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1 sexenio 2007-2013

Hermanas Franciscanas de la Inmaculada CIRCULAR22

“El Espíritu no quiere ser visto,

sino ser en nuestros ojos la luz”.

Urs von Balthasar

Circular nº22

27 mayo 2012

Pentecostés

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Queridas hermanas: Paz y Bien

La Pascua nos deja la misión irrenunciable de llevar vida ahí donde estemos. De ser buena noticia en cualquier circunstancia. De ser testigos de Jesús y su mensaje, día a día, paso a paso…

El Espíritu lo hará posible en nuestros imposibles, lo fortalecerá en nuestros miedos, lo renovaráen nuestros inmovilismos, lo creará en nuestras indiferencias, lo hará luminosoen nuestras oscuridades, lo despertará en nuestras desesperanzas, lo anudará amorosamente en nuestras infidelidades, lo fiará gratuitamenteen nuestras desconfianzas, lo levantará en nuestras parálisis, recubrirá de carne nuestros huesos secos.

Y al decir “nuestros”, entendemos que “lo hará en la humanidad, entera, universal, en cada persona, en cada pueblo, estén donde estén, crean lo que crean, hablen como hablen… “. El Espíritu nos hace “humanidad”, pueblo universal y nos hace entender las lenguas del mundo, espabila nuestros oidos para comprender los latidos del corazón de cada persona, endurece nuestros pies para caminar por las sendas polvorientas y agrietadas del mundo, limpia nuestros ojos para ver más allá del horizonte, hacia lo profundo de la tierra y hacia lo más alto del cielo, hacia el norte, el sur, el este y el oeste de nuestro universo, de nuestro pequeño pueblo y de los anchos mares, de las profundas quebradas y los remansos apacibles…

Caminar, buscar, soñar, no claudicar de la vida, no perder la esperanza, incierta, insegura, y por eso Esperanza. No separarse del amor, nutritivo y creador, plenificante. No ahuyentar la libertad, fuente de alegría renovadora y simplificadora.

Y en positivo, que eso es el Espíritu: VIVIR, VIVIR, VIVIR… porque la vida vence a la muerte, porque el amor es más fuerte que el odio, porque la libertad desata y da a luz a la vida, porque la alegría reconforta y recrea el cuerpo y el alma… sencillamente porque Jesús, razón de nuestra vida, VIVE y está entre nosotros, y el Espíritu vivificador y dador de amor ya no nos dejará nunca desamparadas, aturdidas, inmóviles, aunque pasemos tantas veces por el aturdimiento, el desamparo, la inmovilidad…

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Acogemos el amor del Espíritu y envueltas en él, volvemos a abordar el tema que nos ocupa y preocupa: la renovación y la consiguiente reestructuración.

El proceso seguido hasta el momento es valioso y bonito para la mayoría de las hermanas. Ha sido leido, orado, compartido, confrontado… Y era ese el primer paso, sin el cual nada puede llegar a buen puerto.

Hasta el momento nos hemos centrado en la reflexión personal y comunitaria de cara a tomar conciencia de actitudes y pasos a dar en el caminar congregacional actual:

1. El deseo, sentido y manifestado de mil maneras de llegar a una renovación y fortalecimiento de la misión, de tal modo que responda a las necesidades actuales de los pobres

2. La necesidad de una postura de disponibilidad que nos ayude a vivir una experiencia fraterna, rica en misericordia y humanidad. Disponibilidad que sólo podemos hacer cierta desde la disposición a permanecer ahí donde se nos necesiten, haciendo de nuestro irrenunciable proyecto personal un camino de donación libre y agradecida

3. La urgencia de abordar una revisión de obras, con serenidad y realismo. Revisión

que requiere de cada demarcación la lucidez sencilla de analizar las necesidades del lugar y las posibilidades ciertas de las hermanas

4. El esfuerzo por incorporar a los seglares en el movimiento laical, en todas sus

dimensiones

5. la insistencia de la comunión institucional, encaminada a la interconexión entre estructuras generales, demarcacionales y locales

El análisis que se ha hecho del plan de trabajo, comunitariamente primero, y provincialmente después, es un firme punto de partida para llegar a conclusiones y acuerdos que pueden ayudar a la revitalización congregacional que todas buscamos

Desde que se presentó el proceso como un proyecto común, en octubre del 2010, hasta hoy, algunas cosas han cambiado en la Congregación. Algo que es natural y esperado. Por eso, hoy creemos importante señalar la necesidad de reconducir el proceso para poder garantizar la revitalización planteada

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¿Qué quiere decir esto?. Sencillamente, recoger todo lo que se ha dicho, reflexionarlo de nuevo en común y tomar decisiones en el camino cuando sea necesario, sin perder de vista el objetivo final que será siempre la pertenencia al Reino

Por eso, hoy comunicamos que estamos elaborando un documento informativo, que consideramos es valioso,con el resultado del trabajo de las comunidades desde octubre 2011 hasta abril de este año. Lo enviaremos antes del 15 de junio.

Al mismo tiempo estamos elaborando ya un documento sencillo de estudio para el Consejo Plenario, que incluirá la evaluación que el Gobierno General hace del proceso y el replanteamiento de la propuesta hecha, incluyendo objetivos, plazos, acciones y responsables.

Es en el Consejo Plenario, donde creemos han de tomarse acuerdos operativos de cara al futuro de la Congregación. Y antes del mismo, nos reuniremos, física o virtualmente, con los Consejos Demarcacionales para confrontar opiniones y llevar el documento de trabajo lo más conciso y preciso posible

Resumimos todo lo dicho en estas palabras

Nos encontramos anudadas en la realización de un proyecto común, signo de lo que queremos vivir por encima de todo

Y para ello deseamos dejar atrás todo aquello que nos aprisiona e impide la utopía del amor, la tarea de mujeres libres y la alegría de la esperanza que gritan y necesitan los pobres

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Que el Espíritu que animó a Madre Francisca sea el referente fraterno en nuestro hoy, tantas veces incómodo, tan confuso otras veces, y tan debilitado otras muchas. Pero un hoy querido por todas, animado por todas, iluminado por todas, abrazado, gestado y dado a luz por todas. Un hoy confiado y amado

Como fue con Madre Francisca, lo importante es amar y arriesgar las 12 sardinas, la arroba de patatas y los cincuenta reales que guardamos en nuestras despensas… Y más importante todavía es confiar que con 15 hermanas (346 actuales) es posible ser fermento sencillo del Reino…

Lo demás, dice Jesús, se nos dará por añadidura. Y así lo creemos

Un abrazo fraterno

Hna. Carmen Pons Martí

Hna. Celia Tena Marín

Hna. Aniuska Aponte Vargas

Hna. Carmen Rosa Rejas Chávez

Hna. Elisa Tortonda Zarzoso

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