16/Liberalismopolíticoy liberalismo

, .econorruco

Las revoluciones burguesas en Euro-pa, al destruir el Antiguo Régimen,dieron lugar a un nuevo tipo de Esta-do que los historiadores denomina-ron Estado liberal, y la ideología quesustentaba estos regímenes burgueseses lo que se ha dado en llamar libera-lismo; liberalismo que en el siglo XIXposeía un doble aspecto, claramentediferenciado en la mayor parte de lospaíses: liberalismo político y libera-lismo económico.

Liberalismo político significabarespeto a las libertades ciudadanas eindividuales (libertad de expresión,de asociación, de reunión); existenciade una Constitución inviolable quedeterminase los derechos y deberes deciudadanos y gobernantes; separaciónde poderes -legislativo, ejecutivo yjudicial- para evitar cualquier tiranía;y derecho al voto, bien en forma desufragio censitario, bien como sufra-gio universal, aunque en este últimocaso más que de liberalismo políticohabría que hablar de democracia.

J unto a este liberalismo político, elEstado burgués del siglo XIX estabatambién asentado en el liberalismoeconómico: un conjunto de teorías y

34 de prácticas al servicio de la alta bur-

guesía dominante y que, en gran me-dida, eran consecuencia de la Revolu-ción Industrial. Desde el punto de vis-ta de la práctica, el liberalismo econó-mico significó la no intervención delEstado en las cuestiones sociales, fi-nancieras y empresariales. A niveltécnico supuso, además, un intentode explicar racionalmente y justificarel fenómeno de la industrialización ysus más inmediatas consecuencias: elgran capitalismo y la miseria de laclase trabajadora.

La alta burguesía europea, cada díamás poderosa y rica, con el poder po-lítico ya firmemente asido, veía coninquietud cómo alrededor de las ciu-dades industriales iba surgiendo unamasa proletaría, también cada día

Malthus: K .. Ningunaforma posible desociedad es capazde evitar la formacasi constantede la miseria ...»(Grab. por Fournier,Bibl. Nacional, Paris).

A. Smith: «El precioreal de cualquier

cosa, lo querealmente cuesta

al hombre que ha deadquirir/a, es la

fatiga y el trabajode su adquisición.»

más espantosamente pobre. Necesitaba, por tanto, una doctrina que explicase este hecho como inevitable y, enconsecuencia, sirviese para tranquil izar su propia inquietud. Tal doctrinala encontró en dos pensadores ingl -,ses, Adam Smith (1723-1790) y Tho-mas R. Malthus (1766-1834), que pa-saron así a ser los pilares ideológicosdel liberalismo económico.

Smith pensaba que todo el sistemaeconómico debía estar basado en laley de la oferta y la demanda. Pan¡que un país prosperase, los gobiern Hdebían abstenerse de intervenir en elfuncionamiento de esa ley: los preci Hy los salarios se fijarían por sí solos.sin necesidad de intervención algunadel Estado. Y ello, entendía, no podía

ser de otro modo, por cuanto si se de-jaba una absoluta libertad económica,cada hombre, al actuar buscando supropio beneficio, provocaba el enri-quecimiento de la sociedad.

Malthus partía del supuesto de que,mientras el aumento creciente de po-blación seguía una proporción geo-métrica, la generación de riquezas yulirnentos sólo crecía aritméticamen-le. Resultaba por ello inevitable que,de no ponerse remedio, el mundo sehundiría en la pobreza. Ese remedio110 podía ser otro que el control de na-talidad en los obreros, y que estosti ucdasen abandonados a su suerte,pura que así su número disminuyese.

n resumen, tanto Malthus comoSrnith lo que estaban pidiendo era laInhibición de los gobernantes encuestiones sociales y económicas. Y('SO fue lo que ocurrió: el Estado bur-

ués europeo del siglo XIX se limitó agarantizar el orden público en el inte-Iior de sus fronteras, renunciando arualquier tipo de política social, deiusticia redistributiva y de interven-l'ión en la economía. Nada mejorpura los grandes capitalistas, que que-duren con las manos libres para enri-quecerse al máximo. La riqueza serouvirtió en una virtud, y los clérigos,d"sde el púlpito, presentaban la po-lucza como una consecuencia del vi-110 y el pecado, con lo cual estaban,u~tificando de hecho su existencia.

Frente a este Estado liberal y enI·~tllsociedad burguesa, el proletaria-do se encontró indefenso. Por ello, sulucha por la vida y por los derechos'1"1' se les negaban tenía que conver-tll~C necesariamente en una luchai untra el liberalismo económico y lahllrguesía capitalista.

La otra carade las

revolucionesV del

desarrolloindustrial:

miseria,hacinamiento.

niñosfamélicos,multitudes

desposeídas.La alta

burguesía,una vez

instalada enel poder,renunció

a toda políticasocial (Barrio

pobrede Londres.

Grabadode Doré)

El proletario y el proletariado

«El cambio fundamental que ha sobreveni-do en la sociedad, en el seno de la luchauniversal creada por la concurrencia ycomo resultado inmediato de su lucha, esla introducción, entre las condiciones hu-manas, del proletario, cuyo nombre, tomadode los romanos, es antiguo, pero cuya exis-tencia es completamente nueva. Los prole-tarios eran, en la República romana, loshombres sin bienes que no pagaban elcenso y que no estaban vinculados a la pa-tria más que por la progenitura (proles) quele daban; al igual que nosotros, los roma-nos habían observado que son quienes noposeen nada los que tienen familias másnumerosas, ya que no les produce ninguna

inquietud criarlas. Además, el proletariadoromano no trabajaba, puesto que, en unasociedad que admite la esclavitud, el tra-bajo es deshonroso para los hombres li-bres; vivian casi por completo a costa de lasociedad, de la dístribución de viveres quehacía la República. Casi podrla decirse quela sociedad moderna vive a costa del prole-tario, de la parte que le quita de la recom-pensa del trabajo. En efecto, según el or-den que tiende a implantar la crematístlca,debe cargarse al proletario con todo el tra-bajo de la sociedad, permaneciendo ajenoa toda propiedad, viviendo s610de su sala-rio.» (SISMONDI: Estudios sobre EconomfaPolítica, 1836.)

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111

LAS MATRICES DE PENSAMIENTO EN EL MUNDO CENTRAL

La caracterización de las matrices liberales y del marxismo en susrasgos más gruesos, intenta detectar determinados núcleos conceptua-les del debate desarrollado en los países del Norte que, de una u otraforma, tienen influencia en las definiciones políticas e ideológicas deAmérica Latina. En este sentido, antes que un exhaustivo análisis delas distintas vertientes, susceptible de captar los matices y las distin-ciones sutiles, nos interesa remarcar aquellas vertebraciones teóricasque dan cuenta de las líneas de continuidad y los puntos de con-fluencia entre las matrices fundantes y las actualizaciones que en elpresente inciden en la formulación de las diferentes propuestas polí-ticas, a fin de contrastarlas con esas otras ideas procesadas en losespacios populares del continente.

1. EL LIBERALISMO POLíTICO Y EL LIBERALISMO ECONÓMICO

Como concepto científico de lo social, la idea de sociedad esdesarrollada en la Edad Moderna europea por los pensadores clásicosde las burguesías inglesa y francesa. En grandes líneas, este desarro-llo adopta dos formas principales: por un lado, la filosofía jurídico-política, donde la sociedad se constituye a partir de un contrato o unpacto voluntario entre los individuos racionales que la componen.Esta versión de la filosofía política, que sustenta su desarrollo teóricoen la idea del contrato social, va a formular, sucesivamente, dosconceptos diferentes de Estado que, a su vez, se basan en sendasvisiones acerca de la naturaleza humana origina ria: la teoría delestado absoluto y la teoría del estado representativo o liberal.

La primera tiene S11 más destacado representante en ThomasHobbes, para quien la sociedad se constituye ante la necesidad desuperar el estado natural caracterizado por "una guerra de todos contratodos". Dicha guerra está movida por un perpetuo e incesante deseode poder, para garantizar la propia seguridad y supervivencia -

ALCIRA ARGUMEDO

priuu-r principio de la naturaleza humana- que coloca a los indivi-duos en mutua contraposición. Sin embargo, el otro principio natural

111 rllzón- al permitirles prever las consecuencias negativas de estalucha, les enseña a evitar una disolución antinatural y aporta la.ondición para que los hombres puedan unirse y cooperar. Los dos

rac~ores combinados -la búsqueda egoísta de la supervivencia y larazon- dan como resultado la posibilidad humana de formar unasociedad. La constitución de la sociedad se realiza a través de unpacto; pero sólo es posible garantizar ese pacto si existe un gobiernofuerte y eficaz para castigar al incumplimiento: "Los pactos que nodescansan en la espada no son más que palabras, sin fuerza paraproteger al hombre en modo alguno'".

En esta medida, la razón daría una base suficiente para el acuerdomutuo, pero es demasiado débil para frenar el egoísmo de los hom-bres en masa: su teoría identifica así el gobierno con la fuerza, quedebe estar constantemente presente, como trasfondo o de maneraefectiva, al tiempo que otorga al soberano una legitimidad natural yno de origen divino. La sociedad aparece entonces como un contratoentre individuos racionales en virtud del cual todos renuncian a to-marse justicia por sus propios medios y se someten a un soberano.Hobbes va a recuperar las nociones de la filosofía epicúrea, que enel siglo IV a.c. formula ba una ácida crítica a la religión y losvalores convencionales, concibiendo a la naturaleza humana comoesencialmente egoísta. Un egoísmo expresado en el deseo de cadahombre de alcanzar su felicidad individual y donde cualquier formade organización social se justificaba sólo como artificio para conse-guir el mayor bien privado que fuera posible. Es por ello que elEstado se constituye con el único objetivo de garantizar la seguridad,en especial contra las depredaciones de los otros hombres en labúsqueda de su propio interés. Para los epicúreos, que en su mayoríaprovenían de las clases poseedoras:

Todos los hombres son esencialmente egoístas y no buscansino su propio bien. Pero con ello, el bien de cada uno se veamenazado por la acción igualmente egoísta de todos losdemás hombres. En consecuencia, los hombres llegan a unacuerdo tácito de no inflingirse daños unos a otros nisufrirlos ... De este modo, el Estado y el derecho nacencomo un contrato encaminado a facilitar las relaciones

1 Hobbes, Thornas: Leviatán o la materia, forma y poder de tina república ecíesiásticay civil, México, Fondo de Cultura Económica, 1966.

-Sabine, George: Historia de la teoría política, México, Fondo de Cultura Económica,1965.

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Los SILENCIOS y LAS VOCES EN AMeRICA LATINA

entre los hombres ... El derecho y el gobierno existen parala seguridad mutua y sólo son eficaces porque las penasesta blecidas por la ley hacen que la injusticia no resulteprovechosa 2 •

Retomando esta idea de la naturaleza huma na egoísta y del Es-tado como un artificio cuya utilidad se manifiesta en las funcionesde resguardo de los individuos y sus posesiones, Hobbes va a fun-damentar la necesidad de la monarquía absoluta, en tanto no existiríaopción entre la anarquía total y el poder del soberano. Sin embargo,en especial ante la incierta situación política de una Inglaterra queatravesaba el conflicto entre Cromwell y los Estuardos, intentará ·de-mostrar que sus opiniones eran compatibles con cualquier gobiernode facto, ya que todo gobierno poderoso es bueno si garantiza lapropiedad, la seguridad, la paz y el orden.

Luego de la Revolución Gloriosa inglesa de 1688, la monarquíaparlamentaria -el Estado Representativo- encontrará en John Lockeel fundamento teórico de su legitimidad. Según Locke, el estado denaturaleza en que se encuentran los hombres es de completa igualdady libertad para ordenar sus actos y disponer de sus propiedades y de suspersonas como mejor les parezca, dentro de los límites de la ley natu-ral. Dicha ley coincide con la razón y enseña que, siendo iguales eindependientes, nadie debe dañar a otro en su vida, libertad o posesio-nes. A fin de ejecutar la ley natural e impedir que los hombres atro-pellen los derechos de los demás y se dañen recíprocamente, es precisocastigar a los transgresores con un castigo tal que impida su violación.Para ello y dadas las deficiencias e inconvenientes que experimentanviviendo aisladamente, los hombres superan el estado de naturaleza através de un pacto por el cual todos acuerdan formar una sola comu-nidad y un solo cuerpo político. Por lo tanto, la sociedad es productode un contrato entre individuos que tienen voluntad y conciencia paraingresar en él y se da sólo por consentimiento de sus miembros.

En esta concepción, el orden social qlle se constituye a través delpacto es un orden jurídico, en tanto la sociedad civil se manifiestay concreta en las leyes o normas. El acto primero y primordial deuna sociedad es la constitución del poder legislativo, porque con elloprovee a la permanencia de su unidad bajo la dirección de ciertaspersonas y por medio de los lazos de las leyes hechas por mandatoexpreso del pueblo. Pero, al mismo tiempo, sólo se constituye unasociedad política o civil cuando un cierto número de hombres se unerenunciando cada uno de ellos al poder de ejecutar la ley natural. De

1 Sabiue, George: op. cit.

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ALCIRA ARGUMEDO

c:-.ta manera, el Estado dispone del poder de hacer las leyes -origendel poder legislativo- y también de la facultad de castigar las trans-gresiones cometidas por los miembros de esa sociedad o por alguienajeno a ella --el poder de la paz y de la guerra- origen del poderejecutivo.

Locke otorga la soberanía al pueblo, que retiene el derecho supre-mo de apartar o cambiar a los legisladores; en consecuencia ambospoderes --el legislativo y el ejecutivo- están subordinados a lacomunidad política. La forma de gobierno del Estado dependerá dela manera como se otorgue el poder de hacer las leyes (democracia,oligarquía, monarquía electiva, monarquía hereditaria)". Para que esecontrato se siga reproduciendo es necesario que los individuosinterioricen las normas, pautas o valores y las transmitan a los nue-vos miembros que se incorporan a la sociedad por el proceso bio-lógico del hombre. La educación cívica es así esencia 1, dado quesólo se es "ciudadano" cuando se está preparado o maduro paraparticipar en el pacto. Estos lineamientos de Locke van a conformarla matriz del liberalismo jurídico-político, asentado en la teoría delcontrato social y la división de los poderes, posteriormente enrique-cida, entre otros, por Montesquieu o Stuart MilI.

Un siglo más tarde, la otra forma fundamental que toma el con-cepto de sociedad en el pensamiento liberal es la desarrollada por laEconomía Política, cuyos primeros representantes son Adam Smith yDavid Ricardo. Basándose en el concepto de naturaleza humanaegoísta formulada por Hobbcs, aunque con una idca distinta de losocial, el liberalismo económico va a articular una matriz teóricaclaramente diferenciada de la filosofía jurídico-política liberal. Paraesta matriz de pensamiento, la sociedad aparece como un orden oestructura que los individuos crearían sin tener conciencia de ello, alperseguir sus fines particulares. En la búsqueda individual del lucrolos hombres -guiétdos por una "mano invisibIc"- van conformandoa través del mercado una estructura donde el comportamiento indivi-dual egoísta redunda en el bienestar general. Este orden natural quese desarrolla a espaldas de los individuos, tiene una legalidad onecesidad propia de carácter objetivo, en tanto no es producto de lavoluntad o de la conciencia subjetiva de cada uno de ellos. Es lanaturaleza de este orden -y no la formulación de un pacto racionalentre los individuos- el que otorga al Estado la función prioritariade garantizar el libre desarrollo del juego del mercado. Así, la formade gobierno, el modelo de Estado -absoluto, autoritario o represen-tativo- se define para esta matriz en términos funcionales ya que,

3 Locke, John: Ensayo sobre el gobierno civil, México, Lecturas Críticas, Nuevomur,1984.

a semejanza de los epicúreos y Hobbes, su forma política es secuu-daría respecto del rol principal de garantizar la seguridad de losbienes privados y promover la libertad mercantil".

Desde esta versión el estadista liberal no hace las leyes; sólo laspone en evidencia y las libera, eliminando los obstáculos que lesimpiden desplegarse con plenitud. En tanto la sociedad se constituyeaI margen de la voluntad de los individuos que la componen, sevuelve una entidad exterior a cada uno de ellos y, como tal, exhiberesultados inevitables que es absurdo e inconveniente pretender evi-tar. Al denoruiuarla "natural", se eufatiza la absoluta exterioridadpropia de leyes inalterables que es característica de la naturaleza. Loúnico pleno de sentido entonces es alimentar esa actividad liberadora:no inventando nuevas leyes sino destraba ndo las ya existentes, corri-giendo las distorsiones que provienen de toda clase de ingerenciasextrañas. En este marco, el Estado debe asumir el papel de malnecesario que garantiza la libre iniciativa de la sociedad, que sustentala seguridad privada sin interferir en el sano despliegue de las leyesnaturales del mercado."

En ambas matrices -la filosófica-jurídica y la económica- elderecho natural de propiedad de los hombres sobre sus bienes, ori-ginados por el trabajo y transmitidos por herencia, sólo puede gene-rar contlicto en tanto alguien pretenda arrebatarle a un hombre suspertenencias. Ni aún el poder supremo o legislativo de una comuni-dad política puede disponer arbitrariamente de los bienes de sussúbditos, yél que quien detente el poder lo ha recibido para que loshombres puedan poseer con seguridad sus propiedades. Tampoco el"estado de guerra" contra quien ha llevado adelante una "guerrainjusta" y, por lo tanto, ha perdido el derecho a la propia vida ypuede ser tomado como esclavo por el vencedor --que sería uno delos fundamentos para la cómoda convivencia del liberalismo europeoy nortea mericano con el colonialismo y la escJavitud- otorga, paraLockc, derechos sobre los bienes del vencido.

En esta medida, las 'dos matrices liberales eluden la desigualdadque genera el poder económico -por lo demás, ~1O concebid? comopoder sino como derecho- y afirman una total independencia entrela economía y la política. Los individuos sólo se vinculan en tantociuda da nos o en la nto propietarios de bienes intercambiables en elmercado, sin que estas actividades tengan ninguna relación entre sí:

IOlsson, Gunuar: "Notas sobre el pensamiento nacional" en A nt ropologia Tercer MundoN°S, Buenos Aire', 1970.

\ Wiln '1', Norbcrto: La recuperación de/a historia: la vi sion justicia/ista, Buenos Aircs,Ftlilorial Cimarrón, 1975.

l)/

la igualdad jurídica y pohti '11 de 1m. ciudadanos no se ve afectadapor eventuales diferencias ligadas con su actividad económica. Entodo caso, tales diferencias son sólo cuantitativas, lineales, vinculadascon la mayor o menor posesión de bienes que, en última instancia,depende de la mayor o menor "competencia" individual para alcan-za rlos, sin que la riqueza de unos tenga nada que ver con la pobrezade otros. No hay, por lo tanto, contradicciones intrínsecas de losocial determinadas por diferencias económicas que se derivan de lapropiedad. Los eventuales conflictos sociales aparecen como proble-mas puntuales, acotados, que no deben cuestionar ni el "orden natu-ral" del mercado, ni el orden legislativo-político,

No obstante esta coincidencia en cuanto a la definición del carác-ter de la propiedad, las matrices del liberalismo jurídico-político ydel económico difieren significativa mente entre sí con respecto alconcepto de la ciencia social y al conjunto de las definiciones teó-ricas que se desprenden de sus respectivos fundamentos acerca de lanaturaleza humana originaria y de la idea de sociedad. Como se haseñalado, el liberalismo económico concibe a la sociedad como unorden o una estructura que los individuos crearían sin tener concien-cia de ello al perseguir sus fines particulares; orden o estructura queese denominado orden natural en tanto tiene una legalidad propia decarácter objetivo que no es producto de la voluntad o la concienciade los individuos que lo conforman. Es el carácter o la naturaleza deese orden lo que funda la posibilidad de una ciencia; pero no de unaciencia en general sino de una ciencia determinada cuya característicamás importante sería la objetividad: la independencia real del objetorespecto del sujeto fundamenta la posibilidad epistemológica y tambiénla exigencia metodológica, que es el requisito de objetividad científica."

El liberalismo mancbesteriano considera que el orden natural estáregido por leyes susceptibles de ser develadas a través de la ciencia-la oferta y la demanda, la división del trabajo, la ley del valor-tra bajo, la renta de la tierra, el intercambio, etc.- cuya misión eseernútir que se expresen y manifiesten sin las interferencias quesobre ellas ejercieron diversas formas políticas y decisiones vincula-das con el control de la economía. Esta concepción pretende liberaresa naturaleza preexistente y expulsar los obstáculos antinaturales: laracionalidad de la ciencia consiste en descubrir en las cosas su au-tonomia, aportar a una actividad liberadora, no inventando las leyessino permitiendo el fluir de las existentes, las que definen a lanatura leza como tal. De la misma manera el Estado no debe inter-venir sino sólo liberar el "estado de naturaleza" que es anterior algobierno mismo. Ada m Smith afirma que "absorto en su propio

6 Olsson. Gunnar: op. cit.

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los Sil "N('IOS V I A~ YO('!, I'N ÁMf'IUl'A 1AIINA

,1 In In, lodo hombre es conducido por una mano invisible a promo-1111 fill que 110 entraba en sus intenciones'"; por lo tanto, la

1111 dnd IIl'1ílll más allá del individuo, como resultante de los afanesI 1111 ('011 lomcrado humano atomizado; y exhibe tendencias propias

11'" 110 deben alterarse, De allí que el Estado no debe formular lasleyl' sino únicamente libera rlas ; a su vez, descubrir y conocer esasI<-y(' rs '1 objetivo fundamental de la ciencia".

Por '1 contrario, para la matriz de la filosofía jurídica liberal, entnulo /11 sociedad civil se constituye a través de un contrato entreiud ividuos -como resultante de una voluntad consciente- la cienciaI!I'I)(' s 'r de otro carácter. Dado que el objeto de estudio -la socie-dnd es producto del sujeto, de la consciencia y la voluntad de lasp<'rSOIlIlS,es imposible la pretensión de "objetividad" en los términosplunt .ados por el liberalismo económico. En esta concepción:

La ta rea de la ciencia sería la de determinar, por un lado, lapauta o el criterio que justifica o fundamenta la constitu-ción de la sociedad (es decir, determinar la Razón de suconstitución); y, por otro, establecer los medios para que larealidad se defina efectivamente de acuerdo con esa pauta,criterio o Razón."

L.1 razón, en tanto atributo de la naturaleza humana universal, es elárbitro absoluto que determina la veracidad y legitimidad del conoci-miento, operando como único criterio de verdad, Donde la ciencia nodcvcla leyes universales "objetivas" sino que aporta los conocimientospara la construcción consciente de esas leyes, que suponen decisiónl .gislativa. La ciencia puede desarrollar proposiciones universalmentevá lidas -ya que existe una naturaleza humana universal y por lo tantouna sociedad también de características universales- pero la objetivi-dad de esas proposiciones deriva del acuerdo in ter-subjetivo entre loscientíficos o filósofos acerca de la racionalidad de los fundamentos,descripciones o conclusiones de la ciencia y no de la exterioridad de losocial respecto de cada uno de los individuos que la integran.

Entre estos dos conceptos polares acerca de los principios de la

1Smith, Adam: Investigacián sobre la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones,México, Fondo de Cultura Económica, 1958.

H Ricardo, David: Principios de Economía Política y Tribut acián, Buenos Aires, Orbi /I1yspamérica, 1985.Schurnpeter, Joseph A.: Capitalismo, socialismo y democracia, Buenos Aires, Orbis/Hysparnérica, 1983.

-Ilarvey, David: The Condition o[ Postmodernity, USA, Carnbridge, Blackwell Inc.,1991.

- Wilner, Norberto: op. cit." 01550n, Gunnar: op. cit.

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ALCIRJ\ ARGUMEDO

ciencia social, se desarrolla gran parte del debate científico, teórico,cpistcmológico y metodológico de la filo ofía y las ciencias socia lesligadas con las matrices del pensamiento burgués europeo en generaly, cn especial, con las vertientes que se procesan, a través de nuevassíntesis y actualizaciones, a partir de los dos troncos principales delpensamiento libera 1.

En el período que corre entre fines del siglo XVIII y la segundamitad del XIX, se producirá en Europa un doble proceso de turbulenciasocial interna -acelerado por el ascenso de las nuevas clases burguesasy proletarias ligadas con la madurez de la Revolución Industrial- y deantagonismo entre las emergentes potencias nacionales por la hegemoníaeuropea y el dominio de las áreas coloniales. En este contexto seprocesan las luchas democratizantes de masas que, con múltiples mati-ces y contradicciones, forjarán la idea democrática en la cultura políticaoccidental, conjugando las reivindicaciones de las clases subalternas ylos objetivos de las nacientes burguesías en contra de los privilegios desangre y los absolutismos reales. Estos procesos culminan en las protes-tas de alcance continental que durante los años 1848 y 1849 conmocionana Europa, como la última gran expresión del dernocratismo popular. Esal mismo tiempo un punto de inflexión de la historia europea de masas.A partir de entonces comenzarán a diseñarse opciones polares en ladefinición de esas sociedades, dentro del contexto de una nueva épocamarcada por la revolución industrial, la integración creciente del mer-cado mundial, la consolidación de la moderna industria, la expansión delos transportes a vapor, y las nuevas formas de confrontación por elpredominio en Europa y en el mundo colonial;

En adelante la lucha destinada a ocupar el primer plano dela escena histórica no será ya la que sostenía la burguesíacontra las fuerzas que habían quedado a su derecha ... Lalucha que ahora adquiría carácter decisivo era la que seinsinúa ba entre ese conglomerado y las fuerzas que habíanaparecido a su izquierda. Sólo faHaba que alguien termina-ra de precisar los puntos vulnerables del orden burgués ydefiniera el contenido y los objetivos de la concienciarevoluciona ria. Esa fue la misión de los pensadores alema-nes Ka rl Marx y Fricdrich Engels, cuyo Manifiesto vio laluz precisamente en 1848, al calor de la profunda experien-cia revolucionaria que estaba viviendo toda Europa.'?

Pero estos nuevos conflictos se redefinen ante el papel sustantivo

lO Romero. José Luis: El ciclo de la revolucián contemporánea, Buenos Aires, Losada, IqSCJ.

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Los SILENCIOSy LAS VOCI~ EN AMÉRICA LATINA

'111t' tendría el mundo colonial para la resolución de las contradiccio-m's sociales europeas. En esos años, Francia ha consolidado su do-minio en Argelia e Inglaterra culmina la lenta penetración en laIndia. Se ejercen fuertes presiones para la apertura de los ríos inte-riores en Asia y América Latina -dando lugar, entre otros episodios,¡¡ la Guerra del Opio en China y al bloqueo angla-francés del Ríode la Plata- y se insinúan con vigor los primeros pasos de unanueva expansión imperial. De allí que esa deportación de losinsurrectos y los obreros de las barricadas de París, denunciada porMarx al analizar las luchas sociales en Francia!', iba a tener suco ntracara en los territorios argelinos:

Por un curioso capricho del destino, fueron los obrerosparisicnses que habían vencido a Luis Felipe (en los cualesla Segunda República preveía a posibles revoltosos y aseguros desempleados) los que marcharon a Argelia paracompletar la obra del general Bugeaud. En menos de dosaíios desembarcaron en Argelia cerca de veinte 'mil france-ses, dando comienzo a aquel sistemático despojo de lastierras fértiles que debía ser una de las notas domina ntes dela colonización de Argelia."