ABC de la Semana Edicion 175

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Venezuela 8 de abril 2010 www.abcdelasemana.com Año 4 Número 175 Precio Bs.F. 2,00 NUESTRA PASIÓN ES LA VERDAD La Cátedra de Alberto Barrera Tyszka Moisés Naím Manuel Felipe Sierra Anacronismo histórico de Cuba toca a su fin / 17 EDITORIAL LA HORA DE VENCER EL MIEDO El ABC de Henrique Salas Römer El futuro del país tiene que venir por la vía de la descentralización En el país se mueven muchos intereses, que a veces interfieren con la unidad Quieren salir de Chávez pero algunos no perdonan que haya liderazgos reales porque obstaculizan la política palaciega que se practica / 8 y 9 “Este es el peor gobierno que ha tenido el país” Para aquellos gobiernos que nacen de la fuerza o ven perder su sustentación popular, la represión ha sido un recurso ideal para generar el miedo. Por esa vía buscan abatir el ánimo de los opo- sitores. De allí que históricamente la lucha contra los gobiernos de fuer- za haya sido al mismo tiempo una lucha contra el Miedo. El poli- tólogo Corey Robin en su obra “El Miedo” (Historia de una idea política) pasa revista a la utilización del miedo apelando a las in- vestigaciones de filósofos políticos como Thomas Hobbes, Montesquieu, Alexis de Tocqueville y Hannah Arendt. Por razones de época, es Arendt quien profundiza en la fisiología de los tota- litarismos del siglo XX. Su aporte conceptual enriquece reflexio- nes literarias sobre el tema como las que George Orwell deja ma- gistralmente resueltas en su novela, “1984”. “La tentación totalitaria” de gobiernos, incluso de gobiernos democráticos -como lo advertía Jean-François Revel- suele reves- tirse de formas sutiles y, en muchos casos inaprensibles en una primera lectura, pero surten los mismos efectos: el temor, la inhi- bición, la paralización o el miedo a secas. No es un asunto de co- bardía o pérdida de coraje del ciudadano. Se trata de un fenóme- no mucho más complejo capaz de crear una atmósfera, un clima y una sensación colectiva que debilita los reflejos naturales de la sociedad. Continúa en la página 2 Diputados deberían oír gritos de la gente, no instrucciones del Poder / 4 El precio más alto para el futuro de la humanidad es la emisión de gases / 7 Hay políticos que actúan de modo indecente y otros que destacan por su decencia / 13, 14, 15 y 16 Fernando Mires Rodó en la Barra: Cocchiola desempolva las fotos de La Hojilla / 28

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Semanario Venezolano de Politica, Geopolitica y Noticias de Lationamerica

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  • Venezuela

    8 de abril 2010

    www.abcdelasemana.com

    Ao 4

    Nmero 175

    Precio Bs.F. 2,00

    N U E S T R A P A S I N E S L A V E R D A D

    La Ctedra de Alberto Barrera Tyszka Moiss Nam Manuel Felipe Sierra

    Anacronismo histrico de Cuba

    toca a su fin / 17

    EDITORIAL

    LA HORA DE VENCER

    EL MIEDO

    El ABC de Henrique Salas Rmer

    El futuro del pas tiene que venir por la va de la descentralizacin En el pas se mueven muchos intereses, que a veces interfieren con la unidad Quieren salir de Chvez pero algunos no perdonan que haya liderazgos reales porque obstaculizan la poltica palaciega que se practica / 8 y 9

    Este es el peor gobierno que ha tenido el pas

    Para aquellos gobiernos que nacen de la fuerza o ven perder susustentacin popular, la represin ha sido un recurso ideal paragenerar el miedo. Por esa va buscan abatir el nimo de los opo-sitores.

    De all que histricamente la lucha contra los gobiernos de fuer-za haya sido al mismo tiempo una lucha contra el Miedo. El poli-tlogo Corey Robin en su obra El Miedo (Historia de una ideapoltica) pasa revista a la utilizacin del miedo apelando a las in-vestigaciones de filsofos polticos como Thomas Hobbes,Montesquieu, Alexis de Tocqueville y Hannah Arendt. Por razonesde poca, es Arendt quien profundiza en la fisiologa de los tota-litarismos del siglo XX. Su aporte conceptual enriquece reflexio-nes literarias sobre el tema como las que George Orwell deja ma-gistralmente resueltas en su novela, 1984.

    La tentacin totalitaria de gobiernos, incluso de gobiernosdemocrticos -como lo adverta Jean-Franois Revel- suele reves-tirse de formas sutiles y, en muchos casos inaprensibles en unaprimera lectura, pero surten los mismos efectos: el temor, la inhi-bicin, la paralizacin o el miedo a secas. No es un asunto de co-barda o prdida de coraje del ciudadano. Se trata de un fenme-no mucho ms complejo capaz de crear una atmsfera, un climay una sensacin colectiva que debilita los reflejos naturales de lasociedad.

    Contina en la pgina 2

    Diputados deberanor gritos de la gente,

    no instrucciones del Poder /4

    El precio ms alto para el futuro de la humanidades la emisin de gases / 7

    Hay polticos que actan de modo indecentey otros que destacan por su decencia

    / 13, 14, 15 y 16

    Fernando Mires

    Rod en la Barra: Cocchiola desempolva las fotos de La Hojilla / 28

  • Valencia, 8 de abril 2010Opinin2

    ...(continuacin)

    LA HORA DE VENCER EL MIEDOLa resaca

    Por supuesto, (y sta es la gran lec-cin de los ltimos aos del siglo XX),que en algn momento se genera unareaccin en contrario que puede con-vertir al miedo inhibitorio, como resacade mar, en una poderosa fuerza de re-chazo, capaz de obliterarlo. La vejezdel comunismo sovitico y la de sus sa-tlites europeos condujo a la cada delsistema sin desencadenar la violencia niel caos que suelen ser aliados del mie-do. Ahora mismo, el desenlace de la si-tuacin cubana parece signado por unproceso similar. En el fondo de estastransiciones juega tambin el miedo: elmiedo al abismo, el temor al ejerci-cio impredecible de la violencia o a de-sarrollos polticos incontrolables.

    Las viejas dictaduras venezolanasadormecieron al pas con el miedo.Juan Vicente Gmez gobern una na-cin fatigada por dcadas de subleva-ciones de caudillos contumaces. La dic-tadura de Prez Jimnez, apelando amtodos ms modernos, convirti a laSeguridad Nacional, su polica nacio-nal, en un muro represivo de conten-cin entre la poblacin y el poder. Esinteresante al efecto acotar que, al de-saparecer la dictadura, Accin Demo-crtica lanz la consigna Contra elMiedo para afrontar las reservas exis-tentes a una segunda presidencia deRmulo Betancourt. En este caso, msall de su valor electoral, la frase con suinnegable poder simblico, tuvo el m-rito de estimular la participacin de loselectores, contribuyendo a allanar lavictoria del jefe adeco y a la consolida-cin posterior de su gobierno.

    El silencio chavistaEl rgimen chavista ha recurrido a la

    generacin del miedo en todas las for-mas posibles. Con ese fin combina lapersonalidad autoritaria de Chvez conla dinmica propia del modelo que setrata de imponer. Una concentracinde poder como la actual para el usodiscrecional de un solo hombre, se tra-duce inevitablemente en un cuadro deintimidacin. Pero adems, Cul fue elsentido del apartheid civil consagra-do con las listas Tascn y Maisanta? Aqu ha obedecido la naturaleza puni-tiva de las leyes decretadas por el me-canismo habilitante o sancionadas porla mayora sumisa de la Asamblea Na-cional? Qu se procura con las senten-cias del TSJ con destinatarios polti-cos previamente estigmatizados? Qusentido tiene la estrategia de la hege-mona comunicacional o la militariza-cin de la vida nacional? Por qu se hapromovido una poltica internacionalque busca aliados en gobiernos tirni-cos, enemigos todos del respeto de losderechos humanos? Acaso son ino-

    centes las expresiones de violencia in-troducidas en los discursos presiden-ciales?

    Aun as, los resortes de la madeja re-presiva venezolana han comenzado adar signos de aflojamiento. Primero,fueron los estudiantes con sus masivasprotestas pacficas callejeras, iniciadastras el cierre de RCTV; luego la derrotaelectoral sufrida por el gobierno en elReferndum Constitucional de 2007; fi-nalmente, la huelga de hambre que nisiquiera la crcel impuesta a uno de suslderes, Julio Csar Rivas, entrevistadorecientemente por esta semanario, pu-do desmontar Y ahora comienzan aaparecer las deserciones internas y eldesafo, como es el caso del goberna-dor del estado Lara, Henri Falcn, y larenuncia igualmente emblemtica delGeneral Mller Rojas, seguramentems dolorosa para los autnticos revo-lucionarios porque nace de la desilu-sin y del hasto.

    Un temor cervalEs ante estos hechos -y el desmoro-

    namiento acelerado de la popularidaddel Presidente- que se comprende elarribo de Ramiro Valdez; el anunciorimbombante de las Milicias Campe-sinas; y ms recientemente el caso deOswaldo lvarez Paz, un ciudadanocomn, pero de larga y distinguidatrayectoria, sometido a prisin sincondena por el supuesto delito deopinar.

    En un plano internacional, el arribodel Primer Ministro ruso y antiguo je-rarca de la KGB, Vladimir Putin, nacede un mismo hecho, del temor cervalde un gobierno que, habiendo perdidogran parte de su anclaje popular -y ca-si toda credibilidad internacional- bus-ca dar sensacin de una fuerza que yano tiene hacia adentro infundir temor.Dira un desprevenido que son ester-tores que anuncian la muerte de unsueo irrealizado.

    Hace algunas semanas nos referimosen nuestro editorial a la fbula de HansChristian Anderson El Rey est desnu-do. All, fue slo tras el comentario deun nio inocente que al no sentir temoralguno se atrevi a decir que el Reydesfilaba desnudo, que los ciudadanosperdieron el miedo, la risa se convirtien burla y la tirana sucumbi.

    Algo similar, pero extrado de la his-toria contempornea, fue la desapa-ricin de dictador Serbio, SlobodanMilosevic, cuando jvenes universita-rios en accin pacfica concertada lehicieron frente, llevando a la poblacina perder el miedo y derrumbar consu presencia en las calles, su reino deterror.

    Hay jvenes venezolanos entrenadospara este tipo de lucha y de all -el te-mor que se les tiene- y los triunfos quehan obtenido.

    El pas anda mal. Sometidos a condi-ciones insoportables de inseguridad y acondiciones extremas de abandono delos servicios pblicos, acosados por eldesempleo, la escasez y el elevado cos-to de la vida, el abismo que amenazaal ciudadano se agiganta ante las ame-nazas de un gobierno que muestracrecientes signos de debilidad. Tran-sitamos por un estrecho sendero en-tre dos acantilados. Qu precipicioescoger?

    Las elecciones de septiembre paraelegir una nueva Asamblea Nacionalson importantes, pero slo como etapade un proceso dirigido a retomar el ca-mino perdido. Esa contienda la habrpero su resultado, no importa cuntascurules se ganen, ser intrascendente silo dems sigue igual.

    No es cuestin de tendencias polti-cas o preferencias. El pueblo democr-tico es mucho ms ancho que aquelsegmento que nos quiere secuestrar elfuturo.

    Para el pueblo venezolano, lleg lahora de vencer el Miedo.

    LAS OPINIONES E INFORMACIONES QUE APARECEN EN ESTE SEMANARIO,

    SON DE EXCLUSIVA RESPONSABILIDAD DEL AUTOR Y EN NADA COMPROMETEN LA LNEA

    INFORMATIVA Y EDITORIAL DEL MEDIO.

    AV. PRINCIPAL. C. C PASEO EL PARRAL, NIVEL 7, OF 7-1-A, URB. EL PARRAL.VALENCIA, EDO. CARABOBOTELFS: (0241) 826.97.76

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    Estudiantes realizan huelga de hambre que llevara a su viaje a Washington y condu-cira a la primera declaracin del Secretario General de la OEA, Jos Miguel Insulza

    sobre la realidad de los derechos humanos en Venezuela.

    El Debate de la semanaSI VENEZUELA ES SATLITE DE...

    La Ctedra de ABCALBERTO BARRERA TYSZKA

    Espantapjaros

    ContrapunteoJULIO MARA SANGUINETTI 6MOISS NAM 7

    El ABC deHENRIQUE SALAS RMER

    Alta PolticaORLANDO OCHOA TERN 10SIMN ALBERTO CONSALVI 11CARLOS BLANCO 12FERNANDO MIRES 13

    OpininMANUEL FELIPE SIERRA 17OSWALDO LVAREZ PAZ 18FRANCISCO BELLO 19CARLOS OCHOA 19LEOPOLDO PUCHI 20CARLOS LOZANO 21YVN SERRA 21

    Gerencia y Finanzas

    Salud

    Buenas Noticias

    Sociales

    Deportes

    Rod

    CONTENIDO

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    3

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  • 3Valencia, 8 de abril 2010 Opinin

    El Debate de la semana

    Si Venezuela es satlite de Cuba

    O satlite de Mosc

  • Valencia, 8 de abril 2010Opinin4

    La Ctedra de ABC

    En 1933 Osip Mandelstam com-puso un poema cuyo referenteera Joseph Stalin y los crme-nes sanguinarios que se ejecutabanbajo su rgimen.

    No lo mencionaba, no deca sunombre. Tampoco haca falta.

    Mandelstam jamspublic este poema.Ni siquiera lo tenaescrito. Tan slo lo re-citaba de memoria.Unos meses despus,en 1934, la polica so-vitica allan la casade Mandelstam bus-cando desesperada-

    mente un poema invisible. Por su-puesto: jams lo encontraron. Pero elpoeta termin en la crcel.

    La ancdota detalla puntualmentela vocacin del Estado paranoico, delEstado ansioso y aterrado, convertidoya en una compleja industria de per-secucin, cada vez ms asustada y-por tanto- cada vez ms voraz, im-placable.

    Con las circunstancias y las diferen-cias de cada caso, tambin podra serun espejo de nuestros das: el Estadoque invierte recursos, que gasta fun-cionarios y publicidad, que inventaprogramas y leyes, que propone an-gustias y urgencias, para tratar de ca-zar gazapos en la red del ciberespa-cio, mientras, en la red de la calle, enla cotidianidad dura y simple, la vio-lencia social le arrebata la vida a losciudadanos. Sesenta y siete. Hubo se-senta y siete homicidios en Caracas elfin de semana pasado.

    Provoca matarLa crnica impac-

    tante y conmovedorade la agencia AFP, fir-mada por Beatriz Le-cumberri, rescata delnaufragio de dolor de losfamiliares que esperan a lasafueras de la morgue una fra-se tan desgarradora comoamenazante: "Slo provocaempezar a matar". Eso dice elfamiliar de una de las vcti-mas. Es la impotencia trabu-cada en arma, enpeligro. Frentea la nada delEstado, lasv c t i m a scomienzana pensaren conver-tirse ena s e s i n o s .Qu clasede pas esta-mos fundandodebajo de las es-tadsticas de cadafin de semana? Lapalabra podra sermasacre. Porque la in-seguridad social se nosha ido transformando en unpeculiar mecanismo de exterminio.Cada viernes y cada sbado, el homi-cidio se vuelve un mtodo masivo.Danza en las calles para cumplir consu cuota y mantener una estadsticaque no entiende qu es la lucha declases Qu hacen mientras tanto los

    representantes delpueblo ante estas ma-

    tanzas? Los represen-tantes del pueblo slo

    hacen lo que el Pre-sidente dice. Un da des-

    pus de un fin de semanacon sesenta y siete muertos

    en la capital, la AsambleaNacional estaba discutiendo

    sobre la regulacin de informacionesen Internet. Fue lo que pidi el do-mingo el Presidente.

    Deberan, tan siquiera, respetar latragedia de sus compatriotas. Debe-ra carseles la cdula de vergenza.Deberan poner sus cuerdas vocalesen remojo. Deberan decretar una jor-

    nada especial, en laque todos los dipu-tados permanecie-ran en silencio, es-cuchando el nombrede cada vctima, eltestimonio de cadamadre que ha perdi-do un hijo a cuen-ta de la violencia so-cial. Eso s sera par-lamentarismo de ca-lle.

    Deberan or losgritos de la gente yno las instruccionesdel poder.

    La Revolucinherida

    Despus de onceaos, el oficialismose ha visto orillado areconocer un pro-blema que ya pareceestar fuera de con-trol. Tal vez, sus re-

    sistencias a aceptar y a enfrentar estagran herida de nuestra sociedad tie-nen que ver con el hecho de que estasestadsticas tambin develan otra he-rida, desnudan la gloriosa retrica de"la revolucin".

    Dentro del discurso del Gobierno,la violencia social es una consecuen-cia de la desigualdad, del capitalismo.Para no ir demasiado lejos, en su in-forme anual, el pasado mes de enero,el Presidente seal que "la violenciaes producto de la pobreza y de la fal-ta de educacin". Nadie duda de quese trate de un problema complejo,donde las condiciones sociales y lamiseria juegan un papel determinan-te. Pero aceptar ahora esto implica,para el Gobierno, aceptar tambinque sus otras estadsticas son falsas,que est mintiendo cuando afirma ypregona que estamos superando lapobreza.

    "En Venezuela nadie pasa hambreahorita", dijo el Presidente en su pro-grama 353, el domingo pasado.

    Por eso intentan elaborar las fanta-sas inverosmiles, buscando matizarel problema. Por eso tratan de culparal paramilitarismo colombiano o lle-gan a insinuar que nuestros crmenesquizs son parte de una estrategia ex-tranjera, de una nueva conspiracininternacional. No slo es increble. Esuna grosera. Es un puetazo sobre elduelo de miles de venezolanos. Lossesenta y siete muertos del fin de se-mana pasado todava estn esperan-do ser escuchados por el poder.

    Qu habra qu hacer cada vezque un diputado o algn alto funcio-nario diga que la inseguridad socialen Venezuela es un "invento mediti-co"? Deberamos ponerlos presos?Se lo preguntamos a Sean Penn?

    ALBERTOBARRERATYSZKA

    SESENTA Y SIETE

    Todos los nes de semana, decenas de familias se enlutan por la muerte de un ser querido, vctima de la incontrolable violencia e inseguridad que consumen al pas.

  • 5Valencia, 8 de abril 2010 Opinin

    Escrito para gente inteligente

    El PutnMire que en medio de sus debilida-

    des, tengo que quitarme el sombrerocon la habilidad de guila Uno para ca-minar entre acantilados, la frase se lacopio a Heras en su editorial de hoy.

    Triple play es lo que ha hecho guilaUno con la Faja del Orinoco. Con laChevron, se gana el lobby petrolerogringo. Con Repsol, se gana el lobbyespaol, reforzado por la Presidenciaque actualmente ejerce Espaa de laUnin Europea. Pero todo fue trabajopreparatorio para el Paquete Putn. Eslo que desde el descampado logro de-ducir de todo ese movimiento poltico,econmico, diplomtico.

    Como ustedes seguramente saben ysi no se los recuerdo, Putn actualmen-te es no slo Premier de Rusia sino quetambin preside la Unin Rusa y delConsejo de Ministros de la UninRusia-Bielorrusia, cuyo Presidente,Alexander Lukashenko, estalinista has-ta los tutanos, an mantiene su pro-pia KGB. Pero antes, desde el ao2000, cuando asumi el poder de ma-nos de Boris Yeltsin, Putn ha sido elmandams en Rusia y lo sigue sien-do. Y es un hombre sigiloso que buscadevolverle a Rusia, ahora que los pre-cios del petrleo rebotaron, su gran-deur de otras pocas. Antes de dar elsalto a la poltica haba ascendido en laKGB sovitica, llegando -como el nues-tro- al rango de Teniente Coronel, perono del Ejrcito, sino de uno de los r-ganos de inteligencia y represin mspoderosos que conoci la Humanidaddurante la Guerra Fra.

    Blindados por Chevron y Repsol

    Pues bien. Con Putn era el verdade-ro negocio. Tremendo lote de la FajaPetrolera, compra de miles de millonesde dlares en armamento, ayuda parael desarrollo de energa nuclear, imag-nense ustedes, igualito que Irn, y tam-bin soporte para crear una base espa-cial de la cual a lo mejor algn da po-dran salir cohetes. Lo digo en serioporque lo que ms quisiera guila Unoes parecerse a Fidel. Slo le falta subir-se a la Sierra Maestra, lo que ya es tar-de; que los gringos se asocien a unaaventura como Baha de Cochinos, loque no ocurrir; y ser el centro de unacrisis mundial, como el incidente de loscohetes que provoc la crisis misilsticade 1962, y esa si est an en posicinde repetirla, claro, si los rusos lo ayu-dan, y los gringos con sus siete bases

    apuntando hacia aqu estn dormidos.Pero eso de desarrollar energa nuclearcuando no ha podido generar ni ener-ga hidrulica ni termoelctrica, s quees la tapa del frasco. Y yo que me habaquedado con aquello de que CAP eraun caradura. guila Uno es tan perotan aventajado, que Carlos Andrs que-d como una hermanita de los pobres.

    Ahora, piensen Uds. como trato dehacerlo yo, dejando volar mi pensa-miento por las tardes cuando los pja-ros se alejan y puedo descansar. Conesta nueva compra de armamentos,porque ya iban cuatro mil y ahora cin-co mil millones ms, la Fuerza Armadavenezolana quedar amarrada al de-sarrollo tecnolgico ruso, desprendin-dose ms y ms del tutelaje norteame-ricano que siempre existi. Solo que losrepuestos estarn un poquito ms le-jos, medio globo terrqueo ms distan-te. Pero de que guila Uno se las trae,se las trae. Todo un paquete, blindadoadems por la Chevron y Repsol. Ya lollaman su sabroso Putn.

    Los rusos juegany los gringos tambin

    En medio de la Guerra Fra, cuandolos gringos se hacan la ilusin de de-rrotar a la Unin Sovitica, lo que a finde cuentas result ms fcil de lo quepareca, pues bien, en esa poca se hi-zo famosa una frase que deca, recuer-da que los rusos tambin juegan, paraadvertir a quienes estaban soandocon la victoria, que haba alguien pen-sando y jugando del otro lado del ta-blero. La frase me ha vuelto a la men-te al observar las peripecias de guilaUno, pero con personajes distintos.Recuerda que los gringos tambin jue-gan es lo que me salta a la mente y noes por el resol que he venido llevando,porque esta semana al fin llovi.

    Hasta ahora los gringos slo dicen esque esperan que esas armas no termi-

    nen en otros pases, pero eso es, comoellos mismos dicen, blablabl. Ellosbien saben que triangulando con Cubano ser difcil que esas armas lleguen amanos de las FARC o cualquier otromovimiento insurgente. Basta con queparte de la carga se entregue en Cuba,sin identificacin venezolana, para ha-cerle un bypass a las advertencias nor-teamericanas, pero eso ya se ha venidohaciendo y los gringos lo saben.

    Total, guila Uno se blind haciaafuera. Pero hacia adentro, cmo vanlas cosas? Pues de mal en peor, la capa-cidad de generacin energtica siguecayendo, mientras los precios, la esca-sez y el desempleo siguen en franco au-mento. Tambin va aumentando elmiedo.

    Y los italianos qu?

    Bien grave lo que reporta Buena-ventura de la guerra a muerte que se li-bra en el Circuito 3. A lo mejor el hom-bre es inocente, pero en poltica, biense ha dicho, lo que parece es.

    Por cierto, mi compaero el PjaroNegro esta semana en El Carabobeo,habla de una Comisin de Alto Nivelque hablara con el pajarraco Salas,que por cierto me dicen que anda lejos,de manera que por telfono ser, parallegar a un entendimiento y elegir auno de los contendores del Circuito 3,o a lo mejor a un quinto, pero por con-senso. O sea para que no quieren quehaya primarias, extrao, verdad?Tierrita tan temprano? Ser que losnmeros no dan? Lo cierto es queGuerra es Guerra y en la guerra y elamor, todo est permitido. Pero, ojo,no as en poltica, aunque confieso queyo pensaba lo contrario hasta que melleg la iluminacin.

    Los invito a leer el ensayo que publi-ca en este nmero el Profesor Mires.Hay que quitarse el sombrero cuandousted ve como vuela la mente de esteseor que alguna vez bautic aguaita-caminos porque, como esa maravillosaave nocturna, siempre va adelante ysiempre va de frente.

    Dice el aguaitacamino que Decenciay Poltica son cosas distintas pero pue-den estar unidas, tanto que no se pue-de hablar de un POLITICO DECENTEque sea a la vez INMORAL o de unPOLITICO INMORAL que sea a la vezun POLITICO DECENTE. Vuelve elAguaitacamino con sus sentencias sen-cillas. Slo faltaba la palabra MORALpara diferenciar a los polticos que,siendo polticos, respetan las reglas deljuego, de aquellos que por no respetar-las, son todo lo contrario.

    A este Aguaitacamino habr quedarle el Premio Garibaldi. Bien se lomerece.

    ESPANTAPJAROS [email protected]

    EL PUTN DE CHVEZ| LA PEQUEA POLTICA |

    Lo que por estar yo siempre en el mismo sitio, no veo y otros ven, lo compenso pensando en lo que otros, por andar de rama en rama, quizs no alcanzan a pensar.

    Il Premio Giuseppe GaribaldiIl Rotary Club La Maddalena-Costa Smeralda conferisce il Premio GiuseppeGaribaldi 2009 al dottor Giacomo Pala con la seguente motivazione:Magistrato dotato di una straordinaria carica dumanit, ha amministrato lagiustizia nellArcipelago per trentanni, distinguendosi per la totale dedizione,lelevata professionalit e la limpidezza intellettuale. Contemperate con la sag-gezza, la moderazione ed umana comprensione. Egli ha contribuito a promuo-vere la cultura della legalit, dando un insostituibile apporto al processo di cos-truzione di una societ giusta nella quale la persona considerata il fine e nonil mezzo dellagire comune.

    MENSAJES QUE LLEGAN AL DESCAMPADO

    El Putn de Chvez.

  • Valencia, 8 de abril 2010Opinin6

    LO MEJOR PARA TODOSContrapunteo

    Colombia ha estado en vi-lo desde hace por lo me-nos dos aos. El dilemaera si el presidente lvaroUribe poda procurar, tras unreferndum popular, una se-gunda reeleccin, despus de

    que se hubieraaceptado, hacecuatro aos, laposibilidad depresentarse aratificar sumandato origi-nal. Por cierto,lo hizo con un60% y desde

    entonces, al mantener una po-pularidad abrumadora, se man-tena viva la tentacin re-ree-leccionista, que muchos de suspartidarios agitaban con el ob-vio inters de navegar tranqui-los en la marea presidencial.

    Un pronunciamientosalvador

    El hecho es que la campaa polticaprcticamente se paraliz y el naturaldelfn del Presidente recin puede salira la calle a expresar su voluntad depostularse, luego de un pronuncia-miento definitivo de la Corte de Jus-ticia. Pronunciamiento salvador, dira-mos. Salvador para la democracia co-lombiana, que vuelve a ratificar su so-lidez; y para el propio Uribe, quien lue-go de dos exitosos periodos permane-cer como una opcin de futuro y unactivo permanente del sistema poltico,siempre en reserva.

    Este tema de las reelecciones se hatornado grave en nuestra AmricaLatina. Ha de entenderse que no puedeencararse la cuestin desde la miradaeuropea de los sistemas parlamentaris-tas, ms flexibles, en los que el Go-bierno y sus ministros pueden caer encualquier momento. Como bien se sa-

    be, fueron un producto de la lucha de-mocrtica contra el absolutismo, gana-dora de espacios para una institucinparlamentaria que recortaba de a lon-jas el poder de las monarquas. NuestraAmrica naci distinta, a partir de unarevolucin norteamericana que, al des-gajarse de Inglaterra, abjur de su sis-tema e instaur un presidencialismoarraigado en el liderazgo de sus paladi-nes de la independencia, normalmentegenerales, que en el mundo iberoame-ricano llamamos "caudillos". En nues-tro espacio geogrfico influa tanto elejemplo del norte como las actitudesde Fernando VII, expresin decadentede un Imperio en cada.

    En las ltimas dcadas el presiden-cialismo se ha atenuado con facultadesparlamentarias mucho mayores, as co-mo el parlamentarismo europeo se hapresidencializado, a travs de una dis-puta de lderes que desvanece losalambicados sistemas de segundo gra-

    do que, originariamente, eran el modode formar gobiernos. La patologa delparlamentarismo fue la inestabilidad,con Italia a la cabeza, del mismo modoque la del presidencialismo es el poderpersonalizado, con su tendencia al ce-sarismo.

    Del presidencialismoa la hipocresa

    La verdad es que los pueblos latino-americanos son bastantes reeleccionis-tas, hasta el punto de que hoy mismogobiernan cuatro presidentes que vol-vieron al cargo, luego de pasar un pe-riodo de vacancia impuesto por susrespectivas constituciones: Leonel Fer-nndez en Repblica Dominicana, s-car Arias en Costa Rica, Alan Garca enPer y Daniel Ortega en Nicaragua.Otros cinco han repetido: Lula enBrasil, Uribe en Colombia, Evo Mo-rales en Bolivia, Rafael Correa enEcuador y de algn modo Nstor

    Kirchner, que simplemente ce-di el espacio a su esposa,Cristina Fernndez, para que lesucediera.

    El problema empieza cuandovarias de estas reelecciones seincorporaron a la Constitucinen beneficio del mandatario enejercicio, lo que, de por s, nofue republicanamente saluda-ble, aunque se tratara de go-bernantes democrticos. Elmismo se agrava de verdad, sinembargo, cuando se entra en eldebate de las re-reelecciones,que por vez primera fueraplanteado por Carlos SalMnem y ahora anduvo endanza tanto en Colombia comoen Brasil. Felizmente Lula des-cart el intento, y en Colombialo ha hecho la Justicia. Pero enotros lugares, como Venezuela,la reeleccin se ha hecho inde-finida y ello, en un rgimen

    que se ha adueado de la prensa yavanza abusivamente sobre todos losmedios de produccin, nos pone ya enel sendero de la dictadura.

    La hipocresa que con lgica aristo-tlica y moral kantiana ha denuncia-do Moiss Naim, hace que le sigamosaceptando como democracia, mientrasdejamos fuera a otros Gobiernos elec-tos por el pueblo, como es el caso deHonduras. La realpolitik quizs lo im-ponga, pero entonces no sigamos ha-blando de la comunidad democrticani de la universalidad de los derechoshumanos, que nos deberan sublevarante una realidad cubana que dema-siada gente edulcora con la leyendanegra del antiyanquismo. Razn dems, entonces, para celebrar esta sen-tencia colombiana, acatada por elGobierno, que ha sido lo mejor paratodos.

    (*) Ex Presidente de Uruguay.Abogado y periodista.

    -La patologa del parlamentarismo fue la inestabilidad, del mismo modo que la del presidencialismo es el poder personalizado, con su tendencia al cesarismo- Felizmente Lula descart el intento de reelegirse,

    y en Colombia lo ha hecho la Justicia

    JULIO MARASANGUINETTI*

    Dos presidentes no reelegibles: Lula por voluntad propia y Uribe descartado por la ley.

  • 7Valencia, 8 de abril 2010 Opinin

    Cul cree usted que es el precioque ms le afecta? La comida?La gasolina? El tipo de interssobre la hipoteca de su casa? El d-lar? Todos son importantes. Los pre-cios de las materias primas, la ener-ga, las tasas de inters o la paridad

    de cambio de unamoneda determinannuestra calidad devida y reflejan la dis-tribucin del poderentre naciones, el ac-ceso a las nuevas tec-nologas, el progresode algunos pases yel declive de otros.

    Pero hay un precio del que se hablapoco a pesar de que es el ms impor-tante para el futuro de la humani-dad: el precio de emitir gases que ca-lientan el planeta. Y se habla pocode l porque es tan bajo que nadie lopercibe... Por ahora.

    El precio de ensuciar el planeta -onuestra atmsfera- es peligrosamentefcil de ignorar. Usted, por ejemplo,no paga mucho cuando calienta elplaneta cada vez que enciende la luz,viaja en automvil, come carne o talaun rbol. Si tuviera que pagar ms lohara menos o buscara maneras me-nos costosas y ms eficientes de ha-cer lo mismo. Lo que sucede ahora esque las consecuencias existen pero elenorme precio que tendrn que pagarlo estamos desplazando al futuro. Yesa es una conducta suicida.

    Detener la catstrofeLa comunidad cientfica no duda de

    que el planeta se est calentando acausa de la actividad humana, de queel calentamiento produce irreversiblescambios climticos y de que las ten-dencias actuales nos llevaran al desas-tre. Hay escpticos, claro est, peroson una minora con poca credibilidadcientfica cuya desproporcionadavisibilidad meditica res-ponde a intereseseconmicos y pol-ticos. En otro ar-tculo he des-crito estos de-bates indecen-tes.

    La humani-dad tiene tresopciones antelos cambios cli-mticos: pade-cerlos, mitigarlosy adaptarse. Muchosde los efectos que pade-

    ceremos son inevitables puesto que re-sultan de actividades que ya ocurrie-ron. Para algunos de los cambios pre-vistos no hay mucha adaptacin posi-ble. Bangladesh, que es el pas msdensamente poblado del mundo y unode los ms vulnerables a los efectos delcambio climtico, sufrir un impactodevastador. Otros pases estn comen-zando a adaptarse, invirtiendo en in-fraestructura, cambiando sus polticasagrcolas, las normas de construcciny sus planes de desarrollo urbano, tu-rstico e industrial. Y hasta sus planesmilitares.

    Subirle el precio al costoPero lo ms importante es mitigar

    el problema que se avecina. Si bienmucho del dao est hecho y es irre-versible, tambin es cierto que se pue-de limitar el que seguimos haciendo adiario. Hay que alterar la catastrficatrayectoria en la que estamos. Es ne-cesario incentivar a pases, empresas

    e individuos aemitir menosgases que al

    acumularseen la atmsfera

    crean el efecto in-vernadero. Y, casi

    siempre, hablar de in-centivos es hablar de

    precios. En este caso,se trata de ponerleun precio ms altoa las conductasque calientan elplaneta.

    Una de las op-ciones para miti-

    gar el dao es quelos pases acuerden

    lmites cuantitativos asus emisiones totales de

    gases invernadero y que se

    desarrolle un mercado donde empre-sas que se excedan puedan intercam-biar crditos ambientales con aquellasque han emitido menos, lo cual lespermitira beneficiarse de su mejorconducta ambiental. Este es el siste-

    ma conocido como Cap and trade. Otra alternativa es la de ponerle

    impuestos al carbono, la energa o alcombustible. Una opcin es la decrear un precio implcito que resultade la combinacin de estmulos y pe-nalidades que los Gobiernos imponena empresas e individuos para estimu-lar que tomen decisiones ms limpias.stas son decisiones impopulares ypolticamente explosivas. Adems, re-quieren que Gobiernos con muy dis-tintos intereses se pongan de acuerdo.El fracaso de las negociaciones enCopenhague es slo una seal de lodifcil que es esto.

    Pero hay otras seales mucho msfuertes que el fracaso de Copenhague:nos las est mandando la naturaleza.Si no decidimos pronto subir el precioms importante del mundo, la natura-leza lo har por nosotros. Y ser pro-hibitivamente alto.

    [email protected]

    EL PRECIOMS IMPORTANTE

    MOISSNAM

  • Valencia, 8 de abril 2010Alta Poltica8

    El ABC de Henrique Salas Rmer

    MIRIAM MOSQUERA **Lejos de retirarse de la contienda po-

    ltica, como lo han hecho algunos de suscontemporneos, Henrique SalasRmer, ex gobernador del estadoCarabobo y fundador del partidoProyecto Venezuela, se mantiene bas-tante activo hasta tal punto que entrebastidores, lo acusan de ser quien tomalas decisiones fundamentales en la go-bernacin de esta entidad. Ante estossealamientos, sin titubear, dice queexiste una componenda en algunos sec-tores de la oposicin para afectar el li-derazgo natural de la regin. Confiesade antemano, que hay una campaitaen su contra, como la que estn inician-do con Henri Falcn.

    Para el fundador del partido del sol,su nico inters es ayudar a Venezuela asalir de este atolladero y por ello, ratifi-ca en su encuentro con la Razn, sucompromiso con las primarias. La uni-dad est garantizada en Carabobo,sentencia con voz firme.

    Cmo va el proceso de selec-cin de candidatos de la oposi-cin en Carabobo?

    - No hablemos de oposicin. Ese tr-mino es poco aconsejable. Vivimos unaera de transformacin mundial y tildar-se Oposicin, se presta a interpreta-ciones poco convenientes. Hay que de-sarrollar una alternativa de poder, porla va de un proyecto poltico que abrael debate en el pas. El trmino FactorDemocrtico me gusta ms. A peticinnuestra, la seleccin de candidatos enCarabobo se har por primarias.

    Cuntos candidatos salidoresha postulado Proyecto Venezuela?

    - Proyecto Venezuela ha postuladosiete candidatos y slo dos son miem-bros activos de nuestra organizacin.Los dems son independientes o miem-bros de otras organizaciones polticas.Lo mismo ocurre con los suplentes.

    Favorecen a nexoscon la capital

    Cuntos presos polticos vanen las listas de oposicin enCarabobo?

    - En Carabobo no hay presos polticos.Ahora en un plano general, hay posicio-nes que son difciles de entender, haymucha sensibilidad. La Mesa est inser-tando presos polticos en circuitos queiban a primarias. Todo esto es complica-

    do, se debate un sentimiento de solida-ridad con realidades polticas. No hayningn preso poltico que est inscritoen Carabobo. Aunque pudiera haberuno recluido en una crcel de la regin.

    En qu otros estados ProyectoVenezuela lleva candidatos sali-dores?

    - Hasta ahora no nos han permitidoen otros estados llevar un candidato sa-lidor, a pesar que tenemos un doce porciento de la votacin nacional. Hayotros partidos que tienen una votacinsimilar y tienen aprobado cerca de quin-ce candidatos a diputados. Dentro de launidad, hay una desigualdad que favo-rece a determinados factores que tienennexos especiales en la capital.

    El futuro del pas tiene que venir porla va de la descentralizacin, y ms po-der para los ciudadanos

    Hay empeoen satanizarme

    Los candidatos de su partidofueron seleccionados por usted adedo o fueron sometidos a unproceso electoral interno conamplia participacin de la basecomo lo establece la ConstitucinNacional?

    - Fueron seleccionados en votacinsecreta y en Asamblea. Eso se afirmaporque hay un empeo en satanizarme.Lo que pasa es que algunos no perdo-nan que hayan liderazgos reales en estepas y si eres lder eso te trae muchos

    enemigos. Yo nunca habia sido un hom-bre de partido, entr como indepen-diente a la Cmara de Diputados, comoindependiente tambin llegu aGobernador del estado Carabobo, ycuando me lanc como independiente ala Presidencia de la Repblica obtuvetres millones de votos. Esto parece queafecta ciertos sentimientos de factoresen mi contra y hay una guerrilla contram y contra nuestro partido, que es ape-nas un cauce para la descentralizacin,sealndose que es manejado unilate-ralmente por m o mi hijo. Yo soy sim-plemente el fundador y tenemos diri-gentes muy valiosos en todo el pas.Nunca he sido candidato a ninguna po-sicin desde que fui candidato presiden-cial en el ao 1998. Siempre he dadopaso a otros, en especial a la juventud.

    Puede decirse entonces quehay plena democracia interna enProyecto Venezuela o los Salasson los dueos de ese partido co-mo lo es Chvez del PSUV?

    - Absoluta.Qu opina sobre el caudillis-

    mo y el culto a la personalidaden la poltica venezolana?

    - El culto de la personalidad es unaaberracin poltica, es una atrocidad,que pertenece al pasado. Aunque enVenezuela haya revivido. Secuestra losderechos ciudadanos. Gracias a Dios,con la modernidad y los avances tecno-lgicos, los gobiernos se mueven ms y

    mas hacia la descentralizacin y el em-poderamiento ciudadano. Somos con-trarios al culto de la personalidad, tantoas, en los aos que tenemos gobernan-do en Carabobo nunca ha aparecidouna sola valla en la que aparezca minombre o el de mi hijo, el actual gober-nador. Siempre hablamos de unidos,pueblo y gobierno avanza, en Carabobo.No avanza por nosotros, sino porquesiempre hemos convocado una unidadsuperior y convocado a gobierno a gen-te de todas las tendencias e inclinacio-nes posibles.

    Autocracia en el Gobiernoy Oposicin

    Ambas desviaciones son exclu-sivas del presidente Chvez otambin hay estos vicios en laoposicin venezolana?

    - Existen tambin estos vicios en laoposicin venezolana, porque no hayuna visin clara de los elementos dejuego, por eso se plantea errneamentela contienda entre gobierno y oposi-cin, cuando la polarizacin tendraque ser otra. Hay factores autocrticosy centralistas en ambos lados, aunquemucho ms acentuados en el gobiernode Hugo Chvez, quien ha llegado alextremo de secuestrar nuestros dere-chos constitucionales. El futuro delpas tendr que venir por va de la des-centralizacin, de multiplicar los prota-gonistas, por la va de dar ms poder alciudadano para que sea ste ms dueode su propio destino.

    El Gobierno nacional utilizarecursos del Estado en beneficiode la actividad proselitista?

    - Claro y eso es delictivo, pero nadaextrao en un gobierno que utiliza a suantojo la hacienda pblica, especial-mente en erogaciones hacia pases ex-tranjeros.

    El gobierno de Carabobo utili-za recursos del presupuesto re-gional en beneficio de la activi-dad proselitista del partido Pro-yecto Venezuela?

    - De ninguna manera.

    Cocchiola es un llornCmo estn las relaciones con

    el ex candidato a alcalde MiguelCocchiola? La Alcalda de Valen-cia se perdi porque ProyectoVenezuela no apoy al candidatoopositor Miguel Cocchiola?

    El culto a la personalidad es una aberracin histrica. Al ciudadano hay que darle ms poder para que sea dueo de su propio destino. Julio Rivas me ha causado buena impresin por su madurez,

    su valenta y la firmeza de sus convicciones

    Hay que promover un proyecto poltico alterno que abra el debate en el pas*

    Hay factores autocrticos y centralistas en ambos lados, aunque mucho ms acen-tuados en el gobierno de Hugo Chvez, quien ha llegado al extremo

    de secuestrar nuestros derechos constitucionales.

  • 9Valencia, 8 de abril 2010

    - Es el candidatoms llorn que se haconocido en la histo-ria poltica del pas.Nunca hubo alguienque acusara a otro desus propias fallas, desus propias derrotas.A lo mejor pudo ha-ber ganado o a lo me-jor no tuvo suficien-tes votos, o una m-quina hizo una magiay le dio los votos ne-cesarios al candidatoParra y por eso per-di. Sabemos que lohicieron con MarioSilva, pero l prefiereacusarnos a nosotrosy a Paco Cabrera, queen paz descanse, y noal CNE.

    Que un candidatopierda y acuse a otrode su fracaso, es real-mente increble.Nunca se ha visto enel mundo entero.Hacer eso es pocodigno. Yo pudiera ha-ber acusado -cuando fui candidato a laPresidencia de la Repblica- a Alfaro o ala propia Irene Sez, con su candidatu-ra, el no haberme apoyado y culparlosde haber perdido contra Hugo Chvez.Cuando a mi hijo le quitaron la gober-nacin tramposamente para poner aAcosta Carlez, nunca acus a nadie poresto. Sigui trabajando exitosamentecon el pueblo de Carabobo. Cuando unopierde, debe reconocer la victoria delotro, le desea suerte y se prepara parauna nueva contienda.

    - En las campaas se gana o se pierde,hay que saber aceptar los resultados.

    La gobernacin del estadoBolvar se perdi porque Proyec-to Venezuela apoy al capitnAntonio Rojas Surez y no a An-drs Velsquez?

    - Hay que con considerar queProyecto Venezuela es una organizacindescentralizada y en cada estado se pos-tularon aquellos propuestos por los lu-gareos. Nuestra gente propuso a RojasSurez con base a encuestas muy seriasque lo proyectaban como ganador.Adems, habamos perdido contactocon Andrs, quien despus de ser go-bernador de Bolvar se haba lanzado ala gobernacin de su estado natal que esAnzotegui, y nunca nos abord. Encualquier caso, no hubo la intencin dedividir la votacin, simplemente el esta-do se dividi en dos bloques de parti-dos, unos con Rojas y otros con Andrs.

    La UnidadLa oposicin ir unida para

    las elecciones parlamentarias del26 de septiembre?

    - Debe ir unida. Pero, tambin debe

    tener ganas de ganar. Debo reconocer elesfuerzo que ha hecho RamnGuillermo Aveledo en ese sentido. Habuscado sumar voluntades. Pero, en elpas se mueven muchos intereses, que aveces interfieren en la unidad. Hay mu-chos de ellos, por cierto, vinculados conel gobierno que procuran generar divi-siones en algunas regiones, sobre todocuando hay liderazgos reales que sequieren resquebrajar.

    Hay un inters del gobierno por con-tribuir con factores mediocres de la opo-sicin para descalificar el liderazgo enalgunas regiones del pas.

    Mantiene usted el apoyo delestudiante Julio Rivas, a pesar dela oposicin del partido AD y deHenry Ramos Allup?

    - Los adecos no mandan desde hacemuchos aos, tampoco son ahora unafuerza importante. Pero respetamos aeste partido. Espero que lo hagan connuestra organizacin. Julio Rivas es unjoven muy valiente, que planteamos co-mo parte de una frmula de consenso,que ofrecimos a la universidad y a la ju-ventud, viendo que en el circuito se ubi-ca el noventa y nueve por ciento de lascasas de estudios superiores de la re-gin. Pero otros candidatos no quisieronrenunciar. El candidato natural para en-cabezar la frmula de consenso podrahaber sido el ex rector RicardoMaldonado, pero no hubo consenso nidentro ni fuera del mbito universitario.Entonces Proyecto Venezuela, respetan-do el compromiso pblico que haba ad-quirido, decidi darle todo su apoyo a lajuventud y Rivas fue postulado.

    - Julio Rivas me ha causado buenaimpresin por su madurez y la firmeza

    de sus convicciones. Tiene gran capaci-dad para ser un interlocutor no slo enCarabobo y en el pas, sino ms all.Tiene muchas invitaciones en el exte-rior, yo cuando lo conoc confieso, meimpresion mucho, con su temple y supersonalidad. Adems por mritos pro-pios representa a Venezuela ante laOrganizacin de las Naciones Unidas yotros organismos internacionales. Es unjoven que ha sabido defender nuestrosderechos con valenta.

    Manda el Pollo, yo no

    Es cierto que usted es el quetoma las decisiones en la gober-nacin de Carabobo?

    - En la gobernacin de Carabobomanda el Pollo, l sac las espuelashace mucho tiempo. Claro est, que meconsulta algunas cosas, por algo soy supadre. l siempre dice que su padre esel mejor asesor, porque tiene gran expe-riencia y ha pasado por esto. Adems nole cuesta nada. El Pollo manda yCarabobo lo sabe, mi hijo tiene unaaprobacin en la regin de casi unochenta por ciento.

    - Pero, hay una campaita por all,sabemos quin la manda, de descalifi-carme a m y a mi hijo. Hasta tiene elbeneplcito del gobierno. Ya veremos lacampaita que le viene a Henri Falcn,como antes se desat con EnriqueMendoza y Antonio Ledezma. Es quecada vez, cuando alguien asoma la ca-beza, le caen encima. Quieren salir deChvez pero no permiten que se cons-truya una alternativa de poder.

    Se lanzara de nuevo en laspresidenciales en el 2012?

    - Yo no s si habr presidenciales. Nopuedo especular sobre algo que no sesabe, eso no sera de mi parte responsa-ble. Lo que s sabemos es que las en-cuestas revelan que la gente se cans deHugo Chvez, que lleg a su lmite, noda ms Es el peor gobierno que ha te-nido Venezuela. Es la hora del cambio yese vendr en 2012. Claro tenemos unpaso inicial en las elecciones de las par-lamentarias este 26 de septiembre.

    (*) Ttulo original: ste es un gobiernode compadres

    (**) Fuente: La Razn

    Se pudre la comida en Puerto Cabello

    Ni paz ni guerra con los Celli

    La revolucin tapa a Acosta CarlezCmo se explica que el ex goberna-dor de Carabobo Luis Felipe AcostaCarlez, acusado de innumerables irre-gularidades no slo por la oposicin,sino por el propio presidente Chvez,se encuentre en libertad y sin procesojudicial en su contra?- Porque ste es un gobierno militaris-ta y de compadres. Slo reclam justi-cia, cuando quiso cambiarlo en la go-bernacin por otra persona comoMario Silva. Alegaron en su caso, razo-nes ticas y morales, pero a la hora dela verdad, cuando entregamos las

    pruebas, todo se tap. Ya lo dije, estegobierno es como los gatos, escondela porquera.

    Proyecto Venezuela promovi algntipo de acciones judiciales contra el exgobernador Acosta Carlez?

    - El gobierno de Carabobo, a travs dela Procuradura del estado, promovitodas las pruebas en contra del ex go-bernador Acosta Carlez, en la FiscalaGeneral de Repblica. Haba sido unaexigencia del gobierno nacional y ade-ms era su deber.

    Ya hizo la paces con el llamado clande los Celli, tal como fue bautizadopor usted en Carabobo?- No tenemos ni paz, ni guerra. Hubouna contienda, cuando mi candidaturasorprendi al pas. Luego fui reelectocon casi el setenta y cinco por ciento

    de los votos. Fue un acontecimiento ylos Celli nunca le echaron la culpa aotros de haber perdido, ellos no fueronllorones. No tengo enemistad con esafamilia. Pero tampoco existe amistad,tengo tiempo que no los veo en laregin.

    Es una vergenza nacional, vemos alpueblo haciendo largas colas para ad-quirir alimentos y hay escasez, pero lacomida se compra no para alimentar ala gente sino para robar.Ha mejorado el puerto de PuertoCabello desde que fue asumido por elgobierno nacional? Se eliminaron lasmafias?- El puerto de Puerto Cabello se haconvertido en un verdadero desastre.Est paralizado porque no le pagan alas cooperativas que all trabajan, sesiguen acumulando los contenedorescon comida podrida. Los que nosotrosdenunciamos fueron enterrados en la

    montana por la FAN, porque este go-bierno actu como los gatos que es-conden la porquera. Actualmente, te-nemos informacin que hay otros diezmil contenedores con alimentos aban-donados, porque PDVAL traa alimen-tos, pero lo que haba era una verda-dera comisin para los beneficiarios yno un inters de proveer los canalesdel gobierno. Es una vergenza nacio-nal, vemos al pueblo haciendo largascolas para adquirir alimentos y hay es-casez de muchos rubros, mientras losalimentos que importa el gobierno sepudren en los patios de los muelles dePuerto Cabello.

    La Oposicion debe ir unida. Pero, tambin debe tenerganas de ganar.

  • Valencia, 8 de abril 201010

    Alta Poltica

    INTIMIDACINY COSTO POLTICO

    Gobiernos extranjeros ymedios de comunica-cin de diferentes par-tes del mundo (la conspira-cin imperial segn el lxicorevolucionario) asechan al go-bierno bolivariano en momen-tos en que se debate para so-brevivir su peor crisis en unadcada. En cualquier nacinnormal del mundo ste seratiempo de desplegar lo mejorde la diplomacia pblica o co-municacional para mitigar ycontrolar daos. Pero en laVenezuela bolivariana, dondequiera que el presidente Ch-vez advierta un problema, lelanza una granada.

    Se ha dicho que la comunica-cin es a la diplomacia lo que lasangre es al organismo huma-no. Si esto es as, el gobierno boliva-riano sufre de leucemia. El conceptode comunicacin que se asocia a la di-plomacia y que se remonta a la anti-gua relacin de los faraones de Egiptocon Babilonia y Asiria, no tiene cabi-da en la estrecha y parroquial concep-cin del socialismo del siglo XXI.

    Comunicacin bolivariana En 11 aos los funcionarios del go-

    bierno bolivariano no han aprendido,entre otras cosas, la regla ms ele-mental de la comunicacin diplomti-ca que proclama, hacer es decir y de-cir es hacer. Que una determinadaconducta es un mensaje o la ausenciade conducta es tambin un mensaje.

    Como dice el historiador SimonFranklin, actividad o inactividad, pa-labras o silencio, todos estos son men-sajes que tienen valor e influencia enotros que tambin respondiendo o no

    igualmente transmiten un mensaje.Hasta el lenguaje corporal es una for-ma de transmitir mensajes.

    El presidente Chvez tambin se lastrae en comunicaciones diplomticascon sus pares. La manera ms sutilque ha encontrado de usar el lengua-je corporal en estos 11 aos es colo-carle el brazo por encima del hombroa un colega para indicar que lo clasi-fica entre sus hermanazos.

    Un gobierno asediadoNunca antes el gobierno bolivaria-

    no haba estado tan asediado por laopinin pblica internacional. El autode la Audiencia Nacional espaola enlas cuales se sealan nombres, cir-cunstancias agravantes y un cmu-lo de indicios que vinculan a Vene-zuela con las FARC y ETA coinci-de tambin con el ltimo informe delDepartamento de Estado, distribui-do al mundo entero, sobre Con-

    trol y Estrategia Internacional Anti-narcticos del Departamento de Es-tado en el cual se destaca que ele-mentos de las fuerzas de seguridad deVenezuela asisten a organizaciones te-rroristas extranjeras como las FARC yel ELN.

    Dos caras de una moneda Un per-misivo y corrupto ambiente enVenezuela -aade el informe- juntocon el aumento de los esfuerzos de in-terdiccin de drogas en el Caribe,Amrica Central y Mxico, han con-vertido al pas en una de las rutas pre-feridas para el trfico de drogas ilci-tas de Amrica del Sur. No lo infor-ma lvarez Paz, lo hace pblico elDepartamento de Estado y la Contra-lora General (GAO) de EE UU.

    A esto se agrega que la JuntaInternacional de Fiscalizacin deEstupefacientes (JIFE) de la ONU se-ala a Venezuela como uno de los

    principales pases de transbordode la mayor parte de la droga,especficamente cocana proce-dente de Colombia y Per en ru-ta hacia frica.

    La Organizacin Mundial deAduanas resalta que la mayorparte de la cocana que ingre-sa a Europa occidental procedede la Repblica Bolivariana deVenezuela siguiendo la ruta defrica central y frica occiden-tal. Cmo entender entoncesque se impute a Oswaldo lva-rez Paz por opinar sobre infor-maciones que han sido disemi-nadas por todo el planeta ydocumentadas por el Depar-tamento de Estado, la ONU y laOrganizacin Mundial deAduanas?

    Hace cerca de un ao el go-bierno bolivariano tambin priv desu libertad al general Ral IsaasBaduel. No es coincidencia pues queOswaldo lvarez Paz y Ral IsaasBaduel, dos caras de una misma mo-neda, estn en la crcel por represen-tar a sectores sociales e instituciona-les que no transigen ante la crecienteprdida de valores democrticos.

    Ambos estn separados de otros di-rigentes opositores que an se aferrano se conforman, algunos con candidezotros por clculo, a los cada vez msreducidos resquicios de democracia.

    Una vez lo dijimos y hoy lo repeti-mos, la historia ensea que en ocasio-nes se est ms cerca del poder traslas rejas que en libertad plena. ste esotro de los riesgos que corre el go-bierno de Hugo Chvez al creer quela intimidacin priva sobre el costopoltico.

    [email protected]

    En momentos en que la opinin internacional asedia al gobierno bolivariano y se cuestiona su respeto por los derechos humanos y la libertad de expresin, la detencin de Oswaldo lvarez Paz demuestra que,

    en medio de grandes crisis, el propsito intimidatorio priva sobre el costo poltico

    ORLANDO OCHOA TERN

    Oswaldo lvarez Paz

  • 11Valencia, 8 de abril 2010

    UN CAPTULODE ALEXIS DE TOCQUEVILLE

    "Donde no hay libertad, all estmi patria" Thomas Paine Regresara las pginas de La Democracia enAmrica resulta siempre un ejercicioesclarecedor. Me detengo en uno desus captulos: "La libertad de prensaen los Estados Unidos". El primer pe-

    ridico que Alexis deTocqueville ley alllegar en 1831 aEstados Unidos sellamaba VicennesGazette y sus ataquescontra el presidenteAndrew Jackson erande tal naturaleza queel viajero francs con-

    sider necesario registrarlos comouna caracterstica de la democracianorteamericana "Donde no hay liber-tad, all est mi patria"

    Registr este ejemplo: "En todo esteasunto, el lenguaje de Jackson (elPresidente) ha sido el de un dspotasin corazn, preocupado nicamentepor conservar su poder. La ambicines su crimen, y en ella encontrar sucastigo. Tiene por vocacin la intrigay la intriga confundir sus designios yle arrancar su poder. Gobierna por lacorrupcin, y sus maniobras culpablestendern a su confusin y a su ver-genza. Se ha mostrado en la arenapoltica como un jugador sin pudor ysin freno. Ha triunfado; pero la horade la justicia se acerca. Bien pronto leser preciso devolver lo que ha gana-do, arrojar lejos de s su dado engaa-dor, y acabar en algn retiro dondepueda blasfemar en libertad contra sulocura, porque el arrepentimiento noes una virtud que haya sido permitidoa su corazn conocer jams".

    La cuestin impresion al agudoobservador de la sociedad norteame-ricana, y lo llev a escribir una sen-tencia que se ha repetido con diferen-tes propsitos a lo largo de 170 y tan-

    tos aos, y la cual reza: "Confieso queno profeso a la libertad de prensa eseamor completo e instantneo quese otorga a las cosas soberanamentebuenas por su naturaleza. La quieropor consideracin a los males queimpide, ms que a los bienes querealiza".

    El episodio del ataque al presidenteJackson y la reflexin del escritorfrancs pueden ser tiles para enten-der la complejidad de las relacionesentre democracia y medios de comu-nicacin social.

    Una prensa agresivaEs difcil encontrar un pas de ins-

    tituciones ms fuertes que EstadosUnidos y es dudoso tambin descu-brir un pas donde la prensa sea msindependiente y, al propio tiem-po, ms agresiva. Tal vez no seha dado un presidente que nohaya sido sometido a trata-miento similar al de Jackson,desde George Washington has-ta Barack Obama. Parece comosi este cuestionamiento brutal, ya veces, laborioso de entender, for-mara parte de un inters comn: elde mantener al poder en jaque, y nopermitir que sus vastos recursos pue-dan afectar los privilegios de la socie-dad abierta. En un pas en dondela gran prensa jams cuestiona laesencia del sistema y endonde hay un apego uni-versal a la Constitucin,las discrepancias seorientan hacia otrosaspectos: a las polti-cas circunstancialeso a las personalida-des de los presiden-tes o de los prota-gonistas, en gene-ral, de la vida p-blica.

    Tocqueville compar estos peridi-cos con los franceses, tambin agresi-vos, pero a su juicio, ms doctrina-rios, ms preocupados por el anlisisde cuestiones de fondo, en tanto losnorteamericanos estaban cargados deofuscacin como sta contra Jackson,quien fue todo, menos un jugador dedados "sin pudor y sin freno".

    No es lo que aportasino lo que evita

    Para buscar el equilibrio entre de-mocracia y medios de comunicacin,Tocqueville se plante la hiptesis dela destruccin de la libertad. Su con-

    clusin fue esta: "Pero,dnde habis

    l l egado?H a b i s

    partido

    de los abusos de la libertad, y os ha-llo bajo la bota de un dspota". Tratas de resolver el delicado balance delas cosas que impide y los bienes quepromete. Si Tocqueville fue singular-mente sagaz al predecir la contien-da bipolar entre Estados Unidos y laUnin Sovitica, no poda imaginarla revolucin de la era de la informa-cin del siglo XXI. Tampoco anticiplo que seran los totalitarismos del si-glo XX, pero mostr inquietud, en to-do caso, por ciertas tendencias tirni-cas de las mayoras.

    Si el regreso al captulo de Alexisde Tocqueville puede ser punto refe-rencial para comprender las relacio-nes entre democracia y libertad deexpresin, no menos til ser al exa-minar el comportamiento de las dic-taduras y de las autocracias. Si la li-bertad de pensamiento es la piedrade toque de la democracia, tambinlo es de los despotismos. AndrewJackson fue un presidente inteligentey honesto, y tuvo fuerza para resistirlos embates de sus adversarios.Porque pertenecen al mundo de lassombras, la libertad de expresin esincompatible con los dictadores y losautcratas. Todo lo que hacen esinconfesable, y tienen pies de barro.

    La informacin es el fenmenoms extraordinario de la era contem-

    pornea, dominar el siglo XXI, yle conferir caractersticas

    de tal naturaleza que lassociedades, sus creen-cias, sus costumbres,sus relaciones polti-cas, pueden adoptarmodalidades no ima-ginadas.

    Un mundo en don-de los despotismosestarn como el pezfuera del agua.

    (A Oswaldo lvarez Paz, tras las rejas)

    SIMNALBERTOCONSALVI

    Alexis de Tocqueville

  • Valencia, 8 de abril 2010Alta Poltica 12

    El gobierno slo essostenible sobre la base

    del miedo En una eleccin limpia y li-

    bre, pierde. En ausencia delterror rojo los ciudadanosabandonarn al rgimen co-mo ya ocurri. La realidad,cuyo amargor unta las papi-las de los prceres, es que lamagia termin. La promesaredentora era una delicadapieza de cristal y se quebr enmil fragmentos; por ms quelos camaradas estn lanzadosal suelo para recogerlas, yanunca ms ser ese transpa-rente cliz lleno de buenosaugurios; hoy todo eso es unvidriero cortante y peligroso.

    En dnde se equivoc Ch-vez, es pregunta que navegaentre los suyos que se saben una oli-garqua, con poder pero sin masas.Tienen la potestad de mandar a lacrcel a sus adversarios; pueden in-sultar y vejar impunemente; no slohacen negocios sino que administranla llave que les garantiza los derechosa los venezolanos, confiscndoselos aquienes quieren perjudicar; y, sin du-da, han logrado resultados: mucho si-lencio, mucho miedo, muchas conce-siones obtenidas bajo amenaza. A pe-sar de esto, no logran levantar un mi-ligramo de apoyo; pueden inhibir pe-ro no ganar respaldo y menos pasin.

    Para los jvenes es bueno mostrarlo que ocurri en los momentos pos-treros de la dictadura de PrezJimnez. Hasta diciembre de 1957pareca tener muchos partidarios,bastante menos hacia el 22 de enerode 1958; en el filo de la medianochede ese da, ya para amanecer el 23 deenero, cuando el avin presidencialcruzaba el cielo caraqueo con sucarga porcina y derrotada, hacia elexilio, ya no quedaba en Venezuelani un solo seguidor del dictador.Recurdese que as ocurri entre losmilitares el 11 de abril de 2002: todoseran leales hasta que dejaron de ser-lo, sino, que lo diga el "trisoleado" quele exigi al caudillo que se apurara enirse. Ni qu decir de gobernadores, al-caldes, parlamentarios y otras espe-cies bolivarianas que sin mediar con-minacin alguna pasaron a ponerse ala orden de la breve y torpe institucio-nalidad provisional. Basta hablar conlos personajes del rgimen, sus rela-cionados, familiares y amigos, para

    ver el espanto que los recorre. Estnde retirada.

    El Culto al ldercomo ltima jugada

    Los personajes del rgimen no lesqueda ms que jugarse la ltima car-ta para promover la lealtad: el cultototal e irrevocable hacia el jefe. Ya nose requiere compartir ideas y sueos;tampoco se demanda concordar enprogramas y realizaciones; ahora esestar con Chvez o contra Chvez. les quien define la condicin revolu-cionaria; l es la norma del ser o delno ser.

    Elas Jaua, intolerante hoy comoayer, lo afirm sin titubeos: "Cmo sepuede ser revolucionario sin ser lealal liderazgo y a los principios que en-carna el comandante Chvez? Un re-volucionario no puede traicionar a sucompaero de lucha, no puede clau-dicar. La lealtad tiene un valor supe-rior a lo personal. Chvez ha sido lealcon nosotros, con el pueblo. La leal-tad puede reclamarla quien se hacomprometido. Los revolucionariosno pactan con las oligarquas ni conlos grupos de poder". Mientras tanto,los asistentes sintetizaban ese pensa-miento en la consigna "Con Chveztodo, sin Chvez nada!", que es ir bas-tante ms lejos de lo que alguna vezproclam Fidel Castro: "Dentro de larevolucin, todo. Fuera de la revolu-cin, nada".

    Segn la conspicua remolcada deJaua no se puede ser revolucionariosin ser leal al liderazgo y a los princi-pios que Chvez encarna, lo que equi-

    vale a decir que una discrepancia,aunque sea pequea, convertida endeslealtad es sinnimo de traicin.Sumisin o muerte es la consigna deldesvaro oficial.

    Como se observa, la doctrina Jaualanza al degredo no slo al goberna-dor Henri Falcn, sino a otros perso-najes de variada significacin. El ins-trumento para impedir el debate esque todo disentimiento es traicin,marco en el cual las nicas contradic-ciones admitidas son las iluminacio-nes del comandante que van del he-misferio izquierdo de su cerebro alderecho, y viceversa. La dialctica seremite a los traspis y esquizo-ideasdel lder bipolarizado; todo lo que re-base sus cavilaciones es complot.

    Dos aves de mal ageroEn das recientes ha habido las ma-

    nifestaciones de dos personajes bas-tante hartos. Uno es el Heinz Die-terich, autor del tema del socialismodel siglo XXI que Chvez confisc ypervirti, para desgracia de quien loide. En entrevista con VladimirVillegas este intelectual ha dicho enrelacin a la posibilidad que Chvezse tropiece con un iceberg: "Lo tienemucho ms cerca de lo que admite endiscusiones pblicas. Por una parte,subestima el peligro; y, por la otra,hay ansiedad frente al creciente de-sorden del sistema de gobierno. Eliceberg tiene por base el bloque elec-toral de apoyo a la derecha, que giraen torno a 40%. Si a esto se agregauna crisis coyuntural fuerte, el apoyoal Presidente puede caer significativa-

    mente y el pas podra vol-verse ingobernable. La so-ciedad est dividida en dosgrandes bloques. Eso es ab-solutamente inestable fren-te a cualquier crisis coyun-tural. El desenlace puedeser problemas en la calle,dinmicas en el Parlamentoo desobediencia en secto-res militares".

    En ese prrafo, de mane-ra sesgada, Dieterich iden-tifica a la disidencia con laderecha y fija su apoyo deopinin en 40% que, comose sabe, ya es mucho ms.Sin embargo, lo interesantees cmo hasta quienes de-searan xito al jefe de lalocura gobernante ven loque parece probable, elcaos.

    Otro caso, en un registro diferente,es el de Alberto Mller Rojas. En untono de desencanto afirma: "El proce-so revolucionario est psimo (y) esrara la vez que el Presidente me oye".Adiciona algo importante: "Estamoscambiando un internacionalismo, quees la caracterstica de las revolucio-nes, por un nacionalismo pequeoburgus que no representa las expec-tativas de la sociedad". La revolucinbolivariana segn Mller se ha empe-queecido.

    Mientras tantoTodo lo anterior es anlisis. El do-

    mingo pasado "Los morochos Gmezfueron secuestrados en la madruga-da del domingo en el sector SierraMaestra y horas despus sus cadve-res fueron localizados frente al bloque30 de la parroquia 23 de Enero. Lasvctimas, activistas de un "colectivo" ymilitantes del PSUV, recibieron dispa-ros en la cabeza... entre la tarde delviernes y la maana del domingo sehaban reportado siete asesinatos enel 23 de Enero, atribuidos por Cicpc arivalidades entre grupos con activida-des irregulares de la parroquia. Lavendetta comenz hace 15 das". Otranoticia: "Sicarios matan a tiros a unsindicalista y dejan heridos a dos enValencia. Era secretario de Reclamosdel sindicato de la empresa Sidetur...accin ejecutada por sicarios..."Desencanto arriba y tragedia abajo.Hasta cundo?

    Ttulo original: Cielo Encapotado. Los subttulos son nuestros

    CUANDO LA MAGIASE APAGA

    -La promesa redentora era una delicada pieza de cristal y se quebr en mil fragmentos- En dnde se equivoc Chvez es la pregunta que navega entre los suyos que se saben oligarqua

    CARLOS BLANCO

  • 13Valencia, 8 de abril 2010 Opinin

    1. La decencia en la poltica

    Los polticos son personas repre-sentativas. Con su diccin nos repre-

    sentan en ese esce-nario pblico que esel de la poltica.Pero cada personarepresentada es unpluriverso formadopor pasiones, idea-les, ideologas e in-tereses. Es por esoque hay polticosapasionados, idea-

    listas, ideolgicos, o simplementedelegados de fracciones de esa fic-cin necesaria llamada voluntad po-pular. Ahora, como ocurre en todaslas profesiones, hay polticos que ac-tan de modo in-decente yotros que

    destacan por su decencia. Afirma-cin que lleva a explicar, primeroque nada, que es lo que aqu se en-tiende por decencia en la poltica.

    Ntese que escribo decencia en lapoltica y no moral en la poltica.La eleccin de la palabra decenciay no de la palabra moral no es ca-sual. Por supuesto, ambas nocionesse cruzan y a veces significan lo mis-mo. No se puede, efectivamente, serindecente y moral; o inmoral y de-cente. Sin embargo, hay leves dife-rencias que para el caso son impor-tantes.

    La moral se refiere en general a undeterminado cdigo. No hay moralsin un cdigo moral, cdigo que pre-escribe y pre-condiciona el compor-

    tamiento de quienes lo aca-tan. En cambio no hay un

    cdigo de la decencia.Eso quiere decir

    que la decenciaest mucho ms

    cerca de laprctica coti-diana que lamoral. Ladecencia essiempre de-cencia conlos, y paralos dems.Y si a su vez

    a c e p t a m o sque la polticatiene lugar a

    travs de unnosotros y encontra de un

    vosotros, la de-cencia va dirigida

    principalmente aquienes nos adver-

    san: los otros. Porqueconvengamos, poltica

    es lucha poltica de unoscontra otros.

    No hay poltica sin po-lmica, sin conflicto,

    sin antagonismo.La poltica es

    lucha por el

    poder poltico -lo sabemos desdeMaquiavelo, pasando por Weber ySchmitt, hasta llegar a Rancire yMouffe- y desertar de esa lucha esabandonar la poltica. Pero cmoconservar la decencia en medio deesa lucha que a veces no da cuartel?La respuesta no puede ser ms sen-cilla: mantenindonos dentro de loslmites de la lucha poltica. La inde-cencia en poltica significara en esesentido traspasar los lmites de lapoltica. Eso quiere decir que en po-ltica todo est permitido si los me-dios que se usan son polticos. Y siobservamos bien el problema, se po-dra concluir en que la poltica no sediferencia demasiado del ftbol, ode otro juego colectivo, o para decir-lo al modo de Wittgenstein: la polti-ca es un juego cuyo juego implica elconocimiento de las reglas del juego.

    De la misma manera que en el ft-bol donde si un jugador aplica las re-glas del rugby debe hacer abandonodel juego, un poltico que usa en lapoltica los medios del comercio, dela religin, de la vida privada, o -laindecencia ms grande- de los ejrci-tos, debe ser sacado lo ms prontoposible del juego. Cada juego tienesus reglas y cada regla tiene sus jue-gos. Por lo tanto, la decencia polticano es igual a la decencia privada.

    En cierto modo la decencia en po-ltica puede ser entendida como unatraduccin de la moral general en elidioma de la poltica. De ah se de-duce que para ser decente en polti-ca no es necesario subordinar la po-ltica a la moral general sino quebasta regirse por la moral que espropia al juego poltico.

    Un poltico que subordina la ac-cin poltica a la moral general pue-de producir enormes catstrofes.Imaginemos que Churchill y Roose-velt no hubieran aceptado conversarcon Stalin debido al hecho de queste era un asesino tanto o ms des-piadado que Hitler. Luego, subordi-nar la poltica a la moral puede seralgo sumamente inmoral, tan inmo-ral como subordinar la moral a de-

    terminadas correlaciones de fuerza.En este sentido la decencia en la po-ltica se caracteriza como una acti-tud que tiende a mantener el equili-brio entre el dictado moral y la pers-pectiva poltica. De tal modo que nosera errado decir que el manteni-miento de ese equilibrio es lo quellamamos decencia poltica, y esosignifica simplemente, actuar condecencia sin que la poltica deje deser poltica.

    Ahora bien, creo que pocos polti-cos han practicado el juego polticocon tanta decencia como el Presi-dente de Costa Rica, scar AriasSnchez, decencia que ha quedadode manifiesto en los ltimos discur-sos y declaraciones del gobernante.

    2. La amenazaantidemocrtica del siglo XXl

    Para que quede claro: no me refe-rir en estas pginas al scar Ariasmediador que dirigi las conversa-ciones para pacificar los conflictosmilitares en Amrica Central, sobretodo en Nicaragua y El Salvador, ra-zn por la cual fue honorado por elpremio Nobel de la Paz en 1987.Tampoco me referir al scar Ariasde la crisis de Honduras del 2009.Tampoco me referir a scar Ariascomo gobernante, tarea por la quedebe ser evaluado por los costarri-censes. En esas diferentes activida-des scar Arias ha brillado por susdotes diplomticas y por su capaci-dad negociadora; de eso no cabe du-da. Sin embargo, ni la diplomacia nila gobernabilidad son tareas esen-cialmente polticas, y si lo son, co-rresponden al espacio menos polti-co de la poltica

    Al scar Arias a quien me referirentonces es al gobernante que llega-da la hora de despedirse de su cargo,ya liberado de las responsabilidadesque implica la mediacin y el dilo-go, asume una posicin defensiva ycombativa a la vez, en contra de losnuevos enemigos de la democraciaen Amrica Latina.

    La Polticade la Decencia*

    (Homenaje a Oscar Arias)La democracia participativa que ha sido levantada por los regmenes neo-dictatoriales de Amrica Latina

    no es ms que una crema cosmtica del antiguo corporativismo fascista y/o estalinista que fue derrotado en Europa y hoy vuelve a renacer en el continente. Un poltico que usa en la poltica los medios del comercio, de la religin, de la vida

    privada, o -la indecencia ms grande- de los ejrcitos, debe ser sacado lo ms pronto posible del juego

    FERNANDOMIRES

    Contina en la siguiente pginascar Arias

  • Pocas veces un Presidente ha sidotan preciso como Arias al momentode marcar el terreno entre las fuerzasque se enfrentan y enfrentarn en elfuturo inmediato: las de la democra-cia y las de la antidemocracia. Se tra-ta de una nueva lnea divisoria quetiene poco que ver con la lucha entrelas derechas y las izquierdas. Despusde todo, ni derechas ni izquierdas tie-nen en Amrica Latina un pasado de-mocrtico que les permita sentirsedemasiado orgullosas de s mismas.La lnea que traza Arias en cambio,cruza tangencialmente a izquierdas yderechas. Es, entindase bien: otralucha.

    Por lo tanto, al scar Arias al queme referir, es al combatiente polti-co que, tomando partido por la de-mocracia y en contra de sus enemi-gos, propone alinear posiciones en elespacio del juego internacional lla-mando tcitamente a formar un fren-te (donde tengan cabida gobiernos deizquierda y de derecha) en contra dela amenaza antidemocrtica que re-presentan -digmoslo sin rodeos- losgobiernos del socialismo del sigloXXl comandados por Cuba y Vene-zuela. Gobiernos que si bien, sobretodo en sus fases de ascenso han con-tado con considerable apoyo popular,portan consigo la impronta de nue-vos autoritarismos e incluso de for-mas dictatoriales que despus del finde la Guerra Fra parecan haber sidosuperadas.

    3. Qu hicimos mal?

    El llamado de scar Arias comenza tomar forma el ao 2009 a travsde un discurso pronunciado en laQuinta Cumbre de las Amricas, enTrinidad Tobago, el 18 de Abril del2009. En esa ocasin dijo: Tengo laimpresin de que cada vez que los pa-ses caribeos y latinoamericanos se re-nen con el Presidente de los EstadosUnidos es para pedirle cosas o recla-marle cosas. Casi siempre es para cul-par a los Estados Unidos de nuestros

    males pasados, presen-tes y futuros.

    Esas frases no pueden ser separadasde su contexto histrico.

    Era la primera vez que los gober-nantes latinoamericanos se reunancon el Presidente Obama y muchosno queran perder la oportunidad dedar fe pblica de vocacin anti-impe-rial. Sobre todo uno, quien obsequia Obama el quejumbroso libro deEduardo Galeano las venas abiertasde Amrica Latina, libro destinado ademostrar que los latinoamericanosson eternos menores de edad, vcti-mas inocentes de los EE UU. Pero laalocucin de scar Arias les agu de-finitivamente la fiesta

    Ya la simple pregunta (Qu hici-mos mal?) desactiva la paranoia an-ti-imperial de algunos gobernantes.Qu hicimos mal?" Es una pregun-ta casi teraputico pues exige asumirla responsabilidad frente a las milesde desgracias, desgobiernos, dictadu-ras y otras calamidades que marcanla historia del continente y de lascuales los EE UU no tienen siempremucho que ver. Y asumir la responsa-bilidad significa, en exacto sentido,responder. De ms est decir que na-die respondi al discurso de scarArias. Para los presidentes latinoa-mericanos siempre ser ms cmodohacer creer que la culpa de todos losdesastres -incluyendo los terremotos-la tiene un imperio omnipotente si-tuado ms all de toda historia y detoda realidad.

    Vano fue que Arias hubiera pasa-do lista a una serie de temas que sonde responsabilidad exclusiva de losgobiernos: los exiguos presupuestosacordados a la educacin en compara-cin a los gastos en materiales de gue-rra destinados no a luchar contra elimperio sino a asesinarse entre nacio-nes vecinas; la carga tributaria que enalgunas naciones alcanza un 12%; losbajos salarios pblicos y privados y lamiseria acadmica de las universida-des, convertidas algunas en meroscentros de formacin ideolgica.

    La creencia en ese imperio del malque no deja ser a los latinoamerica-

    nos lo grande que habran sido si losEE UU no existieran, tiene profundasraces psquicas, lo que es fcilmenteentendible puesto que los EE UU sonla nacin ms poderosa de la tierra,no estn presentes en la vida cotidia-na de los latinoamericanos y estnenredados en cruentas y lejanas gue-rras. Es decir, los EE UU son un obje-to ideal de agresin simblica. Sinembargo, ms all de un notorio y ca-si colectivo complejo de inferioridadhay, adems, una indecente instru-mentalizacin de la nocin de impe-rio; y eso ya no tiene nada que vercon la psicologa.

    El imperio es para los gobernantesrevolucionarios una tautologa: elmotivo que justifica la lucha en con-tra del imperio. Esa, a su vez, es la ra-zn que segn ellos obligar a clausu-rar el juego poltico en aras de un es-tado de excepcin permanente a finde criminalizar a los miembros decualquiera disidencia, no como sim-ples enemigos polticos sino comoagentes del imperio.

    El caso ms pattico es el del go-bierno de Venezuela, pas que no tie-ne ningn problema poltico, ni terri-torial, ni econmico con los EE UU. Ysin embargo, no hay nadie que nece-site ms del imperio que Chvez. Encierto modo es el Presidente ms pro-imperialista de Amrica Latina. Noslo porque sin las exportaciones alos EE UU la economa petrolera nofunciona; no slo porque al desman-telar la industria nacional y desalen-tar inversiones externas debe impor-tar hasta alimentos de los EE UU sino,sobre todo, porque sin ese supuestoimperio toda la ideologa chavista seviene al suelo. Quizs Chvez, en suinconsciente, quisiera ser agredidopor un imperio de verdad. Su sueono realizado es, como es sabido, repe-tir la historia cubana en todas sus fa-ses. Necesita con urgencia de otraPlaya Girn

    A fin de convertirse en el hroe na-cional que alguna vez fue Castro,Chvez ha injuriado sin cesar a los go-bernantes norteamericanos esperan-do quizs una respuesta militar que lollevar, en sus delirios, a convertirseen el smbolo heroico del antimperia-lismo del siglo XXl. Vano intento. Enel colmo de su desesperacin, buscacomo Castro unirse con los enemigospotenciales y reales de EE UU comoson Rusia, Irn, Libia o las FARC.Hasta en ese punto falla. La alianzade Cuba con la URSS fue el resultadodel cisma entre la isla y los EE UU.Chvez en cambio quiere unirse conIrn (y otros) para producir un cismacon los EE UU. Sin embargo, Chvezest dispuesto a tensar el conflictocon los EE UU siempre y cuando no seconvierta en un conflicto real, es de-cir, l quiere jugar con el fuego perosin quemarse. Ah reside el fondo desu indecencia poltica: utilizar su (in-

    existente) lucha en contra del (inexis-tente) imperio como pretexto que lollevar a ejercer un poder dictatorialen nombre de la defensa de una na-cin agredida por nadie.

    De ah que la pregunta, aparente-mente tan inocente de scar Arias(Qu hicimos mal?) no puede serrespondida por aquellos que necesi-tan de la existencia de un imperioque concentre en s mismo toda aque-lla indecencia de la cual ellos, y nadiems que ellos, son portadores.

    4. La verdad poltica

    Si en Bermudas 2009 Arias hizo unllamado a los gobiernos latinoameri-canos a asumir la responsabilidadque les corresponde sin recurrir a lacoartada de un imperio que ya hacemucho tiempo dej de actuar enAmrica Latina, en la siguiente reu-nin de la Cumbre que tuvo lugar enCancn, Mxico, el 23. 02 de 2010,scar Arias decidi pasar directa-mente a la ofensiva. Su discurso dedespedida es, sino un testamento, por

    lo menos un legado poltico

    14 Opinin

    George Bush, uno de los presidentespor los mandatarios del

    ...(contin

    La Pode

    Dece

    Obama saluda a Arias en la Quinta Cumbre de las Amricas.

  • de indudable inters. En ese discursono solamente se pronunci Arias encontra de la coartada del imperioimaginario sino, adems, deline entrminos precisos el verdadero peli-gro que amenaza al continente: elaparecimiento de lo que l llam, go-biernos tentaculares.

    Las palabras pronunciadas porArias estaban respaldadas por unaexperiencia reciente: la de haber ser-vido de mediador en la crisis deHonduras de Junio del 2009. AhArias pudo observar como su proyec-to contenido en los siete puntos de suplan fue boicoteado desde Caracas yla Habana, lugares donde era fragua-

    da una insurrec-cin cuyo

    objeti-v oera

    provocar una guerra civil en la nacinhondurea. Una guerra que restaura-ra al pen de Chvez, el derrocadopresidente Mel Zelaya, y desalojara elgobierno interino de Roberto Miche-letti. scar Arias, como todo dem-crata, haba condenado al golpe deEstado que derrib a Zelaya. Pero co-mo avezado poltico entendi rpida-mente que la tarea fundamental des-pus del golpe era restaurar la demo-cracia en ese pas, democracia queno poda ser representada por Zelaya(haba violado la Constitucin), tam-poco por el gobierno interino, y enningn caso mediante el ascenso di-recto de los militares al poder.

    Al final, como sabemos, los puntosprincipales del Plan Arias se cum-plieron pese a los intentos del castro-chavismo por violentar la polticahondurea. La pertinacia y sagaci-dad de Micheletti, la experiencia dela diplomacia norteamericana y laretirada de la escena de la mayorade los pases latinoamericanos -conla excepcin vergonzante de Brasilquien cedi su propia embajada paraque fungiera de foco insurreccionalchavista-zelayista- aislaron al inter-vencionismo venezolano. As, la de-mocracia en Honduras pudo ser res-tablecida mediante elecciones libresy secretas, y con una ms que ampliaparticipacin electoral.

    Y sin embargo, gracias a la miseriade la OEA, gracias a la complicidad deLula, gracias a las maniobras deChvez, gracias a la apata de los go-biernos democrticos de la regin, laHonduras republicana y demcratano estaba representada en la Cumbrede Cancn. S lo estaba, en cambio,Cuba, pas en donde el mismo da queArias habl, Orlando Zapata Tamayomora de hambre en las mazmorrasde los Castro, asesinado por lucharpor su dignidad y la de su pueblo. Enmedio de una srdida complicidadcon la tirana castrista, slo se escu-cho en Cancn una sola voz decente,la de scar Arias. En esa ocasin dijo:Es lamentable que en esta Cumbrede la Unidad se renan pases que searman los unos en contra de los otros.Y es tambin lamentable que en estaCumbre de la Unidad se encuentreausente el gobierno de Honduras, cu-yo pueblo es vctima del militarismo yno merece castigo, sino auxilio.

    Todava Arias no saba del asesi-nato cometido a Orlando ZapataTamayo. Ello lo oblig a hacer unadeclaracin publicada por el diarioEl Pas el 13 de marzo del 2010. Enese texto podemos leer lo siguiente:Los presos polticos no existen en lasdemocracias. En ningn pas verdade-ramente libre uno va a prisin por pen-sar distinto. Cuba puede hacer todoslos esfuerzos de oratoria que desee pa-ra vender la idea de que es una demo-cracia especial, pero cada preso polti-co niega en la prctica esa afirmacin

    Siempre he luchado por una transi-cin cubana hacia la democracia.Siempre he luchado para que ese rgi-men de partido nico se convierta enun rgimen pluralista y deje de ser unaexcepcin en el continente americano.Estoy convencido de que en una demo-cracia, si uno no tiene oposicin, debecrearla, no perseguirla, reprimirla ycondenarla a un infierno carcelario,que es lo que hace el rgimen de RalCastro (....)

    Estoy conciente de que al hacer es-tas afirmaciones me expongo a todo ti-po de acusaciones de parte del rgimencubano. Me acusarn de inmiscuirmeen asuntos internos, de irrespetar susoberana y, casi con certeza, de ser unlacayo del imperio. Sin duda soy un la-cayo del imperio: del imperio de la ra-zn, de la compasin y de la libertad.No voy a callarme cuando se vulneranlos derechos humanos. No voy a callar-me cuando se pone en jaque la vida delos seres humanos por defender a ul-tranza una causa ideolgica que pres-cribi hace aos. He vivido lo suficien-te para saber que no hay nada peorque tener miedo a decir la verdad

    Muchos dirn: esas no son las pala-bras de un poltico real; esas son laspalabras de un predicador. O dirntambin: esas son las palabras de al-guien que se despide, no de un polti-co que est actuando. En fin, otros di-rn, adems, que cuando no se tienenresponsabilidades que cumplir esmuy fcil rendir culto a la verdad.

    Vamos por partes. Por cierto, Ariases un poltico y no un servidor de laverdad absoluta. Basta recordar quedurante su gobierno dijo una que otrafrase halagadora a los odos deChvez. Pero tambin no fueron po-cas las veces que expres el peligroque representa el castro-chavismo enel contexto latinoamericano. Es ciertos que como poltico Arias estaba obli-gado a mantener relaciones de com-promiso, incluso con gobernantesque detestaba. Y que la razn deEstado no es la misma que la raznmoral de cada ciudadano es algo queArias sabe si no por lecturas, por ex-

    periencia. A un poltico, por lo de-ms, es imposible exigir que diga acada momento la verdad; basta conque no diga mentiras. Esa es tambinla diferencia entre un intelectual y unpoltico. Mientras un intelectual estobligado a decir lo que piensa, aun-que el mundo se venga abajo, el pol-tico debe decir la verdad en el mo-mento propicio y en el lugar preciso.Ahora, lo importante es que Arias ladijo. Hay que recordar, adems, queno slo Arias abandonaba su gobier-no; otros gobernantes ah presentestambin deban hacerlo pronto. Pero,a diferencias de Arias, los dems ca-llaron; indecentemente callaron.

    Que a veces lo polticos deben ca-llar en aras del cumplimiento de ob-jetivos decisivos, es evidente. Paravolver al ejemplo anterior: siChurchill y Roosevelt hubieran enros-trado a Stalin los espantosos crme-nes que cometa en la URSS, habrancorrido el peligro de arruinar la alian-za militar anti-nazi. Pero esa era unasituacin lmite, en nada parecida ala ocurrida en la Cumbre de Cancn.El mismo Arias, por lo dems, est deacuerdo en cobijar a la antidemocr-tica Cuba en el espacio latinoameri-cano pues ah pertenece histrica ygeogrficamente. Pero no al precio desilenciar crmenes horribles como losque se cometen en la isla. Ral Castropuede irse de, y volver a la Cumbre, yAmrica Latina va a seguir existiendotan bien o tan mal como antes.

    La decencia de Arias es una decen-cia poltica y no puramente moral, nimucho menos moralista. Por una par-te, no hay mayor decencia en polticaque decir la verdad, y Arias la dijo.Por otra parte, eligi polticamente ellugar y la hora para decirla. Y, por l-timo, y este es el punto decisivo quesepara a la moral pura de la decenciapoltica: Arias dijo la verdad en fun-cin de una perspectiva, y con el pro-psito de polemizar abiertamente conun enemigo poltico identificado y alque propone derrotar: el castrocha-vismo y sus seguidores.

    15OpininValencia, 8 de abril 2010

    Contina en la siguiente pgina

    s estadounidenses ms vilipendiados socialismo del siglo XXI.

    nuacin)

    olticala

    encia

    Fidel y Ral Castro reciben apoyos mientras en las crceles cubanas mueren los disidentes.

  • Valencia, 8 de abril 201016

    En fin, y a riesgo de repetirme, ladecencia poltica, a diferencia de laprivada, para que sea poltica debeatender, en primer lugar, a una pers-pectiva poltica, y en segundo lugar,a un enfrentamiento poltico con unenemigo real y no imaginario. O di-cho de otro modo: el discurso quepronunci Arias en Cancn no es s-lo la proclamacin de un par de ver-dades. Es, adems, una declaracinde abierta hostilidad a quienes con-sidera los peores enemigos de la de-mocracia latinoamericana.

    5. Gobiernos tentaculares

    Siguiendo el discurso de scarArias, la democracia latinoamerica-na se encuentra amenazada por elsurgimiento de diversos gobiernosque renen las siguientes caracters-ticas:

    1. Son reaccionarios, pues inten-tan restaurar los discursos y la lgi-ca de la Guerra Fra

    2. Son democrticos de origen, pe-ro no de ejercicio

    3. Intentan borrar las fronteras en-tre gobierno, Partido y Estado

    4. Proponen sustituir a la demo-cracia representativa por una su-puesta democracia participativa.

    De acuerdo al primer punto dijoArias: A pesar de los discursos y losaplausos lo cierto es que nuestra re-gin ha avanzado poco en las lti-mas dcadas. Muchos quieren abor-dar un vagn al pasado, a las trin-cheras ideolgicas que dividieron almundo durante la Guerra Fra.

    El carcter restaurativo de dichosgobiernos se deja ver, adems, en elhecho de que, o son gobiernos mili-tares, como es el caso de Cuba oVenezuela, o integran a los ejrcitostradicionales en el nuevo aparato depoder. De este modo, el Estado mili-tar que pareca haber desaparecidodespus de la Guerra Fra, est sien-do restaurado; esta vez en nombrede la revolucin. En Bolivia, porejemplo, los militares ya corean laconsigna cubana: Patria o Muerte.Por supuesto, a los altos oficiales lesda lo mismo corear cualquier con-signa, sea de izquierda o de derecha.Lo que les importa, y antes que na-da, es acceder al poder; y lo estnhaciendo.

    En el segundo punto Arias fuemuy preciso: No se debe confundir elorigen democrtico de un rgimen conel funcionamiento democrtico delEstado. Hay en nuestra regin gobier-nos que se valen de los resultados elec-torales para justificar su deseo de res-tringir libertades y perseguir a sus ad-versarios. Se valen de un mecanismodemocrtico para subvertir las basesde la democracia.

    No hay, en verdad, nada ms fr-gil que una democracia. Hasta lasms evolucionadas se encuentran

    expuestas a que en medio de unacrisis, de las tantas que vive una de-mocracia normal, bandas bien orga-nizadas logren hacerse del poderapelando a recursos populistas y de-maggicos. Incluso la vieja demo-cracia francesa se vio una vez ame-nazada por los truhanes racistas deLe Pen. Hoy el racismo populistaarrecia peligrosamente en Holanda.Con mayor razn, el asalto a la de-mocracia mediante la utilizacin demedios democrticos es un peligrolatente en Amrica Latina, cuna detantos demagogos.

    Segn el tercer punto, dijo Arias:Honrar la deuda con la democraciaquiere decir mucho ms que pro-mulgar constituciones polticas, fir-mar cartas democrticas o celebrarelecciones peridicas. Quiere decirconstruir una institucionalidad con-fiable, ms all de las anmicas es-tructuras que actualmente sostienennuestros aparatos estatales. Quieredecir garantizar la supremaca de laLey y la vigencia del estado deDerecho, que algunos insisten ensaltar con garrocha. (....) Quiere de-cir fortalecer el sistema de pesos ycontrapesos, profundamente ame-nazado por la presencia de gobier-nos tentaculares, que han borradosus fronteras entre gobernante, par-tido y Estado.

    Borrar las fronteras entregobernante, partido y

    Estado es un ideal de los gobiernosdel socialismo del Siglo XXl. EnVenezuela Cuba y Nicaragua ese ide-al ya ha sido convertido en realidad.El Partido de Estado ha llegado a seren esos pases la representacin par-tidaria de los deseos del mximo l-der. En Bolivia, la desaparicin deesas fronteras ha alcanzado inclusoun estatuto terico. El Vicepre-sidente de la nacin, lvaro GarcaLinera, ha desarrollado, por ejem-plo, la teora del Estado integral,teora segn la cual al tener lugaruna revolucin en el Estado, sonborrados los lmites entre represen-tantes y representados, entre socie-dad civil y sociedad poltica. El inte-grismo estatal parece ser la versinsubdesarrollada y latinoamericanadel totalitarismo europeo. A esos go-biernos integristas que se apoderandel Estado hasta convertir al Estadoen gobierno y al gobierno en Estadolos llama scar Arias gobiernostentaculares.

    Y de acuerdo al punto cuarto, es-pecific el ex Presidente: Y ojaltambin sepan (nuestros pueblos) re-sistir la tentacin de quienes les pro-meten vergeles detrs de la democra-cia participativa, que puede ser un ar-ma peligrosa en manos del populismoy la demagogia. Los problemas deLatinoamrica no se solucionan consustituir una democracia representa-

    tiva disfuncional, por una democra-cia participativa catica.

    Como es sabido, quienes siguen alos gobiernos integristas (o tentacu-lares) de nuestro tiempo aducensiempre de que se trata de un nuevotipo de democracia, a la que llamandemocracia participativa en contra-posicin a la democracia representa-tiva (o burguesa). Aquello que noentienden es que en sentido polticono puede haber ninguna contradic-cin entre participacin y represen-tacin. La democracia delegativa esde por s participativa puesto que laeleccin de los delegados, desde elms modesto concejal hasta llegar alPresidente, implica una abierta par-ticipacin de los electores, participa-cin que comienza mucho antes delas elecciones.

    En una democracia representativatodos tenemos derechos a ser repre-sentantes y si no lo somos es porqueno podemos o no lo deseamos. Larazn es que en una democ