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3 n este número hemos querido estar en consonancia con la Iniciativa Intera- mericana de Capital Social, Etica y Desarrollo, que ha convocado en Buenos Aires a personalidades de renombre internacional para debatir sobre “Los de- safíos éticos del desarrollo” en un Congreso Internacional que se desarrollará entre el 5 y 6 de septiembre próximos. Observatorio Social ha querido dedicar esta publica- ción a esta temática que, como bien lo plantea Bernardo Kliksberg, aumenta su im- portancia a nivel de las decisiones y sobre todo de las decisiones de política econó- mica. Y no es casual que así sea. Nuestro sub continente enfrenta hoy día dos fenó- menos de profundo contenido ético que la han condicionado a lo largo de la década pasada, y que han resultado en el aumento de la pobreza y la exclusión. El primero es la vigencia del pensamiento único que -parafraseando al artículo de Sen- solo aceptó su propia libertad para pensar y actuar, y negó la de todos los demás. En especial, negó la posibilidad de incluir cualquier otra dimensión que se alejara de la idea del equilibrio general (aunque paradójicamente fuese un equilibrio inestable y restringido a lo económico). Pocas veces en la historia económica una década de acción en lo económico estuvo tan cerrada y predeterminada como la que nos propuso/impuso el consenso de Washington. Jean Ives Calvez destaca la insensatez de hacer de la com- petitivdad una meta social. Paradójicamente, esta experiencia nos ha servido para re- valorizar el lugar de las instituciones (y la importancia de la manera como cada pue- blo las elabora) tal como lo describiese en estas mismas páginas Dani Rodrick.; o pa- ra aprender -tarde- la importancia de incluir explícitamente las metas sociales dentro de la planificación económica. El segundo es la expresión más brutal de las instituciones de la globalización, co- mo brazos armados del pensamiento omnicomprensivo, en el que los desvíos (y los propios errores de la concepción del modelo) deben castigarse con recesiones que profundizan aun más el efecto de lo generado en la década. Joseph Stiglitz ha des- cripto con inteligencia y dramatismo cómo los organismos internacionales actúan sin considerar tiempos ni identidades; cómo ignoran el equilibrio social en los equili- brios que exigen a sus “pacientes”; cómo repiten fórmulas estereotipadas; y cómo sólo consideran el interés del capital financiero. Bien afirma Kliksberg en su presentación que la preocupación ética está teniendo efectos concretos a través de movilizaciones y demandas que acotan la libertad de acción del pensamiento único y sus instituciones. Corresponde también aprender con cuidado de estas experiencias, sacando enseñanzas concretas acerca de cada una de las variables económicas sociales y políticas; de su interacción y conse- cuencias y de allí generar las acciones que impidan la repetición de tanto daño. Co- mo dicen Sen y Sachs, puede demostrarse que no se trata de “menos desarrollo”, sino de “mejor desarrollo”; y que tales categorías no son contradictorias, sino que pueden ser convergentes para el interés de los pobres y los excluidos. EDITORIAL a MODO de EDUARDO AMADEO E

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n este número hemos querido estar en consonancia con la Iniciativa Intera-mericana de Capital Social, Etica y Desarrollo, que ha convocado en BuenosAires a personalidades de renombre internacional para debatir sobre “Los de-

safíos éticos del desarrollo” en un Congreso Internacional que se desarrollará entre el5 y 6 de septiembre próximos. Observatorio Social ha querido dedicar esta publica-ción a esta temática que, como bien lo plantea Bernardo Kliksberg, aumenta su im-portancia a nivel de las decisiones y sobre todo de las decisiones de política econó-mica. Y no es casual que así sea. Nuestro sub continente enfrenta hoy día dos fenó-menos de profundo contenido ético que la han condicionado a lo largo de la décadapasada, y que han resultado en el aumento de la pobreza y la exclusión. El primero esla vigencia del pensamiento único que -parafraseando al artículo de Sen- solo aceptósu propia libertad para pensar y actuar, y negó la de todos los demás. En especial,negó la posibilidad de incluir cualquier otra dimensión que se alejara de la idea delequilibrio general (aunque paradójicamente fuese un equilibrio inestable y restringidoa lo económico). Pocas veces en la historia económica una década de acción en loeconómico estuvo tan cerrada y predeterminada como la que nos propuso/impuso elconsenso de Washington. Jean Ives Calvez destaca la insensatez de hacer de la com-petitivdad una meta social. Paradójicamente, esta experiencia nos ha servido para re-valorizar el lugar de las instituciones (y la importancia de la manera como cada pue-blo las elabora) tal como lo describiese en estas mismas páginas Dani Rodrick.; o pa-ra aprender -tarde- la importancia de incluir explícitamente las metas sociales dentrode la planificación económica.

El segundo es la expresión más brutal de las instituciones de la globalización, co-mo brazos armados del pensamiento omnicomprensivo, en el que los desvíos (y lospropios errores de la concepción del modelo) deben castigarse con recesiones queprofundizan aun más el efecto de lo generado en la década. Joseph Stiglitz ha des-cripto con inteligencia y dramatismo cómo los organismos internacionales actúansin considerar tiempos ni identidades; cómo ignoran el equilibrio social en los equili-brios que exigen a sus “pacientes”; cómo repiten fórmulas estereotipadas; y cómosólo consideran el interés del capital financiero.

Bien afirma Kliksberg en su presentación que la preocupación ética está teniendoefectos concretos a través de movilizaciones y demandas que acotan la libertad deacción del pensamiento único y sus instituciones. Corresponde también aprendercon cuidado de estas experiencias, sacando enseñanzas concretas acerca de cadauna de las variables económicas sociales y políticas; de su interacción y conse-cuencias y de allí generar las acciones que impidan la repetición de tanto daño. Co-mo dicen Sen y Sachs, puede demostrarse que no se trata de “menos desarrollo”,sino de “mejor desarrollo”; y que tales categorías no son contradictorias, sino quepueden ser convergentes para el interés de los pobres y los excluidos.

EDITORIALa MODO de

EDUARDO AMADEO

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Sed de ÉTICAen AMÉRICA LATINA

Por Bernardo Kliksberg

ay en las sociedades latinoa-mericanas, en creciente y es-peranzador proceso de demo-

cratización, un reclamo en ascensopor más ética. Sociedades civilescada vez más movilizadas y partici-pativas están presionando por laerradicación total de la corrupción,la transparencia y el control socialde la gestión estatal. Pero el pedidopor ética no se limita al tema de lacorrupción, va mucho más allá. Seestá exigiendo que la discusión so-bre la economía vuelva a incluir losplanos éticos. Se plantea que la re-gión tiene desafíos abiertos inapla-zables de alto contenido ético, entreellos: la extendida pobreza (cercadel 50% de la población es pobre),la desprotección de los niños (60%e los menores de 14 años están enpobreza), el deterioro de la familia(30% de los hogares han quedadodesarticulados bajo el embate de lapobreza), la falta de oportunidadespara los jóvenes (las tasa de deso-cupación juvenil supera el 20%), lasbrechas en salud (18% de los partosse producen sin asistencia médica),los altos niveles de desigualdad con-siderados una causa central de lapobreza (el 10% más rico tiene 84veces el ingreso del 10% más po-bre). Todas estas situaciones violanconvicciones éticas básicas denuestras sociedades. En nota de pri-mera página reciente, el New YorkTimes (29/7/92), llama la atencióninternacional sobre el extendido

descontento que hoy recorre Améri-ca Latina. Señala que está fundadoen hechos muy concretos, la pobre-za ha aumentado y la situación delas mayorías ha desmejorado sensi-blemente. El difundido periódicoplantea que “los sueños económicosse han transformado en desempleo yrecesión”.

Normalmente se asocia el tema éti-co, como exclusivamente ligado ala lucha anticorrupción. Esta luchafundamental que debe librarse has-ta las últimas consecuencias, essolamente una expresión primariade lo que implica la ética. Cuandola población clama hoy por ética es-tá pidiendo eso, pero también mu-cho más. Esta exigiendo políticaseconómicas con rostro humano, queestén guiadas por valores éticos ycriterios de asignación de los recur-sos escasos que se basen en priori-dades definidas desde la ética.

La opinión pública pide asimismo,que los principales actores socialesasuman sus responsabilidades éti-cas. Reclama comportamiento éticosen los líderes políticos, responsabili-dad social en los empresarios, com-promiso de servicio íntegro en losfuncionarios públicos, ética en los di-rigentes sindicales, las universidadesy las ONGs. Exige mucho más queuna ética que impida la corrupción,pide una discusión ética continua so-bre que tipo de sociedad queremos,

sobre cuáles deben ser las priorida-des en la asignación de recursos limi-tados, sobre como promover la soli-daridad y orientada a la asunción dela idea bíblica de que debemos serresponsables los unos por los otros.

Ese mismo reclamo está siendo for-mulado hoy por prominentes pensa-dores, centros de estudio de prime-ra fila y ONGs líderes. Así el PremioNóbel de Economía Amartya Sen,denuncia que “la economía moder-na se ha visto sustancialmente em-pobrecida por la distancia crecienteentre economía y ética” y llama avolver a interrelacionar ambas. Porsu parte el eminente filósofo EdgardMorin advierte que estamos en unTitanic planetario, un trasatlánticoque está siendo impulsado por losbeneficios, la ciencia y la tecnolo-gía, pero donde falta el timón éticoque debería conducirlo y por tantoestá a la deriva y sujeto a gravísi-mos desequilibrios.

Es hora de retomar la vinculaciónestrecha de la economía con la éti-ca. Se podrá argumentar: ¿no esello un gesto puramente simbólico?La realidad indica lo contrario. Gran-des frentes éticos mundiales han lo-grado recientemente inicios de solu-ción para problemas que se veíancasi perdidos cuando se los aborda-ba desde el solo enfoque de la vi-sión económica usual. Entre ellos,hay en el mundo 40 millones de en-

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fermos de SIDA y mueren por él 3millones de personas anualmente.Los nuevos descubrimientos médi-cos permiten prolongar considera-blemente la vida y prevenir que losniños de madres con SIDA lo con-traigan. Pero son inaccesibles a lainmensa mayoría de los afectadosporque son pobres. Comprarlos en elmercado costaba 10,000 dólaresanuales. Dos países Sudáfrica y Bra-sil comenzaron a importar genéri-cos, o producirlos a costo de 300dólares anuales. Los laboratorios in-ternacionales que detentaban laspatentes respectivas les abrieronpleitos jurídicos ante los tribunales yla Organización Mundial de Comer-cio. La causa parecía perdida. Ungran movimiento de opinión públicamundial la planteo como lo que era,un conflicto ético gravísimo. De unlado el derecho a la vida, del otro, laaplicación rígida de las reglas delmercado. La presión de opinión llevóa que los laboratorios transigieran yretiraran sus demandas antes losdeterioros de imagen y las protestasmasivas en ciernes. Brasil empren-dió una política agresiva, establecióel derechos legal de los enfermos atener tratamiento gratuito, y produ-ciendo e importando genéricos halogrado proporcionar los medicamen-tos sin cargo a todos los que lo ne-cesitan. Redujo las muertes por SI-DA en dos tercios entre 1996 y el2000. El Papa Juan Pablo II estaplanteando continuamente que otros

grandes problemas mundiales comola deuda externa de los países máspobres y el proteccionismo comer-cial que frena el ingreso de los pro-ductos del mundo en desarrollo alos desarrollados, deberían ser anali-zados éticamente para llegar a solu-ciones coherentes con los principiosmorales básicos. En un mundo don-de 30.000 niños mueren por día porcausas evitables y una persona cada4 segundos por hambre, voces pro-minentes cada vez más numerosasreclaman una ética para el procesode globalización.

El debate ético puede llegar a re-sultados muy concretos. En las so-ciedades más evolucionadas y conmejores resultados según las ta-blas de desarrollo humano de laONU, como Noruega (primera en el2002). Suecia, Dinamarca, Cana-dá, Holanda, y otras, es un compo-nente clave de su cultura y desa-rrollo. Un debate activo de este or-den permite movilizar el voluntaria-do (gran fuerza en esos países), laresponsabilidad social de la em-presa privada, alianzas estratégi-cas entre Estado y sociedad civil.En ese marco el BID ha estableci-do recientemente la Iniciativa Inte-ramericana de Capital Social, Eti-ca y Desarrollo para impulsar es-fuerzos en esta dirección. Diversasuniversidades de la región comien-zan a enseñar e investigar sobreética y desarrollo.

Pero hay algo más importante aún.Probablemente el riesgo ético mayoren la región frente al avance de la po-breza y el sufrimiento social de millo-nes es el de acostumbrarnos a todoello e insensibilizarnos. Empezar a vera los niños abandonados viviendo enlas calles, las familias “ex clase me-dia” buscando alimentos en los ta-chos de basura, los ancianos implo-rando ayuda como parte del paisajeurbano, como algo inexorable, comoun hecho natural: “como si lloviera”.Eso implica perder la capacidad de in-dignación frente a la atroz injusticia yviolación de derechos humanos. Lavuelta sincera a la ética, destruirá to-das las racionalizaciones y las “coar-tadas” con las que suele defendersela insensibilidad. Obligará a cada unoa reaccionar, a nivel individual hacien-do todo lo que pueda por ayudar y anivel colectivo profundizando la demo-cracia para lograr a través de ella quelas políticas y las conductas públicasrespondan a las exigencias éticas. Yalas fuentes bíblicas exigían perento-riamente no perder nunca esta capa-cidad de indignación que hace a lacondición humana. Ordena en ellas elmensaje de la divinidad (Levítico19:16). “No desatiendas la sangre detu prójimo”

SE PLANTEA QUE LA REGIÓN TIENE ddeessaaffííooss aabbiieerrttoossINAPLAZABLES DE ALTO CONTENIDO ÉTICO.

o.s.

*BERNARDO KLIKSBERG ES COORDINADOR GENERAL DE LA

INICIATIVA INTERAMERICANA DE CAPITAL SOCIAL, ETICA Y

DESARROLLO DEL BID (WWW.IADB.ORG/ETICA/) - PROFE-SOR HONORARIO DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES

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ay dos conceptos de desa-rrollo. El concepto que fueusual durante muchos años

era la idea de que el desarrollotecno-científico económico, basta-ba para remolcar, como una loco-motora, los vagones de todo eltren del desarrollo humano, es de-cir: libertad, democracia, autono-mía, moralidad. Pero, lo que seconstata hoy día, es que estos ti-pos de desarrollo han traído mu-chas veces subdesarrollos menta-les, psíquicos y morales.

Es evidente que el problema funda-mental es el desarrollo humano,que debe ser un concepto multidi-mensional. Hay un concepto prome-dio, el concepto enmendado del de-sarrollo únicamente técnico. Fue encambio la idea del desarrollo soste-nible, la que introdujo la idea del

porvenir del planeta, del porvenir delos seres humanos, y también la ne-cesidad de la salvaguardia vital delos humanos, que es una considera-ción ética.

En un tipo de desarrollo centradoen el elemento económico y tecno-lógico, primó muchas veces el indi-vidualismo, en el sentido de pérdidade las solidaridades tradicionales;el egocentrismo, que también des-truye y olvida las solidaridades, yque se consagra únicamente a supropio interés; la pérdida de mu-chas aptitudes polivalentes del serhumano por la hiper-especializaciónde cada persona, la pérdida de mu-chas facultades por la adaptaciónpara enfrentar su destino. Se puededecir también que un cierto tipo dealfabetización no consistió solamen-te en el hecho de enseñar el len-

ESTAMOS enun TITANIC

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Por Edgar Morin*

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guaje, de enseñar cultura, sino quese caracterizó también por el hechode rechazar, de despreciar culturasorales multimilenarias, que no sólotenían supersticiones, sino que tam-bién saberes y sabidurías.

En este desarrollo, tal como pode-mos verlo en los países llamadosdesarrollados (o más desarrolla-dos), hay la disminución del senti-do de la responsabilidad personal, yhay muchas más cuestiones contra-producentes, como lo decía hacetreinta años Ivan Illich, en todoslos sectores: la polución urbana, laburocratización de las actividades,la hiper-especialización de la medi-cina que olvida las personas, todoslos defectos, y enfermedades de lavida cotidiana.

Pienso que la incapacidad profundade estos tipos de desarrollo es queestán basados únicamente en lacuantificación, en el cálculo, y con-sideran el bienestar humano única-mente en términos cuantitativos ymonetarizados. No se ven los pro-blemas de las calidades de vida y lacalidad misma de la vida, que esca-

pan a la cuantificación. Sabemos,por ejemplo, que un tipo tradicionalantiguo de agricultura familiar poli-valente era una economía que per-mitía subsistir con un pequeño sec-tor monetarizado para los intercam-bios. ¡Es una vida menos fea que lavida de una persona que se encuen-tra sin dinero en las villas miserias,callampas o favelas, en un mundototalmente monetarizado!

Podemos decir entonces que el de-sarrollo, en el sentido únicamentetécnico y económico, provoca laagravación de las dos pobrezas - lapobreza material para tantos exclui-dos, y también una pobreza del al-ma y de la psiquis. Desarrollo huma-no significa entonces integración, lacombinación, el diálogo permanenteentre los procesos tecno-económi-cos y las afirmaciones del desarro-llo humano, que contienen, en símismas, las ideas éticas de solidari-dad y de responsabilidad. Es decirque hay que pensar de nuevo el de-sarrollo para humanizarlo. ¿Cómo in-tegrar la ética? No se puede haceruna inyección de ética como se ha-ce una inyección de vitaminas enun cuerpo enfermo. El problema dela ética es que debe encontrarse enel centro mismo de este desarrollo.

La ciencia, la técnica y la econo-mía están fundadas en el hecho desu aislamiento de la ética. Veamosla ciencia y sus orígenes. El desa-rrollo de la ciencia occidental, apartir del siglo XVII, necesitaba la

eliminación de la ética, y sólo sal-vaguardar la única ética de cono-cer por conocer. ¿Y por qué debíahacerse esta eliminación? Porqueen el siglo XVII y en los primerossiglos de la ciencia, la ciencia de-bía plantear su autonomía frente alos grandes poderes teológicos ypolíticos, y la ciencia debe tenerúnicamente juicios de hecho y nojuicios de valor. Pero en dos o tressiglos cambiaron totalmente lasperspectivas, porque la ciencia yla técnica pasaron de la periferiade la sociedad al centro de la so-ciedad. De un papel auxiliar a unpapel de motor, de la debilidad alos poderes gigantes hoy día muybien conocidos de la energía nu-clear y de las manipulaciones bio-lógicas. Ahora se plantea entoncesel problema contrario del sigloXVII: la necesidad de regular y decontrolar éticamente la ciencia.

¿Pero cómo? Como no bastan loscomités que tanto se multiplican enla actualidad (como los comités debioética) es necesaria una regula-ción ética con ayuda de la política.Pero sabemos muy bien que hoy díahay una disyunción entre ciencia,ética y política. El problema es muygrave, porque ahora debemos bus-car acercar estas tres instancias, yademás hoy día no bastan regula-ciones únicamente nacionales. Pue-de prohibirse en alguna nación co-mo Francia, el cultivo de célulasembrionarias con finalidades médi-cas. Pero ello está autorizado en

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Gran Bretaña y en los Estados Uni-dos. No basta regulación como con-trol en algunos países. Se necesitaentonces una regulación a nivel pla-netario. Pero no existe la instanciaplanetaria hoy día capaz de hacerestas regulaciones, porque faltauna autoridad de este tipo a niveldel planeta.

La cuestión de la técnica es muybien conocida. La polivalencia dela técnica desde la prehistoria,donde la posibilidad de hacer ins-t rumentos para el trabajo daba almismo tiempo la posibilidad de ha-cer armas para matar. Pero hoydía el desarrollo de las máquinas,de la técnica, no es únicamenteun desarrollo que tiene la posibili-dad de domesticar las energías fí-sicas y de la naturaleza al serviciode los humanos; es también un de-sarrollo que ha domesticado al serhumano al servicio de las máqui-nas -es decir, a obedecer a la lógi-ca de las máquinas, que es la hi-per-especialización, la cronometri-zación, y el mecanicismo o deter-minismo mecanicista. Hay hoy díaen nuestras sociedades una men-talidad adaptada muy bien paracontrolar y para conocer las má-quinas artificiales, pero que no sir-ve para controlar y para conocerlos seres humanos. Porque los co-nocimientos que se basan única-mente en la cuantificación y elcálculo no pueden conocer lo quesignifica la vida, es decir la pa-sión, el amor, el sufrimiento, todoslos rasgos subjetivos de la Huma-nidad. La objetividad cuantitativano conoce lo real, conoce sólo la

parte superficial de lo real.

Si además vemos ciencia, técnica,economía y beneficios como loscuatro poderosos motores del por-venir humano, hoy día vemos tam-bién que no hay tampoco la regula-ción económica necesaria, sobre to-do en el mercado mundial actualque se ha desarrollado desde losaños noventa. Está la lógica de larentabilidad, es una lógica que pro-duce las poluciones tan comunes, yque constituyen un peligro para to-do el planeta. La única gran profe-cía de Karl Marx fue la idea que lamercancía va a reemplazar todaslas relaciones humanas. Hoy día noson únicamente las relaciones hu-manas, las relaciones biológicastambién, porque los genes -la vidamisma- se han convertido en mer-cancías, en algo que se puede ven-der; se puede hacer de los genesuna propiedad privada.

Si vemos todos estos problemas, po-demos decir que estamos en un Tita-nic planetario, con su «cuatrimotor»técnico, científico, económico y debeneficios, pero no controlado ética-mente y políticamente ¿dónde encon-trar posibilidades de esta regulacio-nes y controles ético y político? Pien-so que las fuentes pueden encontrar-se en la segunda hélice de la mundia-lización; abandono la metáfora delcuatrimotor para tomar una nuevametáfora la de una doble hélice.

La primera hélice -muy conocida-es la hélice que impulsó la mundia-lización comenzada a fines del si-glo XV, con la conquista de Améri-

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* DIRECTOR EMÉRITO DEL CENTRO NACIONAL PARA LA IN-VESTIGACIÓN CIENTÍFICA, PARÍS, FRANCIA

ESTA SEGUNDA MUNDIALIZACIÓN TIENE EN SÍ MISMA uunnaa ffuueerrzzaa, UN

MOTOR DE rreessppoonnssaabbiilliiddaadd yy ddee ssoolliiddaarriiddaadd. ES LA CONCIENCIA

TAMBIÉN Y EL SENTIDO DE LA COMUNIDAD DE DESTINO: ccoommuunniiddaadd ddeeddeessttiinnoo ppllaanneettaarriioo -EVIDENTE-, PERO TAMBIÉN DE CONTINENTES.

ca. Un proceso que continuó con lacolonización, con la esclavitud,con la conquista, con el lucro. Esel fenómeno de la dominación. Y,al mismo tiempo, hay una segundamundialización, que le es antagóni-ca y también inseparable. La se-gunda mundialización empieza conBartolomé de Las Casas, quienafirmó que los indios de las Améri-cas tenían una personalidad huma-na, cosa que era negada por losteólogos católicos españoles. Secontinuó con Montaigne, que decíaque otras civilizaciones aparte dela occidental tienen sus valores.Se continuó con las ideas nacidasen el mundo mismo de la opresión,que fue el Occidente europeo:ideas de las libertades personales;las ideas universalistas y humanis-tas, que llevaron a la abolición dela esclavitud; los procesos de pro-moción de los derechos de loshombres y mujeres; los procesosde descolonización; la difusión dela democracia; y hoy en día la con-ciencia ecológica, es decir, de unacomunidad de destino humano ydel planeta.

Esta segunda mundialización tieneen sí misma una fuerza, un motorde responsabilidad y de solidaridad.Es la conciencia también y el senti-do de la comunidad de destino: co-munidad de destino planetario -evi-dente-, pero también de continen-tes. Tenemos una comunidad euro-pea. Se debe discutir, se debe de-sarrollar el sentido de la comunidadde destino latinoamericano. Esto esla conciencia, porque no se puedenadelantar las cosas sin la inteligen-cia y la conciencia que pueden in-troducir la ética y la política, lospartidos políticos y el pensamientopolítico, en el desarrollo mismo. Nohay que subordinar más el desarro-llo humano al desarrollo económi-co; debemos invertir esto y subordi-nar el desarrollo económico al de-sarrollo humano. Ese me parece esel papel ético fundamental. No de-bemos ser simples objetos en esteTitanic sin piloto, sino que debe-mos cambiar y ser sujetos de laaventura humana. o.s.

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reses. No apelamos a su sentido hu-manitario sino a su amor por ellosmismos .....”1

El carnicero, el cervecero y el pa-nadero quieren ganar dinero de no-sotros, y nosotros -los consumido-res- deseamos la carne, la cervezay el pan que ellos tienen para ven-der. Lo que se necesita para gene-rar este deseo de intercambio essimplemente algo de “amor por unomismo” -como lo llamaba AdamSmith- de parte de cada uno. Estaidea es, en sí, brillante. Ayuda a ex-plicar por qué deseamos el inter-cambio. Pero no nos dice absoluta-mente nada acerca de cómo asegu-rar que esos intercambios deseadosse organicen y ocurran en la prácti-ca -y además en forma expedita-.Smith nunca fusionó estos aspectosclaramente diferenciados.

Para una negociación exitosa deun contrato aceptable y para la eje-cución eficiente y adecuada delmismo, no basta la motivación. Pa-ra el funcionamiento real de loscontratos y su uso exitoso en la ex-pansión económica se necesita mu-cho más. Se requieren institucionespara la aplicación de la legislación,para el seguimiento de los contra-tos, para la auditoría y la contabili-dad. Igualmente exigir ética en elcomportamiento podría facilitaracuerdos en condiciones justas de

intercambio ante la existencia dealternativas de contratos diferentes(como suele ocurrir en los mundosque no son los de la competenciapura y perfecta, es decir, casi siem-pre). Las normas de comportamien-to también pueden ayudar a las par-tes a cumplir promesas y respetarcontratos (aun cuando las partespuedan preferir en un momento de-terminado un cumplimiento parcial,y algunas veces una revocación to-tal, en la medida en que las condi-ciones pueden resultar diferentes alas esperadas). De hecho, las nor-mas de comportamiento pueden in-ducir a las personas a actuar en for-ma honorable sin necesidad de re-currir incesantemente a demandasentre las partes contratantes.

EL RAZONAMIENTO, LA SUPERVIVENCIA

Y LA ETICA DEL COMPORTAMIENTO

Por lo tanto, la ética empresariales necesaria, inclusive para el co-mercio normal. Naturalmente resul-ta fácil explicar el motivo por elcual aún las personas que persi-guen su beneficio personal con fre-cuencia captan la clara convenien-cia de actuar en una forma moral-mente apropiada, debido a los re-querimientos del “esclarecido inte-rés propio” -la lúcida comprensiónde la propia conveniencia- lo queSmith llamaba “prudencia”. Porejemplo, es útil para las personas

¿Qué impactopuede tener la

ética?uchas personas son renuen-tes a “mezclar” la éticacon la economía, y rehusa-

rían igualmente pronunciarse enmateria de “ética y desarrollo”.¿Cómo influye la ética en los agen-tes primarios del desarrollo, entrelos cuales figuran por igual tantociudadanos como empresas comer-ciales, gobiernos como la oposi-ción, los medios de comunicaciónal igual que el mercado? ¿Qué razo-nes existen para que personas einstituciones tan diversas tenganen cuenta con seriedad las exigen-cias de la ética? ¿Qué impacto pue-de tener la ética para marcar la di-ferencia?

MÁS ALLÁ DE LA PRUDENCIA

Puede resultar útil comenzar ana-lizando el comportamiento empre-sarial y, de manera más general,los cálculos de corte económico,ya que se supone, por lo menos enteoría, que su motivación no tieneque ver con la ética. El aforismo deAdam Smith citado con mayor fre-cuencia en la economía es su co-mentario acerca del carnicero, elpanadero y el cervecero:

“No es de la benevolenciadel carnicero, del cervecero o delpanadero que esperamos nuestracomida, sino de la consideraciónque ellos hacen de sus propios inte-

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Por Amartya Sen*

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tener la reputación de ser íntegrosy dignos de confianza. En la litera-tura reciente relativa a la supervi-vencia selectiva de normas de com-portamiento y, de manera más ge-neral, acerca de la teoría evolutivade los juegos, se ha aclarado elamplio alcance del razonamientoético en estas formas útiles a nivelinstrumental2.

¿Cabe preguntarse entonces siese “interés propio” es suficientepara lograr una ética del comporta-miento? Smith no lo creía así, y porello siguió recalcando la importan-cia de otras virtudes que van mu-cho más allá de la prudencia, entreellas la “comprensión”, la “genero-sidad” y el “actuar en función delcolectivo”3. Si bien creía que el cál-culo estricto de nuestros benefi-cios, a largo plazo, nos llevaría másallá de la limitada búsqueda del be-neficio personal, Smith abrigaba laesperanza de que una consideraciónmás plena de nuestro papel en lasociedad y de nuestras mutuas in-terdependencias nos conduciría mu-cho más allá de la búsqueda delbien personal, aún esclarecida.Nuestras vidas transcurren en situa-ción de dependencia mutua, y nosdebemos algo los unos a los otros,que se ubica más allá de aquelloque nos aporta beneficio personal alargo plazo4.

Este es el tema más amplio de laética del comportamiento que tras-ciende no sólo la conducta carentede ética, sino también el valor ins-trumental de la conducta ética enfunción del interés propio esclareci-do. De cualquier manera, Smith noesperaba un alto nivel de moralidadde la gente adinerada, (de quienesdesconfiaba enormemente, bastan-te más que alguien como Karl

Marx, por ejemplo). El esbozó el be-neficio social derivado de tener encuenta el bien público, pero dejó sindefinir gran parte de lo que real-mente cambiaría la conducta indivi-dual, especialmente la de los adine-rados y de los poderosos. En ciertaforma abrigaba la esperanza de queemergiesen normas de comporta-miento que no estuviesen condicio-nadas por calculados interesesegoístas en cada caso, sino vincula-das a la consideración de ser lasnormas de comportamiento “apro-piadas”, que reflejasen las conven-ciones establecidas y normativasde la conducta habitual.

Muchas personas se comportande manera muy decente a través detodas su vida, evitando conflictos ylimitándose a actuar basándose enlo que consideran ser las normas decomportamiento establecidas5. Esevidente que es posible reforzar di-chas normas mediante la supervi-vencia evolutiva, pero también hayprocesos cognoscitivos que puedenjustificar un razonamiento como és-te aun cuando la mayoría de laspersonas podría actuar, como lo ex-presaba Smith, “únicamente basán-dose en lo que consideraron ser lasnormas de comportamiento estable-cidas”. Lo que cabe resaltar aquí esque esto abre un enorme espacio ala ética y la moralidad del compor-tamiento, que puede vincularse, poruna parte al razonamiento ético ennombre de la sociedad y, por laotra, relacionarse con la elección,razonada o por inclinación, inspira-da en la supervivencia evolutiva vin-culada a beneficios individuales alargo plazo y al éxito social.6 Estostemas se plantean en varios contex-tos prácticos, muchos de los cualestienen ahora mayor importancia dela que tenían en la época de Adam

Smith. Un buen ejemplo, natural-mente, lo constituye el desafío deldeterioro ambiental.

En este caso -desafío ambiental-la necesidad de integración requie-re no solamente el reconocimientode que tanto la ética del comporta-miento como la reforma institucio-nal tienen sus respectivos papeles,sino también el cuidadoso escudri-ñar de sus interrelaciones: cuánexactamente pueden reforzarsemutuamente, y, no menos impor-tante, cómo pueden también estaren conflicto. Los valores y las insti-tuciones no son independientesunos de otras. Por supuesto tam-poco lo son las consideraciones deeficiencia y equidad. Si bien se re-conocen con frecuencia las interre-laciones entre éstas últimas, el en-foque suele ubicarse en el contex-to del señalamiento de que la bús-queda de equidad puede a menudoentorpecer la eficiencia, medianteuna serie de efectos contrarios, es-pecialmente debido a la erosión deincentivos. Ciertamente esta esuna consideración importante ennumerosas situaciones, y debe sertenida en cuenta, pero también ca-be señalar que los nexos puedenser mucho más complejos. De he-cho, el atender el aspecto de equi-dad puede, en muchas circunstan-cias, ayudar a promover la eficien-cia (en vez de obstaculizarla), por-que puede ser que la conducta delas personas dependa de su senti-do de lo que es justo y de su lectu-ra acerca de si el comportamientode los demás lo es.

ETICA AMBIENTAL

Las complejas interdependenciasentre valores, instituciones y nor-mas de comportamiento, así como

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entre la respectiva búsqueda deequidad en la distribución y eficien-cia en la producción requieren unainvestigación más amplia de la quesuele acordárseles. Trataré de ilus-trar los vínculos, primero con el pro-blema de la protección ambiental yluego a través de algunas de lascontroversias contemporáneas acer-ca de políticas de desarrollo e inclu-sive algunas de los temas en el ám-bito acaloradamente debatido de laglobalización.

Pensemos por ejemplo en el mé-rito de resolver el problema ambien-tal mediante la creación de dere-chos de propiedad, tema exploradopor numerosos economistas en for-ma esclarecedora. Efectivamente,el crear derechos de propiedad pri-vada para reemplazar los recursoscompartidos (genéricamente llama-dos “bien común”) puede conduciral interés de los propietarios en elambiente y eliminar así el desperdi-cio e ineficiencia que surgen de losharto conocidos problemas de fac-tores externos y aprovechamientodel bien ajeno. Es posible que lasparcelas asignadas como propiedadprivada reciban mayor dedicación yatención que los recursos de pro-piedad y explotación compartidospor la comunidad. Teniendo encuenta el limitado alcance de estasolución, resulta obvio señalar que,en algunos casos, esta transforma-ción a propiedad privada puede noser factible del todo. Por ejemplo,en lo que se refiere a la atmósferade la tierra y al manejo de los as-

pectos vinculados al calentamientoglobal o a la preservación de la ca-pa de ozono. Esto es sin duda evi-dente, pero está lejos de ser el úni-co problema. Al uso de los recursosde propiedad común subyacenigualmente los aspectos de la equi-dad y de la motivación de la con-ducta. Aun cuando es posible latransformación a propiedad privada(como en el ejemplo frecuentemen-te citado de las praderas comparti-das para pastar de los respectivosganados de los diferentes miem-bros de la comunidad), tenemosque tener en cuenta las implicacio-nes posiblemente desfavorablesque puede tener la privatización enla equidad de la distribución de losrecursos, o en el acceso de los me-nos privilegiados a los beneficiosque deben ser compartidos. Enefecto, estos temas se encuentranen el meollo de las razones socia-les que inspiran la idea de propie-dad privada. Así, un programa deprivatización, a pesar de las venta-jas que presente en algunos aspec-tos, puede, en otros casos, tergi-versar el propósito original.

Este aspecto está también estre-chamente vinculado a la ética delcomportamiento. El tipo de “psico-logía del compartir” que se requierepara lograr el uso compartido (totalo parcial ) puede ser, sin duda, muyvalioso como recurso humano - aúnen forma incompleta - para preser-var y cuidar el ambiente. Cuando di-cho enfoque se reemplaza por unactivo uso de incentivos y de cálcu-

los privados de beneficios y utilida-des personales, puede ocurrir que eléxito en materia de eficiencia quese espera (y que puede lograrse enparte) resulte adquirido a expensasde algún debilitamiento de los valo-res generales que fundamentan laayuda y cooperación mutua. Losefectos de valoración generados porrevisión institucional deben figurarentre las consideraciones que de-ben sopesarse al elegir entre diver-sas maneras de tratar de abordarlos desafíos ambientales. Se en-cuentran entre las “variables decontexto” susceptibles de fomentaro desalentar la cooperación.7

Los problemas ambientales re-quieren una combinación de enfo-ques, entre ellos reforma institu-cional (como por ejemplo impues-tos y subsidios especialmente dise-ñados, la creación de derechos in-dividuales y el cultivar de la organi-zación social), por una parte, y porotra, la formación de valores engeneral. Es importante que la bús-queda de la respuesta necesariano se haga con una óptica estre-cha y excesivamente focalizada.No es adecuado centrarse exclusi-vamente en, por ejemplo, la crea-ción de derechos de propiedad enmateria de ambiente, o en prohibi-ciones legales, o solamente en im-puestos y subsidios. Tampoco loes, por otra parte, el lanzar toquesde clarín pidiendo más ética am-biental como la única vía hacia lasostenibilidad. Existe la marcadanecesidad de integrar el papel de

¿QUÉ IMPACTO PUEDE TENER LA ÉTICA?

NUESTRAS VIDAS TRANSCURREN EN SITUACIÓN DE DEPENDENCIA MUTUA,Y NOS DEBEMOS ALGO LOS UNOS A LOS OTROS, QUE SE UBICA MÁS ALLÁ

DE AQUELLO QUE NOS APORTA BENEFICIO PERSONAL A LARGO PLAZO.

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la ética y de las instituciones den-tro de un marco más amplio.

También es importante reconocerque el admitir el papel crucial delos valores no nos exige desmere-cer el papel del razonamiento eco-nómico, e inclusive recurrir al mis-mo para buscar las reformas institu-cionales que pueden funcionar auncuando no ocurra lo mismo con laformación de valores. La integracióndel papel de las normas y valorescon el razonamiento económico re-quiere ampliar el análisis económi-co, y no desecharlo.8

LIBERTAD Y DESIGUALDAD

Ha llegado el momento de ilustrarel segundo punto: los desafíos plan-teados por las políticas de desarro-llo en general (no solamente los as-pectos ambientales del desarrolloen particular). Quisiera empezar poresbozar brevemente un enfoque queme ha resultado útil en la reflexiónacerca del desarrollo, y que piensose vincula en sentido amplio a lasideas básicas que Adam Smith tratóde elaborar y de desarrollar. En vir-tud de este enfoque se afirma queun buen punto de partida para elanálisis del desarrollo puede ser elreconocimiento básico de que la li-bertad es a la vez (1) el objetivoprimario y (2) el principal medio deldesarrollo. La anterior afirmación esevaluativa e incorpora el reconoci-miento del principio de que el desa-rrollo no puede ser medido sin teneren cuenta el estilo de vida que pue-den llevar las personas y sus liber-tades reales. En otras palabras, elconcepto de desarrollo no puede li-mitarse al crecimiento de objetosinanimados de conveniencia, comoincrementos del PNB (o del ingresopersonal), o la industrialización, o elprogreso tecnológico, o la moderni-zación social. Si bien estos son lo-gros importantes -a menudo crucia-les- su valor debe estar relacionado

con el efecto que tienen en las vi-das y libertades de las personas aquienes atañen.9

El vínculo entre libertad y desa-rrollo, sin embargo, va mucho másallá de las conexiones constituti-vas. La libertad, se afirma, es nosolamente el fin último del desarro-llo, sino también un medio de cru-cial efectividad. Este reconocimien-to puede estar basado en el análisisempírico de las consecuencias de -yde las interconexiones entre- liber-tades de diferentes tipos, y en laevidencia empírica extensa que indi-ca que dichas libertades suelen re-forzarse entre ellas.10 La capacidadreal que tiene una persona para al-canzar logros está bajo la influenciade las oportunidades económicas,las libertades políticas, las facilida-des sociales y las condiciones habi-litantes de buena salud, educaciónbásica así como el aliento y cultivode iniciativas. Estas oportunidadesson, en gran parte complementa-rias, y tienden a reforzarse en su al-cance y utilidad respectivos. Es porestas interconexiones que el ente li-bre y sostenible emerge como unmedio de desarrollo efectivo.

EQUIDAD Y LA PERSPECTIVA DE LIBERTAD

La retórica de la libertad ha sidoampliamente utilizada por muchospensadores, quienes han demostra-do relativamente poco interés por laequidad y algunas veces inclusiveantipatía. De hecho, el pretendidoconflicto entre libertad e igualdadha sido ampliamente debatido porlos adalides de la libertad, especial-mente en el contexto de considerar-lo como un argumento contrario aacordarle demasiada prioridad a laigualdad.11 Sin embargo, resulta di-fícil entender una perspectiva de li-bertad que no tenga a la equidadcomo elemento central. Si la liber-tad es realmente importante, nopuede ser correcto reservarla única-

mente para unos pocos elegidos. Eneste contexto es importante reco-nocer que las negaciones y violacio-nes de la libertad se presentan típi-camente bajo la forma de negar losbeneficios de la libertad a algunos,aun cuando otros tienen la plenaoportunidad de disfrutarlos. La desi-gualdad es una preocupación cen-tral en la perspectiva de la libertad.

De hecho la libertad, además deser una de las ideas más valiosasdel mundo, también se encuentraentre las condiciones humanas mástemidas. ¿Por qué ocurre esto? Sibien los psicólogos han debatidocon frecuencia que la libertad de lapropia vida puede ser vista comouna causa de ansiedad y preocupa-ción (especialmente porque la liber-tad se acompaña de responsabili-dad), me atrevería sin embargo asugerir que no es característico delas personas el temer a la libertaden sus propias vidas. Quienes te-men a la libertad suelen temer a lade los demás. Según las tendenciaspolíticas de los críticos de la liber-tad, su temor ante la libertad deotros posiblemente se concentra endeterminadas áreas en las cualespiensan que la libertad para todossería especialmente negativa. Así,el miedo a la libertad se expresa dediferentes maneras y adopta mu-chas caras: temor, respectivamen-te, a la libertad de las clases des-contentas de menores ingresos, ala de las masas rurales afligidas, ala de las mujeres descontentas querezongan por el “lugar” que les hasido asignado, a la de la juventudrebelde que se niega a acatar yobedecer, y a la de los disidentesempecinados que protestan por elorden existente.Por ejemplo, quienes se oponen aconsiderar que las libertades políti-cas son derechos políticos de laspersonas a las cuales todos tienederecho, en forma característica nose niegan dichos derechos para sí

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que abarcarán también otros efec-tos limitantes vinculados a la natu-raleza de la expansión económica,el florecimiento de desarrollos polí-ticos y culturales, e inclusive lasesperadas reducciones en las tasasde mortalidad y fertilidad que se ve-rían todas alteradas debido a laexistencia de desigualdades en ma-teria de oportunidades educativas oeconómicas. Por ejemplo, ha sidosobradamente demostrado que elfortalecimiento de capacidades delas mujeres y su consiguiente habili-tación gracias a la escolaridad, lasoportunidades de empleo, etc., sur-ten los efectos de mayor alcanceen la vida de todos los involucra-dos: hombres, mujeres y niños. Re-duce la mortalidad infantil; aminoralos riesgos para la salud de adultosque resultan de bajo peso al nacer;incrementa el espectro y efectivi-dad de los debates públicos; y tienemayor impacto en la moderación delas tasas de fertilidad que el creci-miento económico.12 La desigual-dad basada en el género en los ám-bitos económico y social puede, porlo tanto, lesionar considerablemen-te el desempeño global en numero-sas y diversas áreas, afectando va-riables demográficas, médicas, eco-nómicas y sociales. La falta de equi-dad en una esfera puede conducir auna pérdida de eficiencia y desigual-dades en otras.

De igual manera, la negación dela democracia y de los derechos po-líticos y cívicos expone a la comuni-dad a diversas privaciones económi-

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1 Adam Smith, “An Inquiry into the Nature and Causes

of the Wealth of Nations” (Indagación acerca de la Na-

turaleza y Causas de la Riqueza de las Naciones) (1776;

nueva edición, Londres : 1910), vol1, p.13

2 El papel de la teoría evolutiva de los juegos en este

campo está ampliamente comentado en Jorgen Wei-

bull, Evolutionary Game Theory (Cambridge, MA: MIT

Press, 1995). Para temas relacionados, véase igualmen-

te a Ken Binmore, Playing Fair (Cambridge, MA: MIT

Press, 1994), y Avner Ben-Ner y Louis Putterman, eds.,

Economics, Values, and Organization (Cambridge: Cam-

bridge University Press, 1998).

3 Adam Smith, The Theory of Moral Sentiments (1790;

nueva edición, Oxford: Clarendon Press, 1976).

4 Estos temas los he analizado en otros textos, especial-

mente en “Rational Fools: A Critique of The Behavioural

Foundations of Economic Theory,” Philosophy and Pu-

blic Affairs, 6 (1977); “On Internal Consistency of Choi-

ce,” Econometrica, 61 (1993); “Maximization and the

Act of Choice,” Econometrica, 65 (1997).

5 Smith, The Theory of Moral Sentiments, p. 162.

6 He tratado de referirme en otros escritos a la razón

por la cual la línea de razonamiento evolutivo comple-

menta, y no reemplaza, el análisis ético de corte Kantia-

no y Smithiano; véase “Maximization and the Act of

Choice,” Econometrica, 65 (1997).

7 Acerca del papel general de las “variables de contex-

to “ en la cooperación exitosa, véase Elinor Ostrom,

“Collective Action and the Evolution of Social Norms,”

Journal of Economic Perspectives, 14 (Verano 2000).

8 He tratado de analizar algunos de los vínculos en

“Maximization and the Act of Choice” (1997).

9 Vése también Martha Nussbaum y Amartya Sen, eds.,

mismos: el derecho de hablar, deexpresarse libremente, de participaren la toma de decisiones, y así su-cesivamente. A lo que tratan deoponerse es a la libertad política deotros, no a la libertad política paraellos. En otros ámbitos de la liber-tad existen contrastes parecidos:económicos, sociales y culturales.Es la libertad de otros la que hapreocupado usualmente a numero-sos comentaristas que expresan suoposición a la libertad en sus escri-tos, pero que nunca han estado dis-puestos a renunciar a la propia. Porlo tanto, la necesidad de lograr laequidad es un elemento central den-tro de la perspectiva de la libertaden general, y en particular de laidea del “desarrollo como libertad”.

DIFERENTES AMBITOS

Y SUS INTERCONEXIONES

Estas conexiones son muy impor-tantes para visualizar la interdepen-dencia entre equidad y eficiencia, yentre valores e instituciones. Si, porejemplo, se le niegan a muchas per-sonas las oportunidades sociales dela educación básica debido a unafalta de acceso a escuelas, o si ca-recen de derechos económicos bási-cos debido a desigualdades masivasen la propiedad (reforzadas por laausencia de políticas para contra-rrestar dichas situaciones tales co-mo reforma agraria, facilidades demicrocréditos, etc....), los resulta-dos no se limitarán únicamente a laexistencia de esa desigualdad, sino

LAS CRECIENTES PROTESTAS

CONTRA LA GLOBALIZACIÓN

HAN PUESTO CADA VEZ MÁS

EN EVIDENCIA QUE HAY IM-

PORTANTES ASPECTOS DE LA

EQUIDAD GLOBAL QUE ES

NECESARIO ABORDAR.

¿QUÉ IMPACTO PUEDE TENER LA ÉTICA?

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cional del comercio y finanzas mun-diales, entre cuyos diversos aspec-tos organizativos aparecen hay ins-titutos tales como la OrganizaciónMundial del Comercio, el BancoMundial, el Fondo Monetario Inter-nacional y así sucesivamente.13 Re-sulta analizar nuevamente el equili-brio de poder en el funcionamientode las diversas instituciones que in-tegran la arquitectura global. La ar-quitectura institucional actual secreó mayormente a mediados de losaños cuarenta, basada en la com-prensión de las necesidades de laeconomía mundial según la ópticade la Conferencia de BrettonWoods, celebrada en las postrime-rías de la Segunda Guerra Mundial.Ese marco contribuyó a la evolucióndel comercio y del desarrollo, perono ocurrió lo mismo en materia deequidad distributiva ya sea en la es-fera económica o política. De hechoel mundo era muy diferente durantela década de los cuarenta, al encon-trarse la mayor parte de Asia y Afri-ca bajo régimen colonial de uno uotro tipo, con Occidente emergien-do apenas de una depresión genera-lizada y una guerra muy destructiva,en la que había mucho más toleran-cia en materia de inseguridad y depobreza y en la que era muy reduci-da la comprensión de las enormesperspectivas globales de democra-cia, desarrollo económico y dere-chos humanos en el mundo vistocomo un todo.Las crecientes protestas contra laglobalización han puesto cada vez

más en evidencia que hay impor-tantes aspectos de la equidad glo-bal que es necesario abordar. Lostemas generales que han inspiradoestos movimientos de protesta hansido siempre más importantes quelas tesis rudimentarias aunqueefectivas que han encontrado suexpresión en los lemas y cartelesde dichos movimientos. Pero lo quees seguro es que el tratar de resol-ver las relaciones comerciales yeconómicas globales sin atender si-multáneamente los aspectos deequidad y trato justo a nivel globalse topará con problemas de consi-deración. Este reconocimiento deninguna manera desmerece la valo-ración del papel constructivo de laeconomía de mercado global y sucontribución a la base económicade un mundo próspero.

Las protestas se han alimentadode la aparición de un conjunto devalores globales que se han mani-festado con firmeza en el mundocontemporáneo. No es sorprendenteque las protestas contra la globali-zación, a su vez, han sido movimien-tos globales, y que atraen a perso-nas provenientes de países de todoel mundo. La división supuestamen-te nítida entre política y economíaha sido cruzada en esencia una yotra vez, y la barrera que separa lasconsideraciones de eficiencia de losaspectos de la equidad también hasido franqueada con notable fre-cuencia.

The Quality of Life (Oxford: Clarendon Press, 1993), y

David Crocker y Toby Linden, eds., Ethics of Consump-

tion (New York: Rowman and Littlefield, 1998).

10 Se analiza la evidencia en Amartya Sen, Develop-

ment as Freedom (New York: Knopf, and Oxford: Ox-

ford University Press, 1999).

11 He afirmado en otros escritos que este conflicto, de

hecho, no existe. (Inequality Reexamined, Oxford: Cla-

rendon Press, and Cambridge, MA: Harvard University

Press, 1992). Es posible que la libertad compita con la

utilidad o con el ingreso real por el “espacio” en el cual

pueden definirse la igualdad o la eficiencia, pero no es

posible ver a la libertad, en sí misma, como antítesis de

la igualdad, sin cometer un serio error de categoría

12 Véase “Development as Freedom,” capítulos 8 y 9.

13 “Global Doubts,” Harvard Magazine, Septiembre-Oc-

tubre 2000.

cas a través de la falta de voz delos desposeídos. La posibilidad dehambrunas, asociada con regíme-nes autoritarios, es apenas un casoextremo de esta relación. De he-cho, para ilustrar la idea con situa-ciones menos extremas, podríamoscitar las experiencias de las crisiseconómicas asiáticas a partir de1997. Los derechos políticos queno disfrutaban los ciudadanos deCorea del Sur o de Indonesia -a pe-sar de un crecimiento económicomuy exitoso- hicieron particular fal-ta al presentarse la crisis económi-ca asiática y se sintió la imperiosanecesidad de la voz política que nofué escuchada por la desigualdadautoritaria, especialmente para losnuevos desposeídos que tenían mu-chos motivos para protestar y que-jarse. No es de sorprender, enton-ces, que la democracia se ha con-vertido en una de las principalesexigencias, toda vez que la crisiseconómica devastó el Este y Sudes-te Asiáticos.

PREOCUPACIONES GLOBALES

También a nivel más global, estasinterconexiones afectan las pers-pectivas de las relaciones económi-cas y comerciales. He intentado ar-gumentar en otras oportunidades(especialmente durante mi alocu-ción durante la ceremonia de gra-duación en la Universidad de Har-vard en junio pasado) que esta con-sideración es válida inclusive en loque respecta al fundamento institu-

* AMARTYA SEN ES PREMIO NOBEL DEECONOMIA (1998). EL TEXTO CORRESPON-DE A LA ALOCUCIÓN DE CLAUSURA DEL SE-MINARIO ETICA Y DESARROLLO EN WAS-HINGTON (2001)

o.s.

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1. LA PESADA HERENCIA DEL TAYLORISMO

Solemos olvidar que las Ciencias Or-ganizacionales nacieron con Taylor,el hombre que racionalizó el trabajo.Llevó mucho tiempo a esta discipli-na hacerse un lugar, y aún hoy, paramuchos problemas prácticos, toda-vía recurrimos a esta herencia, par-ticularmente pesada, de su funda-dor. Taylor fue el primero en ponerracionalidad a un universo dominadopor el empirismo y la acumulaciónde prácticas y reflejos tradicionales.Su aporte fue innovador en el mar-co de las nuevas ideas que se esta-ban formulando en su época, y sig-nificó un alivio a las tensiones deuna estructura de comandos jerár-quica, al proponer una “administra-ción de las cosas” basada en la ra-zón y alejada de las prácticas dedependencia que paralizaban mu-chas organizaciones.

Su idea se basaba en un razonamien-to simple: con un objetivo fijo debeser posible encontrar una mejor ma-nera - una única mejor manera - decumplir con ese objetivo. Ya no erancomandos humanos arbitrarios losque debían ser ciegamente seguidos;en cambio, la racionalidad en sí mis-

ma fue establecida por los ingenie-ros. Tal modelo de organización no seoponía a la ética; en teoría, era la en-carnación de la ética. Sin embargo,presentaba una dificultad insalvableque no fue inmediatamente reconoci-da. ¿Quién define el objetivo? Todaslas decisiones subsiguientes depen-den de esta pregunta. En un sistemajerárquicamente organizado, el objeti-vo depende de otros objetivos y deci-siones, y las decisiones pertinentesson todas hechas en la cima de la pi-rámide organizacional. Esto significaque la gran mayoría de los hombresse encuentra relegado a obedecer lavoluntad de otros. Incluso si los hom-bres que se encuentran en la cimafueran elegidos democráticamente,se encuentran enfrentadas a la crudaluz de la razón, la cual les permitemenos negociación que el tradicionalarbitraje hecho por el jefe. Cierta-mente, dijo Lenin, el cocinero debeestar interesado en los asuntos delestado, pero de hecho, lo que le inte-resa no son las circunstancias que lomantienen atorado en un estado deinferioridad, sino su cocina.

De hecho, el monstruoso sistemaburocrático de la Unión Soviética es-taba basado en esta pirámide de ra-

CIENCIASORGANIZACIONALES

EL ROL DELA ETICA EN LAS

Por Michael Croizer

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cionalidad burocrática que encarce-laba todos los Soviets y los Comitésa través de su dependencia al parti-do. No hay nada más racional queeste sistema. Durante largos perío-dos de tiempo, los miembros de es-te sistema creyeron y defendieronsu racionalidad contra la irracionali-dad del sistema capitalista. En Euro-pa y América Latina, los socialdemó-cratas y los liberales mismos esta-ban parcialmente convencidos de lasuperioridad del sistema Soviético.

Después de la Primera Guerra Mun-dial, esta irracionalidad de la cade-na de comando capitalista apare-cía, para casi todos los espíritusprogresistas, como necesariamentecondenada. La Gran Depresión pa-recía el golpe final al sistema y laplanificación central soviética esta-ba en el pináculo de la gloria. Eltriunfo que esto representaba borrórápidamente todos los errores y de-fectos del taylorismo, que habíatardado un tiempo largo en estable-cerse. La planificación central pasóa ser el único modelo posible degobierno racional.

Sin embargo, en un extraordinariogiro de la razón y gracias a la apa-rente quiebra parcial de su siste-ma, los Estados Unidos, y seguida-mente Europa Occidental, lograronsuperar el Taylorismo. La planifica-ción central se volvió cada vez másabsurda porque no estaba basadaen la libre discusión; sólo siguió envigencia en la Unión Soviética, am-parada por los medios de comuni-cación, a los cuales el sistema po-día manipular. Sólo bajo esta cober-

tura la Unión Soviética logró con-vencer al mundo, a comienzo de losaños sesenta, de que este modeloera eficaz.

2. INTERACCIONES HUMANAS

Y RACIONALIDAD CIENTÍFICA

El modelo taylorista empieza a serderrotado en Estados Unidos a co-mienzos de la Gran Depresión. Des-de distintos lugares comienza unmovimiento crítico: investigadores,filósofos, y especialistas en los pro-blemas del trabajo, emprenden unaespecie de lucha contra la despia-dada yunta que prohibía todos losesfuerzos de reforma.

El primer gran ataque fue emprendidopor Robert Merton. En un articulomuy celebrado en su época, él mos-traba cómo y porqué la teoría de laracionalidad, a la que muchos habíansuscrito, degeneraba rápidamente enuna racionalidad burocrática que seenfrentaba con los objetivos estable-cidos. Los fines no pueden justificarlos medios cuando lo óptimo se en-cuentra comprometido por el sistemaque se está utilizando.

Previamente, los antropólogos deChicago, como Roethlisberger yMayo, habían demostrado la impor-tancia del elemento personal en eléxito o el fracaso de un grupo. Mástarde, Kurt Lewin y sus alumnos de-mostraron la superioridad del lide-razgo democrático sobre el sistemaautoritario.

El compromiso victorioso y apasio-nado de los Estados Unidos contrael Nazismo incluía un largo movi-miento para reconstruir el modeloamericano, basado en la razón perotambién -y especialmente- en inte-racciones humanas. La educación ylas formas fueron profundamentetransformadas. Este nuevo modelo

rápidamente se extendió por todoel mundo occidental, que tambiéndescubrió en él un credo útil paraenfrentar el modelo autoritario ca-racterístico de la Unión Soviética.

Sin embargo, el equilibrio entre latradicional racionalidad de las cien-cias organizacionales y la nueva ra-cionalidad de las interacciones per-sonales resultaba muy difícil de en-contrar. Algunos advirtieron que lasinteracciones humanas podían con-

EL EQUILIBRIO ENTRE LA TRADICIONAL RACIONALIDAD

DE LAS CIENCIAS ORGANIZACIONALES Y LA NUEVA

RACIONALIDAD DE LAS INTERACCIONES PERSONALES

RESULTA MUY DIFÍCIL DE ENCONTRAR.

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vertirse en un modelo para adaptara las personas a los límites de unaorganización. Si uno podía descubrircientíficamente cómo y porqué laspersonas eran capaces de adaptar-se, sería suficiente con manipularlas palancas que regulaban sus ac-titudes y comportamientos. El movi-miento fue rápidamente objeto desospechas y se encontró cercadopor estrechos perímetros.

La violenta reacción de las protes-tas estudiantiles de 1968 sirvieronpara cuestionar la hegemonía inte-lectual estadounidense. Un nuevorazonamiento, surgido desde los fra-casos de las grandes empresas pri-vadas americanas, que debieron ha-cer frente a los éxitos cada vez ma-yores de las compañías japonesas,resguardaría este predominio esta-dounidense. Los japoneses se bene-ficiaron en gran medida de los mo-delos americanos y adquirieron nue-vas fuerzas de su habilidad paratransferirle a estos modelos suspropias tradiciones ancestrales. Lostriunfos de los japoneses, por lo me-nos durante una década, sirvieronpara despertar a Estados Unidos yal conjunto de Occidente.

Los grupos de elite, que eran el ins-trumento práctico de la nueva orga-nización japonesa, utilizaban dos ac-tividades que aparecían como con-tradictorias porque nunca estabanunidas: la deliberación y el cálculo.La deliberación fue tomada de latradición japonesa, el cálculo prove-nía de los americanos. Los jugado-res principales eran invitados a ele-

gir, entre estos dos, el mejor cami-no para mejorar la tarea que teníanentre manos, usando los métodosde la observación estadística y elcálculo, que les permitían entenderlos errores y problemas. Este movi-miento presenció un éxito extraordi-nariamente rápido, que permitió aJapón alcanzar a los Estados Unidosen una veintena de años.

Por su parte, los americanos, noperdieron oportunidad de apoderar-se de los métodos que funcionabantan bien para los japoneses. Se al-canzó un nuevo equilibrio, en el cualla deliberación era la base de lasdiscusiones tomadas en la cima.Sin embargo, este equilibrio fue in-capaz de mantenerse firme frente altornado desestabilizador provocadopor la aceleración de la globaliza-ción y, desde entonces, estamospresenciando una nueva fase de lasupremacía norteamericana.

3. ¿CÓMO RECONCILIAR LA ÉTICA

Y LAS CIENCIAS ORGANIZACIONALES?

En este contexto de triunfo de la ra-cionalidad económica imperante, nopuede decirse que los logros del pe-ríodo anterior estén perdidos. Losnorteamericanos han conservado loque han aprendido de los japone-ses: la preocupación por dar a lasbases una cuota de poder suficien-te. Este “empoderamiento” se prac-tica eficazmente, pero tiene, apa-rentemente, sus limitaciones: elproblema continúa siendo la incom-patibilidad entre el razonamientoético y la tradicional racionalidadeconómica de las ciencias organiza-cionales.

De hecho, las dos formas de enten-der lo organizacional se usan simul-táneamente, pero con evidentescontrastes entre ellas. Por un lado,se empeña uno en obtener mayorcompromiso en las filas de unacompañía, instituir una forma detrabajo que de a los empleados ma-yor responsabilidad y les concedamás poder en la toma de decisio-nes. Por otro lado, a la luz del com-plejo factor de la competencia inter-nacional, uno está llamado a eva-

PARA PODER SUPERAR ESTA OPOSICIÓN,ES NECESARIO RENUNCIAR A LA IDEA DE UNA

RACIONALIDAD ESTRICTA, QUE CONSISTE EN

QUE EL DECISOR SIEMPRE BUSQUE LO ÓPTIMO.

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luar permanentemente el equilibrioque la compañía ha alcanzado ycuestionar su misma existencia. Elcontraste es doloroso y, al mismotiempo, imposible de entender ¿Có-mo se explica un negocio que obtie-ne beneficios pero se ve impulsadoa despedir empleados que la empre-sa ha alentado a que se involucrenmás con su funcionamiento?

Para poder superar esta oposición,es necesario renunciar a la ideade una racionalidad estricta, queconsiste en que el decisor siemprebusque lo óptimo. La idea del opti-mo como único objetivo, ha sidolargamente cuestionada, como lohizo Herbert Simon, Premio Nobelde Economía en 1978, aunque pa-ra una gran mayoría de economis-tas la idea de la decisión optimaparece la llave de la aplicación delos principios económicos al cam-po del managment. Sin embargoesta definición de racionalidad nocoincide con el análisis de la ver-dadera toma de decisiones en lamayoría de los contextos económi-cos. En la realidad lo óptimo estáfuera del alcance; generalmente elque toma las decisiones debe con-formarse con la primer soluciónsatisfactoria pasible de ser alcan-zada. Una “solución satisfactoria”es una solución que logra los cri-terios de satisfacción que le fue-ron inculcados al decisor durantesu educación y experiencia. Estoes cier to, naturalmente, tanto pa-ra la racionalidad económica comopara la racionalidad ética. Estecambio de perspectiva permiteablandar las limitaciones de lo queuno considera racional, y aumentala posibilidad de compromiso, sinel cual uno está obligado a aban-donar el modelo de racionalidad,un modelo que no podemos dejar.La lucha continuará, no desde elpunto de vista de una batalla a to-do o nada, sino desde la búsquedade criterios mutuamente acepta-bles de racionalidad

Hay una segunda perspectiva que de-be ser analizada: el lugar del decisoren la estructura organizacional quese está examinando. Es importante

que el lugar de deliberación sea fija-do en el lugar donde se cuenta conla mejor información, la mejor capa-cidad para actuar y especialmente,la posibilidad de evaluar los resulta-dos de las decisiones tomadas.

Finalmente, los criterios adoptadoscambian según la educación que ha-ya recibido el decisor y como resul-tado de las evaluaciones directas eindirectas de las decisiones que setoman constantemente. Un esfuerzorealizado en otra parte puede, si seevalúa satisfactoriamente, cambiarestos criterios y mejorar la raciona-lidad de una organización o del mer-cado en cuestión.

Entender es diferente que hacer. Pe-ro entender hará posible emprenderuna conducta más cuidadosa antesde lanzar un programa nuevo, y harámás fácil incluir los costos moralesy materiales en los que se incurrirá. Queda entonces el tema más impor-tante: el deterioro incurrido a nivelsocietal o profesional. Dos tenden-cias diferentes se combinaron parahacer que el sistema, que uno habíaasumido demasiado rápidamentecomo estable, estallara: por un la-do, la aceleración de la innovacióny mejoras tecnológicas, especial-mente con los cambios sociales queesto implicaba, y por otro lado, laglobalización que pone a compa-ñías, países y regiones del mundoen competencia directa unas conotras, actuando como un torbellinoimposible de frenar.Frente a la cada vez más agudaconfrontación que resulta de esteproceso, todos los poderes sonfútiles porque ellos no tienen lahabilidad, el tiempo, ni el mediopara contraatacar estos desarro-llos. La pérdida del poder real delas instituciones del Estado losparaliza. Las presiones popularesdemandan una intervención impe-riosa e inmediata, pero las insti-tuciones del Estado ya no tienenlos medios financieros para hacerfrente a esta demanda. Y si el Es-tado intenta proteger a las em-presas a través de la manipula-ción de tarifas mas allá de cier tolímite, la nación enfrenta repercu-

siones de comercio a nivel mun-dial y aislamiento internacional.Se pasa de una brecha dentro delas compañías a una brecha entreempresas nacionales y el merca-do mundial. Por ende, estamoscada vez más, a merced de unanueva gran crisis.¿Es posible entender este desarro-llo? Teóricamente, el mismo razona-miento se debería poder aplicar alas organizaciones más grandes y asociedades enteras. Pero, esta vez,uno se encuentra con el carácterdesigual de las relaciones inter-es-tatales y con la instintiva negativapara abandonar los criterios globa-les de satisfacción, que son de he-cho considerados como óptimos alos que uno no puede renunciar, ba-jo castigo de perder los medidoscriterios de relaciones globales.De esta manera, es absolutamenteesencial hacer un esfuerzo enormepara reconsiderar estos criterios siuno desea prolongar las ventajasdel análisis de las organizaciones alestudio de aspectos cruciales de laglobalización. o.s.

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Las divisiones en la aldea globalhan sido acertadamente planteadaspor el documento New Century-NewChallenge preparado por Kofi Annanpara la Cumbre del Milenio: de cadamil habitantes de la aldea, 150 sonricos, 780 pobres y 70 están en latransición. 220 son analfabetos (delos cuales los dos tercios son muje-res). Menos de 60 poseen una com-putadora. Sólo 24 tienen acceso aInternet. Más de la mitad no hanhecho, ni recibido nunca, una llama-da telefónica. El ingreso promedioes de 6000 dólares al año, pero el86 por ciento queda en manos de laquinta parte más acomodada, mien-tras que cerca de la mitad de la po-blación vive con menos de dos dóla-res por día.

Bajo estas circunstancias, cabehacerse una pregunta fundamental:¿es acaso posible revertir estastendencias confiando en un creci-miento regido por el mercado? ¿Esposible disfrutar de la calma interiorde Gandhi, y al mismo tiempo ac-tuar en los mercados con la rudezade Gengis Khan, tal como lo sugiereun anuncio en el London Econo-mist? O, en lenguaje serio: ¿seríaposible evitar los aspectos negati-vos de la sociedad de mercado, ydarle al mismo tiempo total apoyo ala economía de mercado, como lossugieren los socialistas franceses,

na de las múltiples formasde definir el desarrollo es:crecimiento económico su-

bordinado al doble imperativo éticode la solidaridad sincrónica con lageneración actual (social), y de lasolidaridad diacrónica con las gene-raciones futuras (ambientales).

Siguiendo a Amartya Sen, el desa-rrollo puede ser reinterpretado co-mo la ampliación efectiva de las li-bertades positivas y negativas detodas las personas, o como lo ex-presa Paul Bouchet, “donner à tousles droits de tous” (darles a todoslos derechos de todos).

La ética económica y social se hatransformado en una disciplinaacadémica respetada (y respeta-ble), con un campo bien estableci-do y excelentes publicaciones1.Cada vez más las compañías con-sideran que la ética constituye pa-ra ellas un asunto serio2. Sin em-bargo, el abismo existente entreel discurso ético y las duras reali-dades del crecimiento regido porel mercado, no hace sino acen-tuarse. Las desigualdades socialesestán aumentando3. Contrariamen-te a las promesas neoliberales,hasta ahora la globalización no hamejorado las condiciones de lamayoría pobre del mundo. Las ex-pectativas asociadas a las tecno-

logías de la información han sidomuy exageradas, como lo recono-ciera Bill Gates: “Soy uno de losmayores creyentes en las tecnolo-gías digitales y en lo que éstaspueden lograr. Soy uno de los ma-yores creyentes en las fuerzas delmercado y en lo que éstas puedenlograr. Pero existen 2 ó 3 mil mi-llones de personas, casi la mitadde la población, que aunque utili-zaran estas dos cosas de una ma-nera muy inteligente y muy eficien-te, no les permitirían resolver susproblemas más urgentes”4.

Al respecto puede citarse tambiénla franca declaración de Krakow,cofirmada por Jerzy Buzek, PrimerMinistro de Polonia, en referencia ala conclusión de la conferencia del26 de mayo de Bancos Europeos deAlimentación. Los participantes in-dagaron “con gran interés el creci-miento de la pobreza, el hambre yla desnutrición que acompaña aldesarrollo económico y la transfor-mación democrática, especialmen-te en los países de Europa centraly oriental. Un número creciente desus ciudadanos se encuentran mar-ginados económicamente y social-mente de la sociedad. Reconoce-mos también que las soluciones aestos problemas no incumben ex-clusivamente al ámbito de los paí-ses en desarrollo.”

La preeminenciade lo social:

LA REDUCCIÓN DEL ABISMOENTRE EL DISCURSO ÉTICOY LAS DURAS PRÁCTICASDEL CRECIMIENTO REGIDOPOR EL MERCADO.

“Nuestra época exige la valentía de

enfrentar la elección urgente entre

un mundo con dos velocidades, en

donde el 80% de los seres humanos

quedarán estancados en una miseria

creciente, y otro, en donde la tierra

sea para todos los hombres, en

donde los más favorecidos, entre

los que nos contamos nosotros,

tienen que aceptar perder parte de

sus comodidades”.

“El mercado, la tecnología o incluso

la ciencia, no tienen ningún derecho

de dictar nuestras elecciones de

vida”

Jacques Testart

La science réduite à

l’expertise technique,

Paris, 1997

Por Ignacy Sachs*

U

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en tajante contradicción con los es-critos de Karl Polanyi?

En otras palabras, ¿debemos darlepreeminencia a las consideracionesde la eficiencia económica, acep-tando implícitamente el carácterineludible de la polarización social,derivada de la marginalización y ex-clusión de amplias masas de pro-ductores ínfimos, y concentrar laacción del Estado en políticas so-ciales compensatorias? O bien, ¿te-nemos que diseñar, con la ayuda deuna dirección visible, nuevos mode-los de economía mixta (el inventomás importante del siglo veinte, se-gún palabras de Dani Rodrick) quevayan más allá de la eficiencia delas asignaciones (de Smith) y de laeficiencia de la innovación (deSchumpeter) y traer a la palestra alas tres restantes: pleno empleo(Keynes), eficiencia distributiva yambiental?

Algunos elementos para la cons-trucción de una economía mixta,concebida en torno al concepto depredominio de las metas socialesdel desarrollo, pueden ser :

a) Los criterios sociales, claramen-te planteados en 1969 por Dudley

Seers: ¿qué ocurre con el desem-pleo, la desigualdad y la pobreza?b) Los criterios ambientales: rehabi-litación de los suelos, fijación delcarbono, conservación de la biodi-versidad -haciendo buen uso de lamisma-5

c) Las premisas institucionales: re-fuerzo de la democracia local (porende importancia de la delegaciónde poder y de la planificación parti-cipativa, con miras a proponer estra-tegias en favor de los pobres, queexploren las potencialidades del cre-cimiento regido por el empleo (Ka-lecki) y ataquen directamente lasraíces de la desigualdad (reformasagrarias). Acoger los cambios en laforma de pensar del UNDP y delBanco Mundial, que vayan en esasdirecciones.

Por ende, la clave para reconciliaral crecimiento económico con eldesarrollo social reside en el ámbi-to de las políticas, en la habilidadde darle al proceso de desarrollo laguía necesaria, bajo la forma de unproyecto desarrollado democrática-mente y diseñar un sistema de re-gulación de las esferas pública yprivada de nuestras vidas. Al igualque en la regulación de las econo-mías mixtas, para llegar a un arre-

EL ABISMO EXISTENTE ENTRE EL DISCURSOÉTICO Y LAS DURAS REALIDADES DEL CRECI-MIENTO REGIDO POR EL MERCADO, NO HA-

CE SINO ACENTUARSE.

glo entre el enfoque orientado ha-cia las necesidades y el regido porel mercado, se deben abordar trestemas:

- la armonización de las metas so-cial, ambiental y económica;- la promoción de asociaciones en-tre los regentes del proceso de de-sarrollo: los ciudadanos y las orga-nizaciones de la sociedad civil, elmundo empresarial y un estado re-ducido pero eficiente (la llamadaeconomía negociada);- la articulación de los espacios dedesarrollo, desde el local hasta elmundial, pasando por el regional yel nacional.

En conclusión, ni los cambios enel discurso, ni los cambios en elpensamiento podrán ayudar, si nose traducen en acciones. Si esto úl-timo no ocurre, pueden incluso lle-gar a tener un efecto perverso. Unade las experiencias más tristes delsiglo XX ha sido precisamente lade los discursos generosos, con laintención de encubrir acciones cri-minales6.

*DIRECTOR HONORARIO DE LA ESCUELA DE

ALTOS ESTUDIOS SOCIALES DE PARIS.

1 Véase en especial a Christian Arnsperger,

Philippe Van Parijs

2 ver, por ejemplo, el artículo de Amy Zipkin

“For Big Companies, Questions About Ethics

Are Serious Business”, International Herald

Tribune, Octubre 20, 2000

3 Ver Bouchet y para América Latina, B.Kliksberg

4 Mencionado por Sam Howe Verhovek, “Ga-

tes Nettles the Digital World With a Messa-

ge About the Poor”, International Herald Tri-

bune, Noviembre 4-5, 2000. Ver también en

relación a esto, el excelente ensayo de Gil-

berto Dupas.

5 Véase Larrère.

6 Algunos de los discursos de Stalin son sig-

nificativos al respecto. El 4 de mayo de

1935, dirigiéndose a los futuros oficiales del

Ejercito Rojo dijo: “de todos los capitales va-

liosos que existen en el mundo, el más valio-

so y el más decisivo es el pueblo”.

o.s.

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UD. HA MOSTRADO UNA PARTICULAR DEDI-CACIÓN Y SENSIBILIDAD POR CONOCER, EN-TENDER Y APORTAR IDEAS PARA EL ANÁLISIS

Y LA REFLEXIÓN DE LOS PROBLEMAS ARGEN-TINOS ¿QUÉ NOS PUEDE DECIR DE LA SI-TUACIÓN QUE ESTAMOS ATRAVESANDO HOY?

Jean Ives Calvez: Argentina tuvo pordiez años una paridad oficial fija, al-go que no existía en ningún país delmundo desde el 75. Esta era la par-te no liberal de la política. Creo queera un error, no porque esté a favorde la flotación universal de las mo-nedas, sino porque se había atadola paridad de la moneda argentina ala del país más productivo del mun-do y esto no podía sostenerse. Des-pués de la Segunda Guerra Mundiallas monedas flotaron en condicio-nes relativamente normales durantetreinta años, para eso se creó elFondo Monetario Internacional, quenació en un contexto totalmentedistinto al que vivimos ahora, con laidea de estabilizar las monedas yevitar experiencias como la de laGran Depresión. Se creía entoncesque las monedas tenían que estardeterminadas de acuerdo a una pa-ridad relativamente fija, que en esemomento era el oro. Aún el dólarnorteamericano estaba atado aloro. Sin embargo esto no quería de-cir que un país no podía cambiar laparidad si encontraba que su mone-da estaba sobrevaluada. En casos

en que sobrevinieran tensiones exa-geradas sobre alguna moneda, elFondo Monetario cumplía justamen-te la función de defender la estabili-dad de las monedas. Este era unmundo monetario que estaba orga-nizado. Cuando este esquema serompió, desembocó en sistemas deflotación general del tipo de cam-bio, pero aún no se ha llegado a unconsenso sobre cuál es el mejor sis-tema para las condiciones que ca-racterizan hoy el mercado moneta-rio internacional. Lo que pareció evi-dente es que en un momento enque estaban cambiando las condi-ciones de producción en los países,no podían mantenerse las paridadesfijas. Es sabido que cualquier mone-da que pertenece a una determina-da zona monetaria tiene que enfren-tar algunas tensiones, pues todoslos países de la zona no están en elmismo nivel de crecimiento de laproductividad, y la situación essiempre dura para los que no pue-den seguir el ritmo de los paísesque están en la punta de este creci-miento. Esto se ve claramente enEuropa donde, para poder estable-cer una moneda común, el euro, sehan diseñado una serie de políticasde compensación regional; con Gre-cia, Calabria, buena parte de Espa-ña, Portugal. En este contexto Ar-gentina eligió asociar su paridadcambiaria a la moneda de un país

que tenía un crecimiento fantásticode su productividad. El sistema eco-nómico de Estados Unidos está pre-parado para esto, pero Argentina nopodía suponer que tenía el mismoritmo de innovación que California.Desde mi punto de vista Argentinaadoptó visiones bastantes irrealis-tas en estos últimos diez años y es-to desembocó en la crisis actual;que es muy grave, porque un siste-ma que ha sido tan tensionadamen-te sostenido por esta situación derigidez cambiaria, tiende a caer muybajo. En estos diez años se ha des-truido totalmente la industria argen-tina. Ahora hay que reestablecer al-gunos parámetros viables, tenermenos pretensiones, tratar de lo-grar un equilibrio posible. Algunosdicen que las importaciones hanvuelto a ser caras, pero así es co-mo debe ser en cualquier país; lospaíses tienen que darse la posibili-dad de producir con manos propias,lógicamente sin exagerar, pero coneste tipo de cambio seguramentemuchas industrias comenzarán afuncionar.

¿PORQUÉ CREE UD. QUE EN AMÉRICA LA-TINA, Y EN ARGENTINA EN PARTICULAR,PROSPERARON CON TANTO FUNDAMENTALIS-MO ESTAS POLÍTICAS NEOLIBERALES?

J.I.C: Mi impresión es que la ciuda-danía no tenía una convicción muy

ccoonnvveerrssaannddoo con......

conversando con Jean Ives Calvez

OBSERVATORIO SOCIAL PARTICIPÓ DE UNA ESTIMULANTE CONVERSACIÓN

CON JEAN IVES CALVEZ, CATEDRÁTICO FRANCÉS, SACERDOTE JESUITA,MIEMBRO DE LA ACADEMIA PONTIFICIA DE CIENCIAS Y CONSULTOR DEL

CONSEJO PONTIFICIO DE JUSTICIA Y PAZ, INVITADO A BUENOS AIRES POR

EL DEPARTAMENTO DE INVESTIGACIÓN INSTITUCIONAL DEL INSTITUTO PARA

LA INTEGRACIÓN DEL SABER DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA ARGENTINA EN

EL MARCO DE SU PROYECTO DE INVESTIGACIÓN SOBRE DEUDA SOCIAL.

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sólida de los principios de la vidasocial del país, y esto los predispo-nía a aceptar ideas diferentes sinponer esto en relación con una tra-dición, una conciencia de Nación.En Europa se ha relativizado másesta concepción neoliberal impulsa-da desde los centros de pensamien-to y poder de Estados Unidos. Ingla-terra tuvo la experiencia de Marga-ret Tatcher pero ahora está hacien-do esfuerzos importantes por rees-tablecer su Estado de Bienestar. EnFrancia la contribución obligatoriapara redistribuir de un modo u otroa través de procedimientos socialeses alrededor del 45% del ProductoBruto. Aparentemente es enorme yeste porcentaje ha ido creciendo através de los años. Pero la pobla-ción tiene conciencia de que tieneque contribuir con sus impuestospara lograr un bien común para to-dos. El ritmo de crecimiento de laeconomía europea es bajo si se locompara con China o Corea, perocreo que la gente está conformecon esto. Hay opciones liberales enlos comicios, pero la gente no seentusiasma con estas propuestas. Creo que hay que hacer un esfuerzoeducacional para volver a internali-zar el conjunto de la tradición de unpaís como Argentina, que no es ir aun fundamentalismo nacional ni es-perar de ideas traídas de otras par-tes, sino buscar en su propio fondo.A mi parecer, en Europa, hay doselementos que marcan la diferen-cia, en cuanto al arraigo que tienelo que es la política económica ysocial que llevan adelante la mayo-

ría de los países. La primera es lasocialdemocracia, que nace de laruptura que hace Eduard Belchstaincon Marx a fines del siglo diecinue-ve. El socialismo con Lenin iba enuna dirección muy peligrosa, y Euro-pa se permitió criticar ese radicalis-mo, rechazar el absolutismo o loque podría llamarse, finalmente, unaespecie de mesianismo. El pueblo,el mundo obrero europeo, decidióseguir un camino de realismo, valo-rando la democracia, aunque sin re-chazar el socialismo. Buscaban unaigualdad pero dentro de una liber-tad real. Creo que esa fue una deci-sión muy fundamental, que ha atra-vesado todo el siglo veinte. El otroelemento fue la experiencia de laSegunda Guerra Mundial en cuantoamenaza vital para los pueblos, es-to provocó una reacción de solidari-dad en el pueblo europeo. Inglaterraen particular es un ejemplo de esto,ya que era un país de tradición oli-gárquica, un país aristocrático, ydurante la guerra se vivió el sufri-miento y luego la reconstrucción enforma solidaria. Esto fue lo que de-terminó hacer una sociedad de par-ticipación y fue en este marco quese crearon las instituciones de laseguridad social, que ha tenido re-flejos semejantes en otros paísesde Europa. Esto ha sido bien decisi-vo para nuestra sociedad. Creo quela Mesa del Diálogo que se ha reu-nido en Argentina va en este senti-do, intenta una toma de concienciacomún, apela a la búsqueda delbien común, de la solidaridad. Estoes necesario. Argentina está experi-

mentado mucho sufrimiento, tal vezesto sea un factor decisivo para uncambio.

HAY UNA PREOCUPACIÓN CENTRAL EN LA

SOCIEDAD ARGENTINA QUE ES LA FALTA DE

TRABAJO ¿CÓMO SE CREA TRABAJO CUAN-DO NO HAY TRABAJO?

J.I.C.: No tenemos otro camino querespetar el sistema de precios, queactualmente se está reacomodandoen la Argentina y este puede ser unproceso lento. Sin embargo debodecir que ha habido muchos cam-bios en las sociedades modernas enrelación al trabajo, y no debemosesperar que todo vuelva a ser comoantes. En parte porque se ha reco-nocido que los hombres tienen inte-reses distintos. Hay personas quevaloran el ocio, las vacaciones,otros que dedican mucho tiempo aactividades culturales, otros quetrabajan como locos, aún cuandotengan una obligación de treinta ycinco horas semanales, ellos vansesenta. Las sociedades modernaspermiten este tipo de elección. Esverdad que las personas pueden ele-gir a partir de un cierto mínimo desubsistencia que esté garantizado yesto crea una fuerte tensión en lassociedades más pobres. En épocasanteriores había una noción asocia-da a cierta igualdad en los trabajos,pero actualmente hay mucha másdiversidad, y creo que esta es unaventaja. La gente busca su lugar, al-gunos dan más prioridad a la fami-lia, otros al trabajo, otros al estu-dio, y esto puede suponer tener me-

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nos recursos pero hay una elección.Hay gente que no está dispuesta acorrer para tener más. Aún hay per-sonas que tienen como ideal la pro-ductividad máxima o la competitivi-dad, pero hay mucha gente que nopiensa que está en este mundo pa-ra esto. El tema de la competitivi-dad como motor de todas las activi-dades, tal como se ha difundido enlos últimos años, es algo relativa-mente reciente. Me refiero al “eco-nomicismo”, es decir a la idea deponer a la competencia o la eficien-cia como ideal social. Esta es unaidea que se ha impuesto desde unacultura muy moderna; la ideologíaindividualista promovida desde algu-nos centros de pensamiento en Es-tados Unidos, como Chicago. Antesa nadie se le hubiera ocurrido des-cribir todas las relaciones humanascomo relaciones de mercado comolo hace Gary Becker. El poner lacompetencia o el aumento de laproductividad como única meta esalgo muy discutido. Naturalmentetodos consideran que hay que ga-rantizar cierto nivel de riqueza en lasociedad, pero correr detrás de es-to como la única meta social, es in-sensato. En Francia, al establecerla jornada de 35 horas semanales,se está admitiendo que la sociedadno va a convalidar cualquier nivelde producción. Sabemos muy bien que en EstadosUnidos se trabaja mucho más ho-ras, pero mucha gente en Europa noestá dispuesta a cambiar su ritmode vida. Habrá que aceptar que nose puede competir en todo, que noes necesario. Creo que hay secto-res de la sociedad que puedenaceptar un ritmo de máxima compe-titividad, mientras que otros secto-res lo rechazan.

LAS POLÍTICAS QUE SE IMPLEMENTARON EN

ARGENTINA Y EN OTROS PAÍSES DE AMÉRI-CA FUERON AVALADAS POR INSTITUCIONES,EMPRESAS Y BANCOS INTERNACIONALES,GENERANDO DEUDAS QUE HOY TIENEN QUE

SER ASUMIDAS POR TODA LA POBLACIÓN

¿EN QUÉ MEDIDA DEBERÍA HABER UNA LE-GISLACIÓN INTERNACIONAL QUE SANCIONARA

TANTO LAS PRÁCTICAS CORRUPTAS COMO EL

ENDEUDAMIENTO QUE SE DERIVA DE ESTAS?

J.I.C: He oído discusiones al respec-to, pero en general en ámbitos pri-vados. Claro que no se refieren ge-neralmente a Argentina, sino a paí-ses de Medio Oriente o de Africa.Cuando en algunos ámbitos se refle-xiona sobre la moralidad del trabajoempresarial muchas veces se discu-te esta cuestión: ¿es lícito pagarcoimas? Acá está presente la ten-sión entre aceptar las condicionesque impone el príncipe o perder al-gunas oportunidades de inversiónque pueden ser muy interesantespara el desarrollo de una firma. Al-gunos argumentan que sin esto laempresa no podrá subsistir y que fi-nalmente será sacada del mercado,dejará de generar empleo, etc. Noes fácil responder a esto. Acá esta-mos en un campo muy difícil en elterreno de lo moral. Es cierto quecuando hay corrupción hay compli-cidad entre el que la ofrece y el quela acepta. Muchas privatizacionesen la década pasada se han hechoen condiciones muy criticables.También parte de la deuda que hoyenfrentan algunos países tienen ori-gen en deudas privadas que se hannacionalizado. Lamentablementemuchas veces los bancos que pres-tan dinero a ciertos países tienencasi la certidumbre de que estospréstamos no van a poder ser repa-gados, pero saben que las organiza-

ciones internacionales los van a sal-var en el último momento. Yo hepreguntado: ¿Cómo el FMI se haconvertido en un organismo que sal-va a todos los bandidos del mundo?Ellos sostienen que no pueden dejarcaer a las monedas por el sufrimien-to que traería a la población. Perso-nalmente creo que el FMI no estáhaciendo aquello para lo que habíasido creado, y esto es bastante ob-vio en cuanto el sistema de flota-ción cambiaria que rige actualmen-te no se parece en nada a lo queera cuando fue creado este organis-mo. Yo he estado en muchos gruposde discusión respecto a la posibili-dad de introducir cambios en esteorganismo pero aún no se sabe biencómo hay que hacer esto. Podemosdecir “suprimamos el FMI”, pero en-tonces tendríamos un desorden ma-yor. Estas son discusiones que de-ben darse y en las que hay queavanzar para encontrar formas éti-cas que tengan un consenso.

JEAN-YVES CALVEZ es filósofo, diplomado enCiencias Políticas y Derecho Internacional en Pa-rís. Es sacerdote de la Compañía de Jesús. Fuesuperior de los Jesuitas en Francia. Participó dela dirección general de la Compañía de Jesús enRoma entre 1971 y 1983. Dirigió el Centro de In-vestigación y Acción Social (CERAS). Redactor je-fe de la revista “Etudes” (Paris, 1989-1995). Fueconsultor del Secretariado para los No-Creyentesy del Consejo Pontificio de Justicia y Paz. Actual-mente es profesor en el Departamento de EticaPública del Centro de Estudios Filosóficos y Teo-lógicos de los jesuitas en París. Autor de varios li-bros, Ha publicado en español: “Etica Económicay Etica Política”, Editorial Docencia, Buenos Ai-res, 1998. “Política, una introducción”, de la mis-ma editorial y “Necesidad del Trabajo”, EditorialLosada, Buenos Aires, 1999.

conversando con Jean Ives Calvez

Observatorio Social. Salta 38, 4º Piso (C1074AAB) - Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Telefax: 43 84 61 25 - www.observatoriosocial.com.ar

o.s.