445 Post Santus Eplicesis 1

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El Post Santo y la Epíclesis Ficha 42 ¡Colecciónalas! Consulta las fichas anteriores en: www.arquidiocesismexico.org.mx Entre el Santo y la Epíclesis o in- vocación (lo que comúnmente conocemos como Consagración) todas las plegarias eucarísticas tienen una parte intermedia co- nocida como Post-Santo. El Post-Santo El Post-Santo suele variar su extensión según la plegaria eucarística que se use: Sentido 06 No. 445 del 4 al 10 de septiembre de 2005 LA MISA EXPLICADA PASO A PASO El Post-Santo es un elemento que sirve de enlace entre el Prefacio y el resto de la Plegaria Eucarística. Además manifiesta la alabanza de la asamblea, invocando a Dios para que haga presente, en ese momento, su poder transformador. Importancia Término que proviene del griego: epi-kaleo (“llamar sobre”) traduci- do al latín como in-vocare (“invo- car”). La Epíclesis Es una oración de invocación que se dirige al Padre para que envíe al Espíritu Santo sobre las ofrendas del pan y el vino, y las convierta en el Cuerpo y la Sangre del Señor. El gesto propio de esta invocación es la imposición de las manos que el sacerdote extiende sobre las ofren- das, significando con ello la acción transformadora del Espíritu. Sentido 1. Todas las plegarias contie- nen esta Epíclesis o invocación. Hay que tener presente que no es la palabra del ministro la que tie- ne fuerza para transformar el pan y el vino (eso sería una creencia mágica y carente de sentido) en el Cuerpo y la Sangre de nuestro Se- ñor Jesucristo. Es el Espíritu Santo quien la realiza: “Santifica estos dones con la efusión de tu Espíri- tu, de manera que sean para noso- tros Cuerpo y Sangre de Jesucristo Nuestro Señor” (Plegaria Eucarísti- ca III). 2. Este elemento tan grandioso no admite de ninguna manera y por ningún motivo que haya cam- bios en su texto, hacerlo sería co- meter un gravísimo abuso. 3. Se trata del momento cúl- men de la celebración, por lo que la asamblea debe participar guar- dando un profundo silencio, en una actitud de contemplación y adoración del maravilloso miste- rio que celebramos. Observaciones En esta plegaria, el Post-Santo consta de numerosas oraciones en las que también se recuerda a los fieles vivos y difuntos, y se invoca a Dios para que acepte la ofrenda de la Iglesia. Plegaria Primera Este Post-Santo es muy breve; se expresa con las siguientes palabras: “Santo eres, en verdad, Señor, fuente de toda santidad...” Plegaria Segunda El Post-Santo de esta plegaria es un poco más largo; dice así: “Santo eres, en verdad, Señor, y con razón te alaban todas tus criaturas...” Plegaria Tercera El Post-Santo es muy extenso, dado que narra con gran belleza y en forma sintética toda la historia de la salvación; la historia del amor que Dios realiza para salvar al hombre. Se recomienda para alabar a Dios y gloriarnos de su presencia misericordiosa. Plegaria Cuarta

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El Post Santo y la Epíclesis

Ficha 42¡Colecciónalas!

Consulta las fi chas anteriores en:www.arquidiocesismexico.org.mx

Entre el Santo y la Epíclesis o in-vocación (lo que comúnmente conocemos como Consagración) todas las plegarias eucarísticas tienen una parte intermedia co-nocida como Post-Santo.

El Post-Santo

El Post-Santo suele variar su extensión según la plegaria eucarística que se use:

Sentido

06 No. 445 del 4 al 10 de septiembre de 2005LA MISA EXPLICADA PASO A PASO

El Post-Santo es un elemento que sirve de enlace entre el Prefacio y el resto de la Plegaria Eucarística. Además manifi esta la alabanza de la asamblea, invocando a Dios para que haga presente, en ese momento, su poder transformador.

Importancia

Término que proviene del griego: epi-kaleo (“llamar sobre”) traduci-do al latín como in-vocare (“invo-car”).

La Epíclesis

Es una oración de invocación que se dirige al Padre para que envíe al Espíritu Santo sobre las ofrendas del pan y el vino, y las convierta en el Cuerpo y la Sangre del Señor. El gesto propio de esta invocación es la imposición de las manos que el sacerdote extiende sobre las ofren-das, signifi cando con ello la acción transformadora del Espíritu.

Sentido

1. Todas las plegarias contie-nen esta Epíclesis o invocación. Hay que tener presente que no es la palabra del ministro la que tie-ne fuerza para transformar el pan y el vino (eso sería una creencia mágica y carente de sentido) en el Cuerpo y la Sangre de nuestro Se-ñor Jesucristo. Es el Espíritu Santo quien la realiza: “Santifi ca estos dones con la efusión de tu Espíri-tu, de manera que sean para noso-tros Cuerpo y Sangre de Jesucristo Nuestro Señor” (Plegaria Eucarísti-ca III).

2. Este elemento tan grandioso no admite de ninguna manera y por ningún motivo que haya cam-bios en su texto, hacerlo sería co-meter un gravísimo abuso.

3. Se trata del momento cúl-men de la celebración, por lo que la asamblea debe participar guar-dando un profundo silencio, en una actitud de contemplación y adoración del maravilloso miste-rio que celebramos.

Observaciones

En esta plegaria, el Post-Santo consta de numerosas oraciones en las que también se recuerda a los fi eles vivos y difuntos, y se invoca a Dios para que acepte la ofrenda de la Iglesia.

Plegaria Primera

Este Post-Santo es muy breve; se expresa con las siguientes palabras: “Santo eres, en verdad, Señor, fuente de toda santidad...”

Plegaria Segunda

El Post-Santo de esta plegaria es un poco más largo; dice así: “Santo eres, en verdad, Señor, y con razón te alaban todas tus criaturas...”

Plegaria Tercera

El Post-Santo es muy extenso, dado que narra con gran belleza y en forma sintética toda la historia de la salvación; la historia del amor que Dios realiza para salvar al hombre. Se recomienda para alabar a Dios y gloriarnos de su presencia misericordiosa.

Plegaria Cuarta