3 de octubre de 2009 Hipatia de Alejandría, · 2009-10-02 · historia de las mujeres. Y en el...

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J. Morán on su habitual prosa cincelada, el historia- dor Edward Gibbon narra es- te crimen de la Antigüedad: “Cundió entre los cristianos de que la hija de Teón (Hipa- tia) era quien deshermanaba al prefecto (Orestes) con el arzobispo (Cirilo). Un día aciago de Cuaresma, arreba- tan a Hipatia del carruaje, la desnudan, la arrastran a la iglesia y las manos de Pedro el lector y de una gavilla de fanáticos forajidos la atena- zan y la descuartizan; raspan la carne de sus huesos con cantos agudos y conchas de ostras y arrojan sus miembros palpitantes a las llamas” (ca- pítulo 47 de la “Historia de la decadencia y caída del Impe- ro Romano”, publicada entre 1776 y 1788). Alejandría, Egipto, año 415 de la Era cristiana. Hipatia, fi- lósofa, matemática, astróno- ma, ha sido asesinada por un grupo de monjes cristianos. Escritores de la época o pos- teriores –Filostorgio, Sócrates el Escolástico, Damascio– re- latan el crimen de aquella mujer que en el jardín de su residencia ofrecía lecciones públicas sobre Platón y Aris- tóteles a una nutrida concu- rrencia de discípulos. Uno de sus alumnos, futuro obispo cristiano, Sinesio de Cirene, dejará en sus cartas testimo- nio de ello. No hay muchos más rela- tos sobre Hipatia en los textos antiguos, pero en el siglo XVIII será rescatada como docta mártir del paganismo a manos de cristianos. Más adelante, llegará a ser es- tandarte del feminismo que reivindica la historia de las mujeres.Y en el presente es personaje principal de la película “Ágora”, de Alejandro Amenábar, costosa produc- ción de 50 millones de euros que se estre- nará el próximo 9 de octubre. A la filósofa alejandrina la revive en 1720 el clérigo protestante John Toland, con una obra titulada “Hipatia, o la histo- ria de una dama de gran belleza, virtud y sabiduría, competente en todo, que fue descuartizada por el clero de Alejandría para satisfacer el orgullo, la envidia y la crueldad del arzobispo, a quien se conoce de manera universal, aunque inmerecida, como San Cirilo”. Un presbítero católico, Thomas Lewis, le dará inmediatamente la réplica: “La historia de Hipatia, una desver- gonzadísima maestra de Alejandría. En de- fensa de San Cirilo y del clero de Alejan- dría, contra las acusaciones del señor To- land”. A partir de ahí, la polémica, atizada des- pués por Voltaire en su “Diccionario filosó- fico”:“Cirilo lanza a la chusma cristiana contra ella”, veredicto al que el francés añade un consejo:“Cuando se desnuda a mujeres hermosas, no es para perpetrar matanzas”. ¿Era Hi- patia en la hora de su muerte una mujer joven y bella? ¿Fue su muerte un crimen religio- so? ¿Cuál fue la responsabili- dad del obispo Cirilo? ¿Exis- ten razones para elevarla co- mo símbolo del feminismo? Primero, la edad, asunto de trascendencia cinematográfi- ca que el director Amenábar ha decidido resolver con una joven actriz, Rachel Weisz. Amalia González, catedrática de Filosofía y autora en 2002 de la monografía “Hipatia”, comenta que se manejan“tres hipótesis sobre su edad al morir, en el 415: que tenía unos 25 años, con lo que no podría haber sido maestra de Sinesio, que recibió las leccio- nes en el 390; o que era mujer de unos 40 años, o de 60 o 65, que es el cálculo de Maria Dzielska, y que es la más pro- bable”. Esta profesora polaca afirma en su libro “Hipatia de Alejandría” que, en conse- cuencia, no era “una mujer jo- ven dotada de un cuerpo dig- no de Afrodita y capaz de pro- vocar el sadismo y la lujuria de sus asesinos”. Amalia González califica a Hipatia de “figura importante en Filosofía y Ciencia, con co- mentarios a las obras de ma- temáticos y filósofos como Diofanto, Arquímedes o Tolo- meo; por ejemplo, acerca de cómo medir superficies cur- vas”. Sin embargo,“sigue sin ser nombrada en los manua- les de Filosofía y fue descono- cida hasta el siglo XVIII, cuan- do es recuperada, no como personaje histórico, sino co- mo símbolo de algo, como fi- gura legendaria”. La perspec- tiva feminista que maneja Amalia González pretende corregir que “a las mujeres con relevancia histórica no se las suele reconocer”. En el ca- so de Hipatia confluyeron va- rios factores.“Tras su muerte, dado el conflicto de fondo, pudo no ser aconsejable reivindicarla”. Además,“su discípulo Sinesio muere dos años antes que ella, en el 413, con lo que no pudo di- fundir su obra”. Respecto a su muerte, González advierte de que “se produce du- rante el auge del pensamiento cristiano, pero no se puede culpar al cristianismo, ya que existe entonces en Alejandría un conflicto más de clase y político que reli- La pensadora ejecutada en el año 415 vuelve al presente de la mano de Alejandro Amenábar en su película “Ágora” Alejandría, Hipatia de Número 627 Sábado, 3 de octubre de 2009 C ---> PASA A LA PÁGINA SIGUIENTE Hipatia, según versión de 1885 del pintor prerrafaelista inglés Charles William Mitchell. sabia y despedazada J. Morán on su habitual prosa cincelada, el historia- dor Edward Gibbon narra es- te crimen de la Antigüedad: “Cundió entre los cristianos de que la hija de Teón (Hipa- tia) era quien deshermanaba al prefecto (Orestes) con el arzobispo (Cirilo). Un día aciago de Cuaresma, arreba- tan a Hipatia del carruaje, la desnudan, la arrastran a la iglesia y las manos de Pedro el lector y de una gavilla de fanáticos forajidos la atena- zan y la descuartizan; raspan la carne de sus huesos con cantos agudos y conchas de ostras y arrojan sus miembros palpitantes a las llamas” (ca- pítulo 47 de la “Historia de la decadencia y caída del Impe- ro Romano”, publicada entre 1776 y 1788). Alejandría, Egipto, año 415 de la Era cristiana. Hipatia, fi- lósofa, matemática, astróno- ma, ha sido asesinada por un grupo de monjes cristianos. Escritores de la época o pos- teriores –Filostorgio, Sócrates el Escolástico, Damascio– re- latan el crimen de aquella mujer que en el jardín de su residencia ofrecía lecciones públicas sobre Platón y Aris- tóteles a una nutrida concu- rrencia de discípulos. Uno de sus alumnos, futuro obispo cristiano, Sinesio de Cirene, dejará en sus cartas testimo- nio de ello. No hay muchos más rela- tos sobre Hipatia en los textos antiguos, pero en el siglo XVIII será rescatada como docta mártir del paganismo a manos de cristianos. Más adelante, llegará a ser es- tandarte del feminismo que reivindica la historia de las mujeres.Y en el presente es personaje principal de la película “Ágora”, de Alejandro Amenábar, costosa produc- ción de 50 millones de euros que se estre- nará el próximo 9 de octubre. A la filósofa alejandrina la revive en 1720 el clérigo protestante John Toland, con una obra titulada “Hipatia, o la histo- ria de una dama de gran belleza, virtud y sabiduría, competente en todo, que fue descuartizada por el clero de Alejandría para satisfacer el orgullo, la envidia y la crueldad del arzobispo, a quien se conoce de manera universal, aunque inmerecida, como San Cirilo”. Un presbítero católico, Thomas Lewis, le dará inmediatamente la réplica: “La historia de Hipatia, una desver- gonzadísima maestra de Alejandría. En de- fensa de San Cirilo y del clero de Alejan- dría, contra las acusaciones del señor To- land”. A partir de ahí, la polémica, atizada des- pués por Voltaire en su “Diccionario filosó- fico”:“Cirilo lanza a la chusma cristiana contra ella”, veredicto al que el francés añade un consejo:“Cuando se desnuda a mujeres hermosas, no es para perpetrar matanzas”. ¿Era Hi- patia en la hora de su muerte una mujer joven y bella? ¿Fue su muerte un crimen religio- so? ¿Cuál fue la responsabili- dad del obispo Cirilo? ¿Exis- ten razones para elevarla co- mo símbolo del feminismo? Primero, la edad, asunto de trascendencia cinematográfi- ca que el director Amenábar ha decidido resolver con una joven actriz, Rachel Weisz. Amalia González, catedrática de Filosofía y autora en 2002 de la monografía “Hipatia”, comenta que se manejan“tres hipótesis sobre su edad al morir, en el 415: que tenía unos 25 años, con lo que no podría haber sido maestra de Sinesio, que recibió las leccio- nes en el 390; o que era mujer de unos 40 años, o de 60 o 65, que es el cálculo de Maria Dzielska, y que es la más pro- bable”. Esta profesora polaca afirma en su libro “Hipatia de Alejandría” que, en conse- cuencia, no era “una mujer jo- ven dotada de un cuerpo dig- no de Afrodita y capaz de pro- vocar el sadismo y la lujuria de sus asesinos”. Amalia González califica a Hipatia de “figura importante en Filosofía y Ciencia, con co- mentarios a las obras de ma- temáticos y filósofos como Diofanto, Arquímedes o Tolo- meo; por ejemplo, acerca de cómo medir superficies cur- vas”. Sin embargo,“sigue sin ser nombrada en los manua- les de Filosofía y fue descono- cida hasta el siglo XVIII, cuan- do es recuperada, no como personaje histórico, sino co- mo símbolo de algo, como fi- gura legendaria”. La perspec- tiva feminista que maneja Amalia González pretende corregir que “a las mujeres con relevancia histórica no se las suele reconocer”. En el ca- so de Hipatia confluyeron va- rios factores.“Tras su muerte, dado el conflicto de fondo, pudo no ser aconsejable reivindicarla”. Además,“su discípulo Sinesio muere dos años antes que ella, en el 413, con lo que no pudo di- fundir su obra”. Respecto a su muerte, González advierte de que “se produce du- rante el auge del pensamiento cristiano, pero no se puede culpar al cristianismo, ya que existe entonces en Alejandría un conflicto más de clase y político que reli- La pensadora ejecutada en el año 415 vuelve al presente de la mano de Alejandro Amenábar en su película “Ágora” Alejandría, Hipatia de Número 627 Sábado, 3 de octubre de 2009 C ---> PASA A LA PÁGINA SIGUIENTE Hipatia, según versión de 1885 del pintor prerrafaelista inglés Charles William Mitchell. sabia y despedazada

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J. Morán

on su habitual prosa cincelada, el historia-

dor Edward Gibbon narra es-te crimen de la Antigüedad: “Cundió entre los cristianos de que la hija de Teón (Hipa-tia) era quien deshermanaba al prefecto (Orestes) con el arzobispo (Cirilo). Un día aciago de Cuaresma, arreba-tan a Hipatia del carruaje, la desnudan, la arrastran a la iglesia y las manos de Pedro el lector y de una gavilla de fanáticos forajidos la atena-zan y la descuartizan; raspan la carne de sus huesos con cantos agudos y conchas de ostras y arrojan sus miembros palpitantes a las llamas” (ca-pítulo 47 de la “Historia de la decadencia y caída del Impe-ro Romano”, publicada entre 1776 y 1788).

Alejandría, Egipto, año 415 de la Era cristiana. Hipatia, fi-lósofa, matemática, astróno-ma, ha sido asesinada por un grupo de monjes cristianos. Escritores de la época o pos-teriores –Filostorgio, Sócrates el Escolástico, Damascio– re-latan el crimen de aquella mujer que en el jardín de su residencia ofrecía lecciones públicas sobre Platón y Aris-tóteles a una nutrida concu-rrencia de discípulos. Uno de sus alumnos, futuro obispo cristiano, Sinesio de Cirene, dejará en sus cartas testimo-nio de ello.

No hay muchos más rela-tos sobre Hipatia en los textos antiguos, pero en el siglo XVIII será rescatada como docta mártir del paganismo a manos de cristianos. Más adelante, llegará a ser es-tandarte del feminismo que reivindica la historia de las mujeres. Y en el presente es personaje principal de la película “Ágora”, de Alejandro Amenábar, costosa produc-ción de 50 millones de euros que se estre-nará el próximo 9 de octubre.

A la filósofa alejandrina la revive en 1720 el clérigo protestante John Toland,

con una obra titulada “Hipatia, o la histo-ria de una dama de gran belleza, virtud y sabiduría, competente en todo, que fue descuartizada por el clero de Alejandría para satisfacer el orgullo, la envidia y la crueldad del arzobispo, a quien se conoce de manera universal, aunque inmerecida, como San Cirilo”. Un presbítero católico, Thomas Lewis, le dará inmediatamente la réplica: “La historia de Hipatia, una desver-gonzadísima maestra de Alejandría. En de-fensa de San Cirilo y del clero de Alejan-

dría, contra las acusaciones del señor To-land”.

A partir de ahí, la polémica, atizada des-pués por Voltaire en su “Diccionario filosó-fico”: “Cirilo lanza a la chusma cristiana contra ella”, veredicto al que el francés añade un consejo: “Cuando se desnuda a

mujeres hermosas, no es para perpetrar matanzas”. ¿Era Hi-patia en la hora de su muerte una mujer joven y bella? ¿Fue su muerte un crimen religio-so? ¿Cuál fue la responsabili-dad del obispo Cirilo? ¿Exis-ten razones para elevarla co-mo símbolo del feminismo?

Primero, la edad, asunto de trascendencia cinematográfi-ca que el director Amenábar ha decidido resolver con una joven actriz, Rachel Weisz. Amalia González, catedrática de Filosofía y autora en 2002 de la monografía “Hipatia”, comenta que se manejan “tres hipótesis sobre su edad al morir, en el 415: que tenía unos 25 años, con lo que no podría haber sido maestra de Sinesio, que recibió las leccio-nes en el 390; o que era mujer de unos 40 años, o de 60 o 65, que es el cálculo de Maria Dzielska, y que es la más pro-bable”. Esta profesora polaca afirma en su libro “Hipatia de Alejandría” que, en conse-cuencia, no era “una mujer jo-ven dotada de un cuerpo dig-no de Afrodita y capaz de pro-vocar el sadismo y la lujuria de sus asesinos”.

Amalia González califica a Hipatia de “figura importante en Filosofía y Ciencia, con co-mentarios a las obras de ma-temáticos y filósofos como Diofanto, Arquímedes o Tolo-meo; por ejemplo, acerca de cómo medir superficies cur-vas”. Sin embargo, “sigue sin ser nombrada en los manua-les de Filosofía y fue descono-cida hasta el siglo XVIII, cuan-do es recuperada, no como personaje histórico, sino co-mo símbolo de algo, como fi-gura legendaria”. La perspec-tiva feminista que maneja Amalia González pretende corregir que “a las mujeres con relevancia histórica no se las suele reconocer”. En el ca-so de Hipatia confluyeron va-rios factores. “Tras su muerte,

dado el conflicto de fondo, pudo no ser aconsejable reivindicarla”. Además, “su discípulo Sinesio muere dos años antes que ella, en el 413, con lo que no pudo di-fundir su obra”. Respecto a su muerte, González advierte de que “se produce du-rante el auge del pensamiento cristiano, pero no se puede culpar al cristianismo, ya que existe entonces en Alejandría un conflicto más de clase y político que reli-

La pensadora ejecutada en el año 415 vuelve al presente de la mano de Alejandro Amenábar en su película “Ágora”

Alejandría,Hipatia de

Número 627

Sábado, 3 de octubre de 2009

C

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Hipatia, según versión de 1885 del pintor prerrafaelista

inglés Charles William Mitchell.

sabia y despedazada

J. Morán

on su habitual prosa cincelada, el historia-

dor Edward Gibbon narra es-te crimen de la Antigüedad: “Cundió entre los cristianos de que la hija de Teón (Hipa-tia) era quien deshermanaba al prefecto (Orestes) con el arzobispo (Cirilo). Un día aciago de Cuaresma, arreba-tan a Hipatia del carruaje, la desnudan, la arrastran a la iglesia y las manos de Pedro el lector y de una gavilla de fanáticos forajidos la atena-zan y la descuartizan; raspan la carne de sus huesos con cantos agudos y conchas de ostras y arrojan sus miembros palpitantes a las llamas” (ca-pítulo 47 de la “Historia de la decadencia y caída del Impe-ro Romano”, publicada entre 1776 y 1788).

Alejandría, Egipto, año 415 de la Era cristiana. Hipatia, fi-lósofa, matemática, astróno-ma, ha sido asesinada por un grupo de monjes cristianos. Escritores de la época o pos-teriores –Filostorgio, Sócrates el Escolástico, Damascio– re-latan el crimen de aquella mujer que en el jardín de su residencia ofrecía lecciones públicas sobre Platón y Aris-tóteles a una nutrida concu-rrencia de discípulos. Uno de sus alumnos, futuro obispo cristiano, Sinesio de Cirene, dejará en sus cartas testimo-nio de ello.

No hay muchos más rela-tos sobre Hipatia en los textos antiguos, pero en el siglo XVIII será rescatada como docta mártir del paganismo a manos de cristianos. Más adelante, llegará a ser es-tandarte del feminismo que reivindica la historia de las mujeres. Y en el presente es personaje principal de la película “Ágora”, de Alejandro Amenábar, costosa produc-ción de 50 millones de euros que se estre-nará el próximo 9 de octubre.

A la filósofa alejandrina la revive en 1720 el clérigo protestante John Toland,

con una obra titulada “Hipatia, o la histo-ria de una dama de gran belleza, virtud y sabiduría, competente en todo, que fue descuartizada por el clero de Alejandría para satisfacer el orgullo, la envidia y la crueldad del arzobispo, a quien se conoce de manera universal, aunque inmerecida, como San Cirilo”. Un presbítero católico, Thomas Lewis, le dará inmediatamente la réplica: “La historia de Hipatia, una desver-gonzadísima maestra de Alejandría. En de-fensa de San Cirilo y del clero de Alejan-

dría, contra las acusaciones del señor To-land”.

A partir de ahí, la polémica, atizada des-pués por Voltaire en su “Diccionario filosó-fico”: “Cirilo lanza a la chusma cristiana contra ella”, veredicto al que el francés añade un consejo: “Cuando se desnuda a

mujeres hermosas, no es para perpetrar matanzas”. ¿Era Hi-patia en la hora de su muerte una mujer joven y bella? ¿Fue su muerte un crimen religio-so? ¿Cuál fue la responsabili-dad del obispo Cirilo? ¿Exis-ten razones para elevarla co-mo símbolo del feminismo?

Primero, la edad, asunto de trascendencia cinematográfi-ca que el director Amenábar ha decidido resolver con una joven actriz, Rachel Weisz. Amalia González, catedrática de Filosofía y autora en 2002 de la monografía “Hipatia”, comenta que se manejan “tres hipótesis sobre su edad al morir, en el 415: que tenía unos 25 años, con lo que no podría haber sido maestra de Sinesio, que recibió las leccio-nes en el 390; o que era mujer de unos 40 años, o de 60 o 65, que es el cálculo de Maria Dzielska, y que es la más pro-bable”. Esta profesora polaca afirma en su libro “Hipatia de Alejandría” que, en conse-cuencia, no era “una mujer jo-ven dotada de un cuerpo dig-no de Afrodita y capaz de pro-vocar el sadismo y la lujuria de sus asesinos”.

Amalia González califica a Hipatia de “figura importante en Filosofía y Ciencia, con co-mentarios a las obras de ma-temáticos y filósofos como Diofanto, Arquímedes o Tolo-meo; por ejemplo, acerca de cómo medir superficies cur-vas”. Sin embargo, “sigue sin ser nombrada en los manua-les de Filosofía y fue descono-cida hasta el siglo XVIII, cuan-do es recuperada, no como personaje histórico, sino co-mo símbolo de algo, como fi-gura legendaria”. La perspec-tiva feminista que maneja Amalia González pretende corregir que “a las mujeres con relevancia histórica no se las suele reconocer”. En el ca-so de Hipatia confluyeron va-rios factores. “Tras su muerte,

dado el conflicto de fondo, pudo no ser aconsejable reivindicarla”. Además, “su discípulo Sinesio muere dos años antes que ella, en el 413, con lo que no pudo di-fundir su obra”. Respecto a su muerte, González advierte de que “se produce du-rante el auge del pensamiento cristiano, pero no se puede culpar al cristianismo, ya que existe entonces en Alejandría un conflicto más de clase y político que reli-

La pensadora ejecutada en el año 415 vuelve al presente de la mano de Alejandro Amenábar en su película “Ágora”

Alejandría,Hipatia de

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Hipatia, según versión de 1885 del pintor prerrafaelista

inglés Charles William Mitchell.

sabia y despedazada

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gioso”. Sí es cierto que “sus asesinos direc-tos son los denominados Parabolanos, el grupo cristiano más próximo a Cirilo, del que se duda si estuvo presente durante el asesinato de Hipatia”.

La pelea del momento era entre el obispo Cirilo y Orestes, el gobernador ro-mano, “y en la época del Romanticismo fue cuando se idealizó la relación carnal de la filósofa con Orestes”. Sin embargo, “hay un episodio en el que Hipatia recha-za a un pretendiente arrojándole un trapo con su menstruación; ella no mantiene contactos con hombres porque la Filoso-fía exigía retiro y descuido de lo material”.

En suma, “dependiendo de lo que se quería reivindicar con ella, se la ha desli-gado del contexto, para construir una le-yenda”, concluye Amalia González.

Por su parte, el filósofo Gustavo Bueno Sánchez reflexiona sobre “de dónde pro-cede el interés por Hipatia y, particular-mente, el interés de Amenábar”. Bueno ex-plica que la recuperación ilustrada de Hi-patia, y la posterior, en el siglo XIX, se pro-duce en un “ambiente protestante y anti-católico, según la idea de que el catolicismo frenó el desarrollo de la cien-cia, según se recoge en obras como la del químico norteamericano Draper, en su Historia de los conflictos entre la religión y la ciencia”. Según este planteamiento, “el catolicismo fue freno, pero el protestantis-mo no, gracias al libre examen y otras doc-trinas”. Por tanto, “sostenían que con la muerte de Hipatia se acababa la ciencia y se entraba en la oscuridad de los tiempos, pero la idea del freno cristiano a la cien-cia es totalmente discutible”.

La Biblioteca de Alejandría Otro episodio vinculado a la vida de

Hipatia será el de la destrucción de la cé-lebre Biblioteca de Alejandría, el depósito de cultura más importante de la época. “No debe olvidarse que en el año 391, mu-cho antes de la muerte de Hipatia, el pa-triarca Teófilo el Grande destruye la Bi-blioteca, por lo que no pueden asociarse en el tiempo ambos hechos, pero unirlos ha servido para considerar a Hipatia vícti-ma de la intransigencia de los cristianos, es decir, afirmar que así acabó la ciencia en Alejandría”, comenta Bueno. Pero “lo que destruye Alejandría es el Islam, el cali-fa Omar, en el siglo VII, cuando dice que hay que destruir todos los libros de la Bi-blioteca, unos porque son contrarios al Corán y el resto porque coinciden con él y sobran”.

“Hipatia es un personaje resucitado li-terariamente”, señala Jorge Fernández Sangrador, director de la Biblioteca de Au-

tores Cristianos y de publicaciones de la Conferencia Episcopal Española. Sangra-dor es especialista en los orígenes del cris-tianismo en Alejandría, tema al que dedi-có su tesis doctoral. “Se afirma que fue re-cusada por el cristianismo, por ser platóni-ca, pero no puede plantearse su caso co-mo ortodoxia cristiana frente a heterodoxia”, explica Sangrador, quien agrega que “San Atanasio, anterior a Hipa-tia y el más ortodoxo de todos los tiem-pos, conocido como el campeón de la or-todoxia, fue expulsado cinco veces de Alejandría”.

Por otro lado, “Alejandría era eminente-mente sincretista, interdisciplinar y abierta intelectualmente”. No obstante, “existía el denominado furor alejandrino, por tratar-se de un lugar apasionado por definición; el alejandrino es racional, pero irascible”.

La próspera ciudad egipcia era tam-bién territorio de la filosofía neoplatóni-ca, “que tiene de positivo la búsqueda de base racional para la fe y la moral, pero de negativo que se despoja de lo huma-no, lo carnal, para que prevalezca Dios”. Por ello “Alejandría despreció a Atanasio, que pertenecía a la corriente cristiana que afirmaba la encarnación de Dios en Jesucristo”.

Éste era el contexto del “conflicto filo-sófico y político, más que religioso, de la muerte de Hipatia, por lo que no se da una contraposición entre Iglesia y pensa-miento”, precisa Sangrador, quien añade que “no está comprobado que San Cirilo tuviera que ver con la muerte de Hipatia”.

La citada profesora polaca Maria Dzielska considera en su libro que la cau-sa de la ejecución de Hipatia fue conse-

cuencia de una acusación de “magia y he-chizo satánico sobre el prefecto Orestes”, por tanto “un asesinato político provoca-do por conflictos antiguos”. Entonces, ¿quién fue Hipatia? Dzielska concluye: “No es una pagana activa, sino que simpatiza con el cristianismo y protege a sus alum-nos cristianos; y destaca por su autodomi-nio o sofrosine, que colorea tanto su con-ducta como sus cualidades más intimas; se manifiesta en la abstinencia sexual (permanecer virgen hasta el final de su vi-da), la modestia en el vestir (manto filosó-fico), la moderación en el modo de vida y una actitud circunspecta con sus alum-nos y los poderosos”. Pese a todo, el ilustra-do Gibbon sentenció: “La superstición (el cristianismo) quizá expía de mejor grado la sangre de una virgen que el destierro de un santo (Cirilo)”.

A la izquierda, remarcada, Hipatia en “La Escuela d e Atenas”, de Rafael. Raquel Weisz da vida a Hipatia en la película.

---> VIENE DE LA PÁGINA ANTERIOR

Gustavo Bueno Sánchez califica al director Alejandro Ame-nábar como un “oportunista maravilloso”, dado su olfato para detectar argumentos cinematográficos sujetos al debate so-cial. “Le sucedió con Mar adentro, sobre el caso de la eutanasia practicada con Ramón Sampedro”, precisa Bueno.

Ahora, con Ágora a punto de ser estrenada, “combinará pro-bablemente planteamientos del feminismo con una perspecti-

va anticlerical”, agrega el profesor de Filosofía, que añade la observación de que se trata “de una producción con participa-ción estadounidense, filmada en inglés, apta para los Oscar” y en la que puede aparecer ese enfoque protestante anticatóli-co que fue el que recuperó el personaje de Hipatia siglos atrás”. Podría significar “volver a hacer carnaza con la Iglesia católica”, concluye Gustavo Bueno.

Amenábar, un “oportunista maravilloso”, según Bueno

Alejandro Amenábar conversa con la actriz Rachel We isz durante el rodaje de la película “Ágora”.

FARO DE VIGO Sábado, 3 de octubre de 20092

LA VIDA Y CRIMEN DE UNA FILÓSOFA ANTIGUA, LLEVADA AL CINE

gioso”. Sí es cierto que “sus asesinos direc-tos son los denominados Parabolanos, el grupo cristiano más próximo a Cirilo, del que se duda si estuvo presente durante el asesinato de Hipatia”.

La pelea del momento era entre el obispo Cirilo y Orestes, el gobernador ro-mano, “y en la época del Romanticismo fue cuando se idealizó la relación carnal de la filósofa con Orestes”. Sin embargo, “hay un episodio en el que Hipatia recha-za a un pretendiente arrojándole un trapo con su menstruación; ella no mantiene contactos con hombres porque la Filoso-fía exigía retiro y descuido de lo material”.

En suma, “dependiendo de lo que se quería reivindicar con ella, se la ha desli-gado del contexto, para construir una le-yenda”, concluye Amalia González.

Por su parte, el filósofo Gustavo Bueno Sánchez reflexiona sobre “de dónde pro-cede el interés por Hipatia y, particular-mente, el interés de Amenábar”. Bueno ex-plica que la recuperación ilustrada de Hi-patia, y la posterior, en el siglo XIX, se pro-duce en un “ambiente protestante y anti-católico, según la idea de que el catolicismo frenó el desarrollo de la cien-cia, según se recoge en obras como la del químico norteamericano Draper, en su Historia de los conflictos entre la religión y la ciencia”. Según este planteamiento, “el catolicismo fue freno, pero el protestantis-mo no, gracias al libre examen y otras doc-trinas”. Por tanto, “sostenían que con la muerte de Hipatia se acababa la ciencia y se entraba en la oscuridad de los tiempos, pero la idea del freno cristiano a la cien-cia es totalmente discutible”.

La Biblioteca de Alejandría Otro episodio vinculado a la vida de

Hipatia será el de la destrucción de la cé-lebre Biblioteca de Alejandría, el depósito de cultura más importante de la época. “No debe olvidarse que en el año 391, mu-cho antes de la muerte de Hipatia, el pa-triarca Teófilo el Grande destruye la Bi-blioteca, por lo que no pueden asociarse en el tiempo ambos hechos, pero unirlos ha servido para considerar a Hipatia vícti-ma de la intransigencia de los cristianos, es decir, afirmar que así acabó la ciencia en Alejandría”, comenta Bueno. Pero “lo que destruye Alejandría es el Islam, el cali-fa Omar, en el siglo VII, cuando dice que hay que destruir todos los libros de la Bi-blioteca, unos porque son contrarios al Corán y el resto porque coinciden con él y sobran”.

“Hipatia es un personaje resucitado li-terariamente”, señala Jorge Fernández Sangrador, director de la Biblioteca de Au-

tores Cristianos y de publicaciones de la Conferencia Episcopal Española. Sangra-dor es especialista en los orígenes del cris-tianismo en Alejandría, tema al que dedi-có su tesis doctoral. “Se afirma que fue re-cusada por el cristianismo, por ser platóni-ca, pero no puede plantearse su caso co-mo ortodoxia cristiana frente a heterodoxia”, explica Sangrador, quien agrega que “San Atanasio, anterior a Hipa-tia y el más ortodoxo de todos los tiem-pos, conocido como el campeón de la or-todoxia, fue expulsado cinco veces de Alejandría”.

Por otro lado, “Alejandría era eminente-mente sincretista, interdisciplinar y abierta intelectualmente”. No obstante, “existía el denominado furor alejandrino, por tratar-se de un lugar apasionado por definición; el alejandrino es racional, pero irascible”.

La próspera ciudad egipcia era tam-bién territorio de la filosofía neoplatóni-ca, “que tiene de positivo la búsqueda de base racional para la fe y la moral, pero de negativo que se despoja de lo huma-no, lo carnal, para que prevalezca Dios”. Por ello “Alejandría despreció a Atanasio, que pertenecía a la corriente cristiana que afirmaba la encarnación de Dios en Jesucristo”.

Éste era el contexto del “conflicto filo-sófico y político, más que religioso, de la muerte de Hipatia, por lo que no se da una contraposición entre Iglesia y pensa-miento”, precisa Sangrador, quien añade que “no está comprobado que San Cirilo tuviera que ver con la muerte de Hipatia”.

La citada profesora polaca Maria Dzielska considera en su libro que la cau-sa de la ejecución de Hipatia fue conse-

cuencia de una acusación de “magia y he-chizo satánico sobre el prefecto Orestes”, por tanto “un asesinato político provoca-do por conflictos antiguos”. Entonces, ¿quién fue Hipatia? Dzielska concluye: “No es una pagana activa, sino que simpatiza con el cristianismo y protege a sus alum-nos cristianos; y destaca por su autodomi-nio o sofrosine, que colorea tanto su con-ducta como sus cualidades más intimas; se manifiesta en la abstinencia sexual (permanecer virgen hasta el final de su vi-da), la modestia en el vestir (manto filosó-fico), la moderación en el modo de vida y una actitud circunspecta con sus alum-nos y los poderosos”. Pese a todo, el ilustra-do Gibbon sentenció: “La superstición (el cristianismo) quizá expía de mejor grado la sangre de una virgen que el destierro de un santo (Cirilo)”.

A la izquierda, remarcada, Hipatia en “La Escuela d e Atenas”, de Rafael. Raquel Weisz da vida a Hipatia en la película.

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Gustavo Bueno Sánchez califica al director Alejandro Ame-nábar como un “oportunista maravilloso”, dado su olfato para detectar argumentos cinematográficos sujetos al debate so-cial. “Le sucedió con Mar adentro, sobre el caso de la eutanasia practicada con Ramón Sampedro”, precisa Bueno.

Ahora, con Ágora a punto de ser estrenada, “combinará pro-bablemente planteamientos del feminismo con una perspecti-

va anticlerical”, agrega el profesor de Filosofía, que añade la observación de que se trata “de una producción con participa-ción estadounidense, filmada en inglés, apta para los Oscar” y en la que puede aparecer ese enfoque protestante anticatóli-co que fue el que recuperó el personaje de Hipatia siglos atrás”. Podría significar “volver a hacer carnaza con la Iglesia católica”, concluye Gustavo Bueno.

Amenábar, un “oportunista maravilloso”, según Bueno

Alejandro Amenábar conversa con la actriz Rachel We isz durante el rodaje de la película “Ágora”.

FARO DE VIGO Sábado, 3 de octubre de 20092

LA VIDA Y CRIMEN DE UNA FILÓSOFA ANTIGUA, LLEVADA AL CINE

Page 3: 3 de octubre de 2009 Hipatia de Alejandría, · 2009-10-02 · historia de las mujeres. Y en el presente es personaje principal de la película “Ágora”, de Alejandro Amenábar,

Ficción

1. La chica que soñaba con una La chica que soñaba con una La chica que soñaba con una La chica que soñaba con una cerilla y un bidón...cerilla y un bidón...cerilla y un bidón...cerilla y un bidón... Stieg Larsson (Destino).

2. Los hombres que no amaban a Los hombres que no amaban a Los hombres que no amaban a Los hombres que no amaban a las mujeres.las mujeres.las mujeres.las mujeres. Stieg Larsson (Destino).

3. La reina en el palacio de las La reina en el palacio de las La reina en el palacio de las La reina en el palacio de las corrientes...corrientes...corrientes...corrientes... Stieg Larsson (Destino).

4. La soledad de los números La soledad de los números La soledad de los números La soledad de los números primos.primos.primos.primos. Paolo Giordano (Salamandra).

5. La playa de los ahogados.La playa de los ahogados.La playa de los ahogados.La playa de los ahogados. Do-mingo Villar (Siruela).

No Ficción

1. Piensa, es gratis.Piensa, es gratis.Piensa, es gratis.Piensa, es gratis. Joaquín Lorente (Planeta).

2. El secreto.El secreto.El secreto.El secreto. R. Byrne (Urano).

3. El sentimiento negativo.El sentimiento negativo.El sentimiento negativo.El sentimiento negativo. Risto Mejide (Espasa).

4. Anatomía de un instante.Anatomía de un instante.Anatomía de un instante.Anatomía de un instante. Javier Cercas (Mondadori).

5. Poderosa mente.Poderosa mente.Poderosa mente.Poderosa mente. Bernabé Tierno (Temas de Hoy).

6. Yo estuve alli: Memorias de un Yo estuve alli: Memorias de un Yo estuve alli: Memorias de un Yo estuve alli: Memorias de un psiquiatra forense.psiquiatra forense.psiquiatra forense.psiquiatra forense. José Cabrera (En-cuentro).

En galego

1. A cociña de Larpeiros.A cociña de Larpeiros.A cociña de Larpeiros.A cociña de Larpeiros. Benigno Campos (Galaxia).

2. A praia dos afogados.A praia dos afogados.A praia dos afogados.A praia dos afogados. Domingo Villar (Galaxia).

3. Ollos de auga.Ollos de auga.Ollos de auga.Ollos de auga. Domingo Villar (Galaxia).

4. Pirata.Pirata.Pirata.Pirata. María Reimóndez (Edi-cións Xerais).

5. Lúa de Senegal.Lúa de Senegal.Lúa de Senegal.Lúa de Senegal. Agustín Fernán-dez Paz (Edicións Xerais).

El bufón CHRISTOPHER MOORE Ediciones B. 352 páginas

Christopher Moore vuelve con “El bufón” con su habitual carga satírica en un cuento lle-no de humor acerca de un mo-narca tonto y sus intrigantes hi-jas. Pocket ha sido el apreciado bufón de Lear durante años, desde la época en que las hijas del rey eran apenas unas niñas. Así que, como es natural, Pocket está junto a su señor cuando Lear exige que sus hijas hagan un juramento de amor eterno ante un nutrido grupo de invita-dos. Goneril y Regan no tienen

inconveniente en tratar de con-graciarse con su padre. Pero Cordelia considera que la peti-ción de éste es un poco estúpi-da, y su sinceridad acaba por

costarle su parte del reino, al tiempo que es enviada al exilio. Así las cosas, todo el país se en-cuentra en peligro debido al or-gullo herido de un viejo tozudo. Y la única persona que quizá sea capaz de arreglar el entuer-to es Pocket, un payaso enclen-que con un mordaz sentido del humor.

Desde la publicación de “El ángel más tonto del mundo”, ca-da una de las novelas de humor de Christopher Moore (1957, To-ledo, Ohio), ha arrasado en las listas de más vendidos. Hasta la fecha ha publicado diez nove-las, entre ellas “Un trabajo muy sucio” o “¡Chúpate esa!”. Esta úl-tima obra sigue la línea de las anteriores, con su tono satírico, su humor delirante y retorcido y unas dosis de historia con la corte del rey Lear. Un sarcástico cuento de traiciones, guerras y venganzas que garantiza bue-nos momentos de diversión.

Las tinieblas LEONID ANDRÉYEV

Acantilado. 104 páginas

Cuando Leonid Andréyev escribió su relato “Las tinieblas”, el acto terro-rista en la Rusia de hace un siglo era sinónimo de sacrificio y de libertad. En la actividad funesta de los terroris-tas se encontraba la nobleza de una acción desesperada cuya causa esta-ba totalmente de-dicada al pueblo. El héroe de la obra, Alexeï, revo-lucionario busca-do por la policía, se refugia una no-che en un burdel. Ha cumplido ya 26 años pero no sabe qué es tener a una mujer entre los brazos. Con Liou-ba, la joven prosti-tuta que escoge por creer que es la más pura, pasará su primera noche de amor. Adivinan-do su verdadera identidad, Liouba consigue entablar entre las paredes de su habitación un sorprendente diálo-go. La muchacha, en un formidable anhelo de purificación, se siente atraí-da por el idealista ingenuo —en el que intuye la bondad de la que ella carece—, y, mientras el progresivo amor que siente por él le abre cami-

nos de insospechada elevación, el re-volucionario, por el contrario, ve ale-jarse los ideales que le habían guiado hasta entonces, hundiéndose en lo opaco. Andréyev, en este relato palpi-tante, dibuja con mano maestra la ce-guera del ser humano y su formidable egoísmo.

El autor, Leonid Nikoláyevich An-dréyev, nació en Moscú en 1871. Estu-dió Derecho en su ciudad natal y en San Petersburgo. Fue reportero y co-

lumnista de varios periódicos. Crítico con el recién ins-taurado bolchevi-quismo, emigró a Finlandia, desde donde produjo nu-merosos escritos políticos, además de relatos cortos y obras de teatro. Modelo del expre-sionismo en Rusia, experimentó con el simbolismo, el espiritualismo y con el misticismo –entre otras co-rrientes–, con in-cursiones en el ocultismo y tradi-

ciones religiosas. Pacifista, fue muy crí-tico con la revolución rusa y las desi-gualdades de su pueblo. Vendió gran número de copias de sus libros, inu-suales para su época, entre los que se encuentran “Risa roja” (1904), “Los sie-te ahorcados” (1908) o “Los espectros” (Acantilado, 2008).

La ceguera de un revolucionario

La lira de Orfeo ROBERTSON DAVIES

Libros del Asteroide. 488 páginas

Asteroide publica “La lira de Or-feo”, punto y final a la “Trilogía de Cornish” de Robertson Davies (1913-1995) y una de sus novelas más sor-prendentes. Esta obra, hasta ahora inédita en castellano, fue publicada originalmente en 1988, cuando Da-vies ya era consi-derado una de las mayores figuras li-terarias de Cana-dá. El autor vuelve a brillar en la des-cripción de unos ambientes bien conocidos por él: el mundo acadé-mico y el del es-pectáculo, retra-tando sin piedad los peculiares egos que domi-nan esos medios. Una brillante con-clusión de la “Tri-logía de Cornish” en la que el talen-to narrativo de Davies vuelve a asombrar tanto a sus fieles lectores como a quien se acer-que a su obra por primera vez.

Esta vez la fundación constituida con el legado del mecenas Francis Cornish ha decidido acometer uno de sus primeros proyectos: la repre-sentación de “Arturo de Britania”, una

ópera inconclusa de Hoffmann. La encargada de realizar la tarea será Hulda Schnakenburg, una brillante y peculiar estudiante de doctorado, que contará con la ayuda de Simon Darcourt en la redacción del libreto. Pero los trabajos se complican de tal manera que los involucrados en el proyecto parecen estar representan-do el argumento de la ópera y hacen buena la cita de Hoffmann que dice “La lira de Orfeo abre las puertas del

otro mundo”. Robertson Da-

vies (1913-1995) murió siendo un escritor mundial-mente reconocido y uno de los auto-res canadienses más importantes. Actor y periodista, a comienzos de los años cincuen-ta publica la pri-mera de sus once novelas, organiza-das en tr i logías, que lo harían mundialmente fa-moso. Además de novelas, Davies publicó una trein-

tena de libros de distintos géneros, que van desde cuentos a obras de teatro, crítica literaria y recopilacio-nes de artículos. “La lira de Orfeo” (1988) es la tercera novela de la Tri-logía de Cornish después de “Ángeles rebeldes” y “Lo que arraiga en el hue-so”.

Las puertas del otro mundo

Preludio a la fundación ISAAC ASIMOV

La Factoría de Ideas.352 pgs.

Isaac Asimov es el autor más influyente y destacado de la ciencia ficción y la divulgación científica del siglo XX. En “Prelu-dio a la Fundación” se revela lo que ocurrió muchos siglos antes de los acontecimientos de la mí-tica trilogía, un pasado hasta ahora solo insinuado. Corre el año 12020 E. G. y el último empe-rador galáctico de la dinastía Au-tun, Cleon I, ocupa el trono en un entorno de incertidumbre. Son tiempos turbulentos y Cleon está desesperado por imponer algo de calma. Cuando el joven matemático Hari Seldon llega a Trantor procedente de otro mun-do para presentar una ponencia sobre psicohistoria, su asombro-sa teoría de la predicción, el em-perador cree que su seguridad futura quizá dependa de los po-deres proféticos de Seldon.

La memoria del agua TERESA VIEJO

MR. 420 páginas

Tras la muerte de su madre, Álvaro de Llano encuentra una carta y una foto que cambiarán su vida. Iniciará una búsqueda incansable en la que sólo podrá ayudarle una anciana, que le ha-rá conocer una antigua leyenda olvidada de todos: la del Balnea-rio de La Isabela. Construido en el siglo XIX, rápidamente se con-virtió en lugar de recreo favorito para la alta burguesía. Las fiestas y el lujo propios de los años 20 hicieron de La Isabela el paraíso de muchos. Pero todo cambiará cuando un bañista aparezca muerto en la sala de inhalacio-nes. A partir de ese momento na-da será igual. Reconvertido en psiquiátrico, las paredes de la an-tigua casa de baños encerraban numerosos secretos que queda-ron bajo las aguas del pantano que lo sepultaron para siempre.

FARO DE VIGO Sábado, 3 de octubre de 2009 3

Los más vendidos

En la corte del rey Lear

Con la colaboración de: Casa del libro (Vigo)

Tere Gradín

Ficción

1. La chica que soñaba con una La chica que soñaba con una La chica que soñaba con una La chica que soñaba con una cerilla y un bidón...cerilla y un bidón...cerilla y un bidón...cerilla y un bidón... Stieg Larsson (Destino).

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6. Yo estuve alli: Memorias de un Yo estuve alli: Memorias de un Yo estuve alli: Memorias de un Yo estuve alli: Memorias de un psiquiatra forense.psiquiatra forense.psiquiatra forense.psiquiatra forense. José Cabrera (En-cuentro).

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inconveniente en tratar de con-graciarse con su padre. Pero Cordelia considera que la peti-ción de éste es un poco estúpi-da, y su sinceridad acaba por

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nos de insospechada elevación, el re-volucionario, por el contrario, ve ale-jarse los ideales que le habían guiado hasta entonces, hundiéndose en lo opaco. Andréyev, en este relato palpi-tante, dibuja con mano maestra la ce-guera del ser humano y su formidable egoísmo.

El autor, Leonid Nikoláyevich An-dréyev, nació en Moscú en 1871. Estu-dió Derecho en su ciudad natal y en San Petersburgo. Fue reportero y co-

lumnista de varios periódicos. Crítico con el recién ins-taurado bolchevi-quismo, emigró a Finlandia, desde donde produjo nu-merosos escritos políticos, además de relatos cortos y obras de teatro. Modelo del expre-sionismo en Rusia, experimentó con el simbolismo, el espiritualismo y con el misticismo –entre otras co-rrientes–, con in-cursiones en el ocultismo y tradi-

ciones religiosas. Pacifista, fue muy crí-tico con la revolución rusa y las desi-gualdades de su pueblo. Vendió gran número de copias de sus libros, inu-suales para su época, entre los que se encuentran “Risa roja” (1904), “Los sie-te ahorcados” (1908) o “Los espectros” (Acantilado, 2008).

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La lira de Orfeo ROBERTSON DAVIES

Libros del Asteroide. 488 páginas

Asteroide publica “La lira de Or-feo”, punto y final a la “Trilogía de Cornish” de Robertson Davies (1913-1995) y una de sus novelas más sor-prendentes. Esta obra, hasta ahora inédita en castellano, fue publicada originalmente en 1988, cuando Da-vies ya era consi-derado una de las mayores figuras li-terarias de Cana-dá. El autor vuelve a brillar en la des-cripción de unos ambientes bien conocidos por él: el mundo acadé-mico y el del es-pectáculo, retra-tando sin piedad los peculiares egos que domi-nan esos medios. Una brillante con-clusión de la “Tri-logía de Cornish” en la que el talen-to narrativo de Davies vuelve a asombrar tanto a sus fieles lectores como a quien se acer-que a su obra por primera vez.

Esta vez la fundación constituida con el legado del mecenas Francis Cornish ha decidido acometer uno de sus primeros proyectos: la repre-sentación de “Arturo de Britania”, una

ópera inconclusa de Hoffmann. La encargada de realizar la tarea será Hulda Schnakenburg, una brillante y peculiar estudiante de doctorado, que contará con la ayuda de Simon Darcourt en la redacción del libreto. Pero los trabajos se complican de tal manera que los involucrados en el proyecto parecen estar representan-do el argumento de la ópera y hacen buena la cita de Hoffmann que dice “La lira de Orfeo abre las puertas del

otro mundo”. Robertson Da-

vies (1913-1995) murió siendo un escritor mundial-mente reconocido y uno de los auto-res canadienses más importantes. Actor y periodista, a comienzos de los años cincuen-ta publica la pri-mera de sus once novelas, organiza-das en tr i logías, que lo harían mundialmente fa-moso. Además de novelas, Davies publicó una trein-

tena de libros de distintos géneros, que van desde cuentos a obras de teatro, crítica literaria y recopilacio-nes de artículos. “La lira de Orfeo” (1988) es la tercera novela de la Tri-logía de Cornish después de “Ángeles rebeldes” y “Lo que arraiga en el hue-so”.

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Preludio a la fundación ISAAC ASIMOV

La Factoría de Ideas.352 pgs.

Isaac Asimov es el autor más influyente y destacado de la ciencia ficción y la divulgación científica del siglo XX. En “Prelu-dio a la Fundación” se revela lo que ocurrió muchos siglos antes de los acontecimientos de la mí-tica trilogía, un pasado hasta ahora solo insinuado. Corre el año 12020 E. G. y el último empe-rador galáctico de la dinastía Au-tun, Cleon I, ocupa el trono en un entorno de incertidumbre. Son tiempos turbulentos y Cleon está desesperado por imponer algo de calma. Cuando el joven matemático Hari Seldon llega a Trantor procedente de otro mun-do para presentar una ponencia sobre psicohistoria, su asombro-sa teoría de la predicción, el em-perador cree que su seguridad futura quizá dependa de los po-deres proféticos de Seldon.

La memoria del agua TERESA VIEJO

MR. 420 páginas

Tras la muerte de su madre, Álvaro de Llano encuentra una carta y una foto que cambiarán su vida. Iniciará una búsqueda incansable en la que sólo podrá ayudarle una anciana, que le ha-rá conocer una antigua leyenda olvidada de todos: la del Balnea-rio de La Isabela. Construido en el siglo XIX, rápidamente se con-virtió en lugar de recreo favorito para la alta burguesía. Las fiestas y el lujo propios de los años 20 hicieron de La Isabela el paraíso de muchos. Pero todo cambiará cuando un bañista aparezca muerto en la sala de inhalacio-nes. A partir de ese momento na-da será igual. Reconvertido en psiquiátrico, las paredes de la an-tigua casa de baños encerraban numerosos secretos que queda-ron bajo las aguas del pantano que lo sepultaron para siempre.

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Los más vendidos

En la corte del rey Lear

Con la colaboración de: Casa del libro (Vigo)

Tere Gradín

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lugar de nacemento de Sarmiento, “O Grande Galego” para López Pelá-

ez e para nós, parecía ser identi-ficado por todos os estudosos como Vilafranca do Bierzo. Pro, agora, o investigador José Santos Puerto chega a outras conclu-sións no Anuario Sarmiento que dirixe o meu camarada profesor Herminio Barreiro na Universi-dade Compostelá.

Para Santos Puerto, Pedro Jo-seph García Balboa, logo Martín Sarmiento, nacería en Cerdedo, hoxe na provincia de Ponteve-dra, onde nacera o seu pai. Adu-ce este autor actas dun libro re-gular do convento de San Martín de Madrid, ao que pertenceu Sarmiento durante toda a súa vi-da de relixión. Nunha acta lese: “… D. Pedro García, natural de San Juan de Zercedo en el reino de Galicia, hijo legítimo de Alon-so García y de Clara Balboa y Sarmiento, naturales de dicho lu-gar…”: ano 1710. E noutra: “… fr. Martín (en el siglo se llamaba Pedro) García, natural de San Juan de Zerecedo…”: ano 1711.

Examinadas estas actas, pen-samos: o secretario que as la-brou revélase pouco coidadoso pois unha vez di que Sarmiento naceu en Zercedo e outra en Ze-rezedo. Non certa en Cerdedo nin por casualidade. Pro non é esta a razón de considerarmos infiabeis tales fontes a efectos biográficos, senón outra. Declara o secretario que Clara, a nai de Sarmiento, era natural tamén de “San Juan de Zercedo” cando sa-bemos que o era da freguesía, próxima ao Bierzo, de Santalla de Pascais, hoxe no concello de Samos. Ao non ser veraz o redac-tor da acta ao se referir ao lugar de nacemento de Clara Balboa Sarmiento, a súa credibilidade xeral resulta enfeblecida.

Pensa Santos Puerto que o fei-to de Sarmiento vivir longos

anos no convento de San Martín de Madrid, chegan-do mesmo a desempeñar-se de abade, e nunca se el coidar da rectificación dos datos referentes ao seu lu-gar de nacencia, constitúe unha proba de que acepta-ba ser do Zercedo ou Zere-cedo que nós deberíamos corrixir como Cerdedo. Eu supoño outra cousa, e ela é que ao noso bieito lle im-portaba pouco cal fose o seu lugar de nacemento re-al, sempre que estivese no reino de Galicia. E pode agora lembrarse que Valle-Inclán nunca rectificou pu-blicamente os que o facían natural da Pobra do Cara-miñal nin Otero Pedrayo os que o fixeran fillo de Trasal-ba cando é que o primeiro veu ao mundo en Vilanova da Arousa e o segundo no centro de Ourense.

Sobre todo resulta abso-lutamente incríble que un meniño de familia coñeci-da, nado e batizado en Cer-dedo no ano 1695 non fose inscrito no libro parroquial correspondente. A discipli-na tridentina e as disposi-cións vixentes eran moi rí-xidas naquel entón. Tam-pouco o naipelo Perucho non fi-gura nos libros parroquiais de Pontevedra e de Pascais, fregue-sía a última de procedencia da súa nai. A onde dirixiremos a vis-ta, pois? Sen dúbida a Vilafranca do Bierzo pois aló moraban os seus pais en 1695 e alí foron re-xistrados os batizados dos seus irmáns Xosé Antonio, Afonso An-tonio e María Bárbara Xosefa.

Sarmiento en vida declaraba sempre que era galego e de Pon-tevedra. Pode isto ser compatí-bel co feito de el ter vido ao mundo en Vilafranca do Bierzo? Indubidabelmente si.

Moitos entendían naquela época que Vilafranca pertencía a Galicia, como evidencian os casos do cultísimo Tomás de Iriarte e do sabio botánico Casi-

miro Ortega, autor un da crónica necrolóxica de Sarmiento e o outro do seu epitafio latino. Du-bido moito de que Sarmiento, tan dilixente perseguidor de do-cumentos (“instrumentos”, di-cía) medievais en galego, ignora-se o importante xacigo deles que existía, poño por caso, no mosteiro bercián de Carracedo, cuxo cartulario de 1792 acaba

de ser remitido ao Fondo dos Espellos polo historia-dor, bercián coma Santos Puerto, Balboa de Paz, trans-cripto por Martín Martínez.

“Eu Maria Perez e meu yrmao Pedro Arias a vos Jo-han Paez e vosa muller Ma-rina Fernandez vendemos una viña en Naraola so sig-no de Valdevolaque…” – copio eu dese cartulario se-guramente mal lido polo frade que extractou o do-cumento de 1257 en 1792. Así cantaba o galego ber-cián e Sarmiento tiña que o saber.

En canto a Pontevedra, cómo Sarmiento non se ía sentir daquela vila á que foi trasladado desde Vilafran-ca aos catro aniños e na que viviría quince? Supór que Sarmiento pensase en Cerdedo cando unha e ou-tra vez se declaraba de Pon-tevedra constitúe unha ilu-sión presentista. Nos días de Sarmiento, Cerdedo, en Terra de Montes, facía parte da provincia de Santiago. Aínda haberían de pasar moitos anos para que Pon-tevedra se convertise en ca-pital dunha provincia na que Cerdedo fose incluído.

Por todo o cal, e despois de estudar o interesante traballo de Santos Puerto, seguimos a pen-sar que o Padre Sarmiento, “O Grande Galego”, naceu certa-mente en Vilafranca do Bierzo.

Non sei que pensará sobre to-do isto o profesor Manuel Caba-da Castro, que me di ter moi en conta a proposta de Balboa de Paz.

Moitos entendían naquela época que Vilafranca pertencía a Galicia, como evidencian os casos do cultísimo Tomás de Iriarte e do sabio botánico Casimiro Ortega, autor un da crónica necrolóxica de Sarmiento e o outro do seu epitafio latino

NO FONDO DOS

ESPELLOS X.L. MÉNDEZ FERRÍN

OSobre a patria do “Grande Galego”

FARO DE VIGO Sábado, 3 de octubre de 20094

Derrida “Por un casual, e remexendo vellas re-

vistas do Jornal de Letras portugués nun-ha biblioteca pública, do ano 2004, ato-po estes dous artigos escritos acanda a morte de Jacques Derrida.

Como son lector de Vde. e tamén asi-duo d´ A Trabe de Ouro (e lembro para o caso ao sr. Francisco Sampedro) non me parece que ande eu desencamiñado su-poñéndoo admirador de tanta xente co-mo se nomea nestes dous artigos: Bar-thes, Foucault, Lévinas, Althusser –aínda lembro un escrito seu na Trabe que re-mataba cun “adeus, Louis Althusser– Ja-bés, etc.

Hai, aliás, no artigo de M. Anquetil un-ha referencia da que coido outra das súas preferencias: Elfriede Jelinek.

Hai, tamén, si, nestes tempos de opro-bio para o galego, moito emotivas refe-rencias de Derrida á súa lingua france-sa: “ela está cá antes de nós sobrevíre-mos”, que eu acredito e fago miñas para

a nosa lingua. E Derrida e máis outro que consideraba que “a súa lingua é a súa verdadeira patria”.

Así que, decídome a enviarlle os arti-gos, por se lle serven de lecer ou por se atopar neles algo interesante ou curioso ou xa esquecido.

Deséxolle, como se decía na miña Te-rra de Montes natal (xa non sei se aínda se di) saudiña e sorte”.

Xosé Maroño GuinarteXosé Maroño GuinarteXosé Maroño GuinarteXosé Maroño Guinarte A CORUÑA

Hai un par de semanas vivin en Vigo unha prodixiosa concorrencia de inci-dencias. O taxista tiña posta a COPE a to-da voz, e ouvinlle decer nela a un impor-tante intelectual españolazo que o coci-ñeiro Ferran Adrià era o que ideou o concepto de “deconstrucción”. Como me fixo graza o disparate, comenteino con Francisco Sampedro á hora dos chanqueiros. Pasamos, co Vidal Villaver-de, a conversa sobre Derrida e o seu per-vagar fluctuante e sinuoso pola política, na que rematou como comunista final

en tempos de ruina do PCF. Aproveita-mos para falar ben de Derrida, en suma. E Sampedro, o filósofo coruñés que ha-bita (non heideggerianamente) Vigo, avísame de que en Galicia existe un gru-po de pensamento derridiano que me-rece atención: Derritaxes. Acto seguido recibo un envelope coa carta que resu-mimos arriba acompañada das fotoco-pias de dous artigos escritos en ocasión da morte de Derrida: Gilles Anquetil, “A mensagem de Derrida” e José Manuel Mendes, “Adeus Derrida”, ambos no por-tugués Jornal de Letras (outubro e no-vembro do 2004). Agradézolle moito a Xosé Maroño Guinarte o envío, e paso a ler os artigos. Efectivamente os nomes e autores que se citan están moi presentes entre os que fan A Trabe de Ouro. Mes-mamente algúns aparecen tamén no Pe-queno Panteón Portátil de Alain Badiou que Sampedro acaba de traducir e edi-tar en Laiovento. Seguen as coinciden-cias: José Manuel Mendes é un escritor portugués amigo que, sendo parlamen-

tario do PCP, estivo en Vigo trazido polo Clube Cultural Adiante, portanto por Sampedro tamén, para debater connos-co sobre o desastre escuro que supuxo o esfondamento do socialismo real. Máis coincidencias: José Manuel Men-des trouxo Derrida a falar na Universida-de do Minho, en Braga, aquí a carón e no corazón da Gallaecia: pasounos desa-percibido o acontecemento e agora é o intre de nos laiar da falla de comunica-cións co Portugal máis noso. Finalmente, o señor Maroño Guinarte di proceder da Terra de Montes. Por algunha razón mis-teriosa a Terra de Montes non para de aparecer no Fondo dos Espellos.

Todos aqueles que quixeren colaborar coa súa opinión en NO FONDO DOS ESPELLOS poden escribir por correo ordi-nario a:

X. L. Méndez Ferrín

FARO DE VIGO Rúa Uruguay, 10-A

Aptdo. Correos, 91. VIGO

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lugar de nacemento de Sarmiento, “O Grande Galego” para López Pelá-

ez e para nós, parecía ser identi-ficado por todos os estudosos como Vilafranca do Bierzo. Pro, agora, o investigador José Santos Puerto chega a outras conclu-sións no Anuario Sarmiento que dirixe o meu camarada profesor Herminio Barreiro na Universi-dade Compostelá.

Para Santos Puerto, Pedro Jo-seph García Balboa, logo Martín Sarmiento, nacería en Cerdedo, hoxe na provincia de Ponteve-dra, onde nacera o seu pai. Adu-ce este autor actas dun libro re-gular do convento de San Martín de Madrid, ao que pertenceu Sarmiento durante toda a súa vi-da de relixión. Nunha acta lese: “… D. Pedro García, natural de San Juan de Zercedo en el reino de Galicia, hijo legítimo de Alon-so García y de Clara Balboa y Sarmiento, naturales de dicho lu-gar…”: ano 1710. E noutra: “… fr. Martín (en el siglo se llamaba Pedro) García, natural de San Juan de Zerecedo…”: ano 1711.

Examinadas estas actas, pen-samos: o secretario que as la-brou revélase pouco coidadoso pois unha vez di que Sarmiento naceu en Zercedo e outra en Ze-rezedo. Non certa en Cerdedo nin por casualidade. Pro non é esta a razón de considerarmos infiabeis tales fontes a efectos biográficos, senón outra. Declara o secretario que Clara, a nai de Sarmiento, era natural tamén de “San Juan de Zercedo” cando sa-bemos que o era da freguesía, próxima ao Bierzo, de Santalla de Pascais, hoxe no concello de Samos. Ao non ser veraz o redac-tor da acta ao se referir ao lugar de nacemento de Clara Balboa Sarmiento, a súa credibilidade xeral resulta enfeblecida.

Pensa Santos Puerto que o fei-to de Sarmiento vivir longos

anos no convento de San Martín de Madrid, chegan-do mesmo a desempeñar-se de abade, e nunca se el coidar da rectificación dos datos referentes ao seu lu-gar de nacencia, constitúe unha proba de que acepta-ba ser do Zercedo ou Zere-cedo que nós deberíamos corrixir como Cerdedo. Eu supoño outra cousa, e ela é que ao noso bieito lle im-portaba pouco cal fose o seu lugar de nacemento re-al, sempre que estivese no reino de Galicia. E pode agora lembrarse que Valle-Inclán nunca rectificou pu-blicamente os que o facían natural da Pobra do Cara-miñal nin Otero Pedrayo os que o fixeran fillo de Trasal-ba cando é que o primeiro veu ao mundo en Vilanova da Arousa e o segundo no centro de Ourense.

Sobre todo resulta abso-lutamente incríble que un meniño de familia coñeci-da, nado e batizado en Cer-dedo no ano 1695 non fose inscrito no libro parroquial correspondente. A discipli-na tridentina e as disposi-cións vixentes eran moi rí-xidas naquel entón. Tam-pouco o naipelo Perucho non fi-gura nos libros parroquiais de Pontevedra e de Pascais, fregue-sía a última de procedencia da súa nai. A onde dirixiremos a vis-ta, pois? Sen dúbida a Vilafranca do Bierzo pois aló moraban os seus pais en 1695 e alí foron re-xistrados os batizados dos seus irmáns Xosé Antonio, Afonso An-tonio e María Bárbara Xosefa.

Sarmiento en vida declaraba sempre que era galego e de Pon-tevedra. Pode isto ser compatí-bel co feito de el ter vido ao mundo en Vilafranca do Bierzo? Indubidabelmente si.

Moitos entendían naquela época que Vilafranca pertencía a Galicia, como evidencian os casos do cultísimo Tomás de Iriarte e do sabio botánico Casi-

miro Ortega, autor un da crónica necrolóxica de Sarmiento e o outro do seu epitafio latino. Du-bido moito de que Sarmiento, tan dilixente perseguidor de do-cumentos (“instrumentos”, di-cía) medievais en galego, ignora-se o importante xacigo deles que existía, poño por caso, no mosteiro bercián de Carracedo, cuxo cartulario de 1792 acaba

de ser remitido ao Fondo dos Espellos polo historia-dor, bercián coma Santos Puerto, Balboa de Paz, trans-cripto por Martín Martínez.

“Eu Maria Perez e meu yrmao Pedro Arias a vos Jo-han Paez e vosa muller Ma-rina Fernandez vendemos una viña en Naraola so sig-no de Valdevolaque…” – copio eu dese cartulario se-guramente mal lido polo frade que extractou o do-cumento de 1257 en 1792. Así cantaba o galego ber-cián e Sarmiento tiña que o saber.

En canto a Pontevedra, cómo Sarmiento non se ía sentir daquela vila á que foi trasladado desde Vilafran-ca aos catro aniños e na que viviría quince? Supór que Sarmiento pensase en Cerdedo cando unha e ou-tra vez se declaraba de Pon-tevedra constitúe unha ilu-sión presentista. Nos días de Sarmiento, Cerdedo, en Terra de Montes, facía parte da provincia de Santiago. Aínda haberían de pasar moitos anos para que Pon-tevedra se convertise en ca-pital dunha provincia na que Cerdedo fose incluído.

Por todo o cal, e despois de estudar o interesante traballo de Santos Puerto, seguimos a pen-sar que o Padre Sarmiento, “O Grande Galego”, naceu certa-mente en Vilafranca do Bierzo.

Non sei que pensará sobre to-do isto o profesor Manuel Caba-da Castro, que me di ter moi en conta a proposta de Balboa de Paz.

Moitos entendían naquela época que Vilafranca pertencía a Galicia, como evidencian os casos do cultísimo Tomás de Iriarte e do sabio botánico Casimiro Ortega, autor un da crónica necrolóxica de Sarmiento e o outro do seu epitafio latino

NO FONDO DOS

ESPELLOS X.L. MÉNDEZ FERRÍN

OSobre a patria do “Grande Galego”

FARO DE VIGO Sábado, 3 de octubre de 20094

Derrida “Por un casual, e remexendo vellas re-

vistas do Jornal de Letras portugués nun-ha biblioteca pública, do ano 2004, ato-po estes dous artigos escritos acanda a morte de Jacques Derrida.

Como son lector de Vde. e tamén asi-duo d´ A Trabe de Ouro (e lembro para o caso ao sr. Francisco Sampedro) non me parece que ande eu desencamiñado su-poñéndoo admirador de tanta xente co-mo se nomea nestes dous artigos: Bar-thes, Foucault, Lévinas, Althusser –aínda lembro un escrito seu na Trabe que re-mataba cun “adeus, Louis Althusser– Ja-bés, etc.

Hai, aliás, no artigo de M. Anquetil un-ha referencia da que coido outra das súas preferencias: Elfriede Jelinek.

Hai, tamén, si, nestes tempos de opro-bio para o galego, moito emotivas refe-rencias de Derrida á súa lingua france-sa: “ela está cá antes de nós sobrevíre-mos”, que eu acredito e fago miñas para

a nosa lingua. E Derrida e máis outro que consideraba que “a súa lingua é a súa verdadeira patria”.

Así que, decídome a enviarlle os arti-gos, por se lle serven de lecer ou por se atopar neles algo interesante ou curioso ou xa esquecido.

Deséxolle, como se decía na miña Te-rra de Montes natal (xa non sei se aínda se di) saudiña e sorte”.

Xosé Maroño GuinarteXosé Maroño GuinarteXosé Maroño GuinarteXosé Maroño Guinarte A CORUÑA

Hai un par de semanas vivin en Vigo unha prodixiosa concorrencia de inci-dencias. O taxista tiña posta a COPE a to-da voz, e ouvinlle decer nela a un impor-tante intelectual españolazo que o coci-ñeiro Ferran Adrià era o que ideou o concepto de “deconstrucción”. Como me fixo graza o disparate, comenteino con Francisco Sampedro á hora dos chanqueiros. Pasamos, co Vidal Villaver-de, a conversa sobre Derrida e o seu per-vagar fluctuante e sinuoso pola política, na que rematou como comunista final

en tempos de ruina do PCF. Aproveita-mos para falar ben de Derrida, en suma. E Sampedro, o filósofo coruñés que ha-bita (non heideggerianamente) Vigo, avísame de que en Galicia existe un gru-po de pensamento derridiano que me-rece atención: Derritaxes. Acto seguido recibo un envelope coa carta que resu-mimos arriba acompañada das fotoco-pias de dous artigos escritos en ocasión da morte de Derrida: Gilles Anquetil, “A mensagem de Derrida” e José Manuel Mendes, “Adeus Derrida”, ambos no por-tugués Jornal de Letras (outubro e no-vembro do 2004). Agradézolle moito a Xosé Maroño Guinarte o envío, e paso a ler os artigos. Efectivamente os nomes e autores que se citan están moi presentes entre os que fan A Trabe de Ouro. Mes-mamente algúns aparecen tamén no Pe-queno Panteón Portátil de Alain Badiou que Sampedro acaba de traducir e edi-tar en Laiovento. Seguen as coinciden-cias: José Manuel Mendes é un escritor portugués amigo que, sendo parlamen-

tario do PCP, estivo en Vigo trazido polo Clube Cultural Adiante, portanto por Sampedro tamén, para debater connos-co sobre o desastre escuro que supuxo o esfondamento do socialismo real. Máis coincidencias: José Manuel Men-des trouxo Derrida a falar na Universida-de do Minho, en Braga, aquí a carón e no corazón da Gallaecia: pasounos desa-percibido o acontecemento e agora é o intre de nos laiar da falla de comunica-cións co Portugal máis noso. Finalmente, o señor Maroño Guinarte di proceder da Terra de Montes. Por algunha razón mis-teriosa a Terra de Montes non para de aparecer no Fondo dos Espellos.

Todos aqueles que quixeren colaborar coa súa opinión en NO FONDO DOS ESPELLOS poden escribir por correo ordi-nario a:

X. L. Méndez Ferrín

FARO DE VIGO Rúa Uruguay, 10-A

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