2012- 03 -781 AVE MARIA

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ave MaraNMERO 781 - Marzo-Abril 2012

REVISTA MARIANA DEL PUEBLO DE DIOS

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AVE MARAREVISTA MARIANA MENSUAL DEL PUEBLO DE DIOS. FUNDADA EN 1924, APROBADA Y BENDECIDA POR EL PAPA

EN NAZARETIluminan la Cuaresma dos solemnidades gozosas que nos trasladan a Nazaret: San Jos, patrono de la Iglesia universal, y la mayor de todas: la Encarnacin del Seor, da de entregas y de firmes compromisos. Es delicioso imaginar la vida de familia en Nazaret: la laboriosidad, el respeto mutuo, la alegra reinante, la oracin en comn, al despuntar la aurora, al medioda, por la noche... Los Salmos, cantados... Los judos los cantaban. Jos tendra una potente voz de bartono... Quiz incluso habra construido algn instrumento de msica. Mara... El P. Raymond la llama la Seora del corazn cantarn... Su corazn desbord de gozo cuando visit a Isabel con el Hijo de Dios en sus entraas, y estall en el canto del Magnficat... Y Jess... el Creador de la Msica!... Su cuerpo era perfectsimo. Por tanto, tambin lo era la filigrana de sus cuerdas vocales diseadas por su Padre Dios. Los vecinos se pararan en la puerta de la casa para escucharlos... Cmo cantan! En Nazaret transcurri la niez y juventud de Jess hasta los treinta aos. Jess trabaj con Jos como artesano en Nazaret. La palabra tekton del texto original se aplica principalmente a los carpinteros. Fabricaba, pues, el Salvador los objetos usuales en las casas orientales, y aperos de labranza, como el primitivo arado de madera, todava en uso en Palestina. Mara es la Madre amable en funciones de ama de casa, de buena vecina, atenta siempre a las necesidades de todos... La amabilidad fluye de la santidad. Y cuntas oportunidades de hacer el bien se pierden por expresiones avinagradas! En Nazaret, Jess no mostr su divinidad. No haba llegado su hora. Durante estos aos de vida oculta, qu fe heroica la de Mara, en el mesianismo de su Hijo! Y qu fe heroica la de Jos!

Edita: Asociacin de Sacerdotes y Religiosos de San Antonio Mara Claret Consiliario: P. Manuel Martnez Cano, MCR Cartas: Toda la correspondencia dirjase a AVE MARA - Apdo. 97 08181 Sentmenat (Barcelona). Telfono: 93 715 04 79. www.avemaria.es [email protected] Formas de pago: Ingresos o transferencias: Los abonos a favor de la revista AVE MARA se pueden efectuar en cualquier sucursal de los bancos siguientes: Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA): 0182-5968-02-0201511286 Banco SabadellAtlntico: 0081-4128-71-0001018404 La Caixa: 2100-0403-45-0200146929 En el momento del ingreso o transferencia consignen el nombre del suscriptor. Giro postal: A nombre de Revista AVE MARA, apartado 97, 08181 Sentmenat (Barcelona) Domiciliacin bancaria: Para domiciliar el pago de su suscripcin, hay que facilitar a la administracin de la revista el nmero y datos de la cuenta donde ha de ser cargado el importe. Suscripcin anual: Espaa: 20 euros - Extranjero: 29,00 euros. Suscripcin de benefactor: 35 euros. Se pueden adquirir ejemplares sueltos de AVE MARA en la Librera Urquinaona, Roger de Llria, 4 08010 Barcelona Todos los meses se celebra una misa por las intenciones de los suscriptores y lectores de AVE MARA, as como para TODOS NUESTROS DIFUNTOS Depsito legal: B 20.283-1958 Con licencia eclesistica Impreso: Grafcomin, S.L.En portada: Volvi con sus padres a Nazaret (Lc 2, 5122). Acuarela de William Hole.

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CARTA A LOS LECTORES

ABORTO Y EXCOMUNINLe con vivo inters la entrevista que HazteOr hizo a mosn Custodio Ballester Bielsa acerca de la prctica de abortos que se realizan en hospitales con intervencin eclesistica. Son: el Hospital de San Pablo, de Barcelona, el Hospital de San Juan de Dios, de la dicesis de Sant Feliu de Llobregat; el Hospital General de Granollers y el Hospital de Sant Celoni, ambos de la dicesis de Terrassa. Mosn Custodio present su denuncia, con pruebas documentales, a las autoridades eclesisticas correspondientes en el Vaticano. En la Congregacin para la doctrina de la fe recibi esta respuesta: Si la Iglesia est en un Hospital no puede haber abortos. Y Monseor Ignacio Carrasco, Presidente de la Academia Pontificia por la vida, dijo a mosn Custodio: Si se pierde un hospital, se pierde, si perdemos dinero, lo perdemos, pero no se puede poner una vela a Dios y otra al diablo. El rey de Espaa sancion y promulg la ley del aborto el 12 de julio de 1983. De este modo se consum la legitimacin del aborto provocado en determinados supuestos. Legitim la ms grave de las barbaridades. El rey dijo: Mando a todos los espaoles particulares y autoridades que guarden y hagan guardar esta ley. Trgico, porque el aborto se comete: contra la vida del ser humano ms indefenso e inocente (Episcopado Espaol), crimen abominable (Concilio Vaticano II) que nunca y en ningn caso, se puede legitimar (Juan Pablo II). El aborto es un genocidio satnico. La cuestin es clarsima: el aborto es cosa del diablo. La actitud evanglicamente valiente de mosn Custodio, le ha hecho acreedor de ser honra y honor del clero diocesano cataln y del espaol. Mientras permanezca la ley del aborto hay que denunciarla, rechazarla, exigir su revocacin. La tierra de Mara Santsima no puede estar anegada por la sangre de los nios y las nias inocentes asesinados en mataderos infantiles. El aborto es el probleAVE MARA Nm. 781 Marzo-Abril 2012

ma moral actual ms grave, ms que la guerra y el terrorismo. La vida de un nio prevalece sobre todas las constituciones. Los Parlamentos y las opiniones de todo el mundo no tienen valor alguno ante la vida de un nio inocente. Tenemos el sagrado deber de defender la vida de las personas ms inocentes, las que viven en los vientres de sus madres. Hace seis aos le omos decir a un mdico catlico que quien mejor haba escrito sobre el aborto era el obispo don Jos Guerra Campos, que en gloria est. Para m, fue un santo, sabio y valiente pastor de la Iglesia. Fue el nico que denunci profticamente que todos los que haban colaborado directamente en la elaboracin de la ley eran pecadores pblicos. Al da siguiente de la publicacin de la ley satnica, don Jos escribi en el Boletn de la dicesis de Cuenca el rechazo ms evanglico y valiente de la ley. En el apartado Los catlicos en su relacin con la Iglesia, Guerra Campos afirma: La posicin ante la Iglesia de los catlicos responsables del aborto se define en: El Cdigo de Derecho, en el canon 1398 establece para toda la Iglesia: quien procura el aborto, si ste se produce, incurre en excomunin latae sententiae (es decir por el mismo hecho de cometer el delito). La excomunin importa, entre otros efectos la prohibicin de recibir los Sacramentos y de celebrarlos y la de tener participacin ministerial en cualquier acto de culto. Dadas las condiciones de imputabilidad, contraen esta excomunin todos los que procuran, realizan, cooperan a realizar un aborto efectivo: los que inducen a la madre; los que gestionan o preparan los medios para realizarlo; la madre que quiere o deja realizarlo; los autores fsicos, los mdicos y ayudantes tcnicos y dems colaboradores; los que proporcionan los medios de clnicas y otras instituciones sanitarias y econmicas. Aljate de toda mentira, y no hagas morir al inocente (Ex 23,7) P. Manuel Martnez Cano, mCR3

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DIMAS EL LADRN, EL PRIMER SANTONo hay nada que haga suponer que Dimas hubiera tenido algn trato con Jess antes de la Pasin. Cuando de repente se encuentra junto a l, all delante, a dos pasos. Debi ser en alguno de los intervalos del juicio de Pilatos. Sucio, maltrecho, atado de manos, rostro tumefacto, con asquerosas salivas en las barbas Aquello el hijo de Dios? Mientras Dimas miraba aquello, seguramente que iba moviendo la cabeza de manera muy significativa. Hasta el momento en que aquello mir a Dimas. Y las miradas se encontraron Dimas, como profesional, saba que los tesoros siempre se ocultan donde menos puede suponerse, y que bajo una pila de estircol haba encontrado ms de una vez un montn de oro. Aquella mirada los ojos tumefactos eran como los de cualquier otro hombre en semejante situacin; pero LA MIRADA Qu haba en aquella mirada? Dimas no hubiera podido explicarlo ni nadie, pero vio una luz nunca vista. Aquel hombre no era un hombre como los dems As como el Hombre-Dios haba decepcionado a todos los que buscaban en l una superacin a todos los hroes humanos, ahora sacudi a Dimas al descubrir una dulzura y una compasin infinitas en una mirada que, humanamente, tena que estar embrutecida por el rencor, el miedo, el odio, la ferocidad Aquello no era posible, pero no poda negarlo; lo tena delante. En su experiencia de los hombres nunca se haba encontrado con nada semejante No podemos olvidar que la conversin viene siempre provocada por el contacto con Cristo; ste y no otro, es siempre el punto de partida Qu clase de hombre era aqul?... recordaba que la blasfemia de que acusaban a Jess era tan extraa que no la haba odo nunca Dios y yo somos una misma cosa Est loco!... Hasta el momento en que le mir a los ojos y recibi

dentro de s aquella mirada Aquel hombre no estaba loco. Haba visto aquella mirada y no precisaba nada ms Puede un hombre ser Dios? La cabeza le deca que no, que no, y que no. Pero su corazn llevaba la estocada de una mirada que se lo haba traspasado. Esta lucha terrible y grandiosa entre la cabeza y el corazn hay quien la ha llevado dentro de s durante semanas, meses y hasta aos, como el que escribe estas lneas. Para Dimas debi durar muy poco Dimas fue testigo del prodigio nico, y sin repeticin posible, del Dios del Calvario. El gran milagro del Amor Absoluto que se da a s mismo por los que ama hasta extremos inconcebibles Descubri que en aquel ser humano envilecido y aplastado habitaba el mismo Dios. Era verdad: Jess y el Padre eran una sola cosa. Esto no era ninguna blasfemia. No! No solamente era la mayor verdad que se haba proclamado desde el principio del mundo, sino que era la Gran Verdad, ya que todas las dems son solamente consecuencia de sta Guillermo Rovirosa, profeta del mundo obrero, fundador de la HOAC. (De El primer santo: Dimas el ladrn [Lc 23, 39-43], pp. 363-369)

Asesinos de Jess con nuestros pecados; ladrones de la gloria de Dios con nuestra soberbia; traidores integrales y ejemplo de todas la bajezas, unamos nuestro llanto y elevemos muy alto nuestro grito triunfal: Jess es nuestro Dios!, con el Padre y el Espritu Santo. El nico Dios! (Guillermo Rovirosa)4AVE MARA Nm. 781 Marzo-Abril 2012

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PARA SENTIR CON LA IGLESIA

MENSAJE DEL PAPA PARA LA CUARESMA 2012Fijmonos los unos en los otros para estmulo de la caridad y las buenas obras (Hb 10, 24)[] Este ao deseo proponer algunas reflexiones a la luz de un breve texto bblico tomado de la Carta a los Hebreos: Fijmonos los unos en los otros para estmulo de la caridad y las buenas obras (10,24). Esta frase forma parte de una percopa en la que el escritor sagrado exhorta a confiar en Jesucristo como Sumo Sacerdote, que nos obtuvo el perdn y el acceso a Dios. El fruto de acoger a Cristo es una vida que se despliega segn las tres virtudes teologales: se trata de acercarse al Seor con corazn sincero y llenos de fe (v. 22), de mantenernos firmes en la esperanza que profesamos (v. 23), con una atencin constante para realizar junto con los hermanos la caridad y las buenas obras (v. 24). Asimismo, se afirma que para sostener esta conducta evanglica es importante participar en los encuentros litrgicos y de oracin de la comunidad, mirando a la meta escatolgica: la comunin plena en Dios (v. 25). Me detengo en el versculo 24, que, en pocas palabras, ofrece una enseanza preciosa y siempre actual sobre tres aspectos de la vida cristiana: la atencin al otro, la reciprocidad y la santidad personal.

Fijmonos: la responsabilidad para con el hermano.El primer elemento es la invitacin a fijarse: el verbo griego usado es katanoein, que significa observar bien, estar atentos, mirar conscientemente, darse cuenta de una realidad. Lo encontramos en el Evangelio, cuando Jess invita a los discpulos a fijarse en los pjaros del cielo, que no se afanan y son objeto de la solcita y atenta providencia divina (cf. Lc 12,24), y a reparar en la viga que hay en nuestro propio ojo antes de mirar la brizna en el ojo del hermano (cf. Lc 6,41). Lo encontramos tambin en otro pasaje de la misma Carta a los Hebreos, como invitacin aAVE MARA Nm. 781 Marzo-Abril 2012

fijarse en Jess (cf. 3,1), el Apstol y Sumo Sacerdote de nuestra fe. Por tanto, el verbo que abre nuestra exhortacin invita a fijar la mirada en el otro, ante todo en Jess, y a estar atentos los unos a los otros, a no mostrarse extraos, indiferentes a la suerte de los hermanos. Sin embargo, con frecuencia prevalece la actitud contraria: la indiferencia o el desinters, que nacen del egosmo, encubierto bajo la apariencia del respeto por la esfera privada. Tambin hoy resuena con fuerza la voz del Seor que nos llama a cada uno de nosotros a hacernos cargo del otro. Hoy Dios nos sigue pidiendo que seamos guardianes de nuestros hermanos (cf. Gn 4,9), que entablemos relaciones caracterizadas por el cuidado reciproco, por la atencin al bien del otro y a todo su bien. El gran mandamiento del amor al prjimo exige y urge a tomar conciencia de que tenemos una responsabilidad respecto a quien, como yo, es criatura e hijo de Dios: el hecho de ser hermanos en humanidad y, en muchos casos, tambin en la fe, debe llevarnos a ver en el otro a un verdadero alter ego, a quien el Seor ama infinitamente. Si cultivamos esta mirada de fraternidad, la solidaridad, la justicia, as como la misericordia y la compasin, brotarn naturalmente de nuestro corazn. El siervo de Dios Pablo VI afirmaba que el mundo actual sufre especialmente de una falta de fraternidad: El mundo est enfermo. Su mal est menos en la dilapidacin de los recursos y en el acaparamiento por parte de algunos que 5

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en la falta de fraternidad entre los hombres y entre los pueblos (Populorum progressio [26III-1967], n. 66). La atencin al otro conlleva desear el bien para l o para ella en todos los aspectos: fsico, moral y espiritual. La cultura contempornea parece haber perdido el sentido del bien y del mal, por lo que es necesario reafirmar con fuerza que el bien existe y vence, porque Dios es bueno y hace el bien (Sal 119,68). El bien es lo que suscita, protege y promueve la vida, la fraternidad y la comunin. La responsabilidad para con el prjimo significa, por tanto, querer y hacer el bien del otro, deseando que tambin l se abra a la lgica del bien; interesarse por el hermano significa abrir los ojos a sus necesidades. La Sagrada Escritura nos pone en guardia ante el peligro de tener el corazn endurecido por una especie de anestesia espiritual que nos deja ciegos ante los sufrimientos de los dems. El evangelista Lucas refiere dos parbolas de Jess, en las cuales se indican dos ejemplos de esta situacin que puede crearse en el corazn del hombre. En la parbola del buen Samaritano, el sacerdote y el levita dieron un rodeo, con indiferencia, delante del hombre al cual los salteadores haban despojado y dado una paliza (cf. Lc 10,30-32), y en la del rico epuln, ese hombre saturado de bienes no se percata de la condicin del pobre Lzaro, que muere de hambre delante de su puerta (cf. Lc 16,19). En ambos casos se trata de lo contrario de fijarse, de mirar con amor y compasin. Qu es lo que impide esta mirada humana y amorosa hacia el hermano? Con frecuencia son la riqueza material y la saciedad, pero tambin el anteponer los propios intereses y las propias preocupaciones a todo lo dems. Nunca debemos ser incapaces de tener misericordia para con quien sufre; nuestras cosas y nuestros problemas nunca deben absorber nuestro corazn hasta el punto de hacernos sordos al grito del pobre. En cambio, precisamente la humildad de corazn y la experiencia personal del sufrimiento pueden ser la fuente de un despertar interior a la compasin y a la empata: El justo reconoce los derechos del pobre, el malvado es incapaz de conocerlos (Pr 29,7). Se comprende as la bienaventuranza de los que lloran (Mt 5,4), es decir, de quienes son capaces de salir de s mismos para conmoverse por el dolor de los dems. El encuentro con el otro y el hecho de abrir el corazn a su necesidad son ocasin de salvacin y de bienaventuranza. El fijarse en el hermano comprende adems la solicitud por su bien espiritual. Y aqu 6

deseo recordar un aspecto de la vida cristiana que a mi parecer ha cado en el olvido: la correccin fraterna con vistas a la salvacin eterna. Hoy somos generalmente muy sensibles al aspecto del cuidado y la caridad en relacin al bien fsico y material de los dems, pero callamos casi por completo respecto a la responsabilidad espiritual para con los hermanos. No era as en la Iglesia de los primeros tiempos y en las comunidades verdaderamente maduras en la fe, en las que las personas no slo se interesaban por la salud corporal del hermano, sino tambin por la de su alma, por su destino ltimo. En la Sagrada Escritura leemos: Reprende al sabio y te amar. Da consejos al sabio y se har ms sabio todava; ensea al justo y crecer su doctrina (Pr 9,8ss). Cristo mismo nos manda reprender al hermano que est cometiendo un pecado (cf. Mt 18,15). El verbo usado para definir la correccin fraterna elenchein es el mismo que indica la misin proftica, propia de los cristianos, que denuncian una generacin que se entrega al mal (cf. Ef 5,11). La tradicin de la Iglesia enumera entre las obras de misericordia espiritual la de corregir al que se equivoca. Es importante recuperar esta dimensin de la caridad cristiana. Frente al mal no hay que callar. Pienso aqu en la actitud de aquellos cristianos que, por respeto humano o por simple comodidad, se adecan a la mentalidad comn, en lugar de poner en guardia a sus hermanos acerca de los modos de pensar y de actuar que contradicen la verdad y no siguen el camino del bien. Sin embargo, lo que anima la reprensin cristiana nunca es un espritu de condena o recriminacin; lo que la mueve es siempre el amor y la misericordia, y brota de la verdadera solicitud por el bien del hermano. El apstol Pablo afirma: Si alguno es sorprendido en alguna falta, vosotros, los espirituales, corregidle con espritu de mansedumbre, y cudate de ti mismo, pues tambin t puedes ser tentado (Ga 6,1). En nuestro mundo impregnado de individualismo, es necesario que se redescubra la importancia de la correccin fraterna, para caminar juntos hacia la santidad. Incluso el justo cae siete veces (Pr 24,16), dice la Escritura, y todos somos dbiles y caemos (cf. 1 Jn 1,8). Por lo tanto, es un gran servicio ayudar y dejarse ayudar a leer con verdad dentro de uno mismo, para mejorar nuestra vida y caminar cada vez ms rectamente por los caminos del Seor. Siempre es necesaria una mirada que ame y corrija, que conozca y reconozca, que discierna y perdone (cf. Lc 22,61), como ha hecho y hace Dios con cada uno de nosotros.AVE MARA Nm. 781 Marzo-Abril 2012

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Los unos en los otros: el don de la reciprocidad.Este ser guardianes de los dems contrasta con una mentalidad que, al reducir la vida slo a la dimensin terrena, no la considera en perspectiva escatolgica y acepta cualquier decisin moral en nombre de la libertad individual. Una sociedad como la actual puede llegar a ser sorda, tanto ante los sufrimientos fsicos, como ante las exigencias espirituales y morales de la vida. En la comunidad cristiana no debe ser as. El apstol Pablo invita a buscar lo que fomente la paz y la mutua edificacin (Rm 14,19), tratando de agradar a su prjimo para el bien, buscando su edificacin (ib. 15,2), sin buscar el propio beneficio sino el de la mayora, para que se salven (1 Co 10,33). Esta correccin y exhortacin mutua, con espritu de humildad y de caridad, debe formar parte de la vida de la comunidad cristiana. Los discpulos del Seor, unidos a Cristo mediante la Eucarista, viven en una comunin que los vincula los unos a los otros como miembros de un solo cuerpo. Esto significa que el otro me pertenece, su vida, su salvacin, tienen que ver con mi vida y mi salvacin. Aqu tocamos un elemento muy profundo de la comunin: nuestra existencia est relacionada con la de los dems, tanto en el bien como en el mal; tanto el pecado como las obras de caridad tienen tambin una dimensin social. En la Iglesia, cuerpo mstico de Cristo, se verifica esta reciprocidad: la comunidad no cesa de hacer penitencia y de invocar perdn por los pecados de sus hijos, pero al mismo tiempo se alegra, y continuamente se llena de jbilo por los testimonios de virtud y de caridad, que se multiplican. Que todos los miembros se preocupen los unos de los otros (1 Co 12,25), afirma san Pablo, porque formamos un solo cuerpo. La caridad para con los hermanos, una de cuyas expresiones es la limosna una tpica prctica cuaresmal junto con la oracin y el ayuno, radica en esta pertenencia comn. Todo cristiano puede expresar en la preocupacin concreta por los ms pobres su participacin del nico cuerpo que es la Iglesia. La atencin a los dems en la reciprocidad es tambin reconocer el bien que el Seor realiza en ellos y agradecer con ellos los prodigios de gracia que el Dios bueno y todopoderoso sigue realizando en sus hijos. Cuando un cristiano se percata de la accin del Espritu Santo en el otro, no puede por menos que alegrarse y glorificar al Padre que est en los cielos (cf. Mt 5,16).AVE MARA Nm. 781 Marzo-Abril 2012

Para estmulo de la caridad y las buenas obras: caminar juntos en la santidad.Esta expresin de la Carta a los Hebreos (10, 24) nos lleva a considerar la llamada universal a la santidad, el camino constante en la vida espiritual, a aspirar a los carismas superiores y a una caridad cada vez ms alta y fecunda (cf. 1 Co 12,31-13,13). La atencin recproca tiene como finalidad animarse mutuamente a un amor efectivo cada vez mayor, como la luz del alba, que va en aumento hasta llegar a pleno da (Pr 4,18), en espera de vivir el da sin ocaso en Dios. El tiempo que se nos ha dado en nuestra vida es precioso para descubrir y realizar buenas obras en el amor de Dios. As la Iglesia misma crece y se desarrolla para llegar a la madurez de la plenitud de Cristo (cf. Ef 4,13). En esta perspectiva dinmica de crecimiento se sita nuestra exhortacin a animarnos recprocamente para alcanzar la plenitud del amor y de las buenas obras. Lamentablemente, siempre est presente la tentacin de la tibieza, de sofocar el Espritu, de negarse a comerciar con los talentos que se nos ha dado para nuestro bien y el de los dems (cf. Mt 25,25ss). Todos hemos recibido riquezas espirituales o materiales tiles para el cumplimiento del plan divino, para el bien de la Iglesia y la salvacin personal (cf. Lc 12,21b; 1 Tm 6,18). Los maestros de espiritualidad recuerdan que, en la vida de fe, quien no avanza, retrocede. Queridos hermanos y hermanas, aceptemos la invitacin, siempre actual, de aspirar a un alto grado de la vida cristiana (Juan Pablo II, Novo millennio ineunte [6-I-2001], n. 31). Al reconocer y proclamar beatos y santos a algunos cristianos ejemplares, la sabidura de la Iglesia tiene tambin por objeto suscitar el deseo de imitar sus virtudes. San Pablo exhorta: Que cada cual estime a los otros ms que a s mismo (Rm 12,10). Ante un mundo que exige de los cristianos un testimonio renovado de amor y fidelidad al Seor, todos han de sentir la urgencia de ponerse a competir en la caridad, en el servicio y en las buenas obras (cf. Hb 6,10). Esta llamada es especialmente intensa en el tiempo santo de preparacin a la Pascua. Con mis mejores deseos de una santa y fecunda Cuaresma, os encomiendo a la intercesin de la Santsima Virgen Mara y de corazn imparto a todos la Bendicin Apostlica. BENEDICTUS PP. XVI 7

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PATERNIDAD DE JOSSiendo necesario que hasta Cristo fuera copiosa la propagacin en aquel pueblo, cuya densa poblacin haba de ser figura de lo que despus habra de realizarse con la Iglesia, tenan all a norma tomar varias mujeres para crecimiento del pueblo, imagen anticipada del crecimiento de la Iglesia. Mas, cuando naci el Rey de todas las naciones, empez a ser tenida en honra la virginidad, y esto desde la Madre del Seor fue merecedora de tener un hijo sin detrimento de su integridad. As como su enlace con Jos fue verdadero matrimonio, y matrimonio sin desintegridad alguna, por qu, del mismo modo, la castidad del esposo no habra de recibir lo que haba producido la castidad de la esposa? El computar las generaciones de Cristo por la lnea de Jos, y no de Mara, no debe inquietarnos Porque, si ella es madre sin concupiscencia carnal, l es padre sin unin carnal. Pueden, por consiguiente, subir por l o bajar hasta l las generaciones. No le separaremos porque le haya faltado la concupiscencia carnal; a mayor pureza, paternidad ms genuina. La misma santa Mara nos lo censurara. Porque no quiso ella anteponer su nombre a su marido, antes dijo: Tu padre y yo te buscbamos acongojados. No hagan, pues, los malvados murmuradores lo que no hizo la virginal esposa. Computemos por Jos, por ser l tan casto padre como casto marido. Por orden natural y ley divina anteponemos el varn a la mujer. Si, prescindiendo de l, damos su puesto a Mara, l nos dir, y con razn: Por qu me habis quitado a m? Por qu no suben por m o por m bajan las generaciones? Vamos a decirle: Porque no le has engendrado por obra de la carne? l nos responder: Le dio a luz acaso ella por obra de la carne? Y si obr el Espritu Santo, para los dos obr. Justo el varn, justa la mujer. El Espritu Santo, que descansaba en la justicia de ambos, a entrambos les dio un hijo. A ella le concedi concebirlo y darlo a luz y al marido la paternidad del hijo nacido de su esposa. Y a los dos les dice el ngel que pongan nombre al nio, lo cual indica que uno y otro tienen autoridad de padres. Porque, mudo an Zacaras, la madre indic el nombre que se haba de poner al nio [Juan]. Los all presentes preguntaron entonces al padre por seas cmo quera se llamase, y l tom el punzn y escribi el nombre que ella haba8

Caminando con Dios, de Morgan Weistling.

dicho. Tambin a Mara se le dice: Concebirs en tu seno y dars a luz un hijo, a quien pondrs por nombre Jess (Lc 1, 31). Y a Jos, ni ms ni menos: Jos, hijo de David, no temas recibir en tu casa a Mara, tu esposa, pues lo concebido en ella es obra del Espritu Santo. Dar a luz un hijo, a quien pondrs por nombre Jess, porque salvar a su pueblo de sus pecados (Mt 1, 20-21). Tu esposa dar a luz un hijo. Estas palabras corroboran incontrovertiblemente su paternidad, no carnal, sino afectiva. As es como l es padre. Sagaces y sobremanera discretos se mostraron los evangelistas en computar las generaciones con referencia a l: Mateo, descendiendo de Abrahn hasta Cristo, y Lucas subiendo desde Cristo por Abrahn hasta Dios. En uno el cmputo es ascendente, en otro es descendente; pero en ambos se hace por Jos. Razn? Era el padre. Padre? S; con razn tanto ms slida, cuanto ms casta era su paternidad. Por padre de nuestro Seor Jesucristo se le tena, ciertamente, pero de otro modo. Lucas dijo: Se le tena por padre de Jess. Por qu se le tena? Porque la opinin y juicio de los hombres se dejaba llevar de lo que suele suceder entre los hombres. Pero el Seor no es del germen de Jos, aun cuando tal se creyera. Con todo, a la piedad y caridad de Jos se le dio un hijo, el nacido de la Virgen Mara, Hijo a la vez de Dios.(Fragmentos del sermn 51, 10, 16-17; 11, 1920; 15,25; 20, 30. M.L. 342-345. Edicin bilinge en BAC, Obras de san Agustn)AVE MARA Nm. 781 Marzo-Abril 2012

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ENSEANZAS MONTFORTIANAS

NECESITAMOS DE MARAEn el prtico de su urea obrita El secreto de Mara, san Luis coloca una verdad indiscutible: la necesidad de santificarse por su mediacin. Pero esto requiere una condicin previa como es saber encontrarla, descubrir su oficio materno de transformarnos en Jess y dejarnos guiar filialmente por su espritu. El razonamiento del Santo de Monfort no puede ser ms lgico ni ms convincente. La transparencia de su enseanza cabe en cuatro proposiciones enlazadas: 1) Es voluntad de Dios que nos santifiquemos. 2) Para santificarse hay que practicar las virtudes. 3) Para ejercer las virtudes necesitamos de la gracia de Dios. 4) Para alcanzar la gracia hemos de hallar a Mara, Madre e intercesora nuestra. La argumentacin nos parece impecable y slidamente fundada. En la medida en que hemos encontrado a esta bendita Madre hallamos el acueducto de todas las gracias que Dios dispensa a los redimidos. La fuente inagotable de toda gracia es, por supuesto, Dios mismo, pero ha dispuesto concederlas a travs de Mara quien, por este motivo, tiene funciones singulares en la santificacin de los cristianos. Es una pena que gran parte de los que se precian de ser catlicos ignoran esta influencia santificadora de la Virgen en el desarrollo de su espiritualidad y en el cumplimiento de sus exigentes compromisos bautismales. En el frontispicio de su formidable argumentacin, Monfort coloca la necesidad de santificarse. Oigamos sus palabras: Tu vocacin cierta es adquirir la santidad divina. Y todos tus pensamientos, palabras y obras, los sufrimientos y movimientos de tu vida a eso se deben dirigir. No resistas a Dios dejando de hacer aquello para lo que te ha criado y hasta ahora te conserva. Dichosos los que han hallado a Mara en su camino cristiano y no se han separadoAVE MARA Nm. 781 Marzo-Abril 2012

ya de su dulce compaa! Dichosos mil veces los que han hallado a Mara en su camino cristiano y no se han separado de su proteccin! Dichosos mil veces los que permanecen unidos a Ella de manera total e irrenunciable, es decir con toda su interioridad y actividad! En el Tratado de la verdadera devocin, el santo misionero frmula una amarga queja que resulta desgraciadamente actual. Dice as: Amable Maestro mo: No es cosa que causa admiracin y lstima la ignorancia y las tinieblas que embargan a los hombres de este mundo con relacin a tu santsima Madre? Hablo de los cristianos catlicos y an de algunos doctores entre los catlicos que, ejerciendo la profesin de ensear a otros la verdad, slo te conocen a ti y a tu santsima Madre de manera especulativa, seca, estril e indiferente.9

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He aqu la heroica valenta de este insigne apstol, Maestro y Modelo de la verdadera devocin mariana entendida en su ms recto sentido catlico, sin ceder un pice a la menor sombra de error cuando se trata de ensear la genuina doctrina de la Iglesia. No olvidemos su claro mensaje: Necesitamos de Mara en todo y para todo. Y la necesitamos como molde viviente de Dios para configurarnos con Cristo. Aunque la expresin molde viviente fue tomada por san Luis del monje medieval Furverto de Chartres, Monfort le dio un nuevo sentido cristolgico y mariano. La Virgen nos asemeja a la persona de su Hijo imprimiendo en nuestras almas los rasgos caractersticos de un autntico discpulo de Jess. Mara nos acoge y modela a imagen de su Hijo. Si Mara es el molde viviente de Dios, molde perfecto en s mismo que nos hace a nosotros perfectos en Jesucristo, el proceso de nuestra transformacin en Jess es ms fcil mientras no pongamos resistencia. El punto crucial subrayado por san Luis consiste en saber introducirse dentro de Mara, dejndose modelar en su corazn por la accin del Espritu Santo. Slo de este modo evitaremos toda suerte de tropiezos y falsas ilusiones.

Conviene desarrollar un poco ms esta idea tan profunda que est enraizada en la mejor tradicin bblica y espiritual de la Iglesia. Mara es madre espiritual nuestra y hay que entender esta maternidad en su verdadero sentido, que es el siguiente: Ella nos transmite la vida sobrenatural, realidad incomparablemente ms ntima que una simple adopcin humana. El Concilio Vaticano II es bien explcito al ensear cmo influye Mara en nuestra regeneracin. Escuchemos su enseanza: Mara coopera, en forma enteramente singular, a la obra del Salvador con la obediencia de la fe, la esperanza y la ardiente caridad con el fin de restaurar la vida sobrenatural de las almas. Por eso es nuestra Madre en el orden de la gracia. Ella coopera con amor materno a nuestra regeneracin y educacin sobrenatural. (LG, 61 y 63). En virtud de esta doctrina debemos estimular e intensificar nuestra entrega filial a Mara para que ella nos configure con Cristo. Resumiendo: necesitamos de Mara para ser fieles discpulos de Jess. Andrs Molina Prieto, pbro

LA RELIGIN, ALMA DE LA UNIDAD EUROPEANadie, segn creemos, podr rehusar el subscribir esta afirmacin. Si una Europa unida ha de mantenerse en equilibrio y ha de allanar las diferencias que surjan en el propio continente, sin meternos ahora a hablar de su influencia en la seguridad de la paz universal, es necesario que descanse sobre una base moral inquebrantable. Dnde encontrar esta base? Dejemos que responda la historia: hubo un tiempo en que Europa formaba en su unidad un todo compacto, y en medio de todas las debilidades y a pesar de todos los desalientos humanos, esto constitua para ella una fuerza. Merced a esta unin, ella realizaba grandes cosas. Ahora bien, el alma de esta unidad era la religin, que empapaba hasta la mdula toda la sociedad de fe cristiana. En el momento en que la cultura se separ de la religin, la unidad se disgreg, y prosiguiendo a la larga su avance, lento y continuo, como de mancha de aceite, la irreligin ha penetrado ms y ms en la vida pblica, y a ella ante todo es deudora este continente de sus desgarrones, de su malestar y de su inquietud. Ahora bien, si Europa quiere resurgir, no ser necesario que restablezca en s misma el vnculo entre la religin y la civilizacin? Por esta causa hemos sentido Nos gran placer al leer al frente de las resoluciones de la Comisin Cultural, a continuacin del Congreso de La Haya en el pasado mayo, la mencin de la comn herencia de la civilizacin cristiana. Sin embargo, esto no ser bastante si no se llega a reconocer expresamente los derechos de Dios y de su ley, al menos el derecho natural, como slido fundamento sobre el cual estn anclados los derechos del hombre. (Po XII. Audiencia del 11-XI-1948 a los asistentes al II Congreso Internacional de Federalistas)10AVE MARA Nm. 781 Marzo-Abril 2012

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CONSULTORIO POPULARContesta el sacerdote Rdo. Dr. Juan Antonio Mateo Garca. Enven las consultas a la direccin de la revista poniendo en el sobre Consultorio Popular, o bien, al correo electrnico [email protected]. Si necesita usted una contestacin personal y rpida, debe mandar un sobre con su direccin y el sello correspondiente.

CANON DE LA BIBLIALos protestantes no aceptan algunos libros del Antiguo Testamento que nosotros, los catlicos, tenemos por verdaderos. Dicen que su biblia es ms conforme a los hebreos. Lo puede explicar un poco? Se denomina canon (del griego kann: norma) la lista de los libros reconocidos como inspirados por Dios y que tienen valor de norma por la fe y las costumbres. En cuanto al Antiguo Testamento, hay diferencias entre el canon judo de las Escrituras y el canon cristiano. La Iglesia catlica incluye 46 libros: 39 protocannicos y 7 deuterocannicos, llamados as porque los primeros han sido aceptados en el canon sin demasiados debates, mientras que los segundos, los deuterocannicos, no han sido definitivamente aceptados sino tras muchos siglos de vacilaciones por parte de ciertos Padres de la Iglesia oriental, como tambin por, parte de san Jernimo. Las iglesias de la reforma no los aceptan y los llaman apcrifos. Estos libros son: Eclesistico, Baruc, Tobas, Judit, Sabidura, los libros de los Macabeos y algunas partes de Ester y Daniel. Parece ser que en tiempos del nacimiento del cristianismo, las recopilaciones cerradas de los libros de la Ley y de los profetas existan en una forma textual sustancialmente idntica a la de nuestro Antiguo Testamento actual. La recopilacin de los Escritos, por el contrario, no estaba todava bien definida en Palestina y en la dispora juda en lo referente al nmero de los libros y a la forma de su texto. Segn parece, hacia el final del siglo primero, los judos aceptaron como sagrados un nmero determinado de librosAVE MARA Nm. 781 Marzo-Abril 2012

y, una vez fijados los lmites del canon hebreo, los deuterocannicos quedaron excluidos. Los autores del Nuevo Testamento manifiestan un conocimiento de los libros deuterocannicos y de algunos no cannicos, ya que el nmero de libros citados en el NT supera a los libros del canon judo. Las listas veterotestamentarias de los Padres de la Iglesia y de los concilios no manifiestan unanimidad y cabe decir que no son los judos de Alejandra quienes han establecido un canon exclusivo de las Escrituras, sino la Iglesia a partir de la versin griega conocida como de los Setenta. Cuando el judasmo finaliz su propio canon, la Iglesia cristiana era suficientemente autnoma respecto al judasmo para no verse afectada inmediatamente. Slo en una poca posterior, cuando el canon hebreo estaba ya cerrado, empieza a tener una influencia sobre el modo de ver de los cristianos. Basndose en una tradicin secular, el concilio de Florencia, en el ao 1442, y el de Trento, en el ao 1564, rechazaron para los catlicos dudas e incertidumbres y establecieron la lista de los 73 libros bblicos (46 para el AT y 27 para el NT). Adoptando este canon ms largo que el hebreo, la Iglesia catlica ha preservado una memoria autntica de los orgenes cristianos, pues el canon hebreo ms limitado es posterior a la poca de formacin del NT. La cuestin de la delimitacin del canon es de capital importancia, ya que muestra cmo, en este punto, la Tradicin precede a la Revelacin en su estadio de revelacin escrita. San Agustn lo deca acertadamente: No creera en la autoridad de los Evangelios si no me lo garantizara la autoridad de la Iglesia.11

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VIDA SOBRENATURAL

MORTIFICACIN DE LA MEMORIA Y LA IMAGINACINPara desarrollar la vida sobrenatural del alma es necesario mortificar la memoria y la imaginacin; dos facultades importantsimas que proporcionan al entendimiento los elementos necesarios para elaborar sus razonamientos y presentar la verdad ms brillantemente con ejemplos y relaciones que la hacen asequible a todas las inteligencias. Por tanto, no se trata de atrofiar estas potencias sino de disciplinarlas para subordinarlas al imperio de la razn y la voluntad. Porque dejadas a su antojo, llenan el alma de recuerdos e imgenes que estorban la oracin. La distraen y producen tentaciones contra la pureza, la caridad, la humildad y dems virtudes. Para impedir la accin negativa de la memoria y la imaginacin sobre el entendimiento y la voluntad hemos de rechazar inmediatamente las imgenes o recuerdos peligrosos que nos presenta. Suele empezar la tentacin con pensamientos intiles que van preparando el camino a otros pensamientos peligrosos. Los santos nos dicen que la mortificacin de los pensamientos intiles es la muerte de los malos pensamientos. El mejor medio para conseguirlo es poner toda la atencin de nuestra alma en la obligacin del momento presente, en nuestras ocupaciones habituales. Los antiguos decan: Age quad agis, haz lo que haces. Si ests rezando, reza; si ests estudiando, estudia; si est fregando platos pon toda tu atencin en eso. Sobre todo, los jvenes, deben ejercitar el enten-

dimiento y las facultades sensitivas de la memoria y la imaginacin porque as evitarn ensueos y aventuras peligrosas. Sin embargo, es muy provechoso utilizar la imaginacin y la memoria para alimentar la vida espiritual. San Ignacio de Loyola iniciaba su oracin con la composicin de lugar y la aplicacin de sentidos. Nosotros tambin debemos representarnos los pormenores y detalles de la vida de nuestro Seor Jesucristo y de la Santsima Virgen. As la imaginacin nos ofrecer piadosas imgenes que ocuparn el lugar que pudieran ocupar las imgenes peligrosas. Y entenderemos mejor las escenas evanglicas que meditamos. Dice san Pedro que al diablo hemos de resistirle firmes en la fe. Y san Juan de la Cruz, el gran maestro de la vida sobrenatural, nos dice: Todos los engaos que hace el demonio y males al alma, entran por las noticias y discursos de la memoria. La cual, si se oscurece en todas ellas y se aniquila en olvido, cierra totalmente la puerta a este dao del demonio, y se libra de todas estas cosas, que es gran bien. Porque el demonio no puede nada en el alma, si no es mediante las operaciones de las potencias de ella, principalmente por medio de las noticias, porque de ellas dependen casi todas las dems operaciones de las dems potencias. De donde, si la memoria se aniquila en ellas, el demonio no puede nada; porque nada habla, de donde as, y sin nada, nada puede. San Alfonso Mara de Ligorio nos da una pista segura: El amor a la Virgen es seal de predestinacin. Julin Jarabo Ruiz

NO HAY LUGAR PARA EL CONFORMISMOEl no conformismo del cristiano nos redime, nos restituye a la verdad. Roguemos al Seor para que nos ayude a ser hombres libres en este no conformismo que no va contra el mundo, sino que es el verdadero amor por el mundo. Benedicto XVI (12-2-2012)12AVE MARA Nm. 781 Marzo-Abril 2012

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ORIENTACIONES EPISCOPALES

EL INFIERNO Y LOS INFIERNOSAlgunos se han empeado en dejar vaco el infierno, movidos por un fuerte sentimentalismo que representa el buenismo religioso. Esta postura es falaz porque adolece de un doble error: que el amor divino no puede estar en contradiccin con la justicia (cf. Conc. IV de Letrn) y que ignora el papel de la libertad del sujeto. Dios que te cre sin ti, no te salvar sin ti, dir san Agustn. En esta misma lnea, dice el Papa actual: Puede haber personas que han destruido totalmente en s mismas el deseo de la verdad y la disponibilidad para el amor. Personas en las que todo se ha convertido en mentira; personas que han vivido para el odio y que han pisoteado el mismo amor. sta es una perspectiva terrible, pero en algunos casos de nuestra propia historia podemos distinguir con horror figuras de este tipo. En semejantes individuos no habra ya nada remediable y la destruccin del bien sera irrevocable: esto es lo que se indica con la palabra infierno (Benedicto XVI, Spe Salvi, 45). Dios no predestina a nadie a ir al infierno. Su existencia no es un invento de la Iglesia para tener a sus fieles atemorizados. Nunca el miedo nos acerca al Seor, porque estrecha la mente, anquilosa el corazn y nos hace inoperantes. En cambio, el santo temor de Dios y el no olvidar que podemos ser merecedores de las penas del infierno, es otra cosa muy distinta, porque nos estimula al reconocimiento continuo de la grandeza del amor divino, a la conversin del corazn y a mantener una actitud vigilante en nuestra vida. Las afirmaciones de la Escritura y las enseanzas de la Iglesia acerca delAVE MARA Nm. 781 Marzo-Abril 2012

infierno no son amenazas, sino llamamientos a la responsabilidad con la que el hombre debe usar su libertad en relacin con Dios, con los dems y consigo mismo. Slo aquellos que mantienen una aversin voluntaria a Dios pecado mortal y persisten en l hasta el final de sus das, escucharn la sentencia divina: Apartaos de mi, malditos, al fuego eterno, que fue destinado para el diablo y sus ngeles (Mt 25,41). Ese fuego que nunca se apaga, que dira Jess (cf. Mt 5,22.29; 13,42.50; Mc 9,43-48), representa la separacin total y eterna de Dios. En esa situacin el pecador sufrir la infelicidad, se hallar en tinieblas y en sombras de muerte para siempre (cf. Vaticano II, LG, 48; CAT 1035). Si algunos piensan que esto es exagerado y pasado de moda, les remito a que repasen los infiernos humanos, fabricados por las ideologas deshumanizadas y las estructuras sociales injustas, que pisotean la dignidad de los hombres y de los pueblos. Que vean los infiernos familiares como consecuencias del desamor, del engao y que, en muchsimas ocasiones, llegan hasta la violencia de todo tipo. Se pueden continuar analizando tantos infiernos personales, que son frutos del egosmo y del desprecio de lo ms elemental, que es el cumplimiento de los Diez Mandamientos. Y contemplando este panorama de infiernos, se podr negar la existencia de un infierno eterno despus de la muerte? No son los mismos que hacen aqu estos infiernos los que se ganan a pulso ser miembros del reino del diablo? Porque, como dice san Agustn: Se hizo digno de pena eterna el hombre que aniquil en s el bien que pudo ser eterno. Juan del Ro Martn Arzobispo castrense13

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XVI CONCURSO FOTOGRFICO DE LA UNIN SEGLAR DE SAN ANTONIO MARA CLARETParticipantes: Todos los aficionados a la fotografa que lo deseen. La inscripcin es gratuita. Temas: Libre Religioso: imgenes, claustros, procesiones, monasterios Caractersticas de las obras: Cada concursante podr presentar un mximo de tres fotos a color, por tema. No se admiten fotocomposiciones. Tamao mnimo de la fotografa: 10 x 15. Se presentar montada sobre un soporte rgido de tamao mximo 30 x 40, sin cristal y sin enmarcar. Detrs de cada soporte deber constar el ttulo y tema de la obra, as como en el exterior de un sobre cerrado, en cuyo interior constarn los datos del autor: nombre, direccin y telfono. Envo: Las obras, debidamente protegidas y libres de gastos, debern dirigirse a la Unin Seglar de San Antonio Mara Claret, carretera de Castellar, 2 - 08181 Sentmenat (Barcelona). No olviden anotar en el exterior del sobre: Concurso fotogrfico. Premios: Habr tres por tema. El primer premio del tema religioso, ser el Premio Revista Ave Mara. Calendario: Plazo de admisin: hasta el 30 de abril de 2012. Exposicin y entrega de premios: domingo 20 de mayo, en el Cenculo que se celebra en el Colegio del Corazn Inmaculado Mara, carretera de Castellar, 2 - Sentmenat. Jurado: ser designado por la organizacin y estar compuesto por reconocidas personas del mundo fotogrfico. El fallo del jurado ser inapelable. NOTAS1. Cada concursante slo puede obtener un premio por tema. 2. Las obras remitidas sern tratadas con el mximo cuidado por la organizacin, pero sta no se har responsable de cualquier desperfecto que, por causas ajenas a ella, pudieran sufrir. 3. Las obras galardonadas quedarn en propiedad de la organizacin, la cual se reserva el derecho de reproduccin y publicacin, sin beneficio econmico y publicando el nombre del autor. El resto de las obras sern devueltas durante el mes siguiente. 4. La organizacin queda facultada para resolver cualquier imprevisto no contemplado en las bases. 5. La participacin en este concurso supone la aceptacin de las presentes bases.

A TODOS LOS FIELES DEL MUNDORezad por m para que pueda regir con humilde firmeza el timn de la santa Iglesia! Y para que pueda ofrecer siempre al Pueblo de Dios el testimonio de la doctrina segura.Benedicto XVI (22-II-2012, al imponer el capelo a 22 cardenales)14AVE MARA Nm. 781 Marzo-Abril 2012

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UN INFORME ESCLARECEDORCon el objetivo de clarificar, de forma rigurosa, la cuestin del aborto, un grupo de profesores catlicos de la Universidad de Crdoba ha elaborado un informe, tras la creacin de una Comisin de la vida. El estudio quiere dar elementos de juicio para poder situarse, en conciencia y libertad, ante un debate manipulado que, no pocas veces, desenfoca y confunde la tremenda realidad del aborto. Baste, como ejemplo dice la Introduccin, el eufemismo usado en el discurso poltico para referirse a l como interrupcin voluntaria del embarazo. El informe de 185 pginas ha sido editado por la dicesis de Crdoba, quien lo incluye completo en su pgina web. Se divide en cuatro captulos que tratan el aborto desde una perspectiva mdica y biotica, jurdica, econmica y del Magisterio eclesistico, y termina con unas conclusiones sobre cada uno de estos aspectos. He aqu algunas de sus constataciones:

El embrin es un ser humanoDesde la perspectiva mdico y biotica, afirman: Nos hallamos ante un proceso continuo de gnesis orgnica y evolucin Desde el momento de la concepcin el cigoto es una nueva entidad biolgica. Y concluyen declarando inequvocamente el carcter humano del embrin. En este ltimo aspecto, afirman: Puesto que el desarrollo es ininterrumpido y no necesita una nueva intervencin que lo origine, se debe decir que la nueva entidad constituye un nuevo individuo humano. El proceso desde la fecundacin es continuo, por lo que no se puede utilizar el trmino pre-embrin para referirse a un estadio anterior al de embrin, distinguindolos como dos procesos discontinuos. Podra ser utilizado para indicar la fase precoz del embrin, desde la constitucin del cigoto hasta la aparicin de la lnea primitiva. Desde el punto de vista cientfico, no se puede negar que en la formacin del recin concebido y en todo su proceso de desarrollo, acta un determinismo orientado hacia una finalidad proyectada. Podemos decir,AVE MARA Nm. 781 Marzo-Abril 2012

como un dato cientfico, que el embrin, dentro de la madre, se construye a s mismo para dar lugar al nacimiento del individuo completamente desarrollado. Tanto el embrin fecundado en el seno de la madre, como aquellos fecundados in vitro, no son una personalidad potencial, sino que poseen personalidad con desarrollo potencial: son ya seres humanos. Tanto uno como los otros, desarrollarn esa personalidad si se dan las condiciones favorables, pero no es la anidacin lo que hace que el embrin sea embrin, como tampoco es la leche materna lo que hace que un beb sea beb. El embrin no es un ser humano en potencia: el embrin es en potencia un nio, o un adulto, o un anciano, pero no es en potencia un individuo humano sino que lo es ya en acto. Y desde el punto de vista tico, bastara que hubiese la ms mnima duda al respecto para excluir cualquier intervencin que pudiera daar a ese serpersonal en formacin.

El mdico es servidor de la vidaEn relacin a las cuestiones ticas, reafirman: Uno de los principios fundamentales es el de ausencia de dao: primum non nuocere, que expresa la obligacin de no producir dao intencionadamente. En el Cdigo Deontolgico Espaol de 1999, se define al mdico como servidor de la vida, y se indica que al ser humano embrio-fetal enfermo se le debe tratar de acuerdo con las mismas directrices ticas que a los dems pacientes. Mxime si este embrin15

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no est enfermo sino vivo y desarrollndose en el tero de su madre.

Mentalidad antinatalistaEl informe pone de relieve que existe una mentalidad antinatalista y abortista que ha encontrado en las teoras neo-malthusianas y ecologistas un apoyo para plantear la necesidad de un control de la natalidad (incluyendo el aborto como medio). Dichas teoras estn respaldadas y propagadas por importantes grupos de presin y organismos internacionales como OPT (Optimum Population Trust) y la ONU Mentalidad que est profundamente arraigada en los responsables polticos y administrativos de Andaluca que favorecen directa o indirectamente un negocio muy lucrativo.

Legislacin inaceptableDesde la perspectiva jurdica, analizan la legislacin del aborto de 1985, asumida por la de 2010 en trminos generales. La ley de despenalizacin del aborto de 1985 dicen es de todo punto inaceptable por cuanto el legislador se apoya en el criterio del Tribunal Constitucional, que establece un concepto de vida sin tener una orientacin mdica contrastada del suyo, ni estar facultado para ello En la Sentencia que sirve de base para el texto legal, se despersonaliza al ser humano concebido y no nacido. Se elimina, se manipula as la realidad, que nos dice, claramente, que humanos son los gametos espermatozoide y vulo, humano es consecuentemente el cigoto que de ellos proviene, humano es el embrin y humano el feto que al llegar el alumbramiento nace, por lo que su naturaleza evidentemente humana, requiere del reconocimiento de su dignidad. Siguen exponiendo una serie de juicios sobre aquella ley de 1985 y aaden el que les merece la actual ley vigente en Espaa, de 2010. Como cuestin previa, de gran relevancia sealan, este proyecto de ley no obtuvo el beneplcito del Consejo de Estado, ni del Consejo Fiscal, ni del Consejo General del Poder Judicial, por cuanto sus mltiples deficiencias tcnicas y su contradiccin para con la Legislacin espaola y su espritu lo impedan.16

Entre otras cuestiones jurdicas, adems de asumir las anteriores argumentaciones de la Legislacin de 1985, invierte el concepto de delito en el caso del aborto, y mantenindolo en unos supuestos, lo convierte en derecho en otros, lo cual es totalmente contradictorio con cualquier lgica del Sistema Jurdico. Por otra parte, aqulla concede en exclusiva a la madre gestante la decisin, cuando, como la ciencia demuestra, el ser humano requiere para su concepcin y desarrollo intrauterino de la participacin del varn y la mujer, y as cualquier responsabilidad recae en ambos como progenitores que son. Se asumen as, adems, los principios de una ideologa de gnero de corte y origen marxista y totalmente opuesta a la raz natural de la configuracin y estructura del ser humano. Y se faculta adems para su decisin en la materia a menores de edad, lo cul es contradictorio e incompatible con todo el Sistema Jurdico espaol de capacidad y responsabilidad. Por ltimo, en este apartado, afirman que introduce el concepto y la filosofa de las vidas sin valor vital, base del programa Lebensunwate Leben, tristemente clebre, por su macabro recuerdo durante la vigencia del Rgimen nazi.

Facturacin millonariaDesde el punto de vista econmico concluyen que Andaluca como otras Autonomas reconoce la prestacin del aborto dentro de su sistema sanitario y garantiza el acceso a la misma a travs del concierto con las clnicas acreditadas ante la mayoritaria objecin de los profesionales de la sanidad pblica Andaluca es la tercera regin espaola con mayor peso econmico en el negocio del aborto en Espaa Los ingresos estimados por la prctica del aborto en Andaluca han crecido para el periodo 1999-2008 a razn de una tasa anual acumulativa de crecimiento del 12,62%. En trminos absolutos, los ingresos estimados para 2008 oscilaran entre 9.323.211 y 13.041.550 euros Si atendemos a la serie histrica, el negocio delAVE MARA Nm. 781 Marzo-Abril 2012

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aborto en Andaluca ha facturado entre 82.294.104 y 102.832.832 euros.

Catlicos coherentesEl informe recoge el Magisterio permanente de la Iglesia en defensa de la vida. Especialmente definido, en nuestros das, en el Catecismo de la Iglesia catlica y en la

encclica Humanae vitae. Fiel a su vocacin irrenunciable en defensa de la vida, tambin hoy como desde los tiempos ms antiguos entra en este debate y llama a todos los cristianos a implicarse de forma activa y responsable en defensa de la vida del no nacido. Ningn catlico, ni asociacin ni grupo, puede inhibirse ante este genocidio infame.

XXXIV DA DE LA REVISTA AVE MARADomingo 22 de abrilMontserrat escriba mosn Jos Ricart en 1981, centenario del patronazgo de las dicesis catalanas, adems de ser una clamorosa exigencia de santificacin personal, es tambin, por su propia razn de ser, una convocatoria colectiva para construir la cristiandad de Catalua y de toda Espaa. Al abrigo de Santa Mara de Montserrat naci la revista Ave Mara, en 1924. Ella nos convoca ahora, un ao ms, para congregarnos en torno suyo, el prximo 22 de abril, en plena alegra pascual, para celebrar el XXXIV DA DE LA REVISTA AVE MARA. Hemos de asistir TODOS. Los que viven lejos, haciendo palanca con la oracin. Los que viven en Barcelona o poblaciones prximas, no faltando, aunque sea con algo de sacrificio. Deca Guillermo Rovirosa: El compromiso autntico nos lleva a ser los primeros en el sacrificio y los ltimos en el beneficio. Y un reto: unos y otros nos podramos proponer conseguir: TRES NUEVAS SUSCRIPCIONES! El resultado numrico y de efectividad apostlica sera fantstico. Pues, manos a la obra, ya desde ahora! El acto se celebrar en la sala de actos del hospital de San Rafael de Barcelona, paseo del Valle de Hebrn, 107117, estacin de Metro Valle Hebrn (L 3). Comenzar a las 9:30 h de la maana y terminar, hacia las 13:45 h. El orden ser el siguiente: Rezo solemne del santo Rosario. Conferencia: Ave Mara, hoy, por el P. Manuel Martnez Cano, Consiliario. Intervencin de la Coral de la Inmaculada. Santa Misa. En el Ofertorio, renovacin de la consagracin de la revista Ave Mara, con todos sus suscriptores y lectores, al Corazn Inmaculado de Mara. *En este da se podrn recoger las hojas del mes de Mara y del Sagrado Corazn de Jess, para repartirlas por doquier.AVE MARA Nm. 781 Marzo-Abril 2012

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DECA EL PADRE ALBA...

CONTRA TODA ESPERANZA, CREMOS EN LA ESPERANZACuando en los aos inmediatos a nuestra postguerra, todos los seminarios, escuelas apostlicas, noviciados, casas religiosas de formacin rebosaban de vocaciones y se tenan que levantar nuevos edificios y ampliar los antiguos pabellones, pese a las penurias de entonces, para albergar aquella numerosa juventud que haca concebir slidas esperanzas, de que en su futura vida sacerdotal y apostlica, rescatara para Cristo el alma de Espaa, herida por dcadas de laicismo, de opresin sectaria y de sangrienta persecucin comunista, casi nadie poda prever desde aquella circunstancia concreta, que una oscuridad ms densa an que la provocada por las tinieblas de la ltima persecucin, se abatira sobre la Iglesia espaola y sobre toda la Iglesia universal. Aquellas numerossimas vocaciones, herederas inmediatas de la sangre de 13 obispos y de 7.000 sacerdotes mrtires, apenas iniciadas en los ministerios sacerdotales, enlazaran muy pocos aos despus con el tremendo hiato de los seminarios y los noviciados vacos y los abandonos del sacerdocio con la trgica secuela de las secularizaciones. Pero ningn fenmeno histricos se produce sin ms. Qu haba ocurrido? Quin sembr cizaa en el campo del padre de familia mientras ste dorma? La pregunta que pocos se atreven a contestar con descarnada sinceridad tiene una formulacin bien precisa: la hereja modernista.

mismas esencias de la formacin doctrinal y espiritual del sacerdocio, hasta culminar en las novsimas manifestaciones del modernismo contemporneo que ha hecho explosin en la crisis de identidad sacerdotal y de la vida de los sacerdotes. Pablo VI acaba de pronunciarse as: Nuestra doctrina se desprende de errores que han circulado y todava afloran en la cultura de nuestra poca y que podan arruinar totalmente nuestra concepcin de la vida y de la Historia. El modernismo represent la expresin caracterstica de estos errores y bajo otros nombres todava est de actualidad. Ese modernismo hodierno, disfrazado segn el Papa, de nuevas caretas, cuyos nombres estn en la mente de todos, es la hereja actual que arruina la concepcin cristiana de la vida. Lgicamente esa hereja actual es la causa del hundimiento de la vida eclesistica y religiosa.

El modernismo, raz de este malEse modernismo, inficionaba desde principios de siglo a muchas mentes en Europa, produca su progresivo declive en la fe cristiana y la decrepitud de la vida sacerdotal. El parntesis de la floracin de nuestra preguerra, guerra, y la exuberancia final de la postguerra, fue solamente eso que jams debi ser: un parntesis. En lugar de volver a enlazar definitivamente las nuevas promociones eclesisticas con la verdadera tradicin tomista, catlica, evangelizadora, por parte de quienes tenan la tremenda responsabilidad de alimentar el nuevo fuego sagrado que haban encendido las llamas de las 20.000 iglesias incendiadas, se volvi a enlazar dementemente con el virus modernista En lugar de buscar la nica inspiracin para las nuevas juventudes levticas en el sublime herosmo de los innumerables mrtires de la persecucin comunista, se quiso seguir con debilidad senil el mismo juego de las delicuescencias democrticas modernistas y del coqueteo modernista.AVE MARA Nm. 781 Marzo-Abril 2012

Crisis de identidad sacerdotalLa decadencia anterior eclesistica provocada de una manera cada vez ms acelerada por el modernismo condenado por el Papa san Po X, ha ido carcomiendo las18

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Pero la lgica modernista es implacable, como haba enseado san Po X. En la encclica condenatoria de la hereja modernista afirm taxativamente: Queda sobradamente patente por cun mltiple camino la doctrina de los modernistas lleva al atesmo y a destruir toda la religin. A la verdad el primer paso por esta senda lo dio el error de los protestantes; sigue el error de los modernistas y prximamente vendr el atesmo. As se desprende que no es ninguna casualidad, el que muchos jvenes que han abandonado estos aos ltimos los seminarios o escolasticados religiosos, tras largas etapas de formacin, se profesan ateos, sin fe. Una visin superficial de los hechos creera encontrar una paradoja. Pero la paradoja no existe. Lo que se ha dado, ha sido contagio modernista que desemboca necesariamente en la prdida de la fe cristiana. El que esto suscribe, se conmueve an de su entusiasmo joven por la tica sociolgica, por el revisionismo teolgico y religioso, por su sincera bsqueda de la austeridad, pobreza y justicia. Pero cuantas veces sobre esto reflexiona, descubre y reconoce que su vibracin entusiasta estaba llagada de modernismo. Era una sociologa sin el horizonte del Reino de Cristo, sin la llamada profunda de la devocin al Sagrado Corazn que quiere reinar en la sociedad humana por los excesos de su amor misericordioso. Era una abstraccin de la poltica, del liberalismo, del capitalismo, del comunismo, sin la visin trascendental de la teologa de la historia que nos muestra las fases de una misma satnica Revolucin contra Dios y su Iglesia. Era una bsqueda de la justicia, del desposeimiento de la pobreza, sin ternura de caridad, sin compasin misericordiosa para todos, los de arriba y los de abajo, sin catecismo, sin anhelo de imitacin de lo hecho por los santos, sin alegra por el Reino de Cristo, con una triste actitud de humanismo endgeno. El desastre que contempl en las almas, en la vida religiosa, en su propia vida, la orientacin de almas santas, y las ruinas de la fe, le hicieron volver sobre sus pasos, que le hubieran llevado a lo que ya tocaba con la punta deAVE MARA Nm. 781 Marzo-Abril 2012

P. Jos Mara Alba, P. Jaime Piulachs y Mn. Jos Ricart, que en ese da 25-7-1966 celebraba sus bodas de plata sacerdotales. Unidos en el ideal, alegres y fortalecidos por la amistad.

los dedos: el suicidio absoluto y lgico de su fe y de su sacerdocio. Por eso, las miasmas modernistas que a l tambin le invadieron, le hacen comprender desde la misma interioridad, las derivaciones hacia el socialismo, el marxismo, la irreligin y la rebelda; la animadversin a todo lo religioso establecido y estructurado, la prdida de la ilusin apostlica colectiva, la prdida de la confianza, de la alegra, y la fe, de tantos como un da se sentaban con l en la misma mesa y comieron en grande amor de hermanos de un mismo pan. Un foso ha separado, en apariencia para siempre, corazones que antes se amaron con viril nobleza, e inteligencias que nacieron para ser todas de un mismo saber y decir. Ese foso lo ha excavado el modernismo y en l, el cadver insepulto del mismo modernismo inficciona con su putrefaccin la atmsfera que se respira.19

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Gnesis y fin de un procesoCon astutos pretextos disfrazados de abertura, actualidad, nivel teolgico, el modernismo se asent slidamente. La enseanza tomista ms o menos aguada, la tradicin catlica de cruzada y evangelizacin, se relegaron al mundo de los viejos recuerdos inoperantes, aptos nicamente para la ridiculizacin. La trasposicin del modernismo a las costumbres sacerdotales y religiosas, que es la mundanizacion pura, bajo capa de modernidad, aceler el hundimiento. Finalmente la politizacin liberal y marxista como su lgica conclusin, acabaron por deformar las inteligencias, llenando de amargura y desilusin las almas sacerdotales y de los llamados al sacerdocio, que se haban entregado a su vocacin, con la ilusin encendida de ofrecerse para el servicio de Dios. Esas almas naturalmente se haban de asfixiar entre coordenadas de tpicos, encuestas, adulaciones a la juventud y crticas de fracasos. Ya Espaa no poda aspirar a ser madre de misioneros, de vocaciones abundantes para las naciones hermanas de Amrica. Su curva de vocaciones y sacerdotes era descendente, comparable a la de cualquier otra nacin en proceso de descristianizacin ms avanzado que el nuestro. La tendencia a cero, a la secularizacin ms radical, sera implacable, slo diferida un tanto por la extraordinaria floracin de vocaciones del perodo anterior. Ninguna dicesis, Orden o Congregacin religiosa se vio libre. Se invent para consuelo de muchos, que eso era incluso uno de los signos de los tiempos, como si fuera signo de algn tiempo que el fruto del amor, si es verdadero, no sea la fecundidad. No, es una infamia pronunciar esa palabra de signo de los tiempos, como si sa fuera la manifestacin de una voluntad superior de Dios. Si el amor humano tiene en su entraa misma, el fruto de los hijos, testimonio vivo de ese amor, por qu haba de estar reservado para los sacerdotes y religiosos de estos tiempos, ver que su amor de entrega absoluta a su vocacin, recoge el fruto de la esterilidad, del desierto de la vocacin?20

Pero es que el modernismo, que mata la fe de las almas, mata tambin el amor, el amor ardiente a lo propio, a la propia vocacin, el amor a la propia vida sacerdotal y religiosa a la que Dios llam. Y sin ese amor, que se entrega a sufrir como si gozara, sin ese amor verdadero, feliz de amar y de entregarse, no hay ms que esterilidad. sa es la razn de la esterilidad de tantas actitudes en apariencia nuevas, que no son ms que la cal que blanquea el sepulcro de tantas casas religiosas vacas y en venta, de tantos seminarios desiertos. Pero es que antes se haban quedado vacos y desiertos de amor. El falso amor invertido del modernismo con el que se le ha suplantado, no es amor y ah estn: dicesis sin hijos, rdenes religiosas yermas de vocaciones. Las en apariencia exageraciones, del primer momento, llevaban ya una direccin bien definida: la prdida del espritu sacerdotal, de la autenticidad sacerdotal y de la ilusin por su vocacin. Una imagen desdibujada y problematizada de un sacerdocio sin horizontes apostlicos y evangelizadores a lo san Francisco Javier, a lo Cura de Ars, se presentaba nebulosa ante los nuevos candidatos que ya comenzaban a escasear. La respuesta a todo esto lo han dado las estadsticas, siempre en disminucin hasta llegar a las cotas ms bajas. Hoy se habla ya mucho menos de las famosas estructuras, y de la reforma de las estructuras eclesisticas, porque se considera ya una temtica superada, porque el mal ha ido avanzando en profundidad y la duda est planteada sobre la misma naturaleza de la vida sacerdotal y religiosa, sobre su misma realizacin vocacional en la Iglesia de hoy. Qu es el sacerdote? Qu sentido tiene su misin? Es vlida an la imagen que se haba formado la Iglesia del sacerdocio? No ha periclitado definitivamente el sacerdocio histrico que ha existido hasta hoy? Esto es precisamente lo que constituye el ncleo de las preocupaciones que se plantean en la actualidad. Un conocido escritor deca que una lcera de estmago, al crecer y devorar aquella vscera, termina por devorarse a s misma. Es el modernismo, el que termina por devorarse a s mismo y devorar sus propias vctimas.AVE MARA Nm. 781 Marzo-Abril 2012

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Remedio: la ruptura con el modernismoRemedios? Hay remedio y cura? Hasta ahora hay que reconocer que no se ha puesto ningn remedio eficaz. Y es que la crisis no se ha tratado con el nico remedio que puede devolver la salud: la ruptura absoluta con todas las formas del mdodernismo y la vuelta a la tradicin tomista y a la formacin asctica catlica. En realidad fuera de palabras, reuniones, ensayos y superficialidades sociolgicos, nada se ha hecho y las cosas siguen con los mismos nefandos planteamientos y por supuesto con las mismas desastrosas consecuencias. Hace muy poco alguien insista en que no hay errores, sino tensiones. Hoy es evidente, menos para el que no quiera ver, que todas las tensiones son las consecuencias de los errores modernistas consentidos, de los telogos y profesores envenenados de modernismo, que pregonan sus herejas con la libertad ms completa, de los personajes grises y cerebros conductores de modernismo, que estn amparados desde muy alto y situados en lugares clave. Un gran parlamentario ingls de la poca victoriana, afirmaba que durante sus largos aos en el Parlamento haba odo miles de discursos. De ellos solamente le hicieron cambiar de opinin, dos, pero ninguno de voto. En la entrega de su voto parlamentario, nunca haba vuelto sobre la predeterminacin tomada antes de sentarse en su escao de diputado; por s mismo o por las consignas del partido al que segua en sus consignas. Hoy asistimos a esa inconcebible locura de no querer retroceder ni un milmetro por el camino que ha llevado a tantos a la autodemolicin de su fe cristiana y a la muerte de su vocacin sacerdotal. El modernismo no retrocede nunca, como no lo hace jams ninguna hereja. Se har mimtico, escurridizo, latente, hipcrita. Por s mismo nunca se retira, si por parte de quien tiene autoridad y poder para ello, no es desalojado de sus posiciones. Se hace esto, clara, decididamente? Ego autem nomino neminem!AVE MARA Nm. 781 Marzo-Abril 2012

El celo de un religiosoY sin embargo la solucin se ha dado y existe ya viva. Dios que nunca abandona a su Iglesia, desde el mismo corazn del mal, hizo que brotara la saludable reaccin y la solucin de la crisis sacerdotal. Y para ello, no se fij en los grades teorizantes de las cosmovisiones integradoras, sino en un humilde religioso, dcil a la gracia, encendido de celo de las almas que se perdan por carencia de sacerdotes: el P. Jaime Piulachs, S. I. El genio emprendedor e intuitivo del P. Piulachs, calibr desde el principio la magnitud del desastre y dedic todas sus fuerzas a la salvacin de la vida sacerdotal y del espritu religioso. se fue el objetivo que marc a la Asociacin de Sacerdotes y Religiosos de San Antonio Mara Claret por l fundada. Y una vez constituida, a raz de una reunin en Valladolid, promovida por el P. Jaime Piulachs, que agrup muy respetables figuras de la Compaa de Jess, preocupadas por la situacin religiosa, empez a poner su atencin en la formacin de jvenes para el sacerdocio y en la recluta de nuevas vocaciones, para que en el seno de la Asociacin de San Antonio Mara Claret por l fundada, encontraran la realizacin de su vocacin sacerdotal, que su espritu prctico le haca ver se hara inviable de otra forma. Su muerte no trunc aquellos proyectos, sino que aceler su puesta en marcha. Y es que bajo su inspiracin, la Obra que ms le haba hecho sufrir en sus ltimos aos, haba madurado suficientemente. As naci la Institucin P. Piulachs, para la formacin de jvenes que aspiren al sacerdocio. Y la Institucin, naci como l la so: en radical oposicin al modernismo doctrinal y el modernismo mundano, con la entrega incondicionada a la tradicin sacerdotal de la Iglesia y al Magisterio eclesistico. Jos Mara Alba Cereceda, S.I. (Revista Cristiandad, nmero 492-93, febrero-marzo 1972)21

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PRESENTAMOS UN LIBRO

UN LIBRO MUY ESPERADOHace exactamente cuarenta aos que el padre Jos Mara Alba (1924-2002) escriba el artculo precedente. De su mano, el gran ideal soado por el padre Jaime Piulachs se ha hecho realidad y ha fecundado en la Sociedad Misionera de Cristo Rey, nacida con afn de conquista, de irradiacin de la Verdad, con sed de multitudes y universal Es su Obra. Con pulso firme y paso seguro, sin dudas ni disimulos en la defensa intrpida de la fe catlica, sazonada de sacrificios, renuncias e incomprensiones, con entrega total y abnegacin heroica, la llev a buen puerto. Campen de amor a Jesucristo, a la Iglesia, a la Compaa de Jess. Infatigable y carismtico apstol de la juventud. Forjador de misioneros: Jvenes llamados a lo grande y a lo santo. Y en medio de ellos, las manos ungidas de sacerdotes, las manos traspasadas por la mstica uncin de la consagracin religiosa, la virginidad, el amor indiviso Su biografa no necesita propaganda, muchos la esperbamos. Escrita por quien sigui sus huellas y encarna su ideal: la Sociedad Misionera de Cristo Rey as, sin personalismos. La cubierta del libro es explcita: Centrada sobre fondo oscuro, reluce la imagen del P. Alba celebrando el Sacrificio redentor de Cristo, justo en el momento de la elevacin de la sagrada Hostia en oblacin al Padre por la humanidad entera. El padre penetra en ella su mirada, como interiorizando las palabras de san Pablo: Seor Jess, T me amas y te has entregado por m La casulla, de prpura martirial. Arropado por la imagen de la Virgen Mara, atenta y protectora, en Ftima, donde mostr el misterio de su Corazn Inmaculado COLEGIO CORAZN INMACULADO DE MARA, leemos en el epgrafe de la portada. Colegio creado para ser escuela del Reino de Dios en la tierra. Plantel donde nios, adolescentes y jvenes reciben una formacin integral que abarca todos los aspectos de la persona humana. Bajo la foto, el nombre del biografiado: P. Jos Mara Alba Cereceda, S.I. en relieve y sin color destacado sobre el fondo, casi imperceptible, como un signo de la austeridad que le distingui. La contraportada muestra el emblema de la Sociedad Misionera de Cristo Rey: Ego sum Rex. En las solapas, la felicitacin y encomio del padre 22

Peter-Hans Kolvenbach, General de la Compaa de Jess, con motivo de las bodas de oro del padre Alba en la Compaa de Jess (1993). Si todo esto sugiere la cubierta, qu ser el contenido del libro? Adems de esbozar el genio, figura y trayectoria del padre Jos Mara Alba, describe las lneas maestras de la Institucin de evidente trazo ignaciano, con gran riqueza doctrinal y prctica. Con acentos entraables. Es un claro ejemplo de lo que puede un apstol de nuestros das, bien dotado, ciertamente, y con visin certera de la realidad, pero sobre todo fiel a la gracia sacerdotal, a la Iglesia y a sus Constituciones. Contra viento y marea No os lo perdis! Se puede pedir a la administracin de Ave Mara en la segunda pgina estn todos los datos. Precio: 8 euros. Recoge el libro un texto sublime, efluvio de su apasionado amor al Papa, a la Iglesia, escrito, en Roma, pocos meses antes de su trnsito. Unmonos, con ternura y firmeza su estilo a su conviccin y splica: Cristo est presente. Cristo es la santa Iglesia. El cielo y la tierra fundindose en un eco. l reina. l reinar. Todos los pensamientos se hacen uno. Todo lo que uno ama se hace una llama nica. Dios mo, danos a todos un fuego que incendie nuestro ser en amor a la Iglesia. M. M. V.AVE MARA Nm. 781 Marzo-Abril 2012

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CARTA DEL PER

EN TU NOMBRE ECHAR LAS REDESEste ao [2011] comenz con un pie que da miedo, el derecho. Pudimos proyectar el primer vdeo de la catequesis de Santa Mara, recibir al P. Javier Andrs, tan esperado, y tener los Ejercicios Espirituales anuales, predicados por el P. Serra. El P. Miguel como saben, march a Espaa en febrero y los hermanos Nilton, Jos, Abner, Lincoln y un servidor, fuimos, como el ao pasado, a la casa asilo de Las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Lima. Tambin nos ha acompaado Juan Jos, un andaluz en toda regla, ms simptico que toas las cosas y con una grasia no fuera de lo comn en su zona. Este ao hemos sido ms hermanos y por eso, nos distribuyeron la faena de otro modo. As pudimos aprender nuevos oficios. El primero que nos mandaron fue ayudar a sor Luzmila en la ropera. La ropera era inmensa, con unas lavadoras como nunca las haba visto, cuyo tamao no menciono por si piensan que exagero. All aprendimos a doblar todo tipo de ropa; bueno, yo creo que no aprendimos, pero al menos lo intentamos. Sor Luzmila, que era la que diriga el trajn, era capaz de hacer su trabajo (perfectamente) y controlar el que hacamos 10 personas, que all estbamos, al mismo tiempo. Si te vea doblar mal una camisa, rpidamente avisaba a una de las hermanitas: Hermanita, ensee a ese hermano a doblar camisas que no tiene ni idea. Y, de repente se pona a decir jaculatorias Mirad a Nuestra Madre Mara Auxiliadora cmo nos mira desde la torre de los salesianos!... Ave Mara Pursima [Desde una de las ventanas se vea la torre de los Salesianos en la Avenida Brasil. La imagen de la Virgen no se vea, pero para ella, como si as fuera]. Cuando la creas despistada con sus jaculatorias, en un momento te fulminaba con la mirada porque doblabas mal la raya del pantaln y quedaba la raya multiplicada por tres. Y, tras quitrtelo de las manos para hacerlo ella, gritaba: -Santo Rosario Por la seal de la Santa Cruz Un verdadero, pero santo, espectculo. Otro de los trabajos nuevos de este ao ha sido ir a enfermera donde se encontraban losAVE MARA Nm. 781 Marzo-Abril 2012

La comunidad de Chosica. En el centro, el Superior general, P. Antonio Tur.

ancianitos que ya no se podan mover o tenan alguna enfermedad grave. El trabajo era algo ms complicado pues, en ocasiones, tenas que hacer solo lo que cuesta hacer entre dos, es decir, desvestir al abuelito, trasladarlo de la silla de ruedas a la cama, quitarle el paal, limpiarlo, ponerle el nuevo, el pijama y a dormir. Cada da bamos dos hermanos diferentes y tocaba a tres ancianos por cabeza. Otro da nos mand sor Marta, nuestra jefa de este ao, barrer toooda la azotea del edificio. Para que se hagan una idea, la azotea del asilo es dos veces como la del colegio de Sentmenat. Lo peor del asunto no era barrerla, sino cmo picaba el sol; caa tan en picado que haba que ponerse gorra para que no se te calentara la cabeza y terminaras mal de la azotea. El resto del trabajo ha sido igual que el ao pasado: limpiar pasillos, comedor, patio, ventanas, duchas, pies, uas ya se imaginarn. En el rato libre siempre tenamos algn santo entretenimiento. Este ao conoc a Reinaldo, un tipo estupendo con el que pude hablar de variados temas, siempre encaminados hacia Dios, aunque estuviramos hablando de las amapolas, pues l, no es que introdujera nunca el tema. Tambin conoc al seor Ral. Es un zapatero que, jubilado y sintindole una carga para la familia segn l, apareci un da en el asilo, lo acogieron y en un santiamn se mont la zapatera, y no cualquier zapatera, toda una zapatera con sus mquinas de estirar, encoger, cortar, afilar Tena su negocio, no lucrativo por23

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supuesto, en el rinconcito del jardn de abajo, frente a la barbera; entre la nueva ptica (sin oftalmlogo, pero con vendedor de monturas) de Armando, y la vieja carpintera del seor Anbal. Ese rinconcito pequeo donde todos los zapateros remendones del mundo tienen su taller; all donde ven pasar miles de pies y le dan conversacin a todo el que viene y va; esas zapateras donde se arregla el mundo y se habla de ftbol, de poltica, de los tiempos mozos y de lo mal que est la juventud. Yo le hablaba de Dios y l se dejaba hablar. Al seor Anbal, el carpintero, le encantaba hablar de religin; lo malo es que era bastante sordo y yo tena que hablar a voces mientras l se mesaba el bigote y asenta con la cabeza, aunque a veces no me oyera. El hermano Nilton se esforzaba por convertir a un abuelito que dicen que es chino, pero que l afirma que es francs y vive en Per; tiene un apellido japons y resulta ser coreano: TANAKA. Andaba ya muy encorvado y tan calvo que no tena pelos ni en las cejas. En la lengua no s si los tena: hablaba poco y coma mucho. Casi todas las maanas a las 5:30 h, en que estbamos en la iglesia del asilo para hacer oracin, all estaba l. El resto de hermanos tambin hablaban con algunos de los abuelitos. Lincoln, que juega muy bien al ajedrez, mora en el intento de ganar a dos abuelitos que son profesionales. Uno de ellos era un tramposo de cuidado. l deca que no vea con un ojo, pero yo creo que vea con los dos y algn otro que se sacaba de la manga. Cuando jugaban entre los dos abuelitos pareca aquello un Karpov vs. Kasparov. El horario variaba con relacin al de casa, pues aqu tenamos que levantarnos a las 4:30 a.m. para acoplarnos al horario de las hermanitas y poder hacer nuestra oracin y rezar Laudes. Despus del rato libre tenamos la lectura espiritual, la oracin de la tarde y el rosario. Pernoctbamos en Jess-Mara, barrio cercano al asilo, donde pudimos hacer uso de una cancha de ftbol que hay frente a la casa. All corramos un poco, patebamos al vecino y deshacamos los posibles malentendidos. Despus de la ducha, puntos, oraciones, completas y a reposar. De este modo, dos semanas se pasan a escape y el domingo 19 de febrero eliminbamos las mentiras que habamos dejado sin limpiar y finiquitbamos los ltimos retoques. Le llevbamos las cuentas al Amo, que estaba en la capilla y l nos lo anotaba en nuestro24

pequeo cuaderno de mritos. Aqul da, en que la hora terica de salida eran las 4 de la tarde, terminaron convirtindose en las 5 y pico. Tanto duraron las despedidas La Madre Alba, superiora de aquella santa casa, tan detallista como siempre, nos obsequi con unos pequeos nacimientos muy hermosos y con comida en abundancia para nuestro nuevo destino en la sierra de Huacho. Aquel domingo tuvimos que dejar todo listo para la nueva misin en Huacho, y por la tarde organizamos la comida del camino, los sacos de dormir y los chubasqueros pues, la zona a la que bamos era de mucho llover. Entre preparar, hacer maletas y coordinar el viaje, se pasaron las horas en un plis A la maana siguiente nos levantamos a las 4. Despus de un obligado trayecto en taxi, a las 6 estbamos todos en el bus, en direccin Huacho, intentando hacer la oracin. Unos meditaban, otros asentan con la cabeza y otros asentan del todo. Es de comprender, pues habamos dormido poco. Una vez en la plaza de Huacho, donde est la Catedral, pudimos hacer la visita al Santsimo que estaba expuesto. Por turnos, pues alguien tena que vigilar los bultos. A las 9:15 apareci el P. Escudero con su mochila de montaa y ms delgado que la ltima vez que lo vi. El P. Escudero, en Huacho, tiene trabajo para l y cuatro ms; claro que, l es capaz de hacer lo suyo, lo de los otros cuatro y si me apuran en fin, ya conocen al P. Escudero un todoterreno sin freno ni marcha atrs en cuanto a su celo apostlico por llevar almas de jvenes a Cristo. Con la llegada del P. Javier Andrs, que entonces estaba en sus Ejercicios de mes, el trabajo se ha repartido de otra manera, aunque ahora haya aumentado. El P. Andrs vale por dos y es capaz de prodigar gran paz a los que le rodean. Fuimos todos en una minivan, en el que tuvimos que acomodar: ocho hermanos, dos chicos de Huacho y uno de Barranca, el padre y el chfer. A lo largo de 4 horas y bastantes kilmetros, pudimos disfrutar de la vista panormica de ros que atravesaban el camino, curvas de estilo churrigueresco y barrancos de vrtigo. Hicimos varias paradas a causa de que algunas zonas de derrumbe, las estaban arreglando; otras, para estirar las piernas. Y por fin llegamos a nuestro destino: Chiuichn. Otro da les cuento nuestras aventuras en Chiuichn, en plena sierra limea. Hno. Sebastin Garca Noheda, mCRAVE MARA Nm. 781 Marzo-Abril 2012

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VIDAS PARA DIOS

SANTA JUANA DE ARCO(1412-1431)Francia, y la Iglesia entera, celebra el 600 aniversario del nacimiento de una de las santas ms emblemticas y controvertidas de la Historia de la Iglesia, Juana de Arco, la joven gala que, con 17 aos y por inspiracin celestial, encabez el ejrcito francs para liberar a su pas de los ingleses. Fue capturada por sus enemigos y quemada viva por hereja. El papa Calixto III re-estudi su condena y en 1456 se reconoci la inocencia de Juana de Arco y declar herejes a los jueces que la condenaron. Fue declarada santa y patrona de Francia en 1920. Benedicto XVI ha hablado de ella en varias ocasiones y la ha puesto como ejemplo de compromiso con la liberacin de su pueblo. As resumi su trayectoria y misin providencial en la audiencia general del 26 de enero de 2012:Hoy quiero hablaros de Juana de Arco, una joven santa de finales del Medievo, fallecida a los 19 aos, en 1431. Esta santa francesa, citada varias veces en el Catecismo de la Iglesia catlica, es particularmente cercana a santa Catalina de Siena, patrona de Italia y de Europa En efecto, son dos mujeres jvenes del pueblo, laicas y consagradas en la virginidad; dos msticas comprometidas, no en el claustro, sino en medio de las realidades ms dramticas de la Iglesia y del mundo de su tiempo. Quizs son las figuras ms caractersticas de las mujeres fuertes que, a finales de la Edad Media, llevaron sin miedo la gran luz del Evangelio a las complejas vicisitudes de la historia. Podramos compararlas con las santas mujeres que permanecieron en el Calvario, cerca de Jess crucificado y de su Madre Mara, mientras los Apstoles haban huido y Pedro mismo haba renegado de l tres veces. La Iglesia, en ese perodo, viva la profunda crisis del gran cisma de Occidente, que dur casi 40 aos. Cuando muere Catalina de Siena, en 1380,AVE MARA Nm. 781 Marzo-Abril 2012

Santa Teresa del Nio Jess, caracterizada como Santa Juana de Arco, en una representacin teatral.

hay un Papa y un Antipapa; cuando nace Juana, en 1412, hay un Papa y dos Antipapas. Adems de esta laceracin en el seno de la Iglesia, haba continuas guerras fratricidas entre los pueblos cristianos de Europa, la ms dramtica de las cuales fue la interminable Guerra de los cien aos entre Francia e Inglaterra. Juana de Arco no saba leer ni escribir, pero podemos conocer profundamente su alma gracias a dos fuentes de valor histrico excepcional: los dos Procesos contra ella. El primero, el Proceso de condena (PCon), contiene la transcripcin de los largos y numerosos interrogatorios a Juana durante los ltimos meses de su vida (febrero-mayo de 1431), y refiere literalmente las palabras de la santa. El segundo, el Proceso de nulidad de la condena, o de rehabilitacin (PNul), contiene las declaraciones de cerca de 120 testigos oculares de todos los perodos de su25

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vida (cf. Procs de Condamnation de Jeanne dArc, 3 vol. y Procs en Nullit de la Condamnation de Jeanne dArc, 5 vol., ed. Klincksieck, Pars 1960-1989). Juana nace en Domremy, una pequea aldea situada en la frontera entre Francia y Lorena. Sus padres son campesinos acomodados, conocidos por todos como excelentes cristianos. De ellos recibe una buena educacin religiosa, con notable influjo de la espiritualidad del Nombre de Jess, que enseaba san Bernardino de Siena y los franciscanos difundieron en Europa. Al Nombre de Jess se une siempre el Nombre de Mara y as, en el marco de la religiosidad popular, la espiritualidad de Juana es profundamente cristocntrica y mariana. Desde su infancia demuestra una gran caridad y compasin hacia los ms pobres, los enfermos y todos los que sufren, en el contexto dramtico de la guerra. Por sus propias palabras sabemos que la vida religiosa de Juana madura como experiencia mstica a partir de la edad de 13 aos (PCon, I, pp. 47-48). A travs de la voz del arcngel san Miguel, Juana percibe que el Seor la llama a intensificar su vida cristiana y tambin a comprometerse en primera persona por la liberacin de su pueblo. Su respuesta inmediata, su s, es el voto de virginidad, con un nuevo compromiso en la vida sacramental y en la oracin: participacin diaria en la misa, confesin y comunin frecuentes, largos momentos de oracin silen-

ciosa ante el Crucifijo o la imagen de la Virgen. La compasin y el compromiso de la joven campesina francesa frente al sufrimiento de su pueblo se hacen ms intensos por su relacin mstica con Dios. Uno de los aspectos ms originales de la santidad de esta joven es precisamente este vnculo entre experiencia mstica y misin poltica. Despus de los aos de vida oculta y de maduracin interior sigue el bienio breve, pero intenso, de su vida pblica: un ao de accin y un ao de pasin.

Un ao de accinA comienzos del ao 1429, Juana inicia su obra de liberacin. Los numerosos testimonios nos muestran a esta joven de slo 17 aos como una persona muy fuerte y decidida, capaz de convencer a hombres inseguros y desmoralizados. Superando todos los obstculos, se encuentra con el Delfn de Francia, el futuro rey Carlos VII, que en Poitiers la somete a un examen por parte de algunos telogos de la universidad. Su juicio es positivo: no ven en ella nada malo, slo a una buena cristiana. El 22 de marzo de 1429, Juana dicta una importante carta al rey de Inglaterra y a sus hombres que asedian la ciudad de Orleans (ib., pp. 221-222). Su propuesta es una paz verdadera en la justicia entre los dos p