológicas, se

ha observado que las personas con esquizofre-

nia tienen áreas del cerebro más estimuladas de

lo normal, mientras que otras se encuentran me-

nos activas, para compensar su funcionamiento.

Las áreas con más estimulación producen sínto-

mas por exceso de la misma, es decir, psicóticos

típicos o positivos. En contraste, aquellas áreas

del cerebro que se encuentran menos estimula-

das generan síntomas por falta de estimulación o

negativos.

Cómo se identifica la esquizofrenia

Síntomas positivos

24 Concepto Estético 25

OPINIÓN

PSIQUIATRÍA | TRASTORNOS MENTALES

Síntomas negativos

Cómo tratar la esquizofrenia

observador.

Las alteraciones del pensamiento también son

un síntoma positivo de la esquizofrenia. Entre

ellas, se destacan las obsesiones: vivencias impe-

rativas que el paciente no puede controlar. Las

considera absurdas, o al menos dominantes y per-

sistentes de un modo injustificado. Pueden surgir

como pensamientos o impulsos a actuar o a evi-

tar. El contenido puede no ser absurdo: lo absur-

do es su persistencia y penetrancia, así como su

tendencia a una repetición constante y uniforme.

El paciente las vive como interferencias obstruc-

tivas en el curso natural de su pensar, pero tal

interferencia es una instancia de sí mismo, y desa-

rrolla una activa lucha por liberarse de ellas.

Las obsesiones pueden ser pensamientos:

ideas, ocurrencias, recuerdos y cavilaciones. Pero

también impulsos o compulsiones, vividos co-

mo imperativos a realizar determinados actos,

y absurdos para el paciente, tanto por las carac-

terísticas del acto como por su persistencia. Las

obsesiones pueden incluso tomar la forma de te-

mores o fobias, que se imponen frente a deter-

minadas situaciones u objetos, aun cuando no son

lógicamente justificables.

Entre los síntomas negativos, se destacan el

embotamiento o aplanamiento afectivo, es decir,

la disminución de la capacidad de respuesta emo-

cional; y la deficiencia de la capacidad empática y

de la modulación del afecto, percibida por el ob-

servador como indiferencia emocional, frialdad,

indolencia y distancia.

En este grupo de síntomas también se inclu-

yen la anhedonia, es decir, la incapacidad de ex-

perimentar placer, y la apatía, un estado afectivo

con ausencia casi total de la habilidad de respues-

ta emocional, tanto frente a sí mismo como fren-

te al mundo que lo rodea.

Los pensamientos suicidas, otro tipo de sín-

toma negativo, son un trastorno de la afectividad

caracterizado por el deseo de no seguir viviendo

a raíz de la pérdida de la capacidad de motivarse

o entusiasmarse con la vida. Desde estar hastiado

de la vida, desear estar muerto y fantasear con la

propia inexistencia, hasta ideas autodestructivas

que terminan en tentativas de suicidio.

Dada la gran variedad de síntomas y expresio-

nes de la enfermedad, algunos investigadores, en

lugar de hablar de esquizofrenia, hacen referen-

cia a esquizofrenias, en plural, es decir, distintos

tipos de enfermedad. Otros aluden a una misma

enfermedad pero con múltiples formas de mani-

festarse y distintos niveles de gravedad. En ese

sentido, se habla de “tipos de esquizofrenias”, que

según sus rasgos sintomatológicos se clasifican en

paranoide, hebefrénica, catatónica, indiferencia-

da, residual y simple según el DSM IV- TR (2002),

el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos

mentales.

Es de vital importancia que se observe el com-

portamiento de los chicos y su relación con el

entorno a medida que crecen, ya que esta en-

fermedad se caracteriza por una alteración fun-

damental de la personalidad, una distorsión del

pensamiento, delirios bizarros, percepciones al-

teradas, respuestas emocionales inapropiadas y

cierto grado de autismo. Estos síntomas son ex-

perimentados en presencia de una conciencia cla-

ra y frecuentemente con la capacidad intelectual

conservada, y en un número importante de casos,

con alteraciones cognitivas que preceden al pri-

mer episodio.

El trastorno compromete las funciones esen-

ciales que dan a las personas la vivencia de su indi-

vidualidad, singularidad y dominio de sí mismas. Se

deteriora así su capacidad de relacionarse con el

medio, su funcionamiento social y su participación

en las actividades compartidas. El aislamiento se

debe tanto a las dificultades que presentan para

comportarse de acuerdo a las expectativas de su

grupo y comunidad de pertenencia, como por la

discriminación resultante del estigma asociado a

la enfermedad y a quienes la padecen.

Dejar al paciente aislado o tratarlo sólo con

fármacos es un error. El aparato cognitivo y el

conceptual pueden dañarse en una psicosis. Si eso

ocurre, el paciente debe rehabilitarse de forma si-

milar a la de una persona fracturada que asiste a

kinesioterapia. En el caso del esquizofrénico, lo

atrofiado es el aparato cognitivo y el de la volun-

tad y planificación que está en la zona frontal. Es

por eso que debe entrenarse con lecturas progra-

madas, recreación y actividades intelectuales en

un lugar protegido o centro diurno. También la

EMTP (estimulación magnética transcraneal pro-

funda) puede ayudar a que el sistema neuronal

se active y se produzca un efecto positivo en el

entrenamiento.

Otro error es no hacer psicoterapia. Los psi-

cólogos cumplen un rol muy importante en el tra-

tamiento. Hay que fortalecer el Yo del paciente y

la fortaleza del mismo ayudándole a examinar sus

delirios y miedos, para que logre entender que las

alucinaciones que él ve nítidas son producciones

de su mente. Esto lo tranquiliza, ya que muchas

veces la alucinación puede ser terrorífica y perse-

cutoria, y si el paciente entiende que él la produ-

jo y los miedos son ocasionados por algún trauma

anterior, es mucho más fácil que pueda mane-

jarlas. Las familias que acuden a psicoterapia ad-

hieren mejor el tratamiento y logran un mejor

rendimiento.

“El Deep TMS es un método no farmacológico

que permite la activación directa no invasiva de las

estructuras profundas del cerebro implicadas en los

La esquizofrenia tratada con Deep TMS

Cómo identificar si un hijo podría padecer esquizofrenia

trastornos psiquiátricos y neurológicos” (Stehberg

et al., 2012). “La estimulación o inhibición de estas

regiones cerebrales es a través de pulsos magnéti-

cos cortos inducidos por una bobina electromagnéti-

ca puesta sobre el cuero cabelludo del paciente” (op.

cit., 2012).

En la esquizofrenia, los antipsicóticos típicos

y atípicos suelen controlar relativamente bien los

síntomas positivos mencionados anteriormente.

No obstante, los atípicos logran efectos muy li-

mitados sobre los síntomas negativos, los cuales

son muy difíciles de tratar, usualmente aumentan

con el tiempo y están asociados a una disminución

de la función de la corteza prefrontal dorsolateral

(dlPFC) e hipofrontalidad. Es por ello que la esti-

mulación repetitiva de la dlPFC con el Deep TMS

permite mejoras en la atención, la memoria, la ca-

pacidad ejecutiva, la emocionalidad y la empatía y,

combinada con la estimulación de la corteza pre-

frontal ventromedial (vmPFC), posibilita el trata-

miento efectivo de los síntomas negativos.

Para su evaluación, los síntomas se dividen en

tres tipos: los positivos (PANS-P), los negativos

(PANS-N) y los generales (PANS-PG). Según un

estudio clínico, la efectividad del Deep TMS en los

PANS-N alcanzó una tasa de respuesta del 70 por

ciento (>20 por ciento de mejoría en las escalas),

con una disminución promedio en la Escala para

la Evaluación de Síntomas Negativos (SANS) de

11.77±3.28 y en la Escala de Síndromes Positivo

y Negativo (PANSS) de 16.50±3.12 puntos que se

mantuvo al menos dos semanas (Levkovitz et al.,

2011). Estos resultados son congruentes con es-

tudios que también muestran efectividad –aunque

más modesta– de la estimulación magnética trans-

craneana repetitiva convencional (rTMS) (Dlabac-

de Lange et al. 2010; Blumberger et al. 2010).

En Chile, la efectividad de los tratamientos

ha sido alta, con una tasa de respuesta (>20 por

ciento de mejora) de un 100 por ciento, con dis-

minuciones promedio de un 50 por ciento en la

SANS, de 44 por ciento en los PANS-P, de 57 por

ciento en los PANS-N y de 60 por ciento en los

PANS-PG. Todos los pacientes tuvieron una re-

ducción de al menos un 50 por ciento en los

PANS-N. Los síntomas que respondieron mejor

fueron, de los medidos por la SANS, el aplana-

miento afectivo, la alogia, la abulia, la anhedonia y

la deficiencia de atención; de los de la PANS-S, los

delirios y la excitación; de los de la PANS-N, el

embotamiento afectivo, el retraimiento emocio-

nal y social, el pobre contacto y las capacidades

disminuidas de fluidez de conversación y de pen-

samientos abstracto y estereotipado. Finalmente,

en los PANS-PG, las mayores mejoras se encon-

traron en el tratamiento de la ansiedad, la culpa,

la depresión, los pensamientos inusuales, el in-

sight, la evitación social y el ensimismamiento.

Adolfo Villalón Sandoval

Psicólogo (Santiago de Chile).

Si desea contactar al profesional, para realizar consultas y

profundizar sobre lo expuesto en la nota, envíenos su correo a:

[email protected]

IMPULSOS MAGNÉTICOS PARA ALIVIAR LA DEPRESIÓNUn procedimiento no invasivo para ayudar a tratar la depresión, la estimulación magné-

tica transcraneana (TMS), usa impulsos magnéticos para estimular las células cerebrales

que controlan el estado de ánimo.

Dispositivo de tratamiento TMS

Neurona

Impulsos cortos de

energía magnética

centrados en las

estructuras del

sistema límbico. Los impulsos desencadenan descargas

eléctricas, que hacen que las neuronas

se activen.

Estructuras del sistema límbico

Controlan los patrones emocionales

y de comportamiento.

LÓBULO FRONTALEl lado izquierdo de esta región está asociado a las

emociones positivas y al estado de calma. Lesiones

en el córtex prefrontal provocan alteraciones cogni-

tivas tales como dificultad de atención, pensamiento

concretista y categorización; déficits motores, apatía,

abulia, pérdida motivacional; y alteraciones en la afec-

tividad. Los pacientes con lesiones traumáticas, vasculares o degenerativas en el lóbulo fron-tal presentan síntomas similares a los denomi-nados síntomas negativos de la esquizofrenia.

SISTEMA LÍMBICOLa región encargada de procesar las emociones. Está

formada por el hipocampo (que controla la memoria y

los campos de aprendizaje), la amígdala (que controla la

agresión y las emociones) y el hipotálamo (que procesa

las emociones; regula al medio interno del organismo; y

controla parámetros como la tensión arterial, la tempera-

tura, el ritmo del corazón, los niveles endocrinos, etcéte-

ra). Estructura esencial de la fisiopatología de la esquizofrenia.