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Antonio Gramsci Cuadernos de la cárcel Edición crítica del Instituto Gramsci A cargo de Valentino Gerratana Tomo 1 Cuadernos 1 (XVI) 1929·1930 2 (XXIV) 1929·1933 Ediciones Era

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  • Antonio

    GramsciCuadernosde la crcelEdicin crtica del Instituto GramsciA cargo de Valentino Gerratana

    Tomo 1

    Cuadernos 1 (XVI) 192919302 (XXIV) 19291933

    Ediciones Era

  • Traduccin deAna Mara PalosRevisada porJos Luis Gonzlez

    Primera edicin en italiano: 1975Titulo original: Quadnni del carcere 1915, Giullo Einaudi editore s.p.a., Turii:JPrimera edicin en espaol: 1981ISBN: 968-411-064-2Derechos reservados en lengua espaola 1981, Ediciones Era, S. A.A"cna 102 l Mxico 13) D. F.Impreso y hecho en MxicoPrimed aml-Made in Mexica

    lNDICE

    11 Prefacio. de Valentino Gerratana37 Cronologa de la vida de Antonio Gramsci

    Cuadernos de la crcel

    TOMO 1

    73 Cuaderno 1 (XVI) 1929-1930Primer cuaderno

    197 Cuaderno 2 (XXIV) 1929-1933Miscelnea 1

    Apndice

    309 1. Descripcin de los cuadernos323 11. Notas

    TOMO 2

    Cuaderno 3 (XX) 1930< Miscelnca>

    Cuaderno 4 (XIII) 1930-1932

    Cuaderno 5 (IX) 1930-1932

    TOMO 3

    Cuaderno 6 (VIII) 1930-1932

  • Cuaderno 7 (VII) 1930-1931

    Cuaderno 8 (XXVIII) 1931-1932

    TOMO 4

    Cuaderno 9 (XIV) 1932

    Cuaderno 10 (XXXIII) 1932-1935La filosofa de Benedetto Croce

    Cuaderno 11 (XVIll) 1932-1933

    Cuaderno 12 (XXIX) 1932Apuntcs y notas para un grupo de ensayos sobre la historiade los intelectuales

    TOMO 5

    Cuaderno 13 (XXX) 1932-1934Notas breves sobre la poltica de Maquiavelo

    Cuaderno 14 (1) 1932-1935

    Cuaderno 15 (H) 1933

    Cuaderno 16 (XXII) 1933-1934Ternas de cultura. 1

  • PREFACIO

    Los criterios seguidos en la realizaein de esta nueva edicin de los Cua-dernos de la crcel de Antonio Gramsci, aun correspondiendo en su ins-piracin a aqullos anunciados oportunamente cuando tal edicin fueproyectada,' no pueden fundamentarse adecuadamente sin insistir en latrabajosa gnesis de la obra y de su fortuna. Por lo general, las contro-versias interpretativas originadas por la obra gramscana prefieren pres-cindir de este aspecto. Se tiende a considerar esta gnesis como un simplehecho, una circunstancia externa, esto es, algo a lo que no debe darse unpeso excesivo en la evaluacin de la importancia y del significado tericode la obra. En tal actitud es posible reconocer un elemento positivo: elrechazo a reducir el valor de la obra gramsciana a los lmites de una di-mensin heroieo-sentimental de "testimonio de la poca", solamente sus-ceptible de evocaciones eonmemorativas. Sin embargo, no hay duda deque separar la trama de determinadas nociones tericas sobre el modocorno aqulla se ha formado, nos expone ms fcilmente al riesgo de mal-interpretarlo, y, en el caso de Gramsci, tal cosa ha sucedido ms de unavez. .

    Algo semejante, por lo dems, ha sucedido tambin con los jucimsobre el bombre GramscL La sombra dc la leycnda ha acompaado siem-presu actividad y su obra. Objeto de odios implacables y de sarcasmosdespectivos por la forma como se entreg a la lucha poltica, poda sus-citar por el mismo motivo una admiracin que a meuudo desemboc enla hiprbole o en amplificacioncs defolmantes. Incluso en el conocidoretrato trazado por Gobetti en 1924 para La Rvoluzone Liberale,' cuandoGramsci fue elegido diputado en un parlamento ya fascistizado, se intro-dujeron algunos elementos legendarios: aparece la imagen de un Grams-ci visto como "profeta" revolucionario ("ms que un tctico o un com-

    :1 CfL Valentino Gerratana; '''Sulla preparazione di un'edizione cr[jca dei 'Qua-dem del carcerc' '\ en Gramsci e la cultura contentporanea; Actas del CongresoInternacional de Estudios Gramscianos celebrado en Cagliari el 23-27 de abril de1967~ a cargo de Pietro ROS8i~ vol. H5 Editad Rinniti-Instituto Gramsd, Roma,1970, pp. 455-76.

    2 CfL Ltl Rivoluliofle Liberale, 22 de abril de 1924 (ao UI, n. 17}; AntonioGramsci'l (en la seccin "Uomini e idee"); el artcnlo se halla ahora recogido enPiero GobeUi, Scritti politici, a cargo de Pao]o Spriano, Einaudi, Tudo, 1960~

    II

  • batiente"), as como otros rasgos en los que se refleja ms el carcter delretratista que el de su modelo. No puede decirse que aquella imagen fuesefalsa, sin ninguna relacin Con la realidad. Debe dccirse ms bien que enesle Gramsci gobettiano, como en otras descripciones legendarias evoca-das en ese mismo periodo, la realidad es transfigurada, convertida sobretodo en mensaje de acci6n, fuente de repercusiones cmotivas, al menosmientras logre hallar destinatarios apasionados. Cierto es que no enmmuchos entonces estos destinatarios; en la sombra discontinua de su leven-da los vacos seguramente predominaban sobre los llenos. En 1927, antesan de que se efectuara el proceso del Tribunal Especial, Togliatti escribaen Lo Stato Operaio, la revista del Partido Comunista Italiano publicadaen la emigracin, su primer artculo sobre Gramsci, "un dirigente de laclase obrera". "La historia de nuestro partido est an por escribirse.Quien la escriba y sepa captar, por encima de los sucesos politicos y ad~ministrativos particulares, la gran lnca de su formacin bist6rica comovanguardia de la clase obrera, tendr que dar a Antonio Gramsci el lugarde honor"." Pero tambin poda suceder que poco despus, al llegar Gramscci al reclusorio dc Turi para cumplir la condena que le fuera impuestapor el Tribunal Especial, los primeros detenidos politicos, inclnso aqullosde su mismo partido, con los que entr en contacto, iguoraban hasta snnombre y acogieron al recin llegado como a "uno cualquiera":'

    El mismo Gramsci ha dejado una colorida descripcin de la experieniaque pudo hacer con su propia "fama" durante las peregrinaciones porcrceles italianas en los primeros meses de detencin. En una carta del16 de febrero de 1927 (escrita para confortar a su cnada preocupada porsu suerte) encontramos estas anotaciones divertidas: "Yo no soy cono-cido fuera de un crculo bastante restringido, por ello mi nombre es defor-mado de todas las formas ms inverosmiles: Gramasci Granusci, Grmis-ci, Gransci, Gramsci, basta Garamscon, con todos los intermedios msextraos". En la crcel de Palermo, durante un "trnsito", un crataultraindividualista, quc rechazaba cualquier nombre que no fuese "el m-co" ("soy el nico y basta") lo presenta a otro detenido: "Me presen1.El otro me mir largo rato, luego pregunt: 'Gramsci, Antonio?' 'Si, An~tonio', respond: 'No puede ser, replic, porque Antonio Gram'lCi debe

    , ..

    :> El articulo se encuentra recogido ahora en Palmiro Togliatti, Gramsci, EditoriRnnl, Roma, 1967, pp. 3-6.

    4- Cfr. Brcole Piacentini, "Con Gramsci a Turi"; testimonio recogido por Paol0Giannott.i, en Rfna.,dta, 25 de octubre de 1974, p. 32; "Desde haca dos aos meencontraba en Tud; una maana la puerta del patio de 'paseo' se -abri6 y entr6 unhombre pequeo de estatura, un poco deforme [..J. Curiosos de saber lo que suce-da afuera, nos aproximamos. "Sois polticos'!'" pregunt.

  • lo tanto no buscarse desilusiones. Que es necesario proponerse hacerslo lo que se sabe y se puede hacer y seguir el propio camino. Mi po:sicin moral es ptima: unos me creen un s.atans, otros me creen caSiun santo. Yo no quiero hacer el papel ni de mrtir ni de hroe. Creoser simplemente un hombre medio, que tiene sus convicciones profun-das, y que no las cambia por nada en el mundo.'

    Aunque quisiera pensarse que esta "posicin moral" no tiene muchoque ver con el contenido de los Cuadernos, con los temas poltico-terico5que interesan hoy al lector contemporneo, es difcil negar que tiene quever con su gnesis y estmctura. Gramsci inicia l~ redaccin de los Cua-dernos, en la crcel de Turi, el 8 de febrero de 1929, exactamente dosaos y tres meses despus del arresto (8 de noviembre de 1926), Lalentitud de esta gestacin depende slo en part~ de condiciones externas.Prisionero de aquel rgimen en el que el marXismo se ha convertido enun delito, l sabe que debe estar preparado para todo: incluso para"desaparecer como una picdra en el ocano" (sta ~s la priJ?1era impr~sin que recibe cuando en la crcel romana de Regma Coeh cree, erro-neamente, haber sido destinado a la deportacin en Somalia).' En la in-certidumbre del destino que le aguarda, aun cuando por un momentoparece abrirse el resquicio de uua perspectiva menos pesimista, el proble-ma del estudio se le presenta inicialmente como un sistema de.autodefensacontra el peligro de embrutecimiento intelectual por el que se siente amel}a-zado. En Ustica, cuando solicita, y obtIene, la fraternal ayuda de su arrugoPiero Sraffa para un suministro regular de libros y revistas, es en esto; sobre todo, en lo que piensa," Pero Ustlca no es ms que un bre.ve.p~rentesis (con algunos aspectos no del todo desagrad~bles,. tras los dIccIsels,diaspasados en Regina Coel en el ms completo aiSlamIento), y cn la carcelde Miln, en espera dcl proceso (7 de febrero de 1927-11 de mayo ~e1928), el problema del estudio vueh;e a presentarse en una forma masapremiante, por la confluencia de eXIgenCias contrapuestas. Leer y estu-dar para ocupar el tiempo en forma til, pa.ra defender~e d~ la degra-dacin intelectual y moral a que sometc la Vida carcelana, sIgue apare-ciendo an como uua exigencia vital, pero a condicin de que sta en-cuentre un objetivo superior, en un resultado p~r~egu!~o por s mismo, yno slo como medio instrumental para sobreVIVll" fIsIcamente. Entre elestudio como razn de vida y el estudio como medio de supervivenci.ase determina una tensin que no es fcil resolver en trminos de equI-librio. De esta tensin surgi la primera idea de los futuros Cuadernos,

    La idea, ligada 8 un primer programa de trabajo, es expuesta en la

    7 Gramsci. Lettere del cafeCte, cit., p. 126.s Ibid'J p.~398 (carta a su mujer del 13 d~ ~nero de 1931)...u Cfr, la carta a Piero Sraffa del 11 de dICIembre de 1926 (lbId., P~ 15).

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    conocida carta a Tania del 19 de marzo de 1927, Ah comienza Gramscipor sealar cmo el estudio es "mucho ms difcil de lo que parecc". Enc,uaIHo ~, leer, lee muc