8 La Novela Durante El Siglo XIX

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  • La novela durante el siglo XIX

    El relato costumbrista y la novela histrica en el Romanticismo

    El Romanticismo es un fenmeno cultural iniciado en la primera mitad del siglo XIX, el cual tiene sus races histricas en la crisis poltica producida por los enfrentamientos entre el antiguo rgimen monrquico absolutista y las nuevas ideas liberales surgidas de la Ilustracin, principalmente despus de la Restauracin absolutista, lograda por las luchas contra la dominacin napolenica y su espritu liberal.

    En un principio se volvi a la tradicin, la religiosidad y el orgullo nacional, en ese deseo de restaurar los viejos valores tradicionales, dando lugar a la tendencia tradicionalista o conservadora del Romanticismo, tambin conocido como Romanticismo histrico.

    Poco despus cobra fuerza la tendencia revolucionaria, partidaria del liberalismo, dando lugar al llamado Romanticismo revolucionario.

    Asimismo, hay que tener en cuenta la crisis metafsica originada en Europa a

    finales del siglo XVIII, a causa del desengao que trajo la puesta en duda de las dos vas tradicionales de explicacin del mundo y del ser humano: la religiosa y la racional.

    El profundo pesimismo, producto de este desengao, conducir a que el ser romntico se revele contra todas las normas establecidas, ya sean sociales, religiosas o polticas, en busca de libertad. La nueva va de conocimiento de la realidad ser a travs de la intuicin, la imaginacin, la emocin y el instinto, lo cual lo arrastrar hacia las pasiones, en vital euforia optimista.

    Tambin es importante el cambio de las formas tradicionales de vida que produjo la revolucin industrial en todos los sectores de la sociedad europea, creando una alta burguesa, enriquecida gracias al comercio y la incipiente industria, las clases medias urbanas, con mayor poder adquisitivo y cultura, y el proletariado, pobre e inculto.

    El Romanticismo no triunfar en Espaa hasta el segundo tercio del siglo XIX. La novela sigue an sin cultivarse y ante esta carencia la necesidad de lecturas de ficcin se cubre con traducciones romnticas como Werther (1774), novela epistolar de Goethe, que contribuy a crear la imagen del hroe romntico, la Nueva Elosa (1761), de Rousseau, Pablo y Virginia (1788), de Bernardin de Saint-Pierre, traducida al espaol por primera vez en 1798, Atala (1802), de Chateaubriand, entre otras. Recurdese que Espaa se ve sumida en su propia guerra de independencia contra la dominacin francesa (1808-1814), que el reinado de Fernando VII (1814-1833) fue muy convulsivo, y que recin despus de su muerte, con el regreso de los emigrados polticos liberales, comienza un perodo de florecimiento literario.

    El Romanticismo histrico, no precisamente conservador, se manifest en Espaa en la prosa costumbrista y en la novela histrica.

    El gusto romntico por el color local y, principalmente, la toma de posicin frente a los cambios que comenzaban a producirse en la sociedad espaola, dan lugar al cultivo del costumbrismo, que en cierta medida viene a continuar la corriente realista, en una poca en que predomin la fantasa y el idealismo. Las escenas costumbristas que fueron publicndose en peridicos y resistas, con mayor categora esttica a partir de la dcada de 1830, solo tienen el valor de haber preparado el camino a la novela realista de la Restauracin. Dentro de los mejores escritores

  • costumbristas del siglo XIX estn Ramn de Mesonero Romanos (1803-1882), que firm con el seudnimo de El curioso parlante, sus dos series de cuadros de costumbres, bajo el ttulo Escenas matritenses (1832-1842); Serafn Estbanez Caldern (1799-1867), que public con el seudnimo de El Solitario unas Escenas andaluzas (1847); y Mariano Jos de Larra (1809-1837), quien fuera el mejor periodista espaol de su tiempo y un perfecto romntico, pues se suicid a los 27 aos de un disparo en la sien, por estar enamorado de una mujer casada. Larra plasm la visin pesimista de la Espaa de su tiempo en sus Artculos de costumbres (1832-1837).

    La llamada novela histrica comenz a cultivarse en Espaa desde la dcada de

    1830, siguiendo los modelos de Walter Scott, Vctor Hugo y Dumas, entre otros. Se imit, con muy escaso valor literario, el estilo que daba primaca a los lances

    caballerescos, los ambientes legendarios, las historias truculentas de amor y odio, sin dar importancia a la veracidad histrica y psicolgica de los personajes, por lo que cre una falsa visin de la Edad Media, en la primera mitad del siglo XIX.

    La produccin original de este gnero comenz en Espaa con Los bandos de Castilla (1830), de Ramn Lpez Soler, que imitaba el Inanhoe, de Walter Scott; le siguen El doncel de don Enrique el Doliente (1834), de Mariano Jos de Larra, Sancho Saldaa (1834), de Jos de Espronceda (1808-1842), Cristianos y moriscos (1838), de Serafn Estbanez Caldern, Doa Isabel de Sols (1837), de Martnez de la Rosa, y El seor de Bembibre (1844), de Enrique Gil y Carrasco (1815-1846), escritor, este ltimo, cuyo valor no reside en la dudosa exactitud de la evocacin histrica ni en la lentitud de la accin ni en la ingenuidad con que estn trazados los personajes, sino en el dulce lirismo del ambiente en que enmarca los hechos y el subjetivismo del paisaje descripto (el brumoso Bierzo), al que hace coincidir con los estados anmicos de los personajes, segn el procedimiento tpico del Romanticismo.

    La novela realista

    En la segunda mitad del siglo XIX, durante el reinado de Isabel II (1843-1868), comienza a aparecer una orientacin distinta en la vida espaola; por un lado, los gobiernos reprimen los mpetus revolucionarios, y, por otro, el desarrollo de la burguesa lleva a tener en cuenta las realidades prcticas ms que las exaltaciones romnticas. La alta burguesa deseaba disfrutar de sus logros polticos y econmicos, por lo que la poca isabelina acenta la nota moralizadora, frente al desorden romntico. Sin embargo, ser una moral llena de prejuicios e interesados convencionalismos la que est en boga.

    La llamada Gloriosa revolucin de 1868, de los generales progresistas Juan Prim (1814-1870) y Francisco Serrano, duque de la Torre (1810-1885), destrona a Isabel y la obliga a salir de Espaa junto al prncipe Alfonso (futuro Alfonso XII), pero luego del breve reinado de Amadeo I de Saboya (1870-1873), hijo del rey de Italia Vctor Emmanuel, quien termina abdicando, y del intento republicano durante la brevsima Primera Repblica (1873-1874), llega un perodo de relativa calma poltica con la Restauracin borbnica, en 1875, sostenida por la alianza entre la alta burguesa y la vieja aristocracia.

    No obstante, en el terreno de las ideas permanece la efervescencia por impulso del positivismo filosfico europeo. A mediados del siglo XIX es introducida la ideologa de la regeneracin nacional o regeneracionismo por el krausista Julin Sanz del Ro

  • (1814-1869). El Krausismo es el movimiento intelectual influido por las ideas del filsofo alemn Karl Christian Friefrich Krause, cuyas principales caractersticas son el racionalismo y el idealismo tico. Dicha ideologa arraig en la Institucin Libre de Enseanza, fundada en 1876 por Francisco Giner de los Ros (1839-1915). Desde all se promovi la renovacin del sistema pedaggico espaol a travs del mtodo activo, el contacto con la naturaleza y con la tradicin popular, la educacin de la mujer, la extensin cultural, la coeducacin, la libertad religiosa. Asimismo, se defendi el laicismo frente al catolicismo conservador.

    La lucha entre los partidarios de la tradicin catlica y los defensores de una nueva moral, as como los cambios polticos, sociales y culturales producidos, quedaron reflejados en la literatura.

    En resumen, la segunda mitad del siglo XIX se caracteriza por la prdida progresiva del idealismo romntico en pro de un concepto prctico de la vida y por el predominio de un espritu burgus, muchas veces en oposicin a la intransigente Iglesia catlica, que representaba la llamada Espaa negra.

    Por otra parte, en Europa se estaban produciendo cambios an mayores en todos

    los rdenes de la vida. La segunda mitad del siglo XIX es la poca de auge de la burguesa, de aumento de la poblacin urbana a causa de la industrializacin y, por consiguiente, del proletariado. La sociedad que conforma las naciones europeas en el siglo XIX se asienta pues en la preponderancia de la burguesa, que busca su respaldo en el liberalismo poltico, que cree en la filosofa positivista, que rinde culto al progreso cientfico y cuyo gnero literario, a travs del cual se expresa, es la novela.

    La llamada Revolucin Industrial, que aplicaba la ciencia a la tecnologa, segua extendindose con rapidez; aparecen nuevos inventos que facilitan las comunicaciones y la vida en general, como el ferrocarril, los motores a explosin, la lmpara elctrica, la fotografa; se emplean nuevos materiales en la construccin, principalmente el hierro, el acero, el cristal y el hormign, que permiten levantar edificios en menos tiempo; las exposiciones universales hacen posible la rpida difusin de los nuevos inventos, como la de Pars en 1889, para la cual fue construida la torre Eiffel; Darwin presenta en 1859 su teora de la evolucin de las especies creando una conmocin en el mundo conservador cristiano; Paster descubre en 1879 el principio de la vacuna, con la cual la medicina avanza enormemente en la salvacin de vidas; la filosofa se ve renovada con las ideas positivistas de Augusto Compte y la poltica con las ideas de Karl Marx, por lo que las nuevas ideas socialistas comienzan a entrar en conflicto con el liberalismo burgus.

    En medio de ese clima de novedades se produce en Europa un cambio de

    esttica con respecto a la del Romanticismo; surge el Realismo, el cual encuentra como medio de expresin la novela. El Realismo aparece en Francia en 1830, con Rojo y negro, de Stendhal, seguido de La comedia humana (1833-1850), de Honor de Balzac, y alcanza su plenitud en Europa alrededor de 1850, con David Cooperfield (1849), de Charles Dickens, Mademe Bovary (1857), de Gustave Flaubert, Crimen y castigo (1865), de Fidor Mijlilovich Dostoiesky, Anna Karenina (1877), de Liev Nikolievich Tolsti (Len Tolsti), entre otros.

    Las caractersticas del Realismo son:

    El reflejo objetivo de la realidad, por observacin directa y por informacin bibliogrfica. Importa la descripcin objetiva de lo presente, cotidiano y circundante.

  • La descripcin minuciosa y exacta de ambientes y personas. El individuo no se presenta aislado, como en la novela romntica, en que el yo del individuo y la exaltacin de la imaginacin tenan un papel fundamental, sino inmerso en el ambiente y en la sociedad que lo rodean. La influencia del positivismo, del socialismo y de la ciencia es fundamental, como la teora de la evolucin de Darwin y las leyes de la herencia del religioso y botnico austraco Mendel. El autor, a travs del narrador, se distancia de lo relatado y prescinde de los juicios de valor; no obstante, a veces la observacin es personal. El propsito es didctico, ya que la novela se hace eco de las polmicas morales y religiosas de la poca y defiende acaloradamente tesis (novela de tesis) que comprometen a menudo la objetividad que el autor pretende tener. La prosa es sencilla y fcil de entender. El tono es sobrio y no se busca el efectismo. El lenguaje se adapta segn los tipos de personajes (polifona), los dilogos son rpidos y se hace uso del estilo directo e indirecto. Los temas son sociales. Alcanzan resonancia las preocupaciones econmicas, sociales e ideolgicas del momento. El espritu burgus predomina con equilibrio sensato, buen sentido y un concepto prctico de la vida. Se busca la moderacin con leves rasgos de irona o de humor. La burguesa es el mvil y el destinatario de la novela realista.

    El Realismo pronto evoluciona en Naturalismo, siendo los lmites entre ambos no fciles de establecer. El Naturalismo surgi en Francia hacia 1870 y su creador e idelogo fue el novelista mile Zola (1840-1902).

    Las caractersticas fundamentales del Naturalismo son: El determinismo social, fsico y biolgico, segn los modelos cientficos y filosficos del positivismo de Compte, el determinismo geogrfico del filsofo, crtico e historiador francs Hippolyte Taine y la teora acerca del origen y seleccin de las especies de Darwin. El determinismo es la teora filosfica segn la cual los fenmenos naturales y los hechos humanos estn motivados por sus antecedentes. El fatalismo, al cual se reduce la vida humana. La descripcin de los instintos ms primarios y brutales. La observacin de la realidad cotidiana y social en sus aspectos ms miserables. Los personajes de las novelas naturalistas son mujeres que llevan una vida licenciosa, locos, alcohlicos o enfermos incurables y se encuentran reducidos y empequeecidos por una sociedad injusta. La finalidad es la denuncia de una sociedad corrupta e hipcrita.

    Desde mediados del siglo XVII hasta la poca de la Restauracin (1875), el gnero novelesco en Espaa estuvo en decadencia, puesto que inclusive haba fracasado el intento romntico de crear una novela histrica de calidad. Hay que esperar el cultivo de la novela realista, a partir de la dcada de 1870, para que se retomen los avances narrativos logrados por Cervantes en su Quijote y se produjesen obras de verdadero valor literario. A pesar de que el Realismo, como movimiento esttico, llega con retraso desde Francia, se produce ms bien un resurgimiento de la corriente realista que siempre haba estado presente en la literatura espaola, desde el Poema de Mio Cid, pasando por La Celestina, El Lazarillo de Tormes, la novela

  • picaresca y el relato costumbrista, dando inicio a un perodo de excelente creatividad artstica conocido como la Edad de Plata de la cultura espaola, que acabar con el estallido de la guerra civil, en 1936. El modelo cervantino siempre estuvo presente en las obras de los novelistas espaoles decimonnicos. Asimismo, los grmenes de la nueva tcnica de novelar, que intenta objetivar la realidad, ya estaban presentes en las descripciones costumbristas de tipos y ambientes de la poca hechas por Mariano Jos de Larra en la primera mitad del siglo XIX.

    El auge de la novela, particularmente durante la segunda mitad del siglo XIX, tiene tambin en Espaa explicaciones econmicas, polticas y sociales. La alta burguesa, enriquecida con el ejercicio del comercio y de la incipiente industria, y las clases medias urbanas van adquiriendo paulatinamente importancia en la vida espaola. Sern los hijos de los burgueses quienes tengan acceso a la cultura y quienes constituyan el pblico lector, el cual ir incrementndose; no obstante, a finales de siglo ms de la mitad de la poblacin era analfabeta. Ante la demanda surge una industria editorial cada vez ms pujante, que se ve favorecida por ciertos progresos tcnicos y por las publicaciones por entregas. La novela realista logr dar una visin del mundo contemporneo, en que los personajes, los ambientes, los problemas, eran verosmiles y cotidianos, y, por lo tanto, reconocibles y crebles para el lector. El novelista se constituy en portavoz de la conciencia colectiva, deseosa de comprender al ser humano y sus circunstancias de aqu y de ahora.

    En la segunda mitad del siglo XIX el gnero novelesco espaol pasa por cuatro

    fases: 1. A mediados del siglo XIX se da la fase de transicin del Costumbrismo al Realismo. Son los comienzos del Realismo, que an se encuentra impregnado de esencias romnticas. Fernn Caballero, pseudnimo de Cecilia Bhl de Faber (1796-1877), comienza enlazando cuadros de costumbres andaluzas en una trama novelesca sencilla, como en La Gaviota (1849), La familia de Alvareda (1849), Clemencia (1852), entre otras novelas, en las que se mantienen elementos romnticos. Le sigue Pedro Antonio de Alarcn (1833-1891), que da ms importancia al elemento narrativo constituyendo un eslabn entre Fernn Caballero y la produccin de los novelistas posteriores. El sombrero de tres picos (1874) fue la primera de una serie de novelas escritas a edad ya madura, en las que predomin el fondo moral, como en El escndalo (1875) y en El nio de la bola (1880), pues defiende a ultranza la moral y las costumbres catlicas de Espaa, al igual que Pereda. 2. Sigue la fase de plenitud del Realismo, con Jos Mara de Pereda (1833-1906), quien pasa por un primer perodo de cuadros de costumbres, seguido de sus novelas de tesis (en que defenda que toda novedad conduce a la corrupcin y al caos moral), para finalizar escribiendo una serie de novelas del mar y la montaa, en la que exalta el paisaje y las costumbres de su tierra natal Santander y que constituye lo mejor de su obra, como El sabor de la tierruca (1882), Pedro Snchez (1883), Sotileza (1884), La Puchera (1889) y Peas arriba (1895); Juan Valera (1824-1905), escritor de esmerado buen gusto, comenz a escribir novelas alrededor de los cincuenta aos, siendo su primera novela Pepipa Jimnez (1874), a la que siguieron El Comendador Mendoza (1877), Doa Luz (1879), Juanita la Larga (1896); y Benito Prez Galds (1843-1920), quien comienza escribiendo novelas histricas en una serie titulada Episodios nacionales, y paralelamente publicando sus novelas de tesis, en las que centra su inters en la descripcin de la realidad fsica, el anlisis psicolgico y el

  • dilogo. Cima del realismo galdosiano son Fortunata y Jacinta (1886-1887) y Miau (1886), en que critica las costumbres espaolas con el fin de que la sociedad se renueve, al igual que lo har Clarn.

    Junto a la descripcin de ambientes urbanos, tambin encontramos en la novela espaola de la poca la descripcin de ambientes regionales asociada al costumbrismo. El autor busca reproducir el ambiente de la regin paisaje, tipos, costumbres en que sita los hechos. Esta descripcin del ambiente regional y campesino es en muchas ocasiones un pretexto para la defensa del orden tradicional vigente en los medios rurales. 3. Fase del Realismo con rasgos Naturalistas. En Espaa no se asimil de una manera rotunda el determinismo materialista ni se busc sistemticamente una finalidad cientfica o social, por eso nunca se dio un Naturalismo puro, sino rasgos naturalistas en novelas realistas, en las que abundan las descripciones prolijas y detalladas de los aspectos ms crudos de la realidad. Los principales escritores de esta fase son: Benito Prez Galds, con La desheredada (1881), Tormento (1884) y Lo prohibido (1885); la condesa Emilia Pardo Bazn, mejor conocida como la Pardo Bazn (1851-1921), con novelas de clara orientacin naturalista, como Los pasos de Ulloa (1886) y La Madre Naturaleza (1887); Leopoldo Alas Clarn (1852-1901), cuya principal novela es La Regenta (1884); el jesuita Padre Coloma (1851-1914) con Pequeeces (1891); y Vicente Blasco Ibez (1867-1928), considerado el ltimo naturalista, cuyas mejores novelas son Arroz y tarta (1894), Flor de Mayo (1895), La barraca (1898), Entre Naranjos (1900) y Caas y Barro (1902). 4. La ltima fase corresponde a los aos de la Regencia de Mara Cristina de Habsburgo (1885-1902) en que se advierten sntomas de reaccin idealista. Hacia 1890 se produce una reaccin contra el Naturalismo, por lo que se vuelve a sealar la primaca del espritu frente a lo material y se regresa a una concepcin optimista de la vida. Los valores estticos cobran nueva vigencia y la novela se enriquece con smbolos plenos de intencin idealista, como en Nazarn (1895), Misericordia (1897) y El abuelo (1897) de Benito Prez Galds, La Quimera (1905) y La sirena negra (1908) de la Pardo Bazn, y La hermana de San Sulpicio (1889), La aldea perdida (1903) y Tristn (1906) de Armando Palacio Valds (1853-1938).

    Benito Prez Galds (1843-1920) es la figura cumbre del Realismo espaol del siglo XIX. Naci en Las Palmas de Gran Canaria y estudi Derecho en Madrid, donde residi el resto de su vida al hacerse escritor. Actu en poltica en sus ltimos aos, siendo partidario de las ideas republicanas. Fue miembro de la Real Academia Espaola de la Lengua, donde ley su discurso de ingreso en 1887 titulado La sociedad presente como materia novelable.

    Su ideologa liberal contrasta con el tradicionalismo catlico de Jos Mara de Pereda, con quien tena una gran amistad. Benito Prez Galds fue un hombre modesto y sencillo, que por amor a su patria puso todo su empeo en la comprensin de la vida espaola mediante el anlisis de su historia, del ambiente popular y de la clase media madrilea.

    Su primera novela fue La Fontana de Oro, publicada en 1868 antes de que Alarcn, Valera y Pereda comenzasen su produccin. Luego fue publicando una serie de Episodios nacionales (1873-1912), que tenan una finalidad didctica, de tipo tico-poltico, y que constituyen en su conjunto una historia novelada de la vida espaola del siglo XIX. El propsito y el procedimiento seguidos por Prez Galds

  • son muy distintos a los de la novela histrica del Romanticismo, pues intentan dar una imagen realista de dicho perodo, incluyendo el diario vivir de las gentes y su ambiente natural, haciendo uso de la tradicin oral y de los recuerdos propios y ajenos.

    Paralelamente a los Episodios nacionales public entre 1876 y 1879 varias novelas que tratan acerca del problema religioso desde el punto de vista social y en las que queda clara la defensa de una tesis, como en Doa Perfecta (1876), Gloria (1877), La familia de Len Roch (1878) y Marianela (1879). En estas novelas se puede advertir la influencia de las ideas krausistas, pues el mundo tradicional y religioso, con su fanatismo, intransigencia y opresin intelectual y social impuestos por la Iglesia Catlica, se opone al mundo moderno y liberal, que se apoya en el trabajo, la ciencia y el progreso y busca el amor y el respeto mutuo por encima del antagonismo religioso o poltico.

    Las obras que escribi Prez Galds a continuacin, en su plena madurez personal y literaria, son llamadas novelas espaolas contemporneas y en ellas se dedic a describir la sociedad madrilea de la segunda mitad del siglo XIX. Hizo uso de una tcnica realista cercana a la naturalista, mediante la cual los personajes estn llenos de verdad y de vida y el ambiente madrileo est reflejado con admirable exactitud. En estas novelas Galds se limita a ser un simple observador del entorno, cuyos hechos describe tal cual los ve, sin tomar partido a favor de una ideologa determinada. La obra mxima de esta serie es Fortunata y Jacinta (1886-1887).

    Las novelas de Prez Galds de la dcada de 1890 son de contenido idealista, pues revelan un cambio en su posicin espiritual, que sigue la tendencia europea del momento, es decir el neocristianismo, cuyo mximo representante literario fue el ruso Len Tolsti.

    El estilo de Galds no responde a un estricto propsito artstico. No hay en su prosa una preocupacin por la belleza y por el cuidado de la forma, es ms bien una prosa pobre, aunque suelta y espontnea, que hace uso del lenguaje cotidiano y familiar. Su principal valor reside en:

    a) La descripcin atenta y animada de la sociedad de su tiempo, para lo cual se sirve del retrato meticuloso de los tipos humanos ms variados.

    b) El vigor dramtico de las situaciones, a travs de dilogos giles y expresivos, en los que se revela el perfil psicolgico de los personajes y sus respectivos conflictos.

    A diferencia de los dems novelistas del momento, que prefieren describir ambientes naturales, Galds opta por los ambientes urbanos, y en particular por la descripcin del Madrid de la clase media y de los barrios populares. Concretamente, Galdn pretendi captar la esencia del alma de Espaa a travs de su historia (Episodios Nacionales), de su ambiente social (Fortunata y Jacinta) y de sus tipos humanos (Misericordia). Su narrativa est conducida por su intencin de encontrar los males que aquejaban a la Espaa de la poca. Dado que era un hombre progresista, de mentalidad abierta y carente de prejuicios, intent cumplir una misin reformadora a travs de sus escritos, pues pensaba que, conociendo los problemas y presentndoselos a los dems, era un comienzo para solucionarlos.

    Las nuevas formas narrativas de la novela realista requirieron una adaptacin de las posibilidades expresivas del lenguaje. Galds consigui describir los distintos ambientes con precisin y vigor pictrico, encontr la forma de expresar los sentimientos humanos ms recnditos y supo reproducir con viveza el habla popular. No obstante, su lenguaje resulta a veces desaliado y algo pesado para nuestra poca.

  • Hace uso del prrafo largo y de la frase amplia y compleja, pero bien trabada mediante nexos causales, concesivos, etc.; asimismo, incluye clusulas que matizan o aclaran. El adjetivo es muy usado en las descripciones, pero no para embellecer, sino para precisar, pues no quiere dejar nada a la libre interpretacin.

    El dilogo, a travs del cual se expresan los personajes, suele ser gil y fiel a la realidad.

    Fortunata y Jacinta (1887) es la mejor novela de Galds, y junto con La

    Regenta, de Clarn, constituyen lo ms destacado de la literatura espaola decimonnica.

    La novela est estructurada exteriormente en cuatro partes (4 tomos), sin prlogo, las cuales estn formadas por captulos de desigual extensin y nmero: 11 captulos integran la Primera Parte, 7 la Segunda y 6, respectivamente, la Tercera y Cuarta Parte. Cada captulo presenta a su vez una subdivisin numerada.

    La narracin est estructurada en torno a acontecimientos histricos reales; por lo tanto, es una crnica de Madrid desde la revolucin de septiembre de 1868, que destron a Isabel II, hasta la Restauracin en 1875, donde se describe con lujo de detalles los ambientes y los personajes de todas las clases sociales: la aristocracia, que conservaba ttulos, pero que econmicamente estaba venida a menos, por no haber sabido adaptarse a los nuevos tiempos; la alta burguesa, constituida por ricos arrendadores, comerciantes e industriales; la sufrida clase media de los burcratas, que hacen esfuerzos por aparentar una posicin econmica de la que carecen; los pequeos comerciantes, los clrigos, los jornaleros, los mendigos, los golfos, etc.

    La accin novelesca se desarrolla en torno a la familia de los Santa Cruz, perteneciente a la alta burguesa, cuyo nico hijo, Juanito, seorito mimado e irresponsable, cuya principal ocupacin consiste en tener amoros, es casado con su prima Jacinta Arniz, modelo de esposa cristiana. Ellos representan el bienestar, la moral y la tica social vigentes en la poca. A la imagen idlica de la familia burguesa acomodada se opone la del pueblo madrileo, vital, espontneo y casi al margen de toda ley, al que pertenecen Fortunata, sus amigos y parientes. En el captulo II, de la Primera Parte, titulado Santa Cruz y Arniz. Vistazo histrico sobre el comercio matritense, Galds traza el lento pero imparable ascenso de una humilde familia de comerciantes, mientras que en el captulo IX, tambin de la Primera Parte, Una visita al Cuarto Estado, se describe un barrio miserable de Madrid. La burguesa y el pueblo haban destronado en 1868 a Isabel II, pero, una vez en el poder, la burguesa se haba olvidado del pueblo.

    Por lo tanto, la novela presenta el contraste entre dos mundos, el de los ricos y el de los pobres, cuyo punto de contacto es Juanito Santa Cruz, quien antes de casarse mantiene amores desenfrenados con Fortunata, una muchacha inculta del pueblo, durante los meses posteriores a la revolucin de 1868, durante 1969 y comienzos de 1970. El paralelismo entre esta relacin amorosa y los hechos histricos, en que se inscribe, es evidente. Una vez saciado su deseo y ante el embarazo de Fortunata, Juanito la abandona a su suerte, al igual que la burguesa haba abandonado al pueblo, una vez lograda la nueva constitucin de 1869; la ms avanzada de cuantas se haban promulgado hasta la fecha, pues reconoca la libertad de cultos y el matrimonio civil.

    Ni Fortunata ni Juan podrn olvidar esta tempestuosa relacin, a pesar de que sus vidas se separan. A los pocos meses, Juanito se casa con Jacinta, que es estril, al igual que la alta burguesa a la que pertenece; as pues, tanto la familia Santa Cruz, que necesita un nieto que herede el patrimonio familiar, como la burguesa, se

  • encuentran en un callejn sin salida. El nio habido de los amores de Juan y Fortunata muere llevndose la nica esperanza de continuidad.

    Al final de la Segunda Parte (cap. VII, 6) las vidas del Delfn (Juan Santa Cruz) y Fortunata se vuelven a unir. Fortunata, recin casada con el boticario Maximiliano Rubn, un pobre hombre que sufre de hemicrneas, se convierte en la amante de Juan, simbolizando la fuerza instintiva del pueblo bajo, que prefiere perderse siguiendo lo que le dicta su corazn simple y humano, a ser una mujer respetable, aunque desdichada por no amar a su marido. Pero Juan la abandonar nuevamente en el preciso momento en que Alfonso XII entre en Madrid, una vez restaurada la monarqua. En el captulo II de la Tercera Parte, La Restauracin vencedora, Juan arrepentido se echa en brazos de su esposa Jacinta, al igual que la burguesa se haba echado en los brazos de la restaurada monarqua.

    El enfrentamiento entre las pasiones humanas instintivas, representadas por la vital Fortunata, y el orden impuesto por las leyes sociales, representado por la abnegada Jacinta, crea un conflicto que se resuelve al final de la obra con el fracaso de lo espontneo. Al poco tiempo de un nuevo perodo de encuentros y de una nueva ruptura, Fortunata tiene otro hijo de Juan y, en su lecho de muerte, a causa del disgusto que le produjo el conocimiento de que Juan tena otra amante, decide entregarle el nio a la estril Jacinta; acto simblico de aceptacin de las leyes sociales para recuperar su dignidad perdida. Pero tambin es un nuevo paralelismo con la realidad histrica, pues si Alfonso XII fue visto por la burguesa como el Salvador de la nacin, el hijo de Juan y Fortunata ser recibido como el Mesas por los Santa Cruz, ambos llegados por procedimientos no legales: por un golpe de Estado el uno, como fruto de unos amores ilcitos el otro.

    En la medida en que Fortunata y Jacinta est estructurada en torno a los acontecimientos ms relevantes ocurridos entre los aos 1868-1875, tiene una dimensin socio-histrica, pero al mismo tiempo es una reflexin sobre la naturaleza espiritual del ser humano. Influenciado en particular por Dostoievski, Galds presenta personajes, como Mauricia la Dura, Maximiliano Rubn y la misma Fortunata, que actan movidos por factores determinantes externos (como la herencia, el medio ambiente y el momento histrico, todos ellos elementos propios del Naturalismo), pero tambin por los dictados de sus conciencias individuales, que daban primaca a lo espiritual sobre lo material, como en la novela rusa. En esta novela Galds experiment la fusin de la tesis naturalista de Zola con el espiritualismo ruso que empezaba a difundirse por Europa. Dicha tendencia continu Galds en Miau (1888) y desarroll en sus novelas del ciclo espiritualista.

    Cada personaje es retratado segn sus peculiaridades, hace uso de su habla particular (polifona), vive su vida personal y es visto con humana comprensin y simpata. A medida que avanza la novela, Fortunata va adquiriendo ms protagonismo en detrimento de Juan, el seorito ocioso, pues en definitiva hay una clara crtica a la alta burguesa, que se haba enriquecido y que viva ociosa de rentas, sin ser instrumento de trabajo y progreso. Para caracterizar a sus personajes Galds utiliza la tcnica retratista, segn los postulados del Realismo, con una descripcin minuciosa, detallada, precisa, que describe rasgos fsicos, psquicos, de indumentaria, de comportamiento, etc.

    Un narrador homodiegtico narra una historia en la que ha participado como figurante siendo testigo de los eventos, de los personajes implicados, de los espacios en que tienen lugar los hechos. Es adems un narrador que utiliza una focalizacin variable. Por momentos es omnisciente, pues cuenta detalles que ni siquiera como testigo ocular podra saber, como el pensamiento de los personajes, aunque en el

  • primer captulo de la Primera Parte se muestra como narrador de noticias transmitidas por testigos oculares, por lo que transmite el punto de vista de otros. O sea que la focalizacin es interna mltiple. En este sentido la novela presenta multiperspectivismo. En otros momentos el narrador se muestra fidedigno y objetivo, pues se limita a relatar lo que ve y escucha de los mismos personajes, y no busca expresar juicios de valor acerca de los personajes, por lo que la focalizacin es externa y el relato marcadamente descriptivo. En este sentido, Prez Galds sigue los principios del Realismo de reflejar objetivamente la realidad y describirla en forma minuciosa y exacta. Asimismo, el narrador hace comentarios que ofrecen datos concretos sobre la situacin narrada aumentando el carcter descriptivo de la narracin.

    Para la narracin de las acciones de los personajes Galds utiliza la tercera persona, pero para darnos a conocer los sentimientos y pensamientos de esos personajes utiliza otro procedimiento expresivo, la primera persona, cuyas intervenciones son puestas entre comillas (forma primitiva de lo que hoy llamamos monlogo interior).

    La narracin es en forma cronolgica, dado que est estructurada en torno a hechos histricos reales; eso no impide que el narrador organice su discurso haciendo uso de recursos como la analepsis, para explicar hechos pasados o que los personajes hagan confesiones de hechos pasados. El clmax de la historia llega en el episodio del lecho de muerte de Fortunata, seguido del desenlace, en que Jacinta se reconcilia con la ya muerta Fortunata, gracias a que le haba cedido su hijo, pues ambas mujeres haban sufrido desgracias comunes. La resolucin en el hilo argumental se da al final con la condena moral de Juan por parte de Jacinta, quedando la historia concluida, con un final cerrado.

    La idea central de la novela es el enfrentamiento de dos mundos diferentes, y ms precisamente el enfrentamiento de las pasiones humanas instintivas y el regulado por las leyes sociales. O sea que el tema central es el amor, visto como un enfrentamiento entre el amor instintivo, pero ilcito, y el amor matrimonial, pero impuesto, al que se une una serie de motivos y temas secundarios, como el engao, el hartazgo sexual, la maternidad, el rechazo social, la caridad, la muerte, etc. La accin se desarrolla en un ambiente urbano contrastado: el Madrid de los ricos y el Madrid de los pobres.

    En Fortunata y Jacinta no hay metaliteratura a la manera de El Quijote, dado que el Realismo puro no permitira tales procedimientos narrativos, pero s hay personajes que comentan cmo se debe hacer literatura.

    Desde mediados del siglo XVII hasta la poca de la Restauracin (1875), el gnero novelesco en Espaa estuvo en decadencia, puesto que inclusive haba fracasado el intento romntico de crear una novela histrica de calidad. Hay que esperar el cultivo de la novela realista, a partir de la dcada de 1870, para que se retomen los avances narrativos logrados por Cervantes en su Quijote y se produjesen obras de verdadero valor literario. A pesar de que el Realismo, como movimiento esttico, llega con retraso desde Francia, se produce ms bien un resurgimiento de la corriente realista que siempre haba estado presente en la literatura espaola, desde el Poema de Mio Cid, pasando por La Celestina, El Lazarillo de Tormes, la novela picaresca y el relato costumbrista, dando inicio a un perodo de excelente creatividad artstica conocido como la Edad de Plata de la cultura espaola, que acabar con el estallido de la guerra civil, en 1936. El modelo cervantino siempre estuvo presente en las obras de los novelistas espaoles decimonnicos. Asimismo, los grmenes de la nueva tcnica de novelar, que intenta objetivar la realidad, ya estaban presentes en las descripciones costumbristas de tipos y ambientes de la poca hechas por Mariano Jos de Larra en la primera mitad del siglo XIX.En la segunda mitad del siglo XIX el gnero novelesco espaol pasa por cuatro fases: