55824309 Bagu Sergio Estructura Social de La Colonia

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Ol lUAS OF.L AUTOR n .. cOpUU.c.t.}11 dR la o/lro fi'llprOSa de AlmaJuerte. con es- tudios pt'\!vlos y notas: VQl,UMT ... ... J. "Discunl(is ('(Hn.plptos". EdItori al ClarI- dad. Buenos Aires. 1033. VQf; UM!J.; n. U Evnngélirtls cMilJ}leUls, ot ros e.tr. ri to.t HWrurioll 11 ca'rf,rs". E tlitoda l Claridad. DuellOs A i,'e." "I'idu IIjernplar de JO #J (Jto,mieros" . Editorial C¡.,ridad. UuénOs Alr('s. urJú, "MII /,imlu l"'Orl'11O, /' O$1Iin !I t' 'Írln }¡ofn/jI'C (/.e il! nljv", J::di t o1'lp j c.:IMkllld. H\Jel1fm Airl.!ll. 1939. "[,n. 1/(ltol/(1 por Iv de Pnidos" , 'Folle- LO . T alle r es Co mlncn tÓl l. liU \Cfl OS Aires. ]948 . "S .. "tidJ) J¡j.dJrico eJe Ttna re/VTma GdUcacir;nat en Esta- llos Uni(foR. lJ(w/lilit'rat.u y Jonnarió1f juvenil" . Folle - to. Tal ler el:l Gráficos Co ntin enta l. Dllen Ol> Aires. lQ<l9. "EcOIIOnd./1 de lel coJ,Ollial. E,wullo de cU 1Jl.pMnd« de A'1ru1rica. ""tina". E(l.Iwrlal y úihreria "El Ateneo". Due.nos AJrt!$. J 949. - ·'I .. a cfa;'j/J media en. ra ArUC"lItj1l(t". "En vo lumen J. de la colecci4n "Materiules ]Jara el ('s tudlo de la. clase me · di:;. en ItI Amérka .ltltln a" . Pu b ll ml'il)Dt!); dI' lu Oflc na <le Ciencias Soc.lales lle la Unión :ean:americana. \V:II<h ing-lo n. IOtiU. .' SERG10 BAGU (¡oll -1...02) ESTR UCTURA SOCIAL DE LA COLONIA ¡WSA YQ m! I/l S1"OR LA CO MPAiVIDA Di: AMÉRI CA ¡,AT iNA A, \.IlI RF;lLi¡\ "EL ATENEO" IWITORt ¡\L r U >Il1Hi\ .l U - eU r Ntl5

Transcript of 55824309 Bagu Sergio Estructura Social de La Colonia

  • OllUAS OF.L AUTOR

    n .. cOpUU.c.t.}11 dR la o/lro fi'llprOSa de AlmaJuerte. con es-tudios pt'\!vlos y notas: VQl,UMT ...... J. "Discunl(is ('(Hn.plptos". EdItorial ClarI-

    dad. Buenos Aires. 1033. VQf;UM!J.; n. UEvnnglirtls cMilJ}leUls, otros e.tr.rito.t

    HWrurioll 11 ca'rf,rs". E tlitodal Claridad. DuellOs A i,'e." 1~:f!.

    " I'idu IIjernplar de JO#J (Jto,mieros". Editorial C.,ridad. UunOs Alr('s. urJ,

    " MII /,imlu l"'Orl'11O, /'O$1Iin !I t''rln ~/rl }ofn/jI'C (/.e il! nljv", J::di to1'lp j c.:IMkllld. H\Jel1fm Airl.!ll. 1939.

    "[,n. 1/(ltol/(1 por Iv 1)re,~d(mtla de 1JJstda~ Pnidos", 'Folle-LO. T aller es GrMk:(l~ Comlncntl l. liU\CflOS Aires . ]948.

    "S .. "tidJ) Jj.dJrico eJe Ttna re/VTma GdUcacir;nat en Esta-llos Uni(foR. lJ(w/lilit'rat.u y Jonnari1f juvenil" . Folle-to. Tal ler el:l Grficos Continental. DllenOl> Aires. lQ

  • PR LO GO

    E ste t-rabajo ha sido e ... crito de aCf/-crdo a las mis mas lneas mel.odo1gicas ((ue Economfa de la socie-dad colonia l. U110 1/ otro pertenecen ~ '1UI.a serie de en.sa,yos sobre histo1"ia eomp(rarla de los pueblo.'> de Amrica latina, que est'(..'n:n t'inwlIdos por sus ideas funclamentales y su CO'nt'apcin metodol6{}ica, aunque conservando cada uno cnlcramtmlc su autonomfa co-mo libro.

    Rl estmlio d.e nuestros pueblos desde el _ngula de la hist.oria COm1JUTllri." urrnja 1mil luz reveladora sobre sus problc?i/lIs Ilcttwle8, todo.'> los cual.es t,icnen alguna leja1]fJ._ rafz prclrillf. Es por ello que la 'mejor comp,.efl~vin de 1m proceso 1lTst(rico jams (leja de t ener cierta proyec('n ccmf.empo-rnca, Por otra par. te, el mtodo cO'ln]Jart'llivo, uuf!qne a veces p_tl.ntualice diferencias m s que SenH!j(l'fjZ(lS, 'pig oriza siempre el sentim'iento de pro.1:imidod ent're l.os pueblos, en par- \ i'icular entre Tos IjutJ existe 1m obvio paralelismo hisw trico, corno e,s el caso de los de Amrica latina.

    Cv.ando en este trabajo I/(olamos de clase social aludimos a 1m conjunto di.! il/dividuos que desem1Je fum, dentr o del pTOceso econm,ieo, una f1Lnci6n seme ja1ite y que, a c01/.

  • 1(, t(odet,lnd 1ma Ithicacin pa'Tccida, Hl hecho de Que f'Ml i> i1Hli-v id'/ws sean propiet,arios f) 11$Uarios de los me(iios de prodllccin, (J l'itulares (le capital fiduciario. o mflno de (Jbra s'in la pnrpledad de los medios de pr mlII4'I'f,j'll rllP. utiliza es 1m Ifldar /14ltdflmen lnl para iletrnlJinllr {/ ru(j clase sodal pertenecen.

    No queremos con esto ofrecer una defi1lici611 del cow;r:pto. ni ayo/m su. com.pleM~l sino fijar un punto de par1 id(/, pau/, el t!st.ndio que Of}1' hacemOs. Para nosol,ros, las clq}.t:s sociales son, en prmer trmino,

    11.?Ja. r,~fJ.l.i~ _ccC!!!..~?!!it~ociC!!... Pero eso no im1)Uca que re&lIz(!unlOS lI,1lestro esfll eno a seguir el rastro de fas clases sorinles tan 5610 elt 10 ecollQmico V en lo $ociul. La hisf(lT'i.U. --:!i ul'dr, In vida hmnfllla- es un lado y 1I.(1(/(, hl/Y en PoU", nadl1 IIbsol'l(lamente, qtu: nO se i ntcgre dtmfro ,ld conjwI,r.o. que 110 g'uard e TP/acin ('m~ lu dCHllis.

    Lo que creemos es. q1/C In pllrUcipocin de ese agregado h111fW11U, q'ue rl-isUn(Juiu/lJS C(.Im,o ehlse social., el1. el poder poWito --o su 110 port.icipaci6n-- esta siem1JTc snt>ordinada a su fllo1cin eco1'l6mica y a. S'I p(J.'iicin social. Creemos asimismo que los individuos de esas cl(J.~ es sociales tienen Tnodalidades, ideas, pre-ferencias nl.ticas. 16!Ji(' fL - n ('1/,YO est1Ulio dedicaremos 11uestro prximo 1-rauajo sobre el ]Jp.rfod9 coloniul- de las c.'l/ules puecie huulnrse en terminos generales y cuya g.nesis y evolm:i6n se e'llcu,t'ulrun fll.e-rl.NlHmte condi-cionadas p(; r el hec1lo de que es()s indiv i(hws 1JI1Tt.ene-ce11 tales t;llzses sIJdd.'es.

    ClIC/'IJrlo 'Im nyrr(Jwlo ll1/.mel1lo dc- ese tipo pre$enta, ('oml) wractersfic:a 'llL1~y bien c'lefinida, la de con.;r.i

    Ji I.u.ir 1m{tJ.11tP!!~Lcl{r-rqtJtJ. pr(j!!tj~.!L~qntc i!!.l1J~lI. et'f'a. blgl.. lo

  • rf"'II~J/ ." /WiflJ: (lsi: romo Q perder miembros que can-v hi(tII (/- dllse y /l g(l11(r af'ros n1/,eL'os, que provienen ,/,1 o/m rf(l.'lC .

    t,','...:pyt'u-mo.., el 'tlOrn /'Te de eslratUicacin ~ocia.1 a 1I1 jl'Hlr'jI/'izaci6n de los dist inf.o"s(rupos- o e.

  • CA PTULO PREVIO

    (,As'rAS y PU;mIO EN LAS SOC1EDADES I NlJICE NAS PHECOLOMBl NAS

    Cuando los conquiotadores estabJccen su dominio en eslas partes de AmrIca, les pUl'bloB indgena., clue tienen organizacin slK'iaJ m(:;; eslable y signos ue ms avanzada civiliz'H' ion conscrvm an, como clula eco-n,01i~~~~_~cial dI;' su orgnnismo, ~ comunidad agraria prrnutlva, :

    Nuelt'o fite dI.' econom.;:1 ag l'a ri3 cerrada, con pro. piedad colet' tinl Ut' la tierra , CQn ITIl--Jio::: ele produccin muy 1locO rte";

  • Ipl'in!' n los incas; el _ca1millj.. que eXlsUa antes de que hlS ;1:r.t.~"S llegara n al valle de 1lxico.

    J~tl la gran mlyor!;), al meDos, de estas cornunida-"I 'S, pers iste el sentido igualitario en las relaciones so-"1011('$ entre !';lIS miembros y no hay grupos plivilegia-11f~ ni clases que se beneficien con el esfuerzo de los ,!t'm:;;, Algunos pocos cargos administrativos son pro--vi::; tos por medio del sufragio peridicamente, reunidos ( '1\ asamblea las mujeres y los hombres adultos de la c'urntlOldad, Institucin stH de tan puro acento demo-('l':ltico y que an conservan a lgunas comunidades que-dHla" de la sierra peruana, como Cim Alegria ha na-ITado en Sil admirable novela.

    Como en la yen':1 iroquesa estudiada por Margan y PI) otr

  • Imperial. En el valle de Mxico, la confederacin azte-ca nunca alcanz ese grado de cohesin ni tuvo empe-rmlures propiamente tales. En la vasta zona maya, jmn;; exis ti una sola autoridad poJft:ica , sino varias . . G::sas fueron las principales, mejor organizadas y ms l:x.t.endidlls organizaciones pOJ(ticas. Pero adems, en la larga y enmaraada historia , precolombina ha habl~ (h) multitud L1e organizaciones polticas menores, esta-dos enihl'ionarios en los cuales parece repetirse, una y ot ra V (>Z, el mismo proceso de superposic:n de vencedores sobre vencidos, dando origen a la [orma-cion de castas. Es posible que algunas de las llamadas aristocracias regionales en tre los aztecas, los mayas y los incoas hayan nacido en esas circunstancias. Uno de lOs principios de la inteligente poltica imperial in-caica fu la de respetar las castas aristocrticas de los puehlos domi nados a la s cuales, en
  • --t'O tlt.' su economa. F.I estado im perial y 1:'1 confe-IIl'I ':1I,1(,n precolombi.nas comprende-n esa realidad, por-lila' la ('ompnrten y, adems del rE'speto que les me-" 'Yot ',nl 1\1 m s f:Je tares, 110 destruyen la comunidad pri-11 1111\'
  • = . 1't!IjIlOtIRa lJiliclades. En el caso de los Incas, la. comple- , 1ft plulllfkl.ci6n econ6~ca!)fl conquista de nuevas""te: I II tll l phl'O! d cultivo cuando las ya poseidas resultan J' 11I'1IIr ll'll 'lltC's. la orientacin del rito religioso, que en !t lj.j hll lll-:l'nas es entonces tan obsesionan te y sincero I 11111 '(1 ,'1 aristcrata como para el plebeyo. "

    St~ E'x plica as que el aprendizaje a que eran so-nlfltldus los mjembros de la realeza Incaica h aya caos. III,u((lo una verdadera escuela de carcter, tan en vio-. \'III" contraste eon el cUma de perversin moral que jll'(,j 'llninaba en muchas dinastils, aristocracias y bur . ItlH'dns de Europa en la poca de la conquista. Aque-IIn nud:lZ y gigantesca construccin imperial descansa~ hu L/ullre una economa de limitadas posibilidades, de ('Il'lnl'n ln les recursos, dicho esto sin cometer la injus~ Ih~ i/l d(' olvidar los prodigios de lOs Ingenieros agrno-11\0::1 del viejo Per. Sin esa wsciplina asctica de los l~.~man05 y J13rcce que haca' argn- fem. po que la masa de los mdias mayas tenia en muy baja considerilci6n al n QCD?Jl, que era el sacerdote elegido de por vida para arrancar el corazn palpitante de la vfctima en el ritual propiciatorio, lo cual podra fndt~ car un principio de reaccin popular contra esa prc~ tica brbara.

    Hay oficlos que envI!rcen, porque su ejercicio des-cansa Sobre la mentira a sabiendas o sobre la perse~ cucin de lo ostensiblemente nob le y justo. En la Eu ropa del siglo 16 h aba mullitud t.le ellos y, n o pocos, en las ms altali esferas poltiC

  • 1111 !ingulo tcnico.-histrico, en un estadio de la bar-Ilude.

    cl. La circunstanc!a de que las etapas de la ga-1I11,]1'1'la , el comercio, la moneda y la acumulacin de 11tltwzas en gran escala no hub:eran an aparecido en lu hisloria de la comunidad agraria indgena, permi-/li que sta no cesara de ser escuela de trabajo, de 11It~nl' por la tierra y el esfuerzo Hs:co, de dJgnidad IlI'l'sonal, de sobriedad y espontaneidad. L a codicia por IOfl bienes materiales se manest6 en escala lan nfima qll~' no emponzo6 el conjunto social. El fraude no h'lIla razn de ser, ni parece haberse ejercitado siste-mticamente. ~9 __ h,l.l1;lo explQ.4ciqn sin lmites del tra- , 1llljO ajeno, ni desprecIo del trabajo manual. ni _dlvor~ .l 1'11) .lel hombre con la naturaleza. ~o ~Jfist ieron la es-duvitud_ nJ la servidumbre como institudolles'ecOnO-lU 'c'ns, la p~-:imera ci~'las cales h~~~~2- el ms . (or~ llllble _~~~eDto de -t9rrupcin SPCialJen tOdas ~lglos. Esto que-aeclIos"(tel-t:5no-IT~rarpredomiltUlle en la sociedad agraria puede ser repetido, con nlgunas salvedades, de las superestructuras polittcas Illfi ~ complejas y , por cierto, del h fiper io Incaico, la In!lS avanzada de todas, en la cual fueron desconoc-dns la desocupacin y el hambre,

    Cmulo ste de circun!rtancias histricas que ex-plica que las castas arlstocrtica's permanecieran en la Amrica lndfgena ms en contacto con la masa del l)ueblo y tuvieran una tendencia mucho menOS' mar-f~;da u la in justicia que las aristocracias europeas dp la poca.

    iV" . ARISTOCRACIA Y ARTE

    Cuando una sociedad est dividida en castas, la cultura es casi siempre privilegio de una de ellas. Eso

    24

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    ,

    ocurri en la sociedad ind1gena, cuyos sabios ronna-ban parte de la ;Ir : ~tocracia y adiestraban a los mlt::m-bros de st

  • D

    "(Ir esa ancha puerta penetramos en el ms in-'\ IlIno y, sin duda, ms grandioso recinto del alma de ! .ljlll'IIJI,s ('janas sociedades indgenas. La admiracin { 111111 l'lll1!a producirnos la arquitectura administrativa V I'l'ullnca delIneado, la sabidura sencilla que pre-.Idl' la asamblea del ca

    'P1lli se desvanecen un poco

    Illumllo entramos ell contacto ~y aqu1 el cOntacto si "M dlt'cclo-- con aquella otra arquitectura de las pl-!'Amldes, Jos templos, las ciudades muertas; las esta-f,IlIllIlH, las cermicas, l os frescos,

    Quines eran los artistas. Cuntos y de dnde ve-111 /111, Cul fu m\ categorfa social. Es lgico pensar, (,I'nlt-ndo en cuenta la vastedad de esa produccin ar-II lIll('ll, que hullo en una poca dada c~ntenares y acaso mlHllfi.'s ue art.istas dedicados totalmente- a su ofijo. PUl' ms admirable que haya sido la Intuicin esttica Ilpl Indgena - lo es hoy mismo-- hOy multitud de III. 'zas precolombinas que requlel'en adems un amplio 111)11l1nlo tcnko y un concepto Jrtistico que no se ad-Illth'l 'cn runo en virtud de una absorbente decUcacin de llIul'llos aos. Debla exis tir, pues, una ver

    ,\

    \

    "

    numental de las pirmides y del Templo fu planeada y dirigida por hombres de la ms sorprendente cap~cidad mental. Pero. tambin , cuntos escultores de pocas anteriore.

  • NIIIII~ de uso diario y su vestimenta, adiestrando las 1II ,II n. (>1\ las artesanas, lo, mismo que los msculos 1'11 1'1 {,tlltivo de la tierra , Cada hogar es un pequeilo IlIlIi'r ', tada indigena un peq1.J.ei10 escu ltor que modela \ 111111 pl'upios adornos. E sa intensa y con t," nua actividad 111 '1 I ~ I it'a - en cada hpgar, en cada comunidad, en cOlda I't',:rnll- agudizOl e l talento _natural y le estim ula a IllItl l i rf~~larse;

    ::,1 otra consecuencia mu y importonte de esta rU!'Iua elemen tal de organizacin econmic(\ _ Labra-tln su parcela, labrada la parcela a qlle le (lbl"gan las I.' vl's de su eS lado, satisfe('has las neces idalles uomsti-j 'I'" nada complejas, el indigena ha de haber quedado-nlt' llIpr(' Con muchos das libres al afta, No poda ser / ",d i";ldo su csfufrzo, sr.:; -c mb8I'go, a acum u);;T rique-1'.11:, de ten :e.rQs, ni le hubiera 1'IO'sul tndo ~at: ::fac t ol'io , '1"11'1- 1'11 el oc io, que aquellas socicdodes condenaban ta n 1i,'\'t'I-amente. Habla siempre, puel", un exceden le de 11'UIJ,ljU social. U n enOl"me exceden te, que las m

  • ,JI historiador que duda de que pudiera encontrar~ .,. NI lllHI sociedad primitiva tan asombrosa posibiUw !lftd di' l11nnificaci60 y ese sentido tico de la poHtica 1111/\)'11 adv irtiera el Padre Calancha, demue.."ltra la mis 1111\ hH'nll
  • {?IC'n , Ario f.le rtli su ~lg nlficMo I~"r.l al oriE ina rlo y pas a II l(l!{'ilf In ca lltl.a.u dl~ 110Me. No 'Slo dh'idit:ron los arios a la "'I('led'nd en r;uall'o casta, S1I10 qu e lombin cilvldl: 't'on 1' lo~ lud!\'lrlu{,s e l\ (!1I;llrO grupos, de aC'urrdo a RUS edades (Neh 1'11. 7~L il) I tU~ I'eeuerda 1 .. divisin slmilr Pl!l' g ru!>os esla hlH'idtl pOI' los Incas,

    Hay una dlf.lenda Importante: ~n aquella soclt!dad de l:l IHlia nntigua ya ha apai(!cido el comerl'io y hay ms Ul'oflmdtls mlitandas sol'lulcs enu'e los grup'os, Hay ciudades H,_!luJosas habitadas por comert'iantea y villas d ~ artellan08 ~lue producen para el in terca mbio. Los shvdras quid hayan sido campesinos dt>spojados de !'=tL'l tie rra!;, que Quedaban, por eso, sin ocupacin fi ja. Este tipo social 110 cxlstfa entre lns ]l1eas.

    URIGr.N DE LOS INC.\S. AUSENCIA DE UN ~.eRiopO PASTORIL

    V .. lc rcel at ribuye lmportro~si tos religiosos Ueguba a adquidr, en aquella poca, caracteres de rennada y t emible arma d!! persecucin polltlca e Ideolgica,

    Que sepamos, nunca ls may.as ni Jos a2tccas llevaron al sacrlrlcio ritua l a sus B5\rnomos. ni a sus pensadores, ni a s u. a tlis tas. Pllrece (IUe entre los Inras Jos s

  • \JI' f" para nlC'dir lo, s(' nli llnlld ;'l~j~- y :;. 1 tl'aldor, pt' rsoIl 1'l jc!:i lo!:! 11 f'lo! fu.m ea hit' ll vi~ t.m:;, /uf!I\Js y cf'.s6 la gu ~rl'a: mnnlnn t l'clnta y seis P"SO!l y seis I1'ales y cuatro mnravedf.s, Un pndl'e contra un hijo. y un Rey Oatlico (:onLra otro Sil " ecino, t r atan do mfl Ulrle por tn~lnta y l:iels p~!SOs y f;e.I ~ r'Cah's , que hoy los gasta un palanqufn en dar un almuerzo" (17n.

    2. Sobre econotnla y moral en el t r;bajo. que est pul' com -I)le l,) Il1hn lJil illll lo ml':\ cun cuLTlr (!n su cuota a lA produc-dn ~od) l . E l nhi,' de clnco aiil)S y la vieja de ocl1enta ha. ccn su pal1e, En relr;

  • hada seni(l um lJrc, ~illCI \tla m uy rlic:hmw: hasta ar ll l (:~ .ll~PIl(). y hol ; u~ lJO U('I'"IO aquf. (:(JI110 po mire e n sus lug,ltf>S "I ra!'; co[;as tiesta m\ty 'encrado auJor, que es f' l P . .Jo~ de 1\1"09;101. , 01" la C-omp:;na de .Ic~(s; de cuya autor idail, y de I ,~ dvms histori podan preludiar la sociedad moderna. Morlcy (2{l1) prefIere petl!;ar quo ya en el Viejo IIIIJCrio de!)en h::rhe r existido los p-pentocQo/J, n fJ \lienes a l, ,(HilOS autorell n lpQtlCn e~(.'\I:l. \ o5 y. se ha:;a, para cUo , en. que \'H los m onumento!'; de la JlOca :lp:)J:E't~en n g llnlg de C3UtlVO$, V;illant (lHI) describe un lipa elc csdavit nd , 'oIUlltarln ..'n l'i territo rio azte(,a.

    El padl'e Ca lanchn (.t9 ) observa qu e 110 hal, a f!gi,'ll."vi.uld ('n e l Incario y Valcreel (Cult, ant" 1, J, (77) !;I..lsttene ter Ininantemente l a m ism a tesis, con ; Rotll'fgue'l.. que ha ex .. minado tan mlnucio !-:amente tOflos I{"ISo dOC\lmenlos es('ritos que quedan sobre 1:1 c! vilizad n chbcha, llega a la l'onclusi{'1I rl~ que, aunfjue 1C1!~ cronistas de la Mlonta "; ug1el"t:~n Ulla pl'e;;ull ta existencia de es(lavltlld I)rejlmeu lana entre !{"Is chihr:ha,>", n ., se des-('ubre en, ('/Jos "ningun o in ronno1;"i n qlH~ perl.nita establecer I Iules era n 10:0. orgelle~ 11e e:

  • p;ulkulnr su te.stlmonio en cuanto a la ~xlstencla y la 1111)1' !"Iancla de la esd,a'itud precolombina.

    Por In im\o le tic 1::1 (.'l'trtK'lura econ6mlca y social de 10B pIIPI\(IS lndlKoderoso Impulw a ('sa tarea que cumplian los

    ,18

    ,

    , "

    I

    amautas. Levant OlJ'Os edificios con Igual destino que el primit ivo Yachahuasl y atrcljo a esos recin~os, no slo a la juvC'n~ud de lti e.\sla de los Incas, sino lambLn a los jvenes de las fY lodas los ciencias, artes y oficios que les hall en;;eliado, POl'QUC con todos ban salido en tan breve tiempo, que

  • ~.i: ..... H

    ~ p,~.,

    1'11 111 11"011 es.tructura, Y cincu(mta aftas empleados en e l 001-111'1 11" ICfln!ucst Di Peru, 740) .

    n ""ITI:: COMO PROF&SJ,N

    \JgllllOS anll'Oplogos no creen posible que en las socle-,hlll" 1I prdlistrlcas haya ulstitIG nada semejante a ulla pro-r.,"1611 llrllstica. Nadie en la sociedad primitiva, afirma 1\lw'II.' ,', g~na su vida exclusivamente en la prctica del arte. la 10.111 la historia III'ecolomuint cae .dentro ete. la vastfslrna ,1111 prlmhIva, sel' necesado anotar muchas excepciones a "11111 ~'K{'t'Sjva generallzacl6n.

    ' hlqumonos, por ejemplo, en (>_se periodo dEl inusitado tll' llI t. 'l ile la cultura maya, de acuerdo a la cronologfa de I1lIlIult'n, alcanza entre 471 d, e, Y "629, Per~necen a esos 4111uII multltud de plez~8 escult6ricBs y cent.enarel:l de monu-IUC'ulo,

  • ---

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    CAI,huLO 1

    EL PROCESO FORMATIVO DE LAS CLASES

    i. tNDOLE DE LA EMPRESA COLONlAL HISPANO PORTUGU I~SA

    Determina r la filiacin h lsL6rica de la colo.nia his-puno-Iusa es el, pas.o pXL'v io necesario para el estudio de sus clases sociales.

    lLa colon ~c\n se ini d a cuando se operan en ~' Europa transformaciones profundas en la ecnomia y en la eslructura socia l, cuando d proJongado ciclo feu- . daJ se encuentra en el ocaso y el capitalismo comer- cial inicia su C';,rrt' ra deslumbrnte:.!

    Lo que surge en la Amrica espaola -y portuguesa no es feudallsmo, sinO~1) it'!-ii S.!O'q_. ~plon;ai1 Lejos de revjvir el ciclo feudal, A.mrit.:a ingres con sorprenden-te celer idad den ll'o del clc1Q del capitalismo comercial, inaugurado ya en Europa, al cual con tribuy a dar un vigor asombros.o, hacIendo con ello posible la inicia-cin del periodo del capi t

  • "IPrendo del centrO-occidente europeo. En E spaa y PPrll.1gQ.l, mient ras t.anto, as a la hora de consolidar 111 unidad nacional como en los a flos posteriores de la IIIIJIlnrgua :;:bsoluta, el proceso capitalista se mani-fl' :..; l en formn ostensjble en. ciertas zonas, y activida.-lks, pero el resto del organismo ibrico sigui arras-~ "Hnuo una produccin de fut::rte reminiscencia feudal,

    Am.'ica enriqueci a algunos grupos sociales de Ilmuas metrpolis ibricas, pero no salv a stas de la d'Cndencia. No consUtuy' tampoco la causa que la lJt'ls lon, Enquistado el mecanismo de la produccin en un molde anacrnico en ambas metrpolis, las enor-llIes riquezas coloniaJes no pudieron ser asimiladas por :Itlullas y se filtraron a travs de la pen(nsu la para ir :1 desemboctlr, en l tima inst;: nda, en los paises cuyas t'::i ll'llctmas econm icas nacionales ms mor:lernas -no su genio innato, ni su l'HZi:l. - las absorbieron con aVl-df'1. y a lto provecho.

    ltubustec ido. el enemigo europeo -Gran Uretafla, fOn primer trmino-- gnll la biltallfl imperial, librada en todos los ma res y bajo todos los soles, porque us6 en r lln Ul'mas econmicas ms eficaces y modernas, La hi5lori econm ica de IriS colonias americanas Iu qucdanllo }Jl'ogl'csi VOlmente ms vi nculada -y I}lts sometida- a la accin de' ef>e enemigo triunfante,' La historia de las clases coloniales depende, coruo vere-mos, de una mullitud de factores fuertemente ameri-canos, pero se encuentra tam bin condicionadu por la incesante lu las metrpo,. IL; y otn.'}$ pases europeos; pCIl' la parbola descenden-

    " te que .aqu llsf'I descrihen El lo lar~o (lel perodo colo-nial y por la gravitacin cada vez mayor qUE! ejercen fuera de Em'opa oLTas JlotencJa~ europeas, prime,'", en-tre ellas Gran Bretna 'J

    44

    '.:

    .\

    l I

    i1 LOS ELEMlO:N1'()S Df';'fEfThHNANTES m l;L pno CI,;s n FOH M A1'1VO

    1 , E n 1a (;on qui~ta y colonizacin de un pueblo por otro pueblo, hay un proceso que se repite a tra-vs de los siglos y cualquiera sea- el escenario geogr-fico, Es eJ de la formac in , en la ZOlla conquistada, de grupos reduCidos de conquistarlores y colonizadores, en uyo beneficio trabajan -y a menudo ,mueren-grandes masas de conquistados y colonizados, Una con-quista ,o colonizacin pu'cde habel' sido mucho ms benigna, menOs

  • \' I .1 1,. .... ('7.. C'n.trf'mc7.clada ello ella- qUE' apol'ecen 1.IIIIpO;; sud.,.lcs de perfil t1efnido y permanente.

    (,P"lId('. c6mo, y por qu Re opera elJ.ll'Ol:oso for. ' t '.. } 11111 11\ Ot di' las c1:Js~~s soriales? Lns dos elementos' ms hUIII IIi":IIiLCS que determinan la difere-nciac'n de la .' IlI lhl,lI ' un colo nial en clases SOClles son la eXIstencia 1 1I I n('xi~tl'nca de ~~!\Q .d.e 'QI:\. ilPl:Inqante} discipli-I ljII 11\ y borata y la posibilidad deroroduclr attculos Mt IIIHkrnt'ntt; apetecjdqs1en el mercaao~i70--Ocrren: 'ni jllll'peo. -~',- ---

    ('liando esos faclores concurren , !'urR"en en la co-111111 :1 jos grupos seJalcs ms pucrosos. Cuando no "11114'111')\'1 1, los gr'upos socia les ,de colo\l "zad.ol'cs tienen 1I1'\lI "s podt'r QConmico y sO('ial y, l menudo, sus U-111 '11" d i d~n riR s esl,n m enos acentuadas, Hay otros 1'!tIII Il'II L

  • 1111) /I!t'l\lllre a escuchar el pt'imer llamado de la selva, ru ," IIr-ne, en cambio, cuando llega el negro en gran~ 11t"1 ('ltlllit.lades. promediando el siglo 16,

    I.us scnhorcs de engenho --a la inversa de sus I Ilh'J{:'S, los mineros mexicanos y peruanos- no en~ \11111 '011 a Europa de inmediato, muy a su pesar, un producto ya codiciado. Para l,os paladares refinados del 1'lIllllnente viejo, ~(U un hallazgo, una no. \1(1111111 y las compaasquea vendieron all. ~uvieron !jUl' crear el mercado mediante un proce~lmlento t1~ IllrnlOcnle capitalista - creando la necesIdad en el t'un~umidor_ Todo lo cual llev cierto tiempo durante tll (lile los senltores no llegaron a constituir la clase 11111 poderosa que seran despus,

    A la vez el comercio directa o indirecta'mente vinculado a l; exportacin de esos productos bsicos ('~ ~ l que da lugar a las mayores conc~trac1ones de (,'III/ita l comercial y determina la formaCl6~ de los gru~ l'I OS sociales mercantiles ms I!oderos03: ~~_-'~egrerQS t'lI Brasil; los c.om~r.si!l..Q.te~U:~~.Di>.!'.tad...!?res e Importado-res eM"xico y Per, que intervienen-~n la ,expor-l:Icin de metales preciosos o en la importacIn de mlt.iples artculos, muchos de el10s de lujo, para los !'leos consumidores locales,

    Los trminos no varfan fundamentalmente cuando dirigimos la mirada hacia el norte o hacia las Anti-llas, aunque sea otra la bandera que flamee en esas latitudes. Las "primeras familias de Virginia", arlst~ erada anglizante impenetrable, descansan tambin so~ bre la multitud de trabajadores negros y el xito que el tabaco virginiano obtiene en el mercado britnico (Morioon y Commager, J, 167 Y slg,). En Carolina del Bu!, las condiciones se repiten: el nmero de esc lavos negros es supt'rior al del total de pobladores blancos y la aristocracia de Charleston est integrada por cul-tivadores de productos tropicales y por los mercade-

    48

    r

    1 \ 1

    t

    res que les dan gnlida en el exterior (ibdem, 171). Y si en Nueva Tn~lat('rra purHana no n~g6 a surgir una aristoct'acia de este t ipo no ru tanto, dice Beard (Rise, 55), porque alguna concC'!lc:- in terica lo impidiese, sino porque lH, m,lnque haba tierra abundante, no haba mano de oht:l en gran nmero. Adems, agre guemos. pOl'que los nicO$ productos que la Ira 'sede de los puritanos- de Aml'ic

  • Muy cerca, pues, de aqullQs, en wanto a 'Podero eco-116mlco y social , hay que enumerar a 10s"~cm!~Eder ... ~_ 11(' Mxico y Per en cuyos ]atlfundios se hacanals-IIt' l(l:>, cultivos para el con,Sum9 local; a los ~
  • IlltII 111'/.11111 tardamente a Brasil, pueden ser conside-IHllulI J('nlrO de e.">3. clase, s i se tiene en cuenta su ubi-I'H! 11111 :-;nda l, aunque ello,,>, de por si, forman un es-11 11 1.0 qll l' tiene sus in tereses propios y que a veces se Vl\l'I ll 'nll'a en conflicto con algunos de los grupos cita-111111 Tambin pertenece a esa clase el aJ1Q..d~ro. aun-11111' I'n este caso el factor econmico adquiere mayor flll'I')I,II , porque muchos de sus miembros eran titulares 1111 ('Iwomiendas, latifundios y cuantiosos capitales ca-Illl'r'dales y fiduci:.rios.

    ti, La enorme multitud que constituye la base tll' I'sla pirmide colonial est integrada por lOS escla-~(lfl /1(' cualqu ier raza o color, -los que Jo son ante la h'y y los que 10 ~on de hecho--; pOr aquellos indiOS I 'U)'!) rl'glmen de tl'abajo adquie['e otras formas y por 14111 osalariad05, Es la ~se de las desJlose,id9 lde los (llIe' liD son propietarios deJos medios de producci6n (IU l' usan y que participan con su fuerza de trabajo l' ll ('1 proceso productivo. ,

    ITIntre uno y otro ext remos, se encuentran quienes 11.'JH,'n una propiedad pequea; o estn empleados pOr 10)01 grandes propietarios en tareas que ataen a la 3d-mlnif;trad6n o al control de la mano de obra; o son profesionales liberalea, o funcionarios pblicos o aacer-d01 es de jerarqua menot', AlU se incluyen los oomer-dnnles minoris las y los artesanos, abundantes en la8 ,{randes- concentraciones urlJsmrs, como las ciudades de M(>x.ico y Lima; muchos propietari.OS de obra jes, ca. .. i nunca amparados por el favor oficial y, a menudo, :lI'l'uinados por la competencia de las manufacturas metropolitanas; los pequeos agricultores y ganaderos, l)rCsentcs en todas las colon ias: los calpixtles, los ma yordomos y los que desempean tareas algo semejanr les a los administradores de fincas o de ingen ios en la actualidad; los profesores, los pocos mdicos que He-

    I

    , 1

    gaban o se improvisaban en Amrica, })R muchos aho-gados y tintel'illas, Todos estos grupos forman uJl&. J I clase media colonia l, dbil sin duda, pero no inexistiJ,.-I/ te como -s.e""Iiii' cre1do. /

    Hay, ademas, una considerable parte de los pobla-dores que vive a l m;rgen de la produccin, que hemos clasificado en pob~acin 110 incorporada a la econom.a colonial -los .indfgenas que conServaron su organiza-cin precolombina y que no fueron sumados a la es tructura social- y poblacin improductiva" que vive en los ncleos urbanos y rurttles hispano-lusos, La gran mayol'fa de los individuos que integran esta l tima y todOs los que integran la primera no pueden ser conslderndos como formando parle de clases so-ciales toloninlcs, pero volveremos a encontrados en nuestro estudio porque, de una u otra manera, su pre-sencia gravita sobre la estructura social de )a colonia,

    li1 LOS EL EMF:NTm; CONDICIONA NTES DEL PROCESO FOHMATJVQ

    1. Los CRU/"OS TNICOS

    , Es un hecho que, desde muy temprano. se P['Q ,

    duce en toda lfl Amrica colonial una ctifereJlciacJ,n.; ~n, clases ,sociales y una divisin del trabajo estrecba~ ! mente relacionadas COn las difere_nciaciones tnicas, Los individuos ql.le integran los grupos 'so'cia les ms poderosos son de piel blanca, aunque muchos hay tan blancos como ellos que no 1:i1canzan a ingresar en e>os d rcwm privicglados. Los de p iel ms oscura y los indios purO!-! qu edan, por regla. relegndos a la catego-ra social (lUma, Ent re los elos ex tremos, fluctan los que Son prOducto de 1m:; mezclas. fnicas, si bien mu chos de ellos se incorporan ,3 los grupos inferiores,

    Este proceso se repite con insistencia en las so-

    53

  • , ~' . . ,

    l'Il'llades coloniales de todos los tiempos, peTo, aunque lUrezca lo contrario, se trata de una C!?,traUic,acJn { lIi en que es..consecuencia -:-y.no ,orjgen- de .la_ dJfe. 'l'uciaci6n ~n .~Iases social~s.

    En otro trabajo hemos estudiado cOn mayor de. tl'nimiento este proceso. Resumiremos aqui lo ya dicho, ['pitlendo que e.n las soci"dactes coloniales se super-pone un grupo pequefto de conquistadores o colonJ-zadoces, que pasan a ser los poseedores y sefiores de la m~mo de obra y un grupo mucho ms numeroso de mano de obra desposeida.

    Los muy pocos que son conquistadores y coloniza-dores se constituyen -inevitablemente, did amos, si \ no fuera que la historia 'ofrece siempre sorpresas que mmpen las generalizac iones- en QUgaLQ!llaS cerradas, que deilcnden sus privilegiOs con ~ er Vigor-que les propprciona el pode l' !Joltico.1Cu,ando conquistadoreB y conquistados, rJosceUurcs y desposeldos pertenecen a distintos grupos tnicos, tralan los primeros de orga-nizar un sistema. de diferenciacin tnica nOloria, corno forma de expresar la diferenciaci6n social, Igualmente nNoria, que con tanta veh emencia deJiendell . ~!:_ vil_egi Q...social . (!~!:.I~Cl~ I!-.I p~~jllicio rac.ial, como justi-fi cativo y. a la vez. como aCirmaci6n de podero o, di-cllO en otra forma , como a firmacin del decidido em-peO de defender el privilegio por todos los medIos posibles.

    La segregacin tnica, el uso de las diferencias de pigmentacin como paut

  • 'lile ingt'esa rn en la naciente clase de los po~eedores. 1'('1'0 -con se r eso mucho-- no puede ir ms all. Hu~ hiera legislado sobre el aire --como ta ntas veces- de 110 hnber exist.ido los elementos determinantes que Ibu vido I'eal a la nueva clase, Con pod,er polltico im- ' perla l o sin l, los conquistadores

    J ya seores del te- :

    1'1'(' 110 y de los indios, hubiran constituido aqu una / d

  • j'n , ell aJto g rado, la fuer:r.a {je conviccin que lenla en I!:uropa.

    Muchos autores latinoamericanos del siglo 19, pre-l'I('upados por descubrir la causa del progreso ms r-I':dn f('giSl.rado en las colollias anglosajonas del n()rte, ('I''y eron que el oJ'igen socia l de los colonizadores del 1J1}I'le -que supusieron ms popular que el de Jos del ~lIr- podfa explicar la diIeren:cia. El argumento ha perd;do fuerza en nuestros das. Es probable que la proporcin qe aristcratas que se trasladaron al Ilorte, I 'on ser re

  • 1 ,a CIl f'omicnda l'S el pri vllcSlo que la corona espafio la "I urg-a, e n vl' l\ IO (\~l ('u al d el'ta cantidd de indio;; treo hllja ::t I,:s ,;rdenes del l'nl'QJnend('r (I, o le paga un tributo, tiI'.: n l a~ ('pOC'I~ y 10 R luga res, Encomienda y propiedad " "'I' llOrlal ;;on co.sas lH~tinws .>n la legitlacin , porque la 111'l lII l'1"'01' los :;'allgleyf's, Posteriormente, el 2'6 de ago;tII (le 1(;;'13, e l nfun ero tle ga l{'Unes fu aumcntado a cua-tro, y lucgo reducido nu: vamellte a uno de g: POan tonelaje, GOO a 800; hasta que M XICO lI'1:'CJL' la independencia la re ' I{'.l l ridad de (>5(e lrMico nn hi lo jams Int~rJllmpida ,

    tiA N m'v a Es pan comenzaron a enl l'r esclavos de Or iente, red n conru lRlada Manila, El general L~ de Le gaspt rem1l\ algu nos, (I\lC todavia poswan IillS heredero! en lal; haciendas de CQy uca, ('ntrnflo ya el siglo XVII, 'Estos es. c1a \'o!J adquIrIeron 110SlE'rlol'mente. s u Jlnertd y fundaron un t)al' l'io en el fleq uC'o puerto, 8e ded an indios de Filipinas , pf'rn l!ntre ell os hlbla muchos mulatos, lo que hace suponer que no eran exc lu Eilvu mcnl e lndrgena~ del arch\pllago, sino de Otl '05 muchos )ug[I'CS c.Je Oriente,

    60

    j

    "La entrada de escl avos Pld.C:IVO; pOI' e. la vfa !lO l U\'O dectu s ino hasta el primer 1ig lo XVIII".

    Los esclavos tle ul 'il,m te, que ImJ\' lcnen !le M,mila, eran destinados, en parte, .. los ol' I, .. j('s 'll' M-xico, Puebla y ot.ras d udades (Za vala, CQntacto de c,'1t lt tlTas, 184) .

    " mn;NTu n;o SUlVANTS" Y.N t A::: AN'rILl ..... s DANESAS y ;;N EL

    NQRTI:

    lJna de Ins dificult

  • 1l 1leraci6n lesa l no cambia la suerte real del trabajador , sino fUe la empeora, como ocurri en el siglo 19 con los esclavos II: gUl!rras civi les Que pro' \,opu~!itos ,r todos los exTremos_ Carvaja l, t t'mernno y bhl,,: rcmo, que se sentia en Per ms podcrOilo que el monarca

    ,., ,,-

    -'

    Ibl'!CO, se prupuso pl'OcJilllHll' una monarqufa Indel)(>ndl ente y se otorg6 (1 s mismo e l ttlllo bien derlnidor de "General d t>1 felixci ss.i mo e:

  • ,linarias Notlcia.s secretas (42Q): "Lo~ Europeos y Chape~ t.ones que llegan a aquellos payst's son por lo general de t IIn nacimiento baXo en E!!pafia, 6 de llnHj", poco conocidQ, :, ;\1 ePi:!ro no eran ~sos totlos. A la :Amrica britnica Ile-gaTOn ogricultores y pe(,lueos capit9.lislils empr~ndedore' y tenaces; conden ados por deudas y por deUtos comunt,': preoos politicos y prisioneros de guerra; aduH08 y nios raptados en los puertos del continente. l,a enumeracin Que

    64 I j

    hace el historiador de ll;rbados de los orfgenes de la mallO de obra que llegaba a lu Isla (lIarlo\~-, W2 y sig.) coincide con la que Jo;; UuIOl'\$ e,;t.odounJ denlles y britnicos hocen p'ara las colonlll~ bl'ltn lc:1 3 d~ tierra firme.

    4, Es muy dificil ('s; lab lccer proporciones, Con qu base. se podrlH smaen('r ,?ut' Jo!'! elementos sanos eran, pro-po~clOna lm e nll" m.~ !lunu.'r01,;os aqul o all? WaJker, el hls-tOTlador del impel'~O b'Il

  • La proCesin es un elemento muy importante para es, tablecer el estrato sodal a que pertenecen los Individuos, pel"Q los Ihnlles deJ eatr:Jlo no s iempre coinciden con 101 de la profesi6n. E sto se observa gCDl' ralm ente con los rnlem " broa de las burgueslas comercIales, 'que 1wicrten sus ga-nancias en la adquisicin . de latifundios y en el prs tamo a 1nlel's, Con frecuencia, un mismo individu'o ('S comer-ciante, hacendado y prestamista,

    UIUi ffi!;ma Dl"oft'si(n, adem1 SiRIo Hl. ('n {'l cU;ll 101'1 n:weg:;mtes lusi tanos 1mcen d($f'mhafC'O!,< .... n la c(l~la '1 rt'l'n;l'n palo hrasil , que luego vend.cll en guropn .

    Fazc'7ldeiro de ('uU ell, ~n l:!l'),s ll , el hacendado Que ex' plota un enCeLa !. Fo.underQ de {jlulo, 1'1 que explota una estancia , halO o hacIenda de ganado_

    Imtent'ured servant os el trabajndor que, proveni ente: de puertoS del v1r:jo contln(' l1 le y especIalmente de Inglaterra, fIrma un contrato por e] rua ] ;c ('ompl'onwle l trauaja,. cier, ta. cantidad de ao!; en la finca de un colono en Amrica del norte o de la$; AIlt.i lJas, Al cabo de cs()s aos, recobra su libertad de accl9n. E,1l la pn1clicl, .su condic-io es seme-Jante " l de L e~cla"o . F; L ..... ntrato ~s a m (,'ouuo firmado en romph>ta Ignoranl' la de S il contenido. A ve('e~ , el indiv iduo es F.tl,tado en 1u;; pucrws ingleses,. despus de haber sido embrlagdo, por ng

  • l''I'I'cspontlen n los w.c1ltlu'ed scrvant.$ de Amrir,a del norte y (Ji' otrag AntHlns.

    !lulnderistlt es e l propietario del saladero, primer esta ' IIkl'lm lf'nlll desti narlo en el Rfo d lt la plata a preparar lo ,',' t'nl' ('011 destino al consumo local y }u envio a otras colo-HI: IS,

    Sc11 l/01' de e7lgerho es e l [lropll'tario de tierras, instala' ,'"neE;. esc1o\'os y vid3s humanas (> n el Ingenio de aZlcar, 1.'11 UI'asll .

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    1

    CAPiTuLO U

    EL PROCESO TRANSFORMATIVO DE LAS CLASES

    Si la 'sociedad organizada aqu hubiera sido feu-da l, el proceso de tl'all!3forruacin de sus djstintos gru-pos" se hubiera bperado :con gran lentitud histrica Y1' casi impE"rceptiblemente, Estaramos en presencia de castas sociales, superpuestas y anquilosadas, Impene-trables --en cuanto pu.cde ser impenetrable una agru-pacin humana, cuya entraa, sJn embargo, jams per-rrHmece idntica a .travs de las edades,

    Los espaole_'!, es verdarl, usaron la palabra~asta para clasificar lega l y socialmente a ciertos grupos t-nicos y sociales. Idntica inspiracin tuvo la ley en la colonia britnic.3, que intent6 regir el ordenamiento social de .acuerdo con la pigmentaci6n del individuo, y e n la colonia Iu.sltana, a pes., r del irresistible im pulso sexual del portugus blanco, que redujo casi a la n

  • lisrno con inlenso colorido feudal, p~rp no feudalis-mo- r e
  • qufa-, surge 5610 cuando existe cferto nmero de in dividuos que tienen algn prlviteg;o que dee.nder. Ms se cierra y ms impenetrable se hace cuanto ms menazados siente sus privilegios.

    En ciertos casos, no es tanto la magnitud del privilegio como su inestabilidad 10 que determina el grado de inmovilidad de! grupo sociaL As! se explica que se descubran~P.9~ de 9-..!.~.es~.nQi]que tratan f---feamente de(PTI?JQngB.!. su inmoviUdad;>en defensa de privilegios mOdestos, pero vacilantes, cuya vigencia puede cesar con el capricho de un gobierno o con transformaciones econmicas de corto alcance.

    Otro factor de prImera importancia en este pro ~eso es el sistema de relaciones existentes enlTe po.-seedores y mano de obra. Cuando ese sistema est basado en la violencia, cuando ms ostensible se hace la injusticia. ms cerrada tiende a hacerse la oligar-qua, ms agudizada y agresiva. su conciencia de cla-se, Es 10 que ocurre con , l~ ... min~r~A.e Potosi. se~ ores despiadados tuyo privilegIo colosaf" equiere que una multitud de indgenas desaparezca peri6di. camente en la entrafia del cerro y, en general, con todos los mineros de la poc.\ colOnial. En el caso inverso,' l~ . pligarQufa, cuando la defensa de su pri vilegio exige menos violenci~, menos injust.icia, tien~ de a hacerse patriarcal, a buscar tambin en el mw rito individual una base de apoyo. AS, en los grupos, indudablemente olIgrquicos, de ganaderos del Rfo de la Plata, del noreste y del sur del Brasil y an en el caso de algunos de los senhores de engenho brasilefios.

    3. L os SILLARES DE "LA l NMOVlI,lDAll

    a. Gnesis. La tendencia a la inmovilidad apa ' rece en la Amrica colonial desde el primcl' da de BU ,

    72

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    thistoria, porque el colonizador viene a buscar privile \ glosY:- cuanto ms ampllos, mejor. Pero el verdallel'o I proceso de inmovil idad no se Dgudza ms que cuan-do se presenta la posibilidad de que el privilegio sea grande o, aunque modesto, de rendimienLo seguro. Por eso se desc.ubre muy tempranamente en algunas zonas la presencia de (lligal'qq

  • poderosos en Amrica, actitud que tambin tuvieron

    I "

    74

    un. misterioso y eficaz antldolo en las instrucciones secretas envlaoe apro-pi de la tierra dd indio, s ino que redujo 8 ste a su servicio, r~n ] ( 1:'; lugUl'S t.Ionde la tierra estaba jnba bitada -en la pampa rir)platcme, en el sertao brasi. leo-- el la.tHundio, lI expandirse, no proporcion al l' europeo un beneficio econmico inmediato, pero le agreg. un ~rito....soc.a1. Espaoles, portugueses bri-tnicos, lram::Ses,- lioJandeses y daneses saban q~e en EUl'Opa la propiedad de la tierra acrecentaba el mrito social y los colonizadores .de todas las nacionalidades buscaron en Amrica o--sin una sola excepc:i6n- el lat,undio que les enriqueciera o que, por )0 menos, diera lustre al nombre de su familia.

    Fu I\.b.aQ Q.u ... eipo, quiz, el escritor colonial que con mayor lucidez seal en Mxico los m

  • t , ,

    dar-Visitador Juan 1\nt~nio Mon, cuyo informe pee r sentado en 1786 a la Adleiida: ae Sauta Fe, en' Nue-va Granada, es considerado por Ots Capdequi -que Acaba de exhumarlo (/nst , de gobierno, 101)_ "pieza,l documental de un valor histrico poco frecuente", "

    ,En M.?Cico, Per, Venez~cla, BI'asB -aquf. el ne-gro lmportado vino 'a valorizar la tierra- el latifundio ru asiento de poderosos grupos sociales; la incesante conce,ntracin de la propiedad rural en pocas manos ~ntTlbuy notablemente a la inmutabilidad de las ollgarqufas de Jatifund islas y encomenderos, senhores de engenho y !azendeirQs, Es Jo que habia ocurridQ en las islas britnicas de las Antillas -donde, en el si-glo 18. ,no qued!lba prcticamente pequeo propietario de 1[1 tl.erra, con excepci6n de Barbados (Ragatz, Old pt~nta~tO'n, 1 y nota al pie) - y en todas las colonias tlflt.mc.l s ~el norte, aunque aqu la inmemidad del territOrIO siempre ofreci una pl.lerta de escape a la esperanza de lOs que no querfan aceptar la dura rcaJi-d?d y, que ,f~rmaron una retguardia de pequeos pro-pietariOS, leJos de las tIerras ms valorizadas.

    Tambin estuvo el JatJfundio presente en las dos - . mrge[le.s del P~ata. Algunos aulores del siglo pasado ./ -FrancIsco Ramos Mejia, entre ellos (Federalismo 191 y s ig.) _ sostenan ql.le esta parte de AD1rlc~ ha~fa Si?O refugio !.le pequcflos propietarios y que el JatfundJO no haba proliferado. Pero ya Manuel Bel8 grano deca todo lo contrario en 1819 (Gondra. Bel-gral'l.o, 258 y sig.) Mendoza ha explicado COn claridad : no hace mucho, c6mo se fiJ desarrollando el proce~ de acaparamiento de tierras (97 y sig.).

    Lo que ocurri en el Ro de la Plata fu otra cosa. No se formaron oligarqufas pod.erosas e influyen les como en otras colonias, pero no por lo que supuso Ramos Meja, sino porque, para Illlorizal1 es~ enor-me!> latifundios, J)o habja en el Plata mano de obra stJ-76

    I ,

    lici~t~ !,i hu biera n pod ido Jos latHundistas, aunque la {uvier'an, exLruer de ellos los producLOs que el met', cado Internac.ional paguba mejor y que otras pa rles de Amer lca le proporcionaban -metales, diamantes,

  • l'rI'\ 'iuble para la adquisicin de carne, tenfan de sus Ilrlvi legios como tules una conciencia caracterstica-IHc 'llle oligl'quica, que implicaba el menosprecio de IIIH derechos de los agricu ltores de la zona y de los 111 11' 1>105 de indios. La Mesla fu , segn todas las po-\ ,U.ilidades, un lactor de inmovilidad social en Nueva 1 ' ~J.; paa, como 10 hab3 s ido durante siglos en la me ! tr6poli, aunq ue no tuviera aqui la misma proyeccin I cuC' a lJ~ . Ya en la segl.Jnda JDltad del siglo 16 el C-.Ilcc Mendi.eta enumel'a. entre "las cosas que han sido t':mS3 de de~truir a los indios, y lo son", " los daos que Hacen los ganados, que ya en algunas pa:ies n-o ' Sol n sembrar""'' a piinciplos del 19, el sagaz Abad Qucipo n- olvida recordar en su "Representacin" el ht'('ho de que "prulec(' tambin la agricultura por los (,XOI'hjtunl{'s pr'ivilegiQs tlc la mesta, in.troducidos en ! '~te reino por la p,'cpotencia de cuatro ganaderos ri-t'OS de esa cOl'te" '(80), .

    Pocos ejemplos tan incuestionables podr[an en-contrarse en la era colon ial de cuanto llevamos dicho, e_omo el de Jos Gran Cacao, la oligarquJ.a \l1..le dom:na 1 .. vida econmica y socia l de Venezuela d.esde el si-glo 17, Todo confluye en ella para hacerla tpica en un anlisis de esta ndole y apenas si el estudioso pue-de apartarla ltn instante de su memorin cuando trata del tema, Un producto de exportacin le proporciona,. el tal:smn de la fortuna y una mullituu (l e ind ios y negros, el motor que le permitir acumularla sin If- ~ mites, Cuando ya no es slo el cacao, sjno otros rubroS' , de la prOOuccin colonial los que se suman para ma-yor opulenria de sus miembro; la oligarqua caraque-a entra ('n un proces.o de Ifrrea inmu~bilid.ad" y desarro1!n una ('ondencia de Clase-que no es superada por ninguna otra en Amrica - ni por la de Pennsyl-vania. que t.an. desmesul'lda expliclcin religiosa ha-ba encontrado de sus privilegios terrenales, No- hay

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    I -

    ---- --i

    pre!ulcio que no sustente, no hay privilegio que n ?erl e~da con el nf:; extremado celo, no hay intento ~gualttario --como el levantamiento de Guai y Espa-na, en 1797- que no desa te Sus iras,

    e, El pOder poltico local. E l poder pollUca 10: I cal no (u en Amrica , salvo excepciones, sf'OI"Stru- : mento de c.onsolidacin oligrqUica y de inmo'VilioaCJ ; socl,al. Casi s iempre, re.preset ~-ra'cOronla -espa. 1 o1a, portuguesa, bri tnica, hoJandesa, francesa, dan~ SIl- los grupos soeia les ms poderosos. Cuando entra en conflicto con e l poder imperial, cuando defiende una li ber tad, es porque el poder iruperial quiere res-tringir sus prjvilegins o porque es} libertad que de-(iende es necesaria para que prosperen los intereses de un grupo social r~ucido, En las polmicas que se entablan entre el poder imperi: l y el poder local, entre los representantes colonia les del imperio y los representantes de la oligarqufa loea l, a menudo los in-tereses de Jos desposefdos -indios, negros, "ndentu-red servants", "engags"_ estn mejor defendidos por los primeros,

    De todos los instrumentos de ndole poltica, ni n-guno quiz como el gobi.erno local resul ta tan eficaz para apresurar y ahonda!' el proceso de inmutabiHda.d oJig~rQ.~ica, La historia puede narrarse en trminos ' semejantes para toda Amrica, a unque las tintas va~ ran de intensidad :;egn los luga res y las pocas.

    Despus que F eJipe Il generaliz la moda lidad de poner en venta los cargos de miembros de los cabil-d.os. stos cayeTOn, como lo dice Ots Cclpdequi (R.lg. tt.erra, 1:37 y s ig.), en manos de ollgarqufas privile-gIadas, A pesar de que la corona no renunci nunca a su propsito de aplicar en sus colonias lIn, polftic;t econmica dictada por ella, el Cabildo no dej jams de ser un factor de primera jmportancia en la deter-

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    , 1,

    :1 I ,1 -/

    : : I I

  • minaci6n del destino econ6mico de la zona sobre la cual gobernaba, Las oligarquas se perpetuaron en sus asienn,s y los utilbmron sistemticamente para am-{l.lial" sus privilegios y restringir el acceso de otros gn.lpns socia les a la condicin ue poseedores, Ots Cap-dNp,1i nal'r'a cmo los cabildos, a pesar de lo. que es-tablecan Ja s leyes y de las enrgicas y reiteradas ins-trucciones en contrario de la corona, distribuyeron las t,ierrCls, incluyendo las d_e la Cmilra Munidpal y de la categorja de homens b.ons eSfaban excludos, segn la terminologa de la poca, IQfi operarios, los mecnic9s, los degradados, los ju-dos y los e,xiranjeros.

    Fu menester que mudaran algunas condiciones econmicas y sociales de la colonia 'para que las C-maras Municipale-$ cesarar'! de ser un instrumento ulilizado exclu'~lvamente por los grandes plantadores, Es as cmo en la segunda mitad del siglo 18 ---ese agjtado siglo 18 de la colonia lusilana- la burguesa comercial portuguesa va desalojando de las Cmaras a los antiguos senhores de la tierra (Prado, Evol, poI., 67 y sig.), rero claro est que est~ otro grupo oligr-qqico -ms asido an al privilegio que deriva del patler poltico, pOrque s.u fortuna descansa en el r-gime'u de monopolio comercial implantado por la co-rona lusitana- tampoco hace ms que utili.zar las Cmaras en su propio b:neficio,

    80

    La hi!'l'toria es la mis.ma en l~s colonias pritnica::; d.el norte, de~,de ~~eva Jnglaterra -cuya "aristucra~ Cla de S

  • tencia. No hubo colonia donde no se registraran acon-tecimientos econmicos. poHticos y militares capaces de alterar fu ndamentalmente ta estructura de ciertos grupos social es y hubo regiones y pocas particular-mente propicias para esas transformaciones.

    a. Anverso y reverso de la encomienda. El rgi-men de las encomiendas constituy en la Amrica his-pana una de las ms Iirmes bases de sustentaci9-!lel

    .. pr.iy~o y, por tanto. de_)run..t!..tabili.~.?d social. Las cifras que ofrece la estad1stica de enconiIei::aS que el virrey Toledo hizo levantar en las Audiencias de Li-ma, Quito y Charcas - mediados del siglo 16-- tra-ducen el hondo desequilibrio social ya enraizado y cuya continuid

  • 11I1Il1)()CO hubiera sido posible sin esta migracin en IHUM de mano de obra, as como sin el a porte deJ I)(I /Ulcirante cazador de indios y es, tambin. sobre (1m.' liubsuelo demogrfico y econmico de reciente (Of* IlUlcin que surge en el centrosu r una agricultura, IIlIn ganaderfa y -por consiguiente- grupos sociales lIuevos de Jazeruleiros,

    Los emboabas mismos nos ofte*

    87

    2

    , "

  • Ikil que Il evahan las carretas cuya nas y que h~ce el 'HlIOI' citado (129 y sig.). Ademti s del encomrnclexo V !Id indio econmendado, ese- trfico"Iitenso y prs~ H'rn n~~(,E'~n de una verdadera mulftud de6:n~erme;:; ., III.H i ()~: \:1 comerciante mi norista y mayorista --e el I

    11111110 de part ida, en (>1 ('.arni nQ y en el punto de des-III(~ ' -: el fle tero de ca rretas ; el propietario do barra-

    'i lH: ('] fraccionado!' de bebidas "a1coh1"cas, poI'que era ~ ' I I!' uno de los rubros ms importantes de ese trfl. I 'j ', tte. ete.

    ,;~s Igua lmente in teresante recons truir la lnea W'II':TMi ca que corresponde al trfico de ganado en-rn' pi Ro de la Plat.a y la ('.~ta del Pacfico. Mulas, l'llhllllos, ovejas y vaca:: se crIaban en las llanuras de 1I1I1'nos Airp:;, Rant~ Fe, Corrientes y Crdoba; mver-Iwloan en Crdoba y Tucnmn y de al lI p

  • r desprende la existenda de gran nmero de ~de~ res en la ciudad de Mx:ico.

    Esos ~r~pos de clase ~ledia; deben h~~er estado t;ometidos a un proceso contmuo de mutabllldad y sus integrantes haber oscilado sin cesar entre la fortuna y la miseri a, sin olro respaldo que su esfuerzo n1 otra esperanza que la de su buena estrella. Quiz fueron los artesanos los qu.e lpgraron dar mayor n jeza a su destino; Jos que, como grupo de clase media, lleg~ron a inmovilizarse ms firmemente. Chvcz Orozco afIrma que en Nueva Espaa se organizaron trreamente (39). En Nueva Granada, en cambio, no lograron nunca la autonomla que en Espaa, segn Antonio Garc1a (Sa trInado, 259).

    En Brasil , la versatilidad vocacional y la movili-dad de la poblacin fueron caracterfs ticas que advir-tieron varios viajeros ilustres. Habia numerosos oi~ eios de menor cuanta y actividades econmicas rura-les, ninguna de las cua les orreca una esperanza grande de liberacin, que se tomaban y se abandonaban con sorprendente rapidez. B_uarque de Hollanda hace una observacin que tiene gran Importancia para determi-nar el grado de mutab ilidad de los grupos de clase media: el oficio, dice, no se heredaba (64).

    c . En las zonas rurales de la Amrica hispano-lusa se desarroll otro tipo de clase media, cuya in-eslabilidad econmica debe haber sido tambin motivo permanente de cambio social Lo f onnilron hombres que tomaban a su cargo una parcela de tierra, para t rabajarla con su famia o con el concurso de escla-vos o indjos y que pagaban alguna compensacin al propietario de la heredad. Se les llam de las maneras ms distintas : arrendatarios, medieros, foretros, colo-nos, sitiantes. En algunos lugares, su inmovilid.ad fsica no se diferencia casi de la del siervo medieval, por-

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    ,

    1

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    \

    que no pueden abandonar el lugar y tienen, gl:aves oblJgaclones hacia Su seor. E n otros, son mas mde-pendientes y, a la vez, ms indefensos. Las ms de las veces, su suerte es tuvo determ inada por la actitud del senor y un gesto de ste poda arrojarles, en cual-quier instaIlte, a la multit ud de los desocupados o de lOs esclavos.

    La IDqu tsi.~J.n actu, en ocasiones, con dura ma- l no para dispersar por .comple to un grup? de clase : media o para reduci r sus integrantes a la miSeria, obll- j gndoles a hu ir del Jugar y abandonar sus bienes. El . Caso ms brutal fu , probablemente, el proceso lla-mado de los portugueses de Lima, iniciado en 1636, que llev a la hob'Uel'

  • rorrnacione,'i econmiras y sociales que se operan a su nlrededor,

    E$ muy probable que el mayor grado de misci bi~ lidad se haya encoutrado en los grupos de ra~fas~_ fnecia, . u ehi~10 a su mayor inestabilidad, Pero'' es en la erase de los STandes poseedores y altos funcionarlos dond e ms fclt -nos resulta hoy, percibir ciert.as leyes que rigen la mlscibilidad de los grupos, porque es ms abundante y clara la documentacin exis tente que se se r efiere a ellos,

    I

    familias dl' ms psc)"upu losa y Llnl'igu8 preOCupacin aristocrtica un elemento deleznuble, per'o extraordi-nariamente pocleroso: el tratante de esclavos.

    E l orgullo DfistO

  • trucluraci6n compleja del grupo socIal y habla de po-IJIIJlcs y fTt'Cuenle~ casamientos de propietarios de IItu'ajes con hijas de encomenderos y de herederos de

    ! IIIHl'nios de azcar con herederas de es.tancias de ga-Ilut.lo.

    E l entronque de familias de altos funcionarios de lo corona con !amUias de encomenderos, mineros y wandes hacendados, que ya se "advierte desde media Ios del siglo 16, debe haber sido de la ms alta pel! /{rosidad para los desposedos - los indios encomenda-dos Jos mitayos los esclavos- a quienes siempre al . , nma luz de esperanza les ll egaro del siemI2re renovado ,"onfl icto en tre los representantes del imperio y los ~;l'fores locales. La corona trat insistentemente de im-pedirlo, con mltiples ,disposiciones legales, porque tmnbin ella vea peligrar en esos matrimonios la fi-delidad absoluta que reclamaba de sus funCionariOS ..

    Algo semejante puede decirse del ingreso de hljos de familias aristocrtic3s en la Iglesia, donde solan alcanzar las ms elevadas dignidades. De los vstagos del senhor de engenho, el mayor -dice Calmn frist. social 1 80 Y 85- heredaba la tarea del padre; el Regun'do: iba a estudiar a Coimbra; el tercero, era des-tinado a la carrera S8'cerdotal.

    Ocurre a menudo que la conmixti6n de la burgue-s~a comercial con la al'istocracia rUl:al en una colonia Re intensifica despus de un proceso de enriquecimien-to de la primera y empobrecimiento de la segunda. En realidad, es una consecuencia de ese proceso. Para los comerciantes, esa es una manera de adquirir pres-tigio social; para los viejos aristcratas arrumados, de adquirir dinero,

    3. Este captulo en el proceso de la . miscih.U.i~ad de los estratos coloniales se hace ms intenso y evi-dente en .. el siglo 18 y principios del 19, cuando varias - ... A..- _ N , .. ...

    , .

    \

    " antiguas aristocracias territoriales decaen o sulren se-

    , veros golpes de fortuna. Los emboabas lusitanos, enriquecidOS en las minas

    y flamantes fazend.eiras, llegan a mezc larse intensa. mente con la nobleza terrilodal paulista, en parte de-rrotada, en parte dispersa .

    En Per, mientras los encomenderos se empobre- cen por la supresin de las en('omiendas en el sjglo . 18, hay una "tu~~}~'

  • "11)'0 ".'>ludio no corresponde hacer aqui. Simultnea-1111'111(" !,,!la medntdo en r.tl.s uoas islas una bUl'guesfa ,111 1'lIlrH'I 'l:iantes de origen pri:'ferr.;ntemcn te escocs y IlIth", I:uyos ingl'esos principales se del'i vaban de ]a WII I. , ; t los ingcojos
  • Los h~tQr ! Rflorf'S' ,le I; Compaia (le Jess y de las IlII lone:; jE'suiticas pn el Paraguay han tratado de ridiculizar las ifleas de Antequera, pero 51 la oligarqubl comuna] fl e A;unri6n d l'fe nrii6 sus pORidones con tanto v.n'Ujo en v tlrll\s ocasiones en aquel slgle ]8 no fu nicamente porque obe-dt'(:ia los dl;:tados de :;;U,ll Inter~es comerciales, sino tambi n porque pelrnha movJda por un sentido de justicia y el "Co-mn" l10 era para ella menos rea l y. dIgno de respeto que . el "pueblo" Que aparece rn la pr[!OCllp.u'n dt:; los grupos eno 1109 que inician la revolucin de la !ll(lepend ... ncia, en varla; colonias hispanas, a comhmws del siglo 19.

    n!.NTA DI: c.Ul.COS PBUCOS

    F.n la ~poca de Felipe JI y despus. la venta de los caro gas pblicos fu una prctl, al jlodenlrsc Hl'glmentc de las ti er ras pblicas, ingn'sm en 13 dflSe de los grandes te-rratenientes o consolidan suS posiCiones dentro de ella. Este

    9R

    J

    frnmeno, tan fl'e('u ente (>n la h r:; wl'la colonial de Nueva York, Fe en('lI('llVa

  • 'UIlI '1Jl 1:11'1 ambi ente, p'evaledl!con nonnas de mayor lllx.llud IIII ' lH~ v,igentes en el Viejo solar anccslral".

    ( 'umenta' Ots Cap(1equl (frut. de gobierno. 101 y slg,) el Il lllo(u'lante Informe sobre tierras realengas que el OidorVI .11IUI(II' JlI(ln AntonIo Mon present'a la Audiencia- de Snnta J"II, Nuevo Granada, en 1786:

    " l.i:l abuso con que ha!; ta entonces se haba procedIdo en 111 rOllcesUin de tierras J-eulcng(l$, sin medida, desHnde, ni "Vlt ll1o, sin tener en cuenta lJ.s posibilidades econmicas del jnlk llun.te y SI11 qu unos supieran lo qUe pe

  • NoCiales nunca podra representarse, por lo tanto, con t'll(~uemas d('ma-siado generales e inmutables, en los que UI10S grupos aparezcan siempre aquf y otros siem In'c all. Algu rl-os hubo que des lumbraron con su as-I,'('nsin vertiginosa y que luego se hundieron en el olv,do histrico. Otros, que sufrieron mutaciones de l':-; lructura ~aIi1bios en su intimidad de grupo-- de tal magnitud que lo nico que CODservarQn igual, a lravs de las generaciones, ru el nombre genr:co con que los historiadores les conocen,

    No vamos a escribir aqui la cronologfa de los gru pos sociales, ni a intentar rehacer en detalle el es Quema de su jerarquizacin colonial, sino a hablar de las !fneas generales de acuerdo con las que los grupos y rlases se fu eron escalonando.

    1. CONcr.I'ClN DE CASTAS 'Y REALIDAD DE CI.ASE9

    El mundo leudal, agonizante en Europa, pr9Yect sobre Amrica su concepcin de los iDdividuo:i orga-nizados _~n cas!af2 En castas vinieron pensando titO' los peregTinos ~ "Mayflower" como los colonizadores portugueses y e.$paflOles, En Europa, la feudalidad ha-cia siglos que se resquebrajaba, pero su mente, su 16-gica, su terminologa iban a sobrevivir durante varios siglos ms. AmricR, fu, desde el principio, tierra de agramante. zona donde la ldea {eudal pretendi rever-decer frente a W1 capitalismo que la hacia imposibl~

    I en la prctica, r Concepcin de castas sobre una reali-dad de clases: se fu el hecho~'l Fu tambin el slm-

    bolo del confJicto entre el querer y el poder, entre el debe ser y el es, que palpit a lo largo de toda la colonia, desde la comunidad puritana hasta la tierra de los araucanos.

    El diagrama, confuso aunque fuere, que traian los colonizadores y el que los poderes polticos impe

    102

    I i

    (

    1

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    riales trataron de imponer en Amrica se quebranta-ron muchl.s veces y el qu e, en definitiva, result, no haba sido previsto por nad ie. Cambiaba segn los lu-gares y lus pocas, por ms que los juristas de Feli pe Il y los .'61ogos ue :Mass

  • 1111 'Ii'~ros esclavos y de inillos, lambin esclavos. aun-Illll1 la ley 10$ diera otro nombre.

    PlTO las salvedades y excepciones. las condicio-111'11 y dl'~un stancias que hay que agregar para' que "ull' I ' .... CJ uema adquiera Ja flexibilidad necesaria que le JlI'! rll ita reflejar una realidad y n o una preconcepcin tl!'l lIu tm:, SOI1 tan numerosas que escapan a la ndole Iln Ilues tro libro. No todos los entomenderos ni mine- ) lilA rueron ricos ni poderosos y muchos de ellos pasa-HJlI por ,todos los azares, perdieron bienes y rango so-1'1111 y fina lizaron en una oscura clase media. Hacen-Ill\tl os y plantadores hubo - y quiz en gran cantldad-IIUl' II pcnas s i pudieron haberse clasificado entre los MI'Ul lOH de la clase media. Los negreros s que deben IlIIhl ' l' sirlo siempre y en todas partes muy prsperos In)nlllt.' ~ descartando aJgn funcionario que se meta a IUlv,l'cro ocasional, lOs ms necesitaban disponer de rll

  • muchos lo cnCOnlr;;fOn, Se hicieron seores de ms es-clm'os que el seilor ms poderoso de sus ti~rras y algunos. que apenas sauan fu'mar 8.US nombres, casa-ron con princesas m orenas y se adormecfan rodea dos d(! una ,cQlte improvisada, como ellos suponan que e-ra costumbre de los magnates de oriente.

    En las ciudades ms _grnd~s exista la ,~t?.~i-I dad - qu acepc in tan fue.rtemente capitalista tiene

    esta palabra- (l~mbiar la suerte en poco tiempo, ' como podfa ocurrI r asoo:tlao!;c cn:i1IgUn negrero, in-tervinIendo coh los respetable" miembros de algn ca-hi ldo en una especu lacin sobre alime~ltos , o haciendo el trfico honesto de algn rubro muy apetecido por los pudien tes. Este cambio era menos espectacular que el ot.ro, pero nQ menos codiciado para el que ha apren-elido a Oled lr lol'=. va lores de la v ida en cantidades de dinero y no en ttu los honorficns.

    T J()S e!'ipaoles y los portugueses ---"Y todos los co-lonizadores en Amr ica- tuvieron , adems, que cons-truir la s basf's materi;IeEi indispensables de la colon ia: viviendas, templos. casas para el gnbierno, talleres. bu-ques, Los ojos que en Europa slo habfan conocido c:urlnd('s seculares, inmv t1es en su trazado, casi sn industria de la constr\I('

  • Los accioneros de vaquer1as y. despus, Jos prl-. I~I'!~I l'f)tanciefos en el Plata, co:no los fazendeiros de , litIo, eran a menudo hombres de campo y de tra-.... In duro, jlneLes infatigables que arreaban, carneaban r !)Iun'aban al ktdo de sus esclavos negros y de sus JlHllI'ht)S mestizos. EllOs mismos, cuando descendfan a 1M I,'!udades, eran los que imponan det:lsiones impor-,IIlWI en los Cabildos y en las Cmaras Municipales.

    1 ... 1 jerarqufa ocupacional en la colonia refleja tam- . IMn (~t/i!nsito de l~~eudalidad al capitalismo que va~ l 11I)fJ descubriendo en otros captulos.

    Cuando una familia, un grupo o una clase pierden 11 811stentadn econmica, su ubicaci6n social est IHllldmente condenada al descensQ. Ocurre, a menudo, 1111(' In ubicacin social se conserva algn tiempo - aca* 111) una genern.ci6n- pero la cada es inexorable s i tille divorcio de lo econmico y 10 social se prolonga, IN (Iue suele suceder es que, en manos de otras fami-lino () de otros grupos sociales la misma actividad !1fonmica, la clase SOcial sufre una reestructuracin II Ill'rna. As, en el Clli30 de la oligarqufa cubana del IU',(u.'lr y del grupo de los vegueros que, jugados el IIId.o por el todo en la Guerra de los Diez Aos (1868-1878) en procura de la independencia, perdieron la 11Il!'tda y fueron l'eemplazados, en la industria, por ntl'Os propietarios y por compaas de capital cubano, II Ispano y estadounidense Y. en lo soda l, por una 011-gnrquia azucarera nueva, En otros casos, hay ollgar-lIul88 decadent~ o vacilantes, por reveses econ6mi-f'U!', que se ven infiltradas por elementos llegados de IC'It:I grupOs de comerciantes prsperos. Asr, la nob leza vlcentina en el siglo 18 brasileo; la antigua oligarquia tic lerratenientes y encomenderos chilenos; los grupos

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    , !

    de encomendero;:; de Cuzro, Charcas y Lima, en el si-glo 18, despues de la

  • prol,ia, hasta que fueron e1ftcl"m.inados por las armas. "'arman parte de la poblacin i::!!!:.pro.ductiva qule-

    ,/ IU'K no }Jl'cxlulJp.n bienes.. l participan dp. m.anera ncU-" VII pn su produccin. Categoras muy diversas se en-

    5

    j'lII 'oLran en esas condicionP.S: Jos funcionar~. tos

    r

    - JII lIfl..~.l'i ionales liberales, los ~os que no ejercen ufkio!': ni dirigen centros de produccin, los propfeta-

    ( r'los inactivos, lOS pensionistas, los encomenderos que flp reducen a recibir la renta de sus encomiendas, los fl"~QCupados, los det:ncuenles, las prostitutas. La fol1umerad6n que hacemos tiene. desde luego, carc-'pr estrictamente tcnico-econ6mico y no prejuzga so-IIr" la funcin social ni el valor tico de estos grupos. A !l.U funcin social nos referimos en diversos lugares ti" psle libro. A su valor tico haremos alusin en otro I nlh:1jo.

    La po1Jlari6n no incorpMada a 7,a eccm.om{a colonial 111' en('uentra, no slo aJ margen de la produccin crr IMiaJ. sino tambi n fuera de la organizacin sedal d,' la colonia. Tiene su propia historia social, su pro-plil organizacin. El grado de autonom{a que los n-l,'l ('oS que la integran conservan respecto de. la socie-dad colonial varIa. En algunos casos, nI siquiera se Ill'~a a establecer el contacto fsico ms elemental ('nI re aqullos y sta -es l o que ocurre con tantas (.'nmunidades indfgeoas que quedaron aisladas en la ulliplancie o en las tierras jncgnitas del sur-, mien-ll'as que, en otros, el contacto espordico con la C'lll nr..in introduce un f!:ermen de transformacin vaan tle rj ~nluc1n. en el elemental esquem

  • 11(, sangre negra o india y son, en no pocos casos, ne-III'OS o indios fugitivos, pero Que no se han alejado !Ir lo::; f'.~ritros urbanos, o indio!'! cuya comuninad rura l h:1 Ri(jfl destruida por el aluvin colonia l y que se han II 'm:ladado a la urbe para sobr:elle\"ar alH una exla-Il'llt'in de 1)ombra humna. Estos desocupados penna-ll('ntes, en casi todos los casos, no ingresan jams a una clase social, no aceptan la nica alternativa Que In Eiociedad colonia l les ofrece: la de ~er mano de obra ('Relava o semi esclava. Algunos se hacen vagabundos: otros, delincuentes accidentales o habituales. De al11 fl llrgen muchas de las prostJtutas.

    h. Cau.sas. Las causas son, esencialmente, eco-n6mlc3R y Jas hemos examina,do en la obra citada (254).

    Llej:!ados los conquistadores, se produjo, en los lugares de Amrica donde existia unij vasla, Los gauchos. En el siglo 17 comienza a usar~ se, en el .Rfo de la Plata, la denominacin genrica de gaudenos para los individuos Que llevan en la cam-

    '; ,' "f" ,.A., f""' " 1 .... ~../f",N. ,~ ....

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  • paa una e},:istencia nmade, jinetes infatigables que se aHmentan pri.nc1palmenle del ganado cImarrn que t.:omienza a abundar en esas zonas. Hasta ellos no lle-ga el brnzo de la autoridad, ni hay ley que respeten . A. veccs son mansos; otras, despojan a alg(m hacen.-dado.

    Ocasionalmente, el yauderiQ rJoplatense carnea pa-ra extraer el cuero, que -vende al pulpero de la regin, ~1 cual Jo entrega a un acopiador, quien, a su vez, lo vende a un exportador que est en tratos con alg(m buque ingl"s. Cuando las vaqucrfas se hacen ms fre-cuentes, algunos de SOS ga'uderos ion'nan parte de ellas y rt'cibCn una compensacin. Desapal'ccirlo casi por completo el ganado cimarrn y creadas las primer~s l estancias -~iglo 18 y principios del 19-, el gattdc1'1o . a quien se le comienza a Jlamaf gancho, ingresa en ellas e-omo mano de obra experta y de espritu tradi-cionalmente libre. 'Claro est que seguir habiendo gauchos errmtes, que C

  • I , ,

    11 ln:"l rle:;ertures ele la :;e lva, se pone al margen de la /ll>f.'iedad colonial.

    ~. Los UF.S\LASAOOS y su CItAVI1'AaN SOCIAL

    "La multitud de Bagaml.lndos, forajidos, gentes of'itJsas o araganas de que tanto abundan en la cam-1m na SQn el origen de muchas muertes, robos y des-n]l'nes ... la causa de. todo esto es la multitud de Ilraganes, ociosos y V

  • pre ('s in!'>uficiente, La multiplicacin de la produc-('i(Jn colonial, adems, no depende, sino en minima p:u'te, del p~'ogreso tcnico y, p'Or ende, es al esCuerzo fh;Co al que es mcne~'tel' exigir todo,

    La presenCia de esa multitud fantasma de des-rlasados es, pues, un (actor poderoso de inmoralidad social, de corrupcin, de injustioia, de disgregacin.

    liL ESTRATIFICACION y COHESION SOCIAL

    La soci~dad colonial muy poco. apta resulta para estimular a cohesin socia!) En un agregado humano donde hay co on za )' colonizados, .seores y es-C'iavoR, donde el privilegio o la exaccin determinan CO!l harta frecuencia el destino individual, donde los ,unns se creen, por natura, con derechos sobre los otros, los ms conspicuos f.1ctorcs son los que tienden a la desintegracin, a la exacerhacin del ms extremo in-dividualismo.

    ~!l la colonia hJspano-lllsa, el sentido de lo social 1 n.? _ exlSie.'Salvo en casos excepcionales, ~jste, s. la

    sUDordlnaci6n al poder polftico -que lleJ;9- estar mu'y des"!.~E.oIlaaa, a tal punto En las colonIas- britnicas del norte -no en las Antillas- , el sentido del deber hacia la comunidad

    I cstuvo ms des

  • en lQs comel'c,iantes locales que pugnaban contra los /~ comerciantes monopolistas de la met1'6poH, elc. ' .

    Ln independencia -Jarga y cruenta lucha en la -" ( i Am':;liCa1l~l)mo no lo ru en la portuguesa ni ' )rJ'-en la brilnir3- result un estupendo proceso de ~ aglut lr,l?el6n d,e clases sociales y grupos tnicos; q,e in- 1

    'l leK!:a~l~n naCJODal; de aPr2suradoJiesalTollo d~las \ fuer~~e-cohesn social..:.. Pero' eI sig lo 19 hi spano-lu- \ so destruyo'mucho ue-Io que hizo la revolucin de la ' independencia y no dej un aport~, en esta mate ria, que sobrepasara el de la colonia.

    iv. LA rt:LESfA COMO FACTOR SOCIAL

    En lo sodn.l -como en lo politico y lo econmi-co--, la gravitacin ejercida por la 19lesia catlica slo puerle clm))are, tom;:mrlo en su conjunto el perlodo colonl ,\1 , la del JloQel' polftico. l.J t1. Jglc,>ia est omni-presente en la villa colonia l, si no determinando, s condkiona ndo fuertemente las (oonas de la organiza-V

  • ACOTACIONES

    "F.n las Indi~ Occidelltales lie disUngufan siete castas, a

    "l~ los ('spaoles nacidos en Europa; "2' Jos espaoles nacidos en Amrica; "3~ los mestizos, descendientes de blanco e ind1o; "1' les mulatos , descendientes de blanco y negro; "~ los zambos, descendientes de lncilo y negro; "6' los indios; "7' los negros, con la s subdlvlslones de zambos ,priet9s,

    [lroduc1o de n('gro y zamba: (!UOlrterones, de blanco y, mulata; quinterutlcs, de blIDEA ~E PROGRESO

    Beard, que ha estudiac\o, entre otros autores', e l o-rigen, histrico de la Mea de progreso, sei'lala en (.arma expresa su carcter moderno y su indoJe no rellgiosa_ (Prefacio de "The idea 'of progres.s". Ver Bibllografa."

    INESTABILIDAD llE LA Cf.AS_E MEDIA

    Sylvia, Thrupp ha escrito una de las monograflas rn.48 completas sobre' una clase >ocial ea un lugar y una poca determinados. Comprueba la autora que los mercaderes Ion dinenses en los llJmos siglos de la edad media se yan rena' vando, generacin tras generacin, lw.lvo un grupo reducido de familias. En algunos casos, los Wjos abandon'an la prof!! ' sln de l~ paorps y adoptan otro. Adems, .los altos [nctlces

    122

    r , de mortalIdad Introd:ucen en las familias de ,mercaderes un factor de inestabili(lad a travs de las generaclolles. La autO' ra advierte Que en toda Europa se produce el mismo fen meno en ia's clases urbana; acomodadas (222 y sig.).

    Con Jluestros conocimientos actuales, sera muy dificil estudiar cmo este fLictor de la mortalidad ha Incidido sobre la continuidad de la cla:;e media urbana en la sOciedad colo-nial hlspanoportuguesa. Es muy posible, sin embargo, que p-eda llegarse l una conclusin' semejante a la de la autora citada, -

    ESPECULACIONES

    Las esprculaciones fueron frecuentes en la cOlonia. Eml Uo Romero narra un(l ,de ellas en Per. "Dcsdeel terremoto del 20 de ocLubre de 16B7 luS trigos (le lOs alrededores de Lhna hablan sufrido un grave quebranto, reducindose "a un Intil y nociv

  • d"nte Inc.apoclrlad y venalidad Que prevalecia en los gobler' Il,)$ munklpalf'S en torla la reg!6n andina, Los funcionarios, Hllrf'ga, se compliC'Camenle de csJ impostl
  • SaC(l hiZO en l ROO un estudio especial del problema ~n ,;u m~mt')rla sobre la vaganc.la en Cub3 (ver BlbliograHn) , donde habla de una densa mlJEa de desocupados y que con tiene un eritr-rlo ms moderno que e l de casi todos los docu m(>ntos coloniales en el tratamiento de la materia.

    En ln !( lnstrnccione!l del mOll ar'ca espafiol enviadas al ,-jrrey d~ Nueva Espaa el 3 de octubre de 1558 -menciona-das en el texto- se lee: "Somos InfoH"'lados que son muchos los qua ansl ay vagamundos, esp(!Clo lmentc mestizos" (Pu-sa, 11, 319) .

    En el siglo 17 era el del virreInato novohlspano "un pueb lo numeroso mal v>stldo, hambri ento, y que t>nlB pOr habitaciones miserables chozas e infectos euartos l>n IQs su 1)urbiOs de ;s ci udades", segn Rlva Palacio (Virreina,o, 676) . La m i;:ma observa.cin la hace un economis.la colonial del talen lo (]f'l obispo de Michoacn, Manuel Abad Queipo, al finalizar la e ra virreina!, "El pu~blo -expresa- vive s in casa, sin domlclHo y casi errante" (Estado 7Ilof1Il, 58).

    En In sola provincia de Antloqula, Nueva Granada, el O1d()r-V\ sltlldol' Juan Antonio Mon, en uno de sus Informes a la Audl ~n

  • ,

    CAPiTULO IV

    CONFLICTOS DE CLASES

    1. T~A VJOLF.NCJA OM NI PRESENTE

    1. En las relaciones entre las clases y los grupos, en todos los das y las horas de la existencia colonial, ,La violencia late CO~l fur ia o 'e~al~. , tOTf'cllcialmente. \ Mas que ra:-s-elva, mas---que el safvaje, es la violencia social la que a cada rato amenaza la integridad fsica y la vida misma del indjviduo.

    Es que las relaciones de clases en la colonia re- ,~ posan sobre la violencia. La esclavitud -=-legal- o di- li simulada- requiere indispensablemente que la masa de los sometidos sienta el pufio del dominador ante, sus ojos para hacer el esfuerzo que se le exige. T~ \\\ cie;!~~L~~clav6cratc\. OJJ.~Im~ .. .K9b.r_e_.y.~cn. Mucho 1\ menos violentas deben haber sido las re!ldones entre siervos y seores, porque la pcrsonaJid

  • grupos sociales o entre individuos que se disputaran , un privilegio o una ventaja. Amrica fu~ suelo de vio-

    lendas desatadas y lo excepcional ru en ella Ja me&il~ fa. Vilentns son las relaciones habituales entre cO-merciantes y labradares; enlTe comerciantes y planta-dores; entre eslancirros e inquilinos; entre los poten-tados locales y 10$ representan les del poder imperial;' entre los jerarc3s de la iglesia y el clero Hano; entre el cura y los indios, sus feligreses; entre el cacique y trus Indios; entre el mestizo o el mulato y los indios o negros.

    Episodios de la. lucha de clases, preados de vio- 1 lenda, son el de los ei})ii'fio1E$ del'uerto }"tICO rooandtt esclav6Segi:OSu~-tns~"l1t1lra"S' diiesm; "para bautizar- ~ los" (Keller, 501): el de los b011deirant,es robando in- 1 dios guaran[es a las misiones jesuiticas para venderlos a los fazendciros y a los m.ineiradores; el de los cha-rras robando ganado de las e:Hancias jesuiticas del norte de Santa Fe y de Paraguay para venderlc;J a los hacendados, santafecinos. Era la lucha por la mano de obra O por la mercanca llevada al terreno del des-pojo violento, del robo,

    a. A menudo, una !fnea en un documento, una advertencia en una real cdula le recuerdan al investi-gador toda una larga bjstorla de violencias, que ~ste conIirma sin esfu erzo en multitud de fuentes.

    El Rey envfa a la Audiencia de Mxico, el 4 de setiembre de 1560, I.nstrucciones " para que los religio-sos na se entremetan a hecl1ar prisiones a ningunos yndios ni yndias ni los a~.oten'. porque, expresa, ". nos se ha becho relacion que los re-ligiosos de las r-denes de Sant Franci1'lco y Sancto Domingo y Sant Agustln que en essa tierra residen tienen en sus mo-nasterios cepos para poner en ellos los ynt:l.ios yn-dias que quieren l y los aprisionan y a\otan por Jo que

    no

    les pai'ece, y los lraf.lq11ilan, que .es vn gnero de pena que se suele dar a los ynd ~ OR, lo qua) ellos sienten mucho" (Puga, J I, :H8L Esos indios y e1:ias indias eran la mano de obra forz.'l(in que esos religiosos utilizaban para diversas tareas.

    Los indios que no trabajaban como mitayos, ya-naconas o asa1ariados y que ::;eguan viviendo en sus comunjdades, aunque no rea li iaran trabajo obligato-rio para nadie, estaban ~ometidos a l pago de tributos, cobrados compulsivamente y que les arreb:ataban la mayor parte de sus cosechas, de sus artesanas o de sus salaros. El indio lena que triblUar al rey y al cacique -intcrnlE:'di~ro ste que prosper y adquiri 1'3U perfil de temiblf" explotadol' bajo la administracin oolonial- y. si estaba encomendado, tambin al enco-mendero, aparte de las contribuciones personales para el cura del lugar y de las numerosas fiestas religiosas. Ms tarde, olra {jg'!lra ~~e agreg a este panorama de . exacc1011e~ ---el curl'gid;;?) tan slnlcstro en la histo-ra de Am~~~.,?- -nm ct ornf"ndadorlo 'fue'ela del Esp~nl'tr--p'or cierlo que, como en Espaa, aunque sin un Lope de Vega qUE' Jo narrara, huuo muchos de ellos ajusticiadOs a manos de sus v[cUmas,

    Cuando el Marqus de Castel Fuerte, Virrey del Per y gobernante que se caracteriz por SU mano dura -a ~I se debe el aplastamiento de la rebelin de los comuneros, en Paraguay~ dice, en la memoria de su gobierno (cit. por~:-ROmero, HisL. ecOt~. Per, 136) que por el sistema de trabajo libre era casi imposible hallar ind ios voluntarios, "por el gen io de esta nacin, en quien entregarse al ocio es un vicio de naturaleza", no hace ms que enculJrir, COn la cantinela de la indo-lencia del indio, la reaUdad de un sistema de relacio-nes de clases baf;ado en la ms extrema y permanente violencia.

    El indio, como todo esclavo, fu un mal trabaja-

    131

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  • dar. El brutal trasplante que sufre de su comunidad ftJ{raria primitiva al s istema de capitalismo colonial le flllila a su esfuerzo personal todo .sentido y a 'su exis* 1 ~'llcla todo a liciente. Por 10 demt's, la conquista y los pdmel"os tiempos de 1 natul'ales y el hambre y la desorgauizacin cun*

    1 dlf'l'on entre ellos. El consumo de la coca en. el Per, muy IlmUldo bajo los Incas pero estlmulado por los ,oloni7,,l(lores. vino n. completar el panorama de la de- \'.dencia nac'lonal, orhrnica Y ps(IUica, DetrJ'; ('jel ocio Indfgenn que d('SC1Ihrf las Cdm(lrw: fl todos los otros gl:UpOS socia-les, enlre elJos a las burguesas comerciaJes en em-bd6n . L~ nobleza Iusltana, la burguesfa comercial y la oligarqua t.erritori

  • 11Ijlo posible del conlirto engendra un miedo parali O,unte. El fantasma inhibe y la anhelada soluci n de 1111 JlI(,J.lcma se T)rol,onga ind efinidamente, por eludir nll " pn1b lcma que se supone ms grave. No fu sino Ihll. \a la vS))era de lo Guerra de Jos Diez Aos en Cu 1m ll'orlell Vil, I1 , 202) Que el fantasma de la gue-11 ,1 de razas - los esclavos en armas contra S1.I S amos--,II-j de paralizar el bl'azo de los rcvolucionario.s blan-,'Ir.. que buscaban la independencia .

    No es ms que ese mismo temor el que llena de IlI'vhlbitiones la legislacin impel'ial y local de la co-IOlln hispano-Iusa. "Oluenamos y mandamos --

  • minos", El casUgo que se impone a los negros escla-vos que se levantan en Vene'l.uela en 1719 -semanas despus de la revolucin de Francisco de Len pero. al parecer, sin conexin con ella- es minuciosamente decretado y ejecutado en la va pblica, con un escri bano que certifica los detalles y un cirujano que cura 8. lOs negros a quIenes, despus de Jos azotes, les cor-tan "las orejas izquierdas, por 'la parte suprlor del

    I

    r odo" (Gareia Chuecos), I En ] 537 ocurri en la ciudad de Mxico "la pri mera m3raza de esclavos provocada por la pusilan!-midadae los pobladores que, asustados por la actitud ' . rebelde y la cuan Ha de los africanos, descuartizaron a 1: unas cuantas docenas que supusjeron pensaban alzar- # t se con la tJerr~1t (Agllirr~ Beltrn, PO,blacin negra, A:;/' t\ .. 11) , La 'jecucl6n de Jac.mto Canek y sus compae- ' ros, los indios rebeldes ~6 de sangre la plaza pblica en una interminable ceremonia de con. tornos tan bruta les que pueden parangonarse a los autos de fe de la Inquisicin. El funcionario que or~ den6 y presenci6 la carnicerfa (u~ ms tarde censu rado por el gobierno de Mxico por su exceso de cruel-dad, pero los seores hlancos yucateeas, cuyos bienes e integridad fsica eran 108 que ms directamente pe-ligraban en el e.aso de que Jacinto Canek hubiera triun_ fado, deben haber aprobado con alborozo el sanguinario procedimiento.

    3. La violencia social no caracterizaba s610 la relacin dominadordomlnado, sino tambin la rela ci6n de grupos sociales o nacionales de pareja con-dicin social. L~jOs reglonaI~ por ejemplo, pa_{ recian eX8cerblfse en ~rica y los peninsulares so--Han agruparse por sUs lagares ue origen, entrando en riaR armadas a menudo para dirimir una supremaca en algn pueblo O ciudad de la colonia. El gobernan

    136

    I

    ,

    , _1-

    te local abusivo es el otro personaje jams ausente de esta crn ica roja ue los tres siglOS coloniale_s.

    Basta recorrer los escuetos y monO(~)rdes "Anales" de Martfnez y Vela para comprobar que la exiBtencia en Potos, en el siglo 10, estuvo siempre matizada de incident.es de ~ta ndole. "1569. Este afta -refieren los "Anales'-', por ejemplo- oprimidos los moradores de Potos con las molest ias del Gral. Abendao o Avi-n, COmo lo nombraron algunos autores, entraran ocho hombres dIsfrazados en su caS

  • contra el poder pallUco; otras, en fin, el proceso se hace ms complejo, porque entran en escena una oU-,l!"
  • jesuitas y declar extinguida la Companhia Geral do Comercio de Grao-Par e Maranhao tPerdigao Malhei-ro, " 253l.

    La hurda en masa de esclavos hacia la selva con-mueve a la colonia portuguesa a lo largo de los siglos 17 y 18. En el serlcw, como hemos dicho anles (IB, , 2, b). formaron comunidades algunas de larga vida, Las ms importantes son las que se conocen con el nombre de Palmares, cuyo rgimen social y poltico ha sido ca Iificadi:1"'pGt - lgu!l..~ . -.1J-J.QI:e.LJ;trJ~si!emi. ,. con exceso de imagiacio, - ~t; soci.?1.~S,l~O Rrim~t~vg. No hubo uno sino muchos Palmares y pal'a aplastarles fue-ron menester numerosas exped iciones armadas y bata-llas. ~ Rogrjgue~s distingue tres periodOS en su I histor ia, an oscura y envuelta en la leyenda: Palma-res holandeses. destruidos en ]044 ; PaJrn~res de la res-tauracin pernarnbucana y P

  • 2 . E stos enunciados de carcter general se pue:-den formular, con igual validez, para las colonia' americanas de otras pOlenC'ias europeas. En las tTec(!' bri tnica.s elel norle, los conflictos de clases, la tentes o sang rientos, nunca estuvieron ausentes y a veces adquirieron contornos de guerra civil, como en Mary-land, en 1654, cuando chocan . Jos pequeos plantado-res protestantes contra los terratenientes catlicos (MorIson y Commager), r, 47).

    A Irving Mark se debe un estudio muy comp.leto y revelador sobre los conflictos agrarios en la co ronia de Nuevo York durante el siglo 18 (ver B ihliografia) , El autor examina all, con amplia documentacin, c-mo se fu formando en la cOlonia neoyorquina una pequea y desptica oligarqua de grandes terratenien-tes, que jams dej de apelar a la violencia y al frau. de pam acrecentar sus, bienes y su podero poltico. Estando el gobierno tocal )' cl poder judJcial casi siem-pre en manos de ese gl'upo de poderQ8os, .los pequeos agricult.ores. propietarios o arrendatarios, tuvieron que recurrir a la violencia en varias ocasiones para defen-derse de los despojo~ de que eran vfctimas.

    Aptheker ha hecho una larga y minuciosa enu-meracin de l'evueltas de es.clavos negros, de las cua-les 66 ocurrieron entre 1644 y 1776, ao de la inde-pendencia (71), 10 que da un pl'Omedio de una cada dos aos en la era colonia l. En aJgunOs casOS. los ne-gros se aliaba n con olros grtlpos_ As, en 166.3, hubo un importante conato, fracasado por delacin, de escla-vos negros e "indentured servants" blancos, en el con-dado de Gloucester, Virginia y en 1709, en los conda. dos de Surry y de IsIe of Wigbt, Virginia, fu descubIer-ta y sofocada una conspiracin de negros e indios (18).

    En la hora de la revolucin, el COIlicto de clases estalla si multneo.mente con el conflicto poJitico. Hay. en realidad -explican MorIson y Commager, J, i63-,

    142.

    dos revoluciones al mismo tiempo; la J'evuelta fieccio. nal de las tres colonias contra la centralizacin im-perial y un levantamiento de clases contra los Int~re-ses creados y las clases gobernanles IOCDles.

    143

  • ACOTACIONES

    \"lOI.E/'ft:lA

    "Claro eE'i que la socleI amenlo con relac1un de cuan tiosos bienes" , expresa H.el"llnde'1. Rorh'iguez (2&1) ,

    INDOLENCI " DEL INDIO

    Tratamo!:! este tema con ms detenimiento en el capl' tulo VI.

    UlS COflflE(; IDOR.F.8

    Una de la !'! Indus u'ias Que los cort't'gidor.:s explotaban con mejor xito era el fra urle sisl('mtico que hadan a los Indios. As! lo dicen Juan y Ulloa. Citan un caso, como ejem plo, El t'Jfl' ,gldor ctlmpl1l v

  • mldos. Ejecutados en la Pla7.3 Mayor de Lima 108 jetes de la conspiracin de Huarochlr{, Penl, en 1783 -Felipe VelaBCO Tpac Inca Yupanqui y Clrlaco Flores-, "siendo las tres de la tarde, Be mand balar los cadveres y descuartlzarlos. La cabeza de VeJasco la coloca["Qn en una "Jau la de Meno", en la puerta de las Maravlllas. y los dems cuarlos en todaa las porLadas" (Ibdem., 1:\8) . El corazn y las entrafias rcl bieran, claro est, crisUana sepultura.

    Ii:L T'EIIROR ~AC1A LOS E$CUVOS EN ARMAS. LI, CONSI'IRACl6~

    112 A.PONTE

    En ]812, cuando los grupos conservadof\>s de b1

  • n partes Ilblk:Ols; y c(mservar la seplracin de naciones" (Memoria de Don J \l3.n de Mendoza y Luntl)".

    LEVANrAMllHn'o DF. JUAN rn.AN CISCO LEN'

    OCllrrid'Q en 1749, en Venezuela, estuvo dIrigido contra la Cnmpalla Guipuzcoana. El movimiento, que tuvo el n-poyo active de la aristo!:racia local, cont, al parecer, con sim patlas populares (Arcila Farfas,2'2.s" y sig.). GH Fortoul opio na que ~61l fu un instrumento de la ollgarquia crIolla, pro pietaria de la tierra y de loa esclavos, que pretendia man tener intactos sus privU{'gios. amenazados POI' la Compafia (1, 25). Un ,grupo de. personas de fortuna habla :;rea(]o un fondo para costear el viaje 'a Espaa de AlvarC'z de Avila, yerno de Juan Fra.n~lsco Len, con el propsito de- sQlkitar I~ 1!bolicin ele la Compaia (ArcHa Farlas, 235).

    ESCLAVOS FUGITIVOS

    Los Palmares, escribe (;arnelro (11), pl?rduraron durante 65 aflOS (1(',301095), a pesar de las continuas expedlc1on'es que lo!'; blancos enviaron p3rfl reducirlos, a partir de ]644-Fu aquH, lgrega, "un estado negm semejante a los nu merosos qu~ exi!':tierQn en Afril;:'a en el siglo XVII, Estado que tena RU fundamento en el carcter electivo del jefe, "ms hbil o ms sagaz", "de 'mayor prestigio y estrella en la guerra o en el mando", segn afirmaba Nlna Roill"igues".

    No parece que en ninguna otra colonia de Amrica' al canwran los esclavos fugitivos tal grado ue organizacin ni que tan nfortlJnada fuerlt y lcstaurador dl}l au

    149

  • tnlko Imperio de la ley y la religin oficiales, y unas I(ente: impnci'entes por sacudh' el yugo extrao, superlatl-VU I1\~\nte intolerable" (ibidem, IS1).

    Cornejo Bouroncle cree que Tupac Amaru buscaba la Indepenuencln d?1 Pe'u (l34) . En su importante obra, este rlulor hactl un extenso y sagaz anlisIs de la t-!!Uca poH l1ca del griJ:n caudillo Ind io, usando numerosos documen tos Inaitofl. que se deben a su pluma,.

    Para Boleslao Lewin, cuya l.'Ontrihucin a la hist.orla del movimiento es asimismo de! im portancia excepcional, "est) fu era de duda Que Tupac Amaru declar una guerra sin cuartel a los espaolcs euro{!eo!:l, proponlndo:re su total ex Jlulsin de Am{il'ica", au nque respeta ra el sacerdocio y t.ole rara a a lgunos peninsulares en casos determinados (194). La de Tupac Amaru, sostiene L!!wln, "es, sin duda, la' rebe-lin sotlsl ms grande en la historia de lae tres AmI1 CIS" (lOS).

    LY qu opinaban de este levantamiento de esclavos del altiplano, que hizO temblar los Andes, los usufructuaI10s del u'abnjo Intilg('n a? Lewln re produce un fr gmento de un )Jorma colonia l, que d lco ;I,

  • cipios del s iglo 19, se f;!ncuentran en la historia impe tlal de Espaa. A la inversa, hay problemas que pre sentaron su ms alto grado de complejidad en las co-lonias espaolas y episooios de h istoria imperial que se regislra n en Espaa con mayor inLensidad que en las otras potencias.

    Por otra pilt1-e, los prineipiqs fundamentales sobre los cuales se va estructurando la poltica imperial hls-pana se han de encontrar, siglos ms tarde, ins,pirando la politica ,imperial de las otras potencias europeas, no s6lo en Amrica sino en todos los con tinentes donde se aplique, sin que ello signifique que estas 'potencias europeas no agreguen otros prillcipios propios o fuer tes matices a Jos que fueron adoptados por los cspa oles.

    No ha ocurrido asi porque E spaa estuviera do-tada de un genio peculia r que le baya permitido Rer fundadora e inspi radora de imperios. La hi-" toria, sue le ser menos potica que la magia y meDOS misteriosa que las misteriosas teoras raciales que an siguen cultivndose en el mundo. Ha ocurrido porque Espa-fia tuvo que ideal" tempranamente soluciones para va- \ rios probl~mas que son los que estn en la mdula de todo imperio: dominar v organizar pueblos de distin las cu1tur~s y orgenes; estructurar una economfa co-lonial subordinada a la eConoma metropoHtana; presl. dlr el proceso de estratificacin socia l colonial, man tenJ.endo un eguUibriO d luerzas que permita el pre. dom inio del imperio por tiempo indefinido.

    De la~imperio hispano en Amrlea sur-ge una t~l'ial, una pauta poltica s~stenida ,8 travs de "los tiempos -aunque se contradlga a ve-ces- , que ru la misma que Gran Bretaa y Portugal aspira ron a aplicar en sus colonias americanas, pero que slo en parte pUdieron hacerlo, porque tuvieron

    154

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    la seguridad p lena de la veracidad de su narraciflU' y de I'U teora . Lo que hace es verter una opinin que " otros ----c laro cst- corregirn o superarn -en lo por- \ ve.nfr.

    Los principios de la poltica 'imperial de Espaa y